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Bevesriowes DE EDUCACION Asesoramiento pedagdgico en accion La novela del asesor | Sandra Nicastro Marcela Andreozzi ENCUADRE Y ASESORAMIENTO J. DEL ENCUADRE COMO CEREMONIAL AL ENCUADRE . COMO “PUNTO DE REPARO En el primer capitulo de este libro, al referirnos al asesoramiento como prictica localizada y como prictica transversal, sefialamos que en ambos casos el asesor fijar en su trabajo las condiciones que enmarcan su inter- vencion. En este capitulo retomaremos este punto para referirnos al encua- dre y avanzar en el planteo de algunas ideas que permiten definirlo y analizar el papel que juega en el acto de asesoramiento, Desde alli, sefiala- remos sus componentes centrales para considerar algunos prineipios que suponen una toma de posicin al respecto. La consideracién del encuadre tiene una larga trayectoria en el campo de la psicologia y el psicoandilisis. sobre todo en nuestro pais a partir de los aportes de Bleger en la década de 1960 y los desarrollos posteriores que tuvieron influencia tanto en el dambito de la salud como en el de la educa- cidn. Los planteos que realizaremos a continuacién recuperan muchos de estos aportes ¢ intentan, desde ellos, analizar un acto de trabajo especifico: el trabajo de asesoramiento en el campo pedagdgico. En sentido amplio, habitualmente se piensa el encuadre como un con- junto de regulaciones que pautan la configuracién de un espacio y un tiem- 70 ASESORAMIENTO PEDAGOGICO EN ACCION po, que definen condiciones particulares para el establecimiento de las re- laciones entre las personas, que plantean posibilidades y limitaciones especi- ficas en el contenido y las modalidades del intercambio que ellas mantienen y que establecen los propésitos de la intervencidn, entre otras cosas. Hablar de regulaciones, en el sentido general de reglas, pautas y princi- pios que, de un modo u otro, definen la intervencién del asesor, puede con- notar para muchos Ia idea de fijeza, permanencia o repeticién. En esta linea, el encuadre corre el riesgo de convertirse en un ceremonial: una suerte de ritual cuyo sentido empieza y termina en sf mismo. Desde nuestro punto de vista, esta concepcidn merece ser revisada. Tal como lo sefalamos al pensar en el asesor como intérprete desconcertado, el tiempo que vivimos nos enfrenta una y otra vez a lo incietto, lo miiltiple, lo diverso y lo cambiante. De lo que se trata es, por Jo ianto, de volver a mirar Jo que habitualmente se dice de los encuadres desde una perspectiva que intenta captar qué hay de fijeza en el movimiento, qué permanece en aque- No que cambia, cuanto hay que repetir para crear. En otras palabras. lejos de pensar el encuadre como un ceremonial o un ritual, lo entendemos, en palabras de Ulloa (1995), como un “punto de reparo” que define el lugar, la metodologia, las modalidades de abordaje desde las cuales es posible intervenir en una situacién dada. En un ejercicio de retorno sobre nuestra propia trayectoria profesional, reconocemos el interés que la problemitica del encuadre fue despertando en nosotras y la importancia que en el tiempo actual le adjudicamos como “clave” para comprender muchas de las situaciones que cotidianamente se presentan en la prictica de asesoramiento. En algunas ocasiones, el interés surgi por vernos sorprendidas ante los fenémenos que aparecen alrededor del encuadre, desde cdmo el asesor se vincula con él, hasta la posicién des- de lacual lo define y Jo utiliza. En otras ocasiones, por advertir que la defi nicién y el sostenimiento del encuadre constituye uno de los puntos de mayor dificultad en Ja tarea de asesoramiento. no sdlo por el nivel de ten- sién que suele organizarse alrededor de él, sino también porque en varias 1. En la perspectiva de este autor, Ja idea de “punto de reparo” hace referencia a la postura metodoldgica que permite Ia lectura de aquellos indicadores que hacen posible le- gara.un diagndstico, Se trata de una posicisn metodoldgica que “provee de un punto repar: do (protegido) desde donde reparar (observar) y conducir, segiin una modalidad clinica, una situacién cupaz de adquirir tal calidad” (Ulloa, 1995, pag. 33). ~ i Encuadre y asesoramiento situaciones el encuadre opera en forma muda por exceso, por defecto 0 por inadecuacién, sin que tengamos demasiada conciencia de ello. Poner en anilisis aquello que pensamos, decimos y hacemos con el en- cuadre representa, en este sentido, una via de acceso para volver a pensar el asesoramiento como practica especializada en situacién. 2. DEFINIENDO EL ENCUADRE DE ASESORAMIENTO Tal como lo venimos sosteniendo, el trabajo de asesoramiento supone la configuracidn de un campo dindmico en el cual se suceden fenémenos en continuo movimiento y, simultaéneamente, implica la definicidn de una se- rie de constantes que operan como marco dentro del cual se da dicho pro- ceso. Estas constantes aluden centralmente al concepto de encuadre. En este momento tomarems el aporte de tres autores que, desde el cam- po del psicoandlisis, reconocen y definen el papel del encuadre como un rasgo central de diferentes pricticas sociales. José Bleger dice al respecto: [...] cuando al estudiar un fenémeno se toma un sector de sus relaciones y se lo enfoca sistemiticamente en funcidn de las variables que quedan in- cluidas en ese sector, decimos que se estd utilizando un encuadre de estudio [...] Los encuadres no son