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UNIDAD DIDACTICA Ill La Biblia y la Palabra de Dios Contenido Tema |: La inspiracién divina de la Sagrada Escritura ¢ Testimonio biblico ¢ Testimonio de “Dei Verbum” # La Relaci6n entre Dios y el hagiografo Tema 2: La verdad de la Sagrada Escritura * Concepto semita de verdad * Contacto con la “verdad griega” * Contacto con los avances cientificos © Primeras lineas de soluci6n * La respuesta del Concilio Vaticano IL La Biblia_y la Palabra de Dios INTRODUCCION En esta tercera Unidad nos centraremos en el aspecto mds divino y sobrenatural de la Sagrada Escritura, a diferencia de las Unidades anteriores, mas focalizadas en aspectos bistéricos y externos. El objetivo de la Unidad es captar cudl es la esencia de la Sagrada Escritura en su realidad humano-divina, como ha intervenido Dios en su ges- tacién, en comunién con el hombre (el hagidgrafo). Si algo hace a la Biblia un libro —0 una coleccién de libros— muy especial, es el hecho de (que los cristianos la consideramos la palabra de Dias. @Qué queremos decir exactamente con esta expresion? Fundamentalmente, que los libros tienen a Dios por autor, a pesar de ser también obra humana, Pero esto hay que entenderlo bien y profundizar en su sige nificado, algo que haremos en el tema 1. Por su origen divino, porque Dios no puede mentir,afirmanos tambitn que en ela encontramos Ia verdad. Sin embargo, a veces se escucha hablar de los errores de 14 Biblia. 2En qué sentido esté presente la verdad en la Biblia? Lo abordaremas en # tema 2. Tema La inspiracion divina de la Sagrada Escritura Uno de los rasgos fundamentales de los textos biblicos es que estan divinamente inspirados, Se trata de una inspiracién especial, distinta a cualquier otto tipo de ins- piracién que el Espiritu Santo pueda realizar en la historia de la Iglesia. Afirmamos con taz6n, por ejemplo, que Dios inspiré a tal o cual santo para fundar una orden, 0 realizar tal accién, o incluso que le inspiré al escribir la regla de la comunidad 0 una carta importante; también se sostiene, con verdad, que Dios ilumina, inspira o guia con su luz a los obispos de un concilio para que plasmen la verdad que quieren transmitir. Sin embargo, en todos estos casos estamos hablando de una inspiracién divina distin- ta la inspiracidn de los libros sagrados. En este caso, la naturaleza de la inspiracion es tal que, a diferencia de cualquier otro tipo de escrito, podemos llamar a Dios “autor” de los libros biblicos. Algo que sélo podemos afitmar de los libros canéni- cos: son palabra del mismo Dios. Ningin otro texto, por venerado, verdadero 0 hermoso que sea, por iluminado que haya estado su autor al componerlo, tiene esta caracteristica. Ningiin texto conciliar, ninguna plegatia eucaristica u oracién devora, ninguna revelacién mistica, ningtin canon del derecho canénico o mimero del Catecismo, ain siendo profundamente cristiano y ortodoxo, es palabra de Dios. Se trata, por tanto de una inspiracién muy especial, de un fendmeno tinico, en el que vamos a adentrarnos en este capitulo. ¢En qué sentido Dios es autor de la Escritura? ¢Qué papel le queda al hagidgrafo? ¢Qué relacin hay entre el hagidgrafo y Dios o el Espiritu Santo? Testimonio biblico la Biblia sobre la inspiracion. Este tema En primer I rastrear qué dice |. E Pie ' mencionan la inspira- no es muy tratado en los libros biblicos, pero los pasajes que cidn de los libros sagrados son significativos. 102 La Biblia.y la Palabra de Dios Inspiracion de los libros del AT En el AT no aparece el término técnico inspiracién, No obstante, encontramos con frecuencia expresiones que reflejan una clara conciencia de que lo que se eseribe 0 lo que esté escrito ha sido eserito por mandato de Yahvé, y, por tanto, es palabra de ‘Yahvé. Segtin Dt 4,13 y 10,4 es Dios mismo el que escribe los mandates que sellan la Alianza sobte las dos tablas de piedra, Fin la literatura profétiea abundan los ejem- plos en los que el profeta pone por escrito revelaciones divinas, Especialmente significativo es Jr 36,1-32, donde Yahvé mismo ordena a Jeremias ponet por eserito todas las palabras que le habia comunicado en los iiltimos afos. El excrito de Jeremias se presenta como palabras de Yabué (36,6.8.11). Ademis, en 36,10-11 se afirma, a la vez, que las palabras del libro son palabras de Jeremias y palabras de Yahvé. ca el AT se explica de algiin modo cémo Yabvé inspira sus palabras para que sean escritas? Ciertamente no. Lo que si se describe con un cierto detalle es la inspira- cidn profética, es decir, el proceso por el cual el profeta recibe el influjo divino y se le capacita para hablar palabras de Yahvé, o dicho con otras palabras, es constituido profeta (cf. Zac 7,12; Is 1,1-2; Jr 1,1-4; Ez 2,1-5; etc). ¢Hay alguna diferencia entre la inspiracién profética y la inspiracién necesaria para que un libro escrito se convierta en palabra de Dios? Parece que si. La inspiracion profética esta destinada a ser proclamada, a comunicarse de forma oral, en un con- texto histérico detetminado. Si el que pone por escrito las palabras lo hace con fidelidad, podemos confiar en que el contenido es inspirado, pero no la forma, es decir, el mismo hecho de escribitlas. Para que estas palabras escritas sean palabra de Dios parece légico esperar una intervencién de Dios que asegure que tales palabras se ajustan a lo que el profeta dijo. Y, ademas, necesitariamos tenet la certeza de que Dios ha querido que aquellas palabras proclamadas fueran puestas por escrito como testimonio permanente de su revelacién (cf. Is 30,8; Hab 2,1-4).. Pasemos ahora a lo que se afirma en el NT respecto a la inspitacién de los libros del AT. El mismo Jestis afirma, de pasada, que David (como autor de los Salmos) escribfa movido por el Espiritu (cf. Mt 22,43-44). Con mas frecuencia aparece en los Hechos de los Apéstoles (cf. Hch 1,16; 4,25; 28,25). Es curioso que en estas citas unas veces se diga que es el Espiritu el que habla (por boca de un profeta) y en otras que es David u otro profeta (por medio del Espiritu). Concurso humano y divino van de la mano, sin separarse. s ocasiones, con la formula Por otra parte, la carta a los Hebreos introduce en vari 1 “Dios (0 el Espiritu Santo) dice”, pasajes del AT que formalmente han sido dichos por los hagiderafas y no pot Dios (cf. Heb 3,7; 4,4; 9,8; 10,15). De abi deducimos que el autor de Hebreos considera el AT como palabra de Dios. ‘ ee Mis alla de estos textos, hay dos momentos en los que el NT menciona mas exp! citamente el fenémeno de la inspiracié alvados, cuyo En 2 Tim, Pablo exhorta al joven Timoteo a alejarse de los hombres mal y futuro es nefasto: La inspirasién divina de la Sagrada Escritura 103 i lo que aprendistey e “Ts, en cambio, peemanece en lo que aps y exeiste, consciente de quiénes lo aprendlist, y que desde nifio conoces las Sagrada Eserituras; llas pueden dart a saburia que conduce a la Sivacidn por medio de la fe en Cristo Jess. Toda Escritua es inspirada por Dios (belpneas- Jody es también stl para ensefiar, para angi, para corregi, para educar en la justcia, a in de Gque el hombre de Dios sea perfecto esté preparado para toda obra buena 2 Tim 3,14-17) ‘Al mencionar las Escrituras Sagradas se refiere claramente al AT en general. De éste afirma tres caracteristicas: + Otorga la sabidurfa que conduce a la salvacién, La sabiduria en la tradicién judia es un don que sdlo Dios puede dar (cf. Sab 7-9), al igual que la salvacién, presen- tada aqui como un fruto de la sabiduria divina. Estos dones que brotan de la Escritura implican pricticamente un origen divino, + Es itil para evar a cabo diversas acciones: educat, corregir... Este rasgo, sin ‘embargo, es comin a muchos otros escritos y no implica una naturaleza especial en los escritos. + Por ultimo, la peculiaridad que mis nos interesa: “toda Escritura es inspirada por Dios”. El adjetivo empleado, hedpneustos, es la Gnica vex que aparece en la Biblia>!, y esta formado por dos términos: éhear (Dios) y pneustés (del verbo pneo, “soplar, moverse como el viento, respirat, expirar”), de la misma raiz que paew- ‘ma, el término que designa al Espiritu. Por lo tanto, 2 Tim quiere expresat con un vocablo pricticamente nuevo que las Escrituras proceden de Dios a través de su Espiritu, o son “sopladas”, insufladas por Dios. El segundo texto es 2 Pe, aunque aqui no se habla propiamente de todo el AT sino en concreto de los libros proféticos. El apéstol anima a prestar atencidn a los textos de los profetas y a sus profecias, de las cuales afirma: ninguna profecia de la Escritura puede interpretarse por cuenta propia, pues nunca fue proferi- da profecia alguna por voluntad humana, sino que, movidos (pheromens’) por el Espiritu Santo, hablaron los hombres de parte de Dios (apo theou) (2 Pe 1,20-21) Por una parte indica que nadie puede interpretar la Escritura pot su cuenta y riesgo. Peto lo que nos interesa ahora no es hablar de la interpretacion (cf. UD4) sino el motivo que da 2 Pe para prohibir la interpretaciones personales y subjetivas: las pro- fecias de la Escritura no son obra humana; si lo fueran, si podrfa interpretarlas un hombre cualquiera. Sin embargo, han sido escritas por unos hombres especiales, de los que se afirma: * Que fueron “movidos”, literalmente “llevados” por el Espiritu Santo. Fs decir, este Espiritu es el que impuls6 a los autores a escribir. La tesponsabilidad del texto y su contenido no recae por tanto sobre el hombre, sino sobre el Santo Espiritu. * Que hablaron de parte Dios, es decir, confirmando lo anterior, que ellos traen el mensaje, las palabras de Dios a los hombres. De ahi se deduce que sdlo serin ee eee 31 El término sbeopnenstos era usado, junto con otros términos, en la profecta adntica (“adivinacién”) pagana. La mé tn don de los dioses que se otorgaba a videntes, sacerdotes y sacerdotisas. vintica era 104 La Biblia y la Palabra de Dios capaces de interpretar los textos proféticos aquellos que tengan la autoridad del Espiritu Santo. Estos, en el NT, no son otros que los apéstoles. Nétese que, a diferencia de 2 Tim, 2 Pe no habla de una propiedad de los esctitos, sino de los hagiégrafos, los autores humanos del texto sagrado. A través de ellos ee Dios el que habla a los hombres. Esta es la consecuencia més trascendental de la inspiracién: hace que los textos sagrados sean textos pot medio de los cuales Dios habla. Son palabra de Dios. Inspiracion de los libros del NT Hasta ahora hemos visto lo relativo a la inspiracién divina del AT. Del NT es dificil encontrar afirmaciones en el mismo NT, como es légico, pues son textos escritos en un lapso de tiempo muy corto, y no hay apenas ocasién material para que hablen unos libros de otros, salvo en los textos mencionados al hablar del canon. Alli vimos, en 2 Pe 3,16 y 1 Tim 5,18, que se equiparaban pasajes del NT con el AT, reci: biendo su misma autoridad. Por ello deducimos que les otorgatian la misma inspiracion, aunque ésta no se mencione explicitamente. Hay sin embargo, un texto neotestamentario que si habla de su propio origen divi- no. En el inicio del Apocalipsis, san Juan sefiala