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“MAXIMIZANDO EL POTENCIAL DE TU PERRO”

LUCAS VICENTE 1
“MAXIMIZANDO EL POTENCIAL DE TU PERRO”

Introducción---------------------------------------------------- 4

Capítulo 1

El adiestramiento canino---------------------------------------- 6

Reglas de adiestramiento canino --------------------------------7

Capitulo 2

El Handler------------------------------------------------------- 12

Capítulo 3

Trazado de rastro o rastreo------------------------------------ 15

Capitulo 4

Teorias de adiestramiento

Teoria de reforzamiento---------------------------------------- 18

Teoria mtivacional ----------------------------------------------19

Teoria compulsiva ----------------------------------------------20

Entrenamiento motivacional vs entrenamiento compulsivo -----21

Capítulo 5

Jerarquía -------------------------------------------------------24

Comunicación con el perro------------------------------------- 25

Capítulo 6

Aprende a leer a tu perro--------------------------------------- 28

Capítulo 7

Aprende a mantener la posición-------------------------------- 31

Capítulo 8

Constancia y consistencia-------------------------------------- 33

Capítulo 9

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“MAXIMIZANDO EL POTENCIAL DE TU PERRO”

Transmisión ----------------------------------------------------36

Capítulo 10

Motivación ----------------------------------------------------39

Estimulación-------------------------------------------------- 40

Capítulo 11

Sistemas de adiestramiento y casos prácticos ----------------42

Capítulo 12

Adiestramiento con comida----------------------------------- 51

Capítulo 13

Clicker objeto de refuerzo -------------------------------------54

Claves para iniciar con el proceso---------------------------- 55

Ventajas del clicker -------------------------------------------56

El poder del clicker --------------------------------------------57

Capítulo 14

Configuración (aproximación sucesiva) ----------------------60

Capítulo 15

Precisión y rapidez --------------------------------------------65

Practica -------------------------------------------------------66

Capítulo 16

Variedad y versatilidad ---------------------------------------69

Capítulo 17

Continua y variable --------------------------------------------71

Problemas durante las sesiones-------------------------------- 73

Conclusión -----------------------------------------------------75

Agradecimientos----------------------------------------------- 76

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“MAXIMIZANDO EL POTENCIAL DE TU PERRO”

Bienvenido al mundo del adiestramiento canino. En este e-book aprenderás los


conceptos intermedios para adiestrar a tu perro de una forma eficaz y divertida.

Desde los primeros pasos hasta la realización de trucos y conductas más


complejas, te guiaremos a través de un camino de comunicación y comprensión
con tu compañero canino. Ya sea que tengas un cachorro o un perro adulto, esta
guía te brindará las herramientas necesarias para desarrollar una relación de
confianza y amor con tu perro.

¡Continuemos el viaje juntos!

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“MAXIMIZANDO EL POTENCIAL DE TU PERRO”

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“MAXIMIZANDO EL POTENCIAL DE TU PERRO”

El adiestramiento canino consiste en conseguir que el perro realice determinadas


conductas ante órdenes concretas de forma rápida y precisa. Es decir, bajo un
control de estímulo ese control es (la orden).

Debemos manipular al perro lo menos posible porque, durante la manipulación,


el perro no aprende nada.

por ejemplo, si queremos enseñar a un perro a dar la pata y tomamos una de


sus patas delanteras a la vez que decimos «saluda» y repetimos el proceso cien
veces, el perro no nos dará la pata a la orden de «saluda».

Si queremos enseñar al perro a caminar con las patas de atrás solamente,


podemos utilizar un collar, arnés y correa para conseguir que se mantenga en
esa posición; pero se obtienen resultados mucho mejores si reforzamos al perro
primeramente por ponerse sobre sus patas traseras y posteriormente por
avanzar un pequeño paso, después otro y así sucesivamente.

Hay varios tipos de refuerzos que se pueden utilizar en el adiestramiento


canino, incluyendo:

Refuerzos positivos: estos son recompensas que se ofrecen al perro cuando


realiza un comportamiento deseado, como un trozo de comida o un juguete
favorito.

Refuerzos naturales: son aquellos que el perro busca y disfruta por sí mismo,
como puede ser una actividad de juego, una sesión de caricias o un paseo.

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Refuerzos sociales: son elogios, atención, contacto físico o juego con otro perro o
persona.

Refuerzos secundarios: son aquellos que el perro aprende a relacionar con un


refuerzo primario, como un sonido o una palabra específica que se asocia con
una recompensa.

Es importante tener en cuenta que cada perro es diferente y puede responder


mejor a diferentes tipos de refuerzos. Por lo tanto, es importante experimentar
con diferentes refuerzos y observar cuál es el más efectivo para cada perro
individual.

Reglas de adiestramiento canino:

Durante el adiestramiento actuaremos sobre la mente del perro y utilizaremos


nuestros conocimientos sobre la psicología canina y el funcionamiento de su
percepción para optimizar tanto el proceso de adiestramiento como el
resultado.

Antes de la clase hemos de soltar al perro con tres fines:

1. Para que tenga ocasión de hacer sus necesidades.

2. Situarlo en el estado óptimo de excitación.

3. Establecer una situación lúdica.

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Una situación lúdica se refiere a una actividad o juego que el perro disfruta y se
involucra voluntariamente. Es una forma de interacción positiva y agradable
entre el perro y su dueño o entrenador.

El juego puede ser cualquier cosa, desde jugar con un juguete hasta una sesión
de entrenamiento disfrazado de juego.

El objetivo de la situación lúdica es fomentar un ambiente de aprendizaje


positivo y relajado, donde el perro se siente motivado a participar y a aprender
nuevos comportamientos. Además de ser una forma de refuerzo, jugar con tu
perro también ayuda a fortalecer la relación entre ambos y a mantenerlo mental
y físicamente activo.

Utilizaremos el sistema de repetición para crear la asociación entre la


orden dada y la postura, y así conseguir que se produzca el
condicionamiento.

El adiestramiento debe avanzar gradualmente y hemos de asegurarnos


de no progresar de forma excesivamente rápida porque podríamos
presionar al perro y esto le crearía ansiedad y perjudicaría el
adiestramiento.

Mantendremos siempre una actitud positiva y utilizaremos los mínimos


refuerzos negativos posibles.

Las clases serán de corta duración. Con esto conseguimos que la atención
del perro sea máxima.

El momento de terminar la clase debe ser un momento relevante en el


que el perro demuestre un avance sobre la clase anterior.

Lo importante es que el perro capte el ejercicio y lo realice sin ayuda; en


este caso liberaremos al perro de forma inmediata.

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Las órdenes se darán una sola vez como norma, y la orden y el


cumplimiento deben ser inmediatos.

En los ejercicios con correa, después de un refuerzo negativo siempre


debe venir, inmediatamente después, un refuerzo positivo por el cese de
la conducta indeseada y la realización de la deseada.

Las clases consisten en dos partes que suceden de forma consecutiva:


práctica- juego-práctica-juego...

Debemos dar siempre al perro la máxima información (feedback) sobre


el ejercicio; de esta manera el perro adquiere una visión global de lo que
le pedimos y adquirirá responsabilidad sobre la ejecución de la Tarea.

