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CONTORNOS SUCESIVOS DEL MAR CRETACEO EN COLOMBIA F, Eravo-Serwa 4, G. Rexzonr?, D. Banneno Se ha localizado en un mapa de Colombia las mis conocidas columnas del Ci ticeo y otras informaciones estratigrificas ya pertenecientes a la literatura geolégica ‘© de préxima publicacién. Luego se ha considerado, dentro de cada columna, las zonas paleontolégicas mis bajas, normalmente separadas del infrayacente precreticeo por una sucesién de capas detriticas mis @ menos espesas. Uniendo entre si las zonas coeténeas del Berriasiano-Valanginiano, Hauteriviano-Barremiano, Aptiano, Albiano, ete, se obtiene contornos bien delimitados que encierran areas minimas de depésitos coevos; tales areas se agrandan a través de los tiempos creticeos. Se muestra eémo la invasién marina se realizé de manera continua procediendo en todas direceiones fundamentalmente a partir de un area central. En toda direccién del avance marino se puede reconocer facies isépieas heterocronas: como causa deter- minante de ello se admite subsidencia centrifuga continua. Se hosqueja por primera vez las mis probables rutas de intereambios fam colombian icos de los mares creticeos It has been located in a map of Colombia the most known columns of the Cre~ taceous and other stratigraphic informations belonging already to the geological literature or in process of publication. Afterwards it has been considered, within each column, the lower paleontological zones, usually divided from the underlying preeretaceous by a sequence, more or less thick, of detritical layers. By joining the coetaneous zones of the Berriasian-Valanginian, Hauterivian-Barremian, Aptian, Albian, ete., it can be obtained outlines well delimited that involve « minimal area of coeval deposits; such areas grow larger through the Cretaceous time. It is shown how the marine transgression took place on a continuos manner proceeding in all directions from a central area. In all directions of the marine transgression it can be recognized heterocronal isopic facies; it is assumed that continuos centrifugal subsidence is the determining cause of it. For the first time the most probable routes of faunal interchanges in Colombian Cretaceous seas, is outlined. * Universidad Nacional. "Instituto de Fomento Industrial. "Instituto Nacional de Investigaciones Geoldgico-Mineras. — 217 - CONTENIDO Introduccién Téenica de trabajo Analisis de los componentes del avance marino a partir de las diversas alineaciones de columnas estratigrafieas. Anilisis de los diversos contornos del mar durante el Jurisico superior y durante el Creticeo en Colombia. Dispersiones faunisticas marinas y vias de intercambio faunistico. Literatura citada en el texto. INTRODUCCION Los estudios paleogeograficos en relacién con Colombia, se inician con el capitulo dedicado a este pais por CHARLES SCHUCHERT (1935), con su trascendental obra: “Historical Geology of the Antillean Caribbean Region”. Respecto a este trabajo es importante anotar que SCHUCHERT sefiala a toda Colombia actual, emergida durante los lapsos por él de- nominados (trad.) “Cretaceo mas inferior” y “Creticeo mas superior”, ¢ inundada totalmente en el lapso intermedio, A partir de ScHUCHERT y en épocas cada vez mas modernas numerosos autores han intentado ela- horar mapas paleogeograficos del Creticeo colombiano, en los cuales puede visualizarse tendencias definidas que se resumen en la tabla I, y de las cuales conviene destacar, entre otras, las siguientes: a)La Sierra Nevada de Santa Marta emergida durante todo el Cre- taceo o parte de él; b) La actual Cordillera Central emergida totalmente 0 bien como islotes en tiempos diversos durante el Cretéceo; c) El Macizo de Santander total parcialmente emergido; d) El Macizo de Garzén, total o parcialmente emergido; e) Vuleanismo en la Cordillera Central actual: f) Zonas deprimidas previas a la inundacién que predefinen la configuracién del mar invasor; esta idea se refleja en los mapas paleo- geograficos especialmente a partir del trabajo de H. F. Bexpine (1954) aunque la idea de un condicionamiento de tales contornos a la subsi- dencia de altos y bajos estructurales aparece antes con HupacH (1931) y ¢s revivida recientemente por RAvELLt (1967), quien los enlaza con movimientos de finales del Paleozoico y comienzos del Mesozoico; g) Mares desarrollados por inundaciones contemporaneas tanto en la parte meridional de la Peninsula de la Guajira como en la zona cen- — 218 — Tabla 1 wel = . -aee| veo VISION PALEOGEOGRAFICA DE COLOMBIA DURANTE EL CRETACEO ,SEGUN DIFERENTES AUTORES . — 219 — tral del Departamento de Cundinamarea: “Cuenca de Cundinamarca”: io anterior especialmente a partir de trabajos de Bérct (1961 a) : h) Interconexién de la Peninsula de la Guajira con la region de Cundinamarca, en tiempos post-valanginianos y pre-aptianos, comuni- candose los mares al sur de la Sierra Nevada de Santa Marta: i) Creticeo continental: j) Avance marino norte-sur; k) Influencia de faunas pacificas: las influencias marinas se han establecido especialmente con el Océano Pacifico (Weeks, 1947; Biner, 1961 b), en lo que respecta a la regién de Cundinamarea; para la penin- sula de la Guajira se ha sefialado conexiones con el Océano Atlintico 0 bien con el Mar Caribe (Scrvcnenr, 1935); no se ha indicado qué mar tuvo posiblemente mayores influencias durante la interconexién Gua- jira-Cundinamarea. AGRADECIMIENTOS Los autores agradecen a los directivos de la Subgerencia Operativa del Instituto de Fomento Industrial (IFT), a los Directives de la Facultad de Ciencias de Ia Univer sidad Nacional y al Director del Instituto de Investigaciones Geolégico Mineras (INGEOMINAS) por las ayudas econémicas dadas para la ejecucién de la parte srifica del ensayo. A los sefiores dibujantes A, UJUETA y F, CORRADINE, asi como al sefior téenico fotografico don C. RUIZ, agradecen vivamente los autores el interés y cuidado puestos en la elaboracién de las figuras. TECNICA DE TRABAJO La realizacién de este ensayo tuvo por antecedentes las discusiones bioestratigraficas planteadas en relacién con la posicién de los fésiles en las sucesiones litoestratigrifieas cretaceas de Colombia; los estudios estratigrificos y cartogrificos detallados realizados por los autores en amplias éreas del pais, y la informacién suministrada por varios geslo- gos comprometidos en labores de geologia de campo en regiones no es tudiadas previamente (Cordillera Central). Para el anilisis y