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LA MOTIVACION Conseguir un logro Por lo general, cada vez que procura- mos entender o explicar un aspecto del mundo circundante, indicamos sus cau- sas. Si observamos alguna actividad, tendemos a querer saber a qué se debe y con el tiempo aprendemos a aceptar explicaciones como las siguientes: «el viento mueve las nubes», «la gasolina suministra la energia necesaria para que un automévil funcione» o «la pelota se mueve porque ha sido impulsado por un pie o una mano». La imparable cu- tiosidad humana se hace mas patente cuando tratamos de explicarnos las ac- ciones personales. Surge a menudo en la conversacién cotidiana la pregunta «gque le motivé a hacer eso?» que es lo mismo que decir «cual fue la causa de que usted hiciera tal cosa o tal otra?» Las explicaciones de la conducta se han ajustado a esta pauta y el término motivacién deriva del verbo latino mo- vere, que significa «mover», 0 sea, el mo- do de accién para conseguir algo. La motivacién es una necesidad 0 un de- seo que dinamiza la conducta, dirigién- dola hacia una meta Las causas de la conducta Una joven hermosa sentada sola en una fiesta. Un chico recorre toda la multitud de gente con dos copas y se acerca a ella para hablarle. Por qué lo hace? Un gru- po de nifios espera en una larga fila pa- ra entrar en un cine donde se exhibe la tiltima pelicula de moda de la factoria Disney o del incombustible Superman. Los nifos brincan, hablan a gritos y no 142. paran un momento quietos. Por qué se portan asi? Una manana luminosa de primavera, un estudiante de bachillera- to se dirige al colegio. De pronto decide dar la vuelta y se encamina a una tien- da, donde pasa parte de la manana oyendo discos y analizando juegos en la computadora. 2Por qué deciio faltar a clase? En el periddico leemos la terri- ble noticia del asesinato de una mujer; su marido se ha confesado culpable por considerar que le era infiel. Por qué se «vengé» de una forma tan atroz? Contestar a estas y otras preguntas supone mezclar muchos conceptos. Es probable que asociemos motivacién con emocién. Asf, un fuerte impulso sexual © afectivo motivé al joven; los ninos estaban ansiosos por ver la pelicula y sentian una fuerte emocién; el estu- diante falté a la escuela porque le gusta més ir de compras que estudiar; el mo- tivo que tuvo el marido para matar a su esposa fue una reaccién emocional mar- cada por los celos y la ira. Si bien seme- jantes explicaciones gozan del favor po- pular, s6lo reflejan una parte de la realidad. Desde el «instinto basico» ala conducta abierta se recorren muchos ca- minos, marcados por los impulsos pri- marios (lo que se ha dado en lamar in tinto) y jalonados por muy diversos ‘matices: el aprendizaje, los imperativos fisiolégicos, la necesidad de explorar y dominar el ambiente, Ia busqueda de éxito en los diversos comportamientos que marcan nuestra vida, la propia an- siedad como activadora pero también bloqueadora de la motivacién y las di- Para explicar la motivacién no bastan la fisica y la quimica. Si alguien se propone escalar una montafia oalcanzar un objetivo es porque hay diversos factores que ponen en marcha «el motor»: el aprendizaje, la personalidad, los castigos, los incentivos yotros, PREGUNTAS Y RESPUESTAS © ;Por qué muchas veces ‘cuando discuto con otra persona me pongo colo- rado? ‘Se puede considerar que la motivacién es el primer ele- ‘mento cronolégico de la con- ducta; es ella la que pone en movimiento el organismo y persiste hasta la reduccion de Ta tension, Asi como las con- ddiciones organicas actan so- bre el psiquismo, éste también puede influir sobre el cuerpo, por ejemplo la cdlera provo: ‘ca una afluencia de sangre en el rostro, que hace que éste enrojezca, Los nirios que esperan alborotados para poder entrar en la escuela descargan su ansiedad yemocién hablando 4 los gritos, riendo y empujdndose. Las causas que determinan Ia conducta de los seres hnumanos son numerosas xy estan tefiidas por diversos matices. | 44 versas dimensiones de la personalidad de cada individuo que pueden marcar indefectiblemente la forma de motivar- se de cada uno, Conceptos de motivacién Cuando echamos una ojeada a las ten- dencias historicas que han intentado ex- plicar la motivacién, nos encontramos de entrada con el racionalismo tradi- cional y el mecanicismo. El