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Documents dAnahsi Geogrifica, 6, 1985, pp. 115-132 Evolucién y tendencias actuales de la Geografia Politica A. Garcia Ballesteros * J. Bosque Sendra * Résumé/Abstrac/Resum La Géographie Politique, apris une période de déclin 3 la fin de la deuxid- sme guerre mondiale, est de nouveau en plein essor. Dans cet article Pauteur analyse les origines modernes de la Géographie Politique ainsi que les rai- tons de sa erst, Le renouveau cent de la Géopraphie Polrique fat objet d'un paragraphe ou Vauteur examine les raisons de ce renouveau ainsi que les ditférences perspectives existant dans Factualiré. On distingue tout d'abord la Géographie Politique anglo-saxonne s‘inté- esac a des sujecs traditionnels et aussi 4 d'autres d'orde «neopositivistee ‘ou ayant une méthodologe «structurellé», fondamentalement d.caracttve mar- xiste. Par ailleurs dans la Géographie Politique frangaise, & cbt de perspecti- ves traditionnelles et néopostivistes, une intéressant tendance est apparue auprés de la revue Héradote et une autre axée sur les rapporss entre expace et pouvoir. Finalement l'auteur examine la situation de la Geographie Politi- que en Italie, Allemagne et Espagne. eee Following a period of decline at the end of the Second World War, Politi- cal Geography is again in fashion. In this paper, the modern origins of Poli tical Geography and the causes of the crisis suffered are analyzed. An exten sive section is dedicated to the recent revival of the discipline, including an ‘examination of the reasons for this revival and an analysis of the different approaches involved. On the one band, Political Geography in English» speaking countries involves not only traditional topics, But also topics of a enco-positivists nature or with a «structural. methodological base, mainly Marxist im approach. On the other hand, in French Political Geography one finds tradicional and neo-positivist approaches alongside an interesting line * Depanamento de Geografia Humana, Universidad Complutense, Madrid 1s of dy centered on the jural Had and scorer approx involin eelanonships berween living space and power. The paper ako includes a review of the situation of Political Geography in lily, Germany and Spain. La Geogyafia Patitica, despeés d'un periode de decadéncia en sbi is se gona guerra mundial, ha entrat novament en una fate d’ enc reball s'analiczen els origens moderns de ba Geografia Polis, ta, sion Tes causes de la seva crisi i actual revilalla. En aquest sentic ['zator ¢ en primer lloc a la Geoggafia Politica anglosixona, emmarcada ea un enfoc ancopositivistas i de bate metodolégica estructural (bisicamemt de caricter marnisa), sense obliday, tanmuteix, es temes tradicional. En segor:lloc, en Ja Geografia Politica francesa, unt als enfocaments tradicional i neopositivis: ta, Sha articulat una interessant linia de treball entorn de la revista Hérodote i de les relacions entre espai i poder. Finalment, et revisa la situacié de la Geografia Politica a Kelia, Alemanya i Espanya. 1, INTRODUCCION La Geografia Politica estd en auge. Tras un periodo de tiempo de casi desapari- cidn, el «remanso moribundo» que decia Berry, en Ia actualidad la continua apari- ciénde nuevos manuales, ls publicacién de nuevas revistas especializadas, por ejem- plo Political Geography Quarterly, Society and Space y Governement and Policy, nos indica su progresivo fortalecimiento. Mas aun, a través de su influencia y de otras corrientes de pensamiento geografico, en especial la de la revista Hérodowe y la de los gedgratos preocupados por los problemas de la planificacién urbana, el tema politico se est convirtiendo en Ia preocupacion central de gran parse de {a geografia actual més interesante. Las explicaciones basadas en el factor politico, en el «poders y en el Exado, sustituyen en popularidad a las cuestiones econdmi- cas oa las basadas en problemas de percepcion individual y en la sicologia. Por todo ello parece oportuno realizar un balance de este proceso de desarrollo de la Geografia Politica, nuestro objetivo en este trabajo, Asi, tras describir los origenes de la Geografia Politica en el siglo XIX, lo que se realiza en el apartado segundo, discutimos en el siguiente las causas de la crisis de 1a Geografia Politica durante la mayor parte del siglo XX, y por Ultimo el apartado cuarto relata el ace tual resurgir de la Geografia Politica en diversos paises. 