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10 ESTRATIFICACION SOCIAL EN JAPON CONTENIDO DEL CAPITULO ELRANGO EN JAPON: ALGUNAS OBSERVACIONES INTRODUCTORIAS —.288 UNA HISTORIA DE LA ESTRATIFICACION SOCIAL EN JAPON 290 LAS BASES ESTRUCTURALES DE LA ESTRATIFICACION SOCIAL EN JAPON 295 LA ELITE DEL PODER EN JAPON 302 LOGRO Y ADSCRIPCION EN EL JAPON MODERNO 31 COMPETENCIA EN EL CENTRO EN EL SIGLO XXI: DONDE VA JAPON 324 RESUMEN 325 NOTAS 326 287 288 — ALGUNAS PAUTAS DE ESTRATIFICACION SOCIAL EN EL MUNDO En los afios setenta y ochenta muchas librerfas japonesas tenian estantes llenos de libros titu- lados, por ejemplo, Japdn: el nimero uno (Vogel, 1979) y El MITIy el milagro econémico japonés (Jonson, 1982). Otros libros se titulaban, por ejemplo, Trabajar para una empresa Japonesa (March, 1992), debido a que habfa muchisimos estadounidenses empleados en cor- poraciones japonesas, por todos los Estados Unidos, que fabricaban desde automoviles hasta productos de electrénica 0 bienes procesados. Japén salié de las cenizas de la Segunda Gue- rra Mundial para convertirse en la segunda economia del mundo desde los afios setenta. En los ochenta, la economia japonesa estaba alcanzando a la de Estados Unidos bastante rdpidamen- te, algo que llev6 a muchos a afirmar que Jap6n superaria a Estados Unidos en los albores del siglo XX1. Todo esto terminé hace poco tiempo, a finales de los noventa. Ahora, en cambio, encontramos libros titulados, por ejemplo, Japén: el sistema que se deterioré (Katz, 1998) y Laartritis de Japén (Lincoln, 2001). En lo que parece un vuelco total y absoluto, desde prin- cipios de los noventa Jap6n ha experimentado un estancamiento prolongado sin exhibir nin- guin indicio de recuperacién a finales de 2002. Pero, a pesar de este largo estancamiento de la década pasada, es probable que Japén vuelva a recuperarse y erigirse como un fuerte desafio para la dominacién econémica estadounidense en el mundo, momento en el que las estante- rfas, sin duda, volverdn a llenarse de libros sobre lo bien que lo hicieron los japoneses. Para nuestro objeto de estudio, la estratificacién social en diferentes paises y en el mun- do, Japén —ya esté estancado o en expansién— nos presenta un caso muy interesante, por varias razones. Primera, Japén sigue siendo la segunda economfa capitalista del mundo y representa un tipo de capitalismo y de estratificacién social muy diferente al de los Estados Unidos. Estados Unidos, Japén y Alemania son las tres economias mAs importantes del mun- do, y cuando las comparamos podemos apreciar diferencias muy notables entre ellas. Para nuestro propésito, veremos que Japén logré convertirse en una potencia econémica tras la Segunda Guerra Mundial sin exhibir muchos de los rasgos mas duros de la economfa esta- dounidense, como las altas tasas de desigualdad y de pobreza. Ademis, a lo largo de los capftulos anteriores hemos visto cémo el desarrollo tecnolégi- co de una sociedad o, en términos ms generales, la base material de una sociedad conforma Ja naturaleza basica de la estratificacién social. Las teorfas del pasado afirmaban que los aspec- tos fundamentales de una sociedad estaban més determinados por sus valores culturales que por sus condiciones materiales concretas o incluso por su organizacién social. Hemos pre- sentado muchas pruebas (en el Capitulo 3) que indican que, en el transcurso de la historia, Jas condiciones materiales y el nivel tecnolégico de una sociedad conforman su tipo de estra- tificacién social. Sin embargo, cuando consideramos las sociedades industriales, es necesa- rio ser cauteloso con las primeras teorias y estudios hist6ricos que sostuvieron que el grado de desarrollo tecnol6gico era muy importante para determinar la forma de los sistemas de cla- ses de las primeras sociedades industriales. Las primeras sociedades industriales se desarro- llaron a partir de valores culturales occidentales parecidos. Pero existe una tinica sociedad industrial totalmente avanzada que se ha desarrollado sin una tradici6n cultural occidental: Jap6n. {Ha sido la tradicién cultural del colectivismo oriental de Japén lo que ha hecho que se desarrollase un sistema de clases bastante diferente durante su proceso de industrializa- cién? Esta y otras preguntas parecidas son muy importantes para entender la estratificacién social en las sociedades industriales modernas, y por esta raz6n vamos a estudiar la estratifi- cacién en el Japén moderno. EL RANGO EN JAPON: ALGUNAS OBSERVACIONES INTRODUCTORIAS Un viajero occidental que Hega a Japén se encuentra con un pafs que a primera vista se ase- meja a cualquier otra nacién industrial. Bien es verdad que el lenguaje escrito en los carteles ESTRATIFICACION SOCIAL EN JAPON = 289. y los camiones es, desde luego, diferente del que podemos encontrar en cualquier otra nacién industrial avanzada; y a los estadounidenses todo les parece més pequefio: los camiones, las habitaciones, las porciones de comida de los restaurantes, e incluso la gente (al menos la gen- te mayor). Y la gente trabaja igual que en otras sociedades industriales (aunque es verdad que, por lo general, trabaja més y durante més horas). Hablan de técnicas de