trazado de los diversos contornos se localiz6 geo- graficamente aquellas columnas del Cretéeco colombiano de las cuales se conoce sus relaciones no perturbadas tecténicamente con el pre-Cre- taceo, y se establecié alineaciones de columnas en direcciones preferen- ciales determinadas (ef. figura 1). Se utilizé de cada columna, las zonas paleontolégicas ' hajas en ellas encontradas, normalmente separadas del ‘*Zonas” no necesariamente establecidas formalmente en estudios detallados, pero si reconocidas informalmente en estudios varios. S920 =! infrayacente pre-Cretéceo por una sucesién de capas detriticas arenosas mas 0 menos espesas no fosilifera, Se dibujé seguidamente contornos segiin lapsos arbitrarios, uniendo las zonas paleontolégicas coctineas de localidades externas ¢ interpolando localidades en las que aunque desconociéndose las relaciones Creticeo pre-Creticeo, si se reconoce fauna indicativa del lapso correspondiente. En cuanto a la escogencia de Jos lapsos: Berriasiano-Valanginiano, Hautcriviano-Barremiano, Aptiano, Albiano, ete., ésta se realiz6 tratando de aprovechar ordenadamente de la mejor manera posible la informacién disponible, sin que esto signifi. que subdivisiones condicionadas por razones geoldgicas iterativas especificas. Como consecuencia del método de trabajo utilizado, estos contor- nos circunscriben areas minimas con rocas conservadas del lapso con- siderado, lo cual excluye para estos fines la utilizacién de secuencias litolégicas cuyo contenido faunistico nunca ha sido descubierto o no es indicativo hioestratigrafico y. por tanto, es cuando menos insegura su posicién bioestratigrifica; por tal motivo no se ha considerado los Lla- nos Orientales ni aquellos elementos basales detriticos arenosos no fosi- liferos que subyacen a elementos fosiliferos. Los contornos trazados para el mar del Cretacco se limitan ademas a la porcién silica de Colombia cuyo margen oeste corre paralelamente al margen occidental de los valles de los rios Patia y Cauca y de la ver- tiente oceidental de la Serrania de San Jacinto (J. Case, comunicacién oral, 1969) ; ver figura 1, Debe aiiadirse que recientemente se ha propuesto asignar el Be- rriasiano al Jurasico (WikpMANN, 1968) ; sin embargo este aspecto rela- tivamente convencional que haria nominar este ensayo: “Contornos su- cesivos del mar Jurasico terminal y Cretéceo en Colombia”, no afecta Ja naturaleza ni la estructura del mismo por cuanto éste refleja el cua- dro general que se inicia a finales del Jurasico y culmina a comienzos del Tereiario, Por la naturaleza misma del ensayo no se ha considerado, dejandolo para trabajo futuro en claboracién, ni los anilisis faciales, ni los contornos isopacos ni tampoco los anilisis paleotecténicos, excep- to en las implicaciones mas directas con el presente ensayo. Se considers de suma importancia desde el punto de vista geolégico-historico, pre- cisar con base en los mapas de contornos, las probables vias de inter- cambio faunistico durante el Cretéceo en la parte septentrional de Suramérica, Para la nomenclatura litolégica y estratigrifica se sigue los concep- tos de Dunnar y Rovcers (1957), Tanto en las alineaciones de columnas como en los contornos se utiliza las abreviaturas I, ¢. ne. 3 Lis my que respectivamente significan: localidad de columna ntimero; colum- — 222 - — 223 — ua numero, asi como localidad de informacién namero. Los nombres de autores no acompaiiados por fecha se refieren a los de los gedlogos que han elaborado las columnas 0 coleccionado los fésiles, ANALISIS DE LAS COMPONENTES DEL AVANCE MARINO A PARTIR DE LAS. DIVERSAS ALINEACIONES DE COLUMNAS ESTRATIGRAFICAS. 1) Andlis is de la componente suroeste del avance marino (figuras 1 y 2). Al analizar la alineacién de columnas de la figura 2, numeradas 7, 15, 20, 22, 23, abareando la extensién desde Apulo hasta la regién de Sibundoy, se aprecia cémo a lo largo de ella las zonas paleontolégicas inferiores de la secuencia ereticea ocupan cada vez posicién mas alta en el tiempo, o sea que bioestratigraficamente son cada vez mas moder- nas en sentido suroeste, abareando el lapso total Hauteriviano-Albiano. En Apulo (1. ¢. n. 7), la base aflorante de la sucesién esta cons- tituida por areniscas cuya posicién bioestratigrafi Valanginiano. Estas areniseas Hevan dos cuerpos caleareos: el inferior, a mas de corales hermatipicos suministré Pseudothurmannia sp., del Hauteriviano; por debajo de la base del banco caledreo superior se re- no inferior, mientras que en el seg- mento superior de este banco caleareo se recogié ejemplares de Heinzia del Barremiano medio#. A partir del banco caleareo anterior sigue en orden normal una sucesién litoldgica amonitifera correlativa con la reconocida en Villa de Leiva (Eravo-Serna, 1968 a y b). Esta sucesin amonitifera parcial (‘Tabla Il), sera utilizada para situar bioestratigr’- ficamente las columnas adyacentes hacia el sur de Apulo. corresponde al post- cogié Nicklesia sp., del Barrer En Payandé (1. ¢, n. 15; Quebrada el Cobre, BARRERO, in JULIVERT, 1968), rocas detritieas arenosas asignadas al Cretaceo afloran en discor- dancia sobre calizas del Tridsico; los primeros fésiles eretéceos recogi- dos corresponden al género de amonitas Ancyloceras sp. y son proba- blemente conspecificos con ejemplares de Simiti (ec. n. 11, figura 5), cuya posicin bioestratigrafiea puede situarse hacia el techo del Ba- rremiano o hacia la hase del Aptiano. Las edades de los pulchellidos sigue las asignaciones de Biirgl, 1956 a. ~ 224 - TABLA IT Venezoliceras sp. Lyelliceras lyelli sensu BENAVIDES-CACERES (non PAR. & BON.) Platiknemiceras sp., Dipoloceras sp. cras sp., Parengonoceras sp. Oxytropidoceras sp. ras prorsocurvatum (GERHARDT), Neodeshayesites rotundus (Rievet), Eubrancoceras aff, aegoceratoides (STEINMAN), Knemi- ceras sp. Eodouvilleiceras horridum (Riepet), Neodeshayesites stutzeri (RIEDEL) Hamites sp., ef. Neosilesites sp., Douvilleiceras sp., Lyelliceras sp. Desmoceras sp., Puzosia sp. Douvilleiceras aff. mammillatum (ScHLorHemm), Neodeshayesites ro- tundus (Rieven), Eodouvilleiceras horridum (Rivet), Parahopli- tes sp. eiceras sp..? Gargasiceras sp., Uhligella latecosta (RieEL) piceras obliquum (RIEDEL) Cheloniceras sp., Dufrenoyia sp., Colombiceras riedelii Colombiceras sp., Dufrenoyia justinae (HiL1), Gargasiceras sp. Cheloniceras sp., Aneyloceras sp. Pulchelliidae nov. gen (?) Heinzia (Gerhardtia) galeatoides galeatoides (KansteN) Crioceratites sp., Pseudohaploceras sp. Heinzia (Carstenia) lindigii (Karsten) Nicklesia sp. Pseudothurmannia sp. — 225 - . 