El adiestrador debe leer las expresiones corporales del perro, fácilmente


nos anticiparemos a sus posibles reacciones y tendremos mayor ventaja
para actuar.

Adecuaremos el tono de voz a las circunstancias, bien sea para llamar su


atención, alabarle o reprenderle (se trata de utilizar el tono de voz firme,
no de aumentar el volumen de voz).

La contingencia, es decir, el tiempo transcurrido entre la realización de la


conducta (después de recibir la orden) por parte del perro y la
administración del refuerzo, debe ser mínima.

Ejemplo: El entrenador da la orden "siéntate" y el perro se sienta


inmediatamente, el entrenador da un refuerzo positivo como un trozo de comida
o un juguete favorito.

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La contingencia en este ejemplo es mínima, ya que el refuerzo se administra


inmediatamente después de que el perro realiza la conducta deseada
(sentarse).

Nota: Si el refuerzo se hubiera administrado con retraso o después de que el


perro se hubiera levantado de la posición sentada, la contingencia no sería tan
clara y el perro podría tener dificultades para asociar la conducta con la
recompensa.

Si un ejercicio no está totalmente fijado no debemos dar la orden de


realizarlo si no estamos en posición de conseguir que se ejecute.

No permitiremos al perro beber agua o comer inmediatamente después


de las clases, especialmente si esta ha sido muy activa, con el fin de evitar
torsiones gástricas.

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El handler es una persona que se encarga de entrenar y manejar al perro, ya sea


en un entorno de adiestramiento o en una competición. El handler puede ser el
dueño del perro o un entrenador profesional contratado para entrenar al perro.

El handler es responsable de enseñar al perro nuevos comportamientos y


comandos, así como de supervisar su progreso en el adiestramiento y corregir
comportamientos indeseados.

En competiciones caninas, el handler es responsable de manejar al perro en la


ring, dar las órdenes y mostrar las habilidades del perro al juez.

En resumen, el handler es la persona que lidera y dirige al perro en el proceso de


entrenamiento y en las competiciones.

Características que debe tener el handler:


El handler alcanzará un nivel aceptable si cumple cuatro reglas:

1. Adquirir los máximos conocimientos posibles sobre la psicología y el


comportamiento canino.

2. Emplear tiempo suficiente de forma regular al entrenamiento del


perro.

3. Buscar la asistencia de un profesional cualificado que dirija y corrija


sus acciones.

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4. Disfrutar del trabajo.

Ser un buen entrenador de perros requiere una serie de características


concretas que hay que mantener siempre en el mismo nivel; y esto es un reto
muy importante.

Si quieres ser un buen adiestrador necesitas:

Constancia.
Firmeza.
Autoridad.
Dotes de observación.
Consistencia.
Objetividad.
Paciencia.
Sentido común.
Expresividad.
Sensibilidad.
Equilibrio.
Adaptabilidad.

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El rastreo o trazado de rastro es una disciplina canina en la que el perro es


entrenado para seguir un rastro o una pista de olor. El perro y su handler
trabajan juntos para seguir una serie de objetos ocultos o personas que han
dejado un rastro previamente. El objetivo es que el perro utilice su capacidad
olfatoria para seguir la pista y localizar los objetos o personas.

Existen diferentes niveles y categorías en el rastreo, desde principiantes hasta


competiciones avanzadas, dependiendo del país o organización. El
entrenamiento puede ser tanto para fines deportivos como para fines utilitarios,
como busqueda de personas perdidas, detección de sustancias prohibidas o
busqueda de personas en escenarios de desastres.

En el trazado de rastro, el handler guía al perro en el rastreo, pero es el perro


quien toma las decisiones y se encarga de seguir el rastro. El handler debe guiar
y motivar al perro, pero debe dejar que el perro tome las decisiones y trabaje

El trazado de rastro o rastreo Tiene mucha influencia en los resultados que


conseguirá el perro.

Para aprender el trazado de rastro, es importante tener en cuenta estos


puntos clave

El primero es que la única manera de trazar una pista correctamente es


caminando en línea recta hacia un objeto en la distancia, y si es posible,
alineado con un segundo objeto. Esto ayuda a asegurar que el perro está
siguiendo la pista correcta y no se está desviando.

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Otro punto importante es que la intensidad de la pista está directamente


relacionada con el peso del trazador. El trazador es la persona o cosa que
ha dejado la pista o rastro para que el perro lo siga.

El peso del trazador afecta a la cantidad de perturbación del suelo, lo que a su


vez afecta a la intensidad del olor y la facilidad con la que el perro puede seguir
la pista. Por lo tanto, es importante tener en cuenta el peso del trazador al
preparar una pista para el entrenamiento del perro.

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Teoría de reforzamiento:

Consiste en asociar un refuerzo biológicamente potente (comida) a un sonido y,


una vez establecida la relación, utilizar el sonido para señalar cuál es la
conducta deseada. Según la base de la teoría del condicionamiento operante, al
recompensar al perro cada vez que se emite el sonido, el perro tenderá a repetir
la conducta para volver a conseguir la comida.

Imaginemos que estamos entrenando a un perro para sentarse cuando se le da


la orden "Sientate". Usamos un pitido como señal sonora para indicar al perro
que se está realizando la conducta correcta. Cada vez que el perro se sienta
correctamente después de escuchar el pitido, se le da una golosina como
refuerzo.

En este ejemplo, se está utilizando la técnica del condicionamiento operante


para establecer una relación entre el pitido y la conducta correcta de sentarse, y
el refuerzo positivo para recompensar la conducta correcta. Al asociar el pitido
con la comida, el perro aprenderá a repetir la conducta de sentarse cada vez
que escucha el pitido para obtener la golosina como recompensa.

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Teoría motivacional:

El adiestramiento motivacional recompensa las conductas correctas y refuerza


de forma negativa las incorrectas siempre con el nivel mínimo, pero suficiente
para que el perro realice la conducta adecuada.

Imaginemos que estamos entrenando a un perro para sentarse cuando se le da


la orden "Sientate". Usamos la técnica de refuerzo positivo, ofreciendo al perro
una golosina cada vez que se sienta correctamente. Si el perro no se sienta
cuando se le da la orden, no se le da la golosina como refuerzo negativo.

En este ejemplo, se está utilizando la técnica de refuerzo positivo para


recompensar la conducta correcta de sentarse, y la técnica de refuerzo negativo
para corregir la conducta incorrecta de no sentarse.

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Teoría compulsiva:

Esta forma de adiestrar, al contrario que la anterior, premia y castiga al perro


con refuerzos negativos. El perro es motivado a buscar el cese del dolor; sí es
requerido a hacer algo y no lo hace será corregido y, si lo ejecuta correctamente,
se le premia omitiendo el estímulo negativo, o interrumpiendo su administración.

Imaginemos que estamos entrenando a un perro para no saltar a las personas


que llegan a la casa. Usamos un collar eléctrico para corregir al perro cada vez
que salta. Si el perro no salta cuando alguien llega a la casa, no recibe la
corrección eléctrica.

En este ejemplo, se está utilizando la técnica de refuerzo negativo para corregir


la conducta incorrecta de saltar, y la técnica de refuerzo positivo por omisión es
decir que el refuerzo positivo en este caso sería no usar la corrección con el
collar eléctrico para recompensar la conducta correcta de no saltar.

