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EMMA MonrtTANOS FERRIN ESPANA EN LA COFIGURACION HISTORICO-JUR{DICA DE EUROPA II. LA EPOCA NUEVA: SIGLOS XII AL KV ® Ql | IL CIGNO GALILEO GALILEI ROMA Los derechos de traduccién, de reproduccion y de adaptacién total o parcial (incluida la copia fotostética y los microfilms) estan reservados para todos los paises, ISBN 88-7831-084-0 @ ©1999 IL CIGNO GALILEO GALILEI EDIZIONIDI ARTE E SCIENZA sa. Piazza San Salvatore in Lauro 15 000186 Roma (Tel. ++39/066865493-066873842-0668808432 Fax ++39/066892109) Capitulo X Sumario: 1, El ‘cambio’ del siglo XI: Gregorio VII y la Iglesia Universal. - 2. La reforma gregoriana y las nuevas Ordenes religiosas. - 3. La universidad: schola, universitas, studium, - 4. Los programas de estudio y los mas célebres profesores de derecho, - 5. El ‘ius civile’. - 6. El ‘ius canonicum’, . 7. Los juristas de derecho civil y de derecho canénico. - 8. «Sistema iuris»: el problema del «derecho comin» («ius commune») por una parte, y del «sistema de derecho comtin» que une «ius communey y «iura propria», por otra parte. 1. El ‘cambio’ del siglo XI: Gregorio VII y la Iglesia Universal. Desde hace tiempo la historiografia europea y norteamericana, indagando sobre la realidad del siglo XI y los decenios inmediatamente precedentes y siguientes ha individualizado un proceso de renovacién de la vida civil, econémica, religiosa e institucional tan profundo que debe de ser calificado con un nombre especifico propio’. Lo cierto es que justamente durante el siglo XI emergen y maduran algunas situaciones que verdaderamente hacen pensar en un nuevo mundo que est4 comenzando. Es muy sobresaliente el afio del gran cisma de Oriente - 1054" -, en el que se consuma la separacién (todavia hoy existente) entre la Iglesia oriental y la Iglesia occidental. Aquella reconocer4 como propia Charles Haskins ha hablado de renacimiento del siglo XII, centrando la atencién sobre todo alrededor de un siglo en que las senales de renovacién son indudablemente mas maduras y evidentes. Francesco Calasso y Manlio Bellomo han denominado a este proceso de renovacién como «renacimiento medieval». Mas recientemente Cinzio Violante y Johannes Fried han preferido la expresién «svolta dell'undecesimo secolo». Mas radical y extremo, y decididamente criticado y rechazado por Rudolf Schieffer, es el término utilizado por Bermann: «revolucién medieval». ? Jacques Le Goff, por ejemplo, ha puesto en gran evidencia la fecha del 1054. CAPITULO X ‘cabeza’ al patriarca de Constantinopla, ésta al Obispo (el papa) de Roma. Se trata de un evento que no es irrelevante para toda la cristiandad occidental, y por lo tanto tampoco para aquellos territorios de la peninsula ibérica que ya no estén bajo gobierno arabe. Incluso, en muchos aspectos, se entiende mejor la historia de los reinos cristianos de Espafia cuanto mis se sittia aquella historia en el contexto de los grandes acontecimientos europeos: con una debida observacién, acerca de los limites de la participacién espaiiola a las novedades de los siglos XI y XII. Mientras en otras regiones de Europa se habian estabilizado muchos regna, y a excepcién de las incursiones hiingaras del siglo X, sobre todo, no existian dramaticos problemas determinados por el choque de civilizaciones del todo diferentes, como la cristiana y la arabe; en la peninsula ibérica, sin embargo, los regna cristianos estaban decididamente empeiiados en la dificil empresa de la ‘reconquista’, y por esta razén se proveyeron preferentemente sobre el plano militar, por lo cual la vida del regnum terminaba con ser extensamente dominada por las exigencias de los hombres en armas, mas que por los hombres de la Iglesia 0 por grupos productivos y mercantiles. 