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100 Derecho internacional privado de la Reptiblica Dominicana interpretacion y el juego de los restantes foros de competencia debe atender especificamente a la orientacién material que justifica dicho foro. Por ello, es obligado limitar o excluir de este y otros foros de proteccién la eventual accién del foro general de la sumisién expresa 0 tacita de las partes, al menos sin introducir las debidas cautelas. Si se admitiese este juego normal de la autonomia de la voluntad, se estaria propiciando que el vendedor o financiador forzase la inclusién en el contrato de una cldusula de sumision a los tribunales de un Estado distinto al del domicilio del consumidor, con lo cual se conculcarfa la proteccién perseguida que, en materia de consumo, siempre se traduce en una limitacién de la autonomia de la voluntad dirigida a proteger al consumidor. C) Problemas de aplicacién Serfa una simplificacién considerar que las normas de competencia judicial internacional poseen como tinica misién el establecimiento de determinados foros de competencia, en virtud de los cuales se concede preferencia a la organizacién jurisdiccional de un Estado sobre la de otro para conocer de un proceso (normas regulado ). Junto ae e bloque normativo el sistema dominicano se detiene en la resolucién iran a la de cuestiones particulares (normas de aplicacién) que se su hora de proceder a dicha atribucién: supuestos de declaracin de in- competencia de oficio (art. 22), precisién del foro del domicilio del demandado en caso de pluralidad de demandados (art. 20), eleccién del foro de competencia adecuado en caso de acumulacisn de acciones diversas, mas impropiamente la cuestion de la litispendencia (art. 25), soluci6n a los problemas de perpetuatio jurisdictionis (art. 24). II. LiMITES DERIVADOS DEL DERECHO INTERNACIONAL PUBLICO 1. Abuso de jurisdiccién La regulacién de la competencia judicial internacional en materia de Derecho privado es una cuestin ajena a los principios o normas del Cap. 2: Extensidn y limites de la jurisdiccién dominicana 101 Derecho internacional ptiblico y por ello competencia exclusiva del Estado. Ahora bien, afirmada la competencia exclusiva del Estado para establecer el sistema de competencia judicial internacional que estime conveniente, la jurisprudencia internacional se refiere a la existencia de ciertos limites impuestos por el Derecho internacional general. Junto a un obiter dictum recogido en la sentencia del Lotus (1927), que alude a tales limitaciones, es particularmente expresiva la Senten- cia de la Corte Internacional de Justicia, de 5 de febrero de 1970, en el asunto de la Barcelona Traction, al afirmar que «desde el momento en que un Estado admite en su territorio inversiones extranjeras o nacio- nales extranjeros, personas fisicas o morales, esta obligado a conceder- s obligaciones en cuanto a su les la proteccién de la Ley y asume cierta trate». Dichos limites han sido acufiados, no obstante, timidamente (la decisién referida afade que las obligaciones del Estado en la materia que nos ocupa «no son absolutas ni carecen de reservas») Por su parte, la normativa internacional de Derechos humanos, como se puso de relieve al abordar en el capitulo anterior |: del Derecho internacional privado, introduce un primer limite refe- rido a la limitacién de foros privilegiados para una de las partes, en particular el forum actoris derivado de la posesién por el demandante de la nacionalidad del foro. Este criterio de competencia exorbitante resulta abiertamente opuesto al principio del juez natural, expresado en el principio actor sequitur forum rei, y que aconseja formular como foro general el correspondiente al domicilio del demandado. Pero la contra- tiedad del forum actoris con la normativa de derechos humanos aparece cifrada, propiamente, en la quiebra de principios fundamentales relati- vos a las garantias del proceso y a la prohibicién del ejercicio abusive de la jurisdiccién. El forum actoris (incluido en los derogados arts. 14 y 15 Cc) implica una débil proximidad del supuesto con el tribunal, capaz de producir una carga procesal ittazonable para el demandado, menoscabando sus garantfas procesales. Un segundo Ifmite viene impuesto por la obligacién internacional de garantizar a los extranjeros el acceso a la justicia, evitando supuestos de denegacién de justicia, que ha sido acufiada, particularmente, por la s fuentes 102 Derecho internacional privado de la Republica Domi justicia arbitral internacional (asuntos White, Salem, Cotesworth-Powell, Fabiani...). La proteccion judicial de los extranjeros constituye una de las manifestaciones del deber general de proteccién que incumbe a los Estados respecto de los extranjeros; de ahi que la denegacién del acceso a los tribunales, la exigencia de condiciones procesales abusivas (v. gr, el establecimiento de una caucién de arraigo en juicio exagerada), el rechazo de las vias de recurso permitentes, la declinatoria de compe- tencia, el retraso injustificado del proceso, etc., son consideradas mani- festaciones de denegacién de justicia con las consecuencias antedichas. 