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Un aniversario de bodas, tragico La Babysitter de la hija del CEO Karerina Un aniversario de bodas, tragico Cuando Nolan recibio aquella noticia, su corazon dio un salto al vacio. No podia creer lo que aquella mujer al otro lado del auricular, le decia: —Debe ser una broma Vanessa. Si fue Aurora quien te pidié que me dijeras eso, no me parece nada gracioso, es de muy mal gusto a decir verdad —la voz comenzaba a temblarle. —Sr O'Brien, no es un juego, su esposa acaba de ingresar sin sefiales de vida a nuestra clinica y su hija aunque esta con vida, la tienen en observacion. Para Nolan esa noticia excedia el limite de lo irreal. Minutos atras habia conversado con Aurora gCOmo ahora ella iba a estar muerta? Aun tiene en su cerebro grabadas aquellas palabras y su voz. —Amor, voy rumbo a casa, no te preocupes estaré alli antes de la cena. Llevo vino para celebrar nuestro aniversario. Te amo. A diferencia de otras tantas veces, Nolan olvidé responderle “También te amo” 1/10 Un aniversario de bodas, tragico Esa frase se repite constantemente en su cabeza, mientras conduce a toda velocidad hacia la clinica donde é] mismo trabaja como CEO de Health and life. Baja de su auto apresuradamente, corre por el pasillo, las lagrimas en su rostro continuan su recorrido incesante. Su coraz6n sigue acelerado y el terror en su mirada. La recepcionista, el vigilante y algunas enfermeras se topan con él sin poder ocultar su desconcierto ante la noticia del fatal accidente. “Lo siento” “Lo lamento” “Mis condolencias” el eco de cada frase llena los pasillos de aquel lugar. Justo del quiréfano viene saliendo el Dr Hessen, quien al verlo se detiene y le ofrece un abrazo. El gesto en el rostro del galeno, evidencia que ya nada se puede hacer. —Lo siento mucho Nolan, no sabes como lamento la muerte de Aurora. —No, ella no puede estar muerta, por favor Mark dime que es mentira, ella no. —Entiendo por lo que debes estar pasando, no ha sido facil para ninguno de nosotros tener que darte esa noticia. Por suerte, Samantha esta sana y salva, algunas escoriaciones, pero nada que no se pueda curar. —iMi hija, donde esta mi hija? —pregunta con afan. 2/10 Un aniversario de bodas, tragico —Esta en observacion, la joven que logr6 sacarla con vida, esta con ella. —Qué joven, de que me hablas, Mark? —Es la chica que llam6 a la ambulancia y quien sacé a Samantha del auto a tiempo. Las palabras de Mark aturden aun mas a Nolan éQuién era esa chica y por qué estaba con su hija? Caminé6 por el largo y amplio pasillo sin detenerse, entr6é al area de observacion. Al ver a su hijaen la camilla se acerc6 angustiado. La pequefia de apenas tres afios, estaba dormida producto de los medicamentos y analgésicos que le colocaron, tenia un hematoma visible en el lado derecho de su rostro. Parada a pocos metros, estaba una joven delgada, alta, vestia un suéter gris y jean desgastado, llevaba el cabello recogido en una coleta y un bolso en su espalda. —~Quién eres? —pregunt6 con voz ronea Nolan. —Soy Violeta —respondié en voz algo grave y con gestos pocos femeninos, metiendo sus manos en los bolsillos traseros de su pantalon— Vi cuando el auto se estrellé contra la barda de la autopista y aunque traté de ayudar a la senora que manejaba, ella ya 3/10 Un aniversario de bodas, tragico estaba sin vida. Cuando pretendi llamar ala ambulancia, escuché el llanto de la pequefia me tuve que meter rompiendo el vidrio de emergencia para poder sacar a la nifia. —Supongo que debo agradecerle, no. —Sacé de su bolsillo, su mévil.— Digame cuanto es y su numero de cuenta. —Esta usted equivocado. No me debe nada. Yo sélo hice lo que debia hacer. —responde parcamente. En ese momento, la pequefia Samantha abri6 los ojos y le sonri6 a Violeta. Ante el gesto de su hija, Nolan se sintié desarmado. El era un hombre rigido, recto y muy controlado; sdlo Aurora y su hija despertaban en é] sentimientos nobles. —Sami, mi amor —se acercé a la pequena, quien al verlo no pareci6 reconocerlo. —_Quién es usted? —pregunt6 echandose hacia atras y extendiendo los brazos hacia la chica extrana. —Mi amor, soy yo, papa. —Sr Nolan, recuerde que la pequefia acaba de ser victima de un accidente, ella puede estar pasando por un episodio de amnesia —dijo la enfermera, mientras terminaba de colocarle el medicamento. —iQué dice? Dice que mi hija no me recuerda a miya 4/10 Un aniversario de bodas, tragico esta extrafia si. —Violeta sintié enojo al escuchar a aquel hombre dirigirse hacia ella de aquella manera tan poco amable. —Creo que mejor me voy —dijo en tono hostil e intent salir, pero la pequeha Samantha comenzé a Norar. —No te vayas Violeta, no te vayas. Ante las suplicas de su hija, Nolan tuvo que pedirle a la chica que no se fuera. —Aguarde, mi hija la necesita. Solo digame cuanto debo pagarle. —Usted, cree que todo puede resolverlo con dinero, éno es asi? —lo mir6 fijamente, con el entrecejo fruncido. —Violeta, no te vayas, por favor. —Pidio la pequefia, la chica se regres6 y tom6 su manita. —No me iré, Sami. No hasta que salgas de aqui. —se inclin6 y bes6 a la nifia en la frente. El beso de Violeta fue tranquilizante para la pequefia, quien se recost6 y cerr6 sus ojitos. La chica acaricié su cabello y Samantha volvi6 a quedarse dormida. —Necesito hablar con el médico, :puedo dejar a la nifia con usted? —La pregunta parecié ser mas una orden que una peticion, atin asi, Violeta asintio. Para ella era terrible saber que la pequefia Samantha habia 5/10 Un aniversario de bodas, tragico perdido a su madre como para abandonarla ella también. En tanto, Violeta camina de un lado a otro de la habitacion. Ansiosa, mira una y otra vez su reloj. No podia creer que llegaria tarde, justo en su primer dia de trabajo, en el lujoso restaurante donde tantas veces son trabajar. Comienza a impacientarse. Pronto ve a lo lejos, al padre de la nifia acercarse. —Que bueno que regres6. —dijo visiblemente estresada. —Si, estaba conversando con el médico sobre la situaci6én de mi hija. —iQué le dijo? ,Va a estar bien? —pregunt6 ansiosa. 1 —Si, dice que puede ser momentanea la pérdida de memoria. —Me alegro mucho —colocé su mano en el brazo de Nolan, quien la mir6 a ella para luego dirigir su vista hacia la mano de Violeta. Ella apenada retiré su mano.— Hasta luego, debo irme. En un raro instinto, Nolan la tom6 del brazo. —Aguarde. —Ella lo miré y luego miré su mano sujetandola con fuerza; imit6 la mismo accién que él segundos atras.— Disculpe, retir6é su mano. Sacoé de su 6/10 Un aniversario de bodas, tragico bolsillo una tarjeta y se la entregé—. Cualquier cosa que necesite, estoy a su orden. Violeta tom6 la tarjeta, la mir6 por ambos lados y la guardo en el bolsillo de su suéter. Salid apresuradamente de la habitacion, corrio por el pasillo, sali6 hasta la calle y detuvo un taxi. Como suele suceder, siempre que estas apurada, todo se presta para que llegue el caos. El trafico era terrible, ya eran mas de las 6:00 de la tarde, Violeta prefirié bajar del auto y correr hasta el restaurante. Entro por la parte trasera para tomar su uniforme y cambiarse, pero la gerente la detuvo. 