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Documento LTM 33.449.

556

Doctrina

Fecha [“19/04/2023”]

Autores: [”Ramón Beltrán Calfurrapa”, ”Cristian Contreras Rojas”, ”Enrique Letelier Loyola”]

Municipalidades: false

TEXTO:

Capítulo VI

Tribunales de Justicia

1. Concepto y nociones generales

En términos generales, los tribunales de justicia son órganos públicos a quienes la CPR y las leyes encomiendan el ejercicio de la
función jurisdiccional del Estado (Pereira, 1996, p. 239), de modo que su misión está dada por resolver conflictos de relevancia
jurídica entre dos o más partes (Bordalí, 2020, p. 281). En su calidad de órganos, consisten en “una construcción doctrinal, un
concepto, una abstracción; no se confunde con las personas físicas que lo sirven; tiene una permanencia de que carecen estas personas
físicas” (Pereira, 1996, p. 240).

El art. 5º del COT da cuenta de los tribunales que forman parte del Poder Judicial, encargándoles el conocimiento de todos los asuntos
judiciales promovidos dentro del territorio nacional, cualquiera sea la naturaleza o calidad de las personas que intervienen en ellos.
Esta norma los enumera clasificándolos en ordinarios y especiales, en los siguientes términos:

“Integran el Poder Judicial, como tribunales ordinarios de justicia, la Corte Suprema, las Cortes de Apelaciones, los Presidentes y
Ministros de Corte, los tribunales de juicio oral en lo penal, los juzgados de letras y los juzgados de garantía.

Forman parte del Poder Judicial, como tribunales especiales, los juzgados de familia, los Juzgados de Letras del Trabajo, los Juzgados
de Cobranza Laboral y Previsional y los Tribunales Militares en tiempo de paz (…)”.

No obstante, estos no son los únicos tribunales que operan en nuestro territorio, toda vez que fuera del Poder Judicial encontramos,
entre otros, al Tribunal Constitucional, el Tribunal Calificador de Elecciones, los Tribunales Electorales Regionales, los Juzgados de
Policía Local, los Tribunales Ambientales, los Tribunales Tributarios y Aduaneros y los Tribunales Militares en tiempos de guerra.

2. Clasificación de los tribunales de justicia

2.1. De acuerdo con lo previsto en el art. 5º del COT (o según su naturaleza): ordinarios, arbitrales y especiales

Son tribunales ordinarios, de acuerdo con un criterio formal, aquellos cuya organización y atribuciones se encuentra regulada por el
COT, mientras que, desde una perspectiva sustancial, lo son aquellos a los que corresponde el conocimiento de todos los asuntos
judiciales que se promuevan dentro del territorio de la República, cualquiera que sea su naturaleza o la calidad de las personas que en
ellos intervengan, sin perjuicio de las excepciones que establezcan la Constitución y las leyes.

Sin perjuicio de estos dos criterios, la naturaleza ordinaria de un tribunal también deriva de un cierto carácter subsidiario de estos
órganos, en el sentido de que “a esta clase de tribunales corresponde el conocimiento pleno de los asuntos que se susciten en nuestro
país, aun cuando no exista un tribunal expresamente señalado por la ley para conocer de este caso” (Oberg y Manso, 2011, p. 52).
Como ya vimos, entre ellos se encuentra la Corte Suprema, las Cortes de Apelaciones, los Presidentes y Ministros de Corte —como

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tribunales unipersonales de excepción—, los tribunales de juicio oral en lo penal, los juzgados de letras y los juzgados de garantía (art.
5º inc. 2º del COT).

A su turno, los tribunales arbitrales son aquellos que, de conformidad con la ley, funcionan de forma transitoria (no permanente) y son
servidos por personas privadas que solo cumplen la función de juez para estos casos específicos. El funcionamiento de estos
tribunales solo se inicia cuando se presenta un conflicto que la ley permite o exige que sea conocido y resuelto por un árbitro, y la
persona específica que desempeña el rol de árbitro es determinado por las partes del litigio o, en subsidio, por el juez de letras
respectivo (art. 222 del COT). Sin perjuicio de ello, el tribunal arbitral también puede emanar de la ley y de la voluntad unilateral del
testador (Casarino, 2007, p. 45).

Ejemplo de resolución judicial que designa un juez árbitro

CAUSA ROL Nº: 34-2021

MATERIA: SUMARIO

CÓDIGO: U-17

DEMANDANTE: ROJAS GAETE, CAMILA PAZ

DEMANDADO: MENESES POBLETE, SERGIO ELÍAS

INICIO: 05/07/2021

Iquique, veinte de marzo de dos mil veintidós.

VISTOS Y CONSIDERANDO:

PRIMERO: Que, con fecha 5 de julio de 2021, comparece, doña Andrea Salas González, abogada, domiciliada en Iquique, Calle
Arturo Prat Nº 120, en representación de doña Camila Paz Rojas Gaete, chilena, ingeniera, domiciliada en Calle Baquedano Nº 80, de
la ciudad de Iquique y solicita el nombramiento de juez árbitro. Expone que con fecha 23 de noviembre del año 2013 las partes
constituyeron una sociedad comercial, pero que se han suscitado una serie de dificultades derivadas del contrato social, que hacen
imposible mantener la vigencia del mismo. Conforme a lo señalado, solicita al tribunal y a falta de acuerdo entre las partes, proceda a
nombrar Juez Arbitro.

SEGUNDO: Que, con fecha 15 de octubre de 2021, se notificó de la demanda a la contraria; Con fecha 22 de noviembre de 2021 se
celebró la audiencia de estilo en rebeldía del demandado y en igual fecha, se citó a las partes a oír sentencia.

TERCERO: Que, el artículo 232, inciso segundo del Código Orgánico de Tribunales señala en lo pertinente, que: “En los casos en que
no hubiere avenimiento entre las partes, respecto de la persona en la que haya de recaer el encargo, el nombramiento se hará por la
justicia ordinaria, debiendo recaer en tal caso la designación, en uno de los árbitros propuestos, el que debe ser diverso de dos
primeros indicados por cada parte; se procederá en lo demás, en la forma establecida en el Código de Procedimiento Civil para el
nombramiento de peritos”.

CUARTO: Que, a su vez, el artículo 414 del Código de Procedimiento Civil, establece que: “Para proceder al nombramiento de
peritos, el tribunal citará a las partes a una audiencia, que tendrá lugar con sólo las que asistan y en la cual se fijará primeramente por
acuerdo de las partes, o en su defecto por el Tribunal, el número de peritos que deban nombrarse, la calidad, aptitudes o títulos que
deban tener y el punto o puntos materia del informe.

Sí las partes no se ponen de acuerdo sobre la designación de las personas, hará el nombramiento el tribunal, no pudiendo recaer en tal
caso en ninguna las dos primeras personas que hayan sido propuestas por cada parte”.

Acto seguido, el mismo cuerpo normativo, en su artículo 415, presume que no están de acuerdo las partes cuando no concurren todas
a la audiencia.

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Y, vistos, además, lo dispuesto en los artículos 222, 223 y 227 del Código Orgánico de Tribunales, se declara:

Que, se acoge la demanda presentada con fecha 5 de julio de 2021 y, se designa como Juez Árbitro, al abogado, don Matías Nicolás
Guerra Pozo, Rut 19.370.621-7, con domicilio en Arturo Prat Nº 33, de Iquique.

Obténgase copia de la presente sentencia desde el portal, por contener firma electrónica avanzada. Una vez ejecutada la presente
sentencia para la formación del expediente del juicio arbitral.

Regístrese, notifíquese personalmente o por cédula y archívese en su oportunidad.

Rol Nº 34-2021.

Dado que el juez árbitro que no está permanentemente ligado al desempeño de esta función estatal, su potestad jurisdiccional se
extingue cuando resuelve el litigio que le fue sometido (Pereira, 1996, p. 242). Además de lo anterior y debido a que carecen de la
facultad de imperio, es característico de los tribunales arbitrales que ellos no pueden ejecutar las resoluciones que impliquen un
procedimiento de apremio o medidas compulsivas (tal como se hizo referencia en el capítulo anterior, a propósito de la regla de
ejecución).

Finalmente, los tribunales especiales son tales por estar regulados en leyes especiales (es decir, en una ley diferente al COT) y además
por conocer materias específicas o, como su nombre lo indica, que tengan el carácter de especiales (Pereira, 1996, p. 246). Su origen
ha sido propio del fenómeno de la especialización que ha influido en nuestro sistema judicial, y se han creado para juzgar todas las
causas pertenecientes a una categoría particular que se susciten en el futuro (Bordalí, 2020, p. 294).

De acuerdo con el artículo 5º del COT, son tribunales especiales del Poder Judicial los Juzgados de Familia (Ley Nº 19.968), los
Juzgados de Letras del Trabajo y los Juzgados de Cobranza Laboral y Previsional (Código del Trabajo), y los Tribunales Militares en
tiempo de paz (Código de Justicia Militar y sus leyes complementarias).

2.2. En atención a si los jueces son o no abogados: letrados y legos

Tribunales letrados son aquellos que son servidos por jueces que están en posesión del título de abogado. Esto constituye la regla
general, considerando que los jueces deben seleccionar, interpretar y aplicar el Derecho vigente para resolver el litigio, para lo cual se
necesita poseer conocimientos técnico-jurídicos. Conforme con lo anterior, en el COT se consagra que uno de los requisitos para ser
juez de letras o ministro de Corte de Apelaciones o de Corte Suprema, es tener el título de abogado (arts. 252 Nº 2, 253 Nº 2 y 254 Nº
2 del COT).

Por su parte, los tribunales legos son aquellos en que participan jueces legos o iletrados, es decir, personas que no poseen el título de
abogado, tal como ocurre en el sistema de juicio por jurados. Este sistema puede estar conformado exclusivamente por jurados
iletrados (jurados puros) o por una mezcla entre jurados legos y jueces letrados (que se conoce como el escabinato o escabinado).

Otros ejemplos de tribunales con jueces legos lo constituyen los árbitros arbitradores, los tribunales ambientales o el TDLC. A los
primeros —quienes a diferencia de los árbitros de Derecho fallan conforme a su prudencia y equidad (art. 223 del COT)— no se les
exige estar en posesión del título de abogado para su nombramiento, condición que sí es requerida en el caso de los árbitros de
Derecho (art. 225 inc. 2º del COT). En el caso de los tribunales ambientales y debido a su naturaleza especial, estos órganos
jurisdiccionales están integrados por tres ministros, de los cuales solo dos deben ser abogados, mientras que el tercero debe ser un
licenciado en ciencias con especialización en materias medioambientales y diez años de ejercicio profesional (art. 2º de la Ley Nº
20.600). Esta misma característica es compartida por el TDLC, toda vez que dos de sus miembros deben ser licenciados o
postgraduados en Ciencias Económicas (art. 8º de la Ley Nº 19.911).

2.3. Según si deben o no emplear normas jurídicas para la tramitación y resolución del asunto: tribunales de Derecho y de equidad

Esta categoría, más que una clasificación de los tribunales propiamente tal, está constituida por las denominaciones con las que se
atiende a las normas materiales o de fondo que el órgano jurisdiccional respectivo aplicará para resolver el asunto litigioso (Oberg y
Manso, 2011, p. 54). En este sentido, se atiende a la existencia o no de normas jurídicas que regulen y determinen la actividad judicial
y, especialmente, el momento del juzgamiento (Pereira, 1996, p. 251).

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Tribunal de Derecho es aquel en que la substanciación de las causas y la resolución de los asuntos se realiza con sujeción a lo previsto
por la ley, mientras que tribunal de equidad es aquel en que la tramitación del asunto es regulada por las partes o por el propio tribunal
(Pereira, 1996, p. 251), y que dicta sentencia de acuerdo con lo que establezcan los principios de equidad y, por lo tanto, no la ley.
Este último caso es excepcional y se produce, por ejemplo, tratándose de los árbitros arbitradores quienes, como ya vimos, resuelven
conforme a su prudencia y equidad (art. 223 inc. 3º del COT), pudiendo en consecuencia prescindir de lo dispuesto por el
ordenamiento jurídico e, incluso, decidir en contra de ello (Figueroa y Morgado, 2013a, p. 121).

2.4. Según si la decisión jurisdiccional es adoptada por uno o varios jueces: tribunales unipersonales y colegiados

Tribunal unipersonal es aquel que conoce y resuelve los asuntos de forma individual, es decir, por un solo juez, quien puede ser el
único que conforma el tribunal o uno de los varios que lo integran. Es importante hacer esta precisión pues, si bien existen tribunales
unipersonales de composición simple —como, p. ej., los juzgados de letras integrados por un solo juez—, hay otros que son
unipersonales de composición múltiple, de modo que están conformados por varios jueces, pero ellos no actúan en conjunto, sino que
cada uno conoce y resuelve las causas de manera independiente. Este sería el caso, por ejemplo, de la mayoría de los tribunales de
familia, juzgados de letras del trabajo y juzgados de garantía, los que por regla general se componen de más de un juez (art. 4º de la
LJF, art. 415 del CdT y art. 16 del COT).

Ahora bien, no se piense que en un tribunal unipersonal es una misma persona la que conoce todo el asunto de principio a fin y
pronuncia la sentencia. La unipersonalidad solo quiere decir que cada una de las actuaciones del tribunal serán realizadas por uno solo
de sus jueces. En todo caso, se ha apuntado que esta dinámica tiene varias debilidades, lo que debería llevar a replantearse la
pervivencia de este tipo de órganos. En este sentido se ha indicado que cuando solo una persona conoce y resuelve un asunto, se
reducen las posibilidades de acierto del fallo; además, que al no existir un análisis y discusión colectiva sería más difícil llegar a la
verdad; sin dejar de mencionar que, al ser solo una persona la encargada del proceso, existirían mayores posibilidades para un actuar
arbitrario (Casarino, 2007, p. 47).

Por otra parte, tribunal colegiado es aquel en que los asuntos son conocidos y resueltos de forma conjunta por varios jueces
(usualmente una cantidad impar). Dentro de los tribunales ordinarios de justicia, son colegiados el tribunal de juicio oral en lo penal,
las Cortes de Apelaciones y la Corte Suprema. En este sentido, sus resoluciones son dictadas colectivamente:

– Por tres jueces en el caso de los TJOP (art. 17 del COT);

– Por tres jueces —llamados “ministros”— como mínimum, tratándose de las Cortes de Apelaciones (art. 67 inc. 2º del COT).
Empero, para el pronunciamiento de las providencias de mera substanciación bastará un solo ministro (art. 70 del COT); y

– Por no menos de cinco ministros en el caso de la Corte Suprema (art. 95 del COT).

Como desventaja de estos tribunales se ha indicado que, al resolver en conjunto, la responsabilidad individual de cada juez se diluye;
que los jueces suelen tomar conocimiento de los asuntos por intermedio de otras personas; y que la administración de justicia se hace
más lenta (Casarino, 2007, p. 47).

2.5. Según si están o no permanentemente en funciones (o según su estabilidad): tribunales accidentales y tribunales permanentes

Tribunal accidental es aquel servido por ciertos ministros y presidentes de Corte que se desprenden temporalmente del órgano del que
forman parte y pasan a constituir un tribunal unipersonal, el que está llamado a conocer y fallar los específicos asuntos que han sido
establecidos por el legislador. Por tanto, solo se constituyen cuando ha ocurrido un conflicto respecto al cual la ley ha dispuesto su
intervención, dejando de funcionar cuando se termina el proceso respectivo. Así, el juez que presidía este tribunal se reintegra al
órgano al que pertenece y reasume sus funciones (Casarino, 2007, p. 51).

Están regulados en el Título IV del COT, en el cual se indica con detalle las materias que conocerá un ministro de Corte de
Apelaciones, el Presidente de la Corte de Apelaciones de Santiago, un ministro de la Corte Suprema y el Presidente de la Corte
Suprema, tal como veremos en el apartado 3.7.2 de este capítulo.

Ejemplo de resolución judicial que designa un Ministro de la Corte Suprema, en causa de extradición pasiva

Santiago, veintinueve de abril de dos mil diecinueve.

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De conformidad con lo dispuesto en los artículos 52 número 3 del Código Orgánico de Tribunales y 441 del Código Procesal Penal,
pasen estos antecedentes al Ministro de este Tribunal, don Ricardo Blanco Herrera, para su conocimiento y resolución.

Nº 11217-2019/gor

Haroldo Osvaldo Brito Cruz

Presidente

Corte Suprema de Justicia

En Santiago, a veintinueve de abril de dos mil diecinueve, notifiqué por el Estado Diario la resolución precedente.

Tribunal permanente, en cambio, es aquel que está siempre en funcionamiento, independientemente de si se ha suscitado o no algún
conflicto de aquellos que la ley ha entregado a su conocimiento y decisión. En esta perspectiva, son tribunales permanentes, v. gr., los
juzgados de garantía, los tribunales de juicio oral en lo penal, los juzgados de letras en lo civil, los juzgados de familia, los juzgados
de letras del trabajo, las Cortes de Apelaciones y la Corte Suprema.

2.6. Según su jerarquía: tribunales superiores e inferiores

Esta clasificación es expresión de la estructura jerárquica piramidal que presenta el Poder Judicial. Tribunal superior es la
denominación que se le da a las Cortes de Apelaciones, a las Cortes Marciales y a la Corte Suprema, por estar ubicadas en las dos
jerarquías más altas del orden jurisdiccional.

De esta forma, tribunales inferiores son aquellos tribunales a quienes se entrega, por regla general, el conocimiento de los asuntos en
primera instancia, de modo que sus resoluciones pueden ser revisadas por los tribunales superiores (Díaz, 2017, p. 383). Forman parte
de este grupo los juzgados de letras, los juzgados de garantía, los juzgados de familia, los tribunales de juicio oral en lo penal, etc.

3. Análisis particular de los tribunales de justicia

3.1. Juzgados de Letras

Comencemos por apuntar que la denominación “juzgado de letras” resulta bastante engañosa (Bordalí, 2020, p. 329), pues hace
referencia a un tribunal que es servido por un juez letrado, o sea, que es abogado. No obstante, y como ya estudiamos, hoy en día la
casi totalidad de las personas que desempeñan el rol de juez poseen el título de abogado, por lo que este nombre podría ser aplicable a
casi todos los tribunales de primera instancia.

Sin embargo, el carácter letrado del magistrado que está a la cabeza de este órgano jurisdiccional no es lo único que lo caracteriza. En
efecto, podemos definir al juzgado de letras como un tribunal ordinario, de Derecho, obviamente letrado, permanente y unipersonal en
su funcionamiento —aunque existen algunos colegiados en su composición—, que conoce y resuelve en única y primera instancia de
asuntos contenciosos civiles y comerciales, no contenciosos civiles y demás materias que le encomienden las leyes.

Podemos distinguir juzgados de letras propiamente civiles, y juzgados de letras de competencia común, según lo indican los arts. 28 y
ss. del COT, aunque sobre esta distinción nos detendremos más adelante. Mientras, podemos señalar que estos —sin hacer todavía
diferencias— ejercen su competencia respecto de una comuna o agrupación de comunas, según lo disponga la ley, de modo que es
posible que a un juez de letras se le asigne solo una comuna (p. ej., los juzgados de letras de las comunas de María Elena, Mejillones o
Coquimbo), o bien que le correspondan varias comunas (esto sucede, por ejemplo, respecto a los juzgados de letras de Valparaíso, que
tienen competencia sobre las comunas de Valparaíso y Juan Fernández). Además, no puede dejar de mencionarse que un respectivo
territorio jurisdiccional puede ser asignado a un solo juzgado de letras (p. ej., el juzgado de letras de Curepto) o bien que exista más de
uno, por lo que comparten el mismo territorio asignado, tal como ocurre, v. gr., en Iquique (que cuenta con tres juzgados), Rancagua
(en que existen 2 juzgados) o Punta Arenas (con tres juzgados). Como sea, su superior jerárquico siempre es la Corte de Apelaciones
respectiva.

Si bien se señaló que se trata de un órgano unipersonal, esta característica se refiere exclusivamente a su funcionamiento pues,

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respecto a su composición, existen juzgados de letras que son unipersonales o colegiados. De esta forma, hay juzgados de letras
integrados por un juez —como en el caso de Santa Cruz o Yumbel— y otros que son bi o pluripersonales (Oberg y Manso, 2011, p.
66), como los juzgados de Tocopilla y Pozo Almonte, respectivamente.

Teniendo presente la diferente composición que pueden presentar estos órganos, se puede distinguir dos tipos de tribunales:

– Aquellos servidos por un solo juez (modelo clásico), con una estructura piramidal de tres niveles jerárquicos, integrados por la
planta de funcionarios, el secretario del tribunal y el juez;

– Aquellos servidos por dos o tres jueces, que adoptan un modelo orgánico propio de los tribunales creados en el año 2000 con la
reforma procesal penal, vale decir, con la existencia de un administrador del tribunal y de una serie de unidades administrativas: sala,
atención de público, administración de causas, servicios y cumplimiento (art. 27 quater del COT), incluyendo, de ser pertinente, a un
consejo técnico (art. 27 bis del COT). Además, estos órganos disponen de un juez presidente del tribunal (art. 27 ter del COT). En
todo caso, vale recalcar que únicamente los juzgados de competencia común pueden adoptar este modelo, ya que los juzgados que son
propiamente civiles, siempre tienen solo un juez.

Además, se suele distinguir entre jueces de letras de comuna o agrupación de comunas, de capital de provincia o de comuna asiento
de Corte de Apelaciones, lo que se emplea principalmente para efectos de determinar la categoría del Escalafón Primario a la que
pertenecerán sus jueces y secretarios (art. 267 del COT). Sin embargo, esto también resulta relevante en relación con los requisitos
para ser juez de letras (art. 252 del COT) y para determinar el tribunal competente en los juicios de hacienda (art. 48 del COT).

Ahora bien, más allá de la estructura orgánica interna o de la categoría del juzgado de letras específico, una de las características
principales de estos órganos es el carácter subsidiario que se les ha asignado por el sistema procesal, lo que puede entenderse en dos
sentidos:

– Estos tribunales deberán conocer y resolver todos aquellos asuntos que no hayan sido expresamente encomendados a otro tribunal
(Colombo, 2017, p. 305); y

– Cuando el legislador no ha previsto que sobre una comuna o agrupación de comunas ejerza competencia un tribunal especializado
llamado a conocer asuntos penales, de familia o del trabajo, la labor de resolver los conflictos sobre estas materias está encargado al
juzgado de letras de competencia común del respectivo territorio.

3.1.1. Funcionamiento

Los juzgados de letras tienen un funcionamiento ordinario y uno extraordinario. Sin embargo, se debe hacer la precisión de que esto
solo opera cuando se trata de un juzgado de letras que cuente en su organización con un juez y un secretario —y no, por lo tanto,
cuando se trata de órganos bi o pluripersonales (Oberg y Manso, 2011, p. 68)—.

El funcionamiento extraordinario consiste en que las Cortes de Apelaciones pueden ordenar que los jueces de letras se aboquen
exclusivamente a la tramitación de una o más materias determinadas, siempre que sean competencia de su tribunal y hubiere retardo
en el despacho o el mejor servicio judicial lo exigiere (art. 47 del COT). Iniciado este funcionamiento, se entenderá para todos los
efectos legales que el juez falta en su despacho. De esta forma, el secretario del tribunal asumirá por el solo ministerio de la ley, en
calidad de suplente, las funciones que corresponderían al juez titular (art. 47 A del COT).

3.1.2. Nombramiento de los jueces de letras

Los jueces letrados son designados por el Presidente de la República, a propuesta en terna de la Corte de Apelaciones de la
jurisdicción respectiva (78 inc. 7º de la CPR). Los requisitos para ser juez de letras se encuentran en el artículo 252 del COT, y son:

a) ser chileno;

b) tener título de abogado y;

c) haber cumplido satisfactoriamente el programa de formación para postulantes al Escalafón Primario del Poder Judicial, sin
perjuicio de que puede admitirse la postulación de abogados que no hubieren aprobado dicho programa solo en un segundo llamado a
concurso y siempre que en el primer llamado no se hubieren presentado postulantes que cumplieran este requisito (art. 284 bis del

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COT).

Existen además requisitos adicionales para el caso en que el abogado sea ajeno a la Administración de Justicia, pues se le exige que
haya ejercido la profesión por lo menos un año.

3.1.3. Inhabilidades e incompatibilidades

Nuestra legislación contempla que determinadas personas no pueden desempeñar el cargo de juez de letras, por encontrarse en
algunas de las inhabilidades o incompatibilidades que se contienen en los arts. 251, 256, 257 y 258 del COT.

Así, en primer lugar, no puede ser juez una persona con dependencia de sustancias o drogas estupefacientes o sicotrópicas ilegales,
salvo que se justifique su consumo debido a un tratamiento médico (art. 251 del COT).

Por otra parte, no pueden ser jueces quienes se hallen en interdicción por causa de demencia o prodigalidad; quienes se encuentren
acusados por crimen o simple delito o estuvieren acogidos a suspensión condicional del procedimiento penal; los condenados por
crimen o simple delito; los fallidos; y quienes hayan recibido órdenes eclesiásticas mayores (art. 256 del COT).

A estas prohibiciones se agrega el hecho de que no pueden ser nombrados jueces letrados quienes hubieren desempeñado los cargos
de Presidente de la República, Ministros de Estado, Delegados Presidenciales Regionales, Delegados Presidenciales Provinciales o
Gobernadores Regionales, sino un año después de haber cesado en sus funciones administrativas (art. 257 del COT).

Finalmente, existen incompatibilidades debido al parentesco, ya que no puede haber dos jueces en la jurisdicción de una misma Corte
de Apelaciones que sean parientes consanguíneos o afines en línea recta, ni los colaterales que se hallen dentro del segundo grado de
consanguinidad o afinidad (art. 258 del COT).

3.1.4. Subrogación

En los casos en que falte el juez de letras operarán reglas de subrogación, de modo que momentáneamente otra persona asumirá sus
funciones. Se entenderá que el juez falta cuando se encuentra impedido por cualquier causa de ejercer su cargo, ya sea por un
impedimento material, físico o de orden legal (Casarino, 2007, p. 173). Ejemplos de estas situaciones son la muerte, enfermedad,
permiso administrativo, implicancia o recusación (arts. 194 y ss. del COT). También se considera que el juez falta cuando no ha
llegado a la hora ordinaria de despacho o si no está presente para evacuar diligencias que requieren su intervención personal (art. 214
del COT).

Las reglas de subrogación están contenidas en los art. 211 y ss. del COT, en los siguientes términos:

– En primer lugar, el juez de letras será subrogado por el secretario abogado del mismo tribunal (art. 211 del COT). Si faltare dicho
secretario, operarán las reglas siguientes:

• Si en la comuna o agrupación de comuna hay dos jueces de letras, aunque posean distinta competencia en razón de la materia, la
falta de uno de ellos será suplida por el secretario abogado del otro, y a falta de este último, por el juez del otro juzgado.

• Si hay más de dos jueces de letras con igual competencia en razón de la materia, la subrogación operará de la misma forma antes
descrita, por el que le siga en el orden numérico de los juzgados y, en el caso del último, será subrogado por el primero. Así, el juez
del segundo juzgado será subrogado por el secretario abogado (o juez) del tercero; y, suponiendo que en una misma jurisdicción hay
cuatro juzgados de letras, el juez del cuarto será subrogado por el secretario abogado (o juez) del primero.

• Si hay más de dos jueces de letras de distinta competencia en razón de la materia, la subrogación, si es posible, corresponderá a los
de la misma competencia conforme a lo indicado precedentemente. Si no es posible, subrogará el secretario abogado y a falta de este
el juez de la otra competencia a quien corresponda el turno siguiente (art. 212 del COT).

• Si hay solo un juez de letras, será subrogado por el defensor público o, si hay más de uno, por el más antiguo de ellos. Si este no
pudiere ejercer las funciones, ya sea por inhabilidad, implicancia o recusación, lo hará el primero de los abogados de la terna que
anualmente formará la Corte de Apelaciones respectiva para estos efectos o, a falta de este, el segundo o, si este también faltare, el
tercero. Si faltaren todos los anteriores, subrogará el secretario abogado del juzgado del territorio jurisdiccional más inmediato o el
juez del mismo tribunal, aunque dependan de distintas Cortes de Apelaciones (art. 213 del COT).

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Sin perjuicio de todo lo señalado precedentemente, el secretario del juzgado que no sea abogado podrá subrogar al juez para el solo
efecto de dictar providencias de mera substanciación (art. 214 del COT).

