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eas reer ee LA DEMOCRACIA CRISTIANA EN AMERICA LATINA Conflictos y competencia electoral Scorr Mamwainc ‘Tiworay R. ScuLLY (editores) i) FONDO DE CULTURA ECONOMICA Primers edicim en ings, 2003 Primera esi en expan, 2010 Mainwaring, Sot y Timothy R, Scully (ed) {Ls democracia eristiana en America Latina, Confites y competencta lectoral ed. de Scott Mainwaring, Timothy R. Seully trad. de Roberta Reyes Mazsoni.—~ Mexloo: ECE, 2010, 520 po: 23» 17cm ~ (Colee Paiia y Derecho) “Tivlo original Christian Democracy in Latin America. Electoral Com petition an Regime Conlcts, ISBN 978-607-16.0171-1 1. Democraca cristina — Améries Latina 2. Patios politicos 3. De ‘mocracia 4 Politica 1. Scully Timothy Re IL Reyes Mazon, Roberta te MP Serv. LC 1.969.445 Dewey 3242 M220 Disb mail Disco de portada: Pablo Ralfo/ Teresa Guzman ‘itl original: Christian Democracy in Latin America. Hector Competition ana Regime Conflicts DRO 2003 by the Board of Trustees ofthe Leland Stanfore Junior University all rights reserved Translted and published bby arrangement with Stanford Univesiy Press , R. © 2003 porta Junta de Fuduciarios de a Universidad Junior ‘de Leland Stanford, Reservados todos los dereehow, Praducio "Y publica por acuerdo con Stanford University Pres .R.0 2010, Fondo de Cultura Econémica (Carretera Pieacho-Ajusc, 227; 14738 Mesico, DF Comentarios y suserencias editoralfondedeculturasconomica com svi fondadeculterscconomica.com “el (58)5297-4672 Fax (35)9227 4695 Empresa ceratiada 180 9001: 2000, ‘Se probibe la reproduccin otal o parcial de esta obra, sea cual ere et medio, sina anuenia por eset del tur de los devechos. ISBN 978-607-16-01711 Impreso en Mésico + Printed in Mexico Dedicamos este libro.a Ron y Doxony Eusis ya Bere ANN Seuity, aque han dado inspiracién a nuestras vidas INDICE Agradecionientos ‘Acerca de los autores Primera Parte ‘Tomas ceneRates 1. Objetivos de partido en regimenes autoritarios con eleceiones en democracias jrdgiles: un doble juego, Scott Mainwaring UL La diversidad de la democracia cristiana en Latinoamérica, Scott Mainwaring y Timothy R. Scully IIL La transformacion de la ideologia democratacristiana: trascendiendo a la icquierda y a la derecha, 0 ¢qué le ocurrié ‘ala Tercera Via?, Paul E. Sigmund ..... IV, Sembrando ideas: explicacién de los orfgenes de los partidos democratacristianos en Latinoamérica, Kirk A. Hawkins - Segunda Parte os inroraNres rarribos DDEMOCRATACRISTIANOS CONTEMPORANEOS V. Un partido politico muy institucionalizado: la demoeracia cristiana en Chile, Carlos Hunceus Vi. El futuro de la democracia cristiana chilena, Ignacio Walker « VIL El Partido Accién Nacional (nav): de los margenes del sistema politico al centro del cambio, Soledad Loaeza VIL, Captando todas las almas: el Partido Accién Nacional y la politica de ta religion en México, Beatriz Magaloni y Alejandro Moreno "1 B 101 118 173 224 267 330 10 inpIcE Tercera Parte Los Pareros DEMOcRATACRISTANOS: IX. El ascenso y ta decadencia del covet en Venezuela, Brian F. Crisp, Daniel H. Levine y José E. Molina . : : X. Los limites del reformismo: el ascenso y la caida de la democracia cristiana en El Salvador y Guatemala, Philip I. Williams yy Guillermina Seri . 5 XI. La gran minoria: la democracia cristiana en Peri, Gregor Schmidt neni XIL Transformacién y decadencia de la democracia cristiama en Latinoamérica, Scott Mainwaring Indice analttico 365, 398, 434 478 503, AGRADECIMIENTOS La idea de este libro surgié en conversaciones con Joe Buttigieg, Tom Kselman yy Robert Wegs acerca de nuestro interés comin en una conferencia sobre la ‘democracia cristiana en Europa y en Latinoamérica. La conferencia se llev6 ‘a cabo en Notre Dame, del 9 al 11 de abril de 1999. Este libro solo tiene un Iejano parecido con la conferencia, pero ella gener6 la idea del libro. Agra decemos al Instituto Kellog de Estudios Internacionales y al Instituto Na- novice de Estudios Europeos por haber financiado la conferencia, y a los tres colegas antes mencionados por reforzar nuestro interés en este tema. Andrés