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1880 - 1916 - Informe y Video. COMPLETO
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CRISIS 1890
La caída del precio de los productos que se exportaban, el endeudamiento externo, las emisiones
continúas del papel moneda y la pérdida de valor del signo monetario. El historiador José Panettri
afirmaba que el país compraba más de lo que vendía y de lo que podía pagar. Además vendía
barato y compraba caro. La crisis afecto el crecimiento económico general y la capacidad de
consumo.
La aguda crisis que sufrió Argentina, afecto al país y desencadeno los conflictos políticos latentes.
Unión Cívica, en oposición. Convencía a la gente, y la situación del gobierno se agravó, porque
algunos grupos del Partido Autonomista Nacional se retiraron consideraban que el poder había
caído en manos de " niños irresponsables", como calificaban a los sostenedores del presidente.
El Presidente de gobierno era Juárez Celman (1886-1890). La Unión Cívica y El PAN comprendían
que la inflación favorecía a los productos agropecuarios, creaba condiciones negativas para las
inversiones de capitales extranjeros, que eran necesarios para el desarrollo de la actividad rural.
Pero, no estaban de acuerdo con los objetivos políticos que debía tener el movimiento contra el
gobierno.
Hubo enfrentamientos muy importantes, y el 26 de julio de 1890 los grupos políticos disidentes
integraron la Unión Cívica y protagonizaron la Revolución del Parque donde murieron alrededor
de 250 personas y hubo mil heridos. Esto provoco la renuncia de Juárez Celman, y asciende su
vicepresidente Pellegrini con el objetivo de restablecer el poder de la clase gobernante. Se
prolongó hasta el 95.
Unión Cívica Radical (UCR) dirigida por Alem. La Unión Cívica Radical utilizaría
reiteradamente la lucha armada para responder a la falta de elecciones libres.
En el futuro la UCR realizaría dos grandes insurrecciones armadas conocidas como Revolución de
1893 y Revolución de 1905, y otros varios levantamientos menores o locales.
Ante la amenaza de nuevos levantamientos armados, en 1910 el recién elegido presidente Roque
Sáenz Peña hizo un pacto con Hipólito Yrigoyen para sancionar una ley estableciendo un sistema
capaz de garantizar elecciones libres. La Ley fue sancionada en 1912, estableció el sufragio
secreto y universal para varones, conociéndose como Ley Sáenz Peña.
La Revolución del 90 fue un quiebre en la historia argentina, ya que comienza a emerger una
sociedad civil urbana, diferenciada en grupos sociales con demandas específicas. En particular la
Revolución del Parque marca el momento en que la clase media ingresó a la vida pública. Con
ello, la organización de la clase obrera en sindicatos, de partidos políticos modernos, de las
primeras cooperativas, organizaciones feministas, de revistas políticas opositoras, etc., conformó
una sociedad urbana compleja que hizo cada vez más inviable la toma del poder mediante
revoluciones callejeras.
En ese sentido la Revolución del ·90 señala en la Argentina la emergencia del pueblo como sujeto
político y social, exigiendo que se lo reconozca efectivamente como protagonista de la vida
política, social y cultural, y demandando la configuración de una sociedad democrática.
Unión Cívica Radical. (UCR)
Origen.
En 1889 Argentina estaba convulsionada por una grave crisis económica que se había prolongado
por dos años, y había causado una brusca caída de los salarios, desocupación y una gran cantidad
de huelgas nunca antes visto.
El estado argentino estaba recién constituyéndose, en una época en donde las élites
conservadoras vivían del poder y se concentraban en un régimen oligárquico, que desamparó a
los estratos sociales más débiles de la Argentina y no permitía el voto popular, habiendo habido
una seguidilla de malos intentos por parte de la escasa oposición para lograrlo.
El 1 de septiembre de 1889 un grupo de jóvenes organizó un gran motín juvenil en el Jardín
Florida de la ciudad de Buenos Aires, donde se constituyó la Unión Cívica de la Juventud, con el
fin de aglutinar al amplio espectro de opositores al régimen del presidente Miguel Juárez Celman,
sostenido por el oficialista Partido Autonomista Nacional (PAN). El partido fue presidido por quien
aparecía como líder natural de aquellos jóvenes, Francisco A. Barroetaveña, acompañado por
otros jóvenes dirigentes como Emilio Gouchón, Juan B. Justo, Martín Torino, Marcelo T. de
Alvear, Tomás Le Breton, Manuel A. Montes de Oca, entre muchos otros.