2, Las nuevas ordenes religiosas y la reforma gregoriana. La separacién de la Iglesia occidental de la oriental trajo consigo apreciables consecuencias, De hecho, tomaron cuerpo de manera mas visible y concreta, acelerando su proceso de desarrollo, algunas orientaciones que desde algunos decenios habfan comenzado a manifestarse, en el campo religioso y en el civil. Se regeneraba la «Regula» benedictina, porque nacieron nuevas 6rdenes religiosas, como la de los Cluniacenses (de Cluny) en Francia, 0 la de los Camaldulenses (de Camaldoli) o la de los Vallombrosanos (de Vallombrosa) en Italia, abriendo camino a otra orden religiosa, los Cistercienses, que poco mas tarde seria fundada en Citeaux, en Francia, por San Bernardo, Se regeneraban las distintas «Regulae» canénicas, y se intensificaban las largas peregrinaciones como vias de espiacién del pecado, principalmente hacia Santiago de 218 ipa LA EPOCA NUEVA: SIGLOS XIL-XV Compostela. Pero sobre todo se regeneraba la Iglesia romana: Iglesia universal para todos los fieles en Cristo, y por esta raz6n también para la Iglesia espafiola. Hacia la mitad del siglo, justamente acabado de producirse el gran cisma, aparecieron libelos polémicos contra una tradicional disgregacién y una gravisima decadencia de las costumbres cristianas: asi, por ejemplo, Umberto de Moyenmoutier publicaba en el 1058 su obra Contra simoniacos. En este contexto hay que recordar dos figuras ejemplares de pontifices de ese siglo. La primera figura, del todo negativa, es la de Juan XIX (que muere en el 1032). Atento a sus interes personales’, mientras en torno a él los eclesidsticos hacian estragos con las cosas de la Iglesia, y comerciaban incluso con los misterios de la fe, haciendo entender el poder vender y transmitir a cambio del pago de dinero, a semejanza de Simén Mago, el poder de hacer milagros (simonia). La segunda figura se convertiré en mitica en la historia de Ja Iglesia, y de Europa, es la de Gregorio VII. Monje nacido en Italia, puede que en Roma o en Soana cerca de Grosseto en el alto Lazio, cardenal de nombre Ildebrando, convertido en pontifice en el 1073 y asume el nombre de Gregorio VII. El nuevo papa interviene con decision y reforma la estructura de la Iglesia tan profundamente hasta crear una sélida pirémide institucional, capaz de regir durante todos los siglos de nuestro milenio, siendo atin hoy la estructura jerarquica fundamental de la Iglesia catélica (si se hace excepeién del ‘Opus Dei y de los poderes conferidos a su obispo, titular de una prelatura nullius, es decir, sin limites territoriales, a diferencia de los obispos planificados por Gregorio VID). La Iglesia encuentra asi su sistematizacin universal y le confiere una normativa de base con un célebre texto legislativo, el Dictatus papae, promulgado en el afio 1075: en la base estan las parroquias, ? Retomando un incisive juicio de Luigi Salvatorelli, Manlio Bellomo ha puesto en evidencia eémo Juan XIX estuvo «intento solo agli interessi della sua casa di Tuscolo». 219 CAPITULO X sobre un nivel superior y por esta razén con una jurisdiccién més vasta y comprometida estan los obispos (con sedes sufragdneas, es decir superpuestas, y las sedes metropolitanas, 0 sea preeminentes), sobre un nivel incluso superior y con otras y mayores responsabilidades est el Colegio de, los Cardenales, a quien corresponde la elecci6n del Pontifice, y en la ctispide de la pirémide esta el papa romano. Alrededor de esta construcién y por decirlo de alguna manera en paralelo se colocan las érdenes religiosas: las érdenes benedictinas, principalmente, segiin las nuevas variantes ahora recordadas, y estan los cluniacenses, los camaldulenses, los vallombrosanos, los cistercienses, y mas tarde la orden de los franciscanos (de San Francisco de Asis). 