You are on page 1of 89
LA PERSONALIDAD JEAN-CLAUDE FILLOUX LA PERSONNALITE JEAN-CLAUDE FILLOUX P.UF Primera Edici6n en Espafiol - 2 Mil ejemplares. LA PERSONALIDAD La reproduccién total o parcial de esta obra incluida la portada, por cualquier medio, es un acto de piraterfa intelectual perseguido por la ley penal. © Presses Universitaires de France 1989 © Publicaciones Cruz O.,S.A. 1992 Patriotismo 875-4 Mixcoac México,D.F, C.P.03910 ‘Tel.593-02-32 y 563-7544 Fax 680-61-22 Miembro de la Camara Nacional de la Industria EditorialReg.Nim.45 Traduccién del Francés de PUBLICACIONES CRUZ 0.,S.A.bajo la coordinacién general de Dr. José Antonio Robles Garcia y en la revisi6n y correcci6n de estilo, de Susana Esqueda Aceves. ® 2QUE SE? Es una marca registrada. Composicién Tipografica Laser y disefio de portada, a cargo de José René Cruz Revueltas .Tipografia Marfa de la Luz Ortega Lopez. ISBN 968-20-0187-0 Impreso en México Printed in México Imprenta: LITO ARTE S.A. CAPITULO PRIMERO ENFOQUE TEORICO L- A partir de que la psicologia se hizo una ciencia, se dice cominmente que su objeto es investigar y descubrir las leyes generales de la conducta, es decir, las relaciones uniformes y necesarias que presenta toda una clase de fenémenos; en este caso, los fendmenos "psicolégicos”. Para hacerlo, por una parte, tiene que seleccionar cierto nimero de segmentos de conducta, categorias determinadas de operacién como la percepcién, la memoria, la emoci6n, cc. y, por otra parte, observar y experimentar las relaciones permanentes que existen entre los diversos aspectos y condiciones de estos fendmenos, en los miltiples representantes de la especie humana. Dicho de otra forma, es por un doble proceso de abstraccién y de generalizacién que la psicologia alcanza su objetivo: formular las leyes que rigen los hechos de la conducta, o hechos "psicolégicos", de la misma manera como las leyes fisicas rigen los hechos fisicos, caléricos, 6pticos y demas. Sin embargo, sisélo se mantuviese tal concepci6n de la psicologia y, sobre todo, si fuese la tinica hipétesis de trabajo del psicélogo, la psicologia, so pretexto de copiar la ambicion y el método de las ciencias de la naturaleza, se arriesgaria a ser incapaz de alcanzar un fin esencial: el conocimiento del individuo. En efecto, ya sea que practiquemos un oficio psicolégico o que nos portemos de manera normal en presencia de nuestros semejantes, jamas nos encontramos ante el hombre en general, sino siempre ante un hombre particular, un individuo, que con frecuencia es un enigma, un problema y bien sabemos que la solucién no puede encontrarse sino en él mismo. La caracteristica mAs esencial del hombre es su individualidad, el hecho de que él es un resultado unico en su géneroy que, separado de todos los otros hombres no se asemeja totalmente a ninguno; se comporta de manera que le pertenece s6lo a él. Si el conocimiento psicolégico 3 no tuviese como intencién fundamental alcanzar el conocimiento del individuo, no serfa ya conocimiento psicolégico, si es verdad que toda conducta es conducta de este individuo, con quien yo entro en relaci6n 0, también, conducta de mf mismo, individualidad entre otros y para los otros. Ahora bien, seria dificil afirmar que el psicGlogo tiene siempre conciencia de este fin inmanente a toda ciencia psicolégica. Por el contrario, con frecuencia se tiene la impresién de que considera uno de los medios de enfoque psicol6gico la bisqueda de leyes generales como su fin propio y que, de manera paraddjica, no le interesa la individualidad en tanto que tal. Para convencerse de esto, de ninguna manera es necesario recorrer el campo inmenso de los estudios experimentales, sino sélo abrir los tratados de psicologia que son el indice de sus resultados. Es necesaria cierta imaginaci6n para no olvidar que son siempre los individuos los que viven concretamente los fenémenos estudiados, como memoria, conceptualizacién, voluntad, etc. en tanto que estos fendmenos se encuentran abstrafdos de una historia personal. Se dice, ciertamente, que no hay ciencia sino de lo general, no hay, pues, ciencia de lo individual. Esto es jugar con palabras y también limitar arbitrariamente el campo de la investigacién cientifica. En efecto, no es de inmediato contradictorio, en manera alguna, considerar que el individuo, en tanto que tal, es el objeto real de la investigacion y admitir, al mismo tiempo, que para explicarlo y comprenderlo es conveniente referirse a leyes que su comportamiento actualiza hic et nunc. Si se supone que el individuo expresa siempre, en su conducta singular, relaciones de comportamiento que pueden generalizarse y que debe, en estas condiciones dirigir principalmente sus esfuerzos hacia el descubrimiento de leyes, no deja de ser menos cierto que toda la ciencia asi adquirida no encuentra su justificacién definitiva sino cuando sirve para desembrollar las razones de ser de tal conducta en tal individuo. Por lo demés, si uno se atuviese estrictamente a la férmula aristotélica, ninguna ciencia histérica seria posible, se tratase 4 de geofisica o de historia humana, pues toda relacién de causacién histérica cs, evidentemente, singular, los sucesos jamés se repitcn dos veces de la misma manera, aun cuando pudiese haber un determinismo subyacente, o pudiese haber leyes en la historia. Igualmente, el solo estudio de las leyes psicolégicas, éha sido un entrenamiento suficiente para comprender al otro? Si estas leyes tienen alguna expresién, esto no puede ser sino en el individuo, en ningin otro lugar. IL.