1 —No puede pasar, lleg6 tarde y ya todos los empleados tienen asignadas las mesas que deberan atender. —Pero apenas estoy llegando cinco minutos tarde. —Debe estar aqui diez minutos antes. Lo siento pero si lleg6 tarde el primer dia, no quiero imaginar luego. —Pero... —la gerente le mostré la puerta de salida, Violeta tuvo que morderse la lengua para no insultar a aquella déspota mujer. Enardecida y ofuscada salio de aquel lugar. Lo unico 7/10 Un aniversario de bodas, tragico que tenia de dinero lo habia gastado en el taxi. Revisé sus bolsillos, apenas encontro la tarjeta que minutos atras le entreg6 aquel hombre tan frio y arrogante. “Ledo. Nolan O’Brien CEO” leyé su nombre en voz alta. Si algo no deseaba Violeta era volver a toparse con este hombre. Rompi6 la tarjeta en dos, y la lanz6 al bote de basura. Era mejor no tener que ver nada con un hombre tan mal agradecido y envanecido como Nolan O’Brien. Nuevamente miro su reloj, en unos treinta minutos deberia estar en su casa. Eché a andar, la noche estaba fria y la brisa helada la hizo estremecerse. Mientras caminaba recordaba aquel accidente. kek Ella acababa de bajarse del bus; se detuvo a mirar a ambos lados de la amplia avenida, aguardando que algtin coche se detuviera y le diera paso para cruzar. Justo en ese instante, Aurora frené para que la chica cruzara, pero repentinamente el auto de atras nunca se detuvo e impacto fuertemente con el parachoque del automévil de Aurora, dirigiéndolo directamente contra la barda de la avenida. E] conductor eché de retro y paso al lado de la chica huyendo del lugar. 8/10 Un aniversario de bodas, tragico Al ver aquello, Violeta corrié hacia el auto, la mujer que conducia tenia el rostro ensangrentado y parecia inconsciente. Violeta traté de despertarla, pero ella nunca reaccion6, buscé su pulso, estaba muerta, se alej6 para llamar, pero al oir el llanto de un nino, regres6 al auto. —jMamaéa! jMamita! —lloré la pequefia. Violeta intento abrir la puerta de atras, pero esta no abria; por lo que tuvo que golpear con fuerza el vidrio usando su codo para estrallarlo sin que este pudiera quebrarse y lastimar a la nifia. Logr6é hacerlo, tom6 a la pequefia y la sacé del auto. La carita de la preciosa rubia de ojos grandes y pestanas largas, conmovié a Violeta. En el fondo, Violeta se sentia culpable, si aquella mujer no se hubiese detenido para darle paso, nada de eso habria ocurrido, piensa. 7 La brisa es cada vez mas fria, Violeta apresura el paso, posiblemente llueva y no desea mojarse, eso seria cerrar con broche de oro aque! dia tan terrible, lleno de incidentes tristes y enojo. Un auto pasa a su lado, se detiene un poco mas adelante, ella se pone algo nerviosa, su corazén se acelera y su respiraci6on es rapida y entrecortada. Ve aun hombre abriendo la puerta del auto, piensa si es mejor correr hacia adelante o regresarse. Decide lo segundo y amaga a correr cuando aquella voz la 9/10 Un aniversario de bodas, tragico detiene: —jEspere! —ella se detiene en seco, voltea y se topa con la mirada de Nolan O'Brien. 10/10 éQuién tuvo la culpa? éQuién tuvo la culpa? —Suba al auto, la llevaré a su casa. —No es necesario, falta poco... —Nolan la sujeta del antebrazo y la jala hacia el auto, ella iba a reaccionar golpeandolo, mas se detiene al ver a Samantha, quien la saluda emocionada desde el asiento de atras. —jVioleta! —agita sus manitas. —Suba —le ordena. Ella abre la puerta y entra al auto. —iEs ella? —pregunta la hermosa mujer que va sentada en el asiento del copiloto y quien observa de arriba abajo a Violeta. —Si, tia, ella es Violeta. —responde la nifia. Esther se acomoda en el asiento y mira a Nolan, mientras él conduce. Esther, es la hermana mayor de Aurora y siempre habia estado al lado de ellay su cufiado. Esa noche debian reunirse para celebrar el aniversario de la pareja y ahora debian prepararse para el funeral de su hermana. —Aun no puedo creer que esto esté pasando Nolan — coloca la mano sobre su hombro. E! voltea verla. —Por favor, no hables de eso —dice, mirandola de reojo para que guarde silencio delante de su hija. 1/11 éQuién tuvo la culpa? —Lo siento —responde y seca con su pafiuelo las lagrimas. Nadie mas habla durante el trayecto, excepto cuando él se dirige a Violeta para preguntarle su direccion. —iDonde vive? —pregunta él. Ella un tanto apenada por dar su direccion, le responde: —Puede dejarme por aqui si lo desea, ya estoy bastante cerca. —No se me quita nada con dejarla frente a su casa. Asi me sentiré mas tranquilo. —Le repito, no es necesario, puede dejarme alli en esa esquina. Nolan no soporta que le lleven la contraria, pero no puede negar el dolor que esta sintiendo por la muerte de Aurora. Aunque parecia incélume, tenia el coraz6n destrozado. —Como quiera —él frena repentinamente; como un gatillo mental se dispara en la pequefia Samantha el recuerdo de lo ocurrido. La nifia comienza a llorar desesperadamente. —jMama, mamita! —Violeta mira hacia el retrovisor con odio al padre de la nina. —No llores mi amor —La chica la cubre con sus 2/11 éQuién tuvo la culpa? brazos y la arrulla intentando calmarla. —Violeta, no te vayas —dice entre sollozos, Samantha. Nolan apreta con fuerza el volante, quisiera poder volverlo afiicos de la rabia y frustracion que siente en aquel instante. Echa a andar el vehiculo, mientras Violeta no encuentra que hacer. Impositivamente, el hombre comenta: 1 —Ira con nosotros a casa. —Esther lo mira sorprendida. —No creo que sea necesario —interviene. Violeta no sabe que decir, no quiere hacer sufrir a la nifia, pero tampoco estar al lado de aquel hombre. —Dije que Ira a casa con nosotros Esther. Si deseas puedo pedirle al chéfer que te lleve a tu casa, luego. Esther traga en seco, aquella situacion provoca en ella incomodidad. —Bien, Nolan, como tu digas. Minutos después el auto se detiene frente a la lujosa mansion. Violeta no puede evitar mirar con asombro aquel lugar, era una casa como la que veia en las fotos de los artistas famosos de hollywood. 3/11 éQuién tuvo la culpa? —Baje —le ordena él, ella obedecio. Esther bajo del auto, arregl6 su vestido y camino en direccién a la entrada. Nolan en tanto, sac6 ala pequeinia, Violeta cerro la puerta del auto y camin6é detras de él. —Esta noche se quedara en la habitacién de huéspedes de arriba. Necesito que esté pendiente de Samantha. Ya mafana me encargaré de pagarle por lo de hoy. Esta vez, Violeta no quiso discutir, no delante de la pequefia. Entraron a la casa, la chica recorrié con la mirada la decoraci6n, nunca habia estado en un lugar como ese. Todo era ostentoso y prolijamente ordenado. La empleada doméstica salié a su encuentro, pero al mirar el rostro de Nolan, se cohibid de decir algo. —Prepare la habitacién de huespedes, Camelia. —Si sefior. —subio apresuradamente las escaleras. Nolan miré a Violeta y nuevamente con tono imperativo le dijo: —Suba —Violeta obedeci6 a su lado, Mientras Esther los observaba desde el salon principal, agitando el vaso de licor en la mano. Mientras Nolan llevaba a la nifia a su habitacién continu6 dando instrucciones a la chica. 