116 2, LOS ORIGENES MODERNOS DE LA GEOGRAFIA POLITICA. La preocupacién por la dimensién espacial de los fendmenos politicos et ya presente en. Francia en las obras de Bodin y Montesquieu, aunque reduciendo el espacio a poco mas que el medio fisico en el que se desarroltan los hechos politi- cos, por fo que su consideracign es postergada ante el papel de la Historia en las obras de Condorcer y Marx A Ginales del siglo XIX reaparece esta temitica en los estudios geogrdficos, sur- giendo la Geopolitica como especialidad cientifiea diferenciada en Alemania con la obra de RATZEL (1844-1904) y en particular con la Politische Geographie (1897) y Der Lebensraum (1901). Este resurgimiento hay que enmarcarlo en el seno del determinismo geogrifico, vinculado al positivisme e influido por el evolucionis- mo darwinista y la naciente Ecologia, por lo que es Idgico que a Rateel le preocu- pe las relaciones entre las sociedades y el territorio que ocupan, y que utilice algunos conceptos procedentes del campo de las ciencias naturales para interpre- tar heches politicos. Asi la consideracién del Estado como un «organismoe terri- torial y la idea del espacio vital per el que compiten los Estados que desean am- pliar su esfera territorial; sin que falte el andlisis de ciertos caracteres fisicos, como la situacién geogrdfica, las fromteras y la forma del territorio de! Estado. Los trabajos de Ratzel coinciden con una coyuntura econémica y politica favo- rable a su rapida difusidn, Era el momento de la expansién de los Estados impe- rialisras europeos, los conflictos entre ellos, etc. De este modo varias geografos con- tinuaron desarrollando esta temdtica con un enfoque mds vinculado a problemas militares y estratégicos, asi Mahan y Mackinder, Basindose en ellos, poco después, el politico sueco R. Kjellen pretendid establecer una ciencia empirica del Estado desarrollando atin més la analogia biokdgica. Asi, consideraba la Geopolitica como la ciencia del Estado como organismo geogrifico y, sobre todo, como soberania, incidiendo en la interpretacign y comprensién de los momentos bilicos de la Historia. . ws En Alemania, en el ambiente creado tras su reunificacién, prenden las ideas de Ratzel y de esta «nueva ciencia» con gran fuerza, produciéndose una distorsién de las mismas y una confusin entre !a disciplina cientifica y la Genpolitik o geo- grafla al servicio de una concreva politica de expansién territorial, que impulsd al general Hausholer a fundar en 1924 la Revista de Geopolttica, En ella se acentud ain mds la importancia de! factor humano en la evolucién politica y territorial del Estado, introduciendo una fuerte componente racial y racista, que seria muy bien recibida por los nazis alemanes, Para VICENS VIVES (1961) desde ese momento la Geopolitica deja de ser una cicncia para pasar a formar parve de la maquinaria Ppropagandistica del Estado nazi. Pese a ello, en los numerosos estudios realizados por los geopoliticos alemanes, muchos de los cuales no eran nazis, se pueden en- contrar varios elementos que prefiguran, intwitivamente, algunos desarrolles con- 7 ceptuales y metodologicas de la Geografia actual. Por ejemplo, los trabajos de la denominada Geopsique de W. Hellpach que se plantean !a comprension y el estu- dio de las valores psiquicos o psicalégicos del paisaje geogrifico, en cuanto que afecten a la sensibilidad de los observadores; no es dificil relacionarlos con la re- ciente Geografia fenomenoldgica de YI-FU TUAN (por ejemplo, su libro Land- scapes of fear). Igualmente la Geomedicina de H. Zeiss, que prentendia el estudio de los procesos patolégicos desde el punto de vista de su ubicacidn espacial, puede relacionarse con el actual estudio de las epidemias y su difusién espacial, uno de los temas de mis répido y complejo desarrollo en la moderna Geografia tedrica y cuantitativa (CLIFF y otros, 1981). Los des ejemplos citados muestran las posibilidades y potencialidades de una Geografia Politica o una Geopolitica cientifica y lo lamentable de su subordina- cién a uns ideologia politica concreta. E] caso de la Geopolitica alemana y su frus- tacién como ciencia es en gran medida anilogo a lo ocurrido en la Genética y la Teoria de la evolucién bicldgica con Lyssenko y Stalin en la URSS, 3. LA CRISIS DE LA GEOGRAFIA POLITICA $u utilizacién. por el nazismo y el confusionismo creado por la misma es una de las causas, tal vez la principal, que conducen al desprestigio de la Geografia Politica como disciptina cientifica y académica, pese a que el andlisis de la articula- cidm espacial del poder seguia y sigue interesando a militares, diplomiticos, etc. (BOSQUE MAUREL y otros, 1983). Reciencemente, CLAVAI (1980) considera que no es ésta la tnica causa, sino que también ha contribuido el mayor retraso de esta rama, en relacién con otras de la