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Análisis interpretativo
ENFOQUES DEL APRENDIZAJE Y SU
APLICACIÓN EN SITUACIONES
EDUCATIVAS.
Facilitadora:
Eliem Zapata.
Participante:
Yohan Alberto Silva Cedeño
C.I V-18503115
Es por ello que, se afirma que la psicología educativa tiene un papel fundamental en
la mejora del comportamiento de los niños ante el escenario escolar, y es que si quienes se
adaptan con facilidad a los ambientes educativos, también existen niñas y niños que
desarrollan conductas inadecuadas en este sentido, y esto requiere de orientación
profesional.
De acuerdo a las experiencias como docente de aula se puede describir que los niños
se comportan de acuerdo a sus necesidades, a sus realidades que vivencia en su entorno, su
estilo de vida, de aquí la importancia que tiene la actuación de la madre y el padre o del
familiar con quien conviva el niño y la niña sobre todo en edad escolar. Los niños irán
desarrollando la madurez emocional a medida que los padres le ayuden y practiquen con
ellos aprovechando todas las situaciones del día a día.
Por su parte, en el enfoque humanista se considera al niño y la niña como “un ser”,
cuya existencia en el mundo debe ser respetada, al igual que las demás formas de
existencia. De este modo, el enfoque humanista concede gran importancia al estudio del
niño y sus sentimientos, deseos, esperanzas, aspiraciones; conceptos considerados
subjetivos por otros enfoques psicológicos, como es el caso de las teorías conductistas,
basadas solo en el estudio de las manifestaciones del comportamiento de los sujetos. Hoy
día, los docentes de primaria debemos aplicar la empatía en todo momento, basándonos en
las realidades del niño y las capacidades de ellos. Considerando que no todos los niños
aprenden de la misma manera.
Tras observar el video formativo sobre el enfoque humanista se puede deducir que
Abraham Maslow (1908-1970) siempre se interesó en que el principio fundamental de la
aplicación del humanismo a la psicoterapia, es la toma de conciencia de los aspectos
negados en el comportamiento, donde el individuo estará saludable en tanto acepte e integre
lo que realmente es, es decir, se produzca una coherencia entre lo que siente, lo que piensa
y lo que hace, considerando la proyección de dichas acciones en el niño y la niña.
Es importante resaltar que el constructivismo tiene como fin que el niño y la niña
construyan su propio aprendizaje, por lo tanto, los docentes en nuestro rol de mediadores
debemos apoyar al niño para: Enseñarle a pensar, desarrollar en el niño un conjunto de
habilidades cognitivas que les permitan optimizar sus procesos de razonamiento, enseñarle
sobre el pensar, Animar a los niños a tomar conciencia de sus propios procesos y estrategias
mentales (metacognición) para poder controlarlos y modificarlos (autonomía), mejorando el
rendimiento y la eficacia en el aprendizaje y enseñarle sobre la base del pensar, quiere decir
incorporar objetivos de aprendizaje relativos a las habilidades cognitivas, dentro del
currículo escolar.
En este siglo, el constructivismo es la corriente de moda aplicada actualmente a la
educación, pero en la práctica es difícil ser totalmente constructivista, ya que las realidades
en las escuelas son variadas (situaciones económicas, sociales y políticas) y hay muchos
factores que influyen para adscribirse totalmente a esta corriente. Sin embargo, con un poco
más de esfuerzo, dedicación y compromiso, se puede consolidar el pensamiento
constructivista en nuestros pequeños.
Es importante destacar que controlar el aprendizaje en las niñas y los niños significa
dar la oportunidad a los estudiantes de tomar decisiones acerca de qué aprender y cómo
hacerlo, ayudar a los niños a crear metas de aprendizaje en función de sus intereses y
aspiraciones futuras. Sin duda los niños de hoy están familiarizados con las tecnologías y
aprenden a utilizarlas con mucha facilidad, de manera casi intuitiva. Incluso se cree que
aprenden mucho más rápido a través de ellas, lo cual puede ser una ventaja como recurso
educativo, sobre todo por la atracción que generan en los estudiantes. Sin embargo, resulta
fundamental darles siempre un sentido pedagógico, es decir, que estén al servicio del
aprendizaje y que no se conviertan en el único recurso.