El perro es motivado a evitar el dolor causado por la corrección eléctrica, y al no


recibir la corrección, entiende que está realizando la conducta adecuada.

Sin embargo, es importante mencionar que este tipo de técnicas de


adiestramiento pueden generar problemas de comportamiento y su uso debe
ser supervisado por un profesional.

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Entrenamiento motivacional vs entrenamiento compulsivo

Cuando vamos a enseñar un ejercicio nuevo al perro, nosotros sabemos en qué


consiste y lo que queremos conseguir, pero el perro no tiene la menor idea sobre
ello ni sobre qué significa la nueva orden.

Pongamos por caso que vamos a enseñar a un perro a sentarse a la orden; el


perro no sabe que «siéntate» significa: pon tus cuartos traseros en el suelo.

El entrenador tradicional le dará la orden y le obligará al perro adoptar la


posición a la fuerza; el grado de fuerza que utilice es irrelevante, lo que sí está
claro es que el perro no está entendiendo nada y que su guía le está aplicando
fuerza o estímulos aversivos sin que él perro sepa por qué.

Obviamente, esto le causa desconcierto, ansiedad y tendencia a realizar


conductas de evitación porque las sensaciones internas que le produce este
manejo son negativas.

En el adiestramiento canino, la relación entre el perro y el entrenador (o


"handler") puede variar significativamente dependiendo del enfoque de
entrenamiento utilizado.

Por un lado, en los sistemas de adiestramiento compulsivo, el perro está


motivado a evitar castigos o correcciones negativas, lo que puede generar una
relación tensa entre el perro y el entrenador.

Por otro lado, en los sistemas de adiestramiento motivacional, el perro está


motivado a buscar refuerzos positivos, lo que puede generar una relación más
positiva y colaborativa entre el perro y el entrenador.

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En el primer caso, el perro estudia al guía y sus reacciones intentando


anticiparse al castigo; ejecuta conductas de evitación respecto al guía cuando se
encuentra en conflicto y, obedece las órdenes y trabaja por la Única razón de
evitar estímulos aversivos; su principal motivación es evitar sufrir daño y presión.

En el segundo caso, el del entrenamiento motivacional, el perro es feliz


trabajando, no padece estrés ni ansiedad y el vínculo con su guía se fortalece
más y más a medida que progresa el adiestramiento; se siente partícipe de la
situación y del éxito y se esfuerza en agradar a su guía que, a su vez, refuerza
todas estas actitudes del perro.

Por lo tanto, la relación es de simbiosis y el perro está continuamente mirando a


su dueño y deseando que este le ordene realizar ejercicios y tareas. Es decir, el
perro percibe a su guía como a un compañero, no como a un tirano.

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El perro es un animal social, acostumbrado en la naturaleza a vivir en un orden


jerárquico en el que existe un Alpha o líder, un Número dos, un Número tres, etc.

El perro en la civilización no convive con manada alguna de su misma especie,


sino que es la familia con la que vive la que es considerada por él como los
integrantes de su manada, de tal forma que el handler debe adoptar una
posición de Alpha o líder, ya que el perro no estará dispuesto a obedecer a
alguien que esté por debajo de él en el orden social.

Para que nuestro perro tenga disposición a obedecernos debe respetarnos, y


para que esto suceda debemos convertirnos en el líder de nuestro perro.

Para ello contamos con una serie de factores a nuestro favor:

La natural tendencia del perro a servir al hombre, conseguida a través


de la domesticación y la cría selectiva.

La capacidad de dominio físico que tenemos sobre el perro,


especialmente si este es cachorro.

El conocimiento de la psicología y el comportamiento canino. Como vimos


en el anteriormente, la mejor forma de conseguir el liderato es:

Adiestramiento → Vínculo → Disciplina → Alpha.

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Durante la mayor parte del tiempo nos dirigimos y comunicamos con nuestro
perro por medio de la voz y de expresiones corporales, de forma que estas
adquieren para el perro importancia como indicadoras de nuestro estado
emocional y como predictoras de algún evento como comer, salir a la calle,
jugar, dar clase, hora del baño, etc.

Son muchas las acciones que realizamos al cabo del día sin dirigirnos al perro en
particular, pero si el perro convive con nosotros, aprende las relaciones
existentes entre gestos y expresiones orales que realizamos en su presencia,
aunque estas no se dirijan a él en particular.

Pasaremos ahora a describir las características principales de las dos formas de


comunicación directa más habituales, que son:

la comunicación oral y la corporal.

La palabra es la mejor herramienta de la que disponemos para comunicarnos


con el perro. La comunicación oral no se limita a dar órdenes y esperar a que el
animal adopte unas posturas determinadas. La verdadera comunicación
consiste en un entendimiento y respeto mutuos.

Comunicación por señas:

La comunicación por señas en general sirve para mejorar la obediencia global


del perro, aunque en algunos casos sea imprescindible (por ejemplo, en el
adiestramiento de perros para cine).

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Mediante la utilización de señas conseguimos que el perro esté muy atento a


nosotros porque si le ordenamos algo mediante una seña y el perro no lo
percibe, utilizaremos un refuerzo negativo para conseguir que nos obedezca.

Imagina que estás entrenando a tu perro para que se siente cuando le das la
seña de "sentado". En lugar de decirle "siéntate" verbalmente, utilizas una seña
con la mano para indicarle lo que quieres que haga.

Cada vez que tu perro se sienta correctamente después de recibir la seña, lo


refuerzas con un premio, como una golosina o un juego. Si tu perro no entiende
la seña o no se sienta cuando se la das, utilizas un refuerzo negativo, como
ignorarlo o corregirlo con un "no" verbal. Con el tiempo, tu perro aprenderá a
asociar la seña con la conducta deseada y responderá rápidamente y
precisamente a la seña.

No obstante, las órdenes por señas son menos efectivas que las órdenes
orales por las siguientes razones:

1. Muchas de ellas no pueden modularse en intensidad y no tienen valor


como refuerzo.

2. La comunicación directa con el perro es casi del 100% del tiempo


mediante el uso de la voz.

3. Las señas son monótonas, no alaban ni reprimen. Si no funcionan hay


que reprender con el uso de la voz.

4. Requieren de la atención visual del perro.

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Entendemos por leer al perro, percibir todos sus gestos corporales y


movimientos para adquirir la máxima información sobre el grado de expresión
de sus rasgos de carácter, su estado emocional y, especialmente, sobre sus
intenciones para poder anticiparnos y actuar en consecuencia.

Un momento del entrenamiento en que leer al perro con exactitud resulta


indispensable es durante los ejercicios de defensa, especialmente durante las
fases iniciales.

El figurante (hombre de ataque) debe leer con precisión el lenguaje corporal del
perro para determinar el momento adecuado de amenazar, huir o concederle la
mordida al perro.

El figurante (hombre de ataque) debe ser capaz de leer con precisión el lenguaje
corporal del perro para determinar el momento adecuado de amenazar, huir o
concederle la mordida al perro.