Mejia y Gabriela Mossi desempefaron papeles clave en Ia organizacion de la conferencia. Andrés Mejfa y Elizabeth Rankin nos ayudaron a organizar allibro. ‘También damos las gracias a varias personas que participaron en la parte latinoamericana de la conferencia sobre la democracia cristiana en abril de 1999, Ademas de los participantes cuyos capftulos se han incluido ‘en este libro, ala conferencia contribuyeron también Ricardo Arias Calderén, Mariana Aylwin, Ernest Bartell, CSC, Ricardo Combellas, Osvaldo Hurta- do, Andrés Mejfa, Claudio Orrego y Samuel Valenzuela. Nos agrada tener esta oportunidad de publicar otro libro [la edicién en inglés] con la Stanford University Press. Damos las gracias a nuestros edi- ‘ores, Amanda Morén, Anna Eberhard Friedlander y Karen Hellekson por apoyar nuestro proyecto y por darnos valiosos consejos y dnimo. ss ‘TEMAS GENERALES Entry Deterence in Spatial Models of Election”, en James M, Enelow y Melvin J. Hinich (eds.), Advances in the Spatial Theory of Voting, pp. 12-43, Cambridge, Cambridge University Press Smith, Brian H., 1982, The Church and Politics in Chile: Challenges to Modern Catho. licism, Princeton, Princeton University Press Strom, Kaare, 1990, "A Behavioral Theory of Competitive Political Parties”, Amer. ‘can Joumal of Political Science, 4, nim. 2, mayo, pp. 565-598, ¥y Wolfgang C. Muller, 1999, “Political Parties and Hard Choices", en Wolf- gang C. Miller y Kaare Strom (eds), Policy, Office, or Votes? How Political Parties in Western Europe Make Hard Decisions, p. 1-38, Cambridge, Cambridge Univer sity Press. Tecbelis, George, 1990, Nested Games: Rational Choice in Comparative Politis, Ber keley, California, University of California Press. Valenzuela, Arturo, 1978, The Breakdown of Democratic Regimes: Chile, vol. 4, en ‘Juan J. Linz y Alfred Stepan (eds.), The Breakulown of Democratic Regimes, Balt ‘more, Johns Hopkins University Pres. Webre, Stephen, 1979, José Napoleén Duarte and the Christian Democratic Party in Salvadoran Politics, 1960-1972, Baton-Rouge, Louisiana State University Wittman, Donald A., 1973, "Parties as Utility Maximizcrs", American Political Science Review, 63, nim. 2, junio, pp. 490-498, 1983, “Candidate Motivation: A Synthesis of Alternative Theories", Amer- ‘at Political Science Review, 77, pp. 142-157. 1990, "Spatial Strategies when Candidates Have Policy Preferences", en James M. Enclow y Melvin J. Hinich (eds.), Advances in the Spatial Theory of Voting, pp. 66-98, Cambridge, Cambridge University Press. onal IL LA DIVERSIDAD DE LA DEMOCRACIA, CRISTIANA EN LATINOAMERICA Scorn Mannwanine y Timomny R, Scunty* Cuavoo empezamos este libro, crefamos saber lo sufciente sobre la demo- craciacristiana en Latinoamérica para no encontrarnos con sorpresas imt- portantes. Nuestro trabajo previo (especialmente Mainwaring y Scully 1995, y Sculy, 1992) nos habia dado una razonable base de conocimiento de Ja democracia cristiana, No obstante, la notable diversidad de los partidos dlemocratacristianos en Latinoamérica nos sorprendi Los partidos demo- cratacristianos de la region han abarcado desde la izquierda (favorables al sovialismo revolucionario) hasta la derecha del espectro politico. La diver= sidad es mucho mayor que la que puede encontrarse en Europa occidental yymucho mas grande que la reconocida por los escritos sobre la democracia, ana. Esta diversidad es el principal tema de este capitulo, En dl se proporciona una introduccién empirica a este libro y mis am- pliamente al estudio de la democracia cristiana en Latinoamérica, Empeza- mos presentando todos los partidos democratacristianos de la regisn y ofreciendo informaci6n sobre su desempetio electoral, Analizamos el surgi- miento de la democracia cristiana en la regién y su relacién con la Iglesia catolica. Finalmente, tratamos de la ideologta, las posiciones programéti- cas y la ubicacién en la escala izquierda-derecha de los partidos democra- tacristianos haciendo resaltar su diversidad. + Aradecemos a Frances Hagopian, Kirk Hawkins, Robert Knight, Fabrice Lehoueq, An és Mejia, Ken Roberts y Philip