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Historias =F ¢
BAJO
4 oe aEnel corazén de Ciudad Northon, en la sala VIP
del ultimo piso del Hospital Sherratt...
"Senor Sherratt, hemos encontrado a alguien con
un tipo de sangre compatible para su prometida,
pero... es un infante de tan solo seis anos",
confes6 el personal médico.
Howard le dirigié una gentil mirada a la palida
mujer que yacia en la cama. Luego, respondié con
calma: "No me importa. De todos modos, sera un
honor para él donarle sangre a Ann".
La fragil mujer que descansaba en la cama era
Ann Russell, su prometida. Y Howard era el
presidente del influyente Grupo Sherratt, con
sede en Northon.
Ella tiré de la manga de su prometido y hablé con
voz débil: "Estoy bien, Howard”.
El asistente que estaba detras de él comenté con
precaucion: “Sefor Sherratt, laseforaRussell
estd fuera de peligro. Se recuperara con unpoco 4
de descanso”.
Ann lo miré, con una ligera molestia en su
expresion.
"Howard... De verdad, estoy bien. Solo
descansar un poco y estaré como ne 4
foee wenecesario causar problemas a otras personas por
mi culpa. Cof cof...”.
Pero en ese momento, no pudo dejar de toser.
Howard estaba iracundo y arremetid: ";Crees
que Ann puede seguir aguantando?".
"Traigan al donante de sangre ahora mismo.
Necesito suficiente sangre para satisfacer las
necesidades de Ann en media hora”, ordena
"De inmediato", respondid el asistente, temiendo
decir una palabra mas que irritara al director mas
poderoso de la ciudad.
Luego, se dirigié apurado ala sala de extraccion
de sangre.
Mientras tanto, en la sala de conferencias del
Ministerio de Defensa, la maxima autoridad en el
Pais Z.
Diversas figuras de alto nivel esperaban con
ansias la on de otra importante persona.
uniforme de eoeilsine irrumpié preci ipitaddanseaae
enlasalacon las siguientes noticias: "Teniente, la
general Dorothy expreso que hay un asunto
urgente que necesita ser atendido, por lo que no
podra unirse a nosotros hoy". =
eeEl ancionoque ocupaba el asiento principal
pregunté de inmediato: ";Algo grave ha
sucedido?".
":El hermano menor de la general Dorothy, un
nifio de apenas seis anos, ha sido llevado por el
presidente del Grupo Sherratt para una
transfusién de sangre forzada!".
La sorpresa se apoderé de todos en la salade
conferencias: ";;Qué?!".
“zAcaso el presidente del Grupo Sherratt tiene
plena conciencia de lo que esta haciendo?".
*iIncluso ha osado involucrar a la general
Dorothy!".
El soldado continu6é con su explicacién: "Howard
Sherratt, el presidente del Grupo Sherratt, esta
en una situacién de emergencia debido a su
prometida, quien sufrié una pérdida masiva de
sangre en un accidente automovilistico. Tan
pronto como descubrieron que el hermano menor
de la general Dorothy es compatible, se lo
llevaron para una transfusion”.
El anciano recordé haber visto al nino acta pokes
tiempo. Era un pequefio realmente encantador,
de tan solo seis anos.
":Una transfusion de sangre? :Acaso estan locos?
jEs un nino pequeno!”, el hombre expresosu$edgrtiielpotpeando la mesa antes de ponerse
de pie.
El pecho del anciano estaba decorado con
numerosas insignias que tintinearon cuando se
levanto.
El soldado mostré una expresién de amargura al
seguir: "La general Dorothy ya se ha dirigido al
Hospital Sherratt. Si algo le sucede a su hermano
menor, las consecuencias son inimaginables... No
solo la ciudad de Northon estaria en aprietos, sino
que también afectaria gravemente a la familia
Sherratt...".
Aunque el soldado dejé de hablar en ese
momento, todas las importantes personas
presentes comprendieron claramente el mensaje
subyacente.
Dorothy ostentaba el titulo de ser la general mas
joven en la historia del Pais Z. A pesar de tener
solo diecinueve anos, habia logrado numerosos
éxitos militares notables y habia alcanzado un
alto rango. igs
El Ministerio de Defensa representaba la aie
autoridad militar en el pais, y tenia un poder
absoluto e indiscutible.
El Teniente General, por su parte, ejercia el
liderazgo en el Ministerio. aBajo la autoridad de este Ultimo, se encontraban
distintos rangos: General de Division, General de
Brigada, Coronel Mayor... (siendo el primero el de
mayor jerarquia)
Apesar de su juventud, Dorothy ostentaba el
titulo de General de Divisién, solo superada por
unos pocos tenientes.
Su reputacién como «la diabla» era ampliamente
conocida debido a su implacabilidad y falta de
clemencia.
Si algo malo le pasara a su hermano menor, no
seria sorprendente que tomaria medidas
extremas, incluso si eso significara poner en
peligro toda la ciudad.
Mientras tanto, el soldado recibio una
comunicacion en su dispositivo y su expresion
mostré6 ansiedad. Su rostro se tensé cuando
reports: “Teniente, la general Dorothy ya ha
llegado al Hospital Sherratt”.
El rostro del anciano se oscurecié aun mas: "ES
hora de que nos dirijamos a Ciudad Northon."
yp oeCapitulo 2
En la camara de extraccion de sangre. el delicado
cuerpo del nifio de seis afios se encontraba
inmovilizado por un hombre robusto y musculoso.
Sus pequefos brazos estaban firmemente
sujetados sobre la superficie de la fria mesa.
Clavaron en su brazo una aguja de transfusion
disefiada para adultos, lo que parecia
desproporcionada para su fragil figura.
“Director, la bolsa de sangre XL HP esta llena.
Temo que si continuamos...", comenzé a explicar
un preocupado miembro del personal médico.
“Contintien. Una cantidad tan reducida de sangre
no sera suficiente para la prometida del
presidente", ordend el director del departamento
de recolecci6n, sin mostrar emocion alguna.
"Duele...", se quejé Frederick Rogers mientras
luchaba débilmente, su voz era apenas mas alta
que un susurro: "Suéltenme, por favor...”.
“Es demasiado ruidoso. Tapenle la boca", dijoe!
director con impaciencia. a)
El hombre que mantenia a Frederick en su lugar
se liberé una mano para cubrir la boca del nino
con firmeza.
Alobservar el miedo en los ojos de Frederick.la 'enfermera que estaba realizando la extraccién de
sangre sintié que su coraz6n se apretaba de
dolor.
Intenté consolarlo con ternura: "Terminaremos
pronto, carifio. Tu tipo de sangre es unico, y lo
necesitamos para Salvar la vida de alguien. Eres
una persona amable, ;verdad?".
Para su sorpresa, Frederick se calmo y dejo de
moverse.
Sus largas y rizadas pestanas temblaron un poco,
y sus ojos eran candidos y cristalinos. Ella
contemplé con una mirada brillante, como si
preguntara: «;De verdad?».
Al ver la esperanza en sus inocentes ojos, la
enfermera no pudo evitar sentir una punzada de
angustia por él.
No obstante, opto por ignorar esos sentimientos
de compasién, recordando la cuantiosa suma de
dinero que recibiria una vez que la prometida del
presidente del Grupo Sherman se recuperara,
“Vamos, carino. Esto terminara pronto. Sipuedes —
soportar un poco de dolor, podrias salvar la vida’ —
de alguien. Eres realmente valiente, gsabes?",
animé la enfermera, sonriéndole a Frederick,
quien asintié lentamente.
No temia al dolor. Estaba dispuesto a ror
a 5sieso significaba salvar una vida.
La gruesa aguja perforé nuevamente sus finos
vasos sanguineos, y su sangre roja y brillante
fluyé a lo largo del tubo de transfusién hacia la
bolsa de tamafio XL.
El punzante dolor que irradiaba desde su brazo
hacia que el cuerpo fragil y menudo de Frederick
se retorciera involuntariamente, y sus largas
pestafias temblaban continuamente debido al
dolor.
Se mordié los labios con fuerza, consciente de
que solo faltaban unos pocos segundos para que
pudiera contribuir a salvar una vida.
Recordé lo que su abuela le habia dicho: su
hermana mayor ya no estaba viva y nunca
volveria a estarlo.
Anhelaba tanto a su hermana... pero no pudo
salvarla. En ese momento, con la posibilidad de
que su sangre pudiera salvar a otra persona,
estaba completamente dispuesto a hacerlo.
Una vez mas, no temia al dolor, siemprey cuando —
su sacrificio pudiera preservar la vida de otro.
Ya habia perdido a su hermana y no podia
soportar que nadie mas experimentara esa
pérdida.
} -ia lal se volvia gradualmente
palido mientras la bolsa de sangre transparente
se llenaba.
Sus labios también palidecian cada vez mas, a
medida que la pérdida liquido vital avanzaba.
Poco a poco, perdia fuerzas, y dejo de luchar.
La enfermera, con cierta conciencia, pregunto:
“Director, desea continuar? Si seguimos
extrayendo, él...".
El director respondié con resolucién: ";Preferirias
que él muera, o morir tu? Estaremos en aprietos si
no tenemos suficiente sangre para la prometida
del presidente. Continua con la transfusién
mientras él esté con vida’.
Por lo tanto, a pesar de la empatia que sentia la
enfermera, no tuvo mas opcién que continuar.
Después de todo, la orden habia sido dada por el
presidente del Grupo Sherratt, y desobedecerlo
no era una opcion.