7 226 - En Ortega (1. c. n, 20), capas detriticas referidas al Cretaceo repo- san discordantemente sobre rocas rojas arenosas de edad pre-Cretacea (Formacién Post-Payandé ?) ; las primeras amonitas recogidas derivan de calizas (BURcL, 1961 ¢*) y corresponden a Eodouvilleiceras horridum (Reve) y Douvilleiceras mammillatum (ScutoTHEMt), y la posici6n z0- nal de estos fésiles en el estado actual de los conocimientos puede si- tuarse en la base del Albiano o en la parte superior del Aptiano (?); ademés, como se ha indicado en otro trabajo (ETAYO-SERNA, 1964, p. 12), por debajo de la fauna citada, en una perforacién se recogié de arenis- cas (Petters, 1954, p. 130) el foraminifero Choffatella decipiens ScHiumBERceR, cuya edad no parece ser mas antigua que aptiana. En los alrededores de Neiva (1. ¢. n. 22; BURCL, 1959 a), el Creté- ceo reposa sobre rocas graniticas, rocas metamérficas y rocas arenosas rojas (F. Post-Payandé ?) ; alli los fésiles eretéceos conocidos corres- ponden a Prolyelliceras prorsocurvatum (RIEDEL), cuya persistencia es: tratigrafiea parece abarcar desde el Albiano inferior hasta el Albiano medio; las amonitas Platiknemiceras, Lyelliceras, ete., recogidas estrati- grificamente arriba de las anteriores seialan el Albiano medio. En la regién Sibundoy (1. ¢. n, 23, Renzont), donde se encontré rocas sedimentarias con fésiles del Albiano medio ya ilustrados por Royo y Gomez (1942, pagina 142), no parece ocurrir vi a Neiva en cuanto a la posicién de las zonas de amonitas. Lo mismo ocurre al sur en el Eeuador (BREISTROFFER, 1952, p. 2634; HorFsTETTER, 1956, p. 89 - 91). En consecuencia, consideradas las situaciones biozonales anteriores puede concluirse que el avance marino hacia el sur fue progresivo, aun- que sufrié aceleracién notable, aceptando lapsos iguales para los pisos del Cretéeco (Casey, 1964 a), aproximadamente a mediados del Albiano. IL) Andlisis de la componente en sentido noroeste del avance marino (figuras 1 y 3). En la alineacién de las columnas nimeros 7, 14, 21, se comprueba que las “zonas” cretaceas inmediatas a la superficie de discordancia, son cada vez mas modernas hacia el noroeste. Se utiliza la columna estratigrifiea de Apulo (1. c. n. 7) como referencia para enlazar las columnas restantes mimeros 14 y 21. En el paramo de San Félix (1. . n. 14), se observa rocas metamér- ficas (principalmente esquisto y cuarcita) de probable edad pre-triasica * Este la Universidad Nacional, Bogota. joy reposa en el laboratorio de Paleontologia de — 227 - so — 228 - (D. Barrero) que infrayacen en discordancia angular a conglomerados y areniscas (con guijos de rocas igneas y metamérfieas). Sobre las are- niscas sigue una sucesin de shales grises en los cuales se encontré im- presiones de amonitas mal conservadas (BARRERO, ETAYO-SERNA), conspe- cificas con las sefialadas de Berlin (1. i. n. 16) por Biron y RADELLI (1962, p. 136): Neodeshayesites stutzeri (RreoeL) ; dichos autores asig- naron estas formas al Aptiano superior, Puesto que tales impresiones sefialan una cdad aptiana siendo dudosa mayor precision, y conside- rando ademas los fésiles de la columma mimero 21, se ha validado mas ‘© menos arbitrariamente esta seccién para el trazado del contorno que abarea el lapso Aptiano inferior. En Aguadas (1. c. n. 21, Barrero), la sucesién que aflora es desde cl punto de vista litoestratigrafico, equivalente a la de San Félix; no obstante los fésiles hallados en shales en Abejorral (50 kilémetros al norte en linea recta y sobre un mismo meridiano que Aguadas; Birct y Ravettt, 1962) ; Venezoliceras sp., Oxytropidoceras sp., son indicadores del Albiano medio en Colombia, A pesar de cierta reserva por la escasez y mala conservacién de los fésiles, el conjunto de estas tres columnas parece determinar una com- ponente en sentido noroeste que complementada con Ia analizada ante- riormente (avance hacia el suroeste), indica el cubrimiento del area correspondiente a la actual Cordillera Central. IIL) Andlisis de la componente del avance marino en sentido noreste, a lo largo del margen este del Macizo de Santander (figuras 1 y 4). Se estudia esta componente del avance marino en sentido noreste, con base en las columnas nimeros: 2, 9, 10. A lo largo de la carretera que conduce de Bogota a Santa Maria de Bata y en las cercanias de esta tltima localidad, aflora una gruesa sucesién de shale enmarcada entre un banco conglomeratico en la base y un grueso espesor de arenisca en el techo (1. c. n. 23 ef. BURGL, 1958) ; estos afloramientos en edad representan desde el Berriasiano (0 Tito- niano superior ?) hasta el Hauteriviano en parte. La base de esta su- cesién yace discordantemente sobre cuarcita, filita y esquisto cloritico (de edad Cambro-Ordoviciana, BiRcL, 1958). Estudios paleontolégicos modernos permiten aproximaciones bioestratigrificas validas (HAAS, 1960) para el fin propuesto en este ensayo. Las faunas de amonitas del Berriasiano y Valanginiano estan constituidas especialmente por espe- cies de los géneros Substeueroceras, Berriasella, Thurmanniceras?, Lep- toceras, etc., y las del Hauteriviano especialmente por especies del género Olcostephanus (Birct, 1958; Haas, 1960). — 229 - — 230 - En las cereanias del pueblo de Tibasosa (1. ¢. n, 9, Quebrada Gua- dube: C. Ospina), se observa 48 m de conglomerado que localmente pasa a arenisca y que reposa en discordancia angular sobre rocas de edad probablemente Carboniana (F. Cucre). Sobre el conglomerado siguen en orden ascendente una caliza (2 m) y luego limolitas caleé- reas; de las limolitas se recogié las amonitas Acanthodiscus sp., Cir. Thurmanniceras novihispanicus IMLAY, Oleostephahus (Rogersites) pau- cicostatus IMLAY, Raimondiceras sp., Choffatella sogamosae (KARSTEN), formas consideradas del Hauteriviano inferior en Colombia. En los alrededores del pueblo de San Andrés (1. ¢. n. 10, Quebrada Lisgaura, ABozAGLO y OTERO), se observé una gruesa sucesién de arenis- cas que en localidad préxima descansan sobre cuarcita. (Cambro-Ordo- viciano, Cuadrangulo H-13, Mapa Geol. escala 1:100.000, i. 1.). Sobre las areniscas siguen calizas, de las cuales se recogié en otra localidad: Lissonia aff. riveroi Lisson (Acosta, 1960, p. 36), y sobre las calizas superyacen shales de los cuales se recogié Thurmanniceras santarosanum Haas (Haas, 1960, figura 67) y Subsaynella boyacaensis Haas, que se asigna de acuerdo con Haas al Hauteriviano superior. Del