cual es la fuente de lo que escribe: Revelacién de Jesucristo, que Dios le encargé mostrar a sus siervos acerca de lo que tiene que suceder pronto. La dio a conocer enviando su Angel a su siervo Juan, el cual fue testigo de la palabra de Dios y del testimonio de Jesucristo de todo cuanto vio. Bienaventurado el que lee, y los que escuchan las palabras de esta profecfa, y guardan lo que en ella esti escrito (Ap 1,1-3) No se refiere a todos los libros del NT, sino sdlo al propio Apocalipsis, pero cre mos que lo que se dice de la inspiracién de este libro se puede predicat de los demis libros biblicos. * Lo primero que se afitma es que procede de Jesucristo: el contenido del libro ¢s lo que Dios le ha encargado a su Hijo mostrar a los cristianos, Asi también el resto del NT tiene su origen en Jestis y contiene lo que Dios quiere mostrarnos. + El segundo dato es que el hagidgrafo ~en este caso San Juan, pero extensible a los demés autores del NT- es considerado “testigo de la palabra de Dios”, Ciertamente lo ¢s, pues testimonia la revelacién, pero no en su nombre, sino en el de Dios mismo. Testimonio de “Dei Verbum” En el n® 11 de la constitucién dogmatica leemos: y manifiestan en la Sagrada Escritura, se Made Iglesia, segrin la fe apostélica, Nuevo Testamento con todas sus Las verdades reveladas por Dios, que se contienen cconsignaron por inspiracién del Espiritu Santo, La santa tiene por santos y canénicos los libros enteros del Antiguo y La ingpiracién divina de la Sagrada Esoritura partes, porque, esctitos bajo la inpiracn de! Espiritu Santo, tienen a Dios como autor y como tales se le han entregado a la misma Iglesia, ‘Tenemos dos afirmaciones principales en este parrafo, La primera se refiere a las verdades contenidas en los libros sagrados: son fruto de la inspiracion del Espitita Santo, Cabria preguntarse si solo es obra del Espiritu estas verdades, y el restocle lo que encontramos en los libros sagrados no esta inspirado. Sin embargo, la segunda afirmacién no deja lugar a dudas: “los libros enteros del AT y del NT con todas sus partes” estin esctitos bajo inspiracion del Santo Espiritu. Asi pues, la inspiracion afecta a toda la Escritura, a todas sus palabras. Por tltimo, la consecuencia de la ins. piracién es muy seria: la Biblia ha sido tan divinamente inspirada que podemos verdaderamente considerar a Dios autor de la misma, de todas sus partes. Notese que en la Dei Verbum no se habla nunca de libtos inspirados, sino de libros sagrados, canénicos, santos. ..pues lo que se inspira es la accion de poner por escri- to la palabra divina. La relacion entre Dios y el hagiégrafo EI planteamiento de la cuestion La cuestién que mas quebraderos de cabeza ha traido siempre a los estudiosos de la inspiraci6n es la siguiente: en la elaboracién de la Sagrada Escritura han intervenido dos personas: * Dios inspirando, y + el hagiégrafo recibiendo la inspiracién. La Biblia es por lo tanto fruto de la accién de los dos, de la colaboracién de ambos. Ahora bien, gqué aporta cada uno de ellos a la obra sagrada? gqué telacién se da entre ambos a la hora de escribirse los textos sagtados? Los primeros siglos de la Iglesia Durante el perfodo patristico, los Padres ponfan de relieve sobre todo que Dios era el autor de la Sagrada Fscritura®2, Alonso Schékel indica que en la época patristica habia varias imagenes, analogias 0 simbolos para presentar el fen6meno de la inspi racién33, Pero estas imagenes no competfan entre si, como si fuesen hipstesis de oe a a Excepcién a Ia regla es Hipélito Los primeros Padres hablan del fenémeno de la inspiracin sin usar este término, Pxcspei seco Hiptto Romano, que utiliza la expresién #hypnexstar en wna ocasibn. Tertuliano parece set el primer Puke aus OOS A Pondiente expresin latina ingpiratus dentro del lenguaje de la teologia, adquitiendo, desde entonces, técnico dentro de la literatura occidental. Cf, ALONSO ScHOKEL, La palabra inspirada, 56-76. 105 106 La Biblia y la Palabra de Dios explicaci6n alternativas, sino que son simbolos complementarios que 1 08 que nos acercan al misterio de ln inspiracidn, como un haz de imagenes converentes Vetmocka La mis frecuente e importante res pod Ia del insteumento. Fs cierto que en algunos auto. dar la impresién de que se anula la accion del hombie come ae instrumento pasivo de Dios™. Sin embargo, se intenta subrayar que el hombre tam, bién colabora con Dios. Asi, Clemente de Alejandra, en “lexbortacion a lng griegos”, dice de los autores inspirados: “Aquellos santos hombres no necesiahay de palabras artificiosas, ni tenfan que hablar con afin polémico; les bastaba con ofre- cerse sinceramente a la accién del Espiritu Santo, pata que aquel divino plectto, bajado del cielo, usando de los hombres como de instrumentos musicales, citara 0 lia, nos revelara las realidades celestiales y divinas”35, Ademas de la analogia con el istru. mento musical, donde se resaltaba la perfecta y divina afinaciin del insteumento (el hagidgrafo), aunque menos frecuentemente, se han empleado dos mas: La pluma de escribir. aunque la nocién de Bscritura podia favorecer este simbolo, resulta menos sugestiva. “Al fin y al cabo, la notacién grafica del lenguaje es mucho més artificial y extrinseca, y la colaboracién del instrumento es apenas apreciable, pues no se trata de caligrafia” (Schokel). Sin embargo, San Jerénimo, a taiz del Salmo 45,2 (“mi lengua es agil pluma de esctibano”), hace decir al sal- mista: “Yo debo preparar mi lengua como un estilo o una pluma, para que con ella escriba el Espititu Santo en el