3. La universidad: schola, universitas, studium. Es dificil pensar que se haya podido desarrollar fuera y mas allé de toda formacién técnico-profesional y fuera y mas allé de una ciencia del derecho toda la complejidad de sucesos politicos que de vez en cuando levaban a consolidar y transformar viejas magistraturas, 0 a la formacién de nuevas magistraturas y oficios, a la redaccién escrita de costumbres orales, a la redaccién y a la promulgacién de leyes locales 0 regias. De la misma forma es dificil pensar que los soberanos de los reinos ibéricos, los sefiores territoriales, las ciudades libres, las corporaciones de tierra y de mar no hayan tenido una concepcién de su poder en el momento en que se sentian sus titulares o lo ejercitaban concretamente; y es dificil imaginar que no hayan buscado dar una legitimacién juridica a cada uno de sus poderes. Asi de tal modo aflora el papel de los juristas. Son a veces juristas de la corte, en el séquito de un soberano o de un sefior, al servicio de una ciudad libre o de una corporacién, de un episcopado o de una parroquia o de un monasterio: juristas de modesto nivel, como notarios o procuradores, o de alto prestigio, como jueces o cénsules, © de altisima dignidad, como consejeros de corte 0, ellos mismos, como obispos y abades. Un mundo nuevo va sustituyendo lentamente al antiguo. Al lado del humilde trabajo de los campesinos, de las artes marciales y de la profesionalidad militar, de la habilidad técnica del artesano 0 del mercader se van situando las nuevas profesiones del 220 ENE TARP RITES IY NH CE S i LA EPOCA NUEVA: SIGLOS XIL-XV jurista y del médico’, y éstos poco a poco terminan aventajando por centralidad e importancia a algunas de las viejas dignidades: con la consecuencia de que algunos miembros, especialmente los segundones, de la nobleza y de la hidalguia se empefian ahora en el estudio del derecho, para adquirir aquella competencia profesional que los convertira adeptos y capaces de asumir muchos de los niveles de mando de los nuevos ordenamientos locales y centrales*. Para conocer el derecho son necesarias las escuelas. Se comprende por lo tanto cé6mo en toda Europa se van difundiendo centros de estudio especializados en la ensefianza del derecho civil y canénico. ‘Toda la peninsula ibérica participa en tal proceso creativo. Se abren escuelas de derecho a finales del siglo XII, y ya desde el Doscientos jévenes corajosos afrontan riesgos y fatigas, algunas veces mortales, para intentar alcanzar alguna de las grandes ‘ciudades doctas’ del tiempo: Paris para el estudio de la teologia y de la filosofia, Montpellier para el estudio de la medicina (como se decia, de la «fisica») y ya del derecho en la segunda mitad del siglo XII, y principalmente Bologna en el siglo XII y siempre mas en los siglos sucesivos, también cuando se abren haciendo concurrencia prestiogisisimas escuelas de derecho en Padova, en Perugia, en Napoli y en otros lugares de Italia, en Toulouse y en Orléans en Francia, en Valladolid, en Salamanca y en otras ciudades en la peninsula ibérica. A propésito de la ensefianza del derecho es necesario precisar cudntos estudios recientes han puesto en evidencia, con conclusiones por otra parte comtinmente aceptadas por la historiografia juridica y por la * El problema ha estado especificamente estudiado y puesto en el juego de los planteamientos historiograficos ms recientes por Manlio Bellomo en su estudio sobre el jurista como nueva figura de intelectual, * Sobre tal aspecto de la compleja problematica de los ‘ceti’ dominantes en la ciudad medieval y en la edad moderna ha centrado también su atencién el autor citado en su investigacién sobre la cultura juridica catalano-aragonesa, con una propuesta historiogrdfica innovadora y convincente que va bien més allé del ambito territorial (Sicilia) para el que habia sido formulada. Este tema y por lo que se refiere a la Corona de Castilla ha sido objeto de recientes investigaciones por parte de Agustin Bermiidez y de yo misma en sendas aportaciones cientificas. CAPITULO X historiografia de la universidad europea del medievo’. Ya en el plano terminolégico es indispensable distinguir entre schola, universitas