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Nadie viene sin un mundo Ensayos sobre la sujeci6n e invencién de unx mismx Virginia Cano (compiladora) Nadie vene sn un mundo / Virginia Cano... fet al. : comp (do por Virginia Cano. ~ 1a ed .- Ciudad Autcroma de Buencs Ares: Nacreselva, 2018. 160 p. 17x tam, Is0N 976-987-3860-19.2 1 Ensayo Filoséfico. 2. Ensayo Sacolégico. 3. Estudios de GGanero. |. Cano, Virginia I. Cane, Viginis, comp. COD 305.4 Nadie viene sin un mundo Virgina Cano complladora Editorial Madreselva, agosto 2018 infodeditoriatmadreseiva.com.ar Dieano de portada: Seladad Dshbar Tapa: Irana Cover Sin Titulo. Graco sobre papel. 21 x 30cm. 2017 Disc de interiors: Alex Schmieg ©O9 ita eaicion se realiza bajo una licencia Creative Commons Atibuciér-No comercial 2.5 Argentina. Por lo tanto, la repro: ‘duccion det concenido de este Ubro, total o parcial, por tos rmedies que la imaginacion y a tecnica permiten sin Fines de (vere y mencionande la fuente ests alertada por los editores. Hecho al depésito que marca la ley 11.723, Impreso en Argentina - Printed in Argentina Prélogo "Mada viene sin su mundo, por lo tanto, entender esos mundos es erucal” Donna Haraway “Nada viene sin su mundo’, nes advierte Donna Haraway (2004, p. 55); a lo que nosotrxs agregamos que nadie viene sin un mundo, que lx antecede, x posibifita y Ix restringe a la vez. Pensar la vinculacién centre “lo que somos” y "el mundo’, entre esa singula- rridad que hemos llegado a sor y los dispositives geno. vrales de produccién, control y gestidn de las subjeti- vidades, es de alguna manera el hilo que atraviesa los textos que se dan cita en esta compilacién. Auscultar las nuevas tecnologias de produccién de subjetivida- des: he aqui una de las tareas mas potentes del pen samiento bio-tecno-politica cantemporaneo. Al fin y al cabo, nuestra capacidad de emancipacin, o més bien, de resistencia y subversiéa, anida entre otras, ccosas- en nuestra habilidad para tdentificar, interr« gar, negociar, disputar, hackear, reinventar, contami nar'y re/apropiarnos de esas mismas tecnologias que hos producen como Lxs sujetxs que (no) hemos llega: do a ser: Solo identificando los poderes y principios normativos (sexuales, genéricas, raciales, etarios, etc) que determinan el campo de nuestra ontologia es que podremos disputar sus limites y sus restricciones, apunta Butler. Por eso es que nosotrxs nos pregunta~ ‘mos junto ala filésofa: “,Con qué medios advertimes este poder demarcador, y con qué medias lo transtor- ‘mamos?” (Butler: 1999, p. 26), Los escritos aqui reunidos surgen en el marco de Jos encuentros y discusiones de nuestra proyecto de investigacién UBACYT (2014-2017): "Una genealogia bio-tecno-politica de la filosofia butleriana: prede- cesorxs, interlocutrxs y criticxs”, destinado a pensar los modos en que se des-tejen los hilos de nuestra subjetividad, y las maneras en que anidan alli resis- encias y hueilas de otros mundos posibles, Los tex- tos intentan, a través del estilo ensayistico, hacerse eco de lo que creemos es una preocupacién butle- riana fundamental: determinar no solo qué vuelve a uuna vida mas o menos inteligible, y por tanto, més ‘9 menos precaria, posible, vivible, sino que también buscan dar cuenta de las maneras en que disputamos dichas i/legibilidades y modes de estar en el mundo. Todos los ensayos intentan ser parte de esta genea- logia bio-tecno-politica en la que inscribimos el pen- samiento butleriano, centrada en una reflexidn critica de las tecnologias de produccién de subjetividades que limitan y producen nuestras ontologias de lo (im)posible; y cada uno, a su modo, recupera las dis- cusiones, los desacuerdos, los intercambios y las lec- turas a las que nos hemos abocado en estos casi tres afios de reuniones. Son, en ese sentido, el resultado ~siempre parcial y pravisorio- de una investigactén colectiva, en articulacién con nuestros propios tra~ vyectos biograficos e intelectuales. Los siete textos que se dan cita en esta compila- cién se proponen, entonces, desarrollar una reflexién critica en torno a las tecnolagias de auto-produecion de subjetividades contemporaneas. Asi, los primeros seis proponen un pequefio ensayo de auto-critica, @ de “autoteoria” diria Preciado, un intento de “ser rata det propio laboratorio”filoséfico (Preciado: 2008, p, 248), para culminar con un epilego poético-conceptual. La propia vida es aquf ocastén -y materia- de inquietud filoséfica ala vez que garantia de recaudo epistemolé- gico. Aqui nadie habla en nombre de todxs, ni tampoco de nadie; en todo caso, cada unx asume una precaria posicidn situada, un pequofio rincén del mundo