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DIALECTICA ERISTICA O EL ARTE DE TENER RAZON Expuesta en 38 estratagemas Powered by CamScanner | La dialéctica erfstica' es el arte de discutir, pero discutir de tal manera que se tenga raz6n tanto licita como ilfcitamente —por fas y por nefas—, Puede tenerse ciertamente raz6n objetiva en ‘un asunto y sin embargo, a ojos de los presentes y algunas 1, Por lo genera, los antiguos usaron légica y dialéctica como sinénimos; también los modernos. 2._ Eristica seria slo una palabra més severa para designar lo mismo. Arist6- teles (segiin Didgenes Laercio, V, 28) colocé juntas a la ret6rica y a la dialéctica, cuyo propésito es la persuasiGn, 2b s\Gavéy; asi, también la analitica y la ilosoff, cuya meta es la verdad. Avaieccuch b¢ gor. tev Adyww 41’ Fig dvaoKevdt opev 71 H eeu ouer & Zourtoca Kak dnoxpiocag Gv Hpodduadeyopévay [«Dialécticaes el arte del discurso con el que afrmamos refutar 0 probar alguna cosa por medio de la pregunta y la respuesta de losinterlocutores»] (Diégenes Laercio, Ill, 48, en Vita Platonis). Aristételes dstingue 1) la l6gica 0 analitica, como la teoria 0 ins- truccidn para obtener los silogismos verdaderos 0 apodicticos; 2) La dialéctca o Ja instruccién para obtener los slogismos probables, los que corrientemente se tienen por verdaderos, tof, probabilia (Tépicos I, 1-12) —Silogismos a propé- sito de los cuales no esti establecido que sean falsos, pero tampoco verdaderos (en sf y para si), no siendo esto lo importante. Qué es esto mas que el arte de tener raz6n, independientemente de que de verdad se tenga o no se tenga? Por lo. tanto, es el arte de conseguir que algo pase por verdadero, sin preocuparse de si en realidad lo es. Aristételes divide los silogismos en légicos y dialécticos, como hemos dicho; después 3) en ersticas (eristica) en los que la forma de silogismo es correcta pero las proposiciones, la materia, no lo son, sino sélo lo parecen; y finalmente 4) en sofisticos(sofistica) en los que la forma del silogismo es alsa, pero parece correcta. Estas tres especies, pertenecen propiamente a la dialéctica eristica, puesto que no atienden ala verdad objetiva, y sin preocuparse de ela slo estiman su apariencia y el hecho de tener raz6n. El libro sobre los silogismos sofisticos fue editado solo més tarde. Era el timo libro de la Dialéctica. 45 Powered by CamScanner DIALECTICA ERISTICA veces también a los de uno mismo, parecer falto de ella. A saber, cuando el adversario refuta mi prueba y esto sirve como refutacién misma de mi afirmacién, la cual hubiese podido ser defendida de otto modo. En este caso, como es natural, para €l la relaci6n es inversa, pues le asiste la raz6n en lo que obje- tivamente no la tiene. En efecto, la verdad objetiva de una tesis y su validez en la aprobacién de los contrincantes y los ‘oyentes son dos cosas distintas. (Hacia lo tiltimo se dirige la dialéctica.) éCual es el origen de esto? La maldad natural del género humano. Si no fuese asf, si fuésemos honestos por naturaleza, intentarfamos simplemente que la verdad saliese a la luz en todo debate, sin preocuparnos en absoluto de si ésta se adapta ala opinién que previamente mantuvimos, 0 ala del otro; eso serfa indiferente o en cualquier caso, algo muy secundario. Pero ahora es lo principal, La vanidad innata, que tan susceptible se muestra en lo que respecta a nuestra capacidad intelectual, no se resigna a aceptar que aquello que primero formulamos re- sulte ser falso, y verdadero lo del adversario. Tras esto, cada cual no tendrfa otra cosa que hacer mas que esforzase por juz- gar rectamente, para lo que primero tendrfa que pensar y luego hablar. Pero junto a la vanidad natural también se hermanan, en la mayor parte de los seres humanos, la charlatanerfa y la innata improbidad. Hablan antes de haber pensado y aun cuan- do en su fuero interno se dan cuenta de que su afirmacién es falsa y que no tienen raz6n, debe parecer, sin embargo, como si fuese lo contrario. El interés por la verdad, que por lo general muy bien pudo ser el inico motivo al formular la supuesta tesis verdadera, se inclina ahora del