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PETER McPHEE La Revolucion Francesa, 1789-1799 Una nueva historia Traduccién castellana de Silvia Furié CRITICA Barcelona I. FRANCIA DURANTE LA DECADA DE 1780 A 1789 La caracteristica més importante de la Francia del siglo xvi era la de ser una sociedad esencialmente rural. La poblacién que habitaba en puc- blos y granjas era diez veces mayor que la actual. En 1780 Francia tenia probablemente una poblacién de 28 millones de habitantes: si nos ate- nemos a la definicién de comunidad urbana como aquélla en la que convi- ven mas de 2.000 personas, entonces tan sélo dos personas de cada diez vivian en un centro urbano en el siglo xvul, La inmensa mayoria estaba repartida en 38,000 comunidades rurales o parroquias con una media de 600 residentes aproximadamente. Si echamos un vistazo a dos de ellas descubriremos algunas de las caracteristicas principales de aquel lejano mundo. EI diminuto pueblo de Menucourt era tipico de la region de Vexin, all norte de Paris. Estaba situado entre los recodos de los rios Sena y Oise, ‘a unos pocos kilémetros al oeste de 1a ciudad mas ceréana, Pontoise, y a 35 tortuosos kilémetros de Paris. Era un pueblo pequefio: habia tan s6lo 280 habitantes en sus 70 hogares (pero habia experimentado un fuerte crecimiento desde los 38 hogares de 1711). El «seigneur» o sefior del pueblo era Jean Marie Chassepot de Beaumont, que contaba 76 afios en 1789. En 1785 habia solicitado y obtenido del rey el permiso y autoridad para establecer un livre terrier (libro de becerro) para sistematizar los considerables impuestos feudales que los aldeanos se negaban a recono- cer. La granja productora de cereales dominaba econémicamente el pue~ blo del mismo modo que el castillo dominaba las miseras viviendas de los aldeanos. Los campos cultivados ocupaban el 58 por ciento de las 352 heo= téreas de la superficie de la miniiscula parroquia, el bosque cubria otro 26 por ciento. Algunos habitantes se dedicaban al cultivo de la vid o tra bajaban la madera de los castafios que habia al sur del pueblo convittién= dola en toneles de vino y postes, otros extraian piedra para las nuevas 12 LA REVOLUCION FRANCESA, 1789-1799 construcciones en Ruan y Paris, Esta actividad mercantil se complemen- taba con una economia de subsistencia basada en el cultive de pequefias parcelas de vegetales y arboles frutales (nueces, manzanas, peras, cirue- las, cerezas), en la recoleccién de castaitas y setas en el bosque, y en la leche y la carne de 200 ovejas y $0 0 60 vacas. Al igual que en todos los pueblos de Francia, la gente ejercia varias profesiones a la vez: por ejem- plo, Pierre Huard regentaba la posada local y vendia vino a granel, pero al mismo tiempo era el albafil del pueblo. Sin embargo, el pueblo de Gabian, 20 kilémetros al norte de Béziers, cerca de la costa mediterranea del Languedoc, era totalmente distinto en todos los aspectos. En efecto, gran parte de sus habitantes no podrian haberse comunicado con sus conciudadanos de Menucourt porque, al igual que la inmensa mayoria de la gente del Languedoc, hablaban occi- tano en su vida cotidiana. Gabian era un pueblo importante, con un cons- tante suministro de agua de manantial, y desde el afto 988 su sefior habia sido el obispo de Béziers. Entre los tributos que debian pagarle figuraban 100 setiers (un setier eran aproximadamente unos 85 litros) de cebada, 28 setiers de trigo, 880 botellas de aceite de oliva, 18 pollos, 4 libras de cera de abeja, 4 perdices, y un conejo, Teniendo en cuenta el antiguo papel de Gabian como mercado situado entre las montafias y la costa, tenia también que pagar | libra de pimienta, 2 onzas de nuez moscada, y 2 onzas de clavo. Habia asimismo otros dos sefiores que ejercian de- rechos menores sobre los productos de dicha poblacién. Como en Me- nucourt, Gabian se caracterizaba por la diversidad de su economia mul- ticultural, puesto que sus 770 fiabitantes cultivaban gran parte de los productos que necesitaban en las 1.540 hectareas del pueblo. Mientras que Menucourt estaba vinculado a mercados mas amplios debido a su industria madetera y sus canteras, la economia efectiva de Gabian estaba basada en el cultivo extensivo de vifiedos y en la lana de 1.000 ovejas que pacian en las pedregosas colinas que rodeaban el pueblo, Una veintena de tejedores trabajaban la lana de las ovejas para los mercaderes de la ciudad textil de Bédarieux en el norte? I. Denise, Maurive y Robert Bréant, Menucourt: Un village du Vexin francais pen- dant la Révolution 1789-1799 (Menucourt, 1989). 2. Peter McPhee, Une communauté languedocienne dans Uhistoire: Gabian 1760- 1960 (Nimes, 2001), cap. 1 13 FRANCIA DURANTE LA DECADA DE 1780 A 1789 Durante mucho tiempo la monarquia habia tratado de imponer una uniformidad lingiifstica en poblaciones como Gabian obligando a los sacerdotes y a los abogados a utilizar el francés. Sin embargo, la mayorfa de los stibditos del rey no usaba el francés en la vida cotidiana, al contra~ rio, podria decirse que la lengua que casi todos los franceses oian regular- ‘mente era el latin, los domingos por la mafiana. A lo largo y ancho del pais el francés s6lo era la lengua cotidiana de aquellos que trabajaban en Ja administracién, en el comercio y en los distintos oficios. Los miembros del clero también la utilizaban, aunque solfan predicar en los dialectos o lenguas locales, Varios millones de habitantes del Languedoc hablaban variantes del occitano, el flamenco se hablaba en el noreste y el alemén en Lorena. Habia también minorias de vascos, catalanes y celtas. Estas chablas» locales —o, dicho peyorativamente, «patois»— variaban consi- derablemente dentro de cada regién, Incluso en la fle-de-France en torno a Paris habia diferencias sutiles en el francés hablado de una zona a otra, Cuando el Abbé Albert, de Embrun al sur de los Alpes, viajé a través de a Auvernia, descubrié que: ‘Nunca fui capaz de hacerme entender por fos campesinos con quienes me tropezaba por el camino. Les hablaba en francés, les hablaba en mi patois nativo, ineluso en latin, pero todo en vano. Cuando por fin me harté de hablarles sin que me entendieran una sola palabra, empezaron ellos a hablar en una lengua ininteligible para mi? Las dos caracteristicas mas importantes que los habitantes de la Francia del siglo xvii tenfan en comiin eran que todos ellos eran siibditos del rey, y que el 97 por ciento de ellos eran catélicos, En la década de 1780 Fran- cia era una sociedad en la que el sentido mas profundo de la identidad de Ja gente estaba vinculado a su propia provincia 0 pays. Las culturas regio- nales y las lenguas y dialectos minoritarios estaban sustentados por estra~ tegias econémicas que trataban de acomodarse a las necesidades domés- ticas dentro de un mercado regional o microrregional, La economia rural 3, Fernand Braudel, Za idenidad de Francia, Gedisa, Barcelona, 1993, (En la traduc- ion inglesa —Londres, 1988—corresponde a las pp. 91-97.) Daniel Roche, France in the Enlightenment, trad. Arthur Goldhammer (Cambridge, Mass., 1998), caps. 1-2, 6, pp. 488-491. 