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Ebook en PDF LEER LAS ROCAS Con Nicolas Steno
Ebook en PDF LEER LAS ROCAS Con Nicolas Steno
LAS ROCAS
CON NICOLÁS
STENO
La construcción social de los
principios de las Ciencias de la
Tierra
LEANDRO SEQUEIROS
Córdoba, 2011
1
LEER LAS ROCAS CON NICOLÁS STENO
La construcción social de los principios de las Ciencias
de la Tierra
LEANDRO SEQUEIROS
Córdoba, 2011
ISBN:
2
CONTENIDOS
Presentación ………………………. 5
CERO: ciencias de la Naturaleza
e historia de la ciencia ……. 11
Documento 1: Nicolás Steno …….. 19
Documento 2: El contexo científico
De Steno ……………………….. 21
Documento 3: el método baconiano 33
Documento 4: obra científica de Steno 41
Documento 5: Glossopetras ………….. 47
Documento 6: Canis Carchariae ……. 52
Documento 7: Tiburones ……………… 71
Documento 8: Textos de Canis Carch 75
Documento 9: Prodromo (1669)….. 81
Sugerencias para el aula ……………… 89
Documento 10: Aplicación de las
Ideas de Steno …………………. 95
Documento 11: Raíces históricas
De la Geología ……………………. 111
Bibliografía ………………………………….. 147
3
4
PRESENTACIÓN
5
Se dedicaba a la anatomía. Pero un
incidente fortuito le puso en el camino correcto.
Estando al servicio del Gran Duque de Toscaza, le
trajeron un tiburón que los pescadores habían
capturado.
Estudió su anatomía, su sistema nervioso,
su cerebro. Pero le llamó la atención el tipo de
dientes que tenía…
Los dientes de ese tiburón, al que en ese
tiempo llamaban Canis Carchariae, llamaron la
atención de Steno. Eran idénticos a unas piezas
que se vendían en los mercados de objetos de
poderes mágicos y a los que llamaban
Glosopetras, piedras con forma de lengua.
Según los curanderos toscanos, esas
Glosopetras tenían una cualidad: preservaban de
morir envenenados por las serpientes (o por
otras serpientes de de dos piernas que eran
algunos humanos). Las Glosopetras libraban de
los venenos.
Steno las había visto en colecciones de
Dinamarca, de Francia y de Italia. Decían que
procedían de la isla de Malta y la traían los
mercaderes como objeto maravilloso.
6
este –dicen- la maldijo. Pero su veneno no le hizo
daño. Y la lengua de la víbora se convirtió en
piedra.
Y por los montes de Malta se encuentran
muchas lenguas de víbora petrificadas. Es lo que
llamaban Glosopetras, que preservan de los
venenos..
7
La pregunta sobre el origen de las
Glosopetras llevó a Steno a buscarlas en las tierras
de Toscana. Pero para ello, tuvo que aprender a
leer las piedras, las rocas, los objetos enterrados.
Steno fue audaz para plantearse preguntas
e hipótesis. Esto le llevó a elaborar unos
principios metodológicos que soy hoy los
principios básicos de la geología. Los principios
que nos permiten “leer” las rocas: interpretar
desde los procesos actuales, los procesos que
debieron acontecer hace miles de años.
8
Nicolás Steno (Niels Steensen) (1638-1686)
9
Los contenidos de este libro están
inspirados en un Taller impartido hace unos años
en el Centro de Profesores de Palma de Mallorca,
dentro de un curso de Actualización en Geología
organizado por el profesor Joseph Verd Crespí, al
que agradezco sus deferencias..
Centro de Profesores
de Palma de Mallorca
CURSO DE ACTUALIZACIÓN EN
GEOLOGÍA
10
DOCUMENTO CERO:
Ciencias de la naturaleza e
historia de las ciencias: ¿Qué
puede aportar la historia de las
ciencias a la enseñanza y al
aprendizaje de las ciencias de la
naturaleza?
11
En manos del profesorado, la historia de la
ciencia puede ser un instrumento motivador,
concientizador y movilizador de concepciones no
científicas de lo que es la ciencia.
12
En ocasiones se entiende la Historia de la
Ciencia como una exposición cronológica de los
principales logros que han ido acumulándose a lo
largo del tiempo. Se trata de una historia
descriptiva que tiene en el progreso científico su
criterio justificador.
No es ésta la Historia de la Ciencia de la
que cabe esperar contribuciones relevantes a la
enseñanza. Para la moderna historiografía de la
ciencia, tan interesante resulta estudiar los
avances producidos en la construcción del saber
relacionados con la introducción de un
procedimiento, un concepto o un sistema
conceptual, como analizar las razones de un
estancamiento, una progresión dificultosa o de un
retroceso. Desde esta perspectiva historiográfica
habrá de entenderse lo que sigue.
13
d) la funcionalidad de los mismos3.
14
transformación de la enseñanza de las ciencias.
Consideran estos autores que disponemos de dos
instrumentos básicos para esa determinación: el
análisis de las representaciones de los alumnos y
de la Historia de la Ciencia. Se trata, además, de
dos herramientas que pueden aportarse un
beneficio recíproco, y cuya utilidad didáctica
trasciende el ámbito de la detección de los
obstáculos epistemológicos.
15
Los ejemplos se podrían multiplicar. En
cada rama del conocimiento científico hay
muchos casos de obstáculos a la construcción de
pensamiento racional que han chocado con las
representaciones previas del mundo, o con
intereses de otros tipos y que han dificultado el
avance de las ideas científicas.
En otro lugar me he referido al caso de
Diluvio Universal,7 representación de la
naturaleza muy difundida en todas las culturas y
que ha supuesto un obstáculo persistente que
impidió el avance de las ciencias de la Tierra y de
las ciencias de la vida durante siglos.
16
Pero han pasado a la historia como los
representantes de la química del flogisto y de la
química del oxígeno. La transición entre una
concepción química a la otra no estuvo exenta de
dificultades. No "cabía" dentro de determinadas
concepciones del mundo.
17
necesidad de considerar la funcionalidad del
conocimiento como uno de los criterios para la
determinación del conocimiento escolar: en la
enseñanza de la ciencia, el grado de sofisticación
teórica en cualquier etapa debería ser
determinado por la capacidad de la teoría para
explicar los fenómenos que encontrarán los
alumnos. No necesita ir más allá.
Coincidimos en la necesidad de valorar la
utilidad que para el alumno de la enseñanza no
universitaria puede tener tanto en la resolución
de problemas cotidianos, como para comprender
e intervenir mejor en la realidad que le rodea, así
como en la relevancia para su vida futura.
Pero querríamos añadir algo más. La
Historia de la Ciencia está plagada de ejemplos
que nos muestran cómo conceptos o teorías que
hoy han sido superados por formulaciones más
complejas, sin embargo han tenido una gran
funcionalidad.
De tal manera que no sólo han ayudado a
comprender mejor el mundo que nos rodea, sino
que han favorecido, fundamentado y otorgado
coherencia interna a proyectos de investigación
que han movilizado las ideas dominantes y
sentado las bases para futuros desarrollos del
conocimiento (Pedrinaci, 1993, 1994)
18
Documento 1
NICOLAS STENO, EL HOMBRE
QUE ESTABLECIÓ LOS
PRINCIPIOS DE UNA NUEVA
CIENCIA
Biografía de un hombre singular
19
conocido como Borricchius), humanista, químico
y boticario, al que volverá a encontrar después en
Holanda y en París.
En 1656, en la Universidad de
Copenhague, Steno realiza estudios de medicina,
dirigido especialmente por el anatomista Thomas
Bartholin11, hermano del pionero de la
cristalografía Erasmus Bartholin, e hijo del
célebre anatomista Gaspard Bartholin.
Steno en Holanda
Entre 1660 y 1664, con su nombre ya
latinizado de Steno o Stenonius (en Francia firma
como Stènon) vive en Holanda, principalmente en
Leyden, desde 1660, donde se dedica a fecundas
investigaciones anatómicas que le dan a conocer
a la incipiente comunidad científica.
Su carácter afable le abre a la amistad con
numerosas personalidades científicas de la época,
entre las que se cuentan Swammerdam, de
Reinier de Graaf, Sylvius (de la Boe, el influyente
yatroquímico), Spinoza, etc.
20
Allí tiene ocasión de discutir sobre el valor
de la metodología mecanicista cartesiana en física
y en anatomía. El 7 de abril de 1660 realizó ya su
primer descubrimiento científico sobre el tiroides
al que siguió otros relativos a los músculos y al
corazón. En la primavera de 1660, Steno viaja a
Roma donde toma contacto con los jesuitas del
Colegio Romano y especialmente con el padre
Athanasius Kircher (1601-1680) y pudo visitar
su famoso Museo.
Regresó a Dinamarca con el deseo de
obtener una cátedra universitaria, pero al no
lograrlo decidió volver al extranjero.
Steno en París
En el año 1665 y principios de 1666, Steno
está en París, como invitado personal de
Thévenot, cuyo círculo, heredero del de
Mersenne, sería el núcleo inicial de la Academia
de Ciencias de París. Allí estudia temas relativos
al embrión y al cerebro.
21
Posiblemente en París o en Montpellier
(las opiniones no son unánimes), Steno encuentra
eminentes miembros de la Royal Society de
Londres: William Croone, Martin Lister y John
Ray. Se discute si a través de ellos pudo conocer
los trabajos de Hooke, pero el problema sigue sin
ser resuelto.
En cualquier caso, desde esta fecha e
incluso antes, John Ray se interesa mucho por los
fósiles (Su gran viaje de 1663 a 1666 lo habría de
llevar a la isla de Malta. Los autores investigan
sobre la posibilidad de que John Ray comunicase
a Steno sus observaciones sobre los fósiles
malteses).
Steno en la Toscana
En 1666 tenemos ya a Steno establecido
en la Toscana, en la corte del gran duque
Fernando II de Florencia, su protector. Los
biógrafos tienen dificultad para explicar las
circunstancias de este traslado a la península
italiana.
De todas formas, se sabe que fue muy bien
acogido, especialmente por Redi (entomólogo y
"ovista", como Steno) y Viviani (el biógrafo de
Galileo) entre otros hombres ilustres de la
Accademia del Cimento.
Aquí en la Toscana es donde se va a
desarrollar su espíritu geológico y donde publica
sus dos obras básicas para entender el desarrollo
de su método para “leer” las rocas:
En 1667 Publica el llamado Canis
22
Carchariae, sobre la interpretación de los dientes
de los tiburones como Glossopetras. Y pone las
bases de la moderna geología.
En 1669 publica su obra más elaborada: el
Prodromo. Más exactamente, De solido entra
solidum naturaliter contento dissertationis
Prodromus.
Pero en esta época su mente estaba
ocupada también por temas religiosos.
23
examen más particular del sistema dentario y un
paréntesis (pág. 90-116) de un considerable
interés geológico sobre el problema de las
grandes Glossopetras.
Conversión al catolicismo
A finales de 1667, con 29 años, Steno se
convierte al catolicismo, pero esto no se debe al
parecer ni a presiones ni a un cálculo.
