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a PUNTO > DE VISTA EDITORES: puntodevistaeditores.com a autoficcién es una ficcién de acontecimientos y de hechos e= trictamente reales, ast define Serge Doubrovsky, ereador del ‘ino, un génera literario inclasificable hasta los afios 70 y que ha generado abundante bibliografia. Sin embargo, no es habi tual encontrar a un ereador que nos desvele su propia eseritura del yo, que es precisamente lo que hace el autor de este ensayo, Sergio Blanco entiende la autoficcion como un eruce de re latos reales y fcticios en los que se establece un pacto de men tira, en contraposicion al pacto de verdad de la autobiografia, De esta forma, ambas géneros se separan sin remedio: la au toflecién se transforma en el lado oscuro de la autobiografia, Después de realizar un breve recorido historieo a través elas di ferentes escrituras del yo desde la Antigiedad hasta nuestros dia, e autor plantea un «Deedlogo de un inteto de autoficion», donde de sorrolla su propia teria a partir de sus obras mtoficcionales(Kossert dra, Tebas Land, Ostia, Laira de Narciso, El bramido de Dasseldorf Cartografa de wna desaparicién), publicadas con e titulo de Autofic cianes por Punto de Vista Editores, «En sus ctimas obras [Sergi Blanco] ha levada a cabo una auténtica Investigacion aristica en torn a la autoficcion teatral, una posbil. dad problemstica que ha acertada aresalver com profundided, bilan tex yoriginalided incomparables.» «Sergio Blanco esta considerado como un de los euateo einen dra rmaturgos mayores de la lengua expariola en la atualidad» "Tepes en ert tetra profesor veto Sel CSIC we Oo SERGIO BLANCO, AUTOFICCION UNA INGENIERIA DEL YO ENSAYO Buaneo (Montevideo, 1971) es dramanurgo yd or teatral franco-uniguaye, Vivi su infancy s cia en Montevideo y reside actualmente en Paris, Despues de realizar estudios de Filologia cisica Aecicisdedicarse por entera a la eserituray ala din jon teatral, Sus obras haa side distinguidas en rite Jas ocasiones con prestigiozas preanins, entre ell remo Nacional de Dramaturgia del Uruguay, mio de Dramaturgia de la Intendencia de Montevid 1 Premia del Fondo Nacional de Teatro, el Premio Flo fencio al Mejor Dramaturgo, el Premio Internacional Caradelas Américas yel Premio Theatre Aw jor Texto en Grecia. En 2017, su obra d 100 €] prestigiosa premio brit OFF West End res. En 2 renadas en Jnuguay, Argentina Chile, Brasil, Paraguay, Colombia, Venezuela, México, Costa Rica, Bolivia, Estados Unido rancia, Espana, Reino Unido, Alemania, Greci, India, tala, Luxemburgo, Turquia, Portugal, Suiza, Croaci, Belgica; y la mayor de ellas haa sido tradueldas al in Ks, l francés al catalan, a alemén, al portugues, alte Hane al weal japomee, al hind) al hebeyal farsi a fxabe, al neerlanees yal nosuego AUTOFICCIGN SERGIO BLANCO AUTOFICCIGN UNAINGENIERIA DEL YO (© ergo Blanco 208 {De va ein, Punode Viste Stores, SL, 208 Todos les dezehoe eer Pade por Puno de Vina Eioces indog@puntdevstaditors.com srr pntodeisttoce Gpumederisard conc: Cala Toregrosn (Coordinacén ei: Miguel Sale Fotogafa del autor en a seas: Rob Yate. ougala de sbi Efnge un meas de Bra element ‘rode Metin, Nueva Ores, sana UU} Dine dears osqin Gale SBN: 9788426876552 TBC: DSG, ANS Depa lal: Maso612008 ‘impreso en Bop — Prine Spote Cuslquer Forme de repreducs, dbl, camunicacn pli 0 ransormacion de eta cra sol puede ser fecuada eon a autora eles alares, con eceesin pens por ial: Dine CEDRO (Cento "spol de Derechos Reprgréces) = oes froeeparoexaea gin feegenio deca obra wwconiensaeare Sumario Preludio al ensayo Darina: cs0ce ne aHLATOS ¥ FACTO DE MENTIRA 1. Reconsino HIstORico DE LAS ESCRETURAS DEL YO Socrates y san Pablo; el eonocimiento de sf mismo San Agustin: ls invencién del yo Santa Teresa: ol andlisis de la persona ‘Montaigne: el universalismo del yo Rousseau y Stendhal: la fragilidad dela memoria Rimbaud y Nietzsche: la otredad desconocida EL yo en el siglo nx el psicoandlisis, sus herederos las nuevas téenicas narrativas El yo hacia