todo al interés de la vanidad: lo verdadero debe parecer falso y lo falso verdadero. Sin embargo, esa improbidad misma, el empefio en mante- ner tozudamente una tesis incluso cuando nos parece falsa, todavia tiene una excusa. Con frecuencia al comienzo de la discusién estamos firmemente convencidos de la verdad de nuestra tesis, pero ahora el contraargumento del adversario parece refutarla; dando ya el asunto por perdido, solemos encontrarnos més tarde con que, a pesar de todo, tenfamos raz6n; nuestra prueba era falsa, pero podfa haber habido una adecuada para defender nuestra afirmacién: el argumento sal- vador no se nos ocurrié a tiempo, De ahf que surja en nosotros 46 Powered by e CamScanner DIALECTICA ERISTICA la maxima de luchar contra el razonamiento del adversario incluso cuando parece correcto y definitivo, pues, precisamen- te, creemos que su propia correccién no es mas que ilusoria y que durante el curso de la discusién se nos ocurrird otro argu- mento con el que podremos oponernos a aquél, o incluso al- guna otra manera de probar nuestra verdad. De ahi que casi nos veamos obligados a actuar con improbidad en las disputas 0, cuando menos, tentados a ello con gran facilidad. De esta forma se amparan mutuamente la debilidad de nuestro enten- dimiento y la versatilidad de nuestra voluntad. Esto ocasiona que, por regla general, quien discute no luche por amor de la verdad, sino por su tesis como pro ara et focis [por el altar y el hogar] y por fas o por nefas puesto que como ya se ha mostra- do, no puede hacerlo de otro modo. Lo habitual ser, pues, que todos quieran que sea su afirma- cién la que prevalezca sobre las otras, aunque momenténea- mente llegue incluso a parecerles falsa o dudosa’. Los medios para conseguirlo son, en buena medida, los que a cada uno le proporciona su propia astucia y malignidad; se adiestran en la experiencia cotidiana de la discusién. En efecto, asf como todo el mundo tiene su propia dialéctica natural, también tiene su propia Idgica innata. Sélo la primera, no le conducird ni tan lejos ni con tanta seguridad como la segunda, No es facil que alguien piense o infiera contradiciendo las leyes de la logica; si los juicios falsos son numerosos, muy rara vez lo son las con- clusiones falsas. Una personano muestra corrientemente caren- cia de légica natural; en cambio, sf falta de dialéctica. Esta tl- tima es un don natural desigualmente repartido (en esto se 3. Maquiavelo escribié al principe que aprovechase cada instante de debili dad de su vecino para atacarle, porque de lo contrario aquél se aprovecharia a su ver de los suyos. Si dominasen la fdelidad y la franqueza, seria muy distintos pero ‘como su uso no es frecuente, también esta permitido dejar de utilizarlas o de lo ccontrario uno se vers mal pagado. Lo mismo ocurre en la discusién; si le doy la razén al adversario mientras parece que la tiene, serd dificil que él lo haga en el caso inverso; mas bien procederé por nefas; por eso tengo yo que hacer lo mismo. Se dice fécilmente que debe buscarse tinicamente la verdad, sin el prejuicio del amor a la propia opinién; pero no hay que anticipar que el otro también lo haga; ésta es la causa por la que tenemos que abstenernos de pretenderlo. Ademés, puede suceder que al renunciar a mi argumento por parecerme que el adversario tenia raz6n, ocurra que, inducido por la impresién momentinea, haya renuncia- do ala verdad a cambio del error. 47 Powered by e CamScanner ES DIALECTICA ERISTICA asemeja ala capacidad de juzgar. La raz6n, por cierto, se repar- tede manera ms homogénea). Precisamente, dejarse confun- dir, dejarse refutar por una argumentacién engafiosa en aque- Ilo que se tiene razén o lo contratio, es algo que ocurre con frecuencia, Quien queda como vencedor de una discusi6n tie- ne que agradecérselo por lo general, no tanto ala certeza de su juicio al formular su tesis como a la astucia y habilidad con que la defendi6, En éste, como en todos los casos, lo innato es lo mejor‘; no obstante, tanto el ejercicio como la reflexion sobre las maniobras con las que puede vencerse al adversario, o las que éste utiliza con ms frecuencia