primero con- sidera que el ser humano obra porque tiene un motivo para hacerlo y por tan- toes responsable de lo que hace. Asi es como pensaba Paton, asi es como actita la ley (con las excepciones de irrespon- sabilidad para casos concretos, por ejem- plo, ciertos enfermos mentales) y asi es como opina sobre la motivacién mucha gente. Pero el «racionalismo» es diftcil- mente cientifico ya que no exhibe cau sas comprobables: el hombre parece so- metido al fatalismo de un destino que no puede comprender ni modificar. Por ello se afade al sustantivo racionalismo el adjetivo «tradicional», para no con- fundirlo con una actitud racional y ob- jetiva ante los acontecimientos vitales. El mecanicismo es una teoria diame- tralmente opuesta. El mecanicista tipico cree que la tiltima y tinica realidad es el uuniverso fisico. Asi pues, la conducta es- tard regida exclusivamente por fuerzas mecanicas y factores quimicos. Cuando se conozca bien el funcionamiento de la bioguimica cerebral, la conducta no ten- dré misterio para nosotros. Es evidente que el mecanicismo se acerca més a la realidad que el racionalismo tradicional. El organismo humano es sustancialmen- te fisico y el sistema nervioso central se mueve gracias a los neurotransmisores que controlan no sélo la motivacién, si no también la razén y la emocién. Los avances en el conocimiento del com- portamiento humano pasan inexora- blemente por este tipo de conocimien- tos; y cuanto mas sepamos sobre los entresijos bioquimicos del cerebro —y cada dia sabemos mas— mejor com- prenderemos el porqué de la normali- dad y de la patologia, y podremos ayu- dar a mejorar los rendimientos de los seres humanos y disefiar nuevos far- macos que ayuden a aliviar las enfer- medades mentales. Sin embargo, la ca y la quimica no bastan para explicar todos los eventos que conforman la mo- tivacién, Hay otros factores (aprendiza- je, personalidad, incentivos, castigos, etc.) que ponen en marcha el motor que activa el sujeto hacia un objetivo. Por ejemplo: en el caso de los come- dores compulsivos (los llamados buli- micos), si se consigue mediante un far- maco incrementar la actividad de un neurotransmisor cerebral denominado serotonina, gran parte de los accesos de bulimia quedarén corregidos, debido a que la serotonina tiene por funcién in- crementar las seniales de saciedad (con Jo cual disminuye el apetito) y frenar la impulsividad. Sin embargo, es necesa- rio controlar otros aspectos: estimulos y situaciones desencadenantes, control de las dietas a las que estos enfermos se so- meten, etc. La bioquimica esté omni- presente en nuestro sistema nervioso, pero no siempre es la tinica causa que explica por qué nos motivamos. Una tercera teoria se propone para buscar el origen de nuestras conductas activas: el determinismo empirico, el cual supone que el comportamiento es un fenémeno predecible. Asi como el mecanicismo es marcadamente «biolo- gistan, el determinismo empirico pro- cede de las teorias del aprendizaje: lo que se plantea no es el «porqué» sino el «cémo» y el «cuando». La conducta se produciré cuando se cumplan las con- diciones especificas que la pongan en marcha, sin pretender encontrar una ex- plicacién definitiva. Volvamos al ejemplo del joven de la fiesta que se acerca a una chica. El racionalista empitico diré que lo hace para satisfacer un impulso afectivo 0 quizés sexual. El mecanicista afirmara que para explicar de manera completa la secuencia desde el momento en que el joven se dedica a recorrer el camino hacia la chica, habria que conocer a fon- do los mecanismos bioquimicos (los neurotransmisores cerebrales activa- dores) que ponen en marcha la moti- vacién de aproximacion del muchacho. El determinismo empirico sostendra que la conducta ha acontecidc' cuando se cumplen las condiciones especificas: el tiempo que hace que el joven no se vincula con una mujer, la presencia de la chica, el contexto de la fiesta, el efec- to posible del alcohol para «animar» al muchacho, las experiencias previas que haya tenido en circunstancias seme- jantes, ete. 2Qué motivacién puede Tevarnos a formar parte de una orquesta? Los especialistas que han investigado sobre el tema sostienen que, gracias ala motivacién de logro, que impulsa al hombre a altos niveles de tealizaci6n, la sociedad civilizada ha alcanzado sus elevadas cotas artisticas, culturales y materiales. 