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Fichard Honig (1939)* Causalidad ¢ imputacion Objetiva** asin, La doctrina de la relacién causal en el Derecho penal se halla en la actualidad en una abierta crisis: Por un lado, Eberhard Schmidt, en su edicién més reciente del Lehrbuch de Lisct, ya no acepta que el Derecho vigente haga imposible la realizacién con. Secuente del principio dela equivalencia detodaslascondiciones, que caracteriza a la feorta de la condicién Ni siquiera porlare. gulacién legal de la participacién; antes bien, ésta,en verdad, no se referiria en absoluto al problema causal. Sauer representa una concepcién extremadamente distinta; como partidario de la teoria adecuada, sélo le atribuye cualidad de causa ala accién si ésta tiene la propiedad general de producirel resultado, pero, ala ‘vez, sefiala al respecto que “lo que se est explicando” ya noes la /causalidad, sino “un problema de naturaleza completamente dis- tinta, fundado teleolégicamente y orientado normativa y juridi- * Profesor de Derecho Penal que lo fue de la Universidad de Gattingen. “+ itat und objektive Zurechnung, publ. en Festgabe fr Reinhard von Frank, anne a Reinherd von Frank], t 1, 5.C.B. Mobr (Paul: Siebeck), Tibin-* sn, 1930, pp. 1745s. (En la pablicacén original, lasnotasde piede piginaesténau- tmevadas comenzando con nola en cada pégina; tambiénen ete cas se barespe- tado la numeraciéu original de cada nota. Las remisiones internas del autor sean tenidoen la numeracién original, para cuya comprensinsirvede guia lanume- racida de piginas acatada al margpo.) Traduccién de Marcelo A. Sancinetti.Revi- sién de Maresle D. Lerman. 1 Asi, las ediciones anteriores del Tebrbuc, des Deutschen Strafrechts, de Liszt; off, atin la 24 ed., 1922, p. 129, al euidada de Schmidt. . 2 Cfr Lisat-Schmidt, Lehrbuch des Deutschen Strafrechte, 25. ed., 1821, p. 160. Richard Honig 208 15 fans 8 ictamente, conforme a ello, la contrapo. camente’ 3 Tomada sre a ‘a ifs adecuatla queen per. sicin entre teoria delacondiciony sudiciales del fund men ya estaba contenida en los alegatos judiciales del fundador dela antigua doctrina de la causalidad, Antifon*—, sefiaiente yanoes sélouna discusién dentro del problema causal, sino que, antes bien, se refiere a los limites del dominio del concepto causal ent. Los puntos de vista contrapuestos ya no se pueden reunir bajoun “engaiiosocesede fuego”®: Elcuestionamiento gnoseolégi- co-critico ha llegado a la disputa en torno a la utilidad politico-cri- minal de las dos teorfas que pugnan porel predominio. Uno puede dar cuenta de los reparos politico-criminales mediante “excepcio- nes a la regla”; en cambio, no puede calmar las dudas gnoseol6gi- cas haciendo concesiones prdcticas, sino sélosuperarlas mediante tomas de posicién fundamentales. Se entiende por s{ mismo que, al hacer un intento en ese sentido, incida la esperanza de esclare! cer la disputa tradicional en torno a la doctrina de la causalidad misma, mediante una fundamentacién cientifica més amplia. © Ciertamente, tiene motivos para tal toma de posicién aquell que duda de quela teoria dela condicién pueda captar el llamado pro-- blema causal en su punto esencial para el Derecho penal. Siesta teoria—también segiin la: opinién deFrank!—actualmente: ‘yao esladominante, sino que, en sulugar, gana cada vez més terreno la teoria adecuada, es porque no se puede dejar de reconocer que, en la ciencia juridica, no solamente importa comprobar la rela. ciéncausal en si, sino, antes bien, poneren claro determinada pro- piedad, que secorrespondaa las erigencias del ordenamiento juri- dico, dela relacién entre accién y resultado2, ; Cle Sauer, Grundlagen des Strajrechts, 901, P43, Cf. Maschke, ie Willenslehre im griechisehen Recht, 1926, pp. 69 ss. Asi, sin embargo la doetrina domi , buch irdas Deutsche Reich, Breda ssn Frank, Das Strafgsee ‘ 7 oh Ofr. iepmann, Zinleitung in dos ‘Strarrecht, 1900, p. 47 ‘Frank, lug. cit, is eequelatecriadrlacsaion cola dems etic, lug. cit, p. 163, donde se di- 2 Aeste conocimi ete atanteeet ees me '8¢ sustrae siquiera el RG. teria dela ont eo -POF lo general el repre *tespecto dela cuestién de Causalidad e imputacién objetiva Aello se liga qu idari denaatrice ree basilar de la teorfa de la condicién se la*teoria” deberia primers die os casos-limite —aloscuales valor—, a hacer amplias restuie ‘poyonecesario y asimostrarsu lencia de todas las condiciones! Eeneceten nee delitoscalifeadl es". Especialmente en los casos de lel icados por el resultado, ellos recurren casi sine: cién a los criterios de la teoria adecuada?, Aqui, dond saa al ostulado de laculpabilided.con vindorasleee postul pabilided con su efecto regulador de la respon- sabilidad, se haceclaro queel sentidojuridico-penal dela salasiba objetiva entreacciény resultado no se agataen una hipstesis gno- segl6gica causal. Para seguir el ejemplo de Lisct?: (Deberta ser penado realmente A, por el § 226, SEGB, si el navegante lesiona- do por él, a pesar de estar fisicamente en condiciones de dominar las velas en correspondencia comlos cambios de viento, no presta la atencién necesaria, por la furia que le produce la humillacién ircogada por A, y por eso zozobra? También aqui se tiene que con- ceder que la “serie causal aparentemente nueva... ha producido elresultado sélo en concurrencia con la primera actuacién de vo- luntad” 4, que, por tanto, la primera actuacién de voluntades cau- lacctio libera in causa: En la sent del t 60, p.29(el conductor de un automévillse habia quedado dormido conduciecda su coche y comaconsecuencia de ello atrope- 1l6.a varios nidics) se dice que “la causa del homicidio y lesiéa corporal... ase ba lJaba en el atropellamiento, sino an el dormir por propia culpa, al cabecear y que- dare dormida, lo que no debia bacer”(p. 30). Por tanta, si en contra del principio dela equivaleneia de todas las condiciones, se puede encontrar la causa no euch atropellamiento —que debe-ser chasiderado, ciertamente, como causa, desde el punta de vista naburalistico—, sine que mas bien lo que importaes que elcondue- aietostabd en incapacidad de imputacién, cando, apesar de quel invadisel san: sancio, siguid conducieado el vebicala y por ella iota rela se dats “causa”, 3e caracteriza mm queunel srnelle gee a Re rue ha sido realizada librementey que, ramente causal; asaber:aquella conducta q ou ramen causal 2 Str nda gar ser fundameato dela rexponsabidad (5-2 respecta, infre, pp. 195 ss.). Estosa estd aludido enlo mas minimocon lateociade lacondicién. 