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Coordinador general de Publesclones del C.B.C:: Eroasto Abrarnalt Drecter de Publeaciones del C.B.C.: Dario Seajnsaraer Diectora de arte: Maria Laure Piaggio Comreccttn de esto: Cautis Lopez Dinefio de tmpa: Maria Laure Piaggio Disefode Interior: Ariel Syiler Disgremaciény Oficina de Publiaciones CBC Lectura exitica especializada: Guillermo A. Obiols © La UDA y los Profesores Secundasios Extension Universtaia Universidad de Buenos Ares Busnos Aires, 1996 ‘Av Comentes 2638, Ser. pio (1045) Capital Feder) “Tete 951-6060 /6989/6748/7387 it. 137) Isen 950.29-0292-0 Oficina de Publicactones del C.C. Universidad de Buenos Aires (Chdad Universita, Pabellon Ill PB. Tal: 781-9601 (1428) Buenos Aires, Republica Argentine Esto loo a8 una cosdiclin de Is Seretaria de Extension Univertaria (progroms La UBA y bos Profesones Secunderis) y la Ofcina de Publicaciones dal Cielo ‘Basico Coman, de la Unlveridad de Buenos Aires Impreso an Argentina = Printed in Argentina (Queda hecho et depésito que previene la ley 11.723 Primara edie: abr ds 1996 La rerodicelon total peril de ete ro, en cunlzter forma que 18, ie © mod ‘eda, ert a rags, por elstema “muatigreph”,minadgrlo, inpreso, por olocopek, Totodiptesclin, et, no ouornada pr bs edores, vol derechos reerados, Caller ition dete er preante wteradh, La filosofia en la escuela ‘Caminos para pensar su sentido Alejandro A. Cerletti - Walter 0. Kohan La UBA y los Profesores Secundarics Oficina de Publicaciones cel C.B.C. 1 Programa La UBA y los Profesores Secundarios Director Alejandro A. Cezlettt Vicedirectora Victoria Orce Coordinadores Gustavo Bombiat Gustave Wolovelaky (Claudia Lopez Deseamos expresar nuestro agradecimiento‘a Ménica Cabre- a, Monica Cragnolini, Ma. Gabriela D’Odorico y Alejandro Ronowsky, por su culdadosa Tectura de los borradores y por las {mportantes observaciones que, desde sus diferentes puntos de vis- 40, nos han formulado; a Beatriz von Bilderling por ka sugerencia de varios textos que aparecen en el libro; ya Guillermo Obiols por su atenta lecture del trabajo final. Estos divorsoe aportes nos han permitido enriquecer Ia pro- puesta Inicil y llegar asta esta presentacion que, de todos modos, ro dejs de ser un punto de partida para sequlr pensando sobre tina inquietd compartida: la losofia y att enseanza. Los autores 81 Capitulo 4 iQué es la filosofia? La filosofia, que crea Ia subjetividad que reflexiona, es el proyecto de romper Ja clausura a nivel del pensamlento. Castoridis,C., “2El in dela soa?” a. La pregunta sobre si misma Bl carécter profundemente controversial de la filosofia se ve corroborado por la histérica dificultad para aleanzar consenso en la comunidad fllosofica eobre una definicion 0 concepto de filosofia. En. cefecio, uno de los problemas clésicos de la filosofia surge no bien se intenta determinar “Zqué es la filosofia?”. Resulta significativo que ni siquiera en momentos acotados de tiempo los fllbsofos han logrado acordar una respuesta a tal pregunta. Pues las innumerables propues- ‘tas realizadas a lo largo de la historia de la disciplina en ningtin caso ‘han logrado acallarla. Antes bien, la pregunta “cqué es la filosofia?” renace una y otra vez, ante cada intento de respuesta definitiva. 82 La filosofia en ta eicucla / A. Corlett - W. Kohan aN nen al Chanda en una conversacién aparecen los conceptos de fi- 2, quimica, medicina o historia, los participantes, en general, azo- lan cor ellos algo muy conereto, (..) Con Ia filosofia no ocurre lo mismo, Supongamos que le preguntésemos a un profesor de filoco- Sia qué es la ilosofia. Si tenemos suerte ydamos por casualidad con tun especialista que no rechace por principio las dejiniclones, nos daré ung. Pero si aceptamos esa definicién, pronto comprobaremos, presumiblemente, que no es, de ningin modo, la que se reconace en general y en todas partes. Entonces podrfamos dirigirnos a otras autoridades, o también leer manuales modernos 0 antiguos. Esto aumentaria nuestra confusién. (..) En suma, podemos considerar ‘como hecho demostrado que quien utiliza la expresién “filosofia” ‘comparte con su pablico muy poco més que una idea vaga. | (Horkelmer, M., "Le funclén socal del fost” (1940), en Teoria eric, tad. exc, Buenos