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INTRODUCCIÓN A LA Criminología

ANTROPOLOGÍA SOCIAL Bloque II.

BLOQUE II:

ADAPTACIÓN Y EVOLUCIÓN HUMANAS.

ÍNDICE

1. ADAPTACIÓN HUMANA.

2. LA EVOLUCIÓN.

3. LA PALEOANTROPOLOGÍA.

4. LOS PRIMATES
4.1 Culturas primates
4.2 Primates / Grupos sociales
4.3 Hipótesis para explicar el desarrollo de la inteligencia de los primates.
4.4 Modelo conducto-cultural compartido hominoideo.
4.5 Competencia y agresión en primates.
4.6 Competencia y agresión en el primate humano.

5. HOMINIZACIÓN.
5.1 Breve reseña del linaje humano
5.2 El origen de la moral.

6. HIPÓTESIS PARA EXPLICAR LA EVOLUCIÓN DE LA


INTELIGENCIA HUMANA.

6.1 El aumento del tamaño cerebral


6.2 Bipedestación y herramientas.
6.3 Las modificaciones del aparato masticatorio y digestivo.
6.4 El fuego.
6.5 El lenguaje.

7. EL DESARROLLO CULTURAL HUMANO: NEOTENIA Y


NATURALEZA CULTURAL DE NUESTRA ESPECIE.

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Materiales supplementarios:

Anexos:
1 Leakey, R y Lewin, R, 1999, “Los orígenes humanos”, en ibíd., Nuestros orígenes, Barcelona,
Crítica, pág. 126-136.
2 Ehrlich, Paul R., 2005, “La evolución y nosotros”, en ibíd., Naturalezas humanas, México D.F.,
F.C.E., pág. 15-34.
3 Wilson, Edward O., 1997 “Agresión”, en ibíd., Sobre la naturaleza humana, México F.C.E. pág.
145-173.
4 Harris. M. (2004a), “Asesinatos en el paraíso”, en ibíd., Caníbales y reyes, pág. 20-35.
5 Clastres, Pierre, 2001 (1980), “Arqueología de la violencia: la guerra en la sociedad primitiva”, en
ibíd., Investigaciones en antropología política, Barcelona, Gedisa, pág. 183-216.

Lecturas recomendadas.
Ayala, Francisco J. y Cela Conde, Camilo J.
2006: La piedra que se volvió palabra, Madrid, Alianza.
Diamond, Jared
2013: El mundo hasta ayer, Barcelona, Debate.
Harris, M.
2002: Introducción a la antropología general, Madrid, Alianza.
Wall, Franz B. M.
2002: El simio y el aprendiz de Sushi, Barcelona, Paidós.
2007: El mono que llevamos dentro. Barcelona, Tusquets.

Otros recursos

Video “Claves biológicas y culturales de la evolución humana” de Bermúdez de Castro


https://www.youtube.com/watch?v=PBXKnAgczog (49:00 m., desc., 09.01.24)

Video “La saga humana” de J.L. Arsuaga https://www.youtube.com/watch?v=aGqn5QpkJ3Y (1:19:10 m., desc.
19.01.24)
Video “Crónicas – Revolución Atapuerca” https://www.rtve.es/play/videos/cronicas/revolucion-atapuerca/6116725/
(43:00 m., desc., 17.01.24)
Video “Comportamiento moral en animales” https://www.ted.com/talks/frans_de_waal_do_animals_have_morals
(16:48 m.; desc. 12-01-23)

Video de F. de Waal “The surprising science of alpha males” https://www.youtube.com/watch?v=BPsSKKL8N0s


(15:54 m., desc. 27.01.24)

Artículo “Los orígenes evolutivos de la condición moral” https://www.revistadelauniversidad.mx/articles/d3c5370c-


35d4-488c-acb1-96221250a9ac/los-origenes-evolutivos-de-la-condicion-moral (desc. 18.01.21)

Artículo “Del origen biológico de la ética” https://semanariouniversidad.com/suplementos/del-origen-biologico-la-


etica/ (desc. 11.01.24)

Video “Seven Million Years of Human Evolution” https://www.youtube.com/watch?v=DZv8VyIQ7YU (06:21 m.)

Video “Washoe, emociones y lenguaje en chimpancés”: http://www.dailymotion.com/video/x74q9r_washoe-


lenguaje-y-emociones-en-chim_school (12.33 m).

Video “A family tree for humanity”


https://www.ted.com/talks/spencer_wells_a_family_tree_for_humanity#t-722215 (20:34 m.)

Video “Animal Einsteins. Comunicadores” https://www.rtve.es/play/videos/animal-


einsteins/comunicadores/6772211/?s=03 (48:27 m., desc. 24.01.23)
Video “What explains the rise of humans?”
https://www.ted.com/talks/yuval_noah_harari_what_explains_the_rise_of_humans (16:59; des. 24.01.23)

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1. ADAPTACIÓN HUMANA.

Martínez Veiga (1985: 4) señala la pertinencia de distinguir al menos cuatro formas


de adaptación humana:

- La adaptación racional se da cuando entre varias posibilidades de actuación


se decide cuál puede ser más beneficiosa maximizando las ventajas o
disminuyendo los inconvenientes. Los agricultores pueden adaptar sus
plantaciones a las fluctuaciones del mercado, determinadas condiciones
ambientales o la disponibilidad de mano de obra.
- La adaptación homeopática o de retroalimentación, se da cuando, ante
presiones del entorno, que pueden llegar a la destrucción del organismo o del
sistema, aparecen mecanismos que contrarrestan estas presiones. Existen
mecanismos fisiológicos, económicos o socioculturales por medio de los
cuales el posible desequilibrio creado por perturbaciones dentro de un
entorno es compensado, de tal manera que el sistema se mantenga en
condiciones normales. El ejemplo clásico de este tipo de análisis es el Roy
Rappaport en Pigs for the Ancestors (1968), un análisis desde la perspectiva
del materialismo cultural que muestra cómo el ritual también puede
funcionar como un mecanismo equilibrador de las relaciones entre el medio
ambiente y población1.
- La adaptación progresiva es la que se produce con el desarrollo de los
organismos o sistemas que tienden a responder mejor con dicho desarrollo a
los problemas planteados por el entorno. Un ejemplo evidente es el
desarrollo de los niños, que favorecerá que respondan más adecuadamente a
los problemas del entorno. Otro ejemplo tomado de la antropología política
sería la evolución y maduración del Estado, el cual ante una mayor
complejidad y densidad social facilitaría el procesamiento de la información
y de la toma de decisiones.
- El cuarto tipo sería la adaptación evolutiva. Algunas variantes fisiológicas,
comportamentales o culturales se introducen y consolidan a expensas de
otras variantes en cuanto que ellas son más aptas para responder a
condiciones nuevas.

Estas cuatro posibilidades no son excluyentes.

1
Entre los Tsembaga, en Nueva Guinea, el ritual llamado kaiko en el que se produce una gran matanza de
cerdos, actúa como un mecanismo homeoestático que regula las relaciones entre población humana,
número de cerdos y ecosistema.

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2. LA EVOLUCIÓN

Cuando Charles Darwin (1809-1882) publicó en 1856 “El origen de las


especies”, el estudio de los procesos naturales experimentó un notable avance. Aunque
algunos predecesores (entre los que se contaba el abuelo del propio Darwin) ya habían
aventurado que las distintas especies de animales no eran inmutables, nadie había
podido hasta entonces explicar de manera coherente y aportando pruebas sólidas cómo
sucedía ese cambio. En palabras de Francisco Ayala (1994: 25), la base de la evolución
consiste en la aparición de modificaciones aleatorias y heredables en los individuos de
una población. La selección natural –la reproducción diferencial de los individuos
genéticamente distintos- adopta las modificaciones beneficiosas y rechaza las
perjudiciales. De este modo, la adaptación evolutiva implica una mezcla de diversidad
y selección, de azar y de necesidad.

Darwin también propuso la selección sexual como mecanismo evolutivo de


selección de caracteres, una forma de selección que depende no de la lucha por la
existencia con individuos de otras especies o de las condiciones ambientales, sino de
una lucha entre individuos del mismo sexo, generalmente los machos, por la posesión
de los del otro sexo. Así, tal y como explican Cela y Ayala (2006: 48): Hay dos
circunstancias que conducen a la selección sexual: una es la preferencia de un sexo
(frecuentemente las hembras) por ciertos individuos del sexo opuesto que presentan
determinadas características, como la preferencia entre los pavos reales hembras por
los machos con colas más espectaculares. La otra circunstancia es el aumento en
fortaleza (por lo común entre los machos), que, al pelearse con otros machos más
débiles, les permite el éxito en el apareamiento.

Jean Baptiste Lamarck (1744-1829), fue uno de estos investigadores que antes
de Darwin ya postularon un cambio de las especies vivas; creyó de manera errónea que
el uso o desuso que los diferentes organismos hacía de sus órganos se podía heredar, y
que esto podía explicar el cambio de las especies. Así, el largo cuello de las jirafas podía
explicarse porque generaciones de antepasados habían tenido que esforzarse para
alcanzar las hojas de los árboles. Pero los genes no pueden transmitir caracteres que
se han adquirido: un levantador de pesas no tendrá una descendencia más forzuda por
este hecho.