y studium. El primer término se refiere a un lugar especificamente determinado, que habitualmente, en los tiempos mas antiguos, esta constituido por una estancia de la casa en que habita un profesor o por una casa tomada en comodato o en alquiler, o incluso un local anexo a una catedral o a una iglesia colegiata o a un convento o a una iglesia oficiada por una orden religiosa. Por lo que respecta a las casas privadas, en Bologna, desde los origenes, la ensefianza se tiene en la casa del profesor: basta recordar a Irnerio, a los «cuatro doctores» (Martino, Bulgaro, Iacopo y Ugo) y a otros juristas del tiempo. Entre todos los lugares, fue célebre la «curia Bulgari: vale recordar aquel gran patio de la casa de Bulgaro, noble y rico sefior bolofiés, sobre el que se abria no solo la escuela del jurista, sino también un local destinado a la gesti6n de arbitrio y de consulta procesal. En un caso un jurista forastero, llegado a Bologna, recibe hospitalidad en el palacio de una potente familia local: asi Piacentino (no sabemos nada del célebre personaje, solamente que nacié en Piacenza, ciudad de Lombardia) tiene escuela abierta en el palacio de la familia Castelli, donde tiene tanto éxito que despuebla las otras escuelas de la ciudad, suscitando envidias y rencores. Se puede recordar como ejemplos de escuelas hospedadas en locales eclesidsticos cuanto acontece en el afio 1222 y poco después en Padova, en donde las primeras escuelas son hospedadas por los Dominicos, y en Orléans, en la segunda mitad del siglo XIII, donde Jacques de Revigny desarrolla actividad didactica en el convento de los Dominicos: «... in domo predicatorum...»’. * Se trata de indagaciones y reflexiones del historiador italiano, Manlio Bellomo, que a lo largo de los tiltimos decenios ha repetidamente afrontado estos temas, partiendo de su cldsica monografia sobre la universidad en la edad del derecho comtin y continuando en una serie de articulos escritos en tiempos diversos y comunicaciones mantenidas en congresos italianos e internacionales. ” Datos concretos y exposiciones cientificas determinadas sobre esta 222, LA EPOCA NUEVA: SIGLOS XIL-XV No se conoce, en cambio, el lugar en el que estuvo activa una escuela de derecho canénico de un jurista italiano, Ugo (o Ugolino) de Sesso, que alentado por la sagaz politica de Alfonso VIII tiene lecciones en Palencia, en Castilla, ya hacia finales del siglo XII’. Es clara en la formulacién, pero hace referencia a escuelas no mejor identificadas, la motivacién dada por Sancho IV en 1293, en un fragmento del diploma de fundacién del Studium de Alcalé de Henares: «..tenemos por bien de fazer Estudio de Escuelas generales...»’, Fragmento que, como veremos, refleja y testimonia un grandioso proceso europeo de consolidacién y de organizacién de las escuelas de derecho en el interior de un studium, pero que no dice nada de las «Escuelas generales» que también recuerda explicitamente. Se puede solamente suponer que tales fuesen las escuelas de las érdenes religiosas operantes ya desde hacia tiempo en la ciudad. Y por tanto, como ha sido puesto de manifiesto, en Castilla no sucedia nada diferente de cuanto habia sucedido y estaba sucediendo en Italia y en otras partes en la Europa del siglo XIII. Otro término que comienza a aparecer en las fuentes solo en el siglo XIII, y por lo tanto en un tiempo sucesivo al primer funcionamiento de las escuelas de derecho, es el término universitas. De forma individual no representa ninguna realidad especifica, porque puede adaptarse para designar el régimen de una ciudad, o una corporacién de artesanos o de mercaderes, de tierra o de mar, u otra realidad de comunidad organizada y capaz de presentarse unitariamente en el mundo de la politica o de la econom{fa. Pero es un término que comparece en los ambientes de estudio, y se arraiga de tal forma que termina con la designacién, en la época moderna, a los ordenamientos académicos preordenados para la ensefianza de los niveles superiores de toda ciencia: Universidad, Universita, Université, University, Universitat, Universiteit”. cuestién han sido aportados por Domenico Maffei, Manlio Bellomo y Bezemer. * Debemos a Domenico Maffei la investigacién sobre Ugolino da Sesso. * Manlio Bellomo ha dedicado un reciente estudio especifico sobre el tema concreto de Alealé de Henares. " Una aportacién singular y esclarecedora del panorama universitario europeo lo Heva a cabo Manlio Bellomo en su ensayo sobre la Universidad. 