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1. memoria es algo de lo que solemos quejar- Por qué? gPor qué solemos decir sin pro- s «tengo una memoria horrible» y no afir- 's cosas como «soy increiblemenie estipi- Sin duda, olvidamos; a veces olvidamos © no somos capaces de reconocer a gente se conocimos tiempo atras, y mas frecuente- ite olvidamos sus nombres. No obstante, la oria de las veces no olvidamos eventos im- antes; si un novio no apareciese el dia de su sda, nadie le creeria si dijera que se le olvid6. Por eso, el hecho de no reconocer a un viejo conocido posiblemente nos esté indicando que so se trataba de una persona muy importante nosotros. La excusa mas usada es la de te~ er una pésima memoria. 4 lo largo de los capitulos de este libro inten- saremos convencerte de que tu memoria es ex- szordinariamente buena, aunque pueda fallarte 2 veces. Coincidimos con Schacter (2001), en relacién con lo que él define como los siete pe- .dos de la memoria, al aceptar que los pecados son las necesarias consecuencias de las virtudes nuestra memoria y que hacen que esta sea an rica y flexible. Tal vez nuestra memoria sea menos fiable que la de los ordenadores, pero éQué es la memoria? Alan Baddeley tiene una capacidad similar, es mas flexible y mucho mas facil de usar. Empecemos conside- rando el caso de Clive Wearing, que tuvo la mala suerte de perder gran parte de su memoria debido a una enfermedad (Wilson, Baddeley y Kaput, 1995). 1. gPor qué necesitamos la memoria? Clive es un miisico de talento indiscutible, un experto en misica antigua que lleg6 a ser direc- tor del coro mayor de Londres. Destacado can- tante, actué delante del Papa durante su visita a la ciudad de Londres. En 1985 tuvo la mala suerte de contraer una infeccién cerebral provo- cada por el virus del herpes simple, un virus ampliamente difundido entre la poblacién mun- dial y que, por lo general, no desencadena mas que pupas labiales; en muy pocas ocasiones, el virus atraviesa la barrera hematoencefilica y causa encefalitis, una inflamacién del cerebro que puede llegar a ser mortal. En los iltimos afios, gracias a los avances en su tratamiento, los 22 pacientes suelen sobrevivir a pesar de los dafios cerebrales que la enfermedad irremediablemente conlleva, sobre todo en las dreas responsables de Ja memoria. Cuando recobr6 el conocimiento, Clive mos- traba una amnesia profunda, ya que s6lo era ca- paz de almacenar informacién durante unos pocos segundos. Su interpretacién personal de Ia situacién era que acababa de recuperar la consciencia, afirmacién que repetia delante de cualquier persona que fuera a verlo y que solia anotar en una libreta; tachaba lo que acababa de escribir y volvia a apuntar «acabo de recuperar la consciencia»: una actividad que se ha prolon- gado durante muchos, muchos afios. Clive sabia quién era y podia hablar a gran- des rasgos de su vida, incluso de sus recuerdos més antiguos, a pesar de que los detalles apare- cieran difuminados. Clive sabia de su estancia durante cuatro afios en la Universidad de Cam- bridge; no obstante, no era capaz de reconocer una fotografia de su Universidad. Podia recor dar, aunque vagamente, eventos importantes de su vida, como la direccién de la obra El Mesias de Handel, tocada con instrumentos de la época en que fue compuesta y en un escenario que re- construia el contexto historico. Era capaz, ade- mas, de mantener conversaciones coherentes sobre temas de envergadura, como el desarrollo histético de la figura del director de orquesta. ‘No obstante, incluso esta tipologia de recuerdos parecia vaga; Clive escribié un libro sobre el compositor Lassus, pero no recordaba nada de su contenido, Al preguntarle quién era el autor de Romeo y Julieta, Clive no sabia contestar. Se caso dos veces, pero no lo recordaba. Sin em- argo, saludaba a su mujer con gran entusiasmo cada vez que ella aparecia, incluso cuando ha- bia salido de la habitacién durante unos pocos minutos. Seguia afirmando que acababa de re- cobrar la consciencia. La amnesia incapacité a Clive para todo. No podia leer un libro ni seguir un programa de