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CAPITULO 1 LA VIOLENCIA DE GENERO COMO VIOLENCIAS COTIDIANAS La violencia en sus diferentes manifestaciones ¢s un tema que nos atraviesa a todas y a todos. Tanto las mujeres como los varones suelen ser objeto y sujeto de violencia, aunque la situacidn de subordinacién social de la mujer favorece que ésta se transforme, con mucha mayor frecuencia, en la destinataria de violencias estructurales y coyunturales. Escuchar y pensar sobre las violencias ejercidas conta las mujeres, (de distinto sector social, edad, religién, etnia, ete.) produce males- tar, estremecimiento, estupor, indignacién. Podemos enterarnos de Ja violencia cuando invade el ambito piblico mediante la erSnica licial 0 cuando se impone como especticulo en los medios grafi- {608 0 televisivos. En étos se establece una norma de visibilidad de los hechos violentos, considerados como “naturales”, en la que se entre- cruzan lo piblico “la violencia como realidad que padecen las perso- nas~ y lo privado la imtimidad de las personas violentadas-. La narracién ~escrita, radial y televisiva- la vuelve ostentosa, casi obsce- na cuando promueve una hipertrofia del escuchar y del ver, una ten- dencia voyeurista de fascinacién de quienes asisten “pasivamente” a las violencias padecidas y ejercidas. El auge de los reality shows 0 talk shows, 0 la tendencia de ciertos noticieros televisivos y radiales, cambia de lugar a la violencia y la in- troduce en Ja vida de quienes la miran o Ta escuchan como un hecho "mas, Asi, domesticada y convertida en objeto que se puede tolerar ‘consumir, la violencia queda neutralizada, anulindose, en muchas personas, su carga negativa y la censura. O se recurre a mecanismos de cevitacion y rechazo (cambiar de emisora o de canal) como forma de ‘eludir el malestar que provoca ver y escuchar sobre hechos violentos. 24 VIOLENCIAS COTIDIANAS, VIOLENGIA DE GENERO ' La resistencia a conocer o a escuchar sobre las violencias es un mecanismo defensivo que se utiliza cuando no se tolera el displacer. Se niega o disimula una realidad inc6moda y amenazante que dif cultard el reconocimiento de ciertos comportamientos como violen- tos y la asuncién de una actitud critica frente a los mismos. La evitacién y el rechazo se manifiesta por sensaciones de incomodidad y de ataque a la intimidad, posturas corporales defensivas, expresio- nes verbales encubridoras o silencios cémplices, Un hecho violento ~golpes, violacién, abuso- genera diversos tipos de expresiones tanto en la comunidad como en la vietima y en el agresor. La comunidad, qué suele decir? “B30 le pasa a ciertas mujeres. “No es para tanto,” ‘Esté: mat hablar de cosas éntimas, no nos tenemos qute meter en eso.” “No tienen vergiienza ni prdor, no vamos a meternos en problemas ajenos.” “¥... algo habré hecho... por algo habra sido “A esos degenerados hay que matarlos.” “Eso no see hace a nadie,” “Las mujeres tienen que denunciar lo que les pas6 para que se sepa cémo son las cosas y evitar que se repitan.” Por su parte, la victima suele decir: SgPor qué a mi?” “Nunca vay a poder contarlo,” “A lo mejor me lo merezco.” “Yo siento miedo de provocars gcimo tengo que vestirme para salir a la calle?” “Ustedes no saben lo que es esto, no podré olvidarme.” “Yo no to provoqué ni quise que esto me pasara.” “Necesito que me crean y que me ayuden.” Y el agresor suele expres “Los hombres somos asi.” 1 spara qué provoca?” “Se la estaba buscando,” 1A MIOLENCIA DE GENERO COMO VIOLENCIAS COTIDIANAS 25, “A las mujeres les gusta.” “Yo lo hago por su propio bien.” {A ela te viene muy bien que yo le haga entender como deben ser las cosas.” “Cuando una mujer dice ‘no’ en realidad quiere decir ‘i ‘Las mujeres son fantasiosas, exageradas y también mentirosas.” “Bueno. jse me jue la mano! jPero ella hace de todo wun drama” Estas expresiones de protagonistas y testigos de hechos violentos van desde Ia aparente indiferencia, las explicaciones rapidas, las jus. tificaciones, los deseos de venganza y las posturas reivindicatorias hhasta la critica y la censura directas. Los mitos y estereotipos que ex. resan estas ideas conforman cl imaginario social acerca de los he. hos de violencia contra Jas mujeres. Este imaginario, sefiala Eva Giberti (1989), “Responde a la dindmica de complejos procesos so. ciales que, en forma de ideologias, privilegian determinados valores, opacando o postergando otros, proponiendo o defendiendo distin. {as éticas que se autodefinen como las tinieas y las mejores". Este imaginario social achia sobre el imaginario personal, transformande ‘ideologia que lo promueve en_pensamientos y acciones inmuta. bles y excluidas de todo cuestionamiento. Estas creencias persisten a wvés del tiempo, se reproducen por congenso social y perpel una eficacia simbélica que opera como la verdad misma La conse. ‘uencia es que se minimizan o se niegan los hechos de violencia considevindo. fos “normates” o “habituales’, se desmienten las experiencias de las mujeres y at desvin la responsabilidad de los agresures. Pero, cuando la presencia inobjetable del hecho no permite poner en marcha esos mecani= mos de rechazo y evitacién, ya no se puede permanecer en una post. -ciGn neutral: el conflicto planteado entre el agresor y la victima va a cexigir de los testigos una toma de posicién. La victima quiere olvidar? Pero no puede y demanda compromiso y censura por lo ocurrido, El Atacante convoca a no hablar y pide complicidad y que se olvide lo sucedido (Eitenger, citado en Herman, 1962).' Por su parte, la co. munidad toda desea olvidar lo