14 LA REVOLUCION FRANCESA, 1789-1799 era esencialmente una economia campesina: es decir, una produccién agraria basada en el hogar y orientada esencialmente a la subsistencia, Este complejo sistema multicultural pretendfa en la medida de lo posible cubrir las necesidades de consumo de los hogares, incluyendo el vestir. Nicolas Restif de la Bretonne, nacido en 1734 en el pueblo de Sacy, en el limite entre las provincias de Borgofia y Champaiia, nos ofrece una vision de este mundo, Restif, que se traslad6 a Paris y se hizo famoso por sus irreverentes historias en Le Paysan perverti (1775), escribié sobre sus recuerdos de Sacy en La Vie de mon pére (1779). En ella rememora el ventajoso y feliz matrimonio que Marguerite, una pariente suya, estaba a unto de contraer con Covin, «un fornido payaso, un patin, el gran em= bustero del pueblo»: ‘Marguerite posefa tierras cultivables por un valor aproximado de 120 li- bras, y las de Covin valian 600 libras, unas eran cultivables, otras vifiedos ¥ otras eran prados; habia seis partes de cada tipo, seis de trigo, seis de avena o cebada, y seis en barbecho ... en cuanto a la mujer, obtenia los be- neficios de lo que hilaba, la lana de siete u ocho ovejas, los huevos de una docena de gallinas, y la mantequilla y el queso que elaboraba con la le- che de una vaca ... Covin era también tejedor, y su mujer hacia algiin tra- bajo doméstico; por consiguiente, debié de considerarse harto afortunada, La gente de Ia ciudad se referia a la poblacién rural con el término de paysans, esto es, «gente del campo». Sin embargo, este sencillo vocablo al igual que su equivalente espafiol «campesino»— oculta las comple- Jidades de la sociedad rural que se revelarian en los distintos comporta- mientos de aquella poblacién durante la revolucién. Los braceros cons- titufan la mitad de la poblacién en areas como la ile-de-France en torno a Paris, dedicadas a la agricultura a gran escala, No obstante, en la mayoria de las regiones el grueso de la poblacidn estaba compuesto por minifun- distas, agricultores arrendatarios o aparceros, dependiendo también mu- cchos de ellos de la préctica de un oficio o de un trabajo remunerado. En todas las comunidades rurales habia una minoria de hacendados, a menu- do apodados cogs du village, que eran importantes granjeros arrendata- tios (/ermiers) o terratenientes (laboureurs), En los pueblos més grandes habia una minoria de personas —sacerdotes, letrados, artesanos, trabaja- dores textiles — que no eran en absoluto campesinos, pero que en general FRANCIA DURANTE LA DECADA DE 1780 A 1789 15 poseian alguna parcela de tierra, como es el caso del huerto del cura. El campesinado constituia aproximadamente cuatro quintas partes del «ter~ cer estado» o de los «plebeyos», pero a lo largo y ancho del pais poseia tan sélo un 40 por ciento de la totalidad de las tierras. Esto variaba desde un 17 por ciento en la regién del Mauges en el oeste de Francia hasta un 64 por ciento en Auvernia, Por muy paraddjico que pueda parecer, la Francia rural era al mismo tiempo el centro de gran parte de los productos manufacturados. La in- dustria textil en especial dependia ampliamente del trabajo a tiempo par- cial de las mujeres en las zonas rurales de Normandia, Velay y Picardia. Esta clase de industria rural estaba relacionada con las especialidades regionales ubicadas en las ciudades de la provincia, como por ejemplo la de guantes de piel de carnero en Millau, la de cintas en St-Etienne, enca- ‘jes en Le Puy y seda en Lyon, Existe un estudio reciente sobre la industria rural realizado por Liana Vardi que se centra en Montigny, una comuni- dad de unas 600 personas en 1780 situada en la region septentrional de Cambrésis, que pas6 a formar parte de Francia en 1677." A principios del siglo xvitt, su poblacién, constituida esencialmente por terratenientes y arrendatarios de subsistencia, alcanzaba tan s6lo un tercio de aque! ni- mero. A Io largo del siglo xvut, grandes terratenientes y arrendatarios monopolizaron las tierras, especializindose en el cultivo del maiz, mien- tras que los medianos y pequefios campesinos se vieron obligados a hilar y tejer lino para escapar de la pobreza y el hambre. En Montigny una industria rural floreciente aunque vulnerable era aquella'en que los mer- caderes wsacaban y mostraban» los productos hilados y tejidos a los di tintos hogares de la poblacién. A su vez, la industria textil proporcionaba alos granjeros un incentivo para aumentar sustancialmente el rendimien- to de sus cosechas con el objeto de alimentar a una poblacién cada vez mayor. Los intermediarios, mercaderes-tejedores de lugares como Mon- tigny, que hipotecaron las pequefias propiedades familiares para unirse a la fiebre de ser ricos, desempefiaron un papel fundamental. Estas perso- nas continuaron siendo rurales en sus relaciones y estrategias econémicas 4. Liana Vardi, The Land and the Loom: Peasants and Profit in Northern France 1680-1800 (Durham, NC, 1993). Sobre la Francia rural en general, véanse Roche, France in the Enlightenment, cap. 4, P.M. Jones, The Peasantry in the French Revolution (Cam- bridge, 1988), cap. 1 19 LA REVOLUCION FRANCES, SA, 1789. 1789-1799 FRANCIA DURANTE LA DECADA DE 17804 1789 rebelde de compagnons que disfrutaban con travesuras obscenas, sexo ocasional, y violencia ritual con otras hermandades. Sin embargo, Mé- nétra prociamaba también haber leido el Contato social, Emilio y La nueva Eloisa de Rousseau, ¢ incluso se vanagloriaba de haber conocido asu autor.® En las ciudades de provincias predominaban las industrias especificas, centros provinciales especializz aque los pequetios patronos y ora ote ; como la textil en Ruén y Elbeuf. En torno a las grandes fundiciones de fundo conocimiento mutuo y del oficio, y en ane unidos por un pro- |) hierro y minas de carbén surgieron nuevos centros urbanos mas pequefios dos se identiicaban por su profesion onan os oereH08 cualifca-] como Le Creusot, Niederbronn y Anzin, donde trabajaban 4.000 emplea- u obrers, Los contemporincos se rexeron oor St situacion de amosif dos. No obstante,espevialmente en los puertos del Atkntico, el lorecien- término de «canallay nrenu peuple) ne en eetes de Paris con elf te comercio con las colonias del Caribe fue desarrollando un sector eco, embargo, los desengaios que se oreductog en cise tabajadora. Sin] némico capitalista en el Ambito de Ia construecién de buques y del tros eran harto evidentes en aquellos ears los obreros y sus mags- | tratamiento de las mercancias coloniales, como en el caso de Burdeos, acceder a la maestria, En algunas indver oS Gu’ fesutaba dificil | donde la poblacién creci6 de 67-000 a 110.000 habitantes entre 1750 y rent, laintroduccidn de nuevas méguinas 2 como en el caso de la im- ] 1790, Era un comercio triangular entre