4/1 éQuién tuvo la culpa? —Necesito que esperes que se duerma. Yo debo resolver varios asuntos. Luego la espero en la biblioteca. Usted y yo debemos hablar. —Violeta por primera vez, sintié temor ante las palabras de Nolan. Tal cual lo acordado, luego de dejar a la nina junto ala pelicastafia bajo hasta la biblioteca. Al verlo, Esther fue hasta donde estaba él. Abrio la puerta del salon, cuando se disponia a cerrar, su cufada se lo impidio. —Ahora no, Esther. Necesito y quiero estar a solas — dijo, mirandola con los ojos cristalinos. —Esta bien, Nolan. Pero recuerda que yo también perdi a mi hermana. Ella se gira y él azota la puerta con furia, se lleva las manos a la cabeza con desesperacién y se quiebra por completo, camina hasta el escritorio, barre con ambas manos todo lo que esta sobre él y llora, llora de dolor y de tristeza. Se desploma sobre el sill6n. —jAurora! gPor qué mi amor? ¢Por qué me haces esto? —se recuesta sobre el escritorio— jAjaja! jNo puede ser verdad! jNooo, Dios! Carajos no... En tanto, Violeta le pide a Camelia que la ayude a cambiar a la pequena. —iPuede traerme una pijama para la nina? 5/11 éQuién tuvo la culpa? —Si, claro. —la mujer revis6 en el guardarropas y sacé del gavetero la muda de ropa para la nifia. Violeta cambi6 a Samantha y luego la acost6 en su cama. Camelia permaneci6o junto a ella hasta que la nifia se durmio. Ambas salieron del dormitorio y fueron a la habitacion de huéspedes. —Esta es su habitacion —Violeta sonrié en agradecimiento. —;Puedo preguntarle algo? —Si, digame. —iQuién es usted? Digo no creo conocerla y la verdad es que el Sr O’Brien no deja entrar a todo el mundo a su casa. Es bastante exigente y rigido. —Soy Violeta, yo vi el accidente y fui quien saco6 a la nifia del auto. —jSanto Dios bendito! —se persigna la mujer frente a la chica.— Es terrible todo esto. La peor tragedia en esta casa. Hoy mi Sra Aurora debia celebrar su aniversario de bodas, no puedo imaginar como este el Sr Nolan. —Aniversario? —pregunt6, aturdida con aquella noticia. —Si, iban a cumplir cinco afios de casados. Eran una hermosa pareja. 6/11 éQuién tuvo la culpa? —Es terrible todo esto que esta pasando. Siento tanto pesar por la nifa, aunque imagino lo que debe estar pasando su jefe. —No, no creo que se lo pueda imaginar. Ellos eran el uno para el otro. El] St Nolan desde que conoci6 ala Sra Aurora, se transform6 en otra persona. Se amaban, eran tan felices. jEsto es terrible! —se cubre los ojos con ambas manos. —iCree que pueda lavarme el rostro? No he ido a mi casa y estoy asi, desde temprano. —Si, por supuesto. Si desea puede ducharse. Yo le conseguiré algo que ponerse. —No se preocupe, usaré lo que traigo puesto. —Bien, como guste. ,Ya cendo? ;Quiere que le traiga algo? —La verdad es que no he comido nada. —Voy a prepararle algo y ya le traigo. —Gracias, Camelia. —respondi6 Violeta. —Tienes buena memoria, muchacha. Pocos se aprenden mi nombre facilmente. Mientras la mujer salid, Violeta aproveché de ducharse rapidamente. Estaba agotada. Necesitaba descansar, pero aun debia darle explicaciones a aquel hombre. Eso le preocupaba, podia notar el mal 7/1 éQuién tuvo la culpa? caracter de Nolan y ahora que sabia lo de su aniversario no podia dejar de sentir compasion por él, aunque fuese un sangron. Salio del bafo, envuelta en la toalla, mientras frotaba su cabello humedo. Sintié pasos acercarse, se apresuroé a vestirse, cuando escuché el golpe seco en la puerta, su coraz6n se acelera rapidamente. —Aguarde un minuto —respondi6 ella en voz alta, mientras se colocaba el suéter y abrochaba su jean. Pero la puerta se abrié abruptamente. Frente a ella y con una mirada repulsiva estaba Esther. —Dime qué es lo que andas buscando aqui. Vi como quieres envolver a mi sobrina y sé lo que son las mujercitas como tu. —No entiendo a que se refiere. Yo no tengo ningun tipo de intenciones, por lo que le agradezco mida sus palabras. —Para ser una salrapastrosa te expresas muy bien. Pero te dejo bien en claro, mafiana mismo te vas de esta casa. —Sefiora no entiendo por qué me trata de esa manera. —Es lo que te mereces, eres una arribista y puedo olerlo por encima. 8/1 éQuién tuvo la culpa? —Se equivoca, usted ni nadie tiene derecho a tratarme de esa manera —cuando Violeta quiso pasar por su lado y salir de la habitacion, Esther la jalé del brazo con fuerza. —iA donde crees que vas? —Violeta se zafé de su agarre y la mir6 con enojo. —Voy a reunirme con el Sr Nolan. —No va a atenderte. Me dijo que no desea ver a nadie, entiendes. Justo en ese momento, Camelia se asomo en la puerta para darle a la chica el mensaje de su jefe. —Violeta, el Sr Nolan te esta esperando. —Si, ya voy para alla. Esther apret6 con fuerza los pufios, no podia creer que Nolan prefiriera hablar con aquella chica, que con ella. Violeta salié de la habitacién y Esther detras de ella, tropezando su hombro contra la empleada. —Desaparece de mi vista, Camelia. —Disculpe Sra Esther —dijo la mujer apartandose hacia un lado del pasillo. Luego que la empleada la vio bajar las escaleras, sonrié de forma burlona. Esther siempre le habia parecido una mujer insoportable y traicionera. Siempre vio como envidiaba a Aurora y como se 9/11 éQuién tuvo la culpa? moria de celos al ver lo feliz que eran Nolan y ella. Nunca le dio buena espina. Violeta en tanto, se qued6 esperando que Camelia bajara las escaleras y le indicara hacia donde quedaba la biblioteca. La mujer al verla encogerse de hombros, le sefial6 el pasillo de la izquierda. —Segunda puerta —le contesto. La pelicastanha se acercé, tocé la puerta y oy6 la voz roneca de Nolan ordenandole pasar. —jEntre! —ella movio el picaporte con nervios, estaba realmente ansiosa por lo que aquel hombre podia decirle. —Con permiso —dijo ella y entro. Violeta observ6 con asombro el caos que habia en aquel lugar, papeles, libros, cenicero y un portalapiz en el piso, parecia que un huracan habia pasado por alli, arrasando todo a su paso. El, también la mir6 de arriba hasta abajo. El estilo un tanto amachado de la chica, le desconcertaba en gran forma. —{Mi hija se durmié? —pregunt6 visiblemente enojado. 1 —Si, sefior. Ya esta dormida. —respondi6 ella, levando sus manos hacia los bolsillos traseros de su pantalon. —Siéntese —Nuevamente le ordeno. Violeta sentia el 10/1 éQuién tuvo la culpa? rostro arder cada vez que oia la voz de Nolan tratarla como a una de sus criadas. Aun asi, termin6 obedeciendo una vez mas. —Digame qué es lo que desea hablar conmigo. —dijo exasperada por la actitud de aquel hombre. —Quiero que me cuente que fue lo que ocurrié —el corazon de Violeta dio un salto como quien lanza una pelota de tenis al suelo y al rebotar la golpea con fuerza. —~A qué se refiere? —dijo en tono tembloroso. —Al accidente, a mi Aurora. Quiero que me diga lo que ocurrid, carajos —golpeo con fuerza el escritorio.— ~Quién tuvo la m*****a culpa del accidente. El rostro de Nolan se endurecio y su mirada se hizo oscura. {Qué debia decirle? ;Seria capaz de contarle la verdad? n/1 Verdad a medias Verdad a medias Las manos de Violeta sudaban, nunca se sintié tan acorralada como en aquel momento; no desde hace cinco afios atras cuando estuvo a punto se ser ultrajada por su tio Bob. Pasa ambas manos por sus piemas, mientras piensa la respuesta que debe darle a Nolan. —Todo fue muy rapido, realmente yo estaba cruzando la avenida cuando escuché el frenazo y el golpe del auto estrellandose contra el a coche de su esposa. —Un auto dices? —pregunta con asombro. —Si, el auto de atras chocé a su esposa y el carro se fue directo hacia la barda. Cuando corri hacia ella, el conductor huy6. Me acerqué traté de ayudarla —la voz de Violeta es cada vez mas temblorosa y baja— Yo quise ayudarla, pero ella no contest6, fue cuando oi que la nifia lloraba y desesperada traté de sacarla del auto. —termina respondiendo entre sollozos, con lagrima en los ojos. Nolan se cubre el rostro y golpea con el pufio una y otra vez el escritorio. —jMaldita sea! No puede ser. Ella no puede estar muerta, ella no. —llora desconsolado. Violeta siente compasion por él, quisiera poder consolarlo pero no /8 Verdad a medias puede, no puede porque ella misma se siente culpable de lo que pas6 y contrariamente a lo que debia decir, prefiri6 mentir en parte de su relato.