desde ol cual desarrollar una reflexidn filosética sin la “inge- auldad teérica’ de los universalismos o grandes rela~ tos. Haciendo del "principio de autocobaya' la metodo- Jogfa de investigacién, fa propia experiencia (siempre singular, siempre colectiva) se vuelve cifra de inteligi- bilidad de los procesos productivos de la subjetividad, ala ver que la ocasion para pensar algunas de las grie~ tas que socavan les procesos de aute/disciplinamiento ‘auto /control a los que estamos sujatadxs, “Testigas modestxs” de nosotras mismxs, podria- mos decir parafraseando a Haraway (2004), la cues- tin de la auto-péiesis o auto-produceién se toma central en estos escritos. El analisis de nuastras con- sumes culturales y usos tecnolégicos, de los modes do pararnos en ol aula, en nuestros activismos 0 en la balanza, permite desplegar un ejercicto que proble- matiza las pricticas de auto-subjetivaci6n y los pos bles movimiontas de resistencia. En “Vivir romplenda (Da dita’, Malena Nijensoha parte de la propia expe- riencia del dolor y del hartazgo de vivir bajo el yugo dle Tos imperativos internalizados gordofabieos. El texto se propone escribir sobre esta temitica desde ls porspectiva de un cuerpo que es y no es gordo, que habita en la tensién entre los esfuerzos por ajustarse la normativa estética y ol cansancio de vivir a réqi men, que tiene tedas las herramientas para luchar contra una gordofobiainternalizada que, aun siste. En definitiva, una exploracién dol didlogo intar no con la normatividad de las euerpos que nos atra~ viesay se hace care. En su texto "No solo cuando estoy deprimida me pienso en Netflix. Ensayo sobre las chicas en la pan- talla chica’, Magdalena De Santo propone revisar la manera en que consumimos ficcién en 12 pantalla chica ala luz de la lucha de los movimientos feminis- tas, LGBT, queer /cur; reparando especialmente en la “mayor representacion” que hemos adquirido en los ‘medios de comunicacién, asf como en la complejidad que dicha inclusién supone en el auge de Internet y la proliferacién del “plusvalor semistica” de los tltimos Anos. En una linea semejante, “Conflesa que uso Face- book. Ensayo sobre la auto-representacién’, Virginia Cano se propone explorar las pricticas auto-discip! nantes y de auto-control a las que da lugar el uso de una red social come Facebook. A su vez, intenta sefia lar ese juego siempre complejo entre la eleccién y la sumisién, el uso y la auto-subyugacién, el goce y el padecimiento. El ensayo de Julieta Massacese, "De este lado, Notas sobre cisexismo’, se propone pensar el cisexismo a través de les aportes del activismo y la taoria trans, la blografia politica de la autora y la historia del activis- mo en torno a género y orientacién sexual en Argen: tina, En este triple marco, el hilo conductor es la pre- gunta por el privilegio cisexual, asf como por el lugar secundario que ha tomado en las agendas feministas, LGB y “distdentes” Continanda en la linea de proble- matizacion de nuestros activismos, Emiliano Expos- to, desarrolla en "Seremos come el Che?’, un andlisis en torno a los efectos de la herencia de Ernesto “Che” Guevara en la cultura militante de la argentina con: temporanea. El fac recas en el “modelo guevarista” como una tecnologia de subjetivacién que opera en los varones cis-hotero de izquierdas. Para ello, se decons truyen [as matrices polfticas basicas con las cuales se elabord la "muerte ejernplar” del Che, esto es: el sacri= ficio y el heroismo, a los efectos de argumentar que tales indices se sostienen en un dispositivo subjett- vante propiamente patriarcal y cristiano. Por iltimo, ol ensayo de José Ignacio Scaserra, "Yo Marica-Docen- te’, procura rastrear los limites y los alcances de un lugar de enunciacién que conjugue la subjetivacién *marica" y la “docente” El propésite es elaborar inte- rrogaciones que abran horizontes probleméticos entre la educacién, el género y la identidad, para desde alli abrir una pregunta ética que priorice la relacién del docente consigo mismo, explorando las potencias que se encuentran en las tecnologfas de auta-subjetivacién propias de cada cuerpo docente. Para finalizar, el epilogo de Barbara Scotto “Tes- tigo_modesto (Informe de una posesiény’, recupera y recrea el tono ensayistico para oficiar en el modo de una intervencién en “Io informe” de una posesién, Es una mirada oblicua (de implosién) sobre nuestras vidas vividas, y sobre el modo en que la vordgine con- tempordnea de flujas tecnoldgicas y semidtico-récnt- 0s de informacién y ocio contribuyen a la auto-pro- duccién de nuestra subjetividad. ae6 Ya sea a través de una reflexién en torno a las dietas de