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Ignorar la deslealtad, la indiferen SPW storey AS Re stot ome} capacidad de traicién de los antisocial fingen sentimientos pero que no aman por nadie, es uno de los mayores info la gente bien intencionada, Agenda de Hoy En ese grupo de irresponsables que violan las leyes sociales sin inmu- ia nila amistad y que no distinguen padres, conyuge: lad cuando en realidad vada por un caricter domi- reconocerle méritos 2 nadie, prepotencia, gran- diosidad y el creerse con derecho a todo sin merecerl, Los borderline entran en este libro, por tratarse de personas que mues- tran conductas normales la mayor parte del tiempo, pero que en sus sis actuan de manera totalmente irracional y destructiva_y pueden, sin proponérselo, hacer daiio a los demas. Este libro le permitiré al lector desenmascarar oportunamente a los allegados que se han constituido en los mas destruc nos para protegerse de ellos wr ponameresrandei om Ou.) Carlos E. Climent LA LOCURA LUCID, forte(o pom cbentoels LA LOCURA LUCIDA erm ee OO Na, PEC Cn CC rane Problems cet Te Republica tibbetecs Las Angel Arango La Locura LUCIDA Antisociales, narcis y boniertine Carios E, Cument Editorial / Agenda de Hoy emo 622015 a6 2014 ©2014 Caran Cimert © 2014 Parararcara Ea Raquel Miceya Fonseca Leal Cae 12 No 24-0, 1 G7 Diagranacién Fax (671) 2570005 ‘feo Manz Cats ‘wv serrescaaeiteral com Fat deer Sopot. C. coca OMe Focea com ISBN 976-958 30-4740-2 Phi su epost o parcial ot eaiuier mec sin pemise de Editar Toes os oerachsresecens. Lmpweso por Panamencana Formas ¢ press S.A ale 65 Wo. $626. Tes (7 1) ane 10 4500355 Fox (671) 2768008 Sopot. 6, Goering Duen sap ata como Impraso en Coloma. (ConTENIDO, INTRODUCCION.. « vol Et. aNmIsocial. Introduccion... Las conductas antisociales cotidianas: Un simple yogur .... El avivato : El mal pagador ae 2 26 El vecino abusivo El conductor irresponsable.... El conductor borracho ... Manipuladores y manipulados. Los antisociales en el hogar. Elincorregible.... La celestina Inescrupuloso en la inti admirado publicamente al ee Los antisociales en las relaciones afectivas El partidazo” seis Los antisociales en el mundo empresarial “EL gran sefior” Los antisociales en la politica 65 65 Los antisociales en otros caminos de la vid: Camutlados con una bata blanca... i Camufiados en el mundo de la farandula 67 Los generadores de sentimientos de culpa vn. 69 La maldad. 0. La codicia inmoral Ss at Sse en ns TH Manejo del antisocial El arlie so de El inicio de los cambios... ine 83 Control de conductas inaceptables.......ccessensenee 84 | tratamiento lleva un mensaje de esperanza eco o.n 85 éPor qué se toleran los comportamientos inmorales? e088 Consecuencias de no hacer el diagnéstico de personalidad antisocial 98 La antesala de las conductas antisociales del adulto. Los trastornos severos de conducta de la infancia y Ia adolescencia El tridngulo biopsicosoe La difcultad para hacer el diagnéstico. soon WO La crianza de un antisocial anon lO2 Manejo del trastorno severo de conduct snueeseen 105 Criterios int diagnosticar la personalidad antisocial ~ seeoensrnine TOT Dificultades diagnésticas 108 Cucstionerio para detectar un antisocial camullado..... 109 Cavtrino 2 EL Nanciststa Introduccion. 7 Las conductas 19 El egocentrico hig El sabelotodo 120 El catedratico.. 120 El docente wlth El dictador... 121 Los narcisistas en el hogar. oe 124 Los padres narcisistas... 124 Consecuencias del narcisismo en los hijos Metas pata la liberacié “La sufrida ama de casa” 7 Los nercisistas en las relaciones afectivas.. El principe azul La compulsion a la repeticion .. Los narcisistas en el mundo empresarial El ambicioso ejecutivo: Los narcisistas en la politica. . Minejo del Accs, Leliberacion demos gonen Preguntas previas a la emancipacion El fortalecimiento personal. La dave del cambio... Criterios internacionales par hacer el diagnéstico de nai Dificultades diagnésticas.. - Cuestionario para detectar a un narcisista camuflado esi Los RASGOS HORDERLINE Introduccién... Las conductas border ine cotidianas, El inestable aye El superficial en las relaciones interpersonales, El que siente que su vida carece de sentido El impulsivo. El ambivalente .... E] asustado.... El influenciable ... El paranoide. E] autodestructivo.. El borderline en el hogar. 128 130 131 137 137 139 143 144 149 154 161 162 162 168, 169 170 7 179 179 179 180 181 181 182 183 183 183 184 Angela, un caracter rabioso que se apacigua con los afos.. Relaciones tempranas con padres borderline. Los mensajes de los padres borderline. Recomendaciones pata las v de un padre borderline... Aceptacién No negar ni minimizar Combatir los mitos sobre las emociones.... imas Liberarse de los prejuicios y Fachadas Poner distancia emocional Entender el concepto de irracionalidad Poner limites y autoafirmarse. Aplicar estrategias de comunicacién adecuadas.. Conocer La cadena borderline y su efecto sobre las relaciones afectivas. enfermedad cay Je Ruby: de la madre a la hija EI borderline enmascarado por una Farmacodependencia El.caso de Dario Z Consideraciones clinicas sobre el bordei Manejo del borderline {Por qué el borderline se considera de mal pronéstico? Condiciones recomendables de un terapista para borderline. ernacionales para hacer de personalidad borderline. Dificultades diagnésticas, “ para identificar a un borderline. Cuestior Apéndice rn Agradecimientos. 184 187 190 191 191 192 193 193 193, 194 194 196 198 199 199 213 rik, 218 220 IntRopuccion “ pesar de sufrir severos trastornos mentales, los antiso- ciales y los narcisistas posan de personas de conductas y razonamientos intelectuales aparentemente normales. Se incluyen, en este libro, las personas con rasgos borderli- ne, porque, si bien se trata de personas de apariencia normal la mayor parte del tiempo, en sus crisis acttian de manera im- pulsiva y no pocas veces irracional. Sus comportamientos son autodestructivos y pueden, sin proponérselo, hacerles dafo a otras personas. Pero, a diferencia de los otros dos trastomos, las acciones del borderline no son manipulativas ni premedi- tadas, ni buscan un beneficio personal del término bordeline en ver del més castizo, pero excesivamente largo “Trastorno limitrofe (fronterizo) de la personalidad” obedece a obvias razones de simplicidad practica, pero tambien al hecho de que es como se lo conoce a nivel internacional. E] objetivo del texto es describir a los enfermos de los tres trastornos para que sus victimas puedan identificarlos, se protejan de sus acciones y, en la medida de lo posible, puedan ayudarlos. Las personas con las conductas disimuladas descritas con- forman un grupo mucho mayor que lo sospechado y que lo establecido por las estadisticas medicas. Van por el mundo con