Oviniones de los primeros filésofos griegos
Los Mamados presocraticos,
can a Ia filosofia,
Perante. Los diose:
los primeros que en Grecia se dedi-
aparecen bajo el signo politeista de la religién im-
aie zle-eis eo cat su mayor parte engendros del ani:
jamal asi todos, la personificacién de las fuerzas de
ae es extrafio, pues, que las ideas filoséficas encerra-
a pio una concepcién inmanente de lo divino. Los preso-
craticos se preguntan naturalmente por las causas del cambio, de la
ordenacién del universo, y al atribuirlo a una inteligencia, bien han
Podido concebir a esa inteligencia fi
, formadora y ordenadora como con-
tenida en la realidad misma, o externa a ella, La tradicién animista
probablemente los inclina en el primer sentido.
Tales, el primer filésofo que conoce la historia, concebia una
sustancia fundamental, el agua, de la cual todo procede por trans-
formacién: el aire, la tierra y el fuego no eran otra cosa que la mis-
ma sustancia en distintos grados de rarefaccién o condensacién. No
han faltado intérpretes que hayan dicho que el agua era el dios de
Tales, puesto que de ella nace todo y todo vuelve a ella. Pero en
realidad no se advierte que el filésofo de Mileto haya querido ex-
presar eso. El agua era la sustancia fisica del mundo, pero todo es-
taba penetrado de una inteligencia divina, y asi exclamaba: “Todas
Jas cosas estén llenas de dioses” dando a entender que lo divino pe-
uetra y vitaliza la realidad material. La ordenacién mediante la cual
el universo ha podido llegar a ser lo que es, esté regida por la inte-
ligencia “que recorre la onda con rapidez”, y que es por lo tanto
inmanente en la naturaleza.
La filosofia mistica de Herdclito encierra una concepcién seme-
jante. Para él la esencia de la realidad es el fluir, el permanente de-
venir. Todo es cambio en la naturaleza, nada es fijo, y ese cambio
es regido por la inteligencia, por la “razén universal”, mediante laVA EA FILOSOFTA
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siempre ka * a out con medida”. Kl fuego es ast para Hesatile
con Cea 5, fe Ia realidad, como lo habia sido el agua Derg Tél,
Ja sustanc’’ a Anaximenes, Pero el fuego concebide por ¢ ny wt,
cel aire pa tc material; él no piensa sdlo en j, .) ui
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Princ materia sino en unt fuego sutil de donde proviong ju.
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» genera y mantiene la vida sobre
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So ina penetrado por la inteligencia y el deseo, por ol
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é versal que
Ja razén_ universal ; ;
turaleza, “un fuego divino que gobierna todas las cosas sin, a
3 El universo tiene para Heréclito una evolucigy de
guirse jamés”. : i
cipto; Iso que lo anima es un
ca, no tiene un principio; el impulso qi deseg ter.
ho y un cansancio eterno de vivir. Bl fuego vitalizado por ese yer
engendra, y luego, cansado de sus transformaciones, desteuye, j,”
teniéndose siempre vive para recomenzar el proceso creador,
An este periodo presocratico, la metafisica de Empédoctes ¢,
tituye una interesante novedad desde el punto de vista teoligieg qu,
venimos exponiendo. Empédocles consideraba que el mundo no pro,
cede de un elemento tinico original, como creian sus predecesor,
sino que por primera vez clasified cuatro elementos diferentes, sir,
agua, tierra y fuego. De las proporciones en que se encuentran mez,
clados tales elementos, resulta la diversidad de las cosas, También
para Empédocles, como para Heréelito, la vida césmica es un perpe.
tuo movimiento, un continuo paso de la unidad a la multiplicidad,
de la multiplicidad a la unidad, y este proceso es determinado por
dos fuerzas que acttian en el seno de los elementos: el amor y ef
odio. El amor une, tiende a la unidad, el odio separa, tiende a la mul.