Geografia Humana, en incorporar las innovaciones conceptuales y metodolé- gicas que acompaiian el metddico estudio de las relaciones entre los factores socia- les y econémicos que emprende la ciencia geografica a partir de los afios cincuen- ta. Cuando la década de los sesenta, con algun interesante precedente anterior, incorpore dichas innovaciones y unos nuevos conceptos y métodas que vengan a completar los anilisis tradicionales, los gedgrafos se incorporaran al grupo de estudiosos de los fendmenos politicos. Por otra parte, y hasta los recientes estudios de Lacoste, era casi tépico afirmar gue una de las grandes escuclas geogrdficas contempordneas, la francesa que tanta influencia ha tenide en la espaiola, apenas habia prestado atencidn a la Geografia Politica lo que se atribufa a un rechazo por la Geopolitica alemana, Ahora bien, la falta de preocupacién por esta temitica ¢s anterior a la utilizacién politica deeata dseiplina y yo en 1898 Vidal dela Blache crise la Palace Gengripie de Ratzel, desde una postura posibilista opuesca al determinismo inspirador dal ged 118 grafo alemin. Poseriormente, en el Tableau géographique de la France (190) mar- Zina los hechos politicos, estableciendo asi el modelo de geografia regional que se consagra entre los gedgrafos franceses y espafioles. Omision andloga se produce en los Principes de Géographie Humaine. Evidentemente al pregunta es gpor qué esta omisin?, gpor qué los gedgrafos fran- ceses abandonan este tipo de estudios, si las relaciones entre los factores geogrifi- cos y las entidades politicas parecen indudables?, gno tiene acaso la ciencia geogré- fica un valor estravegico? Ademas, esta omision sorprende mds si tenemos en cuenta aque la preocupacién gcogrifica por los hechos politicos aparece yaea algunos tra: bajos del propio. Humboldt, y en Francia, Rechis, casi contemporineo de Vidal de la Blache, hace en sus obras diversas consideraciones geopoliticas. Incluso el pro- pio Vidal en su dkimo libro, La France de l'Est, realiza un verdadero estudio geo- politico para justificar que Alsacia y Lorena debian pertenecer a Francia; pero ‘esta obra estd casi olvidada por sus discipulos. Las causas de que en el modelo geogrifico francés se marginen los hechos politi cos hay que buscarias en Las mismas circunstancias que acompafian tanto la conso- lidacidn del mismo como la consagracin de la Geografia como disciplina univer- sitaria, En efecto, hay que tener presente que el libro de Vidal elegido como mio- delo para la Geografia regional, el Tablean géographique de la Franee, noes otra cosa que el primer tomo de una Historia de Francia, es decir una Geografia al servicio dela Historia. También se debe tener en cuenta el rechazo que hay en la Geogra- fia oficial por la obra de Reels, debido a su militancia anarquista. Finalmente, hay que considerar que es precisamente un historiadar, L. Febvre, quien difunde y consagra el modelo posibilista vidaliano y desde su éptica intenta conformar tuna Geogratia al servicio de la Historia, una Geografla ciencia de los iugares y no de los hombres, que estudie el suelo y no el Estado, en la que por tanto no cabe la reflexion geopolitica que reserva al historiador, criticande los trabajos de lot gedgeafos Brunhes y Vallaux, en los que excepcionalmente aparecfan anilisis de este tipo. La influencia de L. Febvre, la presién de los historiadores que se «reservaron» los estudios geopoliticas serian, pues, causas que prepararian el camino para la marginacidn de la Geografia Politica por los propios gedgrafos. 4, LA RENOVACION ACTUAL DE LA GEOGRAFIA POLITICA ‘Tras la segunda guerra mundial, la Geografia Politica, denominaciéa que en ge- neral a nivel académico se prefiere a !a de Geopolitica para evitar confusiones y reciazos, ha resurgido con una gran amplitud, renowindose muchos de sus concep tos y métodos a !a luz de las nuevas tendencias geogedficas. En el mundo anglosa- 119 jén, en primer lugar, se vuelve a prestar atencién a los problemas territoriales de la organizacién politica, comtemplindolos, incluso de eara a la planificacién. El trabajo de GOTTMAN (1952) se puede considerar como vn hito importante en esta nueva trayectoria de la Geograffa Politica. EI mejor compendio de la misma se puede encontrar en la obra de $.B. Co. HEN (1973) que acepta la definicién de Hartshorne de que la Geografia Politica ¢s e] estudio de la variacin de los fendmenos politicos de lugar a lugar, interco- nectados con los cambios de otros hechos de la superficie terrestre, considerada la vivienda del hombre. Se encuadra asi en una vision «geométrica» y corolégica de la Geografia (CAPEL, 