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Escaneado con CamScanner LA CALLE MATE DE LUNA Escaneado con CamScanner Llegd setiembre con su flores de naranjo y fue el momento del agua sobre los pisos, no ya he- lada y taciturna como la del invierno sino de- seable. Volvieron las baldosas a tener su ver- dadero prestigio a los ojos de los nifios, su sua- ve helazén a deslizarseles bajo los cuerpos in- candescentes de siestas e infancia. Fue en ese momento cuando aparecieron los forasteros. Es decir, llegé primero uno, y desde el preciso minuto en que se presentd a ver la casa desocupada de la calle Mate de Luna, los vecinos se sintieron desconcertados. No estaba vestido como ellos, tenia automévil y_belleza. No les gusté. No explicaban bien por qué no no les gustaba. Decian palabras cercanas a in- decente, alguna otra que significaba pretensio- so, pero no eran exactos. La vieja del: dieciséis —sélo po algo m4s— se corrid hasta el num donde vivia la familia japonesa, y S¢ visita, En calidad de visita la sefiora j hizo pasar al comedor, que daba sobr r enterarse de ero cincuenta, denomind aponesa la e la calle, 25 Escaneado con CamScanner Hamé a la familia y abrié el baledn ae que entrara el airecito caliente de setiem| re, La vieja se senté de cara a la calle Y empezé una despaciosa conversacién que la Japonesa salpi- caba con risitas. Estaba también el japonés, sen. tado en un borde de silla, como el testo de la familia. El silencio era un poco de todos, mds que de ninguno de las japonesitas, las hi- jas, que no abrian la boca y miraban suayes desesperadas hacia todos lados tratando de en- —éCudntos afios La madre dijo que ocho. —d¥ la otra? La otra tenia doce. QP x. 2 rd & So 2 & on oO 5, & a nS ~ Ss g S a ~~ sa is acai lores, y a la puerta del cincuenta y No con el Portefio y la mujer en una perspec 26 1 Escaneado con CamScanner tiva mas lejana. Se los veia nitidos —una foto- orafia parecian—, él con los ojos musgosos, que 3 distingufan bien sombrios, bien peludos, aun desde el balcén de la vereda de enfrente; ella, con un vestido ajado y como destefiido, una cierta edad y una cara para no recordar. Final- mente el portefio subié al automévil y Ja mujer se fue caminando. La vieja tomé su licor y dijo que, por lo que se vela, iban a tener fiesta. El japonés hizo re- trar a las hijas y aseguré sin vehemencia que no serfa asf. La vieja se volvié a su casa saluda- da en Ia puerta por toda la familia con la pro- mesa de que la visita le seria devuelta una no Iejana tarde. Los dias siguieron adentrandose en el calor yllegé octubre. El agua al retirarse de las bal- i dosas les dejaba su brillo, y el dibujo romboi- : dal de los mosaicos parecia seda extendida. Un | vestido blanco y negro de arlequin. Encima el agua, acariciando. La gente sentia sed cuando la vefa porque empezaba el calor, y porque ese calor nuevo, ese olor a flores, transformaban en sed ansias mds vagas. La vieja conté que el portefio se encerraba Con mujeres, y toda la calle lo repitié. Acecha- an su Hegada y con un grito lamaban a los que habfan quedado en el interior de las casas Para que participaran del escdndalo. Los ni- oT Escaneado con CamScanner fos de doce afios intervenfan ya en ia, Vila. cia y en los comentarios, ee as jg ponesitas: el japonés todavia guardal a Jas usan. zas de su pais, Y tampoco los nifios mds chicos, que segufan complaciéndose sélo con las bal. dosas. Primero era el agua, los mosaicog blan- cos y negros; después venfa el toldo color vino, extendido sobre el patio. Entonces log Mosaicog se volvian de un rojo maravilloso y el toldo se convertia en un cielo inhabitual. Habtg legado el momento de Sentarse en el piso fresco, de sa car unas piedritas blancas, que el nuevo cielo lles ‘se Henaban de imaestras, Hacia fines de Octubre se empezé a hablar de las extrafias orgfas en el mimero cincuenta y uno. Pero como se hacfan de noche y la oscuri- dad era intensa —un farol mortecino a cada ex- tremo de la cuadra apenas si alumbraba Ja pri- mera casa de cada lado~ nadie decfa con exac- titud en qué Consistfan, Por Kika Palumbo se Supo que el portesio era novio de una maestra de escuela, Las mucha- chas jovencitas Quisieron