cuadro anterior puede deducirse el avance del mar hacia el noreste al tiempo que se aprecia el anegamiento del Macizo de Santan- der hacia el occidente. IV) Anélisis de la componente de avance marino en sentido norte, a lo largo del margen occidental del Macizo de Santander (figuras 1 y 5). Con sentido aproximadamente norte, se estudia la alineacién de columnas mimeros: 8, 4, 11, 12, 13, 18; esta escogencia permite regis- trar con precisién el avance marino en tal sentido. Al occidente de Villa de Leiva (1. c. n. 8; Cf. figura 9; Eravo-Ser- NA, 1968 b), en la regién de Moniquira, se observa limolitas y areniscas rojizas (nivel basal del Cretéceo), debajo de shale negro con bivalvos y ? Leptoceras ubalaense Haas‘, y estos shales acufiados debajo de calizas. En los alrededores de Villa de Leiva la sucesién que se observa consiste de limolitas que reposan sobre las calizas mencionadas antes y luego sobre areniseas blaneas (del Jurasico superior ?) ; encima de las limolitas sigue potente espesor de shales amonitiferos. Las amonitas mas antiguas coleccionadas en Villa de Leiva proceden de las limolitas Favrella colombiana Haas, nginites” santafecinus D’OR- y corresponden al Hauteriviano inferior Acanthodicus gr. radiatus Brucurere, “V, ‘Dato impreciso de Haas (1960, p. 4). — 231 — BIGNY; a partir de esta “zona” la sucesién conocida de amonitas es rica y se utilizaré como referencia bioestratigrafica para las columnas res- tantes (Tabla III). Segtin Binet. (1958, p. 186) al occidente de Mor quira: “en el anticlinal de Bolivar, al SW de Vélez, A, GaNssex hall6 una Berriasella especificamente idéntica a la del rio Bata (Berriasiano, q. v.) en lutitas colocadas entre areniscas del Girén (sic; trias-jurdsi- co ?) y calizas con Exogyra (las citadas antes)”. De los datos anteriores es evidentemente légico pensar en la probable edad valanginiana de las capas que infrayacen a las limolitas del Hauteriviano inferior; ademis, cl cuadro bosquejado muestra claramente el traslape que sufren de oc- cidente a oriente, las unidades litolégicas inferiores del Cretaceo. Por la carretera que une las poblaciones de San Gil y Galan (1. c. n. 4, Puente Baraya, sobre el rio Negro, Eravo-Senna y TELLEZ), aflora una sucesién de limolitas caledreas ricas en amonitas, las cuales des- cansan sobre caliza maciza que en regién préxima (Mesa de los Santos) , suprayace con paso gradual al conjunto detritico arenoso basal que a su vez reposa con hiato estratigrafico sobre las capas molasicas del Triasico-Jurasico (Grupo Girén: Centr, 1968); los fosiles estratigrafi- camente mas hajos recogidos indican el Hauteriviano inferior: Favrella colombiana Haas, Raimondiceras aff. raimondi (Lisson), Choffatella sogamosae (KanstEN), “Acanthodiscus” tibetanus Unc, Olcostephanus cf. laticosta GrRTH, ete. En la regién de Simiti-Morales (1. ¢. n. 11), reposando sobre ande- sitas (Dickey, 1941, p. 1793-1794), aflora un conjunto detritico arenoso sobre el cual yacen calizas; en la parte superior de estas calizas se re- cogié Nicklesia sp. (del Barremiano inferior; “zona de Nicklesia” de Biinct, 1956 a), y arriba de la amonita citada se recogié Pulchellia sp.. del Barremiano medio y superior (Morates, et al., 1958), y luego An- cyloceras sp., del Barremiano superior y del Aptiano inferior. En los alrededores de la localidad Pailita (1. ¢. n. 12), se ha sefia- Jado gran espesor de areniscas (LANcSTON y DurHAM, 1955), reposando con hiato estratigrafico sobre areniscas rojizas (jurasicas ?); sobre las areniscas referidas al Cretéceo yacen calizas hacia cuya base se recogié Nicklesia sp., del Barremiano inferior (Perrers, 1954, fig. 3a). En los alrededores de Becerril (1. ¢, n. 13) aflora una sucesién se- mejante a la de Pailita; hacia la base de las calizas se recogié Pulchellia sp. (LaNeston y Durttam, 1955), del Barremiano medio a superior. En Manaure (1. ¢. n. 18; Perrers, fig. 4b, 1954), la sucesién lito- estratigrifica semeja a la de las localidades anteriores excepto en que ocurre menor espesor de areniscas por debajo de las calizas. Las pri- meras amonitas recogidas en las calizas hasales corresponden a Chelo- niceras sp. y Dufrenoyia sp. (LANcSTON y Dunnam, 1955) ; este ultimo — 232 - TABLA IIT Ancyloceras sp. Pulchelliidae nov. Pseudohaploceras sp. Colchidites apolinarii Heinzia lindigii - Heinzia provineialis - H. colletii - Heinzia galeatoides - Ete. Pulchellia fasciata - Pulchellia leivaensis - Pulchellia royoi - Karsteniceras heyrichii ... Pulchellia leivaensis - Pulchellia robusta - P. communis - Pulchellia elegans - Karsteniceras beyrichii - Parasaynoceras horridum.., Nickk N, lenticulata - Crioceratites portarum. Pedioceras caquesensis ia dumasiana ssp., Nicklesia alicantensis - Nicklesia didayana Heteroceras aff, helicoceroides - ? Hamulina orbignyana - Pseudohaploceras incertum - Buergliceras buerg Acrioceras julivertii - Ancyloceras degenhardtii Crioceratites gr. C. nolani Oleostephanus aff. bangei Olcostephanus boussingaul Olcostephanus aff. delicaticostatus - Oleostephanus boesei Olcostephanus aff. sanlazarensis - Crioceratites andinum Valanginites (?) santafecinus - Favrella colombiana - Raimondiceras aff. raimondii - Olcostephanus sp. nov. Spiticeras (Kilianiceras) ef. damesi sensu Haas (non STEUER) Olcostephanus ef. astierianus - Oleostephanus ef Iaticosta + Cf. “Acanthodiscus tibetanus” (Unc) — 233 — género mencionado no se ha encontrado en Colombia estratigrificamen- te mas bajo que el Aptiano superior (Eravo-Serna, 1968 a, p. 27). Evidentemente se puede concluir entonces que entre Becerril y Manaure Ja invasin marina ocurrié probabl ente durante cl Aptiano inferior. Analizando el cuadro general de las figuras 5 y 8 desde Villa de Leiva al sur hasta Manaure al norte, se aprecia de modo Iamativo una vez mas cémo las zonas paleontolégicas inferiores inmediatamente su- perpuestas al nivel detritico arenoso basal de la secuencia eretacea, son cada vez mas modernas hacia el norte, Al mismo tiempo se puede apre- ciar el cubrimiento del Macizo de Santander hacia el este. V) Anédlisis de la componente de avance marino en sentido norte-nor- este, (Figuras 1 y 6). Con base en las columnas mimeros: 4, 16, 17, 19, y considerando ademés la localidad de informacién Gramalote (1. i. n. 14), se logra definir esta componente en relacién con el avance marino general. Se utiliza la columna de Puente Baraya (1. c. n. 4), ya deserita, para em- palmar la componente de avance del mar en sentido norte-noreste con la componente