24
Según Negri (1986)12, había iniciado su
cambio de dirección en París, quizá influido en
parte por Bossuet. Hombre de moralidad estricta,
tanto en París como en Florencia, algunas almas
nobles femeninas pudieron tener un papel en
esto.
Al parecer, en junio de 1667 asistió en
Liorna a la procesión del Corpus Christi,
experiencia que le fue decisiva. Desde 1667 Steno
se da al estudio de la Teología y el 2 de
noviembre del mismo año decide hacerse
católico. Coincidencia o consecuencia: desde
1673, con 35 años, Steno abandona el mundo de
la ciencia y ya no escribirá más que textos
teológicos y espirituales.
25
inicia una serie de viajes por Europa. Entre 1672
y 1674, está en su país, en Copenhague, invitado
por el rey de Dinamarca pero dimite a causa de
verse involucrado en controversias religiosas que
le causaron viva desazón.
26
Documento 2:
el contexto científico
de Steno
27
1651, von Guericke construye la máquina
neumática; y en 1661, Boyle formula la ley de los
gases. En 1662 se funda la Royal Society of
London. En 1665, se inicia en Londres la
publicación de la primera revista científica
mundial: las Philosophical Transactions. Estas son
algunas de las coordenadas filosóficas y
científicas que orientan la lectura de la obra de
Steno. [Podemos buscar mucha información en
Internet]
28
posturas más sociológicas e historicistas de sus
"hijos rebeldes" como es, sobre todo, la de
Thomas Kuhn, la opción personal (no definitiva
pero sí afectiva) adoptada aquí se inclina más por
una concepción del conocimiento científico como
construcción social, obra de una comunidad
científica que pretende elaborar imágenes
racionales de la realidad natural y/o social.
29
correctas, sus observaciones no se basaban aún
en la Geología16.
El descubrimiento de las manchas solares
hacia 1610 se reveló como una de las
aportaciones más espectaculares de la nueva
astronomía. A partir de entonces, Galileo y el
jesuita Christophorus Scheiner pugnan por la
prioridad del descubrimiento y por la
interpretación de las mismas.
La tesis galileana de la corruptibilidad de
los cielos triunfa. Desde esas fechas, la idea
recogida luego por Newton de la homogeneidad
de la materia del universo, dio lugar a la
astronomía y a la geología modernas. La historia
del globo terrestre se empezaba a contemplar
ligada al desarrollo de todo el conjunto del
universo corruptible y mutable.
El término “Geología”
El término "Geología" ha sufrido muy
diversas interpretaciones. Al principio designaba
de forma general el estudio de todo lo "terrestre",
por oposición a lo "divino" (la "Teología").
30
P. Escholt, titulada Geologia Norvegica, traducida
al inglés en 1663, y que trata de los terremotos y
de los minerales.
31
planeta reinterpretando (sin alejarse de la letra)
las ideas bíblicas de la Creación y el Diluvio
Universal.
Así, encontramos las figuras de Descartes
(que en 1644 había presentado una visión "laica"
del planeta), Burnet, Whiston, Woodward, los
hermanos Scheuchzer y Bourget. Pero un grupo
de naturalistas entre 1600 y 1800 mantenían en
sus obras la hipótesis de la existencia de una
gran cavidad subterránea (Leonardo de Vinci,
Burnet, Boulanger) en el interior del globo ter-
ráqueo.
Adams (1938)18 cita una larga serie de
autores griegos y romanos que apuntan hacia la
existencia de cavernas interiores. Pero contó a su
favor con un lenguaje vivo y directo y con una
difusión rápida gracias al uso del latín.
Ellenberger19 centra el estudio de las ideas
geológicas en el siglo XVII sobre tres autores muy
diferentes entre sí: Descartes, que lanza la gran
revolución, pero que es incompetente respecto a
una geología basada en la observación y se
refugia en especulaciones; Gassendi, su rival de la
época, muy interesante por el influjo sobre Steno.
Por nuestra parte, añadiremos la figura de
Leibniz que, aunque no influye directamente
sobre Steno, sí recoge alguna de sus ideas.
32
Documento 3:
el método baconiano
33
antipatía contra Aristóteles que ya no lo
abandonó nunca; posteriormente
estudió leyes y a los 25 años de edad
ingresó a la barra de abogados.
Durante el reinado de Isabel I, Bacon
intentó ingresar al gobierno pero a pesar
de que su tío era uno de los ministros
más importantes, no consiguió nada
hasta que Jacobo I llegó al trono.
A partir de ese momento la carrera
política de Bacon cambió por completo:
fue hecho caballero en 1603, abogado
general en 1613, consejero privado en
1616, señor cuidador (Lord Keeper) en
1617, canciller en 1618, barón de
Veralamo en 1618, y vizconde de San
Alano en 1621.
En esos años felices Bacon escribió y
publicó varias de sus obras más
importantes, entre ellas The
advancement of learning ("El avance del
conocimiento"), en 1605, y el Novum
Organum ("El nuevo Órgano", para
suplantar el Órganon de Aristóteles), en
1620.
34
El rey canceló la multa y lo liberó de la
prisión en unos cuantos días, pero Bacon
pasó los últimos cinco años de su vida en
desgracia.
Sin embargo, la pérdida del poder
político no afectó su productividad
literaria y en 1623 publicó una nueva
edición muy modificada de su The
advancement of learning, pero esta vez
en el "idioma universal" de su tiempo, o
sea el latín, con el nombre de De
Dignitate et Argumentis Scientiarum ("De
la dignidad y el crecimiento de la
ciencia"), así como la tercera edición
muy aumentada de sus Essays
("Ensayos") en 1625.
35
Francis Bacon (1561-1626).
36
más bien cualitativa y de carácter
taxonómico.
37
del individuo; 3) los ídolos del mercado,
que tienen que ver con el uso
inadecuado del lenguaje; y 4) los ídolos
del teatro, que son todos los dogmas
incorporados en el periodo en que el
individuo todavía no ha desarrollado la
capacidad para examinarlos
racionalmente (religiosos, culturales y
políticos) y que son tan persistentes y
tan difíciles de objetivar.
38
partir de inducciones graduales y progresivas, y
excluyendo otras inducciones, llegan hasta
conclusiones generales.
39
40
Documento 4:
La obra científica de
Nicolás Steno
41
1659, cuando tiene 21 años, hasta el 3 de julio de
1660)20, su primer trabajo científico es su
memoria de final de estudios en Holanda en
1660, algo así como nuestra Tesina. Bajo la
dirección del profesor del Ateneo de Amsterdam,
Arnold Senguerd (1610-1667) defendió su
trabajo sobre el origen de la temperatura y la
descripción de las fuentes termales, análisis de
las aguas, los minerales que contiene y los gases
desprendidos. Este opúsculo lleva como título
Disputatio Physica de Thermis (Amsterdam, 1660)
(publicada por G. Scherz, 1969).
Fruto de su trabajo investigador como
anatomista y geólogo en Florencia hacia 1666 es
uno de los dos trabajos más concienzudos de
Steno: el estudio de la cabeza del tiburón que le
encargó Fernando II y que lleva por título
Elementorum myologiae specimen, seu musculi
descriptio geometrica. Cui accedunt Canis
Carchariae dissectum caput et dissectis piscis ex
canum genere...
Fue publicado en Florencia en 1667. Tiene
123 páginas y 7 láminas que se han hecho
famosas. Consta de tres partes: la primera de ella
se refiere a las observaciones sobre la Anatomía
del tiburón (llamado entonces Canis Carchariae).
La segunda parte contiene las observaciones
sobre los dientes del tiburón y su comparación
con las Glossopetrae de la Isla de Malta,
interpretados como restos de seres vivos y no
42
como objetos curiosos21. La tercera parte es el
estudio pormenorizado de estos dientes desde el
punto de vista que hoy llamaríamos
paleontológico, y que le abrirán al proyecto más
ambicioso, como es el del estudio de las rocas y
los fósiles de Toscana.
43
El final de esta memoria anatómica sobre
la cabeza de Canis Carchariae está dedicado al
problema del origen de los fósiles e introduce una
idea capital: "las capas de la tierra por debajo de
nosotros son "estratos", antiguos sedimentos
sucesivos" (conjeturas 1,2, 3, 4, 5, 6).
44
Las palabras estratos y sedimentos son
utilizados ya en sentido moderno, lo que será
recogido en el Pródromo.
45
Y la lámina III, dibuja seis dientes de las
Glossopetraes que son idénticas a los dientes del
tiburón antes descrito.
46
Documento 5:
Historia de las glosopetras
47
Veamos la historia: en los primeros años
de del cristianismo, Pablo de Tarso fue hecho
preso y conducido a la fuerza a Roma para ser
juzgado por sus delitos contra el Estado, ya que
era ciudadano romano.
Según la narración de los Hechos de los
Apóstoles (Hechos 27, 13-44 y Hechos 28, 1-6)
durante la travesía por el Mediterráneo, el barco
naufragó y Pablo y sus guardianes llegaron a
nado a la costa se refugiaron en la isla de Malta.
Mientras recogía leña para una hoguera y
poder calentarse fue mordido por una víbora.
Pero la picadura no le causó ningún daño. Según
una leyenda maltesa, Pablo, encolerizado maldijo
entonces a todas las serpientes de la isla, por lo
que sus lenguas bífidas se transformaron en
piezas de piedra.
48
49
Como ha mostrado el prehistoriador
Kenneth Oakley [BUFFETEAU, 1991], muchos
descubrimientos arqueológicos jalonan esta larga
historia. Así, estos dientes se encuentran en
Egipto, en yacimientos neolíticos, predinásticos y
dinásticos.
Al igual que hicieron los hombres del
paleolítico de Tuc d´Audoubert en Ariège, donde
se han hallado dos dientes del tiburón Isurus
procedentes de yacimientos terciarios situados a
más de 150 km de distancia. Posiblemente les
daban una interpretación mágica y eran usados
como amuletos.
También, según Oakley, los bordes afilados
y dentados de aquellos grandes dientes
triangulares servían incluso para practicar
incisiones, con fines decorativos, en las vasijas de
barro antes de cocerlas.
Es más: la atracción que sienten los
humanos por los dientes de los tiburones lo
demuestra el interés de los coleccionistas
dispuestos a pagar una buena suma por un
ejemplar de diente de Carcharodon, el mítico
tiburón gigante que ha llegado hasta las pantallas
de cine.
La creencia en la época medieval,
renacentista y barroca de que las glosopetras
absorbían el veneno se extendió por Europa.
Bastaba con mojar una glosopetra en un líquido
sospechoso para neutralizar el posible veneno en
una época en que los nobles temían la venganza
de sus familiares.
50
Con el fin de tener siempre a mano esos
objetos de tanta utilidad, se llegaron a fabricar,
durante la edad media y hasta el mismo siglo
XVIII, los llamados “lenguarios”, bolsos en forma
de árbol en los que se colgaban las glosopetras
listas para su uso. Algunos de estos curiosos
objetos, que adornaban las mesas de los
poderosos, eran a veces pequeñas obras maestras
de orfebrería, tal como las que se encuentran
expuestas hoy en día en en Kunsthistorisches
Museum de Viena.
