Ilide - Info Meridianos Miofaciales para Terapeutas Manuales y Del Movimiento PR

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Incluye DVD con videos: Conceptos Graficos computarizados devas anatomicas Tecnicas ELSEVIER MASSON’ CHURCHILL, LIVINGSTONE : manuales y del Meridianos miofasciales para terapeutas movimiento indice de capitulos Prefacio vit Prefacio a la primera edicién viii Agradecimientos ix Como utilizar este libro xt Introduccién: colocacién de los railes 1 1 El mundo seguin la fascia 13 2 Las reglas del juego 65 3 Linea posterior superficial 73 4 Linea frontal superficial 97 5 Linea lateral 115 6 Linea espiral 131 7 Lineas del brazo 149 8 Lineas funcionales 171 9 Linea frontal profunda 179 10 Vias anatémicas en movimiento 203 11 Analisis estructural 229 Apéndice 1 Comentario sobre los meridianos de latitud: 255 el trabajo del Dr. Louis Schultz (1927-2007) Apéndice 2. Integracidn estructural 259 Apéndice 3_ Meridianos miofasciales y medicina oriental 273 Terminologia de vias anatémicas 283 Bibliografia 285 Indice alfabético 289 Prefacio Desde su primera publicacién en 2001, el aleance y la ‘puesta en practica de las ideas contenidas en este libro han. Sobrepasado con creces las expectativas de este autor. Se ‘nos ha invitado a presentar estas ideas y sus aplicaciones fe todos los continentes, con excepcién de la Antartida, a tuna gran diversidad de profesionales, incluidos médicos schabilitadores, fsioterapeutas, quiropracticos, oste6patas, ‘psicélogos, entrenadores deportivos, instructores de yoga, ‘profesionales de las artes marciales, asesores de tendi- ‘iento, masajistas terapéuticos y terapeutas somiéticos de ‘todo tipo. Una sencilla busqueda de la expresion vies ana- témiens en Google arroja cerca de 210.000 entradas, ya que ‘multitud de terapeutas y educadores han encontrado apli- ceaciones que sobrepasan nuestra ideas originales. Esta segunda edicién incluye numerosas actualizacio- res y correcciones, producto de la préctica y la docencia ‘continuada, asi como los primeros resultados de las disec- ciones que iniciamos tras la primera edicion con Todd Garcia y los Laboratories of Anatomical Enlightenment. Hemos podido incluir algunos de los iltimos descubri ‘mientos que se han hecho en el campo de las fascias y las iiofascias desde la primera publicacién (muchos de ellos resumidos en la Fascial Research Conference de octubre de 2007-www.Fascia2007.com) y completar otras dreas, rectif- ccandio asi nuestra ignorancia inicial de tan amplio mundo. Esta edici6n se beneficia de la labor artistica, absolu- tamente novedosa, de Debbie Maizels y Philip Wilson, y de la adicion de color al trabajo de Graeme Chambers, Las nuevas fotografias de evaluacién de los pacientes han sido realizadas por Michael Frenchman y Videograf. Fl inno vador disefo a todo calor permite el acceso ala informa cid mediante un e6digo cromatico, lo que posbibita llegar rapidamente a los conceptos més relevantes para el lector que dispone de poco tiempo o un analisis detallado para el més curios. Como la mayoria de los libros de texto actuales, esta edicién hace uso de los medios electrinicos. Fl texto esta salpicado de direcciones de paginas web donde ampliar la ‘materia; ademés, nuestra propia pégina, wuwanatomytra- ins.com, se encuentra en constante actualizacién. También hay repetidas referencias a mas de una docena de DVD que nosotros mismos hemos elaborado para reforzar la aplicacin practica de los conceptos de las vias anatémicas. E] DVD que acompaia a este libro proporciona material que no se encuentra disponible en el texto, como fragmen- tos de esta serie de DVD mencionadlos, grificos de las vias anatémicas generados por ordenador, videos e imégenes adicionales de disecciones y més fotografias de pacientes para practicar la evaluacion visual. Tanto el conocimiento de la funcién de la fascia como las implicaciones y aplicaciones de las vias anatémicas se estén desarrollando rapidamente. Esta nueva edicién y sus enlaces a Internet aseguran un enfoque actualizado de [a fascia, elemento largamente olvidado en el estudio del movimiento, Thomas W. Myers ‘Maine 2008 Me siento absolutamente maravillado ante ol milagro de la vida. Mi asombro y curiosidad han ido en aumento durante las mis de tres décadas que llevo profundizando en el estudio del movimiento humano, Nuestro cuerpo, fen constante evolucion, puede haber sido modelado ppor el omnisciente aunque malicioso Creador © por un igen basicamente egoista que escalaba a ciegas el monte Improbable,!® pero en cualquier caso, la ingeniosa varie- dad y la flexibilidad mostradas en el disefo y el desarro- Io del cuerpo dejan al observador negando con la cabeza mientras mantiene una pasmada mueca de asombro. {Uno busca en vano, en el interior del 6vulo fecundado, cl foto de un billén de células en el que se convertiré Incluso la exploracién mas somera de las complejidades de la embriologsa nos deja perplejos ante la frecuencia con la que produce un bebé sano. Al sostener a un bebe lloroso « indefenso parece casi imposible que lantos esquiven los pposibles obstaculos del camino y se conviertan en adultos sanos y productivos. A pesar del éxito biologico, el experimento hurmano en. su conjuntonuestra algunos signos preocupantes. Cuando leo las periddicos, confieso que tengo dudas sobre si la raza humana puede, o incluso si deberia, permanecer en el planeta, dado nuestro efecto acumulativo sobre la flora y Ja fauna terrestre, y la forma en la que tratamos a nuestros semejantes. Sin embargo, mi compromiso con el potencial ‘humano se renova cuando sostengo a uno de esos bebés, Este libro (y los seminarios y cursos de formacion de los que ha surgido) esta dedicado al resquicio de esperanza de que nosotros, como especie, podamos superar nuestra actual dedicacién a la avaricia colectiva ~y a la tecnocracia ¥ la alienacién que de ella se derivan- y alcancemos una relacién més humana y colaboradora con nosotros mis- ‘mos, nuestros semejantes y nuestro entorno. Uno espera que el desarrollo de una visién «integral» de la anato- ‘mia, como la que se presenta en este texto, sea de utilidad ppara los terapeutas manuales a la hora de aliviar et dolor ¥y resolver las dificultades de los pacientes que buscan su ayuda, No obstante, la premisa intrinseca de esta obra es {que un contacto més sensible y global con nuestra «sensa- ida sentida» -esto os, nuestro sentido cinestésico, propio- ceptivo y espacial de la orientacion y el movimiento~ es tun frente de importancia vital desde el que librar la bata- Ta por una condicién mas humanizada del ser humano ¥y una mejor integracin con ef munclo que nos rodea. La progresiva desaparicion de esta «sensacién sentida» en ‘nuestros niflos, ya sea por simple ignorancia o por volun- tad educativa, lleva a una disociacién colectiva que, a st vvez, conduce al declive social y ambiental. Hace tiempo _que conocemos el cociente intelectual (CI) y, mas reciente- mente, hemos descubierto la inteligencia emocional (IE) Unicamente recuperando el aicance y el potencial educa- dor de nuestra inteligencia cinestésica (IC) tenemos alguna posibilidaci de encontrar una relacién equilibrada con los ‘extensos sistemas del mundo que nos rodeea para cumplir lo que Thomas Berry denomin6 «el suefo de la Tierra»? La visién mecénica tradicional de la anatomia, aunque ‘til, ha cosificado Tas relaciones de nuestro interior en Prefacio a la primera edicion lugar de humanizarias. Esperamos que la visin relacio- ral propuestaen este trabajo inicie el camino hacia el esta- blecimiento de un vinculo entre la vision de Descartes del ‘cuerpo como una «maquina blanda» y la experiencia vital, de exist en un cuerpo que crece, aprende, madura y, por ikimo, muere. Aunque las ideas de las vias anatémicas consttuyen tinicamente un pequeio detalle en la imagen ‘lobal del desarrollo humano mediante el movimiento, la consideracicn de la re fascial y de equilibrio de los meri- dianos miofasciales puede contribuir de forma definitiva ‘a nuestra percepcicn ce nosotros mismos como seres inte- {rales Fsto, combinado con otros conceptos que se presen- tardn en futuros trabajos, conduce a una educacin fisica mis acorde can las necesidades del siglo xxi" En este sentido, Vias anatémicas constituye un trabajo ‘antstco inmerso en una metéfora centitia. Este texto tras ‘iende la ciencia para proponer un punto de vista que ain ‘std tomando forma y definiéndose. Mi esposa, mis estu- lantes y mis colegas me han reprenlide con frecuencia por formular mis hipétesis sin radeos, con algunos adje- tivos calificativos que, si bien son necesarios para la preci- sign cintifia, restan fuerza a un argumento. Como Evelyn Waugh escribié: «La humildad no es una virtud favorable para cl artista. A menuclo son el orgullo la emulacién, la avarica y la malicia todas las cualidades odiosas~las que llevan a un hombre a completar, elaborar, defini, destir ¥y renovar su trabajo hasta obtener algo que satsfaga su ‘orgullo, su envidia y su codicia. De esta forma, enriquece ‘el mundo mas que el generos0 y el bondadoso. En esto ‘consiste la paradoja de logroaztstico».” ‘sin ser un académico ni un investigador, solo puedo ‘esperar que est trabajo de vartfciow ea vil para aportar nuevas ideas a aquellos individuos que slo on. or tito, espero haber honrado a Veslioy al resto de exploradores que me antecedieron presentando corecta- mente la anatomia ‘Maine 2001 Thomas W. Myers Bibliografia 1. Davekins R The selfish gene. Oxford: Oxford University Press 1990, 2. Dawkins R, The bind watchmaker New York: WB Norton: 198%, 3. Dawkins R, Climbing Mount Improbable: New York: WB Norton; 1997, 4. Gsikzentimihalyi M. Flow. New York: Harper de Row; 1990 5. Berry T. The dream of the eatth, San Francisco: Siera Club; 1990 6. Myers: Kinesthetic dystonia. Journal of Bodywork and Movement Therapies 1998; 22} 101-114. 