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14 La opcién fundamental La responsabilidad humana De todo lo dicho hasta ahora se desprende con claridad que toda pet- sona experimenta una llamada frente ala que tene que sentrseres- ponsable. Los valores éticos, por una part, y las exigencias persona, les, por otra tanto las que provienen de la situacién conereta como las que tiene su origen en ls vocacion peculiar de Dios cada uno-, nos Invitan @ un determinado comportamiento. La responsabilidad es jus tamente la capacidad que tiene el indviduo de responder a tales inv taciones. Alli donde no existe este pader de respuesta tampoco hay capacio para lt moral. Sie ser oman reacsionase y actuara en de un ‘modo exclusivamente determinstao estuviese programado en su ol2- Tidad segin unos esquemas de comporamien ajenos a su decision ‘oluntara, nos hallarfamos ante unser irracional ante un robot, que nada tiene que ver co la naturaleza de una persona. De ahi la urgencia de reflesionir, como se hacia en todos los ‘anualeselisicos, sobre los actos huatano, uno de ls tratados que, junto con el del fin dtimo, el de la conciencia y el de Ia ley, formaban parce de la moval fundamental. Mienras que los actos del hombre se fealizan sin intervencién del entend:miento y de la libre voluntad, como los procesos bioldgicos y sensitvos o aquellos que se efectian de manera espontinea, sin la debide reflexiGn o en estados menos conscentes 0s actos humanas, por st parte, se caraterizan por nacer 4e un conocimiento suficiente y una libertad que posibilita Is propia (Le 10,42), Como el eényuge que se ha easado por un mezgui no interés econémico y no quiere aceptar su motivacién verdadera, Sino que intenta convencerse asf mismo de la autentcidad de su amor ‘mostrindose especialmente caifoso. A OFCION FUNDAMENTAL 78 Lo mismo cure con Dios. Ciertas prcticasreligiosas y buenos seatimientos pueden ocular una lejania de hecho, haciendo creer gue. Se Te-ama por eacima de todo, cuando en realidad existe una vincale ‘én mayor con ottos valores qe Te ba Ia primacia, aunque no de forma explicia del todo consciente. Si Fl es Yo primero, fa acutud fmt Tos valores éticos ha de se postiva y manifestase, a su ve2, en clos concretos acordes con Jas exigencias morales. NO responder a Sxtallamads sigufica que en la prtica, aunque se finn otra cose de paler, existe algo gue de ordinario, 0 al menos en este momento Fesulta mis atractvo,y por ello nos dejamos seducir por su apariencia, ‘Decirsimplemente que s, sin ser despues consecuentes en la realidad ‘Selo heshos, noes cumple con la voluntad del Pace (Mt 21,303), ‘La madurez indispensable La seriedd de una open semejante hace que étano sea posible pare tuna psicologia infantil o todavia demasiado inmadra. Eno tan solo tt dando sus primeros pasos educativos, que fo preparan para poder tomar dicha upcign con posteroridad. Incluso, durante ese proceso, post efectuar pequeias opciones, como etapas previ alos momen- Temas devisives, pero matcadas sempre por las caacteristess de una persona que todavia no puede tener una responsabilidad mayoe, figuicra para la realiacion del bien. Su enteza a Dios nace de una ‘huena vountad, pero que no deja dese infant, al estar enormemente ‘ondicionads po a educacion ye] ambiente en que se mveve. Catalo- furl de este modo no supone nega Ta importancia, el encanto y hasta ErNaloe religioso que encier, sino conocer el alcance que tienen en estos ailos los elementos psicol6gicos que la condicionan, Lo mismo habia que dcit, con toda coherenca, sobre la posi: dad de romperla durante este proceso evoluivo. Lo cual significa, ticho con otras palabras, que defender Ia posibilidad de une ruptora irave con Dios parece demasiado injusto e incomprensible. Ningin Feicélogo se atrevera a exigit una grave responsabilidad mientras no E> haya alcanzado la madarez indispensable para una decisin tan Jmporante y trascendente, del mimo modo que ningén eédigo penal ccondena @ muerte aun nifo, por muy grande que sea le accion que haya podido cometer Lo de esis, cuando habla sobre laefcacia de le peti, seria también apicable& este caso: ePues si vosotos, siendo halos, subeis dar cosas buenas. cudnto més vuestro Padre que esté fn los cies! (Me 71). Si os hombres tenemos comprension 290 HACIA UNA NUEVA VISION DFLa rica custIAN benevolencia para con los fallos cometidos a esa edad, Dios seré mi ‘ho mis comprensvo y benevolente en las ismas circunstancas. ‘To eul tampoco significa que durante ese periodo no hay espacio para la culpabilidad, a falta y Ia negativa al amor, lo hay, pero siempre an nivel y con unas earacteristicas que impiden consideraras