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REHACIENDO EL CAMPO. EL LUGAR DEL ETNOGRAFO ENTRE EL NATURALISMO Y LA REFLEXIVIDAD* Sabina Frederic** RESUMEN Rehacer el campo es precisamente mi propdsito aqui, en el sentido de reconstruir el proceso de construcciGn de datos, que es para mi el campo mismo, sondeando, explicitando y definiendo los presupuestos y estrategias que lo hicieron oscuro, escabroso y hasta infructuoso, Situada en una perspectiva reflexiva, debato con el naturalismo a efectos de establecer las potencialidades y limites de hacer etnografia cuando se estudian universos proximos. Presentacién Con este articulo pretendo revisar el trabajo de campo Ilevado a cabo en ocasion de la Tesis con la cual obtuve fa Licenciatura en Ciencias. Antropolégicas. El propdsito de su revision és explorar tanto como poner en duda, mi perten ia al universo de estudio y sus distintos contextos, y e! aleance que esto ha tenide en el * La primera versiin de este trabajo fue elaborada pracias a los valiosos comentarios de los miembros del Grupo Taller de Trabajo de Campo Etnografico del IDES. y luego prese mada a las Primeras Jornadas de Etnografia y Métodos Cualitativos, realizadas en junio de 1994 en la misma institucién. “* Lic. en Cs. Antropoldgicas, Instituto de Investigacién én Cs. Antropolégicas, Facultad de Filosofia y Letras Universidad de Buenos Aires. Instituto de Desarrollo Econdmico y Social 85 fo VI, N° 7 1998 PUBLICAR, proceso de construcciGn de datos, Me interesa destacar esta experiencia porque considera que represents algunos de los presupuestos con los que jévenes no-inicia- dos en antropologia, entendemos y abordamos nuestro trabajo de campo. La investigacién referida tuvo entre sus rasgos distintivos, el con: una investigacién desarrallada en un universe social de! que me sentia parte y con el cual suponia tener mucha familiaridad. Su tema se remitia a las relaciones de poder existentes entre actores vinculados por una politica municipal orientada a la “regula- rizacién dominial y urbana”, y yo participaba de su implementacién. Comenzaré el analisis haciendo una crénica del proceso de construccisn del problema de investigaci6n, la involucracién con fos sujetos estudiados. laestrategia de! trabajo de campo y sus corsecuencias. Posteriormente me detendré a establecer los stipuiestos que aetuaron tras la posicién asumida en el campo y asi redefinir el proble- ma de Ja distancia, Finalmente intentaré, desde un enfoque alternativo. examinar las posibilidades y limitaciones de hacer antropologia en universos de esta especie. stir en Aproximacién al contexto de estudio Cuando a fines de 1988 ingresé como empleada administrativa’ a trabajar en la Subsecretaria de Tierras y Viviendas (en adelante Subsecretarfa) de un Muni- cipio del Gran Buenos Aires, lo hice pensando que debia aprovechar este ambito para “hacer antropologia”. Claro que cuando uno es estudiame no tiene siempre claro cual es su significado y tendemos a pensar que el vinculo de nuestra diseiplina con la “gestién” de politicas pablicas es mds bien intenso, o que se trata de una de sus dimensiones. Este iltime era mi caso, por ello asum/ Ia tarea como un desafio y estuve atenta a los sucesos cotidianos. En abril de 1989 inicié el Seminario Anual de Investigacion como estudian- te del tiltimo.afio de la carrera de Ciencias Antropoldgicas. Por exigencias curriculares debia disefiar un proyecto de investigacién en el curso de ese afio, Tomé emtonces la decision de hacer un proyecto sobre el problema de la posesidn de la tierra, el Estado local y la organizacién politica de los “vecinos" en este municipio. Comencé a precisar el problema formulando ciertas preguntas que ven‘ haciéndome desde mi incorporacién a las actividades de rutina de la Subsecretaria: reuniones con vecinos y funcionarios, atencién y derivacion de reclamos, visitas a 86 PUBLICAR, ano VI, N° 7 1998 -vecinos, enfrentamientos entre funcionarios, entre otras. Principalmente en las re- uniones entre vecinos y funcionarios, habia observado un recurrente malentendido Algunos “referentes’’ de barrio (usualmente conocidos como punteros) solicitaban a funcionarios del area denominada de “organizaci6n comunitaria™ que fuesen al ba- trio a