Willams por sis valiosos comentarios; a Manuel Aleanara Pot los datos del Proyecto de Flites Latinoamericanas, ys Araceli Mateos por ayuda co los datos de! Proyecto de Elites Latinoamerscanss. David Altman, Andrés Mejia, Juan Esteban Montes y Antal Pres-Lifsn proporcinaron vallsa ayaa en la investizacion, 50 ‘TEMAS GENERALES PaRribos DEMOcRATACRISTIANOS -EN LATINOAMERICA ¥ SLS RESULTADOS ELECTORALES. Tenemos una norma sencilla para identilica alos partidos democratacrsta nos incluimos a todos los partidos, después de 1930, que se consideran asf rismos democratacristianos tal como se manifiesta en el nombre del part do, en su afliacién internacional y en sus documentos. Varios partidos de- ‘mocratacristianos en Latinoamérica (los de Argentina, Brasil, Chile, El Sal- vador y Guatemala, por ejemplo) se han dado a si mismos ese nombre, pero otros no lo han hecho asi, entre ellos el Partido de Unidad Social Cristiana (ruse) costarricense, la Democracia Popular (oe) ecuatoriana, el Partido Ac- cién Nacional (rax) de México y el Comité de Organizacién Politica Electo- ral Independiente (corti) venezolano. Aunque un partido no se llame a st mismo democratacristiano, seguimos considerando que lo es si pertenece a Ja Intemacional Demécrata Cristiana y si su programa y sus documentos sub- rayan su naturaleza democratacristiana. El ax, la bey el ruse pertenceen a Ja Internacional Demécrata Cristiana y los tes tienen algunos origenes en esta doctrina. Aunque el Partido Conservador colombiano pertenece for malmente ala Internacional Demécrata Cristiana, nunca ha enfatizado una Jdentidad como partido democrataeristiano; por lo tanto, no lo considera- ‘mos como tal. De manera similar, el Partido Reformista Social Cristiano (e250) dominicano tiene débiles vinculos con la democracia eristiana a pe- sar de pertenecer ala organizacién internacional. Por esta raz6n mo lo est diamos en est libro. Al incluir s6lo alos partidos que han existido después de 1930, excluimos alos precursores tempranos de la demoeracia crstiana. ‘Mucho antes de 1930 hubo partidos eatslicos en Latinoamérica, pero no se identifcaron a s{ mismos como democratacrstianos, y no se les ange liza en este libro. En su excelente obra sobre la democraciaeristiana en Euro- pa occidental, Kalyvas (1966, p. 1) une los primeros partidos de inspiracién catélica y los partidos democratacristianos, pero hacerlo asf oscurece m- has diferencias. Aunque los primeros partidos catdicos compartian algunas rafees en comiin con los partidos democratacristianos, no los consideramos ‘como tales. Por lo general eran mis conservadores politicamente que las organizaciones democratacristianas. A menudo estaban vinculados con el orden oligirquico (Freidenberg, 2001, p. 277), que fue eritieado por los pare tidos democratacristianos surgidos después de 1945. Por ejemplo, en Brasil se cre6 un partido catélico en 1876 para defender los intereses catdlicos LADIVERSIDAD DE LA DEMOCRACIA CRISTIANA EN LATINOAMERICA 57 contra lo que Jos Iideres del partido vefan como tna élite politica excesiva- mente secularizada. El partido queria que el Estado defendiera los intere {is catslicos ortodoxos e impusiera un monopolio catélico sobre la educa tin (Chac6n, 1981, pp. 41-45). En ese tiempo, la mayoria de los partidos eatdlicos apoyaban las posiciones del papa Pio IX (1846-1871), archicon- seevador, que era hostl al liberalismo moderno. Algunos partidos catslicos Gel siglo xix desconfiaban incluso, por principio, de la democracia. Por el contrario, los democrataeristianos a partir de la década de 1930 aceptaron la democracia en prineipio y casi siempre en la préctica, y también acepta- “fon el iberalismo. También habia organizaciones sociales que adoptaron el nombre demo- ravi cristiana antes de 1930, pero no eran partidos politicos, por lo que no las ineluimos en nuestro aniliss, Por ejemplo, en Argentina se cre6 una efi- mera liga democratacristiana en 1902, ven 1911 se fund6 un sindicato demo- cratacristiano, pero ninguno de los dos era un partid(Cerro, 1983, p. 10) ‘Aunque existieron algunas continuidades entre los