te- levision, porque olvidaba de inmediato lo que acababa de sucedet. Si se alejaba de su habita- cidn del hospital, se perdia. Vivia atrapado en un presente permanente, algo que él mismo describié como «el infierno en la tierra». «Es como estar muerto jtodo el santo dial. Sin embargo, un aspecto de la memoria de Clive si parecia estar intacto: el relacionado con la misica. Cuando su coro fue a visitarlo, pudo dirigirlo exactamente como antes. Era capaz de leer una partitura y tocar el piano mientras canta- ba, Durante unos pocos momentos, la miisica le pemnitia ser el Clive de antes, aunque volviera a sentirse un desdichado al acabar de tocar. Han pasado més de veinte afios y Clive sigue pade- ciendo una fuerte amnesia; sin embargo, parece haber aptendido a convivir con ella, pues esta mas tranquilo y menos afligido. 2. gUna memoria o muchas? A pesar de que el caso de Clive demuestre que la memoria es de crucial importancia en nuestra vida cotidiana, no nos dice mucho sobre la natu- raleza de la memoria. Clive tuvo muy mala suer- te, ya que su enfermedad afecté varias areas ce- rebrales y las consecuencias de ello se extendie- ron mas alla de su amnesia. Sea como fuere, el hecho de que la memoria musical de Clive se mantuviera intacta demuestra que la memoria no es un sistema wnico, ni simple. Varios estu- dios han demostrado que algunos pacientes con amnesia profanda son capaces de repetir un mi- mero de teléfono, lo que sugiere que la memoria inmediata se conserva intacta, y que, ademds, pueden adquirir habilidades motoras a un ritmo normal. Como veremos més adelante, los pa~ cientes amnésicos pueden llevar a cabo varios tipos de aprendizaje (puede observarse que me- joran con la prictica), aunque no recuerden la experiencia de aprendizaje como cuando niegan haberse encontrado con la misma situacion ante- riormente). Los datos disponibles sugieren, asi ‘pues, que mas que contar con un sistema de me- moria tinico y global, deberiamos pintar un pa- norama mas complejo. Los primeros capitulos de este libro intentan aclarar algunas de estas cuestiones conformando la base para los capitu- los posteriores, que se centran mas en explicar como estos sistemas influencian nuestras vidas, Ja manera en que la memoria cambia desde la jnfancia a la edad adulta y ala madurez, y qué le pasa a nuestra memoria cuando no funciona ade~ cuadamente, é es la memoria? Al transmitir nuestra propia visién de la me- “ona mencionaremos también otras teorias psi- ar los mismos datos. Un vistazo répido a quier revista cientifica sobre memoria basta- ara ver que esto es asi. Afortunadamente, y 3. Teorias, mapas y modelos Como deberia de ser una teorfa psicolégica? 05 afios cincuenta, la tendencia era conside- "=r cue fueran como las teorias procedentes sica. Clark Hull estudié la conducta de ndizaje de ratones blancos e intent6 utilizar Sultados para construir una teoria muy ge- bre el aprendizaje, Su intencién era po- Ser predecir la conducta de ratones y bumanos 2 base de una serie de postulados y ecua- siguiendo el ejemplo de Isaac Newton i 1943), ‘ambio, Edward Tolman (1948), el gran = © Hull, sostenia que los ratones generan S cognitivos», representaciones internas = ambiente adquiridas como resultado de su cién. La polémica al respecto se mantuvo los afios 1930 y 1950, pero fue olvidada “seatnamente. Ambas perspectivas admitieron que cra fundamental reconocer la presencia de ina Tepresentacién que fuera mas alld de la simple asociacién entre el estimulo que condi- Senaba al raton y su conducta de aptendizaje; argo, ninguna de las dos teorias parecia seer cOmo investigar este asunto, La visin de conjunto que deberiamos for- =amos sobre las teorias consiste en plantear esencialmente, las teorias son como ma- resumen nuestro conocimiento de una cra simple y estructurada que nos ayuda a sader lo que sabemos sobre algo. Una buena 23 {coria nos permitiré plantearnos nuevas pregun- tas que, a su vez, nos permitirin descubrit més aspectos del tema que tratamos de comprender, La naturaleza de la teorfa dependera de las pre- guntas a las que queramos contestar, como en el caso