Europa, Norteamérica y Africa, destrozas de 1s oficiales y aprendices Ee voce ans amenaza para las | que exportaba a Inglaterra vinos y licores procedentes de puertos como el cados se alegraron ante la perspective de nate cites cualifi- | de Burdens e importaba productos coloniales como aztcar, café y tabaco la oportunidad de poder establecer sus a icidn de los gremios y de | Un sector de este comercio utilizaba ingentes cantidades de barcos de to fue suspendido, A continuacion, oe syncs {alletes, pero el proyec- J esclavos, construdos para este propos, que tasporiaban cargamento ‘ivrets, 0 cartillas de los obreros, que afi ne introdujo un sistema de } humano desde la costa oeste de Africa a colonias como Santo Domingo. tros en dettimento de los empleades dinates Posie de los macs- Alli, 465.000 esclavos trabajaban en una economia de plantaciones con- Las relaciones sociales se centraban en el vech trolada por 31.000 blancos de acuerdo con las normas del Cédigo Negro trabajo tanto como en la familia. Las grandes vecindario y el puesto de |} de 1685. Este cédigo establecia leyes para el «correcto» tratamiento de Y Marsella se caracterizaban por se abana es com Paris, Lyon las propiedades de los duefios de esclavos, mientras que negaba a les donde la mayoria de familias no ocupaba ci ae eos Medievales esclavos cualquier derecho legal o familiar: lo hijos de los esclavos muchas de las rutnas asociadas Conta coca ano Soshabitaciones: |] pertenecian a su propitaro, En 1785 habia 143 barcos participando acti- piiblicas. Los historiadores han document oad cect? aH actividades] vamente en el trifco de esclavos: 48 eran de Nantes, 37 de ambos puer- bajadoras hacian de las calles y de ot rntado el uso que las mujeres tra- |] tos, de La Rochela y de El Havre, 13 de Burdeos, y varios de Marsella, disputas domésticas y asuntos relatives Moo ne eos Para zanjar If St-Malo y Dunkerque. En Nantes, el comercio de esclavos representaba In comida, Los hombres que desompetaten ete8¥ alos precios de] entre el 20 y el 25 por ciento del téfico del puerto en la década de los traban solidatidad en las compagnarmne its Cualificados encon- ]afios 1780, en Burdeos entre el 8 y el 15 por ciento y en La Rochela toleradas de trabajadores que sevvien pate or ences iegales pero | alcanzé hasta el 58 por ciento en 1786. & lo largo del siglo, desde 1707, Pe rere pooicieo as Para proteger las rutinas laborales | estos barcos de esclavos realizaron mas de 3.300 viajes, el 42 por ciento erent 2 broporcionaban una vélvula de escape para el oioy la Fejaatiad tas trabajar de 14 a 16 horas daris. Uno de estos traba- {adores Jacques-Louis Ménétra, ecordaba, ya avanzada su vida Pos de aprendiz de vidriero antes de la revolucién, en un ambiente 6, Jacques-Louis Ménétra, Journal of My Life, trad. Arthur Goldhammer (Nueva York, 1986); Roche, Frunce inthe Enlightenment, p. 342-346, cap. 20. 21 20 LA REVOLUCION FRANC! 2 NCESA, 1789-1799 FRANCIA DURANTE LA DECADA DE 1780 A 1789 eras altas con una prolongada «temporada baja» en invierno que tenian ue emigrar hacia las ciudades en determinados perfodos estacionales 0 urante afios en busca de trabajo, Los hombres abandonaban lo que se ha Henominado una sociedad «matricéntrica», en la que las mujeres cuida- de los mismos Pprocedente de Nantes: a , X : este Comercio fue gl Rey de los Puertos del Atlantico en el Loe rk . ingress Su pose a raves de ead ec ei oe tividades mas tradicionale: deco ors profesor yas enone cy mropedades,Aproxima ; iente el 15 por ciento de la propiedad rural sone nanos deagulosburgueses. Mies que a noblea se ape Peers ine Prestigiosos de la administracién, los ran; sae Sse ae eal los por la clase media. La administracion ae eae icida, con tan slo unos 670 empleados, pero en t los y ciudades de provincias daba empleo a miles eee nas en tribunales, obras piiblicas y gobierno, Para los Durgueses que con- y gobierno, s n del ganado y producian tejidos. in embargo, la relacion mas importante que se establecié entre la sancia rural y la urbana fue la del suministro de alimentos, especialmen- : de cereales. Este vinculo a menudo se quebraba debido a las demandas rncontradas de los consumidores urbanos y rurales. En tiempos normales 10s asalariados urbanos gastaban del 40 al 60 por ciento de sus ingresos | slo en pan, Cuando en los afios de escasez subian los precios, también umentaba la tensién entre Ia poblacidn urbana, que dependia por com- pleto del pan barato, y los segmentos mas pobres de la comunidad rural, famenazada por los comerciantes locales que trataban de exportar los cereales a mercados urbanos mis lucrativos. Veintidés de los afios que van desde 1765 hasta 1789 estuvieron marcados por disturbios debidos a Ja escasez de comida, bien en los barrios populares urbanos donde las tmujeres en particular trataban de imponer una faxation populaire para | acostumbrado, bien en las éreas rurales don- las pocas existencias fue- acceder a un estatus social e incluso ee 0 a ua matrimonio dentro de la ~ ec: a ie de cada cinco sefiores teertenientes ea La Francia del siglo xvas Pe qe Cristian ent earl caraeetizaba por los miliples vinulos cspecialmona a Cy atdea 9 €l campo. En las ciudades de provinias Tee de lag a oh CumBueses eran dues de extensispropiedades rura part cbtenian rentas de los campesinos y granjeros. Eno re. el servicio doméstico en las familias burguesas constituia una mantener los precios al nive dle los campesinos se asociaban para evitar que tan enviadas al mercado. En muchas zonas la tensién por el suministro de alimentos agravaba la sospecha de que las grandes ciudades no eran mas {que pardsitos que se aprovechaban del esfuerzo rural, puesto que la Tgle- fuente importante de empleo para la ie P ‘ s mujeres jvenes m hash mens aforaads aight coasanctde 6 einige fumbn of Ote vinculo importante entre el campo yl ciudad eal cos. Par denne eit It mujeres trabajadoras de ciudades como Lyon Beinn pa es lag Zonas Turales para ser criados, a assniale eeu. ae 0s bebés tenian més posibilidades de sobrevivi Us que en la ciudad, pero ain asi, una tercera Parte de sautiog madre del vidriero Jacques- que murié mientras é1 se ques-Louis Ménétra, 1 U1 ae sabe al cuidado de su nodriza en el campo). Habia también otra clase de comercio humano que afectaba a varios miles de hombres de las 7. Jean-Michel Deveau, Enlighonmonn oun got 14 Tele rocelaise (Pati, 1990); Roche, France in the sia y la nobleza obtenian sus riquezas del campo y consumian de forma ostentosa en la ciudad. No obstante, en este proceso ereaban empleo para la gente de las ciudades y prometian caridad para los pobres.