explicarles a sus vecinos que lo que ellos le decian, como por ejemplo que corrizran los alambrados, no era una ocurrencia propia sino un pedido “de la munici palidad”. Pero los funcionarios insistian en que esa tarea la debian cumplir los “ase- sores”, asf es como el municipio llamaba formalmente a los punteros de barrio (tér- mino que no se usa frente a ellos). Mi primer dia de trabajo observé una situacién que me lam la atencién. Fui invitada a participar de una reunién entre funcionarios y “asesores” de quince barrios. Estas reuniones se venian realizando los sibados por la mafana en la Subse- cretarfa, y el tema era la organizacién de la convecatoria y movilizacién por cinco proyectos de Ley de Expropiacién de tierras, a la Camara Provincial de Diputados. El hecho registrado en mi memoria fue el siguiente: Augusto, funcionario-militante de un barrio, coordinaba Ia reuniGn sentado sobre un escritorio frente a unos veinte vecinos (habia mas de uno por barrio), algunos luego supe eran militantes y otros sélo vecinos, pero todos ellos habian sido nombrados “asesores™ del Intendente Mu- nicipal por decreto. Mientras éf hablaba de la importancia de la “unidad" y la “sol ridad", de la “participacién demoeritica” y de la necesidad de recordar el pasado autoritario, los vecinos hacian un completo silencio. Cuando Augusto concluyé su discurso, pidié.a los vecinos que dieran su opinién, los insta que “participaran”. Fue entonces, que un vecino del barrio Villa Encuentro comenzo a hablar. Inmediata- mente Augusto bajé del escritorio y de espalda a los presentes se dirigié a la cocina. Luego de unos instantes regres6, encendis un cigarrillo y retomé la posicin anterior, Mientras, José deefa que estaba cansado de “pelear por las leyes de expropiacién y que nunca pasaba nada, que sus vecinos no querian participar de las reuniones, y que siempre era él mismo que lo hacia, Augusto lo dejé terminar, y le dijo que debia darse por satisfecho frente a los demas barrios, porque Villa Encuentro estaba “ade- lantada” respecto de ellos. Seguidamente prosiguié con su discurso. De esas reuniones yo participaba a pedido de los funcionarios, quienes querian que diese una opinién sobre su desarrollo, “{qué te parecié la reunién?”, me preguntaban. Mis opiniones consistian en poner de relieve sucesos como el descripto: contradicciones entre lo que se dice y lo que se hace, y malos entendidos. 87 PUBLICAR, afio VI, NY 7 1998 Asi, en una primeretapade definicidn del tema de investigacién, privilesié ln exploraci6n de la relacién que funcionarios-militantes barrialgs, “punteros” 0 “re- ferentes” y veeinos, mantenian bajo las condiciones impuestas por el conjunto de pricticas y nociones vinculadas al drea de [a Subsecretaria denominada de Organi- zacién Comunitaria. Mientras tanseurria la cursada del Seminario de Investigacion, sumaba nuevas reflexiones sobre la relacién mantenida entre dichos sujetos. Final- mente resol vi tomar como unidad de observacién el bartio al que me habian asignado para la organizacién de la reubicaciGn de veinte familias: Villa Encuentro. Los proce sos propios de esta unidad de observacién serian contrastados con los de un barrio contiguo. de nombre Latinoamérica, en el cual nunca habia trabajado, poco sabia de bn realizada obedeci6 a la fuerte insistencia de los funcionarios Laseleec su histor de la Subsecretaria en las protundas diferencias en cuanto a: “organizacién” y “re- sularizacién del dominio’ bia tenido intervencién en ambos, pesaba sobre los vecinos de Villa Encuentro el estigma de “la desorganizacién”, por oposicién al barrio Latinoamérica, En esta instancia de aproximacian a la unidad de estudio (la Subseeretaria yel barrio Villa Encuentro) que se extendié por espacio de seis meses no hubo mas que dos entrevistas, y algunos registros de observaciones. Las actividades propias del trabajo de campo fueron dejadas, segiin proyecto, para el afio siguiente. Enton- ces a fines del ‘89 formuld las hipdtesis y objetivos del proyecto de Tesis. Sostenia en el proyecto que la Subsecretaria, actuando en representacion del poder local, desplegaba un conjuntode mecanismos de control social sobre los dirigen- tes barriales, mediante el conjunto de: préicticas y nociones lamadas de “organizacion comunitaria”. Debido a sus earacteristicas se producia lo que Buci-Gluckman (1989) denomina secializacién estatista, proceso propio del Estado Benefactor pero persis- tente a'su crisis, productor de una fragmentaci6n de los lazos sociales por efecto de la enajenacion de las demandas de los pobladores de sus condiciones de vida Los objetivos del proyecto fueron los siguientes: a) Objetivo General: co- nocer la relacin social establecida entre funcionarios y pobladores de villas ¥ asentamientos, a partir de la estrategia politica de “regularizacion dominial” de la tierra, en el periado 1984-1990 en un municipio de! Gran Buenos Aires, b) Objetivos Especificos: 1) Analizar la configuracién de la estrategia politica, atendiendo a: acto- res sociales intervinientes, acciones especificas, discurso politico. 2) Analizar las demandas de los pobladores de villas y asentamientos en tomo a la propiedad de la ' entre uno y otro barrio. Atin cuando ta Subsecretaria ha- 88 PUBLICAR, afio VI, N? 7 1998 tierra durante la implementacion de Ja estrategia politica. 3) Conocer el cardcter que asume la accidn colectiva entre los pobladores de villas y asentamientos en relacion a la estrategia politica El trabajo de campo y la construccién de la distancia De acuerdo al cronograma de trabajo establecido, inicié el trabajo de cam- po en julio del 90 y Io prolongué hasta septiembre de ese afte. Cuando disené la estrategia de aproximaci6n al campo me preocupaba la involucracién con los sujetos estudiados. Me consideraba un miembro mids del universo de estudio, quizés dema- siado competente de este sistema de aceién como para descotidianeizar (Lins Ribeiro: 1989) o descubrir la artificialidad de las practicas sociales. Esta cuestién fue en aquel momento percibida como un obstéculo al desarrollo del trabajo de campo. _Cémo yo, sujeto de la aceién, a extrafar las pricticas y sentides que practicaba, que no sélo me eran familiares sino practicamente conocidas?’ Sil proceso de extrafiamiento consiste én la experimentacién de una ten- sién entre la aproximacién a un universo de sentidos y su distanciamiento por el contraste con el marco de referencia del investigador (Lins Ribeiro; 1989); cémo extraitar practicas y sentidos familiares?, ;cémo monitorearlas, para hacerlas artifi- ciales?, como hacer para que el marco de referencia propio, pueda ser exotizado? En sintesis, como habria de construir la distancia? En el campo, la respuesta a esas preguntas consistié en primer lugar, en adoptar distintas estrategias de aproximacién a los sujetos de estudio. Mi objetivo era ampliar fa visi6n, centrada hasta entonces en la relacion sostenida entre miem- bros de la Subsecretaria y los vecinos del barrio Villa Encuentro, en este orden. Resolvientonces, comenzar el trabajo de campo por el barrio Latinoamérica, al cual nunca habia ingresado, continuaria por Villa Encuentro y por ditimo realizaria entre- vistas y observaciones en la Subsecretaria, En segundo lugar me propuse modificar mi relacién con los sujetos estu- diados, tanto con los actores de Villa Encuentro como con los de la Subsecretaria. La definicién de mi rol como agente municipal debia ser desplazado o sustituida por el de investigador.' Sin este factor podria ampliar la mirada « otros discursos, pero permaneceria centrada en la vision de un miembro de la Subsecretarfa; asf es 89 PUBLICAR, afo VI, N° 7 1998 como me trataban y esto habria sido lo percibide. Sino lograba variar el vinculo, mi perspectiva hubiera sido Ia de un sujeto interesado, involucrado, con lo cual no habria “distancia objetiva’? mediante la cual extrafar. Para ello pensé en transfor- mar las pautas de relacién siguiendo practicas de campo desrutinizadoras de las de tividad laboral. En este sentido ambas estrategias fueron complementarias mi 3 Las practicas de campo ideadas para “desinvolucrarme” fueron: la realizacién de entrevistas en los horarios extra-municipales, y la perseverancia en presentarme ante cada uno de mis virtuales informantes como estudiante de antropologia en plan de Tesis. No obstante, durante el trabajo de campo los resultados de tales estrate- gias me parecieron un fracaso. Pese a los esfuerzos realizados, no consegui cambiar la percepcidn que los otros