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INTRODUCCION Los monumentos conmemorativos, bustos, monolitos, fuentes, les g6ricas, ete. conforman lo que se denomi- na arte publico. Nuestra ciudad con mas de dos mil objetos orname monumentos y esculturas que conviven el contexto urbano sin oponerse, a py de pertenecer a diferentes momentos his- téricos. El ojo del espectador los percibe sin importar la época en la que fueron rea- lizados y muchas veces sin saber cudl es el mensaje que tienen para decitle, Estas es- culturas integran el imaginatio colectivo, son una referencia de la memoria urbana yuna herencia patrimonial de cada perio- do histérico. Es importante preservarlo y estudiarlo, ya que est4 intimamente liga- da al poder siendo un teferente paradig- matico de las mentalidades de cada época, cultur: Romano Guardini dice: ‘Toda ¢poca histirica se realiza simulténeaments en to- dos los campos de la vida humana y puede, on consecuencia, ser definida desde cnalgnie- ta de ellos. Mas, al parecer, en el curso de la Mistoria tinas veces es un elemento de la exis- tentia y otras otro diferente el que alana una inportancia especial”! El objetivo de esta tesis doctoral es aportar otra mirada a Ja historia a través del patrimonio escult6rico y su relaci6n con el poder. Apuntaa comprender como una totalidad los hechos politicos, histé- Heos, sociales y artisticos: de una-nacion, Buenos Aires fue delimitando, en el de- venir hist6tico, espacios simbdlicos vin- A diferentes temiticas como: La storia bélica, la fundacién de Ia ciudad, el accionar de la justicia, las figuras des- tacadas de la histori etc, Cada esp; 1 historia que, jun- to ala que lo circunda, con. dicior niento de las escultu- insformaciones que van ambiando las topografia ficios, autopi urbanas, edi- se alte- ociales, econémicas y culturales de cada zona asf como se rede- finen los espacios y el patrimonio escul- t6rico que contienen. Buenos Aires, por set una ciudad capi- tal, no sdlo representa los temas locales sino que también recibe y emplaza los te- mas de la historia universal. Los gobier- nos extranjeros quieren dejar testimonio de su historia en aquellos paises donde tie- nen sus embajadas o representaciones ofi- ciales, por lo que encontramos en Ia ciu- dad nviltiples sincretismos y una riqueza cultural que hace complejo su estudio, El'tema de Ja relaci6n Aste publico y Poder en los espacios simbdlicos de la ciu- dad es la problematica central que nos ocupa, Bl poder es un fenémeno especi- ficamente humano, le pertenece a su pro- pia esencia y el efecto del poder es siem- pre una accién, tiene cardcter universal. El arte publico se vincula con los trun- fadores o-cont aquellos que poseen los me- dios materiales para poder coneretat el homenaje, 1. Guardini, Romano, Europa: Realidad ly tarea. El cease de la Edad Moderna, El poder, la Bsencia de la obra de Arte, Madrid, Ediciones Cristiandad, Titulo Original: Die Machi-Versuch Einer Wepweisung, 1951, 1957, Traduccion: A. P Sanchez Pascual, p, 167 | \YPoDER, 7 jones: Un de cada Esta tesis consta de dos conpns docamental con la historia esculturas y monumentos del una de espacio, delimitado 2 prior, de Ia ciudad de Buenos Aires (que se publica por parado) y esta seccién que consiste en una sfatesis histérico socio-cultural de cada época, desde el emplazamiento del pri- mer monumento conmemorativo, en 1811 hasta el afio 2000, Se intenta apor- tar a través de los principales ejemplos del arte publico de cada década esta otra mirada desde lo escultérico, concluyen- do con el estudio de cuatro espacios sim- bilicos de la ciudad. Realizamos una breve referencia a la historia de cada lugar, a su identidad y a Jos edificios del entorno, ya que la arqui- tectura y la escultura entablan tramas de relaciones que condicionan el emplaza- miento, los traslados 0 los deterioros que sufre el arte piiblico, Elaboramos un cuadro con los cua- trocientos monumentos y