7. Myers. Kinesthetic dystonia. Journal of Bodywork and Movement Therapies 1998; 2(4) 231-247 8 Myers. Kinesthatic dystonia Jourral of Bodywork and “Movement Therapies 199; (1) 36-13, 9. Myers'l. Kinesthote dystonia. Journal of Bodywork and ‘Movement Therapies 199, 3(2).107-116 10, Waugh F- Private letter, quoted inthe New Yorker, 4 Oct 1998, Agradecimientos Quisiera expresar mi gratituel més sincera a varias personas, aque me han guizdo y me han ayudado a llegar al concepto de los emeridianos miofasciales», A Buckminster Fuller, cuyo enfoque del diserio por sistemas y su amplia vision e la manera en la que funciona el mundo ha documentado Imi trabajo desde el mismo comienzo, y que me insté a no ‘modifica al individuo sino al entono que lo rodeaba.! Ala dloctora ida Rolfy al doctor Moshe Feldenkrais, quienes mar- caron el camino hacia formas literales y practices de mocifi- Carel entorno mis inmediato del individuo, su cuerpo y sa percepcidn del mismo;** tengo con estos pioneros una gran dewda de gratitud por el regalo de tan valioso trabajo, ‘Aldoctor James Oschman y a Raymond Dart por trans- imitieme la ingpiracién original aerea de las caderas ciné ticas conectadas a nivel fascial“ Al doctor Louis Schult, primer presidente de la Rolf Institute's Anatomy Faculty, muchas de cuyas ideas se evidencian en nuestra obra.® EL doctor Schultz me introdjo en el mas amplio de los cam- ppos conceptuales en el que jugar al iniciarme en et camino el aprendizaje de la anatomia fascial. A mis colegas del Rolf Institute's Life Sciences Faculty, concretamente a Paul Gorsion, Michael Murphy y, en especial, a Robert Schlep, guienes aportaron una critica célida pero firme a estas fdas y, de esta forma, as mejoraron A Deane Juhan, cuya’ compicta vision de la funcionalicad humana, an elegante- ‘mente expuesta en Jobs Body, ha sido una inspiracion para ii y para muchos otros.” A Michael Frenchman, mi viejo amigo, quien desde el principio demostrd fe en nuestras {ideas dedicando muchas horas a plasmarlas en video. AL innovador Gil Hedley de Somanaustics y a Todd Garcia de Laboratories of Anatomical Enlightenment, cuyas habiica- des en la diseccién pueden apreciarse en este libro gracias ala cimara de Averill Lehan y al microseopio de Eric Root Quisiera reconocer la dedicacin de todos ellos para expo- ner la naturaleza real de la morfologia humana, compro- bbando nuevas ideas, como las expuesias en este volumen. Reciban también nuestro reconocimiento los patrocinado- res, cuya generosidad hace posible estos avances del saber “Muchos otresinstructores del movimiento, a una ciert distancia de los anteriores, son también merecedores de crédito por inspirar este trabajo: el yoga de Iyengar, tal y como lo aprendé de algunos de sus hébiles estudiantes, como Arthur Kilmurray, Patricia Walden y Francois Raoult; el trabajo tremendamente original de Judith Aston sobre el movimiento humano mediante el Aston Patterning, las contribuciones de Emilie Conrady Susan Harper, con su trabajo sobre el continuo, y Bonnie BainbridgeCohen y su escuela Body-Mind Centering,*"! Estoy en deuda con Caryn Metfose y Deborah Raoult por hacer mis comprensible parte ce este trabajo y, también, con Frank Hatch y Lenny Maietta, por su sintesis del movimiento durante el desart0- io, plasmado en su programa tinio, Touch-in Parenting." De todos ellos y muchos mis he aprendido mucho, aunque euanto més sé, mas profundo parece el horizonte de mi ignorancia. Se dice que robar ideas de una persona constituye un plagio, de diez, erudicion y de cien, inves- tigacion original. Pues bien, no hay nada completamente original en esta muestra de espléndido latrocinio, No obs- tante, aunque todos estos profesionales son responsable de transmit ideas excitantes, nadie excepto yo es respon- sable de los errores, que espero subsanar en futuras entre gas de este trabajo. ‘A mis Avicos estuliantes, cuyas preguntas han impul- sado mi aprendizaje, mais de lo que hubiera sido posible solamente por mi mismo. A Annie Wyman, por su apoyo inicial y sus contibuciones maitimas a mi salud menial A rms profesor de la escuela Kinesis y, por su apoyo inci, especialmente a Lou Benson, Jo Avison, David Lesondak y Michael Morrison, cuya tenacidad al mangjar mis excentici- ddades y mi tratamiento postico del hecho (asi como mis retos ‘secténicos) ha contribuido en gran medica a esta obra Los profesores actuaes, incluyendo (por orden alfabstico) 2 Lauren Christman, James Fars, Peter Ehlers, Mark Finch, Ron Floyd, Yaron Gal, Carre Gaynor, Michael Janasea, Simone Lindner, Lawrence Phipps y El Thompson, tambien han contibuido a la precision y aleance de esta edicion. ‘Al doctor Leon Chaitow y el personal de la editorial "sever, ineluyendo a Mary Law y'la comprensiva Mais MeCubin, quien gui inicialmente este proyecto hasta el mercado. A Sarena Wolfaard, Claire Wilson, Sheila Black, ‘Charlotte Murray Stewart Larking y Joannah Duncan, que mejoraron notablemente a primera edicion con esta nueva version mas amplia y compleja. A Debbie Maizels, Philip Wilson y Graeme Chambers, los cuales dieron vide al con- cepto de forma artistica y metic con sus astraciones Amis correcores, Felicity Myers y Edward Myers, cuyo jportano ¢ incansable trabajo ha aumentado el sentido y la sensibilidad de este libro ‘Ari hij Mistral ya su madee, Giselle, que han tolerado con humor y entusasmo mi faeinacién por el mundo del ‘movimiento humano, que con frecuercia me ha aljado de casa y me ha robado un tiempo que, en otras crcunstan- cias, hubiera sido suyo. Y por ultimo, a Quan, mi amiga, “principal compatiera> y musa, que ha alimentado las potentes y silereiosas cortientes del amos, la profundidad Yuna conexion con una realidad mayor que corre bajo si Supertviey todos mis trabajos, Bibliografia 1. Faller 8, Utopia or oblivion. New York: Bantam Books; 1968 (Se awed obtener nforacién y publiacones adicionales del Buckminster Fuller Institute, sfcom) Rolf Rolling, Rochester VTE Healing Arts Pres; 1977 Feldenkrais M. The case of Nora. New York: Harper and Row; 1977 Oschman J. Energy medicine. Edinburgh: Churchill Livingstone; 200. Schult L, Fotis R. The endless wel. Berkley: North Atlantic Books; 1996 Schleip R Talking to fascia, changing the brain. Boulder, CO: Rolf Institute 1992, Juhan D. Jos body. Taerytown, NY: Station Hl Pres; 1987. ‘8 Iyengar BKS. Light on yoga. New York Schocken Books: 1095, Silva M, Mehta S. Yoga the Iyengar way: New York: Alfred 12, Kopf: 190, ‘Cohen B. Sensing feeling, and action. Northampton, MA: 13, Contact Faitions; 1983, [Aston J. Aston postural assessment workbook San Antonio, “Te Therapy Skil Bilders: 1998. MeHoseC, Prank K. How life moves. Berkeley: North “Atlantic Books; 2006, ‘atch F; Maiatia L Role of kinesthesia in pre-and perinatal ‘onding.Pre-anci Perinatal Psychology 19; 5(3).(Se puede obtener informacion y puliciones adios de: Touch in Parenting, Rt9, Box 86HM, Santa Fe, NM 87505) Como utilizar este libro Vias anatimicas esta diseftado para permitir que el tera- ppeuta o el gran puiblico asimile rpidamente la idea gene- ral, al tiempo que ofrece la posibilidad de una lectura mas detallada sobre cada area determinada. La obra contiene introducciones a diversas cuestiones relacionadas, sefia- ladas en el margen de los encabezamientos con distintos iconos: Tecnicas manuales © notas para el terapeuta ‘manual ‘Técnicas del movimiento © notas para el tera ppeuta del movimiento Herramientas para la evaluacién visual Ideas y conceptos relacionadas con la educacion cinestésica Material audiovisual en el DVD que acompata al libro. La numeracidn hace referencia a las entradas del DVD. Material audiovisual en los DVD educativos dis ponibles en wwaanatomytrains.com O66 497 € Volver al texto principal Los capitulos se acompaian de un cédigo de color para si {cil localizaci6n. Los dos primeros exploran la fascia y el concepto de los meridianos miofasciales y explican el enfo- {que de las «vias anatémicas» en las estructuras anatémicas del cuerpo. Los eapitulos 3 a9 profundizan en cada una de las doce «lineas» corporales principales que se observan en los patrones posturales y del movimiento. ‘Cada uno de los capitulos sobre «lineas» camienza con ilustreciones, descripciones, diagramas y tablos que rest- men lo que el lector necesita saber para entender rapida- mente el concepto. Los ultimos dos capitulos aplican el concepto de las «vias anatomicas» a algunos tipos habitua- Jes de movimiento y proporcionan un método para anali- vara postura. Daclo que los distintos muisculos y otras estructuras pueden aparecer en diferentes lineas, es posible utilizar el indice para encontrar todas las menciones a una estructura concreta. También se incluye un glosario de términos de las «vias anatémicas». El inal del libro cuenta con tes apéndices. Estos inclu- ‘yen una discusin sobre los meridianas latitudinales de! doctor Louis Schultz, una nueva explicacién del modo en ‘que el planteamiento de las vies puede aplicarse al pro- ‘tocolo de integracién estructural de Ida Rolf y una com- pparacion entre los meridianos de la acupuntura y eslos ‘meridianos miofasciales. EI DVD que acompana al libro también incluye varios videos de utilidad para el lector, el docente o el conferen- iante interesados. La base de este libro es muy sencilla: independientemente de sus funciones individuales, los musculos tambien inf yen en los continuos corporales que desempeiian una aisma funcion dentro de la red fascial. Estos planos y lineas siguen la urdimore y la trama del tejido conjuntivo del cuerpo humano, formando «meridianos» de fascia muscular que pueden seguirse (Nig In. 1. La estabilidad, el esfuerzo, 1a tensin, la fjacion a resiliencia y, lo més pertinente para este texto, Ia compensacion postural se distrbuyen con- forme a estas lneas. (Sin embargo, no se proclama la exclu sividad de estas ineas, Las conexiones funcionales, como Jas que se deseriben al final ce esta introcuecion, el echo ligamentoso escrito como el vsaco interna» en ol capitulo 1 ¥ el reparto latitudinal de la tension detallado en el trabajo de Huijng, tambien en el capitulo 2, son vias alternatives para la distribu de ia teasién y para la compensacién,) ‘isicamente, el mapa de las vias anatGmicas muestra tuna sanatoméa longitudinal, un bosquejo de las largas correas y bandas musculares del cuerpo constituye un ppunto de vista general que se ofrece como complemento {y, en algunos casos, como alternativa) al andliss conven sional dela accion muscular Fl estudio convencional podria denominarse la steoria de los miisculos aislados». Précticamente todos los tex- tos presentan Ia funcién muscular aislando un muisculo esquelético conereto escindido por sus conexiones supe rores e inferiores, separado de sus inervaciones y vascu- larizaciones y divorciado de las estructuras adyacentes de la zona." Esta forma habitual de presentacion define Ja funcién de un misculo exclusivamente por lo. que sucede al aproximar sus inserciones