7 C sobre estas restricciones, e0 Frank, lug.cit., pp. Mass, 153. \ Cf el panorama: 2 Gi Frank, lug. ct, pp. a 4 Cfe. Liszt Schmidt, lug. ct. p- 158. Cf Liset Schmidt, lng. , p- 158. 107 76 Richard Ho 308 eoria dela condicién. Del mismo modo ta se puede 0 lee que en los simples delitos de resultade Facto vestrictivo dela responsabilidad del postulado de laculy bilided subjetiva, que aqui vale en forma irrestricta, pueda cor. gir, en forma satisfactoria desde el punto de vistade politica-ju dica, una relacién causal que seguin la teoriade la condicién ‘de considerarse existente. Si, en caso de queA dispare ‘un tirocont Bcondolo de homicidio, se lo pena: porhomicidio consumado cua doala lesién en sino mortal sele sumé el incendio del hospital. el que Bhallésu muerte’, ello significa que se hace respondere saenelsentidod , porun resultado quesibiensecorrespondeasu plan,nose hap ducido en virtud de su actuacién de voluntad, sino de un suce independiente de su voluntad, casual para él®, Correspondient 177 mente: jdeberia ser penado por homicidio imprudente el. cazad que habfa alcanzado al cuidadorcon un tiro, siéste hallalamue teenel incendio del hospital?! Dado que la imprudencia, segin texto legal, se debe referir ala causacién (cfr. §§ 222, 230, StGE elelemento de la culpabilidad no garantiza una valoracién ace tada del acontecer®, si ya Ja causacién como tal no es sometida § Asi,Frank,lug.cit;p.14,y Liset-Schmiet, lug. nohay duda—sus explicaciones bajo I, 1, no estén refers ficados porel resultado. 158, entanto—dee las sdlo alos delitos ca & Por ellen mi opinién, sélo entra en consideracién una punicién por hon Cidioentado; pero para ellonohace falta eleconcepto auxiliar dela “interrupeiénc Rexocausal”(asi, Wachenfeld,Lehrbuch des deutschen Strafrechts, 1914, pp.91# sielconcepto causal de antemano se ajusta alas necesidades juridico-penales. I las consecuencias del mismo modo, Alleld, Lehrbuch des Deutschen Straffechtsyi ed. 1922, pp. 111s; von Hippel, Die allgemeinen Lehren vom Verbrechen im Str ‘ner Teil, 1917, p, 198: Una condicicn no es causa, siella ocavione el recaltasece mediante aquellos efectos intermedic } Cuya concurrencia reside fuera del ambi dela experiencia razonable", 1 A eck qisconfipuraciones de os casos basados en imprudencia en general nos oa isa as nel problema causal; de otro modo, von Hippel, lug. cit.;obviamente, si Dele nett Punicién slo porlesin corporal imprudente, * Delejemplo del texto, notas 5 é ; D l 0, ¥6, p. 176, se deduce que éste puede ser ele tainbién en delitas cometidos dolosamente, Con acierto observa Allfeld, lug. ci Causalidade imputacién obdjetiva 1. De otro modo, se dejaria i tomodo, que fuese suficiente, res- pecto de la reprochabilidad de laconducta, que el autor“hubiera podido reconocer en sila Posibilidad de la lesién moctal de un , lacuestion de“si Fase gravada porle cargadel destino, dolacent.celTMlucel ta Reich; . $4, p. 351, se muestra claramente én qué medida 1 jui- Gosabre la imprudeacia depende de a correcta delimitacién ic] fundamento de la responsabilidad mediante una valoraciéa dae trode las condiciones que producen el resultado. ‘Traeger ha demostrado de modo convincente que una valora- Gidn de esa indole sélo puede realizarse sabre la base de la teota delacondiciéa, Bs queel resaltaruna acciéa delasrestantescon- diciones concurrentes siempre ce liga al presupuesto de que, sin la accién, el resultado no se habria producido’. Sélo en relacién conelprincipio Seginel cual tiene que realizarse eseresaltamien- tose diferencian éntre silos diversos intentos que podemos deno : minar, resumidamente, teoriasselectivas:Las teorias dela condi- 109 cidn “més eficiente’, de la “preponderante”, de la “que suscita la - " existencia del resultado” han quedado sin influencia, porque com. partenel error de extraer apresuradamente conclusiones deal dez general a partir de presupuestes cieatificamente no funda. mentados, basados en opiniones intuitivas. Es diferente la teoria adecuada, que ubica la experiencia como principio de selecciéa. Reside allf un progreso esencial frente alas teorias selectivas an- tes mencionadas, en la medida en que la “experiencia” es un fae- tor fundamental no sélo de la concreta aplicacida del Derecho, si xno tambisa del acto de sentarel Derecho con validez general. Pe to lo que los partidarios de la teoria adecuada dejan en gran me- dida sin considerar, aunque no lo pasen por alto por completo, es p. LIL: También en los deites dolosos (puede) cabrar importancia la deimitaciéa correcta de la relacida causal” fim Strof- iDrecht, 1904, op. 38 33. 1 Ch 1, Der Kassalbegriff im Strof- und Zivilrecht, 1904, adenis tise rank, tug. 9-18 Lab, en Lege. amen, ted 192, 40; Baumngarten, Bemeriuagen zu Bindings Nermen, ZStW,t. 1, p.529. Richard Honig gy idn de ualguier valoracién-dentro de las condi- Ie ar eat el revllads ya reside fuera oe la significa- cidn exclusivamente ontolégica del conceptocausal, — dee ‘Ya ‘Traeger habfa subrayado que mediante la“exigencia de ex- plicarsélo aquellos antecedentescausales de condiciones que con- figuraron el resultado de modo diferente para la valoracién. juri- diea... se abandona, sin embargo, el suelo de ka pura considera- cidn causal, entrando en el juicio de valor juridico”!, Mas enérgi- - camente ahora Sauer?, Perosi, respecto de la pregunta relativa a 179 cual es el principio que, entre las condiciones necesarias, puede resaltar una u otra como causa, ya no se trata para nada de un. problema ontoldgico, sino que esta cuestién subyace, antes bien, auna apreciacidn de la ciencia de los valores, por tanto, si tene- mos que vernos aqui con un problema axioldgico, entonces, es im- preciso y encubre el micleo del asunto denominar a aquellas te tias selectivas como teorfas juridicas causales. Bn verdad, son i tentos por explicar los presupuestos que muestran la relacién causalentre acciény resultado como fundamentoapropiado de la valoracién juridico-penal. Nose trata a ese respecto dela prueba ~ de una relacién causal, sino de la valoracién dela ya demostrada como éxistente, La cuestién de la causalidad estd resuelta si se - comprueba que la accién—cualesquiera quesean las otras condi- ciones— fue el presupuesto necesario de la