1983) En el primer capitulo de su obra Cohen formula hasta seis enfoques metodold- gicos tiles para la Geografia Politica: 1. El anilisis del poder, en el que se estudia el espacio fisico como fuente del poder politico de un pais. TL. El enfoque histérico que trata de conocer la evolucién histérica del territo- rio ocupado por un Estado (WHITTLESEY, 1944). IIL. El enfoque morfoldgico con el que se estudian las dreas politicas en funcion de su forma (SANGUIN, 1981). TV. El enfoque funcional. Trata del funcionamiento de una zona del espacio come unidad politica (HARTSHORNE, 1950). V. El enfoque «behaviorista» o del comportamiento, en el que el espacio es una variable independiente (explicativa) (KASPERSON y MINGHI, 1969). Un buen ejem- plo de esta aproximacién metodolégica es la Geografla Electoral. V1. El enfoque sistémico que deriva de la Teoria general de Sistemas (COHEN y ROSENTHAL, 1971; COHEN, 1982). La obra de Cohen es un buen resumen de la Geografia Politica clisica, conti- nuadora de las teorlas de Mackinder, pero atin esti aislada de las transformaciones sufridas por el conjunto de la Geografia Humana tras la segunda guerra mundial. En los aiios cincuenta, la revolucién cuantitativa de inspiracién neopositivista facilté la insistencia en el status eneutral» como objetivo de los conocimientos geogrificos, lo que determinaba un olvido de la problemitica politica. Unicamen- te uno de los aspectos de la Geografia Politica, el andlisis de los resultados electo- rales, se beneficié del interés de las «nuevos gedgrafose debido a las grandes facili- dades de obtencién de informaciones empiricas abundantes y contrastadas que po- dian ser analizadas con procedimientos estadinticos, pues como dija el geégeafo inglés Taylor las elecciones son un «sueito positivistas (TAYLOR, 1978). De este modo la Geografia Electoral se amplié y difundié con gran rapidez, elabordndo- | se teoria ebehavioristas» (COX, 1971; BUSTEED, ..75; BOSQUE SENDRA, 1981}. 120 A pesar de su indudable interés tales estudios fueron seflalados como una Geo- grafia Politica sin politicos, apolitica JOHNSTON, 1980 a) ya que en ellos la cucs tidn del poder, de los conflictos saciales y politicos se olvidaba, No obstante, por esta linea empezd el proceso de renovacién de la actual Geografia Politica. Simultineamente y ya en los aiios setenta otras revoluciones sacudian a la Geo- grafia Humana: la critica radical a Ja Geografia cuantitativa, el desarrollo de la Geografia de la percepcidn y de Ja Geografia humanistica ampliaban el campo sisteméxico de la Geografia, El conjunto de tales cambios Iegaba 2 afectar a la has- ta ahora aislada Geografia Politica, Desde 1975 esta subdisciplina se estd convir- tiendo en una de las més activas y en mas fuerte ebullicion metodolégica, aunque con diferencias entre los diferentes grupos nacionales de gedgrafos. a) La Geografia Politica anglosajona En la actualidad podemos considerar que existen tres grandes corrientes de pen- samiento dentro de la Geografia Politica anglosajona, las mismas que se mencio- nan en el ensayo editorial publicado en el mimero 1 de la revista Political Geo- graphy Quarterly (PGQ), x saber: . En primer lugar, la que continda la Geografia Polttica tradicional en la misma linea descriptiva y clasificatoria que ya hemos comentado en Cohen, Sus preocu- paciones mas importantes serian los estudios geoestratégicos y geopoliticos reno- vados con el uso de conceptos sistémicos (AGNEW, 1983; COHEN, 1975 y 1982; HENRIKSON, 1980; BROHMAN y KNIGHT, 1981; O'SULLIVAN, 1982) y el fururo del sistema de estados mundial (BRUN, 1981); la cuestién de las fronteras interna- cionales, trasladando la atencién a la problemdtica confusa y muy compleja de las fronteras de los paises subdesarrollados (STRASSOLDO, 1980}; la complicada cuestién de la organizacién espacial del Estado, que incluye los regionalismos cul- turales y étnicos (ROKKAN, 1980; ORRIDGE y WILLIAMS, 1982), la problemitica de las sociedades plurales con amplia mezcla de culturas (BOSE, 1980) y el dilema entre federalismo, centralismo y auconomias (JOHNSTON, 1979). En segundo lugar, tenemos una fuerte corriente de Geografla Politica «positi- vistar, posiblemente la mis importante en cuanto a volumen de publicaciones (ast ocurre, al menos, en los nimeros publicados de !a revista Political Geography Quan terly). Los temas mds tratados con este enfoque son: 1, La Geografia Electoral, no vamos a incluir una relacién detallada de publica- ciones de este tipo, slo mencionar la continua atencién que le presta al tema RJ. Johnston (JOHNSTON y Hay, 1982; JOHNSTON, 1982 y 1983 a; JOHNSTON y otros, 1984), el interés con que se sigue atendiendo el problema de la reorganiza- cién de los distritos electorales (ver el nimera de PGQ dedicado al tema) y !a nueva discusién por la influencia de la regidn y de la «seccién» en Jos resultados electorales (ARCHER y TAYLOR, 1981; CLARK ARCHER, 1982). rt 2. Tras esta preocupacidn electoral podemos situar el problema de la toma de decisiones en cuestiones politicas, producto de !a aplicacién de los conceptos de la Geografia de la percepcidn y del comportamiento a aspectes politicos, muy ampliamente tracados en MUIR y PADDISON (1981). 