3.1.5. Deberes y prohibiciones de los jueces de letras

Todos los jueces (incluyendo obviamente a los jueces de letras) están afectos a los siguientes deberes y prohibiciones:

– Los jueces tienen la obligación de despachar los asuntos sometidos a su conocimiento en los plazos que fija la ley o con toda la
brevedad posible, guardando el orden de antigüedad de los asuntos salvo que motivos graves y urgentes exijan que este se altere. Las
causas deben ser falladas en tribunales unipersonales tan pronto como estuvieren en estado de fallo y por orden de su conclusión, y
este mismo orden se aplicará respecto de las causas de tribunales colegiados para designar su vista y decisión, con excepción de las
causas a las que la ley asigna preferencia, tales como los alimentos provisorios, los juicios sumarios y ejecutivos y las recusaciones
(art. 319 del COT).

– Los jueces tienen el deber de abstenerse de expresar o, incluso, de insinuar privadamente su juicio respecto de los asuntos que por
la ley son llamados a fallar, así como de dar oído a las alegaciones que las partes, u otras personas a nombre o por influencia de ellas,
les intenten hacer fuera del tribunal (art. 320 del COT). Este deber se relaciona con lo previsto en los arts. 195 Nº 8 y 196 Nº 10 del
COT, a propósito de las causales de implicancia y recusación.

– También tienen prohibido comprar o adquirir para sí, para su cónyuge, conviviente civil o sus hijos, las cosas o derechos que se
litiguen en los juicios de que él conozca. Esta misma prohibición se extiende a las cosas o derechos que han dejado de ser litigiosos,
mientras no hayan transcurrido cinco años. Sin embargo, se excluyen de la prohibición las adquisiciones hechas a título de sucesión
por causa de muerte cuando se tiene respecto del difunto la calidad de heredero abintestato (art. 321 del COT). Tampoco pueden
adquirir —en este caso, solo los jueces de letras y los ministros de Cortes de Apelaciones— pertenencias mineras o una cuota de ellas,
dentro de su territorio jurisdiccional (art. 322 del COT).

Ahora bien, tratándose de jueces de letras (y de ministros de Cortes de Apelaciones y de Corte Suprema), además de lo señalado
anteriormente, tienen el deber de residir en la ciudad o población donde tenga asiento el tribunal en que prestan sus servicios, aunque
pueden ser autorizados por las Cortes de Apelaciones, en casos calificados, a que residan transitoriamente en un lugar distinto (art.
311 del COT). Además, están obligados a asistir diariamente a la sala de su despacho y a permanecer en ella durante mínimo cuatro
horas, y durante cinco cuando el despacho de causas se encontrare retrasado (art. 312 del COT). Sin embargo, por necesidades del
servicio podrán una vez a la semana, constituirse en poblados ubicados fuera de los límites urbanos de la ciudad asiento del tribunal,
caso en el que será reemplazado por el secretario o, en el caso de tribunales que cuenten con dos jueces, por el que no se traslade.
Estos deberes de asistencia y residencia cesan durante los días feriados (art. 313 del COT).

En cuanto a las prohibiciones, los jueces de letras tienen impedido ejercer como abogados, y solo podrán defender causas personales o
de sus cónyuges, convivientes civiles, ascendientes, descendientes, hermanos o pupilos (art. 316 del COT). Tampoco pueden aceptar
compromisos, salvo cuando tuvieren con alguna de las partes interesadas en el litigio, un vínculo de parentesco que autorice su
implicancia o recusación (art. 317 del COT).

3.1.6. Materias que están dentro de la competencia del juzgado de letras

Sobre este punto es necesario distinguir entre asuntos contenciosos y no contenciosos, como también, si se los conoce en única o en
primera instancia. Por cierto, sobre este aspecto deben remarcarse dos cuestiones:

a) En primer lugar, los juzgados de letras nunca conocen asuntos en segunda instancia, pues atendida la estructura jerárquica actual
del Poder Judicial, estos órganos se ubican en la base de la pirámide.

b) Si bien en principio los juzgados de letras están llamados a conocer solo asuntos civiles y comerciales, es bastante común que
además se les asignen causas de índole penal, familiar y/o laboral, lo que particularmente sucede en aquellas comunas que no cuentan
con un tribunal especializado que conozca estas materias, dado que el legislador no estimó pertinente su creación. Dicho de otra
forma, en ausencia de un tribunal de garantía, de familia o del trabajo que conozca un determinado litigio, corresponderá que este sea
resuelto por el juez de letras del lugar, el que se conoce como juzgado de competencia común.

En cuanto a la competencia contenciosa en única instancia, los jueces de letras conocen de esta forma:

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1. Causas civiles y comerciales cuya cuantía no supere las 10 unidades tributarias mensuales, o sea, aproximadamente $611.570,
atendido el valor de la UTM en diciembre de 2022 (art. 45 Nº 1 letras a) y b) del COT).

2. Recusaciones de jueces árbitros (art. 204 inc. 4º del COT y art. 126 del CPC).

3. Reclamaciones de las sanciones aplicadas por el Director Nacional del Servicio Agrícola y Ganadero sobre denuncias por
infracciones a las normas legales o reglamentarias (art. 17 de la Ley Nº 18.755 que establece normas sobre el Servicio Agrícola y
Ganadero).

A tu turno, los juzgados de letras tienen competencia contenciosa en primera instancia para conocer:

1. Causas civiles y comerciales de una cuantía mayor a 10 UTM (art. 45 Nº 2 letra a) del COT).

2. Causas de minas (art. 45 Nº 2 letra b) del COT).

3. Causas de hacienda (art. 48 del COT).

4. Causas civiles y comerciales de una cuantía que no exceda las 10 UTM, cuando en ellas intervenga alguna de las personas a
quienes la ley confiere “fuero menor” (art. 45 Nº 2 letra g) del COT).

5. Causas del trabajo y de familia cuyo conocimiento no corresponda a un juzgado de letras del trabajo, de cobranza laboral y
previsional o de familia, respectivamente (art. 45 Nº 2 letra h) del COT).

6. Causas penales cuyo conocimiento correspondería a un juzgado de garantía, en aquellos territorios jurisdiccionales en los que no
existen estos últimos (art. 3º de la Ley Nº 19.665 y art. 46 del COT).

7. Debemos mencionar que algunos de los juzgados de letras que tenían competencia criminal previo de la entrada en vigor de
reforma procesal penal, conocen las causas criminales iniciadas por hechos acaecidos con anterioridad y hasta la conclusión de estos
juicios (art. 7º transitorio de la Ley Nº 19.665).

8. Los demás asuntos que otras leyes les encomienden (art. 45 Nº4 del COT). En este punto se puede señalar, solo a modo ejemplar:

– La demanda civil en caso de infracciones que son competencia de juzgados de policía local, cuando esta no se hubiere deducido
conjuntamente en el procedimiento contravencional o hubiese sido extemporánea o notificada fuera de plazo (art. 9º inc. 5º de la Ley
Nº 18.287 que establece procedimiento ante los Juzgados de Policía Local);

– Las causas de derechos de los consumidores en las que esté comprometido el interés colectivo o difuso de los consumidores o
usuarios, y el derecho a solicitar indemnización por ello (art. 50 A inc. 2º del DFL 3 que fija texto refundido, coordinado y
sistematizado de la Ley Nº 19.496, que establece normas sobre protección de los derechos de los consumidores);

– La oposición a la solicitud de regularización (art. 20 inc. 2º del DL Nº 2.695 que fija normas para regularizar la posesión de la
pequeña propiedad raíz y para la constitución del dominio sobre ella).

– La reclamación por la sanción de caducidad de concesión de obra pública de carácter sanitario, impuesta por la Superintendencia
de Servicios Sanitarios (art. 17 de la Ley Nº 18.902 que crea la Superintendencia de Servicio Sanitarios).

– Reclamación contra sanciones aplicadas por el Director General del Servicio Nacional de Salud (art. 171 del Código Sanitario).

– La solicitud de recusación presentada primeramente al mismo juez recusado. Esta, cuando es aceptada sin más trámite, es
susceptible de recurso de apelación (arts. 124 y 126 del CPC).

A su turno, tratándose de la competencia no contenciosa, a los juzgados de letras les corresponde conocer los asuntos judiciales no
contenciosos o voluntarios civiles, cualquiera sea su cuantía (artículo 45 Nº 2 letra c) del COT), tales como la emancipación
voluntaria —es decir, cuando el padre declara que quiere emancipar al hijo y este último consiente en ello— (art. 836 del CPC); el
nombramiento de tutores y curadores (art. 838 del CPC); o las informaciones para perpetua memoria (art. 909 del CPC).

3.2. Juzgados de Garantía

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Los juzgados de garantía son tribunales ordinarios, de Derecho, letrados, permanentes, unipersonales en su funcionamiento y
colegiados en su composición, que ejercen sus facultades sobre una comuna o agrupación de comunas, y que conocen en única o,
excepcionalmente, en primera instancia de todos los asuntos penales que les asigna la ley (en especial, el Código Procesal Penal).

3.2.1. Funcionamiento

Hemos dicho que los juzgados de garantía son colegiados en su composición, pues cada uno de ellos tiene el número de jueces que
determine la ley (de acuerdo con el art. 16 del COT). Sin embargo, son unipersonales en cuanto a su funcionamiento, pues cada juez
“actúa y resuelve unipersonalmente los asuntos sometidos a su conocimiento” (art. 14 del COT).

En los juzgados de garantía existe separación de las funciones administrativas y jurisdiccionales. Mientras las últimas son llevadas a
cabo por los jueces que componen el tribunal, las primeras son ejercidas por el administrador del tribunal y las unidades
administrativas que lo estructuran. En este sentido, vale mencionar que el administrador es quien se encarga de organizar y controlar
la gestión administrativa del tribunal (art. 389 A del COT). De sus funciones específicas nos referiremos al tratar a los auxiliares de la
administración de justicia.

De acuerdo con el art. 25 del COT, los juzgados de garantía —y los tribunales de juicio oral en lo penal— cuentan con las siguientes
unidades administrativas:

– Sala, encargada de la organización y asistencia en la realización de audiencias;

– Atención de Público, se ocupa de la orientación e información al público que concurra al juzgado, especialmente, la víctima, el
defensor y el imputado, recibir la información que éstos entreguen y manejar la correspondencia del juzgado;

– Servicios, realiza las labores de soporte técnico, contabilidad y apoyo a la actividad administrativa, además de la coordinación y el
abastecimiento para satisfacer las necesidades físicas y materiales de la realización de audiencias; y

– Administración de causas, que se encarga de las labores de las notificaciones, manejo y registro de causas, fechas y salas para las
audiencias, archivo, ingreso de causas y asignación de número de rol, primeras audiencias de los detenidos, actualización diaria de la
base de datos y estadísticas. Al jefe de esta unidad le corresponde además autorizar el mandato judicial y efectuar las certificaciones
que señale la ley (art. 389 G del COT).

Además, en los juzgados de garantía en que existan tres o más jueces habrá un Comité de Jueces, que adoptará sus acuerdos por
mayoría de votos y tendrá la cantidad de miembros que señala el art. 22 del COT (en aquellos juzgados compuestos de cinco jueces o
menos, estará conformado por todos ellos; en los que cuentan con más de cinco jueces, lo conformarán los cinco que sean elegidos
por la mayoría del tribunal cada dos años). De entre sus miembros se elegirá un juez presidente que dura dos años en el cargo,
pudiendo ser reelegido por un nuevo período. En caso de empate en una votación, será precisamente el voto de este último el que
decidirá el asunto.

Las funciones del comité de jueces están señaladas en el art. 23 del COT, y son las siguientes:

– Designar, de la terna que le presente el juez presidente, al administrador del tribunal.

– Resolver acerca de la remoción del administrador del tribunal;

– Conocer de la apelación que se interpusiere en contra de la resolución del administrador que remueva al subadministrador, a los
jefes de unidades o a los empleados del juzgado o tribunal;

– Aprobar el procedimiento objetivo y general de distribución de las causas entre los jueces de los juzgados de garantía —o entre las
salas del tribunal en el caso de los TJOP—.

– Designar al personal del juzgado o tribunal, a propuesta en terna del administrador;

– Decidir el proyecto de plan presupuestario anual que le presente el juez presidente, para ser propuesto a la Corporación
Administrativa del Poder Judicial; y

– Cualquier otra materia que la ley señale.

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En los juzgados de garantía en que se desempeñen uno o dos jueces y, por lo tanto, no exista este Comité, las tres primeras
atribuciones indicadas corresponderán al Presidente de la Corte de Apelaciones respectiva, mientras que las cuatro últimas
corresponderán al juez que cumpla la función de juez presidente.

Al juez presidente del comité de jueces le corresponderá velar por el adecuado funcionamiento del juzgado o tribunal. En este sentido,
tiene los deberes y atribuciones indicados en el art. 24 del COT:

“a) Presidir el comité de jueces;

b) Relacionarse con la Corporación Administrativa del Poder Judicial en todas las materias relativas a la competencia de ésta;

c) Proponer al comité de jueces el procedimiento objetivo y general a que se refieren los artículos 15 y 17;

d) Elaborar anualmente una cuenta de la gestión jurisdiccional del juzgado;

e) Aprobar los criterios de gestión administrativa que le proponga el administrador del tribunal y supervisar su ejecución;

f) Aprobar la distribución del personal que le presente el administrador del tribunal;

g) Calificar al personal, teniendo a la vista la evaluación que le presente el administrador del tribunal;

h) Presentar al comité de jueces una terna para la designación del administrador del tribunal;

i) Suprimida.

j) Proponer al comité de jueces la remoción del administrador del tribunal”.

En los juzgados de garantía que cuenten únicamente con un juez, será este quien tendrá las atribuciones del juez presidente, con
excepción de las contempladas en las letras a) y c). Las atribuciones indicadas en las letras h) y j) las ejercerá el juez ante el
Presidente de la Corte de Apelaciones respectiva. Por último, en aquellos juzgados de garantía conformados por dos jueces, estas
atribuciones, con las mismas excepciones antes señaladas, se radicarán anualmente en uno de ellos, empezando por el más antiguo.

3.2.2. Nombramiento, inhabilidades e incompatibilidades

En estas materias, y de acuerdo con el art. 248 del COT, rigen las mismas normas que respecto de los jueces letrados.

En cuanto a su inhabilitación, rige una norma especial contenida en el art. 75 del CPP, que señala que cuando se plantee la
inhabilitación de un juez de garantía, el juez que lo subrogue conforme a las normas que veremos más adelante, deberá continuar
conociendo de todos los trámites anteriores a la audiencia de preparación de juicio oral, pero esta última no podrá realizarse hasta que
la inhabilitación sea resuelta.

3.2.3. Subrogación

La regla general en materia de subrogación nos señala que, cuando un juez de garantía falte o no pueda intervenir en determinadas
causas, será subrogado por otro juez del mismo juzgado. Ahora bien, si se trata de un juzgado de garantía servido por un solo juez,
deberá subrogarlo el juez del juzgado de competencia común de la misma comuna o agrupación de comunas o, a falta de este, el
secretario letrado del mismo tribunal (art. 206 del COT).

Cuando no pueda aplicarse esta regla general, la subrogación del juez de garantía tendrá lugar conforme a las reglas siguientes (art.
207 del COT):

– La subrogación se realizará por un juez del juzgado de garantía de la comuna más cercana que pertenezca a la jurisdicción de la
misma Corte de Apelaciones.

– A falta de este, lo hará el juez del juzgado con competencia común de la comuna o agrupación de comunas más cercana o, a falta
del último, el secretario letrado del mismo tribunal.

– A falta de todos los anteriores, la subrogación se realizará, en orden de cercanía, por los jueces de garantía de las restantes

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comunas de la jurisdicción de la misma Corte de Apelaciones a la cual pertenezca. Precisamente para estos efectos y cada dos años, la
Corte de Apelaciones fijará el orden de cercanía territorial de los juzgados de garantía, teniendo en consideración la facilidad y
rapidez de las comunicaciones.

Si no se pudiera aplicar ninguna de las reglas anteriores, subrogará un juez de garantía o, a falta de este, un juez de letras con
competencia común o, a falta de ambos, el secretario letrado de ese tribunal, que dependan de la Corte de Apelaciones más cercana
(art. 208 del COT), rigiendo las reglas del art. 216 del COT —las que se analizarán al tratar la subrogación de las Cortes de
Apelaciones—.

Por último, es necesario mencionar que, si por aplicación de todas las reglas de subrogación anteriores existiere más de un juez que
debiere subrogar al juez de garantía, la subrogación se hará por orden de antigüedad, comenzando por el menos antiguo (art. 210 B del
COT).

3.2.4. Deberes y prohibiciones de los jueces de garantía

Los jueces de garantía tienen los deberes y prohibiciones que corresponde a todos los jueces y que ya mencionamos en el apartado
3.1.5 al tratar a los jueces de letras. Sin embargo, tienen además un deber de asistencia que les ordena concurrir a su despacho por 44
horas semanales, debiendo fijarse un sistema de turnos que permita siempre la disponibilidad de un juez fuera del horario normal de
funcionamiento de los tribunales (art. 312 bis del COT).

Además de lo anterior, también se deben considerar como verdaderas prohibiciones respecto de los jueces de garantía, lo previsto por
la parte final del art. 195 del COT, norma que dispone tres causales de implicancia aplicables exclusivamente a los jueces con
competencia penal.

3.2.5. Materias que conocen los juzgados de garantía

En términos generales, los juzgados de garantía tienen la labor de decidir la procedencia de todas aquellas intervenciones del sistema
procesal penal que restringen o perturban los derechos del imputado o de un tercero (Chahuán, 2019, p. 164), actuando, en tal ámbito
y por regla general, como tribunales de instrucción y ejecución. Por ello, en estos casos siempre el fiscal deberá solicitar la
autorización previa del juez de garantía (art. 9º del CPP).

Además, y de acuerdo con el art. 14 del COT, a los jueces de garantía les corresponde:

– Asegurar los derechos del imputado —tales como contar con la presencia de un abogado defensor, no ser detenido en un recinto
policial por más de 24 horas o que se practique su detención con respeto de sus derechos fundamentales— y demás intervinientes,
como la víctima o el querellante, que tienen derecho a ser oídas y a participar de las audiencias y del proceso penal;

– Dirigir personalmente las audiencias que procedan, conforme a la ley procesal penal, tales como las audiencias de control de
detención, de revisión de medidas cautelares, o de preparación de juicio oral;

– Dictar sentencia en el procedimiento abreviado, que permite al juez de garantía conocer y fallar un hecho de manera rápida, sin
que sea necesario pasar por el juicio oral, y que procede, en términos generales respecto hechos sobre los cuales el fiscal requiriere la
imposición de una pena privativa de libertad no superior a cinco años de presidio o reclusión menores en su grado máximo, y siempre
que el imputado acepte los hechos y manifieste su conformidad con su aplicación (art. 406 del CPP);

– Conocer y fallar las faltas penales de conformidad con el procedimiento establecido en la ley procesal penal —por ejemplo,
respecto de aquellos hechos para los cuales el fiscal pide solo pena de multa, tramitándose de conformidad al procedimiento monitorio
(art. 392 del CPP)—;

– Conocer y fallar, conforme al procedimiento simplificado —es decir, aquel que se tramita en forma breve y sucinta ante los jueces
de garantía— las faltas e infracciones contempladas en la Ley de Alcoholes, cualquiera sea la pena que ella les asigne;

– La ejecución de las condenas criminales y las medidas de seguridad, y resolver las solicitudes y reclamos relativos a dicha
ejecución, como la existencia de alguna vulneración de derechos al interior de un recinto penitenciario, que excede del cumplimiento
de la pena;

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– Conocer y resolver todas las cuestiones y asuntos que la ley de responsabilidad penal adolescente les encomiende, como la
aplicación del sistema de sanciones especiales para adolescentes, es decir, la internación en régimen cerrado, semi cerrado o una
sanción no privativa de libertad como la libertad asistida.

– Conocer y resolver las cuestiones que la ley procesal penal y el Sistema de Justicia Militar les encomienden.

Como mencionamos en el apartado anterior y de conformidad con lo dispuesto en el art. 46 del COT, de todas estas mismas materias
conocerá el juez de letras en aquellos territorios en que no exista un juzgado de garantía.

3.3. Tribunales de Juicio Oral en lo Penal

Los Tribunales de Juicio Oral en lo Penal son tribunales ordinarios, de Derecho, letrados, permanentes y colegiados, que ejercen su
competencia sobre una agrupación de comunas, y que conocen en única instancia de los asuntos penales que la ley les encomienda.

3.3.1. Funcionamiento

Siguiendo el mismo diseño establecido para los juzgados de garantía, en estos tribunales existe una clara separación entre el
desempeño de las funciones jurisdiccionales y administrativas. De esta forma, las funciones jurisdiccionales quedan entregadas a los
jueces que lo conforman, mientras que las funciones administrativas quedan a cargo del Administrador del Tribunal, al que,
reiteramos, nos referiremos al tratar a los auxiliares de la administración de justicia.

En esta misma perspectiva, los TJOP cuentan con las mismas unidades administrativas que los juzgados de garantía, salvo en cuanto
contemplan adicionalmente la “Unidad de apoyo a testigos y peritos”, la que tiene por objeto otorgar una adecuada y rápida atención,
información y orientación a estos intervinientes, cuando han sido citados a declarar en un juicio oral (art. 25 del COT).

En cuanto a sus tareas jurisdiccionales, funcionan en una o más salas integradas por tres miembros. Cada una de ellas tendrá un juez
Presidente de Sala, quien está dotado de las atribuciones que señala la ley, tales como abrir y cerrar las sesiones de tribunal; mantener
el orden dentro de la sala, amonestando a quienes lo perturben o haciéndolo salir de la misma; dirigir el debate o poner a votación las
medidas discutidas (arts. 17, 90 y 92 del COT).

La integración de cada una de las salas se determina anualmente mediante sorteo que se realiza en el mes de enero. Entre las distintas
salas se distribuirán las causas de acuerdo con lo que disponga un procedimiento objetivo y general que anualmente debe ser aprobado
por el Comité de Jueces del mismo tribunal, a propuesta del Juez Presidente (art. 17 del COT), al que ya se hizo referencia en el
apartado 3.2.1. Además de los tres miembros que integran cada sala, podrán integrarla también otros jueces en calidad de alternos y
con el sólo propósito de subrogar a miembros que estuvieren impedidos, en caso de que sea necesario (art. 17 inc. 2º del COT).

Por otra parte, en lo que se refiere a los TJOP existe una excepción al principio de sedentariedad de los tribunales (Casarino, 2007, p.
85), la que se encuentra contenida en el art. 21 A del COT. Así, se dispone que de acuerdo a lo que determine la Corte de Apelaciones
y previo informe de la Corporación Administrativa del Poder Judicial y de los jueces presidentes de los comités de jueces, los TJOP
podrán constituirse y funcionar en localidades situadas fuera de su lugar de asiento, con el objetivo de facilitar la aplicación oportuna
de la justicia penal y por consideraciones de distancia, acceso físico y dificultades de traslado.

Otra norma especial la encontramos en el art. 47 C del COT, que concede a las Cortes de Apelaciones, cuando el mejor servicio de
justicia lo exigiere, la facultad de ordenar que uno o más jueces de los TJOP se aboquen de manera exclusiva al conocimiento de las
infracciones a la ley penal cometidas por adolescentes, en calidad de jueces de garantía.

En cuanto al número de TJOP que existirá en cada territorio jurisdiccional, el art. 21 del COT define su cantidad y competencia
territorial. A modo ejemplar podemos señalar:

– En la Región de Atacama existe un TJOP con asiento en la comuna de Copiapó, integrado por nueve jueces, con competencia
sobre las comunas de Chañaral, Diego de Almagro, Caldera, Copiapó, Tierra Amarilla, Huasco, Vallenar, Freirina y Alto del Carmen;

– En la Región de Ñuble hay un tribunal con asiento en Chillán, con siete jueces, con competencia sobre las comunas de
Cobquecura, Quirihue, Ninhue, San Carlos, Ñiquén, San Fabián, San Nicolás, Treguaco, Portezuelo, Chillán, Coihueco, Coelemu,
Ránquil, Pinto, Quillón, Bulnes, San Ignacio, El Carmen, Pemuco, Yungay, Tucapel y Chillán Viejo; y

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– En la Región de Los Lagos encontramos tres TJOP, uno con asiento en la comuna de Osorno, con seis jueces, con competencia
sobre las comunas de San Juan de la Costa, San Pablo, Osorno, Puyehue, Río Negro, Puerto Octay y Purranque; otro con asiento en
Puerto Montt, con seis jueces, con competencia sobre las comunas de Fresia, Frutillar, Puerto Varas, Llanquihue, Los Muermos,
Puerto Montt, Cochamó, Maullín, Calbuco, Hualaihué, Chaitén, Futaleufú y Palena; y el último con asiento en Castro, con cuatro
jueces, con competencia sobre las comunas de Ancud, Quemchi, Dalcahue, Castro, Curaco de Vélez, Quinchao, Chonchi, Puqueldón,
Queilén y Quellón.

Es importante también mencionar que la cantidad y competencia territorial de los TJOP no necesariamente coincide con la de los
juzgados de garantía, pudiendo en algunos casos existir una comuna que cuenta con uno de los últimos, pero no con el primero. Este
sería el caso, p. ej., de la comuna de Villa Alemana, que cuenta con un juzgado de garantía, pero al mismo tiempo se encuentra en el
territorio asignado al TJOP de Viña del Mar. De esta forma, todas las actuaciones previas al juicio oral se desarrollarán en el juzgado
de garantía con asiento en dicha comuna, pero luego los intervinientes deben trasladarse a Viña del Mar para la realización del juicio
oral.

3.3.2. Nombramiento, inhabilidades e incompatibilidades

Existe una norma especial relativa a la inhabilidad de los jueces de una sala del TJOP, contenida en el art. 76 del CPP, norma que,
además de fijar el plazo para plantear la solicitud de inhabilitación (a más tardar dentro de los tres días siguientes a la notificación de
la resolución que fija la fecha de la audiencia de juicio oral), señala que, una vez planteada y resuelta al inicio de la misma audiencia,
el tribunal podrá continuar funcionando con exclusión de sus miembros inhabilitados si estos pueden ser reemplazados de inmediato
debido a que se ha convocado a un mayor número de jueces —según lo dispuesto en el art. 281 inc. 5º del CPP—, o si continuare
estando integrado por al menos dos jueces que han concurrido a toda la audiencia, con la exigencia, en este último caso, de que la
sentencia definitiva se pronuncie por unanimidad.

3.3.3. Subrogación

En materia de subrogación, cuando una sala de un TJOP no cuente con la cantidad mínima de jueces, el juez que falte será subrogado,
en primer lugar, por otro juez del mismo tribunal o, a falta de este, por un juez de otro TJOP de la jurisdicción de la misma Corte de
Apelaciones. En este último caso, y de acuerdo con el art. 210 del COT, se aplicarán los criterios de cercanía previstos en el art. 207
del mismo cuerpo legal. A falta de este tribunal, subrogará un juez de juzgado de garantía de la misma comuna o agrupación de
comunas, siempre que no hubiere intervenido en la fase de investigación.

En el evento en que no puedan aplicarse las normas anteriores, subrogará un juez de TJOP que dependa de la Corte de Apelaciones
más cercana. A falta de este, lo hará un juez de un juzgado de garantía de esta misma jurisdicción. En estos últimos dos supuestos se
deben aplicar las reglas previstas en el art. 216 del COT, relativas a las subrogaciones recíprocas entre Cortes de Apelaciones.

Es necesario recordar que, al igual que como ocurre en la subrogación de los jueces de garantía, si existiere más de un juez que pueda
subrogar a un juez de tribunal de juicio oral en lo penal, la subrogación se hará por orden de antigüedad, comenzando por el menos
antiguo (art. 210 B del COT).

Si nada de lo anterior fuera posible, la subrogación se realizará por el defensor público —o por el más antiguo de ellos si hay más de
uno—, regulado por los arts. 365 y ss. del COT. A falta de este, por uno de los abogados de la terna que forma anualmente la Corte de
Apelaciones respectiva, en el orden que ella misma fije (art. 213 del COT).

En último caso, si no pudiera subrogar ninguna de las personas anteriormente indicadas, se deberá postergar la realización del juicio
oral hasta el tiempo más próximo posible en que se reúna alguna de las condiciones para aplicar una de las reglas de subrogación (art.
210 inc. final del COT).

3.3.4. Deberes y prohibiciones de los jueces del tribunal de juicio oral en lo penal

Los jueces de estos tribunales tienen los mismos deberes y prohibiciones correspondientes a todos los jueces a los que nos referimos
en el apartado 3.1.5. Además de ello, tienen la obligación de asistir a su despacho por 44 horas semanales (art. 312 bis del COT) y se
le aplican las causales de implicancia previstas en la parte final del art. 195 del COT.