* ‘La Francia del siglo xvm era un pais de pobreza masiva en el que la mayoria de gente se encontraba indefensa ante una mala cosecha. Esto ‘los historiadores han denominado «equilibrio demografi- explica lo qu con, en el que tasas muy altas de natalidad (sobre el 4,5 de cada eien pet- tudios sobre el comercio de cereales destacan Steven id Flour Trade during ‘Cynthia Bouton, The Flour War: Gender, sien Regime French Society (University Park, Pa., 1993); id 1989), pp. 24, 27. Bn lo relativo a la France, 1700- 8. Entre los importantes est Kaplan, Provisioning Paris: Merchants and Millers in the Grain an the Eighteenth Century (Ithaca, NY, 1984); Class, and Community in late Anci Judith Miller, Mastering the Market; the State an Telesia en el siglo xvin véase también Roche, The Grain Trade in Northern F 1860 (Cambridge, 1998). 23 22 LA REVOLUCION FRANCESA, 1789-1799 FRANCIA DURANTE LA DECADA DE 1780 A 1789 Sonas) quedaban igualadas por elev: ent) Los hombres A las Eee ee 3.5 aprox] La Iglesia obtenia su riqueza principalmente del diezmo (normalmen- pepe 29 eos y los 24'y 27 respecte ormmimegge ol 8 0 e110 por ciento) que imponia a los productos agricolas en el ee todo, donde era menos probable que las pare las zonas mémomento de la recoleccién, que le proporcionaba unos ingresos de 150 nen ee mediante el coitus interruptus, las mujer Parejas evitasen [fnillones de libras al afio, y de las vastas extensiones de tierras propiedad ada veinte meses, Sin embargo, en todo cl pais, a sieres parian una valle las érdenes religiosas y de las catedrales. Con ello se pagaba en 11 morian de enfermedacey he cea I mitad de los nits qf muchas dibcesis una portion congrue (porcién congrua) o salario al clero les y malnutricién antes de cunq| de parroquia, que éste complementaba con las costas que se recaudaban Plir los cinco afios. En Gabian, » Por ejemplo, hubo 253 muertes en if por servicios especiales como matrimonios y misas celebradas por las ala ‘ilmas de los difuntos. En total, el primer estado poseia aproximadamente esas genarios y dos nonagenarios—, la esperan: i cl 10 por ciento de las tierras de Francia, alcanzando incluso el 40 por sobrevivian «I infanca Se situa lode wa de vida de aquellaf ciento en Cambrésis, de las que obtenia 130 millones de libras anuales en eee de 1750, una prolongada serie de eee 50 afios. concepto de arriendos y tributes. En las grandes y pequeiias ciudades de sullibrio demogréfico: la poblacién aumenté de cosechas alterd af provincias, el clero de parroquia, monjas y monjes de drdenes «abiertas illones en Ia década de los ochenta, A pesar de ello 24,5 millones | pululaban por doquier: 600 de los 12.000 habitantes de Chartres, por aaenes A pesar de ello, la vulnerabilidad) ejemplo, pertenecian a ordenes religiosas. En muchas ciudades provin- remiza d las malas cosechas. La poblacin rural ‘ ciales, la Iglesia era también uno de los principales propietarios: en 4 los costes de los tres pilares de autoridad |, especialmente, sus] Angers, por ejemplo, posefa tres cuartos de las propiedades urbanas. ad y privilegio en la Fran] Aqui, como en todas partes, la Iglesia constituia una importante fuente de cimpleo local para el servicio doméstico, para artesanos cualificados y abogados que cubrian las necesidades de los 600 miembros del clero resi- dentes en una ciudad de 34.000 habitantes: funcionarios, carpinteros, CO- mozos de la limpieza dependian de ellos, del mismo modo que wuenta y tres tribunales de la Igle~ .gaban el diezmo o el arriendo de enedictina de Ronceray poseia érdenes privilegiadas y la mona cuarto ‘ rquia recaudaban e Fu tio el pote dos campesns, untae ca Los 169.500 miembros del Ca nat tuian el 0,6 por ciento de la spon (el primer estado del reino) constia los eee que trabajaban en los cine dos en un cero aregelags eos, Seein su vocacin estaban dvidf sia povesando alos morosos qué 0 Pa 300 miembros (26,500 monjes y 55.000] sus inmensas propiedades. La abadia b cinco fincas, doce graneros y lagares, seis molinos, cuarenta y seis gran- jas,» seis casas en el campo en los alrededores de Angers, que proporcio- hnaban a Ja ciudad 27,000 libras amuales. vin la década de 1780 a 1789 muchas érdenes religiosas masculinas estaban en vias de desaparicién: Luis XV habia clausurado 458 casas responsables de érdenes religiosas (am clare los de obispos y une ee desempefiados in absentia)|| _religiosas (en las que sélo habia 509 miembros) antes de su muerte en arzobiapo de Esrasburgo tenia toe page a oy da noblez: ell 1774, y el reclutamiento de monies descend en wn tro las dos dé- Aue Ios slarios minimes sausten yea 130-000 libras al ao, Aun- fcadas postriores a 1770, Las érdenes femeninas eran mis leris, Ce los sacerdotes y vicarios se incre. la de las Hermanas de la Caridad en Bayeux, que proporcionaba comida y Mmentaron hasta 750 y 300 libras ‘ fe He Tespectivam le proporcionaban mayor holgursy eat eo 786 £108 Suckdos regio cientos de mujeres agotadas por sus incesantes labores de enca- que disfrutaban la mayo- je. A pesar de todo, a lo largo y ancho de la Francia rural, el clero de dad: como fuente de consuelo espiri- ria de sus fel parroquia era el centro de la comuni “ 5 m4 LA REVOLUCION FRANCESA, 1789-1799 FRANCIA DURANTE LA DECADA DE 1780.8 1789 tual ¢ inspiracién, como consejero en momentos de necesidad, comolf El catolicismo era més fuerte en el oeste y en Bretafia, alo largo de los administrador de caridad, como patrono y como portador de noticias dell Picineos, y al sur del Macizo Central, regiones caracterizadas ee mundo exterior. Durante los meses de invierno, el parroco offecia unos 1c clutamiento clerical masivo de muchachos procedentes de familias tudimentos de ensefianza, aunque tan s6lo un hombre de cada diez Y una J locales bien integradas en sus comunidades y culturas. Por otro lado, en mujer de cada cincuenta fuera capaz de leer la Biblia, En las zonas en quell la zona occidental las pagas de los sacerdotes estaban muy oad el habitat estaba muy disperso, como sucedia en algunos lugares delff cl minimo requerido: ademés, ésta era una de las partes del pais oa Macizo Central o en el oeste, los habitantes de las granjas y caserios mésif cl diezmo se pagaba al cleo Iceal en vez de hacerlo a la didcesis, facili Femotos tan solo se sentian parte de la comunidad en ta misa de los do-jf undo con ello la tarea de los sacerdotes de atender a todas las Pat tningos. En el area occidental los feligreses y el clero decidian todos los ff «les de 1a parroquia. En todas partes, los feligreses més devotos solian a asuntos locales después de la misa, en lo que se ha descrito como diminu- If vicjos, mujeres y del ambito rural. La teologia a la que estaban oe los tas teocracias. Incluso en estos casos la educacién tenia una importancia J} sc caracterizaba por una desconfianza «tridentina» respecto a los placeres marginal: en la devota parroquia occidental de Lues-Vendée s6lo el 21 por jf rnundanos, Por el énfasis en la autoridad sacerdotal y por una ase ciento de los novios podian firmar en el registro de matrimonio, y tinica \magineria de los eastigos que aguardaban més alla de la tumba a ple mente el 1,5 por ciento podia hacerlo de forma que permitiese suponer un ff mostraban una moral laxa. Yves-Michel Marchais, el curé de la ee