corazén y en los ofdos de los oyentes. A mi me toca ofrecer la lengua como instrumente, a Fl le toca hacer resonar su doctri- na como por un instrumento. Si la ley fue escrita por el dedo de Dios, por la mano de un mediador... cuanto més el evangelio seri escrito con mi lengua por el Espiritu Santo” (considera al salmista como un evangelista porque profetiza a Cristo en el salmo). + El organo corporal, “Si establezco una distancia reflexiva entre mi proyecto y la mano que lo ejecuta, entre mi pensamiento y la lengua que lo articula, entonces tengo una experiencia de tipo instrumental, en la que destacan el cardcter vital y Ja intima pertenencia: la obra es tan mia como de mi mano, las palabras tan mias como de mi lengua; y son tan materiales como espirituales. La cabeza manda un impulso por los centros nerviosos, y la mano o la lengua ejecutan Ia obra”, Segiin esta dimensién de San Agustin desarrollada por Schdkel, podriamos imaginat la accién del Espiritu y la del hagiégrafo: el impulso que envia Cristo a su cuerpo es su Espiritu, Extendiendo este ejemplo al cuerpo eclesial de Cristo, apuntamos a Ia dimensién social, eclesidstica, de los escritores sagrados del NT, “que escriben como 6rgano de un gran cuerpo misterioso, que es la Iglesia”. La analogia del instrumento la resume Schdkel diciendo que el Espirit “pone el aliento, y mueve y pulsa, cada autor humano pone su timbre, su clave, su lenguaje y : fos antes que Salomén, © mis bien el Logos de 34 Asi Teéfilo de Antioquia escribe: “Pero Moisés, que exist muchos aos antes que Saloman, 9 ms Bie) © AE A Dios, habla por medio del como por medio de un instrumento” (Ad Aut 2.10), Mis tk n Aeohecee eat éxtasis del profeta con una “flauta en manos del autsta" (Leg. ro cbvitians 9). Por vso LA, fos ON a ge directa y exclusivamente al carfterinspirado de la Hscrtura son pocos y especialmente Sor Ni TTT i dl Clemente dice: “Vosotros habéis escudrifiado las Sagradas Escrituras, que son ¥ Espiritu Santo, Sabéis que nada injusto ni falso esta escrito en ells Casi 17 siglos mis tarde, el Magisterio usa la misma expresin de instrumento, if A°4S Net del autor humano: “Partiendo del hecho de que el hagidgrafo, al eseri Santo, insteumento vivo y racional” (DAS) va y racional gat la implicacién viva y rac i atramento del Espirita La inspiracién divina de la Sagrada E:scritura estilo. La melodia resultante es de los dos: del Espiritu y del inspirado, una ¢ indivi- sible, perfectamente humana y misteriosamente divina”. Ctra analogfa es la del dietado, presente en algunos Padres latinos, como si Dios fuese sugiriendo en la conciencia del hagiégrafo el texto sagrado. Usan el verbo ““dictae” aplicado a la accién del Espiritu sobre el autor humano, por ejemplo, San Jerénimo, San Agustin, San Gregotio Magno... Schdkel, a raiz de la evolucién semintica del término “dictare”, propone entenderlo flexiblemente, como una cola- boracién inteligente del que recibe el dictado%®, Es peculiar cl caso de Origenes, de la escuela alejandrina, que ante los montanistas resaltaba la libertad y la conciencia propia de los profetas. Montano consideraba que los autores inspirados perdian totalmente el conocimiento y en éxtasis inconsciente escribjan los libros. Frente a estas desviaciones, Origenes afirma que los profetas debi- an poseer, “como consecuencia del contacto de su alma con el Espiritu Santo, una mayor fuerza espiritual de penetracién y claridad animica” (Contra Celsum 7,4). Las afirmaciones del alejandrino pueden calificarse de equilibradas, por cuanto ponen en juego la libertad del autor humano. En una ocasi6n aislada, sin embargo, Origenes llega a presentar una formulacién de la inspiracién como “inspiracién verbal”: “Con toda exactitud ha colocado intencionadamente el Espiritu Santo el versiculo del Salmo (11,7) por medio de sus ministros de la palabra, a fin de que tampoco para vosotros permanez- ca oculto el fandamento segiin el cual la Sabiduria de Dios ha concebido toda la Escritura inspirada hasta la letra casual. Quiz4 dijo por ello el Redentor: «ni una iota ni épice desapareceri de la Ley hasta que todo se cumpla».. Por ello aceptamos, acerca de todo lo que ha sido escrito por la inspiracién del Espiritu Santo, que la santa Providencia, que concede una sabiduria supe- rior a la del hombre, ha sembrado en el género humano palabras de salvacién por medio de las Escrituras, y, por asi decirlo, a cada una de las letras, segiin su propia capacidad, huellas de la sabiduria” (In Psalmos 1,4). Por otra parte, son interesantes las aportaciones de estos dos Santos Padres * San Juan Criséstomo, de la escuela antioquena, se aproxima a Origenes en la idea de inspiracién verbal: “En las Sagradas escrituras no hay nada sobrante o super- fluo, aunque se trate de una iota o apice” (PG 51,187), pero sin considerar por ello que el autor humano (el profeta inspirado) sea totalmente pasivo: “[el Espiritu Santo} hace que el corazén [del profeta] comprenda lo que dice” (In Psalmos 44,1). + San Agustin habla con frecuencia de los hagidgrafos como aucores a la vez que se refiere a la Escritura como un dicfado (sentido amplio o sentido estricto?) que se remonta a Cristo. Por otra parte, afirma claramente la cooperacién de Dios y €l hombre, aunque con cierta confusidn: “Dios habla por medio de un hombre Schakel cia ottos dos simbolos, pero sin atribuilos a los Santos Padres, aunque sugeridos po algeno de ellos o pot la Escritra: una tercera imagen es entender al hagidgrafo como un mensajero. No como ua simple tansportados de novelty sino como “heraldo del Sefiot”, aquel que representa al emisor del mensaje (Dios en este caso) y habla en fo nome pelt ha entendido y asimilado con fdelidad literal el mensaje, que a su vez transmite 2 otros. Bl timo simbolo sist Pr Schikel es el de un autor y sus personajes. Los grandes autores, por ejemplo, de obaas de teatro 0 de sovelos, PMC fuerza y belleza a sus obras que son capaces de que sus personajes representen su papel haciéndolo woralmests V0 A ‘més lo consigue Dios en el fendmeno de la inspiracién con respecto a los autores humanos, que encarnan su PAR0S ya plasman por escrito. 