3. Un tema nuevo, resultado en parte de los dos anteriores, es la discusién de la distribucién espacial de las inversiones y de los gastos estatales y del an: de sus causas politicas y, sobre toda, electorales (JOHNSTON, 1980 b}; también se han propuesto modelos matemdcicos que permitan un reparto «justo» y Spti- mo de tales inversiones estatales (BENNETT, 1980 y 1982). Se pueden incluir igualmence en este enfoque positivista algunos de Jos muy abure dantes trabajos sobre conflictos espaciales ligados a la localizacién de servicios pix blicos, para lo cual se tienen que considerar numerosos factores politicos (COX, 1975) y también la problematica derivada de la suburbanizacién y la reorganiza- cién urbana (Cox, 1978). Dentro de esta variedad de temas el factor unificador de este enfoque reside en la metodologia de carécter homotético, que pretende obtener «explicacioness ¥ leyes, dentro de un conjunto de teorias de alcince lo mas general posible. El tercer enfoque de Ja Geografia Politica anglosajona es el mas reciente y el que presenta un auge y una difusién mas répidos. Incluso alguna revista geogrifi- ca nueva se ha creado con el fin de servir de vehiculo privilegiado para la discu- sién de sus planteamientos, nos referimos a Society and Space {la serie C de la im- portante Environment and Planning de Pion), cuyo editor es M.J. Dear y que se plantea septin el texto de presentacién: «El desarrollo de la teoria de los proce- sos sociales en el espacio geogrdficon; los temas tratados en sus piginas serin: la urbanizaciéa y [a planifieacién urbana, la teoria del Estado y de sus aparatos, la reestructuracién industrial, el desarrollo desigual y los movimientos sociales ur- banos y conflictos de clases, Tal y como queda planteado en este texto de presen- tacién se trata de desarrollar una Geogyaffa Politica con una base metodolégica estructural», fundamentada en una epistemologla de la ciencia de cardcter «realis- tae (JOHNSTON, 1983 b y 1984). Dentro de las diversas corrientes de pensamien- to estructural, la més utilizada en esta nueva Geografia Politica es la de cardcter markista. Los temas mas debatidos son, en primer lugar, la propia discusién con- ceptual sobre el cardcter de la Geografia Pol{tica y de sus fundamentos filosdficos y epistemolégicos, (por ejemplo, en la revista PGQ esta cuestion ocupa un segun- do lugar en cuanto a articulos, después del enfoque positivista), en esta linea se pueden mencionar los trabajos de JOHNSTON (1982 2}, TAYLOR (1978) y algunos de los reunidos en KLIOT y WATERMAN (19383). En segundo lugar el problema del imperialismo, colonialismo y la organizacion de economias-mundo, como una 122 matriz general donde encuadrar los estudios de Geografia Politica (SANTOS y PEET, 1979, WALLERSTEIN, 1979; TAYLOR, 1981). Por otro lado, la fuerte preocupacion conceptual se expresa en la discusin de la naturaleza del estado (JOHNSTON, 1982 a). El area donde este enfoque ha dado mejores rendimientos emptricos es la pro- blemdtica de la Economfa Politica de los temas urbanos, muy en la [fnea de los estudios de CASTELLS {1978 y 1983) y de SAUNDERS (1979). Lacoexistencia de estos tres enfoques muy diferenciados conceptual y metodo- logicamente supone, en gran medida, una ventaja practica a le Geografia Politica anglosajona, que la ha impulsado a abundantes discusiones y continuos contzastes de resultados obtenidos por los distintos enfoques. Presenta esta cocxistencia una posible dificultad, la tendencia hacia el eclecticismo metodoldgico, muy visible en algunos de los varios manuales recientemente publicados, tal como el de SHORT (1982} y PADDISON (1983), los cuales mezelan en su exposicién los diferentes enfo- ques mencionados sin que, a veces, sean visibles las fuertes contradicciones existentes entre ellos, contradicciones referidas a sus propias finalidades: la descripcidn y cla- sificacién en la Geografia Politica tradicional, la obtencién de teor{as explicativas en la Geografia positivista y la consecucién de una camprension de las estructucas subyacentes en la Geografia Politica de base realista. La mezela indiseriminada de todo ello da lugar a una posible desorientacion del lector, !o que puede consti- tui una cierta dificultad en ocasiones. 