esculturas es- tudiados en el corpus para poder sacar es- tadisticas que nos permitieran conocer cuales fueron las temiticas mis represen- tadas en cada época, la nacionalidad de los escultores de acuerdo al siglo, los ba- trios con mayor densidad de patrimonio escultérico, las décadas en las que se em- plazaron mayor cantidad de esculturas y quienes fueron los comitentes que reali- zaron las donaciones de acuerdo a cada periodo cronolégico, Dicho cuadto lo organizamos en for ma cronologica desde 1811 hasta el 2000, Debemos aclarar que en el mismo apare- cen algunas esculturas emplazadas entre el 2000 y el 2002, pero son en su smnayo- 8 tia las colocadas en el espacio que se con, formé como el Paseo de las Eseulturas de Iq Recova de Posi artio de Reti. ro, Agregamos asimismo la Ploralis Gey rica del Arquitecto Eduardo Catalano, que por su disefio y estructura es un caso tin as, cn cl co en la ciudad y los dos monumentos lados cn el Parque de la Memoria El Monumento al By. ins (Costanera Nor cape y Victoria. ‘Al cuadro lo dividimos en seeciones como: Titulo del monumento, autor, na. cionalidad del autor, tema, materiales, primer emplazamiento, ubicacién actual, batrio y comitente. Las tipologias de las obras las organizamos en: Figura de pie, figura sedente, busto, grupo ccuestre, fuente, desnudo, escultura ornamental, monolito y dtros. Los temas los agrupa- mos en: Histéticos, politicos, militares, mitolégicos, alegéricos, artisticos, cien ficos, teligiosos, educativos, filoséficos, ete. En cuanto al primer emplazamiento de cada obra, cuando no obtuvimos el dato preciso, colocamos una fecha aproxi- mada del primer emplazamicnto en d espacio pablico. Muchas veces las escul- tutas formaban parte del patrimonio es cult6tico de casas privadas o de un hos- pital, como el antiguo Hospital de Cli- nicas (demolido) cuyas esculturas fueron teubicadas en la Plaza Houssay. En to- dos estos casos colocamos como primer emplazamiento la fecha de ubicacién en el espacio piblico. Los comitentes fueron subdivididos en Categorias como: Donacién de colectivi- dades, adquisicién de la Municipalidad de Buenos Aires, adquisicién de particu: Tar o de artista (que Inego dona a la cluv MARIA DEL GARMEN MAGAZ t es dad), donacién de la Municipalidad de donacién de gobiemnos Buenos Air tranjeros, ¢t De los cuatrocientos diez monumen. tos estudiados no hemos podido verilicar Ia procedencia de varias ridas en Europa, como rio del Jardin Botinico o las esculturas la Geografia, 1a Mecdnica, 1a Astronomia y ta Nategacion que ornamentaron, en segun- da instancia, la Pirimide de Mayo y que hoy se encuentran en la Plazoleta San Fran- cisco. Tampoco obtuyimos datos sobre los autores de las esculturas que rodean el Ins- tituto Nacional Sanmartiniano: E/ se/da- do, El granadero y El marino, ni del mo- numento a Eduardo Costa en el Parque 3 de Febrero y el monumento a Benito Jud- rez en la Plazoleta Provincia del Chubut. En el cuadro se incluye el relevamien- to actualizado al 2006, con los monu- mentos desaparecidos y los nuevos em- plazados, sdlo para el barrio de Palermo. El resto se remite al relevamiento del afio 2000. A medida que se publique cada barrio se actualizara el tema patrimonial de los barrios restantes. Las embajadas, en muchos casos, no Consetvan la documentacién de las obras que donan a Ia ciudad. Si bien debemos dejar aclarado que todos los integrantes del cuetpo diplomatico nos atendieron con total deferencia e intentaron brin- darnos Ja informacién solicitada, muchas ‘veces no pudimos llegar a conocer el au- tor de las réplicas de bustos 0 esculturas donadas, cuyos Otiginales se encuentran €n él pais de origen. \ ja ( Iniciamos la tesis con una fundamen- tacién tedrica que justifica la cleccién de la util cién de las imagenes escultéri- cas como testimonios para el estudio de a historia y en particular de las mentali- dades de época. Nos basamos en la escuela iconolé ca que propone que las imagenes