primeros partidos catslicos los partidos democratacristianos (Valenzuela y Valenzuela, 2000), «estos tiltimos se inspiraban en diferentes perspectivas teol6gicas, eclesiasti- ‘as y politicas. El contraste es particularmente notorio entre los partidos fun- dados antes de la enciclica papal Rerum Novarum en 1891 y los partidos democratacristianos fundados en las décadas de 1950 y 1960. La Rerun Novara, emitida por el papa Leén XIII (1878-1903), fue una de las enci- clicas papales mas influyentes en la reorientacién social de la Iglesia en una direcei6n reformista. Los partidos catélicos creados antes de ella estaban caracteristicamente influidos por la posicién conservadora de la Iglesia en nnumerosos temas, mientras que los partidos clemocratacristianos fundados enlas décadas de 1950 y 1960 nacieron durante un momento més liberal en cl desarrollo de la Iglesia catdlica. En tanto que la mavoria de los partidos catolicos creados antes de 1891 favorecia el dominio eatélico de la politica y desconfiaba de la secularizacién, los democratacristianos reconocieron la legitimidad y la necesidad de diferentes esferas religiosa y politica. Los pri- 'meros partidos politicos se consideraban instrumentos para difundir los valores cristianos en érdenes politicos excesivamente secularizados (Sala- zar Mora y Salazar Mora, 1991, pp. 21-23). Los democratacristianos com- partian la preocupacién por los valores eristianos pero en la definicién de sus partidos no inclufan el combate a la seculatizacién. Algunos partidos democratacristianos surgieron en oposicién a los an- tiguos partidos catblicos debido a diferencias politics yreligiosas. Por ejem- 3s ‘TEMAS GENERALES plo, el Partido Demécrata Cristiano (rnc) ecuatoriano fue creado en 1964 por una escision en el Movimiento Social Cristiano (wsc), que también era de inspiraci6n cat6lica. Los Ifderes del roc consideraban que el asc era dem siado conservador y que estaba vinculado con el orden oligarquico, De ma nera similar, el ppc uruguayo fue creado en 1962 como un grupo separado de la mucho mas antigua Uni6n Civica, que también es un partido catdlico, pero en términos generales el poc era mas progres Elapéndice (p. 90) muestra los partidos democratacristianos més impor tantes en América Latina después de los treinta, los afios de su creacién, y sus resultados electorales. Comentamos brevemente las trayectorias electorales de los siete partidos que obtuvieron la presidencia por lo menos una vez, Hasta hace poco, el roe chileno tenia la historia de mayor éxito electo- ral de la democracia cristiana en Latinoamérica, Creado en 1957 mediante Ja unién de la Falange Nacional (que era un partido democratacristiano an- terior) y los partidos socialcristianos conservadores, el roc se convintié pronto en el mas grande de los partidos chilenos. En las elecciones poste riores a 1932, tres de los cuatro candidatos presidenciales con el mayor porcentaje de votos fueron democratacristianos: Eduardo Frei M. en 1964 con 55.6% Patricio Aylwin en 1989 con $5.2% y Eduardo Frei R. en 1993 con 58%. En cada eleccién para el Congreso desde 1965 hasta 1997 el voc obs vo mds votos y curules que ningtin otro partido. En 1965, con 42.3% del voto, cobtuvo la mayor proporcién del voto para la cémara baja obtenida por cual: quier partido durante el siglo xx en Chile. A partir de 1993, el partido ha sulrido una continua y acelerada erosién electoral. - El partido democratacristiano de Venezuela, el cores, fue creado en 1946 en respuesta al gobierno izquierdista de Accién Democratica (ap). El core: lleg6 a la presidencia en 1968 y 1978, y sus candidatos obtuvieron el segun: do lugar en todas las otras elecciones presidenciales desde 1963 hasta 1993, Ademis, el covet consistentemente obtuvo la segunda representacién més grande en el Congreso desde 1963 hasta 1998, Sin embargo, en los afios no. venta, el covet sufrié una caida muy répida, y es probable que ya haya des- aparecido definitivamente como partido importante. Durante décadas, el pan de México, creaco en 1939, fue el tinico partido de oposicién significativo en un