el disfraz de la normalidad, razén por la cual muchas ul iii caat le veces en el texto se los designa como camuflados, viviendo Jas consecuencias de su trastorno y haciendo sufrir a todos los. que los rodean, en especial a sus seres queridos. La Folie Lucide es el titulo de un libro escrito por el psi- quiatra francés Ulysse Trelat (Libraire de Academie Roya- le de Medecine,1$39) que en su version original se referi exclusivamente a los trastomos antisociales. En este libro, el termino cobija a los narcisistas y a los borderline. La mayor parte del texto recopila casos clinicos tratados por el autor y debidamente editados para proteger la iden- tidad de los informantes. El parecido de estos casos con la realidad de tanta gente, en lo privado y en lo publico, no es solo una coincidencia sino hechos que obedecen a trastor- nos universales de comtin ocurrencia. Unos pocos personajes, ampliamente conocidos, se traen a colacién por ser ejemplos del tema. Son personas que no Henan todos los requisitos para ser diagnosticados oficialmente como sufriendo de estos tras- tornos, porque solo tienen unos pocos sintomas (rasgos) consecuencia no son identificados como enfermos, pero su severidad es suficiente para generarles muchas dificultades y torturar a sus allegados. Evidenciar lo oculto en cada uno de los trastornos mencionados es la esencia de este libro La forma disimulada del antisocial constituye una presen- tacidn temible porque se enquista en las relaciones interper- sonales, en las familias y en la sociedad para cometer desde faltas “menores” hasta violaciones mayasculas de los dere- chos ajenos, siempre de manera camuflada (hasta cuando son descubiertos). Manifiestan su patologia por una falta de respeto hacia las normas establecidas y por una indiferencia notable hacia el sufrimiento de los dermis EI narcisista no le reconoce méritos ni le da la razon a nadie, pero suele creerse con derecho a todo sin merecerlo. Habla e interactiia con gran sensatez. con los demas pero no deja de ser prepotente, egoista, grandioso y egocéntrico. Pue- ee de mostrar comportamientos suaves, pasivos y sufridos 0 se puede manifestar como dominante y agresivo. El narcisiste merece su inclusién en este texto cuando sus caracteristicas dlinicas son abundantes, en cuyo caso se le considera un “pa- riente cercano” del antisocial camuflado. La habilidad de este personaje para manipular es enorme, por eso no ¢s extraiio que tanta gente caiga como victima de sus acciones, Sus ac~ tos, realizados en plena conciencia, siempre son daftinos para los demas e invariablemente se cubren con el manto del disi- mulo para eludir los radares de la sociedad. Cuando publiqué Los tiranos del alma (Panamericana, 2010) pensé que los poces pérrafos del capitulo sobre los trastornos de la personalidad eran suficientes como infor- macién general sobre estos temas. Ademas, los famil ins jeraban que tenian que convivir con estos enfermos consi que se trataba de caracteristicas que les tocaba aguantarse porque sus parientes “eran asi". Asumi que para el publico general estos temas no tenian mayor interés por tratarse de la revelacion de facetas complejas del alma humana por las cuales quien las posee jams consulta. Y deje las cosas de ese tamaiio. Pero con el tiempo me di cuenta de que las formas ca- mufladas de estos trastornos, incluidos los rasgos borderline, curren con una frecuencia mayor de la que aparece en las rigidas estadisticas médicas. Mis pacientes y mis lectores me relataron reveladoras historias de allegados con estas pertur- baciones que les hacian la vida imposible. Sentian la necesi- dad de aprender algo mas sobre ellos, ya fuera para ayudarlos © para liberarse de su dominio. Destacar su anormalidad oculta detras de una aparente lu- cidez es requisito fundamental para que la gente los conozca, los ayude cuando sea posible y se defienda de sus acciones en apariencia inofensivas. De lo contrario, la gente esta conde- nada a compartir su vida con ellos sin siquiera cuestionar sus destructivos comportamientos. 13 } } CARLOS E. CLIMENT El lector se preguntard, con razén, a medida que se aden- tra en este texto, si no me habré confundido, pues muchas veces describo un caso como antisocial y menciono sintomas de narcisismo o borderline dentro del mismo. La razon es que en comportamiento humano no hay una sola enfermedad en estado puro y con mayor razén con relacin a estos tres trastornos. Es muy dificil, por ejemplo, que un antisocial no tenga rasgos narcisistas y borderline. O que un narcisista este totalmente libre de caracteristicas antisociales 0 borderline. No sobra, por tanto, reiterar que los diagnésticos se de- terminan por la preponderancia de los sintomas que corres- ponden a una condicién dada, Jo cual no excluye que haya sintomas similares en una misma persona de las tres condi- ciones clinicas. Debe insistirse en una importante diferencia: los antiso- ciales y los narcisistas, con mucha frecuencia, causan dafio a través de sus actuaciones perversas, ventajistas y premedita- das. En cambio, los borderline pueden actuar impulsivamente y si llegan a producir dano a los demas, por regla general, lo hacen sin intencién. La inclusion de estos ultimos en este texto, como ya se anot6, obedece a que se trata de personas Jucidas que en ciertas momentos pueden actuar de manera irracional. 14. 4 Cariruco 1 EL ANTISOCIAL De acuerdo a criterios internacionales un antisocial se diagno: 4 cuando tienen tres de las siguientes caracte- risticas Insensible a las necesidades de los demas. Actitud evidente y persistente de irresponsabilidad y-desinterés en las normas sociales, reglas y obliga- ciones. Incapacidad de mantener relaciones duraderas, si bien tiene gran facilidad para iniciarlas. Muy baja tolerancia a la frustracién y una gran faci- lad para reaccionar de manera agresiva o incluso violenta. Incapacidad para experimentar culpa aprender de la experiencia especialmente del castigo, Gran facilidad para culpar a los demas o para ofre- cer explicaciones (racionalizaciones) por el com- Portamiento que le ocasiona problemas con la so- ciedad. InrRODUCCION Antisocial: “Contrario opuesto a la sociedad, al orden social”. RAE | trastorno antisocial o sociopatico de la personalidad cu- bre un amplisimo espectro. Mucho mayor de lo sospe- chado. El ciudadano comun se lo topara no una sino varias veces en la vida, Ya sea como un total extrafio, un simple conocido, un vecino, un socio, un colega 0 un “amigo”. Pero también puede ser un allegado como el propio hijo, el padre, a madre, la pareja o un pariente cercano o lejano con quicn se comparte por afios sin caer en la cuenta de la verdadera naturaleza del trastorno que sufre la persona. Obviamente, la lista es interminable e incluye desde