— Voy a descubrir quién lo hizo, ese malnacido, lo voy a meter en la carcel hasta que se pudra. —mascullé entre insultos. Violeta abrié los ojos como platos al oirlo hablar de esa manera. —Lo siento, de verdad siento mucho lo que paso con su esposa —él se levanté abruptamente y se dirigié hacia ella, la tomé nuevamente del brazo y la oblig6 a levantarse. —iLo sientes? —le pregunt6 salpicando de saliva su rostro.— Has perdido a alguien a quien amas con todo tu ser? —la tom6 de ambos brazos y la estremecio con fuerza.— ~Dime? gSabes lo que es perder a quien amas? —ella negé con su cabeza. 1 —No senior, no. —respondio y Nolan la mir6é con ganas de desaparecerla con la mirada. —Entonces no digas que lo sientes. Nadie, me oyes, nadie puede imaginar lo que siento dentro, nadie —la solt6 abruptamente. —Disculpe, debo irme. —dijo ella y él la jalé con fuerza acercandola hacia él. Ella colocd sus manos en su pecho para evitar chocar contra su cuerpo. —No se puede ir, Necesito que se quede. Mi hija la 2/8 Verdad a medias necesita. —a pesar de ella evitar el roce de su cuerpo, se estremecié por completo cuando su mano sintié el corazon de él, latir con fuerza. —Sefnior, me esta lastimando —dijo al sentir la fuerza con la que apretaba su brazo. El reaccioné y la solt6 lentamente. —Disculpe no fue mi intencién. —ella lo miré, podia imaginar por lo que él estaba pasando. Podia ver la tristeza en sus ojos claros. —No se preocupe. Pero yo no puedo estar todo el dia con Samantha. —Le pido que se quede dos dias, mientras entierro a mi esposa, ,Puede? —por segunda vez, su rostro se endurecio, no queria mostrarse débil y vulnerable ante la chica. —Esta bien, solo seran dos dias —aclar6. —Le pagaré por ello, si tiene que ausentarse de su trabajo, le pagaré el doble. —No lo hago por dinero, lo hago por Samantha. — respondié con firmeza. —Como sea, usted esta faltando a su trabajo para quedarse con mi hija. —No tengo trabajo —respondio ella. —iCémo? —ella bajé el rostro. 3/8 Verdad a medias —Hoy era mi primer dia de trabajo en un restaurante y llegué tarde... —hizo una pausa— me despidieron— agrego. —Fue por mi culpa, ¢verdad? —No, yo debi llegar a la hora, pero todo se complico. —Voy a recompensarle por ello. OK? —ella asintio. Tampoco podia darsela de digna cuando sabia que debia pagar la habitacion de la pension donde vivia. —jGracias! —respondi6 ella. —Puede irse, descanse. Manana sera un dia dificil en esta casa. Violeta salio de la biblioteca, subio las escaleras y fue hasta su habitacion. Se sentia muy mal, ahora se habia convertido en una mentirosa. Abrio la puerta, en ese preciso momento escuché el llanto de Samantha y fue hasta el dormitorio de la nifia, quien se habia despertado sobresaltada con la imagen del accidente. —Mi mama, quiero a mi mama, Violeta. —se refugiéd en el pecho de la chica. 1 —Mi amor, mama esta cuidandote desde alla arriba. — dijo, intentando calmarla. —No, Violeta, yo quiero verla. Llévame a verla —llora 4/8 Verdad a medias desconsoladamente. —Calmate mi amor, calmate —la acurrucé6 entre sus brazos y comenz6 a mecerla, hasta que la nifia se fue quedando tranquila. Para Violeta aquella escena le rompia el coraz6n, ver a la nifia llorar por su madre, eso era injusto. Ningun nino deberia vivir aquello. Aprovechando que Violeta salid, Esther fue hacia la biblioteca. Toc6é la puerta un par de veces. Nolan se puso de pie para abrir, habia cerrado con seguro para que nadie lo molestara; pero pensando que podia ser la chica, se aproximé para abrirle. —jEres ta! —dijo con desdnimo. —Quién esperabas que fuera? —pregunt6, elevando una de sus cejas. —Nadie, Esther, nadie. Te dije que quiero estar solo. — ella se acerco a él, lo miré y tom6 su mano entre las suyas. —Nolan no puedes tratarme asi, yo no tuve la culpa de lo que paso. —dijo llevando su mano hasta su pecho. —Lo sé, Esther. Pero qué quieres, verme llorar ges eso? —pregunté con un nudo en la garganta. —No... quiero que me dejes estar a tu lado. —se enlazé a su cintura, pegando su rostro a su pecho, mientras 5/8 Verdad a medias lloraba.— Sabes que Aurora era mi hermana, me duele tanto como a ti, lo que pas6. Nolan la abrazo con fuerza. Esther tenia razon, ella también estaba sufriendo como él. Habia sido un tanto cruel al pedirle que se alejara. —No puedo creer que ella no esté. La amaba, la amo con todo mi ser —dijo él entre sollozos.— Me dejo solo, Aurora me dej6 solo. —No, no estas solo. Sabes que siempre estaré a tu lado. —sostuvo su rostro con ambas manos— Nunca voy a dejarte solo. Me tienes a mi y tambiéna Samantha. Las lagrimas se deslizaban sobre el rostro de Nolan, aquel era el fin de la historia de amor que habia vivido durante esos cinco afios al lado de Aurora. —jGracias! —terminé6 diciéndole, ella lo abraz6 y acaricié su amplia espalda.— No sé que haria sin ti, en este momento. —Sabes que siempre voy a estar a tu lado. —Esther se refugié en su pecho. Violeta bajé las escaleras apresuradamente, debia decirle a Nolan que la nifia tenia calentura, al asomarse en la biblioteca, aquella escena la perturb6, una extrafia sensacion de enojo la invadio por completo al ver a Nolan abrazando de forma exagerada a su cufiada. Iba a retirarse cuando é1 se 6/8 Verdad a medias percat6 de su presencia. —jVioleta! —ella se detuvo y giré hacia él— ¢Qué ocurre? —Disculpe la interrupcion, Samantha tiene mucha fiebre. —Nolan se apart6 de Esther. Y salié de la biblioteca. Ambos subieron a grandes pasos las escaleras dejando atras a Esther, quien sonri6 satisfecha de sus avances con Nolan. En tanto, él se acerc6é ala cama, tomé a la nifia en brazos y comenzé a desvestirla. —Hay que bajiarla. Por favor, dile a Esther que llame al médico de la familia. —~Yo? —pregunté con asombro e incomodidad. —Si, tu. —Violeta salié de la habitacion de la nifia y se dirigié hacia las escaleras. Por suerte para ella, Esther venia subiendo las escaleras y ambas se toparon de frente. 