proximal y distal {tig n. 2, El punto de vista masivamente aceptado plan- tea que los misculos se insertan en los huesos y que st tinica funcién es aproximar los dos extremos 0 resistir su separacion. En ocasiones, se describe la funcién de la (como el papel que desempena el vasto lateral al empuer ¥, Por tanto, pretensar el tracto ilitibial). Casi munca se ‘mencionan las conexiones longitudinales entre los mii culos y las fascias, ni se explica su funcién (como, por Introduccion: colocacion de los railes cjemplo, la extensa insercién entre el misculo iliaco, el tabique intermuscular medial del muslo y el vasto medial; fig. in. 2), El claro dominio de la presentacién aislada de cada ‘misculo como la primera y la ultima palabra en la anato- zmia muscular (junto con la vision reduccionista e ingenva de que la complejidad de la estabilidad y el movimiento ‘humano puede explicarse por la suma de la accién de los muisculos individuales) convierte en poco probable que Ja actual generacidn de terapeutas tenga una idea diferente. No obstante, esta manera ce ver y definir los muisculos cs simplemente una conclusion errénea de nuestro método de diseccién -bisturi en mano, es fécil separar cada tno de los misculos de los planos fasciales circuncantes-, lo que no significa que canstituya ef modo en la que el ‘cuerpo «piensa» o en el que esta biolégicamente ensam- lado. Uno podria preguntarse si el «musculo» es tan siquiera una division util para la cinesiologia del cuerpo humano. Si la eliminactén del misculo como una unidad fisio- logica resulta demasiado radical para la mayorla de nosotros, podemos modularlo de esta forma: con objeto de evolucionar, los terapeutas actuales deben cambi manera de pensar con respecto al concepto del misculo aislado. Las investigaciones que apayan este tipo de pen- ‘samiento globalizador se irin citando a medida que reco- rremos las repercusiones de superar ol «rmisculo aislado» [para acercamos a sus efecios sistémicos. Este libro con- forma un intento de avanzar ~no de negar, sino de eom- pplementar el enfoque clasico~ reuniendo en la imagen de los «meridianos miofasciales» las estrtcturas miofasciales| ‘conectadas. Debemos dejar claro que las «vias anatémicas» no representan una clencia confirmada ~este libeo supera los limites de Ta investigacién- pero, al mismo tiempo, ‘estamos muy satisfechos del modo en que estos conceplos funcionan en la préctica clinica Una vex reconocidos los patrones esperificos de estos mmeridianos miofasciales y comprendidas sus conexiones, pueden utilizarse para Ia evaluacién y el tratamiento en tuna gran diversidad de técnicas terapéuticas y educati- ‘vas, con el fin de favorecer el movimiento. Los conceplos Fig. tn. 2 Fi método habtual ‘rmpiesdo pera dete fon de un mage Consist en asario sabre ff esqueltoy determinar lo que pasara sos dos ‘ectemos so aproximaran, coma en esta representacion Gel boas. Aunque desde lbego ee trata de un eric ‘muy, cllclmante es defintvo, ya que dea ce lado el festa ce el miscy miscuos advacentes al ‘ensar 0 presiona su facia, fascia en ambos extrom08 las efectos do sta (on sobre las esructeras ‘roxemalos 0 cists. ia uimas conenicnes autorzacén de Grundy 4982) Fig. in. 3 Biilaco cuenta con una fare inser en el tablave Intermiscuer mec dl musi y por tart, provablemente proj en la tension de eatafasoa para aportarestablided ‘81 muslo y a cadera. El cancepta acapiado enos tretados ‘nakémnicos ~que los misculos actin Unicarente sobre los hhuesoe- gnora estas interaclenes iascales, dos incampto persamente de os actuals trapeutas manuals y da movimiento, Sin embargo, al tomar en conederactn las conewenes fascialng suger nuevas esrateges. (nslatnea de un video aor cotesia Sel autor: dseccion e Laboratories of Anatomical Enigttenenent) (OVD ref Early Dissective Evidence) ppueden presentarse de miitiples formas; este texto intenta lograr un equilibrio que cubra las necesidaces del tera- ppeuta instruido al tiempo que se mantiene al alcance del deportista, el paciente 0 el estudiante interesado, lalmente, la compronsién del esquema de las vias anatémicas conducird a una apreciaci6n tridimensional de la anatomia musculoesquelética y de los patrones corpora- Jes compensatorios en la actividad daria y el rendimiento, Desde el punto de vista clinico, permite comprender el modo en que un dolor en un area del cuerpo puede estar relacionado con otra drea «silente» localizada a cierta dis- tancia, lo que puede aplicarse directamente en la préctica. De la utlizaciin de esta perspectiva de la «anatomia conectada» en los desafios diarios que surgen durante la pprictica de la terapia manual y de movimiento emergen nuevas inesperadas estrategias de tratamiento. ‘Aunque en esta edicion se presentan algunas prucbas pre- liminares de diseccin, ain le queda ala investigacign mucho camino por recorrer antes de podterafirmar la realidad obje- tiva de estas linens, Sera especialmente necesario un examen ins detenido de los mecanismes ce comumicacién a lo largo de estos meridianos fasciales, Dest este texto el concepto de Jas vias anatomicas se presenta simplemente como un mapa alternativo y potencialmente Gti, una visiGn sistémica de las ‘conexiones longitudinales de la miofascia parietal, Filosofia La base de la curacién se basa més en nuestra capacidad dle escuchar y percibir que en la aplicacién de tenicas Esta constituye, al menos, la premisa de este libro. No es nuestro trabajo favorecer una téenica por encima de otra, ni siquiera postular un mecanismo para explicar el modo en que funciona una técnica. Las intervenciones terapéuticas de cualquier tipo son una conversacion entre dos sistemas inteligentes. No es de incumbencia para el argumento de los meridianos miofasciales si el mecanismo dle los cambios miofasciales es consecuencia de una sim- ple relajacion muscular, la liberacién de un punto gatillo, ‘un cambio en la composicién qulmica de la sustancia fun- damental, ia viscoelasticidad entre las fibras de colégeno, Ja reestructuracién de los Inusos musculares 0 los corptis- culos de Golgi un desplazamiento de energia 0 un cambio de acttud. Se deben utilizar las vias anatémicas para com. render el amplio patrén de relaciones estructurales de los pacientes y, a continuacién, aplicar las técnicas de las que se disponga para resolver ese patrén. ‘Actualmente, ademés de los campos tradicionales de Ja fisioterapia, la rehabilitacién y la ortopedia, existe una amplia oferta de métodos orientados al movimiento y a Jas partes blandas, y una variedad atin mayor de téenicas cenergéticas, quiropricticas, osteopéticas, asf como inter- vvenciones psicoterapéuticas de base somitica. Cada surgen nuevos nombres en este mbito aunque, en rea- lidad, pocas cosas son realmente nuevas bajo el sol de la ‘manipulacion, Hemos visto que pueden ser eficaces distin- tas enfoques, independientemente de sila explicacién que justifica su eficacia provalece en gltima instancia, En este momento no son tan necesarias nuevas técnicas; cen cambio, se requiere cle nuevas premisas que conduzcan a novedosas estrategias de aplicacién, y resulta mucho mas dificil encontrar nuevas premisas realmente uilles que técnicas aparentemente nuevas. Por lo tanto, fa aplicacion de un nuevo punto de vista, de una nueva lente a través de la cual observar el cuerpo, abre a menudo el camino de tun importante desarrollo. El concepto de las vias anaté= rieas es una de esas lentes ~una forma global de observar los patrones musculoesqueleticos que lleva a nuevas estra- tegias ecucativas y terapeuticas-. ‘Gran parte de trabajo realizado sobre manipulacion en Jos iltimos 100 afios, como la mayoria del pensamiento ‘occidental durante al menos la mitad del milenio, se ha bbasado en un modelo reduccionista y mecinico -la lente Adel microscopio (fig in. 4)-. Examinames las cosas desme- ‘nuzandolas en partes cada vez mas pequefias para analizar fa fancién de cada una de ellas. En el campo de Ia fisio- forapia y la rehablitaion, este tipo de enfogue mecénico, Jntreducido por Aristoteles, aunque consolidado por Isaac Newton y René Descartes, ha conducido a libres lienos de ngulos goniométricos y fuerzas vectoriales que buscan acercar la insercién del mtisculo individual 2 su origen ig in. 5). Se debe agradecer a numerosos investigadares brillante andlisis y consiguiente trabajo realizado sobre ‘museulos especificos, ariculaciones individuales e impli- taciones particulares Sise le da una patada a un balén, tal vez. la forma més {interesante de analizar los resultados sea empleando las eyes mecénicas de fuerza y movimiento. Los coeficientes di inercia, gravedad y friccion son suficientes para deter- tina la reaccdn del balin a su patada y el sitio donde irs a paras, incluso aunque se pueda «chutar como Beckham’. Pero si le da una patada 2 un pero de gran tamano, es posible que este andlsis mecanico de los vectores y las fuerzas resultantes no se correspond con la reaccién glo- bal del perro. Del mismo modo, el anaisis biomecénico de los muisculos individuales proyecta una imagen incom- peta del movimiento humano. ‘A principios del siglo xx, gracias a Finstein, Bohr y otros, la fsica evolucion6 hacia un universo relativista, un Tenguaje de asociaciones en lugar de una relacion lineal de causa y efecto, que Jung a su vez aplicé a la psicolo- flay muchos olvos a dreas muy diversas. No obstante, fue necesario todo un siglo para que este punto de vista se difundiera y llegara ala fisiterapia y la rehabilitacion, ie Fig. In. 4 Loonardo da Vine, tre del preuico generazado de laNison mecdrica pera el estudio de a relacion mascule-husso, ‘ealzsen estos cunderros anatémicos alguns Gbps smlares a las les anatomices. Este libro es un modesto paso en esta direccién —sistemas kgenerales de pensamiento aplicados al andlisis de la pos tura y el movimiento Qué podemos aprender de observar relaciones sinir gicas ~reunir las partes en lugar de diseccionarlas? No resulta muy util decir sencillamente «todo esti conectada» y dejarlo ahi, puesto que incluso aunque en ‘esencia sea verdad, esta premisa deja al profesional en tuna nebulosa, incluso un vacio, sin nada para guiarle ‘excepto la pura sintuicién», La teoria de la relatividad de Einstein no negaba las leyes del movimiento de Newton, sino que las incorporaba a un esquema més amplio. Del mismo modo, la teoria de los meridianos miofasciales no resta valor a las multiples técnicas y andlisis basados en la individualicad de los musculos, sino que simplemente los contextualiza en el conjunto del sistema. En términos gene- rales, este planteamiento completa, aunque no reemplaza, el conocimiento existente sobre los muisculos. En otras palabras, el misculo esplenio de la cabeza sigue rotando la cabeza y extendiendo el cuello pero, afemis, funciona, como veremas mis adelante, como parte de las cadenas iofasciales lateral y espiral El enfoque de los meridianos miofasciales reconoce un patron existente en el conjunto del aparato locomotor ~un Fig. in. Aoiicado ala ‘anaiomia humana el concepto mecsnica ha aportado acciones de os miscues Incldunlos en térinos de palancas, angus y ferzas, ero zqué més aporta este aiiemierto? de Jamey 2006, ddiminuto aspecto de este sistema en la miriada de patro- ines arménicos y ritmicos que participan en el organismo vivo-. Como tal, es una pequefa parte de una revision mayor ce nosotros mismos, no como «maquinas blandas», sogiin decia Descartes, sino como sistemas integrados de informacion, lo que los mateméticos dinamicos no linea- les denominan sistemas autopoyéticas (que se crean a si :mismos)."