artisti- cas le aportan al historiador elementos de informacién que le permiten una mi- tada integradora. Analizamos varios de los postulados de investigadores como Ernst Gombtich, Pierre Francastel, Edwin Pa- nofsky o Aby Warburg que justifican la metodologia elegida. Debo agradecer muy especialmente a Ja Comisién Fulbright por la beca de in- vestigacion senior en la Universidad de George Washington que me posibilits to- mar contacto con los archivos norteame- ticanos y conocer a los especialistas esta- dounidenses en este tema. Toda la biblio- grafia citada de Rogers, Osborne, Robi- nette, Gellner, Benedict, Gutheim, Jack- son, Bogarte, Ashley, Havern, Janson pude consultarla en los repositorios de origen. Estudiamos la relacién entre las ima- genes escultéticas y el poder a lo largo de Ja historia europea, citando algunos ejem- plos de la historia antigua, medieval y modema, deteniéndonos en particular en el Siglo XTX cuya iconografia influye fuer- temente en nuestras tepresentaciones de- cimonénicas y del Siglo KX. Analizamos las tipologias de los mo- “fumentos conmemorativos siguiendo a Janson,’ que establece cuatro categorias: Janson, H.W. The rite and fll of the pubic monument, New Osleans, LA, ‘The Graduate School Tulane University, N74, pp. 2 2 52. ERA Y PODER 9 e Funerarios (no tratados en el pre sente estudio) « Publicos dedicados a ideas 0 a he chos historicos * Dedicados a politicos, generales 0 icos héroes * Dedicados a los genios como: Fil6- sofos, poetas, cientificos, muisicos, ete. En cuanto a la funcidn y el mensaje que tienen los monumentos conmemo- fativos pam trasmitimnos, sé generan va- riadas interpretaciones. Por supuesto el "mensaje para la posteridad se asocia a los ideales y mentalidades de quienes los eri- gicron. Pero, nos preguntamos, como so- brevivea y manticnen un didlogo con el habitante contemporéneo: ¢Queremos que sus ideales sigan siendo los nuestros? ¢Reafirmamos esos valores en el presen- te? Estas preguntas solo las contestara el devenir de Ja historia y el paso del tiem- po. Aquellas obras que no respondan a nuestros ideales o que nos produzcan un rechazo y oposicién a nuestras crcencias © costumbres, con seguridad, serin des- plazadas, retiradas del espacio publico o simplemente destrnidas. Una de las cualidades que se le otor- 2, en la actualidad, al arte ptblico es la de ser beneficioso para mejorar la cali- dad de vida del habitante de la ciudad. Otros tesricos de origen norteamerica. HO, como Douglas Stalker y Clark Gla. mour, se oponen a esta afirmaci6n y pos- tulan, ent cambio, que la mayoria de los ciudadanos no disfrata del arte publico Y ao secibe ningtin beneficio del mismo, Para analizar qué sucedfa en la ciudad 10s Aires a ese tespecto durante los atios 2000 y 2001 realizamos ung alunos de In carters encuesta con | de ‘Turismo de | dor, basada en una similar realizada er |y ciudad de Nueva York. Se entrevistaron 1500 perso! a Universidad! del Salyy as que transitaban a deg ban en las plazas de la ciudad, ¢ bord un cuestionario que nos permi tid saber sf conocian In obra, 61 les pare 1 correcto el emplazamiento, si mejo. aba la calidad de vida y también qué opi naban sobre el estado de consetvacidn de las mismas y ¢l mantenimicnto futuro, ‘Tabuladas las encuestas resulté que un 78% consideraba que el patrimonio cs cultérico mejoraba Ia calidad de vida de los habitantes, aunque la mayoria deseo- je que tenian esas noefa cual era el mens obras para trasmitir. Los espacios femdticos de esculturas en los que se estudia ademis la planificacién del espacio urbano y el paisajismo son es- casos en nuestra ciudad. Un ejemplo des- tacado es E/ pargue de Ja Memoria en \a Costancra Norte, pensado para recordar a los desaparecidos durante la dictadura militar y que contintia en construccion. Respecto a conformar un espacio para esculturas contemporaneas, Jorge Rome- to Brest fue un visionario en su €poca. Cuando fue nombrado Interventor