Cormillot o de la luna, Facebook, Netflix, el acti- 10 vismo lésbico, feminista o de izquierda, el aula © el ciberespacio en su intogridad, todos los ensayos se proponen hacer de la propia vida, y mas espectfica- mente de algunas de las tecnologias de auto-sub- jetivacién que la producen, sostienen y contienen, ocasidn de auto-reflexién y auto-teoria. Todos bus- can, también, abandonar el formato del paper o del articulo al que nos tiene acastumbradxs la acade- mia, para ejercitar la escritura ensayistica que se piensa -y se propono- como un ejercicio intelectual en de-construccién, como una reflexién un poco a tientas y en veremos, como el modo a partir del cual despuntar algunos de los hilos de aquello que Fou- cault denoming “Ia ontologia de nosotras mismxs" © “de la actualidad” (Foucault: 1996). No quisiera dejar de sefialar, en este sentido, la importancia del proceso creativo que es, en sf mismo, un modo de intervenir y disputar los modos de produccién del saber y, mas especificamente, de la produccién aca: démica, Los textos circularon en versiones prelimi: nares entre todxs, para que fueran modificados y discutidos a partir de la lectura en comin, y todos buscaron generar reflexiones que no fueran “para eruditxs* ni para “especialistas” sino que, por el contrario, pusieran a rodar esos saberes y discusio: nes en ol marca de un dialogo ablerto con nuestra presente y con nuestras contemporanexs. Espera~ mos que algo de este espiritu, y de nuestro intento colectivo de pensar cémo llegamos a ser quienes (no) somas se transmita y contagie a través de estos ensayos. Virginia Cano Buenos Aires, Abril de 2018. Bibliogratia utler, Judith (2007), EI género en dispute, Barcelona, Pai ds. Foucault, Michel (1996), ¢Qué es la iluztracién?, Buenos Aires, La Piqueta ediciones, Haraway, Donna J (2004), Testa Modesto@ Segundo. Mile nio. Hombre#embra® Conace.Oncoraton®. Feminismo y tecnociencia. Barcelona, Editorial UOC. Harnwya, Donna | Preciado, Paul (2008), Testo Yonki, Madrid, Espasa 2 “Vivir (rompiendo ])a dieta’ Malena Nijensohn Le cuento ami mama que el lunes me pongo a dieta. Le digo que quiero bajar dos kilos. Me rfo de que siempre quiero bajar dos kilos y le digo que siempre siento que tengo dos kilos de mas. “Es que siempre tenés dos kilos de mas", me responde. 4. Desde dénde escribo Hay una cierta incomodidad en escribir sobre gor- dofobla con un cuerpo privilegiada y me encontré ccon una dificultad muy grande a la hora hallar algdin concepto que pudiera dar cuenta de mi corporalidad. {Cuan gorda es gorda? zQuién determina qué cue pos son gorda? ;Bajo qué parémetros? :Y cémo se instauran esos criterias de demarcacién? Més ain, cOmo los internalizamos, cmo se hacen carne? {Soy © estoy gorda? {Me veo 0 me ven gorda? ;Y quiénes? B Docir que say gorda serfa posicionarme en un lugar de enunciacién que no es el mio. Decir que soy gordi ta seria un eufemismo, un gesto de correccién politica. Decir que no soy obesa supondria reponer toda una serie de categorias médicas patologizantes. ,Entonces? Lo que quiero decir es que: tengo un cuerpo que entra en Ios asientos de Ios medios de transporte, puedo ir comprar ropa a los negocios de moda, puedo repe- tir el plato de comida sin que quienes estén alrededar iio se sientan autorizadys a encontrar alli relaciones causales entre ese acto y la forma de mi cuerpo, nadie piensa, con solo verme, que estoy enferma (en acto 0 en potencia) y toda una serie de experiencias gordo- fébicas que no estén dirigidas hacia mi cuerpo. Aun asf, en el transporte cruzo las piernas para que mi cola 1no pase los limites del espacio que me corresponde. En los negocios de moda me retuerzo para que el talle ms grande de jean me cierre, generalmente con efec- tos frustrados y la angustia propia de no entrar en la norma de los talles. No repita el plato de comida, pre- fiero comer en privado que en pablico [como si las calorias que ingiero no so depositaran en mi cuerpo sinadie me ve comiendo, pensaba de chica; pero diga- mos la verdad: es por vergiienza), compro chocolates fon el kiosk y hago como que no son para mi. Puedo estar horas miréndome en el espejo porque la remera ‘me aprieta la panza. Meto panza. Saco panza, Cuente la cantidad de kalos que hay en esa panza, Antes de salir 4 mando fotos por whatsopp y pregunto st la ropa que elegi me marca mucho. Cuento las calorias de todo lo que ingiero. Como con culpa. A la mafiana me miro en el espejo y no necesito la balanza para saber si tengo 300 gramos més 0 menos que ayer y siempre quis ro estar flaca, porque flaca = linda, flaca = me puedo poner la ropa que me dé la gana, flaca = exitosa