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El Caso CONSEJO MAG-GIL DOMINGUEZ
El Caso CONSEJO MAG-GIL DOMINGUEZ
exhortaciones y plazos
I._ Introducción.
Con la sanción de las leyes 24.937 y 24.939 fueron 19 y 20 los integrantes. Con
la sanción de la actual ley 26.080 son 13 los miembros que lo componen. La ley 26.855
que fue declarada inconstitucional por la Corte Suprema de Justicia en el trascedente
caso “Rizzo” postulaba 19 miembros. El proyecto de ley del Poder Ejecutivo elaborado
durante la presidencia de Mauricio Macri preveía 17 miembros. El proyecto de ley del
Poder Ejecutivo elaborado durante la actual presidencia de Alberto Fernández propone
17 miembros En todos los casos existieron o se propusieron integraciones compensadas
o descompensadas con sesgo corporativo pero jamás equilibradas en términos
constitucionales. Justamente una de las razones del fracaso del Consejo de la
Magistratura –pero no la única- se encuentra reflejada en haber errado una y otra vez
con la integración equilibrada del órgano.
5[5] Integrada por Lorenzetti, Fayt, Highton de Nolasco, Maqueda (voto conjunto) más
Petracchi y Argibay (cada uno según su voto)
8[8] Considerando 7.
*… La idea de los constituyentes fue, pues, que una representación no
predomine sobre las otras, es decir que no ejerza una acción hegemónica del conjunto o
que no controle por sí misma al cuerpo. Es éste el único modo de preservar el sistema
organizado en el artículo 114 de la Constitución para evitar la fractura del balance que
la Convención de 1994 juzgó apropiado para mantener el Poder Judicial a la distancia
justa de los otros dos poderes que expresan más directamente la representación
democrática.9[9]
*…La tesis de la recurrente -que postula una hermenéutica que solo admite
como reglamentación legislativa válida la que exige una participación igualitaria de
todos los estamentos- es constitucionalmente objetable; y esta comprensión equivocada
ha llevado a que el demandante no haya realizado demostración alguna de que la
composición del órgano establecida por la ley 26.080 (…) legitime una acción
hegemónica o predominio de uno de los estamentos por sobre el otro, omisión
argumentativa que deja sin ninguna clase de sostén el planteo constitucional ventilado. 12
[12]
9[9] Considerando 9.
11[11] Integrada por Lorenzetti, Fayt, Highton de Nolasco, Maqueda, Petracchi (voto
conjunto) más Zaffaroni y Argibay (cada uno según su voto)
12[12] Considerando 6.
El voto concurrente de Argibay se extiende más allá del rechazo de planteo de
inconstitucionalidad por omisión de representación estamental igualitaria y confirma la
validez constitucional de la integración dispuesta por la ley 26.080 en los siguientes
términos:
*Es inocultable, por cierto, que la ley 26.080 incrementa la exposición del
Consejo de la Magistratura al riesgo de funcionamiento anticonstitucional al acortar la
distancia que debe recorrer el sector político para alcanzar una mayoría consolidada,
mediante, por ejemplo, un acuerdo entre los representantes de mayoría y minoría que
desdibuje su independencia de actuación parlamentaria. Sin embargo, se trata ésta de
una situación hipotética que no demuestra la inconstitucionalidad manifiesta de la ley,
materia propia de una acción declarativa como la presente. En su texto, la ley no
traspone el límite establecido por esta Corte en el precedente “Rizzo”, pues, al debilitar
a la mayoritaria representación política, impide afirmar que le adjudica a esa parcialidad
el poder de tomar las decisiones del Consejo de manera hegemónica respecto de las
13[13] Considerando 8.
otras representaciones principales mencionadas en el artículo 114 de la Constitución. 14
[14]
* El art. 114 exige el equilibrio entre los distintos estamentos con prescindencia
de las afiliaciones partidarias o preferencias políticas de los representantes de cada uno
de ellos, lo cual se vincula con el aspecto estático o estructural del órgano. Basta con
que la composición del Consejo de la Magistratura sea estructuralmente desequilibrada
desde esta perspectiva para que la Constitución sea transgredida. Es la mera posibilidad
14[14] Considerando 9.