4) La Geografia Politica francesa En Francia el resurgir de la Geografia Politica es mas tardio, pese a que algunos gedgrafos dirigidos por De Martonne colaboraron con los politicos en la discu- sién del nuevo trazado de las fronteras europeas en 1918 y cuyos trabajos fueron publicados, teniendo tan poca difusidn a nivel académico como los posteriores de ANCEL (1936). En la década de los setenta, los geégrafos franceses van a confluir con otros cien- uficos sociales en los estudivs sobre las interrelaciones entre ¢l espacio y los he- chos politicos, realizando importantes aportaciones a temas tales como las rela- ciones centro-periferia y en general en todo lo relativo 2 las repercusiones espacia- jes del proceso politico, tanto bajo la Sptica de que las actuaciones de los diversos poderes politicos inciden en la organizacién del territorio, como de las relaciones centre Estados u organismos o poderes econémicos internacionales. Incluso en 1977, una revista Travaux de l'Institut de Géographie de Reims, ha dedicado un numero. a exponer las nuevas orientaciones de esta subdisciplina geogréfica. Pese a este rex surgir no han faltado las criticas, ast las suscitadas por el hecho de que BRUNET (1981) cartografiara y estudiara el Gulag . Ahora bien, dentro de la escucta francesa que, en frase de RAFFESTIN (1980), debe construir una Geografla Politica y deshacer la Geopolitica ya que al privite- 123 giar al Estado no era mas que «una Geografia del roralitarismon, hay diversas orientaciones: 1. Existe un grupo de gedgrafos que siguen més de cerca algunas tendencias de la Geograffa Politica anglosajona y plantean por tanto una temitica y una meto- dologia andlogas a las analizadas. Nos pueden servir de ejemplo Sanguin y algue nos trabajos de Claval. 2. Una serie de obras diversas que se cecogen en la bibliografia con una orientae cién mas o menos en la linea tradicional francesa por su tematica y metodologia (BERTRAND, 1974; GUICHONNET y RAFFESTIN, 1974). 3. El estudio de los fendmenos de dominacién que abre paso a las relaciones entre espacio y poder, tema que ha alcanzado bastante importancia en otras cient cias sociales. En esta linea son significativos los trabajos de CLAVAL (1976) y Mts. SEC (1976), el primero es de tipo mis tedrico mientras que el segundo intenta es tablecer la localizacion de las fuerzas de decisién en el mundo y sus consecuencias espaciales, Esta cemdtica, como recientemente ha subrayado SANGUIN (1983), de- riva de la influencia creciente de la ciencia politica regional y sobre todo del mar- xismo, y mds en particular de la Geografia radical anglosajona (las obras de Bun- g¢ Brookfield y del propio Harvey son importantes a este respecto), incluso en gedgrafos que rechazan estos enfoques pero que recogen algunos aspectos temiti- cos de los mismos, iniclando asi la participacién de los gedgrafos en el campo de Jos estudios sobre la dominacidn, en el que prevalecen las formulaciones teéricas aespaciales, o si existen las de cardeter espacial (Samir Amin por ejemplo) so: suficientes. Con respecto a las relaciones entre espacio y poder —Sanguin critica esta linea de la Geograffa Politica como incompleta— destacan los trabajos de CLA+ VAL (1978) y RAFFESTIN (1980) que, pese a haber sido asociados en una resefa cone junta en le revista Hérodote (ndimero 22), presentan enfoques 108, Et prime- Fo, aunque contiene una parte tedrica en la que intenta defini la arquitectura geo- métrica y espacial de las formas de poder, es sobre todo un anilisis de los gran- des rasgos de las relaciones de poder, tal como los ha definido en los capitulos tedricos, en las sociedades arcaicas, histéricas y en los paises industriales del mun- do actual. Por su parte Raffestin se plantea una temdtica diferente ya en 1979 en un libro en colaboracién con Mercedes Bresso, en el que analizan el trabajo como base de la geografia del poder, y por tanto los intentos de los poderes politicos para concrolarle. En su segundo libro, se presenta el poder como producto de la inmediata situacion espacial, y establece asi diversas formas del mismo tras criti- car tanto la obra de Ratzel como la aceptacidn de la equivalencia Estado= poder, hecha por una gran parte de la Geografia Politica. La obra de Raffestin constituye un serio intento de realizar una construccion tedrica sobre el tema, abierto a otras ciencias sociales, partiendo de las propias nociones de relacién y poder. 