Ademéas, estaban motivados por la promesade —
una generosa recompensa econdmica si cumplian
adecuadamente con su tarea, aunque sabian que
las consecuencias serian graves si fracasaban.
La sangre continud fluyendo desde el cuerpo de
Frederick a través del tubo de transfusion, y su
_— Irespiracién se volvia cada vez mas débil, como si
al borde de un inminente colapso.
jBAM!
Entonces, con un estruendo, la puerta de la sala
de extraccion de sangre fue violentamente
pateada, abriéndola de par en par.
Antes de que Frederick y la enfermera pudieran
reaccionar, ya habian sido arrojados varios
metros atras.
Todos sintieron como si una rafaga de viento
hubiera atravesado la habitacién.
En ese instante, una joven de diecinueve afios,
vestida con un atuendo negro, tomo suavemente
a Frederick en sus brazos.
“Esta bien. jYa estoy aqui!", lo consold.Capitulo 3
"Aaaaay...", la sala de extraccién de sangre se
llené de inmediato con gritos de angustia que
resonaron en todos los rincones del recinto.
Mientras tanto, Dorothy Rogers parecia ignorar
todo lo demas.
Su rostro se llend de ira mientras miraba a su
hermano menor en sus brazos, quien habia caido
enun estado de coma debido a la pérdida
excesiva de sangre.
iCémo se atrevian a lastimar a su propia familia
de esa manera?
Si algo le ocurriera a su hermano, estaba decidida
a hacer que pagaran por ello.
Nadie en esa sala escaparia de las consecuencias
de sus acciones.
Con suavidad, sostuvo a su hermano en brazos y
retiré cuidadosamente la aguja que tenia clavada.
Luego, preparé la sangre en el procesador e
inserté un nuevo tubo de transfusion panes ay
la devolucién de la misma.
La sangre roja y brillante comenz6 a fluir
lentamente de regreso al cuerpo de Frederick.
Cuando ella levanté la cabeza, los a
— apudieron evitar sentir un escalofrio recorrer sus
espinas dorsales. A algunos incluso les costé
respirar...
Lairade larecién llegada era abrumadora y
aterradora.
Fue el director quien logré recobrar la
compostura primero. La senalé con furia y le
reproché: ";Quién eres? {Tienes idea de dénde te
encuentras? ;Vete de aqui!".
"iAuch-!",
Antes de que pudiera terminar su frase, un fuerte
golpe lo envié contra la pared, por la cual rebotd,
cayendo frente a Dorothy.
Nadie pudo ver exactamente como sucedio.
Ella pisoteé sin piedad el rostro del director y lo
aparté con disgusto, como si hubiera pisado algo
repugnante.
Su mirada permanecié fria e indiferente durante
todo el proceso, y solo hubo un breve destellode
calidez en sus ojos cuando miré a su hermano.
"3D... Dorothy?", la llamo,
En ese momento, un leve rastro de color aoateetl
enel palido rostro de Frederick a medida que la
sangre fluia de nuevo a su cuerpo. Su vozera
suave y su visién comenzo a aclararse poco a
— Bl
<
¥La figura ante él parecia ser su hermana mayor...
Aunque era diferente de lo que su abuela habia
descrito y solo la habia visto en fotografias. Aun
asi, estaba seguro de que se trataba de ella.
";Si?", le respondié suavemente.
Con ternura, Dorothy acaricié la cabeza de
Frederick, y su mirada, que antes habia sido
gélida, se suavizé como un calido rayo de sol.
En la entrada, los tres subordinados de Dorothy,
quienes habian trabajado a su lado durante anos,
se miraron con confusién al presenciar la escena.
jEra esa la misma Dorothy que conocian?
A pesar de que siempre los saludaba con una
sonrisa, se daban cuenta de que todo era una
fachada engafosa.
¢Quién habria imaginado que «la diabla», a quien
se referian como un lobo con piel de cordero,
tenia ese lado tan calido y amigable?
De repente, un grupo de fornidos guar
vestidos de negro rodearon la entrada delasala —
de extracci6n de sangre.
Casi de inmediato, se apartaron para dar pasoa
alguien.
Howard emergid de entre ellos. Surostro se
a pFcid al ver que la sangre regresaba al cuerpo
de Frederick, y declaré con determinaciéne
ironia: "jBien!”.
Era evidente que esas personas estaban
buscando problemas al atreverse a entrar en su
territorio.
Con un gesto, ordené friamente: "|Saquenlos de
aqui!".
El grupo de guardaespaldas se adelanté al
unisono.
Se frotaron las manos y se dirigieron hacia
Dorothy y los demas.
Ella ni siquiera se digno a mirarlos. Sus tres
subordinados alzaron las cejas con desdén y se
prepararon para actuar.
"| Ahbh!", exclamé alguien.
";jAh!!! ;Mi mano esta fracturada!".
"Mi pierna... |Necesito ayuda!", se escuchaba.
Pasados treinta segundos, la habitacién se sumid +
en el caos. Los guardaespaldas que inicialmente *
a
mostraban arrogancia yacian en el suelo, ees
emitiendo gritos de dolor.
Un destello de asombro cruzé los oscuros ojos de
Howard. No habia anticipado que las tres
personas fueran tan capaces en combate. si
a a.Los observé con calma y pronuncié con
indiferencia: "Poseen habilidades
impresionantes. Es una lastima que sigan a esa
mujer. A partir de ahora, podrian trabajar como
mis guardaespaldas”".
"Les pagaré diez millones al afio. Qué opinan?",
ofrecié.
Los tres individuos intercambiaron miradas y
soltaron risas burlonas, como si hubieran
escuchado el chiste mas grande jamas contado.
Incluso Dorothy, que habia estado concentrada
en su hermano menor, no pudo evitar fruncir
levemente el cefio mientras lo miraba, como si lo
considerara un completo tonto.
Entre los tres, se encontraba un hombre de
alrededor de veintitrés anos. Poseia hermosos
ojos que irradiaban una intensidad severa.
Erauno de los tres subordinados de confianza de
Dorothy en «El Guardian», conocido como
Celestine Todd.
Separé los labios ligeramente, revelando una @
sonrisa maliciosay desafiante mientras =
respondia:
";Diez millones al aho? ¢Con quién crees que
estas hablando?".Capitulo 4
Los ojos de Howard destellaron con malicia, junt6
fuerza en sus pufos sin que nadie lo notaraa. “Si asi
seran las cosas, jtodos ustedes iran al inflerno!",
rugid.
Se movié ligeramente, pero justo cuando estaba a
punto de pasar a la accion, Celestine actué con
una velocidad asombrosa, siendo mas rapido que
unrayo.
“Ah...”.
Howard sintié un agudo dolor en su brazo
derecho.
De manera instintiva, miré hacia su extremidad,
para encontrarse con que su elegante camisa
estaba rasgada desde el hombro, dejando su piel
expuesta.
En su brazo, habia una herida profunda que se
extendia desde el hombro hasta el dorso dela
mano, revelando los huesos y manchaaaees, a
atuendo de sangre.
Ademias, por el tamafio de la lesion, también habia
sangre acumulandose bajo sus pies.La frente de Howard se cubrié instantaneamente
de'sudor frio, y fruncié el cefio mientras
murmuraba: "jEres increiblemente rapido!".
Su rostro se volvid serio, dandose cuenta de que
estaba envuelto en una compleja situacién,
Celestine jugueteé de manera casual con un
pequeno cuchillo elegante en su mano y desafid
con un resoplido: ";Crees que puedes
enfrentarme con tus mediocres habilidades? ;Y
qué fue eso que dijiste antes? ;Diez millones al
afio? j|No seas tan arrogante!”.
Howard los miré con una expresion sombria y
pregunto con frialdad: ";Quién eres?”.
Habiendo practicado artes marciales desde los
tres anos y siendo aprendiz de un maestro
altamente respetado, Howard no habia
descuidado su entrenamiento un solo dia.
Su habilidad marcial era mas que suficiente para
situarlo entre los mejores diez warriors de la
ciudad.
Creia firmemente que incluso si se enfrentara al —
numero uno de laciudad, no seriaheridotan,
facilmente.
Sin embargo, la persona frente a él lo habia
dejado completamente vulnerable, y ni siquiera
habia visto como lo habia logrado. : ;
im esEnreali habria perdido si no fuera por la
sién de Celestine.
Este ultimo lo observo con desprecio y comenté
con sarcasmo: “Ni siquiera mereces saber quién
soy”.
Después de expresar su descontento, procedié a
atar las manos de Howard.
";Qué quieres hacer con él, Dorothy?", inquiris.
Dorothy, al escuchar eso, fruncié el ceno y exigid:
"3No ibas a traer atu prometida? jTraiganla
aqui!".
Dado que Howard estaba realizando todas esas
acciones para salvar a su prometida, no podia
ausentarse en el momento crucial.
Ademas, queria averiguar quién tenia la intencién
de utilizar la sangre de su hermano.
jRealmente la prometida de Howard merecia
dicha intervencién?
No mucho después, Celestine escolté a Annala
sala de extraccién de sangre y la dejé caer al
suelo. i,
Aellano le importaba nada mas en ese momento;
corrié hacia Howard y se aferré a su pierna como
si fuera su Unica oportunidad de salvacion. No se
percaté de la sangre en el suelo ni desu ah
m we —herido, rf
Con voz temblorosa, expresé su temor: "Howard,
estoy demasiado asustada... ;Quiénes son estas
personas?".
Alobservar el rostro palido y los ojos llorosos de
la joven, Howard sintié un dolor profundo en su
corazén.
