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LEER

LAS ROCAS
CON NICOLÁS
STENO
La construcción social de los
principios de las Ciencias de la
Tierra

LEANDRO SEQUEIROS
Córdoba, 2011

1
LEER LAS ROCAS CON NICOLÁS STENO
La construcción social de los principios de las Ciencias
de la Tierra
LEANDRO SEQUEIROS
Córdoba, 2011
ISBN:

2
CONTENIDOS
Presentación ………………………. 5
CERO: ciencias de la Naturaleza
e historia de la ciencia ……. 11
Documento 1: Nicolás Steno …….. 19
Documento 2: El contexo científico
De Steno ……………………….. 21
Documento 3: el método baconiano 33
Documento 4: obra científica de Steno 41
Documento 5: Glossopetras ………….. 47
Documento 6: Canis Carchariae ……. 52
Documento 7: Tiburones ……………… 71
Documento 8: Textos de Canis Carch 75
Documento 9: Prodromo (1669)….. 81
Sugerencias para el aula ……………… 89
Documento 10: Aplicación de las
Ideas de Steno …………………. 95
Documento 11: Raíces históricas
De la Geología ……………………. 111
Bibliografía ………………………………….. 147

3
4
PRESENTACIÓN

Cuántas veces al pasar por un paisaje


montañoso nos hemos preguntado: ¿cómo se
pudo formar Sierra Nevada, o Despeñaperros, o
los Pirineos? ¿Cómo se formaron las rías gallegas,
o la meseta castellana, o las cimas escarpadas del
Himalaya?
Hay personas que son capaces de “leer” las
rocas e interpretar el mensaje que llevan oculto.
Los geólogos son capaces de “leer” esas piedras y
reconstruir en un momento la historia pasada de
miles de millones de años.
“LEER” significa interpretar unos símbolos
a los que llamamos “letras”, y “palabras” y
“frases”. Cuando tomamos este libro, nuestros
ojos llevan al cerebro unos impulsos que traduce
en ideas. LEER es siempre interpretar. LEER las
rocas es interpretar el mensaje oculto en las
mismas.

Este libro quiere ayudar elaborar en la


mente una metodología para saber LEER las
rocas. Y lo vamos a aprender al mismo ritmo que
el hombre que descubrió el camino para
aprender a leerlas: el médico, naturalista y
primer geólogo, el danés del siglo XVII Nicolás
Steno.

5
Se dedicaba a la anatomía. Pero un
incidente fortuito le puso en el camino correcto.
Estando al servicio del Gran Duque de Toscaza, le
trajeron un tiburón que los pescadores habían
capturado.
Estudió su anatomía, su sistema nervioso,
su cerebro. Pero le llamó la atención el tipo de
dientes que tenía…
Los dientes de ese tiburón, al que en ese
tiempo llamaban Canis Carchariae, llamaron la
atención de Steno. Eran idénticos a unas piezas
que se vendían en los mercados de objetos de
poderes mágicos y a los que llamaban
Glosopetras, piedras con forma de lengua.
Según los curanderos toscanos, esas
Glosopetras tenían una cualidad: preservaban de
morir envenenados por las serpientes (o por
otras serpientes de de dos piernas que eran
algunos humanos). Las Glosopetras libraban de
los venenos.
Steno las había visto en colecciones de
Dinamarca, de Francia y de Italia. Decían que
procedían de la isla de Malta y la traían los
mercaderes como objeto maravilloso.

Según la leyenda, San Pablo, cuando


viajaba preso por el Mediterráneo camino de
Roma, naufragó cerca de la isla de Malta.
Lograron llegar a la costa.
Era de noche. Hacía frio. Y recogieron leña
para hacer fuego. Una víbora mordió a Pablo. Y

6
este –dicen- la maldijo. Pero su veneno no le hizo
daño. Y la lengua de la víbora se convirtió en
piedra.
Y por los montes de Malta se encuentran
muchas lenguas de víbora petrificadas. Es lo que
llamaban Glosopetras, que preservan de los
venenos..

Steno sabía todo esto. Pero con el diente


del tiburón en la mano, se preguntó: ¿no serán las
Glosopetras una estafa? ¿No serán dientes de
tiburón? Pero, ¿qué es lo que hace un diente de
tiburón en los montes de Malta? ¿Cómo pudieron
llegar hasta allí los tiburones?
Estas ideas bullían en la mente del joven
Steno. Y despertó su genio científico: para
responder a esto es necesario investigar: elaborar
una estrategia para responder al misterio del
origen de las Glosopetras.

Y de esta manera, inició una ardua tarea


que le llevaría a buscar la respuesta al misterio de
las Glosopetras en los montes y colinas de
Toscana. Si las hay en Malta, ¿por qué no puede
haber estas piezas en las tierras de Toscana?
Inició así Steno, a mediados del siglo XVII
un proceso de investigación, de búsqueda de
respuestas a sus preguntas. Y buscó en Toscana,
en las rocas, margas y arcillas… Malta estaba muy
lejos. Pero Toscana estaba bajo sus pies.

7
La pregunta sobre el origen de las
Glosopetras llevó a Steno a buscarlas en las tierras
de Toscana. Pero para ello, tuvo que aprender a
leer las piedras, las rocas, los objetos enterrados.
Steno fue audaz para plantearse preguntas
e hipótesis. Esto le llevó a elaborar unos
principios metodológicos que soy hoy los
principios básicos de la geología. Los principios
que nos permiten “leer” las rocas: interpretar
desde los procesos actuales, los procesos que
debieron acontecer hace miles de años.

Acompañaremos a Steno en su camino. Y


nos enseñará cómo podemos leer las rocas.

8
Nicolás Steno (Niels Steensen) (1638-1686)

9
Los contenidos de este libro están
inspirados en un Taller impartido hace unos años
en el Centro de Profesores de Palma de Mallorca,
dentro de un curso de Actualización en Geología
organizado por el profesor Joseph Verd Crespí, al
que agradezco sus deferencias..

Centro de Profesores
de Palma de Mallorca

CURSO DE ACTUALIZACIÓN EN
GEOLOGÍA

TALLER: La emergencia de las Ciencias de


la Tierra: Nicolás Steno y los principios
de la geología.
Leandro Sequeiros. lsequeiros@probesi.org

Se pretende en este taller de 8 horas


reconstruir en la mente de los profesores los
procesos que llevaron a Steno y a los naturalistas
a elaborar un método científico en las Ciencias de
la Tierra. Este mismo método es el que deben
desarrollar, de forma incipiente, los alumnos de
Ciencias de la Tierra.

10
DOCUMENTO CERO:
Ciencias de la naturaleza e
historia de las ciencias: ¿Qué
puede aportar la historia de las
ciencias a la enseñanza y al
aprendizaje de las ciencias de la
naturaleza?

En este curso, que pretende ser una ayuda


práctica para el profesorado de Educación
Secundaria, se parte de una hipótesis: la historia
de las ciencias puede ser una potente
herramienta didáctica para el alumnado de
educación secundaria1.

1 Soy deudor en este aspecto de Emilio Pedrinaci,


compañero y amigo en las tareas educativas. Ver: E.
PEDRINACI (1993). Utilidad de la Historia de la Geología.
En: ALDABA ET AL., Educación Abierta. ICE, Zaragoza, 10,
111-146; E. PEDRINACI (1994). La Historia de la Geología
como herramienta didáctica. Enseñanza de las Ciencias de la
Tierra, AEPECT, 2(2-3), 332-339. Una propuesta concreta
está en: E. PEDRINACI (2001). Los procesos geológicos
internos. DCE, n1 3, Editorial Síntesis, Madrid, 222. Aunque
este autor se refiere casi exclusivamente a la historia de la
geología, las hipótesis de trabajo son extensibles a todas las

11
En manos del profesorado, la historia de la
ciencia puede ser un instrumento motivador,
concientizador y movilizador de concepciones no
científicas de lo que es la ciencia.

Al analizar las principales reformas del


curriculum de ciencias en las últimas décadas en
el mundo, Hodson2 señala que algunos de los
objetivos en los que el fracaso escolar es más
notorio están relacionados con la visión de los
estudiantes sobre las ciencias.
Para este autor dos son las causas de dicho
fracaso: por una lado, la visión inadecuada que
tienen los propios profesores sobre la naturaleza
de la ciencia, y por otro, la confusión
(contradicción o desfase) existente en la filosofía
de la ciencia que subyace en muchos de esos
currículos educativos.

No es extraño que así sea, puesto que la


ciencia que se enseña en el aula es generalmente
estática, cerrada, acabada. Al alumno se le ocultan
tanto las incertidumbres e interrogantes que
existieron en el pasado, como los que pueden
encontrarse hoy. Es una ciencia que niega su
propia historia.

ramas del conocimiento científico.


2 HODSON, D. (1988) Toward a philosophically more valid
science curriculum: Science Education, vol 72, p. 19-40.

12
En ocasiones se entiende la Historia de la
Ciencia como una exposición cronológica de los
principales logros que han ido acumulándose a lo
largo del tiempo. Se trata de una historia
descriptiva que tiene en el progreso científico su
criterio justificador.
No es ésta la Historia de la Ciencia de la
que cabe esperar contribuciones relevantes a la
enseñanza. Para la moderna historiografía de la
ciencia, tan interesante resulta estudiar los
avances producidos en la construcción del saber
relacionados con la introducción de un
procedimiento, un concepto o un sistema
conceptual, como analizar las razones de un
estancamiento, una progresión dificultosa o de un
retroceso. Desde esta perspectiva historiográfica
habrá de entenderse lo que sigue.

Las aportaciones de la Historia de las


Ciencias que justifican su consideración como
fuente de selección del curriculum se abordan
desde cuatro perspectivas:
a) la deteccción de los obstáculos
epistemológicos que se han encontrado en la
construcción del conocimiento,
b) la utilidad de la introducción de ciertos
conceptos, procedimientos o actitudes para la
superación de dichos obstáculos,
c) la valoración de la potencialidad de los
conocimientos y

13
d) la funcionalidad de los mismos3.

1) en primer lugar, la detección de


obstáculos epistemológicos. Hace ya muchos
años, el conocido y polémico profesor y
epistemólogo Gaston Bachelard4 estaba
convencido de la importancia que tiene el
conocimiento de la Historia de las ciencias tiene
para el análisis epistemológico y el aprendizaje
de la ciencia: "Cuando se investigan las
condiciones psicológicas del progreso de la cien-
cia, se llega muy pronto a la convicción de que
hay que plantear el problema del conocimiento
científico en términos de obstáculos. (...) Es ahí
donde mostraremos causas de estancamiento, es
ahí donde discerniremos causas de inercia que
llamaremos obstáculos epistemológicos". Esta es
la primera perspectiva.
Determinar cuáles son los obstáculos
epistemológicos es, de acuerdo con Gagliardi y
Giordan5, uno de los aspectos clave para la

3 PEDRINACI, E. (1987). Representaciones de los alumnos


sobre los cambios geológicos: Investigación en la Escuela,
n1 2, p. 65-74. PEDRINACI, E. (1992). Catastrofismo versus
actualismo. Implicaciones didácticas. Enseñanza de las
Ciencias, vol 10, (2), p. 216-222.
4 BACHELARD, G. (1938). La formation de l'esprit
scientifique, Vrin: Paris. Traducción española: (1993). La
formación del espíritu científico. Contribución a un
psicoanálisis del conocimiento objetivo. Siglo XXI, Madrid
(190 edición de la traducción española de 1948), 302 pág.
5 GAGLIARDI, R. Y GIORDAN, A. (1986). La historia de las

14
transformación de la enseñanza de las ciencias.
Consideran estos autores que disponemos de dos
instrumentos básicos para esa determinación: el
análisis de las representaciones de los alumnos y
de la Historia de la Ciencia. Se trata, además, de
dos herramientas que pueden aportarse un
beneficio recíproco, y cuya utilidad didáctica
trasciende el ámbito de la detección de los
obstáculos epistemológicos.

En segundo lugar, tal como ha formulado


Emilio Pedrinaci (ver notas anteriores) el análisis
de la evolución del conocimiento, no sólo ayuda a
comprender la dificultad que puede plantear la
introducción en el curriculum de ciertos
contenidos, sino que puede además aportar
orientaciones relevantes acerca del modo de
abordar en el aula dichas dificultades:
sugiriéndonos el uso de determinados "conceptos
puente", la necesidad de introducir cambios
metodológicos o la relación existente entre la
adquisición del conocimiento en cuestión y un
cambio actitudinal6.

ciencias: una herramienta para la enseñanza, Enseñanza de


las Ciencias, vol.4, pp 253-258.
6 SALTIEL, E. Y VIENNOT, L. (1985). )Qué aprendemos de
las semejanzas entre las ideas históricas y el razonamiento
espontáneo de los alumnos: Enseñanza de las Ciencias, vol 3,
p. 137-144. SEQUEIROS, L. Y MARTÍNEZ-URBANO, M.
(1992) Evolución y persistencia de las representaciones
mentales: La creación del mundo y el origen del hombre:
Investigación en la Escuela, n1 16, p. 39-48.

15
Los ejemplos se podrían multiplicar. En
cada rama del conocimiento científico hay
muchos casos de obstáculos a la construcción de
pensamiento racional que han chocado con las
representaciones previas del mundo, o con
intereses de otros tipos y que han dificultado el
avance de las ideas científicas.
En otro lugar me he referido al caso de
Diluvio Universal,7 representación de la
naturaleza muy difundida en todas las culturas y
que ha supuesto un obstáculo persistente que
impidió el avance de las ciencias de la Tierra y de
las ciencias de la vida durante siglos.

Un caso paradigmático en este sentido es


el del oxígeno, estudiado por la profesora Anna
Estany8. La revolución científica en química
consistió en el paso de la química del flogisto a la
química del oxígeno durante el siglo XVIII. Georg
Ernst Stahl (1600-1735) sistematizó la química
del flogisto, y Antoine Laurent Lavoisier (1743-
1794) la del oxígeno. Lavoisier no fue el único
autor de la revolución química, ni Stahl el único
que colaboró en la unificación de la química en el
siglo XVIII.

7 L. SEQUEIROS (2000). Teología y Ciencias Naturales: las


ideas sobre el diluvio universal y la extinción de las
especies biológicas hasta el siglo XVIII. Archivo Teológico
Granadino, 63, pág. 91-160.
8 Anna ESTANY (1990). Modelos de cambio científico.
Editorial Crítica, Barcelona, 233 pág.

16
Pero han pasado a la historia como los
representantes de la química del flogisto y de la
química del oxígeno. La transición entre una
concepción química a la otra no estuvo exenta de
dificultades. No "cabía" dentro de determinadas
concepciones del mundo.

En tercer lugar, la Historia de la Ciencia


puede ser una buena herramienta para conocer el
núcleo central de un cierto campo del saber y
valorar la potencialidad organizadora y rees-
tructuradora que pueden atesorar determinados
conocimientos, configurándose como un soporte
básico de la epistemología y de la enseñanza de
las ciencias, tal como ha formulado E. Pedrinaci
en los trabajos citados más arriba.
La Historia de la Ciencia ayuda a conocer
cuáles fueron los conocimientos que estaban
presentes en los momentos en que ocurrieron
cambios importantes en las Ciencias, y su análisis
puede permitir determinar cuáles de esos
conceptos, procedimientos o actitudes han
favorecido la reestructuración del conocimiento y
han impulsado su avance.

En cuarto lugar, la historia de las ciencias


puede orientar al profesorado para valorar la
funcionalidad que para los estudiantes de
secundaria pueden tener los conocimientos
científicos (Pedrinaci, 1994). Hodson9 plantea la

9 HODSON, D. (1986). Philosophy of Science and Science

17
necesidad de considerar la funcionalidad del
conocimiento como uno de los criterios para la
determinación del conocimiento escolar: en la
enseñanza de la ciencia, el grado de sofisticación
teórica en cualquier etapa debería ser
determinado por la capacidad de la teoría para
explicar los fenómenos que encontrarán los
alumnos. No necesita ir más allá.
Coincidimos en la necesidad de valorar la
utilidad que para el alumno de la enseñanza no
universitaria puede tener tanto en la resolución
de problemas cotidianos, como para comprender
e intervenir mejor en la realidad que le rodea, así
como en la relevancia para su vida futura.
Pero querríamos añadir algo más. La
Historia de la Ciencia está plagada de ejemplos
que nos muestran cómo conceptos o teorías que
hoy han sido superados por formulaciones más
complejas, sin embargo han tenido una gran
funcionalidad.
De tal manera que no sólo han ayudado a
comprender mejor el mundo que nos rodea, sino
que han favorecido, fundamentado y otorgado
coherencia interna a proyectos de investigación
que han movilizado las ideas dominantes y
sentado las bases para futuros desarrollos del
conocimiento (Pedrinaci, 1993, 1994)

Education: Journal of Philosophy of Education, vol 20, 2.


Traducción española: en R. PORLÁN Y P. CAÑAL
(compilad.). (1988). Constructivismo y enseñanza de las
ciencias. Díada editoras, Sevilla, 5-22.

18
Documento 1
NICOLAS STENO, EL HOMBRE
QUE ESTABLECIÓ LOS
PRINCIPIOS DE UNA NUEVA
CIENCIA
Biografía de un hombre singular

Niels Stensen o Steensen (más conocido


por el nombre latinizado de Nicolaus Steno, o
Nicolás Steno, en castellano) nació en
Copenhague el 11 de enero (según el calendario
gregoriano) de 163810. Su padre era orfebre. Su
familia era muy religiosa, de estricta observancia
luterana.
Desde pequeño tuvo una salud quebradiza,
y una tendencia natural a la meditación y al
ensimismamiento reflexivo. Estudia humanidades
y tiene entre sus profesores a Ole Borch (más

10 Tal vez la biografía más completa sea la de SCHERZ, G.

(1969) Steno. Geological papers. Odense University Press.


Una síntesis de interés sobre la vida y obra de Steno se
encuentra en: SCHERZ, G. y BECK. P. (1988). Niels Steensen
(Nicolaus Steno) (1638-1686). Royal Danish Ministry of
Foreing Affairs, Copenhague, 95 páginas.

19
conocido como Borricchius), humanista, químico
y boticario, al que volverá a encontrar después en
Holanda y en París.

En 1656, en la Universidad de
Copenhague, Steno realiza estudios de medicina,
dirigido especialmente por el anatomista Thomas
Bartholin11, hermano del pionero de la
cristalografía Erasmus Bartholin, e hijo del
célebre anatomista Gaspard Bartholin.

Steno en Holanda
Entre 1660 y 1664, con su nombre ya
latinizado de Steno o Stenonius (en Francia firma
como Stènon) vive en Holanda, principalmente en
Leyden, desde 1660, donde se dedica a fecundas
investigaciones anatómicas que le dan a conocer
a la incipiente comunidad científica.
Su carácter afable le abre a la amistad con
numerosas personalidades científicas de la época,
entre las que se cuentan Swammerdam, de
Reinier de Graaf, Sylvius (de la Boe, el influyente
yatroquímico), Spinoza, etc.

11Thomas Bartholin (1616-1680) era médico y anatomista.


Fue preceptor científico de Steno y casi un segundo padre
[AMORÓS, J.L. (1978) La gran aventura del cristal. Editorial
Universidad Complutense, 324 pág.]. Posiblemente es quien
aconsejó a Steno que saliese al extranjero, a Holanda, para
estudiar. Bartholin tendrá más tarde una gran influencia
sobre Steno, pues en 1644 visitó la isla de Malta y trajo los
famosos glossopetrae, dientes de tiburones del terciario.

20
Allí tiene ocasión de discutir sobre el valor
de la metodología mecanicista cartesiana en física
y en anatomía. El 7 de abril de 1660 realizó ya su
primer descubrimiento científico sobre el tiroides
al que siguió otros relativos a los músculos y al
corazón. En la primavera de 1660, Steno viaja a
Roma donde toma contacto con los jesuitas del
Colegio Romano y especialmente con el padre
Athanasius Kircher (1601-1680) y pudo visitar
su famoso Museo.
Regresó a Dinamarca con el deseo de
obtener una cátedra universitaria, pero al no
lograrlo decidió volver al extranjero.

Steno en París
En el año 1665 y principios de 1666, Steno
está en París, como invitado personal de
Thévenot, cuyo círculo, heredero del de
Mersenne, sería el núcleo inicial de la Academia
de Ciencias de París. Allí estudia temas relativos
al embrión y al cerebro.