* ‘Aunque en un principio los intentos por incluir las rela- ciones en nuestro marco conceptual pueden parecer vagos silos comparamos con la afirmacion tajante vs... enton: ces...» de Ia visién mecsinica, esta mueva visidn conduce a estrategias terapéuticas integradoras muy potentes. Estas nuevas estrategias no se basan tinicamente en la mecénica, sino que van mas allé para determinar el comporiamiento global del conjunto, impredecible por la simple suma de Jos comportamientos de cada parte individual. Vias anatémicas y meridianos miofasciales: qué hay detras de su nombre? Vias anatémicas» es un término descriptivo para e! con- junto del planteamiento y una forma de hacer més divertido tun tema bastante enso, mediante una metafora equiparable al conjunto de continuidades que se deseriben en este libro. La imagen de ls vias, las paradasy los cambios de via, entre otros, se usan a lo largo de todo el texto. Una via anatémica ‘es un término equivalente a meridiano miofascial ‘La palabra «miofascia» transmite la idea de conjunto, a naturaleza inseparable del teido muscular (mio-) y su red acompafante de tejido conjuntivo (fascia), de la cual apa- rece una completa discusién en el eapitalo 1 (i. i. 6). ‘La manipulacién de las miofascias ha tenio una amplia difusién entre los masajisas terapéuticos, ostedpatas y fisioterapeutas desde diversas fuentes modemas. Entre ellas, se incluye el trabajo de mi primera profesor, la doc- tora Ida Rolf una versién briténica de la terapia newro- muscular promulgada por el doctor Leon Chaitow2" y fotras, muchas de las cuales reclaman la originaliiad de sus trabajos, pero que, en realidad, forman parte de una cadena continua de sanadores experimentados que se remontan hasta Esculapio (de! lan, Aesculapius), y desde la antigua Grecia hasta las nieblas de la prehistoria (ig. i. 7). Fig. in. 8 Amplacion de a mofascia: calgodn de anicar+ est ‘catulco por forss de colagens encore. que envuseny 88 enielazan a concienca con ls bras musclares mis carnosas ‘dads. Reproduce con autorzacs ee Ronakd Thompson) Aunque el téemino «miofascial» ha ganado aceptacion en los tiltimos 20 fos, reemplazar el término «musct lar» en algunos textos, mentos y marcas comerciales, ain leva a confusin. De hecho, en la aplicacidn de muchas terapias «miofasciales», las téenicas impartidas se cen- tran en los misculos individuales (0 unidades miofascia- les, para ser mas exactos), y no abordan especificamente el aspecto comunicativo de las miofascias a través de las, langas lineas y los extensos planos del cuerpo.” Como ya hemos comentado, el enfoque de las vias anatémicas ho descarta estas téenicas, sino que simplemente afiade la dimension de conectividad a nuestras consideraciones visuales, motrices y de palpacién durante la valoracién y el tratamiento (fig. in. 8). Las vias anatémicas cubren la necesidad actual de una visién global de la estructura y el ‘movimiento humanos. En cualquier caso, el término «miofascial» es tnica- ‘mente una innovaciGn terminolégiea, ya que siempre ha sido imposible, sea cual sea la denominacién que se le dé, establecer contacto con el tejido muscular en cualquier _momento o lugar sin contactar también con el tejidlo cor jntivo o fascial que le acompara, y por tanto influir en él. sta afirmacién es incompleta, ya que casi todas ruestras intervenciones entrarin también en contacto necesari ‘mente con las eélulas y los tejidos epiteliales, vasculares y nerviosos ¢influirén en ellos, No obstante, el enfoque deta- ado en este libro ignora en gran medida los efectos sobre estos otros tejidos para concentrarse en un aspecto concreto de los patrones de organizacion -o del disefo, si ast Io prefiere-del «cuerpo fibroso» en eladulto humano erguido. [Este cuerpo fibroso esti constituide por toda la red de colgeno, que incluye todos los tejidos de revestimiento y in de los drganos, asi como el coldgeno de los huesos, cartilagos, endones,ligamentosy las miolascias. El término siofascias» define nuestra vision de ls fibras musculares {neluicas en sus fascias asociadas (como en la fg. in. 6)-Con objeto de simplificar y enfatizar un principio bisico de este libro -la naturaleza unitaria de la red fascial~ a partir de este momento haremos referencia a este tejido en su forma singular: miofascia, No hay necesidad de utilizar el plural, ya que se forma como una tinica estructura y se mantiene como tal; dnicamente un bisturf genera el plural El término «continuidad miofascial» describe la conexion entre dos estructuras longitudinales adyacen- tes y alineadas dentro de la red estructural, Existe una Fig. in.7 La doctors ke P. Rol (1896-1879), creadora dels integracion esrectural un tp de maripusoin motasci (Peproaucise con averizacen de Ronald Thompson) Fig. in. 8 su cee Gon un enloque gobal. Puede observer aimagen A y va fertamientoy los deaplazamiontos apuntadoe en Por cortesia dl autor; para una axeicacion dels neat corr dl abeoren Fig. in-9 Las ruc n parecon apunta rcturl cee ucinaes. Aq osemos abservar a resistencia de a Conexion fascial entre 2 Serato anterior yo obicuo extrno del abdomen, ndependente de los huesos a los quo se insetan, Estas conexiones -nteraeciales framers sa menconan ans tratados anatominos. Fotoara or certs del autor deoin da Laboratori of Anatol «continuidad miofascial» entre los muisculos serrato ante- rior y oblicuo extemo del abdomen (fig. in. 9) La locucion «meridiano miofascial» describe una serie interconectada dd estas paradas de tendones y mtisculos. En otras pala- bras, una continuidad miofaseial es una poreidn local de un meridiano miofascal. El serrato anterior y el obli ccuo externo del abdomen forman parte de la banda més cextensa que constituye la regién superior de la linea espi- ral que envuelve al torso (fig. in. 10, Fig. in. 10 fue roductora 9 2b en reals ton slo yna pate de un smerciano mayor rmastrado acu. Los esplerin de cue estén conecta de las acs oss-asas, con ot romboides del ado opuesto qu, 124 vaz, se nouonta meine igado al seat ye conten coma fascia abdominal hast a cadera homolteral Esta oor Canexiones mioascales ue. por subvesto, se epten en Ido ‘puesto es basica en la capaci de rotacion del tronco a manterosy oe epfso 6 pas 80 a gut pera le comparacion, esta dala ne Laborateles ahtenment. La palabra «meridiano» se emplea habitualmente para las lineas de transmisin de energia en el ambito de la acupuntura.” Para evitar confusiones: las lineas de los rmeridianos miofasciales no son los meridianos de la acu puntura, sino lineas de tension basedas en la anatomia becidental clsica, lineas que tyansmiten tensiGn y movi rmiento 2 lo largo de la miofascia que se dispone alzede- dor del esqueleto. Aunque claramente guardan tna cierta similitud con los meridianos de la acupuntura, no son equivalentes (v. apéndice 3, pég, 273). Para el autor, el uso de la palabra emeridianos» tiene mas relacién con los ‘meridianos y paralelos que rodean la Tierra (fig. in 11). De la misma manera, estos meridianos rodean el cuerpo, defi= niiendo su geografia y geametria dentro de la miofascia, la ‘geodesia de la tensegridad movil del cuerpo. Este libro plantea el modo en que estas ineas de tensién influyen en la estructura y la funcién del cuerpo en cues- tion. Aunque pueden definirse multiples lineas de tension ¥ los individuos pueden establecer tensiones y conexiones Uinicas como resultado de lesiones, adherencias o actitu des, este texto define doce continuidades miolasciales que se emplean habitualmente en To relativo a la estructura ‘humana, Incluiremos las «reglas» para la construccién de lun meridiano miofascial para que el lector experimen: tado pueda construir otras lineas, lo que puede resultar ‘itil en ciertos casos. La fascia corporal es suficientemente versétil para resist otras lineas de tensién, ademas de Jas que se enumeran aqui, generadas por movimientos inusuales o extrafos; lo que se aprecia facilmente en cual- quier niso inquieto. Aunque nos encontramos razonable- :mente seguros de que puede elaborarse un completo plan terapéutico con las lineas que hemos incluido, estamos abjertas a las nuevas ideas que otras exploraciones o inves tigaciones més exhaustivas saquen a la luz (v. apéndice 2 pig. 259). ‘Tras considerar la estructura y el movimiento humanos desde el punto de vista de la continuidad de la ted fascial on pola) $0) 8p UOI9B90}09 =o! Fig. in. 11. Aunque les mericianos miotasciles coincden en ‘Gata forma con ls nea meridional da ios orale, no so ‘euiveentes. Pense en estos merdancs como os que deinen la =goodyafia: cal sistoma mofascal. Compare el mesciano puimonar| ‘que So muesira aq com as Aguas in. + y 7-1 la ine rot prounda del raza, Véese también el pence 3 Fig in. 12 Aunque article oiginal de Dart ro conteia. ‘ence capitulo 1,clcapftulo 2establece las eglasyy el émbito _lusttacones, este dbo de Mancka muestra a mismo pan ‘lscuti pore! primer autor, pate dol cual corespance aa tea de aplicacion del concepto de las vias anatémicas. Los SeSio.Ro Pane Oe Ca a ‘apitulos 39 presentan las lineas de los meridianos mio~ fescalesy plantean algunas de Ins mplicciones de cade linea en el movimiento y en ei tratamiento, £1 capitulo 3, comespondients ala linea posterior superficial, se pre- senta con todo detalle