Darwin también argumentó que las especies estaban sujetas a cambios y que el
proceso causante de estos cambios, que se producían de manera muy lenta, era la
selección natural de las variaciones más favorables. Del mismo modo que el hombre
seleccionaba a sus animales domésticos en función de las características que más le
interesaban y así había podido crear innumerables razas diferentes, la naturaleza habría
podido seleccionar individuos por mucho más tiempo y crear especies diferentes de lo
que en principio fue una especie originaria. Los individuos mejor adaptados al medio
serían los que llegarían a la edad adulta y podrían transmitir sus caracteres a sus
descendientes, por lo que constantemente la capacidad para sobrevivir y reproducirse
sería el motor de la evolución. Hemos de entender que los individuos mejor adaptados
son aquellos potencialmente más resistentes a las enfermedades, más hábiles para
conseguir alimento, eludir posibles depredadores, defender mejor su territorio y, en fin,
aquellos que poseen cualquier otro tipo de ventaja que les suponga mayor eficacia

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reproductiva, pues los individuos que sobreviven y se reproducen son los que dejarán
más descendientes y sus características pasarán a la siguiente generación. Hay que
aclarar que es completamente erróneo pensar en la evolución en términos de lucha por
la existencia por la que unos elegidos sobreviven gracias a su fuerza y agresividad2,
pues la conducta social y cooperativa han sido también de vital importancia.
La evolución no persigue ningún objetivo, depende siempre de las cambiantes
condiciones ambientales, y está sujeta a eventuales “cataclismos” que pueden acabar
con especies perfectamente adaptadas tal y como parece que ocurrió con los
dinosaurios. La selección natural opera tanto en las características físicas como en las
conductuales. Darwin no conocía exactamente el mecanismo por el cual un ser vivo
podía transmitir sus caracteres a sus descendientes. Éste fue explicado por Gregor
Mendel (1822-1884) y, de manera más completa, por la genética desarrollada en el
siglo XX.

Unas especies surgirían a partir de otras y el ser humano mismo estaría sujeto a
esta ley de evolución, un proceso continuo y que no se ha detenido en el presente, pues,
en general, una especie incapaz de adaptarse a los cambios del ambiente está destinada a
la extinción. Según Francisco Ayala (1994: 229-230), mientras exista diversidad
genética y los portadores de ciertos genotipos tengan mayor probabilidad de
reproducirse que otros, la selección natural seguirá actuando en las poblaciones
humanas. Los cambios culturales –como el desarrollo de la agricultura, la migración
del campo a la ciudad y de país a país, la contaminación ambiental y otros muchos –
crean nuevas presiones de selección. […] Cualquier elemento de la cultura humana
en que se piense tiene repercusiones, más o menos directas, en la constitución
genética de la humanidad. Los principios éticos y religiosos, los sistemas de
enseñanza, la medicina y la higiene, las costumbres y modas dietéticas, las leyes
positivas sociales y económicas, y, en general, cualquier costumbre o ley, tienen
consecuencias genéticas porque afectan diferencialmente la reproducción de los seres
humanos.

Darwin publicó El origen del hombre en 1871, y en él señala las evidencias de un


antecesor común entre el hombre y el resto de primates. Hoy sabemos que,
efectivamente, humanos y chimpancés descienden ambos de simios que vivían hace
unos siete millones de años, y que, por ejemplo, humanos, chimpancés y ratones
descienden todos de pequeños mamíferos que vivían hace 100 m. a. La teoría de la
evolución de Darwin es admitida en la actualidad en todos los ámbitos científicos,
(aunque la confrontación iniciada con ciertos sectores religiosos –creacionistas-
continúa en nuestros días), y va más allá de la simple demostración de que los seres
vivos evolucionan. Los científicos darwinistas investigan, además, la historia de esa
evolución e intentan precisar entre otras cosas los ritmos de la evolución, la
multiplicación y extinción de especies o la colonización de las islas y continentes. Han
sido notables las aportaciones que han hecho a la teoría de la evolución de Darwin
diversos científicos (Julian Huxley, Ernst Mayr, T. Dobzhansky, Stephen Jay Gould,
etc.) y en la actualidad se han revisado algunos aspectos del darwinismo clásico como la
posibilidad de cambios evolutivos más bien rápidos (a escala geológica).

2
Ver al respecto, por ejemplo, Montagu (1993: 45-46)

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3. LA PALEOANTROPOLOGÍA.

La rama de la antropología que se dedica al estudio de la evolución humana y de


los restos fósiles que documentan esta evolución es la paleoantropología, encuadrada
dentro de la paleontología o ciencia encargada del estudio e interpretación de la vida en
la tierra a través de los fósiles, dado que en algunos tipos de marcos geológicos, los
huesos de organismos muertos pueden preservarse el tiempo suficiente como para que el
material orgánico sea reemplazado por minerales (mineralización) de las rocas que los
rodean. Del mismo modo son fundamentales los datos que aportan a la
paleoantropología otras ciencias como la genética, bioquímica, geología o la
paleoecología.

4. LOS PRIMATES.

El origen de los primates se sitúa hace unos 45 m. a. y sus rasgos propios


(reducción de los incisivos, desplazamiento del foramen magnum, uñas planas en manos
y pies en lugar de garras, locomoción dominada por las extremidades posteriores, dedo
pulgar oponible, cerebros grandes comparados con otros mamíferos de tamaños
similares, etc.) resultan ser la consecuencia evolutiva de un desplazamiento doble hacia
hábitats marginales. Primero, por la competencia con los dinosaurios, que impone a los
mamíferos tamaños pequeños y una vida nocturna en el bosque tropical. Segundo
porque la superioridad de los roedores en el suelo del bosque hace que los primates se
desvíen a los árboles.

Tal y como señalan Boyd y Silk (2001: 132) los estudios de primates no humanos
nos ayudan a entender la evolución humana debido a dos razones distintas. Primero
porque las especies evolutivamente emparentadas tienden a ser similares ya que retienen
y comparten caracteres debido a que descienden de un ancestro común. Este enfoque se
llama razonamiento por homología. La segunda razón para estudiar primates se basa en
la idea de que la selección natural nos lleva hasta organismos parecidos en condiciones
parecidas. Al evaluar los patrones de diversidad de comportamiento y morfología de los
organismos en relación con su ambiente podemos ver cómo la evolución moldea la
adaptación en respuesta a presiones selectivas diferentes. Este enfoque se llama
razonamiento por analogía.

Un rasgo característico de todos los animales superiores y especialmente los


primates, orden en el que se incluyen los seres humanos, es su capacidad para el
aprendizaje. Esta capacidad está relacionada con la base neurológica, y por tanto
cerebros más grandes y complejos suponen mayor capacidad de aprendizaje. Aunque la
antropología destaca la especificidad del ser humano gracias a su enorme desarrollo
cultural, Homo sapiens no es la culminación de un proceso lineal de progreso evolutivo,
sino un primate con una asombrosa capacidad intelectual; desde el punto de vista
evolutivo no hay especies mejores o superiores y otras peores.

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4.1 Culturas primates.

Aunque la utilización de herramientas se observa en otros animales 3, solamente


podemos hablar realmente de protoculturas en nuestros parientes más próximos: los
primates4. En algunos grupos de macacos los machos se turnan para cuidar de los
pequeños mientras sus madres se alimentan, mientras en otros grupos no. Algunos
grupos, al comer la misma fruta arrojan el hueso o lo comen entero, mientras otro lo
rompe con los dientes y comen su pulpa interior; las pautas que rigen la formación de
machos, hembras y crías mientras van en formación también varían. Algunos babuinos
arrojan piedras para defenderse y otros no lo hacen nunca, etc. Sabater Pi (1984: 64)
señala tres grandes áreas culturales en África entre los chimpancés:

1. La que utiliza hojas y finas lianas para sondar los túneles de


ventilación de los termiteros.(Tanzania)
2. La que emplea bastones para cavar o perforar los termiteros
(Guinea Ecuatorial y Camerún)
3. La que emplea piedras para romper el hueso de algunos frutos.
(Costa de Marfil)

A las que habría que añadir, gracias a recientes investigaciones dirigidas por J.
Pruetz y P. Bertolani, de la universidad de Iowa (EE UU), publicadas en la
revista Current Biology,
4. La que emplea palos afilados con los dientes a modo de lanzas
para la caza (Senegal).

También se ha comprobado que las innovaciones culturales se difunden de


individuo a individuo y llegan a formar parte de la cultura de la manada (lavar la batata
en agua o arrojar en ella los granos de trigo para separarlos de la arena).

Algunos grupos de chimpancés llegan a fabricar rudimentarias herramientas:


rompen una pequeña varilla, le quitan las hojas y la introducen en hormigueros y
termiteros para alimentarse; o fabrican una especie de esponja con la que recoger el
agua del hueco de los troncos o lavar su piel

3
Algunas aves como el alimoche (para romper la cáscara de los huevos de avestruz) emplean
herramientas; la nutria marina coloca una piedra sobre su abdomen a modo de yunque sobre el que golpea
caracoles marinos. Un pinzón de las Galápagos emplea una púa para sacar insectos de los troncos.
Aunque son ejemplos de uso de herramientas, éstos son innatos.
4
Algunas características comunes de los primates son: El dedo del pulgar opuesto y manos prensiles,
uñas planas en manos y pies; en la locomoción las extremidades posteriores realizan la mayor parte del
trabajo. El olfato se ve reducido (primates diurnos). El sentido de la vista altamente desarrollado. Paren
camadas pequeñas, con largos periodos de gestación. El cerebro es grande comparado con los cerebros de
mamíferos de tamaños similares.
Se dividen en prosimios, la mayoría nocturnos, y antropoides, subdivididos en platirrinos, monos del
Nuevo Mundo, y catarrinos, monos del viejo mundo y simios. Hay tres familias de simios: gibones,
póngidos y homínidos.

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Los tipos de sociedades primates varían según la especie y el medio, pero en


todas ellas se establecen una serie de separaciones muy nítidas entre machos adultos,
hembras, jóvenes y crías que impulsan incluso la constitución de castas (machos
adultos, bandas de jóvenes, gineceos, etc. En todas se dan diferencias de clase y rango a
las que se asocia un determinado estatuto (conjunto de derechos y deberes). Los
primates son conscientes de estas diferencias de clase y rango. En esta línea se
manifiesta, por ejemplo, Michael Tomasello (2007: 30), codirector del Instituto Max
Planck de Antropología Evolutiva de Leipzing:

En el ámbito social, los primates –pero no los otros mamíferos- algo


comprenden acerca de las relaciones que mantienen entre sí otros individuos; por
ejemplo, comprenden las relaciones de parentesco y de dominancia entre terceros.

Al tiempo, a cada rango-estatuto le corresponde un determinado rol, es decir, un


estilo de comportamiento que no se halla inmutablemente ligado a un individuo, pero
que depende de la posición que ocupa en el rango y la clase. Se dan, por tanto
desigualdad y movilidad social.