Por ejemplo, si el perro tiene la cabeza baja, la cola entre las piernas y las orejas
pegadas a la cabeza, es probable que se sienta intimidado y asustado, por lo
que el figurante debe evitar amenazarlo o concederle la mordida.

En cambio, si el perro tiene la cabeza erguida, la cola en alto y las orejas alerta,
es probable que esté dispuesto a jugar y podría ser un buen momento para que
el figurante amenace o conceda la mordida.

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Algunas formas de lenguaje corporal del perro:

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Nuestra posición respecto al perro es fundamental en varios aspectos:

Aprendizaje: Durante el adiestramiento, mantener la posición sin ningún


tipo de variación marca la diferencia respecto a la rapidez con que el
perro asimila el ejercicio.

Control: Si llevamos al perro por nuestra izquierda y se nos cruza por


delante y gira en sentido contrario al de la marcha y nosotros le
seguimos, manda él, no nosotros.

Liderato. Si no somos capaces de controlar al perro, si nosotros le


seguimos a él, esto influye de forma negativa. La mayoría de las veces,
esta situación no presenta problemas de enfrentamiento o agresión, pero
sí representa una total falta de respeto del perro hacia nosotros.

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Constancia:
La constancia es muy importante porque afecta tanto al entorno como al guía y,
evidentemente, el perro se verá afectado también.

Debemos mantener constante el entorno donde tiene lugar la clase; y en este


entorno influyen principalmente dos factores:

El lugar de entrenamiento y la gente presente durante la clase.

Debemos mantener el lugar de entrenamiento constante; especialmente


al principio del entrenamiento deberemos buscar un lugar sin
distracciones para evitar que el perro se despiste.

El guía también debe ser constante. Debe preparar un programa de


entrenamiento y ajustarse lo más posible a él.

Probablemente, este punto es el más importante de los tres; debemos ser


muy constantes en el entrenamiento.

Consistencia:
Entendemos por consistencia el comportamiento estable, sin cambios bruscos
en la relación y manejo del perro, de tal forma que seamos predecibles para él.

El guía debe ser mental, verbal y físicamente, consistente con el


perro:

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Consistencia verbal:

El guía debe mantener siempre las mismas órdenes para cada ejercicio y los
mismos tonos de voz para cada secuencia con el fin de evitar imprecisiones que
afecten a la comprensión del perro y puedan crearle confusión y ansiedad.

Consistencia física:

El guía debe manejar al perro con las mínimas variaciones posibles para evitar
confundirlo con señales, expresiones o manejos contradictorios. La consistencia
incluye la coordinación, que es fundamental para poder aplicar los refuerzos y
órdenes de forma simultánea.

Consistencia mental:

Mentalmente, el guía debe tener claro cómo va a reaccionar en cada momento


y mantener un estado de ánimo estable durante la clase, porque si tenemos
altibajos emocionales durante el entrenamiento sin que tengamos una razón
educativa para ello, afectará negativamente al perro, al desarrollo de la clase y,
por lo tanto, al aprendizaje y entrenamiento.

Consistencia técnica:

Este apartado engloba los tres anteriores porque significa la utilización correcta
por parte del guía de todos los factores técnicos que intervienen en el
adiestramiento; es decir, consiste en utilizar de forma consistente durante todo
el programa de adiestramiento el uso de la contingencia, comunicación,
lenguaje corporal, administración de refuerzos, etc., con las mínimas variaciones
posibles en cuanto a intensidad, rapidez y precisión de todos los principios
técnicos.

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La transmisión es otro de los factores clave en el adiestramiento. Saber


transmitir al perro lo que queremos y esperamos de él en cada momento es lo
que marca la diferencia en el adiestramiento.

FEEDBACK:

Entendemos por feedback la información global que damos al perro tanto sobre
el ejercicio que le estamos enseñando como sobre las consecuencias de su
conducta.

El feedback debe informar al perro de la forma más concreta y precisa posible


sobre qué es lo que esperamos de él; asimismo, debe de comunicarle con la
mayor claridad posible qué es lo que conseguirá al hacerlo, es decir, cuál va a
ser el refuerzo contingente a su conducta.

Contar con la voluntad del perro:

La evidencia demuestra que los perros acaban aprendiendo lo que se espera de


ellos, sea cual sea el método utilizado; pero también es cierto que, si el sistema
no es el más adecuado, los resultados no son todo lo satisfactorios que debieran
y las sensaciones del perro respecto a la clase son totalmente diferentes.

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Si el perro realiza un movimiento por voluntad propia y obtiene un refuerzo


positivo, las ventajas son:

Su grado de iniciativa no se resiente, sino todo lo contrario, aumenta.

Sus sensaciones internas respecto a la clase son positivas: bienestar,


porque todo transcurre de forma alegre y lúdica; y satisfacción por
haber conseguido el refuerzo y la admiración del guía.

La expectación y motivación hacia el refuerzo son máximas y, por lo


tanto, su grado de atención y estimulación son los más adecuados.

Su predisposición al trabajo y sus ganas de agradar aumentan.

Las claves para conseguir que el perro actúe por voluntad propia son:

Un grado de estimulación adecuado a la posición o tarea que


deseamos que aprenda.

Un refuerzo muy apetecible para el perro.

Utilización de un feedback con la información más completa y precisa


posible sobre lo que esperamos de él y que conseguirá al hacerlo.

Utilizar la manipulación y la restricción lo menos posible.

Lo más importante de todo es reforzar el más mínimo movimiento


voluntario del perro hacia la tarea que deseamos enseñarle.

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Como hemos señalado en el apartado de los instintos, no es suficiente con que


un perro tenga algún tipo de motivación interna para conseguir algo; además,
necesita un grado variable de estimulación externa para que la conducta se
desencadene.

Consecuentemente, podemos concluir que ambos factores tienen una


importancia decisiva en el proceso de condicionamiento.

Motivación:

La motivación es determinante en el aprendizaje: si el perro no está motivado en


absoluto, su sistema nervioso no está activado, su grado de atención es mínimo
y no se encuentra en condiciones de aprender nada.

Podemos decir que la motivación es un estado interno (emocional) que impulsa


al animal a actuar.

De forma global podemos decir que comprende dos aspectos:

1. Innato:

Afecta temporalmente a la conducta. Por ejemplo, la sensación de hambre


afecta a la conducta de manera temporal, hasta que esta es saciada.

2. Aprendido:

Los aspectos motivacionales derivados del aprendizaje afectan de una forma


más permanente a la conducta del perro. Entendemos por motivación
aprendida cualquier condicionamiento discriminativo al que se ha sometido al
perro.

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Estimulación:

Ya hemos señalado que la estimulación del sistema nervioso es la base del


aprendizaje. En definitiva, debemos estimular al perro hasta situarlo en las
mejores condiciones de aprendizaje y, para ello, utilizaremos dos fases:

1. Estimulación del sistema nervioso por medio del juego, hasta que su
cuerpo y mente estén activos para reaccionar en el nivel óptimo para la
tarea que vamos a comenzar.

2. Crearemos en el perro una expectativa de conseguir una recompensa


mostrándole la comida o incitándole a coger el rodillo, pelota, etc. Con
ello conseguimos que la interacción entre el perro y nosotros sea positiva.