124 4, Tal vez es en el contexto de la Geografla radical francesa donde més se ha desarrollado la Geografia Politica y donde menos se rechaza la denominacién de Geopolitica, aunque con una concepcién bien distinta de la alemana nazi. En efecto, para Lacoste y el grupo de gedgrafos, en gran parte anarquistas y marxistas, vin- culados a !a revista Héradote, estamos inmersos en un mundo. que tiene plantea- dos multiples conflicts geopoliticos, sin olvidar la problemdtica en torno a la regionalizacién de los Estados y ordenacién del territorio, incluyendo temas tan actuales como la localizacién de las centrales nucleares o el trazado de los grandes ejes de circulacién, en torno a los cuales parecen evidences la relaciones entre las decisiones polisicas y la estructuracién del espacio. Para Lacoste, por lo tanto, hay varias Geopoliticas, pues junto a la de la razén de Estado estan las que permiten una regionalizacién mis eficaz o las que favore- cen el desarrollo de ciertos pueblos. Se trata, pues, de una ampliacién y redefini- cidn del conjunto de Geopolitica que, entonces, los gedgrafos deben dejar de rer chazar porque, debido a su habito de hacer estudios regionales, pueden aportar rigurosos anilisis en Jos que se contemplen las interacciones de factores diferentes incluyendo los politicos, con los que explicar diversos problemas contempord+ neos. La Geografla, saber estratégico, «arma para hacer la guerra», adquiere asi o recupera una nueva dimensién que nuncs debid perder. Por estas razones, la propia revista Herodote ha cambiado su subtitulo del mas genérico y abstracto de «Estrategias, geograffas, ideologiase al muy concreto de «Revista de Geografia y Geopoliticas, medida que se adopté en 1982 con el niime- ro 27, en cuyo editorial se insistia en la revalorizacién del término «Geopolitica» y en la necesidad de su culkivo en la propia universidad. Un estudio de las caracte- risticas de esta revista ha sido recientemente realizado (GARCIA BALLESTEROS y BOSQUE SENDRA, 1984). Unicamencte queremos mencionar las notables diferen- cias existentes entre esta revista, la mis importante de Geografia Politica en len- gua francesa, y la Political Geography Quarterly, que en lengua inglesa cubre un papel semejante, Mientras la primera se puede considerar una revista de grupo, bastante homogénea en sus enfoques y en los articulos que publica, lo que es facil de constatar en !a clasificacion realizada en el niimero 33-34, la segunda es una revista hererogénea, donde coexisten Jas tres corrientes que hemos sefialado, lo cual en una revista cientifica consideramos constituye una cualidad mis que una dificulad, a diferencia de lo que puede ocurrir con un manual que va dirigido 2.ua publico distinto. El cardcter diferente de cada una de las dos revistas refleja fa distinta posicién que los temas politicos y la propia Geografia Politica ocupan en cada pais. En Francia es-un grupo minoritario, en su mayor parte vinculado a la revista Flérodo- 125 te, que ademds presenta sus trabajos como una fuerte critica a las tradiciones geo- grificas de su grupo nacional de gedgrafos. Por el contrario, en el mundo anglosa- jén la Geograffa Politica ha penetrado en casi todas las ramas y subdisciplinas gro- grificas, impuilsada ademés por una de las escuelas de pensamiento geografico mis potente de este drea, la Geografia cuantitativa; el resultado ha sido su difusién muy extensa, y que por lo tanto uno de sus portavoces tenga un carieter de tipica revista cientifica, y no el de un grupo minoritario y rebelde. «) La Geografia Politica en hala y Alemania Fuera de la Geografia anglosajona y, en menos medida, de la francesa, la Geo- graffa Politica tiene escaso o nulo desarrollo, como se observa en la exposicién sobre la situacién actual de larGeografia realizada por diversos autores en el re- ciente libro dirigida por JOHNSTON y CLAVAL (1984), 0 en las citas recogidas por SANGUIN (1976), aunque la creciente afirmacién de la influencia anglosajona y el afianzamiento en muchos paises de enfoques neopositivistas pueden hacer cam- biar esta situacién e introducir el estudio de al menos ciertos temas (Geografia Electoral, por ejemplo). Nos parece interesante comentar la situacién de dos paises, Italia y Alemania, en los que la Geografia Politica y la Geopolitica aleanzaron gran importancia. En el primero, por influencia alemana, se desarrollé entce los aifos treinta y a prinei- pios de los cuarenta este tipo de estudios, que debido 2 su origen y caracteristicas fueron, con posterioridad, totalmente abandonados hasta el punto de que Cori considera que su declive es pricticamente