sistema de partido hegeménico domina- do por el Partido Revolucionario Institucional (px). Hasta 1982, en el contex to de un régimen autoritario que no permitia una oposicién seria, nunca obtuvo mas de 11% de los escarios en la Camara de Diputados, y nunca tuvo un senador 0 un gobernador. Después de 1982, a medida que las reglas de! LADIVERSIDAD DE LA DEMOCRACIA CRISTIANA EN LATINOAMERICA 59 juego politico cambiaban, el pax se convirtié en un participante de importan- cia cada vez mayor. En 1989, por primera vez gané varias contiendas por fas gobernaciones estatales y, en la década de los noventa, el partido eligi6 una proporcién cada vez mayor de senadores y diputados federales. En el ato +2000, el candidato del pax, Vicente Fox, gan6 la eleccién presidencial, t nando asi 71 aftos de hegemonfa del pai. El pan no se unis oficialmente a la Internacional Demécrata Cristiana sino hasta 1998, y su identificacién con Ja democracia cristiana a veces ha sido tenue, Desde su fundacién, ha reunido entre sus miembros una mezcla de pragmatistas seculares y catdlicos prac- antes que consideran su fe religiosa como Ja base_dle su accién politica. Los partidos democratacristianos en El Salvador (creado en 1960) y Guatemala (creado en 1955) disfrutaron de un breve éxito electoral en los afios ochenta antes de su desplome en la década de 1990. El poe salvadoresio disfrut6 de alatin triunfo electoral en los arios sesenta incluso bajo un régi- ‘men militar que perpetraba el fraude electoral generalizado y no permitia el | juego limpio. El lider del poc, José Napoleén Duarte, probablemente habréa 2 ganado la elecci6n de 1972 de no ser por el fraude, Cuando se tuvieron elec cciones mds limpias, aunque en el contexto de la guerra civil y de una fuerte represién, el roc obtuvo la pluralidad de los escatios de la Asamblea en 1982, la presidencia en 1984 y una mayoria de los escainos de Ia Asamblea en 1985. De 1988 y hasta 1991, el partido siguié siendo un fuerte contendiente por el poder, pero después de 1991 sufrié un importante descenso electoral La Democracia Cristiana Guatemalteca (0co) tiene una historia parale- In ala del ppc salvadorefto. La nea, ereada despues del golpe militar de 1954, disfrut6 de algdn apoyo electoral en las siguientes tres décadas, pero las clecciones estuvieron caracterizadas por un fraude regular y generalizado, El régimen politico era autoritario, y gobiernos sucesives ejercieron una brutal represion. La oportunidad electoral para el partido llegé en 1985 en. las elecciones presidenciales, legislativas y municipales, que marcaron el final de tres décadas de dictadura, Sin embargo, el partido demostré ser in- capaz de gobernar en un ambiente de plena guerra civil, y a finales de los, noventa practicamente habia desaparecido. Elpusc de Costa Rica fue creado en diciembre de 1983 mediante la unidn de cuatro partidos, entre ellos el pbc. El pusc ha presentado el mas impor- {ante desaffo electoral al Partido de Liberacién Nacional (rus) desde la guerra civil de 1948. Los candidatos del puse ganaron las elecciones presidenciales e 1990, 1998 y 2002, y en sus primeras cuatro elecciones (1986-1998) el partido obtuvo mas de 40% de los votos para el Congreso. Dee u ne o ‘TEMAS GENERALES Hasta 1966, la democracia cristiana nunca tuvo mucho éxito electoral en Ecuador. El partido, lamado oc hasta 1978 y Democracia Popular. Uni6n Demécrata Popular (pe-voc) a partir de ese arto, era conocido princi. palmente por Osvaldo Hurtado, el vicepresidente elegido que ocupé la pre. sidencia de 1981 a 1984, después de que el presidente fallecié en un accidente aéreo. En 1996, el partido tuvo su mejor desempefio en las elecciones al Congreso. Luego, en 1998, el candidato Jamil Mahuad de la pr obtuvo la presidencia, y el partido mejor6 atin mas su éxito electoral con 28% de las diputaciones. Pero Mahuad renuncié bajo presién militar y popular en e] 2000, y todavia esta por verse si el partido se recuperara de este golpe. Los otros partidos democratacristianos en Ia region —y han existido bastantes— han tenido solo un éxito electoral limitado, El