los desconocidos insigni- ficantes hasta los figuranes que han pasado, o estan en trance de pasar, a Ia historia de la ignominia. Su campo de accion ¢s infinito y abarca desde las violaciones “menores” de los derechos de los demas, hasta los genocidios. Su modalidad de operacién intenta ser disimulada, pero un buen observador podra identificar tales caracteristicas detras del camutflaje. Si se toman como punto de referencia las normas diagnés- ticas de las clasificaciones internacionales que indican, entre otras caracteristicas, que tales personas no respetan normas so 19 CARLOS. CLIMENT ciales, son mentirosas, impulsivas, irresponsables, incumplidas, indiferentes y carecen de conciencia moral, menos del 1% de lh poblaci6n lo sufie. Pero si se incluye a los antisociales que tienen esas y muchas otras caracteristicas escondidas detras de fachadas de amabilidad, seduccion y pasividad “inofensi- va", la proporcion pasa de | de cada 100 personas a 1 de cada 25 personas. Si ademas se incluyen las formas més camufla- das, aquellas que solo se presentan con algunos rasgos 0 sea las manifestaciones antisociales “aisladas” como las que es- tan representadas en “pequerias” violaciones a las normas de convivencia ciudadana, la proporcién es aan mayor. A estas ailtimas esta dedicado este capitulo, Las estadisticas mencionadas producen escalofrios, pues se trata de personas “comunes”, con una gran capacidad de conviccion, muy habiles en realizar actuaciones calculadas en su propio bencficio. Hay conductas antisociales que se volvieron ‘normales” por la frecuencia con la que suceden y porque en un medio que tolera una corrupcién de niveles histéricos sin inmutar- se, que viene desde lo mas alto y abarca a toda la sociedad, las conductas delincuenciales menores 0 las menos percepti- bles se tienden a ignorar, La gente se acostumbré a aceptarlas como normales, Conocer la verdadera identidad del antisocial siempre es dificil, a veces imposible, razén por la cual la convivencia con esta especie de maldicién se puede prolongar por largos periodos Es muy hébil para actuar correctamente cuando alguien lo esta observando. Aparenta una gran normalidad pero detris de su exterior atractivo, inofensivo o servicial, se agazapa un ser calculador, insensible y no pocas veces per verso que no ama a nadie de verdad. $i no logra sus objetivos se indispone y se frustra pero no siente dolor; si es preciso lo finge. No siente culpa ni remordimiento, ni sufre por nada, si bien sus actos suelen afectar a los demas. Su condicién es de total frialdad afectiva. 20 BL ANTISOCIAL Es desleal y no respeta la familia ni la amistad. Para él no hay motivacién mas importante que sus propias necesidades. “Tremendamente persuasivo, va destruyendo lo que encuen- tra en sti camino, caracteristicas que lo convierten en alguien capaz de cualquier acto contra los demas, en lo privado 0 en lo publico. Por su facilidad sorprendente para manipular, fingir y en- gafiar se dificulta ponerlo en evidencia. Para lograr sus objet os ofrece sus servicios que a veces estan representados en lo mis primario: la simple obsequiosidad (Iéase lamboneria) y el chisme. Pero si su posicion se lo permite, hace propuestas de apariencia lucrativa con las cuales “enreda” a los ingenuos de turno con negocios de “ficil” realizacién. Asi comprome- te, implica y silencia a los asociados en “telaraiias” de opor- tunidades, triangulaciones y apalancamientos. Eso explica la raz6n por la cual tales personajes, a pesar de su conducta irre- gular, sobreviven en las instituciones, incluidas las familias, y nadie los denuncia. El que mordié el anzuelo tiene que ca- Ilarse porque es cémplice y el que no esta enredado le teme a su capacidad para manipular, crear chismes y desacre: De todas maneras hay una forma de chantaje que logra el silencio gracias a la intimidacién En este libro se describen ejemplos de conductas humanas contrarias 2 Ja sociedad en distintos grados. Desde los mas “inocuos o inofensives" que cobran vida gracias a una simple observaci6n de la cotidianidad, pasando por los antisociales camuflados en el hogar, las relaciones interpersonales, la po- litica, y el mundo que aparece destacado en las portadas de las populares revistas del glamur. Para llegar, en el apéndice, al ejemplo més espeluznante de la locura huicida. LAS CONDUCTAS ANTISOCIALES COTIDIANAS a linea que separa el irrespeto de los derechos de los ciu- dadanos de las conductas que constituyen violaciones {antisociales) de esos derechos es, a veces, muy tenue. En el primer grupo se inscriben las que han sido catalogadas den- tro de“la cultura del irespeto” (Echeverry, ©. El respeto. Clave de la solucion, 2012) que se manifiestan en actividades de la vida cotidiana. No se respeta ni a los discapacitados, ni a los ancianos, ni a los nifios, ni a los peatones, ni las normas am- bientales, de convivencia y de trénsito, tampoco se respetan ni se cuidan los espacios ni los bienes publicos. El irrespeto por los derechos de los demas va desde asun- tos menores como el no recoger los desechos del perro que se saca a pasear, hasta asuntos mayores como el conductor que continuamente arriesga Ia vida de los ciudadanes que esan en st camino y a quien no le pasa nada porque “todavia no ha matado a nadie”. O los financistas que hacen maniobras ilegales que pueden tapar antes de que salgan a la luz publica, y en consecuencia siguen siendo los “respetados a quienes no les pasa nada. O los funciona- rios y politicos que cobran porcentajes a los contratistas para aprobar los proyectos, pero a quienes tampoco les pasa nada porque “todo el mundo lo hace”. Para terminar con la més abominable de las conductas antisociales: la falta de respeto por la vida, Quienes irrespetan los derechos ciudadanos suelen recibir, cuando atin no se los conoce de verdad, un juicio benigno pues no son rotulados como antisociales, Pero no se puede neger {ue en Cada uno de ellos se configura, por pequeio que sea, el fermen de una accién opucsta al orden social, Puede ser una interpretaci6n complaciente y amafiada de las normas sociales @ una ambicién desmedida que en un principio se considera hasta deseable, Su doctrina intima, pero algunas veces divul- gada sin sonrojo, reza asi: “A la gente sin ambiciones la deja tl tren. Yo voy a pertenecer al club de los ganadores como sea, No al de los perdedores". Tambien se vislumbra en muchos de ellos una falta de consideracién casi imperceptible para con Jos demés, una violacién sutil de os derechos de alguien o una irresponsabilidad que se efecuta con gran frescura y que tiene como consecuencia el perjuicio, asi sea minimo, para alguien. ‘A todos ellos les da una cierta dificultad distinguir entre los derechos propios y los de los demas, es decir, entre