Mientras prosigue sus trabajos de


anatomía, sacó mucho provecho de este ambiente
intelectual y sigue, entre otros, los experimentos
de Pierre Borel. Éste había reunido en Castres un
gabinete que comprendía fósiles verdaderos o
falsos, como los priapolitos, interpretados con un
interés por lo maravilloso que perpetuaba el
espíritu de los siglos anteriores.

21
Posiblemente en París o en Montpellier
(las opiniones no son unánimes), Steno encuentra
eminentes miembros de la Royal Society de
Londres: William Croone, Martin Lister y John
Ray. Se discute si a través de ellos pudo conocer
los trabajos de Hooke, pero el problema sigue sin
ser resuelto.
En cualquier caso, desde esta fecha e
incluso antes, John Ray se interesa mucho por los
fósiles (Su gran viaje de 1663 a 1666 lo habría de
llevar a la isla de Malta. Los autores investigan
sobre la posibilidad de que John Ray comunicase
a Steno sus observaciones sobre los fósiles
malteses).

Steno en la Toscana
En 1666 tenemos ya a Steno establecido
en la Toscana, en la corte del gran duque
Fernando II de Florencia, su protector. Los
biógrafos tienen dificultad para explicar las
circunstancias de este traslado a la península
italiana.
De todas formas, se sabe que fue muy bien
acogido, especialmente por Redi (entomólogo y
"ovista", como Steno) y Viviani (el biógrafo de
Galileo) entre otros hombres ilustres de la
Accademia del Cimento.
Aquí en la Toscana es donde se va a
desarrollar su espíritu geológico y donde publica
sus dos obras básicas para entender el desarrollo
de su método para “leer” las rocas:
En 1667 Publica el llamado Canis

22
Carchariae, sobre la interpretación de los dientes
de los tiburones como Glossopetras. Y pone las
bases de la moderna geología.
En 1669 publica su obra más elaborada: el
Prodromo. Más exactamente, De solido entra
solidum naturaliter contento dissertationis
Prodromus.
Pero en esta época su mente estaba
ocupada también por temas religiosos.

Steno elabora los principios de la Geología


Sin embargo, los años 1666-1669 habrán
de ser extraordinariamente fecundos para Steno.
Desde hacía mucho tiempo, realizaba
disecciones de animales, incluidos los peces (hay
una carta de 1664 muy interesante sobre la
anatomía de la raya).
Unos tiburones embarrancados en la costa
de Toscana le proporcionarán la ocasión de
continuar estos estudios, que estuvieron
dedicados a la musculatura y los órganos
genitales (como al origen de los huevos), como a
los dientes (estudios iniciados por la disección de
la cabeza).
Fruto de este estudio fue la obra publicada
en Florencia en 1667 con el título: Elementorum
myologiae specimen, que incluye el famoso Canis
Carchariae dissectum caput del que hablamos más
adelante.
La parte del libro dedicada a la cabeza del
tiburón Carcharias se subdivide, a su vez, en un
estudio de anatomía comparada del conjunto, un

23
examen más particular del sistema dentario y un
paréntesis (pág. 90-116) de un considerable
interés geológico sobre el problema de las
grandes Glossopetras.

Hacia 1660 parece que todavía seguían


vivas en Florencia algunas de las ideas de
Leonardo da Vinci (1452-1519) referentes a la
interpretación de los depósitos de conchas
marinas.
El caso es que Steno en su estudio sobre
las Glossopetras dedica todo un año (según él
mismo narra) al problema de los depósitos de
conchas.
A éste sigue una explicación de lo que hoy
llamaríamos la historia geológica de la Toscana.
Aunque en algunos puntos Leonardo fue
mucho más adelante y en otros Steno llevó a sus
últimas consecuencias sus observaciones, sobre
todo cuando aborda la redacción del Pródromo
(1669) como introducción a una obra
monumental que nunca fue publicada.

Conversión al catolicismo
A finales de 1667, con 29 años, Steno se
convierte al catolicismo, pero esto no se debe al
parecer ni a presiones ni a un cálculo.

24
Según Negri (1986)12, había iniciado su
cambio de dirección en París, quizá influido en
parte por Bossuet. Hombre de moralidad estricta,
tanto en París como en Florencia, algunas almas
nobles femeninas pudieron tener un papel en
esto.
Al parecer, en junio de 1667 asistió en
Liorna a la procesión del Corpus Christi,
experiencia que le fue decisiva. Desde 1667 Steno
se da al estudio de la Teología y el 2 de
noviembre del mismo año decide hacerse
católico. Coincidencia o consecuencia: desde
1673, con 35 años, Steno abandona el mundo de
la ciencia y ya no escribirá más que textos
teológicos y espirituales.

Final de la vida intelectual


No se conoce con exactitud por qué Steno
suspendió su gran proyecto intelectual. No parece
que fuera por razones de censura, pues el
Prodromo lleva dos Imprimatur del Santo Oficio.
Tal vez pueda estar relacionado con su
conversión al catolicismo unos años antes (en
1667) o con algunos asuntos desagradables que,
al parecer, le sucedieron y de los que sabemos
muy poco.
Tras la publicación del Prodromo, Steno

12 En: BUSSI, A. coordinador (1986) Niccolo Stenone e la


scienza in Toscana alla fine del ´600- Mostra documentaria e
iconografica. Florencia.

25
inicia una serie de viajes por Europa. Entre 1672
y 1674, está en su país, en Copenhague, invitado
por el rey de Dinamarca pero dimite a causa de
verse involucrado en controversias religiosas que
le causaron viva desazón.

De vuelta a Toscana, decide ordenarse


sacerdote católico (14 de abril de 1675) y
posteriormente es consagrado obispo (19 de
septiembre de 1677).
Reside como vicario apostólico en
Hannover desde finales de 1677 hasta el año
1679. Allí entra en contacto con el filósofo Leibniz
(1646-1716), que ya estaba preocupado por la
geología.
Téngase en cuenta que la Protogaea fue
escrita en 1690, aunque permaneció inédita hasta
1749. Más tarde, Leibniz reconoció su deuda con
Steno pero lamentó que a causa de su conversión
al catolicismo "un gran físico se convirtiera en un
teólogo medriocre"13
Los últimos años de Steno transcurren en
Alemania como obispo, con una vida cada vez
mas ascética y una austeridad de vida no
comprendida por muchos. Demacrado,
pobremente vestido y sufriendo heroicamente
del estómago, el obispo Steno falleció el 5 de
diciembre de 1686 en Schewerin, sin haber
cumplido aún los 49 años.

13 LEIBNIZ. Theodicea, 1ª parte, p. 100, citado por


ELLENBERGER, F. (1989) opus cit.,pág.195-196.

26
Documento 2:
el contexto científico
de Steno

Ya conocemos algo de la vida de Steno. Su


formación científica y sus inquietudes vitales..
Pero:
¿En qué contexto científico y geológico se
produce la publicación del Canis Carchariae y del
Pródromo de Nicolás Steno? ¿Cuál era el clima
cultural y científico de la Europa de mediados del
siglo XVII, cuando Steno acomete su obra? ¿Qué
nivel de conceptualización tenía la Geología del
siglo XVII?
Algunos datos iniciales pertenecientes al
contexto cultural de mediados del siglo XVII
pueden iluminar la obra de Steno: en 1637,
Descartes escribe el Discurso del Método, y en
1638 Galileo publica en Holanda los Discorsi
(Discursos sobre las dos nuevas ciencias)14. En
1647, Gassendi publica De vita Epicuri; y Blas
Pascal las Nuevas experiencias acerca del vacío. En

14 Hay una edición española accesible: Consideraciones y


demostraciones matemáticas sobre dos nuevas ciencias.
Editora Nacional, Madrid (1976)

27
1651, von Guericke construye la máquina
neumática; y en 1661, Boyle formula la ley de los
gases. En 1662 se funda la Royal Society of
London. En 1665, se inicia en Londres la
publicación de la primera revista científica
mundial: las Philosophical Transactions. Estas son
algunas de las coordenadas filosóficas y
científicas que orientan la lectura de la obra de
Steno. [Podemos buscar mucha información en
Internet]

Steno como científico barroco


Pero si nos preguntamos ahora por el
papel de Steno como científico de la época
barroca, será necesario precisar dos aspectos en
esta investigación histórica: el primero de ellos se
refiere a cómo situar a Steno dentro del contexto
científico de su época.

Es peligroso en la Historia del


pensamiento tanto científico como filosófico
sacar de contexto a los autores del momento en el
que viven. A ello nos referiremos ampliamente a
continuación.
Pero no debemos obviar el segundo
aspecto, que se refiere a las opciones
epistemológicas. Partimos aquí de la hipótesis
epistemológica de que el conocimiento humano
nunca es una producción aséptica e imparcial. En
esto soy consciente que tomo postura (con los
riesgos que ello comporta). Entre la postura del
racionalismo crítico de Karl R. Popper y las

28
posturas más sociológicas e historicistas de sus
"hijos rebeldes" como es, sobre todo, la de
Thomas Kuhn, la opción personal (no definitiva
pero sí afectiva) adoptada aquí se inclina más por
una concepción del conocimiento científico como
construcción social, obra de una comunidad
científica que pretende elaborar imágenes
racionales de la realidad natural y/o social.

Aunque sea de modo muy simplificado


será necesario presentar un marco general de las
ciencias de la naturaleza (la filosofía natural, tal
como la entiende Galileo).

Algunos historiadores de la Geología


afirman que en el siglo XVII es cuando aparece la
Geología como ciencia natural dotada de su
propia racionalidad15. La naturaleza real de los
fósiles había sido comprendida antes, por
Leonardo da Vinci o Bernad Palissy. Pero aunque

15 Son numerosos los trabajos históricos sobre la Geología


en el siglo XVII. Resaltamos aquí los más accesibles: R.
FURON (1988). Nacimiento de la Geología. En: R. TATON,
edit. Historia General de las Ciencias. Editorial Orbis,
Barcelona, tomo 5: el siglo XVII, 453-462; F. ELLENBERGER
(1989). Historia de la Geología. Volumen I: De la antigüedad
al siglo XVII. Editorial Labor, Barcelona, 179-258; F.
ELLENBERGER (1994). Histoire de la Géologie. Volumen 2:
La grande éclosion et ses prémices. 1660-1810. Tec&Doc,
París, sobre todo, 16-48.

29
correctas, sus observaciones no se basaban aún
en la Geología16.
El descubrimiento de las manchas solares
hacia 1610 se reveló como una de las
aportaciones más espectaculares de la nueva
astronomía. A partir de entonces, Galileo y el
jesuita Christophorus Scheiner pugnan por la
prioridad del descubrimiento y por la
interpretación de las mismas.
La tesis galileana de la corruptibilidad de
los cielos triunfa. Desde esas fechas, la idea
recogida luego por Newton de la homogeneidad
de la materia del universo, dio lugar a la
astronomía y a la geología modernas. La historia
del globo terrestre se empezaba a contemplar
ligada al desarrollo de todo el conjunto del
universo corruptible y mutable.

El término “Geología”
El término "Geología" ha sufrido muy
diversas interpretaciones. Al principio designaba
de forma general el estudio de todo lo "terrestre",
por oposición a lo "divino" (la "Teología").

Parece ser que la palabra "Geología" fue


utilizada por vez primera en su sentido moderno
en 1657 (unos años antes de la publicación del
Pródromo) en el título de una obra danesa de M.

16 SEQUEIROS, L. (2001). ¿Qué puede aportar la Historia de


la Paleontología al profesorado de Ciencias de la Tierra?
Enseñanza de las Ciencias de la Tierra, 9(2), 100-109.

30
P. Escholt, titulada Geologia Norvegica, traducida
al inglés en 1663, y que trata de los terremotos y
de los minerales.

Algo más tarde, en 1690, Erasmo Warren


publicó su libro Geologia, or a discourse
concerning the Earth before the Deluge, que ya
define bastante bien lo que entiende por geología.
Más tarde, el descubrimiento de la circulación de
la sangre por William Harvey (su De motu cordis
se publica en 1629) ejerció una influencia notoria
en las ideas de aquéllos primeros geólogos, que
concebían la Tierra como un cuerpo vivo con su
circulación de agua a través de las "venas" de los
conductos subterráneos17.
Los historiadores de la Geología están muy
interesados en el hecho de que diversos filósofos
y naturalistas hacen propuestas con pretensión
científica sobre las llamadas "Teorías de la
Tierra". Los autores de estas primeras grandes
síntesis cosmográficas tenían la intención de
reconstruir "físicamente" la historia pasada del

17 La influencia del pensamiento de Harvey en los geólogos


se continúa hasta final de siglo XVIII. El que se considera
"padre" de la Geología moderna, Hutton, estudió medicina e
hizo la tesis sobre la circulación de la sangre. Estas ideas las
recupera para el concepto de "ciclo geológico". Ver:
SEQUEIROS, L., PEDRINACI, E., ALVAREZ SUÁREZ, R.M.,
VALDIVIA, J. (1997) James Hutton y su Teoría de la Tierra
(1795): consideraciones didácticas para Secundaria.
Enseñanza de las Ciencias de la Tierra, AEPECT,(1997) 5.1,
11-20.

31
planeta reinterpretando (sin alejarse de la letra)
las ideas bíblicas de la Creación y el Diluvio
Universal.
Así, encontramos las figuras de Descartes
(que en 1644 había presentado una visión "laica"
del planeta), Burnet, Whiston, Woodward, los
hermanos Scheuchzer y Bourget. Pero un grupo
de naturalistas entre 1600 y 1800 mantenían en
sus obras la hipótesis de la existencia de una
gran cavidad subterránea (Leonardo de Vinci,
Burnet, Boulanger) en el interior del globo ter-
ráqueo.
Adams (1938)18 cita una larga serie de
autores griegos y romanos que apuntan hacia la
existencia de cavernas interiores. Pero contó a su
favor con un lenguaje vivo y directo y con una
difusión rápida gracias al uso del latín.
Ellenberger19 centra el estudio de las ideas
geológicas en el siglo XVII sobre tres autores muy
diferentes entre sí: Descartes, que lanza la gran
revolución, pero que es incompetente respecto a
una geología basada en la observación y se
refugia en especulaciones; Gassendi, su rival de la
época, muy interesante por el influjo sobre Steno.
Por nuestra parte, añadiremos la figura de
Leibniz que, aunque no influye directamente
sobre Steno, sí recoge alguna de sus ideas.

18 ADAMS, F. D. (1938) The birth and development of


Geological Sciences. Dover Publ. New York, págs. 426-460.
19 ELLENBERGER, F. (1989) opus cit., 179-194.

32
Documento 3:
el método baconiano

No podemos entender a Steno si no


tenemos en cuenta que tuvo una
formación “baconiana”. Es el método
científico de Bacon el primer escalón de
nuestra formación científica, como lo fue
para Steno.
Pese a que hoy el empirismo
baconiano ha sido superado, en su
momento, y para determinados casos,
funciona.
Es el que puede ayudarnos a empezar
a leer las rocas y entender su significado,
como sucedió con Steno.

Francis Bacon (1561-1626) es una de


las personalidades más sobresalientes
en la historia de la ciencia del mundo
occidental. La carrera de Bacon fue
mucho más la de un político y hombre de
letras que la de un científico. Desde que
ingresó al Trinity College, en Cambridge,
a los 13 años de edad, desarrolló una

33
antipatía contra Aristóteles que ya no lo
abandonó nunca; posteriormente
estudió leyes y a los 25 años de edad
ingresó a la barra de abogados.
Durante el reinado de Isabel I, Bacon
intentó ingresar al gobierno pero a pesar
de que su tío era uno de los ministros
más importantes, no consiguió nada
hasta que Jacobo I llegó al trono.
A partir de ese momento la carrera
política de Bacon cambió por completo:
fue hecho caballero en 1603, abogado
general en 1613, consejero privado en
1616, señor cuidador (Lord Keeper) en
1617, canciller en 1618, barón de
Veralamo en 1618, y vizconde de San
Alano en 1621.
En esos años felices Bacon escribió y
publicó varias de sus obras más
importantes, entre ellas The
advancement of learning ("El avance del
conocimiento"), en 1605, y el Novum
Organum ("El nuevo Órgano", para
suplantar el Órganon de Aristóteles), en
1620.

Sin embargo, a partir de 1621, la


suerte le dio la espalda: a principios de
ese año fue acusado en el Parlamento de
corrupción en el desempeño de sus
labores oficiales como juez y canciller,
destituido, multado y encarcelado.

34
El rey canceló la multa y lo liberó de la
prisión en unos cuantos días, pero Bacon
pasó los últimos cinco años de su vida en
desgracia.
Sin embargo, la pérdida del poder
político no afectó su productividad
literaria y en 1623 publicó una nueva
edición muy modificada de su The
advancement of learning, pero esta vez
en el "idioma universal" de su tiempo, o
sea el latín, con el nombre de De
Dignitate et Argumentis Scientiarum ("De
la dignidad y el crecimiento de la
ciencia"), así como la tercera edición
muy aumentada de sus Essays
("Ensayos") en 1625.

Un año después de su muerte se


publicó el New Atlantis ("Nueva
Atlántida"), obra importante para
nuestro interés en el método científico,
pero además, en forma intermitente
siguieron apareciendo escritos inéditos
de Bacon hasta 1727, o sea 101 años
después de su muerte.

35
Francis Bacon (1561-1626).

Todos los biógrafos y apologistas de


Bacon aceptan que su héroe no hizo
contribuciones importantes a la ciencia,
sino que su mérito es fundamentalmente
filosófico, aunque en contraste con la
postura de Galileo, cuyo objetivo era
expresar los fenómenos naturales
matemáticamente, la ciencia de Bacon es

36
más bien cualitativa y de carácter
taxonómico.

Pero Bacon también ha merecido


críticas de altos vuelos, que afirman que
ni siquiera su filosofía era muy personal
o especialmente crítica. Pero hay dos
aspectos en los que todos los lectores de
Bacon, amigos y enemigos, están de
acuerdo: su dominio magistral del
idioma inglés (siempre ha figurado como
uno de los verdaderos autores de la obra
de Shakespeare), y la originalidad de sus
opiniones sobre el método científico.

Bacon llamó a su libro Novum


Organum para señalar que su método
debería reemplazar al entonces
promulgado en una recopilación
medieval de escritos aristotélicos
conocida como Organon. Los problemas
relacionados con el estudio de la
naturaleza que el Organon no tomaba en
cuenta (e incluso, patrocinaba) fueron
bautizados como "ídolos" y clasificados
en cuatro grupos: 1) los ídolos de la
tribu, dependientes de la naturaleza
humana, que tienden a aceptar hechos
sin documentación adecuada y a
generalizar a partir de información
incompleta; 2) los ídolos de la cueva,
basados en la tradición y en la educación

37
del individuo; 3) los ídolos del mercado,
que tienen que ver con el uso
inadecuado del lenguaje; y 4) los ídolos
del teatro, que son todos los dogmas
incorporados en el periodo en que el
individuo todavía no ha desarrollado la
capacidad para examinarlos
racionalmente (religiosos, culturales y
políticos) y que son tan persistentes y
tan difíciles de objetivar.

De acuerdo con Bacon, la filosofía


aristotélica era un ídolo del teatro que
debería ser exhibido y desacreditado,
por las siguientes razones:

1. Los aristotélicos recogen datos sin


método. Bacon destaca la importancia de los
instrumentos científicos en la recogida de datos.

2. Los aristotélicos generalizan con exceso


(con pocas observaciones saltan a conclusiones)
[exceso de inducción]

3. Los aristotélicos confían en exceso en la


universalidad: dados unos caractereres los
extrapolan a todos (con varios gatos negros se
generaliza a todos los gatos) [exceso de
deducción].
Propone un método basado en la
observación de datos, que después de ordenados
y tabulados (en tablas de ausencia-presencia), y a

38
partir de inducciones graduales y progresivas, y
excluyendo otras inducciones, llegan hasta
conclusiones generales.