cierto grado de alfabetizacion, La mayoria de los Parisinos sabia por lo } parroquia de Lachapelle-du-Génet en el oeste, predi aba oe ‘ fodo menos leer, pero la Francia rural era esencialmente una sociedad oral. quello que pueda calificarse de acto impuro o de accién ilicita de la car- La Iglesia catélica gozaba de monopolio en el culto Piiblico, a pesar If ne, si se hace por propia y libre voluntad, es intrinsecamente mu y ‘ad de que las comunidades judias, aunque geogréficamente separadas, siempre un peoado mortal, y por consiguiente motivo de exclu a 40.000 personas en total, conservaban un fuerte sentido de identidad en | jcino de Dios», Predicadores como el padre Bridaine, Sel le Burdeos, en el Condado Venesino y en Alsacia, al igual que los aproxima- jones, informaban exhaustivamente a los pecadores acerca de los cas- damente 700.000 protestantes en ciertas zonas del este y del Macizo Cen. s que les aguardaban una vez excluidos: tral. Los recuerdos de las guerras religiosas y de la intolerancia que siguié a la revocacién del Edicto de Nantes en 1685 estaban muy arraiga- dos: los habitantes de Pont-de-Montvert, en el corazon de la regién de los Camisards protestantes, cada vez mas numerosos en 1700, tenian una guarnicion del ejército y un seiior catético (los caballeros de Malta) para recordarles diariamente su sometimiento. Sin embargo, mientras que el (Crueles hambrunas, sangrientas guerras, inundaciones, incendios ... inso- portables dolores de muelas, punzantes dolores de gota, convulsiones epi- Iepticas, fiebres ardientes, huesos rotos ... todas las torturas sufridas por los martires: afiladas espadas, peines de hierro, dientes de tigres y leones, el potro, la rueda, la cruz, la partilla al rojo vivo, aceite hirviendo, plomo derretido 97 por ciento de los franceses eran nominalmente catélicos, los niveles sien estat ation det } : : 2 stabar tanto de religiosidad (Ia observancia externa de las pricticas religiosas, lf Los puestos de élite en el seno de la Iglesia caté ics cree Como Ia asistencia a la misa de Pascua) como de espirtuatidad (la impor. | jos miembros del segundo estado o nobleza, Los historiadoi tancia que los individuos otorgaban a tales Practicas) variaba a lo largo |} llegado a ponerse de acuerdo sobre el niimero de nobles que habia en del pais. Por supuesto, la esencia de la espiritualidad esta fuera del alcan- }} Francia en el siglo xvii, en parte debido a la cantidad de plebeyos que ce del historiador; no obstante, el declive de la fe en determinadas Areas Puede deducirse por el nimero cada vez mayor de novias que quedaban embarazadas (que oscilaba entre el 6,2 y el 10,1 por ciento en todo el 9, Ralph Gibson, Socal stor of French Catoici 1799-1914 (Londo ga z e r 10 estudio de John MeManners, Chih in the Enlightenment, cap. 11; y el extraordinatio est hn hrch ree res minucin dela voeacién sacerdotal (a cantidad de nue- and Society in the Bighteenth-Century France, 2 vols. (Oxford, 1998). El cap, 46 de est vos religiosos decrecié en un 23 por ciento durante los afios 1749-1789), {iltima obra analiza la postura de los protestantes y de los judios. 26 27 LA REVOLUCION FRANCESA, 1789-1799 FRANCIA DURANTE LA DECADA DE 1780 A 1789 reclamaban el estatus de nobleza en un intento por obtener posicién, pri vilegios y rango, que estaban més all4 del alcance de la riqueza. Céleulo recientes sugieren que no habia més de 25.000 familias nobles o 125.00 personas nobles, aproximadamente un 0,4 por ciento de la poblacin. La nobleza, en cuanto a orden, gozaba de varias fuentes de riqueza Poder corporativo: privilegios seforiales y fiscales, el estatus que acoms Paftaba a la insignia de eminencia, y el acceso exclusivo a una serie uestos oficiales. No obstante, al igual que el primer estado, la nobleza s caracterizaba por una gran diversidad interna. Los nobles de provincia isque) que se recolectaban en las tierras pertenecientes al seigneurie; to representaba entre una doceava y una sexta parte, pero en algunas Jonas de Bretafia y de la Francia central ascendia incluso a un cuarto de 1 recoleccién. A todo esto habia que afiadir otros derechos fundamen- ilcs, como el monopolio (banalité) sobre el horno del pueblo, sobre la vensa de las uvas y las aceitunas, y sobre el molino; impuestos econdmi- Jos sobre la transmisin de tierras e incluso sobre matrimonios; y la exi- nia de trabajo no remunerado por parte de Ia comunidad en las tierras cl sefior en la época de recoleccién. Se ha calculado que el valor de es- js tributos constituia el 70 por ciento de los ingresos de los nobles en ‘ouergue (donde el champart se Hevaba un cuarto de la produecién del \mpesinado), mientras que, al sur, en la vecina region de Lauragais, lcanzaba tan sélo el 8 por ciento. La solucién a la paradoja de cémo una sociedad esencialmente cam- besina podia mantener a tantas ciudades importantes se encuentra en las junciones que estos centros provinciales desempeiiaban en el siglo xvi ‘cierto modo las ciudades del interior dependian del campo, puesto que | grueso de los tributos de sefiorio, arriendos, diezmos y pagos recauda- Hos por la élite de los dos primeros estados del reino se gastaban en los intros urbanos. Por ejemplo, el cabildo de la catedral de Cambrai obte- jin dinero de sus propiedades sitas en pueblos como Montigny, donde poseia el 46 por ciento del area total en 1754, Al mismo tiempo era tam- hién el seftor del pueblo, a pesar de que aquélla era una region en la que el yimen feudal tenia un peso relativamente escaso. Los habitantes del campo habian nacido en un mundo marcado por )ianifestaciones fisicas y materiales del origen de la autoridad y del esta- 1s. La parroquia y el castillo dominaban el entorno edificado y recorda- yan a los plebeyos su obligacién de trabajar y someterse. A pesar de que ‘nla década de 1780 los seftores ya no residian en sus fincas como solian jacerlo a principios de siglo, continuaban ejerciendo sus numerosas yrerrogativas que reforzaban la posicién subordinada de la comunidad, ya fuera reservando un banco en la Iglesia parroquial, llevando armas en jiblico, o nombrando a los funcionarios del pueblo. No podemos saber sta qué punto la deferencia que exigian era un sincero reconocimiento \ic su eminencia; no obstante, hay repetidos ejemplos de animosidad del jampesinado que desesperaban a los miembros de la élite. En Provenz, por ejemplo, se exigia que las comunidades locales respetasen las muer~ 28 LA REVOLUCION FRANCESA, 1789-1799 FRANCIA DURANTE LA DECADA DE 1780 A 1789 29 tes que pudiesen producirse en la familia del sefior evitando cualquidl ba de una cierta autonomia respecto de Roma, pero a su vez dependia de fiesta publica durante un afio. En esta regién, un afligido noble se lame# |i buena voluntad del personal de la Iglesia para mantener la legitimidad taba de que, en el dia de la festividad del santo patrén del pueblo de Saug} «le su régimen. A cambio, la Iglesia catélica disfrutaba del monopolio del ses en 1768, «la gente habia tocado tambores, disparado mosquetes y bai} culto piiblico y del cédigo moral. Asimismo, en reciprocidad a la obedien- lado todo el dia y parte de la noche, con gran boato y vanidad.'