displacentero y generalmente lo con. 1. En su estudio sobre fos sobrevivientes de los campos de concentracién, el Psiquiatra Leo Eitenger dice: “La comunidad quiere olvidar la guermy ls victims; Extiende un velo de olvido sobre todo aquello que le es doloroso 0 displacenters, Encontramos a ambos, la comunidad y las victimas, cara a ears: por tn lado, lag itimas que quizd quieren olvidar pero no pueden yen el otro todos aquellos com 26 \VIOLENGIAS COTIDIANAS, VIOLENGIA DE GENERO sigue, aunque las formas de olvido supongan Ia reiteracién del es- pecticulo o Ia inexistencia de la violencia, como si conocer y actuar Sobre la violencia fuera tan peligroso como la violencia misma.7 <'La consecuencia esperable sera descontextualizar a las personas viglentadas considerandolas singularidades aisladas que deben perma- necer en el secreto y el silencio. Un silencio que, por un lado, ejerce la sociedad y, por el otro, las victimas, desmintiendo los mecanismos s0- iales de producci6n y reproducciGn de las violencias cotidianas. Pero también existen otras formas de conectarse con el tema que no son ni la visualidad ostentosa ni la negacién ni el rechazo. Plap-— tearse la necesidad de un saber comprometido y responsable permi- tird elaborar diversos modos de acercamiento y apoyo a las personas agredidas para impedir su exclusién psicolégica y social. Violencias y género | visi den oat de vec quo ter come rela on dao ost fie, tema) pg para a maj ice iesamas de les wy Lecce oa rsen tbr de tad, toto spread pica come ona pra” ‘Grgizcion de is Nacones Una, 198 4 violencia contra la mujer es cualpuier acién o conducta, basada en su ginero, que cause muerte, dato o sufrimientofsico, sexual o psicoligico ‘ala mujer, tanto en el dmbito prblico como en et privado. Convencién Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer, Convencién de Belem Do Pari, OBA, 1994? "La violencia contra ta mujer es todo acto de fuerza fsica o verbal 0 privacién tonne ara aod, digi al nde mero ihe ve cue dao icoldgico, huumillacion 0 privacién arbitraria 'y que perpetic — a la subordinacin femenina.” Hesse, 1994. rmotivs fuertes, a menudo inconscientes, que, con gran intensidad, desean olvidar y Jo logran. Con frecuencia el contraste es muy doloroso para’ ambos [..] los perdedores en este didlogo silencioso y desigual son los bile.” (Herman, 1992) 2. La violencia de género abarca miluples y heterogéneas problematicas,segiin cesta Convencién. Incluye la violencia fisica, sexual y psicoldgica que tenga lugar 1LA VIOLENCIA DE GENERO COMO VIOLENCIAS COTIDIANAS: 27 La palabra “violencia” indica una manera de proceder que ofen- dey perjudica a alguien mediante el uso exclusivo o excesivo dela fuerza. Deriva de vis, fuerza. EI mismo origen etimol6gico tienen {as palabras “violar”, “violento”, “violentamente”. “Violentar” signi- fica ejercer violencia sobre alguien para vencer su resistencia; forzar Jo de cualquier manera a hacer lo que no quiere. Esta tiltima definicién se refiere al uso y abuso de la fuerza fisica ya obligar, me- diante cualquier tipo de coaccién, a que una persona haga algo en contra de su voluntad. Sin embargo, centrarse en ¢l_uso de la fuerza fisica omite otras violencias en las que ésta no se utiliza y que se ejercen por imposi- {ei6n social o por presién psicoldgica (violencia emocional, invisible, lica, econdmica), cuyos efectos producen tanto o ms daiio que Ja-accisn fisca, Estas diferentes formas de violencia se evidencian yes: tudian a partir de los estudios de género que permitieron identificarias * Yvincularlas con pautas culturales y sociales diferenciales para varones y mujeres Conceptualizarlas, categorizarlas, nombrarlas en todas sus formas —1o que no se nombra no existe es imprescindible para que ho queden reducidas a experiencias individuales y/o casuales,y para darles una existencia social. En cambio, la omisién se puede com- prender como una estrategia de la desigualdad de género: si las vio- Tencias se consideran “invisibles’ o “naturales” se legitima y se justifica Ja arbitrariedad como forma habitual de la relacion entre los éneros: Por lo tanto, definir la violencia contra las mujeres implica descriar una multiplcidad de actos, hechos y omisiones que las danan y per- judican en los diversos aspectos de sus vidas y que constituyen una de las violaciones a sus derechos humans. Las definiciones de violencia deben ser titles para describir las formas de violencia con que habitualmente nos encontramos: mak {rato fisico, abuso emocional, incesto, violacin. EI reconocimiento. de la existencia de estas manifestaciones violentas permitira organi- tar conocimientos y practicas sociales para comprender y apoyar a dentro de la familia o en cualquier otra relacién interpersonal ¢ incluye violaci Imaltrato, abuso sexual, acoso sexual en el lugar de trabajo, en insituciones ‘educativas y/o establecimientos de salud. Considera, también, la violencia ejercida por ruzones de etnia y sexualidad, la tortura, Ia trata de personas, la prostitucién forzada, el secuestr, entre otros. | 28. \VIOLENCIAS COMDIANAS, VIOLENGIA DE GENERO las victimas. Pero una definicién de violencia no debe ser slo des- criptiva del fenémeno, sino que debe tener un valor explicativo acer- ca sla cia _de_gén por qué se_ejerce mayoritariamente sobre las mujeres, [2 violencia, entonces, es insepara- ‘le de la nocién de genera porque se basa y se gerce en y por la diferencia social _y subjetiva entre los sexos. Entonces, enfocar el estudio de la violencia sin tener en cuenta al ‘género lleva a una callej6n sin salida. El género implica una