Bacon parte de una hipótesis para él


evidente: existen leyes impresas en la naturaleza,
y la labor del científico es descubrir esas leyes.
Para Bacon, se parte de observaciones (que están
en la base de un triángulo) Son el objeto de la
Historia Natural. Estas se relacionan entre sí, y se
correlacionan (estas forman la Física). De ahí se
sube a conclusiones generales (que son de tipo
metafísico).
Bacon se proponía sustituir el Organon de
Aristóteles por un Novum Organon, pero cuando
se compara con las distintas concepciones del
método científico antiguas y modernas, resulta
que Bacon está más cerca de Aristóteles que de
los métodos de Arquímedes y Galileo. Basó sus
análisis más en la materia que en las
idealizaciones de la Mecánica. Le interesaba más
la composición de los cuerpos que las relaciones
entre ellos.

39
40
Documento 4:
La obra científica de
Nicolás Steno

La obra científica de Steno es extensa, pese a que


su actividad científica culmina cuando tiene 35
años. Sus escritos científicos muestran que a
Steno se deben, entre otros, la primicia de ser el
primero en establecer la ley de constancia de los
ángulos diedros en los cristales; descubrió el
conducto excretor (el "conducto de Steno") de las
glándulas parótidas, que desembocan en la
cavidad bucal.
A él se debe la formulación del concepto
de estrato, y los principios de sucesión de los
estratos y de la superposición de los estratos.
Realizó notables investigaciones embriológicas y
experimentó en animales una oclusión de la
aorta, a través de las paredes abdominales, con lo
cual se quedan paralizadas las extremidades
inferiores por anemia de la médula espinal.
Si exceptuamos su discutido cuaderno
manuscrito denominado por él mismo como
Chaos en el que reseña sus primeras reflexiones
de la época de estudiante (desde el 8 de marzo de

41
1659, cuando tiene 21 años, hasta el 3 de julio de
1660)20, su primer trabajo científico es su
memoria de final de estudios en Holanda en
1660, algo así como nuestra Tesina. Bajo la
dirección del profesor del Ateneo de Amsterdam,
Arnold Senguerd (1610-1667) defendió su
trabajo sobre el origen de la temperatura y la
descripción de las fuentes termales, análisis de
las aguas, los minerales que contiene y los gases
desprendidos. Este opúsculo lleva como título
Disputatio Physica de Thermis (Amsterdam, 1660)
(publicada por G. Scherz, 1969).
Fruto de su trabajo investigador como
anatomista y geólogo en Florencia hacia 1666 es
uno de los dos trabajos más concienzudos de
Steno: el estudio de la cabeza del tiburón que le
encargó Fernando II y que lleva por título
Elementorum myologiae specimen, seu musculi
descriptio geometrica. Cui accedunt Canis
Carchariae dissectum caput et dissectis piscis ex
canum genere...
Fue publicado en Florencia en 1667. Tiene
123 páginas y 7 láminas que se han hecho
famosas. Consta de tres partes: la primera de ella
se refiere a las observaciones sobre la Anatomía
del tiburón (llamado entonces Canis Carchariae).
La segunda parte contiene las observaciones
sobre los dientes del tiburón y su comparación
con las Glossopetrae de la Isla de Malta,
interpretados como restos de seres vivos y no

20 SCHERZ, G.(1969) opus cit.,13 ss

42
como objetos curiosos21. La tercera parte es el
estudio pormenorizado de estos dientes desde el
punto de vista que hoy llamaríamos
paleontológico, y que le abrirán al proyecto más
ambicioso, como es el del estudio de las rocas y
los fósiles de Toscana.

21 ELLENBERGER, F. (1989). Opus cit., pág. 196-202.

43
El final de esta memoria anatómica sobre
la cabeza de Canis Carchariae está dedicado al
problema del origen de los fósiles e introduce una
idea capital: "las capas de la tierra por debajo de
nosotros son "estratos", antiguos sedimentos
sucesivos" (conjeturas 1,2, 3, 4, 5, 6).

44
Las palabras estratos y sedimentos son
utilizados ya en sentido moderno, lo que será
recogido en el Pródromo.

El texto siguiente de Canis Carchariae


(modificado de M. Rubió en Ellenberger, 1989:
200-201) es significativo de su pensamiento que
será luego desarrollado en el Pródromo: "Las
numerosas conchas de ostras aglomeradas en
una masa única, que se desentierran en
determinados lugares, no se diferencian en nada
de los que se crían en el mar, de donde también
se extraen masas enormes de ostras de diversos
tamaños, aglutinadas juntas de manera
asombrosa". Y más adelante: "En cuanto a las
Glossopetrae, se puede ver a muchas unidas,
solidarias de una misma matriz, no todas enteras,
y de variados tamaños; ahora bien, se observa lo
mismo en la mandíbula del animal vivo, que
todos los dientes no son del mismo tamaño y que
los de las filas inferiores no están endurecidos en
todas sus partes".

El Canis Carchariae viene acompañado por


tres magníficas láminas que se han hecho
clásicas:
la lámina I, presenta una excelente
reproducción de la cabeza de un tiburón vivo
("Lamiae Piscis caput", la cabeza del pez Lamia) y
dos dientes del mismo ("Eisdem Lamiae dentes").
La lámina II muestra un detallado dibujo
de las estructuras cerebrales del tiburón.

45
Y la lámina III, dibuja seis dientes de las
Glossopetraes que son idénticas a los dientes del
tiburón antes descrito.

Tras la publicación de Myologiae que


incluye Canis Carchariae, Steno recibió una
pensión de 25 escudos al mes para proseguir sus
trabajos.
Parece ser que en esta época tiene lugar su
profunda crisis religiosa, mientras prosigue la
investigación en las rocas de la Toscana, y su
mente se ocupa también de poner orden entre los
conocimientos tradicionales adquiridos y las
nuevas e inquietantes observaciones que entran
en contradicción no solo con la ciencia oficial sino
también con sus creencias religiosas.
Steno pensaba escribir un gran tratado
sobre el significado de esos cuerpos rocosos
incluidos dentro de otros cuerpos y que
encontraba una y otra vez en los campos de
Volterra.

Su protector, el Gran Duque Fernando II, le


apremia a terminar sus investigaciones. Por ello,
decide escribir un anticipo, una síntesis del
estado de su pensamiento. Es el De Solido intra
Solidum Naturaliter Contento Dissertationis
Pródromo. Fue editado a cargo del propio Nicolás
Steno en Florencia, y vio la luz en abril del año
1669.

46
Documento 5:
Historia de las glosopetras

Las letras del alfabeto que usó Steno son


estas piezas pétreas a las que llamaban
Glosopetras y les daban sentido mágico.

Para entender en su justa dimensión el


alcance científico del Canis Carchariae de Steno,
publicado en 1667, hay que remontarse a unas
piezas pétreas de forma triangular halladas
inicialmente en los lejanos montes de Malta y
traídos a Europa por los viajeros desde el siglo
XVI: las llamdas glosopetras (glosso-petrae:
lenguas petrificadas).

Ellas marcan el inicio de una aventura


intelectual iniciada por Steno que le llevarán,
aplicando el método esbozado en el Novum
Organon (1620) de Francis Bacon, a elaborar los
principios básicos de lo que hoy llamamos la
Geología.

47
Veamos la historia: en los primeros años
de del cristianismo, Pablo de Tarso fue hecho
preso y conducido a la fuerza a Roma para ser
juzgado por sus delitos contra el Estado, ya que
era ciudadano romano.
Según la narración de los Hechos de los
Apóstoles (Hechos 27, 13-44 y Hechos 28, 1-6)
durante la travesía por el Mediterráneo, el barco
naufragó y Pablo y sus guardianes llegaron a
nado a la costa se refugiaron en la isla de Malta.
Mientras recogía leña para una hoguera y
poder calentarse fue mordido por una víbora.
Pero la picadura no le causó ningún daño. Según
una leyenda maltesa, Pablo, encolerizado maldijo
entonces a todas las serpientes de la isla, por lo
que sus lenguas bífidas se transformaron en
piezas de piedra.

Estas lenguas petrificadas, llamadas


todavía en Malta (según testimonio oral de un
profesor maltés) “lenguas de San Pablo”, son muy
comunes en los montes de la isla. Y en el medio
rural se utilizan como un amuleto contra las
mordeduras de víboras. Algunos naturalistas
viajeros que visitaron la isla en el siglo XVI y XVII
las llamaron “glossopetrae”, glosopetras. Esta
tradición fue recogida por autores como
Leonardo da Vinci (1452-1519), Conrado Gesner
(1555), Goropius (1569), Mercati, Fabio Colonna
(1616) y Agostino Scilla (1670) [ELLENBERGER,
1988:194].

48
49
Como ha mostrado el prehistoriador
Kenneth Oakley [BUFFETEAU, 1991], muchos
descubrimientos arqueológicos jalonan esta larga
historia. Así, estos dientes se encuentran en
Egipto, en yacimientos neolíticos, predinásticos y
dinásticos.
Al igual que hicieron los hombres del
paleolítico de Tuc d´Audoubert en Ariège, donde
se han hallado dos dientes del tiburón Isurus
procedentes de yacimientos terciarios situados a
más de 150 km de distancia. Posiblemente les
daban una interpretación mágica y eran usados
como amuletos.
También, según Oakley, los bordes afilados
y dentados de aquellos grandes dientes
triangulares servían incluso para practicar
incisiones, con fines decorativos, en las vasijas de
barro antes de cocerlas.
Es más: la atracción que sienten los
humanos por los dientes de los tiburones lo
demuestra el interés de los coleccionistas
dispuestos a pagar una buena suma por un
ejemplar de diente de Carcharodon, el mítico
tiburón gigante que ha llegado hasta las pantallas
de cine.
La creencia en la época medieval,
renacentista y barroca de que las glosopetras
absorbían el veneno se extendió por Europa.
Bastaba con mojar una glosopetra en un líquido
sospechoso para neutralizar el posible veneno en
una época en que los nobles temían la venganza
de sus familiares.

50
Con el fin de tener siempre a mano esos
objetos de tanta utilidad, se llegaron a fabricar,
durante la edad media y hasta el mismo siglo
XVIII, los llamados “lenguarios”, bolsos en forma
de árbol en los que se colgaban las glosopetras
listas para su uso. Algunos de estos curiosos
objetos, que adornaban las mesas de los
poderosos, eran a veces pequeñas obras maestras
de orfebrería, tal como las que se encuentran
expuestas hoy en día en en Kunsthistorisches
Museum de Viena.
Las glosopetras fueron también
equiparadas con otro grupo de objetos
misteriosos, las ceraunias, que tenían también
forma triangular y eran considerados como
“piedras de rayo”, caídas del cielo durante las
tormentas.
Pero ya desde más antiguo eran conocidas
estas piezas e incluso algunos viajeros se atrevían
a darles interpretaciones diversas. Así, el más
célebre de los naturalistas romanos, Plinio el
Viejo (23-79 de nuestra era), cuya Historia
Natural (XXXVII, 10, 164) fue durante siglos la
autoridad en la materia, les encontraba más bien
un parecido con la lengua humana. Pensaba que
caían del cielo durante los eclipses de Luna, y
contaba que los magos las creían útiles en las
empresas amorosas. Esta opinión fue seguida por
Isidoro de Sevilla (fallecido en 636) en sus
Etimologías y en el De Natura Rerum. Sardina-
Frascatoro (1540) las interpretan como lenguas

51
de pájaros. Para Agrícola (en el de Natura
Fossilium, 1546, lám V y VI) son lenguas humanas
y para Hyeronimus Cardanus (1556) son lenguas
de pito real.
Es Conrado Gesner quien en 1558
representa juntos por vez primera un escualo y
las glosopetras, apuntando tímidamente a que la
semejanza morfológica con los dientes sorprende
al naturalista. La idea de que las glosopetras eran
lenguas petrificadas de serpientes, o de aves o de
otros animales no estaba compartida, sin
embargo, por la mayor parte de los naturalistas.
Incluso, se conocen debates enconados entre
ellos. Así, Fallopio (1564) afirma la semejanza
con los dientes de Carcharias, mientras que
Cesalpinus les da un origen natural.
Pero Steno había leído al botánico y
zoólogo napolitano Fabio Colonna (1567?-1640),
miembro de la Accademia del Lincei, quien en su
memoria Fabio Columna Lyncei de Glossopetris
Dissertatio…de 1616 [ELLENBERGER, 1989: 160
ss] había defendido el carácter biológico de las
“piedras con aspecto de lengua”. Pero Colonna no
había relacionado las glosopetras con los
materiales de la tierra en las que estaban
contenidas ya que trabajó a partir de ejemplares
de coleccionistas. Steno introduce un dato
esencial: estudiar las glosopetras dentro del
contexto de las rocas en que se incluyen. Solo
Leonardo da Vinci (1452-1519) había apuntado
(sin que casi nadie le hiciera caso) que los
materiales de la tierra están formados por

52
“capas” de tierras diversas formadas al
erosionarse las montañas [ELLENBERGER, 1989:
107].

De las Glosopetras a los estratos


Pero Steno da un paso más y considera
que esas “capas” no se deben solo ni
principalmente a la erosión de los montes sino a
lo que llamaríamos hoy el depósito de sustancias
incluidas en un medio acuoso, especialmente el
marino. Esas “capas” van a adoptar una
denominación novedosa que ha pasado a la
literatura científica geológica: los “estratos”
(strata). En latín clásico es una palabra derivada
de verbo sternere, extender sobre el suelo, cubrir.
Su significado es la cama (el lecho), sus
cobertores, a veces el enlosado de los caminos
(Plinio y Vitrubio llaman corium a una capa del
suelo).
Es él quien logra dar una solución
científica definitiva al problema del origen
orgánico de las glosopetras. Pero la mente de
Steno no para ahí. Tal como desarrolla en el Canis
Carchariae de 1667, la respuesta sobre el origen
de las glosopetras le llevará a preguntarse sobre
por qué se las encuentra en los altos montes de la
isla de Malta: ¿cómo han llegado hasta allí? Es
más: ¿no será posible hallar estas glosopetras en
otras partes o son solo de Malta? ¿No las habrá
también en la Toscana?
Posiblemente Steno tuvo ocasión de
contemplar las glosopetras en su época de

53
estudiante y ya de médico en Copenhague pues su
profesor de anatomía Thomas Bartholin los había
traído de la isla de Malta en 1644. Las volvió a
encontrar en el Gabinete de Ciencias que el Gran
Duque de Toscana Fernando II había cuidado en
Florencia y que le habían llegado procedentes de
la isla de Malta como “piedras de San Pablo” o
glosopetras de poderes mágicos. Pero cuando en
1666 le llega a Steno, estando ya en Florencia, la
cabeza de un tiburón (lo que entonces se
denominaba Canis Carchariae) para hacer una
disección y vio las mandíbulas y los dientes, una
sospecha acudió a su mente y la curiosidad y el
deseo de llegar a la verdad, le condujo a elaborar
unos principios que constituyen la base de la
moderna geología. En el Canis Carchariae, Steno
incorpora una magnífica lámina (Figura 2) con
dibujos de glosopetras.

Steno se hace geólogo


La búsqueda de una respuesta llevará al
joven e intrépido anatomista al servicio del Gran
Duque Fernando II a recorrer los montes de
Volterra buscando indicios de glosopetras en esas
montañas alejadas del mar.
Será el comienzo de un riguroso proyecto
de investigación que le llevará a descubrimientos
sorprendentes. Pero para llegar a éstos necesitará
utilizar un método de trabajo.
Es lo que describe de forma genial en el
Canis Carchariae de 1667, y que extenderá en el
Prodromo de 1669, mediante la aplicación de

54
unos principios que rigen su observación e
interpretación, a todos los lugares de la Toscana
[SEQUEIROS, 2002, 2005].
Y si se cumplen estos principios en toda la
Toscana, Steno cree haber encontrado la clave
para interpretar la formación de tierras y mares
en el pasado y reconstruir la historia de la Tierra
desde su comienzo a partir de lo que un
observador puede encontrar a su alrededor. Con
Steno se abre el camino para reconstruir la
historia pasada de nuestro planeta.

Thomas Bartholin (1616-1660), médico y


anatomista, fue preceptor científico de Steno en
Copenhague y casi un segundo padre entre 1656
y 1660. Posiblemente, fue quien aconsejó a Steno
que viajase a Holanda a continuar sus estudios.
Había visitado la isla de Malta en 1644 y se
trajo algunas muestras de glosopetras. Steno
alude a que él mismo no ha visitado Malta.
Bartholin, durante estos años elaboró una tesis
(que nunca fue publicada) sobre las glosopetras
como dientes de fósiles de escualo. De regreso a
Padua después de estos viajes, publicó un breve
tratado de argumento análogo, titulado De
Unicornu (Patavii, 1645).

55
Diversos dientes de tiburón fósil

56
Documento 6:
Contenido el Canis Carchariae

El Canis Carchariae de Nicolás Steno forma


parte, como ya se ha repetido, de un texto más
amplio (Elementorum Myologiae Specimen....
publicado en 1667) dedicado al estudio de la
musculatura de un tiburón hallado por los
pescadores en las costas de Toscana y del que el
Gran Duque de Toscana pidió a Steno hiciese un
estudio anatómico de la cabeza [ELLENBERGER,
1988; SEQUEIROS, 2002].

En la traducción que va se ha publicado en


Llull [PELAYO Y SEQUEIROS] se ha seguido el
texto latino acompañado de la traducción inglesa
editada por SCHERZ (1969). A este texto se ha
añadido, para mayor facilidad como se hizo con el
Pródromo, una numeración arbitraria de párrafos
que simplifica, sin duda, la localización de los
textos.

57
Aunque Steno no lo organiza en capítulos,
SCHERZ (1969:20) diferencia tres partes en el
Elementorum Myologiae Specimen:. Hemos
modificado ligeramente su esquema:
0. Presentación: [1-6]
I. Observaciones sobre la anatomía del
tiburón Canis Carchariae [7-47]
II. Observaciones sobre los dientes (las
glosopetras) [48-56]
Las mandíbulas del tiburón [48]
El número y la sustancia de los
dientes [49-54]
Las lenguas de piedra o glosopetras
[55-56]
III. Observaciones geológicas y
paleontológicas [57-99]
“Historia”: Los once hechos
observados [57-58] (ver después)
“Conjeturas”: Seis hipótesis sobre la
geología y la paleontología [59- 95]

Conjetura 1: ¿Puede hoy la tierra


producir esos cuerpos? Respuesta: La tierra de la
que se extraen los cuerpos similares a partes de
animales no produce hoy tales cuerpos [59-62]

Conjetura 2: ¿Fue siempre


compacta la misma tierra? Respuesta: La tierra
no era compacta cuando se produjeron los
cuerpos en cuestión [63-64]

58
Conjetura 3: ¿Estuvo en el pasado
la tierra cubierta por las aguas? Respuesta:
No hay obstáculos para creer que la tierra haya
estado un tiempo cubierta por las aguas [65-68]

Conjetura 4: ¿Podría la tierra haber


estado mezclada en el pasado con el agua?
Respuesta: No hay obstáculo para creer que la
misma tierra haya estado mezclado con el agua
[69-77].

Conjetura 5: ¿Podría haberse


formado el sedimento a partir del agua?
Respuesta: No creo que haya obstáculo para
considerar que la tierra esta formada por un
sedimento depositado lentamente por el agua
[78-90].
[91] Conjetura 6: Los cuerpos
sólidos extraídos de la tierra, y que son similares
a las partes de animales, ¿pueden ser
considerados partes de animales? Respuesta: No
hay obstáculo para considerar verdaderas partes
de animales los cuerpos similares a partes de
animales que se extraen de la tierra [91-95].
CONCLUSIONES [96-99]
Censuras [100]
****

59
Zoología de los Tiburones en el siglo XVII

60
Interpretación de Gesner, 1568

Steno inicia su Canis Carchariae con lo que


él denomina en latín como la “Historia”, es decir,
una sucesión de 11 hechos observados por él en
Toscana relacionados con la naturaleza de los
materiales de la tierra, su origen, la presencia de
cuerpos con aspecto de restos de animales y su
disposición. Pero aún no habla de dientes.

61
Una vez expuestos los “hechos” (la
“Historia”), Steno propone y justifica lo que él
denomina como Conjeturas (que algunos, como
MORELLO (1979) traducen como hipótesis). Son
seis las Conjeturas, y en ellas “en si ofrecen alguna
especie de verdad” (sic, en Steno) y que son el
fundamento epistemológico de las conclusiones
sobre la interpretación de las glosopetras como
dientes de tiburones antiguos que se encuentran
atrapados por las capas de sedimentos y se
presentan en estratos.
Esta es una de las grandes innovaciones de
Steno: el concepto de sedimento se introduce en
la Conjetura 5 como denominación para una
tierra acumulada poco a poco y que deja un
sedimento en el fondo. La interpretación biológica
de las glosopetras y otros restos animales se
reserva a la Conjetura 6.