7 —El Sr Nolan dice que llame al médico de la familia. —zQuién te crees para darme 6rdenes? —la increp6 y continu6 caminando hacia el dormitorio de su sobrina. —~Llamaste al médico? —pregunto angustiado, 7/8 Verdad a medias mientras cubria a la nina con la toalla. —No. Nadie me dijo qué... —Mierda, le dije a Violeta que te avisara. Llamaa Griffing. —Si, mi amor. Ya lo hago. —salio de la habitacion, sonriendo. Cuando Violeta entré a la habitacién, Nolan la miré con odio y espeto contra ella: —Si le ocurre algo a mi hija, todo sera por tu culpa. —¢De qué esta hablando? —Te pedi que le avisaras a Esther para que llamara al médico. —le reclam6 en tono alto. Aunque Violeta quiso defenderse, prefirié quedarse callada; mucho mas, después que los eencontro a ély a su Cufiada en una actitud un tanto sospechosa en la biblioteca. Era obvio que él le creeria mas esta que a una desconocida como ella. Por una extrafia razon, desde el primer momento que Violeta subio al auto, sinti6 que Esther no la soportaba, ni la queria cerca de Nolan; ahora parecia entender las razones de su comportamiento hacia ella... 8/8 ¢Babysitter? Babysitter? Minutos después lleg6 el médico de la familia. Camelia lo recibié y lo acompan hasta la habitacion de la pequefia. Violeta estaba recostada de la pared mientras Nolan cuidaba de la pequenfia, quien estaba temblando de frio. —George, por fin llegas. —se puso de pie, el hombre de unos cincuenta afios, cabello platinado y sonrisa afable se acerc6é y estrecho su mano. —Vine lo antes que pude Nolan, lamento todo lo que estas pasando. —Gracias, George. —se abrié paso para que el médico pudiera revisar a la pequena. El médico se quité el estetoscopio y llevé a Nolan a un lado de la habitaci6n. —Nolan, la nifia fisicamente esta bien. Pero... su fiebre es emocional. —No me digas que tiene, dame soluciones. Qué debo hacer? La nifia miré6 a Violeta y extendié sus manos. Violeta se acercd, se senté en la cama y abrazé a la nifia. Tanto Nolan como Griffing observaron la emotiva escena. 1/11 ¢Babysitter? —iQuién es ella? —pregunto. —Es la chica que la sacé del auto. —Creo que por ahora ella es la soluci6én. La pequena sufrid un trauma algo severo, y en esa situacion cred un nexo con la muchacha que la rescat6. Por ahora, mi sugerencia es que ella permanezca a su lado. — Nolan no parecia muy agradado con la noticia, pero de ello dependia la estabilidad emocional de su hija. De igual manera, ya le habia ofrecido quedarse un par de dias. 1 Mientras el doctor termin6 de verificar la temperatura de Samantha, él se aproxim6 a Violeta. Ella se sentia incémoda con la proximidad y la presencia de Nolan O'Brien. —Quiero ofrecerle trabajo, —ella lo miré con asombro. —Qué dice? —pregunté ella, frinciendo el cefio. —Lo que escucho. Necesito que se quede a trabajar en esta casa como la nifiera de mi hija. —Pero yo... —nuevamente él la interrumpi6. —Voy a pagarle muy bien. Mas de lo que pudo haber ganado en el lugar donde iba a trabajar. jPiénselo! — regres6 hasta donde estaba el médico. Violeta realmente no tenia que darle muchas vueltas al asunto. Necesitaba el dinero, tenia una larga lista 2/11 ¢Babysitter? de cuentas por pagar, eso sin contar que sus padres dependian del envio mensual de dinero que ella les hacia llegar todo fin de mes. Lo otro, era que la culpa la asediada sin detenerse. Samantha necesitaba ser cuidada y protegida, su madre ya no estaba para darle su amor. Ella debia aceptar aquella propuesta a pesar de que la presencia de Nolan la perturbaba sin ella entender las razones y Esther no la soportaba. Luego que el médico termin6 su trabajo, Nolan lo acompanié hasta la entrada. Asi, Violeta tendria oportunidad de evaluar su propuesta y darle una respuesta afirmativa. Violeta se senté al lado de la pequena y la nifia se quedo recostada en su regazo. Ella acaricio la cabellera suave y fina de la pequejia, la observ6 con detenimiento, era realmente hermosa, tenia rasgos finos y debia parecerse mucho a Aurora. La pequefia se qued6 dormida y ella aunque trataba de mantenerse despierta poco a poco termin6 vencida por el cansancio. Nolan subi6 de regreso para hablar con Violeta, abrid cuidadosamente la puerta, cuando miré hacia la cama, la chica estaba recostada al lado de la pequenia. Por primera vez, en todo ese tiempo transcurrido, miré con detenimiento y en detalle a la joven. Era una 3/11 ¢Babysitter? chica muy linda, su rostro era delicado, nariz puntiaguda, labios semi gruesos pero perfectamente delineados y su piel era suave. Se acerco hasta ella, la tocé del hombro y Violeta reaccion6 sobresaltada. Miré a todos lados intentando reconocer aquel lugar edénde estaba? Qué hacia alli? Al mirar el rostro de Nolan, todas sus dudas se aclararon. —Violeta, debe ir a su habitacion —le dijo en voz baja. Era la primera vez que él se dirigia a ella con sutileza. El tomé la nifia y la acomod6 en la cama, mientras Violeta se ponia de pie con sumo cuidado para no despertarla. —Disculpe, me quedé dormida. —Vaya a descansar. El entierro de mi esposa sera mafiana y necesito que usted se encargue de Sami. — respondio él. Ella asinti6, camino hacia la puerta y volteé a verlo.— jGracias Sr. O’Brien! —finalmente dijo. Violeta entro a la lujosa habitacion, se tendio sobre la cama y quedo rendida como piedra. Cuando Camelia subi6é para darle de cenar, vio que estaba profundamente dormida y no quiso despertarla. Dejé la bandeja en la mesa de noche y salié de nuevo. Nolan venia saliendo de la habitacion de su hija y se encontr6 con la empleada. 4/1 ¢Babysitter? —~Violeta, ya esta dormida? —Si, sefior. La pobre cay6 como piedra. No siquiera ceno. Pero le dejé la comida a un lado de su cama. —Gracias, Camelia. —Con su permiso sefior. —la mujer se giré para irse y él la detuvo. —Aguarde Camelia, —ella volteé de nuevo hacia él— Es posible que la Srta Violeta quede a cargo de mi hija. —Eso seria muy bueno Sr Nolan. La chica de verdad se ve que es muy buena. —~Lo crees? —pregunt6 ya no con enojo, la mujer asintio. Nolan fue hasta su dormitorio, se meti6 a la ducha, necesitaba liberarse de todo aquello, de la tristeza, de la ansiedad, del miedo y del dolor que le provocaba la partida de la mujer que tanto amo. El] agua se deslizaba por su rostro confundiéndose con sus lagrimas. Apoyo la frente en la fria baldosa y lloré desconsoladamente, como si en cada lagrima que brotaba de sus ojos se escapara un pedazo de su vida. Finalmente amaneci6, Nolan despert6 con la alarma de su reloj despertador. Se puso de pie, aquel seria el 5/11 ¢Babysitter? dia mas terrible de su vida. Debia despedirse para siempre del rostro, del cuerpo de la mujer que amo. Nolan habia vivido momentos inolvidables junto a Aurora. Cuando la conoci6, ella estaba ingresando como asistente administrativo al hospital. Desde el primer momento que la vio, qued6 prendado de eu belleza. Ella era alta, esbelta, su cabellera oscura y ojos de un azul grisaceo que envolvia a cualquiera que la mirara. Era espontanea y excesivamente extrovertida. El] en cambio, era mas reservado e introvertido, pero eso justamente fue lo que le fascino de la pelioscura. Al inicio, ella trabajaba directamente con el director del Healt and life. Pero, un mes después, fue trasladada a la parte administrativa y all8 qued6 a cargo de Nolan. El seria su nuevo jefe y también su nuevo amor. La convivencia entre ellos crecio de manera inmediata. Todas las veces que él debia quedarse horas extras, ella se ofrecia a apoyarlo y en dos meses ya eran mas que jefe y empleada, un par de ardientes amantes. Los limites que él consideraba estrictos en un primer momento dejaron de serlo prontamente y sus encuentros sexuales, eran cada vez mas intensos y extravagantes, como el momento en que hicieron el amor, en el depdsito de la enfermeria. Aquel huracan de pasién que provoco Aurora en él fue la razon 6/11 ¢Babysitter? perfecta para que él se casara ese mismo mes con ella. No falt6 quien murmurara en los pasillos sobre la intempestiva relacion, pero si de algo estaba seguro Nolan era que queria permanecer el resto de su vida al lado de ella. Mas, el destino cruel y despiadado le arrancé de un solo golpe la felicidad. Nolan estaba devastado por completo. Un huracan de tristeza ahora lo arrastraba hasta el mas profundo dolor. Se arregl6 para ir a la funeraria, por