Aires: Amorratu, 1990, p. 272-274) Asf pues, la polémica y la controversia generadas entre los filé- sofos sobre qué es le filosofla sefiala algo sobre su naturaleza: su ca- acter cuestionador y cuestionable, controversial ¢ inasible. Con la ‘pregunta. por su naturaleza, la fllosofia hace emerger la Interrogactén y problematizacién proplas de su tarea, una y ofva vez, ante cada respuesta que intenta definirla. Por cierto, ni bien se comprende el cardcter de la filosofia, esta imposibilidad de definicién esté lejos de implicar' un obstéculo y refleja una oportunidad para el pensamiento ‘que esté a la base de toda pregunta filoséfica. Porque cada intento de responder qué es la filosofia no re Ta a ee frei - ‘potenel como hacemos de esos 5 uN io sep pt eae went ae ‘pesar de la imposibilidad de ser respondida, esta interrogacién no ha sido abandonada y cada filosoffa implica un nuevo intento por yepreguhtarla y responderla. Las preguntas todas de la filosofia, pre- guntas “clésicas" como "zpor qué hay ser y no més bien nada?”, “qué es la verdad", “zqué puedo conoce#?", “zen qué clase de mundo ‘queremps vivir?" 0 preguntas més focalizadas como “tienen dere- chos los seres vivos no humanos?”, “zplensan las computadoras?” 0 *zes condenable ol aborto?” tienen también ese mismo carécler que en la pregunta por Ia naturaleza de le filosofia se presenta de manera més cnuda y radical. i 2Qué os Ia Mlozatia? 83 nt ge Asi, la impostbltad de afirmar de manera untvoce lo que la flo- soffa es, su carécter inastble, lejos de ser un problema comsderable Pare la préetica de la flosofla y eu ensefianza, puede ser una fuente ‘muy productive de postilidades al pensamiento, elempre que hagemos de cada otasion en que nos preguntamos qué es la filosofia?” un Sercicio filoséfico. Por otra parte, siempre que hagamos filosofia -en un aula o fuera de ella- implicita o explicitamente nos habremos pre- guntado y respondido fugazmente “qué es !a filosofia?”. En este senti- do, la filosofia siempre se preguntaré “jqué es la liosofia?”, aun sablendo, o mejor dicho, precisamente porque sabe que esa pregunta no podré ser respondida de una vez y para siempre. Porque afirmaré en ese intento fallido de respuesta el carécter, polémico y problemiti- co de la propia tarea. ¥ lo que es atin més significative, abrira el ‘cuestionamiento y la indagacién sin fin que est en el corazin de la “filosolia y constituye su mayor riqueza. Nos hacemos una y otra vez la misma pregunta, pero dé un modo siempre diferente. En este sentido, el carcter cuestionador, polémico y problematico de esta pregunta ensefia y safal el amine de Ia flosofia, un camino que esta mas ligado al cuestlonamiento que ala certeza, al debate que a la aceptacién, a Ja controversia que a la unanimidad. Un camino que sefiala una invitacion a pensar. [..1 Ia filosofia requiere que todo lo que su propia ractonali- dad no comprende sea puesto en cuestién. La pretensién filosdfica de no saber nada no es otra cosa que una invitacién a pensar, a pensar “en conjunto*, a pensar unos con‘otros. Un “entrenamien- to filoséfico™ leva la siguiente inscripci6n: ‘Vent, pensd conmigo, encontremos juntos la verdad’. (Heller, A.A Radia! Philosophy (Una fllosoffa radical] (1978, trad. Ing, Oxford: Basil Blackwel, 1984, p. 9-10, ted. cas. propia) Podria plantearse la siguiente objecién: gpuede practicarse y ‘ensefiarse filosofia sin tener al menos una idea acotada (ya no una definieién) de la misma? La respuesta parece obvia: no, Aun cuando no hagamos explicita esa klea, nuestra prictica Implicitamente mos- ‘trara el camind tomado. En otras palabras, pragméticamente se afir- ‘maré siempre una aproximaci6n ala filosofla cada vez que se la ejerce _ osela ensefa 84 La filosofia en la escuela / A. Corletti - W, Kohan Es por todo esto que, a la vez que planteamos el caréeter pro- piamente cuestionador, controversial y polémico de la filosofia, hare- mos explicitos nuestros supuestos acerca de la pregunta “zqué es la flosotia?”