Según apunta ELLENBERGER (1989:198)


en el siglo XVII la palabra sedimentum era un
término químico-médico. Así, Steno habla del
“sedimento” depositado por la orina. Así se
interpreta el número 3 de la “Historia”: “stratis
sibi mutuo impositis” (los estratos situados uno
sobre otro).

Los estratos son, por tanto, materiales que


se depositan y se sitúan unos encima de otros. De
alguna manera, Steno extiende los conceptos
químicos y médicos a los fenómenos naturales
que acontecen en los medios acuosos como los

62
mares, los lagos y los ríos. Estos conceptos se
apoyan en experiencias que el mismo Steno
realizó con ayuda de dos amigos a quienes cita:
Borrichius y Pierre Borel.
En la Conjetura 4 [69-77] Steno enumera
cuatro modos posibles según los cuales los
“cuerpos” sólidos pueden separarse del agua
limpia: por enfriamiento, por evaporación, por
confluencia de varios fluidos y por las mutaciones
de las aguas [ELLENBERGER, 1989:199].

Al final del texto del Canis Carchariae [93-


99] Steno expone con gran prudencia sus
conclusiones:
“[96] Al exponer aquí mi opinión plausible,
sin embargo no acuso de falsas las opiniones de los
partidarios del parecer contrario. Un mismo
fenómeno se puede explicar de muchas maneras e
incluso la Naturaleza, en su operaciones, persigue
el mismo fin con medios distintos. Sería por tanto
imprudente reconocer como verdadero sólo uno de
todos los modos posibles y condenar a los demás
como equivocados. Son muchos los varones ilustres
que creen que estos cuerpos se producen sin que
haya una intervención de algunos animales”.

Pese a su modestia, no cabe duda de que la


innovación científica de Steno supone un cambio
de paradigma en el modo de afrontar la
metodología del estudio de las rocas y de la

63
Este es el avance de gigante que hace
Steno: busca el los “estratos” restos de
Glosopetras. Define las leyes de la
estratigrafía. Interpreta la realidad de lo que
ve como restos de antiguos mares.

64
historia de la Tierra. Tal vez, la clave se encuentre
en los conceptos nuevos que introduce en el Canis
Carchariae (1667) y los principios geológicos que
define en el Prodromus (1669).

Así, al final de esta memoria anatómica


sobre la cabeza de Canis Carchariae, dedicada un
amplio espacio al problema del origen de los
fósiles. Steno introduce una idea capital: "las
capas de la tierra por debajo de nosotros son
"estratos", antiguos sedimentos sucesivos"
(conjeturas 1,2, 3, 4, 5, 6). Las palabras “estratos”
y “sedimentos” son utilizados ya en sentido
moderno, lo que será recogido en el Prodromus.

El texto siguiente de Canis Carchariae es


significativo de su pensamiento que será luego
desarrollado en el Prodromus:
“Y si en algunos lugares se encuentran
numerosísimas conchas de ostras endurecidas
formando en una masa única, esto no es nada
diferente de lo que sucede en el mar, ya que de éste
se extraen grandes amasijos de conchas de
diferentes tamaños que se adhieren unas a otras, y
que aparecen ligadas de forma admirable” [93]

Y más adelante:

“Y si a veces se ven numerosísimas


glosopetras, de distinto tamaño y no todas enteras,
formando una masa entre sí como si estuviesen
adheridas a la misma matriz, lo mismo se puede

65
ver en la mandíbula del animal vivo: en ella no
todos los dientes son del mismo tamaño y los más
interiores ni siquiera estás completamente
endurecidos” [93].

La lógica baconiana lleva a Steno a una


conclusión de la que no duda:

“Por tanto, ya que en los cuerpos más


complejos rara vez se encuentran los defectos que
son tan frecuentes en los cuerpos más simples; ya
que no se aprecia en los cuerpos complejos ningún
defecto que no aparezca idéntico en las partes de
los animales; y ya que, además, estos cuerpos, se
extraigan de donde se extraigan, son muy similares
entre ellos mismos y las partes de los animales,
resulta evidente que la forma de esos cuerpos no
constituye obstáculo alguno para considerarles
partes verdaderas de animales” [93].

El Canis Carchariae viene acompañado por


tres magníficas láminas que se han hecho
clásicas: la lámina I, presenta una excelente
reproducción de la cabeza de un tiburón vivo
("Lamiae Piscis caput", la cabeza del pez
Lamia)[PELAYO Y SEQUEIROS, en prensa] y dos
dientes del mismo ("Eisdem Lamiae dentes")
(Figura 3). La lámina II muestra un detallado
dibujo de las estructuras cerebrales del tiburón. Y
la lámina III, dibuja seis dientes de las
Glossopetrae que son idénticas a los dientes del
tiburón antes descrito.

66
Del mismo modo que Steno, el geólogo lee las
rocas. Interpreta los estratos como depósitos
sucesivos de materiales muy antiguos. En esos
estratos se contienen restos de la vida pasada.
Pero hoy damos un paso más: los fósiles nos
permiten interpretar la historia evolutiva. Eso
Steno no pudo hacerlo…

67
La innovación científica de Steno en el Canis
Carchariae (1667)
El estudio de las glosopetras llevará a
Steno a la investigación sobre los materiales de la
tierra en la región de la Toscana, lo que le
permite llegar a una generalización de carácter
universal: “las capas de la tierra son “estratos”,
antiguo “sedimentos” sucesivos”.
Tal como se ha mostrado en otro lugar
[SEQUEIROS, 2002], Steno se manifiesta como
filósofo baconiano utilizando un método
rigurosamente lógico de tipo inductivo. La
cuestión esencial se plantea desde el principio: el
litigio sobre las grandes glossopetrae no está
resuelto: ¿se trata de dientes de Canis Carchariae
(el perro fiero marino) o de piedras producidas
por la tierra?
Será necesario sistematizar aquí las
innovaciones metodológicas de Steno que
fundamentan la posibilidad empírica de
reconstruir el pasado a partir de los fenómenos
que observamos en las rocas actuales. Tal vez la
mejor síntesis la ofrece ELLENBERGER
(1989:202) y a ellas nos atenemos. Reconoce que
las aportaciones del Canis Carchariae al
nacimiento de la geología han sido, con
frecuencia, eclipsadas por las del Prodromus. Sin
embargo, muchas de las ideas de Steno están ya
presentes aquí. Ellenberger reseña un total de 16
aportaciones de Steno al nacimiento de las

68
Ciencias de la Tierra. Destacamos las que parecen
ser más importantes y están relacionadas con el
Canis Carchariae:
*La primera de ellas, es la convicción
fundamentada con “hechos” de que la superficie
de la tierra está cubierta por rocas que se
acumulan formando estratos. Éstos se han
depositado horizontalmente, son de composición
diferente y algunos luego se han inclinado.
*El origen de los estratos, según Steno, se
relaciona con otro concepto nuevo: el de
sedimento. Los estratos se han ido acumulando
unos encima de otros, y en principio estaban
formados por sedimentos acumulados por las
aguas, y se fueron depositando gradualmente en
el fondo. Es más: unos sedimentos se han
formado por decantación y otros por
precipitación química.
*Estos sedimentos, después de depositarse
horizontalmente se consolidan y luego pueden
haberse dislocado en bloques o fracturas.
*Lo que hoy llamaríamos “fosilización” se
explica por la expulsión de la materia animal
participante y el aporte de un “jugo mineral”.
*Todas las glosopetras, tanto las ordinarias
como las muy grandes, no son otra cosa que
restos de los dientes de Canis Carcharias,
tiburones que en otro tiempo poblaron mares
que hoy se han retirado. Esto supone que la isla
de Malta, de donde proceden algunas glosopetras,
tuvo que ser levantada después fuera del mar por
un fenómeno de origen subterráneo.

69
Conclusión
El Canis Carchariae, publicado por Nicolás
Steno en 1667, debe ser considerado como una
obra clave para entender los fenómenos
geológicos.
La interpretación de las glosopetras llevó
al genial médico y anatomista danés a observar
las rocas de la Toscana, desarrollar un método
baconiano de observación, anotación de datos e
interpretación de los mismos.
Los conceptos de “estrato” y “sedimento”
son claves desde entonces para una adecuada
interpretación moderna del registro geológico
considerado como un archivo de información
codificada sobre la historia pretérita del planeta,
tal como desarrolla en el Prodromus de 1669, de
alguna manera, el principio del actualismo, en su
forma más simple, está ya presente.

Hoy estos principios nos parecen de


sentido común. Pero en el siglo XVII, no lo eran. Y
debemos a Nicolás Steno el mérito de haberlos
formulado.

70
Documento 7: Tiburones

La traducción literal al castellano del título


del libro de Steno, Elementorum myologiae specimen,
seu musculi descriptio geometrica. Cui accedunt Canis
Carchariae dissectum caput et dissectis piscis ex canum
genere... (publicada en Florencia en 1667) , no es
sencilla. Ello se debe a la terminología arcaica
referida a lo que hoy conocemos como tiburones
o escualos.
El origen de la palabras castellana
“tiburón” es de origen incierto.. La opinión
dominante es que proviene de la voz tupí uperú,
de donde pasó al portugués y de éste al
castellano. Si recorremos los diccionarios
actuales, observamos una gran diversidad de
palabras para designarlos. En castellano se usa la
palabra tiburón; en francés, requin; en italiano,
pesce cane: en inglés, shark y dog-fish. En
alemán, Halfisch, en portugués, tiburao y
marraxo; en catalán, tiburó tauró y en esperanto
skvalo. La palabra latinizada que usa Steno
(“piscis ex canum genere”) alude claramente al
italiano.
En el siglo XVII, la clasificación de los
tiburones no estaba aún muy elaborada. Steno,

71
en el Elementorum Myologiae [número 8] lo
denomina con el nombre antiguo de Lamia al que
fue capturado y que él estudia. Se denominaba
con este nombre mitológico a monstruos marinos
que tenían rostro de mujer y cuerpo de dragón.
Se suponía en los primitivos estudios
zoológicos que eran formas marinas carnívoras
cercanas a los “perros” y por ellos se denominaba
“peces-perros”, “peces del grupo de los perros” o
“perros terribles” (en griego, el verbo karkaíro
significa temblar, aterrorizar). Canis Carchariae
es la latinización de la expresión perro que hace
temblar. En el siglo XVII, aún no existía la
nomenclatura binomial, y los naturalistas eran
muy laxos en sus asignaciones taxonómicas.
Sistemáticamente, los tiburones y escualos se
sitúan dentro de la clase Chondrichtyes (peces
con esqueleto cartilaginoso). Dentro del orden
Euselachii (auténticos tiburones) se encuentra la
familia Isuridae (conocida también como
Lamnidae) que incluye los géneros Isurus (como
el marrajo), Acopias, Carcharodon (como lo que
hoy se llama el jaquetón o pez-perro), y Lamna
(como el cailón).
El tiburón descrito por Steno parece
pertenecer al género Carcharodon. Este género
fue descrito nominalmente por vez primera por
Agassiz en 1838. Pero ya Linneo (1758),
denomina como Carcharodon carcharias, a
formas fósiles de grandes dientes triangulares.
Agassiz (1838) lo sitúa en sinonimia con
Megalodon. Hoy se suele denominar con el

72
nombre antiguo de Carcharias al Odontaspis, un
tiburón de otra familia diferente. En los tiempos
de Steno, el naturalista J. Jonston (De piscibus et
cetis, 1767) figura tres ejemplares de Canis
Carchariae en los que Steno se inspiró para su
famosa lámina I. El estudio zoológico de la forma
estudiada por Steno supone que se trata de
Carcharodon rondeletti según los zoólogos
consultados.

Párrafos finales del Canis Carchariae

73
Inicio del texto manuscrito del Canis Carchariae

74
Documento 8:
Textos de Canis Carchariae

Nicolás Steno
ELEMENTORUM MYOLOGIAE SPECIMEN

Una introducción a los elementos de Miología


o descripción geométrica de los músculos
a la que se añade
LA DISECCIÓN DE LA CABEZA DE CANIS
CARCHARIAE
Y LA DISECCIÓN DE UN TIBURÓN-PERRO

Dedicado al Serenísimo FERNANDO II,


Gran Duque de Toscana

Florencia, impreso bajo el signo de la


ESTRELLA, 1667,
Con permiso de los superiores.

75
[57] Historia
Qué cosas nos constan por la experiencia sobre
estas tierras y estos cuerpos

1-La tierra de la que se extraen estos cuerpos


similares a partes de animales marinos es, en
algunos lugares, más dura, como es la toba o las
piedras de otro tipo; y en otros lugares es más
blanda, como es la arcilla o a la arena
2-Esta tierra, ya sea blanda o dura, es en casi
todos los lugares compacta y resistente a una
ligera presión.
3-En diferente lugares he visto que la misma
tierra esta compuesta de estratos superpuestos
unos encima de otros, y a veces inclinados
respecto a la línea del horizonte.
4-En una tierra arcillosa he visto que esos
estratos de diferente color están partidos en
varios puntos y que todas las fracturas que son
casi perpendiculares a las estratos, están rellenas
de una materia que tiene un mismo color.
5-En las tierras que hasta ahora he tenido ocasión
de ver ya sean más blandas o más duras se hallan
enterrados cuerpos de varios géneros.
6-En la arcilla he notado que tales cuerpos son
mucho más abundante en la superficie de la tierra
mientras que en su interior son escasos.
7-He observado que en la arcilla estos cuerpos
son tanto más frágiles cuanto más se profundiza
en la tierra, y que algunos se deshacen al mínimo

76
contacto; casi todos lo que estaban en la
superficie de la tierra se reducían fácilmente a
polvo blanco.
8-He visto que en la arcilla los cuerpos son mucho
más numeroso y todos de la misma consistencia
sea cual sea el punto en que se encuentren; se
hallan incrustado como si se les hubiera
cementado con cal y yeso.
9- Los cuerpos similares a partes de animales
marinos, extraídos de una tierra, ya sea más
blanda o más dura, son muy similares no sólo
entre ellos mismos sino también a las partes
correspondientes de los animales: no hay
diferencia alguna con los bivalvos por lo que
respecta a las estrías, a las conexiones de las
lamelas, a la valvas y a la sinuosidad de las partes
cóncavas, las comisuras y las charnelas.
10-Estos cuerpos son más o menos sólidos: hay
casos en que son como piedras, y a veces se hacen
polvo fácilmente.
11-En algunos lugares se encuentran
numerosísimas conchas de testáceos de forma
variada, endurecidas y formando un solo bloque.
Algunas veces se extraen del tierra también
conchas rotas; además se han visto, en algunos
bloques numerosas glosopetras de diversos
tamaños y no todas enteras, pegadas al bloque
como si fuese su matriz.

[58] En base a la historia [los datos observados]


referida parece que pueden aventurarse como
verosímiles la siguientes conjeturas.

77
[59] Conjetura 1
¿Puede hoy la tierra producir esos cuerpos?
[62] Como quiera que en los tiempos recientes
no se ha visto que se produzca más un cuerpo en
la tierra más dura que en la tierra más blanda; y
como quiera que la tierra más blando en algunos
lugares, parece destruir tales cuerpo, es por tanto
lícito suponer que la tierra no produce hoy
cuerpos similares a las partes de animales que de
ella se extraen.

[63] Conjetura 2
¿Fue siempre compacta la misma tierra?
1); en consecuencia, como los cuerpos que crecen
dentro de tierra sólida son extraordinariamente
deformes, y ya que, en realidad, estos cuerpos son
en todas partes similares entre sí, esto significa
que la tierra no era compacta en el momento en
que se produjeron los cuerpos mencionados.

[65] Conjetura 3
¿Estuvo en el pasado la tierra cubierta por las
aguas? No hay obstáculos para creer que la tierra
hubiera estado un tiempo cubierta por las aguas.
Por tanto, ya que el aspecto mismo de la tierra y
los ejemplos de lo sucedido en otro lugares nos
convencen de que la tierra estuvo en otro tiempo
dispuesta de otra manera, y que el suelo, que en
otro tiempo era menos compacto (Conjetura 2),
¿qué nos impide suponer que la blandura de la

78
superficie de la tierra depende de las aguas y
creer que, antes de que la tierra cambiara de
aspecto, estuvo cubierta por las aguas bien sea
directamente por aguas que estaban situadas al
aire libre, o que [surgiendo del interior]
inundasen la corteza de la tierra?

[69] Conjetura 4
¿Podría la tierra haber estado mezclada en el
pasado con el agua?
Basándose en esto, muchos creen que las aguas
minerales contienen los elementos de los
minerales: de esta suposición ha surgido la
famosa “solución” de los metales, en nombre de la
cual intentan extraer mercurio y azufre de un
metal.

[78] Conjetura 5.
¿Podría haberse formado el sedimento a partir del
agua?
No creo que haya obstáculo para considerar que
la tierra esté formada por un sedimento
depositado lentamente por el agua.

[91] Conjetura 6
Los cuerpos sólidos extraídos de la tierra, y que son
similares a las partes de animales, ¿pueden ser
considerados partes de animales?
No hay obstáculo para considerar
verdaderas partes de animales los cuerpos

79
semejantes a las partes de animales que se
extraen de la tierra.

Sobre la posición de estos cuerpos en la tierra


[92] Como la tierra de la que se
extraen los cuerpos similares a las
partes de animales no produce hoy
en día cuerpos de tal tipo (primera
conjetura) y como verosímilmente
la misma tierra, que en otro tiempo
era blanda (segunda conjetura) se
mezcló también con agua (cuarta
conjetura), ¿por qué no sería lícito
suponer que estos cuerpos deben
considerarse restos de animales
que entonces estaban vivos en esas
aguas?

80
Documento 9:
Introducción a la lectura del
Pródromo de Nicolás Steno
(1669)

81
Con la guía intelectual baconiana de Steno
estamos intentando recorrer el mismo proceso de
búsqueda de respuestas. Ya hemos mostrado que
los dientes son de tiburón, que se encuentran en
Toscana junto a otros seres marinos antiguos.
Que están incluidos en los estratos que son restos
de sedimentos. Que los estratos se sitúan
horizontalmente.

Pero ahora damos un paso más: esos


estratos permiten reconstruir la historia remota
de la Toscana. Y nos permiten reconstruir la
historia de cualquier lugar de la Tierra. Son
testigos del pasado.
Los estratos son las páginas de un gran
libro donde las letras son los fósiles.
Es lo que Steno nos señala en su segundo
ensayo: el Prodromo.

Leer el Prodromo
Nos ha parecido que es necesario aportar
aquí algunas orientaciones para que el lector no
especialista comprenda el sentido global del
Pródromo de Steno.
Tanto Scherz (1969: 25-28) como
Ellenberger (1989:206-213) presentan sendos
esquemas amplios que comprenden los
contenidos del De solido intra solidum naturaliter
contento Dissertationis Pródromo de Nicolás
Steno.

82
Éste consideró su trabajo más bien como
una pieza oratoria y no parece que pretendiera
darle una estructura sistematizada tal como se
suele hacer para un "libro", dado que en su
tiempo no existía la geología como cuerpo de
conocimientos organizados.

Estructura del Prodromo


Pero en la introducción del Pródromo, ya
Steno indica que tiene cuatro partes que tanto
Scherz como Ellenberger respetan. Por ello,
dividen el Pródromo en las cuatro partes
precedidas de una introducción, que es más bien
lo que se suele entender como exordio en la
retórica tradicional. Las subdivisiones y los
epígrafes de Ellenberger y Scherz son subjetivos
y, como veremos, en el presente trabajo se han
modificado. Estas son las partes principales tal
como se han adoptado aquí:

0. Exordio: dedicatoria, excusas y plan de


la obra en cuatro partes.
Parte I: Fundamentación histórico -
filosófica sobre los cuerpos rocosos incluidos
dentro de otros. En esta primera parte, Steno
resume las posturas de los naturalistas sobre la
interpretación de la naturaleza y origen de los
cuerpos sólidos incluidos dentro de otros sólidos:
¿qué hace lejos del mar? ¿cómo se han producido
de forma natural? De alguna manera, Steno
expone el estado de la cuestión, elemento
fundamental en toda investigación científica.