145 | Los impulsos, motivaciones bésicas © primarias, son de base biolégica, estan determinados genéticamente y regulados por ‘mecanismos que provienen sobre todo del interior del organismo. De esta ‘manera, por ejemplo, sidisminuye el nivel de agua de nuestras células, los sensores detectan la necesidad de tiquido -y comenzamos a sentir sed. Soy sumamente suscep- ible a la publicidad. sPor qué me pasa esto? WW en st orien de uestas conductas no hay s6lo una causa sino todo un conjunto indisociable de factores, cconscientes e inconscientes, psicoldgicos, afectivos y so- cioculturales que estan en in- teraccién reciproca. Nuestras motivaciones son complejas; por eso muchas veces ignora- ‘mos las verdaderas causas de nuestros actos mas simples, ‘como por ejemplo la compra de un determinado vestido. Por eso las campafias publi- Citarias se realizan a partir de sondeos previos de motiva- ciones y de actitudes profun- das de los consumnidores. | 146 Impulso basico De hecho, las tres teorias se amalgaman entre sien cualquier intento de expli car la motivacién. Sin embargo, podri- amos considerar que el determinismo empitico se alinea claramente en los efec- tos derivados del aprendizaje. De hecho, durante los primeros aos en que se estudi6 el condicionamiento clasico se pens6 que era logico explicar la conducta sélo en funcién de experiencias; sin em- bargo, mas tarde se comprobé que era preciso que un sujeto estuviese motiva- doo incentivado para que se iniciara, 0 se consolidara, en un aprendizaje. De ahi que se introdujera el concepto de im- pulso (sustituyendo al antiguo de ins- tinto) como fuerza que empuja a moti- varse al organismo para satisfacer una necesidad. Entendido como una forma basica de supervivencia, el impulso in- duce al organismo a comer, beber o dor- mir, por ejemplo. Si bien hay otros me- nos primitivos 0 «instintivos», aqui interesa destacar que la teoria general de los impulsos es la que mejor se aproxi- ma a una explicacion relativamente sen- cillay global de la motivacién. Ademas, permite reconciliar los antiguos razona- mientos (racionalismo tradicional, me- canicismo y determinismo empitico). Si entendemos el impulso como una situa- cién de necesidad (ya sea puramente bio- logica, como el hambre, o mas «psicolé- gica», como la necesidad de autoestima), esta circunstancia crea una activacién, consecuente con la intensidad del mo- tivo, que a su vez esté encaminada a re- ducir el impulso. Desde este enfoque, el impulso ya no se plantea como algo pu- ramente instintivo, espontneo y auto- matico, sino que parte de una situacion previa de carencia 0 privacién. Esta es la secuencia inexorable de los impulsos basicos, los mas dependientes de las necesidades fisioldgicas; el resto de impulsos no tienen por qué estar marcados necesariamente por estados carenciales, sino que pueden ser esti- mulados desde el exterior a través de los incentivos ambientales, definidos como los factores externos al organismo ca- paces de activar una conducta. Tan im- portantes son estos incentivos que in- cluso los propios impulsos basicos pueden verse afectados por elementos externos a las propias necesidades bio- 6gicas primarias. El ejemplo més cla- 10 ¢5 la sensacién de hambre que senti- mos cuando pasamos delante de una confiterfa con una oferta atractiva de dulces tentaciones, a pesar de que en aquel momento no estaba activado nues- tro deseo alimenticio. De los impulsos internos a las presiones externas Si seguimos el guién expuesto hace un momento, los impulsos-motivaciones basicos o primarios serian aquellos de base puramente biolégica (aunque ya hemos visto anteriormente que también pueden ser disparadas por factores ex- ternos), determinados genéticamente y que siguen un proceso aparentemente rigido, destinado al mantenimiento de un estado interno equilibrado o cons- tante. Estan regulados fundamental- mente por mecanismos que provienen del interior del organismo. EI fisiélogo francés Claude Bernard (1813-1879) se- fal6é que las actividades fisiolégicas del organismo tienen la finalidad de man- tener una constancia en el medio inter- no. Mucho més tarde, el estadouniden- se W. B. Cannon (1929), introdujo el concepto de homeostasis para referirse a las constantes biolégicas dentro de cu- yos limites se mantiene vivo el organis- ‘mo. Un ejemplo