Una sensacién de impotencia que nunca habia
experimentado surgi6 en su interior.
Finalmente, Dorothy alzo la vista y examiné a
Ann durante un momento antes de lanzar una
burla: "Nunca imaginé que la prometida del
presidente del Grupo Sherratt fuera una z*rra
como esta. Pensé que seria una gran belleza”.
":Cémo pudo caer en trucos tan burdos?”.
Aesas alturas, el rostro de Howard, que habia
estado sombrio, se volvié aun peor.
Nadie se atreveria a hablar de esa manera sobre
su mujer.
Ann nego vehementemente con la cabeza. re
palida como un fantasma y protesto: “Howard, no
entiendo de qué esta hablando... ;Estoy pert
demasiado por los golpes que recibi!".
Pens6é que Dorothy era como esas otras mujeres
de las que Howard se desharia si ella most
eatin & d - Zvulnerabilidad frente a él.
ot Pr
¢Cémo $e atrevia a menospreciarla? Deberia
estar plenamente consciente de las
consecuencias de sus palabras.
Howard estaba furioso mientras observaba a
Ann, tan vulnerable. Sus manos se crisparon en
punos, y lanzé una mirada casi esquizofrénica a
Dorothy.
"iEstas poniendo a prueba mis limites!", advirtid.
Por su parte, Celestine y los otros dos hombres
negaron con la cabeza y miraron a Howard con
desdén.
iCémo se atrevia a mencionar la palabra «limites»
delante de Dorothy? ;Quién le habia dado la
audacia de hacerlo?
Hablar de limites era innecesario en presencia de
esa mujer. Incluso si ella destruyera el Grupo
Sherratt en un solo dia, deberia seria un honor
para ellos.
Dorothy se rio ante su comentario.
Incliné ligeramente la cabeza hacia Celestine. - +
jBAM!
De repente, un estruendo reson6 en la
habitacién, y las piernas de Howard cedieron
instantaneamente, haciéndolo caer de rodilla
nm & * +Capitulo 5
Observando a Howard postrado en el suelo,
Dorothy hablé con indiferencia: “Curiosamente,
uno de mis pasatiempos preferidos es poner a
prueba los limites de las personas”.
En ese momento, el dolor que recorrié el cuerpo
de Howard palidecié en comparacién con la
humillacion de estar de rodillas.
Sus ojos destilaban furia mientras contemplaba a
la mujer ante él. Su Unica obsesién en ese
momento era vengarse y deshacerse de ella de la
manera mas despiadada posible.
Howard juré en su interior que nunca olvidaria
ese agravio y que buscaria venganza en el futuro.
Ann, quien se encontraba a su lado, qued6
completamente perpleja.
iCémo era posible que Howard Sherratt, el
influyente presidente del Grupo Sherratt de
Ciudad Northon, se encontrara arrodillado ante
una jovencita? i
Eso desafiaba toda ldgica.
Después de todo, Howard era conocido por hacer
que los demas se postraran ante él, no al revés.
":Cémo deberiamos proceder ahora, ae
- sepregunté Celestine con indiferencia.
Dorothy dejé escapar un resoplido y tomdé una
bolsa de sangre de la mesa, la arrojé frente a
Howard y propuso: "Si a uno de ellos le gustaba
tanto extraer sangre ajena y el otro la necesita,
entonces saquemos toda su sangre y
transfiramosla al cuerpo de esa mujer”.
Haciendo una pausa, agregé con sarcasmo: ";No
se amaban mucho?".
~Por qué no ayudarlos con eso?
Incluso al morir, estarian siendo un par de
tortolitos.
Ella, por su parte, solo tomaba justicia por mano
propia.
"De acuerdo!", respondio Celestine.
¥ con un movimiento, le propiné una patada a
Howard en la espalda.
El rostro del segundo se estrellé contra el suelo, y
un gemido apagado escapo de sus labios.
Celestine presiondé con fuerza la espalda de
Howard para evitar que se retorciera de dolor.
Luego, con gran habilidad, inserté la aguja en la
vena del brazo izquierdo del hombre, y la sangre
fluyo inmediatamente hacia la bolsa dora.
ae -Eneser nto, Ann finalmente se percaté de la
situacién. Hizo un intento desesperado por
detenerlos, pero las dos personas que la
custodiaban la lanzaron a una distancia de cinco
metros, pateandola.
Howard, con el rostro pegado al suelo,
experimentaba un profundo dolor al ver como
maltrataban a su prometida.
Estaba haciendo esfuerzos sobrehumanos por
liberarse, pero la presién y la fuerza que sentia en
la espalda eran insoportables, y apenas podia
moverse.
La mente de Ann se Ileno de incredulidad al
presenciar la derrota de su prometido.
¢Cémo era posible que alguien hubiera logrado
someter a Howard?
¢Cémo pudieron derrotarlo?
Siempre se habia mostrado invulnerable y astuto.
iCémo habia llegado a esa lamentable situacion?
Su psiquis empezé a sufrir un colapso.
Mientras tanto, la bolsa de sangre que Celestine
sostenia ya estaba Ilena de liquido vital. La retiré
sin tomar precauciones y se dirigid directamente
hacia Ann.
Enese instante, Howard se encontraba en unestado depanico absoluto.
Sus ojos brillaban con ira cuando le reclamé a
Celestine: ";Como te atreves!".
Pero el segundo, sin prestarle atenci6n, dejo
escapar una leve sonrisa ante tal pregunta.
zCémo se atrevia?
Teniendo en cuenta los asuntos relacionados con
Dorothy, ;c6mo no se atreveria a hacerlo?
Mientras tanto, el cuerpo de Ann temblaba de
terror a medida que Celestine se acercaba
lentamente.
Se agachd y sus manos, delgadas pero huesudas,
encontraron rapidamente el brazo de Ann, quien
luchaba con desesperacién.
"No, por favor...", suplico.
"Por favor, no hagas esto... Nuestra tipologia de
sangre no coincide. Moriré... Por favor,
suéltame...”, continué forcejeando, pero no tenia
fuerzas para liberarse.
Justo cuando se disponia a insertar la aguja’ enel |
brazo, Howard grité desesperadamente: ";Dejala_
ir! Haré lo que me pidas. jPor favor, déjala ir!”.
Pero Celestine se burlé de él y continué con su
accién sin detenerse en lo mas minimo.
":Detente!", siguié vociferando.
ae 0a ae
“Slatpol@sucede, pagards un precio inmenso”.
"Cualquiera que esté vinculado a ti también
enfrentara graves consecuencias”, amenazaba.
Dorothy, observando a Howard, quien se
comportaba como un animal acorralado,
pronuncié con ligereza: “Si ese es el caso, no
tengo razon para dejarte con vida”.
Un destello de incredulidad cruzé6 los ojos de
Howard al escucharla, y su coraz6n se apret6 al
ver la expresién imperturbable de Dorothy.
Luego, en medio de la tensién, dejo escapar una
risa amarga: "jNo podras evitar las repercusiones
si me haces dano!”.
Dorothy torcié la boca con desdén: “Oh, ide
verdad? Me pregunto si existe alguien en este
mundo que esté fuera de mi alcance”.jLunatica!
jEsa mujer estaba completamente desquiciada!
Dorothy mostré una sonrisa mientras observaba
la mirada llena de odio en los ojos de Howard.
Lanz6 con desenfado otra bolsa de sangre XL
frente aél.
";Drénenle toda la sangre!", ordend.
Dado que parecia disfrutar tanto de las
transfusiones de sangre a terceros, por qué no
experimentarlo de primera mano?
Uno de los subordinados asintié educadamente,
agarré la bolsa de sangre e inserté la agujaenla
vena de Howard sin titubear.
Pronto, la sangre empez6 a fluir hacia el
contenedor.
Al mismo tiempo, Celestine también habia
insertado la aguja en las venas de Ann.
La sangre de la bolsa fluia lentamente hacia su
cuerpo. a z
«jNo!», penso.
El temor de Ann alcanz6 su pico maximo. jNo
queria morir!speradamente: "; Howard, salvame!
|, no quiero morir! ;Sdlvame!".
Grito d
iHow
Yano era la mujer delicada y gentil que solia ser.
EI miré ala angustiada y asustada Ann, iracundo.
¢Cémo no iba a querer salvarla? Pero no habia
nada que pudiera hacer...
Giré la cabeza y fulminé a Dorothy con la mirada.
jEra mejor que no le diera la oportunidad de
vengarse, 0 la haria pedazos!
Sin embargo, ella no le presté atencidn.
Su Unica preocupacién era Frederick, que estaba
en sus brazos.
En ese momento, un hombre de 36 afios entré en
la habitacion. A su lado, al menos veinte
guardaespaldas lo seguian.
";Quién eres?”.
“iSuelten a Howard!", exigid.
El recién llegado se enfurecié al ver a Howard y
Ann, quienes estaban lamentablemente
presionados contra el suelo. = $
Su enojo era palpable.
Cuando Howard escuché la voz, hizo un esfuerzo
Para girar la cabeza hacia la puerta.
Al ver al hombre, sus ojos se iluminaron es
1
7 i
im 8.i ee de alegria. ";Tio Thomas?",
atinéda :
Thomas Sherratt le devolvié una mirada
tranquilizadora.
Asi era, el hombre que habia aparecido de manera
abrupta era el lider del Grupo Sherratt.
El y Howard tenian una cooperacién estratégica.
Mientras el mas joven tenia el control del imperio
financiero de Northon, el hombre mayor
supervisaba la zona gris de la ciudad.