223 CAPITULO Xx Si se siguen los documentos relativos a las fases més sobresalientes de la ensefianza superior (siglos XII y XIII) el término universitas resulta cominmente conjunto con el término scholares, asi que se forma la expresién corriente de universitas scholarium; pero con el pasar de decenios, en el siglo XIV y mas decisivamente en el siglo sucesivo, el acoplamiento més usual se vuelve aquél entre universitas y schola, y la expresién que deriva es universitas scholarum. La universitas scholarium es una corporacién de estudiantes forasteros 0 extranjeros, que se agregan en una comunidad organizada con el fin de obtener una serie de bienes y de servicios que resultan indispensables para quien, «peregrino por amor a la cienciar", vive lejos de casa. Se trata de bienes y servicios primarios para la vida cotidiana: el alojamiento, la comida, los libros al precio mds honesto, el dinero que en caso de necesidad se pide y se obtiene en préstamo, la tutela jurisdiccional en el interior de un ordenamiento que poco o nada concede al forastero y al extranjero. Las universitates scholarium no estén presentes en todas las «ciudades doctas». Mas bien, en la generalidad de los casos estas asociaciones estudiantiles faltan, porque son pocos los estudiantes forasteros y extranjeros, o porque la autoridad publica impide que se formen. Pero alli donde estén presentes, las universitates scholarium dan un titulo de legitimidad a algunas de las escuelas activas en la ciudad, y solo a algunas: esto es a aquellas que son consideradas las mejores y por esto son «electae» entre muchas. Esto sucede ciertamente en Bologna (en donde operan ademés bien dos universitates: Vuniversitas citramontarum, esto es de los italianos que provienen de las regiones situadas al sur de los Alpes, y la universitas ultramontanorum, esto es de los extranjeros que provienen de més. alla del monte, de los territorios situados mas all4 de los Alpes), en Vercelli, en Padova, en Perugia y, fuera de Italia, en algunas de las ciudades doctas incluso con variantes en cuanto a la libertad de los estudiantes, pero no sucede en Napoli, ni en Roma, ni en Reggio Emilia, y, tampoco, en Castilla en el momento de la fundacién del " En su ensayo sobre la universidad, Manlio Bellomo hace referencia y analiza esta expresién de Federico I Barbarroja contenida en la célebre constitutio «Habita», 204 LA EPOCA NUEVA: SIGLOS XILXV studium de Alcala de Henares. Los papas miran con favor estas asociaciones estudiantiles. Sobre todo en los primeros decenios del siglo XIII llevan a cabo de hecho intervenciones decisivas en defensa de la «libertas» de los estdiantes, como hacen Inocencio III y sobre todo Honorio III. A Honorio III, entre todos, se debe la constitucién pontificia que en el afio 1219 instituia por primera vez en Europa el examen de ‘aurea’, llamado «licentia docendi», porque el que la alcanzaba tenia el poder y la libertad de ensefiar («docere») por doquiera en la Europa cristiana. Debemos de volver ahora la atencién al término studium” y alo que eso representa en el mundo medieval y moderno. Studium no es término que pertenezca a los origenes de la universidad europea: en cambio es un término que comienza a circular después de alrededor de un siglo de vida en las escuelas privadas abiertas para ensefianza especifica del derecho. En Bologna