Las glosopetras fueron también
equiparadas con otro grupo de objetos
misteriosos, las ceraunias, que tenían también
forma triangular y eran considerados como
“piedras de rayo”, caídas del cielo durante las
tormentas.
Pero ya desde más antiguo eran conocidas
estas piezas e incluso algunos viajeros se atrevían
a darles interpretaciones diversas. Así, el más
célebre de los naturalistas romanos, Plinio el
Viejo (23-79 de nuestra era), cuya Historia
Natural (XXXVII, 10, 164) fue durante siglos la
autoridad en la materia, les encontraba más bien
un parecido con la lengua humana. Pensaba que
caían del cielo durante los eclipses de Luna, y
contaba que los magos las creían útiles en las
empresas amorosas. Esta opinión fue seguida por
Isidoro de Sevilla (fallecido en 636) en sus
Etimologías y en el De Natura Rerum. Sardina-
Frascatoro (1540) las interpretan como lenguas
51
de pájaros. Para Agrícola (en el de Natura
Fossilium, 1546, lám V y VI) son lenguas humanas
y para Hyeronimus Cardanus (1556) son lenguas
de pito real.
Es Conrado Gesner quien en 1558
representa juntos por vez primera un escualo y
las glosopetras, apuntando tímidamente a que la
semejanza morfológica con los dientes sorprende
al naturalista. La idea de que las glosopetras eran
lenguas petrificadas de serpientes, o de aves o de
otros animales no estaba compartida, sin
embargo, por la mayor parte de los naturalistas.
Incluso, se conocen debates enconados entre
ellos. Así, Fallopio (1564) afirma la semejanza
con los dientes de Carcharias, mientras que
Cesalpinus les da un origen natural.
Pero Steno había leído al botánico y
zoólogo napolitano Fabio Colonna (1567?-1640),
miembro de la Accademia del Lincei, quien en su
memoria Fabio Columna Lyncei de Glossopetris
Dissertatio…de 1616 [ELLENBERGER, 1989: 160
ss] había defendido el carácter biológico de las
“piedras con aspecto de lengua”. Pero Colonna no
había relacionado las glosopetras con los
materiales de la tierra en las que estaban
contenidas ya que trabajó a partir de ejemplares
de coleccionistas. Steno introduce un dato
esencial: estudiar las glosopetras dentro del
contexto de las rocas en que se incluyen. Solo
Leonardo da Vinci (1452-1519) había apuntado
(sin que casi nadie le hiciera caso) que los
materiales de la tierra están formados por
52
“capas” de tierras diversas formadas al
erosionarse las montañas [ELLENBERGER, 1989:
107].
53
estudiante y ya de médico en Copenhague pues su
profesor de anatomía Thomas Bartholin los había
traído de la isla de Malta en 1644. Las volvió a
encontrar en el Gabinete de Ciencias que el Gran
Duque de Toscana Fernando II había cuidado en
Florencia y que le habían llegado procedentes de
la isla de Malta como “piedras de San Pablo” o
glosopetras de poderes mágicos. Pero cuando en
1666 le llega a Steno, estando ya en Florencia, la
cabeza de un tiburón (lo que entonces se
denominaba Canis Carchariae) para hacer una
disección y vio las mandíbulas y los dientes, una
sospecha acudió a su mente y la curiosidad y el
deseo de llegar a la verdad, le condujo a elaborar
unos principios que constituyen la base de la
moderna geología. En el Canis Carchariae, Steno
incorpora una magnífica lámina (Figura 2) con
dibujos de glosopetras.
54
unos principios que rigen su observación e
interpretación, a todos los lugares de la Toscana
[SEQUEIROS, 2002, 2005].
Y si se cumplen estos principios en toda la
Toscana, Steno cree haber encontrado la clave
para interpretar la formación de tierras y mares
en el pasado y reconstruir la historia de la Tierra
desde su comienzo a partir de lo que un
observador puede encontrar a su alrededor. Con
Steno se abre el camino para reconstruir la
historia pasada de nuestro planeta.
55
Diversos dientes de tiburón fósil
56
Documento 6:
Contenido el Canis Carchariae
57
Aunque Steno no lo organiza en capítulos,
SCHERZ (1969:20) diferencia tres partes en el
Elementorum Myologiae Specimen:. Hemos
modificado ligeramente su esquema:
0. Presentación: [1-6]
I. Observaciones sobre la anatomía del
tiburón Canis Carchariae [7-47]
II. Observaciones sobre los dientes (las
glosopetras) [48-56]
Las mandíbulas del tiburón [48]
El número y la sustancia de los
dientes [49-54]
Las lenguas de piedra o glosopetras
[55-56]
III. Observaciones geológicas y
paleontológicas [57-99]
“Historia”: Los once hechos
observados [57-58] (ver después)
“Conjeturas”: Seis hipótesis sobre la
geología y la paleontología [59- 95]
58
Conjetura 3: ¿Estuvo en el pasado
la tierra cubierta por las aguas? Respuesta:
No hay obstáculos para creer que la tierra haya
estado un tiempo cubierta por las aguas [65-68]
59
Zoología de los Tiburones en el siglo XVII
60
Interpretación de Gesner, 1568
61
Una vez expuestos los “hechos” (la
“Historia”), Steno propone y justifica lo que él
denomina como Conjeturas (que algunos, como
MORELLO (1979) traducen como hipótesis). Son
seis las Conjeturas, y en ellas “en si ofrecen alguna
especie de verdad” (sic, en Steno) y que son el
fundamento epistemológico de las conclusiones
sobre la interpretación de las glosopetras como
dientes de tiburones antiguos que se encuentran
atrapados por las capas de sedimentos y se
presentan en estratos.
Esta es una de las grandes innovaciones de
Steno: el concepto de sedimento se introduce en
la Conjetura 5 como denominación para una
tierra acumulada poco a poco y que deja un
sedimento en el fondo. La interpretación biológica
de las glosopetras y otros restos animales se
reserva a la Conjetura 6.
62
mares, los lagos y los ríos. Estos conceptos se
apoyan en experiencias que el mismo Steno
realizó con ayuda de dos amigos a quienes cita:
Borrichius y Pierre Borel.
En la Conjetura 4 [69-77] Steno enumera
cuatro modos posibles según los cuales los
“cuerpos” sólidos pueden separarse del agua
limpia: por enfriamiento, por evaporación, por
confluencia de varios fluidos y por las mutaciones
de las aguas [ELLENBERGER, 1989:199].
63
Este es el avance de gigante que hace
Steno: busca el los “estratos” restos de
Glosopetras. Define las leyes de la
estratigrafía. Interpreta la realidad de lo que
ve como restos de antiguos mares.
64
historia de la Tierra. Tal vez, la clave se encuentre
en los conceptos nuevos que introduce en el Canis
Carchariae (1667) y los principios geológicos que
define en el Prodromus (1669).
Y más adelante:
65
ver en la mandíbula del animal vivo: en ella no
todos los dientes son del mismo tamaño y los más
interiores ni siquiera estás completamente
endurecidos” [93].
66
Del mismo modo que Steno, el geólogo lee las
rocas. Interpreta los estratos como depósitos
sucesivos de materiales muy antiguos. En esos
estratos se contienen restos de la vida pasada.
Pero hoy damos un paso más: los fósiles nos
permiten interpretar la historia evolutiva. Eso
Steno no pudo hacerlo…
67
La innovación científica de Steno en el Canis
Carchariae (1667)
El estudio de las glosopetras llevará a
Steno a la investigación sobre los materiales de la
tierra en la región de la Toscana, lo que le
permite llegar a una generalización de carácter
universal: “las capas de la tierra son “estratos”,
antiguo “sedimentos” sucesivos”.
Tal como se ha mostrado en otro lugar
[SEQUEIROS, 2002], Steno se manifiesta como
filósofo baconiano utilizando un método
rigurosamente lógico de tipo inductivo. La
cuestión esencial se plantea desde el principio: el
litigio sobre las grandes glossopetrae no está
resuelto: ¿se trata de dientes de Canis Carchariae
(el perro fiero marino) o de piedras producidas
por la tierra?
Será necesario sistematizar aquí las
innovaciones metodológicas de Steno que
fundamentan la posibilidad empírica de
reconstruir el pasado a partir de los fenómenos
que observamos en las rocas actuales. Tal vez la
mejor síntesis la ofrece ELLENBERGER
(1989:202) y a ellas nos atenemos. Reconoce que
las aportaciones del Canis Carchariae al
nacimiento de la geología han sido, con
frecuencia, eclipsadas por las del Prodromus. Sin
embargo, muchas de las ideas de Steno están ya
presentes aquí. Ellenberger reseña un total de 16
aportaciones de Steno al nacimiento de las
68
Ciencias de la Tierra. Destacamos las que parecen
ser más importantes y están relacionadas con el
Canis Carchariae:
*La primera de ellas, es la convicción
fundamentada con “hechos” de que la superficie
de la tierra está cubierta por rocas que se
acumulan formando estratos. Éstos se han
depositado horizontalmente, son de composición
diferente y algunos luego se han inclinado.
*El origen de los estratos, según Steno, se
relaciona con otro concepto nuevo: el de
sedimento. Los estratos se han ido acumulando
unos encima de otros, y en principio estaban
formados por sedimentos acumulados por las
aguas, y se fueron depositando gradualmente en
el fondo. Es más: unos sedimentos se han
formado por decantación y otros por
precipitación química.
*Estos sedimentos, después de depositarse
horizontalmente se consolidan y luego pueden
haberse dislocado en bloques o fracturas.
*Lo que hoy llamaríamos “fosilización” se
explica por la expulsión de la materia animal
participante y el aporte de un “jugo mineral”.
*Todas las glosopetras, tanto las ordinarias
como las muy grandes, no son otra cosa que
restos de los dientes de Canis Carcharias,
tiburones que en otro tiempo poblaron mares
que hoy se han retirado. Esto supone que la isla
de Malta, de donde proceden algunas glosopetras,
tuvo que ser levantada después fuera del mar por
un fenómeno de origen subterráneo.
69
Conclusión
El Canis Carchariae, publicado por Nicolás
Steno en 1667, debe ser considerado como una
obra clave para entender los fenómenos
geológicos.
La interpretación de las glosopetras llevó
al genial médico y anatomista danés a observar
las rocas de la Toscana, desarrollar un método
baconiano de observación, anotación de datos e
interpretación de los mismos.
Los conceptos de “estrato” y “sedimento”
son claves desde entonces para una adecuada
interpretación moderna del registro geológico
considerado como un archivo de información
codificada sobre la historia pretérita del planeta,
tal como desarrolla en el Prodromus de 1669, de
alguna manera, el principio del actualismo, en su
forma más simple, está ya presente.
70
Documento 7: Tiburones
71
en el Elementorum Myologiae [número 8] lo
denomina con el nombre antiguo de Lamia al que
fue capturado y que él estudia. Se denominaba
con este nombre mitológico a monstruos marinos
que tenían rostro de mujer y cuerpo de dragón.