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Cualquiera que sea el sistema que utilicemos para enseñar un ejercicio nuevo
al perro, dividiremos en tres fases el aprendizaje y evolución del ejercicio.

1. Esta es la fase de aprendizaje propiamente dicha; y consiste en darle al


perro información global (feedback) de la tarea a través de la
presentación del ejercicio y los componentes necesarios para que
establezca la asociación entre la conducta y el estímulo elegido (orden)
de forma que adquiera una representación mental del objetivo que
queremos conseguir mediante la conducta concreta.

2. En esta fase nos centraremos en que el perro realice el ejercicio por


voluntad propia. El perro ya conoce la secuencia y sabe la conducta que
debe efectuar para conseguir el refuerzo.

3. En esta tercera fase daremos responsabilidad al perro sobre la ejecución


de la conducta concreta. El perro sabe qué debe hacer y cómo ejecutarlo
y, además, conoce lo que sucederá después de la ejecución del ejercicio.

En la manipulación: la tasa de aprendizaje es mínima o nula dependiendo


del grado de manipulación; esto sucede porque el perro está siendo colocado en
una determinada posición sin que realice ningún movimiento voluntario para
adoptarla, sino más bien al contrario, suelen ejercer resistencia; la clave de la
cuestión es, conseguir con la mínima manipulación que el perro realice de forma
voluntaria algún movimiento encaminado a la realización de la conducta
deseada.

LUCAS VICENTE 42
“MAXIMIZANDO EL POTENCIAL DE TU PERRO”

Este sistema plantea dos problemas:

1. Es necesario utilizar siempre la correa, especialmente en las fases


iniciales, y no debemos olvidar que la correa es una herramienta de
control, no de aprendizaje ni de condicionamiento.

2. En los ejercicios complicados y en aquellos otros que son complejos, la


manipulación suele provocar conflictos al perro porque son muchas las
variables que intervienen y el perro es manipulado para que realice esas
conductas sin que él sea consciente de qué es lo que tiene que hacer; esta
situación, aparte de producir ansiedad al perro.

Si optamos por utilizar este sistema para adiestrar al perro, tendremos en


cuenta dos fases bien diferenciadas, destinadas a paliar al máximo los efectos
negativos de la manipulación y, por lo tanto, a minimizar el uso de esta:

inicio del ejercicio y perfeccionamiento del ejercicio.

Inicio del ejercicio:

En el momento de enseñar al perro un nuevo ejercicio llevamos a cabo


inicialmente la primera fase, es muy importante que el ejercicio quede
totalmente consolidado antes de pasar al perfeccionamiento para que el perro
tenga clara la representación mental de la secuencia.

Una vez conseguido esto, pasamos a la segunda fase, en la que el perro ya


realiza por voluntad propia la postura o conducta adecuada.

LUCAS VICENTE 43
“MAXIMIZANDO EL POTENCIAL DE TU PERRO”

Hemos de tener en cuenta tres factores:

1. Objetivo, Siempre es enseñar al perro un ejercicio nuevo.

2. Necesidades:

Un programa con la técnica de enseñanza más adecuada al perro en


concreto.

Material adecuado.

Un lugar de trabajo adecuado: será tranquilo y sin distracciones en el


inicio del ejercicio.

3. Procedimiento:

Dar al perro información global sobre lo que queremos, manipulándolo de


la forma más amable posible hasta que adopte la postura requerida

A la vez que adopta la postura requerida, introduciremos


simultáneamente la orden y la seña si es posible.

Reforzar al perro por la ejecución de forma inmediata.

Repetir hasta que el perro realice el ejercicio por sí mismo por primera
vez o con la mínima asistencia.

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“MAXIMIZANDO EL POTENCIAL DE TU PERRO”

Soltar, alabar y reforzar al perro en menos de 1/4 de segundo para que al


perro no le quepa duda que ha sido la ejecución de la conducta la que le
ha reportado este refuerzo.

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“MAXIMIZANDO EL POTENCIAL DE TU PERRO”

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“MAXIMIZANDO EL POTENCIAL DE TU PERRO”

Perfeccionamiento del ejercicio:

Una vez que el perro conoce el ejercicio y lo realiza de forma voluntaria,


pasamos a la tercera y Última de las fases.

Procedimiento:

1. Damos la orden, el perro decide si hacerlo o no (responsabilidad).

2. Al 1/4 de segundo si el perro no ha efectuado el ejercicio le corregiremos y


manipularemos para obligarle a adoptar la postura deseada.

3. Reforzaremos al perro por la ejecución.

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“MAXIMIZANDO EL POTENCIAL DE TU PERRO”

Esta es la forma de enseñarle el ejercicio a tu

perro

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“MAXIMIZANDO EL POTENCIAL DE TU PERRO”

Perfeccionamiento del ejercicio:

El perro siempre debe tener la oportunidad de realizar el ejercicio y él será el


responsable de recibir o no el refuerzo negativo o, por el contrario, el refuerzo
positivo.

Las claves de este proceso son:

El perro debe tener oportunidad de elegir.

La corrección y manipulación han de ser simultáneas.

La corrección siempre debe ir seguida de un refuerzo positivo contingente


a la realización del perro de la conducta/posición adecuada.

El refuerzo positivo ha de ser muy deseable para el perro.

La contingencia es de vital importancia y su consecuencia, es decir, el


refuerzo, debe ser administrado de la forma más rápida posible.

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“MAXIMIZANDO EL POTENCIAL DE TU PERRO”

LUCAS VICENTE 50
“MAXIMIZANDO EL POTENCIAL DE TU PERRO”

Si el adiestramiento se realiza con comida esta servirá como expectativa y como


refuerzo y, al poco tiempo, la sola visión de la comida le pondrá en disposición
de conseguirla, ya que la experiencia adquirida durante los ejercicios anteriores
le indicará cómo actuar.

Existen dos reglas para el adiestramiento con comida:

Al principio utilizaremos un programa de reforzamiento continuo, es


decir, recompensaremos al perro todas y cada una de las veces hasta
que aprenda el ejercicio.

Una vez que el ejercicio está totalmente fijado pasaremos a un programa


de reforzamiento intermitente variable, es decir, le recompensaremos de
forma arbitraria, de tal forma que la expectación le sirva como estímulo,
porque si el perro sabe con certeza que siempre va a obtener comida su
interés decae.

Cuando el perro domine completamente él ejercicio comenzaremos con el


siguiente, siendo el ejercicio anterior el punto de partida del nuevo ejercicio y
solo recompensaremos con comida el ejercicio actual.

Cuando el segundo ejercicio esté casi fijado, podemos recompensar al perro por
la realización del primer ejercicio de forma sorpresiva, así no solo lo
consolidaremos aún más, sino que la motivación y disposición del perro a la
realización de ese ejercicio, no disminuirá.

LUCAS VICENTE 51
“MAXIMIZANDO EL POTENCIAL DE TU PERRO”

Por ejemplo:

Sit → Comida... hasta que esté fijado → Sit → No comida →→ Platz →


Comida...→ hasta que esté fijado → Platz →→ No comida → Muerto →
Comida... hasta que esté fijado...

Sit o sentado.

Platz o echado.