Para el primatólogo Frans de Waal, (2007a: 150), en los simios incluso podemos
encontrar variaciones culturales intragrupales significativas:

Cada especie tiene su propia manera de zanjar el conflicto. Los chimpancés son
más belicosos que los bonobos. Pero dentro de cada especie también encontramos
variación intergrupal. Vemos “culturas” de violencia y “culturas” de paz. Y estas
últimas son posibles por la capacidad primate universal de limar asperezas.

En resumen, en las sociedades primates podemos encontrar: protocultura;


sociedades estructuradas (rango y clase); protopolítica, protoherramientas.

4.2 Primates/Grupos sociales.

En la actualidad sabemos que los machos que compiten entre sí por un harén de
hembras suelen tener un tamaño bastante mayor al de éstas. Este es un efecto más de lo
que Darwin llamó la selección sexual. Los machos más fuertes y vistosos suelen tener
mayor éxito reproductivo. Por ello, especies como el gorila, cuyo grupo social está
compuesto por un macho adulto con acceso exclusivo a las hembras presentan una
diferencia en el peso corporal de machos y hembras (el llamado dimorfismo sexual, que
puede consistir además en cambios de color o forma entre los dos géneros) muy
acusada: las hembras pesan alrededor de un 60% del peso medio de un macho; en
cambio en los chimpancés, que no disputan por acaparar en exclusiva a las hembras, el
porcentaje es del 80% (en Homo sapiens se sitúa en el 83%). Podemos aplicar estas
referencias a los homínidos del pasado para saber cuál era su unidad social básica. En
los australopitecos y parántropos el dimorfismo es similar al de los gorilas, por lo que es
deducible un sistema social basado en un macho relacionado con varias hembras en
pequeños harenes; lo más probable es que, por el tipo de hábitat que ocupaban, se
formasen comunidades de varios machos emparentados con sus respectivos harenes.
Este acusado dimorfismo se ha ido reduciendo a lo largo del tiempo, de tal manera que

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los primeros Homo presentan un dimorfismo ligeramente superior pero ya similar al


nuestro.

4.3 Hipótesis para explicar el desarrollo de la inteligencia de los


primates.

La comparación entre el cerebro animal y el humano nos muestra un progresivo


aumento del tamaño cerebral en relación al peso del cuerpo característica que se
observa en toda la escala evolutiva, desde los animales inferiores a los reptiles, desde
los mamíferos hasta los primates y el hombre. Además, en los primates está
especialmente desarrollada, y esto se ha intentado explicar a través de varias hipótesis:

- Con ella se solventan mejor problemas ecológicos. Algunos


antropólogos creen que los retos asociados a la explotación de comida
perecedera y localizada de forma dispersa puede haber favorecido mayores
habilidades cognoscitivas entre los primates (por ejemplo planificar rutas de
forma eficiente). Otro argumento ecológico es que buena parte del tipo de
alimentos consumidos por los primates requieren ciertas habilidades: extraer
larvas de insectos, golpear los frutos de cáscara dura, etc5. Monos y simios
saben mucho de sus entornos y construyen mapas cognitivos de sus
territorios que les permiten moverse de forma eficiente de una fuente de
comida a otra.

- Otros científicos creen que la inteligencia de los primates evolucionó


para solucionar retos sociales. La mayoría de primates son seres sociales; en
el seno de las sociedades los individuos deben competir y aprender a superar
problemas; afiliación, cooperación, nepotismo, reciprocidad, etc. Monos y
simios, por ejemplo, tienen cierto conocimiento de las relaciones de
parentesco. En un experimento llevado con cercopitecos verdes en el parque
nacional de Amboseli de Kenia, los investigadores camuflaron un altavoz
con el llanto de una de las crías. Incluso antes de que la madre reaccionara,
otras hembras de los alrededores miraron directamente a la madre. Se ha
demostrado también que cuando algún individuo de esta misma especie se
siente amenazado o atacado, a menudo responden amenazando a un
individuo de menor rango que no estaba involucrado en el incidente original
y selectivamente siempre se dirigían a un pariente materno de su agresor.
Los primates forman además coaliciones más complejas que otros animales,
en las que se muestra cierto conocimiento de las relaciones de terceras
partes, algo que resulta particularmente útil para conseguir coaliciones y, de
hecho, los primates forman coaliciones más complejas que otros animales.
Pero tal vez la evidencia más llamativa del conocimiento social en los
primates sea el engaño: algunos babuinos, en medio de una pelea adoptan la
posición de mirar atentamente hacia el horizonte del mismo modo que lo
hacen cuando divisan un depredador, a fin de distraer a su adversario y

5
Los gorilas de montaña deben primero romper el tallo en partes manejables, después pelar las capas
superficiales de éste con los dientes y finalmente sacar pedazos comestibles de médula con sus dedos.

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finalizar la pelea; se ha observado a alguna hembra esconderse para acicalar


(“grooming”) a un macho de rango inferior. A esta hipótesis se la conoce
como hipótesis de la inteligencia social. La hipótesis de la inteligencia
social por sí sola no explica por qué los simios son más inteligentes que los
monos.

Ambas hipótesis son compatibles y probablemente se han retroalimentado las


habilidades para solventar retos sociales y ecológicos.

Por otra parte, no hay un consenso absoluto en cuanto al grado y número de


capacidades intelectuales alcanzado por los primates y especialmente por los simios,
aunque en el caso de estos últimos algunas capacidades consideradas tradicionalmente
como específicamente humanas están siendo cuestionadas por investigadores como De
Waal (2007b:56):

Los simios muestran aprecio por la situación de los demás y adoptan un cierto
nivel de toma de perspectiva. De modo que la principal diferencia entre monos y simios
no está en la empatía en sí, sino en los recubrimientos cognitivos que permiten a los
simios adoptar el punto de vista del otro.

Sin embargo, para Tomasello (2007:32),

Está muy difundida la creencia de que los primates no humanos comprenden la


intencionalidad de los miembros de su especie y la causalidad de los acontecimientos y
de los objetos inanimados. No creo que lo hagan:

- No señalan objetos externos a otros6


- No sostienen objetos en alto para mostrarlos a otros
- No tratan de llevar a otros a un lugar para que vean lo que hay allí.
- No extienden el brazo para ofrecer activamente objetos a otros individuos
- No enseñan deliberadamente nuevas conductas a otros individuos.

4.4 Modelo conducto-cultural compartido hominoideo7.

Para J. Sabater Pi (1984: 88-111) el modelo constaría de los siguientes


elementos:

1. Capacidad para el conocimiento del esquema corporal.


Noción de la muerte.
a. Autorreconocimiento ante el espejo.
b. Ante la muerte violenta:

6
Recientes descubrimientos cuestionan esta afirmación.
http://www.nature.com/ncomms/2014/140116/ncomms4088/full/ncomms4088.html (desc. 28-02-14)
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Los hominoideos u hominoides (Hominoidea) son una superfamilia de primates catarrinos sin cola que
incluye al ser humano y a simios estrechamente emparentados.

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i. Respuestas intensas con gritos ululantes y


vocalizaciones emitidas en ocasiones de
gran desasosiego.
ii. Respuestas más intensas de los adultos
pero más cortas.
iii. El interés por los restos más acusado se
observa en los hermanos/as.
2. Capacidad comunicativa a nivel emocional, proposicional
y abstracta.
3. Capacidad para el uso y fabricación de herramientas
simples.
4. Capacidad para la actividad cooperativa, caza y
distribución de alimentos entre adultos.
5. Capacidad para mantener relaciones familiares estables y
duraderas madre-hijos/as-nietos/as.
6. Evitación del incesto primario.
7. Capacidad estética.
a. Preferencia por formas simétricas y rítmicas.
b. Tendencia a centralizar grafismos o pinceladas.
c. Tendencia a buscar el equilibrio entre varias
manchas alrededor de un eje central.
d. Resultados, generalmente, satisfactorios al
completar figuras inconclusas.

4.5 Competencia y agresión en primates8.

4.5.1 Competencia y agresión.

La principal causa de la agresión intraespecífica en los animales es la


competencia por acceder a unos recursos limitados, como un compañero sexual,
alimento o cobijo. Directamente relacionada con la competencia por los recursos son los
enfrentamientos por el estatus, ya que un estatus elevado a menudo implica acceder a
8
Extractado básicamente de Maier, R. (2001: 304-327)

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recursos como el alimento, el cobijo, o (en el caso de los machos poligínicos) a hembras
sexualmente receptivas. A diferencia de lo que ocurre en la agresión predatoria, donde
los ataques mortales poseen claras ventajas selectivas, dirigir un ataque de esta
naturaleza contra un miembro de la misma especie implica algunas desventajas. El rival
podría ser un pariente, y matar a un pariente reduciría la eficacia biológica indirecta del
agresor. Además, luchar muy violentamente podría volverse contra el mismo agresor,
provocándole heridas graves o la muerte. Consecuentemente, la mayoría de las luchas
entre animales coespecíficos están ritualizadas.

En el caso de los primates de vida terrestre se observan unos niveles de agresión


relativamente elevados9 hacia sus coespecíficos en ciertas circunstancias;
probablemente porque poseen complejos sistemas de organización social y parte de
dicha organización se basa en la agresión o la indicación de agresión, es decir, en las
amenazas.

Los chimpancés, como descubrió Jane Goodall, pueden llegar a matar


coespecíficos de otros grupos. Goodall identificó varias motivaciones aparentes de la
agresión. Gran parte de las agresiones tienen lugar a raíz de las intervenciones en
conflictos ajenos. Por ejemplo, si dos individuos se pelean, un tercer individuo
inicialmente no implicado en el conflicto puede tomar partido interviniendo a favor de
uno de ellos. Asimismo, a veces también intervienen en interacciones amistosas entre
terceros, intervenciones que sugieren que el individuo está intentando destruir una
alianza.