peticién de Aurora, ella no deseaba ser cremada. Nolan salié de su habitacion y tubo tentado al pasar por el pasillo, tocar la puerta del dormitorio de Violeta. Justo cuando iba a golpear, se detuvo. —Deseaba algo Sr O’Brien? —la voz de ellaasu espalda lo estremeci6 por completo. Se volte6 hacia ella. —No, solo queria saber si habia despertado. —Si, llevo un rato despierta. —~Como esta Samantha? —Aun duerme —respondi6 ella, sefialando hacia la habitacion de la cual venia saliendo. —Bien, le agradezco me tenga al tanto de cualquier cosa. Voy saliendo a la funeraria. —No se preocupe, asi sera —respondio ella 7/11 ¢Babysitter? parcamente. —Pens6 sobre mi propuesta? —ella asinti6. —jSi! Pero creo que ya habra tiempo para conversar sobre ello. —Si, tiene razon. —sac6 su movil y le pidio el nimero de ella— ,Me da su numero para Namarla? —No tengo mévil por ahora. Creo que lo perdi junto a mi mochila. —Esta bien. Entonces cuando regrese hablamos. Nolan bajo las escaleras, mientras Violeta lo observaba. No podia negar que a pesar de ser insoportable, él era un hombre sumamente elegante y apuesto. Su espalda era amplia y su cuerpo atlético sin exagerar musculatura, su perfume era envolvente y sus ojos color miel, hacian juego perfecto con su rubio cabello ondulado. Lo siguid con la mirada hasta ver que salié de la mansion. La voz de Camelia a la orilla de la escalera la volvi6 a la realidad: —jVioleta! Baja a desayunar. —Si, en seguida bajo. Minutos después, la empleada le sirvid una taza con café y tostadas con miel. —Hacia mucho tiempo que no comia tostadas. — 8/11 ¢Babysitter? refirié al morder la crujiente rebanada de pan en su boca. —Son mis preferidas, Si deseas algo mas, sélo dime. —No, esta bien. —~La nifa Samantha ain duerme? —Si, justo venia de verla, cuando me topé con el Sr O’Brien. —Me dijo que trabajaras con nosotros. —Eso me propuso, la verdad es que me urge trabajar por lo menos un par de meses, mientras comienza la universidad. —Ah, gestudias? —Si, llevo el sexto semestre de literatura. —mordio nuevamente la tostada y lamio sus dedos llenos de miel. —Entonces, si aceptaras? —Creo que no tengo mas opciones. Mucho mas sabiendo que... —de pronto guard6 silencio, por poco se le iba la lengua y le decia lo que realmente la obligaba a permanecer alli. —~Sabiendo qué? —la incito la astuta mujer a continuar. 9/11 ¢Babysitter? —Nada, sabiendo que la nifia perdié a su madre. No me imagino lo que debe ser eso. —Me alegra mucho que te quedes. El Sr Nolan vaa necesitar tu ayuda. Samantha es lo mas importante para él, bueno ella y mi Sra Aurora que en paz descanse. Pero... debes tener un poco de cuidado — bajé la voz un poco, como si alguien pudiera escucharla— Debes cuidarte de la Sra Esther, ella si que no anda con rodeos para fastidiar a las empleadas de la casa, se cree la duefia de esto. —Debe tener sus razones —dijo en un tono irritable. —¢Por qué lo dices de esa manera, muchacha? —Creo que ella y el Sr Nolan se la llevan bastante bien. —No, yo no diria eso. Es ella la casquivana que se le quiere meter por los ojos, desde que mi Sra Aurora se caso, ella no sale de aqui. —Yo no vi que fuera ella quien lo obligara, el Sr O'Brien se veia muy contento con eso. —esta vez la voz de Violeta demostraba cierto tono recriminatorio. —iNo me digas que estas celosa? —pregunta sonriendo la mujer. — Yo, celosa? No para nada. Por qué iba a estar 10/1 ¢Babysitter? celosa yo de tu jefe? —Querras decir de nuestro jefe. —Bueno, eso, Jamas me fijaria en un hombre como ese, obstinado, arrogante e insoportable. —Camelia movio su cabeza de lado sin dejar de sonreir, era capaz de percibir facilmente lo que estaba pasando. En tanto, Violeta termin6 de tomar su taza de café y subio para ver a la nina, dando pasos firmes y fuertes mientras se decia a si misma “Celosa yo, de ese hombre, jamas”. Mas, la palabra “Jamas y nunca” no existen cuando un corazon comienza a sentir los primeros sintomas de enamoramiento. Eso es algo que Violeta no conocia, pero que terminaria en descubrirlo muy pronto... n/1 Una dura realidad Una dura realidad Nolan entr6 a la funeraria, hasta ahora no habia enfrentando aquella terrible realidad. La mujer de su vida, ya no seria la luz de su amanecer. Al verlo, Esther se acerco a él, aunque parecia estar tranquila, rompio en llanto cuando vio a su cufiado entrar ala capilla funeraria. Se lanz6 entre sus brazos y él tuvo que tratar en seco para no romperse. Esa fortaleza apenas le duré algunos segundos, al acercarse al ataud y ver el rostro palido de su amada Aurora, detras del frio cristal que la cubria, las lagrimas y un grito de dolor, provocé la tristeza en el resto de personas que estaban reunidas para dar esa despedida a la hermosa mujer. —jNooo! —su rostro repos6 sobre el frio cristal mientras abrazaba el atatid como si fuese el cuerpo de su esposa. —Calmate Nolan —dijo Esther acariciando la espalda de él. Algunos colegas de la clinica también intentaron consolarlo y darle fuerzas, en especial Dailen Warren, la psicéloga mas prestigiosa de Health & Life. —Vamos Nolan, es en estos momentos que tienes que mantenerte fuerte, por tu pequefa Samantha, por el fruto de ese amor incondicional que hubo entre tu y Aurora, que descanse en paz. —comenté la seductora 1/10 Una dura realidad mujer, mientras le brindaba un abrazo. Nolan nunca pens6 que seria él quien despidiera a su gran amor, mucho menos que seria él quien diera el discurso de despedida al amor de su vida. El murmullo de las personas era ensordecedor, secando sus lagrimas, sacudio su nariz con su paniuelo y salio afuera para tomar un poco de aire. Tal como lo dijo Dailen, é] debia ser fuerte aunque estuviese roto en mil pedazos su alma. Minutos después regreso. El padre de Aurora, Fabio Sansonetti acababa de llegar de Lombardia para despedir a su hija al igual que despidié a su ex esposa Alba y madre de Aurora. —Esto es una pesadilla, nunca pensé que deberia vivir el mismo dolor dos veces. Mi Aurora siempre alegre y humilde, voy a extranarte —Nolan volte6 a mirarlo y ambos se dieron un fuerte abrazo y un palmadas que les recordaba a ambos que los hombres deben tener coraje ante cualquier adversidad. Las horas siguientes estuvieron realmente llenas de mucho dolor y tristeza, nada parecia consolar a Nolan. En tanto, Violeta cuida a la pequefia Samantha que instintivamente pareciera saber lo que esta ocurriendo en esos momentos. —¢Quieres que salgamos al jardin a pasear? 2/10 Una dura realidad —No, Violeta. No quiero, s6élo quiero ver a mi mamita. —Sami, ella siempre estara cuidando de ti desde al lado de papito Dios. —Pero yo quiero verla, sentir que me abrace —dijo con un tono lleno de absoluto pesar. —Vamos a hacer algo. gSabes orar? —la pequefia neg6 con su cabeza.— Bien, yo te voy a ensefiar, asi podras conversar con Dios y con ella cuando lo necesites. Violeta la ayudo a ponerse de pie, luego se arrodillo junto con la pequefia a la orilla de la cama y le mostro como poner sus manitas en posicion de rezo. —Ahora vas a repetir conmigo, ¢vale? —la nifia asintié y Violeta inicio con la oracion.