en el mercado del sexo, Pero no soy flaca, Nunca estoy flaca. Tengo siempre dos kilos de més. Dos Kallas de mas que a veces son cuatro y a veces son seis, aunque para mi son siempre dos o dos + dos + dos. Vivo a dita. Vivo rompiendo la dieta, iL La normase hace carne. El deseo de ser 0, en su defecto, estar flaca Les progunté a mis amigas y conocidas por qué quie: ren estar flacas y me dijeron: porque antes de ser gorda me mato, para entrar en la ropa, para con- formar a una sociedad que demanda ser flaca para ser bella, porque no me gusta tener rollos, porque con panza me veo fea, porque flaca me siento sexy y atractiva, es un ideal que tengo muy internaliza- do: cuando no estoy flaca me veo fea, porque no me entran los jeans y, si me entran, mo molestan al sen. arme, porque me confunden con una embarazada, porque me creo més linda si estoy flaca, sin el gordito 1s de las caderas y el rellito de la panza, porque siem- pre quise usar esos vestidos tipo tubo pero nunca me terminan de gustar las curvas que inevitablemente hhace mi culo, para ponerme cualquier prenda y que me quede “bi jrme mas atractiva, porque me siento mas arménica, por salud porque con unos kilos de mas te duele todo, 1a espalda las rodillas los pies, suds més, etc., no tengo argumento racional, porque mi madre era gorda y yo veia claramente que ami padre eso no le atrafa, Una amiga muy querida respondié a mi pregunta de forma mas extensa. "Bogota, biblioteca Universidad Javeriana Hora: 9:33 am 13.01.17 Y entonces decidi contestarle a Malena la pregunta que desde hace meses rondaba en su muro del carali bro, Para aquellas que desean estar flacas (estandolo ono estandole): :por qué? {Por qué deseo estar delgada? No sé, Male, tal vez porque creci dentro de una familia gorda y me rebelé y dij: “quiero estar flaca” o tal vez porque creo que a las mujeres flacas les queda mejor la ropa y se ven mejor desnudas y/o todas las anteriores. De una cosa sf estoy segura y es que hace un par de anos tuve una crisis matrimonial... mierda, pensé que mi vida se aca- baba y empecé a sentirme gorda, fea, bruta. [..}. TU ‘que me conoces sabes que no soy gorda, en realidad 16 nunca lo he estado, pero no sé qué pasé por mi cabeza en esos momentos. Hoy acepro que sey victima de los estereotipos de belleza que cixculan en las revistas de moda yen las redes. Hpppppp no quisior, pero ya me resigné a que “no solo actuamos a través del discurso; cl discurso acta sobre nosotros” He peleado con eso, sigo haciéndolo 0 me hecho pajazos mentales como: “me mantengo delgada porque es mejor para la salud, no como en axcese porque eso podria traerme proble- ‘mas de colestercl, hago deporte porque quiero estar fuerte” jajajjajaja esto ultimo es lo que digo ahora a toda la gento que me pregunta por qué hago ejereicie con tanta frecuencia, Ayer leyendo a la sefiora Butler pensé en esta pregunta ;Por qué deberia una mera ocuci6n lingaistica producir e1 miedo como respues- ta? Male, cree que tengo miedo a estar gorda, ano ser deseada, a envejecer, a estar sola, a ser fea —que tal vex para mies estar gorda—. La respuesta es sencilla porque solo he escuchado toda mi vida que ser gorda es ser un ser déoil,incontinente. Mierda Male, esta vida es muy gonorrea. No sé site sirva para tu trabaje de campo. Abrazos miles? La pregunta de Giovana quedé dando vueltas en mi cabeza... ;Cusn Interiorizadas tienen que estar ciertas locuciones para que produzcan el miedo como respuesta? Como puede ser que estos imperatives ‘aciales se nos hayan hecho came hasta este punto? ePor qué aceptamos -con resignacién, poro también con empefo y con muchisima sacrificio- estas impo- siciones para forjar nuestros cuerpos? {Por qué nos esforzamos mas por amoldarnos a la norma que por dislocarla? {Es acaso tan dolorosa la exclusién y tan importante la inclusién? gPero inclusién en y exclusién de qué modos de vida? Y si lo pensamos un momento, cestamos realmente tan seguras de querer participar de esa comunidad, con esas nermas, con esa violen cia? {Estoy yo, que vivo a dieta, que vivo rompiendo la dieta, tan segura de que eso es lo que quiero, indepen- dientemente de si os un desea genuine o uno impuasto por la sociedad (y, a fin yal cabo, chabré efectivamen- te una diferencia entre una y otra modalidad?)