83
Parte II: Los principios metodológicos
para una recta investigación geológica y
paleontológica. Steno intenta abordar la
resolución de un problema universal: "dado un
cuerpo dotado de una forma y producida según las
leyes de la naturaleza, hallar en el cuerpo mismo
las pruebas que establecen el lugar y el modo de
producción". Tras precisar algunos términos
básicos (cuerpo natural, partículas, fluidos,
movimiento, causa primera) propone los
principios metodológicos, de inspiración
baconiana, que guían su investigación.

Parte III: Interpretación de los cuerpos


individuales incluidos en otros sólidos. Una
vez asentados los principios científicos, Steno
aplica los mismos a diversos sólidos extraídos de
la tierra. Pasa revista a las incrustaciones, los
estratos, las montañas, los minerales y rocas y los
cristales. Y a continuación estudia los "fósiles" de
origen biológico. Es un breve y preciso tratado de
geología, cristalografía y paleontología.
Parte IV: Un ejemplo de aplicación de
todo lo dicho a la geología de la Toscana. Por
último, Steno aborda el problema de la
reconstrucción histórica de la Toscana desde el
origen de los tiempos hasta la actualidad. Como
buen creyente, insiste en que sus ideas científicas
de la Naturaleza están en concordancia con los
datos revelados en las Escrituras. Es el primer
trabajo bien fundamentado de Geología histórica
que se conoce.

84
Este esquema, como puede verse, revela
de algún modo, la intuición epistemológica de
Steno, de acuerdo con la lógica clásica: en primer
lugar, establece el marco de referencia histórico y
filosófico en el que va a desarrollarse el proyecto
de investigación.
Propone Steno en la segunda parte el
marco metodológico para poder llegar a
interpretar correctamente, de acuerdo con la
fundamentación y la metodología, qué significado
tienen los "sólidos dentro de otros sólidos".

Y todo lo anterior, lo aplica al


conocimiento geológico de la Toscana, de modo
que tenemos aquí, bien asentada científicamente,
la historia geológica de un entorno geográfico
natural, y en su opinión, esta reconstrucción no
se opone a la doctrina de las Escrituras.

Los autores citados (Scherz, 1969, y


Ellenberger, 1989) presentan después una
compleja y completa sinopsis del texto. En la
traducción que se presenta más adelante se han
elegido sólo algunas subdivisiones arbitrarias con
el objeto de que sirvan como guía práctica de la
lectura. Como podrá comprobarse, tales
subdivisiones se han consignado entre corchetes
([]) para que conste que no pertenecen al texto
original.

No es este el lugar para desarrollar con la


amplitud que se merece la influencia de la obra

85
de Nicolás Steno sobre los geólogos y naturalistas
posteriores. Citemos como ejemplo que Steno
tiene un gran influjo sobre uno de los padres de la
geología italiana, Giovanni Arduino (1714-
1795)22. En su período científico, entre 1758 y
1769, lee los trabajos de Buffon, Valerius, de
Maillet y Steno que le dan la base para sus
investigaciones sobre la geología del norte del
Véneto.

Ellenberger23 ha descrito minuciosamente


el itinerario del razonamiento basado en las
observaciones de Steno. Resulta sorprendente,
330 años más tarde, la fina observación y el
agudo razonamiento regido por una gran
prudencia para no afirmar nada que no pueda ser
justificado. Posiblemente, Steno era consciente de
lo revolucionario de sus planteamientos respecto
a la ciencia oficial de su tiempo y en un momento
en el que las Iglesias, tanto católica como
protestante, tenían un oído muy fino hacia la
disidencia. No en vano, desde que escribió el
Chaos entre 1659 y 1660, Steno piensa en su vida
"actuar de manera muy exacta y ordenada según
el método de Descartes".

22 VACCARI, E. (1993). Giovanni Arduino (1714-1795). Il


contributo di uno scienziato veneto al dibattito settecentesco
sulle scienze della Terra. Biblioteca di Nuncius, Studi i Testi,
Leo S. Olschki editor, Florencia, 407 páginas.
23 ELLENBERGER, F. (1989), opus cit., pág. 202-258

86
Los fósiles, testigos de la vida del pasado

87
Mapa geológico actual de Toscana

Plioceno de Volterra que visitó Steno

88
EL PRÓDROMO DE STENO:
ALGUNAS IMPLICACIONES
DIDÁCTICAS Y SUGERENCIAS
PARA EL AULA DE SECUNDARIA

Esta traducción del Pródromo de Nicolás


Steno no sólo tiene el valor científico e histórico
que se ha puesto de manifiesto más arriba.
También tiene un pretensión didáctica. Nuestro
objetivo es que el Pródromo de Steno, en manos
del profesorado, pueda convertirse en una
herramienta didáctica de interés para la
construcción en la mente de los alumnos de
algunos de los principios fundamentales de las
ciencias de la Tierra.
En los programas educativos se cita en
ocasiones la figura de Steno como uno de los
"padres" del conocimiento geológico. Pero apenas
se suministra a los profesores y a los estudiantes
una información básica o al menos biográfica; y
menos aún, se facilita el contacto directo con las
fuentes escritas.

89
Sobre todo, al tratar de la estratigrafía, los
manuales aluden a Steno pero sin una conexión
histórica.
Sin embargo, muchos son los temas de
interés para educación secundaria y para la
universidad que pueden abordarse desde la
lectura y comentario de los textos de Steno.
Algunos de estos grandes temas de interés
didáctico son los siguientes:
La formación de las montañas.
La formación de los estratos.
La formación de los fósiles y su
interpretación como restos de la vida del pasado.
Los grandes principios de la geología: el
principio de la continuidad de los estratos y el
principio de la superposición de los estratos.
Los estratos, como los archivos de la
historia de la Tierra
Los cambios de posición de los estratos
(inicio de la tectónica)
Nociones sobre alteración, destrucción,
erosión y transporte de las rocas.
Nociones sobre el origen del paisaje por la
acción de los agentes externos.
Nociones de cristalografía geométrica.
Esta relación se podría continuar más...
Pero antes de trabajar con los alumnos conviene
que el profesorado tenga algunos principios
básicos suficientemente asimilados.

90
La lectura y el comentario de algunos
textos de Steno

Los estratos de la tierra


[42] Los estratos de la tierra están
relacionados con depósitos de fluidos, porque:
1. La materia pulverulenta de los estratos
no se puede nunca convertir en otra
figura, a no ser que, arrancada de su
lugar por el mismo movimiento del
fluido, al perder su propio peso se
mezclara otra vez en el fluido.
2. Los cuerpos más grandes que se
contienen en el mismo estrato obedecen
en su mayor parte a las leyes de la
gravedad, no solo con respecto a la
posición final de un cuerpo considerado
en sí mismo, sino también respecto a la
posición relativa de los distintos
cuerpos entre sí.
3. La materia pulverulenta de los estratos
de tal manera se ha acomodado a la
forma de los cuerpos contenidos en ella,
que no sólo llena algunas mínimas
cavidades del cuerpo contenido sino que
ha tomado de estos cuerpos el
pulimento y el brillo de la parte de la
superficie que está en contacto, aunque
la aspereza del polvo no se corresponda
con el pulimento y el brillo del estrato.

91
___________________________________________________________

Cuestionario para debate en el aula: se sugieren


algunas cuestiones para centrar el trabajo sobre
estos textos para el objetivo citado más arriba. De
todas formas, el profesorado puede trabajar en
grupos con los alumnos para que ellos mismos
pongan al descubierto sus propias ideas. Estas
preguntas son un punto de partida puramente
indicativo. De ellas pueden derivarse otras muchas
que pueden relacionarse con ellas:
1) ¿Qué es lo que entiende Steno por
"estrato"?
2) ¿Cómo cree que se han formado esos
estratos? ¿Estás de acuerdo con lo que
dice?
3) ¿Qué pasa con las arenas y las piedras
pequeñas arrastradas por la corriente
de los ríos?
4) ¿Cómo pueden ser transportadas por el
agua las piedras grandes? ¿qué les
ocurre?

_________________________________________________________

[45] Sobre la interpretación de la


posición de los estratos, pueden
considerarse como afirmaciones ciertas las
que van a continuación:
1. En el momento en el que se estaba
formando un estrato cualquiera, bajo éste

92
existía ya antes otro cuerpo, que impedía a
los materiales que se presentan en forma de
polvo descender más abajo. Por este hecho,
en el momento en que se formaba el estrato
situado más abajo, había bajo él, o bien otro
cuerpo sólido, o bien, un fluido. Pero si se
trataba de un fluido, éste era de naturaleza
diferente a la del fluido situado en posición
superior y era más pesado que el sedimento
sólido de este fluido superior.
2. En el momento en que se formaba uno de
los estratos situados encima, el estrato
inferior habría ya adquirido una
consistencia sólida.
3. En el momento en que se formaba un
estrato cualquiera: o bien éste estaba
limitado por sus lados por otros cuerpos
sólidos, o bien el estrato cubría todo el
globo de la Tierra. De aquí se sigue que en
cualquier lugar de la tierra que se
considere, cuando se observan los lados
desnudos de los estratos24, hay que, o bien
buscar la continuación de estos mismos
estratos, o bien encontrar este otro cuerpo

24 Cuando Steno habla de "lados desnudos" se refiere a lo


que hoy llamaríamos estratos que aparecen interrumpidos
visiblemente, que están "cortados" por algún accidente (la
erosión, una falla y otra causa). Para la visión de Steno un
estrato se debe prolongar lateralmente indefinidamente.
Parece aludir a dos causas: una interrupción por la erosión
o por un cuerpo rocoso que impidió el depósito regular.
Aquí no parece referirse a fallas.

93
sólido que ha frenado la materia rocosa de
los estratos impidiéndoles extenderse más
lejos.
4. En el momento en que se formaba cualquier
estrato, la materia que estaba situada por
encima de él era toda ella fluida; debido a
este hecho, en el momento en que se
formaba el estrato más bajo no se había
formado aún ninguno de los estratos
superiores25.

¿Qué principios geológicos se desprenden de este


texto del Prodromus?
_________________________________________________________

25 Según comenta ELLENBERGER, F.(1989) opus cit,. pág.


222, algunas frases de estos textos son de las más decisivas
en la historia de la geología. En lenguaje moderno, se está
describiendo el Principio de la continuidad de los estratos.
Las proposiciones 2 y 4 enseñan que los estratos se han
formado unos después de otros, desde el estrato situado
más abajo (y por ello, relativamente más antiguo) hasta el
más alto (y por ello, relativamente más moderno). Y
cuando la materia de los estratos y los cuerpos contenidos
en ellos varían de uno a otro, esta secuencia nos revela una
historia. Este es nuestro Principio de la superposición de los
estratos, que ha dado lugar a la geología moderna. Como
escribe F. Ellenberger, sólo por estos dos principios
merecería Steno ser considerado uno de los verdaderos
"padres fundadores" de las ciencias geológicas. [Ver
nuestro trabajo: PEDRINACI, E. Y SEQUEIROS, L. (1999).
Conocer los archivos de la Tierra. Alambique, Graó, 22
(Octubre), 9-16].

94
Documento 10: aplicación de los
principios de Steno a un caso
concreto
[D. CUARTA PARTE: un ejemplo de aplicación
de lo dicho
a la geología de la Toscana]

Los cambios diversos que han acontecido en la


Toscana
[93] Así como el estado presente de una
cosa dada nos puede descubrir cuál fue el estado
pasado de esta misma cosa, esto mismo se
presenta con evidencia claramente en la Toscana,
en la que a partir del aspecto actual se pueden
conocer los indicios de las desigualdades de los
cambios diversos que han acontecido en el
pasado y que ahora describiré en orden inverso
desde la situación más actual hasta la más
antigua y primitiva.

1. Hubo un tiempo en el cual el plano


inclinado A estaba en el mismo plano que el plano
horizontal más elevado B; el borde (limbo) del
plano en cuestión A (supuesto) así levantado, y
por otra parte el borde del plano horizontal
inferior C (actualmente) más elevado, se
prolongaban más allá; sea que el plano horizontal
inferior D estuviera entonces en el mismo plano
que los planos horizontales más elevados B, C;

95
sea que existiera allí (entre A y C) otro cuerpo
sólido sosteniendo los bordes desnudos de los
planos más elevados (véase más adelante nuestra

96
alusión a las canteras subterráneas). O, lo que es
lo mismo, en estos lugares donde hoy se ven
colinas de rocas arenosas, cursos de agua,
marismas, llanuras bajas, escarpes y planos
inclinados, en otros tiempos todo era llano y en
aquella época todas las aguas, tanto de lluvias
como de manantiales, o bien inundaban esta
misma superficie plana o bien se habían abierto
por debajo canales subterráneos: por lo menos
había cavidades bajo los estratos subterráneos.
2) En la época en que se formaba el plano
B. A, C, y los planos subyacentes, todo el plano B,
A, C fue cubierto por las aguas; o lo que equivale a
lo mismo, en un determinado momento el mar se
levantó por encima de las colinas formadas por
rocas arenosas por muy altas que fueran.
3) Antes de que se formara el plano B, A,
C, los planos F, G, I, tenían el mismo lugar que
conservan actualmente, o lo que es lo mismo,
antes de que se formaran los estratos de las
colinas formadas por rocas arenosas, había en
estos mismos lugares profundos valles.
4) En un determinado momento, el plano
inclinado I estaba en el mismo plano que los
planos horizontales F y G; y los lados desnudos
de los planos I y G, o bien se prolongaban en
continuidad, o bien había allí otros sólidos
sosteniendo estos bordes desnudos, cuando se
formaban dichos planos. O, lo que es lo mismo, en
estos lugares en donde hoy se observan los valles
entre las cimas planas de las altas montañas,
hubo un tiempo una llanura continua bajo la cual

97
se formaron inmensas cavidades antes de los
hundimientos de los estratos superiores.
5) Cuando se formaba el plano F y G un
fluido acuoso se extendía sobre él; o, lo que es lo
mismo, hubo un tiempo en el cual las cimas
planas de las más altas montañas estuvieron
cubiertas por las aguas.
[94] Por ello, reconocemos en la Toscana
seis "aspectos" geológicos diferentes; según éstos,
la Tierra fue dos veces fluida, dos veces plana y
dos veces áspera [accidentada]; para la Toscana
lo demuestro por inducción a partir de los
múltiples sitios examinados por mí mismo y lo
confirmo para la Tierra entera por las
descripciones de los lugares variados
proporcionadas por los diferentes autores. Pero
con el objeto de que nadie tema lo peligrosa que
pueda ser esta explicación novedosa, me
propongo ahora exponer en pocas palabras la
concordancia existente entre la Naturaleza y la
Escritura, para lo cual revisaré las principales
dificultades que podrían presentarse en relación
con cada uno de los "aspectos" [ya citados] de la
Tierra.
[95] Con respecto al primer "aspecto" de la
Tierra, concuerdan la Escritura y la Naturaleza en
que todo estaba cubierto por las aguas; pero
sobre cómo y cuándo sucedió esto, y cuánto
tiempo duró este cubrimiento, la Naturaleza no
dice nada, y la Escritura sí ha hablado. Que hubo
un fluido acuoso en un momento en que los
animales y plantas no existía aún y que este fluido

98
acuoso lo cubría todo, lo prueban plenamente la
presencia de los estratos de las más altas
montañas, en las que falta cualquier cuerpo
heterogéneo: su figura es testimonio de la
presencia del fluido; su materia lo es de la
ausencia de cuerpos heterogéneos; y la similitud,
tanto de materia como de figura, en las estratos
de montañas diferentes y alejadas unas de otras,
demuestra que este fluido fue universal.
Pero si alguien dijese que en estos estratos
los cuerpos sólidos de diversa naturaleza
contenidos en ellos han sido destruidos en el
transcurso del tiempo, no podrá negarse en
absoluto que en este caso se debería observar
una diferencia clara entre la materia del estrato y
la materia que se filtró por los poros del estrato y
rellenó los lugares de los cuerpos consumidos.
Pero si a pesar de ello, en determinados lugares
se hallaran por encima de los estratos del primer
fluido otros estratos que contienen cuerpos
diversos [los fósiles], de esto no se deduciría nada
más, sino que se habrían depositado nuevos
estratos producidos por otros fluidos sobre los
estratos procedentes del primer fluido, y su
materia podría igualmente rellenar las ruinas de
los estratos que aún permanecen y que fueron
producidos por el primer fluido. Y así nosotros
volvemos otra vez a lo mismo: que en el momento
en que los estratos de materia no mezclada, que
es patente en todas las montañas, se estaban
formando, el resto de los estratos no existía
todavía; pero que todas las cosas estaban

99
cubiertas con un fluido desprovisto de plantas,
animales y otros cuerpos sólidos. De aquí que
nadie pueda negar que los estratos de esta clase
podrían haber sido producidos inmediatamente
por el Primer Motor, tal como atestiguamos
claramente por la concordancia entre la
Naturaleza y la Escritura.
[96] En cuanto al segundo "aspecto" de la
Tierra, que fue plana y seca, la misma Naturaleza
calla sobre cuándo y cómo pudo comenzar; sin
embargo, la Escritura sí habla. Sin embargo,
respecto a la cuestión de cómo era el aspecto de
esta tierra [de la Toscana] tal como se muestra
por lo que se observa, se puede confirmar con la
Escritura a lo que da el asentimiento la
Naturaleza, ya que ésta muestra que las aguas
que manaban de una fuente regaban toda la
tierra26.
Respecto al tercer "aspecto" de la tierra, la que
se ha denominado áspera, respecto a la
pregunta de cuándo comenzó, ni la Escritura
ni la Naturaleza pueden determinar nada.
Sobre la explicación de por qué existió la gran
desigualdad, la Naturaleza lo demuestra; y la
Escritura hace mención, sin embargo, al citar
los montes del Diluvio. Por otra parte, a la
pregunta de cuándo fueron creados aquellos
montes que menciona la Escritura, ¿serían

26 Alude el texto bíblico del Génesis 2, 10-14 (de la edición


latina de la Vulgata): un río nació en la mitad del jardín del
Paraíso y se dividió en cuatro ríos.

100
esos mismos montes como los montes de hoy?
La profundidad de los montes ¿existían al
comienzo del Diluvio, sería como los de hoy? Al
quedar deprimida o hundida la superficie ¿se
debió a la surgencia de las aguas por la ruptura
de los estratos que habrían abierto nuevas
convulsiones? Esto no lo determinan ni la
Escritura, ni la propia Naturaleza.
[97] Acerca del cuarto "aspecto", que se
refiere a cuando todas las cosas eran las aguas
[del mar], parece causar mayor dificultad, aunque
en verdad no es fácil que vuelva a ocurrir. Que
hubiera existido un mar con un nivel más alto del
que se acostumbra ver hoy, lo atestigua la génesis
de las colinas en las que hay el sedimento del
mar; y éstas cosas se observan no solamente en la
Toscana, sino también en muchos lugares que
están alejados del mar, en los cuales las aguas
descienden hacia el mar Mediterráneo; e incluso
en aquéllos lugares en los que las aguas corren
hacia el Océano. La Naturaleza no contradice a la
Escritura cuando aquélla determina a qué altura
llegó el mar27, puesto que la observación
muestra que:
1. Existen indicios ciertos de la llegada del

27 Steno tiene sumo cuidado en no aportar datos que


puedan hacer entrar en conflicto los datos bíblicos de la
Escritura (que como buen luterano creía que era necesario
leer y entender al pie de la letra) y los datos procedentes
de su propia observación (y que como buen seguidor de
Francis Bacon veía como verdades referentes a la
Naturaleza).