El miedo a lo desconocido también puede provocar agresión. En 1966 una


epidemia de poliomielitis azotó el área donde estaba investigando Jane Goodall, y los
chimpancés afectados adquirieron un aspecto anormal y una extraña forma de moverse
debido a parálisis parciales. Los chimpancés no afectados primero reaccionaron con
temor; después algunos empezaron a agredir a las víctimas. Este temor a lo desconocido
también explica que cuando los chimpancés se topan con coespecíficos desconocidos
reaccionen de una manera que oscila entre el miedo y la agresividad.

A veces la agresión puede extenderse por contagio. Un individuo puede unirse a


un grupo de chimpancés que se están peleando sin ningún motivo aparente o puede
atacar a un observador inocente al presenciar una pelea entre otros dos individuos.
Cuando los chimpancés atacan a coespecíficos desconocidos, generalmente un
individuo inicia la agresión y se van añadiendo los demás miembros del grupo.

Hay otras formas de agresión que parecen salirse de la normalidad. Una hembra
de chimpancé y su hija mataron a varias crías de chimpancé. A pesar de los intentos de
las madres en defender a sus pequeños, madre e hija consiguieron finalmente su
propósito. A diferencia de otros casos de infanticidio en los que éste puede reportar
alguna ventaja a quien lo comete (piénsese en que los leones macho aumentan su
eficacia biológica cuando lo realizan ya que facilitan su acceso a las hembras), en este
caso dicho comportamiento no parece suponer ningún beneficio en términos de eficacia

9
Otros investigadores (Thorpe, 1980: 249-252) no creen que sea tan significativa la agresión entre
primates, y destacan que en condiciones de cautividad tanto gorilas como chimpancés se convierten en
criaturas irritables y malhumoradas, por lo que algunos estudios sobre el tema necesitarían ser revisados.

12
INTRODUCCIÓN A LA Criminología
ANTROPOLOGÍA SOCIAL Bloque II.

biológica. Tal vez un mayor cerebro y un comportamiento más flexible permite que
algunos individuos desarrollen estas pautas de comportamiento, destructivas para el
grupo y que no aportan beneficio al individuo que las manifiesta.

4.5.2 Limitaciones de la agresión.

Ha habido una fuerte presión selectiva hacia el desarrollo de sistemas que


permiten minimizar la agresión entre coespecíficos, como las jerarquías de dominancia
y la territorialidad.

Jerarquías de dominancia. Una estrategia muy extendida en el mundo animal


que permite minimizar los efectos potencialmente perjudiciales de la agresión consiste
en emitir señales de apaciguamiento que, de hecho, comunican sumisión. La repetición
de los rituales de dominanción-sumisión es fundamental para garantizar la estabilidad
del sistema social de jerarquía, y la jerarquía permite a su vez mantener la paz. Los
animales dominantes suelen gozar de una mayor eficacia biológica. Así, en los papiones
(Papio cynocephalus), los machos dominantes no copulan necesariamente más a
menudo que los demás machos, pero se ha comprobado que copulan más cuando las
hembras están ovulando. También la experiencia previa en enfrentamientos ganados
hace que haya una mayor predisposición a la agresión, y el conocimiento del lugar y la
antigüedad en el grupo incluye en la determinación del estatus. Los macacos rhesus
(Macaca mulatta) que llevan más tiempo en un grupo suelen dominar a los que llevan
menos tiempo. Este efecto de antigüedad confiere cierta estabilidad a las jerarquía de
dominancia, ya que los recién llegados no tienen un efecto tan disruptivo sobre la
integridad grupal. Los vínculos de parentesco también pueden influir en el rango de
dominancia de un individuo. En los macacos rhesus el rango de dominancia de una
hembra está altamente correlacionado con el de su madre. Los primates son sensibles a
los vínculos de parentesco. Por ejemplo, en algunas peleas, se ha comprobado también
que los primates atacan a víctimas inocentes emparentadas con sus oponentes. Por
ejemplo, un macaco rhesus que acaba de tener un altercado con otro puede dirigirse a la
hermana de este último que está descansando y golperarla agresivamente. En los monos
vervet (Cercopithecus aethips) un enfrentamiento entre dos monos pertenecientes a
matrilinajes distintos puede extenderse de tal modo que los parientes de los dos
oponentes iniciales acaben participando en la disputa.

Sistemas territoriales. Permiten a un individuo o grupo de individuos la


dominancia sobre un área determinada, y es altamente beneficioso porque tener un
territorio garantiza el acceso a los recursos que contiene sin la necesidad de tener que ir
a buscarlos ni luchar constantemente por ellos. Además, la territorialidad permite
mantener las distancias entre grupos de la misma especie, reduciéndose los riesgos de
parasitismo y canibalismo y reduciendo las posibilidades de agotamiento de los
recursos.

13
INTRODUCCIÓN A LA Criminología
ANTROPOLOGÍA SOCIAL Bloque II.

4.5.3 Procesos de pacificación.

A pesar de su tendencia a implicarse en enfrentamientos agresivos con sus


coespecíficos, pruebas recientes indican que chimpancés (Pan troglodytes) y bonobos
(Pan paniscus) participan en conductas de pacificación muy eficaces después de los
episodios agresivos. Así, más del 40% de los enfrentamientos entre los chimpancés
estudiados por Franz De Waal eran seguidos de reconciliaciones durante la media hora
siguiente. La reconciliación implica generalmente alargar la mano e intercambiar besos.
También es bastante habitual que un aliado –generalmente un individuo de más edad o
estatus más elevado- dirija a otro comportamientos que parecen de consuelo, a menudo
en forma de abrazos o caricias. Antes de que tenga lugar la reconciliación, los dos
chimpancés que participaron en el enfrentamiento establecen contacto ocular. Si uno de
ellos retira la mirada cuando el otro está mirándole a los ojos, es poco probable que
haya reconciliación en un futuro inmediato. En los papiones la reconciliación se
produce en gran medida por señales auditivas. Cuando una hembra dominante emite un
gruñido suave al aproximarse a otra, es más probable que inicie una interacción de
carácter amistoso que cuando se aproxima en silencio. Además, los gruñidos reconcilian
a los oponentes después de un enfrentamiento agresivo.

Parece además que la reconciliación tiene algún efecto sobre las agresiones
futuras ya que es menos probable que dos chimpancés que se han reconciliado después
de un conflicto vuelvan a tener un enfrentamiento.

4.5.4 Respuestas incompatibles y mediación.

Otros comportamientos que permiten reducir la agresión en chimpancés y


bonobos son las respuestas que son incompatibles con la agresión, como comer o
practicar sexo. Cuando los chimpancés del zoo de Arnhem empezaban a comer, tenía
lugar una reducción de la agresión. En los bonobos del zoo de San Diego los individuos
eran especialmente proclives a tener contactos sexuales después de una explosión
agresiva.

Además, a veces un individuo inicialmente no implicado en un enfrentamiento


puede intervenir en un conflicto ajeno, actuando como mediador. Cuando dos machos
bonobo se pelean y transcurre un tiempos sin que se reconcilien no es extraño que una
hembra se acerque a uno de ellos, lo toque, y, a continuación, se aproxime al otro
macho, mientras comprueba si el primero la está siguiendo. Seguidamente, la hembra
puede sentarse junto al segundo macho y empezar a asearle. Comportamientos
parecidos se dan también en chimpancés.

4.6 Competencia y agresión en el primate humano.

Aunque hay enormes diferencias entre el ser humano y el resto de primates,


algunos antropólogos, etólogos y biólogos señalan ciertas similitudes en cuanto al modo
de expresar la agresión y en las formas de limitarla. Así, como ocurre en otros animales,
en los humanos el acceso a los recursos está estrechamente relacionado con la agresión.
De hecho, el sentido de la propiedad y su violación son una causa relevante de violencia

14
INTRODUCCIÓN A LA Criminología
ANTROPOLOGÍA SOCIAL Bloque II.

física. Si incluimos el acceso a los compañeros sexuales en la categoría de “recursos”, la


relación es todavía mayor. Además, los conflictos armados, desde las luchas tribales
hasta las grandes guerras, suelen estallar a raíz de disputas por las fronteras territoriales
y los recursos de los territorios.

Entre los humanos, igual que entre otros primates de vida terrestre, hay otros
factores que favorecen la agresión, como la intervención en conflictos ajenos, el
miedo a lo desconocido y la propagación de la agresión por contagio. Por otra parte,
algunas agresiones humanas, como las que cometen los asesinos en serie, parecen
carecer de todo sentido y pueden considerarse como aberrantes o patológicas.

También el primatólogo De Waal (2007a: 137) señala ciertas similitudes:

Como los chimpancés, la gente es altamente territorial y valora menos la vida


de los extraños que la de los miembros de su grupo.

Para el Eibl-Eibesfeldt (1993: 439) el modelo etológico de la génesis de la


agresión pone a debate la idea del carácter adaptativo filogenético del comportamiento
agresivo y combina los hallazgos de la investigación biológica del comportamiento con
los de la teoría del aprendizaje y de la hipótesis frustración-agresión. Rechaza que el
recurso a lo innato dé paso al fatalismo a la hora de abordar la agresión humana, ya que
reconoce la influencia de la educación y cómo esta es un mecanismo eficaz para
conseguir un control eficaz de la agresividad.

Aunque algunos especialistas niegan que la exposición a la violencia de los


medios de comunicación tenga un efecto relevante en el comportamiento violento
(Pinker, 2003: 453), otros muchos estudios concluyen que sí fomentan la agresión.

Las armas modernas también pueden exacerbar los efectos de la agresión, ya que
acaban con la vida de las personas antes de que las víctimas tengan la oportunidad de
emitir señales de apaciguamiento y antes de que los agresores tengan tiempo de
reflexionar sobre lo que están haciendo.