? Y si tenemos todas las herramientas teéricas para pensar y repensar cémo se producen nuestros cuerpos, itiles ¥ deciles, flacos, j6vones y fucrtes... os que esas herra Iientas no alcanzan? jesas herramientas no me alcan: zan? zAcaso lo maximo alo que puedo aspirar es a que cl nico momento de mi vida en el que no me importe ‘ni peso sea cuando esté flaca? Ui Jerarqutas corporates o fa promesa de ser feltz ‘cuando seas flaca Les pregunté a mis amigas y conocidas que hacen dieta por qué? y me dijeron: bajar de peso, estar mas Is flaca, bajar la panza. Lo curioso es que cuando si ron explayandose, profundizando sus respuestas, empezaron a hablar de: verse més lindas, sentirse mas soguras, sentirse mejor, ser més atractivas a los ojos de los dems, sentirse mas cémodas y mas salu- dables, més livianas, con més ganas de hacer cosas, estar dispuestas al deporte y al sexo, rendir bien, no estar pesadas y cansadas, autocontrolar los consu- ‘mos, poder decidir, prevenir enfermedades. Surgieron asf todas las implicancias de to que en nuestro imaginario social significa ser o estar gorda. Estar gorda no es solamente estar gorda sino tam. bién ser fea, ne participar del circuito del deseo ni del mercado del sexo, no gozar de buena salud, no tener energia, no poder tomar decisiones sabre nuestra propia vida, no tener voluntad suficiente para encarar una dieta 0 sostenerla en el tiempo, no poder hacer un esfuerzo por el propio cuerpo. Como dice Laura Contrera: “gordx no alude solamente al peso corporal que porte alguien sino que imp! ca encarnar muchas otras cosas negativas. Asi, ser gordx es también ser fex, indeseable, poco saluda ble, flojx, amorfx, lentx, algo sin gracia” (Contrer 2016, p. 24) 0 en palabras de Canela Gravila: "Le gordura, para esta cultura del hambre consciente- mente administrado, es un simbolo de abandono, de falta de conducta, de poca accién, de enferme dad, de fracaso, de trauma, de cero sexo y de falta 19 de deseo. Es la antitesis del éxito, en tanto beneficio privado a quienes responden a un modelo de cuerpo ejemplar: delgado, fuerte, vigoroso y agil” (Gravile: 2027, p.70) ‘Asi, vivimos en una socledad donde operan todo tun conjunto de tecnologias destinadas a producir nuestros cuerpos bajo un patrén normative que reza "36 flaca y serds feliz Una promesa de felicidad inal canzable (y bastante poco interesante, por otra parts). Das o tres cuestiones. Una: la relacién entre dalga- ex y salud 0, mejor dicho, cémo el discurso médico ‘opera sobre nuestras subjetividades para que deseo- ‘mos estar Mlacas. Siempre pensé que el discurso médi- co ("tener un cuerpo sano’, “que no te duelan las rodi- lias 0 la espalda’, “tener vitalidad y energia’, ete) era ‘un mero encubridor de una normativa estética, una excusa que les permitia a chicas inteligentes no con- fasar quo se amoldaban a un canon estético, Es intere- sante darse cuenta de que no se trata meramente de ‘un pretexto o de una justificacion ad hec, sine que las ecuaciones “lacazsaludable" y“gorda=enferma’ ofec tivamente gobiernan la medicina y las demés institu- ciones de la salud, Como sofiala Laura Contrera: “La gordura [.] es un punta nodal de cruce entre el impe- rativo de la salud y las técnicas de perfeccionamiento Gel cuerpo o cuidado de si (ejercicio, deta, tratamien- tos estéticos, cosméticos y quirtrgicos, entre otras 26) Hay una naturalizacion a través de los diseursos médicos de que la gordura es una enfermedad en sf misma o la causa de las mas diversas enfermedades posibles Dos: la relacion entre gordura y sexwalldad o par- ticipacion en el mercado del deseo. Una vez me reen contré con una compatiera del secundario que me pregunté: “ZTe acordés de cuando en el colegio llo- rabas y decias que te ibas a morir virgen?” ;Cémo se conforma nuestro daseo sexual? :A partir de qué ima- semes? ;Ser flaca es la Ginica forma de entrar al mer- cado del sexo hegeménico? Mi mama, que hace dieta desde que tiene uso de la razén y que siempre se ve tun poco més gorda de lo que desearia (salve contadas ocasiones), me conté una vez que cuando ella iba la universidad salfa con un chico al que le gustaban las chicas muy gordas. Pero no lo decta, lo ocultaba.Silen- cio absoluto, Y cuando lo que impera no es el silencio, entonces indefectiblemente entramos en el rea del fetichisme, como si nadie pudiera desear a una per sona que es gorda sin que ese fuera el afecta central, un recorte de dicha subjtividad sobre el que recae un deseo considerado atipico 0 raro, un deseo condenado por silencies, exchisiones y chistes ‘Tres: la relacin entre estar flaca y el esfuerzo, la ‘voluntad, la capacidad de tomar una decisién y levar- Ja a cabo, por un lado, y entre estar gorda y la falta de voluntad, la dejadez, elno poder tomar las riendas de la propia vida, por el otro. gCémo se organiza esta dis- tribucién de las capacidades? ;Cémo funciona la rela~ cidn inmedista entre gordura y dejadez, por un lado, y delgadezy voluntad, por el otre? 