finales del siglo xx: dela personalizacin a la desubjetivacion El yo endl siglo m1 la resistencia al individualisme exacerbado 9 7 29 3a saeg 46 7 50 AIL Deeatco nes mxTENTO De AUTOFICGEN Decirme a mi mismo: por qué me autofieciono? asLa conversion 2. La traicion 3. La evocacién 4 Laconfesién 5.La mubtiplicacion, 6.Lasuspensién 7-Laclevacién 8. Ladegradacion, 9. Laexpiacion, 10. La sanacion, “Epflogo. Inventarme para combats la soledad Yy para hacerme querer Miarte es une ficcién real, ‘no es mi vida, pero tampoco es mentira Sore Cate ‘PRELUDIO AL ENSAYO ace algunos afios, mi primer ensayo sobre la autoficcién empezaba diciendo que me sentia ‘capaz de escribir autoficciones, pero incapaci- tado para escribir un texto sobre la autoficcién, EI paso del tiempo ha cambiado esta percepeién no solo gracias a las horas de estudio que he dedicado al tema, sino también gracias a una serie de proyectos de investigacién en equipo. Hoy me puedo aventu- rar a escribir sobre el yo gracias a todos esos otros que han nutrido mi trabajo de bisqueda en talleres, ‘cur805, seminarios, laboratorios y puestas en esce- na, Desde Madrid hasta Tokio, pasando por México, ‘Teherdn, Tileara, Londres, Punta Arenas, Burkina Faso, Nueva Delhi o Nueva York, el permanente encuentro con creadores, estudiantes, artistas, investigadores y talleristas provenientes de horizontes tan diferentes es lo que ha enriquecido mi trabajo trazando una cartogeafia fascinante que me ha hecho aventurarme en e505 territorias incégnitos del yo. Hannah Arendt afirmaba que la tinica felicidad esté en la capacidad de pensar. Debo confesar que me atrae pensar el pensamiento desde este lugar: un espa- cio de satisfaccién y deleite, por mas desestabilizador {que pueda ser. Pensar la autofiecién me ha ayudado no solo a adentrarme mejor en ella, sino a alcanzar instan- tes de gran placer. Uno de ellos fue el dia en que, en untaller, una joven afgana imaginé de golpe, mientras narraba la destrucci6n de su jardin en Kabul durante la guerra, que un viento fuerte empezaba a mover los Arboles, y entonces concluy6 su relato diciendo: «¥ entonces comprendi que gracias a los érboles pode. ‘mos ver el viento». Fue imposible no emocionarse. En tuna sola frase, aquella joven nos estaba demostrando en carne y hueso que la autoficcién nos permite des lizarnos de un trauma insoportable a una trama que puede soportarlo todo. Alli donde habfa habido dolor y destrucrién, ellalevantabe ahora una imagen de una intensidad poética abrumadora. Y, gracias a esa poe- sfa, esa imagen se desprendia de Kabul y de la joven afgana y podia aterrizar en Vietnam, Montevideo, Lis- boa, Bagdad 0 Bogoté. Esa imagen postica habia trans- formado su pequeita historia personal en una gran historia en donde todos podfamos vernos. No solo la autoficcién habia transformado el trauma en trama en pocas palabras, sino que también habia pasado de la pequefiez de la ligrima a la inmensidad del diluvio. ‘A este tipo de instantes me refiero cuando hablo de hhaber encontrado momentos de gran placer. Y a esta « misma felicidad es a la que imagino que se referia Hannah Arendt cuando hacia el elogio del pensar. Siempre concebi el pensar como un mecanismo de autodesestabilizacién y de autocuestionamiento permanente: pensar es siempre pensar contra uno ‘mismo, de alguna manera se trata de un ejercicio por medio del cual atentamos contra el pensamiento es- tablecido, Todos estos afios he podido pensar la auto ficeidn en la medida en que iba estableciendo estrate- Bias autoofensivas, Y es esto lo que me ha permitido avanzar —incluso muchas veces hacia atrés—. El ttu- lode este ensayo rinde homenaje a este mecanismo de autoataque permanente, ya que la palabra ingenieria significa maquina 0 artificio de guerra para atacar y defenderse. El término ingenierfa es bastante reciente, data de 1325, proviene del inglés engin’er, que es quien ‘construye tt opera una engine, es decir, una maquina militar oun dispositivo mecénico utilizado en contien- 4das militares, una