En todo caso las extrapolaciones desde el mundo primate al humano son siempre
muy cuestionadas, y lo cierto es que aunque desde la etología o la sociobiología se
apunten algunas razones para comprender la agresividad o el altruismo, el ser humano
es lo suficientemente complejo como para no analizar su comportamiento de un modo
reduccionista. Al respecto de la guerra, por ejemplo afirma F. de Waal (2011: 43):

Se ha observado que los chimpancés a veces asaltan a sus vecinos y les


arrebatan brutalmente la vida, lo que los acerca a la imagen guerrera que tenemos de
nosotros mismos. Como nosotros, los chimpancés entablan violentas batallas por el
territorio. En cuanto a la distancia genética, sin embargo, nuestra especie se encuentra
igualmente cerca de otro antropoide, el bonobo, cuya conducta no tiene nada que ver
con la del chimpancé. Los bonobos pueden mostrarse hostiles a los grupos vecinos,
pero al poco de iniciarse una confrontación las hembras se apresuran a relacionarse
sexualmente tanto con los machos como con las hembras del otro bando. Puesto que es
difícil practicar el sexo y hacer la guerra al mismo tiempo, la escena pronto se

15
INTRODUCCIÓN A LA Criminología
ANTROPOLOGÍA SOCIAL Bloque II.

convierte en una suerte de picnic, y la cosa acaba con los adultos de ambos grupos
acicalándose mutuamente mientras las crías juegan. Hasta ahora no tenemos noticia de
ninguna agresión letal entre bonobos10.

5. HOMINIZACIÓN.

5.1 Breve reseña del linaje humano.

El ser humano se clasifica junto a chimpancés, gorilas, orangutanes y gibones


entre los denominados simios hominoideos o antropomorfos. La especie animal viva
con la que compartimos una mayor proximidad genética y, por lo tanto, el antepasado
común más reciente, es el chimpancé; ambos linajes se separaron hace unos 7 millones
de años, en una época en la que se produjo un cambio climático que favoreció la
aparición de sabanas en lugares habitualmente boscosos. Reciben el nombre de
homínidos todos aquellos antecesores directos del ser humano actual, y uno de los
rasgos que les caracterizan es la postura bípeda. Probablemente el cambio de hábitat
boscoso a uno de sabana fue un elemento clave en la evolución de los primeros
homínidos. De hecho, los fósiles más antiguos de los que se tiene certeza de su postura
erguida (hay quien señala a Orrorin tugenensis de unos 4.5 m. a.), Australopithecus
anamensis y Australopithecus afarensis (en torno a 4 y 3.5 millones de años de
antigüedad respectivamente) se sabe que vivían en un ambiente que reuniría tanto
espacios boscosos como de sabana y fueron encontrados en el este de África, por lo que
se piensa que allí pudo tener origen la línea evolutiva que conduce a los humanos
modernos. Australopithecus africanus (entre 3 y 2 millones de años) fue hallado en
Sudáfrica y también se relaciona con un hábitat similar. Tal vez Australopitecus
afarensis sea el mejor estudiado gracias al esqueleto bautizado como Lucy; además el
equipo de Mary Leaky descubrió en Laetoli, Tanzania, un rastro de pisadas de esta
especie de casi 23 m. de longitud dejado por tres individuos bípedos que cruzaron un
lecho de cenizas volcánicas hace unos 3.5 millones de años. Recientemente se han
documentado pruebas concluyentes de que hubo utilización de herramientas desde hace
al menos 3,3 m. a.11, una fecha muy anterior a la aparición de los primeros Homo, con
los que tradicionalmente se asociaba la primera industria lítica se llama Olduvayense o
Modo 1.
Entre los 3 y los 2.5 millones de años vivieron en África un mínimo de cuatro y
un máximo de seis especies de homínidos (A. africanus, A. robustus, A.boisei, A.
aethiopicus, estos tres últimos también llamados Paranthropus, y una o tal vez dos
especies de Homo). Se ha discutido mucho si la aparición de espacios abiertos potenció
la bipedestación y si ésta a su vez fue la que posibilitó el desarrollo de una mayor
inteligencia. Aunque se discutirá este punto más adelante, una teoría clásica nos muestra
a un australopithecus que logra una postura erguida para observar mejor a los
depredadores o mejor recolectar los frutos de los arbustos, y que gracias a ello deja

10
Precisamente son los bonobos quienes, entre los grandes monos, han demostrado el nivel más alto de
empatía.
11
http://elpais.com/elpais/2015/05/20/ciencia/1432137026_404972.html

16
INTRODUCCIÓN A LA Criminología
ANTROPOLOGÍA SOCIAL Bloque II.

libres las manos y manipular objetos, algo que a su vez incide en el desarrollo de una
mayor inteligencia. En todo caso, la mayoría de antropólogos señalan la importancia de
la bipedestación en la evolución de la inteligencia. Investigaciones recientes sobre su
dentición apuntan a que los australopitecus se alimentaban básicamente de vegetales y
serían los posteriores Homo (humanos) quienes se alimentarían más regularmente de
carne y, por tanto, desarrollarían la caza.

El género Homo se origina hace unos 2.3 millones de años y aparece desde sus
orígenes ligado a toscos instrumentos de piedra tallada. Los rasgos que les separan de
los australopitecos y les acercan a nosotros son básicamente tres:

- El tamaño de sus cerebros es sustancialmente mayor al de los australopitecos.


- Los dientes son más pequeños y con una capa de esmalte más delgada y la
arcada dental es más parabólica.
- Los cráneos son más redondeados, la cara más pequeña y no tan prognata y los
músculos mandibulares más pequeños.

Los fósiles de más de un millón de años se suelen clasificar en dos especies: los más
primitivos y antiguos se han venido denominando Homo habilis (entre 2.3 y 1.6 m.a.) y
los más modernos Homo erectus (1.8 m. a. a 300.000 años), que era muy semejante a
nosotros, tanto en altura como capacidad craneal o proporción de los miembros. Con
este homínido se relaciona un tipo de instrumentos más elaborados denominados Modo
2, piedras talladas a doble cara (bifaces) entre las que se encuentran las famosas hachas
de mano. Esta fue la especie que primeramente abandonó el continente africano para
colonizar Asia y Europa hace más de un millón de años. Su capacidad craneana se sitúa
en torno a los 900 cc. (frente a los 1350 de media de los humanos modernos).

El equipo español que trabaja en la sierra de Atapuerca ha descrito una nueva


especie de hace unos 800.000 años: Homo antecessor. Algunos científicos creen que
pudo ser la especie antecesora tanto de los Homo neanderthalensis (230.000 - 40.000
años atrás) como del Homo sapiens12, aunque para confirmar plenamente esta hipótesis
deberían aparecer fósiles de esta especie en África, de donde se sabe que partió Homo
sapiens para colonizar el mundo a través de Asia (no es probable que atravesaran el
estrecho de Gibraltar) y que acabarían sustituyendo paulatinamente a los neandertales
con quienes convivieron en Europa durante unos 10.000 años. Esta hipótesis del origen
africano de nuestra especie viene avalada además por diversos estudios genéticos.

Con los neandertales se asocia el llamado Modo 3 o Musteriense, serie de


piedras talladas más perfeccionadas que en el Modo 2, mientras el Modo 4, en el que
aparecen el hueso y el asta tallados así como elementos de adorno, se asocia
estrechamente con el Homo sapiens.

De manera general se ha señalado que en algún momento de entre hace 35.000 y


45.000 años hubo un cambio abrupto en las herramientas, los patrones de subsistencia y
la expresión simbólica, que conocemos como “gran salto” o “revolución humana”,
caracterizada por:

12
Las fechas de antigüedad que suelen manejarse para el origen de nuestra especie giran en torno a los
250.000 años.

17
INTRODUCCIÓN A LA Criminología
ANTROPOLOGÍA SOCIAL Bloque II.

- Industria mucho más elaborada y eficaz.


- Variedad de materiales en la fabricación de útiles mucho más amplia.
- Transporte de grandes cantidades de material bruto a lo largo de grandes
distancias.
- Construcción de refugios elaborados.
- Aparición generalizada del arte, ornamentos13 y otras expresiones simbólicas.

Pero para Cela y Ayala (2005: 477) es mucho más razonable el esquema
“gradualista”, ya que si la especie tiene una antigüedad de unos cien mil años no es muy
consistente hablar de un “salto” ocurrido 60.000 años después de su aparición; de hecho
existen evidencias de enterramientos deliberados y adornos en África de más de
100.000 años, con lo que la pretendida “revolución” sería tan sólo efecto de la
discontinuidad del registro arqueológico y no resultado de una supuesta “revolución”
cognitiva, cultural y/o biológica.

Desde los primeros australopitecos hasta la aparición de Homo sapiens ha sido


constante la evolución de la capacidad craneal. Aunque lo importante no es tanto el
tamaño del encéfalo como la proporción entre éste y el tamaño del cuerpo (el índice de
encefalización) que también ha aumentado constantemente. De hecho, los neandertales
tenían una capacidad craneal superior a la nuestra (unos 1500 cc.), pero como se trataba
de especimenes mucho más fuertes y voluminosos que nosotros (pesaban un 30% más
que nosotros), lo más probable es que fuera su coeficiente de encefalización algo más
bajo.

5.2 Origen de la moral.

En lugar de considerar la moralidad como una invención


radicalmente nueva, tiendo a verla como una extensión
natural de antiguas tendencias sociales.

De Waal (2002: 292)

Ya Darwin (1989: 122-124) abordaba en El origen del hombre, publicado en


1871, el tema de la moral:

Hemos visto que aun en los primeros períodos de la historia del hombre, los
deseos expresados por la comunidad debieron naturalmente ejercer gran influencia
sobre la conducta de cada miembro, y aspirando todos a la felicidad, el principio de la
mayor felicidad debió convertirse en guía y fin secundario de la mayor importancia.
[…] A medida que el hombre avanza por la senda de la civilización, y que las tribus
pequeñas se reúnen para formar comunidades más numerosas, la simple razón dicta a
cada individuo que debe hacer extensivos sus instintos sociales y su simpatía a todos
los que componen la misma nación, aunque personalmente no le sean conocidos. Una

13
Algunos ornamentos se han asociado también a neandertales, como el collar encontrado en Arcy-sur-
Cure, hace unos 33.000 años.