- Pero, adoptar esta hipétesis de trabajo-la psicologia es la ciencia de la individualidad-no debe conducir a confundir con la "psicologia diferencial” la que puede, en adelante, Hamarse "psicologia de la personalidad". Surgida de una observacién de Wundt y creada por Stern, la psicologia diferencial formula mal el problema del individuo al identificarlo con el de las diferencias individuales. En primer lugar, los psicélogos de esta escuela estudian de manera aislada una funcién, luego establecen la distribucién de esta funcién en una poblacién dada de sujetos, de manera de descubrir las variacioncs individuales 0 las excepciones a la ley. A partir de ésto es evidente que no se trata de estudiar lo particular en tanto que tal, sino mas bien, las variaciones frente a lo universal. Centrado sobre las relaciones funcionales en general, el psicélogo desconoce al hombre que posee tales funciones; el individuo es el medio de investigacién, no su fin. Por lo demas, ef acento se pone mas sobre los elementos de la conducta que sobre su organizaci6n personal. En breve, la psicologia diferencial define la individualidad como unsaldo, lasuma de los clementos parciales por los que el individuo difiere de un tipo abstracto y general lo que es pura peticién de principio. Claro esta que el psicoanilisis y la psicologfa "clinicos” conciben de una manera mucho mas seria el problema de la individualidad. En particular, cuando cl psicoanalista busca causas universales, cs siempre para comprender mejor la historia de una personalidad. La psicologia de la Gestalt, segiin la indole de los trabajos de Lewin, al insistir sobre las "totalidades estructuradas” en la vida mental, al 5 criticar la seleccién arbitraria de los segmentos de comportamiento que cfectda la psicologia experimental, al insistir sobre la interpretaci6n particular de las funciones en el seno de un mismo organismo, claramente toma conciencia de la unicidad individual. Sea que se acentie el cardcter especifico de la historicidad individual ola unidad y la integraci6n del campo psicolégico, éno se considera, en ambos casos, la individualidad en su conjunto y no algin saldo diferencial? Y, éno es, por consiguiente, en ella misma, en su totalidad, que habré que buscar la actualizacién de un determinismo que se inserta en un dinamismo propio del individuo y presente en la uni6n particular de las funciones? Tal es, ciertamente, la manera mas coherente de comprender la relacién entre lo general y lo particular y la m4s propia para darle un contenido a la psicologia, entendida como ciencia de la individualidad. U1.- Asi, la cuestion fundamental ala que se enfrenta el psicdlogo es la siguiente: 6cémo es posible una individualidad? Al convenir en emplear el concepto de "personalidad" para designar esta individualidad psicolégica, esta cuestién implica muchas otras: éc6mo explicar y comprender tal personalidad? {Qué determinismo preside su formaci6n, su estructuracién, su evolucién? Ni qué decir que el contenido real del concepto de “personalidad”, que asi se emplearé en adelante, no puede aparecer sino en la medida en que dé respuesta a esas cuestiones. Es dificil dar de él una definicién prejudicial que no sea puramente formal. Pero es necesario, al menos, indicar lo que no es la personalidad. En tanto que individualidad psicolégica, la nocién de personalidad no se toma aqui como queriendo decir lainfluencia que ejerce un individuo sobre otro (“tiene una personalidad fuerte"), todo el mundo tiene una personalidad, incluso los mas humildes; y, ademas, el psic6logo no ha de pasar juicios de valor. Tampoco significa la apariencia que uno se da ("adoptar” una personalidad), esta apariencia no es sino un aspecto de la personalidad total, sea como determinante, sea comorresultado. Tampoco designa ya elideal 6 que puede hacerse el individuo de sf mismo ("intentar cultivar su personalidad”), es entonces una abstraccién normativa y directriz. Finalmente, aqui no se trata de la esencia metafisica ¢ hipotética del ser humano ("la personalidad de cada uno es inviolable, debe respetarse, etc."), el psicélogo le deja al moralista la nocién de persona y no hace ninguna especulacién sobre la naturaleza ontolégica del hombre. En breve, la personalidad no es ni "estimulo social", ni personaje, ni ficcién directriz, ni entidad metafisica. Para llegar a una definicién formal que no esté ligada muy directamente a un sistema, lo mejor es referirse a las diversas caracteristicas que debe *connotar un concepto comprensivo. 