La Unión Cívica de la Juventud estableció una relación honoraria con las personalidades políticas
que aparecían como referentes de una oposición dispersa, especialmente Leandro Alem,
Aristóbulo del Valle, Bartolomé Mitre, Pedro Goyena, Vicente Fidel López, Bernardo de Irigoyen,
entre otros. El nuevo partido de los jóvenes sancionó entonces un programa que recordaba el del
Partido Republicano fundado por Alem y del Valle en 1877, y se organizó en clubes cívicos
parroquiales.
El 13 de abril de 1890, la Unión Cívica de la Juventud se consolidó con un gran acto en el Frontón
Buenos Aires, donde se fundó un nuevo partido llamado Unión Cívica. Como presidente fue
elegido Leandro N. Alem, quien procuró enarbolar la bandera de los desposeídos ante la
oligarquía, y así incluyó a líderes de las distintas tendencias opuestas al Unicato (única dirección,
unipersonal) de Juárez Celman, como Francisco A. Barroetaveña, los políticos católicos José
Manuel Estrada y Pedro Goyena, Aristóbulo del Valle, Bernardo de Irigoyen, Juan B. Justo,
Lisandro de la Torre, y el influyente expresidente y general Bartolomé Mitre.
Ese mismo año de 1890, la Unión Cívica, dirigida por Leandro Alem y Bartolomé Mitre encabezó
el 26 de julio la llamada Revolución del Parque o Revolución del 90, un sangriento levantamiento
armado que causó la caída del presidente Juárez Celman y su reemplazo por el vicepresidente
Carlos Pellegrini. Durante esta batalla es necesario resaltar la figura de Elvira Rawson, la segunda
mujer en poder recibirse de médica en la Argentina, quien desempeñó la función de auxiliar a los
caídos en la revolución. Más adelante sería distinguida por Leandro Alem con un pergamino y un
reloj de oro y se convertiría en una ferviente luchadora por los derechos de la mujer.
La Unión Cívica se constituyó de forma orgánica en todo el país y por vez primera en la historia
política argentina había sido elegida una fórmula presidencial por medio de una convención
partidaria cuando la convención nacional reunida en Rosario consagró como candidatos a
presidente y vicepresidente a Bartolomé Mitre y Bernardo de Irigoyen.
Sin embargo, el general Roca, enérgico líder del oficialista Partido Autonomista Nacional (PAN),
acordó con Mitre una fórmula «de unidad nacional» entre ambos partidos, encabezada por el
propio Mitre. Al conocerse el acuerdo, el 16 de abril de 1891, Leandro Alem se le opuso en forma
tajante, desencadenando la ruptura de la Unión Cívica y el posterior retiro de la candidatura de
Mitre.
El 26 de junio de 1891 los seguidores de Alem constituyeron formalmente la Unión Cívica
Antiacuerdista, que cambiaría el nombre, el 2 de julio, a Unión Cívica Radical, en tanto los
seguidores de Mitre formaban la Unión Cívica Nacional.
Alem y la intransigencia armada (1891-1897)
El 15 de agosto de 1891 la Convención Nacional de la Unión Cívica Radical proclamó a Bernardo
de Irigoyen como candidato a presidente. Leandro Alem decía por entonces que el programa de
la UCR tiene cuatro banderas: libertad política, honradez administrativa, impersonalidad de la
coalición y sentimiento nacional.
Pocos días antes de las elecciones, el 2 de abril de 1892, el presidente Carlos Pellegrini denunció
falsamente que había un complot radical para tomar el poder y asesinar a los principales líderes
oficialistas. Inmediatamente decretó el estado de sitio y detuvo a los principales líderes radicales,
entre ellos Leandro Alem. En esas condiciones y sin la participación de la Unión Cívica Radical, se
realizaron las elecciones del 10 de abril en las que resultó elegido presidente el candidato
oficialista Luis Sáenz Peña.
Lisandro de la Torre, activo participante de la Revolución del Parque. Se separaría de la UCR en
1896 para fundar el partido la Liga del Sur, antecedente del Partido Demócrata Progresista.
Por entonces, las características del régimen electoral argentino en el que no regía el "voto
secreto", y las amplias facultades con las que contaba el Presidente de la Nación (intervención de
provincias, estado de sitio, control de las fuerzas armadas y de seguridad), condicionaban
severamente las posibilidades de acceso al poder mediante elecciones libres.
Una vez liberados los líderes radicales, y ante la evidencia de que el gobierno nacional volvería a
impedir por todos los medios su acceso al poder mediante elecciones, la Unión Cívica Radical
comenzó a reorganizarse y preparar un nuevo levantamiento armado. Alem se caracterizaría
entonces por elevar la idea de intransigencia radical hasta constituirle en un principio supremo de
acción política.