107 La Biblia y la Palabra de Dios al modo de los hombres, porque también nos busca co ” 7 Dei, 17,6). “Ni siquiera Juan ha hablado como oe oo hombre ha hablado de Dios, certamenteinspirade por Dias, poh o petty boas bombre. Porque estaba inspirado dijo algo, y si no hubicts couse, wegen, hubiera dicho nada. Pero porque era un hombre inspirado hohe dilee een ques, sino que ha dicho todo to que podia decie como hombre” (Un Joonon 1 La propuesta de Santo Tomas La cuestidn se retoms en tiempo de la Escolistica, que planted directamente cuil era Ia relacién de Dios y del hagidgrafo en la inspiracién de los libros sagtados. Santo Tomas de Aquino oftecié una teflexién profunda sobre la naturaleza de In inspiracién biblica, recurriendo a la nocién de causa eficiente: Dios es el autor principal de la Sagrada Escritura (causa eficiente) el hombre es la causa eficiente instrumental. Como veremos en el siguiente punto, la no comprensién de lo que Santo Tomas comprendfa por causalidad eficiente llevé a la teologia por caminos errados. Pot eso nos detenemos ahora a explicatlo sucintamente. En el orden de la causa eficiente el Aquinate distingue una causa eficiente principal y una instrumental. La causa eficiente instrumental es siempre una causa segunda y, por tanto, dependiente en su obrar de la mocién de la causa primera. Ademis, /a accion de la causa instrumental puede ser doble: - Una accién que cotresponde a su forma propia. Asi, por ejemplo, a la sierra le corresponde como forma propia “serrat”, y, a la raz6n, “tazonar” Una accién que es instrumental, y que, pot tanto, no puede ejercitarse sino en cuanto es aplicada al acto por Ja causa principal y clevada por ésta a producir un efecto superior al que esta determinado por su propia forma. Asi, por ejemplo, a la raz6n no le corresponde como forma propia conocer sucesos futuros, pero si podria conocerlos como causa instrumental. Esta virtud operativa es transetinte y opera solo cuando es movida por el agente principal. De modo que, cesada la accién del agente principal, cesa también la del instrumento. De la conjunciéa de ambas causas se produce el efecto, El instramento causs, con la causa principal, todo el efecto. Ambas actfan como dinica causa ena prosueett del efecto. Y, por ello, la misma obra se atribuye toda al instramento¥ tod gene Principal, aunque no de la misma manera, AL instrumento se ie aba ont) te inmediato de Ia accién que obra gracias a una capacidad recibica, principal como a quien obra por su propia fuerza. La inspinacin divina de la Sagrada ESsertura 109 “Ahora bien, gcémo se aplica todo esto a la inspiracién del texto sagrado? En prim: 7, Santo Tomas tiene en cuenta dos factores: la plenitud de petfeccion ae Ding, luga e al, y la naturaleza racional y libre del hombre, agente instrumental Causa princip: - Dios, como agente principal, obr6 por una perfeccién propia, y se sirvié del escritor sagrado, capacitindole con una virtud instrumental para obrar muy pot encima de las energias de su naturaleza: le dio un entender mas alto y profundo, tun querer mas fuerte y un obrar més pleno, : El escritor sagrado poseia una peculiar capacidad operativa -accién propia-, con- forme a sus talentos y aptitudes. Dispuso de estas cualidades para redactar su libro y, ciertamente, dejaron su impronta en la obra. Dios, al escogerle, quiso ser- virse de esas condiciones humanas: su pensamiento y capacidad de decision, su Ienguaje, su modo de concebir y ordenar las cosas, ete. Por eso, la accién y la intencionalidad del escritor sagrado no se sitéa al margen de la acci6n y la inten- Gionalidad de Dios, sino a su servicio, sin perder las caracteristicas humanas, Por tanto, conforme a Santo ‘Tomas, el Espiritu Santo inspiré para esta tarea al que seria su instrumento plenamente apto, al que habia elegido desde toda la etetnidad y dotado de las cualidades humanas pertinentes, Por tanto, no fue la acci6n propia del hagidgrafo una limitacién o una traba a la accién inspirante de Dios, sino la accién querida por El como la més conveniente para ejecutar su designio. ‘Al hacer participar de su causalidad al hagidgrafo, Dios actué con él como una Yinica causa, en una profunda identificacién de intenciones. La causalidad divina abarcé y trascendi6, conformandolo a su designio, el obrat del escritor humano. El don que permitié al hagidgrafo colaborar en una tarea que trascendia las energias de su naturaleza (cl carisma de la inspiracin), como virtud instrumental, no radica- ba en él de modo estable, pues de suyo era transitorio, El don actué tinicamente cuando recibia cl influjo sobrenatural del Espiritu Santo, en el sentido inspirador. La reflexién posterior La ptopuesta de Santo Tomas marcé el planteamiento del tema hasta nuestros dias, aunque por desgracia no se entendié correctamente. Se siguié usando su terminolo- gia (“causa eficiente” y “causa instrumental”), pero concibiéndola de modo diverso y simplista. De este modo, se introdujo