el bien y el mal. En todos ellos hay diversos grados de fallas en el juicio de la realidad, Y frecuentemente tienen su “tufillo" antisocial, asi su camuflaje impida verlos con nitidez o a ley no los condene UN SIMPLE YOGUR iente de un supermercado de barrio, en el proceso de hacer sus compras semanales, de manera muy natural coge un yogur como quien lo va a depositar en el carrito y procede a tomirselo mientras selecciona los demas productos, Este es un acto corriente. Aleunas personas lo hacen, pero depositan el recipiente en la canasta y al final lo pasan por caja y lo pagan. La diferencia con el caso que nos ocupa es que el clien- te de marras, después de haberlo consumido deja disimu- ladamente en cualquier estanteria el recipiente vacio, pasa por la caja, cancela el resto de las mercancias seleccionadas, pero no dice nada del yogur. Simplemente no lo page y se va 23 4 tan orondo como llegé. {Ese hecho cémo se llama?: zolvido?, ivivera?, (indelicadeza?, shoplifing?, crateria? Nadie se preo- Cupa por bautizar este evento, mucho menos por aclarar el asunto. ¥ muchisimo menos por denunciarlo. Con seguridad otro cliente observé el hecho pero hizo, en silencio, su propio anilisis de la situacién: “Es un conocide y yo no me voy a meter en lios con un buen sefior que a lo mejor se va a devolver a pagarlo cuando, camino a su casa, caiga en la cuenta de que no lo pag6”. “Es algo humano*. “O a lo mejor es un buen ciudadano, muy apreciado y respetado socialmente que va a misa los domingos, y es ademas conocido como un padre ejemplar” (incluido, por supuesto, el ejemplo para el hijito que lo acompana de compras). © “es un tipo simpatiquisimo, ‘mamegallista””, dicen sus amigos y parientes, y lo del yogur es “una bromita més a las que nos tiene acos- tumbrados’. O se distrajo y no lo pagé. O es un “traqueto", 0 un tipo peligroso y malas pulgas. En conclusién, “mejor no me meto donde no me han llamado". Y todos callan. Por su lado, el supermercado, que ha registrado el hecho en cimaras de seguridad, tambien hace sus cilculos: "Si ex- Ponemos a este buen cliente al escarnio publico, y armamos el escandalo, lo perdemos y eso ¢s peor que un simple yogu Procede a considerarlo una parte de las estadisticas y calla EI sustraerse un yogur sirve de ejemplo para ilustrar una conducta antisocial que, por ser “tan menor” y por constituir un hecho aislado, se pasa por alto. “Es tan solo un detallito sin importancia, Ademas es muy buena persona y macy conocido”, dicen los ocasionales observadores del asunto en cuestién La verdad escueta, sin eufemismos, es que el sefior se robé un yogur. Punto. No le sacé la billetera del bolsillo al cliente que le pasé al lado. En ese sentido es “menor”, pero no por menor deja de ser antisocial, es decir, “contratio, opuesto a le sociedad y al orden social Si se tuviera la oportunidad de seguir de cerca las actuacio- nes de este personaje, con seguridad se le encontrarian muchas 24 a conductas parecidas a las del yogur. Lo cual no suscitaria duc das sobre la conducta antisocial del individuo en cuestién. De ‘esa forma, no seguiria considerandolo un olvido involuntario oun acto aislado “menor”. Pero como tal abservacién no es posible porque una vez fuera del supermercado nadie lo sigue vigilando, el resto de sus conductas siguen siendo eventos ais- lados que él se encargara de camuflar y la sociedad de pasar por alto. Dentro de la misma | imple yogur” hay una mul- titud de ejemplos de conductas antisociales camufladas de los cuales se han escogido unos pocos. Algunos se mencionan bre- yemente, otros se presentan como historias ampliadas, Ningu- no de los anteriores fue denunciado porque las acciones se eje- cutaron con disimulo dentro de contextos saciales tolerantes EL avivato El avivato es un representante clasico de la fauna sociopatica nacional que camina sobre esa linea delgadita entre lo que la gente tolera, es decir lo aceptado socialmente, y Jo antisocial. Fst representado en una multitud de actuaciones, entre las, que el ejemplo mas descriptivo es el de aquel que desca- radamente se roba el turno cuando esta haciendo fila para cualquier gestion y ante quien la mayoria calla de manera tolerante. Si alguien se atreve a reclamarle encuentra como respuesta la reaccién airada del infractor: "Cua es tu problema? Yo estaba primero!”. (Lo cual es fal- so). ¥ a continuacién viene el silencio de los observadores que en el fondo saben que el reclamo es justo, pero que hace rato se acostumbraron a no meterse en problemas. Esta situacion se repite una y otra vez en miles de circuns- tancias diferentes de la vida cotidiana de las sociedades en las cuales no hay una conciencia clara sobre los derechos de los demas o existe la tendencia a tolerar los abusos absueltos por 25 CARLOS E.CLINENT la costumbre. Muchas veces ocurren como un mecanismo de stumisin ante los ventajistas, los mas agresivos, los mas hipo- critas, los mas chismosos o los mas manipuladores, por ese te- mor ancestral a cuestionar a “la gente peligrosa”. De la misma forma se les teme a las “vacas sagradas”, por mediocres que sean 0 a cualquiera que haya sido elevado, con méritos o sin estos, a la posicién de poderoso. Ante cualquier representante de estos grupos, lo “recomendable” es no provocar confronta- ciones. De esa manera se perpetitan los abusos y no pasa nada. EL MAL PAGADOR, El “mala paga’ es famoso por ser “durisimo” para pagar sus deudas, pero recibe un trato especial por algunos sectores de la sociedad. Alli justifica su conducta. Incluso se la comenta como “curiosa” y hasta digna de admiraci6n: “Todo ef mundo demora un poco la devolucién de la plata que le prestan’. “Es tun tipo increible... y se ha vuelto riquisimo". Como quien dice, a pesar de que su conducta es antisocial en el sentido estricto de la palabra, se Io juzga como alguien digno de emulacién. En este grupo caen los exitosos financistas que recihen di nero de la gente y gracias a sus habiles maniobras, muchas veces nom sanctas, lo multiplican para ellos mismos, pero a la hora de pagar o durante las crisis, los perjudicados tienen que esperar eternamente para recibir sus dineros o terminan per- diendolos. También caen en este grupo los empresarios que emplean personas sin la debida cobertura de las prestaciones sociales que exige la ley o las amas de casa que no les pagan prestaciones completas a sus servidores domésticos EL VECINO ABUSIVO. Del diario acontecer es el caso del vecino abusivo que no res- peta las normas de convivencia, pero se ofende si alguien le ma la atencién por razon de sus arbitrariedades. Como por 26 EL ANTISOCIAL ' ejemplo cuando pone la maisica @ un volumen ofensivo y no deja dormir a nadie en varias casas a la redonda hasta avan- zadas horas de la madrugada. A este