venta, de sus pro- blemas financieros, de los problemas técnicos que implica el disefio de un nuevo producto, del conflicto salarial entre la direccién y los trabajadores, y de los tfpicos problemas de las sociedades avanzadas, como el trafico, la contaminacién, la mezcla de humo y niebla y el hacinamiento urbano. Sin embargo, analizada mas de cerca, la sociedad presenta aspectos que podrian parecer extrafios a los ojos de algunas personas. Por ejemplo, respecto a nuestro asunto de la estrati- ficaci6n social es interesante advertir que a los japoneses parece fascinarles el rango y la jerar- quia (Pharr, 1990; Eisenstadt, 1996; Kerbo y McKinstry, 1998; Christopher, 1983; Taylor, 1983:42), Hay jerarqufa en las empresas, en las universidades, en todos los programas edu- cativos, y, de hecho, practicamente todo lo que puede jerarquizarse est4 jerarquizado. Los periddicos y las revistas informan sobre la jerarquia. Una de las primeras expresiones que puede aprender un extranjero es «Ichiban», que viene a significar ‘;Ntimero uno!” Este énfasis en el rango y !a jerarqufa no se limita s6lo a cosas e instituciones; atafie tam- bign a la gente, Existe una preocupaci6n por la ordenacién relativa de estatus de las personas que dificulta el trato de igual a igual entre ellas. Es bastante cierto que los japoneses son inca- paces de sentarse, hablar o beber con otras personas hasta que no estén razonablemente segu- tos del Tugar que ocupan en la jerarquia. Es en ese contexto social donde se desarrolla la prac tica de intercambiar tarjetas de visita (0 algo similar), llamadas meishi (Nakane, 1970:30). El intercambio de estas meishi es un ritual que sirve para que nadie se sienta ofendido por otro que no toma en consideracién las indicaciones de estatus que hay en la tarjeta. (Con toda pro- babilidad, una de las siguientes expresiones que aprenderd un extranjero es Watashi no meis- hides: ‘Aqu{ tiene mi tarjeta de visita’.) Una vez que se han establecido entre los presentes los indicadores relevantes de estatus, como Ia edad, el sexo, la educacién, la ocupacién y el lugar de trabajo, lo mas probable es que comer, hablar, beber o cualquier otra accién pueda realizarse de una manera ordenada y sin ofender a alguien que espera una mayor deferencia de estatus. En una sociedad asi es de esperar que el lenguaje esté bien equipado para expresar defe- tencia, respeto y, dependiendo de la situacion, formalidad o informalidad. De hecho hay pocas lenguas que sean tan ricas como la japonesa a la hora de permitir a las personas expresar su grado de estatus, respeto y formalidad (Miller, 1967; Goldstein y Tamura, 1975). No es una exageracién decir que casi todas las palabras que dirige un japonés a otro indican algiin aspec- tode su rango relativo de estatus (ya sea este rango superior, inferior o igual que el de la per- sona a la que se dirige) '. Ante esta preocupacién por el rango y la formalidad, que podria desorientar facilmen- teaun tranquilo californiano, podrfamos esperar que Japén fuera una sociedad con un alto grado de desigualdad en todos los aspectos de la vida. Pero esta suposicién esté lejos de ser acertada. Recuérdese que en el Capitulo 2 descubrimos que Japén tiene un grado de des- igualdad de la renta superior al promedio, aunque ciertamente mas bajo que el de Estados Unidos. En las tres décadas pasadas se han producido alteraciones en la desigualdad de la renta en Jap6n: la desigualdad se redujo en los afios sesenta (Mouer y Surgimoto, 1986) has- tallegar a uno de los niveles més bajos del mundo, para luego aumentar con la «burbuja eco- némica» de finales de los ochenta y principios de los noventa. Hay indicios de que con la desaceleracién econémica e incluso el estancamiento, y el «estallido de la burbuja» a prin- cipios de los noventa, la desigualdad de la renta ha vuelto a reducirse (Shirahase, 2001; Mis- hel, Bernstein y Schmitt, 1999: 367-372). Y mientras que los ingresos de los directivos cor- 290 ALGUNAS PAUTAS DE ESTRATIFICACION SOCIAL EN EL MUNDO: porativos de los Estados Unidos siguicron aumentando répidamente en los noventa, los de los directivos japoneses se redujeron casi un ocho por ciento, asf como la diferencia entre los directivos corporativos y el trabajador promedio nip6n (Mishel, Bernstein y Schmitt, 1999: 213), Segtin unas estimaciones recientes, el directivo medio japonés tiene ingresos 12 veces supcriores a los del trabajador medio, mientras que los ingresos del directivo medio estadounidense son 180 veces superiores a los del trabajador medio (International Herald Tribune, 8 de abril de 2002). Ademis, buena parte del aumento reciente de la desigualdad en Japén se debe al répido aumento del porcentaje de la poblacién de més de sesenta y cin- co afios, que carece de la proteccién de la Seguridad Social que encuentra en Estados Uni- dos (Shirahase, 2001). Sin embargo, una cuestién importante es que la desigualdad de la ren- ta en Japén ha sido sustancialmente menor que la de Estados Unidos desde los afios sesen- ta y, por lo general, ha sido baja en comparaci6n con otras naciones industrializadas. Y aun- que aumenté durante la

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