Ann, al ver a Thomas, quien parecia su salvador,
siguié gritando: "| Tio Thomas, salvanos!".
"Vana transfundirme la sangre de Howard, pero
nuestros tipos de sangre no coinciden y todos
moriremos! j Tio Thomas, salvanos!".
Thomas miré con determinacion a Ann y ordenéa
Dorothy: ";Déjalos ir!”.
“;Dejarlos ir?”, repitio ella.
En todo el Pais Z, nadie se atrevia a pedirle algo
asi a Dorothy.
La intensidad en su mirada se hizo aun mis
evidente mientras enfrentaba a Thomas.
Este ultimo sintié que la temperatura dela
habitacién bajaba cada vez mas.
a. ae"Crees que ese pedido es viable?", solts Dorothy.
No pudo contener una sonrisa malvada: "Eres
demasiado soberbio”. ;Por qué de repente todos
querian faltarle el respeto?
El rostro del hombre se oscurecié.
iCémo se atrevia alguien tan joven a desafiarlo de
esa manera?
La mirada asesina en los ojos de Thomas no se
pudo ocultar mientras avanzaba hacia Dorothy.
Cualquier persona comun y corriente habria
cedido ante su presién, pero ella era una
excepcion.
Al contrario...
Lo enfrenté con calma, y hasta se podia percibir
un toque de desdén en sus ojos.
La distancia entre los dos se redujo a menos de
dos metros, y en ese momento, la joven realizé un
movimiento sutil y rapido.
iF fffst!
Se escucho un silbido, y una aguja plateadasalio a
disparada a la velocidad del rayo.
Thomas instintivamente traté de esquivarla,
pero, antes de que pudiera reaccionar, la agujaya
se habia clavado en un punto de acupuntura en su
i .Enun. brir y cerrar de ojos, sintiéd que el poder en
cuerpo parecia estar sellado, dejandolo
impotente.
Si no fuera por su fuerte voluntad, habria sido
derrotado en ese mismo instante.
Dorothy lo miré con desdén y declaré: "Todavia
puedes retirarte en este momento. Solo quiero
que estos dos estén muertos”, senalé a Howard y
Ann con un leve movimiento de la barbilla.
“Pero por supuesto, si quieres unirte a ellos, no
me importa”.
Sus ojos se posaron en Frederick, que descansaba
tranquilamente en sus brazos, mientras
amenazaba: "Y si asustan a mi hermano pequeno,
no dudaré en hacer caer a toda la familia
Sherratt”.
Un brillo asesino paso por los ojos de Thomas al
escuchar las palabras tranquilas pero arrogantes
de Dorothy.
"No hay nadie que se atreva a desafiar ala familia
Sherratt en esta ciudad", afirmd con valentia. 7
Dorothy sonrié con desdén: ";Quieres apostar?">
. ~Ann estaba temblando visiblemente mientras
exclamaba: ";Tio Thomas, por favor, salvame! Tio
Thomas...”.
Ya habian inyectado la mitad de la bolsa de
sangre XL en su cuerpo, y sentia una creciente
opresién en el pecho y un entumecimiento en el
cerebro.
Tenia la sensacién de estar al borde de la muerte.
Thomas le lanz6 una mirada irritada por su
clamor y luego dirigié su atencién hacia Howard.
La tez de este ultimo era palida y sus labios
habian perdido todo color.
El hombre mayor observé alos guardaespaldas
de la familia Sherratt tendidos en el suelo.
En ese momento, se dio cuenta de que no era rival
para Dorothy.
Miré directamente ala joven y, luchando
internamente, se humillé al preguntar: "gQué
deseas? Silos liberas, podemos negociar", -
Dorothy respondié con una sonrisa casual: "Si
hubieras adoptado esta actitud desde el principio,
quizas habria tenido misericordia de ellos, pero
ahora es demasiado tarde".
a meeQuién pedia clemencia después de causar tanto
caos?
éQué tanta piedad esperaban de su parte?
Thomas no esperaba esa arrogancia de su parte,
iCémo podia no tomarlo en serio? Ya habia
dejado a un lado su orgullo como el patriarca de la
familia Sherratt para suplicarle que negociaran.
Estaba furioso.
"Podemos hacerlo de la manera facil o la dificil. La
eleccién es tuya”, ultiméd.
Dorothy lo miré con determinacion. Su sonrisa se
desvanecid, y en su lugar surgié una escalofriante
intencién asesina.
En ese preciso momento, movié su mano una vez
mas.
Dos diminutas agujas plateadas salieron
disparadas simultaneamente y se clavaron en las
rodillas de Thomas.
Un fuerte «jplaf!» resond cuando sus piernas
flaquearon y cayé de rodillas frente a ella.
_—
Los guardaespaldas que resguardabanla entrada
se precipitaron hacia él: ";Sefor Thomas!”,
Dorothy se burld de ellos y agité lamano
nuevamente. Varios proyectiles plateados se
dispararon en simultaneo y perforaron con
Ranipitn 7 ukBrecisioael pecho de cada uno de los hombres.
En cuestién de segundos, todos yacian en el suelo,
Al presenciar esa escena, tanto Thomas como
Howard quedaron estupefactos. Las habilidades
de Dorothy habian superado sus expectativas.
Por otra parte, los ojos de Ann se llenaron de
miedo.
éCémo era posible?
Su prometido era la persona mas poderosa en
toda la ciudad.
¢Cémo habian sido derrotados por esa joven
antes de que pudieran reaccionar?
Parecia inconcebible.
jlmposible, incluso!
Sin embargo, la verdad era que en ese momento,
Thomas estaba arrodillado ante esa joven.
La conmocidn en los ojos de Ann gradualmente se
desvanecid, reemplazada por una fuerte
sensacion de desesperacidn e insatisfacci6n.
No podia morir de esa manera. Era jovenytenia &*
un futuro por delante. No podia permitirse
perecer alli.
No podia permitirse morir tan facilmente.
No, no podia... 'férrea la impulsé a luchar. De
oleada de ferocidad la inundd,
dandole el impulso para enfrentarse a Dorothy.
Haciendo uso de todas sus fuerzas, se incorporé y
grité: ";Por favor, déjame ir!”.
"No fui yo quien extrajo la sangre de tu hermano.
No fui yo", declaré en tono firme.
Inmediatamente, sefalé a Howard y exclamé, al
borde de las lagrimas: "jFue él!".
Insistié, con angustia evidente en su voz: "El
insistié en hacerlo. Intenté detenerlo, pero no me
escucho. Esto no tiene nada que ver conmigo.
jPor favor, déjame ir!".
"i Todo fue culpa de é!!", agregé Ann, entre
sollozos y visiblemente afligida.
Howard, que yacia en el suelo adolorido, la miré
con horror. gEra esa la mujer ala que conocia, su
amable y hermosa prometida?
{Qué estaba diciendo? ;Cémo podia decir
semejantes cosas? iS
Observando a Ann implorando clemenciadeesa
manera, Dorothy sonrid satisfecha y comento: —
“Howard, ;escuchaste eso?".
“Llamarla z*rra fue un halago", ahadid con
crueldad.Claro, los se desesperarian al estar en las
puertas de la muerte.
Howard se qued6 aténito ante lo que estaba
presenciando.
¢Cémo era posible? ;C6mo podia su prometida, a
quien amaba profundamente, decir eso?
Sin embargo, Ann continué desesperada,
gritando: “Si, tienes razon. Soy una z’rra. Soy una
desvergonzada. jPero por favor, te lo ruego,
déjame ir! ;Déjame ir!".
Sus suplicas se volvieron cada vez mas
desgarradoras.
Dorothy la miré con una expresién burlona en su
rostro y comenzé a hablar: "Bueno, en ese caso...”.
Un destello de éxtasis cruz6 el corazén de Ann
cuando la escuchd iniciar su frase.
Sin embargo, habia una crueldad sutil en los ojos
de Dorothy que no paso desapercibida para ella.
Juré en silencio que haria que pagara por sus
acciones, que la haria sufrir y que suplicara
clemencia mientras estuvieracon vida, ~
Pero la voz de Dorothy cambid de tono en un
instante: “Entonces, debo asegurarme de que
mueras. Una p*rra como tu solo seria una
molestia para la gente".Capitulo 8
La expresién de Ann se volvid rigida al instante.
zAcaso Dorothy acababa de intentar engafarla?
Al comprender que estaba jugando con ella,
reprimié su resentimiento y traté de convencerla
con un ultimo destello de esperanza en su
corazon.
Imploré: “Por favor, déjame ir".
“El asesinato es ilegal. No puedes quitarme la
vida. Segtin la ley, tienes que pagar con tu vida.
iRealmente vale la pena?".
Dorothy la miré con una expresion divertida y
nego con la cabeza.
Parecia que la gente estaba dispuesta a decir
cualquier cosa para salvarse.
";Por qué no pensaste en la ley cuando extrajeron
la sangre de mi hermano? ;Crees que te tengo
miedo?", se burld.
Tan pronto como termin6 de hablar, una voz 7
severa y gélida se escucho desde atras: "Nina,
hablas con mucha insolencia, ni siquiera respetas
la ley".
La voz resoné antes de que la persona que hablé-
apareciera. te
-Dorothy fruncié el cefio con impaciencia.
{Por qué todos Illegaban de repente?
«Clac, clac, clac», resonaban los pasos.
Poco después, un hombre de unos cuarenta afios,
vestido con uniforme de policia, entré enla
habitacién acompanado por varios oficiales.
El jefe Barnett quedé momentaneamente
sorprendido al ver a todos los guardaespaldas en
el suelo.