mirada a la diferencia sexual considerada como construccién social, sefiala Mary Nash (2001). Esta autora propone considerar al género come i iss iva a as ciones esencialistas de Tas i i Estas no son, asi, producto lc la naturaleza sino una construcci6n social. El concepto de géne- ro, sefiala Nash, va a situar a la organizaci6n sociocultural de la dife- rencia sexual como eje central de la organizacién politica y econémica de la sociedad. Es decir, los discursos de género han construido las diferentes representaciones culturales que han origk roducido los arquetipos populares de feminidad y mascu- linidad, Estos desempefiaron, a lo largo del tiempo, un_papel contundente en la reproduccién y la supervivencia de las practicas sociales, las creencias y los c6digos de comportamientos diferencia- ‘dos segrin el sexo. Sin embargo, el discurso de género de este nucvo siglo, dice Nash, a pesar de su posibilidad de adecuarse a los cambios socioculturales, no se funda atin en el principio de igualdad. Y esta desigualdad es una de las causas centrales de la violencia, El concepto de género, por lo tanto, seré una categoria de ansilisis, necesaria para el estudio de la mujer y lo femenino, que debe in- cluirse en todas las disciplinas, puesto que no se es solamente huma- no sino que se es un sujeto con género, Tanto el lenguaje como la historia intelectual y las formas sociales estin generizadas, No obs- tante, el concepto de género no debe hacer homogénea la di cia, €s decir, ¢s necesario no hacer invisibles las determinaciones heterogéneas que hacen a la identidad de las personas, tales como raza, religion, clase social, sexo. (Santa Cruz y otras, 1992) Desde el psicoandlisis, Dio Bleichmar (1985:38) destaca que el concepto de género va a responder al agrupamiento de los aspectos Psicolégicos, culturales y sociales de la feminidad/masculinidad, y se diferencia del de sexo porque éste esta definido por componentes 1A VIOLENCIA DE GENERO COMO VIOLENCIAS COTIDIANAS 29 -biolégicos y anatémicos. Fsta diferencia establecida entre Jos con- -ceptos de género y sexo Feduce el papel de lo instintivo, delo here. ado, de lo logicamente determinado, en favor del caracter ghificante que las marcas de la anatomia sexual adquieren para los Sujetos a través de las creencias de la cultura Los estudios de género, entonces, se orientan a analizar ‘xiticamente las construcciones tedricas patriarcales y aportan una ‘nueva forma de interrogar la realidad a través de nuevas eategortas analicas para explicar aspects de es realidad no tenidos en ever. ta antes de que se develase el aspecto social de los géneros Vedia, 1995). Ps 2 NEI centro de la definicién de género se va a asentar en la co- exién integral de dos proposiciones: el género es un elemento constitutivo de las relaciones sociales basadas en las diferencias que se perciben entre los sexos, y es una manera primaria de si ; imaria de significar las relaciones de poder. El género es un campo en el cual, 0 través del cual, se articula y distribuye el poder como control diferenciado Sobre el acceso a los recursos materiales y simbslicos, é ero esta involucrado en Ja construcci6i nero esti involuerado en la construcci6n misma del poder: (Scott, Desde estas perspectivas, qui icol6 i vas, que comprometen los aspectos psicolé- gicos sociales yculturales dela diferencia entre los sexosy revel la forma en que se distribuye el poder, vamos a interpelar a la violencia. Efectos psicosociales Podemos integrar las perspectivas enunciadas hasta ahora ampla la definiion de wolenca de género: abc ods ls ate diante los cuales se discrimina, ignora, somete y subordina a las mujeres en los diferentes aspectos de su existencia. Es todo atague material y simbélico que afecta su libertad, dignidad, seguridad, intimidad e integridad moral Wo fsica _Entonces, si interrogamos a la violencia ejercida y basada en el sgénero, se hacen visibles las formas en que se relacionan y articulan la violencia, el poder y los roles de género. La asuncién acritica y estercotipada de estos roles genéricos (las expectativas sociales acer- ‘ca de varones y mujeres) levard al ejercicio yal abuso de poder y esto 5 0 30 \VIOLENGIAS COTIDIANAS, VIOLENGIA DE GENERO saadeterminacuna desigual dfernciat distibucin de poderes gneran- “do otra de las causas centaes de [a violencia de géneo. En este sentido, hos referimos ala relacién mujervarén, pero tambien a los vinculos que se vuelven fuertemente asimétricos entre adulto-menor, profe- sionalconsultante, jefeemplead, docente-alumna, e1c. Son volen- Cias cotiianas que se ejercen en los dmbitos por los que tansitamos Gia a dia: los lugares de trabajo, educacién, salud, recreacién, la ca Te, la propia casa. Se expresan de miltiples formas; producen suf milento,daio isco y psicol6gico. Sus efectos se pueden manifestar a corto, mediano y largo plazo, y constituyen riesgos para la salud fi- cay mental Uno de los principales efectos de ls violencias cotidianas contra tas mujeres es la desposesion y el quebrantamiento de la identidad ‘que as constituye como sujeios. La violencia transgrede un orden Ge se supone que debe exisiren las relaciones humanas. Se impo- he como tn comportamiento vincular coercitivo, irracional, opuesto ‘2.un vinculo teflexivo que prioriza la palabra y Ios afectos que imp den la violencia. Es una estrategia de poder, aclara Puget (1990), que posibilita pensar y que coacciona a un nuevo orden de someti- miento através de la intimidaci6n y la imposicion que transgrede la futonomia y Ia libertad del otro. En este sentido, Aulagnier (1975) dice