para claificar et concepto de las vis anatémicas los capitulos siguientes sobre el resto de Jos meridianos miofascales emplean la terminology e! formato desarollados en este capitulo, Su lctura previa | pede restart, sn importa el sea Ia linea de inte Partiendo de los circulos anatémicos y osteopticos, el concepto de que la fascia conecta la totaidad del cuerpo cen una red interminable (the enfessweb* ha ido ganando terreno. No obstante, también por dicha generalizacién, el estudiante puede estar razonablemente confuso con respecto a si se debe abordar un hombro rigido rebelde lrabgjando sobre ias costillas, sobre ia cadera 0 sobre el cuello, No existe una respuesta especifica para las pregun- tas logieas que surgen a continuacion: «jcémo se conectan exactamente?» o «estén unas partes mas conectadas que ‘otras?», pero este libro consttuye el inicio de las respues- Historia tas. estas preguntas formuladas por mis estudiantes, a _______ Fy 1985, ef doctor James Oschman,” un bidlogo de El concepto de las vias anatémicas surge de nuestra expe- Woods Hole que ha llevado a cabo una exhaustiva bis riencia en la enseAanza de la anatomia miofascial a dis- queda bibliogréfica en campos relacionados con la cua- tintos grupos de profesionales de terapias «alternativas», cid, me entreg6 un articulo del antropélogo suafricano incluyendo profesionales de Ia integracién estructural del Raymond Dart sobre la relacién de doble hélce que pre- Rolf Institute, masajistas, ostedpatas, matronas, bailari- sentan los miisculos del tronco.” Dart habia no desente- nes, profesores de yoga, fisioterapeutas y entrenadores rrado este concepto de los terrenos del australopiteco de deportivos, principalmente en EE. UU,, Reino Unido y las llanuras de Sudatrica, sino de su experiencia como un Furopa. Lo que empez6 literalmente como un juego, una estudiante de la téenica Alexander.” La disposicién de las ayuda para la memorizacién de los estudiantes, se trans- interconexiones musculares que Dart describié se inclaye form lentamente en un sistema que merecia la pena com- en este libro como parte de lo que he denominado la «linea partir. Animado a escribirlas por el doctor Leon Chaitow, spiral» y su articul fue el detonante de un viaje de descu- fsias ideas vieron la luz por primera vez en el Journal of _brimiento que condujo a las continuidades miofasciales que Badyeoork andi Movement Therapes en 1997. presentamos aqui (fig. in. 12) El estudio de las disecciones, 1s, El resto del libro presenta consideraciones generales sobre la evaluacién y el tratamiento que pueden ser de ut lidad en la aplicacién del concepto de Jas vias anatémicas, independientemente del método de tratamiento escogido, la aplicacion clinica ¢ interminables horas de ensefanza y estudio de libros antiguos ha refinado el concepto original Tevandolo a su estado actual En esta déada, hemos buscado formas eficaces de representar estas continuidades para facilitar su com prension y observacién. Por ejemplo, la conexién entre el biceps femoral y el Higamento saerotuberaso ests bien documentada,® mientras que la interconexidn fascial entre los iscuiotbiales y el gastrocnemio, que podemos apreciar en la parte inferior de la figura introductora 13, se presenta con menos frecuencia. Esta forma parte de una continu dad que se extiende de la cabeza a los pies, denominada linea posterior superficial, que se ha extraido intacta en disecciones tanto de twjido fresco (ig. in. 14) como de tea fijado (figs. in. 9y 10) La forma mas sencilla de representa estas conexiones es mediante una linea geométrica de tensién que pasa de un: paradav finsercién muscular) a otra; esta visién unidimen: sional se incluye en cada capitulo (fig. in. 15). Otra forma de plantearse estas Lineas es como parte de un plano fascial, especialmente las hojas superficiales y la emalla» fascial de la hoja profunda; esta «dea de influencia» bidimen- sional también se incluye en algunas lineas (fig. in. 16) Estas lineas son fundamentalmente una agrupacion de los misculos y su fascia acompafante -un volumen ttidimensional- y esta visin volumétrica se recoge en tres vistas al principio dle cada capitulo (fg. in. 17) Se han desarrollado vistas adicionales de las vias ana- témicas en movimiento para nuestros videos (fig. i. 18) y Fig. in. 13 Los souictbistes ouertan con una cara comtinuicad face mersarte bs Hla da igamerto Saectu fxste una conrad trial ene is tercones Iequotisale as cabeza del gastrocnar par, @ merudo, eta feanexén se saosona y ata vez se rapesenta.(Fotografa pr oot para el DVD-ROM Prima! Pictures fig. in. 19). Se han wi lizado instantaneas de estas fuentes donde se ha const cerado que arrojan luz sobre cl tema, Del mismo modo, hemos empleado imagenes de accién y bipedestacion sobre las que se han superpuesto las lineas para transmitir tuna idea de su estado i vi00 figs, in, 20 ein. 2), Aunque no he visto las continuidades miofasciales des- ctitas en profundidad en inguin sitio, me senti a la vez desilusionada (al ver que mis ideas no eran completamente originales) y aliviado (al darme cuenta de que no andaba muy desencaminado) al descubrie, después de haber publicado una primera version de estas ideas, que algunos anatomistas alemanes, como Hoepke en los af\os treinta, abian realizado trabajos similares (fig. in. 221° Tambien existen ciertas similisudes con las caine laires de Frangoise Mezieze*-” (desartolladas por Leopold Busquet), a quien me presentaron antes de finalizar este bro. Estas catines musculaies se basan en conexion cionales -pasando, por ejemplo, desde el cuadriceps hasta cl gastrocnemio y el s6leo a través de Ia rodilla~ mientras gue las vias anatémicas se basan en conexiones fasciales dlirectas (ig in, 23). Los diagramas del anatomista aleman Fascia ce oo area oe ) mca) Sever J. rccracois anar Fig. in. 14 Linea postr (Ovo: fede enon 8P UQI9BD9}O9 {UOI9INposiU Fig. n. 16 Linca posto suport en una sla dimension ticamen la oa oo tansion Fig. in. 17 Linea posterior superficial mostrada como un velurmen tiaimensionsi~los misculs ls fescias partcipantes. Fig In. 16 Linas posterior aspera en un plano bidenensional =a droa do evtuencia. Fig. in. 18 Instanta tomada de un vdeo ganarad por ‘cenador de a inea posterior superficial (Goo por Cortesla del autor Videograt, NYC; (DVD: #3 DVD que acompia al oro inclu un video generado por ordonador de esta yottas Ineas) Titel, més moderos, también se basan en conexiones fun- cionales, mas que fasciales, que atraviesan huesos como sin dificultad (fig. in, 24. Todos estos «mapas» coinciden en cierta medida con las vias anatémicas y desde aqui se reconocea y agradecen estos trabajos pioneros ‘Desde ia publicacion de la primera edicion, también hhe descubierto el trabajo de Andry Vleeming y sus cola- boradores sobre as «bandas fascales y su partcipacién en el cierse de la articulacién sacroiliaca”", y, especial ‘mente, la aplicacion clinica de este trabajo llevada a cabo por Ia incomparable Diane Lee (fig in. 25) En términos lineas funcioneles ce larodila Estas caneso Fig. in. 24 | anatom: T leneeloe cutpes 10 q y) a Fig. in, 26 snc Viering y Diane Lee descrisleron fas aut : 7 i las bandas oblicuas anterior y posterior de ‘eoineiden con las lineas funcionales que se des- en el capitulo 8 de este texto, mientras que la banda it posterior forma parte de lo que se describe la linea posterior superficial, mucho més extensa capitulo 3), Como ya ha sido comentado, este preten- libro va mas allé de Ia investigaciin para presentar punto de vista que parece funcionar en la préctica, pero que todavia necesita el respaldo de las publicaciones basa- jen la evidencia. Con la renovada confianza que contiere tal confirmacin, ‘acompafiada por la precaucién que debe caracterizar a cual- quiera que camine por terrenos cientificos tan resbaladi- 29s, mis colegas y yo hemos estado probando y ensesiando lun sistema de integracién estructural (Kinesis Myofscial Integration wicroanatomytrains.com, y v. el apéndice 2, pag. 258), basndonos en los meridianos miofasciales de las vias anatmicas. Los profesionales que acuden a estas clases rofieren importantes mejoras en su capacidad para abordar complejos problemas estructurales y un mayor indice de Gxito. Este libro pretend levar este concepto a una mayor audiencia. Desde 1a publicacién de su primera edicion fen 2001, se ha conseguido este objetivo y una gran varie- dad de profesionales utiliza las vies anatémicas en todo el mundo. Bibliogratia 1. Biel A. Tal guide tothe ody. 3d edn. Discovery Books: Boulder, CO; 205. CChaitow L, DeLany J. Clinical applications of newromusculat techniques. Vols 12. 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Sead Pane pores souk pee ee cco tendo en una unica pieza verse un vdeo Fig. 11 (A) Moe rolcativo de est ardaco def ror reise, (Reproccido con autoizacion hompson} fe eros rio s2 meluyeny exon e sponte en wan anatomytahs com} (0) Core trans nuslo aU onal de inograodn estuctural Jeo LUnn a obteido del Vise Human Froect de a National Library of Medicine, usando un programa de National nituta os da una primera tea del agpecto que presenti al sitera facials so esl ol conknto de este 5 V2 correetado esta proceso todo o cusp, un proceso laboveso que se encusnia actuamante en marcha, dspordremos de Uni rusia a intepretacen at ama reactvo que mane la (erzas mecénicas a ae use euerpo eet som op ‘srouye, Peprod Natori ira 2a Project, con autonzacion ste otros grficos se nclayony explean en 1) (D} De setoma d deolzanento microvecuclr fant entre inate tendones eu Mientras que todo el mundo sabe algo sobre los huesos Y los miisculos, el origen y la disposicin de Ia fascinante fed fascial que los une resultan menos familiares (ig 1.1) Aunque esta situacion esté cambiando rapidamente a medida que las nuevas investigaciones amplian nues- feo conocimiento,' la inmensa mayoria de la poblacin, € incluso la mayoria de los terapeutas y deportstas, todavia loasan sus ideas sobre su propia estructura y movimiento ena limitada vision de que exsten misculs individuales, due se insertan en hucsos y que nos permiten movernos mediante un sistema mecénico de poleas. Como afirmaron Schultz y Fotis: EL concepte muisculo-huesopresetado en ln descrincn ‘anatimicaconvencianalerece wa modelo de movimiento puerwmente mecinic. Separa el movimiento enfnciones ‘iferenciades, sin transmit aiden de integracion innterrumpida que se obseroaen ure cuerpo vivo. Cusmdo sina part se mc, el cuerpo reaccioa como un toda A ios! {funcional nico tejido cap de mediar en esta reaccin ese tejdoconjuntivo? En este capitulo, establecemos el contexto de las vias anatomicas tratando de presentar un conocimiento holistico del papel mecénico de la fascia 0 el tejido con- juntive como una unidad (esta edicion incluye estudios _mds recientes sobre su grado de respuesta y capacidad de remodelacién en caso delesin © nuevos retes) y las inte= raceiones entre la fascia y as eslulas ce los demas sistemas, corporales. 