. No estamos cediendo a la tentacién de explictor la res- ‘puesta @ esta pregunta como un modo de purificar la flosofia de sus abismos més interesantas y hacerls asi “torable" 2 los planes de estu- io tnstitucionales Antes bien, nos proponemos evar a cabo un ejer~ cio de refiexién filoséfica para poner de manifesto lo que, de todas maneras, estarla presente. ‘Nuestra propuesta se asienta, ademés en esa positvidad que todos los aspectos falidos de definicion dejan ver y sefialan. En otras palabras, la polémica y el cuestionamiento que signan Is vida histért- @ de la flosofia forman parte sustantiva de nuestra concepeién de lla. Naturalmente, no pretendemos constituir esta propuesta en uta efinicién acabada y certera, sino poner en juego explicita y abiertar ‘mente lo que de todos modos tendria lugar. Nuestra aproximacién 2 1a flosofia implica el reconocimiento de que toda fosofia que se pre: Ge de su caracter exitico comienza por buscar su propio punto de partida preguntando qué es la filosoia. {..1 no hay nada que pueda dejarse a un lado del trabajo que un fildsofo ha hecho; cada filésofo tiene que hacer ese trabajo por 1{ mismo. Habiéndolo hecho, tiene que encontrar la mejor manera de presentarlo de manera tal que otros aprendan de él. Aprender de él es encontrarle sentido en la manera en que ha sido presenta do, hacer sus preguntas, entrar en sus discustones. Pero hablendo aprendido de él, uno tiene que encontrar su propia voz y su propla manera de trabajar Dado, entonces, que en filotofia cada persona tlene que encontrar su propio punto de partida y llevar @ cabo su propio trabajo, no podemos hablar de progreso en la propla filoso- fia; no hay ningin cuerpo de conocimientos que crezea en Ia histo- ra de la filosofia (Dinan, 1, "Can Phdotopty speak sbout Me?” ("Puede le fotlia Ibi acerca de la vida?) en Gifts, A. Ph ed), The Impulse to ‘Philosophise [EI impulo « filosofar, Suplemento 8 Philosophy, Royal instte of Phlosopty Suplement: 33, Carnbelége: ‘Unherty Press, 1992, p- 110, trad. cast. propia) Qué es la flosofia? 85 En dl cap. 3 (t) sostuvimos que el malestar frente al orden o estado de cosas y el interrogante molesto sobre el sentido de la expe- riencla cotidiana consttuyen, tanto como se considereban ol asombro, {a duda o las situactones lites, los pasos primeros del filosotar y flor soffa, Pero también, y sobre todo, la percepcién de que ese orden de las cosas tiene grietas que, por lo general, se cbvian signifcar. La floeo- fia como critica radical surge como un intento por superar la iamovl- dad que emerge de la aceptacién pasiva usalments critica o ingen de los estados de “normalidad”, marcando una imupcion, una disconti- niidad; es un intento por mostrar el carécter extra-ordinario de lo que s¢ presenta como ordinario o comin; es una basqueda de reconocer lo a-normal en lo normal; es una pretensién de ir més alls de Jo visible 0 ‘evidente. Es un ensayo por superar cuestionando, revocando, movil zardo los supuestos y fundamentos de ese orden. Cuando se dijo que la tension entre filosofla y realidad fundamental, no comparable alas dificultades ocaslonales que debe ‘frontar la ciencia en la vida de Ia’ sociedad, ello se referfa a la fendencia, inherente a la filosofia, a no dejar que el pensamlento se inferrumpa en ninguna parte y a someter a un control especial fodos aquellos factores de la vida que, por lo comtin, son tenidos por fuerzas fijs, incontrastables, o por leyes eternas.(..JLa filoso- fla, en oposicién a otras disciplinas, no tiene un campo de activl- ‘dad fijamente delimitado dentro dei ordenamlento existente. Este ‘ordenamiento de vida, con su erarqula de valores, constltuye un problema en sf mismo pora la filesofia. SI la clencia puede abn ‘acudir a datos establecidos que le sefalan el camino, la filosofto, en cambio, debe siempre conflar en sf misma, en su propia activi. dad teérica. ‘orci, M., "La funeén socal de la flsote” (1940), «en Tooraertica, trad, cat, Buenos Alres: Amorort, 1990, p. 279) La filosofia que concebimos, entonces, se opone a la presenta- cién de la realidad como algo natural, necesario, o eterno. La griega basqueda de la sabiduria, de la mejor vida posible, resulta siempre inconforme y renuente"® aceptar acrticamente lo imperante. Hay luna oposiién radical entre la fosotia y al status quo, entte el cuzs- ‘loner de la primera y el reposar del segundo. 