Se suponía en los primitivos estudios
zoológicos que eran formas marinas carnívoras
cercanas a los “perros” y por ellos se denominaba
“peces-perros”, “peces del grupo de los perros” o
“perros terribles” (en griego, el verbo karkaíro
significa temblar, aterrorizar). Canis Carchariae
es la latinización de la expresión perro que hace
temblar. En el siglo XVII, aún no existía la
nomenclatura binomial, y los naturalistas eran
muy laxos en sus asignaciones taxonómicas.
Sistemáticamente, los tiburones y escualos se
sitúan dentro de la clase Chondrichtyes (peces
con esqueleto cartilaginoso). Dentro del orden
Euselachii (auténticos tiburones) se encuentra la
familia Isuridae (conocida también como
Lamnidae) que incluye los géneros Isurus (como
el marrajo), Acopias, Carcharodon (como lo que
hoy se llama el jaquetón o pez-perro), y Lamna
(como el cailón).
El tiburón descrito por Steno parece
pertenecer al género Carcharodon. Este género
fue descrito nominalmente por vez primera por
Agassiz en 1838. Pero ya Linneo (1758),
denomina como Carcharodon carcharias, a
formas fósiles de grandes dientes triangulares.
Agassiz (1838) lo sitúa en sinonimia con
Megalodon. Hoy se suele denominar con el
72
nombre antiguo de Carcharias al Odontaspis, un
tiburón de otra familia diferente. En los tiempos
de Steno, el naturalista J. Jonston (De piscibus et
cetis, 1767) figura tres ejemplares de Canis
Carchariae en los que Steno se inspiró para su
famosa lámina I. El estudio zoológico de la forma
estudiada por Steno supone que se trata de
Carcharodon rondeletti según los zoólogos
consultados.
73
Inicio del texto manuscrito del Canis Carchariae
74
Documento 8:
Textos de Canis Carchariae
Nicolás Steno
ELEMENTORUM MYOLOGIAE SPECIMEN
75
[57] Historia
Qué cosas nos constan por la experiencia sobre
estas tierras y estos cuerpos
76
contacto; casi todos lo que estaban en la
superficie de la tierra se reducían fácilmente a
polvo blanco.
8-He visto que en la arcilla los cuerpos son mucho
más numeroso y todos de la misma consistencia
sea cual sea el punto en que se encuentren; se
hallan incrustado como si se les hubiera
cementado con cal y yeso.
9- Los cuerpos similares a partes de animales
marinos, extraídos de una tierra, ya sea más
blanda o más dura, son muy similares no sólo
entre ellos mismos sino también a las partes
correspondientes de los animales: no hay
diferencia alguna con los bivalvos por lo que
respecta a las estrías, a las conexiones de las
lamelas, a la valvas y a la sinuosidad de las partes
cóncavas, las comisuras y las charnelas.
10-Estos cuerpos son más o menos sólidos: hay
casos en que son como piedras, y a veces se hacen
polvo fácilmente.
11-En algunos lugares se encuentran
numerosísimas conchas de testáceos de forma
variada, endurecidas y formando un solo bloque.
Algunas veces se extraen del tierra también
conchas rotas; además se han visto, en algunos
bloques numerosas glosopetras de diversos
tamaños y no todas enteras, pegadas al bloque
como si fuese su matriz.
77
[59] Conjetura 1
¿Puede hoy la tierra producir esos cuerpos?
[62] Como quiera que en los tiempos recientes
no se ha visto que se produzca más un cuerpo en
la tierra más dura que en la tierra más blanda; y
como quiera que la tierra más blando en algunos
lugares, parece destruir tales cuerpo, es por tanto
lícito suponer que la tierra no produce hoy
cuerpos similares a las partes de animales que de
ella se extraen.
[63] Conjetura 2
¿Fue siempre compacta la misma tierra?
1); en consecuencia, como los cuerpos que crecen
dentro de tierra sólida son extraordinariamente
deformes, y ya que, en realidad, estos cuerpos son
en todas partes similares entre sí, esto significa
que la tierra no era compacta en el momento en
que se produjeron los cuerpos mencionados.
[65] Conjetura 3
¿Estuvo en el pasado la tierra cubierta por las
aguas? No hay obstáculos para creer que la tierra
hubiera estado un tiempo cubierta por las aguas.
Por tanto, ya que el aspecto mismo de la tierra y
los ejemplos de lo sucedido en otro lugares nos
convencen de que la tierra estuvo en otro tiempo
dispuesta de otra manera, y que el suelo, que en
otro tiempo era menos compacto (Conjetura 2),
¿qué nos impide suponer que la blandura de la
78
superficie de la tierra depende de las aguas y
creer que, antes de que la tierra cambiara de
aspecto, estuvo cubierta por las aguas bien sea
directamente por aguas que estaban situadas al
aire libre, o que [surgiendo del interior]
inundasen la corteza de la tierra?
[69] Conjetura 4
¿Podría la tierra haber estado mezclada en el
pasado con el agua?
Basándose en esto, muchos creen que las aguas
minerales contienen los elementos de los
minerales: de esta suposición ha surgido la
famosa “solución” de los metales, en nombre de la
cual intentan extraer mercurio y azufre de un
metal.
[78] Conjetura 5.
¿Podría haberse formado el sedimento a partir del
agua?
No creo que haya obstáculo para considerar que
la tierra esté formada por un sedimento
depositado lentamente por el agua.
[91] Conjetura 6
Los cuerpos sólidos extraídos de la tierra, y que son
similares a las partes de animales, ¿pueden ser
considerados partes de animales?
No hay obstáculo para considerar
verdaderas partes de animales los cuerpos
79
semejantes a las partes de animales que se
extraen de la tierra.
80
Documento 9:
Introducción a la lectura del
Pródromo de Nicolás Steno
(1669)
81
Con la guía intelectual baconiana de Steno
estamos intentando recorrer el mismo proceso de
búsqueda de respuestas. Ya hemos mostrado que
los dientes son de tiburón, que se encuentran en
Toscana junto a otros seres marinos antiguos.
Que están incluidos en los estratos que son restos
de sedimentos. Que los estratos se sitúan
horizontalmente.
Leer el Prodromo
Nos ha parecido que es necesario aportar
aquí algunas orientaciones para que el lector no
especialista comprenda el sentido global del
Pródromo de Steno.
Tanto Scherz (1969: 25-28) como
Ellenberger (1989:206-213) presentan sendos
esquemas amplios que comprenden los
contenidos del De solido intra solidum naturaliter
contento Dissertationis Pródromo de Nicolás
Steno.
82
Éste consideró su trabajo más bien como
una pieza oratoria y no parece que pretendiera
darle una estructura sistematizada tal como se
suele hacer para un "libro", dado que en su
tiempo no existía la geología como cuerpo de
conocimientos organizados.
83
Parte II: Los principios metodológicos
para una recta investigación geológica y
paleontológica. Steno intenta abordar la
resolución de un problema universal: "dado un
cuerpo dotado de una forma y producida según las
leyes de la naturaleza, hallar en el cuerpo mismo
las pruebas que establecen el lugar y el modo de
producción". Tras precisar algunos términos
básicos (cuerpo natural, partículas, fluidos,
movimiento, causa primera) propone los
principios metodológicos, de inspiración
baconiana, que guían su investigación.
84
Este esquema, como puede verse, revela
de algún modo, la intuición epistemológica de
Steno, de acuerdo con la lógica clásica: en primer
lugar, establece el marco de referencia histórico y
filosófico en el que va a desarrollarse el proyecto
de investigación.
Propone Steno en la segunda parte el
marco metodológico para poder llegar a
interpretar correctamente, de acuerdo con la
fundamentación y la metodología, qué significado
tienen los "sólidos dentro de otros sólidos".
85
de Nicolás Steno sobre los geólogos y naturalistas
posteriores. Citemos como ejemplo que Steno
tiene un gran influjo sobre uno de los padres de la
geología italiana, Giovanni Arduino (1714-
1795)22. En su período científico, entre 1758 y
1769, lee los trabajos de Buffon, Valerius, de
Maillet y Steno que le dan la base para sus
investigaciones sobre la geología del norte del
Véneto.
86
Los fósiles, testigos de la vida del pasado
87
Mapa geológico actual de Toscana
88
EL PRÓDROMO DE STENO:
ALGUNAS IMPLICACIONES
DIDÁCTICAS Y SUGERENCIAS
PARA EL AULA DE SECUNDARIA
89
Sobre todo, al tratar de la estratigrafía, los
manuales aluden a Steno pero sin una conexión
histórica.
Sin embargo, muchos son los temas de
interés para educación secundaria y para la
universidad que pueden abordarse desde la
lectura y comentario de los textos de Steno.
Algunos de estos grandes temas de interés
didáctico son los siguientes:
La formación de las montañas.
La formación de los estratos.
La formación de los fósiles y su
interpretación como restos de la vida del pasado.
Los grandes principios de la geología: el
principio de la continuidad de los estratos y el
principio de la superposición de los estratos.
Los estratos, como los archivos de la
historia de la Tierra
Los cambios de posición de los estratos
(inicio de la tectónica)
Nociones sobre alteración, destrucción,
erosión y transporte de las rocas.
Nociones sobre el origen del paisaje por la
acción de los agentes externos.
Nociones de cristalografía geométrica.
Esta relación se podría continuar más...
Pero antes de trabajar con los alumnos conviene
que el profesorado tenga algunos principios
básicos suficientemente asimilados.
90
La lectura y el comentario de algunos
textos de Steno
91
___________________________________________________________
_________________________________________________________
92
existía ya antes otro cuerpo, que impedía a
los materiales que se presentan en forma de
polvo descender más abajo. Por este hecho,
en el momento en que se formaba el estrato
situado más abajo, había bajo él, o bien otro
cuerpo sólido, o bien, un fluido. Pero si se
trataba de un fluido, éste era de naturaleza
diferente a la del fluido situado en posición
superior y era más pesado que el sedimento
sólido de este fluido superior.
2. En el momento en que se formaba uno de
los estratos situados encima, el estrato
inferior habría ya adquirido una
consistencia sólida.
3. En el momento en que se formaba un
estrato cualquiera: o bien éste estaba
limitado por sus lados por otros cuerpos
sólidos, o bien el estrato cubría todo el
globo de la Tierra. De aquí se sigue que en
cualquier lugar de la tierra que se
considere, cuando se observan los lados
desnudos de los estratos24, hay que, o bien
buscar la continuación de estos mismos
estratos, o bien encontrar este otro cuerpo
93
sólido que ha frenado la materia rocosa de
los estratos impidiéndoles extenderse más
lejos.
4. En el momento en que se formaba cualquier
estrato, la materia que estaba situada por
encima de él era toda ella fluida; debido a
este hecho, en el momento en que se
formaba el estrato más bajo no se había
formado aún ninguno de los estratos
superiores25.
94
Documento 10: aplicación de los
principios de Steno a un caso
concreto
[D. CUARTA PARTE: un ejemplo de aplicación
de lo dicho
a la geología de la Toscana]
95
sea que existiera allí (entre A y C) otro cuerpo
sólido sosteniendo los bordes desnudos de los
planos más elevados (véase más adelante nuestra
96
alusión a las canteras subterráneas). O, lo que es
lo mismo, en estos lugares donde hoy se ven
colinas de rocas arenosas, cursos de agua,
marismas, llanuras bajas, escarpes y planos
inclinados, en otros tiempos todo era llano y en
aquella época todas las aguas, tanto de lluvias
como de manantiales, o bien inundaban esta
misma superficie plana o bien se habían abierto
por debajo canales subterráneos: por lo menos
había cavidades bajo los estratos subterráneos.