'v Ef mundo de tas devas Hago dieta desde siempre. Hice muchos tipos de die~ tas distintas: dieta de contar calorfas, dieta de comer cada dos horas, dieta con nutricionista, dieta protei- a, dieta que empieza ol lunes, dieta paleo, dicta de “comer bien’, deporte, dieta de deporte, no-dieta, La forma mas comiin de hacer la dieta es rompiéndola, En la pagina web de dietas del doctor Cormillat hay una secci6n titulada ‘mi plan nutricional”, donde nos piden que ingresemos nuostra altura, nuestro peso, cunt queremos adelgazar, hace cuantos afos {que tenemos sobrepeso y si queremos un plan de des- conse tradicional (“indicado para las personas que desean bajar de peso en forma gradual con un plan de alimentacién que sea flexible y por lo tanto facil de mantener en el tiempo"), un plan de descenso ripi- do ("para aquellas personas que buscan resultados a corto plazo y que estén dispuestas a realizar un plan de alimentacin estricto’) o un plan de mantenimien- to ("para personas que quieren mantener su peso actual conociendo la tendencia que tienen a aumen- tarlo o para saber como seguir una vez. alcanzado el objetive de peso, es decir come mantenerse después do haber bajado"). Es decir que, desde el inicio, desde antes de empezar la dieta, nos encontramos con una clasificacién de la subjetividad que remite a lo que en el apartado anterior ilamé relacién inmediata entre gordura y dejadez, por un lado, y delgadex y voluntad, por el otro, y lo relaciona aqui con la variable tempo: ral. Personas con dificultad para mantener la dieta en el tiempo, personas con capacidad de hacer una dieta estricta, personas con capacidad para hacer la dieta pero con dificultad para mantenerse después. Luogo, para quienes no cuentan con demasiado tiem: po o para aquellxs a quienes no les gusta cocinar, un plan *préctico’; para quienes no tienen mucho tiempo do dia pero disfrutan de cocinar por la noche, un plan “combinado’; y para “Ixs amantes de la cocina’, para quienes tienen tiempo de cocinar y disfrutan de hacer- lo, un plan "elaborado’. Se nos pregunta si tenemos alguna enfermedad o si hay algin tipo de alimento que queramos excluir de la diets, Finalmente nos diag. nostican: nos dicen nuestro indice de masa carparal (IMC) y gracias a ese niimero determinan si estamos dentro de los pardmetros normales 0 no. Parémetros normales... El programa de Cormillot me dice: “Has solicitado adelgazar 2 kilos con el objetive de verte ‘mejor, nos parece un descense légico y te ayudare: ‘mos a aleanzar los 67 kilos de una manera saludable” 23 Con el objetivo de verme mejor, un descenso légico, de manera saludable. Todo un dispositive puesto a fun cionar para moldear las euerpos de acuerdo a lo que aman “pardmetros normales’; es decir, un disposi vo de normalizacién. Como dice Michel Foucault: “[LJa norma no se define en absoluto como una ley natural, sino por el papel de exigencia y coercién que es capaz: de ejercer con respecto los Ambitos on que se aplica. La norma, por consiguiente, es portadora de una pre- tensidn de poder No es simplemente, y ai siquiera, un principio de inteligiblidad; es un elemento 2 partir del cual puede fundarse y legitimarse cierto ejercicio del podex" (Foucault: 2008, p.57) ‘A pparcir de ciertas parimetros “normales” (el indl- ce de masa corporal, la nocién de sbrepeso, la pato- logizacién de la gordura bajo la figura de la obesidad son solo algunos ejemplos de cémo operan esos pari. metros en el saber-poder médico) se ejercen toda una serie de tecnologias positivas do poder que producen ubjetividades como normales 6 patol6gicas. El dispositivo de la dicta hace patente que comer no significa solamente comer. La organizacion y la dis- tuibucién de la alimentacién (cémo se come y qué se come) son parte de un ejercicio del poder destinado a privilegiar un clorto tipo de corporalidades por sobre otras, El estado de dieta (Io que llamé “vivir a deta") es una técnica de construccién de la subjetividad, una gran tecnologia de subjetivacion, pues finalmente lo 24 (que hacemos con las dietas es entrar en una forma de vida que durari para siempre. Empezar la dieta, rom. per la dieta, sostener Ia dieta, mantenerse después de Ja dieta, Pensar en qué voy a almorzar, fantasear con quello que tengo prohibide comer, evitar situacio nes sociales en las que se incrementa el riesgo de que rompa la dieta, En algin momento la vida toda pasa 8 estar organizada en funcién de un Gnico principio: estar flaca, 1 gQueé hacer, que no sea hacer dieta? Gordofobia internalizada. ,Quién tiene la culpa? io, mis compaiierxs de la primaria que me decian gorda’, mi mama, los negocios de ropa, la publicidad, Cormillot, la industria