1) La personalidad es tinica, propia de un individuo, incluso si tiene rasgos comunes con otros; 2) noes tan sélo una sum.a, una totalidad de funciones, sino una organizacién, una integracion, incluso si esta integraciOn no se actualiza siempre, es al menos esta tendencia integradora la que define esta nocién de centro organizador; 3) la personalidad es temporal, porque es siempre la de un individuo que vive histéricamente; 4) finalmente, al no ser ni estimulo, ni respuesta, se presenta como una variable intermedia, se afirma como un estilo a través de y por 1a conducta. La siguiente definicién limitar4 suficientemente el objeto que aqui nos interesa: la personalidad es /a configuracién tinica que toma, @ lo largo de la historia de un individuo, el conjunto de los sistemas responsables de su conducta. Esta definicion teorica no se aleja, por otra parte, de cierto namero de definiciones ya clasicas, tal como la de Allport. (1) IV.- El estudio de la "individualidad” tiene, asf, un marco propio que pareceria excluir cualquier divergencia grave. Sin embargo, dos puntos de vista diferentes se oponen en los postulados mismos que se proponen. El primer punto de vistaes el del caracterblogo. Este no tan slo identifica personalidad y “cardcter" sino, ademds, hace del L.- Allport, Personality, A Psychological Interpretation, 1937, p.48: "La Personalidad esa organizacion dinémica, en el indiyiduo, de los sistemas psicofisicos que determinan sus ajustes singulares a su entorno". CL. también, Pettern and Growt! in Personality, 1962, ed.fr., 1970. 7 segundo el centro de la primera. También su enfoque es muy diferente del clinico, por ejemplo, para quien el cardcter no es sino un aspecto de la personalidad, su aspecto expresivo y, por tanto, para quien el estudio de los caracteres o "caracterologia’, es te6ricamente distinta del estudio de la personalidad que se podria denominar, con Murray, (2) "personologia". Distinguir la personalidad en sentido estricto, del "cardcter" es, pues, una tarea inmediatamente necesaria, dejando por prejuzgar las justificaciones que a continuaci6n aportara por si misma. Por otra parte, cualesquiera que sean las ambigiiedades terminolégicas, caracterologia y personalidad tienen, de hecho, hipotesis de investigacién muy diferentes. Para el caracter6logo, la individualidad est4 hecha de un conjunto de "rasgos", unos mas importantes que otros que, agrupados, forman “tipos", a un némero finito de los cuales se puede reducir cualquier individuo. El clinico es sensible a la funcién integradora que cs la personalidad, por lo que la hace ser, no una suma, sino una totalidad. EI caracterélogo tiene la tendencia a hacer del caracter algo estatico, espacial, invariante, una especie de estructura fundamental sobre la cual lo demés viene a injertarse, en breve, una "naturaleza”. El concepto de personalidad, tal como lo emplea la personologia es, lo sabemos, esencialmente histérico; para ella, la personalidad es historia, nunca integramente definida ni definitiva y piensa que el problema de la vida "personal" no puede resolverse sino desde una perspectiva evolutiva; por lo que intentard "construir un esquema conceptual apto para figurar todo cl curso del desarrollo del individuo" (Murray) Como regla general, el caracterdlogo casi no es sensible a las "fuentes" del comportamiento; mds bien, alas modalidades generales, recurrentes de la conducta, que son precisamente los "rasgos"; cl cardcter se presenta, entonces, como un conjunto de “expresiones” de elementos periféricos. Con la idea de personalidad se tiende, por 2-H. A. Murray, Explorations in Personality, 1938,ed, fr. 1953. Introduccién. el contrario, a considerar los factores dindmicos de la conducta, las motivaciones, los complejos centrales, en breve, cl aspecto secreto, no inmediatamente saliente, de la individualidad. En suma, donde el caracter6élogo vea estabilidad, invariantes de conducta, rasgos, la personologia buscar4 fuentes, historia, integraciOn. Ante el individuo, uno trabajar4 mas como retratista, la otra, mds como historiadora. A éstas se afaden otras dos divergencias. El caracterdlogo jamas le prestard realmente atencién a la personalidad-historia. Asimismo, si él emplea el término "personalidad" es, en general, como sinénimo de caracter, puesto que él hace de esto algoestable, algo que cae dentro de una tipologia, etc. Pero una psicologia de la personalidad no ignora necesariamente el vardcter, asi Allport les da importancia a los rasgos, al personaje aparente; asf Cattell no subestima el interés de una descripcién por los tipos, al lado del método biografico y de los métodos de autoestimacién (3). Por otra parte, la forma como finalmente se aborda cl problema del enfoque del individuo, refleja !a divergencia fundamental. Paradéjicamente se puede afirmar que ec] punto de vista caracterolégico se acerca menos a la elucidacién del "por qué" y del "cémo" del individuo que el punto de vista personoldégico. Cuando el caracter6logo, sea al calcular las correlaciones entre "rasgos" para establecer tipos, sea al establecer, sobre propiedades generales, una apacible “tipologia", determina cierto ndmero de categorias caracteriolégicas, es evidente que se trata de categorias generales, de las correlaciones que existen de la manera mds general entre los rasgos. El problema de la individualidad comienza realmente cuando se quiere encajar a un sujeto preciso en tal clasificacin, pues se sabe hasta qué punto es dificil una operaci6n asi, siempre arbitraria. En el fondo, como la psicologia general, como la psicologia diferencial, la caracterologia no se interesa mucho por el individuo, chabré entendido el comportamiento del individuo X al clasificarJo en la 3.