101
mar que se encuentran en lugares que están
elevados cien pies sobre la superficie actual del
mar.
2. Nadie podría negar esto: que si en el
comienzo de las cosas todos los materiales
sólidos de la tierra estuvieron cubiertos por un
fluido acuoso, éstos pudieron quedar cubiertos
otra vez por el fluido acuoso, ya que ciertamente
el cambio de las cosas naturales ha sido continuo,
por lo que la acción natural no ha producido la
destrucción total ¿Quién ha investigado la
estructura del interior de la tierra y podría negar
la posibilidad de la existencia de enormes
espacios allí, unas veces llenos de fluidos acuosos,
y en otras ocasiones llenos de fluidos aéreos?28
3.No se sabe y es completamente incierto, que
en los comienzos del Diluvio existiera la
profundidad de los valles; sin embargo la
razón incita a creer que en los primeros siglos
del mundo había pequeñas cavidades que se
habían formado al ser corroídas por el agua y
el fuego, de modo que por ello se produjeron
allí hundimientos no muy profundos de los
estratos; sin embargo, podemos afirmar que
los altísimos montes de los que hace mención
la Escritura eran las montañas más altas que se

28 Aquí Steno está aludiendo a las ideas sobre el


Geocosmos de Mundus Subteraneus de Athanasius Kircher
(ver L. SEQUEIROS (2001) El Geocosmos de Athanasius
Kircher: una imagen organicista del mundo en las Ciencias
de la Naturaleza del siglo XVII. Llull, Soc.Españ. de Historia
de las Ciencias y las Técnicas, 24, 755-807).

102
encontraban en aquellos tiempos, pero no más
altas que las que ahora vemos.
4. Si el movimiento de algunos seres vivos
hubiera podido hacer aquello o esto, o que
libremente y por su voluntad las aguas volviese a
los lugares secos fuera del lugar que ocupaban, o
que a veces éstas tierras se inundasen con nuevas
avenidas de agua, ¿por qué no podríamos
nosotros estar dispuestos a conceder a un Primer
Motor de todas las cosas aquella misma libertad y
las mismas fuerzas?
Respecto al tiempo del Diluvio Universal
de la Historia Sagrada todas las cosas que
minuciosamente se declaran aquí no están en
contradicción con la historia profana. Las
ciudades más antiguas de la Toscana, algunas de
las cuales están edificadas sobre colinas que
fueron producidas por el mar, se fundaron hace
más de tres mil años; en Lidia, sin embargo
llegamos a cerca de cuatro mil años, de lo que se
puede deducir de este hecho que el momento en
el que la tierra firme fue abandonada por el mar
está de acuerdo con el momento de que hace
mención la Escritura29.
Respecto a cómo explicar el modo cómo
surgieron las aguas, podríamos aducir varios

29 Debido a su concepción del desarrollo histórico de los


sedimentos y de las montañas, Steno rompe con el esquema
rígido de una única creación que ya está terminada. En la
cronología bíblica, opina que se necesitaron entre 3.700 y
7.000 años para explicar la extensión del tiempo desde los
"días" de la Creación.

103
argumentos procedentes de las leyes de la
Naturaleza. Porque si, por ejemplo, alguno dijera
que en la Tierra el centro de gravedad no está
siempre en centro de la figura, sino que a veces se
aleja de una de sus partes y a veces de otra, en la
medida en que las cavidades subterráneas se
hubieran ido formando en lugares diferentes,
entonces se podrían explicar fácilmente
cuestiones como ésta: ¿por qué el fluido que lo
cubría todo en el principio de las cosas, lo
abandona todo dejando en seco determinados
lugares, para volver a ocuparlos de nuevo?
[98] Con la misma facilidad se puede
explicar el diluvio universal, si suponemos que
alrededor del fuego situado en el centro de la
esfera de la Tierra está situada una esfera de las
aguas, o por los menos si allí hubiera grandes
depósitos; de aquí que sin que tuviera que
cambiar nada la posición del centro de gravedad
de la tierra, se podría producirse la efusión del
agua encerrada30.
Pero a mí me parece que hay un modo más
fácil para explicar por qué se encuentra una
suficiente cantidad de agua en los valles de
menor profundidad sin tener que acudir al
cambio de centro, o a la forma de la tierra o a la

30 Esta interpretación se parece mucho a la propuesta por


Descartes años antes. Ver las imágenes que hemos recogido
en la parte introductoria, (Oeuvres de Descartes, edición de
Ch. Adam y P. Tannery de 1905 , volumen VIII, París,
página 229).

104
gravedad. Y esta explicación sencilla sería la
mejor si admitiéramos:
1.- Que algunos fragmentos de
determinados estratos que han caído atascan los
conductos subterráneos por los cuales el mar
envía el agua al manantial de las fuentes al
penetrar en los huecos de la tierra.
2. - Que el agua encerrada en las vísceras
de la tierra (lo cual ninguno de los mortales pone
en duda), ha sido en parte lanzada hacia las
fuentes por la fuerza del fuego subterráneo (de
todos conocido); y en parte, ha sido arrojada por
los poros de la tierra hacia el aire en los lugares
aún no cubiertos por las aguas; por ello, las aguas
caen al suelo en forma de lluvia, no solo porque
ella está siempre presente en el aire, sino
también porque está mezclada con él del modo
dicho.
3.- Que el fondo del mar se ha elevado,
debido a la expansión de las cavernas
subterráneas.
4.- Que las restantes cavidades que hay
sobre la superficie de la tierra se llenan de
materia terrosa, que ha sido rebajada desde sitios
muy altos por el continuo modo de actuar de las
lluvias.
5.- Que la misma superficie de la tierra era
entonces menos desigual, ya que entonces estaba
más cerca de su estado original.

105
Si aceptamos estos puntos, no estaríamos
admitiendo nada que sea contrario ni a la
Escritura, ni a la razón, ni a la diaria experiencia.
Lo que sucedió en la superficie de la tierra,
mientras estuvo cubierta por las aguas no lo
declaran ni la Escritura ni la Naturaleza; podemos
asegurar que en aquel tiempo se produjeron
profundos valles por causas diversas: 1.- Por la
fuerza de fuegos subterráneos que formaron
cavidades que se hicieron y que dieron lugar a
hundimientos muy grandes. 2.- Y es así porque
era necesario abrir a las aguas un retorno hacia
las profundidades de la Tierra; 3.- Y es así
porque hoy se observan en sitios lejanos del mar
valles profundos repletos de sedimentos marinos.

[99] Con respecto al quinto "aspecto" de la


Toscana, en el que otra vez se revela la sequía, la
tierra mostraba grandes planicies; esto lo
demuestra la observación de la Naturaleza, sin
que lo niegue la Escritura. En cuanto a saber si el
mar se retiró rápidamente o si más bien la
abertura de nuevas simas permitió descubrirse a
nuevas regiones en el transcurso de los siglos,
como sobre esto la Escritura calla, no se puede
determinar nada; y si nos referimos a lo que
debió ser la historia de las gentes desde los
primeros siglos después del diluvio, no es lícito
declarar nada cierto sobre este tema por lo que
debe ponerse muy en duda debido a creencias
llenas de fábulas.

106
Esto sí que es cierto. Que una gran
cantidad de la tierra es arrastrada cada año al
mar (lo cual se muestra fácilmente a la mirada de
aquel que considera atentamente la amplitud y el
largo trayecto de los ríos a través del interior de
las tierras así como el número incontable de
torrentes en las regiones Mediterráneas), por lo
que al ser acumuladas las tierras por los ríos en
las cercanías de las orillas del mar dejaron nuevas
tierras aptas para ser habitadas. Estas cosas están
confirmadas por la opinión de los Antiguos que
hablaban de regiones enteras que se habían
formado por la acción de los ríos y que tenían el
mismo nombre que esas regiones; y también por
la tradición de los Griegos, que relataban la
historia de hombres que descendiendo
gradualmente de las montañas, habían habitado
regiones marítimas que era estériles debido al
exceso de humedad pero que se fueron haciendo
fértiles con el discurrir del tiempo.

[100] El sexto "aspecto" de la Tierra es


obvio a los sentidos, pues en éste los citados
valles se fueron modificando debido a diversos
canales, valles y precipicios, sobre todo debido a
la erosión de las aguas, y a veces también debido
a la salida de los fuegos; no es esto algo de lo que
haya que admirarse, ya nunca leí en los
Históricos, en qué tiempo sucedieron estos
cambios.

107
La historia de los primeros cientos de años
después del Diluvio contada por los autores
profanos es confusa y llena de puntos dudosos;
pero transcurridos los años, los historiadores
comenzaron a celebrar los hechos de los varones
ilustres, pero no los milagros de la Naturaleza.
Echamos de menos sin embargo, los documentos
citados por los escritores, en los cuales narraron
la historia de los cambios acontecidos en los
diversos lugares; y así, el resto de los autores,
cuyos escritos se conservan, solamente algunos
relatan casi año por año las maravillas de la
naturaleza, los fuegos que brotan en las tierras,
los desbordamientos de mares y ríos; así, éstos
autores demostraron fácilmente que en los cuatro
mil años se produjeron muchos y variados
cambios; si esto es así, se equivocan mucho los
que denuncian múltiples errores en los escritos
de los Antiguos, por el hecho de encontrar en
ellos desacuerdos con la geografía de hoy .Yo no
quiero fácilmente dar fe a las narraciones
fabulosas de los antiguos; pero parece ser que
sucedieron muchas cosas allí a las que yo no
negaría darles crédito.

Pues desde luego muchas cosas de allí


sorprenden, y de las que me parece que dudo que
sean más falsas que verdaderas, como son: que el
mar Mediterráneo está separado del Océano
occidental; que se pueda pasar desde el mar
Mediterráneo hasta el mar Rojo; que se hayan
hundido las islas de la Atlántida; que sea verdad

108
que hayan existido los diversos sitios citados en
los itinerarios de Baco, Triptolomeo, Ulises, Eneas
y otros, ya que no se corresponden con cosas que
están sucediendo hoy.

Sobre los numerosos cambios que se


produjeron en la Toscana en todo el espacio
limitado por el río Arno y el Tíber, proporcionaré
demostraciones evidentes en la misma
Disertación y, a pesar de que no sea posible
asignar el tiempo en que cada uno ocurrió,
aportaré, sin embargo, pruebas sacadas de la
historia de Italia, de manera que no quede
ninguna duda.

109
110
Documento 11:
Las raíces históricas
y el desarrollo
de una ciencia peculiar:
la Geología

Al final de nuestro camino, con unas guias


para “leer” las rocas, podemos hacer una
reflexión global. ¿Cómo aparece la Geología como
una ciencia dotada de su propia racionalidad y
con una metodología científica? ¿Cómo se
desarrolla la geología a lo largo de la historia?
¿Cuáles son las líneas de fuerza dominantes?

1. Las raíces de la Geología como


ciencia
Se suele considerar a Niels Stensen o
Steensen (más conocido por su nombre latinizado
de Nicolás Steno) (1638-1686) como el fundador
de la geología como ciencia. Steno propone los
grandes "principios" sobre los que se asientan las

111
ciencias de la Tierra. Unos principios que hoy nos
parecen de sentido común pero que entonces no
lo eran: el principio de la horizontalidad de los
estratos, el principio de la continuidad
horizontal de los estratos y el principio de la
superposición de los estratos31.
Por ello puede situarse Steno con toda
razón en las raíces del árbol del conocimiento
sobre el planeta Tierra. Junto con Hutton y Lyell
puede ser considerado como uno de los
fundadores de la geología como ciencia32.

Pero ¿cómo llegó Steno a la formulación de


estos principios? Será mejor recordar la historia:
En 1666 tuvo lugar un acontecimiento que
cambió la orientación científica del médico y
anatomista Nicolás Steno. Unos pescadores
extrajeron de los aguas frente a Toscana un
tiburón de 1.700 kg, al que se conocía entonces
como Canis Carcharias (perro terrible). El gran

31 Algunos autores (Vera, 2003) opinan que el principio de


superposición de los estratos se propuso en el siglo XVIII y
que debe a Giovanni Arduino (1714-1795) y Johann Gottlob
Lehman (1713?-1767) [J.A. VERA (2003) Temas de
actualidad en la interpretación del registro estratigráfico.
Discurso de ingreso en la Real Academia de Ciencias,
Madrid, 31 octubre 2003]. El principio del Uniformismo se
debe a Hutton y el de la sucesión faunística a Smith.
32 DUQUE, J. (2002). La edad de la Tierra: evolución
cronológica de una controversia en referencia a sus
principales protagonistas. Enseñanza de las Ciencias de la
Tierra, AEPECT, 10(2), 151-161.

112
Duque de Toscana, Fernando II, pidió a su
anatomista preferido, Nicolás Steno que hiciera
una disección de la cabeza. Steno acogió con
gusto la idea. Y se puso al trabajo. Le llamaron la
atención los dientes agudos que se alineaban en
las mandíbulas del tiburón. Observó que eran
idénticos a las glossopetrae del Gabinete. En el
estudio que posteriormente publicó Steno
postula la hipótesis de que las glossopetrae no
eran otra cosa que los dientes de antiguos
tiburones que por avatares del destino se
encontraban el las montañas de Malta.
El instinto de Steno se despertó: ¿qué
hacían esos dientes de tiburón tan lejos de la
cosa? ¿Cómo habían llegado hasta allí? Esto incitó
su curiosidad y se lanzó a la aventura en los
montes de Volterra cerca de Florencia. Allí,
enterrados en los sedimentos de arenisca,
encontró conchas, caracoles, huesos y también
glossopetrae como los de Malta. Este
descubrimiento incitó su curiosidad e inició una
investigación sobre cómo estos fragmentos que
hoy consideramos acertadamente como fósiles
habían llegado a ocupar ese lugar, embebidos
dentro de otras rocas: "sólidos dentro de otro
sólido".
La obra de Steno más famosa para los
geólogos ha sido traducida al castellano y
publicada recientemente por el que les habla. Es
un número monográfico editado en 2003 de la
revista Enseñanza de las Ciencias de la Tierra. El
nombre de este trabajo es De Solido intra Solidum

113
Naturaliter Contento Dissertationis Prodromus
(Introducción a un discurso sobre la presencia de
cuerpos sólidos incluidos de forma natural dentro
de otros cuerpos sólidos) y es más conocida por
la última de las palabras, que castellanizada es el
Pródromo). Fue publicada en su primera edición
en Florencia en 1669 y pretende ser el anticipo
de una obra más extensa que, desgraciadamente,
como a veces suele suceder, nunca escribió.
En su estudio geológico y paleontológico,
Steno distingue en la Toscana un basamento
inferior sin fósiles y otro fosilífero formado
durante el Diluvio para el que da una explicación
racional respaldada en los datos empíricos según
el método inductivo de Francis Bacon33.
Encima de estos materiales (y aquí está la
gran novedad) sitúa unas capas de rocas con
fósiles. Estos estratos se depositaron
sucesivamente unos sobre otros a lo largo de
mucho tiempo.
En opinión de Steno, estos procesos
naturales que se dan en la superficie de la Tierra
están de acuerdo con los datos de la Biblia, por lo
que no encuentra contradicción "entre la
Naturaleza y la Escritura" (sic). El gran mérito de
Steno, como veremos, es haber definido

33 SEQUEIROS, L. (1999) La epistemología oculta de los


paleontólogos. Los fósiles "bajo el crisol de Bacon". Actas XX
Jornadas de Paleontología. Madrid, octubre 1999.
Conferencia invitada. Temas Geológico- Mineros ITGE, 26,
36-43.

114
conceptos nuevos para la geología, como el
concepto de "estrato" y haber enunciado los
principios geológicos de continuidad de los
estratos y de superposición de los estratos Gracias
a éstos, la geología se convierte en una ciencia
histórica que pretende reconstruir la historia
pasada del terreno a partir de las capas de roca
estratificada, que son los archivos que contienen
la historia del planeta. Steno, por tanto, sienta las
bases de la Estratigrafía y por ello de la escala
geológica del tiempo relativo que se han
constituido como uno de los fundamentos
científicos de la geología desde el siglo XVIII.

2. Los principios metodológicos de la


Geología en el Pródromo de Nicolás
Steno (1669)
Ya se ha dicho más arriba que los
principios metodológicos contenidos en el
Pródromo de Steno, abrieron las puertas a la
posibilidad de interpretar y reconstruir la
historia pasada de la Tierra a partir de los datos
que se observan en la superficie rocosa
considerada como registro geológico (Pedrinaci y
Sequeiros, 1999).
Tanto Scherz (1969: 25-28) como
Ellenberger (1989:206-213) han presentado
esquemas de los contenidos del De Solido intra
Solidum Naturaliter Contento Dissertationis
Prodromus de Nicolás Steno. Estas son las partes

115
principales tal como se han adoptado aquí. Las
primeras páginas se suelen considerar como una
exhortación inicial. En ellas, Steno tras dedicar su
obra al Gran Duque de Florencia, Fernando II,
manifiesta que él parte de sus propias
observaciones en las montañas de Toscana. Lo
describe minuciosamente:
"Visitadas una y otra vez las tierras donde
salen a la luz las conchas y otros tipos de restos
marinos, hice notar que estos suelos fueron
sedimentos originados por un mar de aguas
turbias, y que era posible calcular hace cuánto
tiempo estuvo en cada lugar el mar de aguas
turbias; en un primer momento, me pareció que
todo lo que allí interpretaba iba a ser una
investigación que llevaría breve tiempo. Pero en
ello me engañaba, e incluso se engañaban otros
que sacaban conclusiones prematuras".
Por tanto, la obra de Steno sigue los
dictados de la filosofía natural de Francis Bacon
(Sequeiros, 1999) quien en 1620 había publicado
su Novum Organon, la alternativa a la vieja lógica
formal aristotélica. Para Bacon, el conocimiento
verdadero proviene de la observación y de la
experimentación. Lo cual está implícito en el texto
siguiente de Steno:
"No conociendo, por tanto, qué otros
experimentos y estudios me estarán esperando,
pienso que es mejor pararse ahora en estas cosas
referentes a un cuerpo rocoso sólido encerrado en
otro cuerpo rocoso sólido, que son una señal para
vos de mi gratitud por los favores que he recibido,

116
y me dan la oportunidad para otros trabajos
relacionados con el cultivo de los estudios de física
y geografía, que según mis deseos he llevado a cabo
para mi descanso y con gran provecho y con
dedicación".

La primera parte puede considerarse


(Sequeiros, 2003a) como una fundamentación
histórico -filosófica del problema de los cuerpos
rocosos con aspecto de conchas que están
incluidos dentro de otros. En ella, Steno resume
las posturas de los naturalistas sobre la
interpretación de la naturaleza y origen de los
cuerpos sólidos incluidos dentro de otros sólidos:
¿qué hacen tan lejos del mar? ¿cómo se han
producido de forma natural? De alguna manera,
Steno expone el estado de la cuestión, elemento
fundamental en toda investigación científica.
Y más adelante: "Pero otros muchos
cuerpos se encuentran dentro de las rocas y están
dotados de formas particulares. Si alguien dijera
que se han producido por una fuerza que existe en
el terreno, es necesario admitir que todos estos
restos se podrían haber producido por la misma
fuerza. Por tanto deduje que si son producidos por
la misma fuerza del terreno, hay que admitir
necesariamente que se han formado en ese mismo
lugar en que han sido encontrados. Esto es, que
debería tomarse en consideración tanto la
naturaleza del lugar donde se encuentran como la
naturaleza del lugar en donde se han producido.
Pero nadie puede determinar el lugar de

117
producción si desconoce el modo de producción; y
todas las discusiones sobre el modo de producción
son inútiles a menos que tengamos un
conocimiento cierto de la naturaleza de la materia
[rocosa]. De aquí se deduce que es patente la gran
cantidad de problemas que deben ser resueltos
antes para poder llevar a término esta línea de
investigación".

Pero la pregunta radical que se hace es:


¿cómo se forman los estratos? Esta es su
propuesta:
"Los sedimentos se forman, pues, cuando
los contenidos de un fluido caen por su propio peso
al fondo, bien porque éstos están contenidos en el
fluido o bien porque son secretados gradualmente
a partir de las partículas del mismo fluido; y esto
tanto en la superficie superior como igualmente en
todas las partículas del fluido" (aquí podría estar el
principio de horizontalidad).
Tras esto, ya puede afirmar cosas sobre la
posición de los estratos: "Sobre la interpretación
de la posición de los estratos, pueden considerarse
como afirmaciones ciertas las que van a
continuación:
1. En el momento en el que se estaba
formando un estrato cualquiera, bajo
éste existía ya antes otro cuerpo, que
impedía a los materiales que se
presentan en forma de polvo descender
más abajo. Por este hecho, en el
momento en que se formaba el estrato

118
situado más abajo, había bajo él, o bien
otro cuerpo sólido, o bien, un fluido.
Pero si se trataba de un fluido, éste era
de naturaleza diferente a la del fluido
situado en posición superior y era más
pesado que el sedimento sólido de este
fluido superior
2. En el momento en que se formaba uno
de los estratos situados encima, el
estrato inferior habría ya adquirido una
consistencia sólida.
3. En el momento en que se formaba un
estrato cualquiera: o bien éste estaba
limitado por sus lados por otros cuerpos
sólidos, o bien el estrato cubría todo el
globo de la Tierra. De aquí se sigue que
en cualquier lugar de la tierra que se
considere, cuando se observan los lados
desnudos de los estratos, hay que, o bien
buscar la continuación de estos mismos
estratos, o bien encontrar este otro
cuerpo sólido que ha frenado la materia
rocosa de los estratos impidiéndoles
extenderse más lejos (aquí está el
principio de continuidad lateral de los
estratos).
4. En el momento en que se formaba
cualquier estrato, la materia que estaba
situada por encima de él era toda ella
fluida; debido a este hecho, en el
momento en que se formaba el estrato
más bajo no se había formado aún

119
ninguno de los estratos superiores"
(aquí está el principio de
superposición).