cultural, el patriarcada? Segu: ramente, cada una de estas instancias, en mayor © menor medida. dHacia dénde dirigir el ataque, entonces? ;¥ come cambiar la posicién estratégica? ;Sersin la retérica del orgullo y la politica de la identidad nuestras armas? {Sera la visibilidad nuestra arma? ,Sera deshacer los ideales que rigen nuestras cuerpos nuestra mejor arma? JY como se empufiaran las armas? (Se tratard, caso, de dislocar las normas, de resignificar los patro. nes bajo los cuales se producen nuestros cuerpes, de promover otras y nuevas matrices de inteligibilidad de ruestras corporalidades? :Y cémo se produciran nue ‘vas imagenes sabre el cuerpo y sobre la dieta? Como dice Donna Haraway, quizds se trate de producir nuevas figuraciones, de contar nuevas his torlas para subvertir los mitos centrales que nos han colenizado. En ese sentido, me reconozce totalmente implicada en el mundo que habit, narro mi historia, comparto les testimonios y las experiencias de mis compatieras, amigas y conocidas, no para dar con una prucba sociolégica de lo mal que estamos sino por- que creo que la experiencia es compartida y la sali da, colectiva. Una bisqueda continua: nombrar los poderes que nos constituyen, detectarlos, reconocer al enemigo alla afuera y aqui dentro, para ver si algu: 1a forma de vida diferente es posible. Un intento de que los deseos de cumpleafics no sean mas “comer sin engordar” pero también un llamado a refloxionar sobre el dispositive de la dieta y cmo éste produce rnuestras corporalidades y nuestras subjetividades. Me propuse escribir sobre gordofobia internaliza- da en un cuerpo que es y no es gordo, que habita en la tensién entre los esfuerzos por integrarse al mercado dol deseo y el cansancio de vivira régimen, que tiene todas las herramientas tedricas para luchar contra la gordofobia intornalizada y, aun asi, no puede, o no quiere, u oscila entre poder y no poder, entre querer yy mo querer. Una forma de didlogo interno con la nor- matividad de los cuerpos que ayude 2 dislocay, aun- 26 que sea un poco, los patrones que rigen nuestra(s) corporalidad(es). Bibliografa: Foucault, Michel (2006), Los anormales. Curse en et Collége de Prance (1974-1978), trad, H. Pons, Buenos Aires, Fondo te Cultura Economica, Contrera, Laura (2016), "Cuerpos sin patrones, carne ind ciplinada. Apuntes para una revuelta gorda contra la poli- via de la normalidad corpora en Contrera, Laura y Cuello, Nicclis (comps, (2016), Cuerpos sin patrones: resistencias desde tas geagrafias desmesuradas de la carne, Buenos Ares, Madreselva, pp. 23-35. Gravila, Canela (2016), "Lesbianas gordas,bollas y Fuertes” en Contrera, Lauray Cuello, Nicolas (comps) (2016), Cuer- os sin patrones: resistencias desde las geoarafias desmesu- rades de la carne, Buenos Aires, Madreselva, pp. 69-76. e “No solo cuando estoy deprimida me pienso en Netflix’ Ensayo sobre las chicas en la pantalla chica Magdalena De Santo Episedio 1: Flash back ‘Tengo 8 afios, sin hermanos ni hermanas. Vivo en un dopartamento con mi madre cerca de la circunvala- cin de la ciudad de La Plata, Esta lejos en todo sen- tido. Caminar por el pasillo como una gran vena que ‘me conecta con departamento le demanda a mis pier- nas atin cortas un ejercicio de valentia. Cuando saco Ja basura a la noche me muaro de miedo, Carro. Una vampira se me puede clavar en el pelle, La burda realidad de la rata rastrera rauda contra el zécalo sucio dobla mi velocidad. Del otro lade del pasillo hay un terreno baldio, al fondo otro terreno baldio, detras de la medianera del patio de nuestro departa: mento, hay otro terreno baldia. Las ratas, lo entendi, 29 son parte dol ecosistema local, Mi madre trabaja en tuna escuela nocturna. Por eso falto mucho a la escue- la. Nos quedamos dormidas. Ademés, odiamos la ‘maiiana. Me voy a quedar libre, fsa idea no me asus- ta, me gusta pensarme libre en la escuela alguna vez. No tengo amigos en el barrio nuevo, Nes mudamos cada cuatra afios porque mi mamé alquila. Este es ol departamento més feo en el que vivimos. No tengo habitacién propia. Hay una cama en el living que se supone mfa pero se usa como sillén o contenedor de abrigos y mi coleccién de peluches. Con mi mamé dormimos en su cama grande con la frazada del tigre. Ahi esté la tele. En la tinica habitacién. Me la paso sentada en la frazada del tigre frente a mi tele. Mi ‘madre en un viaje a Tierra dol Fuego trajo una video cassetera. Me graba mis programas favoritos asi cuando no hay programacién en la ty de aire, puedo ver los episodios de ALF repetidos ad infinitum. Los fines de semana ella duerme con la boca abierta a mi lado y yo veo al Papa en su Papa