lo apoyan los que nunca han tenido la sensibilidad de pensar que un elevado volumen de miisica a cualquier hora del dia, pero especialmente en la noche, es una violacién de los derechos de los demas ciuda- danos. Estas personas ignoran el principio fundamental de civismo que ensefia que los derechos de unos terminan don- de empiezan los de los otros. Negar tal realidad es ignorar las normas basicas de conviyencia ciudadana En el caso del alto volumen de misica, en la inmensa ma- yorfa de los casos, quien se queja no obtiene nunca una res- puesta satisfactoria a sus quejas. Si un ciudadano exigente llama a la policia encuentra que los teléfonos no contestan. Ala frustracién impotente. Y el violador de la norma (persona natural o institucion) sigue tan campante, pues siempre encuentra aliados que lo apoyan. Se podria ale- gar que son asuntos culturales o de mala educacién que se pueden pasar por alto, cuando en justicia son actos antisocia~ Tes, porque contradicen el orden socia EL CONDUCTOR IRRESPONSABLE A diferencia de lo que ocurre en la gran mayoria de los ps donde las normas se cumplen y el peatén es respetado, en gares donde el trinsito esta regido por ‘la ley de la selva”, los vehiculos aceleran cuando aparece en el horizonte un inge- ‘uo peatén que pretende pasar la calle. El que tenga alguna duda, y quiera arriesgar su vida, que intente cruzar alguna calle congestionada. Alli se expone a morir arrollado por mo- tocicletas, automéviles, buses, busetas, bicicletas y cualquier otro medio de locomocién que tenga ruedas y un socipata al volante. Este tltimo es el funesto personaje que no respe- ta Ieyes ni derechos de nadie. Es el conductor irresponsable que viola todas las normas establecidas, va en contravia, se 27 cruza peligrosamente delante de los demis vehicules, intenta tomar ventaja sin tener en cuenta la seguridad de los demas, se pasa a otros vehiculos por la derecha, por Ia izquierda 6 Por cualquier lado, incluido el andén, Lo que cuenta es salirle adelante al otro. Poco a poco las autoridades empiezan a poner un poco de orden en el caos vial de los paises en vias de desarrollo, Pero falta mucho para lograr una conciencia ciudadana que le permita a la gente circular con seguridad por las calles de sus ciudades, EL CONDUCTOR BORRACHO Capitulo aparte merece el tema de m: nejar bajo los efectos del alcohol. Las victimas mortales producidas por los con. ductores ebrios se cuentan en centenares cada ano y la cifra de heridos quintuplica la de muertos. Las razones para semejante situacién son de indole varia- da. Incluyen la tolerancia de los individuos, las fam; as y la sociedad frente al uso de alcohol en los conductores que sin sonrojo se preguntan: “Por qué no se puede tomar y ma- nejar si todo el mundo lo hace?”. “Si se toman solamente lunos traguitos y se maneja con cuidado no hay peligro”. "A mi por ejemplo nunca me ha pasado nada”. Y otros recalcan: “Es absurdo pedirle a la gente que va a una comida o auna fiesta que se abstenga de tomar porque no tiene alguien que Je maneje”. “;Olvidese de esas ridiculeces, nadie se va a privar de beber porque tiene que manejar!" Esos son los comentarios de muche gente. A pesar de las buenas intenciones de los educadores, persiste la 6 de que es posible tomarse unos tragos y conducir un ve- hiculo. Frente a ese convencimiento tan arraigado se quedan cortas las recomendaciones de buena voluntad y todas las medidas educativas imaginables. Nadie aprende de discursos 28 EL ANTISOCIAL educativos por intensos y dramaticos que sean, especialmente siyienen de los mayores “que no entienden a los j6venes”. Peor si dentro de la misma casa al joven le recomiendan que no beba si va a manejar, y los padres toman y conducen vehieulos Esa contradiccion (doble mensaje) es uno de los reforzadoree de esta grave conducta social Si bien en las sociedades alcohélicas las personas que po- nen en practica tal norma no son la mayoria, las cosas cam- bian gracias a una mayor concientizacién ciudadana y al pa. ralelo endurecimiento de las leyes cuando de manejar bajo los efectos del alcohol se trata, La posicidn de los padres y adultos responsables, respal- dada por su propio ejemplo, debe ser la de cero tolerancia al uso de alcohol si se va a manejar. Ni una gota se acepta, Con esta idea se ha puesto en practica una ley en Colombia para castigar a los conductores en quienes se detecten centide. des minimas de alcohol. Infortunadamente, le legislacién es tan estricta y las multas tan desproporcionadas, que la norma tendra que ser revisada para hacerla mas realista. MANIPuLapores ¥ MANIPULADOS La manipulacién es una conducta comin en las relaciones entre las personas. No se le considera tipica de ningun diag. néstico clinico, pero aparece con frecuencia entre antisocia- les y narcisistas, Este tema se incluye dentro de las conductas antisociales para que sirva como antesala a los casos clinicos de ambos trastornos El manipulador Desde que lo(a) conozco nunca ha aceptado su responsabilidad en nada...Tiene una habilidad asombrosa para demostrar que la culpa siempre la tienen los dems... {Es increible la manera como voltea las cosas a su favor!... {Y lo mas sorprendente vs imo me dejo enredar... para seguir ahi El manipulador tiene caracteristicas muy definidas: © Sus intenciones son siempre frias y calculadas. * Habilidad para sacudirse de encima las culpas que le corresponden y adjudicarselas a los demas, © Es incapaz de amar de verdad, pero tiene una habilidad enorme para fingir afecto de manera tan mafiosa que puede enganar a mucha gente por mucho tiempo. (Pero finalmente hasta el mas ingenuo se da cuenta) * Un extraordinario poder de conviccién con el cual lo- ea captar audiencias que le escuchan sus cuentos, * Poder de intimidacién que ejerce exclusivamente sobre sus victimas débiles, pues frente a los demas es obse- quioso y hasta servil. * Su egoismo Io lleva a ser mezquino, codicioso, prictico y caleulador. * Su intuitiva habilidad para identificar personas pasivo- dependientes que se acomaden a sus demandas lo lleva a elegir, de entre un montén de candidatos(as) posibles, persona con las condiciones manipulables preci- sas, Con solo verla conoce sus debilidades... sabe cémo debe actuar... qué decir y qué ocultar. * Una vez que le pone el ojo a su elegida(o), la(o) agarra firmemente y no la(o) vuelve a soltar. * Rapidez y sangre fria, Su accionar es sorpresivo, pues lo que interesa es no dejar tiempo a la contraparte para pensar ni consultar. De ello depende que el botin no se escape, * Su fachada es impecable, de modales staves y elegancia impostada * La vida con estos personajes es un disco rayado. Si, por las razones mis insignificantes, es confrontado, irritado 30 BL ANTISOCIAL © puesto en evidencia, se