saber cémo era la maestra. ¢Regia de bonita, Kika? No, una. ne- Brita insignificante, un Poco bizca, Entonces no 28 ‘al Escaneado con CamScanner seria cierto, lo habria inventado la maestra. No no Io habfa inventado, era cierto, porque él la iba a buscar a la salidad de la escuela y ella se lo habia presentado a Kika como su novio, Se llamaba Mario Capristi. La que no queria con- yencerse de que fuera cierto era la nieta de la vieja. Decia que seguramente él se hacia pasar or novio para sacar otra cosa. Pero Kika jurd que la maestra compaiiera de ella era sumamen- te serie. gSeriaP gY cdmo se hacia buscar a la sa- lida de la escuela en auto? Entonces Kika la re- prendié: gquién le habfa dicho que se iban en auto? A puro pie se iban. Pero la nieta joven- cita de la vieja no se convencia, habia algo ex- trafio en esa relacién. En noviembre el olor de-los_azahares habia Pott pasado ya pero, en cambio, las damas de-noche'” y las diamelas cuando se ponian a perfumar , mezclaban las ansias vagas en un revoltijo tur- bulento. Los habitantes de la calle Mate de Luna y de las otras calles sentian que ya no astaba con la tinica actividad de despertarse por Jas mafianas y salir a mirar si las cumbres del Aconquija seguian nevadas. El perfume de as diamelas, el revoltijo turbulento, parecian decirles que puesto que estaban vivos hicieran cuanta cosa pudiese probarlo. Que Jo probasen antes de que el tiempo les probara a su vez que 29 Escaneado con CamScanner no era tan largo como para Postergar con pausa los deseos vagos Pero tumultuosos. ‘ En ese momento Ilegaron los otros habitan. tes del ntimero cincuenta y wo. Eran tres bres, todos de Ojos peludos, Stuta, y una mujer. L, tanta hom. que sabfan rozaba Io © contarlo, ; Bn ne P Sncontraban modo tos tenis compte? eQué lemen- 7, Onjeturas? eQuién podia baicass ne. oe en el patio de la mujer algo en ef iat “© dos casas era posible ae itab, aimee la ;cineuenta y ee t O° guitarr, ape! tenia fuerzas Para ale a le ae = ih cafda hermana, tan vieja como él y casi 80 Escaneado con CamScanner cegada por una catarata, No eran ellos, seguro, los que iban a encontrar coraje para treparse a una tapia y espiar lo que hacia la mujer blanca, qué residuos manejaba en el patio del fondo, or qué removia la‘ tierra al pie de un 4rbol. Del otro lado del cincuenta y uno habfa un con- i ventillo de paredes altisimas. Sélo.algin chico 1 que se subiera al techo por alguna saliente pe- ligrosa de ladrillos podria haber visto algo, pero gse daria cuenta de lo que veia? La calle, de to- dos modos, encontrd medio de hablar de la mu- jer blanca ‘como de la tinica para cuatro hom- bres. : Terminadas las clases, la bandada de maes- tras se refugié en sus casas como si un viento ar- dido las hubiera arrastrado, igual que a tergi- versadas golondrinas, hasta las regiones de la frescura y la sombra. Eso, durante el dia. Al caer la tarde salfan de nuevo a la calle, ahora sin el guardapolvo blanco de todo el aiio, y se paseaban del brazo de una esquina a la otra de @ cuadra, siempre con el mismo ritmo. Kika Palumbo paseaba con la nieta jovencita de la vieja y sus hermanas, pero sobre todo con la heta jovencita porque se entendia mejor con ois. Peto no paseaba por la vereda del ntime- incuenta y uno porque no era la suya y no hubiera sido bien visto. Kika empezé a ha- a a menudo del portefio mas alto, el que te- 81 Escaneado con CamScanner nia Ja cara redonda. La nieta de la vieja hu- : j ie querido saber cémo se llamaba al ba.” ito el tinico bajito de los cuatro, pero Kika Ja miraba con recelo y entonces ella bajaba la cq. d beza. Temia que le preguntara si le gustaba por. que ella era incapaz de decir la verdad. Y ', por otra parte, inventar la cansaba. De rato en Tato suspendian las idas-y venidas y se.acercaban la vieja que, sentada a la puerta de calle, fuma- ba sus chalas sin gual a la japonesita més chica, Viv con la mano en los calzones, litas de colores qui Conversaba, La observé las bolitas color eran para met © parecian inventados y les ta joven entré a tomar agua, y las desed. Cosas con. ese érselas en la boca-y. tenerlas niel 82 Escaneado con CamScanner

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