mévil y luego Nube. luz, Los dias de semana a la tarde, entre la escuela y la escuela de misics, tomo café con leche con Michal Fox, Lazos Familiares; de quien dice mi madre estoy enamorada. Lo cierto es que adoro esa patineta vola- dora de volver al futuro y la capacidad heroica de un muchacho de arreglar la pareja de sus padres. Tam- bién en la merienda me acompaiian Mi bella genio, Bl super agente 86, Arnold, Mork y Mindi y otras series 30 norteamericanas de hace décadas atrs que pasan en ‘TELEFE. Familias disfuncionales con extraterrrestres, adoptados racializados, brujas disfrazadas de espo- as, siompre son mis preforidas a esos dibujos esti dos de enanos azules. Estoy en el cuarto de mi mamé mirando tele, es el cchupete electrénico para dormir, mi companera de ‘merienda, mi despertador, la hermana que me entre- tione a la espera de mi madre, mi psicéloga: momento donde me permite Morar sin que nadie se entere y ni yo entienda razones. El aparato a veces tiene pronom- bre masculino, otras veces femenino. Es indistinto. El tele, la tele, es mi inica pertenencia. Es un Hitac- chi, pequefio, de 14 pulgadas que me compré con los ahorros de la primera comunién, Es mio, aunque hay desertores criticos que impugnan el hecho de que una nifia se compre su propio electrodomiéstico. Pero nada importa, no puedo vivir sin tele, La primera vez que caminé sola en el barrio fue para ir al video club, Fuoron varias cuadras, elogi unas peliculas de Karate Kid y cuando sali feliz de la adquisici6n distraida me ‘equivequé de camino. Mi madre finalmente me encon 16 abrazada amis posesiones alquiladas en un barrio aledaiio. No tengo casi restricciones adultas porque soy una nifia prudente y quietita, no sé andar en bici, rho me gustan los juguetes en general, me porte bien, no desordeno, solo me gusta ver tele. Hay un tinico problema. Mi madre no me deja ver a Francella los 3 domingos, el programa Brigada Cola. Me prohibe mi fascinacién voyeur del culo en tanga de una mujer sin rostro y lo libidinoso de la mirada de Emilio Disi. Por alguna eventualidad dominguera, si vienen sus ami- gos a casa, por ejemplo, puede que los limites se vual- van laxos con el champang barato, pero si estamos selas, no. El castigo se limita a desenchufar la antena del aparato, Madre tampoco quiere que vea Peor es Nada, con Horacio Fontova interpretando a una mujer negra voluptuosa © a Jorge Guinzburg hablando de sexo, Pero el programa se transmite el jueves, el dia que duermo en la casa de mi abuela. Los hombres deseando mujeres, y toda la misoginia de alrededor a smi mamé no le gustan para una nifia, Ella no es fern! nista, solo le parece inadecuade, yo no entiendo el porque de semejante censura, ‘Tengo ocho afios y amo tanto a la tele que la muevo conmigo en el carrito por el departamento, Mi madre esta trabajando en la escuela nocturna, lo Xinico que debe hacer es baiiarme y descongelar una tarta de choclo para comer. Pero no pueda despegar- me de la tele. Lo intento. Me voy a baiiar. Me meto en la ducha y ahi escucho la cortina musical de un pro- sgrama de huérfanas en Canal 13: Aprender a votar. Del otro lado de la pared, con Ia lluvia a chore potente, escucho la voz de Patricia Sosa, “puedes volar, puedes sofiar, abre tus alas" y yo estoy limitande mi sentido ‘visual a los azulejos con hongos. Me desespero. Tengo 2 una ansiedad galopante y actiio por impulso. Salgo de la ducha empapada. No uso la toalla y los charcos lntre mis piernas se hacen del tamafo de la laguna de Chascomiis en la que acampé hace poco. Camino unos pasos y entro a la habitacién, Apoyo mis dos manos sobre la frfa barandita para empujar el carrito rojo y levarmelo conmigo al bafio. E] programa ya comen- 26, Tito. Los cables se resisten a acompanarme, la video cassetera que esta en el compartimente bajo del carrito se sale un poco de culata, sigo empujando con fuerza para hacerlo penetrar de wna vez.en el mosaico negro con pintitas color plata. La ducha sigue pren- dida, la tele también, yo estoy desnuda y tengo ocho afios. El programa ya empez6 y no puedo soportarlo, pego un empujén fernido y el televisor cae rendido sobre mis brazas. Lo atajo hiimeda, Sobrevivimos. Episodio 2: No es un test de embarazo Pasaron casi veinticinco ates de esta anéedota infan- tily aunque mi pasién por la pequefia pantalla sigue intacta y prefiero ver una serie idiota a salir un vier nes por la noche, ha camblado el mado en que miro las imagenes. Creo que la manera que puedo inter~ protar e] mundo de las representaciones visuales y el problema macro y micro politico que eneierran est 33

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