'BYD rot Los argumentas expuestas en este capitulo se resumen de forma més somera en: Fosoie! Tenses, dis+ ponible en wxow.anatomytrains.com. snecesario senalar que este capitulo presenta un punto de vista, un conjunto concreto de argumentos que cont buyen ai cancepto de vias anatémicas, ¥ no constituye de ninguna manera una reacion completa de los papeles 0 Ja trascendencia de la fascia. Agus, nos centraremos en la ‘geometria, la mecénicay la dsposicién espacial, y solo de Forma somera hablazemas de la quimica, Nos preocupa el papel fisiologica de la fascia como sostén en la postura y el movimiento, por lo que evitaremos por completo cualquier discusién sobre patologia. Haremos referencia a otras exce- lentes y variadas deseripeiones para elector interesado; e5 posible que el lector mas interesado por el aspecto clinico El mundo segun la fascia prefiera saltarse este entremés ¢ ir directamente al plato ‘principal, que comienza en el capitulo 3 «Benditos sean los lazos que nos unen»: la fascia mantiene unidas nuestras células En este planeta, la vida se construye sobre una unidad ‘sica, a célula. Aunque es fécilimaginar grandes masas de proioplasima indiferenciado, per tremendamente orgarti- zado, estas no existen, salvo en ciertos moldes de érbol des- conocido en las mentes de los escrtores de cienciafieidn, Existe vicia en este planeta desde hace unos 4.000 millones de aitos, y durante casi la mitad de ellos, todos los onganis- mos eran unicelulares ~ al principio, como simples protistas procariotas, que aparentemente se combinaron mediante Simbiosis para dar lugar a la conocida célula eucariota ~° Todos los denominacos animales «superiores» - inchuyendo Jos humanos, objeto de estudio de este libro ~ son agrega- dos coordinados de estas complejas y mintisculas goticulas de bioquimica integrada contenidas en un medio liquide en constante movimiento (atin somos agua en un 70%), rodeados cle membranas en constante cambio, todo ello o lo. sentramado de tejido conjuntivo» o por la «mate? extra celular» de Gray; aqui optaremos por con el términe mas es seneillo «fascia»,) ‘8s un concept que tiene su ongen en petpo humane. Reproduce oon autosecion de Saunders J La denominacién del tejido conjuntivo es claramente ‘Mab C. Dover Puleaens; 1973) acertada. $i bien es cierto que las paredes de tejido actian 5 Fig. 1.6 Corto vensvercal dl muiso, estado del Visble Huma Project de a Natonal Lp ne por detrey Urn. La olsica 02 (A) nok el mscuo yl fascia enrisal pero ro eras Flas capas de teido conto xo que se mucstan al fig. 1.24) La stad (B) nos de us primera dea (que prose el sistera tac ce alse loony Stem del resto det cuerpo. awa Leary of para dirigi ls liquidos y crear bolsillos y tubos diferencia dos, las funciones dirigidas ala vineulacisn sobrepasan cla ramente a sus funciones diferenciadoras. Une cada célula del organismo a las células vecinas e incluso conecta, como vveremes, la red interna de cada cétula al estada mecénico de todo el cuerpo. 4 nivel fisioldgico, segtin Snycler,” tam- bin sconecta las numerosas ramas de Ia medicina» Fs posible que parte de su naturaleza conectiva radique fen su capacidad de almacenar y transmitir informacion a través de todo el cuerpo. Cada cambio de presion (y a ten- sion acompanante) en la MEC provoca que el entramado semiconductor liquido y cristalino del coligeno humeco ¥ otras proteinas generen sesales biceléctricas que refle- jan de forma precisa la informacién mecénica original." Segiin Becker, el sistema perineural es un antiguo paralelo, importante para el concepto, mas moderno, de la conduc ign a lo largo de las membranas nerviosas.” Aunque existe una cierta diversidad celular dentro del sistema del tejido conjuntive, donde encontramos Peter Hing, PD. Facute ceritrocits, leucocitos, fibroblastos, mastocitos, neuroglio- tos, melanocitos, adipocitos y osteocitos, entre ottos, son los fibroblastos y las células relacionadas los que producen Ia mayoria de los elementos fibrosos e intefibrilares de cesta asombrosa y funcional variedad. Y es a la naturaleza dle estos elementos intercelulares a la que ahora dirigimos nuestra atencién, El elenco de actores del tejido canjuntivo se recoge en tuna lista corta, dado que no vamos a analizar la quimica dle sus multiples variantes menores. Existen tres tipos biisicos de fibras: el colageno, la elastina y la reticulina (fig. 1.9), La reticulina es ana fibra muy fina, una forma inmaduira de cokigeno que predomina en el embrién, pero que en el adulto se ve reemplazada en gran medida por el colageno. La elastina, como indica su nombre, se emplea fen areas donde es necesaria la clasticidad, como la orej, la piel o ligamentos especificos. El coldgeno, con mucho, la proteina mas abundante del organismo, predomina en la red fascial y es {acilmente visible ~ de hecho, inevitable en cualquier diseccién incluso en cualquier pieza de arne. Existen alrededor de 20 tipos de fibras de coldgeno, pero no nos interesan sus diferencias, sino el tipo I, que es, con mucho, el més generalizado en las estructuras que nas interesan. Estas fibras estan compuestas por aminodcidos que se ensamblan como piezas de Lego® en el reticulo cendoplismico y en el aparato de Golgi del fbroblasto para luego salir al espacio intercelular, donde adoptan espontineamente (en las condiciones que se describen a ccontinuacién) diversas disposiciones. El hecho de que la transparente cémnea del oj, los fuertes tendones del pie, el tejido espongiforme del pulmén y las delicadas membra- nas que rodean el cerebro estén todas hechas de colégeno nos da tna pista acerca de sus multiples utilidades, 7 18 La sustancia fundamental es un gel acuaso compuesto [por mucopolisacaridos o glucosaminoglucanos como écido hialurénico, sulfato de condroitina, sulfato de queratina y sulfato de heparina. Estos coloides con forma de helecho, que forman parte del entomo de casi todas las células vivas, captan agua de tal forma que permiten una facil dis- tribucion de los metabolites (al menos, cuando los coloi- des estin suficientemente hidratados) y participan en Ia barrera inmunitaria, ya que son muy resistentes a la dise- ‘minacion de las bacterias. Producido por los fibroblastos y Jos mastocitos, este proteoglucano forma un «pegamento» continua, pero tremendamente variable, que ayuda a los billones de diminutas goticulas que son las células a man- tenerse unidas al tiempo que siguen libres para intercam- biar la cascada de sustancias necesarias para la vida. En tun rea activa del organismo, la sustancia fundamental cambia constantemente de estado para cubrir las necesi- dades locales; en una zona sen pausar 0 «quieta», tiende 1 deshidratarse para hacerse més viscosa, mas gelatinasa y convertirse asf en un depésito de metabolites y toxinas. Fig. 1.8 Esta morootogratia muestra con absolutacaridad el ‘ropecolagena que sale de los flroblasos para comibnase con lamolecula de colagero de tes flamentos en la pete irc. Tambien hay fbresfexbies de elastin, qe eparecen en emarilo,y ‘ras de retculna, macho mas paquets (© Prof. P Mlcta/Science Photo Library. Reprodcido con autorzacion) El liguido sinovial de las artculaciones y el humor acuoso del ojo son ejemplos de emplazamientos en los que la sus- tancia fundamental puede verse en grandes cantidades, pero pequeiias cantidades de la misma se hallan distribui- das por todas las partes blandas. Cémo construir un organismo Para mantenerse en pie y caminay,el ser humano necesita compleos materiales de construccién de muy distintos tipos. A modo de experiment, imagine que vamos a cons- truir un cuerpo con el material que se puede conseguir en una fereteria local o en un almacén de materiales de cons- truccidn. Imaginemos que ya hemos contratado a Apple® (por supuesto) para montar el ordenador que lo controle ¥¥ que ya tenemos minisculos servomotores para los miis- culos, pero gqué necesitariamos comprar para construir un ‘modelo realy funcional de a estructura corporal? En rest+ men, 2qué clase ce materiales estructurales pueden mol- ear las clas de tejido conjuntive? Es posiole que piense en madera, tuberias de PVC 0 cerémica para los huesos, silcona o algin tie de péstico para el cartlago, cordel, cuerda y cables de todo tipo, Bisagras, tubos de goma, algodén para ocupar los espa: cis vacos, film transparente y bolsas de plistico para sellar estructuras, aceite 0 grasa para lubricar las super- Ficies movies, cristal para la lente del ojo, tela y sacos de plastco,flteos y esponjas de varias clases. Pero gdénde estariamos sin veleo y cinta aislante? ‘Aungue la lista podria continuar, Ia idea ya ets clara: las elulas del tjdo conjuntve establecenrelaciones bio= logicas entre estos y otros materiale, jugando de forma creativa con las funciones celulares y los dos elementos de la MEC: Ia resstente matriz fibrosa y la viscosa sus- tancia fundamental. Como veremos, aunque en realidad las fibrasy la sustancia fundamental forman un espectto continuo de materiales de construcci6n, se emplea con frecuencia la distincign entre los dos (las fibres colagenas insolubles y los proteoglucanos hidilos).5i bien es certo que la MEC, tal y como veremos en el apariado sobre ten- segridad, también continia a la matriz intracciular, de momento resulta il marcar la distincin entre lo que se encuentra fuera dela célulay lo que se encuentra dentzo.!