Al mismo tiempo emergió una fuerte oposición entre Alem y su sobrino, Hipólito Yrigoyen, quien
ya controlaba las fuerzas radicales en la Provincia de Buenos Aires y desconfiaba de la capacidad
de organización de su tío. La Unión Cívica Radical se dividió entonces entre los rojos que
apoyaban a Alem, y los líricos partidarios de Yrigoyen. Entre los seguidores de Alem estaban:
Aristóbulo del Valle, Bernardo de Irigoyen, Juan M. Garro, Francisco Barroetaveña, Leopoldo
Melo, Adolfo Saldías. Por su parte Yrigoyen no daba participación a nadie en la toma de sus
decisiones, pero entre los dirigentes que entonces lo seguían con lealtad hay que destacar al
joven Marcelo T. de Alvear, que luego será presidente de la Nación Argentina.
Ejército Revolucionario Radical (1893).
El 30 de julio de 1893 la Unión Cívica Radical inició una nueva insurrección armada que se
extendería hasta el 1 de octubre, cuando el ejército recuperó la ciudad de Rosario y apresó a
Leandro Alem. La sublevación es conocida como la Revolución de 1893.
Con la colaboración clave del radical Aristóbulo del Valle, quien se desempeñaba en el gobierno
con las funciones estratégicas de un primer ministro y las fuerzas armadas bajo su mando, la
Unión Cívica Radical estuvo muy cerca de triunfar y tomar el poder.
Los ejércitos radicales establecieron gobiernos revolucionarios en las provincias de San Luis,
Buenos Aires, Tucumán, Corrientes y Santa Fe, y llegaron a designar en la ciudad de Rosario a
Leandro Alem como presidente provisional de la República. Sin embargo la división interna y
graves errores de liderazgo en el momento crucial, permitieron al gobierno reorganizarse y
reprimir duramente la sublevación, con el ejército al mando del propio general Roca.
Luego de la derrota de la insurrección, Alem escribirá: "Los radicales conservadores se irán con
Don Bernardo de Irigoyen; otros radicales se harán socialistas o anarquistas; la canalla de Buenos
Aires, dirigida por el pérfido traidor de mi sobrino Hipólito Yrigoyen, se irá con Roque Sáenz Peña
y los radicales intransigentes nos iremos a la mismísima mierda".
Poco después, Aristóbulo del Valle moría de un derrame cerebral y el 1 de julio de 1896, rodeado
de enemigos, distanciado de su familia y enfrentado al Estado, Leandro Alem se suicidó, afectado
principalmente por las derrotas y la división interna de la Unión Cívica Radical. Una famosa frase,
escrita en el testamento político de Leandro Alem, lo define con claridad:
"¡Que se rompa, pero que no se doble!"
Sepultado Alem, sus partidarios se reorganizaron alrededor de la figura de Bernardo de Irigoyen y
controlaron el Comité Nacional, desde donde comenzaron a pensar en una nueva alianza con la
Unión Cívica Nacional de Mitre, que fue conocida como "política de las paralelas". Por su parte,
Lisandro de la Torre, enfrentado irreconciliablemente con Hipólito Yrigoyen con quien se batió a
duelo, abandonó la UCR para fundar la Liga del Sur, antecesora del Partido Demócrata
Progresista. Entonces Hipólito Yrigoyen, desilusionado, decide disolver la única estructura real
que tenía el partido: el Comité de la Provincia de Buenos Aires, lo que se concreta el 29 de
septiembre de 1897. Al año siguiente Roca da el golpe de gracia a la Unión Cívica Radical, cuando
le ofrece a Bernardo de Irigoyen la candidatura a gobernador de la provincia de Buenos Aires y
este acepta. El radicalismo quedó entonces como un movimiento desorganizado que solo se
reunía anualmente a recordar los fallecidos de las Revoluciones del '90 y del '93.
Yrigoyen: refundación, revolución y voto secreto (1903-1916)
En 1903 Hipólito Yrigoyen comenzó a reorganizar la UCR para una nueva revolución. Dos años
después dirigió el levantamiento armado conocido como la Revolución de 1905, que aunque
fracasó logró presionar lo suficiente al partido oficialista como para producir una fractura.
Los sectores más progresistas del autonomismo, como Carlos Pellegrini y Roque Sáenz Peña,
comenzaron a sostener la necesidad de realizar cambios institucionales para contener el
creciente conflicto social y político.
En 1910 cuando Roque Sáenz Peña fue elegido presidente, la UCR ya no estaba en condiciones
de realizar nuevos alzamientos armados, pero existía la creencia general de que la revolución era
inminente. Sáenz Peña e Yrigoyen, que mantenían una amistad personal desde jóvenes, tuvieron
entonces un histórico encuentro privado en el que acordaron sancionar una ley de sufragio libre.