del Museo Nacional de Bellas Artes emplaz6” una serie de esculturas rodeando el mu- S€0 que se conservan hasta el dia de hoy. Siguiendo sus pasos se han creado recien- temente nuevos espacios como el de la Avenida Boedo al 800 que tiene en sus Dae ms de quince obras, el llamado las Esculturas de la Recoya de Po- Sadas y el fardiy a) las Bh. " Bartio de Belen. las Esculturas en cl Monin Dit Canwen Maox El gusto estético es una cuestién con- dicionante para emplazar una de arte, también para valorar o denostar los mo- numentos del pasado, Si a las esculturas de los siglos anteriores les aplicamos los criterios y miradas del Siglo XXI, mu- chas de cllas nos parece ios. Un investigador de in decadentes, arcaicas © adefe la Fundacién Antorchas recorrid el pais en 1998 y catalogo mil quinientos mo- numentos como aniestéticos. No nos pa- rece valid aplicar juicios de valor sobre ias obras del-pasado que son en realidad hjetos leciones* y gue justamente nos mitestran-que-no hay nada estable o in- mutable en nuestras opiniones 0 creen- cias. En el devenir de la humanidad obras artisticas han sido olvidadas y luego te- valorizadas, respondiendo a la necesidad que tiene cada Epoca de identificarse con ciertas obras en dettimento de otras. Respecto al espacio estudiado, deli- mitamos una franja imaginaria desde La Boca hasta la Ciudad Universitaria, si- guicndo la ribera del rio y cerrando los limites de ese recténgulo virtual hacia el oeste con la Plaza Constituciéa y las Ave- nidas Entre Rios y Callao. Hacia el norte los limites los define el Parque 3 de Fe- brero, en el barrio de Palermo. En este espacio inventariamos cuatro- cientos monumentos y esculturas, inclu- yendo varios monolitos recordatorios como el de Candido de Lasala 0 el de Ana Diaz. Una vez delimitado el espacio tealiza~ os una secucncia de cortes cronolégicos Wy PopER los mismos estudiamos cada década, se- I que consideramos interesantes de analizar ionando los ejemplos de arte piblico de acuerdo al momento histérico. Una introduccién hist6rico-cultural contextua liza lo ecilicio, los espacios verdes y el arte publico. Las historias de los monumentos son sucintas, Cada una de ellas puede dar lugar a una historia pormenorizada y a li- neas de investigacion diversas en base 2 los datos aportados, Iniciamos el estudio de la ciudad a partir de Ja Segunda Fun- dacién de Buenos Aires, analizando el tema de la plaza americana y las primeras manifestaciones escultdricas. En cuanto a los espacios simbélicos, y su relacion con él arte y el poder, se conforman vinculados a la historia de cada barrio, a la funcién del espacio pu- blico ¥-a los edificios que los rodean. Se van definiendo dia a dia y es nuestra in- tencién continuar con el estudio de los inismos. ey Blegimos el barrio de\La Bocalaso- ciado al primer puerto, a la inmigracion -en patticular de otigen italiano-, a la G- gura de Quingucla Martin, y mas tar- dfamente al fitbol (por la cancha y el equipo) y al tango. Quinguela Martin es casi un mito bo- quense, fue quien desde lo artistico y lo social le dio una impronta tinica a este ¢s- pacio de la ciudad. Construyé la escuela, el muses, el Lactarium y promovié la for- macion del Museo de Eseutiuras al Aire Li- bre de la calle Caminito, apoyando ade- mas a los artistas bohemios y de escasos recursos. La atmdsfera de este barrio po- drfa asociarse a la de Montmartre en Pari EA. “Civic monumental sculpture” en Magazine of Art, agosto, 1933, p. 331 11 iituras al Aire Libre se earacteriza por los FE Museo de F en Ja calle Cannn temas vinculados al trabajo, la historia emay vinculs local, la danza y la musica popular, ete. ran cantidad de obras Quinquela don ticular e hizo donar un de su coleccién ps otras tantas a sus amigos artistas, I espacio simbolico unido a a bohemia y al arte asociado a Ia vida al arte por ean cotidiana, a la vida de la familia y de los trabajadores, a nuestras costumbres y nuestras tradiciones, Por