un concepto de inspiracién segiin el cual la relaci6n entre Dios y el hombre aparecia como excluyente. Bs decir, que lo que aportase uno al texto final no lo podia aportar el otro, y viceversa. Segtin esta concepcidn, cuanto mis contribuye Dios al texto sagraco, menos lo hace el hombre; y si el hombre pone el 70% de lo necesatio para claborar el texto InsP 5 Y , P tado, Dios pone necesariamente el 30%. Bajo este esquema excluyente, en ¢' 4} an las discusiones en ambos c son en el fondo competidores, se moveri . eee H 0 Santo Tomas. Los los siglos posteriotes, alejéndose de Jo que realmente propus' : autores mds equilibrados, lo mas que aportaron fue equilibrar la balanza otorgando la mitad de la actividad a cada uno. 110 La Biblia y la Palabra de Dios Se oftecieron diversas hipétesis sobre la inspiracién que intentaban explicar la rela cién Dios-hagidgrafo, pero todas dentro de este esquema defectuoso?7. Asi, en el s, XVI Melchor Cano (1509-1560) mantiene que los libros se compusieron. bajo el dictado del Espiritu Santo”, extendiendo la actividad divina hasta las mas pequefias verdades. Respecto al evangelio, dice: “Este fue escrito con gran esmero y bajo la inspiracién de la asistencia divina, de modo que no existe ninguna palabra en 1, ni un pice siquiera, que no haya sido aportado por el Espiritu Santo” (De Jocis sheologicis 11,16). Ahora bien, al intentar precisar cémo se tealiza la inspiracion en el hagiSgrafo, introduce una distincién novedosa entre la “revelaci6n” y la “inspira- cién” del hagidgrafo. La primera era la “manifestacién de verdades sobrenaturales”, y Ja segunda el “carisma redaccional de los libros sagrados”. El hagidgrafo siempre estaba inspirado por Dios al escribir, pero no siempre recibia revelacién divina: “Los hagiseafos, ara poner por escrito las partes pequefias concretas de la Biblia, no necesi- taron una revelacién propia y expresa, mas bien todo fue puesto por escrito gracias a un estimulo ¢ inspiracién especial del : i mi rita Santo (...). Nada escribieron a ciegas, sino que el Espiritu mismo dirigia su pluma para que no se desviaran al escribir (...). Sin embargo, no afirmamos que cada parte de la Sagrada Escritura haya sido compuesta por una revelacién inmediata el Espiritu Santo (...). Porque en lo que los hagiégeafos escribieron hay dos tipos de cosas, Unas que conocieron sélo por revelacién sobrenatural, y éstas proceden, segtin las palabras de Basilio, del Espiritu Santo; pero otras las habian visto con sus ojos y palpado con sus manos, y las poseian, por tanto, por conocimiento natural. Y para escribir estas altimas no necesitaron, como dijimos arriba, ninguna luz sobrenatural ni revelacién expresa, sino la presencia del Espiritu Santo y su ayuda especial para que lo que era humano y conoci- do por el entendimiento natural, fuera consignado sin error por la aynda de Dios” (De lacis Uheologics M118). Cano sostenia que bastaba que el Espiritu Santo excluyera todo ertor de los enun- ciados que el hagiégrafo iba escribiendo para hablar de “inspiracién”. No eta por tanto necesario que se diese el carisma de revelacién en la elaboracién de los libros sagrados. La accién de Dios en esta concepcién de la inspiracién queda reducida, por tanto, a ser un mero “corrector de herejias” Domingo Bafiez (1528-1604), discipulo de Cano, se pas6 al otto extremo y, retor- nando a las ideas clasicas, casi reduce la accién del hombre a un mero amanuense que recibe de Dios el dictado verbal de lo que debe eseribir: “El Bapftitu Santo no sélo ha inspirado el contenido de la Escritura, sino que también ha dictado y sugeri- do las palabras concretas con que debia escribirse ese contenido” (Scholastica comentaria in Primam Parte Angelici Doctoris q.\ a8). ‘Aunque Béfiez no llega a afirmar que esta teoria de la inspiracién verbal es doctrina de fe. la considera més segura que la teorfa de la inspiracién real (véase el siguiente pérrafo). Si no fuera por ella, no habria diferencia entre Ia Sagrada Escritura y las Tefiniciones infalibles de los Concilios. La teotia y formulacion de Baez. sobre la 37 En ia manualsdea del siglo XVI, por ejemplo, eemos: “La causa eficiente principal case effiom printbat) € Die tino y uno, que inspird, no sélo el contenido (7x) de la Escritura, sino incluso sus palabras en cuanto tales (..) La cans i Ciente ministerial (uae eicens minsterals) son los profetas, evangelistas y apdstoles, que no podian comet! ano Girectamente en el acto de eseribis a causa de la iluminacién inmediata de Dios” (Juan Federico Kénig, Teologia positva acroa- smitica, $86). La inspiracién divina de la Sagrada Escritura inspiracién verbal obtuvo la aprobacién y el reconocimiento de la escucla tomista hasta mas allé del siglo XIX, asi como ia de importantes tedlogos jesuitas como Roberto Belarmino y Suarez’8, En 1587 Lesio presenté su novedosa “Teoria de la inspiracién real”, seggin la cual no eta necesario que todas las palabras de la Biblia estuviesen inspiradae /reveladas, y ni siquiera todas las frases. Es mas, agin libro podsia haber sido escrito sin inspi. racién, y haber llegado a ser Sagrada Escritura por el testimonio posterior de Dios sobre su ausencia de errores: “1, Para que algo sea Sagrada Escritura no es necesatio que s ss palabras coneretas estén inspiea- das por el Espiritu Santo, vi 2, No es tampoco necesario que las verdades y sentencias coneretas estén inmediatamente ins: piradas al autor mismo por el Espiritu Santo. 