! cia y respeto de sus semejantes de la nobleza, el rey aceptaba que estuvie- La Francia del siglo xvint era una sociedad corporativa, en la que @ sen en la caspide de todas las instituciones, desde la Iglesia hasta las fuer- privilegio era parte integral de la jerarquia social, de la riqueza y de lf “as armadas, desde el sistema judicial hasta su propia administracién. identidad individual, Es decir, las personas formaban parte de grupaf Jacques Necker, un banquero de Ginebra que fue ministro de finanzas sociales surgidos de una concepcién medieval del mundo en el que if «lurante el periodo de 1777-1781 y ministro de Estado desde 1788, fue el gente tenia Ia obligacién de rezar, de luchar o de trabajar. Era una visi6f| ‘inico miembro del consejo de ministros de Luis XVI que no era noble. esencialmente estitica 0 fija del orden social que no se’correspondia La residencia del rey en Versalles fue la manifestacién fisica de poder ottos aspectos del valor personal, como la riqueza. El tercer estado, el imponente en la Francia del siglo xvm. Sin embargo, Ia burocracia Por ciento de la poblacién, inctuia a todos los plebeyos, desde los mend estatal era a Ja vez reducida en tamafio y limitada en sus funciones al 808 hasta los financieros mis acaudalados. Los dos primeros estada orden interno, a la politica exterior, y al comercio. Habia tan s6lo seis estaban unidos internamente por los privilegios inherentes a su estado] ministros, dedicdndose tres de ellos a los asuntos exteriores, a la guerra y Por su vision de sus funciones sociales e identidad, pero también estabalf « la armada, mientras que los otros se ocupaban de las finanzas, de la jus- divididos internamente por las diferencias de estatus y riqueza. A la cab@l (icia y de la Casa Real. Gran parte de la recaudacién de impuestos se za de toda forma de privilegio —legal, fiscal, ocupacional o regional— sf} «cosechabay en los fermiers-généraux privados. ¥ lo que es més impor- encontraba siempre la élite noble de los dos primeros estados u drdeneg} lunte, todos los aspectos de las estructuras instituoionales de Ia vida Estas antiguas familias nobles e inmensamente ricas en la cima del publica la administracién, las costumbres y medidas, la ley, las con- compartian una concepcién de la autoridad politica y social que manifeg} ribuciones y la Iglesia— Hlevaban el sello del privilegio y reconocimien- taban a través de un ostentoso exhibicionismo en sus atuendos, en suff (0 histérico a lo largo de los siete siglos de expansién territorial de la moradas y en el consumo de lujos. monarquia. El precio pagado por la monarquia por la expansién de sus El primer y segundo estado constituian corporaciones privilegiadag} (ciritorios desde el siglo x1 habia sido el reconocimiento de «derechos» y es decir, la monarquia habia reconocido ya tiempo atris su estatus priv «privilegios» especiales para las muevas «provincias». En efecto, el reino legiado a través, por ejemplo, de codigos legales distintos para sus mienf incluia un extenso enclave —Aviiién y el Condado Venesino— que conti- bros y de la exencién del pago de impuestos. La Iglesia pagaba tan s6l@] nud perteneciendo al papado desde su exilio alli en el siglo xiv. tuna contribucién voluntaria (don gratuit) al Estado, normalmente no La constitucién por la que el rey gobernaba Francia era consuetudina- del 3 por ciento de sus ingresos, por decisién del sinodo gobernante. sia, no escrita, Una parte esencial de la misma establecia que Luis era rey nobles estaban generalmente exentos del pago directo de contribucione «le Francia por la gracia de Dios, y que él solo se hacia responsable ante salvo del modesto vingtiéme (vigésimo), un recargo impuesto en 1749, Ng}_Dios del bienestar de sus suibditos. El linaje real era catélico y se transmi- obstante, las relaciones entre las érdenes privilegiadas y el monarca {ia solamente a través de los hijos mayores (ley silica). El rey era el jefe tercer pilar de la sociedad francesa— estaban basadas en la dependeneiff el ejecutivo: nombraba a los ministros, diplomaticos y altos funciona- mutua y la negociacién. El rey era el jefe de la Iglesia galicana, que gozalj ios, y tenia la potestad de declarar la guerra y Ia paz. Sin embargo, al {ener los parlamentos la responsabilidad de certificar los decretos del rey, habian ido asumiendo paulatinamente el derecho a hacer algo més que 1, Alain Cotlomp, Za Maison du pare: Famille et village en Haute-Provence al revisar su correcci6n juridica; es decir, los parlamentos insistian en que sus AVI et VIN Siécles (Paris, 1983), p. 286, 30 B LA REVOLUCION FRANCESA, 1789-1799 FRANCIA DURANTE LA DECADA DE 1780 A 1789 3 ee ae aay cates a a stbditos de las violacioneg} vincidia con el de los parlamentos (parlements by conseils. souverains). Rae aie eadiaen jenos que el rey decidiese utilizar la sei}'| Parlamento de Paris ejercia su poder sobre medio pais, mientras que el oe __ J onseil souverain de Aras tenia s6lo una pequefia jurisdiccién local. Nor- Promisos historicos a los que los monarcas franceses habiamfinalmente, el centro de administracién, la archidiécesis y la capital judi- eee pee paca ae eae aquiescencia de las provinciag} ial tenian sede en distintas ciudades dentro de la misma provincia, Ade- tados acuerdos relatives fee a els 8¢ manifestaban en os compli nis, rebasando todas estas fronteras ai habia otra antigua divisién entre Geen eee sees €n todo el pais. El impuestd. ley escrita o romana del sur y la ley consuetudinaria del norte. A am- soe ae erin) e (la talla), variaba segtin las provincias ypvos lados de esta divisién habia decenas de cédigos de leyes locales; por Si es habian comprado el modo de escabullirse por completojhupuesto, tanto el clero como la nobleza tenian también sus propios cédi- FA pceal impuesto indirecto, la gabelle (la gabela) sobre el consumdfyos especificos. 