18
INTRODUCCIÓN A LA Criminología
ANTROPOLOGÍA SOCIAL Bloque II.

vez que se llegue a este punto, existe ya sólo una barrera artificial que impida a su
simpatía extenderse a todos los hombres de todas las naciones y de todas las razas.
La experiencia viene a demostrarnos, desgraciadamente, cuán largo tiempo
transcurrió antes de que miráramos como semejantes a los hombres que difieren
considerablemente de nosotros por su aspecto exterior y por sus hábitos.

El primatólogo De Waal (2007b: 83-84), explica así el origen evolutivo de


nuestro sentido moral:

Es muy probable que la moralidad evolucionase como un fenómeno intragrupal


en conjunción con otra serie de capacidades típicamente intragrupales, tales como la
resolución de conflictos, la cooperación o el acto de compartir.

No obstante, la primera forma de lealtad de los individuos no es hacia el grupo,


sino hacia sí mismos y su familia. Al aumentar el nivel de interacción social y el
recurso a la cooperación, los intereses compartidos debieron salir a la superficie para
que la comunidad al completo se convirtiera en un aspecto importante. El paso más
importante en la evolución de la moralidad humana fue la transición desde las
relaciones interpersonales a un enfoque en el bien común. Entre los simios, podemos
observar los comienzos de este proceso cuando solucionan conflictos ajenos. Las
hembras hacen que los machos se reconcilien tras una pelea, y se convierten así en
agentes de la reconciliación; los machos de mayor rango a menudo detienen las peleas
entre otros individuos de forma equitativa y así promueven la paz en el grupo.
Personalmente veo este comportamiento como un reflejo de la preocupación por los
intereses de la comunidad que a su vez refleja los intereses en juego que cada miembro
del grupo tienen en el contexto de un ambiente cooperativo. La mayoría de los
individuos tendría mucho que perder si la comunidad se viniera abajo, de ahí el interés
por mantener la integridad y la armonía de la misma. En su estudio sobre cuestiones
parecidas a ésta, Boehm (1999) añade el papel de la presión social, al menos en los
humanos: toda la comunidad trabaja para recompensar el comportamiento que
beneficia al grupo, y castiga aquellos comportamientos que lo socavan.

Evidentemente, la fuerza más poderosa capaz de sacar a relucir un sentido


comunitario es la enemistad hacia los extraños, que obliga a que elementos que
normalmente estarían enfrentados entre sí se unan. Esto puede no ser visible en el
zoológico, pero es un factor muy a tener en cuenta entre los chimpancés en estado
salvaje, que ejercen formas letales de violencia intercomunitaria (Wrangham y
Peterson, 1996). En nuestra propia especie, nada es más evidente que nuestra
tendencia a agruparnos frente a nuestros adversarios. En el transcurso de la evolución
humana, la hostilidad dirigida hacia el exterior del grupo intensificó la solidaridad
intragrupal, hasta el punto que hizo que surgiera la moralidad. En lugar de intentar
que nuestras relaciones mejoren, como hacen los simios, hemos desarrollado
enseñanzas explícitas sobre el valor de la comunidad y el lugar precedente que toma o
que debe tomar sobre nuestros intereses individuales. […]

[…] la neuroimangen muestra que la tarea de realizar un juicio moral implica a


una gran variedad de zonas cerebrales, algunas de ellas muy antiguas (Greene y Haidt,

19
INTRODUCCIÓN A LA Criminología
ANTROPOLOGÍA SOCIAL Bloque II.

2002). En resumen, la neurociencia parece apoyar la postura de que la moralidad


humana está evolutivamente anclada en la sociabilidad de los mamíferos.

De Waal (2007b: 83-84)

A este respecto, Cela y Ayala (2005: 526-527), señalan:

Las transformaciones evolutivas modelaron muy probablemente la conducta


moral primitiva, y se sirvieron de ella para la aparición de grupos cuya supervivencia
dependía de una conducta altruista generalizada. Los subproductos de tales estrategias
adaptativas, basadas en la complejidad cognitiva del ser humano, son los que dieron
paso, a la larga, a nuestra enorme riqueza moral. Pero la manera como tuvo lugar esa
evolución nos obliga a distinguir entre dos aspectos esenciales de la conducta moral
humana. Cuando hablamos de ella es importante distinguir entre la tendencia a
comportarse de forma moral, siguiendo –hasta cierto punto- los valores imperantes en
nuestro grupo, y el contenido de esos valores. Mientras que la tendencia a comportarse
de una forma moral es universal en la práctica, y puede entenderse como un rasgo
propio de nuestra especie con un enorme valor adaptativo que apareció, por selección
natural, a partir del momento en que la propia evolución de las capacidades cognitivas
lo permitió, no se tiene prueba alguna acerca de la existencia de valores particulares
que hayan evolucionado de la misma forma. […]

Frente a la universalidad de la tendencia a comportarse de manera moral, la


diversidad histórica y geográfica de los códigos éticos resulta patente. Pero no todos
ellos resultan por igual eficaces, si hablamos en términos de adaptación. El conjunto
“tendencia a actuar de manera moral + códigos efectivos” es el que da lugar a la
conducta de un grupo, y el resultado que se obtiene de tal suma es lo que da la clave
adaptativa. Unas creencias que lleven a la destrucción del grupo (como serían, por
ejemplo, las que propugnasen el suicidio colectivo) se extinguirán, por supuesto, tan
pronto como el propio grupo que las alberga. No es raro, pues, que la antropología
cultural haya intentado explicar la presencia de algunos tabúes morales, como los que
se refieren a la prohibición de ciertos alimentos, en función de sus ventajas adaptativas.
Llegados a este punto resulta muy difícil, sin embargo, escapar a los argumentos
circulares que definen como muy adaptativas las pautas morales que sobreviven, sin
más, por el mero hecho de que consiguen hacerlo.

Marck Bekoff y J. Pierce argumentan en Justicia salvaje14 que buena parte del que
se considera comportamiento prosocial en los animales puede ser llamado sin ambages
justicia animal, y, por lo tanto, estamos ante conductas que conllevan algún tipo de
moralidad. Se parte de la base de que la justicia es un conjunto de expectativas sobre lo
que uno merece y cómo debería ser tratado, algo que ha sido constatado de manera
inequívoca en chimpancés y otros primates, lobos, coyotes, perros, elefantes y delfines.
Aunque a algunas personas, incluida parte de la comunidad científica, pueda resultarle
provocadora la idea, la existencia de moralidad en los animales es para muchos
científicos algo incuestionable y está siendo objeto de investigación rigurosa por parte
de la neurobiología, psicología, etología social o la primatología, entre otros. De hecho,

14
2010, Madrid, Turner ed.

20
INTRODUCCIÓN A LA Criminología
ANTROPOLOGÍA SOCIAL Bloque II.

cada vez son más investigadores que sostienen que los animales no sólo tienen sentido
de la justicia, sino también de la empatía, el perdón, la confianza o la reciprocidad

6. HIPÓTESIS PARA EXPLICAR LA EVOLUCIÓN DE LA


INTELIGENCIA HUMANA.

Para Darwin (1809-1881) la selección natural podía explicar perfectamente el


desarrollo de la inteligencia, mientras Alfred Russel Wallace (1823-1913),
codescubridor de la teoría de la evolución, pensaba en un gran salto cualitativo. Para el
prestigioso paleoantropólogo Ian Tattersall la inteligencia humana responde a lo que en
la teoría de sistemas se considera una cualidad emergente: el todo es más que la simple
suma de las partes; un reajuste de los elementos del sistema puede dar lugar a una
propiedad absolutamente revolucionaria. Cómo el ser humano ha llegado a poseer una
inteligencia tan superior al resto de animales sigue siendo en parte un misterio, aunque
una serie de elementos parecen haber tenido una importancia crucial en su desarrollo.

6.1 El aumento del tamaño cerebral

Desde los primeros australopitecos hasta la aparición de Homo sapiens ha sido


constante la evolución de la capacidad craneal. Aunque lo importante no es tanto el
tamaño del encéfalo como la proporción entre éste y el tamaño del cuerpo (el índice de
encefalización) que también ha aumentado constantemente. De hecho, los neandertales
tenían una capacidad craneal superior a la nuestra (unos 1500 cc.), pero como se trataba
de especímenes mucho más fuertes y voluminosos que nosotros, lo más probable es que
fuera su coeficiente de encefalización algo más bajo.

Si se compara el cerebro de los primates más cercanos al hombre, los chimpancés y


el gorila, con el humano, se observa en este último un mayor desarrollo neurológico de
los lóbulos frontales, temporales y parietales.

Los lóbulos frontales están situados inmediatamente detrás de la frente. Los


experimentos efectuados con otros primates y los conocimientos obtenidos a través de
la cirugía de los lóbulos frontales han permitido determinar que estos tienen relación
con la inhibición del comportamiento instintivo, hecho que está directamente
relacionado con la inteligencia: la característica distintiva de la inteligencia radica en
que es más una facultad adquirida que innata y, con frecuencia, comporta la supresión
de comportamientos instintivos.

Los lóbulos temporales, situados junto a las sienes, a ambos lados del cerebro,
están implicados, entre otras funciones, en el almacenamiento de la información.
Obviamente, la memoria desempeña un papel determinante en la elaboración de
respuestas y, al igual que la conducta inteligente, exige un aprendizaje. Los lóbulos
parietales, que están localizados en la zona superior del cerebro, contienen partes de la
corteza cerebral especializada en la integración y síntesis de las ideas y la información.

21
INTRODUCCIÓN A LA Criminología
ANTROPOLOGÍA SOCIAL Bloque II.

Para investigadores como Leslie Aiello y Meter Wheeler para que se produjera la
expansión cerebral era necesaria la reducción compensatoria del aparato digestivo a
fin de equilibrar el metabolismo: cerebro y aparato digestivo son los dos elementos más
costosos en términos energéticos de la economía corporal. La incorporación de carne y
grasas a la dieta, que los instrumentos líticos hicieron posible, permitió la reducción del
tubo digestivo (incluyendo el aparato masticador) ya que los productos animales son de
asimilación más fácil que los vegetales15.