": Jefe Barnett! ;Ayudame! jElla quiere matarme!
jMatala! jRapido! ;Matala!", grit6é Ann
desesperada al verlo.
Pens6 que era su ultima esperanza.
El Jefe Barnett extrajo su arma de inmediato al
escucharla.
El personal que lo acompafiaba también saco sus
armas y apuntaron a Dorothy en simultaneo.
Celestine y los otros dos fruncieron el cefio y se
volvieron extremadamente serios al observar sus
acciones. 5, =
Al ver al recién llegado, Thomas hablé de ae
inmediato en un tono profundo: “Eliminenla. Yo
me haré cargo de las consecuencias”.
Apesar de enfrentarse amultiplesarmas
apuntdndola, Dorothy no mostré temor en lo rminimo, Incluso exhibié una sonrisa de desprecio
ensurostro.
“Michael Barnett. eras solo un guardia de prisién
cuando sali de la Penitenciaria de Northon hace
cinco afios, ¢y ahora eres el jefe?".
“Parece que has olvidado muchas cosas después
de tu ascenso”.
El Jefe Barnett quedé momentaneamente
paralizado al escuchar sus palabras.
Luego, record6 quién era ella. Sus ojos se
abrieron de par en par y expresaron incredulidad:
"Tu eres... ti eres...”.
Dorothy, quien habia permanecido en silencio,
esboz6 una sonrisa.
Michael Barnett tembl6 involuntariamente y
soltd el arma que tenia en la mano. No estaba
seguro de si su emocidén era de miedo o asombro.
Ann grité ansiosamente: "|Jefe Barnett, matela!
jHagalo ahora!”.
Sin embargo, le tocé observar como Michael +
dejaba su arma. ee
El oficial, por otro lado, seguia mirando a Dorothy
en estado de shock: ";Lograste escapar de alli?".
Dorothy no le dio una respuesta directay,en —
cambio, planted una pregunta: “El asittone ae
Nas 1esentre los Sherratt y yo. Estas seguro de que
quieres involucrarte?".
Michael se quedo aténito por un momento, luego
se volvié lentamente hacia Thomas y hablé con
indecisién: "Sefor Sherratt, temo que hoy no
puedo ayudarlo”.
"Le sugiero que busque una reconciliacién si es
posible”, aconsejé.
Sabia que la joven ante ellos no era alguien con
quien quisieran tener problemas.
Michael tembl6 al recordar lo que habia sucedido
en el pasado. En ese momento, solo tenia catorce
anos.
Después, la habjan enviado a un lugar incluso mas
peligroso.
Cualquier individuo que lograra salir con vida de
ese lugar sin duda era una figura de primer nivel
con el potencial de transformar el mundo.
Habian transcurrido cinco anos desde entonces, y
ajuzgar por la situacién en ese momento, ni
siquiera los dos miembros de la familia Sherratt —
podian igualar sus habilidades. Era seguro
concluir que habia alcanzado un nivel de dominio
increiblemente alto.
";Reconciliacién?", cuestiond Thomas con “>
iaA pesar de que habia colaborado con Michael
durante muchos anos y ambos conocian
profundamente las fortalezas y estrategias del
otro, le estaba pidiendo que buscara una
reconciliacién con Dorothy.
iQuién era realmente la joven frente a él?
Thomas se dio cuenta de que Michael no solo
estaba asustado, sino completamente
aterrorizado por su presencia.
Reflexioné profundamente mientras observaba a
las personas en la habitacion.
Luego, miré a Dorothy con seriedad y su tono se
suavizo: “La familia Sherratt esta dispuesta a
pagar cualquier precio si liberas a Howard y Ann".
Dorothy se rio con desdén: “;Cualquier precio?”.
"Destruir la familia Sherratt es algo sencillo para
mi, asi que ambos deben pagar con sus vidas”.Capitulo 9
Howard fijé su mirada en Dorothy y dirigié sus
palabras a Michael: "Sila eliminas, obtendras la
mitad de los activos de la familia Sherratt".
El oficial dejé escapar una sonrisa amarga ante la
tentadora oferta.
Sin embargo, respondié con firmeza: "Sr. Sherratt,
temo que prefiero marcharme antes de poder
disfrutar de eso”.
La expresién de Thomas se oscurecid al escuchar
esas palabras.
Después de un breve silencio, volvié su atencién
de nuevo hacia Dorothy: “No sé quién es usted ni
por qué el Jefe Barnett la teme tanto. A pesar de
su poder, ;puede realmente compararse con el
Ministerio de Defensa?".
“El padre de Howard es un Coronel Mayor en el
Ministerio de Defensa y ha hecho innumerables
contribuciones al Pais Z", continud.
"Cree que podra escapar de las consecuencias si_
algo le sucede a Howard hoy? EI no causédafio
significativo a su hermano menor. Haré que se
disculpe y me aseguraré de que la familia Sherratt
compense la situacién. ;Qué opina?".
Dorothy entrecerré los ojos al escuchar las os ipalabras de Thomas.
Apesar de que no le temia al coronel
mencionado, ya que su rango era
significativamente inferior al suyo, reconocia la
valia de todos aquellos que habian alcanzado
altas posiciones en el pais.
jEso implicaba que habian dado mucho por la
nacion!
Cada general o coronel era un héroe, y eso no
debia subestimarse.
Tras unos momentos de duda, asintid levemente
hacia Howard, quien parecia tan palido como un
cadaver.
Casi de inmediato, los dos individuos que lo
sostenian interrumpieron el procedimiento y
retiraron la aguja.
Howard dejé escapar un suspiro de alivio en
silencio.
Afortunadamente, habia algo que inquietabaala
mujer frente a él, lo cual le dio una oportunidad
de salvacidn, sin importar cuan alto fuerael titulo
de Nickel Sherratt en el Ministerio de Defensa.
Justo cuando Howard pensé que podria
finalmente exhalar aliviado, la voz de Dorothy
resurgid: ‘aia“Puedo perdonarle la vida por consideracién a su
padre, pero debido a su audaz amenaza y los
dafios que caus6 a mi gente, quiero que le rompan
ambas piernas”.
Esa declaracion dejé a Thomas estupefacto,
incapaz de reaccionar a tiempo.
Antes de que pudiera hacerlo, los dos hombres
que lo sostenian respondieron al unisono:
"iEntendido!".
Lo que siguidé fue el sonido de huesos partiéndose.
Sin clemencia, los dos golpearon con fuerza, y el
crujiente sonido de los huesos al romperse lleno
el aire.
Howard emitié un alarido de agonia.
El dolor intenso lo despertd de su aturdimiento.
Los pufios de Thomas se cerraron con fuerza
mientras lanzaba una mirada feroz a Dorothy y
exclamaba: “;Cémo te atreves!”.
Habia confiado en que liberaria a su sobrinoy se
disculparia después de enterarse de la ideticadd
de su padre. “ 7
Nunca se habria imaginado un desenlace asi.
i¥ mucho menos que le romperia las piernas a
Howard!
Mientras tanto, Ann estaba al borde dela muerte,
ae . _4gimiendo y pidiendo ayuda: "Ayuda... Ayuda...”.
Sus manos cayeron alos costados antes de que
pudiera terminar su suplica.
La prometida de Howard, a quien alguna vez
habia valorado profundamente, acababa de
fallecer.
Dorothy los observé con desdén: "Mi hermano
necesita descansar. Dejemos esto por hoy".
“Aunque el asunto ha llegado a su fin aqui, eso no
significa que el dafio causado a mi hermano por su
parte pueda ser simplemente pasado por alto",
advirtio.
“Sera mejor que la familia Sherratt presente algo,
ya sea una compensacién o una explicaci6n,
dentro de tres dias. De lo contrario, no me
importa ir personalmente a su puerta”.
“Eso es todo".
Tan pronto como Dorothy pronuncid estas
palabras, los dos hombres que estaban juntoa
Howard lo levantaron y lo arrojaron fueradela —
habitaci6n. oz
Después de observar a Dorothy y Thomas,
quienes estaban visiblemente furiosos, Michael
acompahé con precaucién al segundo mientras
abandonaban la sala de extracci6n oa
1
? iCuando estaban a punto de salir, el hombre se
detuvo abruptamente y se volvié para encarar a
Dorothy, sus ojos eran como pozos oscuros que
parecian ansiosos por engullir a alguien: “Seguro
que quieres una explicacion, verdad?
Encuéntrame manana a las cinco de la tarde al pie
de la Montafia Mammoth. Quién sabe, quizas
tenga una sorpresa preparada para ti’.
Ella asintié con determinacién: “De acuerdo”.
"Si tus palabras no me satisfacen, te mostraré el
precio de herir a mi hermano. No me importa si
hay un Coronel! Mayor en la familia Sherratt, haré
lo mismo incluso si es un mariscal”.
Thomas lanz6 una mirada de desprecio a
Dorothy.
Estaba decidido a ensefarle las consecuencias de
desafiar a un Coronel Mayor del Ministerio de
Defensa.
Estaba ansioso por mostrarle cuanto tiempo
podria mantener su arrogancia.
Una vez que Thomas y los demas se retiraron,
Celestine se volvié hacia Dorothy y pregunté con
respeto: ";Qué deberiamos hacer con estas
personas?".
Ella los miré con indiferencia y respondié con
calma: “Eliminenlos”. "Capitulo 10
Con las dos palabras de Dorothy, aquellos que
yacian en el suelo experimentaron un escalofrio, y
algunos se asustaron tanto que perdieron el
control y se humedecieron los pantalones al
escucharla.