produccidn del resul- tado. Pero con este juicio sobre la telacidn factica entre accién y resultado no se resuelve atin la cuestign de si esta relacién tam- bién es significativa para el ordenamiento Juridico, si satisface les exigencias delordenamientojuidico ‘ _ Siuno reconoce este doble interrogante, i sin embargo, de darle al problema causal ape a “ado”. Sila funciGn mds elemental del entendimiento hence, derealizar asociaciones causales”!, ha resuelta que con la supre. sién de la accién tendria que desaparecer también el ieaolindo 1 Asi Traeger lug.cit,p. 42, CE. supra, el testoal que correspond lanota 3,p.174 . Ash MLE. Mayer, Derallzemeing ‘Tl des deutschen Strafrechts, 1915, p. 140, Causclided e imputecién objetica Seneca no hay que gastar ni una palabra més sobre la causalidad. Ant bien, ol juicto ceusel, ¢ ‘cio ulterior euténomo, se leaerese al de la imputacién objetive?, que tiene que revisar la casetige axiolégica, a saber, la significacién de la relacisn causcal pare el ordenamientojuridico, medida segin perémetros queestdndados con elordenamiento jurtdico mismo}. Un giro significativo hacia esta constatacién se halla ya en -1906, en GrafzuDobine. Ensu ‘BeitragzurLehre von der-adiqua. 2 Sobreel uso del concepto de la imputacién cbjetiva (por coatraposicién ala “imputaciga subjetiva’)en la Geacia del Derecho penal del siglo mx, &. Larens, He. gels Zurechaungslehre und der Bear'ff der cbjektiven Zurechnung” 1926, 0, 60,con nota 2, ¥ . 70, con note 2, (El repaso de la restante biblicgraiia de ese Wempo ro aporta nada eseacialmeate nuevo.) Ada boy, el concapta de la imputacicn objetiva no se puede evitar incluso exa otro punto de vista bisico, completamente distinta, sobre [a esencia de la accién, a saber, el de cencias natural-mecanicistas: en parte __ #5 usado como equivaleate de la causalidad; asi, van Caller, Strajrecks, 3. ed, idadelavoluntadtienequeser...condicndel resultado (im. ala imputatio iurisy’; Lobe, lug. ct, p.35:"Hay que distinguir entre imputacién (cbjetiva) del resultado a la cousc (imputatio fecii) imputaciéa (subjetiva) a le cxlpabilided (imputatia tris)” Contra esta termialo- elahay que objetar que bajo imputacisa” silo se puede entender la vinculaciéaen- / Sreun acoutecer yuna persone. Bueste sentidose puede entender!a ormiulaciénde juris)" Acettadamente, sultado producido ao es imputable al antor, por falta de relacién causal” (porelcon- texto, aqui sélo puede estar alndida la imputsciéa cbjetiva). ‘Tambiéa el StCB emplea el concepto de “imputac” no sdlo en el sentido subjeti- putaciéna la culpabilidad: §59, sino también enel sentido objetivo, comoanel 450: Imputabilidad de creunsancias de hecho al merecimiento objetivo de pena de laacdéa. 1 Espero la objecién de que [2 ley misma sélo exige un “causar’; p. ej, ealos $222, 226, 290, SEGB, seguin lo cual, desde el puntade vista objetivo, ella se satis- faria con la causalidad. Pero nosofres hemés sostenido también en otros casos que esoqueel egislador, siguiendo el uso sintética delleaguaje,resumeenune palabra, se descompane cientificamente, en forma analitica, en més de un enccepta(p.e.,¢l elementi del hecho “sustraes”, en el § 242, StGB). Pero, después de las explicacio- nes de Traeger, lng. eit, pp. 45s., 7 de Bierling, Juristische Prinziplenlehre, 3, 1905, pp. 36ss., yanose puede discutir seriamente que la pregunta de siallesis- ladar lea dada ala palabra ”causac“ on sentida especial le corzesponde nosélouna jastifcaciéa existencial, sino una significacién de range superior 180 ee ard Honig ten Verursachung"[“Contribuciéna lateortade la ecruaai lea ode. cuada’]®, Dohna parte de que el concepto de la posi jae a jeti- va, en el que se basa la toorfa de la causalidad adecuada, no a ningnin lugar “junto a la necesidad, que es afirmada conceptual ; mente dentro de la causalidad”. Pero “algo explicado como causal por sunecesidad para la produecién del resultado no {podria] pa- sar al mismo tiempo como no causal, por carecer de aptitud gene- ral para producir tal resultado”. Deaqu{ se seguirfa que el proble- -ma dela adecuacién de las causas “no puede ser dela misma natu- yaleza” que“lacomprobaciéndelavinculacién causalentre dos su- cesos”. “En realidad, siempre que se pregunta por laadecuaciénde una condicién del resultado, ya esta concluida la consideracién causal y comienza una forma de consideracién de otra naturaleza, ~ que ha de decidir sobre la imputabilidad del resultado”. Sin embargo, no puedo seguir a Dohna en quese pueda extraer” directamente de la obra de Traeger “Der Kausalbegriff im Straf- und Zivilrecht” ("El concepto causal en el derecho penal y civil”) una confirmacién perfecta de esa concepcién del verdadero cardc- terdelallamada causalidad adecuada’. Concedo que Traegercon- sidera posible realizar la seleccidn entre las condiciones que fa- Vorecen un sucéso sélo segiin aquellas consideraciones “que seha- lan fuera de las factores conceptuales de la causalidad, en el sen- tido dela teorfa delconocimiento”4, Traeger fue aun mdsclaroen las explicaciones sobre la omisién: “Declarar causal a la omisién misma es un contrasentido”. Slo en un sentido trasladado por ex- tensidn se puede hablar—dice—de causalidad dela omisién; pe- a salon seria “hablar, en lugar dela causalidad dela omisién, de ie a canada orision con Telacion a cierto resultado, és de- oe on ugar de una omisién causal, de una relevante”! in embargo, de este modo Trae er del ‘1 ‘i : sal, aunaformade considernas Ser pasa dela consideracién cau- ‘acisuidistinta, es decir, ala imputabi- 2 a 4 5 ss. MSchrKrimPsych,, a0 (199 ano 2 (1906), pp, Ast,Dohoa,lug.cit,p.aag, Chr. Traager, lug. cit, p. 116, Cle. Traeger, lug. cit, im Straf-und Zivilrecht, gia ge 13, pp.205, D8 Problem der Unterlessungsdelihie Causalidad eimputacién objetiv, a lidad del resultad : lo. Pero él categorial y significacis no toma consciencia d i aohabria omitido cian del uicio de imputacién, a propiedad éde impuiacida en'sa pt aquel aastodo en el cual se alr tadel juicio causal. propiedad especifica bisicamented slid Pero Larenz sinos conduce reci “ste somas allaen esa dieaciin, Basandeclenna uncotsiderable objetiva en la teoria dela i lo elconcepto de lai ee @laimputaciénd 2 A mputaciéa mente los fundamentss filosdfi in de Hegel”, explica prim tos se hallan en el concepto A sete concepto de implatacién: 6s. pagina de eller an espontaneidad de