que la violencia es la alienacin del pensamiento de un sujeto por el deseo y el poder de quien impone esa violencia, Ese sujeto busca someter Ia capacidad de pensar de quien violenta imposibili tandole, muchas veces, In toma te conciencia de su sometimiento- -~ Uno de los efectos mis traumiticos producto de la violencia y ex | sudindo por I psicologia, el psicoanalisis y los estudios de género es el fendmeno de la desestructuracin psiquica: perturba los aparatos ‘percepttial y psicomotor, la capacidad de raciocinio y Jos recursos fmocionales de las personas agredidas impidiéndoles, en ocasiones, Feaccionar adecuadamente al ataque (Velazquez, 1996). La violencia en cifras En nuestro pais, como en el resto de América latina, existe un in- cremento notable de la violencia contra las mujeres, fundamental- mente en el interior de la familia o la convivencia. Diversas LA VIOLENCIA DE GENERO COMO VIOLENCIAS COTIDIANAS 31 investigaciones coinciden en afirmar que, en la violencia conyugal, €1 75% de las victimas son mujeres, el 23% de esa violencia se produ- ‘ce entre cényuges (violencia cruzada) y el 2% lo representa la violen- ia hacia los varones. También, que la mitad de las mujeres que estén ‘han estado en pareja han padecido algtin tipo de violencia. En la Argentina, 4 de cada 10 mujeres sufre en algtin momento de su vida maltrato emocional, fisico o sexual. A lo largo de 1997, la Direccién General de la Mujer del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires recibié 21.066 lamados por violencia fisica, emocional y sexual, a través del Servicio Telefignico del Programa de Prevencién y Asistencia de Violencia Familiar La estadistica sefiala lo siguiente: ¢e178,9% de la poblaci6n afectada por hechos de violencia son muje- res entre 25 y 54 aiios (siendo el porcentaje mas elevado el que co- rresponde a la franja de edades que van entre 85 y 44 aiios, el 81,3%); e1 10% corresponde a mujeres entre 15 y 24 aftos y el 11% a las que tienen 55 aiios 0 mas. El 22,8% de las mujeres que recurren a este servicio refieren que viven en un clima familiar violento desde 1 a5 aos, y el 30,5%, desde hace 11 aiios 0 mas. E153,9% de ellas son casadas y €1 86,2% tiene hijos. Elnivel educativo de la mujeres que consultan es el siguiente: el 4.4% pose nivel primario incompleto; el 25,43%, primario completo; el 21,1%, secundario incompleto; el 30,32%, secundario completo, y el 18,26 posee nivel universitario. La mayoria de las mujeres declaré ser empleada y el 68,20% de los hombres agresores fueron registrados como “ocupados laboralmente”. Otros datos estadisticos? sefialan que en la Argentina hay violencia en una de cada 5 parejas. En el 42% de Jos casos cle mujeres asesinadas, el crimen lo cometié su pareja. ‘Segtin un informe del Banco Interamericano de Desarrollo difun- dido por RIMA (Red Informativa de Mujeres de Argentina), en Chi- Ie 1 60% de las mujeres que viven en pareja sufre algiin tipo de violencia doméstica, el 70% en México y en Peri, mientras que en Nicaragua el 32,8% de las mujeres entre 14 y 19 afios son victimas de violencia fisica severa. En Jamaica, la policia da cuenta de que el 40% de los homicidios se producen en el interior del hogar. 3. BID-FIDEG, 1997, en RIMA, 2001. ' 32 VIOLENGIAS COTIDIANAS, VIOLENCIA DE GENERO Cada afio se registran en la Argentina unas 6,000 denuncias iciales por delitos sexuales, pero se considera que s6lo Tlegan a las comisarias el 10% de los casos porque el resto no hace la denuncia. Estudios difundidos por RIMA seftalan que en Puerto Rico se calcula que 7.000 mujeres son violadas cada aio y miles de nifios son abusa- dos sexualmente en sus hogares. En México, wna mujer es violada cada 9 minutos; en Caracas, 20 mujeres son violadas por dia y en Bogotd, 10. En Pert, el 75% de las mujeres son violadas antes de ‘cumplir 15 afios y en Ecuador, 3 de cada 10 nifias y nifios han sido abusados sexualmente antes de los 16 afios. Estadisticas estadouni- denses* indican que el 10% de las sobrevivientes fueron asaltadas por sus esposos 0 ex esposos; el 11%, por sus padres o padrastros; el 10%, por sus novios o ex novios; el 16%, por otros familiares, y el 29%, por Amigos, vecinos o conocidos, y que una de cada 4 mujeres es violada sexualmente. En relaci6n con Ia violencia contra los niios y las nifias en nues- tro pais, el Programa de Asistencia Telefonica a Nifios “Te ayudo” recibi6 11.637 llamadas en 1997 referidas, en su mayoria, a abusos sexuales, maltratos fisicos y emocionales. El 38,3% de los abusos que sufren 10s nifios y las nifias son cometidos por el propio padre; el 22,4%, por la madre, yen el 16,8% de los casos son ambos padres los que abusan de sus hijos e hijas. No disponemos atin de estadisticas que den cuenta del maltrato fisico y/o psicol6gico de los hijos hacia {os padres, fundamentalmente hacia la madre. Este fendmeno se ha incrementado en forma notable en los iltimos tiempos, al igual que la violencia entre y contra los j6venes. Datos de UNIFEM citados por Lori Heise (1994) confirman que \la violencia de género es un problema de salud piiblica, destacando ‘que esa violencia es un obst4culo para el desarrollo econdmico yso- ‘ial porque inhibe Ia plena participacién social de las mujeres. Los ‘efectos de las lesiones corporales y psiquicas comprometen severa- mente su trabajo y creatividad. En el mismo informe se dan datos 4. Estadisticas extractadas de Semillas para el cambio, Boletin del Centro de Ayuda 1 Vietimas de Violacidn, Departamento de Salud, San Juan, Puerto Rico, 1992. 