Nadie cuestiondé la seriedad de sus palabras, y
Ann era prueba de ello.
Celestine ofrecié una sugerencia titubeante:
"Dorothy, no seria un problema si los eliminamos
fuera del territorio, pero estamos actualmente en
el Pais Z. Matar a tantas personas aqui podria
acarrear complicaciones".
Dorothy escaneé con la mirada a todos los que
yacian en el suelo cuando escucho eso. Luego,
cargé a su hermano menor, a quien ya habian
transfundido toda su sangre, y emitié una orden:
“Entonces, fracturales las extremidades y
arrastralos afuera”.
Celestine acato. a ¥
"Ay...", at. oat
“{No!, por favor...".
"No te acerques...".
Ellasacé a su hermano menor de la eeprestar atencién a los lamentos que quedaban
atras.
Con cuidado, lo colocé en una camillaenla
habitacién contigua, como si manejara algo
extremadamente delicado.
En ese momento, alguien llamé6 a la puerta.
Erael soldado que previamente la habia ayudado
arastrear la ubicacion de sus objetivos.
Se adelanté apresuradamente, asegurandose de
no perturbar al nifio. Con voz suave, susurr6:
"Dorothy, al fin hemos localizado el sitio exacto
del objeto que estabas buscando”.
Al escuchar estas palabras, Dorothy, quien
normalmente mantenia una calma imperturbable,
finalmente mostr6 una pizca de emocidon en su
rostro.
";Doénde esta?".
El motivo detras de su regreso apresurado del
campo de batalla fuera del dominio no se limitaba
Unicamente a su participacién en la confananes
mas importante del Pais Z, niasu busquedade
venganza en honor a su querida abuela... En
realidad, habia vuelto porque habia descubierto
algo que le permitiria dominar el escenario en el
campo de batalla exterior.
eSLaoportunidad se encontraba justo en el Pais Z.
Si lograba asegurarla, podria llevar a sus soldados
alas tierras de otros paises y, con eso, amenazar
las fortalezas de esas naciones.
Tal logro podria cambiar radicalmente la posicién
pasiva en la que se encontraba su naci6n en ese
momento.
En ese escenario, podria dar una leccidn a todos
aquellos que habian menospreciado a su pais.
Sonrié al recibir la respuesta de que el objeto se
encontraba en posesién de la familia Clark.
"iQué casualidad!", brome.
Dicha coincidencia la llevé a planear una visita a
su residencia.
La duefia original de su cuerpo pertenecia a esa
familia, y Dorothy albergaba un profundo
resentimiento hacia ellos.
Asi es, jella provenia de otra realidad!
jNo era de este mundo!
Cinco afios atras, bajo la presién de la matriarca_ 7
de la familia Clark, la duefa original de su cuerpo.
fue obligada a casarse con un anciano de la familia
Crawford que rondaba los sesenta anos.
Sin embargo, ella se negé a aceptarloy, en
tragico de los eventos, acabé matandoaccidentalmente al viejo pervertido.
Dorothy revivid en ese cuerpo en mediode la
golpiza que la matriarca de la familia Clark estaba
propinando a la duefia original por su
desobediencia.
Luego, esa misma mujer la envio a prisidn,
tomando el control de la vida de recién
reencarnada mujer.
Dorothy luchdé incansablemente para liberarse de
la prision y finalmente ascendio al rango de
General de Division.
Mientras reflexionaba sobre su pasado, se volvid
hacia Frederick, quien dormia tranquilamente en
la cama.
No pudo evitar esbozar una sonrisa burlona.
En efecto, la matriarca de la familia Clark era
excepcionalmente malvada. No solo tenia la
capacidad de acabar con la vida de su propia nieta
sin piedad, sino que también vendid a su nietoala
familia Sherratt para que le drenaran lasangre. SU
comportamiento era realmente despreciable... +,
"General Dorothy, ;como esta su hermano?", —
pregunto William Sherman.
El era un individuo legendario que estaba a punto
de alcanzar el rango de Coronel Mayor ala Pe
1
assorprendente edad de veintiocho afios. La miré
con inquietud y profundo respeto.
Observé a la joven frente a él. Se habia unido al
Ministerio de Defensa a los catorce afhos,
participé en la guerra al afo siguiente y,
posteriormente, lideré a algunos de sus generales
mas confiables para establecer «El Guardian»,
una de las fuerzas mas influyentes en el mundo,
en las afueras de la region. Sus ojos reflejaban un
profundo respeto y admiracién.
En aquel momento, Dorothy ostentaba el titulo
de General de Divisién No. 1 del Ministerio de
Defensa, acercandose cada vez mas ala cima.
William era uno de los soldados que habia
fundado Guardian junto a ella.
Después de un breve silencio, hablo con
indiferencia: “Debemos visitar a la familia Clark".
“Entiendo", asintié William de inmediato y se
apresur6 a ordenar a sus subordinados que
contactaran con dicha familia: "Informenala ;
familia Clark que esta noche asistiré ala —S
cumpleanios de la vieja senora”.
En laresidencia Clark.
"Mama, tengo buenas noticias", exclamo un
eehombre de mediana edad.
La Sra. Clark, que ocupaba el asiento principal en
la sala de estar, fruncid el cefio con descontento
mientras lo observaba.
Reprendié con severidad: ";No sabes qué dia es
hoy? ;Cémo te atreves agritar y hacer un
escandalo asi?".
"No es una sorpresa que el grupo Sherratt esté
dispuesto a darme un millon de délares. Después
de todo, fue a cambio de mi nieto, jy tu tuviste
parte en el trato!”, solto.
"Noes por el dinero, madre", se apresuré a
corregir él.
El hombre sin aliento era Leslie Clark, la cabeza
de la familia.
Se inclind, jadeando mientras decia; “Madre, hoy
alguien muy influyente del Ministerio de Defensa
vendra a tu fiesta de cumpleanos”.
La sefiora Clark dejé el rosario que sostenia en
sus manos y pregunto con interés: ‘vee -
alguien importante del Ministerio?”. a
"Si, la persona que me dio la noticia trabside
William Sherman, el coronel del Ministerio de
Defensa".
De repente, se escuché un crujido en el aire aa| rosario en manos de la ancianase
cayendo al suelo.
Sin embargo, ella parecia indiferente a eso, Se
levantd, entusiasmada e incapaz de ocultar su
emocidn, y exclamé con alegria: ";gDe verdad?!".
"Estoy seguro de que es el enviado de William
Sherman. No puedo estar equivocado”.
La respiracién de la senora Clark se aceleré al
instante. Si William realmente visitaba a la familia
Clark, la posicién de su familia en Northon se
elevariaen una sola noche.
La idea de finalmente lograr lo que habia deseado
durante tanto tiempo la llenaba de emocién,
haciendo que su cuerpo temblara con ansiedad.
jEstaba extasiada!Capitulo 11
";Apurate! ;Diles a todos que espero que mi cena
de cumpleafios sea perfecta! jNo toleraré ningun
error ni que me hagan quedar en vergiienza!”,
indicé la sefiora Clark a Leslie.
La cumpleafera apenas habia tomado aire
cuando ya le estaba dando mas instrucciones.
";Saca la silla de marfil de mi cuarto y ponla en el
comedor! ;Aseguirate de que se sirva nuestro
mejor vino!".
"También quiero que todas las hermosas y
distinguidas mujeres que son parte de esta familia
vengan hoy, sin importar su estado civil. ¥ si
alguna logra convertirse en la cita del Coronel
Sherman, jle daré el 10% de nuestra fortuna!”,
agrego.
Leslie asintié ante cada indicacién y rapidamente
abandoné la estancia para asegurarse de que
todo estuviera al gusto de la festejada.
Por su parte, la sefiora Clark, quien se habia @
quedado sola, junté las manos y repitié una yotra
vez: ";Dios bendiga ala familia Clark! jDios
bendiga a la familia Clark!”.
En menos de media hora, Leslie regres6 ala
habitacion de la sefiora Clark y le informé: he
es A's“Madre, todo esta listo y arreglado como lo
solicité. Se informé a todas las mujeres dela
familia que su asistencia es obligatoria, a
excepcién de mi cunada”.
";Quién se cree esa desgraciada para ignorar mis
érdenes? ;Se atreve a desafiarme?", respondid la
cumpleafera, fulminando con la mirada asu
vastago.
“Madre, ha sido imposible contactarla. Parece
que hoy es el dia en que su hija saldra de la carcel
y varias personas aseguran que se fue de su casa
antes del amanecer”, explicé Leslie, con la vista
clavada en el piso.
": Justo hoy! Bueno, pues envia a uno de los
empleados por ella. Quiero que me traigan aesa
mujerzuela y también a su hija. jLleg6 la hora de
que acabe con ella de una vez!", exclamd la
sefhora Clark.
Como respuesta, Leslie asintid.
“Acompaname a la puerta. ;Tenemos que estar —
listas para darle la bienvenida al Coronel ~
Sherman! Y¥ mas te vale que todo salga comote
pedi. Si alguien ofende al coronel o me hace
quedar en ridiculo, lo Unico que conseguira sera la
muerte”, advirtié la matriarca.
Po =Media tatitee mas tarde, todos los miembros de la
familia Clark esperaban a William en la puerta de
la casona.
"Mama, ;de verdad crees que el Coronel Sherman
vendra?", pregunté en un susurro Martha Clark,
la hija de Leslie.
La joven de aproximadamente 25 afios estaba
vestida con telas finas y ligeras que le daban el
aspecto de una mariposa.