Partido Popular Cristiano (ec) peruano es entre ellos el tinico al que se analiza con detalle cen este libro, El prc gand constantemente cerca de 10% de los votos en las tres elecciones nacionales de 1980 a 1990. [LAs DOS GENERACIONES DE LA DEMOCRACIA CRISTIANA ‘px Larinonmeea ‘Uno de los factores que contribuyen a la diversidad de los partidos demo. cratacristianos en Latinoamérica es que éstos han tenido dos generaciones, {La primera comprendia ala Falange Nacional chilena (1938), al aw mexicano (1939), al roc brasileno —Partide Demécrata Cristao (1945)— y al covet ve- nezolano (1946). La segunda incluye al pac argentino (1955), al pec peruano (1956), al roc chileno (1957), al ac salvadoreno (1960), al roc uruguayo (1962) yal roc ecuatoriano (1964). Las bases teolégicas y las acttudes politicas de los partidos de la segunda generacién eran, por lo general, més progresistas, Jo que reflejaba los cambios en las doctrinas que prevalecian en la Iglesia Los partios democratacristianos de ambas generaciones fueron infli- dos por las tendencias de la Iglesia eatdica y de la politica latinoamericana, Los primeros partidos llevaban la marca del catlicismo anterior al Concilio Vaticano Il’ En politica, la Iglesia por lo general se aineaba con las fuerzas politicas conservadoras y hostiles al comunismo y al marxismo, La primera generacién de lideres democratactistianos frecuentemente habia participa- "ly fe una excepein parcial. Era més secular que los otros partidos democratseist nos creados en la primera generacin, y la influencla de a teologis anterior al ConeiioVat ‘ano It Te menos pronunciads [A DIVERSIDAD DE LA DEMOCRACIA CRISTIANA EN LAT (OAMERICA 1 doen el movimiento laico de Accién Catélica (Luque, 1986), en esa época snus conservador y clerical que en décadas posteriores. El propésito de Ac- {ion Catélica era crear un cuadro de lideres laicos bien educados, que pat iparfan intensamente en la vida de la Iglesia y ayudarian a cristianizar a la Scriedad por medio de sti compromiso con los principios catélicos en la vida publica (Souza, 1984; Poggi, 1967; Vaillancourt, 1980). Los primeros partidos democratacristianos en México y Venezuela sur giezon bajo gobiernos de centro-izquierda. El ran fue creado en 1939 du- fate el periodo populista de izquierda de Lézaro Cardenas (1934-1940), {que nacionaliz6 la industria petrolera y Tue el presidente mas izquierdista durante el periodo de 71 aitos (1929-2000) de gobierno ininterrumpido del pm Desde el principio el pax fue un partido heterogéneo, con un ala conle- Sonal divigida por Efrain Gonzalez Luna y un ala secular ditigida por Ma- ‘uel Gémez Morin, El core fue creado durante el periodo 1945-1948, cuan- do.un gobierno de centro-izquierda y anticlevical traté de expandir la gducacin publica e imponer nuevos limites a la educacién religiosa, La segunda generacién de partidos democratacristianos nacié durante un momento diferente, marcado por la conflencia de cambios en la Iglesia gatélica y en la politica latinoamericana. La década de 1950 se caracteriz por el ascenso de un pensamiento eclesidstico y social més progresista den- tro de sectores de la Ielesia latinoamericana, lo que llev6 al Concilio Vaticano 11 (1962-1965) Ia convocatoria a Roma de los obispos del orbe para discutir sobre la misién de la Iglesia en el mundo moderno. El creciente énfasis en Jos aspectos mas progresistas de la misién social de la Iglesia fue un pilar del pensamiento de la democracia eristiana, ‘Ademés, la Ielesia estaba dando una importancia renovada al patroci- nio de grupos catdlicos laicos, en especial los que tomaban la forma de ‘movimientos de Accién Catélica que captaron la imaginacion de muchos catdlicos de clase media en Latinoamérica en los aftos cincuenta y princi- Pios de Ios sesenta. A finales de la década de los cincuenta, en la mayorsa de los paises los grupos de Accién Catdlica se habjan vuelto mas progresistas que en las décadas anteriores. Accién Catolica en los cincuenta y en los sesenta estaba al frente de innovaciones progresistas en la Iglesia latino- americana (De Kadt, 1970; Lima, 1979; Mainwaring, 1986, pp. 60-75, 116- 141; Souza, 1984). Algunos de estos laicos progresistas fueron miembros fun- dadores de Ia segunda generacién de partidos democratacristianos. Los partidos democratacristianos en Argentina, Chile, Ecuador y Uruguay fueron cjemplos de los partidos de a segunda generacién, més progresistas. 