tenian de mi, Transcribiré a continuacién el registro de una entrevista al vicepresidente del Centro Cultural de Villa Encuentro, donde queda explicita la imposibilidad de cambiar un rol que por sobre todas fas cosas era conti- nuamente actualizado por mi trabajo para la Subsecretaria Luego de dos horas de entrevista, me levanté para irme y Armando me preguntéqué informacién queria. Le dije que todo lo que habiamos estado hablando me servia, que era importante lo que ellos decian para el tema gue estaba investigando. Armando; No, porque por ahi vos querés saber algo concreto... De todas formas yo te quiero agradecer, porque es la primera vez que alguien de la municipalidad se preocupa por io que nes pasa. Yo: Mird, esto, como te dije antes, no lo hago como empleada munici- pal, sino camo estudiante de la facultad... Por esa venga a esta hora. Esta es parte de un trabajo de investigacin que quizds pueda servir- les para algo, 0 quizds no. Armando: Por qué no?, clara que puede servir. Yor Ojala pueda servir, pero no necesariamente. Armando: De todos modos te agradezco porque yo sé que todo aht es politica... Porque yo sé que es ast, ¥ nosotros na tenemos a nadie 90 PUBLICAR, ano VI, N* 7 1998 que trabaje en ta municipalidad, Lo elegimos a Juan presidente porque 61 sabe cémo se maneja todo ahi dentro, sabe con quién hablar, donde ir... Este fragmento de un registro de campo me sefialaba la persistencia de los vecinos de Villa Encuentro en adscribirme al rol de empleada municipal, y porende mi fracaso en la construccién de la distancia del universo de sentidos y practicas que conformaban la relacién entre agentes municipales y vecinos, La recurrencia de estas situaciones me |levaron a no insistir en parecer otra cosa, opté por acomodar- ‘me ala situacién. De ahi en mas prevaleceria como estrategia de campo el registro de las tareas que realizaba como empleada municipal, de mi interaccién informantes. Asi como yo suponia que ellos me veian. Asi, mi insistencia por ser adscripta al rol de investigadora decay6, y la mn los estrategia de campo se convirtié en participacién plena. Esto sucede, dice Guber cuando “se prioriza un modo de conocimiente fundado en la inmersién” (1990: 187), Paulatinamente fui dejando de explicitar mis propdsitos académicos, y me aboqué a la toma de registros de los contextos de interaccién producidas por cuestiones de trabajo. Sobre todo la etapa de trabajo de campo en la Subsecretarfa se caracteriz6 por esta “mimetizacién con el ambiente” (Guber; op. cir) que caracteriza dicha estrategia. Para la mayoria de los funcionarios, la investigacién que yo habia anun- ciado un mes atras, no los involucraba, no hacian comentario al respecto. No habia para ellos otro lugar que el que yo ya tenia y éste, como el de todos mis compafieros de trabajo fue, en el perfodo que realizara el trabajo de campo y debido a ciertos acontecimientos ligados a la sucesién de los cargos internos, reafirmado con urgencia. Fundido a desgano el campo con mi empleo, tome registras de: procesos de decisi6n, reuniones, atencién de demandas y discursos politicos, que involucraban en algunos casas a vecinos 0 “asesores” de ambos barrios. (Qué otra cosa podia hacer? Reflexionando a la distancia, lo que posiblemente debi hacer es modificar las hipétesis de trabajo a efectos de aprovechar los recursos que me provefa el campo, mis ligados a la dindmica del ascenso, sustentabilidad y ocaso de los intermediarias y patrones politicos. De este proceso era del que me encontraba participando. Fui acu- sada de tener “los pies fuera del plato” por uno de estos funcionarios-politicos, hasta ser inducida a ocupar un lugar en la disputa; yo sabia emo habia que “manejarse” en ‘elmunicipio y podia hacerlo en favor de los vecinos de Villa Encuentro —transcripe OL PUBLICAR, ano VI, N® 7 1998 Pagina 90-. Claro. que no ejercité el control reflexivodel mismo, Si bien esta dimension de la cuestién ocupé una seccidn de la Tesis, debié convertirse explicitamente en uno de los ejes principales de construccién conceptual de la etnografia, Me refiero a que la dimensién del campo del cual yo era nativa, reflejaba que la socializacion estatista del Estado Benefactor en crisis, no era precisamente un proceso tipificado y