norte, puesto que ella registra bioestratigraficamente bien el lapso Hauteriviano-Barremiano. En las cercanias de Gramalote (1. i. n, 14; Birct, 1956 a, p. 32), se ha registrado in situ: Nicklesia dumasiana dumasiana (D'ORBIGNY) , Nicklesia spp. Pulchellia (Semipulchellia) communis Binet, del Ba- rremiano inferior. En el area de la concesién Barco (1. c. n. 16; NoresteIn et al., 1944; Ricuanns, 1968) la sucesién litolégica presente yace sobre rocas grani- tieas: consta de arcosa en la base, encima de la cual sigue una sucesién de calizas que han sido datadas del Aptiano con base en moluscos bival- vos. Si se tiene en cuenta la localidad de informacion Gramalote (1. i. n. 14), se puede indicar tentativamente (cf. figura 6), la posibilidad de que la parte baja de las calizas corresponda al Barremiano (superior ?). En la localidad Rio Negro de Venezuela (1. ¢, n. 17; Rop y MAYNe, 1954), un potente espesor de areniseas yace con hiato estratigrifico so- bre rocas de las formaciones pre-creticeas La Quinta (?) 0 Palmarito; sobre las areniseas se desarrolla una gruesa sucesidn de calizas que hacia su tercio medio suministraron: Choffatella decipiens SCHLUMBERGER de edad cuando mas Aptiana. ..: en la localidad préxima (Quebrada Santa Rosita) se recogié encima del techo de este paquete de calizas: Neo- deshayesites colombianus (Rrevet.), Neodeshayesites rotundus (RIEDEL) . Neodeshayesites stutzeri y Neodeshayesites contracta (RievEt), Douvi- Ueiceras aff. D, monile (Sow), Knemiceras sp. que indican el Aptiano — 234 — — 235 - (Ron y Mayne, 1954, p. 267), especialmente el Aptiano superior (Ca- sey, 1964 b, p. 295). Sobre la plataforma de Maracaibo. en el campo petrolifero La Paz (1. en. 19; Starr or Carippran, in Rop y Mayne, 1954), se encuentra calizas que reposan directamente sobre rocas graniticas; Rop y MaYNe no sefialan fésiles pero correlacionan la base de esta unidad con la for- macién Apén medio de probable edad Aptiano superior. En el cuadro que se ha expuesto, se puede apreciar los claros indi- cios de una componente de avance marino en sentido norte-noreste, VI) Anilisis de la componente de avance marino en sentido norte sur, desde la Peninsula de la Guajira hasta el Lago de Maracaibo (figuras 1 y 7). A la manera de los anilisis en las figuras 1 y 2, ya estudiadas, pero esta vex seleccionada como punto de convergencia se escoge una misma localidad (1. ¢. n. 19, Campo La Paz), para entrelazar las alineaciones de columnas de las figuras 6 y 7, es decir, la Guajira y la region de Tibi. Se utiliza ademés Ia alineacién de columnas publicada por Routins (1965, figura 7), numeradas: 5, 19, en el presente trabajo, En la localidad Cerro Yiiruma (1. c. n. 5), a juzgar por la seccién B.B’ de Rotivs (Mapa geolégico fuera de texto, op. cit.), la hase detritica arenosa de la secuencia cretécea descansa sobre rocas del “ba- samento”, De un elemento caleareo intercalado en estas areniseas rojizo- pardas se recogié al noroeste del Cerro Ydruma en la localidad Trija- jain: Argentiniceras cf. noduliferum Srever, que segin Birct (fide Rouuns, op. cit., p. 25), indica el lapso Berriasiano-Valanginiano. Ha- cia el noroeste de Cerro Yiiruma la base de la secuencia eretcea reposa sobre shales de edad Jurasica (Kimmeridgiano inferior, 0. F. GEYER, 1968 a, p. 14). Sobre las areniscas basales sigue una sucesién de calizas y shales caledreos. En Cerro Yiiruma se coleccioné en la parte baja de las calizas: Choffatella sogamosae (KARSTEN), Crioceratites sp., Sim- birskites sp.. Oleostephanus sp., indicativos del Hauteriviano inferior *; arriba de los fésiles anteriores se recogié Nicklesia dumasiana dumasia- na (D'Oxsicny), Nicklesia spp. Pulchellia (Hettneria) sp. Heinzia (Heinzia) spp., ete. y Colchidites apolinarii (Rovo y Géwez). Todo el conjunto litolégico fosilifero anterior abarca el lapso Hauteriviano-Ba- rremiano. Al suroeste de Cerro Ytimara, en las cercanias de Cerro Queps se recogié en la parte inferior de las calizas que reposan inme- diatamente sobre las areniscas basales eretéceas: Trigonia lorentii DANA "Esta fauna es si lar a la recogida en Puente Baraya (1. ¢. m. 4). — 236 — — 237 - y por este bivalve RoLLINs pensé que dichas capas podrian ser todavia valanginianas; sin embargo, en la localidad de Apulo (1. c. n. 7) ocurre esta misma trigonia (fide OLsson, 1956, p. 310), en capas que han sido datadas del Hauteriviano. Sobre cl conjunto caledrco en discusion si- guen: shales limoliticos y calizas limoliticas interealadas. Segin la co- lumna de Rottins, se coleccioné Deshayesites spp. de la parte baja, Inego de la porcién media de los shales se coleccioné Colombiceras, Cheloniceras y Uhligella, etc. La edad asignada por ROLLINS (op. cit., . p. 38 y tabla de la pagina 61), a estas capas es Aptiano inferior. En relacién con otras partes del pais, por ejemplo, en Villa de Leiva y Apulo, este conjunto de formas representa sin embargo, la parte baja del Aptiano superior. El campo La Paz (1. c. n. 19), sirve como punto de convergencia en relacién con los avances en sentido sur desde la Guajira al norte, y el avance noreste desde el sur. Se utiliza las edades asignadas por Ro- Lins, quien da edad aptiana a la caliza basal en el campo La Paz del cual ya se habl6. Del anilisis de la alineacién de las columnas anteriores asi como de la correlacién regional de Routtns, se deduce el avance progresivo del mar hacia el sur: su efecto se manifiesta en el segmento fosilifero basal del Cretéceo que es mas joven hacia el sur, es decir, con zonas cada vez mas modernas, desde Yiruma hasta el campo La Paz en el lapso Berriasiano-Aptiano. Si se estudia la Guajira como un sector aislado, puede adicionarse que alli el avance marino se manifiesta en diversos sentidos con la mo- dalidad deserita previamente en otro aparte; esto se ve ejemplificado en la alineacién de columnas dada por Routins (op. cit., fig. 20), entre Trijajain al este y la quebrada Yoi al oeste; el elemento detritico are- noso basal con intercalaciones fosiliferas va volviéndose més joven hacia el oeste, hasta el punto de reposar directamente el elemento fosilifero sobre el pre-Creticeo. Probablemente a principios del Aptiano se establecié la comunica- cin directa entre la Guajira y el centro del pais. VII) Conelusiones acerca de los movimientos del avance marino, a par- tir del anélisis de las facies (figuras 8 y 9). Si se relacionan las caracteristicas litolégicas y palentolégicas de una cualquiera de las alineaciones de columnas, se