eso cons peculiaridad que lo ha transformado en un atractivo turistico destacado de la ciu- dad de Buenos Aires. a La\Plaza San Martin|es un espacio en todo opiesto al de La Boca, Es un espa- cio simbélico asociado a la aristocracia argentina, a las familias de apellidos ilus- tres como los Anchorena, los Paz, los A- vear ya la influencia francesa que catac~ texiz6 a la cultura argentina desde finales del Siglo XIX hasta 1920. Rodeada por destacados palacios constmaidos por arquitectos franceses 0 extranjeros, como Alejandro Chirsto- Phersen, se conforma en un espacio de- dicado al poder y la historia militar, te Pocas esculturas ornamentales 2compa- fan los monumentos al General San Mar- llo 0 al Memorial de Malvinas, Todo apun- ta a Ja historia bélica, al poder militar ya la representacion de los ideales de patria, honor y libertad, La historia escultdrica del como centro una column monumengs sobre la que se encuentra la figura de ju, Galo Lavalle, realizada por el escultor y, liano Pietro Costa. EI monuments emplazado frente al palacio de la farm. Miré ¢ inicié un enfrentamtento simiyg lico, como el que se repite entre e! 4, morial de Malvinas y la Torre de lox 4, pleses o entre lox monumentos de Rey y Urquiza, en Palermo, Los edificios que se edificaron rodean. do a la Plaza Lavalle, a comienzos de ¢ glo XX, condicionaron el emplazamien, del resto de los monumentos y esculturs, que se asocian a las artes y a la justicia, Ei teatro Colén genera los homenajes de los misicos y bailarines; el teatro Cervantes 4 los actores nacionales y el Palacio de Justi. cia a los legisladores y juristas. A partir de la década del noventa el reclamo por la falta de justicia en nnes- tro pais, condicioné el emplazamiento de los iltimos monumentos como Memoria Abtiva y cl monolito con la placa por los Abogados Detenidos y Desaparecidos en ins Gobiernos Militares, En el barrio de Palermo, especifica- mente en el Parque 3 de Febrero, se en- cuentra el espacio simbélico de enfren- tamiento entre Federales y Unitatios, El lugar, en sus origenes, pertenecid a Juan Manuel de Rosas y suftié violentas trans formaciones luego de la derrota de Case- fos, cuando se dinamité el Caserdn y los Jatdines fueron transformados en un par- que publico, Nadie dud6 que los emplazamientos de los monumentos a Sarmiento y a Ur- quiza debian colocarse sobre los terrenos Mania pet Carmen Maa? de Rosas. A comienzos del siglo veinte se emplazé el monumento a Sarmiento so- pre los escombros del Caserdn y cuando se dict6 Ia ley para recordar a Justo José de Urquiza, en su articulado ya se esta: blecia que el lugar de emplazamiento s da el Parque 3 de Febrero. Tenemos que esperar a 1999 para que se emplace un monumento recordatorio Juan Manuel de Rosas, que por supuesto debia estar en lo que b terrenos per lugar central, ian sido parte de su ya no ocuparla un i] cmplazamiento de lo tos en este parque nos muestra claramente que las ideas y sentimientos antag contindan vigentes y por supuesto el arte publico no esti ajeno a la polémica y revisionismo histéric flejo de la misma. monumen mnicos sino que es fiel re Los monumentos conmemorativos y el espacio publico Un espacio 0 lugar publico se define como un ambito mantenido por las au- toridades gubernamentales, accesible a todos los ciudadanos para su uso y dis- frute. Muchos de éstos tienen un propé- sit6educativo: Zonas histéricas, jardines de museos, jardines botanicos. Hay otros que quieren mantener la naturaleza como reservas ecoldgicas, etc, pero siempre de- bemos tener en cuenta que la palabra p#- blico implica la presencia de la gente."