2. Inmunidad de jutisdiccién y ejecucién A) Caracterizacién general La inmunidad de jurisdiccién y ejecucidn se erige como el limite internacional més relevante de la competencia judicial internacional. Desde la perspectiva del Derecho internacional general, la inmunidad de jurisdiccién se articula como un principio segiin el cual los tribuna- les internos no son competentes para entender de los litigios en los que participen sujetos de Derecho internacional. Aunque se han alegado criterios diversos para fundamentar esta noci6n (oportunidad politica, cortesfa internacional, etc.), hoy es opinidn generalizada que descansa en los principios de soberania, igualdad e independencia de los Estados (par in parem non habet imperium), principios que son expresién de una costumbre internacional plenamente consolidada. Se trata de una nue- va dimensién consuetudinaria que hoy dia perfila la practica, interna e internacional, de lo que constituye la inmunidad de jurisdiccién y de ejecucién a la que se refiere el art. 26 LDIPr como limite a la soberanfa estatal. La «inmunidad de jurisdiccién» hace referencia, en términos gene- tales, a la inmunidad del Estado y de sus 6rganos en los litigios que opo- nen a dicho Estado 0 a dichos érganos ante una jurisdiccién extranjera. Ahora bien, junto a esta dimensién, existen una serie de supuestos especiales de inmunidad que afectan a los agentes encargados de las telaciones exteriores del Estado, principalmente a agentes diplomaticos Cap. 2: Extensisn y limites de la jurisdiceién dominicana 103 y funcionarios consulares, o que se derivan de determinadas manifes- taciones de la cooperacién internacional (por ejemplo, el estatuto de las fuerzas armadas no podemos olvidar que en el tréfico externo operan organi internacionales dotadas también de una particular inmunidad jurisdic- cional que es extensiva a sus Grganos. Son especiales dimensiones del situadas en territorio extranjero). Y, por dltimo, zaciones: fendmeno que cuenta con textos especificos de reglamentacién y que establecen un alcance a su vez diverso de la inmunidad. B) Inmunidad del Estado La jurisdiccién de los tribunales dominicanos establecida en el art. 8 LDIPr queda mediat art. 26, sein el cual ada por una serie de limitaciones previstas en el Art, 26. Inmunidad de jurisdiceién y de ejecucisn. El aleance del art. 8 se determinara sin menoseaho de los supuestos de inmunidad de jurisdiccién 15 Srganos establecidos por las normas del y de ejecucién del Estado y de s Derecho internacional puiblico. Parrafo. Los tribunales dominicanos aplicardn con carécter restrictive el Ambito de la inmunidad establecida en este articulo, limitandola a los actos que impliquen el ejercicio del poder piblico (actos iure imperii). Estas limitaciones acttian desde el exterior y plantean asf un obsta- culo extrinseco derivado directamente del Derecho internacional pu- blico. Las mismas no poseen vinculacisn alguna con exigencias de la justicia procesal que configuran la potestad de jugar, sino que parten del respeto al principio de soberanfa del Estado. En la medida en que un Estado soberano reconoce la soberanfa de los demas Estados, les confiere una situacién de privilegio ante la jurisdiccién, diferente a la que ocurre con los particulares. Es el caso, v. gr., de que un Estado extranjero tenga arrendada una vivienda en la Repdblica Dominica- na cuya renta no haya sido abonada al propietario. La igualdad incita también a la deferencia, a la comitas 0 comity of nations, que quedarfa menoscabada si un Estado dejase a sus tribunales conocer las acciones 104 Derecho internacional privado de la Repdblica Donuntcans dirigidas contra otro Estado y susceptibles de limitar de una manera o de otra la libertad y la independencia de este tiltimo en el ejercicio de sus funciones de poder ptiblico. EI reconocimiento de la inmunidad a los Estados se extiende a las entidades publicas a través de las cuales estos acttian ya las personas fisicas encargadas de representarlos ante sus pares. Finalmente, por ra zones de eficacia y de independencia en el ejercicio de sus funciones en el pais de acogida, se concede la misma a las organizaciones inter- nacionales. Desde el punto de vista de la técnica procesal li inmunidad de ju- risdicci6n se configura como excepcién procesal caracterizada por su excepcionalidad como corrobora el parrafo del art. 26 LDIPr dirigido expresamente a los tribunales dominicanos, pero que deberd ser tenida en cuenta tanto por los intérpretes como por los propios Estados y sus ados, para excluir toda posibilidad de ampliar el ambito de la nacidos socios pri proteccidn