2) En la época en que se formaba el plano
B. A, C, y los planos subyacentes, todo el plano B,
A, C fue cubierto por las aguas; o lo que equivale a
lo mismo, en un determinado momento el mar se
levantó por encima de las colinas formadas por
rocas arenosas por muy altas que fueran.
3) Antes de que se formara el plano B, A,
C, los planos F, G, I, tenían el mismo lugar que
conservan actualmente, o lo que es lo mismo,
antes de que se formaran los estratos de las
colinas formadas por rocas arenosas, había en
estos mismos lugares profundos valles.
4) En un determinado momento, el plano
inclinado I estaba en el mismo plano que los
planos horizontales F y G; y los lados desnudos
de los planos I y G, o bien se prolongaban en
continuidad, o bien había allí otros sólidos
sosteniendo estos bordes desnudos, cuando se
formaban dichos planos. O, lo que es lo mismo, en
estos lugares en donde hoy se observan los valles
entre las cimas planas de las altas montañas,
hubo un tiempo una llanura continua bajo la cual
97
se formaron inmensas cavidades antes de los
hundimientos de los estratos superiores.
5) Cuando se formaba el plano F y G un
fluido acuoso se extendía sobre él; o, lo que es lo
mismo, hubo un tiempo en el cual las cimas
planas de las más altas montañas estuvieron
cubiertas por las aguas.
[94] Por ello, reconocemos en la Toscana
seis "aspectos" geológicos diferentes; según éstos,
la Tierra fue dos veces fluida, dos veces plana y
dos veces áspera [accidentada]; para la Toscana
lo demuestro por inducción a partir de los
múltiples sitios examinados por mí mismo y lo
confirmo para la Tierra entera por las
descripciones de los lugares variados
proporcionadas por los diferentes autores. Pero
con el objeto de que nadie tema lo peligrosa que
pueda ser esta explicación novedosa, me
propongo ahora exponer en pocas palabras la
concordancia existente entre la Naturaleza y la
Escritura, para lo cual revisaré las principales
dificultades que podrían presentarse en relación
con cada uno de los "aspectos" [ya citados] de la
Tierra.
[95] Con respecto al primer "aspecto" de la
Tierra, concuerdan la Escritura y la Naturaleza en
que todo estaba cubierto por las aguas; pero
sobre cómo y cuándo sucedió esto, y cuánto
tiempo duró este cubrimiento, la Naturaleza no
dice nada, y la Escritura sí ha hablado. Que hubo
un fluido acuoso en un momento en que los
animales y plantas no existía aún y que este fluido
98
acuoso lo cubría todo, lo prueban plenamente la
presencia de los estratos de las más altas
montañas, en las que falta cualquier cuerpo
heterogéneo: su figura es testimonio de la
presencia del fluido; su materia lo es de la
ausencia de cuerpos heterogéneos; y la similitud,
tanto de materia como de figura, en las estratos
de montañas diferentes y alejadas unas de otras,
demuestra que este fluido fue universal.
Pero si alguien dijese que en estos estratos
los cuerpos sólidos de diversa naturaleza
contenidos en ellos han sido destruidos en el
transcurso del tiempo, no podrá negarse en
absoluto que en este caso se debería observar
una diferencia clara entre la materia del estrato y
la materia que se filtró por los poros del estrato y
rellenó los lugares de los cuerpos consumidos.
Pero si a pesar de ello, en determinados lugares
se hallaran por encima de los estratos del primer
fluido otros estratos que contienen cuerpos
diversos [los fósiles], de esto no se deduciría nada
más, sino que se habrían depositado nuevos
estratos producidos por otros fluidos sobre los
estratos procedentes del primer fluido, y su
materia podría igualmente rellenar las ruinas de
los estratos que aún permanecen y que fueron
producidos por el primer fluido. Y así nosotros
volvemos otra vez a lo mismo: que en el momento
en que los estratos de materia no mezclada, que
es patente en todas las montañas, se estaban
formando, el resto de los estratos no existía
todavía; pero que todas las cosas estaban
99
cubiertas con un fluido desprovisto de plantas,
animales y otros cuerpos sólidos. De aquí que
nadie pueda negar que los estratos de esta clase
podrían haber sido producidos inmediatamente
por el Primer Motor, tal como atestiguamos
claramente por la concordancia entre la
Naturaleza y la Escritura.
[96] En cuanto al segundo "aspecto" de la
Tierra, que fue plana y seca, la misma Naturaleza
calla sobre cuándo y cómo pudo comenzar; sin
embargo, la Escritura sí habla. Sin embargo,
respecto a la cuestión de cómo era el aspecto de
esta tierra [de la Toscana] tal como se muestra
por lo que se observa, se puede confirmar con la
Escritura a lo que da el asentimiento la
Naturaleza, ya que ésta muestra que las aguas
que manaban de una fuente regaban toda la
tierra26.
Respecto al tercer "aspecto" de la tierra, la que
se ha denominado áspera, respecto a la
pregunta de cuándo comenzó, ni la Escritura
ni la Naturaleza pueden determinar nada.
Sobre la explicación de por qué existió la gran
desigualdad, la Naturaleza lo demuestra; y la
Escritura hace mención, sin embargo, al citar
los montes del Diluvio. Por otra parte, a la
pregunta de cuándo fueron creados aquellos
montes que menciona la Escritura, ¿serían
100
esos mismos montes como los montes de hoy?
La profundidad de los montes ¿existían al
comienzo del Diluvio, sería como los de hoy? Al
quedar deprimida o hundida la superficie ¿se
debió a la surgencia de las aguas por la ruptura
de los estratos que habrían abierto nuevas
convulsiones? Esto no lo determinan ni la
Escritura, ni la propia Naturaleza.
[97] Acerca del cuarto "aspecto", que se
refiere a cuando todas las cosas eran las aguas
[del mar], parece causar mayor dificultad, aunque
en verdad no es fácil que vuelva a ocurrir. Que
hubiera existido un mar con un nivel más alto del
que se acostumbra ver hoy, lo atestigua la génesis
de las colinas en las que hay el sedimento del
mar; y éstas cosas se observan no solamente en la
Toscana, sino también en muchos lugares que
están alejados del mar, en los cuales las aguas
descienden hacia el mar Mediterráneo; e incluso
en aquéllos lugares en los que las aguas corren
hacia el Océano. La Naturaleza no contradice a la
Escritura cuando aquélla determina a qué altura
llegó el mar27, puesto que la observación
muestra que:
1. Existen indicios ciertos de la llegada del
101
mar que se encuentran en lugares que están
elevados cien pies sobre la superficie actual del
mar.
2. Nadie podría negar esto: que si en el
comienzo de las cosas todos los materiales
sólidos de la tierra estuvieron cubiertos por un
fluido acuoso, éstos pudieron quedar cubiertos
otra vez por el fluido acuoso, ya que ciertamente
el cambio de las cosas naturales ha sido continuo,
por lo que la acción natural no ha producido la
destrucción total ¿Quién ha investigado la
estructura del interior de la tierra y podría negar
la posibilidad de la existencia de enormes
espacios allí, unas veces llenos de fluidos acuosos,
y en otras ocasiones llenos de fluidos aéreos?28
3.No se sabe y es completamente incierto, que
en los comienzos del Diluvio existiera la
profundidad de los valles; sin embargo la
razón incita a creer que en los primeros siglos
del mundo había pequeñas cavidades que se
habían formado al ser corroídas por el agua y
el fuego, de modo que por ello se produjeron
allí hundimientos no muy profundos de los
estratos; sin embargo, podemos afirmar que
los altísimos montes de los que hace mención
la Escritura eran las montañas más altas que se
102
encontraban en aquellos tiempos, pero no más
altas que las que ahora vemos.
4. Si el movimiento de algunos seres vivos
hubiera podido hacer aquello o esto, o que
libremente y por su voluntad las aguas volviese a
los lugares secos fuera del lugar que ocupaban, o
que a veces éstas tierras se inundasen con nuevas
avenidas de agua, ¿por qué no podríamos
nosotros estar dispuestos a conceder a un Primer
Motor de todas las cosas aquella misma libertad y
las mismas fuerzas?
Respecto al tiempo del Diluvio Universal
de la Historia Sagrada todas las cosas que
minuciosamente se declaran aquí no están en
contradicción con la historia profana. Las
ciudades más antiguas de la Toscana, algunas de
las cuales están edificadas sobre colinas que
fueron producidas por el mar, se fundaron hace
más de tres mil años; en Lidia, sin embargo
llegamos a cerca de cuatro mil años, de lo que se
puede deducir de este hecho que el momento en
el que la tierra firme fue abandonada por el mar
está de acuerdo con el momento de que hace
mención la Escritura29.
Respecto a cómo explicar el modo cómo
surgieron las aguas, podríamos aducir varios
103
argumentos procedentes de las leyes de la
Naturaleza. Porque si, por ejemplo, alguno dijera
que en la Tierra el centro de gravedad no está
siempre en centro de la figura, sino que a veces se
aleja de una de sus partes y a veces de otra, en la
medida en que las cavidades subterráneas se
hubieran ido formando en lugares diferentes,
entonces se podrían explicar fácilmente
cuestiones como ésta: ¿por qué el fluido que lo
cubría todo en el principio de las cosas, lo
abandona todo dejando en seco determinados
lugares, para volver a ocuparlos de nuevo?
[98] Con la misma facilidad se puede
explicar el diluvio universal, si suponemos que
alrededor del fuego situado en el centro de la
esfera de la Tierra está situada una esfera de las
aguas, o por los menos si allí hubiera grandes
depósitos; de aquí que sin que tuviera que
cambiar nada la posición del centro de gravedad
de la tierra, se podría producirse la efusión del
agua encerrada30.
Pero a mí me parece que hay un modo más
fácil para explicar por qué se encuentra una
suficiente cantidad de agua en los valles de
menor profundidad sin tener que acudir al
cambio de centro, o a la forma de la tierra o a la
104
gravedad. Y esta explicación sencilla sería la
mejor si admitiéramos:
1.- Que algunos fragmentos de
determinados estratos que han caído atascan los
conductos subterráneos por los cuales el mar
envía el agua al manantial de las fuentes al
penetrar en los huecos de la tierra.
2. - Que el agua encerrada en las vísceras
de la tierra (lo cual ninguno de los mortales pone
en duda), ha sido en parte lanzada hacia las
fuentes por la fuerza del fuego subterráneo (de
todos conocido); y en parte, ha sido arrojada por
los poros de la tierra hacia el aire en los lugares
aún no cubiertos por las aguas; por ello, las aguas
caen al suelo en forma de lluvia, no solo porque
ella está siempre presente en el aire, sino
también porque está mezclada con él del modo
dicho.
3.- Que el fondo del mar se ha elevado,
debido a la expansión de las cavernas
subterráneas.