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3.3.5. Materias que conocen los tribunales de juicio oral en lo penal

Estos órganos jurisdiccionales conocen de todos los procesos penales, con excepción de los que la ley entrega en exclusiva a los
juzgados de garantía.

En concreto, de acuerdo con el art. 18 del COT, les corresponde:

– Conocer y juzgar las causas por crimen o simple delito como, por ejemplo, las causas sobre homicidio simple o calificado,
violación, sustracción de menores, y todos aquellos que no reúnan los requisitos para tramitarse conforme a los procedimientos
abreviado —que requiere de acuerdo entre el imputado y el Ministerio Público, y que el primero acepte expresamente los hechos
materia de la acusación mientras que el segundo solicite una pena que no exceda de cinco años— y simplificado— en que la pena
solicitada por el fiscal no debe exceder de presidio o reclusión menor en su grado mínimo, o sea, hasta 540 días—;

– Resolver sobre la libertad o prisión preventiva de los acusados, la que puede imponerse como medida cautelar mientras dura la
tramitación del juicio oral;

– Resolver los incidentes que se promuevan durante el juicio oral, como un incidente de prueba nueva, con la que no se contaba o de
la que no se tenía conocimiento en la audiencia de preparación de juicio oral (art. 336 del CPP);

– Conocer y resolver las cuestiones y asuntos que la ley de responsabilidad penal juvenil les encomienda, como la aplicación del
régimen de penas diferenciado para quienes se les aplique dicha norma;

– Conocer y resolver los demás asuntos que la ley procesal penal y el Sistema de Justicia Militar les encomiende, como las
audiencias de sobreseimiento.

3.4. Juzgados de Familia

Podemos definir al juzgado de familia como un tribunal ordinario, de Derecho, letrado, permanente, unipersonal en su funcionamiento
y que suele ser colegiado en su composición, que se encarga de conocer de los asuntos de familia que indica la ley, de resolverlos y
hacer ejecutar lo juzgado, y cuyo territorio jurisdiccional es una comuna o agrupación de comunas, según sea el caso.

Estos tribunales fueron creados en el contexto de las reformas y modernización al sistema de justicia, por la Ley Nº 19.968, de 30 de
agosto de 2004. Con su entrada en funcionamiento se eliminaron los antiguos juzgados de menores y se reunieron en este órgano
todos los asuntos vinculados con las relaciones familiares (algunos de los cuales eran conocidos hasta ese momento por los juzgados
de letras, como la nulidad de matrimonio o la filiación).

Se organizan en cinco unidades administrativas, las cuales se encuentran enumeradas y descritas en el artículo 2º de la LJF, en los
siguientes términos:

– Sala: encargada de la organización y asistencia a la realización de las audiencias. Esto quiere decir, que los funcionarios
pertenecientes a esta unidad se ocupan de gestionar el desarrollo de las audiencias, algunos de los cuales cumplen el rol de encargados
de actas, debiendo registrar todo lo ocurrido en ellas.

– Atención de Público y Mediación: otorga una adecuada atención, orientación e información al público y usuarios, con especial
atención a los niños, niñas y adolescentes. Además, realizan las funciones de información y derivación a mediación, y manejan la
correspondencia del tribunal.

– Servicios: se encargan del soporte técnico y computacional del juzgado, de la contabilidad y apoyo a la actividad administrativa,
además de la coordinación y abastecimiento de las necesidades físicas y materiales de la realización de audiencias.

– Administración de Causas: encargada del manejo de causas y registros de los procesos, incluidas las notificaciones, el manejo de
fechas y salas para audiencias, archivo judicial básico, el ingreso de causas y la asignación de número de rol, la actualización diaria de
la base de datos de causas y las estadísticas del juzgado. Su jefe realiza la labor de ministro de fe, correspondiéndole las funciones de
autorizar el mandato judicial y efectuar certificaciones ordenadas por la ley (art. 389 G del COT, en relación con el art. 118 de la LJF).

– Cumplimiento: desarrolla las gestiones para lograr la ejecución de las resoluciones judiciales, particularmente de aquellas que

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requieran un cumplimiento sostenido en el tiempo, tales como el pago de una pensión de alimentos o el cumplimiento de un régimen
de relación directa y regular de un niño, niña o adolescente con el padre que no tenga su cuidado personal. De esta forma, esta unidad
se encargará, por ejemplo, de la determinación del monto adeudado de las pensiones de alimento que hayan sido decretadas.

Además de estas unidades, los juzgados de familia cuentan con un administrador y una planta de empleados de secretaría y un consejo
técnico (art. 2º de la LJF). Este último está integrado por profesionales interdisciplinarios, especializados en asuntos de familia e
infancia, quienes tienen la calidad de auxiliares de la administración de justicia, y se encargan de asesorar a los jueces en “el análisis y
mejor comprensión de los asuntos sometidos a su conocimiento, en el ámbito de su especialidad” (art. 5º de la LJF). En todo caso, su
fisonomía se ha ido configurando mediante distintas decisiones del pleno de la Corte Suprema (Larroucau, 2020, p. 223).

En todo lo relacionado a su estructura orgánica y en cuanto resulten compatibles, serán aplicables a los juzgados de familia las normas
contenidas en el COT para los juzgados de garantía y tribunales de juicio oral en lo penal, especialmente en lo relativo al comité de
jueces, juez presidente, administradores de tribunales, jefes de unidad y organización administrativa de los juzgados (art. 118 de la
LJF).

3.4.1. Funcionamiento

La justicia de familia tiene un procedimiento oral, concentrado y desformalizado. Sus tribunales se rigen, entonces, por los principios
de inmediación, actuación de oficio y búsqueda de soluciones colaborativas entre las partes (art. 9º de la LJF). Como ya dijimos, y a
pesar de que los tribunales de familia suelen ser colegiados en su composición y tienen el número de jueces que determine la ley, cada
asunto o actuación es conocida y realizada por un juez, quien resuelve de forma individual. De esta manera, cada uno de los jueces de
familia “detenta la plenitud de las potestades jurisdiccionales en forma independiente” (Oberg y Manso, 2011, p. 100).

Si bien el legislador ha asignado a cada tribunal un territorio en el cual puede ejercer sus funciones (el que se encuentra definido en el
artículo 4º de la LJF), al mismo tiempo se faculta a estos órganos para extender su competencia fuera del territorio que les asigna la
ley, de forma tal que los que dependan de una misma Corte de Apelaciones pueden decretar diligencias que deban cumplirse
directamente en cualquier comuna ubicada dentro del territorio jurisdiccional de la misma Corte e, incluso, en el caso de las Cortes de
Apelaciones de Santiago y San Miguel, los juzgados de una pueden decretar actuaciones que deban practicarse en el territorio
jurisdiccional de la otra (art. 24 de la LJF).

3.4.2. Nombramiento, inhabilidades e incompatibilidades

En cuanto al nombramiento, inhabilidades e incompatibilidades de los jueces de familia, de acuerdo con lo dispuesto en el art. 248 del
COT, rige lo mismo que respecto de los jueces de letras. Esta norma dispone:

“Para todos los efectos de este Código se entenderá que las referencias hechas a los jueces letrados o jueces de letras incluyen también
a los jueces de juzgados de familia, los jueces de juzgados de letras del trabajo y de cobranza laboral y previsional, los jueces de
juzgados de garantía y a los jueces de los tribunales de juicio oral en lo penal, salvo los casos en que la ley señale expresamente lo
contrario”.

3.4.3. Subrogación

En lo relativo a la subrogación de los jueces de familia, rige lo dispuesto para los jueces de garantía (art. 118 de la LJF), por lo que
nos remitimos a lo que ya vimos en el apartado 3.2.3.

3.4.4. Deberes y prohibiciones de los jueces de familia

Tienen los mismos deberes y prohibiciones correspondientes a todos los jueces que ya mencionamos en el apartado 3.1.5.

3.4.5. Materias que conoce el juzgado de familia

Están indicadas en el art. 8º de la LJF y son, en términos generales, las causas relativas a las siguientes materias:

– Cuidado personal de los niños, niñas o adolescentes que no viven con ambos padres o con ninguno y, por lo tanto, requieren que el
tribunal determine qué persona lo tendrá bajo su cuidado;

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– Derecho y deber del padre o de la madre que no tenga el cuidado personal del hijo, a mantener con este una relación directa y
regular, conocido usualmente como “régimen de visitas” y que permite que niños y padres mantengan un vínculo permanente y
cercano;

– Ejercicio, suspensión o pérdida de la patria potestad; emancipación y autorizaciones a que se refieren los Párrafos 2º y 3º del Título
X del Libro I del CC (referidas al derecho legal de goce sobre los bienes de los hijos y su administración y la representación legal de
los mismos). Estas materias se refieren principalmente a temas patrimoniales y de derechos sobre bienes de los niños, niñas y
adolescentes que no tienen la administración de ellos;

– Derecho de alimentos, es decir, de recibir un monto de dinero de parte del padre o madre que no tiene el cuidado personal —o,
incluso, de los abuelos— que garantice la satisfacción de las necesidades de un niño, niña o adolescente y la contribución de sus
padres en proporción a sus capacidades económicas;

– Disensos para contraer matrimonio, es decir, la falta de la autorización de quienes deben prestar su consentimiento para que una
persona menor de dieciocho años pueda contraer matrimonio —ya sea uno o ambos padres o, a falta de estos, el o los ascendientes de
grado más próximo—;

– Las guardas (con excepción de aquellas relativas a pupilos mayores de edad, y las que tengan relación con la curaduría de la
herencia yacente), es decir, aquellos cargos impuestos a ciertas personas —tutores y curadores— a favor de aquellos que no pueden
dirigirse a sí mismos o administrar competentemente sus negocios, y que no se hallan bajo potestad de padre o madre que pueda
darles la protección debida (art. 338 del CC);

– Todos los asuntos en que aparezcan niños, niñas o adolescentes gravemente vulnerados o amenazados en sus derechos, respecto de
los cuales se requiera adoptar una medida de protección, es decir, aquellas situaciones en que estos se encuentran en peligro, maltrato,
abuso o abandono y se requiere el resguardo de su integridad física o psicológica;

– Acciones de filiación, es decir, aquellas que buscan la determinación del vínculo entre dos personas (una de las cuales es padre o
madre de la otra) y las que tengan relación con la constitución o modificación del estado civil de las personas;

– Todos los asuntos en que se impute la comisión de cualquier falta —es decir, hechos delictivos que conllevan solo una pena de
multa— a adolescentes mayores de catorce y menores de dieciséis años de edad, y las que se imputen a adolescentes mayores de
dieciséis y menores de dieciocho años, y siempre que no se trate de desórdenes en espectáculos públicos, amenazas o riñas con arma
blanca, lesiones leves, incendio, hurto o daños que no excedan de una UTM, ocultación de nombre y apellido a la autoridad,
lanzamiento de piedras u otros objetos en lugares públicos y aquellas relativas al tráfico ilícito de estupefacientes;

– La autorización para la salida de niños, niñas o adolescentes del país, cuando viajan sin sus padres o solo con uno de ellos, y el
otro no es encontrado o se niega a prestar la autorización;

– Maltrato de niños, niñas o adolescentes, o sea, una acción u omisión que produzca menoscabo en su salud física o psíquica y no
esté contemplada en una ley especial, es decir, que no constituyan un delito sancionado penalmente, de acuerdo con lo dispuesto en el
inciso segundo del art. 62 de la ley Nº 16.618;

– Los procedimientos previos a la adopción, es decir, aquellos que tienen por objeto que el niño o niña sea declarado susceptible de
ser adoptado;

– El procedimiento de adopción a que se refiere el Título III de la ley Nº 19.620, y que procede respecto de un niño ya declarado
susceptible de ser adoptado, buscando que se dictamine que este tiene el estado civil de hijo respecto de sus adoptantes, y que busca
amparar su derecho a vivir y desarrollarse en el seno de una familia que le brinde el afecto y le procure los cuidados tendientes a
satisfacer sus necesidades espirituales y materiales, cuando ello no le pueda ser proporcionado por su familia de origen (art. 1º de la
Ley Nº 19.629 que dicta normas sobre adopción de menores);

– Los asuntos que se susciten entre cónyuges relativos al régimen patrimonial del matrimonio —ya sea sociedad conyugal,
separación de bienes o participación en los gananciales— y los bienes familiares, tales como: separación judicial de bienes,
declaración y desafectación de bienes familiares y la constitución de derechos de usufructo, uso o habitación sobre los mismos;

– Acciones de separación, es decir, la suspensión —declarada por el juez— de los deberes conyugales de vivir en un hogar común,

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fidelidad y cohabitación;

– Acciones de nulidad de matrimonio, que deja sin efecto un matrimonio cuando no se han cumplido con las solemnidades que
establece la ley;

– Acciones de divorcio, que busca poner término a un matrimonio de acuerdo con los requisitos legales, ya sea el incumplimiento
grave de ciertos deberes matrimoniales o el transcurso de un plazo de uno o tres años de cese de convivencia, dependiendo de si se
solicita de mutuo acuerdo o de forma unilateral por uno de los cónyuges, respectivamente;

– Los actos de violencia intrafamiliar, entendida por aquella que se da en el contexto del grupo familiar y siempre que no constituya
delito, en los supuestos previstos por el art. 5º de la Ley Nº 20.066.

– Toda otra materia que la ley les encomiende. En este punto podemos mencionar:

• Otorgar la autorización judicial sustitutiva a que se refiere el art. 1º de la Ley Nº 21.030 (que regula la despenalización de la
interrupción voluntaria del embarazo en tres causales), cuando se trate de una niña menor de catorce años o de una mujer
judicialmente declarada interdicta por causa de demencia, en los supuestos previstos en la misma norma.

• Conocer de la solicitud judicial de rectificación de sexo y nombre en las partidas de nacimiento de personas mayores de catorce y
menores de dieciocho años de edad; o cuando, habiendo procedido respecto de personas casadas, se solicite la disolución del vínculo
matrimonial (arts. 13 y 19 de la Ley Nº 21.120, que reconoce y da protección al derecho a la identidad de género); y

• Designar de forma inmediata a un representante legal para los niños, niñas o adolescentes que se encuentren en nuestro país no
acompañados o separados de sus familias (art. 52 de la Ley Nº 21.430, sobre garantías y protección integral de los derechos de la
niñez y adolescencia).

Ejemplo de resolución dictada en procedimiento sobre medida de protección

“Visto y teniendo presente:

El mérito de los antecedentes, la sugerencia que precede, y lo dispuesto en el artículo 30 de la ley 16.618, que establece la facultad del
juez con competencia en familia para decretar las medidas que sean necesarias para proteger a los niños, niñas u adolescentes
gravemente vulnerados o amenazados en sus derechos, que además señala que la internación en un establecimiento de protección solo
procederá en aquellos casos en que para cautelar la integridad física y psíquica de un niño, niña u adolescente resulte indispensable
separarlo de su medio familiar o de las personas que lo tienen a su cuidado, medida temporal y renovable y lo previsto en los artículos
13, 16, 32, 76, y 80 de la ley 19.968, se resuelve:

Que se decreta como medida de protección la consistente en el ingreso del niño XXXXX, cédula de identidad Nº XXXX, fecha de
nacimiento 2 de mayo de 2019, a la residencia San Pedro, por el plazo de un año a contar de esta fecha.

En virtud de lo resuelto se ordena establecimiento residencial a fin que en primer término: continuar el niño con sus controles de niño
sano en el Centro de Atención Primaria de Salud, y que sea ingresado en algún Jardín infantil que el niño requiera, y para que en
segundo término: la residencia efectué despeje de Familia biológica o adulto significativo para el niño.

Lo anteriormente decretado es sin perjuicio que en cualquier momento en que las circunstancias lo justifiquen, se pueda suspender,
modificar o dejar sin efecto la medida adoptada, de oficio o a petición de parte.

Se hace presente a la entidad requerida que deberá informar a la brevedad cualquier cambio de domicilio o de la información de
contacto del beneficiario de la medida, lo anterior, a fin de mantener actualizado dicho contenido en la causa.

Se ordena a la institución dar estricto cumplimiento a lo establecido en el artículo 76 de la ley 19.968.

Apertúrese en su oportunidad, causa de cumplimiento a fin de proceder al seguimiento de la medida de protección decretada en estos
autos. La causa de ingreso para seguimiento en el Sitfa es negligencia grave, abandono, y consumo de droga del adulto a cargo.

Se ordena el registro y archivo de estos antecedentes en su oportunidad.

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Los intervinientes quedan notificados personalmente de todo lo resuelto en la presente audiencia.

Sirva la presente resolución como suficiente y atento oficio remisor, conforme lo dispuesto en la Ley 20.886, y las Actas Nº 37 y 71
de 2016 de la Excma. Corte Suprema”.

3.5. Juzgados de Letras del Trabajo

Los juzgados de letras del trabajo son tribunales especiales, de Derecho, letrados, permanentes, generalmente colegiados en su
composición y unipersonales en su funcionamiento, que conocen asuntos relacionados con materias laborales y previsionales que
determina la ley, y que ejercen competencia en una comuna o agrupación de comunas. Fueron creados por la Ley Nº 20.022, de 2005,
la que empezó a regir de forma progresiva en las diversas regiones del territorio nacional, conforme a lo que la misma norma dispuso
en su art. 16.

Se los ha calificado como “tribunales hiperespecializados” (Larroucau, 2020, p. 230), pues buscan precisamente que sus jueces sean
especialistas en materia laboral, para así lograr una administración de justicia mucho más rápida y eficiente. Sin embargo y si bien a
través de ellos se persigue la especialización de la justicia del trabajo, conviene tener presente que esto no ocurre en todos los
territorios jurisdiccionales, pues en aquellos lugares en donde no existan juzgados de letras del trabajo, conocerá de estos asuntos el
juez de letras correspondiente (art. 422 del CdT). Esto ocurre, por ejemplo, en las comunas de Mulchén, Santa Bárbara y Nacimiento,
en la Región del Bío Bío; o en las comunas de Cabo de Hornos, Porvenir y Natales en la Región de Magallanes.

Los jueces de estos tribunales tienen también la categoría de jueces de letras, resultándoles aplicables las normas del COT en todas las
materias que no están previstas en el Título I del Libro V del Código del Trabajo (art. 417 del CdT). Además, al igual que en el caso
de los juzgados de familia, a los juzgados de letras del trabajo le son aplicables —siempre que no resulten incompatibles con las
normas contenidas en los arts. 418 y ss. del CdT— todas las normas que el COT prevé para los juzgados de garantía y tribunales de
juicio oral en lo penal, en lo relativo al comité de jueces, juez presidente, administradores de tribunales y organización administrativa
de los juzgados (art. 418 del CdT).

En este sentido, los juzgados de letras del trabajo cuentan con un administrador del tribunal y con las unidades administrativas de sala,
atención al público, administración de causas y servicios. Además, en aquellos territorios jurisdiccionales en que no exista un Juzgado
de Cobranza Laboral y Previsional, cuentan con una unidad de cumplimiento.

3.5.1. Funcionamiento

Los juzgados de letras del trabajo son unipersonales en su funcionamiento, sin perjuicio de que casi todos son órganos colegiados en
su composición, es decir, están integrados por más de un juez. Así, en cada actuación participa solo un juez, quien conoce y resuelve
de forma individual, ejerciendo unipersonalmente la potestad jurisdiccional respecto de los asuntos que las leyes le encomiendan (art.
419 del CdT). Hay también, sin embargo, tribunales compuestos por un solo juez, como en los casos de Castro, Coyhaique y Punta
Arenas.

3.5.2. Nombramiento, inhabilidades e incompatibilidades

En cuanto al nombramiento, inhabilidades e incompatibilidades de los jueces de letras del trabajo, rige lo mismo que respecto de los
jueces de letras, de acuerdo con lo dispuesto en el art. 248 del COT.

3.5.3. Subrogación

En lo relativo a la subrogación de los jueces de letras del trabajo, al igual que en el caso de los jueces de familia, se aplicarán las
normas dispuestas para los jueces de garantía (art. 418 del CdT), por lo que nos remitimos a lo que se trató en el apartado 3.2.3.

3.5.4. Deberes y prohibiciones de los jueces de letras del trabajo

Tienen los mismos deberes y prohibiciones correspondientes a todos los jueces que revisamos en el apartado 3.1.5.

3.5.5. Materias que conocen los juzgados de letras del trabajo

Las materias que conocen los Juzgados de Letras del Trabajo están determinadas en el art. 420 del Código del Trabajo. En concreto,

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deben conocer:

– Las cuestiones suscitadas entre empleadores y trabajadores, por aplicación de las normas laborales derivadas de la interpretación y
aplicación de los contratos individuales o colectivos del trabajo o de las convenciones y fallos arbitrales en materia laboral, como en
el caso de las causas de despido injustificado, indebido o improcedente, o de nulidad del despido por incumplimiento de obligaciones
laborales;

– Las cuestiones que se derivan de la aplicación de las normas sobre organización sindical y negociación colectiva que la ley entrega
al conocimiento de los juzgados de letras con competencia en materia del trabajo; como en las demandas por práctica antisindical;

– Las cuestiones derivadas de la aplicación de normas de previsión o de seguridad social, planteadas por pensionados, trabajadores
activos o empleadores (excepto la revisión de resoluciones sobre declaración de invalidez o de pronunciamiento sobre otorgamiento
de licencias médicas). V. gr. una demanda de cobro de perjuicios en contra de una AFP, a raíz del daño patrimonial causado por el no
pago íntegro de una pensión de sobrevivencia;

– Los juicios en que se demande el cumplimiento de obligaciones que emanen de títulos a los cuales las leyes laborales y de
previsión o seguridad social otorguen mérito ejecutivo; como en las causas de cobro de finiquito —aunque esta materia será
competencia de los juzgados de cobranza laboral en caso de existir en el territorio jurisdiccional correspondiente—;

– Las reclamaciones que procedan contra resoluciones dictadas por autoridades administrativas en materias laborales, previsionales
o de seguridad social; como, por ejemplo, la reclamación judicial contra un acto administrativo dictado por la Superintendencia de
Seguridad Social que califica una patología que sufre un trabajador como de origen laboral;

– Los juicios iniciados por el propio trabajador o sus sucesores, que busquen hacer efectiva la responsabilidad contractual del
empleador por los daños producidos como consecuencia de accidentes del trabajo o enfermedades profesionales —ya que respecto de
la responsabilidad extracontractual se seguirán las reglas del art. 69 de la ley Nº 16.744—; como en el caso de una demanda de
indemnización de perjuicios por accidente del trabajo con resultado de muerte; y

– Todas aquellas materias que las leyes entreguen a juzgados de letras con competencia laboral.

3.6. Juzgados de Cobranza Laboral y Previsional

Los Juzgados de Cobranza Laboral y Previsional son tribunales especiales, de Derecho, letrados, permanentes, unipersonales en su
funcionamiento y colegiados en su composición, que existen en las comunas del país que establece la ley y que conocen de los juicios
en que se demande el cumplimiento de las obligaciones que emanen de títulos a los cuales las leyes laborales y de previsión o
seguridad social otorguen mérito ejecutivo. Entre los títulos ejecutivos laborales están las sentencias ejecutoriadas, la transacción,
conciliación y avenimiento, los finiquitos suscritos por trabajador y empleador y autorizados por el Inspector del Trabajo u otro
ministro de fe, las actas firmadas por las partes y autorizadas por los Inspectores del Trabajo que den constancia de los acuerdos
alcanzados ante estos, y los originales de los instrumentos colectivos del trabajo (art. 464 del CdT).

3.6.1. Funcionamiento

De acuerdo con el art. 416 del CdT, en nuestro país existen cuatro juzgados de cobranza laboral y previsional, en las comunas de
Valparaíso, Concepción, San Miguel y Santiago. Las funciones jurisdiccionales de estos tribunales están radicadas en sus jueces, los
que, pese a tratarse de tribunales colegiados en su composición, actúan de manera independiente y son, por lo tanto, unipersonales en
su funcionamiento (art. 419 del CdT), correspondiéndoles exclusivamente llevar a cabo la sustanciación de asuntos ejecutivos,
mediante un procedimiento marcado por la escrituración. Cada tribunal tendrá el número de jueces que determine la ley, conforme a
lo que dispone el art. 416 del CdT:

“Existirá un Juzgado de Cobranza Laboral y Previsional, con asiento en cada una de las siguientes comunas del territorio de la
República, con el número de jueces y con la competencia que en cada caso se indica:

a) Valparaíso, con dos jueces, con competencia sobre las comunas de Valparaíso, Juan Fernández, Viña del Mar y Concón;

b) Concepción, con dos jueces, con competencia sobre las comunas de Concepción, Penco, Hualqui, San Pedro de la Paz,
Chiguayante, Talcahuano y Hualpén;

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c) San Miguel, con dos jueces, con competencia sobre las comunas de San Joaquín, La Granja, La Pintana, San Ramón, San Miguel,
La Cisterna, El Bosque, Pedro Aguirre Cerda y Lo Espejo, y

d) Santiago, con nueve jueces, con competencia sobre la provincia de Santiago, con excepción de las comunas de San Joaquín, La
Granja, La Pintana, San Ramón, San Miguel, La Cisterna, El Bosque, Pedro Aguirre Cerda y Lo Espejo”.

Estos órganos funcionan de acuerdo con el procedimiento establecido en la Ley Nº 17.322 que contiene normas para la cobranza
judicial de cotizaciones, aportes y multas de las instituciones de seguridad social. Este consiste en un juicio ejecutivo caracterizado
por las atribuciones que se concede al juez y las limitaciones que se establece para la defensa del demandado, sin perjuicio de que
tiene aplicación supletoria las normas sobre el juicio ejecutivo contenidas en el CPC (Academia Judicial de Chile, 2017, p. 105).

Es necesario mencionar, sin embargo, que en los territorios en los que no existe uno de estos tribunales, las materias de su
competencia serán de conocimiento de los juzgados de letras del trabajo o de los juzgados de letras de competencia común, según
corresponda (arts. 421 y 422 del CdT).

Ejemplo de resolución judicial dictada en un juicio ejecutivo previsional

Valparaíso, diez de mayo de dos mil veintidós.

A lo principal: por interpuesta demanda ejecutiva, despáchese mandamiento de ejecución y embargo en contra de SOCIEDAD
EDUCACIONAL EDUTEC LTDA, representada legalmente por doña MARÍA ANGÉLICA RAMÍREZ TOLEDO, por la suma de $
188.706 (ciento ochenta y ocho mil setecientos seis pesos), más reajustes, intereses, recargos y costas.

Al primer, quinto y sexto otrosíes: téngase presente.

Al segundo otrosí: por acompañados documentos, en la forma solicitada.

Al tercer otrosí: como se pide, ofíciese a la Tesorería General de la República para los efectos de proceder a la retención a que se
refiere el inciso primero del artículo 25 bis de la ley 17.322, por la suma solicitada.

Al cuarto otrosí: como se pide, por vía de correo electrónico y solo respecto de las resoluciones que deban notificarse personalmente o
por cédula.

Se autoriza al receptor para notificar conforme lo dispone el artículo 44 Código de Procedimiento Civil, una vez cumplidos los
presupuestos que esta norma legal establece.

Cuantía: $ 188.706.

RIT: P35892022

RUC: 22302954676

Proveyó Don(a) Julio Andrés Fuentes Calderón, Juez Titular del Juzgado de Cobranza Laboral y Previsional de Valparaíso.

En Valparaíso a diez de mayo de dos mil veintidós, se notificó por el estado diario la resolución precedente.

En cuanto a las funciones administrativas, a estos tribunales les son aplicables las normas del COT relativas a los juzgados de garantía
y tribunales de juicio oral en lo penal, en cuanto a la existencia del comité de jueces, juez presidente, administrador de tribunal y
organización administrativa de los juzgados. De esta forma, funcionan también con unidades internas pero, a diferencia de los
juzgados de letras del trabajo, no cuentan con una unidad de sala, pues ante ellos no se llevan a cabo audiencias. En cambio, tienen
una unidad de “liquidación” encargada de realizar los cálculos para determinar el monto de las deudas que se pretenden cobrar por
intermedio del tribunal (con sus reajustes e intereses). No existe diferencia respecto de las unidades de atención de público,
administración de causas y servicios (art. 12 de la Ley Nº 20.022).

3.6.2. Nombramiento, inhabilidades e incompatibilidades y subrogación

En estas materias rige lo mismo que respecto de los juzgados de letras del trabajo, es decir, conforme al art. 418 del CdT, se aplicarán

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las normas de los juzgados de garantía. En razón de ello, nos remitimos a lo indicado en el apartado 3.2.3.

3.6.3. Deberes y prohibiciones de los jueces de los juzgados de cobranza laboral y previsional

Tienen los mismos deberes y prohibiciones correspondientes a todos los jueces, por lo que nos remitimos a lo indicado en el apartado
3.1.5.