© a tabla 14 resume las modifcaciones que las eélulas realizan en las fibras y los elementos interfibilares del Tipo de tejido Célula Tipos de fibras (proteinas_Elementos interfibrilares, sustancia fibrosas insolubles) fundamental, proteinas con capacidad hidroscépica Hueco ‘Osoosto, otebesto, — Calgeno Foomplazados por ass mineral, caonaio oxteocasla edlcoy fatto cation ccatago Cones geno y asta Sulalo do concrsira gemento roto Cation astra) Mir carded potsogucanos eto tras Tern Ferebiasto Casper Miri antec protsogucaros ete as eas Aponenrosis —Febiasto, Fedde cligano ‘Algros protoogucanos rasa scpccta Cassgeno Mas poteogucanes Faroblasas,leucostos, pos y mastoctos -yleucoctios Tao conuntvo axe Senge Coiageno y dastina Frinégono {Las células de tide conjuntivo elaboran una asombroca varadad de materiales de consi interferes La labia racoge nioamanta ls pencpalas pos de tj Imada de fibras y er sido a mas quo, Canticad sgnificatva ce protecghicanos 1ibn mediante la modicactn do una vaneded ‘Congntvosestracturles. de mas. {gjido conjuntivo para elaborar todos los materiales de construccién necesarios para nuestra estructura y nuestro movimiento. Pongamos un ejemplo habitual que nos ayude a enter der Ia tabla: Jos huesos que ha encontrado en el bosque (© que ha visto en sus clases de biologia (suponiendo que tonga la edad suficiente como para haber trabajado con lun esqueleto real y no con uno dle plistico) son tan séio la mitad de un hueso. En realidad, la estructura dura y que- bbradiza que denominamos hueso es tan solo una parte del ‘material que compone e] hueso original: las sales cilcicas, el componente interfibrilar en a tabla. El componente fibrila, el colégeno, se ha deshidratado 0 desecado en el hhueso en el momento de su proparacion; de lo conteatio, se descompondria y apestaria Es posible que su profesor de ciencias Te ayudara a tentender esto sumergiendo un hueso fresco de pollo en inagre y dejéndolo a remojo, en lugar de eocinarlo, Tas tun par de dias a remojo, y tras cambiar el vinagre una o dos veces, podré ver un tipo de hueso muy diferente. La acidez del vinagre disuelve las sales cileicas, dejando finicamente el componente fibrilar del hueso, una red ccoldgena indefinida con la forma exacta del hueso origi- ral, pero més similar al cuero, lo que le permitiia hacer tun nudo en e! hueso. Por supuesto, el hueso vivo cuenta ‘con ambos componentes, combinando ast la resistencia del coligeno a las fuerzas de tensidn y cizallamiento con la resistencia de las sales minerales ala compresion, Para complicar atin més la sitvacién {coma siempre), la pproporcidn de componente fibroso y sales ccicas cambia a lo largo de la vida. Fn un nifio es mayor la proporcién de colégeno, por lo que seri menos frecuente la fractura de Jos huesos largos, que tendein mayor resiliencia frente a la tensién.”” Cuando se rompen, a menudo lo hacen como una rama verde en primavera (ig. 1.94, fracturandose en el lado que se somete a tensién y arrugiindose como una alfombra en el lado somotido a compresién. Es dificil que un hueso joven se rompa, pero también es complicado volver a ali= nearlo adecuadamente, aunque con frecuencia se suelda con a Fig. 1.9 (A) E hueso joven, con un mayor canter en fos se acura como una rarra vedo (B)Elhuesoarciana, con un Contenido de apsta cakica proparionalmant may, se omp= {Como ur rama sca. (Reprediedo oon auterzacen de Dandy 188) suficente rapide gracias a la capacidad de respuesta det ‘organism joven y ala predominancia del cogeno. Por elcontrario, en un anciano, el coldgeno estar dese zgastado y deterorado y, por tanto, lz proporcin de sales Iminerales sera mayor, por lo que es probable que el hueso se rompa como tuna de las ramas vijas de la base de un pino (fg. 1.98), atravesando el hueso en una fractura lim- Pia. Es facil colocarlo de nuevo en su sitio, pero su cura «ion es tii, precisamente porque es la red de coldgeno la que debe ceuzar la factura y entretejerse primero para -proporcionar a las sales edeicas un armazén floroso a par tir del cual rollenar el hueco y reconsteuir un apoyo firme frente ala compresin, Por esta raz, es fecuente la colo- cacién de clavas en las fracturas 6seas de los ancianos: estos fcilitan un contacto firme entre las superficies que concede a la red de coligeno el tiempo necesario para vol- vera unirse através de la factura Del mismo modo, los distinos tipes de cartilago apenas si eflejan las distintas proporciones de los elementos que 10 componen, Elcatilagohislino ~el dela nasa, por jemplo~ representa la distibucién estndar entre el colageno y el sullfato de condroitina de consistencia similar ala slicona EI cartlago elistico ~ como el de la oreja ~ contiene una mayor cantidad de fibras amaills de elastina en Ta con droitina, El fibrocartlago, presente, por ejemplo, en la sin- fisis del pubis o en los discos intervertebrales, cuenta con tuna mayor proporcién de calégeno,fbroso y resstente, en comparacion eon la cantidad ce conciroitina gelatinosa.® De esta forma, pociemos ver que el hueso y el cartlago son. formas paticularmente densas de tejdo fascial es deci, NO se tata tanto de distintos pos de tjdo como de una cife- rencia en el arado de densidad del mismo tid. En cuanto ala gras, el profesional experimentado reco- nocerd que algunas grass faciitan el acceso de la mano del teapeuta, permitiéndole acarvar Ins capas que sub- yacen al paniculo adipose, mientras que otras grasas son menos maleabes y parecenrepeler Ia mano del profesional 1 resislir los intentos de actuar a través de lla. (Sin iempi- ‘ar ningtin tipo de preicio, vienen a la cabeza algunos ex jugadores de rugby conocides por el autor) La diferencia no radica tanto en fa composicién quimica de la propia grasa como en la proporcion y la densidad del panal de colageno ‘que constituye la fascia que rodea y sostiene los adipoctos. En resumen, las clulas del tejdo conjuntive cubren la necesidad combinada de flexibilidad y estabilidad de las estructuras animales, mezelando una pequena variedad de floras (compactas 0 laxas, dispuestas de forma regular 6 irregular) dentro de tna matriz cuya consistencia Varia desde bastante liquida hasta s6lida y cristalina, pasando por viscosa o plastica Plasticidad del tejido conjuntivo Aunque la metéfora de la construccin nos sirve en cierta medida para mostrar la variedad de materiales que el tejido conjuntivo tiene a su disposicion, se queda corta ala hora de reflejar la versatlidad y la capacidad de respuesta dle la matriz incluso después de su elaboracién y salida al espacio intercelular. Las células del tefido conjuntive no ‘solo fabrican estos materiales, sino que también se reorga- nizan y reorganizan sus propiedades - por supuesto, den- tro de unos limites ~ en respuesta a las diversas demandas {que les imponen la actividad individual y las lesiones. (Como es posible que elementos intercelulares supuesta- ‘mente cinertes» cambien en respuesta a una demanda? ” 0 i Fumrcareciica > delomactn estucural > fect lectin Fig. 1.10 -Practicamanta todos lo tos dt orgenismo generan campos aloes cuando se ven sematids a compresin a taccion [ee son] representatives de las fuerza que actien sobee las tds atactads .,] que cartenen informaciin sobre la Patualea exact Gf os mevimlantos quae astan proceso] Una des unelones de asia iermacia eset contol dof forma (schman 2000, ‘fg. £2. (A ness de tension en una repadiasion del femur sometiso a ura carga, (Rerdldo con autrizadin de Willams 1905) {B) Cunieulrfverza mecénica que provoaun una deioemacion estructural produce un efecto plezceotrio equnalente, que se dsiuye 3 continuaecn poral sistema da tego Conjunto. Raproaucso respuesta a las fensiones incidusios, Reprocicico con autoriza Es importante entender el mecanismo de respuesta y remodelacion del teido conjuntivo si pretendemas intluir fen Ia estructura humana y su movimiento. Siguiendo con la metifora un poco mis, el cuerpo humano es una inge- nniosa «construccida» que se mueve con facilidad, se repara fen caso de dao e incluso se reconstruye, tanto a medio coma a corto plazo, para responder a Ins distintas «condi- ciones climéticas», como un viento persistente, un tifén 0 tuna sequia prolongada, La tensin que soporta un material deforma, aunque sea sélo ligeramente, ese material, orzancio» las uniones entre Jas moléculas. En cl material biol6gico, entre otros, esto ‘genera una suave corriente cléctrica a través del mismo Cconocida como carga piezo-(presisn) eléetrica (Nig. 1.408 y 8). Las eélulas que se encuentran en las preximidades de cesta carga pueden «leerla» y las células de! tejido conjun- tivo son capaces de responder aumentando, disminuyendo ‘© modificando los componentes intercelulares de la 20na. Por ejemplo, en casi todos los individuos, la cabeza del {femur esta compuesta por hueso esponjoso y poroso. Un anélisis de las trabéculas de interior del hueso muestra que su disefo, Brillante 2 los ojos de un ingeniero, resiste las fuorzas que se transmiten desde la pelvis hasta la diafisis ne Wiiams 1985 ) ‘Oscrman 2000) (G)Trabeoulas oases formadas como del fémur. Esta disposicién mantiene a los huesos mas ligeros dentro del margen de seguridad y puede expli- carse fécilmente por la accién de la seleccién natural, Pero Ja situaci6n es més complicada de lo que parece; el inte- ror del hueso esté moldeado no s6lo para responder a las necesidades de la especie, sino también a la actividad y la forma individuales. Si practicéramos un corte transversal dle femur de des individuos que hayan adoptado posturas y hébitos diferentes, veriamos que las cabezas femorales Prosentan trabéculas ligeramente diferentes, especifica- mente disenadas para resistir mejor las fuerzas caracteris- ticas generadas por esa persona especifica (fg. 1100). Esta es la forma en la que el tejido conjuntivo responde a la demanda. Sea cual sea la demanda a la que someta sia organismo — un ejercicio continuade o la plena dedicacién al «sillon ball», correr 30 km a la semana o agacharse 50/h semanales en un arrozal -, los componentes extracelulares| que se encuentran en el camino de la tension se modifican para cubyrir esta demanda, dentro de los limites impuestos por la nutricién, la edad y la sintesis proteica, FE concepto de las corrientes piezoeléctricas facilta la comprensida de este aparente milagro de remodelacién adaptable de los elementos intercelulares. En el interior y alrededor del hueso existe una comunidad, escesa pero ‘activa, de dos tipos de osteocitos: los osteoblastos y los ‘osteoclastos. Cada uno de ellos se pone en marcha con una funcién sencilla: os osteoblastos construyen nuevo hueso; los osteoclastos destruyen el hueso viejo. Los osteoblastos pueden construir nuevo hueso donde quieran, eso sf, siem- pe dentro del periostio. Los osteoclastos pueden actuar en ‘cualquier hueso, excepto en aquellas partes con una carga ppiezoelécirica (someticas a una fuerza mecdnica) Permita