evidencia su unifor- midad desde el punto de vista facial, Considérese un caso (ver figuras 3 y 8), en esta alineacién suceden ordenadamente sobre el pre-Creticeo las facies siguiente arenosa, superpuesta por facies caledrea que a su — 238 — aa i la a all iat | ouog & popun, ¢ ouilong 07 Z DoudWOUIpUND ap DdUEND J — 240 — Yow 1 vénezuena | eee Q aemme — [S]raanro @ gawpe [rencnn @ moma © gore wetter coo] @ va fap ocr | fore te (a) aaa [5] mcrae vex esta cubierta por facies lutitica. ‘al como se ha demostrado en otro aparte de este ensayo (figura 5). dicha sucesién facial aparece mis moderna en sentido norte, hecho ya evidenciado por Moraes et. al. (1958), Ademas. este desarrollo facial se loc: liza longitudinalmente al Paleogolfo del Cesar (q. v.) y registra el avance marino progresivo hacia el norte, sobre un fondo uniforme poco inclinado. Adviértase que la aparente fuerte inclinacién de los limites de los cambios de facies se debe, en el dibujo (fig. 8). a la exageracién de la escala vertical en relacién con la horizontal. Al cuadro anterior puede adicionarsele el obtenido al integrar va- rias columnas en sentido oeste-este (ver figura 9): aqui cada una de las unidades litoestratigraficas y, por tanto, sus facies, avanzan mas que las inmediatamente anteriores, es decir, las sobrepasan. En la figura 9, extractada de un corte entre Moniquiré-Leiva-Arcabuco (Cuadrangulo J-12; Mapa Geoldgico de Colombia escala 1:200.000, inédito), el fend- meno se manifiesta en estas circunstancias con una modalidad distinta pero con igual significacién dindmica: el avance marino ocurrié progre- sivamente pero de manera oscilante, esta vez sobre un promontorio. Como corolario se puede establecer que con respecto a todas las direeciones en que se mire, el avance marino fue continuamente centri- fugo, y corresponde solamente a un gran ciclo que culmina en los albo- res del Terciario, sin que sea posible destacar ninguna fase regresiva exeeptuando quiz oscilaciones de menor importancia desde el punto de vista del cuadro general. ANALISIS DE LOS DIVERSOS CONTORNOS DEL MAR DURANTE EL JURASICO SUPERIOR Y DURANTE EL CRETACEO EN COLOMBIA VIII) Anélisis del contorno del mar del Jurdsico superior en Colombia (figura 10), En este contorno, esbozado por 0. F. Geyer (1968 b, p. 80), se rela- ciona el mar Jurdsico de la Guajira con el de la regién central del pais, demarcando tierra correspondiente a gran parte de la actual Costa Atlan- tiea de Colombia y de la regién venezolana de Maracaibo. La idea de conectar estos mares (Guajira y Centro Colombiano), dindoles vuelta en torno a la vertiente norte de Ja Sierra Nevada, sefiala una nueva con- cepcién en la paleogeografia mesozoica de Colombia. Segiin el mapa de Geyer, el mar invadiria la regién central del pais, utilizando un camino comprendido entre los paralelos de Manizales (5° N) y de Medellin (6° N) aproximadamente (ver figura 1). Sin embargo, en el mapa del Be- = 241 — Geologa 16 rriasiano-Valanginiano del presente ensayo (figura 11), hoy en dia Ju- rasico superior y Cretaceo basal, respectivamente, (WiEDMANN, 1968), se aprecia cémo el mar invadiendo con direceién noroeste-sureste, cu- brié aproximadamente la misma area a través de una zona baja de la actual Cordillera Central delimitada segin los paralelos de Yarumal (7°.N) y de Caucacia (8° N). IX) Anélisis del contorno del mar Cretéceo colombiano en el lapso Be- rriasiano-Valanginiano (figura 11). En la parte central del pais la forma que se define es alargada y relativamente estrecha en sentido sureste, con una bifureacién en su margen norte que dibuja un golfo: el Golfo de Nunchia como se deno- minaré de ahora en adelante segtin el pueblo homénimo (ver figura 1). El umbral de entrada del mar queda plenamente demostrado con los hallazgos recientes de estratos con fésiles del Berriasiano y del Valan- giniano. Un afloramiento sobre el rio Porce (1. i. n, 10b, O. Ramin suministré Substeueroceras mutabile Haas, Leptoceras ex gr. L. hubachi (Royo y Gomez), del Berriasiano (inferior especialmente !) ; sobre el rio Tigi (1. i. n. 10a; E. OQuENDO), se recogié Pseudoosterella uba- laensis Haas, del Berriasiano-Valanginiano, En la quebrada el Infierno (1. i. n. 1c, D. Vetasquez), se recogié Sarasinella ex gr. S. hondana Haas, del Berriasiano superior, Es de destacar la similitud faunistica entre la regién de Quetame-Santa Maria de Bata (1. em. 1 y 2) y las localidades de informacién me riormente (1. i. n. 10a, 10b, 10c). Los datos bioestratigriifieos de las localidades de informacion restantes son de dominio general en publicaciones geolégicas varias: Utica (Plancha K-10); Honda (Plancha K-9); El Centro (Plancha H-11); Rio Gazaunta (Plancha L-12); Pajarito (O. HL. Haas, 1960): Muzo (H, Béncx, 1956 b): Vélez (Plancha I-11; Binet, 1958) ; Ubalé (0. H. Haas, 1960). cionadas ante X) Anélisis del contorno del mar del Cretéceo colombiano en el lapso Hauteriviano-Barremiano (figura 12). En relacién con el contorno establecido para el lapso Berriasiano- Valanginiano, en la parte central del pais, el nuevo contorno cubre un rea relativamente mucho mas amplia hacia el noroeste que hacia el suroeste: desaparece cl Golfo de Nunchia por quedar inundada la pun- ta de Floresta-Arcabuco, pero se desarrolla un nuevo golfo: el Golfo del Cesar®, como se denominara en adelante, segtin el rio Cesar que lo °Si la sucesin en Tibii se iniciara con el Barremiano, el golfo del Cesar se ensancharia hacia el este. — 242 — venezueLa © wus of Lene @ reav0sa @ san anor — EcuRDOR recorre en la actualidad casi axialmente. Enfrentado a este golfo avanza con sentido suroeste el Golfo de la Guajira. ;Qué ocurre durante este lapso en el area emergida que separa los golfos anteriores? Estudios recientes prueban actividad volednica continental en la regién de Uru- mita-Villanueva (ver figuras 1 y 11), durante el Valanginiano inferior, segtin dataciones radiométrieas K/A (andlisis total) efectuadas en rioli- tas (129-+ 4 m. a.: plancha Santa Marta, 1969) ; posteriormente se ins- tala sedimentacién continental (“Sureo de Machiques”; VAN ANDEL, 1958, p. 739). Como se probara adelante, es a partir del Aptiano (ver figuras 5, 6, 8, 11) cuando se interconectaron los dos golfos aislando asi a Ja Sierra Nevada de Santa Marta a modo de islote. El margen occidental de los contornos del mar del Cretaceo se ve afectado desde el Hauteriviano por el desarrollo de vulcanismo basic concomitante del “Ciclo geotecténico Andino” (D. Barrero, 1969, in lit.), el