Ionocondiiodiide? Easevad oo aaquél de personalidad rs gico dela imputaciéi eo! a pasaa mostrarel cardct: ae ca de la imputacién cbjetiva, coal cual ertaleale: Ematacién entre el “hecho” yelacontecerca lavease obtiene lade- es0, tambiénun panorama val catia oan De miésalléde va isa” 7 ivo sobreelconcepto de“accién” in lo que sigue dej: eee tre eee leit sarvollado por Larenz 2 partir dela a ee vensealeaty de que necesidad de la naturaleza SE anol Solis elconcepto causal y el de fin, ad ear deeste moddala yer one Acqua biredutamos deat rer del punto de vista 0 nuns base Aipeinee Pt que defenderemos en lo quesi i precisamente derivar el concepto i Se ie pendientemente de toda peste Seay Sed es pas eerie one ea dela torts general ‘elbow partir de esto obtendremos primeramenteel mismo resultado ee ie nz, enel sentido de quelateoriade Jacausaciga adecua- la ab ea un problema que puede ser resuelto sélo por medio de una teoriade la imputacidn, node una teor‘a causal. Esta consta- taciénnos conduce ademas a acentuarlanecesidad de agregar almenteindependientedel jul juicio de imputecincuitonomo, tol 2 Bn su trabajo Hegels Zurechaungslahee und der Begriff der obektven Z8- rechnung, Leipzig, 1927. ‘ Cf. Larenz, Ing. Gt, pp. 45 8450 + Alcpeta en parses, Eaene, ug 0-57 13 182 Richard Honig 114 ciocousal. Recién al leg td abierto el camino para yosobre la imputabilidad o mo fructifero, también para e! ar al conocimiento de esta necesidad es- esclarecer aquel principio que es decisi- bjetiva del resultado. Se mostrard co- | problema dela participacion. —mt— En el intento de mostrar la propiedad especifica del juicio de imputacién frente al juicio causal, hay que partir del hecho deque eljuicio deimputacién presupone, como puntode referencia de un resultado, exclusivamente una conducta humanaenel sentido de manifestaciénde voluntad. Se podriaobjetar que también las teo- rias causales juridicas buscan mostrar el cardcter causal sélo de acciones humanes?. Pero ello no reside en el concepto de causali- dad, sino que sélo se funda en suaplicaciéna la solucién de asun- , tosjuridicos. Pues todojuicio causal tiene que partir dela equipa- racidn bdsica de la accidn con otras condiciones, dado que “obvia- mente... toda modificacién es la consecuencia de numerosos fac- tores”?, Causa, en el sentido filoséfico general, noes un suceso, si- no Ja totalidad de todas las condiciones, y recién la cuestin desi integra las condiciones del resultado también la conducta huma- na que se estd enjuiciando, le da al juicio causal el giro especifica- mente juridico?. Elsegundo punto de apoyo para restringirel conc s loséfico lo ofrece el resultado. Laleylo fijacomo en ene 1 Muy claro Xra juristi snr Fon IS TT 99 a eal ere rps Sct iin 288, 5.3 ‘otros, los juristas, no buscamos la causa, ? Asi, Prank, lug. cit, p. 11, 2 Gi, sobre la derivacié : cid del con juridi ‘ Finges Lehrbuch des Deutschen Strajrech ote cee = Parrida) loedfico, Cf Lobe lug. cit, p. 36. i. * Chr Bierling, uy St, p.31; MLE. Mayer, ng. oi Ts. 8, hug. cit, g-Ck, pp, 11 117s. Causalidad ¢ imputacién objetiva 115 practicamente, el punt 4 ‘ ‘ Bruen gee ace ora ren iden elacéndeefaioconura conducts fomanectigeie ic pregunta de si existe i6 é mime minado de esa forma. _ fount eae ea Uo la responde inequivocamente la tase dela cond i“ feta medida en que, conforme aalla, a relacée cacao ene resultado esti dada siempre que la ccciin no puedseer cnn da mentalmente sin que desaparezca el. vesultad Pera comet . mos con Max Ernst Mayer en que para este co! papa E falta una tecai i mocimiento no hace 1a teoria, en. que, al contrario, deesa forma el “problema"d: larelacién causal es negado”, Sin embargo, iesoue se conoce deningtin modo, desde nuestro puntnde vista, quecunlguier rele ciGn causal sea relevante’; pues con lacompedbacién dona cela cidn causal por si solano se hace justicia con la esencia de la con- ducta humana, en elsentidode una manifestacién de voluntad. La conducta, como manifestacién de voluntad, al contrario de los nu- merosos factores restantes, es algo originario; un “poner causas conscientemente”, un “acto cuasi-creativo"’, unairitervenciéndel entendimiento humano, adecuada a un fin, en los procesos de la naturaleza y, entonces, una manifestacién teleolégica. Silarelacién con un resultado, segin el punto del que nosotros partimos, ha de estar signada por el concepto de imputacién obje- tiva exclusivamente en actuaciones de voluntad, el contenido del juicio de imputacién dependerd de la originalidad telealégica de Jas actuaciones de voluntad humana. Veo esta propiedad teleolé- gica suya, de la que hoy mucho se habla, en que aquéllas son el medio con el cual el hombre realiza sus fines mediante su inter- vencién en los pracesos de la naturaleza, somete la naturaleza a sus fines. No hace falta mencionar que su poder encuentra limi- tes. Pero en tantoe! hombreseacapaz de preverlos efectos deuna " conducta determinada, y én tanto sea capaz, ademés, de producir 2 “VE Mayer, lug. cit, p. 14L 3 De otro moda, ME. Mayer, ing. cit, p. ML i - 4 Cf. Bierling, lug. ct, p. 48; ademds, también las fosas observaciones so- beeelsiguicadacreativa del prosesosde voluntad, de Wlbem Wade, Vlterp- chologie, I, Das Recht, 1918, pp. 288s. 116 184 Richard Honig onducta correspondien' teo de evita: es mediante la conducta contrapuesta, en esa matlide sleanaar’ ‘| posibilidad de su autoria yen tanto y en cuanto él sea “n lool primer eslabdn de una cadena de causas y efectos, sinosayt a pio configurador”}. Pero, precisamente por ello sucon _ a ee deser vista como manifestacién de su voluntad, orientada a fines —considerada también objetivamente, es decir, sin tener en cuen- estos efectos mediante la ct ta aquello que él quisiera de facto—*. Y dado que precisamente el intervenir en los procesos de Ja naturaleza conforme aun fin con- figura la esencia de la conducta humana, el estar objetivamente tenido por un fin es el criterio para la imputabilidad de un resul- tadoy, con ello, también para delimitarlo del suceso casual®. Con. forme a ello, es imputable aquel resultado que puede ser concebi- do como propuesto como fin. 1 Asi, Larenz, lug. ct, p. 67; cfr, ademés, Bierling, lug. cit., pp. 63 ss. En la rhisma linea se dirigen las investigaciones de Kriickmann: En Verschuldungscuf- rechaung, Gefthrdungsoufrechnung und Delikisfthigheit Jherings J. t.55, pp. 