3. Alggin libro (como quizas el segundo de los Macabeos), escrito por diligencia humana inasis- tida del Espiritu Santo llega a ser Escritura sageada si el Espiritu Santo testfica después que no hay en él nada falso”. Las dos primeras tesis respaldan la teoria de la inspiracion real, algo que la Iglesia no habia censurado en ningtin momento, por mas que en esta época no encontrara defensores. El verdadero problema lo presentaba la tercera tesis, que proponia una nueva teoria de la inspiracién: el influjo divino en la composicién de la Esctitura queda desplazado a la mera aprobacién posterior por parte de Dios, lo cual puede suscitar numerosos problemas. De entrada, una posicin asi sdlo es compatible con una teoria real de la inspiracin y contradice frontalmente la teoria verbal. El hecho de que Lesio se atreviera a nombrar un libro sagrado (2 Mac) hizo que la cuestin se presentara con tintes mas graves. En las Universidades de Lovaina y de Douai hubo una reaccién de extraordinaria violencia. El mismo Lesio, ante las teacciones contra- rias, tuvo que matizar sus tesis, aunque manteniendo sus aspectos fundamentales. J. Bonfrére, por su parte, hablé de tres clases de inspiraciéa, aplicndolas al esque- ma de Lesio. En la claboracién de cada uno de los libros biblicos, Dios habria ejercido una de las siguientes inspiraciones: + Inspiracién antecedente: la accin de Dios ejerciendo un influjo previo en el autor humano, otorgindole ciertos conocimientos que luego con su habilidad pondria por escrito. + Inspiracién concomitante: es la presencia de Dios durante la redaccién del texto sagtado, imposibilitando que el hagidgrafo incluyese algin etrot en cl texto. * Inspiracién subsiguiente: es €1 testimonio posterior de Dios una vez que ¢l libro ya esta escrito, confirmando su validez. Posteriormente D.B.Haneberg (s. XIX) adopté el esquema de Bonfrére y fue mas alla: clasificé los libros biblicos segtin este modelo, y atribuy6 la inspiracién antece- Saco wos re ¥s escribe algo Suarez, sin embargo, cuando debe explicar el proceso en si, matiza: “Cuando un autor de la Escrtuta canénica scribe 2lg0 que de suyo corresponde al émbito Tana ye sccesible alos sendos, entonces parece bastar ope el Eee ® 7 asistencia especial y le preserve asi de todas las palabras equivocadas, falsas ¢ inconvenientes a esta Escsitura (> demas permite que el pace utilice, al escribir, las imdgenes de su memocia y su propia dilgencia® (De Regi fide U1). La Biblia y la Palabra de Dios dente a los libros proféticos, la concomitante a los de carécter doctrinal, y la subsic guiente a los empitico-hist6ricos. Ademés, fj6 la aceptacion e inclusion de un libro en el canon, por parte de la Tglesia, como el momento decisivo para el cardeterinspi. ado (no reclama, por tanto, ni siquiera una aprobacién peculiar por parte de Dios): “Es posible que alguna Escritura haya sido primeramente compuesta de modo totalmente exclusivo por las fuerzas humanas ordinatias, y que s6lo por el hecho de haber enttado en el canon haya sido elevada a palabra de Dios y, también por ello, haya sido hechainspimada Gnspi- ratio subsequens)” (Vertu ciner Geschichte der biblcten Offerbarung Su postura fue condenada por el Concilio Vaticano 1, junto a la postura de J. Jahn, que rechazaba todo influjo previo de Dios sobre los autores de los libros eanoaicos: “Llamamos inspiracién a la asistencia divina para preservacion de los eerores”. Como se ve, las hipétesis cra cada vez més alarmantes. Frente a tal caos, en 1870 Franzelin propuso una solucién aparentemente mis sensata: en Ia inspiracién Dios era el autor de los conceptos ¢ ideas que transmitia al hombre, el cual ponia las expresiones concretas que daban cuerpo a las ideas inspiradas, Sin embargo, ya el P. Lagrange mostré que eso no era posible, pues no se pueden pensar los conceptos sin las palabras mismas. Todas las propuestas seguian encerradas en una concepcidn excluyente de la rela- cién Dios-hagidgrafo, y mientras no se saliese de ella, todas las posiciones oscilarian entre afirmar mas la accién del hombre o la de Dios, sin salit del problema. Decreto “Lamentabili” de Pio X (1907) Se condenaron como heréticas las siguientes tesis modernitas sobre la inspiracién: 1- “Los que ereen que Dias es verdaderamente el autor de la Sagrada Escritura manifiestan una simplicidad 0 una ignorancia excesivas”, 2- ‘La inspiracién de los libros del AT consiste en lo siguiente: los escritores de Israel transmitieron sus doctrinas religiosas desde un punto de vista que era poco o nada conocido por los paganos”. 3- ‘La inspiracién divina no se extiende a toda la Sagrada Esscritura, de forma que prevenga de todo error a todas y a cada una de sus partes”. 4- “Si el exegeta quiere entregarse provechosamente a los estudios biblicos, tiene que dejar al margen toda opinién preconcebida sobre el origen sobrenatural de la Escritura y no interpretarla de modo distinto de los otros documentos humanos”. La respuesta del Magisterio EI Magisterio de la Iglesia fue poco a poco mostrando la rape de sal ae dialéctica problematica, y dando pasos hacia una solucion més satisfactoria- los hitos més significativos: Ta inspiracion divina dela Sagrada Eseitura Providentissimus Deus (189. una triple accién del Espiritu en el hagiograto ( movia el empleo de la inteigencia, ln voluntad y los Sega, eee o + Spirits Paraclits (1920): Benedito XV al tempo que conf, Le6n XII, subeayé que la gracia dé Dios -y la mnopiescaog ns docttina de las facultades humanas: “cada uno de sus autores, segin su temp eee propio espiritu (...) colabor6 libremente con Ia inspiticion de Dine YS + Divino Afflante Spirit (1943): Pio