- R. B. Cattell, Personality, 1950, ed. fr., 1956, caps. I-IV categoria de los "coléricos"? Ciertamente no, pues suponiendo que X se encolerice con frecuencia, hacerlo un "colérico" es justamente separar en él las caracteristicas que tiene en comtn con fodos los coléricos y no detenerse en lo que hace que no se asemeje a ningin otro colérico, porque él tiene, a la vez, sus razones propias cuando él se "encoleriza”, que lo distinguen de todos los demds y su manera singular de vivir sus c6leras. El encajarlo en un tipo es, ipso facto, negarse a elucidar su ser colérico, su sistema colérico personal. Caracter y personalidad son, pues, conceptos practicamente muy diferentes para que la definicin precedente de la segunda quede abarcando un dominio preciso de hechos. Nosotros no utilizaremos el término caracter sino para remitir al aspecto expresivo de una personalidad, sin hacer de él una naturaleza o un centro, como Gaston Berger cuyo punto de vista representa muy bien el de la caracterologia clasica (4). Ni qué decir que el sentido vulgar del término (“tener cardcter’) ya no debe cicntificamente retener sino cl aspecto “estimulo social" de la personalidad. V.- Si la historia de un solo individuo es la unidad de la que se debe ocupar la disciplina definida como personologfa, los hechos a observar pueden clasificarse, inspirandose en Kluckhohn y Murray (5), como sigue, 1) el "dato" psicofisiolégico que surge, a la vez, de la herencia y de la maduraci6n en constante dialéctica, por otra parte, con lo adquirido, la "nurtura" de la terminologia anglosajona; 2) la situacién del entorno en la que el individuo desarrolla sus formas de conducta, que actéia en tanto que factor sociocultural; 3) los factores individualmente modificables de los sistemas de accién que permiten la elaboracion de las estructuras nuevas; 4) finalmente, las condiciones de la unidad del "yo" y de la “identidad" personal. Ciertamente esta obra considera sucesivamente las diferentes perspectivas. Su hilo conductor es que la personalidad, al ser, en suma, el organismo humano que desarrolla sus formas caracteristicas de conducta en el seno de la vida social, a cada instante de la vida de 4. G. Berger, Caractere et personnalité, 1954. 5.- Kiuckhohn y Murray, Personality in Nature, Society and Culture, 1948. 10 un hombre los sistemas de accién que concretizan su ajuste al mundo dependen, a /a vez, del pasado que vive en él bajo el aspecto de los habitos, complejos reactivos de todo género, etc. y de las exigencias presentes del entorno, del campo psicosocial. Esto es por lo que siempre estén presentes posibilidades de cambio, no solamente porque efectivamente hay cambio, evolucién de la infancia a la edad adulta, sino ademés, porque los complejos “naturales”, sise permite la expresin, pueden siempre cuestionarse por virtud de los mismos mecanismos que los han producido. En estas condiciones las, relaciones de causalidad entre hechos psicolégicos singulares deben estudiarse en dos planos: un plano “transversal”, que es el de las reacciones actuales, creadoras con frecuencia de caminos reactivos futuros (tal como un condicionamiento, un trauma); un plano "longitudinal" que es el del tiempo, del paso del pasado al presente, de la sucesién de los estadios a lo largo de una linea que conservan un estilo propio. El andlisis transversal detiene el flujo como se detendria una pelicula sobre una imagen particular; el andlisis longitudinal busca los lazos de una imagen con otra de la pelicula. Claro esta que estos dos tipos de anilisis estan estrechamente unidos. No hay reaccion presente que no se explique parcialmente por una reaccién precedente, pero la conducta pasada no ejerce su influencia sobre la conducta presente, sino en funcién del complejo situacional. Ser4 preciso, pues, no olvidar que todas las leyes “transversales" que evocaremos en los préximos capitulos, tales como las que presiden la transformacion de las conductas, la solucion de los conflictos, seran totalmente falsas y arbitrarias, es decir, no seran leyes explicativas de un momento de una historia individual, si el juego de una ley "longitudinal" no se supone a manera de condi siempre determinante. Mas adelante se daran ejemplos de este orden de “doble causalida Tan s6lo un anilisis perpetuo sobre estos dos planos es susceptible de resolver la antinomia a la que hemos aludido, entre el cardcter general de una ley y la singularidad del objeto donde se concretiza singularmente la relacion causal. No hay dos i individualidades similares puesto que jams una ley psicolégica actia sobre un terreno idéntico, es decir, en concomitancia con el mismo. complejo de otras leyes. La dialéctica de lo transversal’ y lo “longitudinal” les impide a las leyes que invocaremos, aparecer fuera de una personalidad concreta cuya evolucién y estructuracién se entraman progresivamente. Como lo dijo Allport, las Ieyes no interesan sino en la medida en que "uno se dedique a coordenarlas enel nudo de la individualidad”. Se aludird a diversos esquemas teéricos. Cada una de las escuelas que han trabajado el problema de la evolucién de la personalidad, ha elaborado un marco conceptual propio. Asi, se encontraran conceptos conductistas, que ponen el acento sobre el "aprendizaje", conceptos gestaltistas, que giran alrededor de la unidad del "yo", conceptos psicoanaliticos y, finalmente, conceptos culturalistas. Estos tltimos reemplazan al individuo en su marco social real y dan a entender que la personalidad es no tan sélo historia, sino ademas una historia dentro de una historia. 