catapulta, por ejemplo. Una ingente fa del yo, ademés de proponer el acceso a la industria interna de las posibles y miltiples fabricaciones del yo, propone también una mecénica de trabajo: esta- blecer un dispositivo bélico contra uno mismo, y sobre todo contra nuestros prejuicios Lo que voy a intentar transmitir en este texto es, por lo tanto, el fruto de estas reflexiones de autoata- ‘que, y 10 haré siempre bajo la consigna del ensayo, es decir, como un intento, una prueba, un tanieo, un ex- petimento, una tentativa, Todas estas ideas y apuntes sobre Ja autoficcién no serén entonces mas que una tentativa por aproximarme a lo que puede ser una es: critura del yo. esta tentativa seré posiblemente errada porque no estara basada en verdades cientificas que, respondiendo a méximas de claridad y precisi6n, bus can un conocimiento erudito to mas sélido y objetivo posible, sino que, por et contrario,estard basada en es- peculaciones oscuras, confusas y cabticas que han ido surgiendo de experiencias inminentemente subjetivas. Este texto no sera mas que un verdadero ensayo: tun lugar de dudas, cuestionamientos e interrogantes Un lugar hecho para osar textualmente, ¢s decir, para arviesgarse y aventurarse por medio de una palabra que es posible que niegue verdades y que afirme men- tiras, porque, como toda palabra de ensayo, es una pa- Jabra que al mismo tiempo sabe y no sabe, y al mismo tiempo que habilita el conocimiento, también lo sus- pende, Créanme que esta palabra de tentativa seré una palabra que, al mismo tiempo que padece su saber, sgoza de su ignorancia. Roland Barthes cjo una ver: «profesor no tiene aqui otra actividad mas que la de investigar y hablar] Diré més: la de sofiar en vor alta su investigacién... Eso es lo que intentaré hacer. En un primer momento, voy @ aproximarme a una dofinicién del término autoficcién; en un segundo ‘momento, haré un répido y vertiginoso recortide his- ‘rico desde Ia Antigiiedad hasta. nuestros dias sobre Jo que yo designo como las escrituras del yo y, por “ltimo, voy a intentar hacer una presentacién de mi propia experiencia, es decir, una exposicion de lo que designaré con el nombre de mi eseritura del yo. DEFINICION: CRUCE DE RELATOS Y PACTO DE MENTIRA 1 tésmino autoficcién es un neologismo acufiado en. los afios 70 por Serge Doubrovsky para designar st novela Fils. El término, que esté compuesto del prefijo auto- (de 0 por si mismo) y de ficién {falso, mentira,invencién}, se refiere « nig GESHS HO ‘Serge Doubrovsky dice: - (G@howestriamenterens. Fs importante desiacar qu, sibien el termino es acufado por Serge Doubrovsky en 1977, el concepto existia desde mucho antes. Lo que va a hacer Doubrovsky al inventarle un término a este gé- nero, es deci, al bautizarlo, ¢s empezar a organizar un pensamiento que pueda problematizar y teorizar esta practica literaria. Como explicita Manuel Alberca, uno de los principales estudiosos del tema: «hasta que Doi brovsky no Io formul6, no se habia tenido concienciateé- rica ni genérica de la especifcidad de este tipo de relatos lvidados, rechazados, incomprensibles¢ inclasificables por su forma contradictorias a Mi pieza BI bramido de Disseldorf se abre con una Captatio en la cual uno de los personajes propone la mejor definicién que hasta el momento se me ha ocusri- do de la autoficeidn: Sousoan Fnvcone: Sergio es wn dramaturgo que vive en Paris y que desde hace aos eseribe obras como “Jn varias de 1a autofecén, muchas veces le exch decir esto que creo que © fo que dle» Seq: ON ED De este intento de definicién que creo que es gene- 1050, amable y esclarecedor, como debe ser todo lo que figura en una Coptatio, se desprenden tres aspectos fun damentales dela auoficcién. De hecho, en los sltimos afios me he acosturmbrado a de- finir répidamente la autofiocién como elferdeBentre un ‘MHGlFeAle la vida del autor, es decir, una experiencia ‘Wivide por este, y un relato fictcio, una experiencia in- YY lo interesante es que la autoficcién no ces ni una cose ni la otra, sino