indispone, se atrinchera y de- clara la guerra 0 alternativamente cambia la estrategia * Cuando la victima agobiada por las ciscunstancias deci- de rebelarse, en ese momento, y solo temporalmente, el manipulador afloja la presi6n, se disfraza, se acomoda y espera con sumo cuidado hasta cuando se enfrian las cosas. En otras palabras, una vez que cl manipulador ha detectado que los deseos de liberacion de la victima son definitivos finge cambios, suaviza sus conductas, cum- ple todos los requerimientos... hasta cuando el otro se descuida creyendo que las cosas cambiaron... y vuelve alo suyo. Cuando la manipulacion es la forma habitual de relacio- narse con los demas probablemente se trata de un trastorno sociopitico (antisocial) de la personalidad. Sus caracteristicas son evidentes desde muy temprano en la vida de las personas, ¥, 8 pesar de ser una constante, suelen mantenerse muy ca. muflades. Aparecen solo cuando son necesarias y se vuelven a esconder cuando las circunstancias lo exigen: Una de las razones por las cuales la posibilidad de tratar a un manipulador es tan estéril radica en su falta de conciencia de enfermedad. Es decir, de acuerdo con su propio criterio, él no tiene fallas y por tanto no admite sindicaci6n alguna de patologia. La posibilidad de recuperacién debe buscarse en la victima; el manipulado. El manipulado “cPor qué no lo(a) dejo si soy completamente infeliz en esta re- laciin? Si estoy seguro(a) de que nada va a cambiar... Si su egvismo es aterrador.. Silo tinico que hace es fingir un cambio cuando me ve dispuesto(a) dejarlo(a). Si aquel dia que se des- controld, sacé a relucir un monstruo que yo no conocia y hasta ‘me hizo reclamos absolutamente absurdos y mezquinos. Si todos los que me quieren de verdad coinciden en que yo me merezco algo mejor... Sillevo arios..tratando de cambiar las cosas'y todo igue idéntico. ¢Por qué sigo alli Las razones son maltiples: * Sigue alli porque lo conocido le ofrece la seguridad de un letargo sin cambios amenazantes, * En lo profundo de su alma, y en secreto, considera que se merece la vida que lleva. En consecuencia, zpara qué cambiar? * Es un miedo absurdo, irracional a todo: al futuro, al otro, a cambiar, a tomar las riendas de sus asuntos, a valorarse y a sacarle el mejor provecho a cada momento de la vida * Es la compulsion por maquillarlo todo para sentirse bien. * La mentira es la socia perfecta del miedo: “Todo esta OK... son detallitos que no valen la pena...”. * La negacion: "Yo interpreté mal el asunto... en realidad 0 quiiso ofenderme...” * La racionalizacion: “Tengo la certeza de que las cosas van a cambiar. No es sino que yo siga mejorando”, * La pobre autoestima y la inseguridad van desmorali- zando a la persona y cada ver encuentra menos razones ara sentirse bien consigo mismo(a). * Siempre termina justificando, excusando y minimi- zando las acciones negativas del otro. Y ante cualquier “carantofia’ vuelve a caer. El manipulador sabe de esa debilidad y se aprovecha sin compasion. Este patético escenario tan evidente para cualquier observador exter- no, no lo ve el manipulado que se resiste con terquedad a vivir plenamente. Los ANTISOCIALES EN EL HOGAR Te: os casos clinicos incluidos en este capitulo representan la ‘condensacion de muchas historias de personas y familias dominadas por un antisocial camuflado cuidadosamente, en- quistado en cl interior del hogar y protegido por el temor de sus victimas. Las historias tipifican una severidad y unas circunstancias diferentes de la misma patologia. Han sido debidamente ed: tadas para proteger la identidad de los allegados de los infrac- tores que actuaron como informantes. Pues como se sabe, el antisocial nunca consulta por voluntad propia. En algunos relatos se ha enriquecido el cuadro clinico con detalles histo- ricos y datos de la vida infantil para mostrar cémo el trastorno estaba presente desde muy temprano en Ia vida. En otros se resalta la gran dificultad para realizar un dictamen preciso y de destaca la coexistencia de otros problemas mentales. Cada caso es una manifestacién de apenas unos pocos sintomas del conjunto de las conductas antisociales, Por tratarse de as- pectos ocultos detris de apariencias y actitudes que distraen y confunden a sus inocentes observadores y no alcanzan a clasificar como verdaderas trastornos. Se describen también unos pocos ejemplos tomados de la realidad antisocial de to- dos los dias, difundida por los medios de comunicacién. Este listado, incompleto por supuesto, es un ejercicio para mejorar las capacidades del lector para identificar sociépatas camuflados y protegerse de ellos. Le historia y la experiencia han demostrado, de sobra, que quien se quicre ahorrar este ejercicio termina con un antisocial incrustado en su vida. EL INCORREGIBLE Luis Miguel es el menor de una familia integrada por unos padres profesionales quienes por mérito propio gozan de un merecido prestigio y gracias a sus empleos han logrado una estabilidad economica. Su hermana, ocho aftos mayor, ha sido siempre considerada una buena estudiante, inteligente y sociable, esta casada, tiene un hijo y colabora con su esposo en la manutencion de su familia. El hermano gemelo muy arecido fisicamente a Luis Miguel es, en todos los demis aspectos, la “cara opuesta de la moneda": tranquilo, respetuo- so de las normas y buen estudiante. Siempre fue motive de satisfaccion para sus padres. La paz. familiar solo ha sido enturbiada por los continuos problemas con Luis Miguel. Segtin dicen los padres, “ha sido la piedra en el zapato” desde que nacié Hiperactivo y mani- pulador desde muy pequefio siempre estuvo enfrentado con la autoridad. Su desempenio escolar fue mediocre, marcado por constantes problemas disciplinarios en los que sistemsti- camente negaba cualquier responsabilidad en las violaciones de la norma, que siempre eran de su autoria Su historia infantil es muy reveladora. Ademas de To ex presado, una vez que la familia se enfrenté con los iiltimos conflictos y buscé ayuda para solucionarlos, revel6 que desde muy pequeno tenia una especial aficién por los espectaculos y peliculas violentas, Nerén fue su inseparable compania du- rante gran parte de su adolescencia, un mastin cuyo deleite, al igual que el de su amo, era salir a la calle de caceria de perros a los cuales siempre superaba y ocasionalmente ter- minaba matando. En varias ocasiones, frente a una denuncia 34 del duefio de la victima de turno, él siempre tenia una ex- plicacion diferente que lo exoneraba. Sus pedres, criticos en tun comienzo, terminaban creyéndole sus versiones, y, ablan- dados, lo justificaban. No pocas veces tuvieron que pagar indemnizaciones para asi “enterrar el asunto” y no “hacerse mala sangre”. Y el asunto se olyidaba. Luis Miguel jamas