12 CAPITULO Il LOS DETERMINANTES CONSTITUTIVOS Y LA DIALECTICA "NATURA" "NURTURA" L- Nadie niega que el desarrollo individual depende, en parte, de elementos constitutivos dados. La dnica cuestién es saber cual es su influencia, hasta qué punto determinan la historia individual y, por tanto, cudl es la proporci6n, en la conducta, de lo dado, por una parte y, por la otra, de las estructuras adquiridas por contacto con el medio. Es ésta la aporia clasica de las relaciones, en la terminologia anglosajona, nature-nurturc, de innato y adquirido o de la herencia y el medio cn nuestra terminologia. Los términos "natura" y "nurtura” tienen la ventaja de ser muy generales y, en particular, de no limitar arbitrariamente el contenido de lo dado, con respecto al primero y de connotar, a la vez, el entorno y sus resultados, con respecto al segundo. La psicologia experimental ha intentado resolver, con la ayuda de observaciones cientificas, el problema asi formulado. Es necesario un anilisis critico de sus resultados. El mismo mostraré qué tan aleatorio es querer aclarar, mediante la experimentaci6n y la estadistica, una relacién que, en el marco de la historia individual toma la forma de una dialéctica incesante. El equivoco comienza a partir de que se intenta determinar el contenido del concepto empirico anglosajén de "natura", que corresponde a lo que hemos denominado "elementos constitutivos dados’. éSe quiere Gnicamente hablar de las estructuras Psicofisiolégicas heredadas? Pero, lo que es "dado" en el nacimiento ya desborda la herencia genética. iSe quiere, entonces, identificar estos elementos constitutivos con las estructuras innatas? Pero, en estas condiciones se desdefan procesos de maduraci6n. El equivoco, con toda claridad, esta ligado.a la interaccion funcional "natura nurtura”, 13 En efecto, si la herencia esta determinada por los genes, es hereditario lo que se debe a los genes; una herencia idéntica quiere decir una identidad de genes. Ahora bien, el feto tiene una vida fisiolégica y psicolégica intrauterina. Esta vida prenatal depende parcialmente del medio "materno", es decir, de los estados fisico y fisiolégico de la madre tanto como de su estado psicol6gico. Parece demostrado que el medio prenatal asi definido puede ser traumatizante, responsable de caracteres constitutivos duraderos, que afectan considerablemente el desarrollo de la personalidad y la vida entera del individuo. Se sabe también que los accidentes de parto, las reacciones psfquicas del recién nacido durante los instantes del nacimiento, pueden estar en el origen de estructuras congénitas (1). Por esto lo dado constitutive desborda lo que es puramente hereditario y, paradéjicamente se puede considerar que elementos adquiridos, precisamente los elementos adquiridos inutero, forman parte de la “natura”; en otras palabras, que la “nurtura" contribuye a hacer la “natura”. Una conclusién andloga debe extraerse de las numerosas observaciones sobre el papel de la maduracién fisiolégica en el desarrollo de las conductas. No todas las estructuras que constituyen la naturaleza dada estan presentes en el nacimiento. La existencia de estadios idénticos de desarrollo locomotriz y lingiiistico a lo largo de la primera infancia, la aparici6n stbita, en un momento dado, de los gestos y las actitudes caracteristicos de la especic, muy bien mucstran que algunas formas de conducta no aparecen sino cuando las hace posible la organizacién muscular, neurovegetativa, cerebral. Experiencias sistematicas (2) han establecido que para nada sirve entrenar a un infante a caminar antes del momento requerido, pues él caminaré muy bien sin entrenamiento y se podria generalizar esta observacién a la adquisicién de todas las conductas ligadas a la maduracién. Ahora bien, la maduracién no aporta, precisamente, sino posibilidades de accién cuya aparicién depende del entorno. Retomemos el ejemplo anterior: las experiencias muestran que el entrenamiento ¢s inGtil antes de una maduraci6n organica suficiente pero, en csa época, es necesario. La postura parada parece pertenecer a la "natura" del hombre y, sin embargo, el nifio no caminard si no se le ensefia a caminar. Igualmente, el caso de los nifios jobos que no caminan, seria una prueba adicional (3). Esto es por lo 1+ Sobre trabajo de este tema da cuenta G.S Blum, Psychoanalytic Theories of Personality, 1953, ed. fr., 1955, cap I Asi, los nifios prematuros, conforme a ciertas ‘observaciones, son mas emotivos, més timidos, mds inestables y mds ansiosos que los nifios nacidos a término. Los nifios nacidos por cesdria tienen la tendencia a ser menos sensibles; lloran menos, los irritan notablemente menos las manipulaciones, etc. 2- Cl. Gesell, Infant Behavior: its Genesis and Growth, 1934. 