2 2 ae de es ie 60 libras por cada 72 litros hasta sdlo 1 libra Los que se dedicaban al comercio y a los distintos oficios se quejaban_ eee orn lufton describe grupos de mujeres ostensiblementahlc las dificultades que en su trabajo les creaba la multiplicidad de jurisdic- ‘endo contrabando de sal en Bretafa, Ia zona en que logfviones y e6digos legales. También la multiplicidad de sistemas moneta- poe scale pees y Hevandola hacia el este, a las zonas quef}ios, de pesos y medidas —las medidas de tamafio y volumen no estaban oe a ea Le See sus namente y obteneff \nificadas en todo el reino— y las aduanas internas suponian obstécu- cn ot reas et a eae / ___ los insalvables. Los nobles y las ciudades imponian sus propios peajes exenciin, Lay cinouenta » sehen Piuabras clave eran excepcién yf (niages) a los productos que se trasladaban por rios y canales. En 1664 cuenta y ocho provincias de la Francia del siglo xvuif casi todo el norte de Francia habia formado una unién de aduanas, pero cay pane Hae attae en 33 généralités (véasel yeyuia habiendo aduanas entre dicha unién y el resto del pais, aunque no Sees ae aoe Boer tamafio y raramente coinciianiempre entre las provineias fronterizas y el resto de Europa. Para ls pro- epee ce rehididcesis. Ademas, 1os poderes que vincias orientales era més fécil comerciar con Prusia que con Paris. Principales administradores del rey (intendants) podian ejercer varias Todos los ambitos de la vida piblica en la Francia del siglo xvii esta- pe eae Net de les généraltés(generalidades),conos inn caacterizados por la dversidad regional y la excepcionaldad,y la dlocy i Boron. rett (alses de Estado), como ta Breta, el Langued) consante resistencia de as cultura locales, Las estructura institucions- Ios inpucsten se a naban una cietaautonomia en ln citribucion del ics dela monarguia y los poderes corporatvos de la Iglesia y la nobleza tenia Las didn acne sos bans délecton (paises de eleccién), nlf saban siempre implicadas mediante préctcas locales, exenciones y esis de Paris hota Ins ea ama yriqueza desde ln archidi lstades. La regi de Cobiées perteneciene al Languedoe nos propor- alls oblopadee aoe nares Crotty u cobispados enlodados>, pe ciona un interesante ejemplo de esta complejidd institucional y de las ata chleed ‘ que el producto de acuerdos politicos jimitaciones con las que se encontraba la monarquia al tratar de ejercer « Siglos anteriores, especialmente en el sur durante el exilio del papadol control sobre la vida daria, Aquélla era una zona geogrficamente bien de- mi i ae : ae a 3 a limitada cuyas 129 parroquias hablaban todas occitano, con excepeién ipa de las fronteras administrativas y eclesiasticas de Francia naif «lc tres pueblos catalanes en su frontera sur. Sin embargo, la region estaba dividida a efectos administrativos, eclesidsticos, judiciales y contributi- vos entre los departamentos de Carcasona, Narbona, Limoux y Perpifién Los limites de estas instituciones no eran fijos: por ejemplo, los pueblos vecinos administrados por Perpifién pertenecian a diferentes didcesis, En el tere 12, Olwen Hufton, «Women and the Family Beo . Family Economy in Bighteenth-Century Fran inch Historical Studies, 9 (1975), pp. 1-22; Hufton, The Prospect before Her: Al {story of Momen ia Western Europe, 1300-1800 (Sera York, 1996), esp. cap. Roche in the Enlightenment, cap. 7, pp- 287-299, Corbiéres habia diez volimenes distintos para los que se utilizaba 32 LA REVOLUCION FRANCESA, 1789-1799 mino setier (normalmente, unos 8$ litros), y no menos de cincuenta m didas para definir un érea: la sétérée abarcaba desde 0,16 hectireas en k tierras bajas hasta 0,51 en las tierras altas. f Voltaire y otros reformistas hicieron campafia en contra de lo que con II. LA CRISIS DEL ANTIGUO REGIMEN sideraban la intolerancia y crueldad del sistema judicial, especialmente el famoso caso de la tortura y ejecucién en 1762 del protestante de To louse Jean Calas, condenado por el supuesto asesinato de su hijo para evi tar su conversi6n al catolicismo, El sistema punitivo que Voltaire y otr condenaban era una manifestacién de la necesidad que tenia el régimen d : gjereer el control sobre su inmenso y diverso reino mediante la intimidad] (Una de las cuestiones largamente debatidas por los ee ae cidn y el temor. Los castigos publicos eran severos y a menudo espectacudl si la burguesia del siglo xvul tenia «onciencia de clase: a eae lares. En 1783, un monje capuchino apartado del sacerdocio acusado d@j Revolucion Francesa fue obra de una burguesia ae croc agredir sexualmente a un muchacho y apufialar a su victima diecisieta] drdenes privilegiados acelerando con ello la transicién del feudalist veces fue quebrado en la rueda y quemado vivo en Paris; y dos mendigog] capitalismo de acuerdo con el modelo marxista de ae ss cde Auvernia fueron también despedazados en la rueda en 1778 por habe] 10s términos de dicho debate se han planteado a menudo i am amenazado a su victima con una espada y un rifle. En total, el 19 por cient@} simplificada, esto es, tratando de responder a la cuestion de si cA de los casos comparecidos ante el tribunal prebostal de Toulouse entre 1773} bros mas ricos de Ia burguesia estaban integrados en las clases gobe y 1790 acabaron en ejecucién piblica (alcanzando incluso el 30,7 posf (es. De ser asi, zno podria argumentarse que no habia ninguna Sut ciento en 1783) y otros tantos en cadena perpetua en prisiones navales| yua ni profundamente arraigada en el seno de esta socie br cane Sin embargo, para la mayoria de los contemporineos la monarquia da] _revolucién tan s6lo esgrimia causas recientes y por ello rel ee Luis XVI parecfa el més estable y poderoso de todos los regimenes. Aund] _insignificantes? Hay pruebas evidentes a favor de este eee que la protesta fuera endémica —tanto en forma de disturbios por ld] Los nobles desempefiaron un papel activo en el cambio agricol ey mie comida como de quejas sobre los atrevimientos de los privilegiados—] cn contraste con lo que su reputacién suponia entonces y ey ose casi siempre se desarrollaba dentro del sistema: es decir, contra las amedj _ennoblecieron de entre los financieros y fabricantes mas eu pies any hazas a una forma idealizada en la que se suponia que el sistema habia] _viduos como el emigrante bavaro Christophe-Philippe Ober anit le funcionado anteriormente, Efectivamente, durante los motines popul habia establecido una fibriea de tejdosetampaos en Jouy, crea de Ver- ms generalizados en los afios previos a 1789 —la «guerra de la harinajf salles. Entre los objetos més codiciados por los burgueses figurab a en el norte de Francia en 1775— los amotinados gritaban que estaba] 70,000 cargos venales, de los que 3.700 conferian nobleza a ane bajando el precio del pan a los acostumbrados 2 céntimos Ia libra «em] _ostentaban, Algunos de estos jévenes burgueses ambiciosos que ac: nombre del rey», reconocimiento tacito de la responsabilidad que tenia rey ante Dios de procurar el bienestar de su pueblo. No obstante, en 1. La elasica formulacion marxsta de los origenes de a crisis de 1789 se encuentra en década de 1780, una serie de cambios a largo plazo en la sociedad franced} Georges Lefebvre, The Coming ofthe French Revolution, tod, R. R. Pane el Bf cemenzaron a minar algunos de es pilates fendamentales dela auto] 1947; yen Sobol, La Rewuein Francesa, ie, Barlo, 1994, (is a Sa dad y @ amenazar el orden social basado en los privilegios y las corpos} eles —Londres, Lee ae eat (oxen isioy Veta aciones, Dificultades financieras profundamente arraigadas pondrian gj °¥'c Origins a the Fretel Relat, hr (Londres, 1987), William Doyle prueba la capacidad de la élite para responder a los imperativos, de pane lagen de qe as notes ybugueses inxs formaban na bio, Una abrupta crisis politica haria aflorar estas tensiones