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DIGLOSIA EN EL PARAGUAY (o la comunicacién desequilibraday * Bartomeu Melig ** La denotacién del fenémeno lingistico del Paraguay como una situacion "tipica” de bilingiismo estd muy generalizada y es aceptada incluso por lingiiistas que en otras cuestiones no aceptarfan sino los “hechos de lengua” y los anélisis objetivos. Ahora bien, el bilingiiis- mo en el Paraguay cteemos que es un mito (tomando mito en el sen. tido de fabula ideol6gica). Para el caso paraguayo valdria lo que so ha escrito a propésito de la situacién lingiifstica de los paises catala- res: “La afirmacién de bilingitismo suele ir cargada de un elevado potencial valorativo que la sitia al margen de Ja simple constatacién objetiva. En los mismos alegatos, va implicito que el bilingtiismo es % Publicado em Suplemento Antropolégico, Vol. VIM, n.° 1-2, Asuncién, Par raguay, 1973. + Al mismo tiempo que mi colega, la Dra, Joan Rubin, preparaba su “res- puesta” a mi “El guarani dominante y dominado", mis andlisis de la situa- cidn lingiistica del Paraguay se estaban ya modificando con Ia ulilizacién de la nocién de diglosia, como categoria de interpretacién del fendmeno, no tanto en términos funcionalistas sino en téminos de proceso histrico social. En este trabajo que fue leido en el Congreso de Lengua y Literaturas Hispano-Americanas en Salta (Rea, Argentina), 8-10 de enero de 1973, esti ya implicitamente la aceptacién de algunas de las criticas que con fineza y profundidad me haria legar la Dra. Rubin, pero también una contesta- cién en cuanto que su y mi aproximacién al problema tendria presupuestos metodol6gicos dferentes: explcacién funcionalista del comportamieato lin- siistico en un caso; interpretacién histérica del proceso” socio-cultural, en el otto, Posteriormente he seguido ocupéndome del tema, reflexionando: en la misma tinea acerca de las relaciones entre lengua y cultura: “Cultura po- pular latinoamericana y creacién literaria. Aportes para el andlisis de los rocesos de diplosia", Stromata, XXX, 1-2 (Buenos Aires 1974): 43-54. La ‘complicada situacién” lingiistica y social del Paraguay exige, de dia en dia, Investigaciones y discusién mas prolongadas. tt .) En fender (.--) En un que hay que alabar ¥ Se y una desaloja a 0 feign ventur0sa ss ct et yn ae pais donde dos 'E;dn del bilingiismo COM? YT 49 menos — las fe ota, 18 tea alzar —, idealmente cent: "Un die ineguivorarr ones del conflicto” (AMEE. © itado por Vallverd ates enone de gaine 24 1966 valencia”, 1972: 19 es la diglosia, predominan. - ajstica del Paraguay es la diglos 0 La situacién Ting del os casos de bilingiismo pasivo que in excluir del too erengua de relaciOn (para el guaran la lengua para el castellano hablante, el guaran’) 0; fii ilizada en el andlisis de lenguas La nocién de cles ot da yo enmascarar, como suele hacerlo en contacto, tiene "1 realidad de los conflictos lingtifsticos y Ia nocién de Bilingue ordinariamente una lengua ejerce sobre el poder de. domme oximacion es especialmente itil cuando las dos otra, Este tipo de “Pir ren conflicto en un espacio geogréfico inva. Jenguas en jue oa nial; el bilingiiismo en estos casos desmen. dio y en un Her rroceso socio-cultural, al establecer en la lengua tra Ja real oidad que de ninguna manera se daba en la sociedad, tuna cier examinar la situaci6n lingiistica del Paraguay, puede servi, inar la situaci6n lingiistica del P are wrondis, a aplicacién del marco te6rico empleado por Vall weds, (1972! 7-24) en su “Aproximacién a la historia del bilingiiismo vere aluna”, tomando de él, sobre todo, el manejo de la nocién de usa una seg hablante, el castellar diglosia. “La definicién ‘clésica’ de’ diglosia fue dada por Ferguson no hace muchos afios (1959): segdn él, diglosia serfa ‘una situacién lin- giistica relativamente estable en la que, al lado de los principales dia- lectos de la lengua (...), hay una variedad superpuesta muy diver gente, altamente codificada (a menudo gramaticalmente mds comple- ja), vehiculo de un cuerpo de literatura extenso y respetado, proce- dente de un periodo antiguo o de otra comunidad lingiiistica, que se aprende