garantizado por la inmunidad més all de los litigio: de actos que impliquen el ejercicio del poder ptiblico 6 real interés de un servicio publico. La prdctica internacional ha ido evolucionando de una concepcién maximalista de la inmunidad de jurisdiccién (inmunidad absoluta) a una consideraci6n més matizada de la nocién (inmunidad relativa), dos en el cuyo punto de referencia es el imperium que revista el acto que se pre- tende enjuiciar. Esta evolucion se aprecia en la jurisprudencia dominicana anterior a LIDPr, ya que en un primer momento adopté una postura maxima- lista de la inmunidad de jurisdiccién, pero luego fue modulando esta Posicién y adoptando la inmunidad relativa. Ejemplo de la postura maximalista lo constituye la Sentencia ntim. 1 de la Suprema Corte de Justicia (Pleno), del 1 de octubre de 1982 (B.J. ntim. 863): Considerando, que ¢s norma en el derecho internacional que un gobier- no extranjero no puede ser sometido a la jurisdiccién dominicana, en razén de los compromisos que ha contratado con un dominicano; que el art. 14 Ce solo es aplicable a las obligaciones formadas entre particulares pertene- Cap. 2: Extensidn y limites de la jurisdiceign dominicana 105 ciente: a Estados diferentes; que ese principio tiene aplicacién sea cual sea la naturaleza del acto realizado por el gobierno extranjero y la calidad en que este actiia; Considerando, que esa incompetencia fundada en el respeto a la sobe- rania de los Estados, tiene un caricter absoluto y de orden publico interna- cional, por lo cual puede ser opuesta por cualquier interesado y en cualquier estado de la causa, incluso por primera v oficio por el Tribunal; |. icidn, y deelarada de Otro ejemplo de la postura maximalista lo constituye la Sentenci nim. 15 del 17 de marzo de 2004 de icia (Prime- ra Sala, BJ. nim. 1120). En el caso de Sandra Henriquey vs Embajada de Espaiia en la Reptiblica Dominicana y Oficina Comercial de Espaiia en Santo Suprema Corte de Jus Domingo: [..J el Tribunal a-quo pudo establecer que la demanda planteada por la recurrente en contra de la recurrida versaba sobre reclamaciones laborales derivadas del servicio prestado en beneficio de la misién diplomatiea y para el logro de los objetivos permanentes de la misma y frente a las inmuni- dades y privilegios de indole diplomatica consagrados en un instrumento juridico internacional, como lo es la Convencién de Viena sobre relaciones diplomaticas, reconocida y adoptada mediante el procedimiente de la rati- ficacién, por parte de nuestros poderes puiblicos correspondientes, de esto se desprende que se trata de una situacién que interesa al orden, piblico en vista de que estas prerrogativas y privilegios han sido establecido) para garantizar el desempenio eficaz de las funciones de las misiones diplom: ticas en calidad de representantes de los Estados, por lo que al apreciar esta situacién y declarar de oficio la inadmisibilidad de la demanda, dicho tribunal actué correctamente, ya que atin en ausencia de pedimento de las partes en ese sentido y tomando como base su papel activo que le permi- te suplir medios de derecho considerados como de orden piiblico, el Juez a-quo estaba en la obligacién, como lo hizo, de dar cumplimiento a los términos de lo pactado en dicha Convencién, todo ello por aplicacién del principio consagrado por el articulo 3, parte final de la Constitucién de la 106 Derecho internacional privado de la Repablica Dominican Repiblica en el que se reconoce la aplicacién de las normas del Derecho Internacional General y Americano en la medida en que nuestros poderes pablicos las hayan adoptado, el que fue aplicado correctamente por dicho tribunal en su sentencia; [..] Sin embargo, a partir de 2006 la jurisprudencia dominicana modi- ficé su linea de interpretacién y adopts la inmunidad relativa, criterio que fue plasmado en la Sentencia nim. 247 de la Suprema Corte de Justicia (Tercera Sala, B.J. ntim. 1151), del 25 de octubre de 2006. En el caso Olga Agustin Camara, compartes vs Estado Espariol, compartes: Considerando, que ha sido criterio constante de esta Suprema Corte de Justicia de que en raz6n del principio de inmunidad de jurisdiccidn los Estados extranjeros no pueden, sin su consentimiento, ser sometidos a la potestad jurisdiccional de otros Estados, lo que se encuentra consagrado en la Convencién de Viena sobre relaciones diplomaticas del afio 1961 que confiere inmunidad de jurisdicci6n a las misiones acreditadas ante un de- terminado pais; Considerando, que sin embargo esa inmunidad de jurisdiceisn funda- mentalmente se aplica a los actos de gobierno realizados por el Estado ex- tranjero en su calidad de soberano, sin que pucda extenderse a aquellos actos que no son estrietamente de esta indole, como son los contratos de trabajo si el Estado a quien le beneficia, renuncia a ella y asiente ser some- tido a la jurisdiccién del Estado donde se ejecuta