del mapa de una ciudad. El mapa que per- mite moverse por el metro de Londres o Nueva York es muy distinto del que utilizamos para Paseat por estas mismas ciudades; y ninguno de los dos es una representaci6n directa de lo que vemos al paramos en una ubicacién en conere. to, Esto no implica que estemos consultando ‘mapas mal hechos, ya que cada mapa esté dise.. fiado para fines especificos, En cuanto a las teorias psicoldgicas, teorias distintas funcionan para distintos temas y se aplican a distintos niveles explicativos, Una discusién entre un comerciante y un cliente, por ejemplo, puede explicarse de diversas ma. neras: un socidlogo enfatizaré el aspecto eco- némico y social, un psicélogo social estar Interesado en las relaciones interpersonales, tun psicblogo cognitivo har hincapié en el len. guaje y un psicofisidlogo, posiblemente, esté interesado en las respuestas emocionales de los dos sujetos y en cémo éstas se reflejan a nivel cerebral. Todas estas explicaciones son importantes y las deberiamos poder relacio- nar, ya que ninguna puede definirse como la nica interpretacién «correcta, Este punto de vista contrasta con lo que se Conoce como «reduccionismon. Segiin este en- foque, el objetivo de la ciencia seria reducir cada explicacion a sucesivos niveles inferiores La psicologia social se reduciria a la psicologia cognitiva, que a su vez vendria explicada por la Asiologia. Por su parte, la fisiologia se interpre ‘aria mediante la bioquimica y, por dltimo, la Fisica. A pesar de que es valioso explicar los fe. némenos a diferentes niveles relacionados entre Concentos clave Reducolonismo: Perspective sean la cual as ‘xplicaciones cientficas deberien basarse en el vel infefior de anvils posite a osicoiogia deberia bbasarse en la fisiclogia a fisologia, en fa quimica, ye quimiea, en a fica. Ebbinghaus (1850-1909) fue la primera persona ue demostré que es posible estudiar la memoria de forma experimental si, este enfoque no es mis sensato que el que adoptaria un fisico que plantee que deberiamos disefiar un puente basandonos en la fisica de particulas subatémicas en vez de en mecanica newtoniana. El objetivo del presente libro es presentar, de forma resumida, lo que sabemos sobre la psico- logia de la memoria. Creemos que una explica- cion a un nivel psicologico puede ser muy valiosa. Por un lado, permitirfa aclarar algunos aspectos relatives al comportamiento humano en contextos interpersonales y sociales. Por otro, proporcionaria las herramientas para in- crementar nuestra comprension de Jos factores neurobiolégicos que subyacen a los distintos ti- pos de memoria. Pensamos que To que hoy s@ sabe sobre 1a psicologia de la memoria permite, por su envergadura, conectar adecuadamente las cuestiones relativas a los dos aspectos men- cionados. Esperamos ponerlo de manifiesto a lo Jargo de los siguientes capitulos. En muy poco tiempo, durante Tos afios sesen- ta del siglo pasado, los estudios sobre aprendi- zaje y memoria desplazaron su foco de interés desde el andlisis del aptendizaje en animales hacia el estudio de la memoria en humanos, Uno de los enfoques que més éxito tuvo en este periodo hundia sus raices en los trabajos de Herman Ebbinghaus, un filésofo aleman del si- glo xix que fue el primero en demostrar que era posible estudiar la memoria de manera experi- mental. La tradicién ligada a Ebbinghaus se desarro- l6 prineipalmente en EE.UU., centrada en los factores y condiciones que afectan a cémo el nuevo aprendizaje interactia con el conoci- miento previo. Los resultados se interpretaron en términos de asociaciones entre estimulos y respuestas, que se obtenfan con procedimientos que solian implicar el aprendizaje de listas de palabras o no-palabras (McGeoceh e Irion, 1952). Esta aproximacién se conoce con el nombre de Escuela del «aprendizaje verbal». Se desarrollo entre 1930 y 1960, sobre todo en los labora- torios del medio oeste de Estados Unidos, y enfatizaba la observacién rigurosa de los fend- menos mds que la necesidad de confeccionar grandes teorias, como propuso Clark Hull. nando las grandes teorias parecian fracasar, tan enfoque