3.6.4. Materias que conocen los juzgados de cobranza laboral y previsional

El art. 421 del CdT entrega a estos órganos la competencia sobre los juicios “en que se demande el cumplimiento de obligaciones que
emanen de títulos a los cuales las leyes laborales y de previsión o seguridad social otorguen mérito ejecutivo; y, especialmente, la
ejecución de todos los títulos ejecutivos regidos por la ley Nº 17.322, relativa a la cobranza judicial de imposiciones, aportes y multas
en los institutos de previsión”.

3.7. Tribunales unipersonales de excepción

Son tribunales de Derecho, letrados, accidentales y unipersonales, que conocen de los asuntos que la ley expresamente les
encomienda. Están regulados en el Título IV del COT, denominado “De los Presidentes y Ministros de Corte como tribunales
unipersonales” y, como su nombre lo indica, el ejercicio de las funciones jurisdiccionales que les otorga la ley va ligado
necesariamente al cargo que se detenta, el que puede ser:

– Un Ministro de la Corte de Apelaciones respectiva, según el turno que ella fije (art. 50 del COT);

– El Presidente de la Corte de Apelaciones de Santiago (art. 51 del COT);

– Un Ministro de la Corte Suprema, designado por el tribunal (art. 52 del COT); y

– El Presidente de la Corte Suprema (artículo 53 del COT).

3.7.1. Funcionamiento

Los tribunales unipersonales de excepción poseen el mismo actuario y demás personal auxiliar, así como el mismo territorio
jurisdiccional, del tribunal del que forman parte (Casarino, 2007, p. 88). Se nombran de acuerdo con un sistema de turnos que es
determinado por cada tribunal colegiado al que pertenece el respectivo ministro.

3.7.2. Materias que conocen los tribunales unipersonales de excepción

a) Un Ministro de la Corte de Apelaciones respectiva, según el turno que ella fije, conoce en primera instancia de los siguientes
asuntos (art. 50 del COT):

– Causas civiles en que sean parte o tengan interés el Presidente de la República, los ex Presidentes de la República, los Ministros de
Estado, Senadores, Diputados, miembros de los Tribunales Superiores de Justicia, Contralor General de la República, Comandantes
en Jefe de las Fuerzas Armadas, General Director de Carabineros de Chile, Director General de la Policía de Investigaciones de Chile,
los Delegados Presidenciales Regionales, Delegados Presidenciales Provinciales, Gobernadores Regionales, los Agentes Diplomáticos
chilenos, los Embajadores y los Ministros Diplomáticos acreditados con el Gobierno de la República o en tránsito por su territorio, los
Arzobispos, los Obispos, los Vicarios Generales, los Provisores y los Vicarios Capitulares (para estos efectos, no se considerará la
circunstancia de ser accionista de sociedades anónimas las personas antes mencionadas). En este caso, se refiere a causas en que sean
parte las personas que detentan estos cargos o condiciones, pero a título personal, como personas naturales y no en razón del cargo
que ocupan, como lo sería, por ejemplo, aquella en que se demanda el cumplimiento de un contrato suscrito por un Delegado
Presidencial Provincial como particular;

– Demandas civiles interpuestas contra los jueces de letras, con el objeto de hacer efectiva la responsabilidad civil resultante del
ejercicio de sus funciones ministeriales. Esto aplicaría, por ejemplo, cuando se busca que el juez correspondiente repare el daño
causado a un comprador —acción de indemnización de perjuicios— por haber suscrito una escritura de adjudicación y compraventa
en representación del dueño de un inmueble y en el contexto de un remate judicial seguido ante el tribunal del cual él es juez titular, y
que luego fue declarada nula;

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– Demás asuntos que otras leyes les encomienden. En este punto podemos mencionar lo establecido por el art. 23 del DFL 5, que fija
el texto refundido, coordinado y sistematizado de la Ley Nº 17.997, Orgánica Constitucional del Tribunal Constitucional, de 10 de
agosto de 2010, que le otorga a un Ministro de la Corte de Apelaciones de Santiago, según el turno que ella fije, la facultad de conocer
en primera instancia de las causas civiles en las que sean parte o tengan interés los miembros del Tribunal Constitucional.

b) El Presidente de la Corte de Apelaciones de Santiago conocerá, en primera instancia, de los siguientes asuntos (art. 51 del COT):

– De las causas sobre amovilidad de los Ministros de la Corte Suprema, que buscan que estos cesen en su cargo al declararse que no
tienen el buen comportamiento exigido por la Constitución Política; y

– De las demandas civiles que se entablen contra uno o más miembros de la Corte Suprema o contra su fiscal judicial, con el objeto
de hacer efectiva su responsabilidad por actos cometidos en el desempeño de sus funciones, lo que se daría, por ejemplo, cuando
alguno de ellos fuera demandado de indemnización de perjuicios por los daños ocasionados por alguna actuación ilegítima que hayan
realizado en el ejercicio de sus funciones.

Las apelaciones y recursos de casación interpuestos en contra de las resoluciones dictadas por este tribunal serán conocidas por el
Pleno de la misma Corte de Apelaciones de Santiago (art. 66 inc. 6º del COT).

c) Un Ministro de la Corte Suprema, designado por el Tribunal conoce, en primera instancia, de los siguientes asuntos (art. 52 del
COT):

– De las causas suscitadas entre la Corporación de ventas de salitre y yodo de Chile y las empresas adheridas o que en el futuro se
adhieran o que se retiren de la misma;

– De los delitos de jurisdicción de los tribunales chilenos, cuando puedan afectar las relaciones internacionales de la República con
otro Estado;

– De la extradición pasiva, la que ocurre cuando en nuestro país se encuentra una persona extranjera, imputada por un delito o
condenada a una pena privativa de libertad superior a un año de duración, y el país del cual es nacional solicita su entrega;

– De los demás asuntos que otras leyes le encomienden.

d) El Presidente de la Corte Suprema conocerá, en primera instancia, de los siguientes asuntos (art. 53 del COT):

– De las causas sobre amovilidad de los Ministros de las Cortes de Apelaciones, es decir, aquellas que pretenden obtener la
declaración de que no tienen el buen comportamiento exigido para permanecer en sus cargos. Estas causas serán conocidas en
segunda instancia por el Pleno de la Corte Suprema (art. 96 Nº 3 del COT);

– De las demandas civiles entabladas contra uno o más miembros o fiscales judiciales de las Cortes de Apelaciones, con el objeto de
hacer efectiva su responsabilidad por actos cometidos en el desempeño de sus funciones. Nuevamente se trataría de una demanda civil
de indemnización de perjuicios, que busca se reparen los daños ocasionados por un actuar ilegítimo en el ejercicio de sus funciones;

– De las causas de presas (es decir, aquellas que buscan decidir si deberán o no permanecer confiscados las embarcaciones y/o sus
cargas, pertenecientes a Estados enemigos o incluso neutrales, que fueron detenidas por las fuerzas marítimas de un Estado en caso de
guerra) y demás que deban juzgarse con arreglo al Derecho internacional; y

– De los demás asuntos que otras leyes entreguen a su conocimiento.

De las demandas civiles para hacer efectiva la responsabilidad de miembros o fiscales judiciales de las Cortes de Apelaciones, de las
causas de presas y demás que deban juzgarse con arreglo al Derecho internacional, conocerá en segunda instancia una de las salas de
la Corte Suprema (art. 98 Nº 6 del COT). En contra de las sentencias que dicte la Corte Suprema no procederán los recursos de
casación en la forma ni en el fondo (art. 53 inc. final del COT).

3.8. Cortes de Apelaciones

Son tribunales ordinarios, de Derecho, letrados, permanentes, colegiados y superiores, que, por regla general, conocen de los asuntos
en segunda instancia y tienen competencia sobre una región determinada, parte de ella o sobre el territorio que excede a una región.

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Reciben la denominación de “Corte de Apelaciones” desde la Constitución de 1823, pues anteriormente se denominaron Tribunal de
Apelaciones (Reglamento Constitucional Provisorio de 1812) y Cámara de Apelaciones (Constitución Política del Estado de Chile de
1822), aunque su primera expresión se encuentra en la Real Audiencia establecida en 1565 en Concepción (Pereira, 1996, p. 309).
Tienen, junto con la Corte Suprema, la calidad de tribunal superior de justicia, tal como ya se contemplaba en la Constitución Política
de 1833 (art. 38 Nº 2). Además, podemos señalar que se trata de tribunales de competencia común, ya que conocen de toda clase de
asuntos, sin importar su naturaleza (Casarino, 2007, p. 92).

Existen diecisiete Cortes de Apelaciones en nuestro país, las que tienen su asiento en las comunas de Arica, Iquique, Antofagasta,
Copiapó, La Serena, Valparaíso, Santiago, San Miguel, Rancagua, Talca, Chillán, Concepción, Temuco, Valdivia, Puerto Montt,
Coihaique y Punta Arenas (art. 54 del COT). El territorio jurisdiccional de cada una de ellas está establecido en el art. 55 del COT y
tienen un número variable de jueces —establecido en el art. 56 del mismo cuerpo legal—, llamados ministros (art. 57 del COT),
quienes reciben el tratamiento honorífico de “Su Señoría Ilustrísima” o bien “Usía Ilustrísima”, tal como prevé el art. 306 del COT
(Oberg y Manso, 2011, p. 73).

Cada Corte de Apelaciones es regida por un Presidente, quien ejerce el cargo durante un año, iniciando cada 1 de marzo. Los
miembros de la Corte se turnan para desempeñar este cargo, por orden de antigüedad (art. 57 del COT). Además, las Cortes de
Apelaciones tienen fiscales judiciales, relatores y secretarios, de acuerdo al número que determine la ley (arts. 58, 59 y 60 del COT), y
abogados integrantes que pasan a formar parte de las salas en el funcionamiento extraordinario, que revisaremos más adelante.

Finalmente, a través del Acta 44-2015, dictada por el Pleno de la Corte Suprema el 13 de marzo de 2015, se estableció un nuevo
modelo de gestión administrativa en las Cortes de Apelaciones. Este nuevo modelo implementa el cargo de Administrador, a quien le
corresponderá el manejo administrativo del tribunal, la elaboración de planes de apoyo, la optimización de los recursos humanos y la
mejora de la entrega del servicio de administración de justicia. En este contexto, además, se creó un Comité de Ministros, que apoya
al Presidente del mismo tribunal, y se implementaron unidades administrativas en las áreas de causas, salas, control de gestión,
servicios, atención de público, asuntos administrativos y pleno, coordinación con tribunales de primera instancia y presidencia.

3.8.1. Funcionamiento

Las Cortes de Apelaciones pueden funcionar en salas o en pleno. En cuanto al funcionamiento en salas, el art. 61 del COT dispone el
número de salas con el contará cada Corte. Cada sala, que representa a la Corte en los asuntos de que conoce (art. 66 inc. 2º del COT),
estará conformada por tres ministros, a excepción de la primera, que se conformará por cuatro. Los miembros de cada una, para el
funcionamiento ordinario, se sortean anualmente el primer día hábil de diciembre del año anterior al funcionamiento, pero el
Presidente de la Corte debe quedar incorporado a la primera, siendo facultativo para él integrarla efectivamente.

Existe una norma especial para la Corte de Apelaciones de Santiago en materia tributaria y aduanera, que señala que se debe designar
una de sus salas para que conozca exclusivamente de estos asuntos (art. 66 inc. 7º del COT). Para ello, cada dos años y mediante auto
acordado, la misma Corte designará a los ministros que la integrarán, quienes deben poseer conocimientos especializados en la
materia, acreditables con la realización de cursos de perfeccionamiento o postgrados (art. 61 del COT).

De esta manera, las Cortes de Apelaciones conocen de los asuntos de su competencia en las salas en que se dividen, salvo que la ley
disponga expresamente que deben conocer en pleno (art. 66 del COT). En este sentido, para que conozca el pleno de la Corte se
requerirá que, a lo menos, concurra la mayoría absoluta de los miembros que la componen (art. 67 del COT). En este caso, sin
embargo, no se considerará a los abogados integrantes, quienes se estiman jueces, pero no miembros del tribunal (Pereira, 1996, p.
318).

Además de estas formas de conocer de los asuntos de su competencia, las Cortes de Apelaciones tienen un funcionamiento ordinario y
uno extraordinario. El primero se refiere a la forma de conocer en salas a la que ya nos referimos anteriormente, es decir, integradas
por tres o cuatro ministros, funcionado en cada Corte la cantidad de salas que indica el art. 61 del COT. Sin embargo, además existe
un funcionamiento extraordinario, que opera cuando hay retardo, entendiéndose que esto sucede cuando dividido el total de causas en
estado de tabla y de apelaciones que deban conocerse en cuenta por el número de salas, el cociente es superior a 100 (p. ej., si hay 300
causas en estado de tabla en la Corte de Apelaciones de Talca que tiene 2 salas, el cociente será 150, por lo que, al ser superior a 100,
existe retardo y procede el funcionamiento extraordinario). En este caso, la Corte formará un mayor número de salas del que
normalmente le corresponde (Oberg y Manso, 2011, p. 90), las que serán integradas también por fiscales judiciales o abogados
integrantes, pudiendo además nombrarse relatores interinos cuando estos no bastaren (art. 62 del COT).

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En cuanto a la tramitación de los asuntos, las Cortes de Apelaciones resuelven los asuntos sometidos a su conocimiento de dos
formas: en cuenta o previa vista de la causa (art. 68 del COT). Ambas formas de conocimiento se rigen por las reglas contenidas en el
CPC y CPP, según corresponda (art. 71 del COT). Cuando la Corte resuelve “en cuenta”, significa que la información se entrega a sus
miembros de forma privada y sin formalidad alguna, ya sea por el relator o el secretario de la misma (Oberg y Manso, 2011, p. 76).

En cambio, las Cortes resuelven “previa vista de la causa” cuando, para fallar un asunto, se requiere el cumplimiento de una serie de
trámites contemplados en la ley (específicamente en los arts. 162 a 166 y 222 a 230 del CPC) los que conforman la “vista de la
causa”. Esta comienza con la dictación del decreto “autos en relación”, el que se notificará a las partes por el estado diario. Luego de
esto, la causa quedará en estado de tabla. Más tarde, el Presidente de la Corte de Apelaciones formará el último día hábil de cada
semana, una tabla por cada una de las salas que conforman la Corte, que indica los asuntos que, estando en estado de relación —esto
es, previamente revisados y certificados así por el relator correspondiente— se verán durante la semana siguiente (art. 69 del COT).
Sin perjuicio de ello, existen excepciones respecto de los recursos de amparo y las apelaciones relativas a la libertad de los imputados
u otras medidas cautelares personales en su contra, las que serán vistas por la sala que haya conocido por primera vez del recurso o de
la apelación, o que hubiere sido designada para tal efecto aunque no hubiere entrado a conocerlos.

Ejemplo de tabla de Corte de Apelaciones

Para formar estas tablas, las causas se agregan tan pronto como estén en estado y por el orden de su conclusión, sin prejuicio de lo
cual existen materias que cuentan con preferencia para su colocación, tal como lo indica el inc. 2º del art. 162 del CPC:

“Exceptúanse las cuestiones sobre deserción de recursos, depósito de personas, alimentos provisionales, competencia, acumulaciones,
recusaciones, desahucio, juicios sumarios y ejecutivos, denegación de justicia o de prueba y demás negocios que por la ley, o por
acuerdo del tribunal fundado en circunstancias calificadas, deban tener preferencia, las cuales se antepondrán a los otros asuntos desde
que estén en estado”.

Además, existen materias que deben ser agregadas extraordinariamente a la tabla correspondiente, las que se encuentran señaladas en
el art. 69 del COT:

“Serán agregados extraordinariamente a la tabla del día siguiente hábil al de su ingreso al tribunal, o el mismo día, en casos urgentes:

1º Las apelaciones relativas a la prisión preventiva de los imputados u otras medidas cautelares personales en su contra;

2º Los recursos de amparo, y

3º Las demás que determinen las leyes.

Se agregarán extraordinariamente, también, las apelaciones de las resoluciones relativas al auto de procesamiento señaladas en el
inciso cuarto, en causas en que haya procesados privados de libertad. La agregación se hará a la tabla del día que determine el
Presidente de la Corte, dentro del término de cinco días desde el ingreso de los autos a la Secretaría del Tribunal”.

Llegado el día en que, según lo indicado por la tabla, debe verse alguna causa, lo primero que debe ocurrir es la instalación del
tribunal. Esta es realizada por el Presidente de la Corte quien debe llamar, si es necesario, a los funcionarios que deben integrarla,
levantando acta al efecto en la que conste el nombre de los ministros asistentes y de los que no concurren con indicación del motivo.
Esta acta debe, además, ser autorizada por el secretario (art. 90 Nº 2 del COT).

Instalado el tribunal procede el trámite del anuncio, el que puede referirse a varias situaciones:

– A la comunicación que realizan los abogados al relator, antes del comienzo de la jornada, de que se presentarán a alegar en una
causa determinada y por cuánto tiempo lo harán (obviamente sin superar los tiempos máximos establecidos por la ley);

– A la comunicación que hace el relator de las causas que se verán efectivamente aquel día, de las suspendidas (por alguna de las
razones contenidas en el art. 165 del CPC) y de las que por cualquier motivo no se verán (art. 373 del COT);

No se puede cargar la forma

– También se refiere al acto que hace el relator de la causa en que da noticia de la causa que se verá a continuación; y

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– A la fijación en un lugar visible de la causa que se está viendo en ese mismo instante.

Al iniciar la vista de la causa, se realiza la relación de la misma (art. 223 del CPC), que es el trámite a través del cual el relator (art.
372 Nº 4 del COT) da a conocer a los miembros de la sala de qué trata el asunto que deben resolver, realizando un resumen de la
causa a través de una exposición metódica del contenido del expediente, de manera tal que los ministros queden enteramente
instruidos del asunto sometido a su conocimiento (art. 374 del COT). Además de la relación, los relatores deben dar cuenta de todo
vicio u omisión sustancial, falta o abuso que notaren en los procesos (art. 373 del COT). Terminada la relación, los abogados —que se
hubieren anunciado previamente con el relator— deben realizar sus alegatos (art. 223 del CPC), que consisten en las defensas orales
que estos realizan en audiencia pública frente a los miembros de la sala.

Todos los actos constitutivos de la vista de la causa se consideran la “citación para sentencia” en segunda instancia, de modo que, si
alguno de ellos se omite, se podría pedir la nulidad de la sentencia vía recurso de casación en la forma (Casarino, 2007, p. 106).

Es importante tener presente que, a propuesta del Presidente de la Corte, aprobado por el pleno por resolución fundada en razones de
buen servicio y con el objeto de precaver la eficiencia del sistema judicial para garantizar el acceso a la justicia o la vida o integridad
de las personas, se podrá autorizar un sistema de funcionamiento excepcional que permita realizar la vista de la causa por medios
remotos a través de videoconferencia. Este sistema tendrá una duración máxima de un año, prorrogable por una sola vez y por el
mismo período, sin necesidad de nueva solicitud (art. 68 bis del COT).

En esa perspectiva, el art. 16 transitorio de la Ley Nº 21.934 estableció la posibilidad de realizar alegatos por vía telemática, lo que
actualmente es de uso general en todas las Cortes del país. Adicionalmente, estas actuaciones están reglamentadas por el Acta
271-2021 de la Corte Suprema, de 13 de diciembre de 2021, que fijó el Auto acordado sobre audiencias y vista de causas por
videoconferencia.

Además, los letrados —y la ciudadanía en general— pueden conocer la instalación de las salas y su integración, presenciar las
relaciones y alegatos a través del “Monitor de Salas” disponible en la página web del Poder Judicial en el link: http//salas.pjud.cl.

Una vez terminada la vista de la causa, esta puede fallarse inmediatamente o bien, cuando alguno de los miembros del tribunal
requiera estudiar con más detenimiento el asunto, quedar en acuerdo (art. 82 del COT). Además de este motivo, la causa puede
“quedar en acuerdo” —es decir, no es fallada de inmediato— porque el tribunal decretó una medida para mejor resolver (art. 159 del
CPC) o porque se ha solicitado un informe en Derecho (art. 228 del CPC). Se ha dicho que el acuerdo es “el estudio, la discusión y la
adopción del fallo por parte de un tribunal colegiado” (Casarino, 2007, p. 107); el mecanismo para formar la voluntad plural que
manifiesta la Corte y que consiste en el fallo (Bordalí, 2020, p. 314); y la discusión privada del tribunal sobre el negocio que conocen,
tendientes a obtener el fallo o resolución de dicho asunto y que se otorga por medio de la valoración de los jueces hasta obtener la
mayoría legal (Oberg y Manso, 2011, p. 80).

Es importante mencionar que la forma en la que se adoptan los acuerdos en los tribunales colegiados se encuentra regulada
expresamente por la ley, en el art. 83 del COT:

“En los acuerdos de los tribunales colegiados, después de debatida suficientemente la cuestión o cuestiones promovidas, se observarán
las reglas siguientes para formular la resolución:

1º) Se establecerán primeramente con precisión los hechos sobre que versa la cuestión que debe fallarse, sin entrar en apreciaciones ni
observaciones que no tengan por exclusivo objeto el esclarecimiento de los hechos;

2º) Si en el debate se hubiere suscitado cuestión sobre la exactitud o falsedad de uno o más de los hechos controvertidos entre las
partes, cada una de las cuestiones suscitadas será resuelta por separado;

3º) La cuestión que ya hubiere sido resuelta servirá de base, en cuanto la relación o encadenamiento de los hechos lo exigiere, para la
decisión de las demás cuestiones que en el debate se hubieren suscitado;

4º) Establecidos los hechos en la forma prevenida por las reglas anteriores, se procederá a aplicar las leyes que fueren del caso, si el
tribunal estuviere de acuerdo en este punto;

5º) Si en el debate se hubieren suscitado cuestiones de derecho, cada una de ellas será resuelta por separado, y las cuestiones resueltas
servirán de base para la resolución de las demás; y

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6º) Resueltas todas las cuestiones de hecho y de derecho que se hubieren suscitado, las resoluciones parciales del tribunal se tomarán
por base para dictar la resolución final del asunto”.

Por último, debemos señalar que en cada Corte existirá una sala tramitadora, encargada, como su nombre lo indica, de dar tramitación
a los asuntos que ella reciba. En aquellas Cortes con más de una sala, la encargada de esta tarea será la primera. Ahora bien, para
dictar diligencias de mera substanciación, es decir, aquellas que solo dan curso progresivo a los autos, sin decidir ni prejuzgar ninguna
cuestión debatida entre las partes, bastará un solo ministro. Sin embargo, cuando una sala ya esté conociendo de un asunto,
corresponderá a esta dictar dichas providencias (art. 70 del COT).

3.8.2. Nombramiento

Los ministros y fiscales judiciales de las Cortes de Apelaciones son nombrados por el Presidente de la República, a propuesta en terna
de la Corte Suprema (art. 78 de la CPR). Los requisitos para ser ministro o fiscal de Corte de Apelaciones están contenidos en el art.
253 del COT, en los siguientes términos:

“Para ser ministro o fiscal judicial de Corte de Apelaciones se requiere:

1º Ser chileno;

2º Tener el título de abogado, y

3º Cumplir, tratándose de miembros del Escalafón Primario, con los requisitos que se establecen en la letra a) del artículo 284, y haber
aprobado el programa de perfeccionamiento profesional para ser ministro de Corte de Apelaciones. En ningún caso podrá ser ministro
de Corte de Apelaciones quien no haya desempeñado, efectiva y continuadamente, la función de juez letrado, por un año a lo menos.
Lo anterior es sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo 280.

Iguales requisitos se requerirán para ser designado secretario de la Corte Suprema”.

3.8.3. Inhabilidades e incompatibilidades

No pueden ser ministros de una misma Corte de Apelaciones los parientes consanguíneos o afines en línea recta, ni los parientes
colaterales hasta el segundo grado de consanguinidad o afinidad, inclusive (art. 258 del COT).

No puede ser nombrado ministro de Corte de Apelaciones —ni siquiera ser incluido en la terna elaborada para tal efecto— quien se
encuentre ligado por matrimonio o acuerdo de unión civil o tenga parentesco por consanguinidad hasta el tercer grado, por afinidad
hasta el segundo grado, o por adopción, con un ministro o fiscal judicial de la Corte Suprema (art. 259 del COT).

Ahora bien, si se diera el caso en que dos miembros de un mismo tribunal contrajeren matrimonio, celebraren un acuerdo de unión
civil o pasaren a tener alguno de los grados de parentesco antes indicados, estando ya en funciones, uno de ellos deberá ser trasladado
a un cargo de igual jerarquía (art. 259 del COT).

3.8.4. Subrogación

Si faltare alguno de los miembros de una Corte de Apelaciones o este fuere inhabilitado, quedando una sala sin el número de jueces
necesario para conocer y resolver de los asuntos, esta sala se integrará con otros miembros no inhabilitados del mismo tribunal, con
sus fiscales y con los abogados que se designen anualmente para este objeto, en este mismo orden. Sin embargo, las salas no podrán
funcionar con mayoría de abogados integrantes, tanto en el funcionamiento ordinario como en el extraordinario (art. 215 del COT).
En el caso de la Corte de Apelaciones de Santiago, sus salas se integrarán preferentemente con miembros de las salas que se
compongan de cuatro, según el orden de antigüedad.

Ahora bien, si en una sala de Corte de Apelaciones no quedare ningún miembro hábil, se deferirá el conocimiento del asunto a otra de
sus salas. Si la inhabilidad o el impedimento afectare a todos sus miembros, pasará el asunto a la Corte de Apelaciones que deba
subrogarla, conforme a lo dispuesto en el art. 216 del COT:

“Se subrogarán recíprocamente las Cortes de Apelaciones de Arica con la de Iquique; la de Antofagasta con la de Copiapó; la de La
Serena con la de Valparaíso; la de Santiago con la de San Miguel; la de Rancagua con la Talca; la de Chillán con la de Concepción y

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la de Temuco con la de Valdivia.

La Corte de Apelaciones de Puerto Montt será subrogada por la de Valdivia.

La Corte de Apelaciones de Punta Arenas lo será por la Puerto Montt.

La Corte de Apelaciones de Coihaique será subrogada por la de Puerto Montt.

En los casos en que no puedan aplicarse las reglas precedentes, conocerá la Corte de Apelaciones cuya sede esté más próxima a la de
la que debe ser subrogada”.

3.8.5. Deberes y prohibiciones de los ministros de Corte de Apelaciones

Los ministros de las Cortes de Apelaciones tienen los mismos deberes y prohibiciones que los jueces de letras, por lo que en este
punto nos remitimos a lo señalado en el apartado 3.1.5.

3.8.6. Materias que conocen las Cortes de Apelaciones

Las Cortes de Apelaciones, a pesar de ser consideradas por antonomasia los tribunales de segundo grado (Pereira, 1996, p. 310),
conocen asuntos en única, primera y segunda instancia, de acuerdo con lo señalado en el art. 63 del COT:

“Las Cortes de Apelaciones conocerán:

1º En única instancia:

a) De los recursos de casación en la forma que se interpongan en contra de las sentencias dictadas por los jueces de letras de su
territorio jurisdiccional o por uno de sus ministros, y de las sentencias definitivas de primera instancia dictadas por jueces árbitros.

b) De los recursos de nulidad interpuestos en contra de las sentencias definitivas dictadas por un tribunal con competencia en lo
criminal, cuando corresponda de acuerdo a la ley procesal penal;

c) De los recursos de queja que se deduzcan en contra de jueces de letras, jueces de policía local, jueces árbitros y órganos que ejerzan
jurisdicción, dentro de su territorio jurisdiccional;

d) De la extradición activa, y

e) De las solicitudes que se formulen, de conformidad a la ley procesal, para declarar si concurren las circunstancias que habilitan a la
autoridad requerida para negarse a proporcionar determinada información, siempre que la razón invocada no fuere que la publicidad
pudiere afectar la seguridad nacional.

2º En primera instancia:

a) De los desafueros de las personas a quienes les fueren aplicables los incisos segundo, tercero y cuarto del artículo 58 de la
Constitución Política;

b) De los recursos de amparo y protección, y

c) De los procesos por amovilidad que se entablen en contra de los jueces de letras, y

d) De las querellas de capítulos.

3º En segunda instancia:

a) De las causas civiles, de familia y del trabajo y de los actos no contenciosos de que hayan conocido en primera los jueces de letras
de su territorio jurisdiccional o uno de sus ministros, y

b) De las apelaciones interpuestas en contra de las resoluciones dictadas por un juez de garantía.

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4º De las consultas de las sentencias civiles dictadas por los jueces de letras.