la unién de las dos al mismo tiempo. Eso es lo que la vuelve fascinante, ante la disyuntiva de ¢ser 0 no ser, See) Est0 Gitimo es lo que hace que la autoficcién proponga e@StGRaRE TOO) _ al tiempo sobre el vincule es decir, el famoso tema ue siempre ha habitado el mundo del arte desde Sécrates hasta nuestros dias, (a0MUIOHG eltema ‘mundo y su representacién. Con las palabras lias y filosas que siempre lo caracterizaron, el dramaturgo bri- ‘nico Harold Bint arresg6 tuna ver le siguiente idea: (GARR. A su manera estaba definiendo la autoficién, GEFINAOTASPAEION gue se desprende de esta defi- nici6n es lo que he designado con el nombre dé Esta formula de pacto de mentira es algo que he inventado como respuesta a la nocién del paicto de verdad del cual habla el mayor estudioso de la autobiografia Philippe Lejeune, quien en 1975 afiema en su cflebre libro El pacto autobiogrdfico que en toda at tobiografia debe haber um pacto de verdad que el autor csiablece(tRe AY SUIIEAGE Fue estudiando este pac to de verdad como una tarde se me ocurrié pensar que Sinalmente en la autoficién, por oposicién «la autobio sgrafia, hay un pacto de mentra Es en este sentido que ‘me gusta afirmar que ali don- de la autobiografia pacta fidelidad y lealtad a la verdad, Sihay ego que es cautivador en la aventura autofccional es ese desprendimiento de la realidad, de la veracidad y de laexacttud, ya que, alli donde una autobiografia ates. tigua y certific, (Expariencinsaprema dels es ln atoicén ¥, pores mine, es fay age packs megurele hora de definir le autoficcién es que es por excelencia Eliereeraspectolque resalta esta definicién, AGH Se ee ns el por semen araie nem ace ee suele creerse, sino que es, por el contrario, ETS US APSARA TOSTAEMES. Si bien la empresa autoficcional dolor pro- Ya persona, de una experiencia personal —« fundo o felicidad suprema—; Sam. esta forma, la autoficcién propondré siempre ese a del amor del otro, es claro ——— ‘Me interesa seguir ahora con una ligera presentacién historica de ls diferentes escrituras del yo que atraviesan Ja Ineratura desde la Antigiedad hasta nuestros dias, y {que nos va a permitir encontrar toda una serie de tex. tos que, pese a preceder en varios sigs la aparicién del nneologismo auioficién, uilizan a todas luces recursos autoficcionales as u RECORRIDO HISTORIOO DE LAS ESCRITURAS DEL YO ‘SOCRATES ¥ SAN PABLO: FL.CONOCIAUENTO be Si MISMO ste juego ambiguo, difuso y equivoco del yo en tanto que materia prima de trabajo deviva yes heredero de tuna poderosa corriente literaria que propone como sta corriente, que va a atravesar toda la historia postica de Occidente, fue fundada por dos grandes pensamnientos: el socritico y el paulista. Por un lado, en la oélebre frase de Séerates (470 2.C-399 aC, ianideeetl mlsmos, pocemos encor- trar el origen de toda esta corriente que va a utilizar el (GolGonniomateria PARAANABYA Es indudable que esta frase vaa ser fundadora del pensamiento occidental {que reivindica el discernimiento de si como un medio imprescindible para comprender Ja existencia misma. Este aforismo griego de «condcete a ti mismo» —-yvas8t ‘seautév, en griegoclésio, ytransliterado como gnéthi seautén—, inscrito, segin Pausanias, en el pronaos del tenpls de Ale en Delfos, de ce pene YY en varios de sus didlogos Sécrates lo utiliza para incitar a sus disefpulosa aventurarse en el descubrimiento de sé mismos, que para €lequivale a aleanzar la sofrosine —owppoatun—, es deci, el equilibrio, la moderacién, la discrecién, el auto- control y la sabiduria: gqué nos puede interesar més en ‘este mundo que conocemnos a nosotros tismi0s? tres stan ey ain ser, es decir, a una "ne gu cet cnpredin (@@iRitoficcional) que no es mas que una busqueda de ‘uno mismo: un examen del yo. Varios siglos ms tarde, Stendhal lo confirma de forma bien clara y aitida en su libro Vida de Henry Brulard, donde el autor, después de advertiral lector que vaa dedicarse a autonarrarsey auto- rrelatarse, expica lo siguiente: «Voy a cumplir cincverta