y probl bles en su obra, The Oxford History ofthe French Revolution (Oxford 1989), 35 N a4 LA REVOLUCION FRANCESA, 1789-1799 a alae tra eue REE a i fioch estando a la vanguardia de la iniciativa militante contra los nobles después y wonciencia de clase» en la Francia del siglo xvi poe ne de 1789, encontraban apropiado e incluso deseable afiadi un prefijo 0 sw comienza su estudio de «la formacién de la Cea Pais Guna fijo noble a su apellido plebeyo: de Robespierre, Brissot de Warville, yf. que «no habia burguesa parisna alguna en el siglo x ee Danton. Por otro lado, hay que sefialar que los distintos grupos profesion- «jue Tos bungueses no se definian a si mismos como p ee {28 due conformaban la burguesia no se definian a st mismos como miemaff (Osco con intoveses y puntos de vista similares, Ln dient oes bros de una «clase» compacta, unida a lo largo y ancho de todo el Pais por \c 1a época definian el término burgués por lo que no ans los cargos que desempefiaban y por intereses socioecondmicos similares, obrero manual—o utilizando «burgués» como pane, : ea popan Sin embargo, podria resultar mucho mas esclarecedor el considerar all No ststant, como Sarah Maza nos muestra, No to ae la élite de la burguesia como un &tupo que buscaba ingresar en el mundo que no hubiera critica de la nobleza: al contrario, las c aces Of Ia atistocracia trastornéndolo al mismo tiempo sin darse cuenta, Los estudiado a través de la publicacién de ime ay en burgueses més acaudalados trataban de comprar cargos y titulos nobles, de hasta 20,000 en los aos 1780 demuestran un fecuente y poderoso Pues éstos les aportaban riqueza y a la vez un Puesto en aquella sociedad. 9 j«chazo de un mundo aristocratico tradicional que earner pes Noes de sorprender que intentasen abrirse camino en un mundo que nuns violento, feudal e inmoral, y opuesto a los valores de la Gal dota a habrian imaginado que pudiese terminat. Por ejemplo, Claude Périen, \ tiand y utilidad.? En el mundo cada vez més sone oe as ¢l adinetado propietario de una fabrica textil de Grenoble, que también siglo xvi, los nobles discutian acerca de si la aboli io de ee a Poseia una plantacién de azicar en Santo Domingo, pagé un millon de dérogeance (degradacién) para permitir su ingreso en Logue todaetio libras por varios seftorios y el inmenso castillo de Vizille en 1780, don- IP jaria la wutilidady de la nobleza a ojos de los chistes meee de construyé una nueva fabrica textil. El rendimiento de sus seflorios sugiere es que, aunque entre la burguesta no a oe sr Bn ont libras anuales— era aproximadamente el mismo que el que po- fe vg programa politico, si habia sin lugar a du‘ est ea dria haber obtenido de haber llevado a cabo otras alternativas de inver- je jos érdenes privilegiados y de las supuestamente ant a sién, No obstante, aunque la burguesia més acomodada pusiera todas sus caciones de las funciones sociales en las que sesustentaban, esperanzas y fortunas en lograr el ingreso en la nobleza, nunca dejaban de Si los cambios se manifestaban en Ia forma en Laveen a: Ser «intrusos»: sus reivindicaciones por alcanzar Prestigio no s6lo se basa- J jehate publico en los afios previos a 1789, gno es ee i hictorisdceoate ban en sus distintos logros, sino que su mismo éxito resultaba subyersivo. cambios en la sociedad francesa? Recientemente los | praeinR para la raison d’éire del estatus de nobleza, A su vez, los nobles que emu. vuelto al estudio de lo que ellos Naman ae macenl {aban a la burguesia tratando de parecer «progresistas» y se unian, por del siglo xvm, es deci, de Tos objetos materiales y prcticas de uae Slemplo, a las logias masénicas, socavaban la exclusividad de su orden, Mf \contraica, No obstante, no han dado este paso para recup Jectual como «refiejos Otros historiadores han tildado de «infructuosas» y «anjadas» las interpretaciones marxistas de la vida cultural € eee te sale Yala oo crn eens Seilesyeconmios de a evolcin de la estructura econémica, sino més bien par omprende Is signin y afirman que sus origenes y naturaleza pueden observarse mejora través J jos que la gente de Ia época otorgaba a su mun de un anal smbios s de la «cultura politica», segiin palabras de Lynn Hunt, del] cambién de sus palabras. De ello se desprende que una serie de cau Papel de los «simbolos, el lenguaje, y el ritual al inventar y transmitir una tradicién de accién revolucionariay.? Efectivamente, algunos historiado- class Commctonaneld int refeyTutlonsy res han puesto en tela de juicio la idoneidad de términos como «clase» J} Social Change: Why there was no Middie- ve i ee cco Mono DVD ete 4 "SB ah een ef hc Pin ge 18 0 Came 2. Lynn Hunt, «Prélogo» a Mona Ozouf, Festivals and the French Revolution, trad. Mass., 1996), p. 1; Sarah Maza, Private Lives and Publi ts cane Cea Ae aie ey cael aes Luxury, Morality, and: Prerevolutionary France (Berkeley, Calif., 1993); y «l ITY, 36 Jones ha estudi res en las revit aire: la densa Colin Lueas (ed), interrelacionados —econémicos, do las bases de la autoridad social glo xvi, La expansién limitada py pitalista en la industria, sobre iodo en el comercio, de riqueza y valores contra una sociedad ordenada d nes de autoridad por parte caleulado que el nitmero d aproximadamente 2,3 mil sia se iba gestando una cl Por los escritorios, 1750 se revelaron Journal de santé y a la salud, que abog: vinculada al negocio coloni istas de la época, En los afios ochenta, sali 4. Colin Jones, 4 ‘olin Jones, «Bourgeois Revolution Revivified: 1789 and Rewriting the French Revolution (Oxford, 1991); ios a las bases institucionales del absoluti le privilegios corporativos y de reivindicaci de la aristocracia y de la Iglesia. Colin Jones le burgueses aumenté de unos 700,000 en 1704 ete 780. Incluso entre la pequefia burgut pe ea Itura de consumo», patente en el gust 20s, relojes y sombrillas, Las décadas posteriores LA REVOLUCION FRANCESA, 1789-1799 sociales y culturales— estaba socave 1 y politica en la segunda mitad del a peto totalmente visible de la empresa en la agricultura de las tierras del interior de Parl ial, generaba for a y mas regul. imas de simplicidad en sus viviendas y modales ido las diferentes expresiones de este cambio de val ieron al mercado ote i r Publicaciones periédicas dedicadas a la higiene in por Ia limpieza de las calles y la circulacién dé mezcla de sudor y perfume que despedian los cortesano y perfume I y de los pobres en las ciudades, la suciedad y la orina. El conteni cias denominadas Affiches, des y leian unas 200,000 personas, vez més «patridtico», En dichas | Como «opinién piblica», «ciudadano ticos, y al mismo tiempo podia leerse Toulouse de diciembre de 1788 sobre «l (sic): gotas patridticas para la tos «para el bien piiblicon.4 ible como el «hedor» de los campesin que se elaboraban en cuarenta y cuatro ciuda se fue haciendo perceptiblemente ca paginas abundaba el uso de términ Social Change», y

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