5º De los demás asuntos que otras leyes les encomienden”.

Revisaremos ahora estos y otros asuntos que son conocidos por las Cortes de Apelaciones:

1. En única instancia:

Uno de los asuntos que las Cortes de Apelaciones conocen en única instancia, es el recurso de casación en la forma interpuesto en
contra de las sentencias dictadas por los juzgados de letras, por los ministros de las mismas Cortes actuando como jueces
unipersonales de excepción o por jueces árbitros. Este es un recurso extraordinario que busca invalidar determinadas sentencias
judiciales (art. 766 del CPC) por causales específicas previstas en la ley (art. 768 del CPC), las que tienen relación con vicios
cometidos en la tramitación del procedimiento o en el pronunciamiento de la sentencia.

Por otro lado, también se conocen en única instancia los recursos de nulidad penal, que buscan invalidar el juicio oral, total o
parcialmente, en conjunto con la sentencia definitiva, o solo esta última, de acuerdo con las causales expresamente previstas por la ley
(art. 372 del CPP). Específicamente, la Corte de Apelaciones conocerá de los recursos fundados en las causales del art. 373 letra b)
—siempre que no existan diversas interpretaciones en fallos de los tribunales superiores— y en las del art. 374, ambos del Código
Procesal Penal (art. 376 del CPP).

Otra de las materias que las Cortes de Apelaciones conocen en única instancia, son los recursos de queja, que tienen por finalidad
“corregir las faltas o abusos graves cometidos en la dictación de resoluciones de carácter jurisdiccional” (art. 545 del COT). Este
recurso solo procede respecto de sentencias interlocutorias que pongan término al juicio o hagan imposible su continuación o de
sentencias definitivas, y, en ambos casos, que no sean susceptibles de recurso alguno.

Las Cortes de Apelaciones conocen también en única instancia de la extradición activa, la que se genera en un procedimiento penal en
que se ha formalizado por un delito cuya pena privativa de libertad mínima excede de un año y el imputado se encuentra en el
extranjero. En este caso, el Ministerio Público —o el querellante, si no lo hiciera el primero— debe solicitar al juez de garantía que
eleve los antecedentes a la Corte de Apelaciones para que esta, si lo estima procedente, ordene que sea solicitada la extradición del
imputado. Lo mismo se aplica para los crímenes o simple delitos contemplados en el art. 6º del COT o cuando se pretende hacer
cumplir en el país una sentencia que condena a una pena privativa de libertad cuyo cumplimiento efectivo es superior a un año (art.
431 del CPP). Una vez recibidos los antecedentes, la Corte de Apelaciones fija una audiencia a la cual se cita al Ministerio Público, al
querellante en su caso, y al defensor del imputado, en la que se realiza una relación de los antecedentes y se concede la palabra a estos
intervinientes (art. 433 del CPP). Finalizada la audiencia, la Corte resolverá sobre la solicitud de extradición, decisión contra la que no
procede recurso alguno (art. 435 del CPP).

Otro asunto que se conoce en única instancia es la recusación de un juez de letras, conforme a lo dispuesto en el art. 204 del COT.
Además, la Corte de Apelaciones de Santiago conoce de la recusación de uno o más miembros de la Corte Suprema. Las sentencias
dictadas en los incidentes de recusación son inapelables (art. 205 del COT).

Además de estos, se conocen en única instancia las contiendas de competencia (art. 192 del COT), las que “serán resueltas por el
tribunal que sea superior común de los que estén en conflicto” (art. 190 del COT). Conforme con esta norma, las Cortes de
Apelaciones conocerán entonces de las contiendas de competencia suscitadas entre los tribunales inferiores y de los jueces árbitros de
primera, segunda o única instancia. Las contiendas suscitadas entre tribunales especiales o entre estos y tribunales ordinarios, serán
también resueltas por la Corte de Apelaciones de la cual dependan ambos o, en caso de que dependan de distintas Cortes, de la Corte
de Apelaciones que sea superior jerárquico del tribunal que haya prevenido en el conocimiento del asunto (art. 191 del COT).

Las Cortes de Apelaciones conocen también en única instancia de los recursos de hecho interpuestos en contra de resoluciones
dictadas por tribunales inferiores, que otorgan un recurso de apelación en el solo efecto devolutivo, debiendo concederlo también en el
suspensivo; en ambos efectos, cuando debió haberse concedido solo en el efecto devolutivo; cuando una apelación concedida sea
improcedente (art. 196 del CPC); o cuando se deniega un recurso de apelación que ha debido concederse (art. 203 del CPC). Estos
recursos buscan que se enmiende, con arreglo a Derecho, la resolución pronunciada erróneamente sobre el otorgamiento o denegación
del recurso de apelación.

Por último, conoce también en única instancia de las solicitudes formuladas con el objeto de que se declarare si concurren o no las

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circunstancias que habilitan a la autoridad requerida para negarse a proporcionar determinada información, siempre que la razón
invocada no fuere que la publicidad pudiere afectar la seguridad nacional, todo ello en virtud del art. 28 de la Ley Nº 20.285, sobre
acceso a la información pública.

2. En primera instancia:

Las Cortes de Apelaciones conocen de varios asuntos en primera instancia, es decir, de aquellos en que su resolución es susceptible de
recurso de apelación, generalmente ante la Corte Suprema.

En primer lugar, podemos mencionar el desafuero, que consiste en la autorización previa realizada por la Corte de Apelaciones de la
jurisdicción correspondiente, de que se forme una causa penal en contra de un senador, diputado, gobernador regional, delegado
presidencial regional o delegado presidencial provincial (arts. 416 y 423 del CPP), los que, de acuerdo a lo dispuesto en el art. 61 de la
CPR, no pueden ser acusados o privados de libertad salvo en el caso de delito flagrante y siempre que el tribunal de alzada
correspondiente autorice previamente la formación de la causa.

Esta materia se encuentra regulada en el art. 416 del CPP y ordena que el fiscal, si estimare que procede formular acusación por
crimen o simple delito o quisiere solicitar al juez de garantía la prisión preventiva u otra medida cautelar sobre una de estas personas,
remita los antecedentes a la Corte de Apelaciones correspondiente para que, si esta halla mérito, declare que ha lugar a la formación
de la causa. Lo mismo ocurre en caso de un delito de acción penal privada, caso en el que quien debe realizar tal solicitud es el
querellante, antes de que se admita a tramitación su querella por el juez de garantía.

Otros asuntos conocidos por las Cortes de Apelaciones en primera instancia son las acciones constitucionales de protección y amparo
—mal llamados “recursos”—, los que se encuentran regulados en los arts. 20 y 21 de la CPR.

El primero procede cuando existe una privación, perturbación o amenaza, por causa de actos u omisiones arbitrarios o ilegales, del
ejercicio legítimo de los derechos y garantías establecidos en los números 1º, 2º, 3º inciso quinto, 4º, 5º, 6º, 8º —cuando el derecho a
vivir en un medio ambiente libre de contaminación sea afectado por un acto u omisión ilegal imputable a una autoridad o persona
determinada—, 9º inciso final, 11º, 12º, 13º, 15º, 16º en lo relativo a la libertad de trabajo y al derecho a su libre elección y libre
contratación, y a lo establecido en el inciso cuarto, 19º, 21º, 22º, 23º, 24º y 25º, todos del art. 19 de la misma Constitución. Una vez
interpuesto, la Corte adoptará de inmediato las providencias necesarias para restablecer el imperio del Derecho y asegurar la debida
protección del afectado.

La acción de amparo, por su parte, procede respecto de todo individuo que se halle arrestado, detenido o preso, con infracción de lo
dispuesto en la Constitución o en las leyes, o en favor de toda persona que ilegalmente sufra cualquiera otra privación, perturbación o
amenaza en su derecho a la libertad personal y seguridad individual. Busca que se ordene se guarden las formalidades legales y se
adopten de inmediato las providencias necesarias para restablecer el imperio del Derecho y asegurar la debida protección del afectado.

También, las Cortes de Apelaciones conocen en primera instancia del amparo económico, regulado en la Ley Nº 18.971. Consiste en
una acción por medio de la cual se denuncia una infracción al art. 19 Nº 21 de la CPR, sin que sea necesario tener interés actual en los
hechos denunciados. Su procedimiento es el mismo que el establecido para el recurso de amparo y es susceptible de recurso de
apelación para ante la Corte Suprema (art. único Ley Nº 18.971).

Otro asunto conocido en primera instancia son los juicios de amovilidad de los jueces, en los que se declara que expira el cargo del
juez, ya que este no cuenta con el buen comportamiento que la CPR exige para permanecer en el cargo (art. 332 Nº 4 del COT). Por
cierto, basta la sentencia de primera instancia, dictada por la Corte de Apelaciones, para que el juez sea suspendido de sus funciones
(art. 335 Nº 2 del COT).

Por último, las Cortes de Apelaciones conocen en primera instancia de las querellas de capítulos, que buscan hacer efectiva la
responsabilidad criminal de jueces, fiscales judiciales y del Ministerio Público, por los actos que impliquen una infracción penada por
la ley y que han ejecutado en el ejercicio de sus funciones (art. 424 del CPP).

3. En segunda instancia:

En primer lugar, conocen de los recursos de apelación interpuestos en contra de resoluciones dictadas por los tribunales inferiores
(civiles, laborales y de familia, según corresponda). Además, conocen de los recursos de apelación interpuestos en contra de las

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sentencias definitivas o de las resoluciones que hagan imposible la continuación del juicio, que se dicten en los procedimientos
seguidos ante los juzgados de policía local (art. 32 de la Ley Nº 18.287).

En materia penal, debemos señalar en primer lugar que las resoluciones dictadas por el TJOP son inapelables (art. 364 del CPP). Sin
embargo, las resoluciones dictadas por el juez de garantía son apelables cuando pusieren término al procedimiento o hicieren
imposible su prosecución o lo suspendieren por más de treinta días, y cuando la ley lo señala expresamente (art. 370 del CPP). Y son
estas apelaciones las que conoce la Corte de Apelaciones respectiva en segunda instancia.

Como ejemplos de resoluciones que la ley señala expresamente como apelables en materia penal, encontramos la que decreta el
sobreseimiento, sea definitivo o temporal (art. 253 del CPP); la sentencia dictada en el procedimiento abreviado (art. 414 del CPP); la
resolución que declara inadmisible la querella (art. 115 del CPP); la resolución que declara el abandono de la querella (art. 120 inc.
final del CPP); la resolución que ordena, mantiene, niega lugar o revoca la prisión preventiva cuando se ha dictado en audiencia (art.
149 del CPP); la que niega o da lugar a medidas cautelares reales (art. 158 del CPP); la resolución que falla las excepciones de previo
y especial pronunciamiento de litispendencia, incompetencia y falta de autorización para proceder criminalmente (art. 271 del CPP);
la que se pronuncia acerca de la suspensión condicional del procedimiento (art. 237 del CPP); y, el auto de apertura de juicio oral
—aunque solo es recurrible por el Ministerio Público y debido a que se han excluidos pruebas por considerarse que provienen de
actuaciones o diligencias que hubieren sido declaradas nulas u obtenidas con inobservancia de garantías fundamentales— (art. 277 del
CPP).

4. Otros asuntos que conoce la Corte de Apelaciones:

Las Cortes de Apelaciones conocen también del trámite de consulta, que consiste en que una sentencia, dictada por un tribunal
inferior, es revisada por su superior jerárquico en el caso en que no lo haya sido por la vía del recurso de apelación. Tiene su
fundamento en razones de orden público y, actualmente, solo se aplica en casos muy específicos, como en los juicios de hacienda
(Casarino, 2007, p. 96).

3.9. Corte Suprema

Es un tribunal ordinario, de Derecho, letrado, permanente y colegiado, que posee la jerarquía más alta de todos los tribunales de la
República y que, como tal, ejerce la superintendencia directiva, correccional y económica sobre todos ellos —exceptuando al Tribunal
Constitucional, el Tribunal Calificador de Elecciones y los Tribunales Electorales Regionales— (art. 82 de la CPR). Al ubicarse en la
cúspide del orden jurisdiccional, es garante del respeto a los derechos fundamentales y la correcta y uniforme aplicación de la
Constitución y las leyes (Casarino, 2007, p. 114). En cuanto al territorio, la Corte Suprema “tiene la plenitud de la competencia
territorial, de modo que el factor territorio de la competencia no tiene aplicación en lo que a ella respecta” (Colombo, 2017, p. 409).

Su origen se remonta al Reglamento de Administración de Justicia de 1811, con el nombre de Tribunal Supremo Judicatario. Luego,
la Constitución Política del Estado de Chile de 1822 hacía referencia al Tribunal Supremo de Justicia (art. 160), y la de 1823 a la
Suprema Corte de Justicia. Desde la CPR de 1828 (art. 93) se le llama Corte Suprema.

Desde la entrada en vigencia del CPC, en 1903, la Corte Suprema es, por antonomasia, el tribunal de casación de nuestro
ordenamiento procesal. Cuando la Corte Suprema resuelve un recurso de casación ejerce sin duda la función jurisdiccional, pues
decide un caso concreto y actual. Sin embargo, al resolver un recurso de casación en el fondo, ejerce además una especie de función
legislativa, pues fija un criterio interpretativo de la norma que tendrá aplicación para el futuro (Pereira, 1996, p. 341).

La Corte Suprema tiene su sede en Santiago, por ser la capital de la República (art. 94 del COT), y se compone de veintiún miembros,
llamados ministros, uno de los cuales es su Presidente. El Presidente de la Corte Suprema es nombrado por la misma Corte de entre
sus miembros, durando dos años en sus funciones y sin posibilidad de ser reelegido. Los demás ministros de la Corte Suprema gozan
de precedencia los unos respecto de los otros por el orden de su antigüedad. Además, la Corte Suprema tendrá un fiscal judicial, un
secretario, un prosecretario y ocho relatores (art. 93 del COT).

La Corte Suprema tiene también abogados integrantes, que integran las salas subrogando a los ministros de la forma que veremos en
el apartado 3.9.4. Para estos efectos, el Presidente de la República debe designar a doce abogados, los que desempeñarán estas
funciones por un periodo de tres años (art. 219 del COT). Si bien se ha indicado que la presencia de abogados integrantes aporta
especialización al tribunal y reduce la carga de trabajo de los ministros, su figura ha sido varias veces criticada, lo que ha llevado a la
proposición de ideas que buscan reforzar su independencia e imparcialidad o bien, derechamente su eliminación del sistema

31
(Larroucau, 2020, pp. 167-169).

Por último, existen también cinco oficiales auxiliares, quienes forman parte de la Secretaría de la Corte, que prestan servicios como
escribientes de los ministros. Estos son también nombrados por el Presidente de la República, a propuesta de la misma Corte
Suprema, y duran tres años en funciones (art. 498 inc. 3º del COT).

3.9.1. Funcionamiento

La Corte Suprema, al igual que las Cortes de Apelaciones, funciona en pleno o en sala, teniendo además un funcionamiento ordinario
y uno extraordinario. Este último se aplica, sin embargo, cuando la Corte así lo determine (art. 95 inc. 1º del COT), sin que rijan al
respecto las normas del retardo.

En cuanto al funcionamiento en sala, la Corte Suprema funciona ordinariamente dividida en tres salas especializadas y,
extraordinariamente, en cuatro. Durante este último funcionamiento, la misma Corte designará los relatores interinos que estime
necesarios. En todo caso, las salas deben funcionar con no menos de cinco jueces cada una. La distribución de los ministros entre las
diversas salas y las materias que conocerá cada una, tanto para el funcionamiento ordinario como para el extraordinario, deberá
realizarse mediante auto acordado, y esta será invariable por a lo menos dos años (art. 99 del COT). Actualmente, durante su
funcionamiento ordinario, la Corte se divide en tres salas: Primera Sala o Sala Civil; Segunda Sala o Sala Penal y Tercera Sala o Sala
Constitucional y Contenciosa Administrativa. A ellas se agrega la Cuarta Sala o Sala Laboral y Previsional, durante el funcionamiento
extraordinario (acta Nº 107-2017, de 28 de julio de 2017, modificada por el acuerdo AD Nº 139-2019).

Cada sala será presidida por el ministro más antiguo, salvo que esté presente el Presidente de la Corte Suprema, quien podrá integrarse
—de forma facultativa— a cualquiera de las salas (art. 95 del COT). La distribución de los asuntos entre las salas del tribunal,
corresponderá también al Presidente de la Corte, quien deberá formar la tabla para cada una de ellas, según el orden de preferencia
que estas tengan (art. 105 Nº 2 del COT).

En cuanto al funcionamiento en pleno, este debe sesionar con la concurrencia de a lo menos once ministros (art. 95 del COT). Sin
embargo, la regla general es el funcionamiento en sala pues solo se conoce en pleno los asuntos que aparecen expresamente señalados
en el art. 96 del COT. Además, esta idea se refuerza en el art. 98 Nº 10 del COT que entrega a las salas el conocimiento de todos los
negocios que sean competencia de la Corte Suprema y que no estén asignados expresamente al conocimiento del pleno.

Los asuntos se verán en cuenta o previa vista de la causa, de la misma forma que en las Cortes de Apelaciones y, en materia de
acuerdos, también es aplicable lo ya visto respecto de estos tribunales. Es también importante mencionar que de acuerdo a lo
dispuesto en el art. 98 bis del COT, la Corte Suprema, por razones de buen servicio con el objeto de cautelar la eficiencia del sistema
judicial, para garantizar el acceso a la justicia o la vida o integridad de las personas, podrá autorizar por resolución fundada la
adopción de un sistema excepcional que habilite la realización de la vista de las causas en forma remota por videoconferencia. Dicha
propuesta debe ser elaborada por su presidente y aprobada por el pleno, teniendo una duración máxima de un año, prorrogable por una
vez y por el mismo periodo.

En cuanto a la substanciación de los asuntos, corresponde al Presidente de la Corte Suprema “atender al despacho de la cuenta diaria y
dictar los decretos o providencias de mera sustanciación de los asuntos de que corresponda conocer al tribunal, o a cualquiera de sus
salas” (art. 105 Nº 3 del COT).

Por último, es necesario señalar que la Corte Suprema debe, el primer día hábil de marzo de cada año, iniciar sus funciones en
audiencia pública a la que concurren también su fiscal judicial y los miembros y fiscales judiciales de la Corte de Apelaciones de
Santiago, en la que el Presidente de la Corte Suprema dará cuenta del trabajo efectuado por el tribunal en el año judicial anterior; del
trabajo que haya quedado pendiente para el año que se inicia; de los datos contenidos en la estadística que le hayan sido remitidos por
los Presidentes de las Cortes de Apelaciones, relativo al movimiento de causas y demás negocios de estos tribunales, de los cuales
deberán dar su apreciación y señalar las medidas que fuere necesario adoptar para mejorar la administración de justicia; y de las dudas
y dificultades que hayan ocurrido a los tribunales superiores en la inteligencia y aplicación de las leyes, y de los vacíos que noten en
ellas y de que se haya dado cuenta al Presidente de la República (art. 102 del COT).

3.9.2. Nombramiento

La Corte Suprema se compone de veintiún ministros, cinco de los cuales deberán ser abogados extraños a la administración de

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justicia, tener a lo menos quince años de título y haberse destacado en la actividad profesional o universitaria y cumplir los demás
requisitos que señale la ley orgánica constitucional respectiva (art. 78 de la CPR).

Los ministros de la Corte Suprema —al igual que sus fiscales judiciales— son nombrados por el Presidente de la República, a
propuesta en quina de la misma Corte, y con acuerdo del Senado por dos tercios de sus miembros en ejercicio, en sesión
especialmente convocada al efecto (art. 78 de la CPR). Si no se lograre la aprobación de la propuesta realizada por el Presidente de la
República, la Corte Suprema debe completar la quina con un nuevo nombre que reemplace al rechazado.

De acuerdo con el art. 254 del COT, para ser ministro de la Corte Suprema se requiere ser chileno, tener el título de abogado y,
tratándose de abogados ajenos al poder judicial, haber ejercido la profesión por a lo menos quince años (para llenar esta vacante, la
nómina se formará exclusivamente, previo concurso público de antecedentes, con abogados que cumplan con estos requisitos). Si se
trata de miembros del escalafón primario del Poder Judicial, se debe cumplir además con lo previsto en el art. 283 del COT, que
señala que la Corte Suprema enviará al Presidente de la República una lista de cinco personas, en la que deberá figurar el ministro
más antiguo de Corte de Apelaciones que esté en lista de méritos. Los otros cuatro nombres deben ser llenados teniendo en
consideración los merecimientos de los candidatos (art. 78 de la CPR).

3.9.3. Inhabilidades e incompatibilidades

En esta materia debemos señalar que, al igual que respecto de los ministros de Cortes de Apelaciones y jueces letrados, quienes hayan
tenido los cargos de Presidente de la República, Ministros de Estado, Delegados Presidenciales Regionales, Delegados Presidenciales
Provinciales o Gobernadores Regionales, no podrán ser nombrados ministros de la Corte Suprema sino un año después de haber
cesado en el desempeño de sus funciones administrativas.

3.9.4. Subrogación

Si la Corte Suprema o alguna de sus salas quedare sin el número de jueces necesario para el conocimiento y resolución de las causas,
deberá integrarse con los miembros no inhabilitados de la misma Corte, o con el fiscal del mismo tribunal o los abogados designados
anualmente para este objeto (art. 217 del COT). Respecto de estos últimos, la misma Corte determinará la o las salas que cada uno de
ellos deba integrar de preferencia, atendiendo sus especialidades. De entre los abogados designados preferentemente a una misma
sala, el llamamiento se realizará de acuerdo al orden de su designación en la lista de nombramiento. Cuando no sea posible llamar a
quienes hayan sido asignados preferentemente a una sala, se llamará a los demás abogados integrantes también en el orden de su
designación (art. 217 del COT). Es importante señalar que la Corte no podrá funcionar con mayoría de abogados integrantes, ni en su
funcionamiento ordinario ni en el extraordinario (art. 218 del COT).

Si la Corte Suprema no pudiera funcionar por inhabilidad de la mayoría o la totalidad de sus miembros, será integrada por ministros
de la Corte de Apelaciones de Santiago, quienes serán llamados por orden de antigüedad (art. 218 del COT).

3.9.5. Deberes y prohibiciones de los ministros de Corte Suprema

Los ministros de la Corte Suprema tienen los mismos deberes y prohibiciones que los ministros de las Cortes de Apelaciones y, por lo
tanto, que los jueces de letras, por lo que nos remitimos a lo señalado en el punto 3.1.5.

Sin embargo, debemos agregar que el ministro de la Corte Suprema que sea cónyuge o que tenga un acuerdo de unión civil o
parentesco de consanguinidad hasta el tercer grado inclusive, por afinidad hasta el segundo grado, o por adopción, con un miembro
del Poder Judicial, no podrá tomar parte alguna en asuntos en que este pueda tener interés (art. 259 del COT).

3.9.6. Materias que conoce la Corte Suprema

En este punto, distinguiremos entre los asuntos que la Corte Suprema conoce en sala y en pleno.

a) Las salas especializadas de la Corte Suprema conocerán de las siguientes materias (art. 98 del COT):

– De los recursos de casación en el fondo, es decir, aquellos que buscan invalidar una sentencia que se haya pronunciado con
infracción de ley que haya influido substancialmente en lo dispositivo del fallo;

– De los recursos de casación en la forma interpuestos contra las sentencias dictadas por las Cortes de Apelaciones o por un tribunal

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arbitral de segunda instancia constituido por árbitros de Derecho en los casos en que estos árbitros hayan conocido de negocios de la
competencia de dichas Cortes. Estos recursos deben estar fundados en algunas de las causales contenidas en el art. 768 del CPC y que
tienen relación con la omisión de determinados requisitos legales formales o procedimientos viciados;

– De los recursos de nulidad interpuestos en contra de las sentencias definitivas dictadas por los tribunales con competencia en lo
criminal, cuando corresponda de acuerdo a la ley procesal penal. Este recurso busca la nulidad total o solo la parcial del juicio oral y
de la sentencia, cuando en cualquier etapa del procedimiento o en el pronunciamiento de la sentencia se hubieren infringido
sustancialmente derechos o garantías aseguradas por la Constitución o por los tratados internacionales ratificados por Chile, o en el
pronunciamiento de la sentencia se hubiere hecho una errónea aplicación del Derecho que hubiere influido sustancialmente en lo
dispositivo del fallo, o bien, se incurra en algunos de los motivos absolutos de nulidad (arts. 373 y 374 del CPP);

– De las apelaciones deducidas contra las sentencias dictadas por las Cortes de Apelaciones en los recursos de amparo y de
protección (arts. 20 y 21 de la CPR);

“Santiago, veinte de agosto de dos mil veintiuno.

Al escrito folio Nº 94080-2021: a lo principal: téngase presente; al otrosí: no ha lugar a los alegatos solicitados.

Vistos:

Se confirma la sentencia apelada de fecha veintitrés de julio de dos mil veintiuno, dictada por la Corte de Apelaciones de Talca.

Regístrese y devuélvase.

Rol Nº 56.115-2021”.

– De los recursos de revisión —es decir, de aquellos que proceden respecto de una sentencia firme o ejecutoriada por alguno de los
supuestos previstos por el art. 810 del CPC;

– De las apelaciones de las resoluciones que recaigan sobre las querellas de capítulos, que ya explicamos en el apartado 3.8.6 (art.
427 del CPP);

– En segunda instancia, de las causas a que se refieren los números 2º y 3º del art. 53 del COT, es decir, de las demandas civiles que
se entablen contra uno o más miembros o fiscales judiciales de las Cortes de Apelaciones para hacer efectiva su responsabilidad por
actos cometidos en el desempeño de sus funciones, y de las causas de presas y demás que deban juzgarse con arreglo al Derecho
internacional que, como ya vimos, conoce el Presidente de la Corte Suprema en primera instancia;

– De los recursos de queja, es decir, de aquellos que tienen por exclusiva finalidad corregir las faltas o abusos graves cometidos en la
dictación de resoluciones de carácter jurisdiccional (art. 545 del COT), pero la aplicación de medidas disciplinarias será de la
competencia del tribunal pleno;

– De los recursos de queja en juicio de cuentas —que es aquel a través del cual se persigue la responsabilidad de quienes intervienen
en la administración, recaudación, custodia e inversión de los fondos o bienes sometidos a la fiscalización de la Contraloría General
de la República— contra las sentencias de segunda instancia dictadas con falta o abuso, con el solo objeto de poner pronto remedio al
mal que lo motiva;

– De las solicitudes que se formulen, de conformidad a la ley procesal, para declarar si concurren las circunstancias que habilitan a
la autoridad requerida para negarse a proporcionar determinada información o para oponerse a la entrada y registro de lugares
religiosos, edificios en que funcione una autoridad pública o recintos militares o policiales;

– De los demás negocios judiciales que corresponda conocer a la Corte Suprema y que no estén entregados expresamente al
conocimiento del pleno. En este punto, podemos mencionar los siguientes ejemplos:

o El recurso de apelación contra la sentencia dictada por la Corte de Apelaciones respectiva, al conocer de un recurso de amparo
económico (art. único de la Ley Nº 18.971);

o El recurso de unificación de jurisprudencia en materia laboral, cuando respecto de la materia de Derecho objeto del juicio

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existieren distintas interpretaciones sostenidas en uno o más fallos firmes emanados de Tribunales Superiores de Justicia (arts. 483 y
ss. del CdT);

o Las recusaciones de los ministros de una Corte de Apelaciones (art. 204 del COT);

o El trámite de exequatur, a través del cual la Corte autoriza el cumplimiento en Chile de una resolución dictada por un tribunal
extranjero (arts. 242 y ss. del CPC);

o La extradición pasiva, cuando un país solicite a Chile la entrega de una persona que se encuentre en el territorio nacional y que en
el país requirente estuviese imputado de un delito o condenado a una pena privativa de libertad de duración superior a un año (art. 440
del CPP);

o Los exhortos internacionales, cuando hayan de practicarse actuaciones en país extranjero o se reciban comunicaciones de tribunales
extranjeros para practicar diligencias en Chile (art. 76 del CPC);

o La reclamación por pérdida de nacionalidad (art. 12 de la CPR);

o La determinación de si una sentencia penal es injustificadamente errónea o arbitraria (art. 19 Nº 7 letra i) de la CPR);

o Los recursos de casación en la forma y en el fondo contra sentencias de las Cortes Marciales (art. 171 del Código de Justicia
Militar); y

o La apelación de resoluciones en que una Corte de Apelaciones declare de oficio su incompetencia (art. 209 del CPC).

b) Corresponde al pleno de la Corte Suprema (art. 96 del COT):

– Conocer de las apelaciones que se deduzcan en las causas por desafuero de las personas a quienes le fuere aplicable el art. 61 de la
CPR;

– Conocer en segunda instancia, de los juicios de amovilidad fallados en primera por las Cortes de Apelaciones o por el Presidente
de la Corte Suprema, seguidos contra jueces de letras o ministros de Cortes de Apelaciones, respectivamente;

– Ejercer las facultades administrativas, disciplinarias y económicas que las leyes le asignan, sin perjuicio de las que les
correspondan a las salas en los asuntos de que estén conociendo. En uso de tales facultades, podrá determinar la forma de
funcionamiento de los tribunales y demás servicios judiciales, fijando los días y horas de trabajo en atención a las necesidades del
servicio;

– Informar al Presidente de la República, cuando se solicite su dictamen, sobre cualquier punto relativo a la administración de
justicia y sobre el cual no exista cuestión de que deba conocer;

– Informar las modificaciones que se propongan a la Ley Orgánica Constitucional relativa a la Organización y Atribuciones de los
Tribunales, de acuerdo a lo dispuesto en el art. 77 de la CPR;

– Conocer y resolver, por la mayoría de los miembros en ejercicio, la concesión o revocación de la libertad condicional, en los casos
en que se hubiere impuesto el presidio perpetuo calificado;

– Conocer de todos los asuntos que leyes especiales le encomiendan expresamente, entre los que encontramos los siguientes:

o El recurso de casación en el fondo, cuando cualquiera de las partes solicite que el recurso sea conocido y resuelto por el pleno del
tribunal, fundado en que la Corte Suprema, en fallos diversos, ha sostenido distintas interpretaciones sobre la materia de derecho
objeto del recurso (art. 780 del CPC);

o Confeccionar, cada cinco años, la tabla de emplazamiento a la que se refiere el art. 259 del CPC;

o Otorgar el título de abogado (art. 521 del COT); y

o Realizar el sorteo para la designación de los integrantes del Tricel (art. 95 de la CPR).