tiplicidad. Despojadas del sentido psicoldgico de estos términos, tales
tuerzas, atraceién y repulsidn, constituyen para la fisica moderna
Jas dos fuerzas motoras de la evolucién universal. El dios de Emp
docles esta identificado con el Amor. Es, pues, una fuerza eésmica
inmanente a la naturaleza, Asi se expresa en “las purificaciones”:
“No nos es posible colocar a Dios delante de nuestros ojos, o tocarlo
con nuestras manos, porque su cuerpo no estd provisto de una ca
beza humana, dos brazos no arrancan de sus hombros; no tiene pies,
ni rodillas giles, ni partes cubiertas de vellos; es tnicamente un
espiritu sagrado e inefable, cuyos pensamientos répidos atraviesan
el mundo entero como relémpagos”, La idea de lo divino, como s°
Ve, es semejante a la inteligencia divina de Tales “que recorre 1a ot
da con rapidex", y al “logos”, la razén universal de Herdclito, Todas
significan una concepelén inmanentista de la divinidad,EL TEMA DE DIOS ch
También es inmanentista la idea de Dios de los estoicos. Esta co-
ariente de pensamiento que ha tenido mas tarde en Roma represen
tantes tan ilustres como Epicteto y Marco Aurelio —un esclavo y
un emperador— concebfa a Dios como el alma del mundo, Todo el
universo era considerado como un inmenso ser viviente, a semejanza
del hombre. Como todo ser vivo, esta compuesto de dos principios,
uno pasivo, el cuerpo, la materia, y el otro inteligente y activo, el al-
ma, La divinidad seria el espfritu del universo inserto en la materia,
a la que regula con inteligencia y providencia, como el alma en el
hombre.
Talvez un solo filésofo presocritico, apartindose de esta tradi-
cién inmanentista, busca explicar la causa del movimiento universal
por medio de un ser trascendente. Fué Anaxdgoras. El “Nous”, el
intelecto ordenador del universo es puro en s{ mismo, comenzé a or-
denar el universo, el fuego, la tierra, el agua y el aire, separado €
independiente de la sustancia ‘material de las cosas. Tenemos asi la
imagen de un dios trascendente por primera vez en la filosofia.
“Nous”, considerado como la divinidad, es el que introduce el mo-
vimiento en el seno de la unidad indiferenciada primitiva, en donde
“todas las cosas estaban juntas, infinitas en multitud y pequefiez”;
en este conjunto de lo existente nada se pierde y nada se agrega: es
él cuantitativamente invariable, Lo que produjo el, cambio en el se-
no del “Todo” en reposo durante un tiempo infinito fué el movi-
miento de sus partes. Toda la ordenacién que va desde la unidad
primitiva a la multiplicidad de lo existente, es obra del movimiento.
Ninguna cosa surge de la nada ni puede perecer, sino que se com-
pone y se descompone en partes’ ya existentes. Deberia llamarse
—dice— al nacer, reunirse, y al morir, separarse. El “Nous” es lo
més sutil, la mds pura de todas las cosas, tiene razén y poder sobre
todas ellas, domina todo, incluso la revolucién del universo a la que
dié origen.
Concepciones de Platén y Aristételes
En la época de los grandes sistemas de la filosofia griega, el pa-
so del politeismo al monoteismo maduraba y la idea de un Dios uni-
co estaba bastante generalizada, al menos entre los filésofos. Sécra-
tes habia muerto por esa creencia,
La teologia de Platén sigue naturalmente las huellas de su maes-
tro, y concibe a la divinidad como al supremo hacedor del universo.
Es verdad que la teologia platénica no resulta inequivoca estudiada
a@ través de sus diferentes obras, pero debemos tener en cuenta que
Platén escribié durante un largo perfodo de tiempo, hasta los ochen+6 INICIACION A LA FILOSOPIA
hos, y es natural que su pensamiento haya evolucionado y ma-
durado. a eee ‘
En muchos de sus eseritos, Platén habla de los dioses en plural,
tomados en el sentido popular y tradicional de 1a religién griega. En
algiin texto se interpreta que las ideas son verdaderas divinidades,
siendo la més alta de todas la idea del bien, El bien seria asi el dios
die Platén segiin muchos de sus intérpretes. Pero en el Timeo es don-
de se desarrolla en forma més explicita la concepeién de la divini-
dad y donde, como en el Génesis biblico, se relata la creacién del
mundo. “Cuando Dios comenz6 a ordenar el universo, el fuego, la
tierra, el aire y el agua, ante todo los doté de formas y de niimeros”,
“Tomando lo que no era visible, lo que no permanecia en reposo
sino que se movia irregular y desordenadamente, lo redujo del des-
orden al orden”, Dios es propiamente, mds que un creador, un or-
denador: Ja materia es eterna y las ideas o formas son también eter-
nas. El artifice del mundo lo construye y ordena tomando como mo-
delo las ideas ya existentes. Sin embargo, en la Reptiblica se afirma
que Dios es el creador de las ideas.
La inteligencia divina no es causa tinica de la ordenacién del
Cosmos. Frente a Dios, la sustancia del universo, con su necesidad,
es causa concurrente, “Pues, la generacién de este mundo es mixta,
habiendo sido engendrado por el acuerdo de necesidad e inteligen-
cia”, De tal concurrencia surge el bien y el mal, el primero de la vo-
luntad divina, el segundo de la resistencia que opone Ja materia a su
accién ordenadora, Sin embargo, en las Leyes, atribuye el bien y el
mal a la lucha eterna de dos almas césmicas, un alma malvada se
opone continuamente a la voluntad del espiritu benéfico que es Dios.