5. Departamento de Justicia de los Estados Unidos. Fuente de estos datos cstadisticos: Llimanos y hablamos, The Rape Crisis Center of Massachussets Difuundidas por RIMA, 2001 LA VIOLENGIA DE GENERO COMO VIOLENCIAS COTIDIANAS 33 sobre la carga global de enfermedad, que muestran c6mo en econo- mias de mercado establecidas, la victimizacién de género es respon- sable de I de cada 5 dias de vida saludable perdidos por mujeres en edad reproduetiva (entre 15 y 44 afios de edad). Es decir, casi un aiio de vida perdido por cada 5 de vida saludable. Debe tomarse en cuen- ta que estos datos no informan sobre nifias menores de 15 afios y mujeres mayores de 44 que también hayan sido golpeadas, violadas y acosadas. También se sefala que, sobre una base per epita, la carga de salud por violacién y violencia doméstica en el mundo industrializado y en desarrollo es equivalente. Pero, dado que la car fF de enfermedad es mayor en el mundo en desarrollo, el porcenta- {je atribuible a la victimizaci6n de género es menor. A nivel mundial, sefiala Heise, Ja carga de salud por victimi- aciGn de género es comparable a Ja representada por otros facto: es de riesgo y enfermedades que ya constituyen_prioridades dentro de la agenda mundial (virus de inmunodeficiencia adquirida [VIM], tuberculosis, sepsis durante el parto, cancer y enfermedades cardiovasculares)® Las consecuencias de la violencia sobre la salud fisica son, entre otras, enfermedades de transmisiOn sexual (ETS), embarazos no deseacios, abortos espontneos, dolores de cabeza cr6- niicos, abuso de drogas o alcohol, discapacidad permanente © par- Gial. Las consecuencias para la salud mental son el estrés postraumstico, depresién, desérdenes del sueiio y Ia alimentacién y Tesultados fatales como el homicidio y el suicidio. Todos estos datos indican que hay que considerar urgentemente ‘estrategias de prevencién para combatir y erradicar la violencia de énero. Estrategias que deben centrarse en las causas profundas del problema con el fin de ofrecer apoyo y asistencia especifica a las per- sonas afectadas y a su entorno. Sera necesario, entonces, organizar ‘espacios para la sensibilizacién de la comunidad en esta problemat ‘a, para el conocimiento de los derechos humanos, para la capacita- cién de los profesionales, de los medios de comunicacién y de los funcionarios de la salud, la justicia, la polieia, Ia educacién, ete., y para promover el funcionamiento de servicios especializados de asi tencia, prevencién e investigaci6n en violencia de género. 7 CAPITULO 2 SOBRE VICTIMAS Y VICTIMARIOS. Victima es quien sufre dao 0 resulta perjudicado en cualquier accién o suceso or cul ajena. Bs le persona o animal sacrifieado 0 destinado al sacrfici, Vietimario, as la persona que con sus actos y conductas hace sufrir 0 conviarte en victima suya a alguien. Sirviente de los antiguas sacerdotes penile, que encendtia et fuego, ataba las vitimas al ara y las sujetaba en el acto del sacrificio. Matador, asesino. Proviene de viet, principio derivado det latin - La violencia més antigua Las nociones de victima y victimario se remontan a épocas leja- has. Son mencionadas en diversas religiones, mitos y en diferentes ‘1ces0s histricos. Constantino el Grande, considerado el primer emperador cristia- no de Roma, asesiné a su esposa Fausta, la hija de Maximiano, con quien contrajo matrimonio por poderes en el aito 298, siendo ella una nifia, para asegurar su imperio. Torturé y escald6 a su joven es- pos en una caldera de agua hirviendo lentamente sobre fuego de lefia, cuando ya no le servia para apoyarlo. 7 Un rito muy antiguo de Arabia Saudita y de los Emiratos Arabes, que todavia esta vigente, contemplaba la lapidaci6n de las adiilteras en una plaza destinada a tal efecto. Las victimas eran enterradas en el suelo, dejandoles tnicamente la cabeza fuera. Los varones llama: dos santos se situaban en semicirculo alrededor y lanzaban piedras, de un tamaiio y color especialmente determinados, hasta matar a las enterradas. En el Deuteronomio (25:11, 12) entre diversas leyes y ordenanzas, una de ellas castiga a la mujer con la mutilacién si, viniendo a resea. tar a su esposo en la lucha con otro hombre, toca los genitales del ‘oponente: “Entonces se le cortard la mano, los ojos no tendran pie- 1. Diccionario Basico Eypaca (1988) y Motes (1994) 1 36 VIOLENCIAS COTIDIANAS, VIOLENCIA DE GENERO dad de ella”. En otro pasaje, la ley dispone a la virgen corrompida] “se le traera fuera de la casa de su padre, y entonces los hombres de Ja ciudad la apedrearén hasta que muera (...] eso pondr al diablo fuera de entre vosotros”. (Deut. 23,21) Puentes hist6ricas aseguran que el 80% de las personas torturadas y muertas en la hoguera fueron mujeres. Entre 1450 y 1800 murie- ron quemadas en Europa entre dos y cuatro millones de mujeres. El Malleus Malefcarum (“el martillo de las brujas”) era un manual para que los inquisidores detectaran el demonio en las mujeres a través de su comportamiento sexual, pretendido 0 real. La caza de brujas comenz6 en el siglo XIII continué durante quinientos afios. La mis feror fue entre el 1500 y el 1700, periodo en que perecieron en la hoguera un millén de mujeres Los instrumentos de tortura destinados a las mujeres conforman una galeria de horror. A la que se atrevia a propagar un anticoncep- tivo eficaz se le podia aplicar desde la pera vaginal, las tenazas ar- dientes o el cinturén de castidad hasta el desgarrador de senos. Durante atios se sumergis en el agua, maniatadas, alas sospechosas de brujeria; sila mujer se ahogaba, era inocente, si flotaba era bruja Y moria en la hoguera Las miscaras de “cabeza de