como raves, Ni siguiera hay que dismipuir la tascendencia de esa conduc: {primera para una opeién posterior, pues ya hemos dicho que su iénesisy crecimiento se efectia através de ess peuedias respstas ‘ negativas, que posibiitan un dia el encuenteo més profundo con Dios ‘ol rechazo de st amistad. [Nadie pede saber con precision en qué momento se da esa mad rer indispensable, ni creo tampoco que Ia predcupacion deba cenrase ‘en conocer con exactitud el momento justo en que se realiza. Lo impor ‘ante es preparar ala persona para que un dial eve a efecto, aunque sea de una manera mas © menos implica. La edad eronol6gica noes, Siemapre el factor mis importante, ya que ots elementos psicoligeos intervienen con mayor fuerza. Ciertos criti servirin de ayuda, sin ‘que aporten Ia evidencia que algunos desean, Pero To ques es claro es due, en cicunstancias normales, esta miaduracia no se alcanza antes de Ta adolescencia Imposibitidad de un cambio continuo y frecuente Una ver que Ia opcin se ha realizado en serio y de manera adit, ‘ea tambig ptcoldgeamente imposible un eambio continuo 9 fe nent. Die at quero verse dal sor conyugalen Ie revetion ome sinbolo ds Is relacons mutase deset manene con lot tembres. Ahora bien, cundo eit ee smorprofindo 0 una reac de uténica amistad, se manne al menos tna cleta pemmanencla stable, que imple un ritmo ea constant de peeadocomersin. Las sone le hat ts aon vos persons sin tn grado miaimo de madracionpiclics gue Ia Fimeca sea eferet, de acuerdo cons expernsa wna de eat, tna ete sincera ycomprometid no se deste de font peta. Santo Tomas orev texto formidable para quem silos extraiea ante un planteanto del mds pra clos elisia: «Aunque por un pesado moval se per a rai, in embargo, i gracia nose pede Fecimente, pues qu la pose no le reall i realizar exe ato por lncopeidncontais qe ene» (De verte, 27,1389). Ein exe cone, habia qo relates mis fondo el hecho de sos ambi repertinos fects. Cvando ee proceso se man {OFCION FUNDAMENTAL 21 fiesta en una serie de caidas y confesiones que se suceden de forma habitual, me parece que no cabe mds que esta doble ltemativa o bien ‘ses pecados no son subjetivamente graves, o bien la penitencia sacra mental no supone uaa verdadra conversién, Cualquier otra hipstesis no resulta coraprensibe ‘Como ya hemos dicho, la persona que ti decidido en serio su centega 2 Dios por encima de todas las cosas no puede volverse arés Ae inmediato y constaatemente. Sin embargo, es posible que todavia ‘eolezca, como consecuencia de sus habits anteriores, de una incap- Ciead para dirgir todos Tos actos concretos en_coherencia evm su fopaidn, La praca de Dios que perdone no hace desaparecer los con ‘ietos interns, fos mecanismos mds menos inconscientes, ls incina- ones condicionadas al mal, et es deci, ese rato de la pena que ain perdura después del perdGn, como frto y consecuencia dela culpa. La Hsin y el esfuerzo van oientados a conseguir un dominio total que per el momeato no tene,seguramente, el reién convertido. Son ges fos por tanto, que no expresan ni brotan de lo més profundo de su ser 1 no constituyen, por tao, un acto grave, plenamente human Seguin a divin apuntada poco antes, tales actos habia que aj tivarlos como Teves, supericiales y periférios, aunque se refieran a hina materia important, al 0 tener Ia riqueza de expresign ai a fer Zapara romper la conversiOn efectuada. El abandono iamediato de un ‘ndicionante anterior no se consigue siempre al primera, a pesar de Ta buena voluntad con que se intente, Lo fundamental, en e508 casos, feng ser presa de Ia preacupécién por os fallossinglares, sino seguir fovtleciendo y vigorizande la queva orientaciGn positva, hasta obte- net la integrecion el control deseados. Es lo que algunos han lama- ‘de una pastoral de crecimiento, que avanza hacia el ideal aceptado de ‘eraaa, aun en medio de las deficiencias que no han Tlegado a supe- arse por completo. ‘ero a segunda hiptesis tampoco debe exclise, En ocasiones, a confesin poss ser un simple requsito para acerearse ala Bucaistia ‘para libetasesuperfcialmente de un setimiento de culpabilidad que rmpestay hire el propio narcisism. Con ella no se opera una verda- {era conversion i se expresa un deseo eficaz de dare un nuevo rumbo fla vida. A lo mis, manifestaria la nostalgia de quien habriapreferido fetuar de otre manera, pero sin comprometerefieazmente el futuro en ‘ta ditecein. El sacramento de Ia penitencia se ha convertido en un ‘io demasiado fel, pues no implica, como en épocas pasadas, mayo: es difieltades que demuesten su autenticidad, La satisfaccién de ‘nvestas confesiones actuales, sin caer en el rigorismo antiguo, deberia Servir