manifesto remordimiento por los de- sastres ocasionados por su perro. Por el contrario, invariable- mente terminaba burlandose de quienes manifestaban dolor por “un simple chandoso”. Cuando a Nerén lo atropellé un bus, sorprendi6 a sus padres la frialdad con la cual tomé su desaparicion. Pero esa preocupacién fue fugaz, pues nuevos eventos rapidamente la superaron con creces Con 15 aiios de edad ya se habia convertido en el lider de os mas desaplicados de su grupo y de otros vecinos que ha- bian sido expulsados de varios colegios. Los tres tltimos afios de su adolescencia, bajo la tutela directa de sus padres, fueron un viacrucis para toda la familia. A las quejas permanentes del colegio por la indisciplina se sumaban las denuncias de los. vecinos. En una oportunidad se requirié la intervencién de un abogado porque Luis Miguel habia sido acusado de robarse una bicicleta muy valiosa perteneciente a uno de los residen- tes del edificio. El, como siempre, lo nego todo. El asunto, que nunca se aclar6, finalmente se solucioné con una nueva indemnizacion pagada en efectivo a la parte afectada, pues si bien no habia pruebas, todos los indicios lo sefialaban como el responsable. Los padres, de nuevo, decidieron dejar las cosas de ese tamafo porque la alternativa habria significado una pelea interminable y ellos “definitivamente ya no tenian la energia para darla”. No se imaginaban lo que venia en camino. Al cumplir los 16 afos de edad desesperé de tal forma a sus padres que no les quedé mas remedio que permitir- le sacar el pase de conduccién. Con la libertad de conducir el vehiculo de la casa, llegaron los accidentes y, con estos, 35 ARES: COMET los dolores de cabeza de mayores proporciones. Los padres asistian impotentes al deterioro de las conductas de un hijo cada vez més altanero y problematica. A los 18 afios de edad embarazé a una amiga de 20 y se las arreglé. para conseguir un aborto, que, ademas de la tragedia moral para la jovenci- ta, que no inmuté a Luis Miguel, milagrosamente no tuvo consecuencias medicas ni legales. Ya en la universided siguic- ron los problemas agudizados por una debilidad creciente de Jos padres y una rebeldia cada vez mas desafiante del joven Ingresa en un programa de tres aftos en Administracién de Negocios en una universidad en Bogota de donde se gradia mediocremente después de cinco aos de estar matriculado A los 23 aos de edad, estimulado por unos amigos que se habian ido unos meses antes, convence a sus padres de financiarlo para continuar sus estudios en Australi. Su im- pulsividad y su incapacided para tolerar la soledad, caracte- risticas muy tipicas de la personalidad limitrofe, lo llevan a iniciar rapidamente una relacién romantica con una atrac- tiva australiana unos cuatro afios mayor que él, con quien se casa después de un térride romance de apenas 6 meses. Los problemas no se hacen esperar: La esposa, enamorada al comienzo, no toleré las mentiras ni los engaios, ni le falta de compromiso de Luis Miguel, razén por la cual los problemas entre los dos se agravaron y complicaron hasta llegar a los estrados judiciales. Como era de esperarse de alguien a quien nunca le exigieron que se hiciera responsable de sus actos, cuando estuvo demandado, no supo cémo salirse de la situa cién, Nuevamente su padre tuvo que intervenir para sacarlo del embrollo; viaja a Australia, consigue un abogado, se gasta una fortuna y despues de un doloroso proceso logra traérselo de vuelta a Bogota. Académicamente no hizo nada, si bien asistia de manera irregular a la universidad donde se habia matriculado desde su llegada a Sidney. Con 28 aitos de edad lo instalan en Bogota, donde el padre, a la sazon ya jubilado, habia montado una pequena empresa %6 familiar que manejaba con mucha responsabilidad en asocio con su esposa, y que se habia constituido en una modesta, pero estable, fuente de ingresos para ellos, Los padres, en el afin de encontrar algo en lo que su hijo pudiera trabajar, le dan cabida y le permiten conocer el funcionamiento y las fi- nanzas de la empresa. Luis Miguel emprende la campafia de, segim él,"salvar’ la empresa familiar, y sin el menor empacho intenta desbancar a los padres. Primero los obliga a firmar escrituras donde él aparece como dutefio. Después intenta sa- carlos y quedarse con todo. En esa misma época, los padres se dan cuenta de que Luis Miguel consumia marihuana con regularidad. Por esta razén —no por sus conductas irresponsables— consultan al psi quiatra para ayudarlo a salir de tuna adiccién que ya comple- taba 15 anos continuos, Cuando se les informa que el problema mayor no era le adiccién sino sus rasgos antisociales, se sorprenden, pero re- concen haherlo intuido desde mucho tiempo atras. Aceptan que les daba miedo enfrentarlo, Nunca lo habian querido ver, ni siquiera lo habjan hablado entre ellos. Era el clisico "se- creto a voces” gue los Hevaba a suponer que lo que estaba ocurriendo carecia de importancia, © soar que si ellos no pensaban nada negativo de su hijo todo se iba a arreglar. Era tuna manifestacién del “wishful thinking” 0 sea pensar con el deseo. En pocas palabras, era negar la realidad. El conocimiento, © mejor la comprobacién, de la adiccion inicia el proceso tardio de reconstruccidn. Finalmente, des- pués de tanto sufrimiento, los padres ya csteban listos para enfrentar el problema. EI proceso de reconstruccién para toda la familia se inicié con el conocimiento mas amplio del trastorno de persona- lidad antisocial, el fortalecimiento de los padres frente a las conductas inaceptables del hijo, la imposicién de limites co- herentes y las medidas legales para protegerse de las peligro- sas manipulaciones de Luis Miguel. a7 Como las recomendaciones se parecen a las de distintos casos que tienen como denominador comiin un trastorno an tisocial, para no repetir, se amplian al final de este capitulo en el aparte correspondiente al manejo. LA CELESTINA Hace muchos atios se inicio, como parte de las actividades del Departamento de Psiquiatria de la Universidad del Valle, un programa de atencién primaria en salud mental en un centro de salud del érea urbana de Cali. Se atendfan adultos Y nifios y todavia siguen atendiéndose Las depresiones y los trastornos psicéticos agudos eran la causa de consulta mas frecuente entre los adultos de esta co- munidad de escasos recursos, Tratar estos casos siempre fue gfatificante porque los resultados eran visibles cuando las tervenciones eren oportunas. Los trastornas de conducta y la hiperactividad constituian las razones mas comunes en la poblacién infantil. Y algunas intervenciones tendientes 2 aliviar el suftimiento eran tam- bien posibles en estos pacientes tan desprotegidos de servi- cios especializados En el centro de salud, siempre nos