Aquí tenemos condensadas las definiciones


de los principios geológicos de
horizontalidad, de continuidad y de
superposición de los estratos. Una vez
propuestas algunas hipótesis sobre la
formación natural de los estratos y de las
montañas, resta pasar revista a la
naturaleza de las conchas fósiles, de los
minerales y de otros cuerpos rocosos
incluidos dentro de otros cuerpos.

Para concluir el Pródromo, Steno aborda


en la cuarta parte el problema de la
reconstrucción histórica de la Toscana desde el
origen de los tiempos hasta la actualidad para lo
que aplica el método y los principios anteriores.
Como buen creyente, insiste en que sus ideas
científicas de la Naturaleza están en concordancia
con los datos revelados en las Escrituras. Es el
primer trabajo bien fundamentado de Geología
histórica que se conoce.

Este esquema, como puede verse, revela


de algún modo, la intuición epistemológica de
Steno, de acuerdo con la lógica clásica y con el
método inductivista baconiano: en primer lugar,
establece el marco de referencia histórico y
filosófico en el que va a desarrollarse el proyecto

120
de investigación. Propone Steno en la segunda
parte el marco metodológico para poder llegar a
interpretar correctamente, de acuerdo con la
fundamentación y la metodología, qué significado
tienen los "sólidos dentro de otros sólidos". Y
todo lo anterior, lo aplica al conocimiento
geológico de la Toscana, de modo que tenemos
aquí, bien asentada científicamente, la historia
geológica de un entorno geográfico natural, y en
su opinión, esta reconstrucción no se opone a la
doctrina de las Escrituras.

3. Los primeros pasos de las Ciencias de


la Tierra
Los historiadores de la Geología están muy
interesados en el hecho de que diversos filósofos
y naturalistas hacen propuestas con pretensión
científica sobre las llamadas "Teorías de la
Tierra". No se puede entender a Steno como un
personaje ausente del complejo sistema cultural
europeo del siglo XVII. "Tras el tumultuoso
período del Renacimiento, -escribe el profesor
René Taton34- durante el cual occidente entró en
íntimo contacto con la ciencia antigua, no sin
manifestar, en diversos dominios, una
indiscutible voluntad de creación, el siglo XVII ve

34 Parte de las reflexiones siguientes están tomadas de la


monumental obra de R. TATON edit.(1998). Historia
General de las Ciencias. Editorial Orbis, Barcelona, tomo 5
(El Siglo XVII), 211-236.

121
nacer en la Europa occidental una nueva ciencia,
que se desarrollará en los siglos siguientes, y que
poco a poco se difundirá por todo el mundo".
Esta "nueva ciencia" de la que tratan los
historiadores se corresponde con un momento de
efervescencia de la creatividad humana. Desde
Gilbert, Kepler y Galileo hasta el mismo Steno,
junto a Huyggens, Malebranche, Leibniz y
Newton, pasando por Bacon, Harvey y Descartes,
los que hoy llamamos "científicos" del siglo XVII
en Europa colocan los principios de la ciencia
moderna. Mientras sostenían su lucha, a menudo
difícil, contra los prejuicios, la tradición y la
rutina, esos hombres geniales supieron explicar
los grandes principios que todavía hoy se
encuentran a menudo en la base de nuestras
concepciones. Aquellos filósofos naturales
tuvieron el mérito inmenso de crear métodos
originales y fecundos, de renovar amplios
dominios científicos y de dar a la investigación un
decisivo impulso.
Algunos historiadores de la Geología
afirman que en el siglo XVII es cuando aparece la
Geología como ciencia natural dotada de su
propia racionalidad35.

35 Son numerosos los trabajos históricos sobre la Geología


en el siglo XVII. Resaltamos aquí los más accesibles: R.
FURON (1988). Nacimiento de la Geología. En: R. TATON,
edit. Historia General de las Ciencias. Editorial Orbis,
Barcelona, tomo 5: el siglo XVII, 453-462; F. ELLENBERGER
(1989). Historia de la Geología. Volumen I: De la antigüedad
al siglo XVII. Editorial Labor, Barcelona, 179-258; F.

122
La naturaleza real de los fósiles había sido
comprendida antes, por Leonardo da Vinci o
Bernad Palissy. Pero aunque correctas, sus
observaciones no se basaban aún en la Geología.
Ellenberger36 centra el estudio de las ideas
geológicas en el siglo XVII sobre tres autores muy
diferentes entre sí: Descartes, que lanza la gran
revolución, pero que es incompetente respecto a
una geología basada en la observación y se
refugia en especulaciones; Gassendi, su rival de la
época, muy interesante por el influjo sobre Steno.
Por nuestra parte, añadiremos la figura de
Leibniz que, aunque no influye directamente
sobre Steno, sí recoge alguna de sus ideas.

La geología de Descartes
Steno cita a lo largo del Pródromo algunas
ideas de Descartes. Siendo muy joven, Steno
manifestó su interés por las ideas cartesianas en
sus confesiones escritas en su cuaderno Chaos
(escrito entre 1659 y 1660). Numerosos autores
han citado y figurado la famosa ilustración de la

ELLENBERGER (1994). Histoire de la Géologie. Volumen 2:


La grande éclosion et ses prémices. 1660-1810. Tec&Doc,
París, sobre todo, 16-48. F. PELAYO (1996) Teorías de la
Tierra y Sistemas geológicos: un largo debate en la Historia
de la Geología. Asclepio, XLVIII-2, 21-52. También hay
muchas referencias en: L. SEQUEIROS (2000). Teología y
Ciencias Naturales: las ideas sobre el Diluvio Universal y la
extinción de las especies biológicas hasta el siglo XVIII.
Archivo Teológico Granadino, 63, 91-160.
36 ELLENBERGER, F. (1989) opus cit., 179-194.

123
estructura del globo terrestre reproducida en los
Principia Philosophiae37. Para Descartes, la Tierra
es un astro enfriado, excepto en su centro, donde
subsiste encerrada una materia comparable a la
del Sol (señalado como I en sus esquemas).

Las dos etapas terminales de la formación de la Tierra


según Descartes, correspondiente a la edición de 1644
de las Oeuvres de Descartes, VIII, París. La esfera central
I está rellena del fuego interior, residuo del astro que
fue. B y F son capas de aire; D, representa el agua del
planeta; C es la corteza interna, sólida y dura; E es una
corteza externa menos maciza; M es la región media de
la Tierra compuesta por la misma materia que las
manchas solares. El Diluvio se explica por la fractura de
la capa E (corteza terrestre) y la salida de las aguas
interiores (capa F). Hemos recogido esta imagen de la
edición de Ch. Adam y P. Tannery de 1905 (Oeuvres de
Descartes, volumen VIII, París, página 229).

Descartes tuvo mucho cuidado en repetir


al comienzo de la cuarta parte, que toda su
hipótesis es "falsa" (no responde exactamente a
la realidad histórica) y que "simulamos" todo
ello, sabiendo que el mundo fue creado
directamente por Dios. Lo esencial es demostrar
que todo lo que el mundo contiene es de la misma
naturaleza y su esquema es "como si" todo se
hubiera producido de esa forma. Descartes se
atreve a diseñar un dibujo de cómo podía haber

37 Edición latina de 1644, en francés en 1647, cuarta parte,


32-44, lámina XIII-XV de la edición francesa
(ELLENBERGER, F. (1989), opus cit., 182).

124
sido la Tierra al comienzo y se aventura a esbozar
cómo podía haber sido su historia natural.
Nuestro autor desconoce la erosión, la
sedimentación y los fósiles, conceptos que
desarrollará genialmente Steno. Descartes se
guarda muy bien de mezclar su construcción con
los textos sagrados. No realiza una concordancia
(como luego hará Steno) a quien seguirán
después los diluvistas ingleses y los suizos.
Tal vez el mayor mérito de esta
construcción de Descartes (de 1644) es haber
definido un método de investigación crítica
racional. La prueba de su valor es haber
permitido a los cartesianos instruidos- apunta
Ellenberger (1989) - superar al mismo Descartes
usando su mismo método. Steno será el ejemplo
más característico.

La geología de Gassendi
Pierre Gassend (1592-1655) (más
conocido como Gassendi), contemporáneo de
Descartes, fue considerado en su época como una
de las figuras más importantes en cuanto a la
filosofía y a la física, especialmente por su hábil
rehabilitación del atomismo de Epicuro38 y su
hostilidad hacia determinadas opiniones de
Descartes, como la de los animales-máquina.

38 ELLENBERGER, F. (1989) opus cit.,188

125
Steno lo califica en sus obras de Galliae
Lumen y menciona sus ideas sobre la producción
de las piedras. Su obra geológica se contiene en
De lapidibus ac metallis, en la sección III de su
física39. Gassendi empieza por una clasificación
de las "piedras" (lapides) muy convencional y
afirma que las rocas y las piedras continúan
formándose en nuestros días. Para que las
piedras se sigan reproduciendo hace falta una
fuerza petrificante (vis lapidifica) e igualmente,
una fuerza que hace nacer nuevas piedras (la vis
seminal). Esta fuerza seminal es la que organiza la
intimidad de las piedras, su forma y disposición.
Para Gassendi, los fósiles se formaron por
petrificación adquirida. Unos no tienen más que
una costra o revestimiento de piedra y se han
formado por medio de fuentes minerales
petrificantes. Otros, que tienen "cuerpo", son
producto de jugos sutiles que impregna los
cuerpos de antiguas plantas o animales. Si su
concepto de "jugo lapidiscente" se tradujera
como "solución mineralizante", su interpretación
de los fósiles sería correcta.
Como todos sus contemporáneos,
Gassendi es incapaz de entender el tiempo
geológico y opta por una cronología corta sin
referencia a la cronología bíblica para no entrar
en debates teológicos.

39 GASSENDI, P. (1658), Opera Omnia, Lyon, tomo II, pág.


114-133.

126
La geología de Leibniz
Al filósofo Leibniz (1646-1716) se le
conoce poco como creador de una de las Teorías
de la Tierra que han existido40. Su obra geológica
fue escrita en 1690, pero permaneció inédita
hasta 1749. Pero en vida publicó dos cortas notas,
ricas y densas. La primera apareció en 1693 con
el título Protogaea y gozó de una gran notoriedad.
Esta Teoría de la Tierra resume su propia
cosmología. La segunda nota es de 1710 y es más
anecdótica. La obra geológica citada más arriba,
no publicada hasta 1749, estaba escrita en latín y
tenía una traducción al alemán.
Leibniz recoge algunas ideas dispersas de
Descartes, según el cual la Tierra es un astro
incandescente enfriado. El modelo de una estrella
apagada fue seguida luego por Buffon y los
plutonistas. Para Leibniz, periódicamente hay
inundaciones en la Tierra que van depositando
poco a poco los distintos sedimentos. Desde esta
perspectiva, el Diluvio bíblico queda
prácticamente relegado al olvido. En estas
inundaciones quedan enterrados seres vivos que
pasan a petrificarse.

40 La describe con precisión ELLENBERGER, F. (1994)


Histoire de la Géologie. II., pág.137-147.

127
Athanasius Kircher (1601-1680) y las
ideas sobre el interior de la Tierra en el
siglo XVII
La obra cumbre de Steno, el Pródromo,
intenta buscar "dentro" de la esfera de la Tierra,
la respuesta a los problemas que se detectan en la
superficie de la misma. Entre 1650 y 1800, los
primitivos geólogos propusieron diversas
hipótesis sobre la composición y estructura del
interior del globo terráqueo41. Desde los tiempos
de Galileo, los filósofos se preguntan sobre lo que
hay en el interior de la Tierra. Con anterioridad,
en la época medieval, los autores no dudaban en
situar el infierno en el interior del planeta, en un
lugar donde hay fuego.
La creencia en el fuego central es
defendida con ardor por los autores del siglo
XVII. Citamos a Descartes, Hooke (1668), Kircher,
Woodward (1695), así como muchos autores del
siglo XVIII. En 1788, James Hutton seguía con
entusiasmo la defensa del modelo plutonista
frente al Neptunista de Werner42. Una de las
hipótesis novedosas sobre sobre el interior de la
Tierra, defendida por Athanasius Kircher y
parcialmente por Nicolás Steno, defiende que el

41 ELLENBERGER, F. (1994). Histoire de la Géologie.


Volumen 2: La grande éclosion et ses prémices. 1660-1810.
Tec&Doc, París, 16-23.
42 Ver el interesante capítulo que dedica HALLAN, A.
(1985) Grandes controversias geológicas. Editorial Labor,
Barcelona.

128
globo terrestre esté parcialmente hueco y
ocupado por cavernas y canales. Se conservan
numerosas cartas de Steno dirigidas a Kircher en
las que comenta y critica algunas de las ideas del
autor de Mundus Subterraneus. Casi todos los
autores que se referían al interior de la Tierra
entre 1600 y 1800 admitían la existencia de
cavernas, cuevas y galerías por debajo de la
corteza sólida. Puestos a situar a Steno dentro de
una corriente de opinión sobre el interior de la
Tierra, sin caer en los excesos organicistas de
Kircher, podemos encuadrarlo en esta opinión.

3. Los grandes paradigmas en la


construcción social de las ideas
geológicas

Tal como se ha podido ver en el desarrollo


de las páginas que anteceden, se postulan varios
"paradigmas" en sentido kuhniano referentes a
las ideas sobre la extinción:

129
PARADIGMA DESCRIPCIÓN

paradigma El Diluvio universal bíblico es una


diluvista verdad científica intocable, pues la
Biblia es palabra de Dios. Este
Diluvio llega como castigo divino
contra la humanidad. Como
resultado, desaparecen los
animales y plantas
"antediluvianos". Se discute si el
Diluvio es un fenómeno natural o
un milagro de Dios.

Paradigma de Se mantienen muchas de las tesis


degeneración de anteriores. Pero se muestra que
la Tierra Dios maldijo a toda la Creación y
por ello, el pecado original afecta a
humanos y a toda la naturaleza.
Aunque esta tiene "leyes
naturales" sin embargo, desde
entonces "degenera". Es una visión
pesimista del mundo.

Paradigma Se afirma que el Diluvio universal


catastrofista no fue el único episodio de
extinción de animales y plantas. A
lo largo del tiempo geológico [que
es más largo que el Bíblico, pues
los "días" bíblicos pueden ser
"épocas de la Naturaleza"
(Buffon)] ha habido diversos
momentos de revoluciones que
dan lugar a episodios
"catastróficos" de extinción tras

130
los que hay una re-creación.

paradigma Ni se afirma ni se niega la


uniformitarista posibilidad del Diluvio. Lo que se
afirma es que las causas que hoy
actúan han actuado de la misma
manera y con la misma intensidad
en el pasado. El mundo está sujeto
a las leyes naturales rígidas que lo
mantienen en un estado
estacionario (steady stage). Hay un
majestuoso ciclo del tiempo
(Hutton) o un proceso de cambio
lento, gradual y continuo que no
tiene dirección definida (Lyell).
Existe la extinción de fondo como
una consecuencia de los cambios
climáticos que hacen desaparecer
especies.

paradigma La naturaleza tiene leyes, pero esto


evolucionista no impide que la naturaleza viva y
gradualista no viva esté sujeta a cambios
lentos graduales y continuos que
tienen una clara progresividad (se
discute si tienen dirección
determinada). Es la Selección
Natural el único mecanismo
explicativo del cambio irreversible
o evolución. La extinción es una
consecuencia de la inadaptación de
algunas variaciones a la
supervivencia en la lucha por la
existencia.

paradigma No se niega la existencia de


actual regularidad en la naturaleza que
neo-catastrofista puede ser descrita por los

131
científicos en leyes, teorías y
principios. Pero hay un elemento
de "azar" (la contingencia de la
realidad) que hace que el
fenómeno de la evolución
innegable de la vida (entendida
como sistema o biosfera) esté
sujeto a factores contingentes que
producen extinciones, no solo de
fondo sino también se producen
extinciones en masa (con gran
poder destructor y constructor).
La Selección Natural darwiniana
no lo explica todo. Se postulan
diversos mecanismos que
irrumpen como impactos desde
fuera del sistema tierra.

4. Las primeras "Teorías diluvianas de


la Tierra"
Hasta finales del siglo XVII, la explicación
diluvista estuvo particularmente de moda entre
los eruditos ingleses, la mayor parte de los cuales
eran miembros de la Royal Society, que se
interesaba mucho por la historia de la Tierra.
Muchos de ellos elaboraron lo que se ha dado en
llamar "Teorías de la Tierra"43. Estas

43 ELLENBERGER, F. (1994). Histoire de la Géologie. II.


Vuivert, Paris, dedica una buena parte de este volumen
(entre las páginas 12 a 68) a exponer diversas "Teorías de
la Tierra", propuestas en el siglo XVII. También dedica

132
especulaciones estaban basadas en una
interpretación del libro del Génesis antes que en
las deducciones obtenidas de la observación
rigurosa de la Naturaleza. Debido a su base
bíblica, aquellos ensayos otorgaban, como es
lógico, un gran espacio al Diluvio universal, que
estaba considerado como el acontecimiento más
importante de la Historia de la Tierra después de
la Creación. Con estos autores está situado el
marco epistemológico, científico, filosófico y
teológico del que podría denominarse el
paradigma diluvista, que, como se ha afirmado
más arriba, tuvo un gran impacto e influencia en
la construcción de las primeras Teorías de la
Tierra.

4.1 La Teoria Sacra de la Tierra (1681)


de Thomas Burnet
En los años posteriores a la obra de Steno,
vieron la luz dos grandes síntesis globales de la
Tierra. Dentro del contexto de las grandes Teorías
de la Tierra contemporáneas a los estudios de
Nicolás Steno, es necesario citar una de las
síntesis más influyentes en la segunda mitad del
siglo XVII y en los primeros años del siglo XVIII.
Se trata de la obra del clérigo Thomas Burnet44,

mucho espacio a ello, ADAMS, F. D. (1938). The Birth and


Development of the Geological Sciences. Dover, New York,
sobre todo, pág. 329-488.
44 Sobre la interesante figura científico-teológica de
Thomas Burnet, pueden consultarse: GOULD, S. J. (1992) La

133
que escribe en latín su Telluris Theoria Sacra
(Teoría Sagrada de la Tierra), publicada en 1681,
un año después de la muerte de Steno. Su título
ya es revelador de los contenidos y orientación
epistemológica.
En ella describe, y además lo expresa en
una conocida lámina que ya se ha hecho clásica, la
imagen de un cosmos presidido por el
Pantocrator, alrededor del cual se organizan
varias etapas del mundo. Bajo el indispensable
marco de querubines (dada la época barroca de
Burnet), aparece la figura de Jesucristo glorioso,
en lo alto de un círculo de esferas. Su pie
izquierdo se asienta sobre el inicio, y el derecho
sobre la culminación de la historia de nuestro
planeta. Es un esquema "circular" del tiempo, en
el que todo empieza y termina. Sobre la cabeza
del Pantocrator se muestra la frase "Yo soy el Alfa
y la Omega" (el principio y el fin).
Burnet llegó a esta formulación teórica a
partir de un problema planteado por la
aceptación del relato bíblico. Se trata de lo
siguiente: admitir que la inundación del Diluvio
cubría toda la Tierra, obligaba a plantearse la
cuestión del origen de todas esas aguas, ya que

flecha del Tiempo, Mitos y metáforas en el descubrimiento del


tiempo geológico. Alianza Universidad, Madrid, pág. 39-78;
ELLENBERGER, F. (1994), op.cit., pág. 115-116; CAPEL, H.
(1985) La física sagrada. Creencias religiosas y teorías
científicas en los orígenes de la Geomorfología española.
Ediciones del Serbal, Barcelona, 223 pág.; RUDWICK, M. J.
S. (1987). opus cit., pág. 111-120.