En definitiva, cada vez que utilicemos comida para enseñar un ejercicio,


llamaremos al perro con un tono de voz inquisitivo a la vez que le mostramos la
comida y la troceamos. Lógicamente, el perro estará muy atento, pero además
con ello conseguimos:

Crear en el perro una expectativa de conseguir la recompensa.

Estimular el sistema nervioso del perro que le motiva para conseguir la


recompensa.

Crear una situación previa al aprendizaje de tal forma que la próxima vez
que pongamos al perro en la misma situación sabrá, gracias a su
experiencia anterior.

LUCAS VICENTE 52
“MAXIMIZANDO EL POTENCIAL DE TU PERRO”

LUCAS VICENTE 53
“MAXIMIZANDO EL POTENCIAL DE TU PERRO”

Este sistema está basado en el condicionamiento operante, es decir, el perro


realiza una conducta y obtiene un refuerzo contingente a la realización de esta;
como vimos anteriormente, si esto sucede, la conducta reforzada tiende a
repetirse.

El método de entrenamiento consiste en asociar un sonido a una recompensa


deseada, como comida, para el perro. A través de repeticiones, el perro aprende
la relación entre el sonido y la recompensa inmediata, entendiendo que cuando
se produce ese sonido, recibirá la comida.

Para que el perro realice la asociación, procederemos de la


siguiente manera:

En un momento en el que el perro no esté realizando ninguna conducta en


particular, accionaremos el clicker, esperamos un segundo y le ofrecemos
la recompensa.

Haz que tu perro se sienta cómodo y relajado en un ambiente tranquilo.

Introduce el clicker y hazlo sonar cerca de tu perro. Al mismo tiempo, dale


una recompensa como un trozo de comida o un juguete. Repite esta
acción varias veces hasta que tu perro asocie el sonido del clicker con la
recompensa.

Una vez que tu perro ha aprendido la asociación entre el sonido del


clicker y la recompensa, comienza a utilizar el clicker para marcar el
comportamiento deseado. Por ejemplo, si quieres que tu perro se siente,
haz sonar el clicker y dale una recompensa cuando se siente.

LUCAS VICENTE 54
“MAXIMIZANDO EL POTENCIAL DE TU PERRO”

Continúa practicando con diferentes comportamientos y recompensando


al perro cada vez que realiza el comportamiento correcto. A medida que
tu perro aprende, aumenta la dificultad del entrenamiento y deja de dar
recompensas cada vez.

Generalmente, serán suficientes cinco o seis días.

Recuerda ser paciente y consistente en el entrenamiento, y nunca


castigues al perro por hacer algo mal. En su lugar, simplemente ignorar el
comportamiento incorrecto y enfocarte en reforzar el comportamiento
correcto.

Las claves de este proceso de introducción son:

1. Las recompensas deben ser muy apetecibles para el perro.

2. Los trozos de recompensa deben ser lo suficientemente pequeños para


que el perro los trague sin tener que masticarlos; pero, a la vez, lo
suficientemente grandes para estimular al perro, porque si el perro tarda
en tragarlos, se interrumpe la secuencia y el perro pierde la conexión del
proceso de aprendizaje en cada bocado y, por lo tanto, el tiempo de
asociación se retrasará.

3. No utilizaremos refuerzos verbales ni caricias durante el proceso.


Simplemente, clic-recompensa (c/r).

4. Debemos ser cuidadosos en no accionar el click más de una vez cuando


el perro esté realizando un mismo movimiento porque el perro puede
entender (si coincide dos o más veces que accionamos el click con un
mismo movimiento suyo) que el refuerzo se debe a su conducta y no
adquirir información global sobre el proceso.

LUCAS VICENTE 55
“MAXIMIZANDO EL POTENCIAL DE TU PERRO”

5. Siempre que accionemos el clicker debemos recompensar al perro; si no


lo hacemos, el sonido perderá valor para el perro y, además, podemos
confundirlo porque él espera la recompensa.

Las ventajas de este sistema son:

1. Es muy fácil de aplicar.

2. Es positivo, con lo que minimiza el estrés y la ansiedad, y como no se


utilizan refuerzos negativos, las sensaciones internas del perro son
positivas y agradables.

3. El sonido es inconfundible y se puede accionar de forma instantánea, con


total precisión, con lo que se minimizan los posibles problemas de
contingencia.

4. El sonido actúa como marcador, es decir, señala exactamente la acción


correcta, de forma que el perro entiende sin ninguna duda cuál ha sido la
conducta que ha provocado el sonido y, por tanto, la recompensa.

5. El sonido también significa que la conducta se ha realizado, es decir, que


ha finalizado. Por lo tanto, no podemos utilizarlo para comunicar al perro
que continúe haciendo algo.

6. Con este sistema, el perro aprende primero la conducta y después la


orden referida a esta, con lo que cuando se introduce la orden, el perro ya
sabe lo que tiene que hacer, por lo que la ansiedad y el desconcierto son
inexistentes.

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“MAXIMIZANDO EL POTENCIAL DE TU PERRO”

El poder del clicker radica en que, a la vez, es:

El clicker es un estímulo discriminativo efectivo en el entrenamiento


canino. Se utiliza para marcar un comportamiento específico y señalar al
perro que una recompensa está disponible.

Por ejemplo, si estás entrenando a tu perro a sentarse, cada vez que él se


sienta, haces sonar el clicker y le das una recompensa. Con el tiempo, el perro
asocia el sonido del clicker con la recompensa y comienza a mostrar el
comportamiento deseado con mayor frecuencia. El clicker actúa como un
estímulo condicionado en el condicionamiento clásico al indicar al perro cuál es
el comportamiento correcto.

Un refuerzo condicionado. Al asociarlo de forma repetida con la


comida, obtiene el valor de esta para el perro y actúa como substituto
del refuerzo primario.

Por ejemplo: Imagina que estás entrenando a tu perro a realizar un truco nuevo,
como dar la pata. Al principio, premias al perro con un trozo de comida cada
vez que él realiza el truco correctamente.

Con el tiempo, comienzas a usar el clicker para marcar el momento preciso en el


que el perro realiza el truco correctamente, y continúas premiándolo con
comida. Después de varias repeticiones, el perro asocia el sonido del clicker con
la comida y el clicker se convierte en un refuerzo condicionado.

Es decir, el clicker tiene el mismo valor para el perro que la comida, y puede ser
utilizado como substituto del refuerzo primario (comida) en el entrenamiento.

LUCAS VICENTE 57
“MAXIMIZANDO EL POTENCIAL DE TU PERRO”

Un estímulo puente. Puede utilizarse a distancias relativamente largas


y se puede demorar la administración de la recompensa.

Por ejemplo: Imagina que estás entrenando a tu perro a sentarse en un lugar


específico a varios metros de distancia. Al principio, tu perro no entiende lo que
quieres de él, pero cada vez que se sienta en el lugar correcto, haces sonar el
clicker y le das una recompensa. Con el tiempo, el perro aprende a asociar el
sonido del clicker con la recompensa y comienza a sentarse en el lugar correcto
con mayor frecuencia.

A medida que el perro se vuelve más avanzado en el entrenamiento, puedes


empezar a demorar la administración de la recompensa y utilizar el clicker
como un estímulo puente para indicarle al perro que ha realizado el
comportamiento correcto, incluso a distancias relativamente largas.