— Querido papa Dios, hoy quiero pedirte —Samantha repitio junta a ella cada una de las frases— que protejas ami mamita Aurora alla en el cielo y que cada vez que la necesite, me hagas saber que ella esta a mi lado... La pequefia Samantha parecia entender cada palabra de Violeta, sus ojitos se hicieron cristalinos y comenzé6 a llorar. En ese mismo instante, en la lujosa necropolis, el ataid descendia a lo profundo de la tierra y el corazon de Nolan se iba junto a ella. Como suele suceder ante una pérdida fisica o emocional, el ser humano pasa por cinco etapa de 3/10 Una dura realidad duelo, y é]1 se encontraba en la segunda fase, después de la negacién, la ira. No podia evitar sentir rabia y frustracion, aquello era injusto, Aurora ni merecia morir, asi como é1 no merecia perderla. Regresaron a la mansion, él subid hasta su habitacion, queria estar solo y desahogar aquella frustracién sin ser molestado. Mas, Esther no quiso separarse de é] ni un segundo. Eso lo hacia sentirse mas ahogado e incluso obstinado de su presencia. Cuando iba a cerrar la puerta de su cuarto, ella se lo impidio. —Nolan... —la mirada de él, esta vez estaba llena de rabia y de indignacion. —Ahora no, Esther, ahora no. —No puedes estar solo. —Dije que quiero que te vayas, sino lo entendiste, ni tus palabras ni tu compafiia me hacen sentir mejor. jLargate! —la forma tajante y las palabras fuertes de Nolan, la obligaron a desistir. Dio media vuelta y bajo las escaleras dirigiéndose al salon principal para servirse un trago. Esther era una mujer seria y muy diferente a Aurora, a pesar de que no eran hermanas de padre y madre, se criaron juntas. Cuando Fabio se separé de la madre de Esther apenas ella teniendo un afio de nacida, Gloria se convirti6 en una alcohdlica y eso parecié 4/10 Una dura realidad queda grabado en ella. Cada vez que enfrentaba una situacién dificil, recurria a la bebida como via de escape. Fue por ello, que Alba la madre se Aurora, se ocupé de cuidarla muchas veces y quererla como a una hija. Sin embargo, Esther siempre sintié celos por su hermana, siempre quiso tener una madre como Alba, una familia como la de Aurora, incluso un marido como el de su hermana. Fue entonces que se mantuvo al lado de la hermosa pareja. Pero, ahora que su hermana no estaba, no seria un impedimento para ella conquistarlo. Finalmente podria ocupar un lugar en la vida de Nolan que ser la simple cufada. En ese instante, Violeta baj6 con Samantha en brazos, al verla Esther se llen6 de enojo, aquella chica le causaba incomodidad y envidia. Violeta era mucho mas joven y hermosa, incluso le recordaba a Aurora, su cabello largo oscuro, alta, esbelta y rebelde. Eso lo percibi6é desde el instante que la vio forcejear con Nolan la noche anterior antes de subir al auto. —Samantha, mi nifia —dijo con emocion, arrebatando de los brazos a la pequefia. Violeta frunci6 el cefio al ver la actitud déspota e irrespetuosa de la fina y elegante mujer vestida de negro. —Tia, Esther. —repos6 su cabeza sobre el hombro de la mujer que estaba acostumbrada a ver todos los dias conviviendo con ellos.—;Dé6nde esta mi papa? 5/10 Una dura realidad —Esta en su habitacién zQuieres que te lleve a verlo? —la ingenua nifa asintid emocionada. Esther dejo le entreg6 el vaso a Violeta, tratando de humillarla como si de una sirvienta se tratara. —Lleva eso a la cocina. —Violeta la mir6é con enojo, era evidente que su estadia en aquel lugar no seria nada agradable si Esther se lo proponia. Mas, ella recordo las palabras de Camelia y sonrié haciendo que Esther se llenara de rabia. Violeta fue hasta la cocina, dejé el vaso sobre el meson de marmol y Camelia pudo notar que estaba enojada. —Ocurre algo, Violeta? —Es esa mujer, creo que me odia. —Dofia Esther, es una mujer muy arrogante, muy diferente a mi Sra Aurora, si la hubieses conocido, serian grandes amigas, ella era risuefia, amable y desprendida con todo. —Violeta record6 la sonrisa y amabilidad con la que Aurora le hizo sefias para que abriera la puerta del auto. Sabia a que se referia la empleada y sobre todo la razén de su muerte... Esther tocé la puerta de la habitacioén de Nolan, al escuchar que tocaban, se puso de pie para ver de quien se trataba. Al ver que era ella, amag6 a cerrarle pero la voz de su pequejia hija lo detuvo. 6/10 Una dura realidad —Papi... vine a verte. —Nolan bajé el rostro y se top6 con la mirada de ternura y aquella sonrisa unica de su pequena, la levanté y cargo entre sus brazos. —Mi Samantha, mi nina. —El hombre no pudo evitar que algunas lagrimas se escaparan de sus ojos, aunque trato de disimularlo frente a ella. —Papito, estas triste —dijo y limpio con sus dedos las mejillas de su padre. —No, mi amor, es que me emociona verte. —la pequefnia rodeé con sus brazos el cuello de su padre y peg6 su rostro a su mejilla aan himeda. Esther observaba la escena, mostrando una sonrisa. —Es maravillosa mi Sami —E] se sorprendi6 al escucharla referirse asi a la nifia, aunque ella no trataba mal a la pequefia, tampoco solia ser excesivamente tierna con su hija. —jGracias por traerla! —dijo y le dio la espalda. Se sent6 con su pequenia en la cama y la abraz6 con fuerza. Sdlo se tenian el uno al otro. Record6 las palabras de Dailen, horas atras, aunque estuviese devastado tenia una razon para continuar adelante, esa razon era su pequena hija. —Siempre estaré a tu lado mi nifia. 7/10 Una dura realidad —{TU no te vas a ir, como mi mama, verdad? —No mi amor, no. —bes6 su frente con ternura. Al sentirse excluida de aquella escena, Esther entrejunto la puerta y se dispuso a retirarse; iba dar el primer paso cuando escuché que su sobrina mencionaba a la intrusa, entonces se detuvo y acercé su oido a la puerta para escuchar lo que la nina decia. —Violeta me ensefié a orar para hablar con mi mamita. —Nolan se sorprendié con las palabras de su hija, aquella chica parecia ser muy especial. —Si, que bueno que hayas aprendido a orar. Me ensefias luego? —la nifia asintié emocionada. —{Papi, Violeta se puede quedar a vivir con nosotros? —pregunt6 la nina y Esther sintié como se le retorcia el est6mago. —Si, mi amor. Gracias a ella tu estas bien. —Entonces vamos a decirselo. —baj6é de la cama y lo tome de la mano, Nolan no podia decirle no a su hija, ella era su talon de Aquiles. —Esta bien mi amor, pero vamos con calma. Nolan, se quit6 la chaqueta, desat6 la corbata y doblo las mangas de su camisa hasta los codos. —Asi te ves muy guapo —dijo la nifia y él sonrio. 8/10 Una dura realidad Samantha era una nifia muy inteligente, de eso no habia dudas. Al escuchar que se acercaban, Esther camino apresuradamente hacia las escaleras, topandose justo con Violeta, quien regresaba a la habitaci6n. —Quitate del medio, estorbo —choc6é con su hombro a la chica, Violeta. —~Cual es su problema? —esta vez no se qued6 callada. Pero Esther escuché los pasos de Nolan acercarse y trat6 de disimular frente a él, su ira. —Disculpa, Violeta. No te vi, no me siento bien. —dijo colocando su mano sobre el hombro de la joven, quien se retir6é con brusquedad. Nolan percibio aquel gesto de Violeta como algo de mal gusto. —Ocurre algo? —pregunt6 con voz ronca y Violeta palideci6é al escucharlo, mir6 hacia arriba y se encontr6 con su fria mirada. —No, sefior —respondio. Samantha extendio sus brazos hacia Violeta, ella subi6 un par de escalones y la tom6 la levanto. Para Nolan aquel momento result6 un tanto desagradable, pero la emocion de Samantha dispers6 aquella 9/10 Una dura realidad atmosfera de tensién. —Violeta, mi papa dice que te quedaras a vivir con nosotros. —Ella le sonrié a la pequefia pero levant6 la mirada para verlo y él, asintié brevemente. —Asi sera mi nifia. —la pequefia la rode6é con sus brazos y estamp6 un beso en su mejilla. Nolan bajé las escaleras sin decir nada, Violeta lo observ6 por segunda vez desde arriba y vio cuando se dirigia hacia el salon donde estaba la esbelta rubia. Por segunda vez una extrafia sensacién de enojo la invadio. éQué era lo que le estaba pasando? ¢Por qué se enojaba al ver a Nolan junto a Esther?... 