cual se caracteriza por una asociacién vulednico-pluténiea de regién orogénica y se desarrolla desde comienzos del Cretéceo hasta os tiempos actuales, De las cuatro fases que caracterizan el ciclo geo- teeténico andino es la emi ion de lavas predominantemente bisicas du- rante la fase geosinelinal (s. 1.) la que interesa en este caso. Las emi- siones de lava basiea ocurren a lo largo de la zona de fracturamiento de la Falla Fundamental de Romeral y se deben considerar inmediata- mente posteriores a la formacién de esta falla y emitidas cuando la fractura aleanzé la parte superior del manto. A lo largo del margen occidental de la actual Cordillera Central se puede apreciar los con- ductos por los cuales ascendié el magma. Los derrames fluyeron en receién oeste, es decir, hacia el océano sin que ningtin derrame impor- ra hacia el este de Ia falla fundamental de Romeral. tante oc} 103 Parece que el vulcanismo basico se haya desarrollado progresiva- mente: las emisiones hasicas aparecen mas antiguas hacia el norte del pais: rocas volednieas bisieas se encuentran intercaladas con rocas se- dimentarias de edad barremiana en Ebéjico (1. i. n, 15a, Grosse, 1926, p- 54) y con rocas del Coniaciano inferior al sur de Cali (NELSON, 1957, p. 55); esto se manifiesta de la misma manera en el Ecuador (cf. Horrsterrer, 1956, paginas 66.67). Tales hechos conducen a pensar que el desarrollo del vuleanismo “migré” 0 avanz6 en sentido norte sur, La falla fundamental de Romeral, segiin los estudios gravimétricos de J. Case (comunicacién oral), define el limite entre el basamento sidlico al este y el basamento simaico al oeste de dicha falla. Datos bioestratigraficos de localidades de informacién adicionales se poseen de San Jerénimo-Ehéjico (Grosse, 1926), Gramalote (Birct, 1956 a) y el Cocuy (BiiRct, 1959 b). — 243 — XI) Andlisis del contorno del mar del Cretéceo colombiano en el lapso Aptiano inferior (figura 13). Al analizar la parte septentrional de Colombia se observa cémo durante el Aptiano inferior quedé inundada por el mar el area com- prendida aproximadamente entre los meridianos 74° y 72° por lo menos, desapareciendo como consecuencia los golfos del Cesar y de la Guajira, y ademas el mar cifié el extremo noroeste de a Sierra Nevada de Santa Marta (1. i. n. 20, Rio Cafias, Cuadrngulo Santa Marta). Con relacién a Ios lapsos hasta ahora considerados, se aprecia cémo el mar eubrié cada vez més Ja masa fundamental sidlica situada en el ambito geogra- fico de la actual Cordillera Central que habia permanecido mucho tiem- po sometida a erosion, o en el limite entre los dominios de erosion y sedimentacin, Este contorno parece avanzar dirigiéndose preferente- mente hacia el suroeste, aunque no por ello se Hega a descartar mayor avance que el indicado, hacia el este y el sur, advirtiéndose que por causa del desconocimiento bioestratigratico del area no es posible hacer mayores precisiones. XII) Andlisis del contorno del mar del Cretéceo colombiano en el lap- so Aptiano superior - Albiano inferior (figura 14). En la parte septentrional del pais practicamente permanece inva- riable el contorno trazado para el lapso Aptiano inferior; en la parte central del pais, por el contrario, se logra establecer un contorno que se aleja de aquel previamente establecido. La seleccién del lapso obe- dece a que en Ortega (1. ¢. n, 20) y quiz también en Dolores (1. i. n. 21), la zona paleontoldgica basal lleva fésiles (Binet, 1961 ©. p. 25, y plancha M9) cuya posicién bicestratigrifica abarea desde el Aptiano cuspidal hasta el Albiano basal en Colombia. El refinamiento estrati- grafico coadyuva en este caso junto con el contorno siguiente, a descar- tar las ideas de cambios 0 avances siibitos del mar del Cretaceo en Colombia; sin embargo, con su ayuda puede deducirse del contorno siguiente, que el mar sufrié fuerte avance meridional como consecuen- cia de su desbordamiento en un periodo relativamente breve. Obsérvese ademas, que este contorno ha sido interpolado en relacién con los con- tornos anterior y siguiente ya que su disefio no pasa directamente sobre los puntos de informacién. XIII) Andlisis del contorno del mar del Cretéceo colombiano durante el Albiano (figura 15). Este contorno muestra el considerable cubrimiento en extensién lo- grado por el mar durante el Albiano, especialmente en sentido suroeste — 244 — 0c, €4v0 PACIFICO | ecusoon — onal (G2) scream c€ Fema [5 caracovesto Ear canas rata 0F @ onreca . (Bl oovores hasta egar al Ecuador, Concomitantemente se aprecian dos hechos: a) se somete a sedimentacién todo el ambito geogrifico correspondiente a la actual Cordillera Central; b) se angosta hacia el sur el érea con rocas fosiliferas marinas acumuladas sobre fondo silico. Considerados en conjunto los limites este y oeste del contorno para cl lapso Albiano, se aprecia que son rectilineos y convergentes hacia el suroeste: el limite oriental es rectilineo en parte por causa de la impre- cision y falta de estudios estratigréficos al este de dicha linea (predo- minio de facies arenosas) ; el margen oeste de dicho contorno obedece a razones de naturaleza geotecténica, pues esté en relacién con Ja gran falla fundamental de Romeral que marca el limite sial-sima, y a partir de la cual especialmente en sentido oeste desde la margen occidental del rio Cauca, se distribuye el area simaica de Colombia. Por lo que respecta a la parte septentrional de Colombia, la Sierra Nevada perma- nece como islote de forma clipsoidal. Para el contorno durante el Al- biano se tiene datos adicionales de Sibundoy (Royo ¥ Gomez, 1942), Co- conuco (Col. Paleontolégica Departamento de Geologia, U. N.), los Hornitos (Cuadrangulo Santa Marta), La Estrella y Retiro (G. Borero- ARANGO, 1963). XIV) Anélisis del contorno del mar del Cretéceo colombiano durante el Senoniano (figura 16). . El contorno dibujado para el Senoniano destaca del establecido para el Albiano, solamente en que se reduce el area ocupada hasta en- tonces por la Sierra Nevada de Santa Marta. La mayor parte de la in- formacién conocida procede de datos de subsuclo obtenidos mediante perforaciones para petréleo (H. Dvgue, comunicacién oral) ; sin em- bargo, en varias localidades de las cuales la mas importante es la Se- rrania de Cansona, hay afloramientos de chert y caliza con concrecio- nes amonitiferas, De esta ultima localidad se han recogido muestras (R. Camactio), que suministraron Reesidites subtuberculatus (GERHARDT) y Baculites sp., el primero de ellos