para rebatir, aportaran mucho para llegar a ser maestro en este arte. Si bien la l6gica no puede tener provecho practico alguno, sf puede tenerlo la dia- léctica. Me parece que Arist6teles también expuso su propia légica (analftica), principalmente como fundamento y prepa- racién de la dialéctica, y que ésta fue para él lo principal. La légica se ocupa de la mera forma de las proposiciones, la dia- léctica de su contenido o materia, de su valor intrinseco; de ahf que debiera preceder la consideracién de la forma, en cuanto lo universal, a la del contenido o de lo particular. Aristételes no define el objeto de la dialéctica tan sutil- mente como yo lo he hecho; si bien es cierto que asigna como su objeto principal la discusién, al mismo tiempo también la biisqueda de la verdad (Tépicos I, 2). Después afiade de nue- vo: «las proposiciones se consideran filosdficamente segan la verdad y dialécticamente teniendo en cuenta la credibilidad o el aplauso que obtienen en la opinién de los otros (66&a)» (T6- picos I, 12). Es consciente de la diferencia y disyuncién de la verdad objetiva de una proposicién y del hecho de hacerla valer o de obtener su aprobacién, pero no lo hace con la sufi- ciente sutileza como para asignar este ultimo fin a la dialécti- ca’, Sus reglas para conseguir el iltimo propésito son, a menu- 4, Doctrina sed vim promovet insitam («Sélo la educacién agudiza las facul~ tades innatas», Horacio, Carmina, IV, 4, 33] 5. Por otra parte, en el libro De elenchis sophistices, Aristdteles se esfuer2a de forma especial por separar la dialéctica de la sofistica, La diferencia debe con- sistir en que los silogismos dialécticos son verdaderos tanto en la forma como en el contenido, mientras que los silogismos eristicos 0 sofisticos (que sélo se distin- ‘guen por el propésito, siendo en los primeros —xeristicos»— el de quedarse con Ia raz6n, y en los ltimos —sofisticos»— el de conseguir credibilidad y, mediante 48 Powered by e CamScanner DIALECTICA ERISTICA do, también asignadas al primero, encontrandose combina- das, De ahf que me parezca que no supo terminar airosamente su tarea®, Aristételes abordé en los Tépicos la exposicién de la dialéctica con el espfritu cientffico que lo caracteriza, de for- ma extraordinariamente metédica y analftica; aunque esto sea muy digno de admiracién, no lleg6 a alcanzar completamente su propésito, que aquf es evidentemente prdctico. Tras consi- derar en los Analiticos los conceptos, juicios y silogismos se- giin su pura forma, paso después a considerar el contenido, que tinicamente tiene que ver con los primeros, ya que es en ellos donde reside. Proposiciones y silogismos son en si mis- mos pura forma; los conceptos significan su contenido’. Su ella, obtener dinero) son falsos. aber si las proposiciones son verdaderas en cuan- *t0 a su contenido es algo completamente incierto, pues elcrterio para determi- narlo no puede tomarse de ellas; tampoco quienes discuten tienen sobre esto la ‘menor certeza, pues incluso la conclusion final de la disputa proporciona al res- ecto un resultado también incierto. Por lo tanto debemos incluir la eristica, la sofistica y la peirdstca en la dialética de Aristteles y definirla como el arte de tener raz6n en as dscusiones; natutalmente, la mejor ayuda para eso es que efec- tivamenite se tenga razén objtiva en la cuesti6n a discutir; sin embargo, segin la manera de pensar de la gente, esto no es suficente y, por otra parte, dada la debilidad de su entendimiento, tampoco absolutamente necesario. Hay, pues, una serie de estrategias que al ser independientes del hecho de que se tenga razén objetiva, pueden ser utlizadas también cuando objetivamente no se tiene raz6n; si Este es el caso, tampoco es algo que nunca puede saberse con absoluta certeza, Mi punto de vista es, por lo tanto, el de diferenciat la dialéctca de laIdgica mucho més sutilmente de como lo hizo Aristételes; es decir, dejar ala logica la verdad objetiva, en tanto que ésta sea fottnal, y limitar la dialéctica al arte de tener raz6n. Por lo demés, no separar de ella la sofistica y la erfstica, como hace Arist6~ teles, ya que