esta documentado el uso en el segundo decenio del siglo XIII, y poco después de studia se habla también en relacién a los centros menores, como Vercelli. Studium indica una realidad compuesta: en una fase ya madura de las escuelas de derecho designa de hecho el haz de relaciones que se entrecruzan entre las escuelas, las universidades (en donde éstas existen), el régimen de la ciudad 0 la autoridad regia o la suma autoridad imperial o pontificia. La palabra, por lo tanto, tiene juntos en un orden definido elementos de diversa y diferente estructura y composicién, porque diversos y diferentes son las scholae y las universitates y los regimina delas ciudades o de la curia pontificia 0 imperial. Lo que va puesto en evidencia es el hecho de que tal hecho es de vez en cuando definido y regulado por normas que tienen diferente procedencia y naturaleza. Alli donde existen las universitates, como en Bologna o en Padova, el orden se determina por una voluntad concorde de diferentes sujetos, y al acuerdo se une alguna vez pacificamente pero con més frecuencia, especialmente en los inicios del siglo XIII, al precio de encuentros incluso violentos y de * Siguiendo la metodologia y la técnica expositiva puesta a punto por Manlio Bellomo quien de forma significativa ha recogido recientemente sus ensayos especificos sobre esta materia. 225 CAPITULO X tensiones m4s o menos patentes entre profesores, estudiantes, municipalidades ciudadanas, emperadores, pontifices. Y cuando se consigue construir un ordo de relaciones definidas, en ese momento se puede decir que existe un studium. En donde no existen las universitates el suceso discurre de un modo mis lineal: esto sucede en Napoli, en Roma, en Reggio Emilia, en Alcala de Henares y en otras ciudades de la peninsula ibérica. En Napoli y en Alcalé de Henares el ordo es impuesto por la voluntad regia: en el primer caso por Federico II de Suavia, rey del Regnum Siciliae y Emperador del Sacro Romano Imperio, en el segundo caso por Sancho IV, rey de Castilla y Len. En este sentido es escultural la frase adoptada por Sancho IV en la bula de fundacién del Studium castellano: «...Tenemos por bien de fazer Estudio de Escuelas Generales...». En Reggio Emilia, como antes en Vercelli, es sin embargo el régimen municipal el que da un ordo a las escuelas existentes en la ciudad: tanto que en la disposicién en cuestién se establece en qué modo los estudiantes debian de ser establecidos entre las varias escuelas y cudles asignados a las escuelas situadas en la calle principal y cudles a las escuelas bajo la calle principal de la ciudad. En Roma las cosas, durante algun decenio, parecen discurrir en modo diverso: més alld de un orden, que sera voluntad del papa Bonifacio VIII solo a finales del siglo XIII, existe y funciona en la curia pontificia una escuela para la ensefanza superior del derecho, cuyas relaciones con el mundo circundante son determinadas libremente y son originadas a partir de los intereses de los j6venes estudiantes, pero también de los de los practicos del drecho y de los de los procuradores no propiamente jévenes, a seguir cursos especializados de derecho, para afinar el conocimiento ofrecido de la prdctica, y para afinarlo incluso en el nombre y con el uso de las leyes de Justiniano”. Esta escuela no es todavia un estudio, obviamente: pero del Studium romano constituira el primer nucleo esencial y originario. Se entiende, en este punto, que es necesario ser muy cauto cuando se habla de Universidades que habrian sido «fundadas» por un rey o por ” Se debe a Manlio Bellomo el «descubrimiento» de una de estas escuelas privadas, casi ciertamente general, cuyos cursos, por esporddicos pero seleccionados fragmentos, se han conservado en un cédice manuscrito actualmente custodiado en el Museo Nacional de Praga. 