3 Sobre los pocos casas de ninos lobos difcles deimpugnar.cf.J.A. Singh, Worl Child and Feral Man, 1942. 4 que nos encontramos aqui ante una aparente contradiccién: la maduracién es un dato" pero no tiene influencia, no existe como dato" sino en funcién del medio. Asf pues, el proceso de maduracién no puede considerarse como un factor directo de la personalidad, ésta actia en el seno de un movimiento complejo de interaccién y depende tanto de! desarrollo precedente como del entorno. Asi se explica la diversidad de las reacciones individuales a las modificaciones somaticas y glandulares universales de la pubertad. IL.- La dificultad de aislar realmente lo que es adquirido y lo que es dado, sea en el nacimiento, sea en el proceso de la maduracién, ciertamente ejerce una influencia en los resultados de los diversos experimentos destinados a constatar la proporcién natura-nurturaen el marco de funciones psicolégicas como la emotividad, la inteligencia, etc. EI principio de experimentos de ese género seria el de controlar, paso a paso, las dos variables presentes. Pero, practicamente, es muy dificil controlar el entomo y llevar a cabo constataciones en las que se pueda observar, permaneciendo el entorno constante, diferencias individuales que, con certeza, pueda uno atribuir a la constitucién. Los trabajos de Leahy sobre las diferencias entre nifios adoptados y nifios propios, no pueden ser probatorios pues los nifios adoptados que él estudié lo habjan sido algunos meses después de su nacimiento y, ademas, la actitud de los padres no podia ser estrictamente idéntica frente a ellos y frente a sus hijos verdaderos. Pareceria més facil controlar la otra variable utilizando el caso de los gemelos univitelinos, de los que la herencia es estrictamente idéntica. Parece que bastaria situar a tales gemelos en un medio de condiciones muy diferentes para que pudiera determinarse con precision lo que se debe al medio y, por tanto, lo que es claramente innato. Ademas, numerosos estudios de este género se han efectuado en los Estados Unidos (4). Pero, de inmediato, estas observaciones permiten tan sdélo controlar la variable herencia y, de ninguna manera, la variable "constitucién dada’, la “natura” en sentido estricto. Entonces, écémo est uno seguro de que una diferencia individual es atribuible al medio y no a los factores prenatales 0 congénitos? Gemelos verdaderos, criados juntos, con frecuencia presentan diferencias ‘4 Experimentos de los que se da cuenta principalmente en Pieron, Psychologie ditferentielle, 1949, cap. role de I'heredité”. Sobre fos gemelos, consihtese la excelente obra de Zazso, Les jumeaui et la paychologle du couple, 1960, 15 a You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. a You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. a You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. solidario del de los mecanismos, de las leyes longitudinales y transversales que permiten la evolucién de una personalidad. En este sentido, las leyes de la interacci6n naturanurtura son el objeto mismo de toda psicologfa de la personalidad, Lo que le seria posible hacer, quien quisiera inventariar los diversos “tipos" de estructuras dadas serfa, como * Allport, enumerar las estructuras anatémicas y fisiolégicas presentes en el nacimiento 0 formandose poco a poco por procesos de maduracién biolégica: anatomfa, grandes funciones vitales, redes cerebroespinales, neurovegetativas y endocrinas a las que seria preciso aiadir las vias de reacciones instintivas propias de la "naturaleza” humana, sin olvidar que algunas son especificas de la primera infancia; asi como aptitudes particulares para el aprendizaje (como la aptitud de caminar parado). Estudiar en detalle estas estructuras rebasa el marco de este trabajo. Por otra parte, *Allport mismo subraya el cardcter aproximativo de cualquier tentativa de radicalizacién de los “datos”. Seria preferible formular esta pregunta en términos de tendencias, como lo hacen los psicoanalistas freudianos y neofreudianos, en tanto que la existencia de reacciones a las tensiones internas y alas estimulaciones externas conduce a postular la existencia de fuerzas motivacionales. Pero estas “pulsiones”, en terminologia freudiana, ése reducen a la libido y a los instintos de muerte? iNo se las debe clasificar de una manera mas detallada, como Murray o Cattell? En verdad, existe una maduraci6n de las tendencias mismas y, a medida que aparecen, las vias de satisfacci6n abiertas dependen, a la vez, del medio y de la historia individual. Asi pues, el estudio de las tendencias "clementales’ es practicamente solidario de la elaboraci6n progresiva de las conductas. 