® Pyblico es una palabra que deriva del latin populus, que significa perteneciente 0 con caracteristicas de Ja gente. Un espacio publico es, en resumen, un espacio de la gente y para la gente. Segiin J. B. Jack- son" seria un lugar donde los habitantes se preparan social y vocacionalmente para ser ciudadanos. El espacio en el que esta emplazado el arte publico no es casual, Las institu- ciones a cargo discuten en larguisimos ex- pedientes cual es el lugar adecuado pata determinado monumento.” Los cambios de me ntalidad pueden os ¢a nonumento sea retirado del a trasiadado de una ras de Lola Mora acio a hacer que un 1 piblico 0 s¢ Las escultu yadas para el Pal ad espacio ciudad a otra. originalmente reall , 1913, fueron eny ‘ucumin y Co Legislativo, ¢? las provincias de Jos radic ajuy, es y socialistas rrientes cuando es y sociali denunciaron la falta de meérito de las cua lidades artisticas de la escultora, Varias décadas después, el Congreso Nacional quiso recuperar infructuosamente las obras de la artista, pero éstas ya estaban integradas en el imaginario urbano y los gobiernos provinciales no quisieron per- derlas. Sélo el paso del tiempo y el inser- tarse en la memoria colectiva hacen que un lugar se identifique con determinado monumento 0 viceversa. En paises como los Estados Unidos y Francia hay numerosos trabajos publica- dos sobre la relaci6n del arte puiblico con Al paisajismo y la planificacién del espa- cio tarbano. Se forman comisiones para discutir y hacer encuestas de opinién an- tes ae colocar una nueva escultura en los espacios abiertos,"! Hacia 1984 en la ciudad de Los An- geles, Estados Unidi Poracion se 08, Una pequefia cof- de la mujer gle 108 indi jos por la historia tradicional, se > to8 dirigidos istoriadorcs, disefiadores urban 2s vi elaboraron varios proy por hi y artistas.” Ein la ciudad de Buenos Aires un pro- yecto semejante ¢s cl Parque de la Meng. via, que re! 1 rante el gobierno militar de los setenta, EI proyecto nacid por iniciativa de varios organismos de derechos humanos (Ma dres de Plaza de Mayo -Linea Fundado. ra-, Abuelas de Plaza de Mayo y la Asam- blea Permanente por los Derechos Hy- manos) y contd con el apoyo de legisla. dores portefios. En julio de 1998 el em. prendimiento se conyirti6 en ley y me- diante ésta se cred la Comisién Pro-Mo- numento a las Victimas del Terrorismo de Estado. Esta comision se encargé de tealizar el concurtso internacional de es- ae y actualmente supervisa su cje- cucion en terrenos recuperados al rio ad- yacentes a la Ciudad Universitaria, en la Costanera Norte. aallos devapasenidgyah, Para el parque se seleccionaron doce esculturas (entre 665 proyectos presen- tados) y otras seis se encomendaron a at- tistas de prestigio nacional, comprome- tidos con la defensa de los derechos hu- es hay dos monumentos instala- cee oe sera un espacio sim- naa ] ledicado a Ia década del se- ec. Stotia argentina, pero toda- ‘emotada su ejecucion. Los mmonumentos conmemorativos: Tipologia, funcién y calidad de vida ‘Al referirnos al concepto de monu- mento conmemorativo se debe tener en cuenta, a diferencia de un monumento arqueoldgico -que permanece como do- cumento del pasado pero no de manera intencionada- que el monumento con- memorativo responde al gusto y la men- talidad de un comitente que quiere pre- servar la memoria de un personaje o un hecho determinado y que tiene una ca- pacidad de recordacién intencional, que no tiene el monumento atqueoldgico. Puede tratar de imponerse, sorpren- der, persuadir, glorificar y educar al es- pectador o al hombre comtin que lo ob- setva. Por eso los recursos fisicos que se utilizan son nobles y siempre conllevan la idea de lo perdurable y eterno, ya que se proyectan hacia el futuro. El perfil pe- dagégico de los monumentos se apoya en el car4cter parlante de los mismos uti- lizando leyendas e inscripciones para que sea mas didactico y explicito. El ritual de Ja inauguracién, como una Murgia of- vita y su emplazamicnto urbano apoyan su caracter histérico y educativo.” Seguiremos a H. W. Janson” en su fategorizacién de los monumentos pu- blicos. Establece cuatro Categorias: mo- Humentos funerarios, monumentos pu- blicos dedicados a ideas 0 a hechos his- toricos; monumentos pes a politi- o 4. Wwe? Wiston cos ancipio del