226 LA EPOCA NUEVA: SIGLOS XIL-XV un pontifice o por un emperador: todo esto corresponde con la realidad histérica que comienza en el siglo XV, pero todo esto es una lente deformante si se quiere conocer la realidad de los siglos XII- XIV, En relacién a estos siglos las pocas «fundaciones» regias 0 papales notables (Napoli, Alcala de Henares, Roma, etc...) son en realidad intervenciones de una autoridad superior que mientras reconoce escuelas existentes y ya operativas desde un «orden» hacia sus reciprocas relaciones (incluso para evitar no deseables concurrencias, envidias, degradaciones) y da constestualmente un «orden» a la relacién que entrecruza entre el complejo de sus relaciones y su misma autoridad publica™. 4, Los programas de estudio y los mas célebres profesores de derecho. En las escuelas de derecho abiertas y que funcionan en Europa entera se siguen programas de estudio completamente idénticos entre si. El derecho esta dividido en dos grandes campos: ius civile y ius canonicum; y cuando se quieren indicar ambos derechos se adopta la expresidn utrumque ius. Al lado de éstos, como apéndice del ius civile, se coloca el ius feudale. No existen por lo tanto, durante siglos, las especializaciones que serdn tipicas y difundidas en la edad moderna. En el ius civile esta comprendido el ‘derecho privado’, el ‘derecho public’, el ‘derecho penal’, el ‘derecho mercantil’, los ‘derechos procesales’ (civil y penal), etc. En el ius canonicum estén comprendidas las materias que mas directamente afectan a la vida de la Iglesia universal, como algunos aspectos de la vida clerical", el matrimonio (X.4.7, X.4.13, X.4.16, * Panto es asi que, como ha sido observado a este propésito por Manlio Bellomo, el Studium de Bologna no fue jamas «fundadow: porque se dié a si mismo, con las propias formidables fuerzas creativas, aquel ordo que en otro lugar era necesario imponer desde lo alto. * Vid, por ejemplo, en las Decretales (Liber Extra) de Gregorio IX, X.3.6, de clerico egrotante vel debilitato; X.3.41, de celebratione missarum et sacramento ‘Eucharistie et divinis officiis; X.5.14, de clericis pugnantibus in duello; X.5.24, de Clerico venatore; X.5.25, de clerico percussore; X.5.28, de clerico non ordinato 227 cAPITULOX etc.), el divorcio (X.4.19), los censos eclesidsticos (X.3.39), las décimas (X.3.30), el derecho de patronato (X.3.38), ete.; junto con éstas, sin embargo, estén también comprendidas materias que pueden dar origen al pecado por violacién de la palabra dada y de la buena fe, por perjurio, por homicidio o hurto o dolo o estafa o apropiacién indebida®. En este segundo orden de materias se evidencia obviamente el problema de la relacién entre ius civile y ius canonicum, puesto que los dos derechos tienen normas relativas a los mismos institutos juridicos; el problema, de antiguo origen (ya teorizado por el papa Gelasio en el afio 494), encuentra una orientacién de solucién en el principio fundamental «nec papa in temporalibus nec imperator in spiritualibus»”. 5. El ‘ius civile’ Las vastas materias que recuerdo ahora solo de modo sumario y a modo de ejemplo tienen su bdsica disciplina en algunas grandes colecciones normativas (impropiamente lIlamadas «codificaciones» por parte de algunos historiadores del derecho): el ius civile en la antigua legislacién del emperador romano de Oriente, Justiniano, y el ius canonicum en una serie de colecciones compuestas durante los siglos XII y XIITy solo en minima parte en los inicios del siglo XIV. En cuanto al ius civile, es impresionante observar cudn antigua era Ja legislacion de Justiniano. Justiniano, de hecho, habfa promulgado sus leyes en el siglo VI. d. c., en Constantinopla, con la intencién de recuperar la memoria de los mejores fragmentos de la antigua jurisprudencia romana de la edad clasica y de seleccionar las constituciones de los emperadores que lo habian precedido. Entre el 529 y el 534, por consiguiente, despues de haber dado a una comisién especial (presidida por Triboniano) el encargo