conocido hasta ahora sélo del Co- niaciano. El contorno definido en los finales mismos del Cretéceo no se es: hoza por cuanto a finales del Maestrichtiano, probablemente, se esta- blecié un complejo sistema de areas sometidas bien a erosién, bien a imentacién pero abarcando amplia gama de ambientes no dilucida- dos claramente hoy en dia: sin embargo, es evidente regresién general que cerré el “ciclo” iniciado con la invasién marina de finales del Ju- risico 0 comienzos del Creticeo. *Naturalmente algiin islote pudo quedar emergido por corto tiempo, tal es el caso del Arco de Natagaima (Taborda, 1950). — 245 — XV) A propésito de ias dizecciones de avance de las aguas marinas du- rante el Cretéces (Figura 17) Tales direceiones corresponden a las de una masa de agua en des plazamiento; en el o de la figura de este ensayo se ha tratado de establecerlas con base en las deducciones acerea del avance de la inva- sién, de acuerdo con las diversas alineaciones de columnas (ver figura ido comunicacién entre las masas de agua que cubrian la parte sidliea y la simaica (flecha a trazos de la figura 17), pero en este caso el signifiea- 1). Es interesante observar ademas e6mo es probable que haya exit do tiene caricter de circulacién de aguas y no de avanee marino de conquista de tierras, DISPERSIONES FAUNISTICAS MARINAS Y VIAS DE INTERCAMBIO FAUNISTICO XVI) Vias de intercambio faunistico durante el Creticeo en Colombia (figuras 18. 19, 20). Por la forma del contorno minimo establecido para los comienzos del Cretaceo, la puerta de acceso del mar a la regién central del pais mira hacia ¢} Istmo de Panama y al Mar C: e, Las faunas jurasicas colombianas, especialmente en lo referente a las amonitas y a los corales del Kimmeridgiano de la peninsula de la Guajira (0. F. Geyer, 1968 a b) tienen similitud con las faunas coevas curepeas y mexicanas. Las fau- nas berria: * y valanginianas de amonitas comprenden especies “autéetonas” pero los géneros son en su mayoria conocidos del dominio del mar de Tetis (R. Rivera, 1951; 0. H. Haas, 1960). Para el Haute- riviano las faunas de cefalépodos de Colombia se relacionan estrecha- mente con las del Perit al nivel especifico y con las de México mucho mis al nivel genérico (ver figura 19); igualmente, en lo que respecta a la fauna de bivalvos existe estrecha relacién con México. Para el Ba- rremiano por el contrario, la similitud faunistica entre Colombia y el Pert Hega a ser cero para el indice de Pixtor (figura 19); nétese emo sélo una cita de fésiles harremianos con difusién tética se conoce al sur de Colombia: “Pulchellia veleziensis” Hyatt (Basse, 1928, p. 131), en el Peri, Para el Aptian ocurre una situacién similar aunque apa- rentemente menos dristica. Si bien es cierto que en el Perti se reconoce el Albiano inicial con ia zona de Parahoplites nicholsoni (BENAVIDES- Cicenes, 1956, paginas 392-394), es silo a partir del registro del Albia- no medio basal (!) 0 zona de Knemiceras raimondii, cuando se puede afirmar que hubo plenamente comunicacién faunistica entre estos dos se considera la falta de registro sedimentario pre-Albiano en el Ecuador (Horesrerrer, 1956), la escasez de fauna barremiana en el paises. — 246 — Pert no parece atribuible sélo a razones faciales, pues se puede relacio- nar ademas con el intervalo de especial actividad voleanica basica sub- marina del “Ciclo Geotecténico Andino”, que se inicié desde finales del Hauteri pudo actuar como barrera ecolégica (emanaciones volednicas prolon- gadas ?, ef. Kravskorr, 1967) que frené la dispersion de las faunas hacia el sur, Como consecuencia, tal barrera redujo a partir del Barre- miano el extremo meridional de la provincia biogeogrifica del mar de Tetis. Por otra parte, al mirar los contornos del Aptiano inferior-Ap- tiano superior-Albiano inferior de Colombia y relacionarlos con la men- cionada ausencia de capas del Cretéceo inferior en Ecuador (Berria- siano-Aptiano, Horrsrerrer, 1956), y ademas con la ausencia de capas fosiliferas marinas pre-albianas al norte del Peri (Piura y Lajas: Br- Navipes-CAceres, 1956, paginas 392-394), surge claramente otra inedg- nita: jcual fue la via de intereambio faunistico directo entre el sur de Colombia y el norte del Peri en el post-Aptiano? La comunicacién se no (?) y duré hasta finales del Cretéceo y que ademas inicié cuando se establecié el brazo de mar que unié a Colombia con cl Peri septentrional desde poco antes del Albiano medio (figura 18, figura 20); el margen occidental de dicho brazo de mar fue entonces la barrera voleénica submarina ligada al desarrollo de la falla funda- mental de Romeral. Como consecuencia del establecimiento del brazo de mar Colombo-Peruano, se desarrollé la regién neritiea que facilité el aposentamiento de los “Migrantes transatlinticos africanos” (ef, Wit- LARD, 1965, pagina 83); esto favorecié igualmente el desarrollo de la suhprovincia hiogeografica Caribe que a finales del Cretaceo individua- Jiz6 notablemente. ‘Todo lo expuesto anteriormente coadyuva a formular nuevamente la idea antiguamente planteada acerea del heterocronismo de algunos conjuntos de faunas fésiles, debido a oleadas (cenocrones) de faunas mi- rantes con diversos rumbos que se vieron favorecidas 0 retardadas por jografieas 0 eco- factores paleogeograficos determinantes de barreras logieas que condujeron a que la presencia de los taxa no sea estricta- mente coeva en muchos casos con sus congéneres allende el Atlintico. Es interesante comparar, por ejemplo, el Barremiano de Colombia con cl de Francia (ef, Busnarpo, 1965) para apreciar: coincidencia estre- cha de las faunas del Barremiano inferior, zonas del Barremiano medio de Colombia desconocidas en Europa: Inego alguna zona similar para el Barremiano superior y otra no conocida en Europa (inédita !). En cambio, es Hamativo comprobar la coetaneidad ajustada de las “zonas” del Cretaeco a partir del Albiano medio entre Colombia y el Pert (Eravo-Serwa, 1968 a y b), que fue favorecida por la continuidad de la re} NTs youss/aiy 02 ‘B14 é vy 61614 Vv 2 WOSTL2VMBHAS Vy ° 01 . oz - v uty Ouse idv/1108 2 oF a ov os owsiuoanA a 08 Vv ie os uoisvadsip ap 10d sau0!23auI0 oa =--- {NOH /So1dag abt oars % own ° v pictoa © ‘owsiw [ap D24pWaNbsa UpIDDJaudvayUI - @*(4Olu!d AP SadIpUl) Nuag 13 A DIqQWo}oD outlong 01 @ BuyU® DDYSIUNDJ PNyIUUIS O| AP UDIDD1J0A — 248 — ecuaoor LITERATURA CITADA EN EL TEXTO Ind Acosta, C. E., 1960,— Estratigrafia de GareiaRovira. 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