2 ‘TEMAS GENERALES En tanto que los primeros partidos democratacristianos precedicron a Ja Guerra Fria, la segunda generacién estuvo fuertemente influida por el en frentamiento entre el Occidente y la Union Sovidtica. Después de 1959, e impacto de la Revolucién cubana dio un nuevo elemento a la politica latino. americana que inicialmente fue favorable para la democracta cristiana, La Revolucién polariz6 la politica latinoamericana y convirtio a la regidn en ‘un panto importante de la Guerra Fria. Seytin sus admiradores, la Revol. cin prometa un cambio social radical que pondria fin a siglos de injusticia y desigualdades sociales. Inspiré a muchos j6venes a huchar por un cambio radieal en sus propios paises; grupos guerrilleros revolucionarios se espar. cieron por el paisaje de la politica latinoamericana en las décadas de 1960 y 1970, Para sus detractores, la Revoluci6n cubana amenazaba con eliminar © limitar la propiedad privada, imponer el dominio del Estado y el gobierno autoritario,y restringir la libertad reigiosa. Los conservadotesy las fuerzas, armadas, frecuentemente con el apoyo de los Estados Unidos, respondie- ron con una dura represién a la amenaza de la movilizacion popular y de los grupos izquierdistas, La segunda generacién de partidos democratacristianos inicialmente parecié ofrecer una via intermedia entre la revolucién y la reaccién, Para sus defensores en Latinoamérica y sus partidarios en los Estados Unidos, la democracia cristiana ofrecia la promesa del futuro: un partido demécrata entrista que servria como bastién contra el comunismo ala vez que fed ciria as desigualdades y la pobreza que muchos analistas temfan que sem- brarfan las semillas de ia revolucin. El titulo de un libro de 1967, The Last Best Hope: Eduardo Frei and Chilean Democracy (Gross, 1967), nos sgiere las esperanzas que muchos depositaron en la democracia crstiana. Los lideres democratacristianos de ambas generaciones de partidos ereian que los catdicos debian participar en el mundo de la politica y actuar ‘como instrumento laico para transformar el mundo politico, Sigwiendo la opinion de la Iglesia, consideraron que el socialismo revolucionario era anatema. Pero, por lo general, los partidos de la segunda generacion prop sieron mas enérgicamente las ensehanzas sociales reformistas que la Iglesia adopt6 en los afos cincuenta Las diferencias entre los partidos democratacristianos no siempre s: zzuieron la pauta de que los més antiguos eran los més conservadores y los mas recientes los reformistas. Entre los partidos democtatacristianos de aambas generaciones se contaban algunos reformistas y algunos conserva dotes. Dentro de cualquiera de los partidos surgieron y decayeron sectores P LADIVERSIDAD DE LA DEMOCRACIA CRISTIANA EN LATINOAMERICA 63 conservadores ¥ sectores reformistas. Por ejemplo, en Chile prevalecié una, rientacién de centro-izquierda durante la presidencia de Eduardo Frei (1964-1970), pero en 1971 predominé una orientacién mas conservadora en respuesta a los temores producidos por el gobierno izquierdista del presi- dente Salvador Allende (1970-1973), Sin embargo, en general, os partidos mas aantiguos fueron mas conservadores, y ms reformistas los mas recientes, LA DEMOCRACIA GRISTINNA, LA TOLESIA CATOLICA YY EL ESTUDIO DE LA POLITICA DE PaKrIDO Los estudiosos de este problema, zc6mo deben entencler el efecto de la reli- gidn sobre los partidos politicos que tienen alguna base religiosa? ¢Signifi- can los orfgenes religiosos de esos partidos que su comportamiento difiere del de los partidos no religiosos? ¢O es posible analizar los partidos con raices religiosas de la misma manera que a los otros partidos? ‘Algunos estudiosos han hecho hincapié en la doctrina social catélica como el factor clave