134
según sus cálculos, para cubrir toda la Tierra
haría falta una cantidad ocho veces superior a la
de los océanos.
Si la explicación debía ser racional (sin
acudir a milagros) la única solución era
considerar que antes del Diluvio la Tierra era lisa,
sin montes ni valles. Así se llegó a la tesis de un
globo prediluvial sin montañas. A partir de esta
conclusión, Burnet propuso una interpretación
racional de las etapas de formación del mundo,
desde la creación, una interpretación en la que
tuvieran cabida ideas científicas modernas, como
la de la gravedad newtoniana.
Todas las metáforas y descripciones de
Burnet registran su opinión de que nuestro
planeta actual no es más que la consecuencia de
una destrucción: "una horrible ruina", "un
quebrado y confuso montón de escombros", "un
pequeño y mugriento planeta".
El calor del fuego central (idea tomada de
Descartes y Kircher) provocó la expansión de los
vapores de agua en el interior, los cuales rompen
la corteza lisa exterior. La corteza rota da lugar a
las montañas (entendidas como ruina de la
corteza inicial).
Las montañas son la ruina de la Tierra tras
el Diluvio. Por otra parte, según esta concepción
los fósiles no podían ser los restos de animales
que hubiesen vivido en un Océano
"antediluviano", ya que no había mares sobre la
superficie de la Tierra original.

135
4.2 John Woodward y el Essay toward a
Natural History of the Earth (1695)
Otro de los autores diluvistas más
influyentes herederos del pensamiento de Steno
es John Woodward45 (1665-1728). Éste ha
pasado a la historia del pensamiento filosófico-
científico-teológico por ser el autor de Essay
toward a Natural History of the Earth, (Ensayo en
torno a una Historia Natural de la Tierra),
publicado en 1695, y escrita cuando contaba 30
años de edad, quince años después de la muerte
de Steno.
Para Woodward, los fósiles eran, desde
luego, los restos de animales "antediluvianos".
Según este autor, en el momento del Diluvio
todas las materias sólidas, incluyendo los restos
de los seres vivientes, se encontraban en el agua
en estado de suspensión, después de lo cual
fueron depositándose conforme al orden
establecido por sus respectivos pesos específicos
(los más pesados, se hundirían en el fango y los
más ligeros quedarían en la superficie del fondo)
formando "capas" o lechos donde se encuentran
hoy petrificados. Pero todos los estratos son de la
misma época: el Diluvio Universal.

45 La "Teoría de la Tierra" de Woodward tuvo un gran


influjo y popularidad en el siglo XVIII. El mismo Torrubia lo
cita en su Aparato (1754) como uno de los autores que
"prueban" científicamente el Diluvio. Para la figura de
Woodward, consultar: ELLENBERGER, F. (1994). op.cit.
sobre todo, páginas 119-124.

136
5. La evolución del cuerpo doctrinal de
la Geología hasta épocas modernas
El siglo XVIII fue testigo de dos tipos de
debate igualmente apasionados en el campo de
las ciencias de la naturaleza: el sostenido por Carl
von Linneo y Jean Louis Leclerc, conde de Buffon,
en torno al creacionismo teológico estricto frente
al progresionismo materialista; y el debate entre
las ideas transformistas de Lamarck frente al
catastrofismo de Cuvier. La "Teoría de la Tierra"
de Buffon sigue los planteamientos clásicos del
fuego interior ocasionado por la permanencia de
fuego interior, de modo que para este autor, el
calor del sol es despreciable en comparación del
calor emanado por el centro de la Tierra.
El período entre 1780 y 1840 es
considerado por los historiadores de la Geología
como uno de los más fecundos en el desarrollo de
esta ciencia. Se le suele denominar el "período
heroico" de la Geología. Durante el mismo se
pusieron los fundamentos epistemológicos de las
modernas Ciencias de la Tierra. En 1780 se conocía
muy poco sobre los procesos que condicionaban la
dinámica terrestre pese a los esfuerzos de los
primeros ingenieros de minas, los mineralogistas,
los coleccionistas de fósiles y los geógrafos y, sobre
todo, se trataba de un conocimiento fragmentario,
poco estructurado. Medio siglo más tarde, el
panorama había cambiado sensiblemente. El uso

137
del principio de actualismo (propuesto por James
Hutton, que considera el presente como la llave
para la interpretación del pasado) junto con
modelos explicativos sobre las causas de los
fenómenos geológicos, dieron lugar a lo que puede
considerarse la primera Teoría de la Tierra
suficientemente estructurada y universalmente
aceptada. Es decir un paradigma (sensu Kuhn,
1975) de gran capacidad explicativa.
Esta visión de conjunto está presente en los
cuatro capítulos históricos con que Charles Lyell
prologa el primer volumen de los Principles of
Geology (1830) y en las respuestas a este volumen
del filósofo natural William Whewell (1794-1866).
En esencia, puede considerarse la situación previa
a 1780 como preparadigmática. En efecto, no se
disponía en ese momento, ni en ninguno anterior,
de una teoría fundamentada y universalmente
aceptada. Por el contrario cada escuela o grupo de
naturalistas defendía modelos explicativos
particulares que con desigual fortuna ayudaban a
entender ciertas características del relieve
terrestre y de los cambios a los que se ve sometido.
Los debates, las investigaciones y los trabajos de
campo llevados a cabo en los años que siguen a
1780 van a concluir con la construcción del
uniformitarismo como paradigma que va a
dominar la geología durante más de un siglo. De
ahí la enorme importancia de este período
histórico.
Los especialistas en Historia de la Geología
diferencian tres períodos en la evolución de las

138
ideas geológicas entre 1780 y 1840: el primero de
ellos se desarrolla entre 1780 y 1810, y está
dominado por los debates entre Neptunistas y
Plutonistas. Aunque la ciencia no es obra de un
individuo sino de una colectividad, los nombres de
Abraham Gottlob Werner (1750-1817) y de James
Hutton (1726-1797) y sus seguidores ocupan el
escenario histórico.
El comienzo del segundo período histórico,
relevante en el proceso de construcción del
paradigma uniformitarista, puede relacionarse con
la creación de la Sociedad Geológica de Londres en
1807. Haciendo explícito el intento de desarrollar
el programa científico baconiano, los miembros de
esta prestigiosa Sociedad científica (uno de cuyos
representantes más conocidos fue William Smith
(1769-1839), que siendo sólo agrimensor,
desarrolló un amplísimo programa basado en los
mapas geológicos, las observaciones estratigráficas
y los fósiles) cumplió una función muy importante
en el nacimiento y desarrollo de la Geología.
Charles Lyell fue Presidente de la misma desde
1835 y Charles Darwin, Secretario desde 1838.
El tercer período histórico está marcado
por la vuelta del debate entre los catastrofistas y
los uniformitaristas (Hallam, 1985). En realidad se
trata de una controversia que se remonta a la
antigüedad clásica, en el que el Diluvio Universal y
la cronología bíblica ocuparon muchas veces la
posición central y que, si exceptuamos el período
comprendido entre 1840 y 1960, ha estado
siempre presente entre filósofos, naturalistas o

139
geólogos (Pedrinaci,1992a). La fase del debate que
aquí nos ocupa corresponde a la década
comprendida entre la publicación del primer
volumen de Principles of Geology (1830) y 1840. En
estos últimos años el catastrofismo estuvo
representado sobre todo por Georges Cuvier
(1769-1832) en Francia y William Buckland
(1784-1856) en Inglaterra.
Lyell tuvo una gran habilidad para mostrar
las limitaciones y errores de las posiciones
catastrofistas. Lyell arguía que las leyes naturales
habían sido uniformes a lo largo del tiempo y que
los geólogos no necesitaban acudir al recurso de
las catástrofes para explicar fenómenos que sólo
necesitaban mucho tiempo para que pudiesen
tener lugar (ver el artículo sobre Lyell en este
mismo número). El uniformitarismo dominará el
panorama geológico durante más de un siglo.

5.1 las ideas geológicas de James Hutton


El escocés James Hutton (1726-1797) se
interesó por la química desde su juventud. Escogió
estudiar medicina en Edimburgo como la materia
más afín con sus intereses. Más tarde estudió en La
Sorbona (París) y en Leyden (Holanda), donde
obtuvo el doctorado con una tesis sobre la
circulación de la sangre. Sin embargo, nunca se
dedicó profesionalmente a la medicina. En vez de
ello, en 1754 se hizo agricultor en Barwickshire,
después de pasar dos años en Est Anglia.
En solitario o en compañía de alguno de sus

140
amigos, Hutton visitó muchas localidades cercanas
a Edimburgo y que luego se han considerado
clásicas para la historia de la geología: Siccar Point,
Eldin, la finca del duque de Atholl en el Glen Tilt...
Hutton dedicó sus últimos años a la
observación directa de las rocas y de los procesos
naturales. En sus escritos ante la Royal Society of
Edinbourgh en 1785 presentó su contribución
científica principal: el principio del actualismo.
Dos de esos trabajos fueron publicados en 1788 en
las Transactions of the Royal Society of Edinbourgh
bajo el título Theory of the Earth, or an
Investigation of the Laws Observable in the
composition, dissolution and restoration of Land
upon the Globe. Las ideas de Hutton fueron
recogidas en su obra publicada en dos volúmenes,
Theory of the Earth with proofs and Illustrations,
publicada en 1795. El tercer volumen estaba
parcialmente terminado cuando le llegó la muerte.

El punto de vista de Hutton es que los


fenómenos geológicos del mundo pueden ser
explicados en términos de procesos observables, y
que esos procesos actúan ahora sobre y en el
interior de la Tierra operando con uniformidad a lo
largo de inmensos períodos de tiempo. Estos dos
trabajos marcan un punto de partida de la geología.

Desde entonces, la geología es una ciencia


construida sobre el principio de actualismo. Las
ideas de Hutton chocaron con el punto de vista de
los geólogos de su tiempo, entre los que todavía

141
era usual considerar que la Tierra había sido
creada 6.000 años antes de acuerdo con la
narración del Génesis.
Las ideas de Hutton eran diametralmente
contrarias a muchas de las de sus contemporáneos.
El afirmaba que muchas rocas se habían formado
por procesos sedimentarios. Pero añadía que la
consolidación de esas rocas no se debía solo a la
precipitación acuosa sino también a la presión y a
la temperatura.
Afirmaba que, junto con procesos erosivos,
existían otros causantes de construcción de
montañas debidos al vulcanismo y a otros procesos
en los que el calor central de la Tierra originaba
nuevas rocas que elevaban la superficie terrestre.
Estas nuevas montañas y otras formas
terrestres eran luego erosionadas y depositadas
como sedimentos en el mar, del cual podrían luego
emerger debido a procesos generados por el calor.
Los procesos de erosión, transporte,
sedimentación y elevación eran cíclicos y se habían
repetido muchas veces en la historia de la Tierra.
Dada la enorme cantidad de tiempo necesario para
esos ciclos, Hutton afirmó que la edad de la Tierra
debía ser inconcebiblemente larga.
Las ideas de Hutton no tuvieron en su
tiempo la influencia, que sin duda merecían, entre
los científicos europeos debido al estilo literario
muy farragoso utilizado. Sin embargo la
publicación en 1802 de la obra de su amigo John
Playfair Illustrations of the Huttonian Theory of the
Earth, concisa y clara, hizo posible el conocimiento,

142
el entendimiento y la difusión europea de sus tesis.
Hutton, al postular que los acontecimientos
geológicos se repiten indefinidamente a lo largo del
"tiempo profundo" está aplicando al tiempo
geológico los principios newtonianos de la
continuidad y extensión de las leyes físicas a todos
los rincones del universo.
La Teoría de la Tierra que había propuesto
Hutton postulaba tres elementos que serán
objeto de críticas por unos y de desarrollo por
otros: primero, la existencia de un foco de calor
interno en la Tierra que consolidaba los estratos;
segundo, la existencia real de continuos ciclos
geológicos, y en consecuencia de una uniformidad
en la actividad de los agentes físicos; y tercero, la
necesidad de atribuir a la Tierra una edad
indefinida, sin que se pueda demostrar que existe
un principio y un final.

La aportación gradualista de Charles


Lyell
Los últimos años del siglo XVIII y primera
mitad del siglo XIX marcan el inicio de la geología
moderna con el establecimiento de sus principios
básicos. Esta visión de conjunto está presente en
los cuatro capítulos históricos con que Charles
Lyell prologa el primer volumen de los Principles
of Geology (1830) y en las respuestas a este
volumen del filósofo natural William Whewell
(1794-1866).

143
Lyell introduce un concepto científico y
filosófico que es a la vez principio metodológico y
proyecto de investigación traducido al castellano
como Uniformitarismo. Este principio se presenta
con varios significados: como uniformidad de ley
(la invarianza histórica de las leyes de la
naturaleza), uniformidad de procesos (el principio
metodológico de la simplicidad); como
uniformidad de intensidad (referido a la tasa
media de velocidad de los procesos, el
gradualismo); y el cuarto significado, el más
problemático, el de la uniformidad de estado o
estado estacionario (el cambio en la Tierra se da
de manera lenta, gradual y continua a lo largo del
tiempo geológico, pero no existe en estos
procesos ninguna direccionalidad). Durante
muchos años, Lyell se opuso a cualquier tipo de
direccionalidad en los procesos naturales y, sobre
todo, de los procesos biológicos.
Por largo tiempo se mantuvo la idea de
que la Tierra había sido creada por Dios tal como
la vemos y que sólo había acontecido un proceso
de degeneración. Las auténticas teorías
orogénicas, que implicaban la intervención de
una energía "constructiva" de la Tierra, no
aparecen en el pensamiento geológico hasta bien
avanzado el siglo XIX. Cuando a la interpretación
de las causas de los terremotos y de los volcanes
se añade la pregunta sobre el origen de las
cadenas montañosas, empieza a plantearse la
posibilidad de la existencia de procesos
constructivos en la corteza terrestre. En lo que

144
respecta a la formación de las montañas, Charles
Lyell no pareció nunca demasiado preocupado
por dar una explicación, con tal de que no se
acudiese a explicaciones "catastrofistas". Todo
dependía de la continuidad de acumulación de
pequeños esfuerzos dilatados durante millones
de años. Desde este punto de vista, comparó la
formación de las cadenas montañosas con el
levantamiento isostático de la península
escandinava.

Nuevos tiempos: nuevos paradigmas


En España, las ideas de modernidad
geológica de Charles Lyell fueron introducidas
tempranamente merced a la traducción que
Joaquín Ezquerra del Bayo (1793-1859)
publicara en 1846 de los Elementos de Geología.
Pero en esos tiempos aparecen otros paradigmas
científicos que merecieron la atención de los
geólogos españoles, como son los catastrofistas.
No es posible entender lo que en las postrimerías
del siglo XX supuso la geología en España sin
acudir, aunque sea someramente, a una
descripción de los avatares de las ciencias de la
Tierra durante el siglo XIX y el siglo XX.
Para mayor claridad se ha sistematizado
esta información en tres grandes capítulos que
agrupan a los partidarios de tres paradigmas
explicativos del funcionamiento dinámico de la
Tierra.

145
Estas sistematizaciones tienen el peligro
de mutilar la visión global pero introducen una
mayor claridad expositiva.

146
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VIRGILI, C. (2003) Charles Lyell. Editorial Nivola,
Madrid. Colección Científicos para la historia.

BIBLIOGRAFÍA sobre Steno


No queremos aquí ser exhaustivos, ya que no se
trata de un trabajo de alta investigación. Por ello, se
reseñan aquellos trabajos más relevantes que ayudarán, sin
duda, a quienes deseen profundizar más. En Internet es
posible encontrar, en las palabras "Steno" y "Steensen"
mucha más información. Nos ceñimos a citar las que siguen:

I. Ediciones completas de las obras de Steno:


Existen algunas ediciones (poco asequibles en
España) de las obras de Steno. Citamos las
siguientes:
Larsen, K. Y Scherz, G. edit. (1941-1947). Nicolai Stenonis
Opera theologica. I y II. Hafniae.
Maar, V. Edit. (1910). Nicolai Stenonis Opera philosophica, I
y II. Copenhague. Se incluyen aquí los escritos científicos.
Scherz, G. (1952). Nicolai Stenonis Epistolae.
Hafniae/Friburg.

150
Scherz, G., edit. (1958). Nicolaus Steno and his Indice.
Recopilación de varios trabajos sobre Steno. En: Acta
Historica Scientiarum et Medicalium, Copenhague, nº 15.
Scherz, G., edit. (1969). Steno. Geological papers.
Bibliotheca Universitatis Hauniense, Acta Historica
Scienciarum Naturalium et Medicinalium, Copenhague,
volumen 20, 370 pág. De este texto es del que nos hemos
servido en la traducción.

II. Ediciones del Pródromo


No son muchas las ediciones que se hicieron del
Pródromo de Steno. Citamos algunas de las
ediciones antiguas:

Nicolai Stenonis De Solido Intra Solidum Naturaliter


Contento Dissertationis Prodromus. Ad Serenissimum
Ferdinandum II. Magnum Etruriam Ducem. Florentiae, 4º,
pág. 1-78, 1 lámina y explicaciones de las figuras.
Hubo reediciones en 1679, en 1763, en 1904
(facsímil) y 1910.

III. Traducciones y extractos


Hay reseñadas nueve ediciones del Pródromo traducido a
seis lenguas. De ellas no hemos encontrado ninguna
traducción completa al español. Hay tres traducciones al
inglés (1671, 1916, 1968); una al francés (1757); dos al
alemán (1923, 1967), y una al danés (1902), al italiano
(1928) y al ruso (1957).
También hay dos ediciones de fragmentos: las
publicadas por Elie de Beaumont en francés en 1832, y otra
edición de extractos de la versión latina (Florencia, 1842).

IV. Estudios sobre Nicolás Steno y su tiempo


Adams, F. D. (1938). The birth and development of the
Geological Sciences. Dover Publications, Inc., New York, 506
páginas (sobre todo, 358-363)
Amorós, J. L. (1978). La gran aventura del cristal. Editorial
de la Universidad Complutense, Madrid, 327 páginas (sobre

151
todo, páginas 121-153).
Buffeteaut, E. (1991). Fósiles y Hombres. Plaza y Janés,
Barcelona, sobre todo, páginas 50-67.
Bussi, A., coordinador (1986). Niccolo Stenone e la scienza in
Toscana alla fine del ´600.- Mostra documentaria ed
iconografica - Catalogo a cura di Lionello Negri, Nicolleta
Morello, Paolo Galluzzi. Florencia, Biblioteca Medicea
Laurenziana (Lujoso catálogo de una exposición dedicada a
Steno, comprende varios artículos originales de I. Negri, N.
Morello y P. Galluzzi.
Duque, J. (2002). La edad de la Tierra: evolución
cronológica de una controversia en referencia a sus
principales protagonistas. Enseñanza de las Ciencias de la
Tierra, AEPECT, 10(2), 151-161.
Ellenberger, F. (1988). Histoire de la Géologie. Tome I. Des
Anciens à la première moitié du XVIIe siécle. Tecnique et
Documertation, Lavoisier, Paris. (Edición castellana: (1989)
Historia de la Geología. Volumen 1. De la Antigüedad al siglo
XVII. MEC- Editorial Labor, Barcelona, 282 pág (sobre todo,
pág. 194-258).
Furon, R. (1988). Nacimiento de la Geología. En: Taton, R.
Edit. Historia General de las Ciencias. Editorial Orbis,
Barcelona, tomo 5, pág. 453-463.
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Dissertation... University of Michigan Studies, Human.
Series, vol. XI.
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ihrer Geschichte. Karl Albert, Friburgo y Munich.
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l'intégration de la science et de la foi. Première partie:
carrière scientifique. Revue des Questions Scientifiques,
165(1), 11-36.
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l'intégration de la science et de la foi. Deuxième partie: La

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carrière religieuse de Stènon. Revue des Questions
Scientifiques, 165(2), 89-118.
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Episodios de la Historia de la Paleontología. Hermann
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seventeenth century. Isis, 1954, 256-268.

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