cerdo” existieron entre 1500 y 1800, con variadas formas artisticas. Para su escarnio, se las colocaban a uyjeres acusadas de adulterio o de dudosa prefiez 0 de hablar en la iglesia o de no guardar silencio piblicamente ante sus maridos. Se Jas paseaba por las calles del pueblo en un carro para que la gente se riera de ellaso les tirara objetos para repudiarlas, En China, el infanticidio femenino, mediante el ahogamiento de las bebés de ese sexo, fue un método utilizado en las zonas rurales para desembarazarse del exceso de bocas que alimentar. Las madres eran maltratadas, humilladas, injuriadas y a veces golpeadas hasta la muerte por no haber sabido concebir al deseado hijo var6n (Fale6n, 1991; Aris y Duby, 1985). Victimas y sobrevivientes Resulta evidente que la victimizaci6n generalmente ha sido ejerci- da sobre los grupos vulnerables considerados inferiores y que, como tales, Ia sociedad discrimin6 con hostilidad y violencia SOBRE VICTIMAS Y VICTIMARIOS 37 Si hacemos un ripido recorrido que Hegue hasta nuestros dias yeremos que en _ningtin momento las mujeres quedaron fuera de esta realidad. Siempre debicron enfrentarse, en cualquier esfera de us vidas, con condiciones sociales, culturales, econémicas y politicas desiguales, creadas por la discriminacién de género. Es lamativo que este fendmeno no esté incluido en la Declaracién sobre los Princi- Pios Fundamentales de Justicia para las Victimas de Delitos y del Abuso del Poder (Séptimo Congreso de las Naciones Unidas sobre la Preven- cién del Delito y Tratamiento del Delincuente, Milan, 1985), ya que esta declaracidn entiende por victimas a “las personas que individual ¥ colectivamente hayan suftido daiios, inclusive lesiones fisicas y ‘mentales, sufrimiento emocional, pérdida financiera o menoscabo sustancial de sus derechos fundamentales, como consecuencia de acciones u omisiones que violen la legislacién penal vigente, inch da la que proscribe el abuso de poder”. En esta definicién no esta contemplado que el niimero de muje- tes victimizadas por el fendmeno hist6rico de la violencia es lamati- vyamente mayor que el de hombres. Tampoco hace referencia a la Yictimizacién sexual que mayoritariamente es padecida por mujeres. Estadisticas de diversas partes del mundo sefialan que el 98% de las personas atacadas son mujeres y que el 92% de los agresores, varones. Guando se habla de la victima se considera el dafio ocasionado, resultado de la violencia, sancionando su consecuencia y no-a la violencia misma, Sin embargo, ésta resulta de factores sociales y culfurales mu. cho més abarcativos y que son los determinantes de la violencia de géncro. Sisélo se condena el daio visible y comprobable se dejan de lado otras formas de victimizacién que no son objetivamente de- mostrables, como Ta vietimizaci6n emocional, ciertas formas de agre- si6n sexual, la humillacién y el aislamiento, cuyos efectos son tan nocivos como las lesiones fisicas observables. Respecto de la nocién de victimario, se sefiala la accién de hacer sulrir y victimizar a otro. Como consecuencia de tomar estas defini Giones Titeralmente se interpreta a la victima como “totalmente pasi va" yal victimario como “totalmente activo". Los hombres cometen violencia y a las mujeres Tes ocurre: relacion de causalidad que deja de lado los complejos hechos que llevan a la victimizaci6n y a los re- ‘cursos que las personas atacadas suelen desplegar para resistir 0 evi- tar la violencia, | 38 ‘IOLENCIAS COTIIANAS, VIOLENCIA DE GENERO i Desde la perspectiva de género se suele objetar la nocién de vic- {it tima por estar asociada a la pasividad y se considera mas adecuada i cin y transformacion a los que los individuos victimizados suclen apelat, Se setiala que la victimizacién es un proceso como lo es la sobrevt. vencia. | {__, Emlanocion de victima, el sujeto de la accién es elagresor a quien | se le atribuye la capacidad de obrar y transformar.a través de sus ae. tos a alguien en su viétima: Por el contrario, en la nocién de sobrevi. viente el sujeto de la accién es ta mujer, hia 0 nifio que fueron victimizados. La sobrevivencia, por lo tanto, es un proceso activo por, ue significa alejarse del peli siquico que implica lawiolencia. Es | el producto de la interaccidn entre padecimiento y resistencia, entre desesperanza y necesidad de recuperacion, Esta distincién descentra de la escena a quien comete violencia ¢ \ incluye a quien fue violentado, Se recuperan los recursos qu so. W breviviente emple6 para defenderse o desviar las intenciones del agresor y asi se evita construir identidades de victima pasiva “para siempre”. No ¢s lo mismo decir “yo soy una mujer golpeada”, "yo soy | juna mujer vidlada”, que decir “yo soy una mujer que fui golpeada’, “yo fui violada”, Este giro de la expresin designa una accidn pasada desarticula la escena, Implica un hecho, un momento y un otre que cometié violencia e involucr6 en contra de su voluntad a quien 1a padecié. Implica una accién y un hecho que detimita que tnd col Atacante y otro quien fue atacado La acepcién de sobrevivencia se refiere también a la posibilidad ue tienen las personas agredidas de emplear diferentes recursos a enfrentar y sobreponerse a los efectos de Ta violencia. No obs, tante, cuando ésta es ejercida cotidiana y sisteméticamente -come podemos observar en ciertas formas de violencia que ocurren den. {ro de una familia~ convierte a la persona agredida en un ser pasive, ya que cada ver se debilitan mas sus posibilidades de respuesta No poder predecir las stwaciones volentasy vier en estado de permanente vg fancia debilita tas recursos y los mecanismos defensivns y aumenta la imposi- + bilidad de pedir ayuda. 