espacio arguitectinico desde of Barroco a nuestros das, Bucnos Cos, generales ‘y ivi 8, gencrales © a los hérwes efnicos y los Monumentos dedicados a los genios como fildsofos, poctas, cientificos, musicos, etc. De la primera categoria no nos ocupa- remos cn esta tesis, H. Jo motivo de varias de nuestras publicaciones, en particular el cementerio de La Recoleta®® compara- ble al de Pére Lachaise en Paris, Francia o al cementerio de Génova, en Italia. Respecto a los monumentos piblicos dedicados a ideas 0 hechos histéricos son, salvo pocas excepciones, creacién de la modernidad sobre todo del Siglo XIX cuando la ideologia del nacionalismo co- menzé a cobrat importancia, ¢Cémo estos nuevos valores se plasma- ron en formas visibles? Se tecutrié a la ico- nogtafia anterior. Historicamente este re- curso se utiliz6 desde la antigiiedad como en el caso del Cristianismo en el Imperio Romano, cuando se ttansformé el pam- pano pagano en el simbolo de la sangre de Gristo y el moscdforo griego en el Cristo de las catacumbas (buen pastor). Los escultores franceses como Chinard, David @Angers, Dumont, Rude, Dalou y Batye utilizaton las imagenes mitolé- gicas greco-latinas para representar al ge nto de la libertad y a\ pueblo francés. Ba- rye en 1832 realizé cl monumento que conmemoraba la revolucién de 1830, en el que reptesentd al pueblo francés como un leédn yenciendo a una serpiente. La 7 POUT. @ Nene? PM eB ve % QCAL0$ Aires, Nueva and fall of the public monument, pp. 2 a 52. 4 ~ perpetud en toda cas posteriores. reun riesgo al usar ima eso la Revolucion cos monumen- siempre s¢ €O" ores, por Leen realiz6 muy P' a 1 se detribaron las es Je la fachada de Nofre genes anter Fran 1 tos publicos. Si bier jeves de Ia facl con cuyas piedras se pen- onumento a la culturas y reli Dame de Paris, ent “ eee ‘ almente no se concretd el proyecto. Es dificil representar ideales civicos como La libertad, La revolucion 0 el Pueblo Francés sin caer en imagenes simbélicas anteriores. mb En relacién con los monumentos pu- blicos dedicados a los politicos, militares o hives civicos hay un antecedente tras- cendente en Ja escultura conmemorativa del Imperio Romano. Los emperadores se hacian representar de pic o a caballo, Ejemplos paradigmaticos son el Augusto de Prima Porta y el monumento ecuestre de Marco Aurelio, hoy en el Capitolio tomano. Esta tradicién desaparecié du- eee c=plesior en el Baroea, in ls tome 2 . las monat- quias absolutas se plasmaron vatios mo- Bumlentos ecuestres como el Etenne Falconet € tina de las Personalida- _ MP stadores ro. manos, tuvo conciencia de la import, de las imagenes. Hizo levantar vatigg = numentos como el Atco de Triunfy on Place de L Etoile, ex Ps cid ademés les mediante escultura nh Inj. is, entre otro. la costumbre de recordar, su conmems, : ada en honoe a Desaix quien lev6 4 cabo la conga de Egipto. Fn este caso lo hizo Tepresen. tar como una escultura colosal desnyy, que se ubicd en 1808 en la Pac de [, doires, aunque no sobrevivid 2 Ia caids ge Napoledn. Lleg6 a hacerse representarg si mismo como un dios griego, desnudo, por Antonio Canova, aunque esta obra nunca fue mosttada al ptiblico ya que hubierg producido un escdndalo, hoy se encuen- tra en la Apsley House, en Londres, genera rativas, por ejemplo la real Los monumentos conmemorativos que recuctdan a los poetas o filésofos ya exis- tfan en la Grecia helenfstica y en el Impe- tio Romano, pero esta tradicidn no se te- toms hasta mediados del Siglo XVIII. Uno de los primeros ejemplos, segiin Janson, ¢s el caso del monumento al misico Jorge Fedetico Handel, realizado mientras vivia Por él escultor Roubiliac (hoy se encuen- tra en el Victoria and Albert Museum, de Londtes), Fue encargado por el director del Vauxhall, especie de teatro y jardit donde se tocaba la miisica de Handel. Bl escultor lo representé como Apolo, com tuna lita, pero vestido con ropas de épomt ¥ un poco descuidado -una apoteosis &? "eli (como ditian los franceses)- citi" ea ome un dios, pero cercan0 ala Cotidiana por su vestimenta, eo oe 1775 el Conde Angiviller 2 © Por Luis XV, director de la A gemia de Pintura y Escultura Francesa, piden que sigamos t : § recibiendo ese mensa- decidid realizar una serie de esculturas je id plantean nuevas proble- fe s sul " is deseable que nos sigan tras- setimular la virtud y el pattiotismo. Pla- mitiendo sus men neé exhibirlos en el Louvre que est n un museo ? 