esa diferencia se refire a la verdad material objetiva sobre la que no podemos tener previamente algo claro, ino exclamar con Poncio Pilato «équé es la verdad?»; pues veritas est in puteo: tv Buia f dae [+La verdad esté en lo profundo»}, segin el dicho de Demécrto (Didgenes Laetcio, IX, 72). Se dice f4- cilmente que en la discusién no existe otro fin mas que el de sacar a rel verdad; el hecho es que no se sabe dénde reside, ya que tanto quiere desvirsela ‘mediante los argumentos del adversario como mediante los propios. Por lo demés, re intellecta, in verbis simus failes [acuando se ha comprendido una cosa, es fécil ponerla en palabras»]. Como, en general, es frecuente utilizar el nombre de dialéc- tica como equivalente al de logica, deseamos denominar a nuestra disciplina dia- léctica eristica, 6. (Siempre hay que dstinguirclaramente el objeto de una disciplina del de todas las demas.) 7. Los conceptos pueden subsumirse dentro de ciertas clases como género 0 especie, causa y efecto, propiedad y contrariedad, posesién y privacién, y otros afines; para estas clases sirven unas cuantas reglas generales: los loci, xérou, Por 49 Powered by CamScanner DIALECTICA ERISTICA procedimiento es el siguiente: Toda discusién tiene una tesis 0 un problema (éstos difieren simplemente en la forma) y luego, ejemplo, un locus de causa y efecto es: «la causa de la causa es causa del efecto» [Christian Wolf, Ontologéa, § 928}; aplicindolo obtenemos: iquezaeslacausa de mi felicidad, quien me ha dado la riqueza es el causante de mi felicidad». Loci de anténimos: 1) que se excluyen, por ejemplo, derecho y curvo. 2) Estan en ef mismo sujeto; p. ej. siel amor esté en la voluntad (rudyinsuxév) también el odio. Si éste reside en el sentimiento (@y1016éc), entonces también el amor. Si el alma no puede ser blanca, tampoco puede ser negra. 3) Si falta el grado minimo, también el maximo: un hombre que no es justo tampoco es benévolo. Podrd observarse que los loci son ciertas verdades generales que conciernen a clases enteras de conceptos los que puede recurrrse en casos concretos para fundar desde ellos un argumento, incluso para apelar a él como universalmente evidente. Sin embargo, la mayorfa delos t6poi son muy engaiiosos y estén sujetos a muchas excepciones. Por ejemplo, cl locus siguiente: cosas contrapuestas tienen relaciones contrapuestas, por ejem- plo, lavirtud es bella, el vicio feo, la amistad es benevolente, laenemistad malévola. Masahora el derroche es un vicio, la avaricia una virtud; los tontos dicen la verdad, Juego mienten los listos: no funciona. La muerte es un pasar, la vida un empezar: falso. Ejemplo de la falacia de tales t6poi: Scoto Eurigena en el libro De praedesti- natione, cap. Ill, quiere refutar alos paganos que admiten en Dios dos praedesti- nationes [predestinaciones] (una la de los elegidos para la salvaci6n, otra la de los destinados a la condenacién) y utiliza para eso este topos (sdlo Dios sabe de dénde lo habra sacado): «Omniurs, quae sunt inter se contraria, necesse est eorum causas inter se esse contrarias; unam enim eandemque causam diversa, inter se contraria Un? se declara fina € Ls re: LO UE usted dice super@ mi po Ci on; probablemente ser4 muy justo, mas yo 10 acierto a ee gender!» POF Jo tanto renuncio a cualquier juicio». rend Pensa al aucdivorio, a) ave ha tenido en n todo momento, que Jo que se ha dicho es absurdo. sos profesores de la vieja escuela ecléctica declararon la Critica de la razon pura, 0 mejor, cuando ésta ‘o la comprendemos»; empezd suscitar interés, «nosotros Di con eso creyeron haber resuelto el asunto. Pero cuando algu- nosadeptos de la nueva escuela les demostraron que realmen- tetuvieron razon. al afirmar que nO Ja habian comprendido, se pusieron de muy mal humor. Esta estratagema debe utilizarse inicamente allf en donde seed soguro de ser més estimado por el auditorio que el adrersario: por ejemplo, un profesor contra un alumno. En realidad, pertenece ala estratagema precedente, ya que es una “ especialmente maligna de hacer valet la propia autori- oh de atenerse a razones. La jugada contraria es la cf ‘ee «Permitam con su gran capacidad de penetra- porte ie ser para usted algo muy sencillo ¢ ida eee ee mi mala exposiciOn ti Ieuiera o a narices, que tenga que enten' Mente no la guna yun Jo que que Guiso insinuar . entendido. Asf se tr Prensiéne, "Ambas surdo», nosotros le de . Ambas cosas con la mas exqu! jemostr: jsita cortesfa. 