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“MAXIMIZANDO EL POTENCIAL DE TU PERRO”

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“MAXIMIZANDO EL POTENCIAL DE TU PERRO”

Este sistema consiste en dividir en fases progresivas el entrenamiento para


conseguir un objetivo final. Partimos de la más mínima tendencia que nos sirva
de punto de partida hacia el movimiento final deseado y, paso a paso, vamos
avanzando hasta alcanzar la correcta realización de la conducta deseada
completa.

Ya hemos visto que una conducta tiende a repetirse si es reforzada; esta es la


base de este sistema. Reforzamos inicialmente cualquier movimiento o conducta
que nos sirva como paso inicial hasta lograr que el perro lo realice
correctamente.

Conductas encadenadas:

El concepto de conductas encadenadas en adiestramiento canino significa que


podemos enseñar a nuestro perro una conducta más complicada al combinar
varias conductas más sencillas que ya conoce.

Por ejemplo, si nuestro perro ya sabe sentarse y quedarse quieto, podemos


enseñarle a sentarse y quedarse quieto hasta que le demos una señal para
levantarse. Esto lo hacemos recompensando al perro cada vez que hace bien
una de las conductas sencillas hasta que finalmente realiza la conducta
compleja.

Un sencillo caso práctico: Para enseñar a un perro a sentarse y quedarse


sentado hasta que se le dé una orden para levantarse.

LUCAS VICENTE 60
“MAXIMIZANDO EL POTENCIAL DE TU PERRO”

Ya después de haber aprendido el comando para sentarse, Usamos el


comando verbal o un gesto para que el perro se siente y le
recompensamos con una golosina.

Añadimos la orden "Quieto" mientras el perro está sentado: Después de


algunas repeticiones, decimos "Quieto" y esperamos algunos segundos
antes de recompensar al perro con una golosina.

Prolongamos la duración de la orden "Quieto": Gradualmente


aumentamos el tiempo que el perro debe permanecer sentado antes de
que le demos una golosina o la orden para levantarse.

Añadimos la orden para levantarse: Usamos un comando verbal o un


gesto para que el perro se levante y le recompensamos con una golosina.

Ahora, el perro ha aprendido la conducta compleja de sentarse y quedarse


sentado hasta que se le dé una orden para levantarse, que está formada por
conductas más simples que ya conocía.

Como ya lo mencionamos, el proceso se realiza encadenando varias unidades


de conducta que el perro ya sabe realizar para conseguir una nueva conducta
más compleja.

Las conductas sencillas que usamos para formar la conducta compleja se


llaman "conductas integrantes" o "fragmentos".

Por lo tanto, las conductas integrantes son fragmentos de la conducta final que
queremos establecer; esto es importante porque cada una de las conductas
sirve:

LUCAS VICENTE 61
“MAXIMIZANDO EL POTENCIAL DE TU PERRO”

Estos fragmentos o conductas integrantes son importantes porque cada


una de ellas actúa como un estímulo para que el perro realice la siguiente
conducta.

Por ejemplo, si queremos enseñar a nuestro perro a sentarse y quedarse


quieto hasta que le demos una señal para levantarse, cada vez que el perro
se sienta y se quede quieto será un estímulo para que realice la siguiente
conducta.

De esta manera, podemos ir encadenando las conductas hasta formar una


conducta compleja y lograr el resultado deseado.

También sirve como Como refuerzo por la realización de la conducta


anterior.

Cuando nos proponemos realizar un proceso de encadenamiento de


conductas debemos tener en cuenta los siguientes puntos clave:

Definir claramente el objetivo final: ¿Qué queremos que haga nuestro


perro?

Por ejemplo, queremos que siga un camino determinado y se siente en un


punto específico.

Identificar las conductas individuales necesarias: Para alcanzar nuestro


objetivo, debemos identificar las conductas más sencillas que debemos
enseñar y consolidar antes de encadenarlas.

Por ejemplo, para seguir un camino y sentarse en un punto específico, primero


debemos enseñar al perro a seguirnos, luego a detenerse en un punto
determinado y finalmente a sentarse.

LUCAS VICENTE 62
“MAXIMIZANDO EL POTENCIAL DE TU PERRO”

Planificar el proceso: Debemos establecer los pasos necesarios para


encadenar las conductas individuales.

Por ejemplo, primero enseñaremos al perro a seguirnos, luego le


agregaremos la señal para detenerse en un punto determinado y finalmente
agregaremos la señal para sentarse.

Practicar cada conducta individual: Es importante que el perro domine


cada conducta antes de encadenarlas. Debemos asegurarnos de que el
perro responda de forma fiable a cada una de las señales y
comportamientos individuales antes de unirlos en una conducta
encadenada.

Consolidar el encadenamiento: Una vez que el perro ha aprendido todas


las conductas individuales, es importante consolidar el encadenamiento
hasta que la conducta final se realice de forma fluida y sin errores.

Recuerda que lo más importante es que cada conducta individual esté bajo
control y se ejecute sin errores antes de encadenarlas. Si el perro no domina una
conducta individual, es posible que el encadenamiento no funcione de manera
efectiva.

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“MAXIMIZANDO EL POTENCIAL DE TU PERRO”

LUCAS VICENTE 64
“MAXIMIZANDO EL POTENCIAL DE TU PERRO”

Para adiestrar a un perro en una actividad que requiere precisión y rapidez,


debemos primero asegurarnos de que el perro comprende la asociación entre la
orden y la acción deseada. Después, podemos trabajar en mejorar la precisión y
rapidez de su respuesta.

Por ejemplo, si queremos que el perro se siente inmediatamente cuando se le da


la orden "siéntate", primero debemos enseñarle a sentarse con precisión. Una
vez que el perro comprende cómo sentarse correctamente, podemos comenzar
a trabajar en acelerar su respuesta.

Durante el entrenamiento, es mejor comenzar a aplicar este método fuera de la


clase formal para que el perro pueda responder más rápidamente sin sentir la
presión de tener que cumplir con las normas de la clase.

A medida que mejore, podemos aumentar la dificultad y esperar una respuesta


más rápida y precisa durante las clases formales.

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“MAXIMIZANDO EL POTENCIAL DE TU PERRO”

Practica:

La práctica de los ejercicios que hemos enseñado al perro es fundamental si


queremos mantener e incrementar la calidad del nivel de realización; no basta
con enseñar al perro los ejercicios deseados y conseguir que estén bajo control
del estímulo; si queremos mejorar la calidad de respuesta.

Si después de que los ejercicios han sido asimilados por el perro, dejamos de
trabajar y practicar con él, su nivel de respuesta disminuirá de forma progresiva;
el perro no olvidará los ejercicios aprendidos, pero la calidad de ejecución de los
mismos se verá afectada negativamente.

Debemos preparar un plan de prácticas para mantener y mejorar la calidad de


respuesta del perro, pero teniendo en cuenta que no queremos tener un perro
que parezca un robot y que esté demasiado sometido en su comportamiento,
sino un perro con un gran nivel de obediencia y realización de las conductas
aprendidas.