Se disefia asi la figura de Satands, idea que debié desarrollarse am-
pliamente en la teologia cristiana,
La imagen de Dios en Aristételes es bien distinta. Aun cuando
Ja divinidad es trascendente, exterior al mundo, no es concebida pa-
ra explicar la construccién del Costnos, sino el origen del movimien-
to, Observando el movimiento universal, oscuro e inexplicable para
Ja ciencia de la época, Aristételes reflexiona en busca de la causa
primera. Si todo mévil es movido por un motor, en la cadena de mé-
viles y motores debemos detenernos en un punto en que hay un pri-
mer motor inmovil. Este motor inmévil no mueve el universo en
forma mecinica, sino como causa final, como la perfegcién a la que
tiende todo lo imperfecto de la naturaleza. Este principio debe ser
de tal naturaleza que su sustancia sea acto y no potencia, debe ser
acto puro, forma desprovista de toda materia. Sélo el pensamiento
reune esta condicién, pues es capaz de nutrirse de si mismo y ser
su propio objeto, Hacia ese acto puro sin potencia, hacia esa forma21.-TRALA On Dion a
sin materia, tlende ta totalidad de
1 Cosmos, todo ier
» Movide por una atracci oe
i6n erética,
°s, actividad inmutable, inteligencia
Por objeto. “Es claro, pues, que él
ya seria un movimiento, .. Se pien-
6ptimo y su pensamiento es
: ¥ ast esté él siendo acto de pen-
Piensa a si mismo durante toda la eternidad”,
ristételes no solamente es extrafo al mundo, tras
no que no es causa de su existencia, como tampoco
eto del pensamiento de Dios. Siendo la suma perfee-
Preocuparse de lo imperfecto. Por lo tanto no es un
constituir el objeto de una actividad religiosa 0 de
yn. Podemos amarle, pero sin la esperanza de ser co-
El dios de a,
el mundo es obj
Dios que pueda
nuestra adoracié:
rrespondidos,
Ideas de Plotino
El Mamado neo
filosofia griega,
damentales deri
Platonismo, que es el ultimo gran sistema de la
tiene por figura principal a Plotino. Sus ideas fun-
ivan en primer término de Platén, y de ahi el nom-
bre de esa corriente, pero constituye a la vez el resumen y la cul-
minacién de toda la especulacién filoséfica de los griegos a través
de ocho siglos,
Segtin Plotino, entre Dios y el mundo estén los poderes inter-
mediarios, las “emanaciones de Dios”, cuya actividad es constante
Pero no ejercida directamente. Dios mismo no tiene forma ni figura;
no es comprensible por la raz6n, sino que estd por encima de toda
razén y de todo conocimiento. No ocupa tiempo ni lugar, es la uni-
dad absoluta, la primera causa como asi también la causa ultima de
todo lo existente. Como el sol envia rayos en todas direcciones sin
esfuerzo ni pérdida, asi Dios emana inteligencia (nous), a la cual
inteligencia son inherentes las ideas, que causan la puesta en exis-
tencia de todas las cosas. El segundo grado de emanacién es el alma-
mundo, que a su vez abarea todas las almas individuales. El alma-
mundo esta a mitad de camino entre la inteligencia y los mundos
fenoménicos, que constituyen el tercer grado de emanacién. Las al-
mas individuales no son partes separadas del alma universal, pero
hay sin embargo multiplicidad de ellas. Cuando el alma universal
se incorpora a cuerpos separados, podemos hablar con propiedad de
‘almas individuales, pues “cada alma es universal y al mismo tiem-
po individual”,78 INICIAGION A LA ¥ILOSOriA
Dios, lo uno, es para Plotino la potencia de todas las cosas, la
fuente de todos los sores, pero la existencia del universo se produce
no por creacién sino por emanacién, Sin que Dios se mueva ni cam-
bie, de la plenitud de su ser emana una serie de otros seres en pro-
cesién descendente, Todo esta en él y procede de él. Este descenso
de lo uno tiene tres grados: el intelecto, el alma universal y el mun-
do corpéreo, Los dos primeros forman con lo uno la trinidad divina.
En el mundo corpéreo, la divisién, la discordia y el mal proviene de
la materia porque Ja materia es absoluto mal y no-ser. El descenso
de lo uno en la multiplicidad de las cosas tiene alli su limite, y de
allf comienza a la vez la procesién reintegradora, el retorno a la fuen-
te de la cual todo deriva, que es lo uno, Dios. El término de la con-
versién coincide con el principio de Ja procesién.