6.2 Bipedestación y herramientas

Se ha discutido mucho si la aparición de espacios abiertos potenció la


bipedestación16 y si ésta a su vez fue la que posibilitó el desarrollo de una mayor
inteligencia. Una teoría más aceptada nos muestra a un australopithecus que logra una
postura erguida para observar mejor a los depredadores, y que gracias a ello deja libres
las manos con las que puede llegar a manipular objetos, algo que a su vez incide en el
desarrollo de una mayor inteligencia. De esta forma el ser humano podría perfeccionar
instrumentos de caza para lo que se precisaría de una mayor compenetración y
comunicación entre los individuos, con lo que se estaría potenciando nuevamente la
inteligencia. Sin embargo, otros investigadores relacionan la postura erguida con una
mejor regulación de la temperatura (los cuadrúpedos exponen mayor superpie corporal
al sol, especialmente en las horas de calor más intenso en las que el sol está en lo alto);
la principal ventaja de unas manos libres sería la posibilidad de transportar objetos,
alimentos y también a las crías.

Los científicos que han destacado la importancia de la caza como motor de la


inteligencia en un animal sin especiales aptitudes para ello argumentan que estimularía
la audacia, la cooperación, la capacidad para el lenguaje, etc. Para Edgar Morin supone
además la aparición de una clara diferenciación funcional entre las tareas de machos y
hembras.

También es posible la retroalimentación entre la incipiente técnica lítica y una


mayor capacidad cerebral. La capacidad de repetir sistemáticamente secuencias
gestuales y la necesidad de transmitir esos comportamientos a los miembros jóvenes del
grupo seguramente marcaron el comportamiento de las primeras especies del género
homo. A medida que los procesos de obtención de instrumentos se complican, los
esquemas mentales de quienes los llevan a término devienen más y más complejos. Para
Carbonell y Sala es muy posible que ahí radique el origen del pensamiento abstracto, ya
que la existencia de esquemas psicológicos operativos resulta imprescindible para poder
desarrollar estructuras operativas que conduzcan a la producción de morfologías
artificiales.

Pero realmente el gran “despegue” cultural se produce con la aparición de


Homo sapiens hace unos 100.000 años. Ligado a este despegue se encuentra el
desarrollo de la capacidad para el lenguaje articulado17. En el paleolítico superior, hace

15
¿Qué papel pudo tener en este sentido el uso generalizado del fuego desde hace 200.000 años?
16
Hace aprox. 2.8 millones de años hubo un cambio climático que supuso la aparición de espacios
abiertos de sabana en detrimento de lugares de selva donde se vivían los primeros homínidos.
17
Para autores como Krantz el descenso de la laringe es sumamente reciente (unos 40000 años).

22
INTRODUCCIÓN A LA Criminología
ANTROPOLOGÍA SOCIAL Bloque II.

unos 45.000 años, los humanos comenzaron a hacer una serie de cosas que nunca habían
hecho antes, por lo que, como ya hemos señalado, algunos antropólogos han
denominado a este periodo el de la “revolución humana”:

- construyen refugios elaborados.


- crearon arte y ornamentos.
- llevaron a cabo enterramientos rituales y practicaron otras formas de expresión
simbólica como relieves y pinturas en cuevas.
- una industria mucho más elaborada.
- hicieron útiles con una variedad de materiales más amplia (piedra, cuerno,
marfil, hueso)

PERIODO FECHA DE APARICIÓN EFICIENCIA (CM/KG)


Paleolítico superior 40.000 670
Musteriense18 130.000 224
Achelense/Modo II 1.400.000 45
Olduvaiense/Modo I 2.400.000 11

La eficiencia se ha calculado relacionando los cm. de bordes cortantes por kilo


de material primario. Los homínidos relacionados con cada período son:

Olduvaiense: (A. garhi ¿?) Homo habilis.


Achelense: Homo erectus
Musteriense: H. neardenthalis, H. sapiens
Paleolítico superior: H. sapiens. En esta época se sitúan las industrias auriñaciense (más
de 30.000 años) gravetiense (28.000-18.000), solutrense (22.000-18.000),
magdaleniense (18.000-10.000)19.

Durante el paleolítico superior se desarrollan un amplio número de útiles que


poseen formas estandarizadas (buriles, puntas de lanzas, raspadores, etc.); además de
inventos como el propulsor y el arco y la flecha.

Se postulan dos explicaciones al hecho de esta “revolución humana”:

a. Es el resultado de cambio genético en los humanos anatómicamnte


modernos. Por ejemplo, cambios genéticos que posibilitasen la aparición de estructuras
mentales capaces de un lenguaje más complejo.

b. Los cambios no fueron genéticos sino culturales. Los humanos


anatómicamente modernos habrían necesitado 55.000 años para reunir los elementos
posibles para esta “revolución humana”, tal y como, por ejemplo, sucedió
aproximadamente hace 7000 años con la aparición de la agricultura, que supuso un salto
cualitativo en las sociedades humanas: sedentarización, desigualdad social, aparición

18
Asociada a Homo Neanderthalensis, En la Grotte du Renne (Francia), yacimiento atribuido a los
neandertales, marfiles y huesos tallados parte de un collar, junto a una serie de instrumentos de técnica
chatelperronienses. ¿Préstamo cultural?, ¿Simbolismo en los neandertales?
19
El Paleolítico, según zonas daría paso al Neolítico entre el 12.000 y el 8000 a. C.

23
INTRODUCCIÓN A LA Criminología
ANTROPOLOGÍA SOCIAL Bloque II.

del poder regulado, sociedades mucho más numerosas, arquitectura monumental,


escritura, etc. Otros científicos niegan que haya tal salto o revolución, y argumentan un
gradualismo basándose en incipientes muestras de simbolización como piedras
ornamentales de hace unos 130.000 años encontradas en Níger o huesos perforados de
100.000 en Marruecos.

6.3 La modificación del aparato masticatorio y digestivo.

El consumo de carne entre primates homínidos debió de haber aumentado como


consecuencia de la capacidad operativa de aquellos que conocían la confección y el
uso de artefactos. […]

El consumo de alimentos de alto contenido proteico hizo que los homínidos que
seguían esta dieta llegaran a ser más aptos para la supervivencia. Los grupos
constituidos por estos especímenes, de dieta omnívora y generalista, debieron de
convertirse en grupos más dinámicos y complejos. Y aún hay más: una prestigiosa
antropóloga norteamericana, Leslie Aiello, cree que el consumo de carne permite una
ampliación más rápida del cerebro y una reducción de la longitud de los intestinos,
puesto que la digestión del alimento cárnico se efectúa con mayor velocidad y requiere
menos energía. A partir de ahí, el cerebro puede apropiarse del alimento y la energía
que otras especies invierten en la digestión. Si Aiello está en lo cierto, el uso
sistemático de útiles y el consumo de carne habrían producido un crecimiento
espectacular del cerebro.

Carbonell y Sala (2003: 53-54)

6.4 El fuego

Aunque no hay un consenso absoluto sobre su fecha de origen 20, se admite que
su adquisición tiene al menos unos 500.000 años de antigüedad, aunque su uso se
extendió a toda la población hace unos 200.000 años y produjo probablemente nuevas
pautas de comportamiento, ya que el fuego añade duración al día, reúne a miembros del
grupo alrededor de su luz y calor, donde probablemente se posibilita un espacio para
una mayor comunicación entre los individuos. Hay autores como Carbonell y Sala
(2003: 48) que incluso relacionan la socialización del fuego con el desarrollo del
lenguaje articulado, las primeras ideas simbólico-mágicas y su plasmación artística.
Entre otros argumentos señalan que la socialización del fuego, el lenguaje articulado, el
simbolismo ideológico y plástico y el pensamiento mítico-religioso21 hacen su aparición
conjuntamente a partir de hace entre doscientos y trecientos mil años.

6.5 El lenguaje

Muchos animales tiene la capacidad de comunicarse con sus semejantes, pero


ninguno de ellos puede acercarse ni de lejos a la complejidad del lenguaje humano. El

20
En Koobi Fora, se han encontrado hogares al lado de herramientas líticas asociadas a Homo erectus de
unos 1.6 m. a.
21
La Venus de Berekhat Ram, encontrada en Palestina, es un exponente de arte mobiliario cuya
antigüedad se ha calculado en unos 230.000 años.

24
INTRODUCCIÓN A LA Criminología
ANTROPOLOGÍA SOCIAL Bloque II.

hecho de que los humanos adultos poseamos una laringe situada en el cuello en una
posición más baja que el resto de mamíferos nos posibilita articular sonidos, al tiempo
que presenta la contrapartida de que nos podemos atragantar con facilidad o que no
podemos respirar mientras bebemos (capacidad que todavía se conserva en los bebés).

Los antropólogos no están seguros de cuándo evolucionó el lenguaje. Algunos


investigadores como S.J. Gould han argumentado que el lenguaje es simplemente un
producto colateral22 del hecho de que los humanos modernos poseen un cerebro más
grande y mayor inteligencia; Boyd y Silk (2001: 429), por el contrario, argumentan que
hay suficientes pruebas que apuntan en el sentido de que implica a un gran número de
características morfológicas y mentales que surgieron y se han mantenido por efecto de
la selección natural.

Otros científicos han concluido tras estudiar los diversos homínidos fósiles, que
los autralopitecos, parántropos y Homo habilis la laringe debió ser similar a la de los
chimpancés actuales (incapaces de articular lenguaje), y por tanto incapaces de hablar.
Juan Luis Arsuaga e Ignacio Martínez (1998: 321) sitúan el origen del lenguaje con
los primeros Homo, aunque en el caso de Homo habilis23 su aparato fonador, con un
paladar más alargado que el nuestro, sería capaz de un número de consonantes más
limitados que el de Homo sapiens24.