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3.10. Tribunales arbitrales

El art. 222 del COT, señala que “se llaman árbitros, los jueces nombrados por las partes, o por la autoridad judicial en subsidio, para la
resolución de un asunto litigioso”. De acuerdo con el art. 5º del COT que se analizó al inicio de este capítulo, son uno de los
tribunales a los que corresponde el conocimiento de los asuntos judiciales promovidos dentro del territorio nacional. A pesar de que
no pertenecen al Poder Judicial y se establecen solo por un período determinado de tiempo, conociendo, por regla general, en primera
o única instancia (Orellana, 2018, p. 206), disponen, como tribunales que son, de todo el poder jurisdiccional —salvo de disponer de
la fuerza pública para el cumplimiento de sus resoluciones—, y tienen todas las cargas y obligaciones que impone su deber (Colombo,
2017, p. 471).

Los tribunales arbitrales se componen del juez árbitro —o jueces, cuando son más de uno— y del actuario, quien actúa como ministro
de fe del tribunal arbitral y tiene como función autorizar los actos y resoluciones. Al respecto, es necesario realizar algunas
precisiones (Oberg y Manso, 2011, p. 97):

a) En el caso de los árbitros de Derecho, todas las actuaciones deben realizarse ante un ministro de fe, quien es designado por el
árbitro. Si no lo hubiere, podrá designarse en esta calidad a cualquier persona.

b) Si se trata de un juez partidor, todas las actuaciones deben ser autorizadas por un secretario de los tribunales superiores de justicia,
por un notario o por un secretario de juzgado de letras.

c) En el caso de árbitros arbitradores o mixtos, debe estarse primeramente a lo acordado por las partes. Únicamente en su defecto, el
juez practicará las actuaciones solo o con la asistencia de un ministro de fe, según lo estime conveniente (art. 639 del CPC). La
sentencia definitiva que dictan necesariamente debe ser autorizada por un ministro de fe o por dos testigos en su defecto (art. 640 del
CPC).

En cuanto al cumplimiento de lo resuelto, sus fallos producen acción de cosa juzgada. No obstante, el tribunal llamado a la ejecución
de las sentencias será el juez de letras que se encuentra en la sede del tribunal arbitral (Colombo, 2017, p. 475). La carencia de la
facultad de ejecutar sus resoluciones, esencial a la actividad jurisdiccional, además de varios otros argumentos, ha llevado a Bordalí a
sostener que el arbitraje es un equivalente jurisdiccional, no una expresión de la actividad jurisdiccional en toda regla (Bordalí, 2020,
p. 355).

Por último, podemos señalar que la obligación de los árbitros de desempeñar su cargo cesa en los siguientes casos (art. 240 del COT):

– Si las partes ocurren de común acuerdo a la justicia ordinaria o a otros árbitros solicitando la resolución del negocio;

– Si fueren maltratados o injuriados por alguna de las partes;

– Si contrajeren enfermedad que les impida seguir ejerciendo sus funciones; y

– Si por cualquiera causa tuvieren que ausentarse del lugar donde se sigue el juicio.

Por su parte, el compromiso —que veremos a continuación— concluye por revocación hecha por las partes de común acuerdo.

3.10.1. Clasificación

Los tribunales arbitrales se pueden clasificar atendiendo a los siguientes criterios:

– Según sus facultades: encontramos al árbitro de Derecho, que falla con arreglo a la ley y se somete a las reglas establecidas para
los jueces ordinarios, según la naturaleza de la acción, tanto en la tramitación de los asuntos como en la dictación de la sentencia
definitiva; árbitro arbitrador o amigable componedor, que falla obedeciendo a lo que le dicte su prudencia y equidad —y no a su mero
arbitrio o capricho, sino que busca detectar lo que es justo en el caso particular (Orellana, 2018, p. 203)—, sin encontrarse obligado a
seguir otras reglas que las expresadas por las partes en el acto constitutivo del compromiso o, a falta de ellas, las que contenidas en el
CPC; y árbitro mixto, que falla conforme a Derecho pero en cuanto al procedimiento se sujeta a las mismas reglas que los árbitros
arbitradores (art. 223 del COT).

– Según las materias que conoce: encontramos arbitraje forzoso, que es aquel que procede respecto de materias que la ley

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expresamente ha ordenado que sean resueltas por estos tribunales; y arbitraje facultativo o voluntario, en los casos en que, no estando
prohibido pero tampoco ordenado por la ley, las partes podrán decidir si someterlos o no al conocimiento de jueces árbitro. Estas
materias las revisaremos en la sección 3.10.4.

– Según quien los nombra: encontramos árbitros que son nombrados por las partes (a través de los instrumentos denominados
compromiso o cláusula compromisoria); árbitros que son nombrados por el tribunal; y por último aquellos que son nombrados por la
ley. Sobre esto nos referiremos en el apartado siguiente.

– Según el número de jueces: los tribunales arbitrales pueden ser unipersonales, es decir, solo un árbitro conoce y resuelve el asunto;
o colegiados, pudiendo ser dos o más los árbitros encargados del conocimiento y fallo, todos los cuales deben concurrir tanto al
pronunciamiento de la sentencia como a cualquier acto de substanciación del juicio, salvo que las partes acuerden otra cosa (art. 237
del COT). Además, en el caso de los tribunales arbitrales colegiados, las partes pueden nombrar a un tercero encargado de dirimir las
discordias que puedan generarse entre ellos, o bien, autorizarlos para que los mismos árbitros sean quienes lo nombren (art. 233 del
COT). De esta forma, cuando los árbitros no logren ponerse de acuerdo, se reunirá con ellos el tercero y procederán de acuerdo con
las normas de los acuerdos de las Cortes de Apelaciones (art. 237 inc. 2º del COT).

– Según la instancia en que conocen y deciden el asunto: los tribunales arbitrales pueden conocer primera o única instancia,
dependiendo de si procede o no el recurso de apelación en contra de sus sentencias. Al respecto, el art. 239 del COT señala que contra
una sentencia arbitral se pueden interponer los recursos de apelación y casación, para ante el tribunal que habría conocido de ellos si
se hubiera acudido a la justicia ordinaria. Sin embargo, las partes pueden renunciar a estos recursos o someterlos también a arbitraje.
Ahora bien, respecto de las sentencias pronunciadas por árbitros arbitradores, no procederá jamás el recurso de casación en el fondo y
el de apelación solo lo hará cuando las partes, en el instrumento en que constituyen el compromiso, expresaren que se reservan este
recurso para ante otros tribunales arbitrales del mismo carácter, designándolos (art. 239 del COT).

3.10.2. Nombramiento

Los jueces árbitros pueden ser nombrados por las partes, por el juez, por el causante —ya que su testamento puede contener la
designación del juez partidor, de acuerdo a lo dispuesto en el art. 1324 del CC— o por la ley. Empero, respecto a esta última, debemos
señalar que la ley no es aceptada de forma unánime como fuente del arbitraje. En nuestra legislación encontramos casos en que se
indica el organismo que actuará en calidad de árbitro —como, p. ej., la Superintendencia de Compañías de Seguros que, en ciertas
ocasiones, actúa como árbitro arbitrador—. Sin embargo, se ha sostenido que estos serían más bien tribunales especiales, con carácter
permanente, creados por la ley y con jurisdicción para resolver todos los asuntos que la misma ley señala (Oberg y Manso, 2011, p.
97).

En cuanto a los requisitos para ser juez árbitro, puede ser nombrado en esta calidad “toda persona mayor de edad, con tal de que tenga
la libre disposición de sus bienes y sepa leer y escribir” (art. 225 del COT). Sin embargo, los árbitros de Derecho deben ser abogados
habilitados para el ejercicio de la profesión, al igual que los jueces partidores (art. 1323 del CC).

Ahora bien, cuando son nombrados por las partes, para que los jueces árbitros puedan entrar a conocer de un asunto, se requiere
previamente la celebración de ciertas convenciones que, pese a realizarse antes del proceso, tienen naturaleza procesal. Además, estos
acuerdos son de naturaleza pública, pues privan a los tribunales de justicia del ejercicio de una potestad pública que le es propia y, al
mismo tiempo, la persona natural que ejerce la función de árbitro asume el rol de un agente público (Pereira, 1996, p. 388). Se trata
del compromiso, la cláusula compromisoria y el pacto de compromisario, que pasaremos a revisar a continuación:

– El compromiso es una convención (acto jurídico bilateral) a través del cual las partes de un conflicto jurídico actual acuerdan
sustraerlo del ámbito de conocimiento de los tribunales ordinarios (Orellana, 2018, p. 209; Oberg y Manso, 2011, p. 93) y someterlo a
la resolución de un árbitro que designan, obligándose a cumplir sus disposiciones y concurriendo los demás requisitos legales
(Pereira, 1996, p. 389). Si se trata de una materia de arbitraje voluntario y el árbitro no acepta el cargo, el asunto deberá, por lo tanto,
someterse a la justicia ordinaria (Díaz, 2017, p. 441). En cambio, si la materia del asunto es objeto de arbitraje forzoso, deberá hacerse
a través de este último procedimiento judicial.

El nombramiento del árbitro deberá realizarse por escrito, debiendo indicarse en el instrumento el nombre y apellido de las partes
litigantes y del árbitro nombrado y el asunto sometido al juicio arbitral. Si faltare alguna de estas menciones, el nombramiento no
valdrá. Puede también indicarse las facultades que se confieren al árbitro, y el lugar y tiempo en que deba desempeñar sus funciones
(art. 234 del COT).

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Si no se expresare la calidad con que es nombrado el juez árbitro, se entenderá que este es un árbitro de Derecho. Además, si no se
indicare el lugar en que debe seguirse el juicio, se entenderá que debe hacerse en aquel en que se ha celebrado el compromiso; si no se
indicare tiempo, se entenderá que el árbitro debe evacuar su encargo —dictar sentencia, aunque esta no sea notificada o no se hayan
interpuesto los recursos correspondientes— en el término de dos años contados desde su aceptación, plazo que se entenderá
suspendido en caso de que, durante el arbitraje, se deban elevar los autos a un tribunal superior o paralizar el procedimiento por
resolución de estos mismos tribunales (art. 235 del COT).

– La cláusula compromisoria, por su parte, es la estipulación a través de la cual las partes de un contrato, previniendo conflictos
futuros o eventuales (Oberg y Manso, 2011, p. 94), acuerdan someter su solución a arbitraje, designando además, si así lo quieren, al
respectivo compromisario (Pereira, 1996, p. 393). Si no hay acuerdo en la persona del árbitro, este es designado por el juez. Se ha
señalado que esta cláusula puede hacer referencia también a un litigio actual o eventual, sin designar la persona del árbitro (Díaz,
2017, p. 441) en ese mismo momento, pero que sí se realizará en el futuro (Orellana, 2018, p. 211).

Ejemplo de cláusula compromisoria

“DÉCIMO QUINTO: Cualquier dificultad que se suscite entre las partes en relación a este contrato, con motivo de su validez,
aplicación o cumplimiento, o por cualquier causa será sometida al conocimiento y fallo de un árbitro mixto, en única instancia, y en
contra de sus resoluciones no procederá recurso alguno. Las partes designarán de común acuerdo la persona del árbitro; en caso de no
haber acuerdo, el árbitro será designado por la justicia ordinaria a solicitud de cualquiera de los contratantes”.

– Por último, el pacto de compromisario se genera cuando el árbitro acepta la designación que se le ha hecho. Esta aceptación debe
ser expresa y está sujeta a la formalidad del juramento de desempeñar el cargo con la debida fidelidad y en el menor tiempo posible
(art. 236 del COT).

Ejemplo de pacto compromisario

ACEPTA EL CARGO DE JUEZ ÁRBITRO

S. J. L. de Arica (1º)

ROBERTO CRUCES FAÚNDEZ, abogado, en autos sobre juicio sumario de designación de árbitro, caratulados “VEGA con
MANCILLA”, causa Rol C-264-2021, a US. respetuosamente digo:

Que, habiendo tomado conocimiento de la sentencia dictada en los presentes autos, y en conformidad a lo dispuesto en el artículo 236
del Código Orgánico de Tribunales, vengo en aceptar expresamente el cargo de juez árbitro encomendado en autos, jurando
desempeñarlo con la debida fidelidad y en el menor tiempo posible.

POR TANTO, en mérito de lo expuesto y dispuesto en el art. 236 del COT,

RUEGO A US., tener por aceptado el cargo de juez árbitro, jurando desempeñarlo con la debida fidelidad y en el menor tiempo
posible.

Finalmente, el nombramiento del árbitro puede llevarse a cabo por la justicia ordinaria, es decir, por el juez de letras respectivo, lo que
procede cuando en la cláusula compromisoria no se ha designado el árbitro o se trata de un arbitraje forzoso (art. 222 del COT). Para
esta designación deben tenerse presentes los criterios que prescribe el Acta Nº 43-2019 de la Corte Suprema, de 19 de enero de 2019,
que indica que el juez ordinario deberá designar preferentemente a los árbitros inscritos en los registros que confeccionan las Cortes
de Apelaciones, atendiendo a la especialidad del árbitro y procurando la alternancia de los inscritos. Solo excepcionalmente se podrá
nombrar árbitros fuera de la nómina.

3.10.3. Inhabilidades e incompatibilidades

No pueden ser jueces árbitros quienes litigan como partes en un determinado juicio, salvo en materia sucesoria y respecto del
nombramiento de juez partidor (arts. 1324 y 1325 del CC). Tampoco puede serlo el juez que esté conociendo del litigio, salvo que
alguna de las partes tenga algún vínculo de parentesco con él, que autorice su implicancia o recusación (art. 317 del COT).

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Por último, no pueden ser árbitros los fiscales judiciales —salvo que, al igual que en el caso de los jueces, mantuviere con alguna de
las partes del litigio algún vínculo de parentesco que autorice su implicancia o recusación— ni los notarios (art. 480 del COT).

3.10.4. Materias que están dentro de la competencia de los tribunales arbitrales

En este punto, distinguiremos materias de arbitraje forzoso y facultativo. En cuanto al arbitraje forzoso, deben ser resueltas por jueces
árbitros las siguientes materias (art. 227 del COT):

– La liquidación de una sociedad conyugal o de una sociedad colectiva o en comandita civil, y la de las comunidades;

– La partición de bienes, es decir, todo el procedimiento tendiente a la distribución de bienes que quedan al fallecimiento del
causante, poniendo fin a la comunidad hereditaria (Colombo, 2017, p. 477);

– Las cuestiones a que diere lugar la presentación de la cuenta del gerente o del liquidador de las sociedades comerciales y los demás
juicios sobre cuentas;

– Las diferencias que ocurrieren entre los socios de una sociedad anónima, o de una sociedad colectiva o en comandita comercial, o
entre los asociados de una participación, en el caso en que en la escritura social se hubiera omitido hacer la designación de si las
diferencias que les ocurran durante la sociedad deberán ser o no sometidas a la resolución de arbitradores, y en el primer caso, la
forma en que deba hacerse el nombramiento. Se entenderá entonces que las cuestiones que se susciten entre los socios, ya sea durante
la sociedad o al tiempo de la disolución, serán sometidas a compromiso (art. 415 del Código de Comercio); y,

– Los demás que determinen las leyes. En este punto encontramos, p. ej., el pacto de una cláusula compromisoria (salvo que se trate
de un arbitraje prohibido), caso en el que si el asunto es llevado a la justicia ordinaria procede la excepción de incompetencia del
tribunal, incluso de oficio (Colombo, 2017, p. 478).

Sin embargo, sobre las materias señaladas en el art. 227 del COT, debemos tener presente que los interesados pueden resolver por sí
mismos estos negocios, si todos ellos tienen la libre disposición de sus bienes y concurren al acto. Además, y en el caso de las causas
de separación judicial, declaración de nulidad del matrimonio o divorcio, los interesados de común acuerdo pueden solicitar al juez
que conoce el procedimiento que liquide la sociedad conyugal o el régimen de participación en los gananciales que hubo entre los
cónyuges.

Sobre los casos de arbitraje forzoso se ha hecho un reproche de inconstitucionalidad, ya que se privaría a los litigantes del acceso
efectivo a la jurisdicción, vulnerando su derecho a la tutela judicial efectiva (Bordalí, 2020, p. 358).

Vistas las materias de arbitraje forzoso, y para poder revisar las de arbitraje facultativo, debemos necesariamente detenernos en las
materias de arbitraje prohibido, en las que, por razones de orden público se entrega el conocimiento de estos asuntos a los tribunales
de justicia (Colombo, 2017, p. 479). Entre ellas encontramos:

– Asuntos penales (art. 230 del COT);

– Juicios de alimentos (art. 229 del COT);

– Separación de bienes entre marido y mujer (art. 229 del COT);

– Causas en que deba ser oído el ministerio público fiscal (art. 357 del COT);

– Juicio de nulidad;

– Juicios ejecutivos;

– Causas sobre el estado civil de las personas;

– Asuntos que afecten los bienes de las corporaciones o fundaciones de Derecho público (arts. 230, 257.5 y 358.1 del COT);

– Asuntos voluntarios;

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– Asunto de competencia de los Juzgados de Policía Local (art. 230 del COT);

– Causas que se susciten entre un represente legal y su representado (art. 230 del COT); y,

– Causas en que debe ser oído el fiscal judicial (art. 230 del COT).

En cuanto al arbitraje facultativo, rige la norma de que, fuera de los casos de arbitraje prohibido, las partes pueden pactar libremente si
someten o no un caso al conocimiento de tribunales arbitrales. Además, aparte de las materias constitutivas de arbitraje forzoso que ya
revisamos, nadie puede ser obligado a someter un asunto al juicio de árbitros (art. 228 del COT).

4. Auxiliares de la administración de justicia

Los auxiliares de la administración de justicia, son funcionarios que “coadyuvan en la labor de impartir justicia”, realizando “labores
colaborativas esenciales para que, mediante un proceso judicial, los jueces puedan decir el derecho en los casos en que han sido
llamados a intervenir” (Bordalí, 2020, p. 369). En todo caso, esta definición debe ser matizada tratándose de algunos auxiliares
—como sucede respecto de los notarios y conservadores, que revisaremos más adelante—.

Así, encontramos auxiliares que mantienen un vínculo material con un tribunal, formando parte de él (como los secretarios y
relatores); otros mantienen con ellos solo un vínculo funcional, relacionándose con los tribunales atendidas sus labores (como los
receptores y archiveros); y por último, están los que se encuentran desvinculados de los tribunales (como los notarios y
conservadores) (Larroucau, 2020, p. 318).

Es necesario también precisar que no todos los auxiliares son funcionarios públicos con remuneración pagada por el Estado. Los
defensores públicos que no sean de Santiago y Valparaíso, los notarios, archiveros, conservadores, receptores y procuradores del
número, recibirán los honorarios que les correspondan con arreglo a su respectivo arancel, de modo que sus servicios son pagados por
las partes o usuarios (art. 492 del COT).

Los auxiliares de la administración de justicia son nombrados por el Presidente de la República, previa propuesta de la Corte Suprema
o de la Corte de Apelaciones respectiva, en conformidad a las disposiciones contenidas en el párrafo tercero del Título X del COT
(art. 459 del COT). Además, se debe tener en cuenta lo previsto por el Acta 105-2021 de la Corte Suprema, de 28 de abril de 2021,
que estableció el Auto Acordado sobre sistema de nombramientos en el Poder Judicial. Conforme a esta norma, entre los principios
rectores de estos procedimientos se encuentran el de mérito, igualdad, no discriminación, inclusión, transparencia, publicidad, ética,
integridad y probidad.

Antes de desempeñar sus cargos, todos deben prestar juramento o promesa al magistrado correspondiente, presencialmente o por vía
remota mediante videoconferencia, en el sentido de ejercer su empleo de conformidad a lo que establece la Constitución Política y las
leyes de la República (art. 471 del COT).

En lo sucesivo, únicamente se hará alusión a las particularidades de cada nombramiento, remitiéndonos en lo demás a estas normas.

4.1. Fiscalía Judicial

La Fiscalía Judicial es un organismo servido por los fiscales judiciales que integran los tribunales superiores de justicia (Bordalí,
2020, p. 372). Tiene como principal objetivo representar ante los tribunales de justicia el interés general de la sociedad (Orellana,
2018, p. 253), formular dictámenes sobre puntos de Derecho en causas civiles y en los casos que la ley establece, y dar su opinión
cuando así lo requieran los tribunales a los que sirve, en las causas que estos estuvieren conociendo y sobre materias relacionadas con
el respectivo proceso (Oberg y Manso, 2011, p. 120).

Es necesario señalar que, pese a la similitud de su denominación, no guardan relación con los fiscales del Ministerio Público, a
quienes se asignan funciones completamente diferentes —relativas a la dirección exclusiva de la investigación de los hechos
constitutivos de delito, los que determinen la participación punible y los que acrediten la inocencia del imputado, al ejercicio de la
acción penal pública y a la adopción de medidas para proteger a las víctimas y a los testigos— y no son auxiliares de la
administración de justicia.

De acuerdo con el art. 352 del COT, los fiscales judiciales gozan de la misma inamovilidad que los jueces y tienen también el
tratamiento de “Señoría”, siéndoles aplicable los mismos honores y prerrogativas de los jueces.

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La fiscalía judicial se rige por los principios de unidad e indivisibilidad, pues es ejercida por el fiscal judicial de la Corte Suprema
—quien es el jefe del servicio— y por los fiscales judiciales de las Cortes de Apelaciones (art. 350 del COT). Sus funciones se limitan
a los negocios judiciales y a los de carácter administrativo del Estado en que una ley requiera especialmente su intervención. Sin
embargo, y a pesar de que ejerce sus funciones en estrecha relación con los tribunales de justicia, rige a su respecto el principio de
independencia, pudiendo en consecuencia defender los intereses que le están encomendados en la forma que sus convicciones se lo
dicten y estableciendo las conclusiones que crea conformes con la ley (art. 360 del COT).

4.1.1. Nombramiento

Los fiscales judiciales se nombran de la misma forma que los ministros de las Cortes de Apelaciones y de la Corte Suprema (art. 78 de
la CPR), por lo que nos remitimos a lo señalado en su momento en los apartados 3.8.2 y 3.9.2. Es necesario señalar, además, que no
pueden ser fiscales judiciales quienes no pueden ser jueces de letras (art. 464 del COT), ni podrán serlo de un determinado tribunal
quienes tengan relación de parentesco con alguno de los jueces del mismo, ya sean parientes consanguíneos o afines en línea recta, o
colaterales que se hallen dentro del segundo grado de consanguinidad o afinidad (arts. 469 y 258 del COT).

Estos auxiliares, por su parte, prestan juramento o promesa ante el presidente del tribunal del que formen parte, presencialmente o por
vía remota (art. 471 del COT).

4.1.2. Funciones de los fiscales judiciales

La fiscalía judicial tiene dos grandes competencias (Bordalí, 2020, p. 374): en primer lugar, colaborar en la vigilancia de la conducta
de los jueces y demás funcionarios judiciales; y, en segundo lugar, velar por el interés público en determinados negocios judiciales,
para lo cual elaboran dictámenes —los que, sin embargo, no son vinculantes para el juez—.

Los fiscales judiciales obran, según la naturaleza de los negocios, como parte principal, como terceros o como auxiliares del juez (art.
354 del COT). Cuando actúan como parte principal, deben figurar en todos los trámites del juicio, participando como cualquier
litigante —lo que, sin embargo, actualmente casi no ocurre— (Orellana, 2018, pp. 254-255); en cambio, cuando actúan como terceros,
p. ej., cuando la ley ordena que deben ser oídos, o como auxiliares del juez, cuando este les solicita informes sin estar obligado por la
ley, bastará que antes de la sentencia o decreto definitivo, examine el proceso y exponga las conclusiones que estimen procedentes
(art. 355 del COT).

En cuanto a sus concretas funciones, encontramos las siguientes:

Al fiscal judicial de la Corte Suprema le corresponde (art. 353 del COT):

– Vigilar a los ministros o fiscales judiciales de las Cortes de Apelaciones y, por sí o por medio de cualquier fiscal judicial de las
Cortes de Apelaciones, la conducta funcionaria de los demás tribunales y empleados del orden judicial (exceptuando a los miembros
de la Corte Suprema), para el solo efecto de dar cuenta a este último tribunal de las faltas, abusos o incorrecciones que notare, con el
objeto que de este, si lo estima procedente, haga uso de las facultades correccionales, disciplinarias y económicas que la Constitución
y las leyes le confieren; y

– Transmitir y hacer cumplir al fiscal judicial que corresponda, los requerimientos que el Presidente de la República realice con
respecto a la conducta ministerial de los jueces y demás empleados del Poder Judicial, para que reclame las medidas disciplinarias que
correspondan, del tribunal competente, o para que, si hubiere mérito bastante, entable la correspondiente acusación.

La fiscalía judicial, además, debe ser oída en las siguientes materias (art. 357 del COT):

– En las contiendas de competencia suscitadas por razón de la materia de la cosa litigiosa o entre tribunales que ejerzan competencia
de diferente clase;

– En los juicios sobre responsabilidad civil de los jueces o de cualesquiera empleados públicos, por sus actos ministeriales;

– En los juicios sobre estado civil de alguna persona;

– En los negocios que afecten los bienes de las corporaciones o fundaciones de Derecho público, siempre que el interés de las
mismas conste del proceso o resulte de la naturaleza del negocio y cuyo conocimiento corresponda al tribunal indicado en el art. 50

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del COT;

– Y, en general, en todo negocio respecto del cual las leyes prescriban expresamente la audiencia o intervención del ministerio
público.

Además, pueden los tribunales pedir a la fiscalía judicial que emita un dictamen en los casos que estimen conveniente, a excepción de
la competencia criminal (art. 359 del COT).

Por último, debemos señalar como especial función de los fiscales judiciales de las Cortes de Apelaciones, el integrar las salas cuando
no se cuente con el número de ministros necesario para el conocimiento y resolución de los asuntos, por falta o inhabilidad de algunos
de sus miembros (art. 215 del COT). Lo mismo aplica para el fiscal judicial de la Corte Suprema (art. 217 del COT).

4.2. Defensores públicos

Los defensores públicos son los encargados de defender ante los tribunales de justicia los derechos e intereses de los menores, de los
incapaces, de los ausentes y de las obras pías o de beneficencia (Oberg y Manso, 2011, p. 125).

De acuerdo con lo dispuesto en el art. 365 del COT, habrá por lo menos un defensor público en el territorio jurisdiccional de cada
juzgado de letras. En determinadas comunas (las que pertenezcan a las provincias de Chacabuco y Santiago, con excepción de las
comunas de San Joaquín, La Granja, La Pintana, San Ramón, San Miguel, La Cisterna, El Bosque, Pedro Aguirre Cerda y Lo Espejo),
habrá dos defensores, quienes se turnarán mensualmente en el ejercicio de sus funciones.