Cuando nos dispongamos a entrar en el campo de entrenamiento


para practicar con nuestro perro, debemos considerar algunas
reglas:

Entrar a la pista con una idea prefijada de los ejercicios que se van a
practicar o entrenar y con qué fin: precisión, mejorar la mordida,
aumentar el control, etc.

Por lo tanto, antes de entrar al campo de entrenamiento debemos tener un


programa prefijado y unos objetivos a conseguir claros y definidos. Esto no
significa que no podamos modificar algo en un momento determinado
dependiendo de las circunstancias.

LUCAS VICENTE 66
“MAXIMIZANDO EL POTENCIAL DE TU PERRO”

Preparar todo lo que vayamos a necesitar durante la sesión con el fin de


evitar tener que interrumpir la clase de forma innecesaria.

Cualquier interrupción de la clase significa inevitablemente que el perro pierda el


nexo del ejercicio que estábamos practicando antes de la interrupción y que su
grado de estimulación y motivación puedan sufrir variaciones.

Tener previsto un plan de avance o recompensa por si el perro realiza


con total corrección el movimiento que teníamos previsto entrenar. No
podemos quedarnos helados o indiferentes si el perro demuestra una
calidad de realización de los ejercicios inesperada para nosotros.

LUCAS VICENTE 67
“MAXIMIZANDO EL POTENCIAL DE TU PERRO”

LUCAS VICENTE 68
“MAXIMIZANDO EL POTENCIAL DE TU PERRO”

Si practicamos con el perro siempre de la misma forma y en el mismo sitio, no


solo mecanizaremos al perro, sino que limitamos la capacidad del mismo para
realizar esas mismas conductas en distintas circunstancias.

Para tratar de evitar la aparición de estos y otros problemas, debemos


programar un sistema de prácticas basado en la variedad y versatilidad.

Si las sesiones de prácticas son variadas y se actúan de forma distinta y en


lugares diferentes de forma habitual, será mucho más fácil para nosotros
mantener la atención e interés del alumno.

Dividiremos las sesiones de prácticas en dos categorías:

1. Trabajar solos, es decir, sin entrenar conjuntamente con otros guías y sus
perros.

2. Practicar conjuntamente con otras unidades de guías con sus respectivos


perros.

LUCAS VICENTE 69
“MAXIMIZANDO EL POTENCIAL DE TU PERRO”

LUCAS VICENTE 70
“MAXIMIZANDO EL POTENCIAL DE TU PERRO”

Ya hemos señalado que necesitamos practicar de forma más o menos frecuente


si queremos mantener y mejorar la correcta ejecución de los ejercicios.

Independientemente del sistema de prácticas que elijamos, el principio más


importante que debemos tener en cuenta es que la práctica afecta a la
realización de los ejercicios, no al aprendizaje.

Continua:

La utilización de sesiones de práctica continua debe restringirse a casos


concretos como la proximidad de una competición o de una exhibición en las
que el perro deba realizar los ejercicios de forma muy concreta.

Si el perro no tiene un nivel de energía muy alto o no es un perro con mucha


intensidad en el trabajo, sería contraproducente entrenar de forma masiva
porque el rendimiento disminuirá si programamos más de una sesión diaria de
prácticas.

En estos casos debemos elegir un sistema de práctica continua metódico, en el


que no practicaremos más de una vez al día de modo que la sesión tenga lugar
en el momento del día que el perro demuestre una mayor intensidad y nivel de
energía en su actuación.

LUCAS VICENTE 71
“MAXIMIZANDO EL POTENCIAL DE TU PERRO”

Variable:

Cuando no nos encontremos en momentos de pre competición o, si el perro no


está destinado al desarrollo de una tarea que exija la práctica continua, la
elección más indicada es un sistema de prácticas variable, más relajado y
menos intenso, pero que nos permite igualmente actuar positivamente sobre el
nivel y calidad de la ejecución de los ejercicios y, también, de disfrutar con
nuestro perro.

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“MAXIMIZANDO EL POTENCIAL DE TU PERRO”

Problemas:

La aparición de problemas durante las sesiones de prácticas es normal, los


perros no son máquinas sino seres vivos con un organismo que es susceptible de
ser afectado por numerosas influencias tanto externas como internas.

Ejemplo de influencia interna es la producida por las hormonas, que afecta al


comportamiento de los perros.

Causas de origen externo pueden ser muchas y muy variadas, como:


temperaturas extremas, tormenta, la presencia de una hembra en celo, etc.

A continuación, vamos a analizar los problemas más frecuentes.

Anticipación:

Suele suceder, especialmente si las prácticas de los ejercicios son muy


repetitivas o los intervalos de ejecución son muy exactos, que el perro termine
por conocer cuál va a ser él siguiente movimiento y se anticipe en su realización
sin que le hayamos dado la orden.

Mecanización:

La mecanización se produce cuando repetimos secuencias, especialmente de


conductas encadenadas, siempre de la misma forma o en el mismo orden.

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“MAXIMIZANDO EL POTENCIAL DE TU PERRO”

Lentitud:

Especialmente si utilizamos un programa de prácticas continuas masivas, la


reiterada ejecución de los ejercicios día tras día produce una disminución de la
expectación del perro; esto suele resultar en una ejecución más lenta del
ejercicio.

LUCAS VICENTE 74
“MAXIMIZANDO EL POTENCIAL DE TU PERRO”

No quería despedirme sin antes Mencionar que, Aplicar los concejos de este libro
electrónico, no te tomará mucho tiempo y te aportará mucha alegría y
serenidad, ya que te ayudara a solventar la mayoría de problemas que se
presentan al momento de educar a un perro, Solo debes asentar la relación
entre amo y perro sobre buenas bases antes de enfrentarte al conflicto.

Dar una buena educación a tu perro es primordial.

Un perro vive en manada y su familia es su manada. Una jerarquía debe ser


instaurada, y la educación te ayudará con ello. Si estás dispuesto a reafirmarte
día a día en tu sitio, tu perro estará dispuesto a hacer lo que desees.

Él solo pide comprenderle pese a la dificultad que eso representa para él.

Educación no quiere decir autoritarismo. La educación debe reunir el placer, el


juego, las caricias, pero también Carácter.

Tus comentarios y recomendaciones son muy importantes.

Esto me ayudará a que pueda Hacer nuevos libros y así poder compartir todo mi
conocimiento de la educación y cuidado de Canes.

LUCAS VICENTE 75
“MAXIMIZANDO EL POTENCIAL DE TU PERRO”

Quería tomarme un momento para expresar mi más sincero agradecimiento por


haber leído mi e-book, Aprecio mucho el tiempo y el esfuerzo que has puesto en
seguir mis consejos, a desarrollar al máximo su potencial.

Sé que a veces puede parecer difícil entrenar a un perro, pero estoy seguro de que,
con paciencia, dedicación y amor, pueden lograr grandes cosas juntos.

Espero que el contenido de este e-book haya sido de ayuda y que sigan disfrutando
de la relación con sus amados compañeros caninos.

Una vez más, gracias por tu apoyo y por confiar en mí.


Con cariño,

Lucas Vicente.

Continúa aprendiendo sobre la educación, cuidado de salud e higiene de


nuestros peludos a través de nuestras redes sociales.

@entre.natucan

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