1_ 5.) élhabla dela posibilidad de “dominio teleolégico" del proceso eausal(p. 40), del servirse del movimiento ajeno por medio de movimientos propios (p. 44) y de la cal- culabilidad como elemento “para poder representarse la dependencia del movi- miento ajeno respecto del movimiento propio al servicio del fin, del resultado” (p. 52), Pero ami me parece que la unificacién de la “calculabilidad tipica con el eélcu- lo individual" no puede caracterizar completamente la utilidad de una “teoria del ‘movimiento ajeno dominado” (eft. Kriickmann, en ZSiW, lug. eit: pp.353, 361), da- do que la posibilidad de 1a produccién de lo calculable es un factor autdnomo even. cial para la valoraciéa de la conducta, spar uutulterioc expicacién deesta forma de consideraciSnobjetiva se pue dehaceruna remisiéna Larenz, lug cit, pp.67ss.;pero sea destacadocomocsencial “Pormediodela capacidad para proponerse fines yrealizarlos, de darle al curso cau, salla dirwcciin aun Gn quid lejano, pero conocido querid, de hacerlo fructiero la ‘iltuntad dominael acontecer de a naturaleray lotransfermaen el echo propia. Ast el hecho se nos presenta como una totalidad teleolégica, es decir, como una rela riltiple entre causas y efectos, que es regido por la voluntad mediante la relacién czneln Color ae, ninputacén comojuiciosobreel hechonoesun juiciocau- ino uno teleolégico. Séloque no se del ir aqui i i aus hay que once ohietvarens er dacs woe oan esamente sno i a rar i22r la contraposicin entre imputacién ycasvalidad, Larenz, Ing. cit., PP. 61,76, ysobre el valor de te ui Benn, ZS lag ct ye es ara causal que pueda exeluriocesual, Keack Cousalidad e imputacién objetiva 17 Podrd ser evidente que co valor sobre el autor coma tal, as est reg 2 responsabilidad porsucoaductay sot ale ee een resultado. Pues atin no se ha dicho ~Y, $51, ala vez, tampoco por al siguié al resultado intencionalmente, ‘lemon ae Stelautorper- loprevis; por tanto, nadaacercade me aa oinelusaséla * resultado. Solo se ha expresado un jui eaciones psiquicas con el juegar desde el punto de vista pr esllerpa 'eposibilidad —a gica de laconducta con el resultado, sobre | ‘i we ela teledls: tebilidad del resultado, para alguie ag ueabeidotoen. cuestién. " iguien que esté en la situaciénen Por tanto, aunque este juici 1 juicio nos actuales del autor, si en sus eee nee Beye gure tuales y psiquicas—. Es de i eaipotancie|es anteles E qual .. Es determinante la cuestién de si mediante suconducta, enconcurrenciaconlos fe ——— rade si mismo, pudo incidirenla produccién del ee eee. evitaciéa del resultado, Pealnoeainy hace cee ta disputa de los partidarios de la teoria adecuada es esd: tiene que ser.calculable i fam ghsceres: que el resultado, si para el autor, el observa- dor objetivo o el hombre mas entendido—, no podria haber k a dentro de la téorfa de la imputacién objetiva. Si aquella dispute se debea que lacuestién de lacaleulabilided, segin su naturale- za, es iedrica, y, como consecuencia de ello, admite un punto de * vista distinto, respecto de la imputabilided del resultado se tra- tadelacuestién prdctica més amplia dela posibilidad objetivade laconducta de perseguir fines. El contenido de esta cuestién, la alcanzabilidad de un fin determinado, hace que todo factor de la situacién de hecho aparezca comoesencial, conlogualelcentrode gravedad de la decisién no se ubica en la generalizaciin —como enlateoriaadecuada—', sinoen lasingularidad del caso. Parala expresa alin un juicio de 185 1 Alrespecta seria decisiva paraelcaricterdecausa de laconducta humans, ca regularmenteal talcoma slo formula muchas veces, la cuestién dasiella “prod resultado que sctd en cnestisa’ (as, van Calker lng. t, 26) st elcarso causal es caracteristica(-oypiseh' (ast, Labe, lug. ct, p. 40). Pero este criteria es inadmisi- ble, Pues en los casos ajustados a lo regular, co 's de modo caracteristicn, la relacién entre conducta y-resultado aparece come vidente; para elosnobacs falta ‘ana teoria;yla pregunta porel cursacaracteristico nose ajusta a loscases quesea" recen una sola vez o rarameate, para los cuales precisamente buscames wn apoyo 118 Richerd Honig 186. respuestaa la pregunta de sila conducta que entra en considera- cidn habria podido ser realizada conforme a un fin para alcanzar oevitarel resultado producido—la conducta activa puede sercon- siderada como medio para alcanzar el resultado producido; la pa- siva, como medio para no evitarlo—, no se debe prescindir de nin. guna circunstancia dele situacién de hecho concreta.“ ‘Es determi- nante” —tal como ha afirmado Liszt desde siempre, a partir desu punto de vista, como representante de la teoria de la condicién— “siempre-la configuracion efectiva, aun cuando sea inusual, del cursoenel caso particular”, La cuestién de si, p. ej., lamuerte del sobrino alcanzado por el rayo puede ser atribuida al hecho deque, durante una tormenta, A envia a su sobrino, 2! que quiere here- dar, a una colina cubierta de arboles altos”, depende de si uno tie- ne que considerar esto como pura casuelidad, aun cuando se co- rrespondiera al deseo de A, 0 si uno puede hablar de que A se ha / aprovechado de la fuerza natural de la tormenta. Siacaso se hu- biera:podido observar que la tormenta, en esa época del afio, pa- saba sobre esa colina y descargaba alli sus rayos, entonces, se ha- bria podido contar—siguiendo reglas de viejos campesinos—con - otras repeticiones. Recién entonces la pregunta se podria contes- tar en el sentido dela segunda alternativa; me parece dudoso que se lo pueda resolver asi mediante la teoria adecuada. Del mismo modo, el interrogante de si el resultado puede ser concebido como perseguido comofin lleva a decisiones inequivocas, y, por cierto, 2 lanegacién de la imputabilidad del resultado, si, p. e., por culpa del cochero los caballos se desbocan, un peatén se arroja contra ellos, es attopellado y se quiebra un brazo; igualmente, si el due- enla teorta. Si, p.