globalizado En este municipio de! Gran Buenos Aires, el escenario politico estaba gobernado por conflictos sobre los supuestos mecanismos de control social, Las nociones y practicas para la organizacién comunitaria, conformaban menos un instrumento aceitado de contro! que una arena de disputas facciosas en la que se veian diferencialmente involucrados Jos funcionariosde mayor jerarquii, nosotros los empleados, los punteros y los vecinos. Si-esto no fue posible, ni siquiera imaginable, se debis a la perspectiva metodoldgica con la que abordé el campo. La preocupacidn naturalista del observa- dor distante y neutral, fue fa mia, y a ba que le debo la baja productividad de mi trabajo de campo. La dificultad para asumir una actitud reflexiva muestra la persis- tencia del empirismo en nuestra concepcién practica de cémo se conoce, En este sentido, la concepcién metodolégica con la que abordé el campo hizo que concibiera esta imposibilidad de ser vista como investigadora, como un obstaculo en la construccién de datos. Y, atin cuando pudiera parecer que el presu- poner que en realidad yo era para ellos un agente municipal, implicaba asumir una posicién reflexiva; esto no significé trascender esos supuestos naturalistas que evi- tan la aplicacién de la reflexividad también al propio investigador en la relacin de campo. Considero de este modo que sdlo un cambio de enfoque puede arrojar luz sobre la cuestién, y asi determinar las limitaciones de este trabajo de campo. En la seccién siguiente pretendo mostrar como invadid el naturalismo mi practica antropolégica a efectos de redefinir potencialidad y limites del campo. La producci6n de la distancia Decia que esta sucesi6n de “obsticulos” al desarrollo del trabajo de cam- po pueden ser comprendidos si se los interpreta como la expresién de un abordaje naturalista. Con esto quiero decir que la lectura de los acontecimientas en tanto obsticulos, © incluso la adopcidn de las “estrategias superadaras”, encierran al naturalismo como marco de referencia metodolégico, 92 PUBLICAR, ano VI, N° 7 1998 Es caracteristico del naturalismo exigir al emégrafo la construccién de una posicion neutra, que le permita desde su no-participacién en el contexto estudiada, registrar todo, para de este modo construir una visién no sesgada de “lo real”. El elndgrafo se constituye en un no-sujeto, un individuo que no asumiendo rol social alguno, puede ser totalmente objetivo. Se niega la subjetividad para no distorsionar el objeto de conocimiento. El investigador naturalista percibe lo rea! “tal cual es”, sin cargarlo de valores. afectos, preconceptos, etc. Para el naturalismo no hay un sujeto cognoscente que participe activamente en el proceso de conocimiento, La relacién de investigacion no se problematiza, debidoa que sélo hay un sujeto condicionado por su marco de referen- cia, y es éste el sujeto-objeto de conocimiento: los informantes. El extrafiamiento de las pricticas y sentidos se produciria borrando al investigador del contexto social estudiado. La distancia respecto del universo de sentidos de los sujetos de estudio se alcanza por la produceién de un rol aséptico y neutro. Esta fue la concepcién metodolégica que me acompaiié en el campo, y la que me impulsé a definir mis estrategias en relacion a él. Y si el reeurso a la participacién plena también me parecié un fracaso se debid a suponer que mas que haberme mimetizadocon el ambiente (Io cual implica un movimiento de-aproxi- macién) yo ya era parte de él. En el naturalismo-uno no es un sujeto, y los aconte- ientos me revelaban que yo si lo era. Segiin este marco interpretative el fraca- so de las estrategias lo era también de los resultados. No convertir la relacidn existente en una relacion de investigacién me seflalaba no como etndgrafa (edad, género, clase, oficio, ete.) sino como un sujeto mas. Siendo una mas no habia distancia con ellos y sin extraiamiento no hay artificialidad de las précticas, reza el naturalismo, En esta direecién las posibilidades de hacer antropologia en un contexto familiar se ven limitadas a aquellos contextos en los que uno es reconocido como -etnégrafo (ni siquiera caben distinciones de. género) o logra convertirse en uno mis, claro esta, sin tener nada que ver con ellos. El