77 P owered by e CamScanner 7 DIALECTICA Enisticy ESTRATAGEMA 32 Una forma répida de invalidar 0, al menos, hace, una afirmacién del adversatio que no’ S03peq subsumitla bajo una categoria aborrecible n° tiene tener alguna semejanza, con la que se la Felaciona si!" Pued, ejemplo «esto es maniquefsmo, esto es attianismo Por pelagianismo; esto es idealismo; esto es espinozisme ‘St ¢s Pantefsmo; esto es brownianismo; esto es. Naturalisy: atefsmo; esto es racionalismo; esto, spititualismo, «°°, misticismos etc» - Con lo que suponemes dee Comms 8t0 eg afirmacién es idéntica o, al menos, est Contenida en ) que ly goriay podemos exclamar: «iOh, esto no ern tosis y 2) que tal categoria ya std refarsd ne rods Puede contener ni una séla palabra de verdsa, | "40 y ng ESTRATAGEMA 33 «Esto serd verdad en la teorfa, pero en la Prictica es falsoy Mediante este sofisma se conceden las Fazones, pero serie. Ban las consecuencias; esté en contradiccion con la regla q tatione ad rationatum valet consequentia [tiene que haber con- secutividad necesaria entre la causa y su efecto] Tal afirma- ci6n supone una imposibilidad: lo que en la teoria es verdade- to debe serlo también en la practica; si esto Ro se verifica, habré un fallo en la teorfa; algo se omitis y no salié bien la cuenta; consecuentemente, también la teorfa es falsa, ESTRATAGEMA 34 Siel adversario no da una respuesta precisa a una pregunta oa un argumento, o no toma Posicién concreta alguna al respec- 0, sino que se evade respondiendo con otra pregunta 0 con una respuesta esquiva o con algo que carece de relacién algu- na con el asunto en discusién, pretendiendo desviar eh hacia otra parte, es signo evidente de al intelecto. Patece abs. i Intellectus luminis sicci non est recipit infysi luntate et affectibus [el intelecto no es una Teesionem a ap, aceite, sino que est4 alimentado por la voluntad i atda sin pecon, Novum Organon I, 49]. Puede escribir °%s, esta estratagema como «agarrar al Arbol por la rae ambit F mente se la conoce como argumentum ab utili [; : Comin. desde la utilidad]. argumenty ESTRATAGEMA 36 Desconcertar y aturdir al adversario con absurda y excesi locuacidad. Esto tiene que ver con que sls Frecuentemente creen los hombres, al escuchar palabras hueca que se trata de graves pensamientos*. . Si el adversario es consciente de su propia debilidad y lo oculta, si est acostumbrado a escuchar cosas que no entiende haciendo como si las hubiese entendido, entonces puede impresionérsele si con aire de seriedad y haciendo que pare ‘can verdades profundas, se le espetan los mayores absurdos como si fueran la prueba palpable de lo que se desea defender. Frente a ellos perderé el oido, la vista y el pensamiento. Como se sabe, algunos filésofos han utilizado reciente mente esta estratagema ante el pablico alemén, obteniendo ‘Ya que se trata de exempt con ello un extraordinario aplauso. ‘diosa [ejemplo odioso] tomaremos para ilustrarlo un fae es ist + «Gewéhnlich glaubt der Mensch, wenn er nur Wore hore, 8 sich dabet doch auch was denken lassen» (J. W. Goethe, Fausto, + 2.565 IN. del T) 80 A Powered by e CamScanner DIALECTICA ERISTICA mento de la obra de Oliver Goldsmith: The vicar of Wakefield [cap. VII}*. —Muy bien, Frank —repuso el Squire—, pues que me ahogue este vaso si una hermosa muchacha no vale més que todos los clétigos del pats. Porque los impuestos y los diezmos no son mis que una imposicién, todo un condenado engafo, y puedo probarlo. —Me gustaria que lo hiciera —dijo Moisés; y continué—: Y creo que yo podria replicarle adecuadamente. —Mhy bien, caballero exclamé el Squire burlandose de él y haciendo sefias al resto de la familia para que nos dispusiéra- mos a divertirnos—. Si tiene usted firmes argumentos sobre el tema, estoy dispuesto a aceptar el desaffo. En primer lugar, écémo prefiere