10/10 jNina malcriada! iNifia malcriada! Luego del entierro de Aurora, Nolan se sentia devastado, el sentimiento de orfandad y soledad en su corazon parecia crecer segundo a segundo. Los recuerdos como dardos agujereaban su pecho causando el mas intenso dolor. Aunque queria fingirse fuerte frente a su pequeiia hija, detras de la puerta de su habitacion, se deshacia en pedazos. Esa noche no lograba conciliar el suefio, el rostro palido y gélido en el atatid lo perseguian. —Aurora, mi amor {Por qué, por qué tuviste que irte y dejarme solo? —repite una y otra vez, esperando una respuesta que nunca Ilegara. Como un flash back, recuerda el momento en que le pidio casarse, al comienzo Aurora no tenia muchas intenciones de hacerlo, para ella el amor no debia estar sujeto a leyes, ni ataduras que no fueran las de sus sentimientos. —Aceptas casarte conmigo? —pregunté él, mostrando el hermoso anillo de brillantes y colocandolo en su dedo anular. Ella contemplo la costosa joya puesta en su dedo. —Nolan, mi amor —lo abraz6 con fuerza y bes6 sus labios. Sabes que te amo, y no es necesario que nos casemos para estar juntos. 1/10 jNina malcriada! —Lo sé, pero también sabes que son un poco mas tradicionalista y que deseo verte a mi lado bajo las leyes divinas. Ademas quiero que cuando al fin tengamos un hijo, nazca bajo un hogar legalmente instituido. —ella rié y él la observ6 sin entender. —~Qué te provoca tanta risa? —ella se colg6 de su cuello y lo bes6 escuetamente. —De la manera en que hablas mi amor, “un hogar instituido”, pareces un abogado o un profesor de Etica y moral. —~De verdad te parezco un abogado? —ella mordi6é su labio inferior al escuchar el tono seductor y picaro con el que la interrogaba. Aurora disfrutaba de aquel juego de roles que ambos usaban cuando deseaban tener horas de sexo hard. —Si, sefior juez, bien sabe lo arrepentida que estoy por cometer ese crimen —Sonri6 con picardia. El] la tomé de la cintura, levantandola con fuerza, y Aurora rodeo su cadera con sus piernas, mientras se contoneaba de forma sensual. —Entonces debo castigarla y condenarla a cinco orgasmos de cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional hasta dentro de cinco afios. —la pego de la pared, y la azot6 con su pelvis, ella gimié al sentir su dureza. —Tiene usted un mazo bastante fuerte —brome6 y sus 2/10 jNina malcriada! palabras acrecentaron el deseo en Nolan, quien se giré con ella entre los brazos, la dejo caer sobre la cama y comenzo a desvestirse desesperado por poseerla. Nolan y Aurora hicieron el amor esa noche como si nunca antes hubiesen estado antes juntos, pero esa noche en particular, hicieron una promesa de amor. —iMe prometes que nunca dejaras de amarme? —le pregunt6 ella, con un rostro algo serio que no era usual en ella. —Te prometo amarte hasta el final de mis dias. —Nolan, nunca, nunca pienso alejarme de ti. Ta eres mi gran amor. —No sabria vivir sin ti, Aurora. Eres literalmente la luz de mi vida. Aquella frase, duele y pesa en el corazén de Nolan. Aurora no habia cumplido con su promesa {Era él capaz, de cumplir con la suya? ;Realmente la amaria hasta el final de sus dias? Secé sus lagrimas por enésima vez, respiré una y otra vez intentando controlarse. Caminé6 por la habitacién dando pasos firmes, sin dejar de moverse, ansioso. Frotando sus manos una contra la otra. Su vida habia cambiado en fracciones de segundos y sin previo aviso. 3/10 jNina malcriada! Salié de la habitacién, bajé las escaleras y fue hasta la biblioteca, era el lugar en el que solia despejarse leyendo y bebiendo un poco de vino, pero al bajar, vio una silueta en la cocina y se aproximé6 hacia ella. —iCamelia? —pregunt6, sin distinguir bien en la oscuridad, cuya respuesta se dejo escuchar tras el ruido del vaso estrellandose contra el piso. —No, sefior, disculpe —respondio Violeta, nerviosa por haber dejado caer el vaso de cristal. —~Qué haces a estas horas, por aqui? —dijo sujetando con fuerza su brazo. —Vine por un poco de agua —dijo con voz temblorosa, mientras Nolan la miraba fijamente en la oscuridad. Ella movio su brazo con fuerza intentando zafarse de su agarre y empujando con su otra mano el cuerpo inamovible de Nolan. —jSuélteme, animal! —solt6 aquel improperio sin imaginar la reaccién de él. —{Qué dijiste? —pregunté en tono hostil y lugar de soltarla, la tom6 de ambos brazos y la estremecié con fuerza, haciendo que ella se lastimara con un trozo de vidrio en el pie. —jAuch! —se quejo y él reacciono repentinamente. 4/10 jNina malcriada! —Lo siento, lo siento —dijo levando sus manosala cabeza, Violeta, salté en un solo pie y se recosté del meson, él se inclino y sujet6 la pantorrilla de la chica. Ella llevaba puesto un camis6n de algodén que llegaba una cuarta por debajo de su cadera, ese camis6on se lo habia facilitado Camelia, para que ella no durmiera con la unica ropa que llevaba puesta desde el dia del accidente. 1 La piel de ella era suave y su pantorrilla bastante firme, Violeta sintid un escalofrio recorrerle por completo cuando sintié su mano sujetarla y levantar su pierna ligeramente. —Suélteme —volvi6 a decirle. —Déjame ver tu pie, nifia malcriada. —jalé con fuerza su pierna e intenté retirar la astilla de vidrio pequefio que se habia incrustado en el contorno de su pie, al retirarlo comenz6 a sangrar un poco. Ella lo miraba con enojo, pero a la vez sentia algo indescriptible dentro de si. Nolan presiono con fuerza el pie para evitar que continuara el leve sangrado. —Es todo, estaras bien —respondio y coloco su pie de regreso al piso. —,Qué haces descalza? —pregunté con asombro. —No he tenido tiempo de ir por mis cosas a la pension. —respondié parcamente. 5/10 jNina malcriada! —~Vives en una pensién? —hasta ese momento, Nolan no se habia detenido a pensar sobre quién era Violeta, y cual era su pasado. —Si, senior {tiene eso algo de malo? —pregunt6 un tanto indignada. —No, realmente no. Violeta sentia que temblaba ante la presencia de Nolan. Al comienzo pens6 que su reaccién era propia del comportamiento arrogante de él, pero ahora percibia que aquello era una constante. Bastaba verlo o sentirlo cerca para que su corazon latiera apresurado y sus manos sudaran. El se limpié la mano con una servilleta, mientras la chica intento mirar en la oscuridad hacia el piso para no volver a lastimarse. Al verla saltando de un lado a otro, sac6é su movil y encendi6 la linterna para iluminarle el camino. La luz de la linterna, hizo que su silueta quedara al descubierto ante la mirada atonita de Nolan. Sus piernas eran largas y bien torneadas, sus muslos algo gruesos. Si bien la complexion de ella era atlética, é1 la veia algo masculinizada, sus gestos eran toscos y su vestimenta incluso, poco femenina. —jGracias! —respondio ella, mientras se dirigié al depésito para tomar la escoba y recoger los restos de vidrios en el piso. 6/10

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