4.2.1. Nombramiento

En cuanto a normas especiales, encontramos que, al igual que los fiscales judiciales, no pueden ser defensores públicos quienes no
pueden ser jueces de letras (art. 464 del COT). Además, tampoco podrán serlo quienes sean parientes de alguno de los jueces de letras
de su respectivo territorio jurisdiccional, ya sea, consanguíneos o afines en línea recta, o colaterales que se hallen dentro del segundo
grado de consanguinidad o afinidad (arts. 469 y 258 del COT).

4.2.2. Funciones de los defensores públicos

Los defensores públicos tienen funciones obligatorias y facultativas. En cuanto a las primeras, el art. 366 del COT señala que debe ser
oído:

– En los juicios que se susciten entre un representante legal y su representado;

– En los actos de los incapaces o de sus representantes legales, de los curadores de bienes, de los menores habilitados de edad, para
los cuales exija la ley autorización o aprobación judicial;

– Y, en general, en todo negocio respecto del cual las leyes prescriban expresamente la audiencia o intervención del ministerio de los
defensores públicos o de los parientes de los interesados.

Además, como función obligatoria, les corresponde asumir la representación de un ausente cuyo paradero se ignore, siempre que su
mandatario carezca de facultades para contestar nuevas demandas y mientras este obtenga la habilitación de su propia personería o se
nombre un apoderado especial (art. 367 inc. 2º del COT).

Por su parte, los arts. 367, 368 y 369 del COT indican sus funciones facultativas, señalando que pueden:

– Representar en asuntos judiciales a los incapaces, a los ausentes y a las fundaciones de beneficencia u obras pías, que no tengan
guardador, procurador o representante legal, pudiendo también ejercitar las acciones que las leyes conceden en favor de estas personas
u obras pías, ya sea contra el representante legal de las mismas o contra otros (art. 367 del COT);

– Velar por el recto desempeño de las funciones de los guardadores de incapaces, de los curadores de bienes, de los representantes
legales de las fundaciones de beneficencia y de los encargados de la ejecución de obras pías, pudiendo provocar la acción de la
justicia en beneficio de estas personas y de estas obras, siempre que lo estime conveniente al exacto desempeño de dichas funciones
(art. 368 del COT);

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– Ser oídos por los jueces en los negocios que interesen a los incapaces, a los ausentes, a las herencias yacentes, a los derechos de
los que están por nacer, a las personas jurídicas o a las obras pías, siempre que lo estimen conveniente (art. 369 del COT).

Además, los defensores públicos subrogan a los jueces de letras en los casos en que el secretario no pueda reemplazarlo y no pueda
tener lugar las reglas de subrogación del art. 212 del COT (art. 213 del COT).

4.3. Relatores

Son los auxiliares de la administración de justicia encargados de dar a conocer el contenido de los expedientes a los jueces de los
tribunales superiores de justicia, realizando una exposición razonada y metódica de los asuntos entregados a la competencia de las
Cortes, para que estas puedan compenetrarse de los mismos (Casarino, 2007, p. 105). Empero, es necesario mencionar que en materia
penal la vista de los recursos no contempla el trámite de la relación (art. 358 inc. 3º del CPP).

Cabe señalar que los relatores forman parte del Escalafón Primario del Poder Judicial (art. 267 del COT).

4.3.1. Nombramiento

En cuanto a los requisitos para ser relator, se requieren las mismas condiciones que para ser juez de letras de comuna o agrupación de
comunas (arts. 463 y 464 del COT). Son nombrados por el Presidente de la República y, para proveer el cargo, la Corte Suprema o la
Corte de Apelaciones respectiva someterá a este una terna —aunque, excepcionalmente, podrá acordar por mayoría absoluta de sus
miembros en ejercicio, omitir la terna y someter al Presidente de la República una propuesta uninominal—. La propuesta —en terna o
unipersonal— debe ser formulada previo concurso resuelto en base a los antecedentes de los candidatos y al resultado de un examen
personal, el que debe incluir hacer la relación de una o más causas (art. 285 del COT).

Una vez nombrados, deben prestar juramento o promesa ante el presidente del tribunal del que formen parte, presencialmente o por
vía remota (art. 471 del COT).

4.3.2. Funciones de los relatores

De acuerdo con el COT, los relatores tienen las siguientes funciones:

– Dar cuenta diaria de las solicitudes que se presenten en calidad de urgentes, de las que no pudieren ser despachadas por la sola
indicación de la suma y de los negocios que la Corte mandare pasar a ellos (art. 372 Nº 1 del COT);

– Poner en conocimiento de las partes o sus abogados el nombre de las personas que integran el tribunal, en el caso a que se refiere
el art. 173 del CPC (art. 372 Nº 2 del COT);

– Revisar los expedientes físicos o digitales que se les entreguen o asignen y certificar que están en estado de relación. En caso de
que sea necesario traer a la vista los documentos, cuadernos separados y expedientes no acompañados o realizar trámites procesales
previos a la vista de la causa, informará de ello al presidente de la Corte, el cual dictará las providencias que correspondan (art. 372 Nº
3 del COT);

– Hacer relación de los procesos (art. 372 Nº 4 del COT), lo que consiste en la exposición razonada y metódica del contenido del
expediente de los asuntos conocidos por las Cortes. La relación debe llevarse a cabo de manera tal que la Corte quede enteramente
instruida del asunto sometido a su conocimiento, dando razón de todos los documentos y circunstancias que puedan contribuir a aquel
objeto (art. 374 del COT);

– El día de la vista de cada causa, anotar los nombres de los jueces que hubieren concurrido a ella, si no fuere despachada
inmediatamente (art. 372 Nº 5 del COT);

– Cotejar con los procesos los informes en Derecho, y anotar bajo su firma la conformidad o disconformidad que notaren entre el
mérito de estos y los hechos expuestos en aquellos (art. 372 Nº 6 del COT);

– Dar cuenta a la Corte de todo vicio u omisión sustancial que notaren en los procesos, a fin de que el tribunal resuelva si ha de
realizarse previamente algún trámite (art. 222 inc. 1º del CPC); así como de los abusos que pudieren dar mérito a que la Corte ejerza
sus atribuciones disciplinarias (arts. 539 y 540 del COT) y de todas aquellas faltas o abusos que las leyes castigan con multas

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determinadas (art. 373 del COT).

4.4. Los Secretarios

Los secretarios de los tribunales “son ministros de fe pública encargados de autorizar, salvo las excepciones legales, todas las
providencias, despachos y actos emanados de aquellas autoridades, y de custodiar los procesos y todos los documentos y papeles que
sean presentados a la Corte o juzgado en que cada uno de ellos debe prestar sus servicios” (art. 379 del COT).

4.4.1. Nombramiento

Para ser secretario de un juzgado de letras, se requiere tener el título de abogado (art. 466 del COT), mientras que para ser secretario
de la Corte Suprema o de una Corte de Apelaciones, se exigen los mismos requisitos que para ser juez de letras de comuna o
agrupación de comunas (art. 463 del COT). Son nombrados por el Presidente de la República (art. 263 del COT) y deben prestar
juramento o promesa de desempeñar el cargo con apego a lo establecido por la Constitución y las leyes y, al igual que en el caso de
los relatores y fiscales judiciales, los secretarios de Corte deben hacerlo ante el Presidente del tribunal del que forman parte,
presencialmente o por vía remota mediante videoconferencia (art. 471 del COT).

4.4.2. Funciones

A los secretarios les corresponde (art. 380 del COT):

– Dar cuenta diariamente —a la Corte o juzgado en que presten sus servicios— de las solicitudes que presentaren las partes;

– Dar a conocer las providencias o resoluciones a los interesados que acudieren a la oficina para tomar conocimiento de ellas,
registrando en la carpeta electrónica las modificaciones que hicieren, y practicar las notificaciones por el estado diario;

– Dar conocimiento —a cualquier persona que lo solicite— de los procesos que tengan archivados en sus oficinas, y de todos los
actos emanados de la Corte o juzgado, salvo los casos en que el procedimiento deba ser secreto por disposición expresa de la ley;

– Guardar con el conveniente arreglo los procesos y demás papeles de su oficina, sujetándose a los órdenes e instrucciones que la
Corte o juzgado respectivo les diere sobre el particular;

– Dentro de los seis meses de estar practicada la visita del juez de letras correspondiente de que trata el art. 564 del COT, enviarán
los procesos iniciados en su oficina y que estuvieren en estado, al archivo correspondiente;

– Autorizar los poderes o mandatos judiciales que puedan otorgarse ante ellos;

– Y las demás funciones que les impongan las leyes. Entre ellas encontramos:

• Realizar al juez de letras la relación de los incidentes y el despacho diario de mero trámite (art. 381 del COT);

• Hacer la relación de la tabla ordinaria, en las Cortes de Apelaciones de una sala, durante los días de la semana que acuerde el
tribunal (art. 383 del COT);

• Confeccionar los siguientes registros electrónicos (art. 384 y 386 del COT):

o De sentencias definitivas dictadas en los asuntos civiles, contenciosos o no contenciosos, con la debida firma electrónica avanzada
del juez o jueces involucrados, y de las sentencias interlocutorias que pongan término al juicio o hagan imposible su continuación;

o De los depósitos de todos los dineros que sea necesario que estén a disposición de los tribunales de justicia;

o De las resoluciones relativas al régimen económico y disciplinario del juzgado;

o De los acuerdos de tribunales colegiados que se celebren en asuntos administrativos;

o De los juramentos que tomen los presidentes de los tribunales colegiados; y

o De las integraciones y asistencia de los miembros de los tribunales colegiados;

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• Dictar —en el caso de que sean secretarios letrados de juzgados civiles— por sí solos las sentencias interlocutorias, autos y
decretos, providencias o proveídos, salvo cuando ello pudiere importar poner término al juicio o hacer imposible su continuación (art.
33 del CPC);

• Certificar la ejecutoriedad de la sentencia definitiva (art. 174 del CPC);

• Liquidar las costas de las causas (art. 140 del CPC);

• Realizar los procedimientos de pública subasta.

No puede dejar de mencionarse que en los tribunales que no cuenten con secretario, algunas de estas funciones son asumidas por el
jefe de la unidad de administración de causas (art. 389 G del COT).

4.5. Los administradores de tribunales

Son los auxiliares de la administración de justicia encargados de organizar y controlar la gestión administrativa de los tribunales en
que desempeñan sus funciones (art. 389 A del COT). Se establecieron por la Ley Nº 19.665, de 9 de marzo de 2000, que modificó el
COT en el contexto de la reforma a la justicia penal.

Si bien se encuentran regulados en los arts. 389 A y ss. del COT como administradores de tribunales con competencia en lo criminal,
esta regulación es de general aplicación, pues se extiende a los administradores de los juzgados con competencia común (art. 3º de la
Ley Nº 20.252); de familia (art. 118 de la LJF); de letras del trabajo y de cobranza laboral y previsional (arts. 3º y 9º de la Ley Nº
20.022).

4.5.1. Nombramiento

Para ser administrador de un tribunal se requiere estar en posesión de un título profesional relacionado con las áreas de administración
y gestión, otorgado por una universidad o instituto profesional, de una carrera de a lo menos ocho semestres de duración. Sin
embargo, en los juzgados de garantía de asiento de comuna o agrupación de comunas, la Corte de Apelaciones respectiva podrá
autorizar el nombramiento de un administrador con un título técnico de nivel superior o título profesional de las mismas áreas, de una
carrera con una duración menor a la señalada (art. 389 C del COT).

No podrán ser administradores de un determinado tribunal quienes sean parientes de alguno de los jueces del mismo, ya sea,
consanguíneos o afines en línea recta, o bien colaterales que se hallen dentro del segundo grado de consanguinidad o afinidad (arts.
469 y 258 del COT).

Serán nombrados de una terna elaborada por el juez presidente del tribunal, luego de un concurso público que será resuelto por el
comité de jueces del respectivo tribunal (art. 389 D del COT).

4.5.2. Funciones de los administradores de tribunales

Corresponde a los administradores de tribunales (art. 389 B del COT):

– Dirigir las labores administrativas propias del funcionamiento del tribunal o juzgado, bajo la supervisión del juez presidente del
comité de jueces;

– Proponer al comité de jueces la designación del subadministrador, de los jefes de unidades y de los empleados del tribunal;

– Proponer al juez presidente la distribución del personal;

– Evaluar al personal a su cargo;

– Distribuir las causas a los jueces o a las salas del respectivo tribunal, conforme con el procedimiento objetivo y general aprobado;

– Remover al subadministrador, a los jefes de unidades y al personal de empleados, de conformidad al art. 389 F del COT;

– Llevar la contabilidad y administrar la cuenta corriente del tribunal, de acuerdo a las instrucciones del juez presidente;

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– Dar cuenta al juez presidente acerca de la gestión administrativa del tribunal o juzgado;

– Elaborar el presupuesto anual, que deberá ser presentado al juez presidente a más tardar en el mes de mayo del año anterior al
ejercicio correspondiente, y que deberá contener una propuesta detallada de la inversión de los recursos que requerirá el tribunal en el
ejercicio siguiente;

– Adquirir y abastecer de materiales de trabajo al tribunal, en conformidad con el plan presupuestario aprobado para el año
respectivo;

– Ejercer las demás tareas que le sean asignadas por el comité de jueces o el juez presidente o que determinen las leyes.

4.6. Receptores

Los receptores “son ministros de fe pública encargados de hacer saber a las partes, fuera de las oficinas de los secretarios, los decretos
y resoluciones de los Tribunales de Justicia, y de evacuar todas aquellas diligencias que los mismos tribunales les cometieren”.
Además deben recibir las informaciones sumarias de testigos en actos de jurisdicción voluntaria o en juicios civiles, y actuar en estos
últimos como ministros de fe en la recepción de la prueba testimonial y en la diligencia de absolución de posiciones (art. 390 del
COT).

Estos auxiliares de la administración de justicia se encuentran al servicio de la Corte Suprema, de las Cortes de Apelaciones y de los
juzgados de letras del territorio jurisdiccional al que estén adscritos, ejerciendo sus funciones en todo este territorio. Incluso, pueden
practicar las actuaciones ordenadas por el tribunal en otra comuna comprendida dentro del territorio jurisdiccional de la misma Corte
de Apelaciones. Existe además una norma especial relativa a los receptores del territorio jurisdiccional de la Corte de Apelaciones de
Santiago, quienes podrán ejercer sus funciones en el territorio jurisdiccional de la Corte de Apelaciones de San Miguel y viceversa,
sin que se requiera de exhorto de sus tribunales (art. 391 del COT). Sin embargo, se requerirá de autorización del juez que está
conociendo el asunto mediante una resolución judicial.

En cuanto al número de receptores existente en cada comuna o agrupación de comunas, este será determinado por el Presidente de la
República, previo informe de la Corte de Apelaciones respectiva. Sin embargo, mediante una resolución fundada, los tribunales
pueden designar un “receptor ad hoc”, quien será un empleado de la secretaría del mismo tribunal y para el solo efecto de que
practique una diligencia determinada, que no es posible realizar por ausencia, inhabilidad u otro motivo calificado que afecte a los
receptores (art. 392 del COT).

4.6.1. Nombramiento

Los receptores judiciales son nombrados por el Presidente de la República, previa propuesta de la Corte de Apelaciones respectiva
(art. 459 del COT). Para ser receptor se requiere tener a lo menos veinticinco años de edad, poseer las cualidades requeridas para
ejercer el derecho de sufragio en las elecciones populares y acreditar la aptitud necesaria para desempeñar el cargo (art. 467 del COT).

4.6.2. Funciones de los receptores

Como ya dijimos al dar su concepto legal, los receptores se encargan de:

– Practicar las notificaciones, poniendo en conocimiento de las partes, fuera de las oficinas de los secretarios, de los decretos y
resoluciones dictados por los tribunales de justicia en las causas en que estos intervienen;

Ejemplo de acta de notificación

En Villa Alemana, a once de abril del dos mil veintidós, siendo las dieciocho horas con treinta y cinco minutos, en Av. Arturo Pratt #
692, Oficina 202, notifiqué por cédula a ANTONIA ISABEL DÍAZ TAPIA de la SENTENCIA de fecha 22-03-2022.- Cédula con
copia de todo lo anterior más los datos necesarios para su acertada inteligencia, las dejé adheridas a la puerta del inmueble, por no
haber acudido nadie a recibirme, pese a mis reiterados llamados.- Envié carta certificada.- Doy fe.- Derechos $30.000.-

LUIS ERNESTO RODRÍGUEZ LÓPEZ (FIRMA ELECTRÓNICA AVANZADA)

– Recibir las informaciones sumarias de testigos en las causas voluntarias o juicios civiles;

46
– Actuar como ministros de fe en la recepción de prueba testimonial y en la absolución de posiciones realizadas en juicios civiles;

– Realizar el requerimiento de pago al deudor en los juicios ejecutivos (art. 443 Nº 1 del CPC) y de arrendamiento;

– Proceder a la realización de los embargos (art. 450 del CPC) y retiro de especies (art. 455 del CPC).

4.7. Procuradores del número

Los procuradores del número “son oficiales de la administración de justicia encargados de representar en juicio a las partes” (art. 394
del COT). En cada comuna o agrupación de comunas existirá la cantidad de procuradores del número que determine el Presidente de
la República, previo informe de la Corte de Apelaciones respectiva.

4.7.1. Nombramiento

A este respecto rige lo mismo que para los receptores judiciales, por lo que nos remitimos a lo ya indicado en el apartado 4.6.1.

4.7.2. Funciones del procurador del número

Los procuradores del número deben representar los derechos de una parte en juicio, lo que se concreta por medio de un acto que
constituye un mandato regido por las reglas del Código Civil para estos contratos (art. 395 del COT), manteniendo, sin embargo,
algunas particularidades. Este mandato no termina por la muerte del mandante (art. 396 del COT) y, además de la recta ejecución del
mandato, el procurador del número está obligado a (art. 397 del COT):

– Dar los avisos convenientes sobre el estado de los asuntos que tuvieren a su cargo, o sobre las providencias y resoluciones que en
ellos se libraren, a los abogados a quienes estuviere encomendada la defensa de los mismos asuntos;

– Servir gratuitamente a los pobres, para lo cual los jueces de letras designarán cada mes y por turno a los procuradores que deban
defender las causas civiles y del trabajo de las personas que hubieren obtenido o debieran gozar del privilegio de pobreza (art. 595 del
COT).

4.8. Notarios

Los notarios “son ministros de fe pública encargados de autorizar y guardar en su archivo los instrumentos que ante ellos se otorgaren,
de dar a las partes interesadas los testimonios que pidieren, y de practicar las demás diligencias que la ley les encomiende” (art. 399
del COT).

Existirá a lo menos un notario en cada comuna o agrupación de comunas que constituya territorio jurisdiccional de jueces de letras
(art. 400 del COT). En los territorios jurisdiccionales formados por una agrupación de comunas y previo informe favorable de la Corte
de Apelaciones respectiva, el Presidente de la República podrá crear nuevas notarías dentro del territorio de una comuna determinada,
sin perjuicio de lo cual los notarios podrán ejercer sus funciones dentro de todo el territorio del juzgado de letras en lo civil que
corresponda.

En las comunas en que exista más de una notaría, el Presidente de la República asignará a cada una de ellas una numeración
correlativa, independientemente del nombre de quienes las sirvan. Además, por expresa disposición legal, ningún notario podrá
ejercer sus funciones fuera de su respectivo territorio (art. 400 inc. final del COT).

En virtud de lo dispuesto en los arts. 429 y ss. del COT, todo notario deberá llevar un protocolo, es decir, un libro que se formará
insertando las escrituras que se hayan otorgado ante él, siguiendo el orden numérico que les haya correspondido en el libro repertorio.
En este último se dejará registro de las escrituras públicas y documentos protocolizados, a los que se asignará un número siguiendo
rigurosamente el orden de presentación. Por otra parte, los notarios también deberán llevar un libro índice público, en el que anotarán
las escrituras por orden alfabético de los otorgantes; y otro privado, donde anotarán, de la misma forma, los testamentos cerrados.

4.8.1. Nombramiento

Para ser notario se requieren de las mismas condiciones que para ser juez de letras de comuna o agrupación de comunas, al igual que
en el caso de los relatores y secretarios (art. 463 del COT). Sin embargo, existen normas especiales que señalan que no pueden ser
notarios (art. 465 del COT):

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– Los que se hallaren en interdicción por causa de demencia o prodigalidad;

– Los que se hallaren procesados por crimen o simple delito; y

– Los que estuvieren sufriendo la pena de inhabilitación para cargos y oficios públicos.

4.8.2. Funciones de los notarios

El art. 401 del COT se encarga de enumerar las funciones de los notarios. A saber:

– Extender los instrumentos públicos con arreglo a las instrucciones que, de palabra o por escrito, le dieren las partes otorgantes. El
ejemplo paradigmático de esta función en el otorgamiento de las escrituras públicas que se le solicitaren;

– Levantar inventarios solemnes;

– Efectuar protestos de letras de cambio y demás documentos mercantiles;

– Notificar los traspasos de acciones y constituciones y notificaciones de prenda que se les solicitaren;

– Asistir a las juntas generales de accionistas de sociedades anónimas, para los efectos que la ley o el reglamento de ellas lo
exigieren;

– Dar fe de los hechos para que fueren requeridos y que no estuvieren encomendados a otros funcionarios;

– Guardar y conservar en riguroso orden cronológico los instrumentos que ante ellos se otorguen, en forma de precaver todo extravío
y hacer fácil y expedito su examen;

– Otorgar certificados o testimonios de los actos celebrados ante ellos o protocolizados en sus registros;

– Facilitar, a cualquiera persona que lo solicite, el examen de los instrumentos públicos que ante ellos se otorguen y documentos que
protocolicen;

– Autorizar las firmas que se estampen en documentos privados, sea en su presencia o cuya autenticidad conste;

– Las demás que les encomienden las leyes.

4.9. Conservadores

Los conservadores son “los ministros de fe encargados de los registros conservatorios de bienes raíces, de comercio, de minas, de
accionistas de sociedades propiamente mineras, de asociaciones de canalistas, de prenda agraria, de prenda industrial, de especial de
prenda y demás que les encomienden las leyes” (art. 446 del COT).

Existe un conservador en cada comuna o agrupación de comunas que constituya el territorio jurisdiccional de un juzgado de letras. Sin
embargo, en las comunas en que solo hubiere un notario, el Presidente de la República podrá disponer que también ejerza el cargo de
conservador, entendiéndose ambos como un solo oficio judicial para todos los efectos legales (art. 447 del COT). En cambio, en las
comunas o agrupaciones de comunas en que hubiere dos o más notarios, uno de ellos llevará el registro de comercio y otro el registro
de bienes raíces —quien deberá además llevar los registros de asociaciones de canalistas, de prenda agraria, de prenda industrial y
especial de prenda— correspondiendo al Presidente de la República hacer la distribución de estos registros, además de designar el que
deberá tener a su cargo el registro de minas y el de accionistas de las sociedades propiamente mineras (art. 448 del COT).

En la comuna de Santiago, por su parte, existe un registro conservatorio para el servicio del territorio jurisdiccional de la Corte de
Apelaciones de Santiago, el que será desempeñado por tres funcionarios que constituyen un solo oficio (art. 449 del COT).

4.9.1. Nombramiento

De acuerdo con lo dispuesto en el art. 466 del COT, para ser conservador se requiere ser abogado. Al igual que el resto de los
auxiliares de la administración de justicia, son nombrados por el Presidente de la República, a propuesta —en terna— de la Corte de
Apelaciones respectiva.

48
4.9.2. Funciones de los conservadores

Tal como su concepto legal lo indica, los conservadores constituyen ministros de fe, quienes se encuentran encargados de llevar los
registros conservatorios de:

– Bienes raíces

– Comercio

– Minas

– Accionistas de sociedades propiamente mineras

– Asociaciones de canalistas

– Prenda agraria

– Prenda industrial

– Especial de prenda

4.10. Archiveros

Los archiveros “son ministros de fe pública encargados de la custodia de los documentos” expresados en el art. 455 del COT, “y de
dar a las partes interesadas los testimonios que de ellos pidieren” (art. 453 del COT).

Existirá un archivero en cada comuna asiento de Corte de Apelaciones y en las demás comunas que determine el Presidente de la
República, previo informe de la Corte de Apelaciones. Tendrán el territorio jurisdiccional que corresponda a los juzgados de letras de
la respectiva comuna (art. 454 del COT).

4.10.1. Nombramiento

A este respecto rige lo mismo que para los conservadores, por lo que nos remitimos al apartado 4.9.1.

4.10.2. Funciones de los archiveros

Como ya dijimos, los archiveros están encargados de la custodia de los siguientes documentos (art. 455 del COT):

– Los procesos afinados que se hubieren iniciado ante los jueces de letras que existan en la comuna o agrupación de comunas, o ante
la Corte de Apelaciones o ante la Corte Suprema, si el archivero lo fuere del territorio jurisdiccional en que estos tribunales tienen su
asiento;

– Los procesos afinados que se hubieren seguido dentro del territorio jurisdiccional respectivo ante jueces árbitros;

– Los libros copiadores de sentencias de los jueces de letras que existan en la comuna o agrupación de comunas, de la Corte de
Apelaciones o, en su caso, de la Corte Suprema; y

– Los protocolos de escrituras públicas otorgadas en el territorio jurisdiccional respectivo.

Además, deben guardar los procesos, libros de sentencias, protocolos y demás papeles de su oficina, sujetándose a las órdenes e
instrucciones que la Corte o juzgado respectivo les diere sobre el particular; facilitar —a cualquier persona que lo solicite— el
examen do los procesos, libros o protocolos de su archivo; dar a las partes interesadas los testimonios que pidieren de los documentos
que existieren en su archivo; formar y publicar los índices de los procesos y escrituras con que se instale la oficina; y en los meses de
marzo y abril, después de instalada, los correspondientes al último año; y ejercer las mismas funciones señaladas precedentemente
respecto de los registros de las actuaciones efectuadas ante los jueces de garantía y los tribunales de juicio oral en lo penal.

En cuanto ministros de fe, deben dar, conforme a Derecho, los testimonios y certificados que se les pidan y poner, a petición de parte,
las respectivas notas marginales en las escrituras públicas. Pueden dar copia autorizada de las escrituras contenidas en los protocolos

49
de su archivo, en todos aquellos casos en que el notario que haya intervenido en su otorgamiento habría podido darlas (art. 456 del
COT).

4.11. Consejos técnicos

Son organismos auxiliares de la administración de justicia, compuestos por profesionales en el número y con los requisitos que
establece la ley, y cuya función es “asesorar individual o colectivamente a los jueces con competencia en asuntos de familia, en el
análisis y mayor comprensión de los asuntos sometidos a su conocimiento en el ámbito de su especialidad” (art. 457 del COT).
Existirá un consejo técnico en cada juzgado de familia, el que estará integrado por profesionales especializados en materia de familia
e infancia (art. 6º de la LJF), como asimismo en los juzgados de letras con competencia común a los que corresponda la resolución de
asuntos de familia (art. 27 bis inc. 3º del COT).

4.11.1. Nombramiento

Para ser miembro del consejo técnico, se requiere tener un título profesional de una carrera que tenga al menos ocho semestres de
duración, otorgado por alguna universidad o instituto profesional del Estado o reconocido por este, y acreditar experiencia profesional
idónea y formación especializada en materias de familia o de infancia de a lo menos dos semestres de duración, impartida por alguna
universidad o instituto de reconocido prestigio que desarrolle docencia, capacitación o investigación en dichas materias (art. 7º de la
LJF).

Por otro lado, no podrán ser miembros del consejo técnico de un determinado tribunal quienes estén unidos en relación de parentesco
con alguno de los jueces del mismo, ya sea, consanguíneos o afines en línea recta, o colaterales que se hallen dentro del segundo
grado de consanguinidad o afinidad (arts. 469 y 258 del COT).

4.11.2. Funciones del consejo técnico

Los profesionales del consejo técnico tendrán la función de asesorar a los jueces, individual o colectivamente, en el análisis y mejor
comprensión de los asuntos sometidos a su conocimiento, en el ámbito de su especialidad. Tendrán, en particular, las funciones
señaladas en el art. 5º de la LJF:

– Asistir a las audiencias de juicio a que sean citados con el objetivo de emitir las opiniones técnicas que le sean solicitadas;

– Asesorar al juez para la adecuada comparecencia y declaración del niño, niña o adolescente;

– Evaluar, a requerimiento del juez, la pertinencia de derivar a mediación o aconsejar conciliación entre las partes, y sugerir los
términos en que esta última pudiere llevarse a cabo;

– Asesorar al juez, a requerimiento de este, en la evaluación del riesgo a que se refiere el art. 7º de la Ley Nº 20.066, sobre violencia
intrafamiliar.