estrellamos contra un muro infranqueable en las circunstancias de abuso infanti que cursaban con desmotivacién, desmoralizacion y cir Cunstancias sociales cadticas. Se diagnosticaba el problema dle fondo, se informaba al adulto que acompanaba al nino a Ia consulta (generalmente la madre), se realizaba una visita domiciliaria, se constataba el abuso, se identificaba el abu- sador, se proponian unas acciones correctivas y —cuando era pertinente— se elevaba la queja correspondiente ante las autoridades competentes. El equipo terapéutico espera- ba resultados; se habia descubierto el origen del problema, se ejecutaron las cauciones penales del caso y se aplicaron iertas medidas terapéuticas. Pero a las pocas semanas, en la 38. SEAN EE: visita de control, se encontraba que el nifio seguia mal y que Jas circunstancias eran idénticas, El caso de una madre soltcra que trabajaba en un salon de belleza como manicurista y que vivia en su casa con su hija de 12 afios de edad, explica una de las razones por las cuales tales situaciones muchas veces no se modifican. Diariamente le tocaba dejar a su hija al cuidado de unas! vecinas amigas que se encargaban de alistarla para que se fue- ra al colegio y la cuidaban hasta que la sefiora llegaba, al final del dia. Situacion frecuente en esta comunidad en la cual hay una red de apoyo bastante buena entre los vecinos. A pesar de los esfuerzos de esta mujer, la familia pasaba muchas difi- cultades econdmicas. El padre de la nifia desaparecié al poco tiempo del embarazo y nunca més se supo de él. Desde el nacimiento de su hija, fa madre ha tenido varios compaferos que la han ayudado econémicamente. Un ano antes de la consulta que a continuacién se resume, habia iniciado una relacion mas formal con un comerciante que la doblaba en edad. EI inicio de la relacién fue satisfac- torio por la “generosidad” del nuevo compafiero. Ella estaba feliz porque habia encontrado un alivio en lo econémico. El, satisfecho porque todo transcurria sin tropiezos. Un dia ella empez6 a notar unos sintomas en su hija que la preocuparon: miedos a todo, ansiedad, tristeza, llanto apa- rentemente injustificado y dificultades para dormir. Decide Mevarla al centro de salud donde se logra que la nifia revele que el compaiiero de la mama “se metia en el cuarto de ella y la tocaba’, y que eso venia ocurriendo casi todos los dias, una vez que la mami salia de la casa a trabajar. Ala madre se le informé de los hechos con detalle. Ella se sorprende y promete confrontar a su compaiiero, La nifia es valorada por médicos, especialistas y por trabajo social. En el examen de medicina legal no se encuentra signo alguno de violencia y la exploracion ginecolégica revela un himen intacto. Madre ¢ hija se envian de regreso a la casa con indi- 39 caciones precisas y con una cita de control programada para uunos pocos dias después. Ninguna de las dos vuelve al centro de salud en varias semanas. Las averiguaciones de la trabaja- dora social constatan al respecto que nada habia cambiado con relacién a la nifta, La senora seguia trabajando todo el por fuera y el abusador continuaba en casa. Los servicios sociales del centro de salud logran que madre e hija acudan a una cita de control. Frente al equipo médico, la madre adopta una franca actitud de rechazo a las preguntas ¥ en actitud evasiva insiste en que la nifia es una mentirosa, Defiende a su compaiero y reprende a la nina. Le nifia, en una actitud valiente, corrobora que el abuso sigue; un exa- men ginecolégico verifica que la nina ha perdido su virgini- dad y se procede a una intervencién judicial. Después de una larga batalla legal en la cual las incriminaciones mas severas corrieron de parte de la madre y su compaiero en contra de la nitfa, se logra la tutela de la nifta y se la saca de esa casa EI sujeto desaparece al tiempo de la primera citacion a los careos y Ia seftora, de nuevo sola, confiesa —sin rubor y porque las evidencias en su contra, apoyadas por los veci- nos, eran demasiado contundentes— que le tocaba permitir que él “hiciera uso de su hija de vez en cuando”. De alguna manera él se “lo habia puesto” como condicién para seguirla ayudando y a ella le aterraba quedarse sola y desamparada de nuevo, Frente a esa perspectiva, el abuso sexual contra su hija cra un “problema menor”. Ese era el tamano de la distorsion moral de esta mujer. Sin duda el sujeto de esta historia es un criminal y la madre, como celestina de su propia hija, una an- isocial que se oculta tras la grotesca mascara de la necesidad. La situacion descrita en esta historia ocurre todos los dias no solo en esta comunidad de escasos recursos sino en todas partes, Sucede donde sea posible camuflar la aberracién. Al la sociedad machista la encubre, las leyes no se cumplen y a los verdaderos responsables, siempre més poderosos que los de abajo, no les pasa nada. 40 ANTISOCIAL, INESCRUPULOSO EN LA INTLMIDAD, ADMIRADO PUBLICAMENTE Anibal, 60 aftos de edad, es un ganadero que ha trabajado toda su vida y ha logrado una estabilidad econémica con la que ha levantado tres hijos. Tiene un serio problema con el alcohol que nunca ha querido reconocer. Borracho agredié en repetidas oportunidades a su esposa, raz6n por la cual ella lo ha dejado varias veces en los tiltimos 20 aftos. Pero él la convence y ella regresa, Previo al deterioro actual por cuenta de los excesos al- cohdlicos vivia en su casa, pero su cotidianidad realmente transcurria entre las fincas, las reuniones semanales de tragos con los amigos y las relaciones extramaritales “secretas” con distintas mujeres, “Secretas” es un decir, porque sus aventuras eran vox populi. Incluso las conocian su esposa y sus hijos, pero las ignoraban y las disirmulaban, porque temian perder cl nivel de vida que llevaban. El de la plata era él y habia que mantenerlo contento, Si bien no tenia favoritismo por ninguno de sus hijos, man- tenia una relacién muy estrecha con el hijo mas débil basada en la manipulacién calculada a través del dinero. Lo obligaba a una rendicién de cuentas periédica que equivalia a una pe- rene humillacién. Lo forzaba a una lealtad incondicional y lo amenazaba con quitarle todo si expresaba la menor queja. Lo enfrentaba con el hermano “rebelde” a quien detestaba, Y Je sonsacaba cualquier informacién que pudiera hacer quedar mal a su madre, lo cual le producia un gran deleite. Sin em- argo, esta conducta no trascendia al exterior donde seguia iendo visto como una persona “alegre y sin complicaciones, y a sus hijos y esposa, como unos explotadores” Los amigos lo consideraron siempre una persona muy es- pecial por lo derrochador, pues siempre terminaba pagando las cuentas, en especial el trago y las visitas a las putas. Sus

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