19 CAPITULO HII LAS TRANSFORMACIONES DE LA CONDUCTA L- Elser humano, a partir de su nacimiento, no deja deconducirse. Esta formula debe tomarse literalmente, lejos de "ser conducido’, a la manera de una maquina que encuentra fuera de si misma sus normas de funcionamiento, lo propio del ser humano es encontrar en élmismo la fuente de sus propios ajustes con cl entorno ysi él no deja de "conducirse” es precisamente que, por virtud de la vieja formula de Spinoza, é! debe conducirse para poder persistir a manera de organismo. Es esto por lo que la elaboracién de la personalidad se hace de procesos inmanentes, de una u otra manera, alo "largo de la conducta” que comienza con el nacimiento. Y si convenimos en denominar conducta, junto con la psicologia actual de inspiraci6n psicoanalitica(1), el conjunto organizado de las operaciones, seleccionadas en funcién de las informaciones recibidas del entomo por las que el individuo integra sus tendencias, se sigue que es a través de la historia de las conductas que es preciso explicar la formaci6n de la personalidad. Pero como "conducir" operaciones es seleccionarlas y organizarlas, también se sigue que las conductas tienden a ser producidas, inducidas, si se quiere, por otras conductas que orientan esta seleccién y esta organizacién; en cierta medida, la presencia de cierta conducta permite fijar las probabilidades de apariciOn de una serie de otras conductas. Por lo que, si es verdad que la personalidad se forma a través de las conductas, no es menos verdadero que las conductas expresan la personalidad. Dicho en otras palabras, la personalidad es, a la vez, cl resultado de la conducta y lo que conduce; personalidad y conducta son dos aspectos complementarios de una historia. L- D. Lagache, La psychi 1956, cap, VI. G. Palmade, De l'appareil conceptuel dats les sctettces hamaines, en Poyehé, no. 162y 103. 1955; L untke des sciences humaines, Dunod, 1961. 21 No sorprender4, pues, que las tendencias que integran la conducta puedan considerarse, segin el punto de vista donde uno se sitde, tanto como factores 0 como productos de la conducta; es decir: segin el momento histérico que se considere. En efecto, nadie dudard de que las operaciones cuyo papel es integrar motivaciones © tensiones no estén en el origen de nuevas tensiones, digamos tendencias adquiridas, Segin la excelente formula de G. Palmade, "la conducta es organizadora de tensiones 0 de motivaciones, tanto como de operaciones transitivas mediante las cuales se realiza ...” Asi pues, cn un sentido, hay ciertas tensiones, organizadas de cierta manera, porque hay una conducta. Asi, tendencias y operaciones nuevas nacen a lo largo de un proceso continuo de interaccién. Los procesos que llamamos "inmanentes" a la corriente de conducta no parecen, finalmente, poder concebirse dentro del marco de la psicologia clinica sino como transjormaciones a través de las cuales se elabora una historia personal. El estudio de las transformaciones de la conducta se hace, por esto, fundamental. {Como son posibles tales transformaciones? ¢Cémo surgen y como se fijan? En cualquier momento en que se la estudie, la "transformaci6n" se efecttia necesariamente sobre la base, 1) de tendencias elementales 0 adquiridas, innatas 0 que aparecen cuando lo quiere la maduracién organica, que suscitan y dirigen el comportamiento; 2) de operaciones ya existentes, a titulo instintivo o adquirido, que forman el fundamento de la transformacién, sea que se las asimile en una nueva totalidad, sea que sufran una disociacién; 3) de limitaciones situacionales, obstdculos sociales 0 modelos culturales de accién; 4) finalmente, de un conductor que es la misma variable personal, la personalidad ya formada y apremiante que, al menos, prohibe posibles. Al suponer que se conoce la presencia de los elementos "pasados” en el momento en que se estudia la personalidad, la transformacién obedece, sobre esta base particular, normas fransversales que dan cuenta del "mecanismo" mismo de la operacion de elaboracién. Por eso es absolutamente necesario (lo que han hecho todas las psicologfas genéticas, incluido el 2 a You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. a You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. a You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. Asi pues, no hay innatos, tan s6lo de una manera muy relativa, sino "ergios’, sogtin la terminologia de Cattell, como las necesidades fisicas (hambre, sed) y las necesidades sexuales (con todos sus componentes sucesivos a lo largo de la maduracién psicofisiolégica). En efecto, s6lo éstas se orientan hacia objetos cuya carencia es disociativa y obedecen, primitivamente, dos principios: el principio de constancia que indica que el organismo tiende a persistir en un modo de conducta hasta que obtiene satisfaccién y el principio del placer que indica que el organismo tiende primitivamente hacia *objetosmeta en busca de satisfaccién. Es sobre la base de estas tendencias que se edifica progrcsivamente cl comportamicato, por sustituci6n progresiva de objetos, en funcién de las necesidades del entorno y de las fuerzas limitativas que él inscribe progresivamente en el mismo organismo. IIl.- Esta influencia del medio se hace sentir, practicamente, desde el nacimiento. El nino, desde ese instante, presenta una gran plasticidad y, a medida que con la maduracién aparecen las posibilidades de ajustes nuevos, la transformacién de la conducta orienta insensiblemente al individuo hacia un estilo de personalidad singular, es decir, que poco a poco emergen y se fijan los *habitos de comportamiento’, en el sentido amplio del término, que dejan una marca irrevocable. 