para comprender a los partidos democratacristianos (Combellas Lares, 1985; Lynch, 1993, pp. 3-36; Van Kersbergen, 1995, pp. 192: 228; Williams, 1967, pp. 36-65). Por lo general consideran importante la dimension religiosa de los partidos democratacristianos. En otros andl de los partidos democratacristianos se hacen pocas o ninguna referencia a la Iglesia catélica y a six doctrina social. En su libro sobre la democraci cristiana en Europa occidental, Kalyvas (1996) propuso una alternativa in- termedia entre estas dos posiciones. Subrayé la secularizacién y la orienta- cin menos clerical de estos partidos, aunque reconocié las fuertes relaciones iniciales entre la Iglesia y la democracia cristiana. Los lideres democrata- cristianos “transformaron sus partidos en organizaciones independientes y seeulares, con prioridades seculares, relajaron su dependencia de la Tglesia, cvitaron [a intervenciGn de ésta y se convirtieron en importantes actores en las politicas de sus paises, sin verse limitados por la Iglesia” (p. 242). Mas adelante observa que “los intereses y las preocupaciones de la Iglesia se vol Vieron secundarios para estos partidos” (p. 245). Estas divergencias entre los estudiosos que subrayan la importancia de la doctrina social de la Iglesia y las relaciones organizativas entte la Iglesi yyla democracia eristiana y los que les restan importancia nos plantean in- teresantes preguntas tedricas sobre la forma en que deben estudiarse estos partidos. En la mayor parte estamos de acuerdo con Kalyvas, que consideré o ‘TEMAS GENERALES ta doctrina dela felesia las relaiones organizatvasente étay los pat | dos como muy importantes en ss primeras fase, pero menowen faces teriores, La doctrina socal eatdlica proporcion® una linea base Kleléoeg indispensable (al menos en la gran mayoria de los casos) para los parte democratacrstianos en el momento de su creacion y tambien gener lee, a esos partidos entre los ideres los atvistas. No abstantes ta ran ah sidad propramtica eidoldgica para entender las dindmicasylnsesteeey de estos partidos en Latinoamérica muestra que es necesario rs ale estos prineipios doctrnales. Ademas, como argumenta Mainwaring ene conclusion, los partidos democratacristanostendieron a volvese me eulares con el transeuso dl tempo. Su dependencia de la lglsta disming 6: la Iglesia se dstanci pablicamente de los partidos democratnerety nos, ben algunos clérigossiguieron mostrindolessimpatia lo pertidg hicieron mayor énfass en su naturalea secular: Estos lactone indican ata por muy importante que haya sido a doctrna sei eatlce somo esto Para In creaién de partidos democratacristianen (Hawkins, em este li tiene menor importaneia para entender la dindmica ulterior del partdg En Latinoamérica, como en Europa os partidos democratactitiony buscaron suinspracion en las enseianzas sociales de a Ilesia cation esforzaron por introduc esas ensehanzas sociales en la politica elector En Latinoamérica fueron creados por catieos Inicoscomprometidos con laconstruccion de un mundo mejor mediando su participacion en politi Adem, como argumenta Kitk Havikins en st ensayo on ese lite con frecuencia fueron los eletigos quienes diseminaron la doctrina sociale Talesia, fo que inivectamente fue la inspiacion para ctear partidos dems Cualquiera que fuese Ia inspiracién religiosa, los partidos democrata: ctistianos de Latinoamérica no fueron creaciones oficiales de la Iglesia. Por el contrario, asi como ocurrié en Europa occidental (Kalyvas, 1996, pp. 232- 256), los democratacristianos de Latinoamérica desde muy temprano alit: maron que no estaban relacionados oficialmente con la Iglesia Un ato despues de su creacién, el roc salvadoreno emitié una declaracién en la que ‘categoricamente niega estar dirigido en cualquier forma por la Iglesia ca tlica 0 por cualquier otro cuerpo religioso, pues sostiene que la politica y la religion no deben mezclarse” (citado en Williams, 1967, p. 73). Al escribit 2 El roc chileno de los sesenta fue una excepeién pata. Las relaciones entre el acy los

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