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BIOETICA HISTORIA. PRINCIPIOS. CUESTIONES LINO CICCONE Capitulo I LOS ORIGENES DE LA BIOETICA Hace tan solo treinta afios, hasta 1970, nadie hablaba de bioética, ni siquiera existia el término el lengua alguna. Por esto no sorprende que no exista una definicion compartida de bioética y que existan muchas discu- siones sobre su estatuto epistemolégico. Incluso la historia de sus orfge- nes, a pesar de hallarse tan cercana a nosotros, es compleja y discutida en muchos de sus detalles. Voy a intentar dibujarla simplificando una realidad que es mas compleja. 1, LOS ANTECEDENTES INMEDIATOS Lo que toma el nombre de bioética no es algo que parte de cero. Exis ten antecedentes cercanos, es decir, un terreno favorable para su surgi- miento, y existen antecedentes remotos o rafces lejanas y profundas. Pro- blemas morales sobre la vida, la salud, la medicina eran objeto de estudio serio y sistematico desde hace tiempo. Limitando nuestra aten- ci6n al siglo xx, podemos decir que, en el mundo occidental, un estudio de ese tipo era terreno casi exclusivo de la teologia moral de la Iglesia ca- tlica; mientras que algunos aspectos, de los problemas sobre la vida y la salud humana, afines a los morales, eran objeto también de otras disci- plinas, como la deontologfa médica y la medicina legal. En teologfa mo- ral, el tema tenfa habitualmente su lugar en los Manuales de Teologia Moral de los centros de ensefianza de teologia. Sin embargo, ya a partir del final del siglo x1x se habia afiadido un fi- 1én monografico que presentaba un estudio espectfico de esos proble- mas, incluyendo los que pertenecen al ambito de la sexualidad, con mu- cha mayor amplitud y sistematizacién. El iniciador fue un sacerdote, profesor de ciencias naturales, Giuseppe Antonelli, que en 1891 publicé, en dos grandes voltimenes, la obra Medicina pastoralis in usum confessa- riorum. La Medicina pastoral se convirtié enseguida en una nueva mate- 12 Bio¢tica ria, al menos en las universidades eclesidsticas y en muchos seminarios, con la consiguiente aparicién de manuales mas o menos amplios. En tiempos mas cercanos a nosotros se dibuja otro filén de la teolo- gia moral y también de filosoffa, con carécter monografico, con la deno- minacién de Etica médica. Como indica el titulo, se trata de estudios que se ocupan exclusivamente de esos problemas en que se encuentra en juego la vida y/o la salud, y en los que interviene personal médico. A todo esto se afiade la intervencién del Magisterio pontificio, de- bida a Pfo XII. Muchos de los problemas que serdn objeto de la bioética fueron tratados con amplitud y profundidad en una serie de discursos, a menudo verdaderamente «magistrales», dirigidos casi siempre a un auditorio altamente cualificado, como son los Congresos y los organis- mos cientificos'. La riqueza y validez de este Magisterio es tal que al- giin investigador de relieve no duda en ver en él la prehistoria de la bio- ética’, Hay que afiadir algun otro elemento con referencia a los Estados Uni- dos, debido a que ese sera més adelante el lugar del nacimiento de la bio- ética, En la década de los sesenta sucedieron algunos hechos que termi- naron por provocar un interés nuevo y difundido en los problemas éticos en el Ambito de la vida y de la medicina. La divulgacién de abusos come- tidos en la experimentacién con seres humanos y en otros Ambitos de in- vestigaciones biomédicas suscit6 discusiones vivaces en la opinién pa- blica y en el mundo cientifico, con significativas repercusiones también a nivel politico. Aparte de los abusos, una toma de conciencia creciente de aspectos y consecuencias deshumanizadoras de una medicina cada vez més técnica aportaba una contribucién considerable a la difusién de un ambiente cultural que era favorable, inconscientemente, para acoger lo que sera el fenémeno de la «Bioética». De este modo, en 1967, se produjo en el terreno académico la fundaci6n del primer departamento de Cien- cias humanas para estudiantes de medicina en el campus de Pennsylva- nia y, por parte del gobierno USA, la constitucién de un comité para el control de la experimentacién sobre sujetos humanos, mientras que en los ambientes del Congreso se percibia un interés creciente por los Valo- res Humanos en la Medicina. ' Estos discursos, ademas de en las colecciones oficiales, se encuentran reunidos en el libro dirigido por F. ANGELINI, Pio XII. Discorsi ai medici, Orizonte Medico, Roma 1959 (y posteriores ediciones). 