6Cémo emergen y se mantienen nuevas estructuras de conducta? La pregunta se formula més para el hombre que para el animal. En efecto, los animales tienen a su disposicion todo un arsenal de respuestas instintivas que les permiten reducir las motivaciones que los presionan. En gran medida, sobre todo si pertenecen a los grados inferiores de la jerarqufa, ya estin adaptados al medio. El infante humano debe adaptarse él mismo activamente. Para esto, debe casi inventar las vias especificas de reaccién y, sobre todo, tener en cuenta los modelos de comportamiento que le propone la cultura por la ruta del entorno adulto y de la familia. La inflexibilidad del medio cultural le obligar4 continuamente a hacer una cosa, para poder hacer otra y asi a satisfacer los deseos de sus padres para poder satisfacer los 26 a You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. a You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. a You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. a You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. a You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. a You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. a You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. a You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. a You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. a You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. a You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. a You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. a You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. a You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. a You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. a You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. a You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. a You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. a You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. a You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. a You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. a You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. a You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. a You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. a You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. a You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. a You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. a You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. a You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. a You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. a You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. a You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. a You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. a You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. a You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. a You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. a You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. a You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. a You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. a You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. individuo no est4 preparado, en nuestra cultura, para las hostilidades y las luchas que lo esperan; se le ha ensefiado que la gente es bien intencionada con respecto a él, que fiarse de los otros es una virtud y que estar en guardia es casi un defecto moral; esta contradiccién entre el evangelio del amor fraterno y las tensiones hostiles que existen en la realidad, puede influir, de manera decisiva, en la disminucién de la autoconfianza". Las contradicciones en la misma cultura podrian ser responsables de conflictos individuales, dificiles de resolver, al ser el individuo, de alguna forma, el que introyecta las contradicciones culturales. Y, ciertamente, la sociedad suscita, indirectamente, tendencias agresivas por las frustraciones que provoca y, directamente, por todas las ocasiones en las que reclama la expresién de la agresividad y, al mismo tiempo, exige al individuo, ciertamente, reprimir tales tendencias. Es la. sociedad la que es preciso transformar para evitar la formaci6n de la "personalidad neur6tica de nuestro tiempo". La existencia misma de neurosis en toda sociedad deberia recordarnos que el isomorfismo postulado por Kardiner, a nivel de sociedades complejas y culturalmente diferenciadas, es un mito. No hay accién mecdnica de lo social sobre el individuo por la via de la cultura. Esta dltima no podria compararse con una camisa de fuerza. Sobre todo, la misma diversificacién de la cultura, sus contradicciones, ciertamente, contribuyen a crear la singularidad mis que la identidad. El individuo no es un mito. 6No es, ademas, factor de evoluci6n cultural por sus descubrimientos y sus inventos? Enel tltimo capitulo volveremos a encontrar, desde otra perspectiva, el problema de la reactividad individual.

You might also like