solamente “principios” o “modelos mentales de pensamiento” sino que reflejan la ubicacién filosética del investigador y su contacto préctico con determinados aspectos de la realidad social y del ob- jeto que estudia. Agreguemos que la utilizaciGn de encuadres no es privati- va del cientitico, estén implicados en el diario vivir y desde aqui pasan insensiblemente al campo de la indagacién cientifiea, donde perseveran, sé amplian 0 modifican (1973, pag. 123). [...Jesta situacisn [psicoanalitica] abarca fendmenos que constituyen un pro- ceso, que es el que estudiamos, e interpretamos, pero incluye tambign un 2. Lanocién de asesoramiento como préctica especializada en situacién fue desarrolla- da en el primer capitulo de este libro para aludir al conjunto de experiencias que suponen [a puesta en marcha de un acto de asesoramiento, ya sea desde posiciones institucionales espe- cialmente dirigidas a cumplir con esta funcidn, ya sea como componente constitutivo del desempeiio de otros roles institucionales, ASESORAMIENTO PEDAGOGICO EN ACCION encuadre, es decir un “no proceso” en el sentido de que son las constantes dentro de cuyo marco se da el proceso [...] [..J el encuadre es [...] una institucién dentro de cuyo marco, 0 en cuyo seno, suceden fendmenos que Ilamamos comportamientos [...] el encuadre, siendo constante, es decisivo de los fendmenos del proceso de la conducta. En otros términos, el encuadre es una metaconducta de la que dependen los fenémenos que vamos a reconacer como conductas. Es Jo implicito pero de lo cual depende lo explicito (1967, pags. 236-240). Por su parte, I. Berenstein sefiala: El encuadre se constituye como un conjunto de prescripciones y de prohi- biciones que enmarca un limite espacio-tiempo donde es posible que se de- sarrolle una tarea, como puede ser la de habitar un vinculo en una pareja, 0 na familia, una institueisn (.... Cualquier actividad humana en el campo de Ia cultura requiere, desde st misma definicién, una zona delimitada entre lo prescripio y lo prohibido. La tarea habrd de cefiirse a un principio que atafie al conjunto, y no al deseo y Ia yoluntad de uno solo por sobre el de los otros (...]. El eneuadre tambign puede ser considerado una herramienta del terapeuta, biisicamente una acti- ud y un posicionamiento mental (Berenstein y Puget, 1997. pays. 117 El encuadre tiene para m{ el sentido de establecer y mantener el desni- vel necesario para desarrollar el proceso terapéutico mediante el cuidado de Jos elementos estables que configuran el marco estable donde a merced de esa condicién pueden darse los elementos variables del proceso en si. Man= tener los horarios, definir la tarea, enunciar lo que pueden esperar los pa- cientes del terapeuta y éste de aquellos... Mantener estable el encuadre permite observar y desprender significado de las alteraciones del mismo (1989, pags. 139-140). J. Ardoino alude en sentido estricto a la idea de: [...] contrato metodolégico f...] es decir el conjunto de reglas pricticas que regirdn a partir de ese momento Ia relacién entre los intervinientes y los clientes. Estas reglas constituyen la parte més identificable de los instru- mentos del interviniente y son, al mismo tiempo, aspectos que condicionan su empleo. Debe por consiguiente hacerse tan explicito como sea posible (1981, pag. 22). Encuadre y asesoramiento B Estas citas expresan con claridad que el encuadre -en tanto institucién— implica el recorte y la definicién de una serie de aspectos que: — funcionardn como marco dentro del cual se desarrolla determinado proceso; — suponen una toma de posicién por parte del asesor, una actitud, un modo particular de pensar la realidad en la que se esta actuando; — fundamentan y sostienen un contrato entre personas regulando el inter- cambio que ellas mantienen (contrato metodoldgico, de tiempo, espa- cio, tarea, etc.); — estan presentes de manera mas 0 menos explicita aunque a veces silen- ciada. Desde aqui definimos el encuadre como un conjunto de constantes 0 invariantes que regulan, contienen. informan, en el sentido de dar forma, la marcha de tado lo que acontece en el campo de asesoramiento. Estas cons- tantes 0 invariantes aparecen bajo la forma de un abanico muy diversificado de estipulaciones que, en tanto fijan el margen de lo permitido y fo prohibi- do, lo deseable y lo posible, establecen un marco de acuerdo, un contrato mas 0 menos explicito entre asesor y asesorados. Para el asesor, establecer el encuadre supone definir el contenido de es- tas estipulaciones teniendo en cuenta que ellas no hacen mds que sostener como constante algunas variables que condicionan el desarrollo y la reali- zacién de su trabajo de asesoramiento. Hablamos de componentes del encuadre para referimnos a la posicién institucional del asesor, su objeto de asesoramiento, el propdsito o fin de la intervencién, el manejo del tiempo y del espacio. el conjunio de instrumen- tos y téenicas con que cuenta el asesor. Reconocemos la importancia de considerar estos Componentes en una visin de conjunto que tome en cuenta las particularidades de cada situa- cidn y suponga una puesta a punto permanente de aquello que enmarca el trabajo de asesoramiento. En otras palabras, procuramos destacar el valor que, para el trabajo de asesoramiento, tiene considerar estos aspectos del encuadre pero, al mismo tiempo, entendemos —

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