4.- Que las restantes cavidades que hay
sobre la superficie de la tierra se llenan de
materia terrosa, que ha sido rebajada desde sitios
muy altos por el continuo modo de actuar de las
lluvias.
5.- Que la misma superficie de la tierra era
entonces menos desigual, ya que entonces estaba
más cerca de su estado original.
105
Si aceptamos estos puntos, no estaríamos
admitiendo nada que sea contrario ni a la
Escritura, ni a la razón, ni a la diaria experiencia.
Lo que sucedió en la superficie de la tierra,
mientras estuvo cubierta por las aguas no lo
declaran ni la Escritura ni la Naturaleza; podemos
asegurar que en aquel tiempo se produjeron
profundos valles por causas diversas: 1.- Por la
fuerza de fuegos subterráneos que formaron
cavidades que se hicieron y que dieron lugar a
hundimientos muy grandes. 2.- Y es así porque
era necesario abrir a las aguas un retorno hacia
las profundidades de la Tierra; 3.- Y es así
porque hoy se observan en sitios lejanos del mar
valles profundos repletos de sedimentos marinos.
106
Esto sí que es cierto. Que una gran
cantidad de la tierra es arrastrada cada año al
mar (lo cual se muestra fácilmente a la mirada de
aquel que considera atentamente la amplitud y el
largo trayecto de los ríos a través del interior de
las tierras así como el número incontable de
torrentes en las regiones Mediterráneas), por lo
que al ser acumuladas las tierras por los ríos en
las cercanías de las orillas del mar dejaron nuevas
tierras aptas para ser habitadas. Estas cosas están
confirmadas por la opinión de los Antiguos que
hablaban de regiones enteras que se habían
formado por la acción de los ríos y que tenían el
mismo nombre que esas regiones; y también por
la tradición de los Griegos, que relataban la
historia de hombres que descendiendo
gradualmente de las montañas, habían habitado
regiones marítimas que era estériles debido al
exceso de humedad pero que se fueron haciendo
fértiles con el discurrir del tiempo.
107
La historia de los primeros cientos de años
después del Diluvio contada por los autores
profanos es confusa y llena de puntos dudosos;
pero transcurridos los años, los historiadores
comenzaron a celebrar los hechos de los varones
ilustres, pero no los milagros de la Naturaleza.
Echamos de menos sin embargo, los documentos
citados por los escritores, en los cuales narraron
la historia de los cambios acontecidos en los
diversos lugares; y así, el resto de los autores,
cuyos escritos se conservan, solamente algunos
relatan casi año por año las maravillas de la
naturaleza, los fuegos que brotan en las tierras,
los desbordamientos de mares y ríos; así, éstos
autores demostraron fácilmente que en los cuatro
mil años se produjeron muchos y variados
cambios; si esto es así, se equivocan mucho los
que denuncian múltiples errores en los escritos
de los Antiguos, por el hecho de encontrar en
ellos desacuerdos con la geografía de hoy .Yo no
quiero fácilmente dar fe a las narraciones
fabulosas de los antiguos; pero parece ser que
sucedieron muchas cosas allí a las que yo no
negaría darles crédito.
108
que hayan existido los diversos sitios citados en
los itinerarios de Baco, Triptolomeo, Ulises, Eneas
y otros, ya que no se corresponden con cosas que
están sucediendo hoy.
109
110
Documento 11:
Las raíces históricas
y el desarrollo
de una ciencia peculiar:
la Geología
111
ciencias de la Tierra. Unos principios que hoy nos
parecen de sentido común pero que entonces no
lo eran: el principio de la horizontalidad de los
estratos, el principio de la continuidad
horizontal de los estratos y el principio de la
superposición de los estratos31.
Por ello puede situarse Steno con toda
razón en las raíces del árbol del conocimiento
sobre el planeta Tierra. Junto con Hutton y Lyell
puede ser considerado como uno de los
fundadores de la geología como ciencia32.
112
Duque de Toscana, Fernando II, pidió a su
anatomista preferido, Nicolás Steno que hiciera
una disección de la cabeza. Steno acogió con
gusto la idea. Y se puso al trabajo. Le llamaron la
atención los dientes agudos que se alineaban en
las mandíbulas del tiburón. Observó que eran
idénticos a las glossopetrae del Gabinete. En el
estudio que posteriormente publicó Steno
postula la hipótesis de que las glossopetrae no
eran otra cosa que los dientes de antiguos
tiburones que por avatares del destino se
encontraban el las montañas de Malta.
El instinto de Steno se despertó: ¿qué
hacían esos dientes de tiburón tan lejos de la
cosa? ¿Cómo habían llegado hasta allí? Esto incitó
su curiosidad y se lanzó a la aventura en los
montes de Volterra cerca de Florencia. Allí,
enterrados en los sedimentos de arenisca,
encontró conchas, caracoles, huesos y también
glossopetrae como los de Malta. Este
descubrimiento incitó su curiosidad e inició una
investigación sobre cómo estos fragmentos que
hoy consideramos acertadamente como fósiles
habían llegado a ocupar ese lugar, embebidos
dentro de otras rocas: "sólidos dentro de otro
sólido".
La obra de Steno más famosa para los
geólogos ha sido traducida al castellano y
publicada recientemente por el que les habla. Es
un número monográfico editado en 2003 de la
revista Enseñanza de las Ciencias de la Tierra. El
nombre de este trabajo es De Solido intra Solidum
113
Naturaliter Contento Dissertationis Prodromus
(Introducción a un discurso sobre la presencia de
cuerpos sólidos incluidos de forma natural dentro
de otros cuerpos sólidos) y es más conocida por
la última de las palabras, que castellanizada es el
Pródromo). Fue publicada en su primera edición
en Florencia en 1669 y pretende ser el anticipo
de una obra más extensa que, desgraciadamente,
como a veces suele suceder, nunca escribió.
En su estudio geológico y paleontológico,
Steno distingue en la Toscana un basamento
inferior sin fósiles y otro fosilífero formado
durante el Diluvio para el que da una explicación
racional respaldada en los datos empíricos según
el método inductivo de Francis Bacon33.
Encima de estos materiales (y aquí está la
gran novedad) sitúa unas capas de rocas con
fósiles. Estos estratos se depositaron
sucesivamente unos sobre otros a lo largo de
mucho tiempo.
En opinión de Steno, estos procesos
naturales que se dan en la superficie de la Tierra
están de acuerdo con los datos de la Biblia, por lo
que no encuentra contradicción "entre la
Naturaleza y la Escritura" (sic). El gran mérito de
Steno, como veremos, es haber definido
114
conceptos nuevos para la geología, como el
concepto de "estrato" y haber enunciado los
principios geológicos de continuidad de los
estratos y de superposición de los estratos Gracias
a éstos, la geología se convierte en una ciencia
histórica que pretende reconstruir la historia
pasada del terreno a partir de las capas de roca
estratificada, que son los archivos que contienen
la historia del planeta. Steno, por tanto, sienta las
bases de la Estratigrafía y por ello de la escala
geológica del tiempo relativo que se han
constituido como uno de los fundamentos
científicos de la geología desde el siglo XVIII.
115
principales tal como se han adoptado aquí. Las
primeras páginas se suelen considerar como una
exhortación inicial. En ellas, Steno tras dedicar su
obra al Gran Duque de Florencia, Fernando II,
manifiesta que él parte de sus propias
observaciones en las montañas de Toscana. Lo
describe minuciosamente:
"Visitadas una y otra vez las tierras donde
salen a la luz las conchas y otros tipos de restos
marinos, hice notar que estos suelos fueron
sedimentos originados por un mar de aguas
turbias, y que era posible calcular hace cuánto
tiempo estuvo en cada lugar el mar de aguas
turbias; en un primer momento, me pareció que
todo lo que allí interpretaba iba a ser una
investigación que llevaría breve tiempo. Pero en
ello me engañaba, e incluso se engañaban otros
que sacaban conclusiones prematuras".
Por tanto, la obra de Steno sigue los
dictados de la filosofía natural de Francis Bacon
(Sequeiros, 1999) quien en 1620 había publicado
su Novum Organon, la alternativa a la vieja lógica
formal aristotélica. Para Bacon, el conocimiento
verdadero proviene de la observación y de la
experimentación. Lo cual está implícito en el texto
siguiente de Steno:
"No conociendo, por tanto, qué otros
experimentos y estudios me estarán esperando,
pienso que es mejor pararse ahora en estas cosas
referentes a un cuerpo rocoso sólido encerrado en
otro cuerpo rocoso sólido, que son una señal para
vos de mi gratitud por los favores que he recibido,
116
y me dan la oportunidad para otros trabajos
relacionados con el cultivo de los estudios de física
y geografía, que según mis deseos he llevado a cabo
para mi descanso y con gran provecho y con
dedicación".
117
producción si desconoce el modo de producción; y
todas las discusiones sobre el modo de producción
son inútiles a menos que tengamos un
conocimiento cierto de la naturaleza de la materia
[rocosa]. De aquí se deduce que es patente la gran
cantidad de problemas que deben ser resueltos
antes para poder llevar a término esta línea de
investigación".
118
situado más abajo, había bajo él, o bien
otro cuerpo sólido, o bien, un fluido.
Pero si se trataba de un fluido, éste era
de naturaleza diferente a la del fluido
situado en posición superior y era más
pesado que el sedimento sólido de este
fluido superior
2. En el momento en que se formaba uno
de los estratos situados encima, el
estrato inferior habría ya adquirido una
consistencia sólida.
3. En el momento en que se formaba un
estrato cualquiera: o bien éste estaba
limitado por sus lados por otros cuerpos
sólidos, o bien el estrato cubría todo el
globo de la Tierra. De aquí se sigue que
en cualquier lugar de la tierra que se
considere, cuando se observan los lados
desnudos de los estratos, hay que, o bien
buscar la continuación de estos mismos
estratos, o bien encontrar este otro
cuerpo sólido que ha frenado la materia
rocosa de los estratos impidiéndoles
extenderse más lejos (aquí está el
principio de continuidad lateral de los
estratos).
4. En el momento en que se formaba
cualquier estrato, la materia que estaba
situada por encima de él era toda ella
fluida; debido a este hecho, en el
momento en que se formaba el estrato
más bajo no se había formado aún
119
ninguno de los estratos superiores"
(aquí está el principio de
superposición).
120
de investigación. Propone Steno en la segunda
parte el marco metodológico para poder llegar a
interpretar correctamente, de acuerdo con la
fundamentación y la metodología, qué significado
tienen los "sólidos dentro de otros sólidos". Y
todo lo anterior, lo aplica al conocimiento
geológico de la Toscana, de modo que tenemos
aquí, bien asentada científicamente, la historia
geológica de un entorno geográfico natural, y en
su opinión, esta reconstrucción no se opone a la
doctrina de las Escrituras.
121
nacer en la Europa occidental una nueva ciencia,
que se desarrollará en los siglos siguientes, y que
poco a poco se difundirá por todo el mundo".