aos, ya es hora de conooerme. ,Quiém fui? ¢Quién soy? [.] Mis Confesiones |. tendré el placer de escribirlas, y de hacer un . Mas de dos mil afos después de este extraordinario aforismo griego que vaa marcar a fuego toda la cultura occidental, Stendhal confirma que en su Impulso de autocontarse reside un deseo profundo de poder conocerse a si mismo por medio de un examen de conciencia. Por otro lado, algunos siglos después de Sdcrates, nos encontramos con el pensamiento de san Pablo (9.6, C-67 dC), quien va a consolidar estdneeSd20D ‘imperiosa de aproximarse a un yo que hay que tratar Del ‘mismo modo que Sécrates funda la importancia del co- nocimiento del yo, -va a fundar la nocién de la E1s0e5 1nos dogmatico de lo que se creia en el mundo antiguo, ‘corto atestigua su famosa afirmacién en la Epistolaa los gélatas (3:28): «No hay més judio, ni griego, ni hombre, ‘ni mujer, ni esclavo, ni hombre libre». En esta frase, es larisimo el nacimiento del sujeto moderno en toda su complejidad, es decir 0 ‘En cierta forma, san Pablo quien inventa el yo moderno como entidad equivoca y ambigua que hay que intentar dilucidar. Enel pensamiento socrstico y paulista, se origina uno de los pilares de la autoficcén: comprender Ja conducta humana, la moral individual y el pensamien- to de uno mismo es lo que nos permite comprender a los demas ya que todos pertenecemos a fa misma naturaleza humana. En adelante, y siguiendo esta invitacién socrét cay paulista a utilizar el yo como forma de comprensién de la experiencia humana, una serie de escritores se ins- cies en esta linea de la exploracin del yo. a Saw AGUSTIN: LA INVENCION HEL ¥O San Agustin (3547430 d. C}, que reflexion6 sobre el pre- cepto délfico durante toda su existencia, va a tomar la sentencia del «conéeete a ti mismo» y va a cristianizar- la en De la verdadera religion: CNOQUGRSCRERAR®) "fuera; entra dentro de ti mismo, porque en el interior ‘naugurando asf el lamado «socratismo cristiano» del que habla Gilson, No olvide- ‘mos que san Agustin eraxm gran lector del mejor Platén, que transit6 durante siglo por el Mediterrémeo gracias 2 pensadores como el fildsofo griego neoplaténico Plotino (204 -270d.C), que transmitié la verdadera idea de Pla tén. ¥ tampoco olvidemos que san Agustin también era tun gran lector de san Pablo, cuya lectura va a ser deter- rminante para su conversién en 386, cuando la vor de un nifto en el jardin de Mildn le dice: «Toma y lee! Toma y Teel», y san Agustin tomaré al azar el capitulo XIIL de la Epistola los romanos y leeré el pasaje donde san Pablo invita a abandonar todos los deseos exhortando: «Vistete de Jesucristo>. eee CaaS RAAT PatrAAMARD: se tata doMVIBjEEDD G2xterior al intetion porque es en el fondo de uno mismo donde habita Dios. Este proceso de introspeccién hace que el hombre descienda al fondo de sy, al descubrir la guerra que libran la came y el espiitu, tome conciencia de su fragilidad carnal —la parébola del hijo prédigo ilustra bien este ejemplo de regreso a uno mismo como forma de regres a les, qu et ene interior De sla mane, an usin inven Ta irospOMgD Briar see como lo atestigua el pa- e _— €! principio de que haba Ee esata tan as) Tite proceso de fSlRSSECIGR que va a marcar toda la obra literaria de san Agustin va air (BrowesoderretraspeccIGny es decir, de un: De esta forma, el esamen de conciencia que propone san ‘Agustin se haré siempre a partir de wu ry €80 ¢5 lo que busca al autorrelatarse. En sus Confesiones (398 4. C), san Agustin pone en. marcha esta empresa introspectiva y retrospectiva e planta una escrituraliterariaen primera persona: el yova 4 pasar de simple pronombre personal a ser no solo un personaje, sino el protagonista de todo su relato. Es posi ble afirmar que el héroe de las Confesioneses un yo que ‘decide confesarse ante Dios a partir de sus experiencias vivides. Como bien sefiala Dominique Salin al defini la cespecificidad literaria de san Agustin: «Es el extraordina- rio inventorde un género literario que esl AMOBIOg _Walliteratura