¢.,elconductor de un automévil dobla a laizquierda precisamen- teen el momento en el cual otro quiere sobrepasarlo, y el otro entonces dobla tan fuertemente que vueleay pierde la vida (cf. RGSt, en Leip2ZADR, 1929, p. 1148), s6- lo se podria hablar de un curso caracteristico si casos desgraciados de esa indole *parecieran frecuentemente, lo que noes cierto, bien si, can ello, se quiere carac- ‘erizar el peligro ligadoen general al transite automoriz, con lo cual no se tendria sncuenta, empero, la particularidad del caso, p. tbe Chsp.e).la 18ed.delLehrbuch (1912), pp. 135s.,yahorala25.ted (1920, 2 Chr Traeger, lug.cit., p.8. Causalidad e imputacién objetiva 29 fo de unacasa ha omitido ech A fede cos, un peat abil steals sobre la helada del fren- propia culpa, es atrogellado? Tabi llo sobre la calzada y,sinsu determiaads fuer des am iéa - Aincita a Ba realizar vegacién que organiza esos viajes oe sabe que la sociedad dena- Mebane mepuegatadlaar yates met ee como consecuencia dela ineptiud martina Siu quiere diya dal ase vida sean ld Ne ee estos casos deberia quedar claro te, e0 sdecuata', ealonces, en ee suit’ eaten deat ee relacién objetiva del autor conel resultado, zi punto cota] dele eaewente con el del *downinio” del curso eausal Per iaaeanea Se ee ctu allad 7 code fepclscin, souacedla constatacién esencial, claramente formulada orl ooo 8 aquiestden discusién ‘no aposiiidad de SE aee asad sola Jeawdominis porla voluntad”. causal deer Ta ntroduccién del concepto de imputacisn objeti as{ justificada desde el punto te eae, ete aencs conceptofuridico categorial se egitimaen Tessa de queel Derecho se dirige exclusivamente ala voluntad, como fundamento copie tual dela conducta. Hs que el Derecho és ordenamiento dela con- vivencia humana sélo por el hecho y en la medida en quela con- ducta humana se puede determinar. ‘ste cometido leses puestoa Jos mandates y probibiciones, que se dirigena la voluntad huma- 2 Bjemplos de Mascike, lug.cit, p81, allteon soluciéa opuesta. L Habria que decidirde modo opuesto, segin' el principio derivadode| lateoria. adecuada —siguiendo allfeld ya‘Traeee gor Kabler, log. cit p 197:"Elence resultado oo se convierte atinen anormal por denamiento de una condicén cont elhechodequese predozra por a ntermediaciénde m tercero queactia sin culpa bilidado impradentemente". ero a distancia entre osejemplos dados alrespeco por Kabler(elmédico prescribe veren® porimp 2 ta, elenfermero advierte =st0, Po yeno al enfermo jmprudentemente’ hiere aB con dolo de homicidio, ra pave creer alcazador do, Mee a Bean ola nanny 0 (Al sabe, se encuentra C)y los expuestos @n eltexta muestra Ue aquel prindple estd cance bide de modo demasiadaarnplio. 2 Cf Larenz, luge, p63 120 - ducta que se halla en el Ambito del 188- Richard Honig jnfluida por ellos. Pueden exigir de él segin la experiencia general, pueda ser aa lavelanad| emai, expresado ect mn pueda serleexigidaal hombre. Pero coe mel bee = _ page give posible observar. En consecuencia, los mandatos pueden exigir la produccién de un resultado deseado por el legislador; las prohibi- ciones, la evitacién de uno indeseado por el legislador, sdlo en la medida en que su produccidn o su évitacidn le sea posible a quien sehallaen lasituacién presupuesta por el legislador, por: tanto, un resultado que él pueda prevery, entonces, también produciro evi- tar. Conforme a ello, llegamos a la consecuencia, también a partir del punto de vista de los contenidos de los preceptos juridicos, de quela conducta humana causal del resultado es juridicamente re- na, porque solo ésta puede ser - levante sélo si, respecto de la produccién o evitacién del resultado; puede ser concebida coms en pos de un fin. Recién con la finalidad objetiva! que se agregaa la causalidad esta dada la base, seginlo anterior, para la significacién juridica de la conducta humana?. Que Bierling considerase la accién u omisién como causa sélo en la medida en que fuera “expresin de potencia espiritual”?y que ~ von Rohland caracterizara la voluntad como “la tinica causa que el Derecho reconoce como valiosa”‘, se puede reconocer acabada- -mente como sentido inherente esas formulaciones, sélo desde el punto de vista de la posibilidad objetiva y también concebible de la conducta de perseguir un fin’, Asimismo, se pueden entender sélo desde ese punto de vista formulaciones de Binding tan parti- culares como enfaticas: “El factor de la voluntad nunca puede 1 Cf, sobre el concepto de fin como ipio objeti : sobre el ca 1 como principio objetivamente valido, precisa ‘menteen relacién on ‘procesos en s{coucluides” (como los que deben constaecarlos centenidos de les preceptos juridicos), Wilhelm Wandt, lag eit, pp. 285 ss. 2 Respectode a repercusién de " Gidad dela conducta, véase infra 196, neg vistasabrelacuestisn dela tipi- * Cir. Bierting, lug. cit, p.52, + von Rohland, Die Kauscllehre de: ‘ 2 Strojrech " 4 Fon tutor en Kausalzusammenhang, Handely nat) troetP: O0i eft. también el : Handeln und Unterlassen, en VDA, I, p. * Cf, al respecto, esp, vo Rohland, Kausallehre, pp. 10 ss. (16) Causalidade imputa mantenerse lejos del concepto de ca idoj voluntadessiempre, ensentidojuridica laces ot dicmyesta guna concurrencia, Toda accién halla sucausa distahene a tad de actuar, y en ninguna otra cosa”§ SBis fils Con ello nose dice, sin embargo, que! E 20, que toda no produccin i table del tesultado mandado o toda no evitacia impaenmet prohibido haga responsable, Actesbien, éste es elcase pete conducta imputable es también antijuridica y reprochabl Pe _ sdlo se puede hablar de antijuridicidad y reprochabilidad de a conducta si existid la posibilidad de evitar el resultado rohibide olade producir el mandado. _ -m— Asi como los representantes de las teorfas selectivas afirman un significado de su punto de vista que va més alld del problema causal, asi también se impone para nosotros la cuestidn deeaqué medida el concepto de imputacién aqui desarrollado afecta fa ba- se objetiva de las teorias generales del delito. 1—Enloinmediato se trata de dilucidar, desde el punto devis- ta aqui adoptado, la cuestién de la “causalidad dela omisién”.Al respecto, hay que separar de antemano los preceptos juridicos que,comgmandatos, exigenunaconducta determinada; Pues da- do que la infraccién: a esos mandatos s6lo es posible mediante pu- ra omisién, las infracciones al mandato se plantean como pures delitos de omisia,en los cuales no integra el tipo un resultadose- parable de la omisién, perceptible por los sentidos'. Conforme a ello; sdlo restan aquellos preceptos juridicos que, como prohibi- ciones, exigen laevitacién de un resultado indeseado porellegis- lador. Aesas infracciones a probibiciones él les da—en tanto ‘s configure tipos alternativos’—la forma de delitos Sparen e éstos son, a la vez, delitos de resultado, entonces, maisct «Binding Die Normen und ire berteting 24 ey 191E eS Gfx, al cespecto, entre otros rat Schmiat lug dt, pp 86s. Traegen Ut lerlassungsdelikte, pp. 105. 