ampliamente en la educacién formal y se usa sobre todo en Ja escritura y en el hablar culto, pero que no se emplea por ningin sector de la comunidad en la conversacién ordinaria’ (...) Segtin advierte Macnamara (1967) (...), el término ‘diglosia’ ha ido gene- ralizéndose hasta comprender cualquier situacién en que se da una variedad alta (A) o standard (empleada en la comunicacién més culta M2 » formal en la con Varie a dad baja (B) o relativamente inculta (empleada "més familiar)” vis familiar)” (Vallverdii 1972: 11-12) jsmodo de ejemplo para iustrar los casos en ismo, hace referencia al Paraguay “donde casi toda la poblacig jn {lengua no formal)” ene castellano (lengua formal) y guarani i t por falta de informacion he say que anotar, sin embargo, que siuacion do bilingiismo en g Pa este autor exagera ¢ idealiza la iguay, como se vera) Ora referencia: “el bili Ingiismo : savin de Ia conduta lingisicaingiidel eventos gue caracterh ° izacl ® individual, mient iglosi es una caracterizaci6n de organizacién tingiifstica ras an la diglosia Saural” (Fishman, citado por Vallverds 1972 nae plano socio- DIGLOSIA EN EL PARAGUAY pubin (1967; 1968; 1969), Manrique (1969) y ya antes Rona (966), aun sin utilizar propiamente la nocién de diglosia, han de- tecado en el andisis sociolingistico del Paraguay la verdadera si- tuacién diglésica del pais. Aqui no es necesario repetit lo ya publicado (Melia 1971). A manera de resumen se puede recordar brevements: “el uso del guarani O del espafiol obedece @ normas socio-lingiiisticas, de hecho discrimi- El Paraguay es bilingiie, pero pocos paraguayos son ) Se podria caracterizar el fenémeno linglistico del Paraguay como un fenémeno, no propiamente de bilingilismo, sino de dilingiismo, El uso del castellano 0 del guarani esta regido en el Paraguay por factores sociales y por factores regionales, porque esté fundamentalmente dislocado en dos camps seménticos que dificil Basie = bedankt (2,2) EI quate pa ee ec serie de ampos que le son vedados, porque en ellos no puede hacer oir su voz: més aun, ni siquiera los piensa, al carecer del instrumento ade- ado de la expresidn lingiistica (.. .) Como se ve verdaderos bilin- giies (habria que precisar més: los bilingtes coordinados) son impo- ples en el Paraguay, ya que es imposible manejar con facilidad igual, wi cast igual, las dos Tenguas, espafiola y guarant. La raz6n esté en Gque hay temas inaccesibles de hecho para el guarani, y esto debido @ tp evolucién concreta del guarani, no a defectos estructurales de Ja lengua en si” (Melié 1971: 25-26), natorias (--) bilingiies ( 3 A 7 habria que hacer Para explicar esta situacién diglésica de hecho, si ness intervenir la nocién de “trabajo lingiifstico” por el cual el -_ fo una covariacion SiS ria ura lingiitstica, cova sobre el “ha- dio de los orf- socio-cultural de indole colectiva ha causad mética de la estructura social y de la estruct cién que se da a través de actos histéricos practicado: bla” de los individuos. De ahi la importancia del estu' genes histéricos de Ia diglosia en Ia sociedade paraguay MUJERES Y PALABRAS Pata Levi-Strauss (1958: 326), “une société est faite d'individus .) Dans toute société, et de groupes qui communiquent entre eux (.. la communication s'opére au moins a trois niveaux: communication des femmes; communication des biens et des services; communica & tion des messages. Par conséquent, étude du systéme de parent, celle # du systéme économique et celle du systéme lingustique offrent cert = sobr nes analogies”. Y precisamente por existir estas analogfas hay cova. riaciones sisteméticas de estructuras sociales y lingisticas, que por mues otra parte no son univocas y por lo tanto habré que manejarlas sin “Tuvi apresuramiento. ‘Ademés las sociedades no s6lo son sistemas de comunicacién in- won terna, sino que a veces, histéricamente, establecen contctos con otras sates sociedades. Idealmente el contacto de sociedades podria darse sobre aan las bases de un reciprocidad perfecta, de donde resultaria, en el plano ari nal, todo des- lingiistc, el perpecto bilingismo coorinado. A nivel individual y de grupo pequeio — sociedades cientificas, por ejemplo —, este b- | d lngismo se da Histricamen, sn embargo, e fl que se dé Ib ._| see queja un f reciprocidad equilibrada, y mucho menos cuando dos sociedades en- tran en contacto a través de un régimen colonial que suele venir po oe, mareado por el etnocenrismo, el imperialismo cultural, le domine- lee cin, la manipulacién y la mistificaci6n verbal (Goulet 1972 (6): 3). ae es fos (mujeres, Se trata, pues, de determiner lo més coneretamente posible el Fed mayor némero de variantes que hayan podido interferr en el proceso baje de cinco lingiifstico, teniendo en cuenta los tres niveles de comunicacién sefe- © cuarenta” (B ones siste: siquiera el grav Tados por Lévi-Strauss, Aquf no se tratard de las covari riticas de cada uno de estos niveles — el trabajo requerira un espa- nies spafola era cor, cio y un tiempo del que no disponemos —, pero si se buscarén las analogias entre sistema de parentesco (comunicacién de mujeres) y no se hace caso; madre © hija, aly Adil a — INgUistico (¢ de Ja diglosia omunicacién de me importancia de este aspecto entre los intelectuales 1969: I: 51). Pero también las crdnicas y cart ) t as de i tiempos coloniales estén Henas de testimonios de la Rolin coe nial sobre el sistema de parentesco de los Guarani. Hasta qué el sistema 0 d sta qué historia ideologizada del mestizaje igualitario y del bilisgtions salt siguiente es objetiva, es lo que hay que examinar de més cerca La terminologia de parentesco asi como los datos que se conocen sobre el sistema de parentesco de los Tupi-guarané (Fernandes 1963) muestran bien la estructuraci6n cultural del intercambio de mujeres. “Tuvieron muy gran respeto (...) a las madres y hermanas, que ni por pensamiento tratan de eso como cosa nefanda; y aun después de cristianos, en siendo parienta en cualquier grado, aun dispensable o licito, sin dispensacién no la admiten por mujer, diciendo que es su sangre” (Montoya 1892: 49). Frente a esta situacién normal y racio- nal, el inicio de la naciente sociedad colonial ofrece un cuadro del todo des-reglado. “Estamos con las indias amancebados que no hay alcoran de Mahoma que tal desvergiienza permita”, confiesa y se queja un tal Jerdnimo Ochoa de Eyzaguirre, en carta de 1545 (citado por Bruno 1966: 188). Otros testimonios, aunque escritos con affn de denuncia moralizante, son en realidad la constatacién de la des- cultura que se esté instaurando: “El cristiano que est4 contento con dos (mujeres) es porque no puede haber cuatro, y el que con cuatro porque no puede haber ocho. ..; si no es algtin pobre no hay quien baje de cinco o seis, la mayor parte de quince, y de veinte, de treinta ¢ cuarenta” (Bruno 1966: 188). Por otra parte, no se respetaba ni siquiera el grado de parentesco que incluso dentro de la sociedad espafiola era considerado como incestuoso: “de deudo en cuarto grado no se hace caso; con hermanas (de la legitima mujer), muchos; con madre e hija, algunos” (citado por Bruno 1966; 188). WS | ai | - w joriadores y ensayistas han comentado con aire indul- Ciertos ae cOmplice esos “deslices amorosos” y libertinaje gente y solapatenet trépico”. En realidad esa “desvergienza” no hay oa “pasion ben orden moral, sino en el orden de la cultura. El ec. et Geet laipolgnia sid lade citenancscas en la comuni. eras ates paula eculiutanls cn‘cdanioigenon desprovista See anaed Noha (coualaleacin de Mujeres, sino aprovecha. Saves eaieres Elivlot ainbolkovchie i mujer tenia dentto de _—— |de” pareiieseo,ileda: vastovee sentido cuando conocido, Para cl “cristiano”, tener poses mujeres eta ser esta mujer le era des. pobre, jet adquiere valor econémico, y por eso se la vende, se la eT ce aoa 188). Recuérdese que estaban ip hea “acheter ie clara intencién de la “saca de mun jeres” que pronto destruyé por completo la etnia guarani, sobre todg de los alrededores de Asuncién, Quien conoce la manera cémo se va eo aguayo califica de mitomania a ad z paces y recuerda aquella pégina de J. Natalicio Gonzdlez en ue éste se ccupa del “melancélico fin” de la tal alianza, recordando que ya en 1650, “las indias velando por la suerte de sas hijos, co. ‘menzaron a repudiar a los de su raza, no deseando procrear sin, del ‘amante espafiol, para no amamantar siervos” (Cadogan 1971, 12). rporando el Guaran{ al a Wamada “alianza his. De los contactos de este ti ipo al nivel de la comunicacién de mu. jeres, comunicacién conflictiva, NO podia derivarse un bilingiiismo, NO HAY CAMINO PARA LA PALABRA “Los nifios a tal, y no conse 116 i emb: “ aunque la tendencia es la su argo, se mantiene la diferenciacién cobte todo més alla de ; vik . bign. mantenids las relaciones incestuosas d el castellano, uy idas por la sociedad colonise Beto La mujer guarani — al menos asi ; i : jos grupos guaranies tribsles existentes ee ose actual de jones chaméricas profticas, y aunque en aa cumple fun- eyolucion de Ia Tengua, es conservadora, ante una aa aad ala ve vlnerable. Destruida su orgaizacién social, la eign nes pronto al nivel de-un cologuio no formal, sin tract pal. sin profundidad religiosa. Como decfa un cacique, aa i ar de intento de deculturasi6n relgise por pare de- un mi a siuaci6 eee il & sioner sonia abia que callar porque no habia camino s vac lt pola: rao vay La nueva lengua guarant para = mye cng es andes cios de las mujeres converidas iS ee ars. Exide 8 Pe tierra, al La welacn de digs entre cl castellano y el guarani, asi como 2». tp apaticon del guarant paraguayo — lengua en Ta que han sistema- ae aioe aigune mane as relaciones diglésicas de las dos lenguas aes Wwarenacl — resultado del proceso colonial y en él encuentra lida y explicacion soir y TOE fundamentos de prestigio en la sociedad colo- gen del ado excsivo del castellano: ee 1 regu el indo, ain 1s a saben ese sRismo. 7 men ella, sin0 & astelao” (Cardiel 1900: 389). gh eseqibrio en Ja comunicacin de mujeres — y habria que cain ms deteidamente [a sme falta de equilibrio y reciprocidad rmpnumcacin de lends serving — ‘una referencia. analé- no era nal jes pre fa comunicacion desequilibrada al nivel de los menses. mo punto d& Toto lo gue hace referencia a To que suele escribirse — es decir, la ign dighosice Jengua de cultura — queda exclusivamente circunscrito al dominio yy Tengu 10 eng alt yas gue el grant tambien de una maners CS “lwima 10 rekaa Te coloquialidad no formal a7 a] La evoluci6n del castellano en el Paragua formacién de la lengua colonial que ctislents 3 eet ee guaran{ paraguayo, para diferenciarlo de los dialectos guaranies tri- bales, estarén marcadas por el conflicto de los principios y los juicios de valor etnocéntricos. Esta diglosia es sentida como falta de integra. cién y como limitacién en la comunicacién. Porque junto al mito del bilingiismo existe en el Paraguay el complejo de la inferioridad lin. gilistica, del a-lingifsmo, de no saber hablar. Es aquello que un escri. tor del siglo XVIII calificaba de “jerigonza”, “agregado de solecismos y barbarismos”, “lengua corrupta y adulterada”, “desconcertado len. guaje”, “algarabfa” (Cardiel 1900: 392-93): marcas, en el guarant pa. raguayo, de la diglosia instaurada en la colonia. Una vez més hay que insistir en que la de-sistematizaci6n en la comunicacién de mujeres no explica adecuadamente todo lo que suce- i6 a nivel lingiifstico, pero destruye suficientemente el mito de un bilingtiismo sin conflictos que se crefa proceder de la alianza hispano- guarani. Ahora habrfa que estudiar, a partir de la lengua misma, cuéles son las estructuras gramaticales y los campos seménticos que han sido més interferidos en la dos lenguas “nacionales” del Paraguay, y jun- tar nuevos datos socio-lingiifsticos que puedan determinar la diglosia y sus grados en el Paraguay. Es la tarea de continuar y completar, tal ” vez con perspectivas més sociales, la obra de Morinigo (1931) y los aportes de Cadogan, aportes de extraordinaria lucidez, aunque lamen- tablemente demasiado dispersos. BIBLIOGRAFIA AZARA, Félix de (1809): Voyages dans !' Amérique Méridionale, 4 t., Paris. BRUNO, Cayetano (1966): Historia de la Iglesia Argentina, 1, Buenos Aires. CADOGAN, Leén (1971): Ywyra fie'ery. Fluye del drbol la palabra, Asuncién. CARDIEL, José (1900): Declaracién de la verdad, Buenos Aires. FERNANDES, Florestan (1963): Organizagdo social dos Tupinambé, 2.8 ed., Sio Paulo. 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