empirista mas sobrio (y considera- do por sus detractores muy areaico), empez0 @ Tamar la atencién de un amplio numero de in- vestigadores que comenzaron a interesarse Por el estudio del aprendizaje y la memoria. Esto llev6 a la edicién de una nueva revista, The Journal of Verbal Learning and Verbal Beha- vior, que cambi6 su nombre cuando el término caprendizaje verbal» pasd de moda, convit- tigndose asi en The Journal of Memory and Language. Un segundo paso importante se dio en Euro~ pa y Norteamérica. En los aos treinta del siglo pasado, el enfoque de origen alemén conocido como psicologia de la Gestalt empez6 a aplicar ideas procedentes de los estudios sobre percep- cién al estudio de la memoria humana. Contra- tiamente a los enfoques conductistas, los psico- Jogos de la Gestalt tendian a enfatizar la impor- tancia de las representaciones intemas en vez de centrarse en estinnulos y respuestas observa- ‘o hineapié en el papel activo del aprende y recuerda. La psicolo- salt fue objeto de persecucién por ‘os nazis; sin embargo, un buen grupo ‘os logté emigrar hacia Norteaméri- tar alli una alternativa al aprendiza- una aproximacién cuyo énfasis des- mportancia de la actividad Ievada a el aprendiz.a la hora de organizar el El trabajo de dos investigadores que en Europa pero se formaron en Norte- George Mandler y Endel Tulving, per- car las bases de este nuevo enfoque. Bretaiia gané terreno un tercer enfo- © la memoria, basado en el libro Remem- de Frederic Bartlett (1932). Bartlett zaba explicitamente el aprendizaje de ma- ‘gnificado como método para el estu- memoria, optando por material comple- cuentos populares de otras culturas, y ado la importancia del «esfuerzo por el ado» por parte de quien ha de recordar. anteamiento ponia de relieve la relevancia dio de los errores de memoria, explicén- en funcién de los supuestos culturales de - participantes. Bartlett propuso que estos erro- ependian de representaciones internas que nomind wesquemas». Su perspectiva se di- ciaba radicalmente de la tradicién fundada ‘binghaus al basarse en la utilizacién de s complejas. Sin embargo, al igual que pas6 liltimos seguidores de Tolman y Hull, el ‘de Bartlett nunca se libré del problema de eno estudiar estas elusivas representaciones in- =mas del mundo. posible respuesta a este problema empe- desarrollarse durante Ja Segunda Guerra nndial, gracias a la aparicién de los ordenado- de la ejecucién en individuos normales. = --jentemente, sin embargo, este enfoque se ha uecido gracias a los datos procedentes de = neurociencia, centrada en conocer los sustra- << neurales de nuestra capacidad de aprender y -cordar, A lo largo del presente libro veremos sn0$ casos en los que el estudio de los tras- cmos de memoria en pacientes con lesiones —shrales ha proporcionado informacién muy ortante sobre el funcionamiento normal de =: semoria humana, Més en concreto, los pro- a los que se enfrentan los pacientes con = de memoria pueden revelarnos mucho jas funciones de nuestra memoria y sobre investigarlas, s estudios neuropsicolégicos con pacien- eden clasificarse en dos grandes catego- Una de ellas implica el estudio y la com- sion de trastornos especificos, como el que a la enfermedad de Alzheimer, donde cit de memoria sea una caracteristica de- No obstante, estos déficits raras veces ‘3s. Por ejemplo, para que se diagnosti- oe is enfermedad de Alzheimer es necesario que scit de memoria le acompafien otros fallos -os. Puesto que estos fallos pueden ser 080s y variados, resulta dificil identificar exactitud la parte del déficit del paciente esta relacionada con la memoria y la que de de otros procesos. Los estudios con po de trastornos son importantes para en- ‘er el trastorno en si, cémo puede ser diag- sosicado y cémo ayudar al paciente para que seed sobrellevarlo. Sin embargo, a causa de la slcjidad de la interpretacién de los numero- “os factores que posiblemente contribuyan rorno, los estudios con este tipo de pa- s son menos efectivos para desarrollar poner a prueba sus hipdtesis. =| otro tipo de estudios neutopsicolégicos ‘evan a cabo con pacientes que presentan == deficit mds especifico, que afecta sdlo a de- _-inados aspectos de la cognicin, y son los ~z han contribuido de manera mas importante = seestra comprensién de la memoria. Un buen Amigdala ‘Wédula espinal Figura 1.6 Areas principalmente relacionadas con la memoria en el cerebro humana. ejemplo de esto es el caso del paciente HM (Milner, 1966), que empez6 a suftir amnesia como consecuencia de una operacién de ciru- gia cerebral Tlevada a cabo con el objetivo de tratar su epilepsia. Su caso fue imporiante por dos razones: en primer lugar, permitié corro- borar la importancia de la regién cerebral del hipocampo en la memoria; en segundo lugar, el déficit de memoria de HM se limité a la memo- ria a largo plazo episédica. El hecho de que tuviera preservados otros tipos de memoria tuvo una gran influencia en el desarrollo de al- gunas teorias. ‘A pesar de que el estudio de Ia localizacion de las lesiones haya proporcionado datos muy relevantes, no todos los pacientes con déficit puro muestran un daiio muy localizado anaté- micamente y viceversa. El cerebro es un siste- ma de extraordinaria complejidad cuyas funcio- nes, muy a menudo, no dependen de una sola - rea. Ademis, generalmente una parte del cere- ‘bro permite compensar el déficit presente en otra. No obstante, la investigacién al respecto ‘ha encontrado algunas generalidades respecto a qué areas del cerebro tienden a desempefiar un papel determinante en cada tipo de memoria. 36 Haremos referencia a estas areas de vez en cuando en funcién de éreas o Iébulos en le cor 2A estructuras subcorticales. Aleunas de és- tas se indican en la figura 1.6, 8.2 Neuroimagen Y memoria humana los. Estos «potenciales evocados (PE)» (ERPs, Event-Related Potentials) se traducen en, ‘ondas ca- Tacteristicas que parecen estar: asociadas a aspectos distintos del procesamiento de la informacion, En los ttimos atios han adquitide una increi- ble popularidad de ancuroimagem>, que permiten monitorizar el funcionamiento del cerebro. Los primeros estu- dios de neuroimagen se llevaron a cabo con «to- mografia por emisién de positrones (TEP)» (PET, Positron Emission Tomography), en la que una Sustancia radiactiva se introduc guineo. La sangre alcanza el ¢, Mashotoercetsogratia MEG) Sistema mediante Sl que fa actividad de las neuronas or ‘etecta por mecio de os diminutos Mey die la hace poco apropiada para obseras muineias de procesos que cambian muy ra Chute ¥ que son, precisamente, la base de chas tareas cognitivas. Como consecuencia. 'éenica se ha visto superada por la Magnetic Resonance Imaging). que se basa hecho de que cuando el cerebro se colocs en dio de un fuerte campo magnético, ditt, Sustancias radiactivas, A diferencia de la TER IRMf permite monitorizar los iv eles de oxig Ro en Ia sangre en tiempo real, Posibilitands Tegistro de eventos cerebrales aislados justo el momento en que se producen: Io que se cos ce como «IRMF evocaday, Una monitorizaci Punto de vista tempor técnica reciente, «magnetoencefalografis. (MEG)», que detecta las minisculas fuerzas Conceptos clave Becvoencetalograma Olea ats CEB! Sctoma para registrar 10s Potencialgs, ‘eléctricos dal cerebro. mediante @lsotredos colocados en el ‘SUED cAbelluco, aebles Brocedios (FO): Método ave cmpoa Slectroenestalograta y con el que se regia le fesecion eletrotsiokigica cel ceratro a in estinuio espectico ab largo del tiempo, = ‘Neurotmagen: Termine aplicado a distintoa métogos 2 estuclio dot ger el cerebro se campos 8 que su actividad genera, 37 magnéticas generadas por las neuronas. El ot- — cerebrales que subyacen a la actividad cogniti- den en el que varias direas responden puede va. Como veremos en los tiltimos capitulos, los ‘egistrarse de forma muy precisa, lo que hace _métodos mencionados estén contribuyendo de pensar er las posibilidades de futuro de esta tée- manera extraordinatia al estudio y comprension nica para el estudio de los sistemas y procesos de la memoria humana. Resumen A pesat cle que nos quejemos de nuestra memoria, ésta es sorprendentemente eficiente y flexible a la hora

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