2 Clip ej. $5 123, 222, StGB. 122 190 Richard Honig cient i6n del resultado indeseado mediante inactivi- anente ee asu produccién mediante una actividad po- sitiva. Ahora bien, la cuesti6n desi tal inactividad puede ser con- siderada “causa” del resultado es —como se sabe— sumamente discutida: Con seguridad, Ja causalidad “no es sélo una relacién légica, sino también empirica, no sélo una relacién fundamenta- da en nuestras leyes mentales, sino también en hechos"’. Tam- bién con seguridad, esta relacién debe ser concebida como rela- cién de efectos‘. Pues sélo un llegar a ser efectivo nos explica la realidad, porque ésta —seguin su sentido literal tiltimo— es con- cebible sélo como efecto de lo precedente?. Por eso, el efecto tiene que ser representado como necesariamente dependiente de la causa, “con la realidad dela causa... [tiene que estar pensada] co- mo dada necesariamente la realidad del efecto”. Si uno concibe esta dependencia como una dindmica, seguin la cual el efecto sur- gedelacausa, por medio delas fuerzas que devienenefectivascon.’ Ja causa, entonces, uno tiene que llegar, sin embargo, a una sepa: racién tajante entre la causalidad del actuar y la del no actuar; pues en contraposicidn a las fuerzas originadas por el actuar, el quedar inactivo tiene sélo el significado de permitir que las fuer- zaseficientes sigan su curso’. 2 Asi, Sauer, lug, cit, p.414. «Sauer, lg tp 415:“Certas magnitudes, fundadas en los ech que se nos presentan como las que producen las modificaciones se corresponden & aueztrasleyes mentales~ Ari el efeco es cncebido como uno ajustadaa eyes" Cfr. también Lobe, lug. cit, pp. 35s. Loque Genamer, Der Begriffdes Wirkens, 1903, pp.9s.,aduce contra la idea de una relacién de efectos, noes convincente; pues pri- meramente no es correcta que el eancepta de efecto provenga de la experiencia; pe- rest medidas insfcients paral explain, porque, respec delas mv oy el cue: Peck neers * maictng and fem enel espacio sideral, no se trata, ciertamente, de datos ' Esto, también contra Lie} inleitung i; 2, < pmann, Einleitung in das Strafrecht, 1900, pp. 51 tadendela"epeodenca cesar eexplca coma debidal ‘ies dslanecendad vineul: yes”. Peroesta icacié mune calla a pregunta porlaclse dela for Asi, Liepmana, lg. cit, p. 48, 2 Del mismo modo, entre ot 7 rechiskommission, en ZStW, t 35 p50, ae Unterlassungsdelikte und Straf- Causalidad e imputacién odjetiva Sinembargo, hoy deberiaestar reco tro a no puede preten: efectividad de la causa misma. Ha de expresar sélo nu i delarazon dela modificaciéa. Sélo quell concepto seal dole raqueel resultado tiene que ser pensado como debido alga’, p2. ro no “qué es 0 cdma esta constituido este algo subyaceate”!, Paty recién entonces él es, de hecho, slo una “vinculacién lgico-gao- seoldgica entre dos datos”>, Con éste su significado es completa- mente compatible laidea de la causalidad de un quedarinactivo. Pues si para afirmar lacausalidaddeuna actividadbastacon que _ ella no pueda ser suprimida mentalmente sin que tambiga el re- sultado desaparezea, una inactividad tiene que poder ser carac- terizada como causal, siuna actividad contrapuesta aaquéllaha- briaimpedido el resultado’, Pero precisamente si nosotros vemos la preferencia de la teo- riadelacondicién en que ella, para la causalidad del quedarinac- tivo, no es menos un “principio heuristico”! de lo que es para la causalidad del actiiar, tanto mas creemos tener que referiracs 2 que, con el juicio causal solo no se roza atin en absolutola cuesti¢a que restilta decisiva para el quedar inactivo, Se puede hablar de una causa en sentido juridico sdlo si elno actuar —al igual que el actuar— tiene el significado de una manifestacién de voluntad. La causalidad del actuar presupone en la misma medida que la del no actuar “libertad de actuar, la posibilidad de actuar de otro modo”2, Pero, en relacién con las razones por las cuales noexistio una posibilidad de actuar de otro moda, al no actuar no te a allaqueelactuar: Un actuar noes una manifestaciéade volun! nocido en general quenues. der explicar la esencia de la * Cf. Benno Srémnann, Ober nt unc aleang ce Kose fe 30. Yademasiado lejos, porello, Liepmann, lug. cit, p.49,c0an 08 TS iage sernegada no la existencia de fverzas efcentes,snasslanel $> Asi, Bb, Schmidt, en Liszt Schmidt, lug. cit, ev. | Rechts, 1925, 69-207. © De modo similar, también Binder, Philosophie des BG hr,an TSQW,08, con gota 1, y Sauer, Kants Binflup auf das Sirof- and po. a 37, 00ta 1. 1 Asi Bh, Schmidt, en Linet Schmidt, lug cits? 87 2 Cé. Sauer, lug, cit, p. +35. 123 124 Richard Honig sifue realizado como efecto de una anormalidad espiritual o fuer- zafisica3, pero un no actuar tampoco es una manifestacién de vo- luntad si al inactivo le falté la posibilidad de actuar por otras ra- zones (respecto de las mencionadas) objetivas o subjetivas' 4, Por ello, la pregunta irdnica de M. B. Mayer: No me engajfio si esta- blezco que mis flores se han marchitado porque he olvidado re- garlas?®, no acierta en el niicleo del interrogante, porque de un mero “olvido” slo se puede hablar si, de tener mejor memoria, te- ‘nia la posibilidad de regar las flores. Pero: cémo seria sino hubie- ra podido hacerlo por enfermedad o por un viaje?, {cdmo, si al- guien que no sabe nadar ve ahogarse a un banista? {Se puede en- tonces decir que é] ha “omitido” el salvamento? Evidentemente no. Antes bien, el no actuar esta equiparado al actuar sdlo “cuan- ~ doelactuar habria podido realizarse en las circunstancias impe- / 192 rantes”®, Sélo bajo este presupuesto el no actuar tiene el signifi-/ cado de una omisién. Y, respecto dela produccién de un resultado; hablamos de una omisién, con prescindencia del caso en el que el autor intencionalmente no ha evitado el resultado, sdlo si él pudo preverlo y dominarlo, es decir, evitarlo. Siél no pudo evitarlo; no” tiene sentido decir que ha “omitido” su evitacion!. Un repaso de los delitos propios de omisién confirma esta con- cepcién: Quien toma conocimiento dela existencia de un plan cri- minal y no hace la denuncia omite realizar la denuncia solo si to- 2 Cfr los §§51, 52, StGB. 4 Aestoapunta la doctrifia dominante crando bili 2 la do poneelacentoen la posibilidad de achuar como particularidad dela causalidad de la omisién, y en esa medida care- cede razéna polémica de Sauer, lug cit, pp. 458 5, S Cfr.M.E. Mayer, lug. cit, p. 149, § Asi, Frank, lug. cit.,p. 17sefr, también Traeger, Unterlassungsdelikte, p. 87. 