discutir, analégicamente o dial6gicamente? —Racionalmente —respondi6 Moisés, muy contento de que se le aceptara la discusién. —Muy bien —dijo el Squire—, y para empezar por el princi- pio, espero que no me negard que lo que es, es. Sino estd usted de acuerdo en esto es init que sigamos adelante. —Desde luego —replicé Moisés—, estoy de acuerdo con eso. —Espero que igualmente admitir4 —prosiguié el otro— que una parte es mejor que el todo. —Claro que lo admito —contesté Moisés—. No es més que lo razonable. —Supongo —continué el Squire— que no me negaré que los tres Angulos de un tridngulo valen dos rectos. —No puede haber nada més evidente —concedié el otro, mi- | rando alrededor con aire de importancia. —Mnuy bien —contesté el Squire, hablando muy deprisa—, ahora que estan bien sentadas las premisas, empiezo por ob- servar que la concatenacién de la propia existencia, procedien- do por una raz6n duplicada recfproca, produce naturalmente un dialogismo problemético, que de algtin modo prueba que } la esencia de la espiritualidad puede ser referida al segundo | predicado | —Un momento, un momento —le interrumpié Moisés—. Yo no puedo aceptar eso. {Cree usted que me voy a someter hu- mildemente a unas doctrinas tan heterodoxas? | * Schopenhauer no transcribe en el texto original el ejemplo al que se | tefiere. Nosotros seguimos la versién de la edicién Haffmans al hacerlo as. [N. del T | 81 Powered by e CamScanner DIALECTICA ERISTICA —iCémo! —replicé el Squire, simulando estar muy enojado—, no es cuestién de someterse. Contésteme una simple pregun- ta: éCree usted que Aristételes tiene raz6n cuando dice que los relativos estan relacionados? —Sin duda —teplicé Moisés. —Si es asi —contesté el Squire—, respondame directamente a lo que le propongo: Si usted juzga que la investigacién analiti- ca de la primera parte de mi entimema es deficiente «secundum quoad» a «quoad minus», deme también sus razones directa- mente. —iProtesto! —exclamé Moisés—. No comprendo del todo la fuerza de su razonamiento, pero si se reduce a una simple pro- posicién, supongo que tendr4 una respuesta. —iOh sefior! —teplicé el Squire— , soy su mas humilde servi- dor, y creo que usted pretende que yo le proporcione tantos argumentos como inteligencia. No, caballero, es usted dema- siado duro conmigo. Esto provocé las risas sobre el pobre Moisés, que a partir de ese momento fue la tinica persona seria en aquel grupo de os alegres, y no volvié a decir una sola palabra en toda la noche*. ESTRATAGEMA 37 (Que deberfa ser una de las primeras.) Cuando el adversario, Ilevando de hecho raz6n, ha tenido la mala suerte de elegir para su defensa una prueba inadecuada que podemos invali- dar facilmente, damos con eso todo el asunto por refutado. En el fondo, lo que hacemos es sustituir un argumentum ad homi- nem por uno ad rem. En caso de que él 0 los presentes no aporten una prueba mejor, habremos vencido. Por ejemplo: alguien que para demostrar la existencia de Dios aduce como prueba el argumento ontolégico que, como bien se sabe, es muy fécil de refutar. De esta manera pierden los malos aboga- dos una buena causa: pretenden defenderla con una ley inade- cuada, mientras que la adecuada no se les ocurre. * Oliver Goldsmith, El vicario de Wakefield, trad. de M°. Isabel Gonzalez del Campo, Magisterio Espatiol, Madrid, 1977, pp. 79-80. (N. del T.] 82 Powered by e CamScanner piaLecTiCA ERISTICA ESTRATAGEMA FINAL ier que el adversario es superior y se tienen o se advert Oe ofensiva, grosera y ultrajantemente; ct gerd © Fer objeto de la discusién (puesto que ahi se 1s cin © pasa © da) a la persona del adversario, a la que se 6 ef do a Pare era, Puede denominarse a este proce- ine nl ad personam, distinguiéndolo asi dl iio" wer id hominert, que consiste en alejarse del objeto tur a cand alguna cosa secundaria que ha dicho dela discus | adversario. ‘Ad personam, en cambio, se proce- itdo oar completo el objeto en discusion y ata- le si neon del adversario; asi, uno se torna insolente cand ala BETSOM cogero, Se trata de pasar de la apelacin yburl6n, © tel espiritu a la fuerza del cuerpo, o a la bestiali- dela