el contrato; Considerando, que es una tendencia moderna la concepcién restringida del principio de inmunidad de jurisdiccin, nacida de la practica actual divergente de los Estados, que como se ha expresado debe ser aplicada para garantizar los actos soberanos de estos, evitando las medidas de ejecucién contra un Estado extranjero que implican el empleo de la fuerza publica que afecta gravemente su soberanfa e independencia, por lo que no cabe admitir en este aspecto medidas preventivas 6 embargos ejecutorios sino re- currir a los instrumentos que ofrece el Derecho Internacional en el mbito de las relaciones diplomaticas para posibilitar el cumplimiento de cualquier sentencia dictada en contra de una embajada diplomatica, pero no impide Cap. 2: Extensién y limites de la jurisdiccién dominicana 107 el conocimiento de una demanda fundada en normas laborales, pues una interpretacién contraria obligaria al trabajador a recurrir ante la jurisdic cién del Estado extranjero oa requerir el auxilio diplomatico dominicano, acciones que por su onerosidad y dificultades se constituyen en un desco- nocimiento al libre acceso a la justicia que se reconoce a todo el que se considera lesionado en sus derechos. En este sentido, el legislador dominicano de 2014 ha ajustado el Ambito de la inmunidad a los desarrollos actuales de la jurisprudencia comparada y al espiritu de la Convencién de las Naciones Unidas de 2 de diciembre de 2004; esta adecuaci6n consiste en buscar criterios de delimitacién en la naturaleza del acto que ha originado el litigio, es- pecialmente en su naturaleza de «transacci6n mercantil». El precepto se refiere, en tal sentido, a los supuestos que no implican el ejercicio del poder puiblico o de prerrogativas de soberania, que se advierten, en general, por la existencia de clausulas exorbitantes de Derecho comin que solo la autoridad pablica puede imponer a la otra parte. De modo que se negara la inmunidad si el Estado ha actuado siguiendo las for- mas de Derecho privado. En definitiva, el art. 26 exhorta a los jueces dominicanos a que se abstengan de cualquier complacencia o deferen- cia excesivas hacia la soberanfa extranjera o hacia los que acttian por cuenta de esta. C) Inmunidad de los agentes diplomaticos La inmunidad del personal diplomatico se trata en el articulo 27 LDIPr: Art. 27. Regulacién de la inmunidad de los agentes diplomaticos. La inmu- nidad de jurisdiccién y ejecucién civil y comercial de los agentes diplomati- cos acreditados en la Repiblica Dominicana se regularé por los Tratados y Convenios Internacionales en los que la Repiblica Dominicana sea parte. El precepto se limita a recordar la primacia de los tratados y acuerdos internacionales. La Replica Dominicana es parte desde 1964 de la Con- vencidn de Viena sobre relaciones diplomaticas, de 18 de abril de 1961, en 108 Derecho internacional privado de la Repablica Dominicana cuyo art. 31.1° se establece la inmunidad de los agentes diplomticos en el orden penal y, asimismo, en el orden civil y contencioso administrativo con una serie de excepciones: acciones reales sobre bienes inmucbles de lo receptor, acciones cardcter particular radicados en el territorio del Est: sucesorias en las que figuren a titulo privado y acciones preferentes a cual- quier actividad profesional © comercial ejercida en el estado receptor al ales. margen de sus funciones ofic D) Inmunidad de las organizaciones internacionales y de sus agentes iccién de las organizaciones internacionales La inmunidad de juris es tratada de forma similar en el sentido de que debe darse la primacia a Jos tratados internacionales y, en este caso preciso, a los tratados cons- titutivos de la organizacién, suscritos por la Republica Dominicana, lo que determinard el principio de la inmunidad y su alcance, asf como la identidad de los beneficiarios. La LDIPr dispone al efecto: Art. 28. Regulacién de la inmunidad de las organizactones internacionales y sus agentes. La inmunidad de jurisdiccién y ejecucién civil y comercial de las organizaciones internacionales de las que sea miembro la Reptiblica Dominicana, se determinan por sus tratados constitutivos. Parrafo. Los agentes de dichas organizaciones internacionales se bene- fcian de dichas inmunidades en los términos previstos por los tratados. Il. SisTEMA DOMINICANO DE COMPETENCIA JUDICIAL INTERNACIONAL: FOROS DE COMPETENCIA 1. Engarce constitucional y principios rectores La «plenitud jurisdiccional» que caracteriz6 al sistema dominicano de competencia judicial internacional hasta 2014 no solo era incom- patible con la normativa internacional de derechos humanos, sino con los valores que la Constitucién de 2010 introduce. En este orden de ideas debe tenerse presente desde ahora que el titulo II de la LDIPr es un bloque normativo de desarrollo constitucional. De conformidad con

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