Esta "nueva ciencia" de la que tratan los
historiadores se corresponde con un momento de
efervescencia de la creatividad humana. Desde
Gilbert, Kepler y Galileo hasta el mismo Steno,
junto a Huyggens, Malebranche, Leibniz y
Newton, pasando por Bacon, Harvey y Descartes,
los que hoy llamamos "científicos" del siglo XVII
en Europa colocan los principios de la ciencia
moderna. Mientras sostenían su lucha, a menudo
difícil, contra los prejuicios, la tradición y la
rutina, esos hombres geniales supieron explicar
los grandes principios que todavía hoy se
encuentran a menudo en la base de nuestras
concepciones. Aquellos filósofos naturales
tuvieron el mérito inmenso de crear métodos
originales y fecundos, de renovar amplios
dominios científicos y de dar a la investigación un
decisivo impulso.
Algunos historiadores de la Geología
afirman que en el siglo XVII es cuando aparece la
Geología como ciencia natural dotada de su
propia racionalidad35.
122
La naturaleza real de los fósiles había sido
comprendida antes, por Leonardo da Vinci o
Bernad Palissy. Pero aunque correctas, sus
observaciones no se basaban aún en la Geología.
Ellenberger36 centra el estudio de las ideas
geológicas en el siglo XVII sobre tres autores muy
diferentes entre sí: Descartes, que lanza la gran
revolución, pero que es incompetente respecto a
una geología basada en la observación y se
refugia en especulaciones; Gassendi, su rival de la
época, muy interesante por el influjo sobre Steno.
Por nuestra parte, añadiremos la figura de
Leibniz que, aunque no influye directamente
sobre Steno, sí recoge alguna de sus ideas.
La geología de Descartes
Steno cita a lo largo del Pródromo algunas
ideas de Descartes. Siendo muy joven, Steno
manifestó su interés por las ideas cartesianas en
sus confesiones escritas en su cuaderno Chaos
(escrito entre 1659 y 1660). Numerosos autores
han citado y figurado la famosa ilustración de la
123
estructura del globo terrestre reproducida en los
Principia Philosophiae37. Para Descartes, la Tierra
es un astro enfriado, excepto en su centro, donde
subsiste encerrada una materia comparable a la
del Sol (señalado como I en sus esquemas).
124
sido la Tierra al comienzo y se aventura a esbozar
cómo podía haber sido su historia natural.
Nuestro autor desconoce la erosión, la
sedimentación y los fósiles, conceptos que
desarrollará genialmente Steno. Descartes se
guarda muy bien de mezclar su construcción con
los textos sagrados. No realiza una concordancia
(como luego hará Steno) a quien seguirán
después los diluvistas ingleses y los suizos.
Tal vez el mayor mérito de esta
construcción de Descartes (de 1644) es haber
definido un método de investigación crítica
racional. La prueba de su valor es haber
permitido a los cartesianos instruidos- apunta
Ellenberger (1989) - superar al mismo Descartes
usando su mismo método. Steno será el ejemplo
más característico.
La geología de Gassendi
Pierre Gassend (1592-1655) (más
conocido como Gassendi), contemporáneo de
Descartes, fue considerado en su época como una
de las figuras más importantes en cuanto a la
filosofía y a la física, especialmente por su hábil
rehabilitación del atomismo de Epicuro38 y su
hostilidad hacia determinadas opiniones de
Descartes, como la de los animales-máquina.
125
Steno lo califica en sus obras de Galliae
Lumen y menciona sus ideas sobre la producción
de las piedras. Su obra geológica se contiene en
De lapidibus ac metallis, en la sección III de su
física39. Gassendi empieza por una clasificación
de las "piedras" (lapides) muy convencional y
afirma que las rocas y las piedras continúan
formándose en nuestros días. Para que las
piedras se sigan reproduciendo hace falta una
fuerza petrificante (vis lapidifica) e igualmente,
una fuerza que hace nacer nuevas piedras (la vis
seminal). Esta fuerza seminal es la que organiza la
intimidad de las piedras, su forma y disposición.
Para Gassendi, los fósiles se formaron por
petrificación adquirida. Unos no tienen más que
una costra o revestimiento de piedra y se han
formado por medio de fuentes minerales
petrificantes. Otros, que tienen "cuerpo", son
producto de jugos sutiles que impregna los
cuerpos de antiguas plantas o animales. Si su
concepto de "jugo lapidiscente" se tradujera
como "solución mineralizante", su interpretación
de los fósiles sería correcta.
Como todos sus contemporáneos,
Gassendi es incapaz de entender el tiempo
geológico y opta por una cronología corta sin
referencia a la cronología bíblica para no entrar
en debates teológicos.
126
La geología de Leibniz
Al filósofo Leibniz (1646-1716) se le
conoce poco como creador de una de las Teorías
de la Tierra que han existido40. Su obra geológica
fue escrita en 1690, pero permaneció inédita
hasta 1749. Pero en vida publicó dos cortas notas,
ricas y densas. La primera apareció en 1693 con
el título Protogaea y gozó de una gran notoriedad.
Esta Teoría de la Tierra resume su propia
cosmología. La segunda nota es de 1710 y es más
anecdótica. La obra geológica citada más arriba,
no publicada hasta 1749, estaba escrita en latín y
tenía una traducción al alemán.
Leibniz recoge algunas ideas dispersas de
Descartes, según el cual la Tierra es un astro
incandescente enfriado. El modelo de una estrella
apagada fue seguida luego por Buffon y los
plutonistas. Para Leibniz, periódicamente hay
inundaciones en la Tierra que van depositando
poco a poco los distintos sedimentos. Desde esta
perspectiva, el Diluvio bíblico queda
prácticamente relegado al olvido. En estas
inundaciones quedan enterrados seres vivos que
pasan a petrificarse.
127
Athanasius Kircher (1601-1680) y las
ideas sobre el interior de la Tierra en el
siglo XVII
La obra cumbre de Steno, el Pródromo,
intenta buscar "dentro" de la esfera de la Tierra,
la respuesta a los problemas que se detectan en la
superficie de la misma. Entre 1650 y 1800, los
primitivos geólogos propusieron diversas
hipótesis sobre la composición y estructura del
interior del globo terráqueo41. Desde los tiempos
de Galileo, los filósofos se preguntan sobre lo que
hay en el interior de la Tierra. Con anterioridad,
en la época medieval, los autores no dudaban en
situar el infierno en el interior del planeta, en un
lugar donde hay fuego.
La creencia en el fuego central es
defendida con ardor por los autores del siglo
XVII. Citamos a Descartes, Hooke (1668), Kircher,
Woodward (1695), así como muchos autores del
siglo XVIII. En 1788, James Hutton seguía con
entusiasmo la defensa del modelo plutonista
frente al Neptunista de Werner42. Una de las
hipótesis novedosas sobre sobre el interior de la
Tierra, defendida por Athanasius Kircher y
parcialmente por Nicolás Steno, defiende que el
128
globo terrestre esté parcialmente hueco y
ocupado por cavernas y canales. Se conservan
numerosas cartas de Steno dirigidas a Kircher en
las que comenta y critica algunas de las ideas del
autor de Mundus Subterraneus. Casi todos los
autores que se referían al interior de la Tierra
entre 1600 y 1800 admitían la existencia de
cavernas, cuevas y galerías por debajo de la
corteza sólida. Puestos a situar a Steno dentro de
una corriente de opinión sobre el interior de la
Tierra, sin caer en los excesos organicistas de
Kircher, podemos encuadrarlo en esta opinión.
129
PARADIGMA DESCRIPCIÓN
130
los que hay una re-creación.
131
científicos en leyes, teorías y
principios. Pero hay un elemento
de "azar" (la contingencia de la
realidad) que hace que el
fenómeno de la evolución
innegable de la vida (entendida
como sistema o biosfera) esté
sujeto a factores contingentes que
producen extinciones, no solo de
fondo sino también se producen
extinciones en masa (con gran
poder destructor y constructor).
La Selección Natural darwiniana
no lo explica todo. Se postulan
diversos mecanismos que
irrumpen como impactos desde
fuera del sistema tierra.
132
especulaciones estaban basadas en una
interpretación del libro del Génesis antes que en
las deducciones obtenidas de la observación
rigurosa de la Naturaleza. Debido a su base
bíblica, aquellos ensayos otorgaban, como es
lógico, un gran espacio al Diluvio universal, que
estaba considerado como el acontecimiento más
importante de la Historia de la Tierra después de
la Creación. Con estos autores está situado el
marco epistemológico, científico, filosófico y
teológico del que podría denominarse el
paradigma diluvista, que, como se ha afirmado
más arriba, tuvo un gran impacto e influencia en
la construcción de las primeras Teorías de la
Tierra.
133
que escribe en latín su Telluris Theoria Sacra
(Teoría Sagrada de la Tierra), publicada en 1681,
un año después de la muerte de Steno. Su título
ya es revelador de los contenidos y orientación
epistemológica.
En ella describe, y además lo expresa en
una conocida lámina que ya se ha hecho clásica, la
imagen de un cosmos presidido por el
Pantocrator, alrededor del cual se organizan
varias etapas del mundo. Bajo el indispensable
marco de querubines (dada la época barroca de
Burnet), aparece la figura de Jesucristo glorioso,
en lo alto de un círculo de esferas. Su pie
izquierdo se asienta sobre el inicio, y el derecho
sobre la culminación de la historia de nuestro
planeta. Es un esquema "circular" del tiempo, en
el que todo empieza y termina. Sobre la cabeza
del Pantocrator se muestra la frase "Yo soy el Alfa
y la Omega" (el principio y el fin).
Burnet llegó a esta formulación teórica a
partir de un problema planteado por la
aceptación del relato bíblico. Se trata de lo
siguiente: admitir que la inundación del Diluvio
cubría toda la Tierra, obligaba a plantearse la
cuestión del origen de todas esas aguas, ya que
134
según sus cálculos, para cubrir toda la Tierra
haría falta una cantidad ocho veces superior a la
de los océanos.
Si la explicación debía ser racional (sin
acudir a milagros) la única solución era
considerar que antes del Diluvio la Tierra era lisa,
sin montes ni valles. Así se llegó a la tesis de un
globo prediluvial sin montañas. A partir de esta
conclusión, Burnet propuso una interpretación
racional de las etapas de formación del mundo,
desde la creación, una interpretación en la que
tuvieran cabida ideas científicas modernas, como
la de la gravedad newtoniana.
Todas las metáforas y descripciones de
Burnet registran su opinión de que nuestro
planeta actual no es más que la consecuencia de
una destrucción: "una horrible ruina", "un
quebrado y confuso montón de escombros", "un
pequeño y mugriento planeta".
El calor del fuego central (idea tomada de
Descartes y Kircher) provocó la expansión de los
vapores de agua en el interior, los cuales rompen
la corteza lisa exterior. La corteza rota da lugar a
las montañas (entendidas como ruina de la
corteza inicial).
Las montañas son la ruina de la Tierra tras
el Diluvio. Por otra parte, según esta concepción
los fósiles no podían ser los restos de animales
que hubiesen vivido en un Océano
"antediluviano", ya que no había mares sobre la
superficie de la Tierra original.