XI indicé que en la tedaceis sagrados, el hombre actia con plena libertad y uso de sus capaciniee Noe ees tanto anulado por la accién divina de la inspiracién, faiadea + Dei Verbum 11: Bl Concilio Vaticano TI llevé hasta el final las ensea inal las ensefianz: Magisterio anterior, dejando atras definitivamente la idea de que el haope e mero instrumento pasivo, Por primera vez, el Magisterio otoreé al hen titulo de “verdadero autor” de la Sagrada Eseriture. Ronee Pero en la redaccién de los libros sagrados, Dios eligié a hombres, que utilizd us propias facultades al igié a hombres, que wtilizé usando de sus medios, de forma que obrando El en ellos y pot ellos”, escribieron, Terdaderos autores, todo y slo lo que Hl quer leer La Dei Verbum habla por tanto de dos autores verdaderos de la Biblia !; Dios, y la multitud de hagidgrafos que han intervenido en la claboracién de los 73 libros canénicos. Sin embargo, no entra a describir cémo es la relacién entre ambos en la inspiraci6n. Deja esa tarea a los telogos, aunque dejando bien marcado el camino. Por una parte, era necesario abandonar el modelo excluyente que habfa dominado la reflexion de siglos anteriores. Por otra parte, se debia encuadrat cl problema en el contexto mas amplio de la relacién hombre-Dios. Dios y el hombre no estin en tivalidad, sino que una mayor presencia de Dios en el hombre lleva a una mayor ple- nitud de la humanidad, también cuando Dios inspira su palabra al hagidgrafo. Decir que el hagidgrafo esta inspirado supone, por tanto, decir que su libertad y su entendimiento alcanzan —gracias a esa inspiracién— cimas de por si inaccesibles al hombre por sus propias fuerzas. El hagiégrafo es levado por la gracia a una pleni- tud insospechada, que le permite penetrar del modo més verdadero posible en la plenitud de lo real, y poner por escrito “todo y solo lo que Dios queria”, conforme a su tiempo y a su situacién, que no son eliminados por la inspiraci6n, » 31 de tal manera los excits y movié con su infljo sobrenatural para que esrbieran, de tl manera los asisti6 mientras escribian, que ellos concibieran rectamente todo y sélo lo que Fl queria, y lo quisieran fielmente escribir, y lo expresaran apt mente con verdad infalible”. Se trata del modelo leonino 0 modelo psicoldgico de inspiracién: concebir en Ia mente (€ntendimiento) — decidirse a escribir un libro (voluntad) ~ expresiin escrita (ejecucién). La inspiracién opera en esos tres Aiveles. Este es un modelo que se repetira en los manuales clisicos hasta el Vaticano I. La férmula st Ipso in ils e per ills agente constitay wna gran novedad respecto a I oe efecto, en los ids laced aparece tana formulacién mis cisca centrada en a “esata principal / caus adi tcumental”. EI problema fundamental de esta ltima expresion estaba en el termino “instrumento” que 9 TAN it coneciliaes les parecfa reducido pata describir tanto la accidn de Jos hagidgrafos como su libertad y pers 5 a s por medio de (los hombes)”. Yittudes de la nueva formula estaba el origen biblico de la expresidn “(Dios actin) en y pu . oo os .Sgrafos supone una novedad, Ciertamente tiene flexidn tcoldgica dominante, susiméndel Poe juagé necesaria para contearrestr Iti Jos primeros esquemas de la DV. En También la formula “verdaderos autores” (ver auctor) aplitada a los bagi Sus antecedentes en los Padtes de la Iglesia, pero se habia abandonado en late €l término instrumento, La insistencia sobre el caricter de serdaderos autores sj Autor secundaria o instrumental, casi un seeetario, que en realidad no ¢s ua serdadery autor us 4 La Biblia y la Palabra de Dios Bas... CONCLUSION y sus flaquezas. En el siglo XX, coi do superar esquemas deficientes profundizando teolégicamente e n el Coneilio V4 y se ha aportado nla cuestién de la una guia segura para seguir inspiracion. Concluimos este tema remitiendo a Va rbum Domini 19, el iltimo docu magisterial hasta la fecha sobre la Bibli berber ai “Un concepto clave pata comprender el texto sagradlo como Palabra de Dios en pala bras humanas es ciertamente el de ins piracién, También aqui podemos sugerir una analogia: asi como el Verbo de Dios se hizo carne por obra del Espiritu Santo en el seno de la Virgen Maria, asi también la Sagrada Eseritura nace del seno de la Iglesia por obra del mismo Espiritu. La Sagrada Escritura es «la Palabra de Dios, en cuanto escrta por inspiracién del Espiritu Santo». De ese modo, se reconoce toda la importancia del autor humano, que ha escrito los textos inspirados y, al mismo tiempo, a Dios como el verdadero autor, Como han afirmado los Padres sinodales, aparece con toda evidencia que el tema de la inspiracién es decisivo para una adecuada aproximacién a las Escrituras y para su correcta hermenéutica, que se ha de hacer, a su vez, en el mismo Espiritu en el que ha sido escrita. Cuando se debilita nuestra atencién a la inspiracién, se corte el riesgo de leer la Escritura mis como un objeto de curiosidad historica que como obra del Espiritu Santo, en la cual podemos escuchar la voz misma del Sefot y conocer su presencia en la historia” La inspiracin divi inipiraciin divina de la Sagrada Eserity Ejercicios de autocomprobacién sige a operon mas correcta: cn qué se diferencia la inspiracion d spn qué 5 piracién de la Sagrada E; + Scerito religioso? Stade Esctitura de cualquier otro a. Enlaantigiiedad. fy Sélo la Sagrada Escritura es Palabra de Dios © Difieren en que la Biblia nos acerca mucho mis a Cristo, bre la inspiracién encontramos en 2Tim y en 2 Pe? 2,

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