algo mis como prueba y testitonio del arrepentimiento festado y no quedarse en algo puramentesimbolico y descompromet dd, Aqut abria que dece también que tal gesto-el Hecho de confesar. Se-tampoco revst la densidad suciente para eletuar la conversisn, “Moralidad de la sitaciin: et significado del acto La importancia ética del acto habria que buscar, portant, mucho rs en la acti y Ia opeion que s van fraguando que en el gesto con reo que se realiza. Por eso es posible que el alejamieato de Dios ye. esprecio la indiferencia respeco de algunos valores fundamentals, texistan aun antes de cometer una seein considerada como gravemen- te pecaminosa. Esta situacidn pecaminosa se daria cuando Dios o un valoc determinado ya'no tienen para Ia persons ninguna vigencia 0 ‘eres, Sino se ha ido mas all enlapctia, es porque no se han dado a las cizcunstancias favorables para su comision. Como una persona asada, para la cual, aungue se mantenga por el momento fel a su mor, el eéayuge ya no es alguien nico e insustituibe. Su infidelided no surge el dia en que comete un alulterio, sino que tal hecho es esi toma y Ia revelacién, como la fiebre, de una enfermedad intera ya ‘contraida con anterordad. De la misma forma que ha podido frag ‘© una enitega a Dios y un compromiso con los valores sin haberse dado todavia un acto expliito de comversin. Tl sintonia hace posible, Drecisamente, que poco después termine efectuindose con una con- flenciae intencionalidad mayor. El pecado como acto, en este caso, constituye una llamada a la reflexion para reconocer, con realism y evidenci, Io que ya veatamos siendo o fo que éramos de verdad. aungue no ve quisiera admit, pues surge como conecuencia de un atandono paulatino que ba ido minan- do Ta opeisn anterior. De ahi le mportancia que deberisdarse en Ia prdctca al mundo de las omisines: la ausencia de aquellos actos sin ‘mayor relieve a primera vista, pero que son los que mantienen y den- ‘Sifian cualquier compromis. Sinellos la opeiéa fundamental se debi- lita de forma progresiva, hasta desaparecer por completo, aunque ‘muchas veces no se caiga en le cuenta de su destrucei6n hasta que un facto grave la manifesta, “Todo esto elimina sin dada h evidencia casi matemética que se tenia sobre la moralidad de los aztos humanos y el grado de conc! mientoy libertad que nos hace responsable. La obligaién de confe- ‘sar los pecados graves, con su nimero y especie, cre ls necesidad de : 5 ¥ LA OFCIOX FUNDAMENTAL, 2s ‘ata clasificac6n, que se mantwo como norma erientadora, aunque ‘Semasiado cosificada, EI interés se pona en la gravedad de la materia Yen Ins cualidades ticas del acto, para deducir despues su culpabil Gad y catalogurla ecuadamene, La lista de pecados graves § leves ‘offeeia una ayuda Segura para a valoraiGn de la eonducta personal ste juiio sobre la gravedad de una acc se ha hecho hoy mis com- plejo, pues en bastanies ocasiones el misma sujeto no llega a saber con ‘erie evil es st propia situaién, que sélo puede intuir por eiertos indicias de probahilidad.Y si la persona no llega a saberlo Con exc td, a pesat de sentir las props experiencias, mucho menos pod valorarse desde fuera, 'No eel momento de intentar& toda costa una mayor lucie? obj tiva, que nose consigue a base de consulas, ecturas¥ reflexiones. 1 ser humano acta siempre con una mezcla de laces y sombeas, de cobardlay esfuerzosincero, de condicionantes y libertad, caya fonts ‘4 permanece cubienta por la penumbra. La postura mis evangélica, ‘ues, consiste en abrazar con alegria esa dociaignorancia, hurley Sineer, de no tener miedo a desconocer delante de Dios eusl es aves tra verdaderasituuciGn, Slo El penetra en ese undo oculto y mite soso donde se entecruzan el ben y el mal en proporciones ian dite rates, sepin los casos y Tas cccanstancias, pero casi siempre de un modo tan opaco para nosotros. Es un esfuerza por colocarse ante Fl sincerament, sin condenarse cen exceso ni sense inocente con inge- ‘uidad. En ultimo término, sin saber lo que somos, esperando siempre ‘su perdi y abieros al carfi yal agradecimiento, No en vano, todos somos al mismo tiempo justos y pecadores, El tema del pecado Io ‘amnos a desarollr con mayor amplitud en el capitulo siguiente Bibliogratia ‘Anveach, J, eAlgunasrelexioes sobve moral y libertad: Teololay Vide 1401998), pp. 135-185, Boounto, L «Fundamenacion onolgica de la. ibertad psicoliyicas ‘Sapien 39 (1984), pp. 249.256 Damour, K, «Opcién fundamenals, en (VWAAA) Nuevo Diccionario de Teologia More, San Pablo, Made 1992, pp 265-1278 Dens, ©, «Caricter racional de i iberade: Sapientia 40 (2985), 5p. 9-12,

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