7 Hooper (1995:11), cuando objeta la distincién entre victima y so-’, breviviente, lo hace poniendo de relieve que la sobrevivencia debe Ser el objetivo minimo. La victimizaci6n es un proceso como lo es el y SOBRE VICTIMAS ¥ VICTIMARIOS 39 ain pueden coexistir, pero esta dstincisn puede fer en peligro la realidad de la violencia porque no todas las per Tesistir a sus efectos, Exste un alto porcentaje de muje- bre i ftica. Algunas de ellas Be prota nes invalidantes. Otras rofundamente afectadas o con leso fuicidan o son asesinadas. En el cao de abusos sextales y maltra- i fos, nies yj6 recuerdos de esas sitaciones fisicos de nits, nifas y jvenes, los recuer sas can en forma train maifestando sus efectos en di feyentes momentos tea vid, ange tambien es necesro recalar que existe un alto porcentaje de suicidios en nifias,nifios y adoles- tentes abusados sexualmente, La identidad danada A.pesr dels objeciones hechas aI cin de veima, ta distin: a rivie mes: cién_entre victima_y sobreviviente_no_alcanza. Estas nocio1 circunseriben la identidad de las personas atacada Jon efectos de Jos acos cometidos por eLagresor En ls expresion “es una mujer Violada”, se refuerza la significacién de lo que hizo el atacante viol Je desestiman las experiencias de vida previas al atague, constitutivas identidad de la mujer que fue agredida. ome La identidad resultara afectada por la gravedad que in o hecho vilento, pezo el destino del conflcto creado tendré dos post Wiss of hecho lento pode queda inca en un context biografico mas abarcativo o quedar atrapado en la identidad asigna- le “victima para siempre”. ae No olstante odo staque al curpo un staque ala iemidadys ba subjetividad. La caracteristic central dela olenca, sobre todo ‘en la violencia sistematiea, es que arrasa con la subjetividad, es decir, con aguello que nos consttuye com personas, En_consecuenci consideraremos al hecho violento un hecho traumatico” que deja mareas fisicas y un profundo dolor psiquico. Pero ¢qué es lo que of vide de un eto Jeng st wma come todo scone 3 curio pom ens, i a et fw deren» 8 Sdezndumends yc som 7 efectos ptgenon der qe prooen eI J) Signin pie plane Ponal Bi | ' ha, 40 \VIOLENGIAS COTIDIANAS, VIOLENCIA DE GENERO. hace traumético a un acontecimiento? Varios factores: la acumula- cién de situaciones penosas, el aumento excesivo de cargas afectivas yla significacion conflictiva que cada sujeto le da a ese hecho. Ast el ‘trauma esté caracterizado por la intensidad de sus manifestaciones de sus efectos, por la mayor'o menor capacidad del sujeto para rex. onder a él adecuadamente y por los trastornos que provoca en la organizacién psiquica, En la experiencia clinica hemos observado que una persona traumatizada por haber sido violentada suele pre- sentar basicamente estos tres sentimientos: 1. Sentimiento de desampayo.* Ser amado y protegido es una necesi- dad originaria de la naturaleza humana, Frente a cualquier situacion Ja. que esa proteccién no se satisface, sentirse desamparado o desva- lido es, por lo tanto, un_prototipo para todas las situaciones vividas como traumiticas. Proviene de otro sentimiento previo, el de impo- tencia, Frente al peligro real de un ataque y la amenaza a la integridad fisica emerge ese sentimiento de impotencia y la consecuente angus- tia. Simo se satisface la necesidad de ayuda para pongr fin a la gension interna yal displacer, se genera el sentimiento de desamparo que dara origen a otros que se observan en una entrevista con quien fue violen- tada: tristeza, miedo, desasosiego. O sea, el aumento de tensién y de angustia provocado por los hechos violentos incrementari la deman. da de cuidados y protecci6n que permitan salir de la situacion de an- gustia v displacer 2, Vivencia de estar en pel mente Esta vivencia proviene del sentimiento de desvalimiento y esti vinculada con la magnitud del peligro, real o imaginario. La consecuencia es, para la mujer violen- tada, Ta pérdida de seguridad y confianza y el predominio del deseo de no ser destinataria, nuevamente, de actos violentos. Resultard diff. cil, entonces, integrar a la vida un hecho para el que nd se estaba preparada y que supera la capacidad de tolerancia por lo inesperado © desconocido, 3. Freud, en “nhibicién, stom y angusia® (1026), dice que el desamparo os Gy’ una experiencia originaria de la naturaleza humana y protoypo de ln ecsén traunatcageneaors de anguia, Agree qe, em sitatone te leg a s= cea ln necesidad del ser sad, necstind que] hombes ee oooh ins sonke vicriwas v icTIMARios a 8. Sentirse diferente de los demés, El recuerdo, la reactualizacién de la violencia padecida, actia de mi i is ‘coup, haciendo sentir sus penosos efectos por largo tiem rentes aspectos de la vida. La mujer violentada suele creer que es la tinica persona a quien le sucedié el hecho de violencia. Esta creencia suscitard sentimientos de humillaci6n, autodesprecio, desesperanza, aislamiento y silencio. Estos sentimientos surgen por &t dotor y la impotencia de no po- der transformar lo que ya pasé dejando su impronta en’el cuerpo, Jos afectos la vida cotidiana, También expresan la vergitenza que se siente porque un “otro” pas6 por el cuerpo (golpes, abus6, viol6) ejando su marca dé denigracién. No obstante, para que el hecho taumatico quede inscripto en el psiquismo como tal deben darse una serie de Factores: las tondicio- nes psicoldgicas en que se encuentra un sujeto en el momento del 0 de los acontecimientos violentos, la posibilidad de integrar la expe- riencia