135
4.2 John Woodward y el Essay toward a
Natural History of the Earth (1695)
Otro de los autores diluvistas más
influyentes herederos del pensamiento de Steno
es John Woodward45 (1665-1728). Éste ha
pasado a la historia del pensamiento filosófico-
científico-teológico por ser el autor de Essay
toward a Natural History of the Earth, (Ensayo en
torno a una Historia Natural de la Tierra),
publicado en 1695, y escrita cuando contaba 30
años de edad, quince años después de la muerte
de Steno.
Para Woodward, los fósiles eran, desde
luego, los restos de animales "antediluvianos".
Según este autor, en el momento del Diluvio
todas las materias sólidas, incluyendo los restos
de los seres vivientes, se encontraban en el agua
en estado de suspensión, después de lo cual
fueron depositándose conforme al orden
establecido por sus respectivos pesos específicos
(los más pesados, se hundirían en el fango y los
más ligeros quedarían en la superficie del fondo)
formando "capas" o lechos donde se encuentran
hoy petrificados. Pero todos los estratos son de la
misma época: el Diluvio Universal.
136
5. La evolución del cuerpo doctrinal de
la Geología hasta épocas modernas
El siglo XVIII fue testigo de dos tipos de
debate igualmente apasionados en el campo de
las ciencias de la naturaleza: el sostenido por Carl
von Linneo y Jean Louis Leclerc, conde de Buffon,
en torno al creacionismo teológico estricto frente
al progresionismo materialista; y el debate entre
las ideas transformistas de Lamarck frente al
catastrofismo de Cuvier. La "Teoría de la Tierra"
de Buffon sigue los planteamientos clásicos del
fuego interior ocasionado por la permanencia de
fuego interior, de modo que para este autor, el
calor del sol es despreciable en comparación del
calor emanado por el centro de la Tierra.
El período entre 1780 y 1840 es
considerado por los historiadores de la Geología
como uno de los más fecundos en el desarrollo de
esta ciencia. Se le suele denominar el "período
heroico" de la Geología. Durante el mismo se
pusieron los fundamentos epistemológicos de las
modernas Ciencias de la Tierra. En 1780 se conocía
muy poco sobre los procesos que condicionaban la
dinámica terrestre pese a los esfuerzos de los
primeros ingenieros de minas, los mineralogistas,
los coleccionistas de fósiles y los geógrafos y, sobre
todo, se trataba de un conocimiento fragmentario,
poco estructurado. Medio siglo más tarde, el
panorama había cambiado sensiblemente. El uso
137
del principio de actualismo (propuesto por James
Hutton, que considera el presente como la llave
para la interpretación del pasado) junto con
modelos explicativos sobre las causas de los
fenómenos geológicos, dieron lugar a lo que puede
considerarse la primera Teoría de la Tierra
suficientemente estructurada y universalmente
aceptada. Es decir un paradigma (sensu Kuhn,
1975) de gran capacidad explicativa.
Esta visión de conjunto está presente en los
cuatro capítulos históricos con que Charles Lyell
prologa el primer volumen de los Principles of
Geology (1830) y en las respuestas a este volumen
del filósofo natural William Whewell (1794-1866).
En esencia, puede considerarse la situación previa
a 1780 como preparadigmática. En efecto, no se
disponía en ese momento, ni en ninguno anterior,
de una teoría fundamentada y universalmente
aceptada. Por el contrario cada escuela o grupo de
naturalistas defendía modelos explicativos
particulares que con desigual fortuna ayudaban a
entender ciertas características del relieve
terrestre y de los cambios a los que se ve sometido.
Los debates, las investigaciones y los trabajos de
campo llevados a cabo en los años que siguen a
1780 van a concluir con la construcción del
uniformitarismo como paradigma que va a
dominar la geología durante más de un siglo. De
ahí la enorme importancia de este período
histórico.
Los especialistas en Historia de la Geología
diferencian tres períodos en la evolución de las
138
ideas geológicas entre 1780 y 1840: el primero de
ellos se desarrolla entre 1780 y 1810, y está
dominado por los debates entre Neptunistas y
Plutonistas. Aunque la ciencia no es obra de un
individuo sino de una colectividad, los nombres de
Abraham Gottlob Werner (1750-1817) y de James
Hutton (1726-1797) y sus seguidores ocupan el
escenario histórico.
El comienzo del segundo período histórico,
relevante en el proceso de construcción del
paradigma uniformitarista, puede relacionarse con
la creación de la Sociedad Geológica de Londres en
1807. Haciendo explícito el intento de desarrollar
el programa científico baconiano, los miembros de
esta prestigiosa Sociedad científica (uno de cuyos
representantes más conocidos fue William Smith
(1769-1839), que siendo sólo agrimensor,
desarrolló un amplísimo programa basado en los
mapas geológicos, las observaciones estratigráficas
y los fósiles) cumplió una función muy importante
en el nacimiento y desarrollo de la Geología.
Charles Lyell fue Presidente de la misma desde
1835 y Charles Darwin, Secretario desde 1838.
El tercer período histórico está marcado
por la vuelta del debate entre los catastrofistas y
los uniformitaristas (Hallam, 1985). En realidad se
trata de una controversia que se remonta a la
antigüedad clásica, en el que el Diluvio Universal y
la cronología bíblica ocuparon muchas veces la
posición central y que, si exceptuamos el período
comprendido entre 1840 y 1960, ha estado
siempre presente entre filósofos, naturalistas o
139
geólogos (Pedrinaci,1992a). La fase del debate que
aquí nos ocupa corresponde a la década
comprendida entre la publicación del primer
volumen de Principles of Geology (1830) y 1840. En
estos últimos años el catastrofismo estuvo
representado sobre todo por Georges Cuvier
(1769-1832) en Francia y William Buckland
(1784-1856) en Inglaterra.
Lyell tuvo una gran habilidad para mostrar
las limitaciones y errores de las posiciones
catastrofistas. Lyell arguía que las leyes naturales
habían sido uniformes a lo largo del tiempo y que
los geólogos no necesitaban acudir al recurso de
las catástrofes para explicar fenómenos que sólo
necesitaban mucho tiempo para que pudiesen
tener lugar (ver el artículo sobre Lyell en este
mismo número). El uniformitarismo dominará el
panorama geológico durante más de un siglo.
140
amigos, Hutton visitó muchas localidades cercanas
a Edimburgo y que luego se han considerado
clásicas para la historia de la geología: Siccar Point,
Eldin, la finca del duque de Atholl en el Glen Tilt...
Hutton dedicó sus últimos años a la
observación directa de las rocas y de los procesos
naturales. En sus escritos ante la Royal Society of
Edinbourgh en 1785 presentó su contribución
científica principal: el principio del actualismo.
Dos de esos trabajos fueron publicados en 1788 en
las Transactions of the Royal Society of Edinbourgh
bajo el título Theory of the Earth, or an
Investigation of the Laws Observable in the
composition, dissolution and restoration of Land
upon the Globe. Las ideas de Hutton fueron
recogidas en su obra publicada en dos volúmenes,
Theory of the Earth with proofs and Illustrations,
publicada en 1795. El tercer volumen estaba
parcialmente terminado cuando le llegó la muerte.
141
era usual considerar que la Tierra había sido
creada 6.000 años antes de acuerdo con la
narración del Génesis.
Las ideas de Hutton eran diametralmente
contrarias a muchas de las de sus contemporáneos.
El afirmaba que muchas rocas se habían formado
por procesos sedimentarios. Pero añadía que la
consolidación de esas rocas no se debía solo a la
precipitación acuosa sino también a la presión y a
la temperatura.
Afirmaba que, junto con procesos erosivos,
existían otros causantes de construcción de
montañas debidos al vulcanismo y a otros procesos
en los que el calor central de la Tierra originaba
nuevas rocas que elevaban la superficie terrestre.
Estas nuevas montañas y otras formas
terrestres eran luego erosionadas y depositadas
como sedimentos en el mar, del cual podrían luego
emerger debido a procesos generados por el calor.
Los procesos de erosión, transporte,
sedimentación y elevación eran cíclicos y se habían
repetido muchas veces en la historia de la Tierra.
Dada la enorme cantidad de tiempo necesario para
esos ciclos, Hutton afirmó que la edad de la Tierra
debía ser inconcebiblemente larga.
Las ideas de Hutton no tuvieron en su
tiempo la influencia, que sin duda merecían, entre
los científicos europeos debido al estilo literario
muy farragoso utilizado. Sin embargo la
publicación en 1802 de la obra de su amigo John
Playfair Illustrations of the Huttonian Theory of the
Earth, concisa y clara, hizo posible el conocimiento,
142
el entendimiento y la difusión europea de sus tesis.
Hutton, al postular que los acontecimientos
geológicos se repiten indefinidamente a lo largo del
"tiempo profundo" está aplicando al tiempo
geológico los principios newtonianos de la
continuidad y extensión de las leyes físicas a todos
los rincones del universo.
La Teoría de la Tierra que había propuesto
Hutton postulaba tres elementos que serán
objeto de críticas por unos y de desarrollo por
otros: primero, la existencia de un foco de calor
interno en la Tierra que consolidaba los estratos;
segundo, la existencia real de continuos ciclos
geológicos, y en consecuencia de una uniformidad
en la actividad de los agentes físicos; y tercero, la
necesidad de atribuir a la Tierra una edad
indefinida, sin que se pueda demostrar que existe
un principio y un final.
143
Lyell introduce un concepto científico y
filosófico que es a la vez principio metodológico y
proyecto de investigación traducido al castellano
como Uniformitarismo. Este principio se presenta
con varios significados: como uniformidad de ley
(la invarianza histórica de las leyes de la
naturaleza), uniformidad de procesos (el principio
metodológico de la simplicidad); como
uniformidad de intensidad (referido a la tasa
media de velocidad de los procesos, el
gradualismo); y el cuarto significado, el más
problemático, el de la uniformidad de estado o
estado estacionario (el cambio en la Tierra se da
de manera lenta, gradual y continua a lo largo del
tiempo geológico, pero no existe en estos
procesos ninguna direccionalidad). Durante
muchos años, Lyell se opuso a cualquier tipo de
direccionalidad en los procesos naturales y, sobre
todo, de los procesos biológicos.
Por largo tiempo se mantuvo la idea de
que la Tierra había sido creada por Dios tal como
la vemos y que sólo había acontecido un proceso
de degeneración. Las auténticas teorías
orogénicas, que implicaban la intervención de
una energía "constructiva" de la Tierra, no
aparecen en el pensamiento geológico hasta bien
avanzado el siglo XIX. Cuando a la interpretación
de las causas de los terremotos y de los volcanes
se añade la pregunta sobre el origen de las
cadenas montañosas, empieza a plantearse la
posibilidad de la existencia de procesos
constructivos en la corteza terrestre. En lo que
144
respecta a la formación de las montañas, Charles
Lyell no pareció nunca demasiado preocupado
por dar una explicación, con tal de que no se
acudiese a explicaciones "catastrofistas". Todo
dependía de la continuidad de acumulación de
pequeños esfuerzos dilatados durante millones
de años. Desde este punto de vista, comparó la
formación de las cadenas montañosas con el
levantamiento isostático de la península
escandinava.
145
Estas sistematizaciones tienen el peligro
de mutilar la visión global pero introducen una
mayor claridad expositiva.
146
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