86 La filosofia en la escuela / A. Cetlett- W. Kohen oO ‘Al menos desde Platén, la flosofia ha sido consciente de esta historica y atin vigente oposicién. HI retrato platénico de Sécrates ‘muestre, precisamente, los riesgos que la filosofia implica -y padeco- ‘cuandg esa oposicién es ejercida con’ implacable coherencla y tozt- ez. Platén respondié una y otra vez desde su perspective alas cicas aque, bao la forma de Is inuiided y la perversin, esa radial opost dién generé en Atenas. Esta tensién de Ia filosofia con ta realidad se manifiesta en par ticular en aquellos factores que son presentados como verdades eter- ras, fis o inmutables. La filosofia critica porie en cuestion todo ele- ‘mentoide necesidad en el émbito de la vida social y cultural, ali donde hhay formas de pensar predominantes, valores impuestos © préctloas llevadas a cabo irreflexivamente. Como pensamiento y tarea critica, es unjintento por introducir el cuestionamiento y Ia reflexién ‘problematizadora, la consideracién racionel y la conciencia critica ‘misma que exhibe la historia de los problemas filos6ficos:todos con * aque es le filosofia?” a la cabeza- en los diversos émbitos de la expe sa humana. Na ool como cite rial prte de un prespust at tca de lo dado-, ‘consagrar una rupture con ees modi copa ia owed de es forms ons cone. La atopla del Platéin de La Repdblica redica en la impostbilidad de jing sin fricciones y confictos insuperables, la flosofia y lz politica ‘Antesibien, le filosofia revise y discute los crterios que fijan la politica, fe ciencia y e! arte. La filosolia no fija, pone en cuestién; escapa a toda fijeza establocida y estéalerta ante Ia recionalidad y los valores de | politica, dela ciencia, del arte, de les produeciones sociales y cultu- rales en general. i Qué es Ia filosofia? 87 Lecturas Texto 17 Kom, A. Sistama Flloséfico, Buenos Aires: Nova, 1959, p. 17-9, “La flocotia -ast, en singular no existe, Esta palabra no elgnitica mae ‘que amor al saber. Expresa una actitud, un anhelo, un estado de dima: e! desso de fevar nuestro conocimiento hasta sus ditimos lites. No es, pues, tun saber conereto y transmisible sino una acfitud espltual: en acasiones 6sta se puede sugerir y adn encaminar, Cuando preexiste uns dsposicicn espontanea, Se adquiere ast el habito de dar al pensamiento una deccién determinada, a vincular el caso particular a conceptos generales, a ver en el hecho més comdn un problema, a empefiar el esfuerzo de fa mente en una ‘contienda con lo desconocido, a superar la liitacién indhidual. ¥ esta ten- «ign espirtual, ete afSn de eabar, es ol mejor provecho de los estudios floso- ficos. La mera erudicién es un peso musrio, como la carga de la acémila, ‘Sie hace de la flosolla un cuerpo do ensetianzas sistematizadas, £2 deseubre un conlunto de teorfas elaboradas al margen del proceso histérico de ls humanidad, La fiosotia, no slo en las distintas épocas, cuando tam- bign en sus manlfestaciones coeténeas, revste una empltud, una forms y un Contenido de la més abigarrada diversidad. No es posible comprender esta, ‘multipficidad en una férmula precisa: toda definlcion resulta especifica: no se tefiere la filosotia en general, sino @ una determinada doctina. ‘Solamente ia historia puede servir de guia. La cantinuldad de Ia evolu ‘én mantiene un cierto nexo entre las fases sucesivas de las creaciones fllos6ficas. Y eso solamente dentro del herzonte de un olclo cultural circunscripto. Jamas ha existido una doctrina universal. Adn dentro del émbe {0 de la cultra de Ocoidente, que por cierto no esl unico, Ia especutacisn flosdtico presenta un marcade eardeter étnico. Cada generacién contnda Ia obra de sus prodecesores pero también {a altera y la transmuta; coneerva el viejo trmino tracicional pero modifica eu ‘sentido y su concepto. La palabra ‘flosofa’ acaba por designar et estuche paradoja. La lsofia no eansiste en saber, y no es la verdad lo que inspira la filosofia, sino que con categorias como las de Interesante, Notable o Importante lo que determina el éxito o el fracazo. Ahora bien, no te puede eaber antes de haber construldo. No se diré de ‘muchos libros de filo fia que son falzos, pues exo no es decir nada, tino que carecen de Importoncia o de interés, precisamente porque ino crean concepto olguno, ni aportan una imagen de! pensumento nil engendran un perconaje que valga la pena. (Deasze, G- Guitar, F.,

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