Dos años después, en 1912 se aprobaba la ley del voto universal, secreto y obligatorio para
varones, conocida como Ley Sáenz Peña. Por otro lado, fue también el primer partido político
argentino en presentar un proyecto de ley de voto femenino en 1919, que finalmente no
prosperó dada la mayoría conservadora en el Congreso.
La Unión Cívica Radical puso entonces fin a su política de abstención electoral y concurrió a los
comicios parlamentarios, sin formar alianzas electorales. Por primera vez se votó en Argentina
con cuarto oscuro para garantizar el voto secreto.
Ley Sáenz Peña.
Ley Sáenz Peña es el nombre por el que se conoce a la ley 8.871 sancionada por el Congreso de la
Nación Argentina el 10 de febrero de 1912, que estableció el voto secreto y obligatorio para los
ciudadanos argentinos varones, nativos o naturalizados, mayores de 18 años de edad, habitantes
de la nación y que estuvieran inscriptos en el padrón electoral que se confeccionaba con los datos
provenientes del servicio militar obligatorio.
Esta ley debe su nombre a su impulsor, el presidente Roque Sáenz Peña, miembro del ala
modernista del Partido Autonomista Nacional. Fue coautor de la misma el político católico
Indalecio Gómez.
Esta ley adoptaba el espíritu de universalizar el voto y no prohibía el voto de la mujer, siendo esto
muy avanzado para la época, de hecho la primera mujer en votar en Argentina fue la Dra. Julieta
Lanteri, quién votó el 26 de noviembre de 1911, sin embargo, posteriormente se sancionó en la
ciudad de Buenos Aires una ordenanza que definía el uso del padrón del servicio militar
obligatorio como padrón electoral, así se demoró el ingreso al padrón por parte de las mujeres
hasta 1947. Otras personas que eran consideradas incapaces de ejercer el derecho fueron los
dementes declarados en juicio y los sordomudos que no podían expresarse por escrito. Por su
estado y condición se hallaban imposibilitados de votar los religiosos, los soldados y los detenidos
por juez competente. Por causas de indignidad, no podían sufragar los reincidentes condenados
por delitos contra la propiedad, durante cinco años después de cumplida la condena, los penados
por falso testimonio y por delitos electorales, por el lapso de cinco años.
Las juntas escrutadoras de votos eran las encargadas del recuento de las votaciones, reuniéndose
en la Cámara de Diputados de la Nación o en la Legislatura, constituyéndose dichas juntas en
cada capital de provincia, integrada por el presidente de la Cámara Federal de Apelaciones, el
juez Federal y el presidente del Superior Tribunal de Justicia de la Provincia. En la capital de la
república la integró el Presidente de la Cámara Civil.
La primera aplicación de la ley fue en abril de 1912, en Santa Fe y Buenos Aires. Las primeras
elecciones presidenciales realizadas bajo el sistema de la ley ocurrieron en 1916, cuatro años
después de su sanción, y resultaron el triunfo del candidato por la Unión Cívica Radical, Hipólito
Yrigoyen, la principal fuerza opositora al Partido Autonomista Nacional y que hasta entonces no
había accedido al poder.
La ley Sáenz Peña o la ley 8.871 general de elecciones, fue una ley innovadora y progresista
que impuso el voto secreto y obligatorio con el uso de padrones electorales en la República
Argentina. Esta afectaba a ciudadanos argentinos, nativos o naturalizados y mayores de 18
años de edad.
Dicha ley fue sancionada el 10 de febrero de 1912 y promulgada el 13 de febrero de ese
mismo año, por el Congreso Argentino. Su nombre es en honor al presidente que la impulsó, el
abogado y político argentino Roque Sáenz Peña (1851-1914).
En aquel entonces, el poder del gobierno estaba concentrado en la oligarquía y era manejado
por las clases altas del país. Esta ley marcó un cambio en las formas establecidas en materia
electoral y permitió a los demás partidos la posibilidad de gobernar y participar en las políticas
argentinas.
Consecuencias
Las principales consecuencias de la ley Sáenz Peña fueron las siguientes:
La incorporación del voto universal, secreto y obligatorio para todos los varones
mayores de 18 años.
La inclusión de las minorías en el ámbito político, convirtiéndose estas en partidos
que manejaban masas y encaminaban sus acciones en resolución de las demandas
sociales y económicas.
Se le puso fin a las amenazas sobre el ciudadano, manifestando que su voluntad no
podría ser objeto de presiones ni coacciones por parte del poder de los partidos
políticos.
Se consolidó y afianzó el concepto de democracia plena, logrando una participación
activa de los ciudadanos en la resolución de los problemas colectivos.