C. J. Cela Conde y F. Ayala (2006: 22-24) destacan que recientes


descubrimientos vinculan el habla con el gen FOXP2, que participa en la construcción
de los circuitos neuronales relacionados con el habla. Del estudio de las últimas
mutaciones ocurridas a lo largo del linaje humano en este gen, se desprende que el
origen del lenguaje se situaría hace unos 200.000 años, fecha coincidente con la
aparición de los Homo sapiens, y se apunta a una aparición más bien repentina del
rasgo, en los términos relativos que la expresión implica cuando se habla de
filogénesis25. Este gen tiene además un importante papel en el desarrollo de los circuitos
motores de los mamíferos, hecho que sugiere la evolución de los rasgos cerebrales
relacionados con el lenguaje tuvieron que ver con la modificación del desarrollo de
rasgos preexistentes relativos a la coordinación del movimiento. En este sentido W. H.
Calvin señala que para los neurofisiólogos es evidente que el “córtex lingüístico” no se
limita a realizar únicamente tareas lingüísticas:

Hay un enorme solapamiento con las secuencias de control del movimiento de la


cara y la boca, y con las que gobiernan las actividades de la mano y el brazo, lo que
sugiere que las mejoras en un sistema pueden haber beneficiado a los demás sistemas
implicados, al menos en alguno de los estados de la evolución de los homínidos.

22
exaptación
23
Parece ser que, según análisis recientes, el reducido canal medular de este fósil, insuficiente para el
movimiento torácico necesario para permitir el ritmo de respiración que exige la articulación del lenguaje
hablado, es una malformación.
24
Las lenguas polinesias actuales tienen tan solo tres vocales (a,i,u) y un número muy reducido de
consonantes.
25
Cela y Ayala toman con reservas esta explicación ya que la relación entre los genes y el lenguaje es
compleja e implica la interacción de numerosos genes, además de presentar un modelo de cambio abrupto
y mutación única con el que no están del todo de acuerdo.

25
INTRODUCCIÓN A LA Criminología
ANTROPOLOGÍA SOCIAL Bloque II.

Calvin, W. H. y Bickerton, Derek (2001: 59)

En esta línea Carbonell y Sala (2003: 100), en consonancia con Terrence


Deacon, señalan que la proximidad en la anatomía cerebral entre áreas donde se
desarrollan funciones relacionadas con el habla y otras ligadas a la manipulación de
objetos hace pensar que la ampliación de esta última repercutió en la primera, es decir,
que pudo existir algún tipo de influencia mutua entre la capacidad para la
manipulación de herramientas y el habla.

En Calvin y Bickerton (2001: 163-168) también se señala la hipótesis de que el


altruismo recíproco ha influido en la aparición del lenguaje ya que ha generado el
conjunto de categorías y estructuras abstractas que, una vez unidas al protolenguaje,
dieron como resultado el tipo de sintaxis que manifiestan todos los lenguajes humanos.
Esto es así dado que es fundamental para la supervivencia determinar con claridad qué
individuos hacen o no (despiojar, compartir alimentos, etc.) a quién/es, y detectar a los
compañeros/as no altruistas. De esta manera el cálculo social que permite tanto saber
con quién establecer alianzas como saber quién nos debe un favor o quién nos está
engañando, estableció las categorías de agente, tema y objetivo.

Antxon Olarrea (2005) apunta además algunas otras hipótesis como la influencia
de la selección sexual en el desarrollo del lenguaje o la importancia del cotilleo, que
según Dunbar es la más forma eficaz de establecer relaciones y alianzas, adquirir
información sobre el comportamiento de posibles parejas o compañeros que no están
presentes y crear relaciones en general.

En los humanos modernos el hemisferio izquierdo es el que concentra las


capacidades para el habla; lesiones en el área de Broca suelen entrañar dificultades con
la sintaxis y lesiones en el área de Wernicke suelen dificultar el reconocimiento de
palabras. Para algunos paleoantropólogos los estudios de los interiores de los cráneos de
homínidos fósiles no son concluyentes con respecto del desarrollo de las áreas del
lenguaje en los australopitecos, pero sí en los primeros Homo26. La reconstrucción de
tractos vocales de los homínidos fósiles indica que el lenguaje apareció sólo con los
humanos modernos. Así, simulaciones por ordenador del tracto vocal de los
neandertales sugiere que hubieran sido capaces de un solo sonido vocálico. Sin
embargo, en 1983 se descubre en la cueva de Kebara en Israel de un esqueleto de
neanderal que posee un hueso hioides (pequeño hueso en forma de U que se sitúa en la
mandíbula cerca de la base de la lengua) muy similar al humano cuestiona que estos no
pudiesen hablar27.

26
Sin embargo, la morfología del chico Homo erectus KNM-WT 15000 indica que esta especie no tenía
el mismo control sobre el diafragma y los músculos del tórax que el que tenemos los humanos modernos,
por lo que se puede deducir una ausencia casi total de lenguaje articulado. No obstante, investigaciones
reciente apuntan a una deformación y no un rasgo específico de la especie.
27
https://www.thevintagenews.com/2018/11/30/neanderthal-voices/ ;
https://www.sapiens.org/column/field-trips/did-neanderthals-speak/

26
INTRODUCCIÓN A LA Criminología
ANTROPOLOGÍA SOCIAL Bloque II.

Como se ve, las certezas son todavía muy pocas y hoy en día sigue siendo un
reto investigar en qué medida la aparición del lenguaje potenció una mayor capacidad
cognitiva y ésta a su vez un mayor desarrollo del lenguaje.

Experimentos con primates han demostrado cierta capacidad para el lenguaje.


Los monos verdes (Cercopithecus aethiops) disponen de un repertorio de señales
vocales en forma de voces de alarma con un contenido semántico muy preciso, ya que al
menos son capaces de emitir y distinguir cuatro clases de alarma diferentes dependiendo
de si los predadores a los que se alude son aves de presa, serpientes, primates o grandes
felinos. En animales mucho más inteligentes y cercanos como los chimpancés y gorilas
la configuración de su aparato fonador les imposibilita el habla (ningún animal ni
primate que no sea humano tiene nuez –tampoco los bebés la tienen), pero a través del
lenguaje de símbolos Washoe, un chimpancé hembra, aprendió 160 símbolos de manera
creativa, asociando por cuenta propia algunos de estos símbolos: Abrir, asociado
inicialmente a puerta, lo llegó asociar con toda una serie de cosas cerradas: frigorífico,
caja, armario, etc. Koko, una gorila hembra adiestrada por Francine Patterson28, ostenta
el record con 300 palabras. Koko indica “dedo brazalete” para anillo, “blanco tigre”
para cebra, etc. Incluso ha manifestado sentimientos internos indicando felicidad,
tristeza, temor y vergüenza. El sociobiólogo Edward O. Wilson (1997: 45-46) menciona
otros casos similares de chimpancés que han sido capaces de manejar más de 200
palabras o memorizar unas 250 oraciones para afirmar que:

El intelecto humano es mucho más poderoso que el del chimpancé. Pero la


capacidad para comunicarse por medio de símbolos y sintaxis sí está dentro de las
capacidades del simio. Muchos zoólogos dudan ahora de la existencia de un abismo
lingüístico infranqueable entre los animales y el hombre. Ya no es posible decir, como
hizo el destacado antropólogo Leslie White en 1949, que la conducta humana es
conducta simbólica y que la conducta simbólica es conducta humana.

A pesar de estas capacidades para asignar significados a símbolos arbitrarios, los


primates no humanos están muy lejos de utilizar la compleja sintaxis humana. Fue
Noam Chomsky (1928) quien postuló una capacidad gramatical común innata para la
especie humana, hipótesis que ha sido defendida desde muy variados campos de
estudio.

Las culturas configuran las distintas formas pautadas de pensar, pensar y


comportarse; y se plasman en lenguas que a su vez configuran el pensamiento, pues
ordenan formas y categorías por las cuales no sólo nos comunicamos sino que también
analizamos la naturaleza. Los distintos lenguajes tienen un carácter práctico. Pueblos
eskimales tienen multitud de términos para definir la nieve según sea su estado; otros no
distinguen números más allá del 5, etc.

28
Ver al respecto: http://www.koko.org/index.php

27
INTRODUCCIÓN A LA Criminología
ANTROPOLOGÍA SOCIAL Bloque II.

7. EL DESARROLLO CULTURAL HUMANO: NEOTENIA y


NATURALEZA CULTURAL DE NUESTRA ESPECIE.

El proceso de evolución biológica del homínido es de carácter neoténico: es decir,


el retardamiento del desarrollo ontogenético tiende a mantener rasgos infantiles o
juveniles en el adulto. Se da al adulto ciertos caracteres del feto y del animal joven. La
prolongación de la infancia se halla vinculada a la sociedad ya que permite que se
integren en el cerebro estructuras socioculturales complejas. Así, la prolongación de la
infancia posibilita una mayor complejidad social y ésta potencia la prolongación de la
infancia.

mayor
Neotenia inteligencia

desarrollo social y cultural

Edgar Morin destaca en El paradigma perdido (1992: 101) que el progreso de


juvenilización trae consigo la regresión de los comportamientos estereotipados
(instintivos), una extrema apertura frente al medio y una gran capacidad de
aprendizaje. Este proceso es estimulado por el desarrollo social y cultural, por lo
que la cultura ha tenido un papel clave en la regresión de los instintos y la
progresión de las capacidades organizativas. Así, un cerebro de grandes dimensiones
no ha podido hacer su aparición sin la formación de una cultura compleja. El
antiguo paradigma naturaleza/cultura se hunde, ya que evolución biológica y
cultural serían dos aspectos interrelacionados del proceso de hominización. En esta
misma línea manifiesta Morin en La identidad humana (2001: 33):

Cerebralización y juvenilización favorecen los desarrollos de la complejidad


social, y estos tres términos complementarios se estimulan unos a otros, lo que
permite, antes de la aparición de Homo sapiens, la emergencia conjunta de nuestro
lenguaje y de la cultura.

Campbell, Dirham y Maxwell, citados por Ayala y Cela (2005: 529), también
sostienen la coevolución biológica y cultural. Para Eudald Carbonell y Robert Sala
(2003: 42), tanto la biología como la cultura forman parte del proceso de evolución:
tanto la organización social humana como la capacidad técnica son formas
adaptativas sometidas a evolución.

28

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