a su personalidad consciente y poder poner en funcionamien- to las defqnsas psfquiicas que le permitan sobrellevar ese trauma. tste sentido. catia persona renighificard el hecho taumticn de nera diferente*Resignificar consiste en ir desprendiéndose del re- ‘cuerdo penoso para transformarlo en un recuerdo susceptible de ser pensado y puesto en palabras. Significa, también, desprenderse del padecimento y del dolor asf como del sometimiento a los mandatos del agresor y a las situaciones impuesfas por el trauma. ¥en fue violentada podra quedarse siendo una “victima para sicmpre™ o intentara poner en marcha recursos psiquicos que Te abran opciones mas satisfactorias para su vida, Caso contrario, que- ‘dard atrapada por los hechos violentos y los trastomnos consecuentes ‘que incrementarén el traumatismo. O sea, sera necesario poner en ‘marcha el proceso de desprendimiento (Lagache, 1968). Este es un trabpkjo psfquico cuya finalidad consiste en alcanzar nuevas perspecti- vas’ desligando las energias puestas en el hecho traumético y priorizando hechos vitales que aporten significados nuevos a la vida y que ayuden a construir un porvenis. Este proceso, cuyo objetivo consiste en ir disolviendo las tensiones pr¢ducidas por el trauma para liberarse progresivamente de lo vivido, seré beneficioso que pueda hacerse con una ayuda profesional. 2 \VIOLENGIAS COTIDIANAS, VIOLENCIA DE GENERO ‘Tomando en cuenta todo lo expuesto, designaremos como victi- victima. Y mecanismo de sobrevivenciaal proceso que implica los diver- ‘sos momentos de elaboracién y rehabilitacién que realiza quien fue victimizada in general, elaborar un hecho traumatico como la violencia sig- nifica el trabajo psiquico que tiene que realizar la persona agredida para transformar y reducir el monto de tensi6n, angustia, malestar, y los trastornos y sintomas concomitantes. La elaboracién se ubica en tre los limites y las posibilidades de decir, pensar y hacer sobre las consecuencias de la violencia. El fuerte impacto en la subjetividad reformula la vida de las personas agredidas y significa seguir vivien- do, sobrevivir “a pesar de”, e inscribir ese padecimiento en un con- texto mas amplio_de_Ja propia vida. Mediante el proceso de elaboracién, entonces, se ird logrando el desprendimiento de aque- Mo que captura la subjetividad: los hechos, la persona del agresor, sus mandatos, el miedo, la vergiienza, la humiillacién, el dolor, el odio, los deseos de venganza. Crear una vietima La victimizaci6n ¢s un proceso que no se consuma independien- temente de un contexto violento, Las amenazas, las palabras hirien- tes, Ia intimidaci6n, la coerci6n, las armas, son presencias tan violentas como las agresiones fisicas, emocionales 0 sexuales. La victimizaci6n es un encadenamiento de momentos, palabras, gestos, Silencios, miradas, conductas agresivas expresadas en situaciones de frecuencia e intensidad variables, Pueden darse por tinica vez.0 repe- tirse en forma continua, Pueden tener menor o mayor intensidad, pueden no ser ficilmente perceptibles, tales como las técnicas sutiles ‘de violencia que se leen en las entrelineas de estas frases: “Esto lo hago para demostrarte que te quiero.” “Porque me interesaés mucho hago estas cosas.” “gjPuede ser que tenga que gritarte y zamarvearte para que entiendas lo que yo quiero!?” "pDe qué te quejés si eto te gusta?” 43, En los casos de abuso sexual es tipica la manipulacién del deseo de la victima como estrategia de poder: “Esto nas pasa porque avs te gusta.” “No me vas a hacer erer que no querés que esto ocurra entre nasotrs. “Bs necesario que esto suceda, es la forma de que aprencdas lo que te hace sengir mejor.” Todos estos mensajes contradictorios “lo que percibe Ja victima y Jo que afirma y asegura el ofensor- tienen el gravisimo efecto de dis- torsionar o desautorizar la percepcién de quien es atacada, fractu- rando sus defensas y sumergiéndola en estado de indefensién y desamparo: “Si yo no te hice nada malo!”. “Te habré parecido...” 5 “*Si yo te doy todo, gde qué te quejis?” Algunos autores han estudiado esos estados de desvalimiento psiquico y los han denominado “indefensién aprendida”, concept “que podemos interrogar desde el género por la asociacién implici- ta entre el estereotipo de pasividad y la feminidad. Sin atenernos estrictamente a este concepto, y con un objetivo meramente des- criptivo, podemos tomar una secuencia de hechos observables en lay situaciones de violencia que, por ejemplo en una pareja, pue- den manifestarse en forma sistematica y crénica. Al comienzo de la relacién violenta, la mujer puede pensar que €l comportamiento impredecible y contradictorio del marido para con ella es controla- ble y puede ser evitado. Pero posteriormente, la reiteracién y la gravedad de los actos no le permite prever ni impedir los ataques. Acconsecuencia de la pérdida de control sobre esta secuencia reite- rada y en escalada de maltratos, ella cae en estado de indefensi6n. Pero este estado no debe confundirse con el estereotipo de pasivi- dad femenina asociada al masoquismo ~en el que existe una biis- queda, consciente o inconsciente, del sufrimiento-. Pensarlo conduce a otro estereotipo, que consiste en responsabilizar a las ‘mujeres de su propio sufrimiento. Es decir, “ella tiene la culpa”, “ella se la busca” 44 VIOLENGIAS COTIDIANAS, VIOLENCIA DE GENERO Este estado de indefensi6n no se debe tampoco a un aprendizaje sino a un proceso de desubjetivacién que provoca la vio. Jencia reiterada. Esto es, el desdibujamiento del sujeto como tal y

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