4.12. Bibliotecarios judiciales

Son auxiliares de la administración de justicia, encargados de la “custodia, mantenimiento y atención de la Biblioteca de la Corte en
que desempeñen sus funciones, así como las que el tribunal o su Presidente le encomienden en relación a las estadísticas del tribunal”
(art. 457 bis del COT). Existirá un bibliotecario en la Corte Suprema y en aquellas Cortes de Apelaciones que determine el Presidente
de la República, previo informe de la misma.

Además de la custodia, mantenimiento y atención de las bibliotecas de las Cortes y llevar las estadísticas que el tribunal o su
presidente le encomienden, es posible señalar que el bibliotecario de la Corte Suprema debe, además, tener a su cargo la custodia de
todos los documentos originales de calificación de los funcionarios y empleados del Poder Judicial y estará facultado para dar a las
partes interesadas los testimonios que de ellos pidieren; desempeñando también las funciones que la Corte Suprema le encomiende
respecto a la formación del Escalafón Judicial (art. 457 bis del COT).

ACTIVIDADES DE APLICACIÓN

1. En virtud de los distintos criterios de clasificación de los tribunales, determine a qué categoría pertenecen los siguientes órganos

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jurisdiccionales: a) Corte Suprema; b) Corte de Apelaciones; c) Tribunal de Juicio Oral en lo Penal; d) Juzgado de Letras; e) José
Manuel, abogado a quien se encarga resolver respecto de la partición de bienes de un causante; f) Una Ministra de la Corte Suprema
conociendo de una extradición pasiva.

2. ¿El juez de letras solo conoce asuntos en primera instancia? Explique.

3. ¿Los juzgados de letras están siempre servidos por un solo juez? Distinga.

4. ¿El Juzgado de Garantía de Iquique tiene un juez presidente y un comité de jueces? ¿Por qué?

5. Elabore un esquema con todas las unidades administrativas que forman parte de un Tribunal de Juicio Oral en lo Penal.

6. ¿Qué tribunal debe ejecutar las sentencias condenatorias dictadas por el Tribunal de Juicio Oral en lo Penal de Ovalle?

7. Ivonne y Aldo contrajeron matrimonio en 2010 y tuvieron 3 hijos (actualmente de 4, 6 y 8 años de edad). Dado que la
convivencia se hizo cada vez más insostenible, en enero 2019 decidieron separarse, aunque no se mudaron de ciudad (San Javier,
Región del Maule). Hoy Ivonne decide interponer una demanda de divorcio y aumento de alimentos en contra de su cónyuge:

a) ¿Qué tribunal conocerá el juicio?

b) ¿Qué función corresponderá a la consejera técnico durante el juicio?

c) ¿Qué tribunal será competente para conocer un eventual recurso de apelación en contra de la sentencia definitiva?

8. ¿Qué requisitos establece la ley para ser juez de letras del trabajo?

9. Respecto a los tribunales unipersonales de excepción:

a) ¿El Presidente de la Corte de Apelaciones de Santiago conoce de causas de extradición pasiva?

b) ¿Un Ministro de la Corte de Apelaciones puede conocer de demandas civiles presentadas contra un Ministro de la Corte Suprema?

10. ¿Cuántas Cortes de Apelaciones hay en Chile y cuántos ministros las integran?

11. En relación con las Cortes de Apelaciones, es verdadero o falso que:

a) La Corte de Apelaciones es un tribunal de segunda instancia.

b) Cualquier Ministro de la Corte de Apelaciones de Punta Arenas puede elaborar la tabla de la respectiva Corte.

c) Un abogado integrante está encargado de hacer la relación al iniciar la vista de la causa.

d) Es apelable una sentencia definitiva dictada por la Corte de Apelaciones de Puerto Montt relativa a una extradición activa.

12. ¿Cuántos ministros integran la Corte Suprema? ¿Cómo se designan?

13. ¿Qué materias debe conocer el pleno de la Corte Suprema?

14. ¿Cuáles son las salas especializadas de la Corte Suprema?

15. Determine qué auxiliares de la administración de justicia son ministros de fe y la función que cumple cada uno de ellos.

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ÍNDICE

Siglas y abreviaturas ................................................................................................................ 17

Prólogo ..................................................................................................................................... 19

Capítulo I

Introducción y fuentes del Derecho procesal

1. Concepto de Derecho procesal.................................................................................. 23

2. Características y elementos esenciales................................................................... 26

2.1 El Derecho procesal como rama del Derecho público............................................. 26

2.2 El Derecho procesal como Derecho adjetivo........................................................... 28

2.3 El Derecho procesal y su rol instrumental y autónomo........................................... 29

3. Clasificación del Derecho procesal.......................................................................... 30

3.1 Derecho procesal civil y penal................................................................................. 31

3.2..... Derecho procesal orgánico y funcional................................................................... 32

4. Relación con otras ramas del Derecho................................................................... 34

5. Fuentes del Derecho procesal.................................................................................... 40

5.1 Las fuentes directas o inmediatas........................................................................... 41

5.1.1 La Constitución Política de la República.................................................... 41

5.1.2 Los tratados internacionales..................................................................... 44

5.1.3 La ley procesal........................................................................................... 46

5.1.4 Los autos acordados.................................................................................. 47

5.2 Las fuentes indirectas o mediatas........................................................................... 48

5.2.1 La jurisprudencia de los tribunales de justicia........................................... 48

5.2.2 La dogmática jurídica................................................................................. 51

5.2.3 La costumbre jurídica procesal (o usos forenses)..................................... 53

5.2.4 El Derecho extranjero o comparado......................................................... 55

6. Tratamiento del conflicto y vías de solución....................................................... 56

6.1 La autotutela........................................................................................................... 60

6.2 La autocomposición................................................................................................. 61

6.2.1 La transacción............................................................................................ 64

6.2.2 La conciliación........................................................................................... 65

52
6.2.3 El avenimiento........................................................................................... 68

6.2.4 La mediación............................................................................................. 69

6.3 La heterocomposición............................................................................................. 71

Actividades de aplicación.................................................................................................................. 74

Capítulo II

La ley procesal

1. Generalidades................................................................................................................. 75

2. Concepto y clasificación.............................................................................................. 76

2.1 Las normas procesales orgánicas............................................................................. 78

2.2 Las normas procesales funcionales......................................................................... 79

3. Efectos de la ley procesal chilena............................................................................ 81

3.1 La ley procesal en el tiempo.................................................................................... 81

3.2 La ley procesal en el territorio................................................................................. 88

4. Interpretación e integración de la ley procesal................................................... 99

4.1 Nociones generales................................................................................................. 99

4.2 Interpretación de la ley procesal y los métodos de interpretación......................... 101

4.3 Integración de la ley procesal.................................................................................. 105

Actividades de aplicación.......................................................................................................... 108

Capítulo III

La jurisdicción

1. Generalidades................................................................................................................. 109

1.1 Una primera aproximación a la jurisdicción............................................................ 109

1.1.1 La jurisdicción como potestad pública...................................................... 110

1.1.2 La jurisdicción como deber........................................................................ 111

1.1.3 El énfasis en la función.............................................................................. 111

1.1.4. En una dimensión orgánica....................................................................... 112

1.1.5 La perspectiva de la adjudicación.............................................................. 113

1.2 Definiciones de jurisdicción..................................................................................... 113

1.3 Características de la jurisdicción.............................................................................. 117

1.3.1 Tiene fuente constitucional....................................................................... 118

53
1.3.2 Es un concepto unitario............................................................................. 119

1.3.3 Su ejercicio es eventual............................................................................. 120

1.3.4 Es exclusiva e indelegable......................................................................... 121

1.3.5 Es irrenunciable e improrrogable.............................................................. 122

1.3.6 Su ejercicio produce cosa juzgada............................................................. 123

1.4. Naturaleza jurídica de la jurisdicción....................................................................... 125

1.4.1 Teorías subjetivas...................................................................................... 126

1.4.2 Teorías objetivas....................................................................................... 127

1.4.3 Teoría de la sustitución............................................................................. 130

1.4.4 La jurisdicción como satisfacción de pretensiones.................................... 132

2. Jurisdicción, acción y proceso................................................................................... 133

2.1 La acción.................................................................................................................. 134

2.1.1 Doctrinas tradicionales acerca de la naturaleza jurídica de la acción....... 134

2.1.1.1 Doctrinas monistas..................................................................... 135

2.1.1.2 Doctrinas dualistas: la autonomía de la acción.......................... 136

a) El dualismo concreto o acción en sentido concreto............. 137

b) El dualismo abstracto o acción en sentido abstracto........... 137

2.1.2 Concepción actual: la acción como derecho fundamental........................ 138

2.1.3 Consagración del derecho de acción......................................................... 140

2.1.4 Contenido del derecho de acción.............................................................. 141

2.1.5 La pretensión............................................................................................. 144

2.1.5.1 Nociones de pretensión............................................................. 144

2.1.5.2 Elementos de la pretensión....................................................... 146

2.1.5.3 Clasificaciones de la pretensión................................................. 146

2.1.6 El derecho de contradicción...................................................................... 148

2.1.6.1... El derecho constitucional de defensa........................................ 148

2.1.6.2... El ejercicio del derecho de contradicción.................................. 149

2.2 El proceso................................................................................................................ 151

2.2.1 Definiciones de proceso............................................................................ 151

2.2.2 Elementos constitutivos del proceso........................................................ 153

54
2.2.2.1 El elemento subjetivo................................................................ 153

a) Las partes............................................................................. 153

b) Los tribunales de justicia...................................................... 154

2.2.2.2 El elemento objetivo o contienda jurídica................................. 154

2.2.3 Naturaleza jurídica del proceso................................................................. 155

2.2.3.1 Doctrinas privatistas................................................................... 156

2.2.3.2 Teoría de la relación jurídica procesal....................................... 157

2.2.3.3 Teoría de la situación jurídica.................................................... 159

2.2.3.4 Teoría del proceso como institución.......................................... 162

2.2.4 Proceso y conceptos afines....................................................................... 164

2.2.4.1 Procedimiento............................................................................ 164

2.2.4.2 Juicio.......................................................................................... 164

2.2.4.3 Expediente................................................................................. 166

2.2.4.4 Debido proceso.......................................................................... 166

2.3 La jurisdicción y el proceso en el Estado Constitucional de Derecho...................... 167

3. Contenido y clasificación de la jurisdicción.......................................................... 168

3.1 El contenido de la jurisdicción................................................................................. 168

3.2 Clasificación de la jurisdicción................................................................................. 169

4. Facultades conexas a la jurisdicción....................................................................... 170

4.1 Facultades conservadoras....................................................................................... 170

4.2 Facultades disciplinarias.......................................................................................... 171

4.3 Facultades económicas............................................................................................ 172

5. Los momentos jurisdiccionales................................................................................. 173

5.1 El conocimiento....................................................................................................... 173

5.2 El juzgamiento......................................................................................................... 175

5.3 La ejecución o cumplimiento................................................................................... 179

6. Los límites a la jurisdicción........................................................................................ 181

6.1 Límites externos...................................................................................................... 181

6.1.1 La jurisdicción de otros Estados o límites externos internacionales......... 181

6.1.2 Las atribuciones de los demás poderes del Estado o límites externos

55
constitucionales............................................................................. 183

6.2 Límites internos....................................................................................................... 184

6.3 Límite temporal....................................................................................................... 185

7. Los equivalentes jurisdiccionales............................................................................. 186

7.1 Definición y naturaleza............................................................................................ 186

7.2 Clasificación............................................................................................................. 186

7.3 Los equivalentes en particular................................................................................. 187

7.3.1 Equivalentes en sede extraprocesal.......................................................... 187

7.3.1.1 La transacción............................................................................ 187

7.3.1.2 La sentencia extranjera.............................................................. 188

7.3.2 Los equivalentes en sede procesal............................................................ 191

7.3.2.1 La conciliación............................................................................ 192

7.3.2.2 El avenimiento........................................................................... 193

7.3.2.3 El sobreseimiento definitivo...................................................... 194

8. Actos judiciales no contenciosos............................................................................. 196

8.1 Cuestiones acerca de la nomenclatura.................................................................... 196

8.2 Definición................................................................................................................. 197

8.3 Naturaleza jurídica................................................................................................... 198

8.4 Criterios para distinguir entre la jurisdicción contenciosa y la no contenciosa....... 199

8.5 Normas aplicables a estos asuntos.......................................................................... 201

8.6 Características más relevantes de los actos judiciales no contenciosos.................. 202

8.7 Clasificación de los actos de jurisdicción no contenciosa........................................ 204

Actividades de aplicación.......................................................................................................... 206

Capítulo IV

Bases de la Administración de Justicia

1. Generalidades................................................................................................................. 207

2. Principio de legalidad................................................................................................... 207

2.1 La legalidad del tribunal.......................................................................................... 207

2.1.1 Sentido y alcance....................................................................................... 207

2.1.2 El derecho al juez natural.......................................................................... 209

56
2.1.2.1 El juzgamiento por tribunales militares..................................... 209

2.1.2.2 Derecho al juez natural y la presencia de aforados................... 210

2.1.2.3 Compatibilidad con la justicia especializada.............................. 210

2.2 La legalidad del juzgamiento: la garantía del debido proceso................................. 211

2.2.1 Reconocimiento y contenido..................................................................... 211

2.2.2 El derecho al debido proceso en el sistema nacional................................ 213

2.2.3 Tutela judicial y debido proceso................................................................ 215

2.2.4 Debido proceso en el proceso penal......................................................... 216

3. Principio de independencia.......................................................................................... 217

3.1 Independencia orgánica e independencia funcional............................................... 219

3.2 Dimensión positiva y dimensión negativa de la independencia judicial................. 219

3.3 Independencia interna e independencia externa.................................................... 220

3.4 Independencia judicial y sistema de nombramiento de los jueces......................... 222

4. Principio de imparcialidad........................................................................................... 224

4.1 Imparcialidad subjetiva e imparcialidad objetiva.................................................... 225

4.2 Imparcialidad judicial e independencia institucional.............................................. 227

4.3 La imparcialidad y su protección en el sistema chileno........................................... 227

5. Principio de responsabilidad....................................................................................... 230

5.1 Tipos de responsabilidad judicial............................................................................. 230

5.1.1 Responsabilidad disciplinaria.................................................................... 230

5.1.1.1 La queja disciplinaria................................................................. 231

5.1.1.2 Recurso de queja........................................................................ 231

5.1.2 Responsabilidad penal o criminal.............................................................. 233

5.1.3 Responsabilidad civil................................................................................. 235

5.1.4 Responsabilidad política o constitucional................................................. 235

5.2 Responsabilidad de los jueces y gobierno judicial................................................... 236

6. Principio de inamovilidad............................................................................................ 239

6.1 Casos de amovilidad................................................................................................ 239

6.2 Otros casos de cesación del cargo........................................................................... 241

7. Principio de inexcusabilidad........................................................................................ 242

57
8. Principio de inavocabilidad......................................................................................... 244

8.1 Inavocabilidad interna e inavocabilidad externa..................................................... 244

8.2 Excepciones............................................................................................................. 244

9. Principio de gradualidad............................................................................................. 244

9.1 Elementos que lo configuran................................................................................... 245

9.1.1 La jerarquía................................................................................................ 245

9.1.2 La instancia................................................................................................ 246

9.2 Unidad o pluralidad de instancias y derecho al recurso.......................................... 247

10. Principio de pasividad................................................................................................... 249

10.1 El principio de pasividad en el sistema nacional..................................................... 250

10.2 Casos de excepción al principio............................................................................... 251

10.3 El principio de pasividad en las reformas al proceso civil chileno........................... 252

11. Principio de territorialidad........................................................................................ 253

11.1 El territorio jurisdiccional........................................................................................ 253

11.2 Excepciones al principio de la territorialidad.......................................................... 255

12. Principio de sedentariedad.......................................................................................... 256

12.1 Excepciones a la sedentariedad............................................................................... 257

12.2 Los deberes de residencia y asistencia.................................................................... 257

12.2.1 Excepciones a los deberes de residencia y asistencia............................... 258

12.2.2 Los deberes de residencia y asistencia durante la crisis sanitaria por covid-19 y las reacciones del
sistema.............................................................................. 258

13. Principio de publicidad................................................................................................. 262

13.1 Publicidad en los procedimientos reformados y las audiencias.............................. 263

13.2. Excepciones a la publicidad..................................................................................... 264

14. Principio de gratuidad................................................................................................. 266

14.1 Las costas del juicio................................................................................................. 266

14.2 El privilegio de pobreza........................................................................................... 267

14.3 La asistencia letrada gratuita en Chile..................................................................... 267

Actividades de aplicación.......................................................................................................... 270

Capítulo V

58
La competencia

1. Sobre el concepto de competencia............................................................................ 271

2. Clasificación de la competencia................................................................................ 274

2.1 Atendiendo a los factores o elementos que sirven para establecer el tribunal que debe conocer y fallar un asunto determinado:
competencia absoluta y relativa......................................................................................................................... 275

2.2 Atendiendo a la fuente de donde emana la competencia del tribunal para conocer y resolver un asunto: competencia natural y
prorrogada................................................................................................................... 276

2.3 Atendiendo a si la competencia ha sido otorgada directamente por la ley o las partes, o proviene de otro tribunal: competencia
propia y delegada....................................................................................................................... 277

2.4 Atendiendo al ámbito de materias sobre las que tiene competencia el tribunal: competencia común y
especial............................................................................... 278

2.5 Atendiendo a si existe solo un tribunal competente para conocer y fallar un asunto específico o hay varios que potencialmente
podrían hacerlo: competencia privativa (o exclusiva) y acumulativa (o preventiva).................................................................. 280

2.6 Atendiendo a la instancia, etapa o grado del proceso en que el tribunal tiene competencia para conocer del asunto: competencia en
única, primera o segunda instancia.................................................................................................................. 281

2.7 Atendiendo a si en el asunto sometido al tribunal existe o no contienda entre partes: competencia contenciosa y no
contenciosa......................................................................................................................... 282

3. Reglas generales de la competencia.................................................................................... 283

3.1 Regla de la prevención............................................................................................ 284

3.2 Regla de la radicación o fijeza.................................................................................. 285

3.3 Regla de la extensión............................................................................................... 290

3.4 Regla del grado........................................................................................................ 291

3.5 Regla de la ejecución............................................................................................... 293

4. Competencia absoluta.......................................................................................................... 296

4.1 Fuero........................................................................................................................ 297

4.1.1 Clasificación del fuero............................................................................... 299

4.1.2 Cuestiones particulares sobre el fuero...................................................... 301

4.2 Cuantía..................................................................................................................... 303

4.2.1 Cuantía de asuntos civiles......................................................................... 304

4.2.2 Cuantía de asuntos penales....................................................................... 307

4.2.3 Influencia de la cuantía como factor de competencia absoluta................ 307

4.3 Materia.................................................................................................................... 309

5. Competencia relativa................................................................................................... 313

59
5.1 Competencia relativa en asuntos civiles contenciosos............................................ 314

5.2 Competencia relativa en asuntos civiles no contenciosos....................................... 319

5.3 Competencia relativa en asuntos penales............................................................... 322

5.4 Algunas reglas de competencia relativa en otras disciplinas................................... 324

6. Reglas de distribución de causas (y los turnos).................................................... 326

6.1 Excepciones a las reglas de distribución de causas................................................. 329

6.2. Otros mecanismos de distribución de causas.......................................................... 330

7. Prórroga de competencia........................................................................................... 332

8. La competencia civil de los tribunales penales...................................................... 336

9. Cuestiones y contiendas de competencia................................................................ 338

9.1 Contienda generada entre tribunales ordinarios (art. 190 del COT)....................... 339

9.2 Contienda producida entre tribunales especiales, o entre estos y tribunales ordinarios (art. 191 del
COT)............................................................................................................ 340

9.3 Contiendas entre tribunales y autoridades políticas o administrativas .................. 340

Actividades de aplicación.......................................................................................................... 342

Capítulo VI

Tribunales de Justicia

1. Concepto y nociones generales................................................................................. 345

2. Clasificación de los tribunales de justicia.............................................................. 345

2.1 De acuerdo con lo previsto en el art. 5º del COT (o según su naturaleza): ordinarios, arbitrales y
especiales............................................................................................. 345

2.2 En atención a si los jueces son o no abogados: letrados y legos............................. 348

2.3 Según si deben o no emplear normas jurídicas para la tramitación y resolución del asunto: tribunales de Derecho y de
equidad........................................................................ 348

2.4 Según si la decisión jurisdiccional es adoptada por uno o varios jueces: tribunales unipersonales y
colegiados...................................................................................... 349

2.5 Según si están o no permanentemente en funciones (o según su estabilidad): tribunales accidentales y tribunales
permanentes................................................................... 350

2.6 Según su jerarquía: tribunales superiores e inferiores............................................ 351

3. Análisis particular de los tribunales de justicia................................................... 351

3.1 Juzgados de Letras................................................................................................... 351

3.1.1 Funcionamiento........................................................................................ 353

60
3.1.2 Nombramiento de los jueces de letras...................................................... 353

3.1.3 Inhabilidades e incompatibilidades........................................................... 354

3.1.4 Subrogación............................................................................................... 355

3.1.5 Deberes y prohibiciones de los jueces de letras....................................... 356

3.1.6 Materias que están dentro de la competencia del juzgado de letras....... 357

3.2 Juzgados de Garantía............................................................................................... 359

3.2.1 Funcionamiento........................................................................................ 359

3.2.2 Nombramiento, inhabilidades e incompatibilidades................................ 361

3.2.3 Subrogación............................................................................................... 362

3.2.4 Deberes y prohibiciones de los jueces de garantía................................... 363

3.2.5 Materias que conocen los juzgados de garantía....................................... 363

3.3 Tribunales de Juicio Oral en lo Penal....................................................................... 364

3.3.1 Funcionamiento........................................................................................ 364

3.3.2 Nombramiento, inhabilidades e incompatibilidades................................ 366

3.3.3 Subrogación............................................................................................... 367

3.3.4 Deberes y prohibiciones de los jueces del tribunal de juicio oral en lo penal
............................................................................................................. 367

3.3.5 Materias que conocen los tribunales de juicio oral en lo penal................ 368

3.4 Juzgados de Familia................................................................................................. 368

3.4.1 Funcionamiento........................................................................................ 370

3.4.2 Nombramiento, inhabilidades e incompatibilidades................................ 370

3.4.3 Subrogación............................................................................................... 371

3.4.4 Deberes y prohibiciones de los jueces de familia...................................... 371

3.4.5. Materias que conoce el juzgado de familia............................................... 371

3.5 Juzgados de Letras del Trabajo................................................................................ 374

3.5.1 Funcionamiento........................................................................................ 375

3.5.2 Nombramiento, inhabilidades e incompatibilidades................................ 375

3.5.3 Subrogación............................................................................................... 376

3.5.4 Deberes y prohibiciones de los jueces de letras del trabajo..................... 376

3.5.5 Materias que conocen los juzgados de letras del trabajo......................... 376

61
3.6 Juzgados de Cobranza Laboral y Previsional............................................................ 377

3.6.1 Funcionamiento........................................................................................ 377

3.6.2 Nombramiento, inhabilidades e incompatibilidades y subrogación......... 379

3.6.3 Deberes y prohibiciones de los jueces de los juzgados de cobranza laboral y


previsional................................................................................................. 379

3.6.4 Materias que conocen los juzgados de cobranza laboral y previsional..... 379

3.7 Tribunales unipersonales de excepción................................................................... 380

3.7.1 Funcionamiento........................................................................................ 380

3.7.2 Materias que conocen los tribunales unipersonales de excepción........... 380

3.8 Cortes de Apelaciones............................................................................................. 383

3.8.1 Funcionamiento........................................................................................ 384

3.8.2 Nombramiento.......................................................................................... 390

3.8.3 Inhabilidades e incompatibilidades........................................................... 390

3.8.4 Subrogación............................................................................................... 391

3.8.5 Deberes y prohibiciones de los ministros de Corte de Apelaciones.......... 391

3.8.6 Materias que conocen las Cortes de Apelaciones..................................... 392

3.9 Corte Suprema......................................................................................................... 396

3.9.1 Funcionamiento........................................................................................ 398

3.9.2 Nombramiento.......................................................................................... 399

3.9.3 Inhabilidades e incompatibilidades........................................................... 400

3.9.4 Subrogación............................................................................................... 400

3.9.5 Deberes y prohibiciones de los ministros de Corte Suprema.................... 401

3.9.6 Materias que conoce la Corte Suprema.................................................... 401

3.10 Tribunales arbitrales................................................................................................ 404

3.10.1 Clasificación............................................................................................... 406

3.10.2 Nombramiento.......................................................................................... 407

3.10.3 Inhabilidades e incompatibilidades........................................................... 409

3.10.4 Materias que están dentro de la competencia de los tribunales arbitrales


............................................................................................................. 410

4. Auxiliares de la administración de justicia............................................................. 411

4.1 Fiscalía Judicial......................................................................................................... 412

62
4.1.1 Nombramiento.......................................................................................... 413

4.1.2 Funciones de los fiscales judiciales............................................................ 413

4.2 Defensores públicos................................................................................................ 415

4.2.1 Nombramiento.......................................................................................... 415

4.2.2 Funciones de los defensores públicos....................................................... 415

4.3 Relatores.................................................................................................................. 416

4.3.1 Nombramiento.......................................................................................... 417

4.3.2 Funciones de los relatores......................................................................... 417

4.4 Los Secretarios......................................................................................................... 418

4.4.1 Nombramiento.......................................................................................... 418

4.4.2 Funciones.................................................................................................. 418

4.5 Los administradores de tribunales.......................................................................... 420

4.5.1 Nombramiento.......................................................................................... 420

4.5.2 Funciones de los administradores de tribunales....................................... 421

4.6 Receptores............................................................................................................... 422

4.6.1 Nombramiento.......................................................................................... 422

4.6.2 Funciones de los receptores...................................................................... 422

4.7 Procuradores del número........................................................................................ 423

4.7.1 Nombramiento.......................................................................................... 423

4.7.2 Funciones del procurador del número...................................................... 423

4.8 Notarios................................................................................................................... 424

4.8.1 Nombramiento.......................................................................................... 425

4.8.2 Funciones de los notarios.......................................................................... 425

4.9 Conservadores......................................................................................................... 426

4.9.1 Nombramiento.......................................................................................... 426

4.9.2 Funciones de los conservadores................................................................ 426

4.10 Archiveros................................................................................................................ 427

4.10.1 Nombramiento.......................................................................................... 427

4.10.2 Funciones de los archiveros...................................................................... 427

4.11 Consejos técnicos.................................................................................................... 428

63
4.11.1 Nombramiento.......................................................................................... 428

4.11.2 Funciones del consejo técnico................................................................... 429

4.12 Bibliotecarios judiciales........................................................................................... 429

Actividades de aplicación.......................................................................................................... 430

Bibliografía citada .................................................................................................................... 433

64
ABREVIATURAS

Siglas y abreviaturas

AA Auto acordado

art. / arts. artículo(s)

Bol. Boletín

CADH Convención Americana de Derechos Humanos

Cap. Capítulo(s)

CC Código Civil

CdPP Código de Procedimiento Penal

CdT Código del Trabajo

CEDH Convenio Europeo de Derechos Humanos

CIDH Comisión Interamericana de Derechos Humanos

cons. considerando(s)

CorteIDH Corte Interamericana de Derechos Humanos

COT Código Orgánico de Tribunales

CP Código Penal

CPC Código de Procedimiento Civil

CPP Código Procesal Penal

CPR Constitución Política de la República

CTrib Código Tributario

DFL Decreto con fuerza de ley

DL Decreto ley

DPEJ Diccionario Panhispánico del Español Jurídico

DS Decreto Supremo

DUDH Declaración Universal de Derechos Humanos

inc. / incs. inciso(s)

LERL Ley sobre Efecto Retroactivo de las Leyes

LTE Ley N° 20.886 (ley de tramitación electrónica)

LJF Ley N° 19.968 (ley sobre Juzgados de Familia)

MP Ministerio Público

65
OC Opinión Consultiva

OJV Oficina Judicial Virtual

ONU Organización de las Naciones Unidas

p. ej. por ejemplo

pf. párrafo(s)

PIDCP Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos

p. / pp. página(s)

RDJ Revista de Derecho y Jurisprudencia

SCA Sentencia de la Corte de Apelaciones

SCS Sentencia de la Corte Suprema

ss. siguientes

STC Sentencia del Tribunal Constitucional

TC Tribunal Constitucional

TDLC Tribunal de Defensa de la Libre Competencia

TEDH Tribunal Europeo de Derechos Humanos

TJOP Tribunal(es) de Juicio Oral en lo Penal

v. gr. verbigracia

vs. versus

66

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