problema es ,cémo esta variame del empirismo piensa la produceién de la artificialidad de las pricticas y nociones, desde la visién de un no-sujeto? Lo que no puede es debatir el significado mismo de lo familiar 0 lo ex6tico, sino darlo por hecho, determinarloa priori. En realidad para un no-sujeto todo es exdtico, mientras para una persona hay practicas familiares, proxi- mas y conocidas.” Esto es precisamente lo que me imponia el campo, la diversidad 93 PUBLICAR, afio VI, N° 7 1998 subjetiva de los contextos y el reconocimiento de mi persona en el universo estudia- do y en el proceso de conocimiento. Y entonces como advierte Okely: “Cualquier tendencia latente a tratar a la gente como objetos o curiosidades distantes tiene que ser confrontada y no reprimida” (en Strathern; 1987). Pero lo inverso también es cierto, y estar o no en el propio lugar depende, siguiendo a Strathern, de la coinciden- cia entre las propias representaciones y las de los informantes. Las credenciales personales del antropélogo no nos dicen si é] oella estén en casa (...) Pero lo que éVella escriben al final, si: si hay o continuidad cultural entre Jos productos de su trabajo y lo que fa gente en la sociedad estudiada produce por medio de relatos sobre si mismos (op. cit.: 2). Claro que esto no se sabe de antemano, sino en el campo. Una mirada reflexiva del trabajo de campo Lo que proponge es una lectura reflexiva de los acontecimientos y de la posicién adquirida en los contextos estudiados. La reflexividad implica entender al einégrafo como sujeto social, condicionado por su propio marco de referencia, me- jante el cual participa activamente del proceso de conocimiento. Investigador ¢ informante participan de una relaci6n social con caracteristicas particulares y, en el curso de la cual: “El actor se compromete con el proceso y flujo del mundo natural y social y,a través de sus acciones, entraen negociaciones can si mismo, y conel mundo. A través de una serie de transacciones con el mundo en constante flujo, el actor social crea y recrea mundos y significaciones sociales... De esta forma, e! etnégrafo tam- bién navega y explora la superficie variada de los diversos escenarios sociales: el remanso y también las corrientes principales. En virtud de sus actos, de sus transac- ciones, e! etndgrafo-reporter narra los descubrimientos y auto-descubrimientos del actor, Los informantes cuentan sus historias y, a su vez, los etnégrafos también euentan las suyas.”* (Atkinson en Hammersley, 1980; 5), En este sentido, el conocimiento antropolégico se co-produce entre inves- tigador e informante. Al interactuar el emdgrafo es adscripto a distintos roles que le permiten, a los sujetos estudiados, anticipar e interpretar las acciones de aquel. Pero el investigador lucha por conseguir que se le asigne su propio rol. Esta tensién entre 94 PUBLICAR, aito VI, N° 7 1998 Joque los informantes piensan o desean que el investigador sea y lo que el investiga- dor quiere ser. produciria la creacién y recreacién de universos de significado por efecto de esa negociacién del rol inscripta en el TC. La productividad etnogriifica como capacidad de deseubrir la artificialidad y diversidad de normas y pricticas, radicarfa en parte cn la capacidad del etndgrafo de sostener tal negociacidn sin sucumbir definitivamente a ninguno por mis comodo que se sienta en él, reflexio- nando sobre sus decisiones y las de los informantes; seitales que arrojan datas de las posiciones adquiridas en ef campo. En sintesis, la distancia del universo de sentidos de los sujetos estudiados, seria producida por la intensificacién del control de! investigador sobre su propio comportamiento como sujeto, antes que por la exclusidn propuesta por el naturalismo. La aplicacién de este enfoque permitird en este caso poner en cuestiGn el grado de pertenencia o familiaridad, historizando mi inmersién en los contextos estudiados y examinando. representaciones “propias” y “ajenas”. Por medio de esta reflexin procuraré dar cuenta de las posiciones adquiridas en el campo, de la delimitacién y extension del propio trabajo de campo, y de sus implicancias respecto de la hipétesis y objetivos de investigacién. Historizar mi familiaridad con el universo subjetivo estudiado