Es un abono natural que se obtiene a partir de la descomposición de residuos orgánicos, como restos
de comida, hojas, ramas, etc., en presencia de oxígeno.
El compost orgánico tiene una serie de beneficios, entre los que se incluyen:
Mejora la estructura del suelo, haciéndolo más suelto y aireado.
Aumenta la capacidad de retención de agua del suelo. Mejora la fertilidad del suelo, proporcionando a las plantas los nutrientes que necesitan para crecer. Reduce la contaminación, ya que ayuda a evitar la descomposición de los residuos orgánicos en vertederos, donde producen gases de efecto invernadero.