de homeostasis (que teralmente significa «permanecer igual») es el sistema regulador de la tempera tura corporal que acta como un ter- mostato con el fin de mantener cons- tante la temperatura orgénica. Los sensores detectan la temperatura del ‘cuerpo y aportan esta informacién a una estructura de control situada en el cere- bro (el centro termorregulador). Si la temperatura corporal disminuye, el ele- ‘mento de control senala esta desviacién y los vasos sanguineos se estrechan pa- ra conservar el calor, lo que nos impul- sa a ponernos mas prendas de vestir 0 a buscar un ambiente més célido. Algo parecido pasa con el hambre o con la sed, Si desciende la glucosa en nuestro cuerpo, el centro glucorregulador cere- bral lo detecta y nos activa para ir en busca de comida; siel nivel de agua en En un estudio realizado a artistas y atletas destacados se comprobé que todos estaban muy motivados, sometidos una rigida disciplina de estudio los unos y de entrenamiento los otros, siempre con vistas al logro de sus objetivos. En un escultor, por ejemplo, predominan los impulsos secundarios 0 adquiridos, relacionados con las preferencias estéticas, el aprendizaje xy /la cultura, 147 | El nifio agarra un ‘gusano por una ‘curiosidad innata, fruto de una motivacion fisioldgica, aunque no ‘de un estado carencial. La actividad exploratoria es uno de los impulsos espontineos de los seres humanos, que no responden a una carencia o modificacién del organismo. nuestras células disminuye, los senso- res detectan nuestras necesidades hi- dricas y sentimos sed. Cuando se al- canza la meta apropiada, se equilibra la homeostasis y se atentia el impulso. ‘No obstanie, algunos comportamien- tos tienden a presentarse espontanea- ‘mente en casi todos los sujetos de la es- pecie, sin que ello obedezca a ninguna carencia 0 modificacién en el medio in- temo. Impulsos como el sexual 0 el «ins- tinto» de exploracién (tipico en muchos animales) no obedecen a una necesidad inmediata de mantener las constantes biol6gicas. Sin embargo, depende de ellos la preservacién de la especie —na- die se muere por no saciar su sexuali- dad, pero la mayoria de especies desa- parecerian si no se practicase— por lo que podemos considerarlos como prima rios ¢ innatos, dado que estan prefijados en el cédigo genético de los seres vivos. Estas motivaciones fisiolégicas son el hambre, la sed, el suefio, la necesidad de oxigeno, la actividad sexual, el instinto maternal y la actividad exploratoria, a las que podrian aftadirse otras conduc- tas relacionadas con la supervivencia in- dividual o de la especie como evitar el dolor y las temperaturas extremas. Sin embargo, hay motivaciones que no satisfacen una necesidad biolégica evidente. Son las secundarias, también lamadas adquiridas porque en ellas in- tervienen mayoritariamente (aunque no tinicamente) el aprendizaje, la cultura y las estimulaciones externas. No s6lo nos impulsa nuestra «necesidad> de un es- tado orgénico «6ptimo», sino que nos dirigen los incentivos. Nuestra historia individual de aprendizaje influye sobre nuestras motivaciones, porque un in- centivo es cualquier estimulo externo que posee valor positive (se asocia con un impulso) o negativo (reduce el im- pulso) en la motivacién de nuestro com- portamiento. Asi, una taza de café, el olor de un pan recién horneado, el tocar la mano del ser querido o la amenaza de desaprobacién son todos factores que pueden motivarnos. Dicho en otras pa- labras, es posible motivarse si algo pro- duce una recompensa 0 un castigo y si aprendamos a reconocer estas circuns- tancias. Circunstancias que cuando va- rian, cambian la intensidad de la moti- vacién y esto es tan valido para los impulsos basicos como para los secun- darios. Algo semejante ocurre con nui tros estados de excitacién ante el im- pulso. No es lo mismo una activacién normal que estar agitados; no es igual que seamos reforzados 0 castigados; y tampoco es igual si estamos ansiosos 0 no. Algo de ansiedad es excelente para el rendimiento y la motivacién; si se pre- senta en exceso, quedamos bloqueados y «en blanco». E insistimos: al igual que las motivaciones primarias o de estirpe «bioldgica» podian estar muy condicio- nadas por los procesos de aprendizaje, también las motivaciones secundarias (de tipologia mas «

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