Sim embargo, la pregunta no habia sido para
Leslie, sino para Margaret Crawford, la esposa de
Leslie, quien estaba vestida y maquillada acorde a
la ocasion.
Margaret miré a su hija y respondid: "No creo que
tu abuela arme tal alboroto por nada”.
Adiferencia de Margaret, quien tenia una belleza
natural, Martha era una mas del monton. Sin
embargo, para infundirle confianza, su madre le
dijo: "Recuerda que la apariencia no es lo mas
importante en la vida. Y no se te olvidé poneren
practica todo lo que te ensené, ;de acuerdo?",
Leslie escuché lo que le decia su esposa a suhijay
se sumo. "Hazle caso a Margaret, Martha. Tienes
que causar una buena impresién en el Coronel
Sherman. Si logras ganarte su aprecio, podria
permitir que te cases con él. itmeginaases 7cambiaria tu vida! Tus primos, que ahora te
desprecian, te admirarian y respetarian”.
Martha asintid. ";Cuantos anos tiene el Coronel
Sherman? No me digan que es un viejo feo",
comenté preocupada.
Si ese fuera el caso, entonces ella preferia...
"Martha, ya te he dicho que no debes juzgar un
libro por su portada", respondié Margaret,
dandole suaves palmaditas en el hombro.
“Ademias, escuché que el Coronel Sherman ni
siquiera tiene 29 afios. Antes de unirse al
Ministerio de Defensa era un chico bastante
popular. Seguro te enamoraras de él apenas lo
veas”, ahadio.
Al oir eso, Martha suspir6 aliviada. Ya queria ver
lo que sucederia.
Media hora después, una lujosa camioneta negra
y blindada se estacion6o frente ala casa dela
familia Clark, cuyos integrantes esperaban al
distinguido invitado con expresiones de alegria. —
No era para menos: jno todos los dias recibias al
Coronel Superior William Sherman, una de las”
principales figuras del Pais Z, en tu propia casa!
Los Clark estaban profundamente honrados de
que un hombre tan importante como aquel se”
1
‘’s Jacién de la matriarca de la
Eso sin olvidar que con esto se afianzaba su
camino al éxito. Era cuestién de tiempo para
consolidarse en las grandes esferas.
Frente alas expectantes personas, la puerta del
vehiculo se abrié lentamente.
Primero aparecié una larga pierna y luego dos
pies se posaron firmemente en el suelo. Una
figura, vestida elegantemente, descendio de la
unidad.
Enel rostro de los invitados apareci6 la
incredulidad. ; Todos estaban boquiabiertos por lo
que veian!Capitulo 12
":¢Qué haces aqui, p*rra?!”, chillé la sefiora Clark,
tras superar su sorpresa inicial.
Habian pasado cinco afios y Dorothy habia
cambiado mucho, pero la sefiora Clark habia sido
capaz de reconocerla casi al instante.
Dorothy era la causa de todas las desgracias de la
familia. M*t6 al senor Crawford, lo que ocasiond
que sus parientes le guardaran rencor alos Clark:
no solo acabaron con los acuerdos de
cooperacién que tenian, también se aseguraron
de bloquearlos de la alta sociedad. Desde
entonces, la familia Clark habia perdido toda su
influencia en Ciudad Northon.
Las palabras de la sefiora Clark ayudaron alos
demas a reconocer a Dorothy, a quien miraron
con desdén antes de comenzar a insultarla.
"3Cémo es posible que esta p’rra salga del auto
del Ministro de Defensa?", exclamé alguien.
"Escuché que hoy salié de prisién. Tal vezla_ $
enviaron aqui porque es una Clark", se sum@otro,
"Como tiene la audacia de volver? jMe repugna
verla!", agrego un tercero.
Una estoica Dorothy pas6 su mirada le
por todos los Clark y luego se concentré en!matriarca, que tenia una expresién horrible en el
":Qué pasa con la bienvenida? ;No te alegras de
verme?", pregunté Dorothy, con una sonrisa.
La sefiora Clark se estremecid. Tenia un mal
presentimiento. Antes de que pudiera poner ala
recién llegada en su lugar, Margaret dio un paso al
frente y miré con asco a Dorothy. Su expresion
era como si hubiera descubierto que habia pisado
caca.
Con toda la compostura de la que era capaz, la
mujer hablo.
";Alegrarnos de que vuelvas? ;Cémo te atreves a
burlarte de nosotros! Por tu culpa, la familia ha
pasado miles de penurias. Después de que
m'‘taste al senior Crawford, su familia se ensahd
con la nuestra y ahora quieres que te recibamos
con bombo y platillo?", la acusé Margaret.
“Si no fuera por ti, la familia Clark seria de las mas
influyentes de la ciudad!", remato.
“Dorothy, jla abuela te pidié que te casaras con >
uno de los Crawford porque confiaba enti! Site —
hubieras comportado, no solo serias la senora
Crawford, sino que tendrias una vida lleno de
lujos y comodidades, en la que nadie te trataria
como una rata”, intervino Martha. es
-"Si fuera td, se me caeriala cara de vergiienza
nada mas de pensar en volver con mi familia. Si
tuvieras algo de dignidad, te habrias su*cidado,
pero lo tuyo es ser descarada", afiadio la joven,
Acto seguido, la joven sacé 200 dolares de su
bolsa y se los aventé a Dorothy. Sin embargo, los
billetes no llegaron a su objetivo y terminaron en
el suelo.
"Recoge el dinero y largate. jNuestra familia
nunca aceptara a una b*starda como tu!", ataco
Martha.
Al principio, los otros Clark se quedaron callados,
pero en cuestién de segundos se sumaron al
ataque.
"Ingrata, eres la causa de las desgracias de
nuestra familia, zy asi te atreves a volver?
jLargate!", dijo alguien.
“La familia Clark esta en la ruina por tu culpa. {No
te basta con eso?", se sum6 un segundo.
"jRecoge el dinero y no vuelvas!", ahadié un
tercero. ; 2
Al ver que todos la respaldaban, Martha se irguid
y el desprecio en sus ojos brillé con mayor
intensidad. Sin embargo, se enojé al percatarse de
que a Dorothy no le afectaban los insultos, de
hecho jla inf*liz sonreia! es"\Arrodillate y recoge el dinero, p*rra!", atacé la
veinteafera. lanzando una patada a la rodilla de la
oveja negra de la famila.
Dorothy se movié tan rapido que los demas
apenas lo percibieron. Lo siguiente que
escucharon los presentes fue el sonido de una
fuerte cachetada.
Alinstante, Martha solto un grito horrible, por la
humillacién que sentia y por el dolor del golpe.
La multitud, que hasta hace unos momentos habia
estado muy animada, callo.
Todos estaban en shock y tenian los ojos
desorbitados y la boca ligeramente abierta por la
sorpresa.
La primera en reaccionar fue Margaret, quien
troté hasta su hija. “Martha, jestas bien?",
pregunto.
Al escuchar la preocupacidn en la voz de aquella
madre, los miembros de la familia Clark salieron
de su trance y volvieron a lanzar improperios
contra la recién llegada. = *
":Cémo te atreves a pegarleaunachicatan
buena como Martha?", comento alguien.
"P*rra, no solo llevaste a la ruina ala familia,
también tuviste el descaro de cachetear aMartha, que lo unico que hizo fue ofrecerte
dinero", dijo un segundo.
";Cémo puedes ser tan inconsciente?", pregunt6
un tercero.
Por su parte, la sefora Clark estaba tan furiosa
que todo su cuerpo temblaba. Sefalé a Dorothy y
grité: ";C*brona! ;Alguien puede darle una
leccién a esta inf*liz por mi? ;Asumiré la
responsabilidad sila m*tan a golpes!".
Al darse cuenta de que los guardaespaldas detras
de ellano se movian, se volted hacia ellos.
";Estan sordos? ;Ponganse a trabajar! La familia
Clark no los contraté para que nada mas estén ahi
parados", se quejé la matriarca,
Los guardaespaldas no se movieron ni un
centimetro.
La sefiora Clark estaba a punto de insultar al
personal de seguridad cuando la calmada voz de
un hombre joven sond en el lugar: “No son los
guardaespaldas de la familia Clark. Estos
guardaespaldas fueron contratados
temporalmente por el Ministerio de Defensaysu_
nica responsabilidad hoy es protegernos”.
Apenas terminé de hablar, el duefio de la
misteriosa voz salid del auto, con los ojos fijos en
la ilia Clark. 4
familia Clar’ Ls fi
=Capitulo 13
La sefiora Clark sentia un nudo en la garganta. A
pesar de que lo intentaba, no salia ni una palabra
de su boca.
Miles de preguntas le rondaban por la cabeza.
éQué hacia William en el mismo auto que esa
p*rra? ;Acaso ese vehiculo se usaba para
trasladar prisioneros?
Y lo mas importante: zquién se creia Dorothy
para viajar en el mismo carro que William?
La familia Clark hubiera tenido que hacer
esfuerzos sobrehumanos para tener el privilegio
de conocer a alguien tan distinguido como el
Coronel William y esa m*jerzuela llegaba con él.
A pesar de su asombro, la sefora Clark no era
ninguna novata en sobreponerse a la adversidad,
asi que se forz6 a sonreir, inhalé profundamentey
hablo.
"Coronel Sherman, por favor no se preocupe por:
mis palabras. Sé que sonaron duras, peroes el ¢
sentir de una abuela preocupada por el bienestar
de su nieta", explico.