2G. Russo, La «prehistorias de la bioetica, en G. Russo y colaboradores, Bioetica gene- rale e fondamentale, Sei, Turin 1995, pp. 381-383. + Para mas informacion, ademas de las que se indican, ver G. Russo, La prima pietra: LHtestings Center, en G. Russo y colaborndores, Biotica generale ¢ fondamentale (0. c.) pp. 387-393. Los origenes de la bioética 13 En este clima y contexto, y gracias a la genialidad de un conocido fi- lésofo, Daniel Callahan, ayudado por un amigo psiquiatra, Willard Gar- din, se funda en 1969 una institucién cuyo titulo es ya un programa de bioética antes de que exista: Institute of Society, Ethics and the Life Scien- ces, mas conocido como Hastings Center, debido al nombre de la ciudad en la que tuvo su sede, Hastings-on-Hudson, a 20 millas al norte de Nueva York. Su inspiracién de fondo era que «los problemas éticos de las modernas biotecnologfas necesitan, para poder ser solucionados, un es- fuerzo interdisciplinar sin precedentes y una clara voluntad de reunir ciencias experimentales y ciencias humanas»‘, Enseguida podremos constatar que en estas concepciones se encuentra ya el nticleo central de Jo que va a ser llamado «Bioéticay. En este momento tenemos elementos suficientes para comprender cémo se ha llegado a la aparici6n de la bioética, evitando el riesgo de atribuirla enteramente a la genialidad de una o dos personas, aunque esta genialidad se ha producido. Ahora vamos a centrar la atencién en este tiltimo factor, que, en el contexto que acabamos de describir, sin fal- sas exageraciones aparecera como un papel, desde luego, de primer plano, aunque no como factor tinico y determinante. 2. EL NACIMIENTO DE LA BIOETICA Este papel de primer plano en el nacimiento de la bioética hay que re- conocérselo a dos cientfficos clinicos, de origen holandés, pero que en los afios sesenta trabajaban en los Estados Unidos: el oncélogo Van Renselaer Potter y el fisidlogo de embriologia humana André Hellegers (1925-1979), ambos catedraticos universitarios e investigadores. Potter posee el mérito de haber forjado el término «bioética» y haber elaborado los rasgos esen- ciales de la fisonom{a de esta nueva rama del saber. Por su parte, Helle- gers «fue quien introdujo el término bioética y, con él, un campo de inves- tigacién de interés comin, en el mundo académico, en el de las ciencias biomédicas, en el gobierno y en los medios de comunicacién»’, apor- tando, ademas, cambios notables al modelo de bioética delineado por Pot- ter. Pero sobre todo esto hay que aportar algunos datos posteriores. La aparicién del término «bioética» tiene fecha y «lugar» precisos. En 1970, Potter publicé un articulo con el titulo Bioethics: the Science of 4G. Russo, La prima pieira: Hastings Center, en G. Ruseo y colaboradores, Bicetica generale ¢ fondamentale (o. c.), p. TWinken T Reien, Modell di bioetica, Porter € Kennedy Institute a confronto, en G. Russo y colaboradores, Bioetica generale e fondamentale (0. ¢.), p. 31. 14 Bioética Survival’. El titulo, ademés de lanzar el nuevo término, proponfa una concepcién precisa de bioética: «ciencia de la supervivencia». Ense- guida veremos cual es el significado de esta expresién. Potter, al poco tiempo, le afiade otra y no con un artfculo, sino con todo un libro: Bioe- thics: Bridge to the future, que aparece en enero de 19717 y en el que es- tan recogidos varios de sus articulos*. Reduciendo a lo esencial todo lo que habria que decir, incluimos un mjinimo de explicacién de la no habitual terminologia y de la concepcién inicial de la bioética por Potter. Potter compartia con otros estudiosos y pensadores la conviccién de que la existencia de la especie humana no solo no esta garantizada, sino que se encuentra seriamente amenazada. Esta amenaza se ha hecho particularmente grave en nuestro tiempo de- bido a las graves alteraciones de los equilibrios biol6gicos y a la creciente contaminacién de los ecosistemas, fruto de un saqueo insensato de la na- turaleza por parte del hombre, que actualmente se encuentra en posesién de formidables poderes manipuladores, que le han conferido los vertigi- nosos progresos tecnolégicos, especialmente en las biotecnologias, pro- ducidos en un contexto de separaci6n neta entre ciencias experimentales y ciencias humanas, especialmente la ética. Por esto se produce la pro- puesta de una nueva materia de estudio con la tarea espectfica «de la in- vestigacién de una sabiduria, es decir, de un conocimiento que nos haga capaces de realizar juicios adecuados en relaci6n con lo que podria cons- tituir un progreso fisico, cultural o filoséfico para una supervivencia hu- mana valiosa»®, Podemos intuir ya en qué sentido los nuevos estudios se configuran como «ciencia de la supervivencia» y

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