o rastrear el proceso de negociacién de roles con los distintos sujetos de estudio, supone precisar el inicio de mi trabajo de campo. Si bien hubo un comienzo formal, éste estuvo sujeto, como dijimos, a toda una concepcién metodolégica; y no podemos definir el trabajo de campo sélo por las actividades 0 rutinas que en él se Hevan a cabo. Tal como lo indica Guber: ELTC es una etapa que no se caracteriza sélo por las actividades que se Hevan a cabo (obtener informacién de primera mano, wiministrar encuestas y conversar con la gente) sino fundamentalmente por el modo en que abarca los distintos canales y formas de la elaboracién intelectual y del conocimiento social, (7990:86), Pera, {cual seria ese “modo” de la elaboracién intelectual? Para el enfo- que antropoldgico esa modalidad de produecidn intelectual estd ligada al denomi- nado proceso de extrafiamiento (Da Matta, 1983; Lins Ribeiro, 1989), un modo de conocimiento basado en la tensién que se produce entre la aproximacién objetiva a 95 PUBLICAR, afio VI, N° 7 1998 un centexto determinado. y el distanciamiento subjetivo, experimentado por el in- vestigador. La duda antropolégica que lleva a tener Anthropological Blues, sefiala Da Matta. Esta tensién es producto de su insercién en tanto sujeto social. La pregunta entonces es {puede experimentarse dicha tensidn atin sin la introduccion de la reflexividad? Lo que sefiala Guber es que sin ese hecho, se pierde el control sobre el cardeter y la especificidad de los sentidos y pricticas que se abren al observador. Estarfa entonces, en condiciones de afirmar que mi trabajo de campo co- menzé antes de los formalmente previsto, durante la instancia de exotizacién del universo ul cual me aproximaba, Y, atin cuandosse trat6 de la.aproximacién a un nivel del Estado perteneciente a mi propia sociedad, las reglas pricticas, nociones y re- presentaciones mediante las cuales ellos ganaban y perdian prestigio y poder, me eran desconocidas. Igualmente sucedia con los vecinos, Unicamente con los profe- sionales “independiente”, era con quienes mantenia nociones comunes sobre esta porcién del mundo en la que viviamos. El perfodo de construccién del problema, hasta la finalizacién del proyecto no me tenia a mi como miembro competente del comtexto estudiado, sino como una ebservadora que pretendia desde un cierto marco. conceptual y de sentido comin, comprender la racionalidad de las aeciones de los otros. Claro que no siempre pude lograrlo, Y, aunque no registré esa tensién entre lo que queria ser, lo que suponia que Jos otros querian que fuese y lo que tos otros pensaban que yo era, asi fue come negocié mi rol en el campo, y asi construi la quiziis escasa distancia respecto del universo simbélico y prictico de los informan- tes. Al mismo tiempo que me aproximaba criticamente a las prdcticas y nociones de quienes luchaban por conducir la Subseeretaria y quienes eran conducidos {vecinos yempleados), yo adquiria una posicién dentro de este universo. Pasé lentamente a integrar las filas de los profesionales independientes de la subsecretaria (mi noso- tros), aun cuando la institucién municipal me tenia asignado cl lugar de empleada administrativa, al que usualmente se apelaba. Al igual que ellos no era peronista, ni queria perder mi fuente de trabajo, y oponia resistencia a Ja apelacién a la “volun tad” como recurso persuasivo para prestar servicios sin remuneracién, A difcren- cia de ellos queria seguir ahi para concluir con la etapa de construecin de datos, y aunque desde cierto punto de vista “ser administrativo” conviene, yo queria “ira los barrios”, participar de reuniones, areas que a un administrative en sentido estricto no le interesan. 96 PUBLICAR, afio VI, N® 7 1998 A continuacién quisiera despejar los distintos sentidos que adquiria mi per- sona y asi definir los distintos contextos. Del registro tanscripio en las primeras paginas se asoma una distincién entre mi posicién y la de los dems miembros de la Subsecretaria. Para Armando yo me preocupo por ellos y esto no parece ser “poli tia”. Su insistencia por el valor de uso de lo que hago puede entenderse como un Hamado a mi conversién en intermediaria entre ellos y la subsecretaria

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