aque las eélulas actien segtin estas reglas durante algiin tiempo y obtendra una cabeza femoral diseRada especifica- mente pata resistr las fuerzas individuales que la atravie- san, al tiempo que es capa de modificarse (disponiendo de lun Gierto tiempo de reaccin) para responder a nuevas fuer- 2as, cuando se aplican de manera habitual. Este mecanismo explica cémo aumenta la resisten- cia de los huesos de los pies de los bailarines durante un campamento de verano dedicado al baile: el baile con- tinuado provoca un aumento de las fuerzas que generan el aumento de las cargas piezoeléctricas; estas reducen la capacidad de los osteoclastos para retirar el Aueso, mien- tras que los osteablastos siguen construyendo; el resultado es un hueso més denso. Fsto también explica, en parte, por qué el ejercicio es itil para los individuos con osteo- porosis incipiente: las fuerzas creadas por la sobrecarga Ue los tejidos sieve para reducir la absorcién osteoclastic. Encontramos el proceso contrario en los astronauitas y cos- _monautas privados de la fuerza de la gravedad que genera en Jos huesos la carga derivada de la presin: los osteoclas- tos se van de vacaciones y, de vuelta ala Tierra, los héroes necesitarén sills de ruedas para salir de sus naves y hasta ue sus huesos se hagan menos poroses. Esta extraordinaria capacidad de responder a las demandas es la responsable de la amplia variedad de for ‘mas articulares presentes en la especie humana, a pesar de Nowa A Feria Espooneshiperrens 8 Fig. 1.11 incluso los huseos nuodon modilicar su forma dento de Caras limites, aiadendo 0 elminando masa dsea, en respuesta alas fuezas mecéricas que los rodan.(Reproducido Con Auiorzacien de Oschman 2000) las imagenes convencionales representadas en la mayorta de los tratados anaidmicos. Un estudio reciente detalé las diferencias distintivas en la estructura de la articulacién subtalar Se pueden observar diferencias menores en todo cuerpo. En la figura 111A podemos observar una vértebra {ordcica «normal. Por otto lado, la figura 4.118 nos mues- fra ol cuerpo vertebral deformaco,a causa de la demanda de remoxilacion impuesta por la presin segin la ley de ‘Wolff y la formacion de espolones hipertesficas a medida, que el exceso de tensién separa el periostio de los mtisculos| ¥ tejidos conjuntivos adyacentes (los espolones calcéneos én el capitulo 3). A menudo, una fractura que no se suelda, puede solucionarse creando una cortiente a través de la fracture, reproduciendo la corriente piezoeléctzica normal, a través de la cual el coligeno se orienta comienza el pro- eso de relleno del hueeo, que continua las sales ccicas| hasta alcanzar la curacion.** Fete mismo proceso de respuesta tiene lugar en toda la red ‘byrosa extracelular, no inicarente en el interior de los hue 0s, Imaginemos a una persona que desarrolla, por el motive que sea (p. ¢, miopia, dopresion, imitacion o lesion), el «lisico weneorvariento»: a cabeza se desplaza hacia dante, el pecho desciende y la espalda se arquea fig. 1.12). Algunos| _tisculos dela espalda serén los encargados de evitar que la cabeza, que suporee como minim una séptima parte del peso corporal en la mayoria de las adultos, caiga ain més hacia ddelante. Para ello, estos misculos deberin permanecer en contracisn isométrica o excentria (carga excéntrica) durante todas y cada una de las horas de vgiia del individuo, ‘Los misculos estan disehados para contraerse relajarse alternativamente, pero estos miisculos en particular esta- rin sometides a una fensién constante, una tensién que no les permite disponer de su capacidad completa y favorece «eldesarrollo de puntes gatillo, Esta tensién también genera ‘una. carga piezoeléctrica que recorre la fascia localizada Fig. 1.12 Cuando se fuerza a posta do los segmentos corporaes y se exige los miscuos que mentsngan posicones tstticas ya se mantengen convaisos en cslonson ebioquea largo) 9 en acertamienta (ebloquse coos, vernoe un intenseacin de las uniones resraies y dal thotropismo dla ‘matiz extracskiarctoundento EC), Fig. 1.13 (A) La MEC ost dsorada para pert la ciculacion, relvamente fbre, de metaboltos dasda a sangre has a oot y \iceversa meciantolaceulacién del iauido tors y aif. (6) a tension mectnicaerdrica en un érea provoca un mayor Cepdsto de fevas coligenasy une maner Ndratacion de sustanci undamertal dels MEC: a consecuencia de ambos facteres,cletas celles dels eremolinas» peovocados por el aumento de fe maz recben menos muitos. dentro y alrededor del miisculo {ya menaido, se extiende ten ambas direcciones a lo largo de los meridianos miofas- ciales). Bésicamente, estos musculos © porciones muscula- res deben actuar como correas (ig. 1-194 y B) El misculo, elongado, intentara recaperar su longitud de reposo antes de rendirse y ahadir mas clulas y sare rmeros que rellenen el huevo.” Si estira la fascia répida- mente, se desgarraré (esta es la lesiin mas frecuente del tejido conjuntivo). Si el estiramiento se produce de forma progresiva, se deformaré: modificaré su longitad y man- tend ese cambio, Esti lentamente una bolsa de plstico para observar este tipo de plasticiad: la bolsa se estirara $y, cuando la dj, el drea estirada permanecers sin recupe- zarsu forma, En resumen, el miisculo es eléstico y la fascia es pléstica®” Aunque esta constituye una generalizaion iti paral ferapeuta manual, no esestritamente ceria. Asi, algu- nos teidos fasciales, como la ore, euentan con una mayor proporcién de elasina que confer a este teido no muscular luna ciertaelasticidad y maleabiled. Por otro lado, algunas disposiciones de colageno puro tienen propiedaies elasticas gue permiten el aimacenamiento de energia durante la exten- sin y la vuelta al acortamiento «a cambio» de esa energia Por ejemplo, el tencén de Aquiles se ajusta a estas normas; asi, se ha demostrado que cuando el ser humano camina 0 corre se produce la contraccién isométrica del trceps sural (ble y gastrooemio}, y es el tendén el que sigue une secuencia cclica de elongacién y acortamiento:® * ‘No se conoce en profundidad el mecanismo de defor- rmacién fascial, pero una ver deformade, no se recupera inmediatamente. No obstante, con el tiempo y en las con- diciones adecuadas ~ p. gj, aproximando de nuevo las dos superficies fasciales y manteniendo esta aproximacion ~ elaborara nuevas fibras que reunificarén el érea:" pero esto no es lo mismo que la recuperacion eléstica del propio tejido. Es fundamental entender bien este concepto para aplicar con éxito la manipslacion fascial secuencial. Segtin nuestra experiencia, los terapeutas en gjercicio hacen fre cuentes afirmaciones que denotan la ereencia subyacente de que la fascia es elistica © de contraccién voluntaria, 2 pesar de que «saben» que no es asi. La plasticidad de la fascia es la esencia de su naturaleza, st. regalo para el cuerpo y la clave para desentrafar sus pautas a. largo plazo, Retomaremos la contractilidad y la elastcidad de la fascia a nivel celular en el apartado sobre stensegridad» més adelante. Volviendo @ nuestro encorvamiento: finalmente, los fibroblastos de 1a zona. (junto con otras células progenito- as mesenquimatosas o fibroblastos que pueden migrar hhacia all secretan més colégeno dentro y alreciedor del ‘muisculo para reforzar la correa. Las largas moléculas de coligeno, secretadas al espacio intercelular por los fibro- Dlastos, estan polarizadas y se orientan como la aguja de uuna brojula a lo largo de la linea de canga piezoeléetrica; en otras palabras, alo largo de las lineas de tensi6n (fig. 1-14). Se unen entre ellas con multiples enlaces de hidrégeno a ‘través del pegamento interfibrilar (proteoglucanos y sus- tancia fundamental), formando una matriz rigida, similar ‘ una correa, alrededor del masculo, 1a figura 1.18 ilustra muy bien este fendmeno, Muestra tuna diseccion de algunas de las fibras fasciales que reco- "ren la superficie del esternén entre los dos pectorales. Si comparamos las fbras orientadas desde cl extremo supe- Hor derecho hacia el exteemo inferior izquiendo, podre- ‘mos observar que son més densas y fuertes que las que se orientan desde el extremo superior izquierdo hasta el extremo inferior derecho, Esto significa que era mds fre- cuente la presencia de tension en esa direccién, tal vez porque el individuo era zurdo o bien, a modo de absoluta fespeculacién, era un conductor de autobds de una gran ciudad que tisaba sobre todo la mano izquierda para con- ucir. Esta tension provocaba lineas de piezoelectricidad 2 las que los fibroblastos respondian depositando nuevo coligeno que se orientaba a lo largo de estas lineas de ten- sion para aumentar la resistencia. Entre tanto, el muisculo, sobrecargado y desnutrido, puede presentar una disminucién de la funcionalidad, dolor asociado a puntos gatillo y debilidad, junto con un aumento del tixotropismo en la sustancia fundamental ircundante y un incremento de la toxicidad metabolic. Afortunadamente, y esta es la base de Ia integracién estructural, el yoga y otras terapias miofasciales, este pro- eso funciona bastante bien a la inversa: a tensin puede reducirse mediante la manipulacin o el ejercicio, la fascia se reabsorbe y el muisculo recupera la totalidad de su fun- ign. Sin embargo, para la adecuada resolucién de estas situaciones son necesatios dos elementos que pueden lograrse mediante el movimiento o la manipulacisn: 1. una reapertura del tejco en cuestién, para ayudar a restablecer el flujo de liquidos, la funcién muscular y la conexi6n con el sistema nervioso sensorial y motor, 2. una reducciéin de la traccisn biomecsiniea que provocs la sobrecarga del teido en un primer momento, Si slo ests presente uno de estos elements, los esta dos serén temporales oinsatisfactorios. El segundo punto nos insta a minar mas all de sahuyentar el dolor» nos recuerda la advertencia de la eminente faiterapeuta Diane Le: «Son is vietimas ls que gritan, no los crimina- Jes», Atencter las vicimas y pila alos gamberros locales es el objetivo del panto 1; persegui al «pez gordo» es el fin del punto En el encorvamientorepresentado en Ia figura 4.12 (con reminiscencias del sindrome cruzado superior de Viadimir Janda’), os miscuos de la region dorsal del cuelloy la region superior de los hombros se habran fensado, fbro- tado y dstendido, por lo que serénecesaia una inkerven- ion, Pero serénecesario abordar primero, mediante tna

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