de realizar su proyecto ministrante; X.5.29, de clerico per saltum promoto, ete, “ «Ration peccati», por lo tanto, el ius canonicum regula también la emptio-venditio (X.3.17), el mutuo (X.2.4), el comodato (X.3.15), el homicidio (X.5.12), el hurto (X.5.18), el erimen falsi (X.5.20) ete. * Sobre el principio teorizado por el papa Gelasib y sobre la dificil identidad y aplicacién de la existencia de dos «dignidades distintas» he dedicado mi atencién en la exposicién que he realizado sobre la primera edad medieval en que planteo las principales problemsticas que configuran la realidad europea en estos siglos. 228 LA EPOCA NUEVA: SIGLOS XIL-XV habia podido promulgar como ley del Imperio Romano de Oriente un manual de Institutiones (en 4 libros), los Digesta (poderosa coleccién de fragmentos de los juristas romanos, dividida en 50 libros), el Codex (continente de las constituciones imperiales seleccionadas por la comisién de Triboniano, en 12 libros) y habfa después continuado legislando obre materias especificas, con singulares constitutiones que, recogidas en una serie continua, terminaron por constituir las Novellae (constitutiones). Después de la muerte de Justiniano la compilacidn entera estaba sustancialmente perdida, sea en Oriente en las dreas bizantinas, en las cuales el viejo derecho romano era extrajio a las costumbres y a la sensibilidad juridica local, sea en las diversas tierras que habian formado parte del Imperio Romano de Occidente (terminado en el 476, con la deposicién en Ravenna del ‘iltimo Emperador de Occidente, Rémulo Augusto), en las que no habia conseguido penetrar por la existencia de muchos regna de los «bérbaros»: los visigodos en la peninsula ibérica, los burgundios en la parte de la Francia meridional, los bavaros en parte de la Germania meridional, los godos y después los longobardos en la Italia septentrional, etc. También en Italia, que habia sido la cuna del antiguo derecho de Roma, después de la efimera reconquista bizantina al final de la guerra de veinte aiios contra los godos, la compilacién de Justiniano se habia perdido, aunque hubiera sido promulgada oficialmente en el 554, con la famosa «Pragmética Sanctio pro petitione Vegilii» (del pontifice romano Vegilio): se habia perdido en la Italia septentrional por la Hegada de los longobardos, que comienza a partir del 568, y en Ja Italia meridional e insular por razones no evidentes pero puede ser que por la lejanfa del poder central de Bizancio. Puede por lo tanto sorprender que después de cerca de seis siglos de olvido algunos intelectuales se hubieran acordado de la existencia de la compilacién de Justiniano y hubieran comenzado a leerla y a estudiarla, y que las leyes de Justinano se hayan difundido tan ampliamente que se Ilegan a imponer como tinico y fundamental texto de estudio en las escuelas universitarias europeas, durante un tiempo que ha durado y todavia dura, que se extiende a casi todo el segundo milenio de la historia europea. 229 CAPITULO X Vamos ahora a conocer los lugares en los cuales se fue descubriendo y restaurando la antigua legislacin de Justiniano y algunos de los principales protagonistas de tanto éxito uniforme; y vamos también a intentar comprender en qué modo emergié aquella antigua legislacién y se difundis por toda la Europa cristiana. Las primeras sefiales de interés por los pergaminos que transmiten las leyes de Justiniano se manifiestan de forma apreciable solo hacia finales del siglo XI en algunas regiones de Italia centro-septentrional (sobre todo ente Toscana y Lombardia). Aqui aparecen iudices que por primera vez, despiiés de siglos de diferente tradicién", demuestran saber leer y escribir y tienen la voluntad y el interés de registrar al lado de su nombre su cualificacién profesional. Como ha sido advertido, uno de éstos, un tal Sismundus (0 Sigismundus), se declara

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