fuerza fes muy popular; como todo el mundo esta dad, Bsa 8 snerla en préctica, utiliza muy a menu- capaci Pipa saberse cual seré la contrarrgla valedera ae ious parte, pues si también sigue por el mismo cami pas cosa acabard en pelea, o duelo, 0 en un proceso por injurias. ' ' 7 Se equivocaria irremediablemente quien pensara que bas- tarés6lo con que, a su vez no se proceda personalmente con- tts el contrario. Es un hecho comprobado que, si con toda tranquilidad, se le demuestra que no tiene raz6n y que juzga y piensa falsamente —algo que acontece en toda victoria dialéc- tica—se le irtitara mas que con una expresién grosera y ofen- siva. Por qué? Porque como dice Hobbes (de Cive, ¢. 1), Omnis animi voluptas, omnisque alacritas in eo sita est, quod quis habeat, quibuscum conferens se, possit magnifice sentire de rae {Toda alegria del 4nimo y todo contento residen en que ae leven con quien, al compararse, uno pueda tener un fo peataenea de si mismo}. Y es que nada importa mas alos mein uate fa satisfaccién de su vanidad, siendo la herida can Golorosa aquélla que la afecta. (De esto provienen dichos antes la honra que la vida», etc eon de la vanidad surge, por lo general, de la Pecto, pero de uno mismo con los demés bajo cualquier as- Gia. Bare Principalmente en lo que concierne ala inteligen- mprueba effective [de hecho] y con gran intens!- 83 Powered by e CamScanner DIALECTICA ERisticg, dad en a dscusion, De abt la rabia dl vencigg ati tenga raz6n, y de ahf el que ae extrema ratio Icons” No mo medio], a esta estratagema final. A eso ng Se puede iy lg. der simplemente con gentileza Por nuestra Parte, My se*POn. gre frfa, sin embargo, puede servir de Bran ayuda gj se advierte que el oponente nos ataca ad Dersonary 5 demos tranquilamente que €S0 No tiene que ver con @f -sPon- y proseguimos a continuacién con las dem Taciones probar su error, sin hacer caso alguno de [a ofensa, menos como Temistocles a Euribiades: metakov yey fovg [ipégame pero esctichame!, Plutarco, Temistocles 11, 20,p, esto no se le da bien a cualquiera, |. Peto La tnica contrarregla segura es, por tanto, aquélla ni Aristoteles indica en el iltimo capitulo de los Tépicos T a (164b-8,16)]: no discutir con el primero ue salga a ea Sno sélo con aquéllos a quienes conccemos y ae ae sabemos que poseen la inteligencia suficiente como pata a comportarse absurdamente, y que S€ avergonzarfan Si asi fo hiciesen; que discuten con razones y no es, demostacon? de fuerza, y que atienden a razones y son Consecuentes con clas; y en detintiva, con quienes sean capacee st valorar Ia verdad, de escuchar con agrado los buenos argumentos incly, 50 de labios del adversario y que Posean la suficiente €cuani- midad como para admitir que no 6 tienen razén cuando la ona parte la tiene. De esto se deduce que de entre cien apenas hay uno con el que merezca la pena discutir, A los demés se y q st les deja que digan lo que quieran, pues desip. sentium (todo el mundo tiene derecho a desbare ademés, en lo que dice Voltaite: La paix vam encore mieux que la vérité [se valora més la paz que la verdad]; Atabe: «Los frutos de la paz penden del Arbol te si ere est juris ar], pignsese igualados en Cuanto a cultura e inteligen- s le falta la Primera, no entenderd todo, no la misma altura). Si le falta la segunda, el Por ello le instigard a actuar deslealmente, erfa, cia. Siauno de ellos estard au niveay la Fencor que sentir Con astucia o gros 84 Powered by e CamScanner DIALECTICA ERISTICA a en colloguio privato sive familiari [colo- liar] y la disputatio solemnis publica, pro ‘dl priv giscusiON solemne y publica, de categoria] no hay oH, [disc encial. S610 que en esta Gltima se requiere gett ferencia, O°" jempre deba obtener la raz6n contra el en caso necesario, el praeses le soco- bién que en esta Ultima se argumenta mas formal- lace en vestir sus argumentos con rigurosidad jscusiO got ami 85 Powered by CamScanner PLIEGOS ANEXOS I “Logica y dialéctica fueron ya usadas como siriénimos por los antiguos, si bien, Aoyi¢eadat, meditar, reflexionar, calcular y Siadéyeo8at, conversar, son dos cosas bien distintas. El nombre dialéctica (Biahexcixt Suahercuct payuarela [pragmética dig. léctica}, b.adexcuxds demip [hombre dialéctico] (segtin Didgenes Laercio) lo utiliz6 por primera vez Platén. En el Fedro, en e] Sofista, en el séptimo libro de Reptiblica, etc., Plat6n entiende bajo el nombre de dialéctica el uso correcto de la raz6n y el estar ejercitado en su préctica. Aristdteles utiliza td 6uaxexcued en el mismo sentido; pero también (segiin Lorenzo Valla) de- bié de haber utilizado primero Aoyuxr de igual modo. En sus escritos encontramos Aoyixde duoxepeiac, esto es, argutiae [di- ficultades l6gicas, argucias), npéraowv Aoytxriv [premisas logi- cas], avopiav Aoyucty [aporias légicas]. As{ pues, el término Siadextixr} serfa ms antiguo que Aoytkr}. Cicerén y Quintilia- no utilizaron dialéctica [y] légica con el mismo significado ge- neral. Asi, Cicerén en Liiculo: Dialecticam inventam esse, veri et falsi quasi disceptatricem [La dialéctica fue inventada para decidir entre lo verdadero y lo falso]. Stoici enim judicandj vias diligenter persecuti sunt, ea scientia, quam Dialecticem appellant (Los estoicos han seguido diligentemente el método del juicio con la ayuda de la ciencia que llaman dialéctical, Cicerén, Tépicos, cap. 2. Quintiliano [De institutione oratoria XII, 2-13): itaque haec pars dialecticae, sive illam disputatri- cem dicere malimus [de aqui esa parte de la dialéctica, 0 como preferimos decir, arte de disputar J, la tiltima le parece pues, el equivalente latino de 5.aextuxr. (Todo esto segiin Petri Rami dialectica, Audomari Talaei praelectionibus illustrata, 1569). Este uso de los términos l6gica y dialéctica como sin6nimos se mantuvo también en la Edad Media y a lo largo de la Edad Moderna hasta hoy. Pero en época més reciente se ha utiliza- * [Al margen, anotacién de Schopenhauers] «Este es el verdadero comien- 20 de la dialéctica», [N. del T:) 86 Powered by e CamScanner DIALECTICA ERISTICA do —sobre todo por parte de Kant— «dialéctica» dot ban ‘do peyorativo como «arte sofistico de la discusién» Shun sente® © prefiera Ia denominacidn de «ldgicay por se ye comprometedora. Sin embargo, originalmente, ambas ends ¢ io mismo; de hecho, en los diltimos afios se las ha mpifican 10 sili Autilizat de nuevo como sinénimas. I que «dialéctica» y «l6gica» hayan sido utilizadas Jaantil edad como sindnimos, y que por eso no me sea dese ftingui libremente su significado como yo hubiese jo y definir«ldgica» (de Aoytco6a1, reflexionar, clcular, erie Y slabra y raz6n, que son inseparables) como «la cien- de 1610 Pees del pensamiento, ¢s decir, del modo de proce- dade ls rey edialéctica» (de B1ahéyeadus, conversar; mas der de fersaion transmite 0 hechos w opiniones, es deci, tote fystorica, 0 deliberativa) como «el arte de disputar» (en- « fiendo esta palabra en sentido moderno). Evidentemente, Jalégica tiene un objeto que es a priori, es decir, no determina- do por a experiencia, esto es: las leyes del pensamiento, el groeeder que signe la raz6n (el 26yoc) dejada a su arbitrio sin Pisa alguna que la turbe, en el pensar autdrquico de un ser tacional, al cual conduce sin error alguno. La dialéctica, en cambio, tendrfa que ver con la comunicacién de dos seres ra- cionales que piensan consecuentemente, lo que da ocasi6n a que en cuanto éstos no coincidan como si de dos relojes sincronizados se tratara, surja una discusi6n, es decir, una con- tienda intelectual. En tanto que razén pura, los dos individuos deberfan concordar. Sus divergencias surgen de las diferencias que constituyen a toda individualidad; son, pues, un elemento empirico. La l6gica, ciencia del pensamiento, esto es, la ciencia del proceder de la razén pura, serfa as{ determinable tinica- mente a priori; la dialéctica, en buena medida, sdlo a posterio- i; es decir, del conocimiento que se adquiere empiricamente con ocasién de las afecciones del pensamiento puro cuando dos seres, racionales piensan a la vez, como resultado tanto de ladiversidad de sus respectivas individualidades como del co- Aocimiento de los medios que ambos utilizaron con objeto de 87 Powered by e CamScanner

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