de si sel primer hombre que en la cultura occidental va a decir “yo" durante trescientas piginas y a3 ue a poner ss tips sobre a mesa con una daidad, Por tun doble viaje —movimiento hacia si rmisino y desplazamiento hacia el pasado—, san Agustin ppropone un relato en primera persona que, sin embargo, ;pensamiento de san Agustin ; por eso mismo, toda Introspeccién y retrospeccién de un yo que se comfiesa en una narracién es siempre una a rye HELEVA PitNo. Si hay que eamar al peéjimo como a si mismor, hay que empezar por cono- cerse asi mismo, ya que nadie puede amar al otro como asf si se ignora a si mismo. Es indudable que los debates teolégicos sobre la Santa Trinidad que san Agustin llevaré ‘cabo en De la Trinidad lo ‘a.comprender quéla reel yosecom- pone también de otros, contribuyendo asi a desarvola ‘@onllene al Wi Toda esta tologiacristiana defensora de la Santa Trinidad seré la que legitime la nocién de 8 Se puede decir que con san Agustin hay una inven- (0) (Gey otro ts), que seria la frase pronunciada por quien Inia el sac y _miento autoficcional se produce siempre un proces de tansmutacién y de metamor fosis, Con esto quiero decit que todo relato autoficeional escrito seré var pop x Philippe Vilain YY lanovelista francesa Annie Ernaux afirma: «En cuanto se escribe so- bre uno mismo, la eleccién de las palabras es ya ficcién». Podemos afirmar, por tanto, que aera (GGH—a puesta en relato—_<@allaquelalejallolreal, es decir, la que (@BRUVERE En ciesta manera, la escritu- ra convoca lo real, lo verdadero y lo vivido, pero para perturbarlo y alterarlo. Toda escritura termina siendo siempre un acto de alteracién de la realidad por Ja simple raz6n de que loSii@eanisiias de poetzaeiién se ‘cambian, alteran, perturban, transforman. En cierto ‘modo, autoficcionarse es como travestirse, es decir, No por azar ‘mi primera autoficcion, Kassandra, cuenta la histor de un personaje travesti, que es aquel ser que de al guna manera decide intervenir sobre su cuerpo para ficcionar asi su relat. Kassandra: Yim not a gol. No.. fm a boy. F born hoya. But afte. T transformed my body. And now Tm Kassandra...[-| I need work. Work with my body. |] Ym not a women, I'm net a boy, Tam Kassandra. ‘Todo el texto de Kassandra es una confesion en la cual el personaje narra constantemente sus proyectos y ‘anhelos de transformacién, de alternacién, de mutacién de su cuerpo para que una cosa pueda transformarse en otra. Kassandra —tanto el personaje como la pieza— es un homenaje a la poesia, a la metéfora, a la transfigura- cién que todo acto de escritura permite. Toda la pieza xno habla més que de la transubstanciacién a la cual leva todo intento de relatarse a si mismo, es decir, todo acto e poetizaciin des Kassandra es un texto que celebea el ‘milagro de la conversion Y este tema de la conversién también va a ser abor- dado de manera casi que sistematica en las demas auto- ficelones, De una manera u otra, en la mayorfa de mis textos la conversidnes evocada o referida desde distintos ‘angulos, pero siempre para celebrar ese procedimiento de transmutacién de uma cosa en otra En Ostia, el asunto de la conversién aparece en dos momentos claves. Primero cuando el personaje del her ‘mano cuenta que su obra de ate preferida en Roma es La cconversién de san Pablo de Caravaggio, que se encuentra cen a iglesia Santa Maria del Popolo entonces explica la fascinacién que ejerce en él aquel mecanismo milagroso dela conversién. Al detallar esto, lo que el personaje esti haciendo es un elogio del milageo de Ta conversion que supone todo acontecimiento artistic. mun; La mines una pina na pinta de Caravagge. La omen ds san Pablo. No Siem premaimpacta Sore todo.o que cient Loquene fF episodio de le converin. nets st te gue, en ed el canine a Dama san Pablo coed eb [ewmauna: El segundo exact dela anton buon coeaen at Bu mmnuso: Eso mmo. Element preciso det trator (Gee Dvd ser Sac pre psa Pablo. Ta en cs extorinai, 00? Lemony Ota forma de eta en xsi enum: Deja de ser esto para empezar «ser [Lents Dear de ser pre ae send. nen: OS ER SBS El segundo momento en donde se aborda el asun- to de la conversién en Ostia es cuando el personaje del hermano, al confesar que siempre quiso ser judio, da a entender su deseo de conversiGn, pero esta vez realizando, lun camino inverso a la conversién de san Pablo ya que 1 anhelo del hermano es convertirse de cristiano a judio, EL sac: ¥ entonces te contigo. Teo digo. La mae: ge? Ei mamsavor Siempre quite sri, Laan: 26 cosa? EL nave: Judo, Siempre quse ser dio, Le mum: Por qué? EL nuano: Nolo sé Pero serapre quis seco, Desde chico. ¥ cada vez quiero serlo mas [Lamour Nunca me lo habs cho. Ec hmnuano: Por eso siempre me guste venir alae uderfas. Entrar a los gusts, entire una parte de ‘ellos. Imaginar que soy uno de ells. ¥ pensar que silo fuera entonces habria na lerel pare mi Una terra prometida, Un lugar adondl i En este deseo de conversién del cristianismo al ju- aismo, el personaje del hermano desvela no solo su fascinacién por la transformacién de wna cosa en otra, sino que manifiesta adem su aspiracin a ir hacia atrés para alcanzar un tiempo pretérito, que es algo a lo que aspira desde el comienzo de ls pieza. En este momento, ‘diferencia del pasaje anterior, es evidente que el tema de la conversién se aborda en un sentido mas metafisico: esta vex el hermano lo que manifiestaes una voluntad de regresar no solo a otto tiempo perdido, sino también a tuna supuesta patria prometida a Ago similar va a suoeder en Ef bramido de Disel dorf, donde la conversisn religiosa seré uno de los tépt os centrales de a pieza. Esta ver, los didlogos acerca del proyecto de conversin se dan entre el personaje del hijo vel personae del padre 1 myo: Ades esté el tema del judatamo y de conversién. No cierra que pida para comer cerdo fuando me estoy conviniende al judas. Bx vase: A porque en esta obra volts con oo de querer se jo Eco: Prefiero que digas el asunto dea conversin ‘y no esa de querer sr judi. Siempre fascinado por el mecanismo de la conver sién, en El bramido de Diisseldorf queda bien claro que, dotris de esta atraceién por la conversién al judafsmo, se esconde la necesidad del hijo de encontrar a un Dios iis severo, EL raons: Devi, gg sempre con ea ides de ln conversén enla cabeza? EL ayor St paps. EL aon: Lo hablaste com ts analista? [] Nos Es como side repente nos quisiera eiminar «todos nosotros. Ami At madre. A tus abuelos. tus bis tbuelos todos Tos que vinimos antes Fs 8 Smpre- (én que me da EL mo: Es posible. Noo EL rans: En alguna parte, entiendo lo que te pasa. Es posble que esés buscando aun Dios ms severo Mis etrcto. Ms gio. Dios de ellos es implacs- ‘le Despiadado. Inhuman. Eo: 2¥ te parece que estoy necesitand aun Dios tan cul? ran: Seguramente, Te excediste en muchas co- ‘as, Nosotros siempre euplmos tod. ‘Una forma de rendir un claro homenaje a este meca: rnismo de la conversin es la presencia permanente del personaje de Superman, citado en muchas de mis auto- ficciones, como en el caso de Tebas Land, donde se espe- cifica: 6S estard vestido con una remere en la cual figura el césico logo de Superman, pantalones de jeans y cham plones de marca Adidas, 0 en Ostia o La ira de Narciso, donde el personaje aparece citado escénicamente. Ya sea por medio del travestismo, de la conversién religiosa o de la admiracién por el personaje de Super ‘an, la funcién de la conversién en tanto que operacién indispensable de todo proceso autoficcional aparece re- ferida en casi todas mis autoficeiones como una forma de rendir homenaje a este procedimiento de transfor- macién, Debo confesar que existieron tres episodios en mi infancia que ejercieron sobre mf une profunda fascina cién y en los que considero que reside el germen de mi atraccién por la conversién. Uno es la primera vez que vi Superman en el cine y pude asistir maravillado a la mutacin del insignificante Clark Kent en el ex- ‘raordinario superhéroe. Fl otro es la primera ver que, en medio de la liturgia, comprendi el mecanismo de la