1 Es desacertada,y sdlo sirvé parajusti is 1 Esde 156 Justificar el intento 4 i- to sintomatico, la concepcién de Kollman, Der symatomatische ¥ Neticuate. 461, segiin el cual un 0 actuar tiene el significado de una, Causatidad ¢ imputaciin odjetiva md Sepia 7 momento en el cu: ble" frustrarel delito(§ 139), Asimi: i : sidn de prestar auxilio en el sentido aS Oe ad presta atencién a la exhortacién, aunque “podia satis eer " " un peligro relevante para si mismo. Eneste sentido, es mu ‘ tate tambign el§ 194, MStGB (Cédigo Penal militar]: "Quien, nine dolaordende hacer guardia en un puesto militar... ejasabien, das que se cometa una accién punible, que podia impedir y ee. ba obligado a impedir por razones del servicio..."2, Asimismo, también se puede hablar de la punibilidad de la coaccién a una omisién ($§ 114, 240, 339, StGB), sdlo si al coaccionado le hubiera sido posible actuar, en lugar de permanecerinactivo, Conforme a ello, se puede decir, en resumen, lo siguiente: En los delitos de omisiéu, siempre se le agrega, ala cuestién causal, también la pregunta ulterior? de si el autor habria podido impe- direl resultado, por tanto, sia él le era posible, en lugar de quedar inactivo, realizar una actividad contraproducente a la verifica- cidn del resultado. Esta pregunta se debe contestar afirmativa- mente, si la productién del resultado era previsible, en tas cir- cunstancias dadas, y estaba dentro del poder del autor impedirla mediante una actividad contraproducente; en otras palabras: si Ja inactividad, respecto del resultado, puede ser concebida como perseguida como fin. En esta previsibilidad y evitabilidad dela produccién del resultado, a ser juzgadas segtin la experiencia, se basa su imputabilidad objetiva. ¥ el principio de la teoria dela condicién: “La relacién causal entre la omisiény el resultadolesi- vo del Derecho existe cuando la omisién no puede ser suprimida mentalmente sin que desaparezca el resultado”!, se basa en el presupuesto implicito de que jexiste en si una omisién, es decir, un quedarse inactivo, a pesar de la posibilidad de actuar! Solo si eso se tiene presente resulta claro que es inatacable el sentidode laafirmacién de Frank: “La responsabilidad por un suceso no evi- al todavia fuera “posi- 2 Bstas consideraciones se confirman por los atras delitos propios de omisi6a; fe, p. ej, los $§ 116, 170, 320, parr. L, 346, StGB. 3 Che. supra, p. 188. \ Asi, RGSt, t.58,p. 13L. 12 oe 126 _ dido realizarse una actividad. Por tanto, una inactividad sélo _ Richard Honig tado presupone, en primer lugar, que existiera la posibilidad de evitarlo”. Pues reciénesta posibilidad le da al no actuar el signi- ficado de una omisién. Pero una omisién y no ya un mero no hacer eslabase apropiada dela responsabilidad juridico-penal. Confor- me a ello, en aquel principio de Frank no se trata en absoluto de una restriccién dela responsabilidad, sino de esclarecer el funda- mento de la responsabilidad en sf; de la cuestién fundamental de -cudndo existe una omisién como base de la responsabilidad juri- dico-penal. Sélo si un resultado es imputable objetivamente a quien quedé inactivo, su inactividad tiene el significado de una omisién. La imputabilidad del resultado es elemento constitutivo dela omisién juridico-penalmente relevante: Llegamos al mismo resultado si partimos—como ya supra, pp. 187 s.— de los contenidos de los preceptos juridicos: Si ellos exi- , gen sdlo la conducta que puede ser esperada normalmente, s6lo/ puede corresponderse al contenido del precepto juridico que en- tra enconsideracién aquella inactividad en cuyo lugar habria po- puede ser considerada una omisién ¢ipica, si la evitacién del re- sultado indeseado le era posible a quien quedé inactivo. Elno de- nunciar el delito que amenazaba cometerse es tipico en el sentido del § 139, sdlo sialno denunciantele era posible, como consecuen- cia de un conocimiento oportuno, hacer la denuncia en tiempo “oportuno ante la autoridad o ante la persona puesta en peligro. Y 194 elno prestarle atencién a una exhortacién de ayudaes tipico sdlo siel exhortado “podia satisfaeer la exhortacién sin un peligro re- levante para si mismo”. Vale algo equivalente para los delitos de comisién por omisién: “Precisamente en el hecho de que para la pregunta por la causalidad es indiferente” la cuestion “de silaac- cidn de salvamento no ocurrié porque el no actuante no quiso o porque no pudo”! se demuestra que con la causalidad no esta di- cho atin lo esencial sobre la conducta; la muerte del que se ahoga esimputable al quenoactiia sélo si él no queria salvar, aunque po- 2 Asi, Frank, lug.cit,, p, 17; encontra, Eb. Schmidt, en Liszt-Schmidt, lug.cit., p. 166, nota 2. 1 Gfr. Kollmann, lug. et, p.462, Cousclidad e imputacién obje 127 dia hacerlo, porque sélob Jo este presupuesto Se puede hablarde un omitir. La cuestién de stse dala responsabilidad Por un omj- tir tipico depende también de las cuestiones ulteriores de | anti- juridicidad y la culpabilidad?. 2—Destacaresome parece tanto enque, con respecto ‘Be la conductaac: més ni mds como “accién’ ae existe cién respecto de una concepcién bas Schmidt. Continuando el punto de condicién, de la equivalencia de to mAs necesario, en la medida tiva —quese Caracteriza sin la necesidad de tomar posi- ica divergente, de Eberhard vista dado con la teoria dela \das las condiciones, é] explica 2 coosierado algo pobablenénte seq fuetambin a ant jtcidad e's oasi abe ss cere ee eg causelidad Park walvecaleh le anterior. Stun batista que sabe nadarveque ana ereoauce rata invadnn d mece delque se aboge, orcierta leserdimputatleas, jltvrienta per lon pedsdsic eats ee {a omisién, porque su mera prssenciand fondarienis un dsber furdica deactser Ta es eleasodel maes- Pdenatac’ i 0 confiado a su instruecién, al na ién, que deja que se ahogue el alums : Sealed aquél hays estado asu carg fundamenta suespecal ii tar aun nce can Sarid isin. Ejemplode Bierling, ug. ct p69, : se caiardetee dolaoeenat Se ino cumplimienta deldeber especial. eer etic ec 0 ~ pa on wai cnestiegenussl abode rede Bla Gaia ds 1913,en el §24:"Bs

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