Dorothy miré fijamente la mano con la que habia
cacheteado a Martha y comenz6 a reirse tras
escuchar a la matriarca. ho“3Por opio bien?", pregunt6, mirando
fijamente ala sefiora Clark. Acto seguido, camind
hacia ella y declaré: "En ese caso, jpermiteme que
te devuelva el favor!".
La sefiora Clark sintié una opresién en el pechoy
que el aire asu alrededor intentaba aplastarla.
“P*ta m‘lagradecida...", comenz6 la anciana.
El fuerte sonido de una cachetada resono en el
lugar. El golpe dio de Ileno en el rostro de la
sefora Clark, cuya cabeza salié despedida hacia
un lado.
La cara de la victima estaba roja y por la fuerza
del impacto varios dientes salieron volando de su
boca.
"Esto es por tu egoismo y por despreciar la vida
de tu propia familia!", sehalé Dorothy,
seriamente.
El ruido de una cachetada volvié a resonar en el
sitio.
Todo pasé tan rapido que la sefiora Clarknotuvo
tiempo de reaccionar. a 4%
"iY esto es por ser una pésima abuela que solo se
preocupa por el dinero!", continuo la chica.
Un tercer golpe aterrizé en el rostro de la
anciana. ee
at‘Esto es por... siguié la joven.
Los ecos de las cachetadas resonaron en los oidos
de los presentes.
Dorothy le dio diez bofetadas consecutivas asu
abuela, quien termin6 sin dientes y con el rostro
hinchado.
La anciana estaba tan débil que era incapaz de
mantenerse en pie y cayo al suelo.
Eso no impidié que sefalara con el dedoa
Dorothy y con una expresién entre la
incredulidad y la ira, le reclamara por sus
acciones. ";C*brona! ;;Como te atreves a
cachetearme a mi, que soy tu abuela?!”.
Los miembros de la familia Clark seguian
estupefactos por lo que acababan de ver. Nadie
daba crédito alo sucedido.
iQué habia pasado con la obediente y sumisa
Dorothy? Hace cinco ajios, la joven ni siquiera era
capaz de hablar sin tartamudear y ahora jse
comportaba como una salvaje!
Ademias, como se atrevia a cachetear a aor
Clark, su abuela bioldgica, en publico? iQuiénse
creia que era?
Por su parte, Dorothy miraba a todos con
desprecio.
ai ee":Dorothy?’, llamé una voz en la que sonaba la
duda.
Lajoven se volteé y qued6 frente a una mujer
extremadamente delgada que tenia lagrimas en
los ojos.
"Mama...", solté la chica, instintivamente.
Elizabeth Rogers, la madre de la duena original
del cuerpo de Dorothy, se acercé temblando ala
que creia que era su hija. Por los movimientos
erraticos de sus brazos parecia que queria
abrazarla, pero nose atrevia.
"Dorothy, de verdad eres tu...", comentd
Elizabeth, antes de romper en llanto.
Dorothy le enjugé las lagrimas a su madre, la
abrazo y le dijo: "Soy yo, mama. Volvi y no me
volveré a separar de ti".
Al sentir la calidez del cuerpo de su hija, Elizabeth
lloré con mas fuerza, correspondié el abrazo y
contestd: "Bienvenida. No sabes lo feliz que estoy
de que hayas vuelto".
De repente, la mujer sintié una pesada presencia $
detras de ella. Volted hacia atras y se encontré
con la gélida mirada de la senora Clark. Por
costumbre, se estremecié y retrocedié.
";P*rra, qué clase de hija criaste!", la the
- 'matriarca
A pesar de que las palabras apenas y fueron
entendibles, pues la anciana no podia articular
muy bien sin dientes, un escalofrio recorri el
cuerpo de Elizabeth, quien tomo la mano de su
hija.
“Dorothy, lo mejor es que nos vayamos de aqui",
comenté la madre, con la intencién de escapar de
la ira de la sefiora Clark.
Elizabeth sabia que Dorothy era percibida por el
grueso de la familia como una piedra en el zapato
y lo ultimo que queria era darle pretextos aesa
gente para que atacara a su hija.
En el momento en que las asperas palmas de
Elizabeth se presionaron contra la piel de
Dorothy, una oleada de tristeza invadio ala joven.
Por unos segundos sintié a flor de piel las
emociones de la duefa original del cuerpo.
“Mama, estoy aqui contigo. No dejaré que nadie
te lastime", comenté Dorothy, con la vista clavada
ensu abuela, mientas acariciaba la mano de su 4
madre. 2
Al notar la seguridad con la que se comportaba la
joven, la sefiora Clark se puso nerviosa.
Sin embargo, la duda le duré poco, pues recordé
que Dorothy no era mas que una cobarde t-
_ 7acababa de salir de la carcel. No
e pudiera hacerle algo. =
“Elizabeth, Dorothy es tu hija, iy llegd el momento —
de que la eduques!", comenzé la anciana.
"Quiero que le rompas las manos y las piernas en
este instante, o las desterraré de la familia Clark y
las correré de la casa!", amenazo.Capitulo 14
«;Desterrarnos de la familia Clark?», pens6é una
afligida Elizabeth.
{No podia permitir eso! Dorothy acababa de salir
de la carcel y tenia que inscribirse ala
universidad. Si su propia familia la repudiaba,
tendria que conseguir trabajo, cuestién que no
seria sencilla por sus antecedentes penales.
Y ni siquiera podria mantenerla. A duras penas
podia darle lo basico a su hijo menor, pues no
tenia una fuente de ingresos, como para sumar
una boca mas que alimentar.
Sin su familia, serian incapaces de sobrevivir.
Ademias, conocia de sobra la crueldad de la
senora Clark, jlo mas probable era que los
mantuviera en la ciudad para torturarlos!
Consciente de la situacién, Elizabeth solté la
mano de su hija y comenzé a suplicar. “Mama,
todo es mi culpa. jNo eduqué bien a Dorothy!
Ademas, ella es muy joven. ;Te suplico quela s
perdones! ;Castigame a mi en su lugar! Hazmelo
que quieras: regafame, enciérrame en un cuarto
por afios o rompeme las extremidades, pero por
favor, jten piedad de mi hija!".
La desesperada madre estaba a punto de
2a)arrodillarse frente a la sefiora Clark, pero
Dorothy la detuvo.
La joven tenia una mirada gélida en el rostro yno
le quitaba los ojos de encima a su abuela. ";Qué
bueno que sacaste el tema a colacién! No
pretendia que mi madre y mi hermano siguieran
enesta familia”, dijo la joven.
"Y sobre lo que dijiste de romperme las
extremidades...", solté, con una ligera sonrisa y
una mirada enigmatica.
Se escucho el chasquido de sus dedos e
inmediatamente el ruido de huesos rompiéndose.
"iAy!", grité la senora Clark.
Acto seguido, la anciana comenz6 a gemir de
dolor. A pesar de que el malestar tenia que ser
indescriptible, no se desmay6.
"Hija de p*ta, ;gcdmo te atreves?!", grité una
furiosa sefora Clark.
“zNo que ibas a romperme las manos y las
piernas? Agradece que yo no soy tan despiadada
como tu y unicamente te rompi las piernas”,
resoplo la joven.
";Dorothy, es tu abuela bioldgica!", interrumpio
Margaret, quien hasta hace unos segundos estaba
revisando el rostro de Martha, para —~
alPor su parte, Martha ya estaba mucho mas
tranquila, aunque en su mejilla seguian las marcas
de los dedos de Dorothy.
"Dorothy, a mi no me importa si me pegas, pero
gcémo te atreviste a ponerle la mano encima a tu
abuela? jEs una persona de la tercera edad!
Incluso si cometio errores, siempre buscé lo
mejor para ti", declaré la veinteafera.
Acto seguido, los miembros de la familia Clark se
sumaron al ataque.
“Dorothy, pensamos que cambiarias tras estar en
prision, pero jvolviste peor! ;Golpear a tu propia
abuela! No tienes respeto por nada ni por nadie",
dijo alguien.
"En aquel entonces, la sefora Clark negocié para
que solo te dieran cinco anos, pero de haber
sabido que te convertirias en un monstruo,
jhubiéramos dejado que te dieran la pena de
muerte!", agrego un segundo,
"Una basura como tu deberia m*tarse!”, nee
un tercero.
Al escuchar esas palabras, el humor de la seniora
Clark empeor®. {Todo habia sido su culpa!
Si tan solo no hubiera sido tan considerada ‘ahubiera deshecho de su problematica nieta en la
carcel, se habria ahorrado esa humillacion.
También estaba la cuestion de las nuevas
habilidades de la muchacha. ;Dénde habia
aprendido a romper huesos con el simple
chasquido de sus dedos?
Entre mas vueltas le daba al asunto, su mal humor
aumentaba. Y de repente recordé la presencia de
su invitado de honor.
Con su seguridad restaurada, lloro y gritd.
“Coronel Sherman, usted vio todo! jEsta inf*liz
quiere m*tar a su propia abuela! jAyudeme, por
favor!".
William suspiré internamente. Habia hecho todo
lo posible para que nadie lo notara, pues no
queria intervenir, aunque sus esfuerzos no habian
rendido frutos.
«;Ayudarla? Como podria? Practicamente no
puedo hacer nada frente ala General Dorothy»,
reflexioné el hombre.
Por supuesto, la senora Clark no tenia la menor a
idea de esto. De hecho, seguia mirando a William,
con expresién solemne.
Por su parte, el militar permanecié en silencio. La
anciana herida creyé que era porque estaba
pensando en el escarmiento que le dariaa ee
ea