ea transubstanciacién y que el pan en adelante era cuerpo de Cristo. ¥ el tercero es la noche en que mi padre alojé fen nuesiza casa a una travesti que en plena dictadura hrufa de la polica. A estos tres episodios les debo sin Ingar a dudas Ia fascinacién que elerce sobre mi todo rmecaniem que leva « qv iS pUCISONVERS on a ni ‘surge al aplicar esta funcién de la conversién a la autoficcién es que, @USGGRSERAEVORD La traicién sta segunda funcién que designo con el nombre de traicién hace referencia al hecho de que el yo que va surgi tras el procadimiento de conversin sera a ET a forzosamente un yo diferente del original, es deci, — sn fatso, por o tanto any eTg he Seale “ | it Lo que quiero decir con esto es que la fecin se cencargara siempre », sostiene el personaje de Martin en Tebas Land. ‘Marri: Entonces todo To que diga va estar en el S.:No. No todo, Algunas oss, Martin: 2¥ de esto qué vasa poner? gLo que habla mos? pMis preguntar? 825% ‘Martin: ,Asi? Tal cual? Tal cual? Bueno. No. Después cambio, Cambio algunas co: £25. Medifio un poco, No voy «hacer una transctip- cn exacta de lo que hablamos. Martin: Una que? faa wanscripeicn. Una copia Un duplicado. Ua cae ‘Mast: ule decir que vasa inventar algunas coss, $528 Claro. Muchas. Marv: Bro entonces nada Ss. gCéme que nada es nada? [MakTN:Y sh. Ni yo voy ser yo. NiTo que ablamos ‘va a ser lo que hublamos, Todo va a estar como que ‘ambiado. S. Si Bn elerta forma. Todo v tun poco de lugar. nada estar come corido Esto dltimo que dice S.es una de las reglas mas inte resantes de la autofccién: «todo va a estar como corrido ‘un poco de lugar». Es aht en donde reside el éxito poétion de la empresa autoficcional: la capacidd para correr un poco las cosas desu lugar, porque en todo emprendimien to artistico finalmente, como afirina Martin, lo interesante ‘es que enada es nada. Y al escribir esto pienso en las fx ‘mosas nadertas de ls cuales hablaba Jorge Luis Borges. En Bl bramido de Dilsseldorf aparece un didlogo simi- Jar en donde dos de los personajes van a discutir acerca dela veracidad o falsedad de lo relatado en la pieza. La di: ferencia con respecto a Tebas Land es que, en El bramido de Disseldorf, quien pide explicaciones 2 quien organiza lrelato es la propia familia, representada en el personaje del padre. Leyont: No me gust la excena del atau, EL po: Lo sé Pero es neces, Leann: Lo dl vomito.Y lode que me hago encima xj sti dicho de manera cuidadosa FB ratme: gra necesario decile? Estar contends esas imtinidades? No sé qu te pass Ent eseritra, ‘quiero decir. Nunca entend® por qué de pronto te decidiste por empezr a conta todas Jas intimida. ‘es de te vide Toaa as cots qu te pase, fe necesidad? ceetepane ia wo: Vat aj gut ques tango. Que Gexpurcanin Aloo mu aweve ne once noe hie enc? mo: None eno shor pp rot Esa veto? fm: No ipo En esta escena, el personaje del hijo insiste en la idea de que &i después cambia y altera, es decir, el hijo tranquiliza al padre explicéndole a se De alguna manera, en esta escena el hijo trata de calmmar «l padre por medio de la promesa de una traicién. Y esto es lo que me permite sostener que zd es por es0 To que esta de moda al mismo tiempo que también esté condenedo, —_ ‘De alguna manera, Ia autoficci6n es poder ser infiel + no mime, dec Sine BOM rilsmgpEsto es lo que hace que finalmente todo To que esctibo sobre mi vida termina siempre siendo mentira: a ‘medida que va surgiendo la escritura, la verdad va siendo proscrita, Cada ver que leo o veo representada una de iis autoficciones, me sucede lo mismo: tengo la impre- sion de estar frente a un espejo ante el cual solo puedo formular la siguiente idea: Ceci nest pas moi. Laevocacién a tercera funcién, que designo con el nombre de evocacién, se refiere al hecho de que HDecirse a uno mismo también tiene el objetivo deli Sela emetnorae, ci (@epparpentin En ese sentido, es posble afirmar que aautoficcionar es evocar, recordar, sar, revivie para sobre todo po:

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