0 Nos Jos grandes hombres de su pals, pata miticas? ajes? ¢Queremos que aba cn esos ideales sigan siendo los nuestros? roceso de transformarse ‘iblico (hoy las esculturas estin en Ver- Los monumentos nos enfrentan a esa sailles)- Incluy6 en la lista a destacados — opcién. Nos recuerdan la afirmacion de civiles como directores de hospitales ylos esos ic sepresentO de forma espontinea, tal cual se les estuviera tomando una fotogra- les del pasado, También nos pre- guntan, en realidad, si reafirmamos esos valotes o si son nuevos ideales los que ri- fia; por ejemplo al Director del Hospital gen los nuevos tiempos. de Paris, Huguenot, lo representé en el momento en que se enfrentaba alos hom- Frente a ellos tenemos que tomar la bres que lo iban a ascsinar. decision de saber cudles son los ideales ~) que quetemos afirmar. Nos permiten cri- En la ciudad de Buenos Aires se ha | ticar y dar las tazones para negar los idea- conformado un espacio dedicado a los | les pasados y nos motivan a preguatar- ‘guiios (en nuestro caso escritores) Ilama- | nos por nuestros ideales presentes. do el Jardin de los poetas, en el Rosedal de Palermo. Los poetas estan reptesentados Ademis de este cuestionamiento, va- de manera convencional como bustos 0 |rios tedricos consideran que los monu- cabezas, no tienen ese aire descuidado y \mentos conmemorativos mejoran la cali- cotidiano del que habla Janson. dad de vida del ciudadano y que huma- nizan el entorno urbano. Es importante reflexionar sobre ¢Cual es la funcién del monumento conmemo- Douglas Stalker y Clark Glymour” se tativo?, ¢Cudles son las diferentes inter- oponen a esta afirmacién, al menos en pretaciones o lecturas del mensaje que los Estados Unidos de Notteamética. Pos- quiso trasmitir en el momento de su rea- _tulan que muchas de las obras escultéri- lizacién? y ¢Cual es el didlogo que enta- cas, quizas la mayorfa, no son disfruta- bla con el ciudadano que lo observa en la das por el publico y que en realidad no actualidad? le dan a la gente ningin beneficio. Supuestamente el mensaje de un mo- Preguntandonos sobre este tema, de Aumento conmemorativo esrepresentaret si el arte publico es beneficioso © no para ideal de aquellos que lo han erigido, pero la poblacién de la ciudad de Buenos Ai- sucede que los monumeéntos sobreviven a res, realizamos una encuesta de opinion. a épocren que fueron reilizados yman- Estudiantes de Ja Facultad de Filosofia, tenen-ese-didlogo-en nuevas cifcunstan- Historia y Letras de la Universidad del clas'sodi 5 Salvador, Escuela de Turismo, en la ma- ceria del Arte Hispanoamerica- ron encuestas en los dad, durante a F y Angentino hicie parques y plazas de la ciue i el 2000 y el 2001. S afios: 1525 personas en- Sobre un tonal de un 78%, trevistadas, la gran mayoria, opinaba que cl patsimonio escultorico nejoraba la calidad de vida de los habi santes en la ciudad; un 62 % conocia la existencia de las obras, pero a pesar de que pensaban que tenian un mensaje para masmitirles desconocian cual era. En un 3% de los casos no las reem, Plazas, an que el tamafio de |p. ‘Atlan y obra considera era el adecuado para el entorn, Como conclusién, creemos una definida conciencia de la mye cia del arte publico para el baka in‘cindad como un elemento que qa ietalde ida sia conden eee 16s Gerores tescendentes pal cuenta, que e8 que son important Ge tivos turisticos tanto para cl vnsiemnes Gonilicomo, para €l internat caf ome

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