17[17] Considerando 15 del voto conjunto. En este punto, la Corte Suprema de Justicia
descarta una versión empírica de interpretación constitucional como propone Mauro
Benente en un interesante hilo expuesto en Twitter (@MauroBenente) a través del cual
sostuvo que según las investigaciones empíricas que realizó no encontró ninguna
resolución en las que los 7 representantes del estamento político hayan votado en bloque
y los restantes 6 en disidencia en 15 años de vigencia de la ley 26. 080 (punto 7.3 del
hilo).
otras a) dictar su reglamento general; b) dictar los reglamentos que sean necesarios para
ejercer las facultades que le atribuye la Constitución y la ley a fin de garantizar una
eficaz prestación del servicio de administración de justicia; c) designar los integrantes
de cada comisión; d) reglamentar los procedimientos de los concursos públicos para la
cobertura de vacantes judiciales; e) instruir a la Comisión de Selección de Magistrados
y Escuela Judicial para que proceda a la convocatoria a concursos con anterioridad a la
producción de vacantes; f) dictar los reglamentos, para la subrogancia de jueces;
designar a su presidente y vicepresidente; g) designar y remover al administrador
general del Poder Judicial y a otras autoridades del Consejo; h) aplicar sanciones
disciplinarias a los magistrados.18[19]
Otra forma de expresarse se verifica con el dictado de una sentencia que declara
la invalidez de una ley, el posterior reenvío al Congreso para que sancione una nueva
ley conforme a los parámetros constitucionales y convencionales expresados por la
Corte Suprema de Justicia en un plazo razonable (indeterminado o precisado), y si el
Congreso omite cumplir con la exhortación de normar o lo hace de manera defectuosa,
la Corte Suprema de Justicia dicta un nuevo fallo donde, en base a su previa
argumentación, repara definitivamente la inconstitucionalidad y/o incovencionalidad
detectada (tal como aconteció en los casos “Badaro I”23[24] y “Badaro II”24[25]).
En el presente caso, más allá que el voto de la minoría se encuadra con mayor
precisión en la lógica procedimental del modelo de sentencias exhortativas desarrollado
por la jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia, surge del voto mayoritario una
objetiva inconsistencia en cuanto establece un suerte de mixtura entre el esquema de
sentencia exhortativa sumado aun plazo fatal de restablecimiento normativo de una
norma derogada en 2006 que podría derivar en un esquema insustancial de razonable
concreción.25[26] Mucho más aún si el camino propuesto es volver a una integración de
veinte miembros que fracasó en el pasado donde el presidente de la Corte Suprema de
Justicia preside el Consejo de la Magistratura, lo cual vulnera el mandato constitucional
que dicho órgano se ocupe de la administración del Poder Judicial justamente para
despejar la tarea de la Corte Suprema de Justicia.
25[26] Rizzo, Jorge, “El fallo sobre el Consejo: ¿nueva ley o nulidades?”, Infobae,
opinión, 16 de diciembre de 2021.
IV._ La Corte Suprema de Justicia y los plazos de resolución de las causas.
Los abogados y abogadas tenemos plazos procesales fatales. Los jueces y juezas
anteriores tienen plazos procesales determinativos. La Corte Suprema de Justicia no
tiene plazos, ni agenda de casos institucionales, ni orden cronológico reglado ¿Es
razonable en términos constitucionales y convencionales que una Corte Suprema de
Justicia pueda utilizar con tal grado de discrecionalidad la cronoterapia procesal como
un superpoder político? ¿Cómo se sostiene la razonabilidad estructural de un sistema de
control judicial que demora tanto tiempo en declarar inválida una ley fundamental para
que la justicia funcione mejor generando las respuestas que la sociedad demanda?
Una Corte Suprema de Justicia sin plazos es como un sistema de derechos sin
garantías.
La respuesta la tiene el Congreso: nueva ley en menos de 120 días sobre la base
del acuerdo político del oficialismo y la oposición o restablecimiento de la ley 24.937
con su correctiva ley 27.939 para volver a un esquema disfuncional.