definitive (]OHNSTON y CLAVAL, 1984). En Alemania, pais difusor de la Geografia Politica, !a misma tiene hoy un signi- ficado secundario pero al igual que en otras ciencias sociales ya en los aflos cin- cuenta surgieron autores (Peter Schoeller, por ejemplo) que planteaban la necesi= dad de insertar la Geografia Politica en la Geografia Social y de buscarle nuevos enfoques. Es decir, se trataba de reconstruirla partiendo de elementos historicos que no se relacionasen directamente con la Geopolitica nazi (OBENBRUGGE, 1983), de aqui que en los escasos trabajos editados hasta los altos setenta, la preocupacién esencial sea la diferenciacidn entre la Geografia Politica de Ratzel y la Geopolitica de Haushofer, a la que se discute su reconocimiento académico, Hay también en codos ellos, ¢ incluso en los posteriores 2 1970, una reflexién critica pero también justificativa del pasado y un andlisis del significado de la Geografla Politica y sus conexiones con la educacién. A partir de 1970, Obenbriigge sefiala un cierto avance en la Geografia Politica alemana, aunque permanece bastante limitada tematicamente y trata mis de con- figurarse como una subdiseiplina con vida propia, de incardinarse en los enfoques dominantes (cultural-paisajistico en el caso de Schwind, econdmice-social en el de Boesler, por ejemplo). Los trabajos mis significarives merecen un breve co- 126 mentario. Asi en el de SCHWIND (1970) sigue dominando la preocupacion por negar toda posible utilizacién por la politica prdctica de la Geografia Politica, que s¢ quiere reconstruir concibiéndola como una Geografia de los Estados. Es signi fieative el siguiente parrafo de su articulo: «Esta Geografia de los Estados, con igual derecho, podria denominarse Geografia Politica, bajo una nueva perspecti- va. Ticne mucho en comin con la Geografia Politica tradicional, aunque se dife- rencia de ella por sus objetivos. La Geograffa de los Estados pretende ser Geo} fia Cultural y no una teoria del Estado. No ambiciona determinar Jas dimensio- nes dptimas de los Estados, No concibe como enfoque fructifero la finalidad de investigar la dependencia geo del mapa politico. Tampoco pretende pro- porcionar recetas para la actuacién politica (...] Concibe el entomo geografico co- mo desaffo del Estado, e investiga las respuestas que el Estado ha dado a su paisaje en su contexto histérico». Es, pues, un enfoque inductive, aunque intentando lle- gar a abstracciones tedricas a partir de las observaciones empiricas, Por su parte, BOESLER (1972) frente a esta alternativa paisajistico-culkural estd- tica esboza una Geograffa Politica en el «contexto de una Geografia Humana de orientacién socio-demogrifica» de naturaleza dindmica que entiende «come la teoria de la actividad estatal remodeladora del espacio y de las motivaciones de la mis- mae. Por tanto, para Boesler la Geografia Politica «ha de evaluar la actividad esta- tal de remodelacién territorial no solamente en funcidn de sus objetives y medi- das individuales destin adas a ciertos sectores o entidades regionales, sino en su con-. texto relacional, es decir, el de la sociedad», Es pues una subdisciplina que analiza Jas actividades del Estado en relacién con su influencia en los sistemas espaciales, integrando importantes elementos de la Geografia Econdémica y Social. Estas orientaciones suscitan la critica de SANDER (1981) que en cierto modo rea bre el debate sobre €] caricter cientifico de la Geopolitica, que es rechazado por Jos autores anteriores. Como sefiala Obenbriigge, su aportacién noes tanto el con- siderar ala Geopolitica no como parte de la ciencia sino como nexo entre la poli tica militar y exterior, «un modo de pensar ampliamente extendido en especial en América Latina», donde pone el ejemplo de Pinochet; sino sobre todo el enfa- tizar el nivel supranzcional, tratando de evitar que e! dominio microrregional se convierta en el tinico objeco de la nueva Geografia Politica. Fuera de estos trabajos, la Geografia Politica alemana apenas ha desarrollado los estudios de Geografia Electoral pese a la gran tradicién de los mismos en la Geografia Social alemana: recuérdense por cjemplo los trabajos de Bobek en la década de los veinte, y mas recientemente, en los afios sesenta, los anili- sis ecoldgicos de partidos politicos. Sin embargo, a partir de 1970 no son muy abundanses y en lineas generales se enmarcan dentro de la Geografia Social aun que pretendiendo en algén caso (ROHLEDER, 1978) construir una especie de ra- ma aucosuficiente dentro de la Geografia Politica, con fuertes referencias a los ax 127 pectos sociales. Incluso en los afias ochenta se ha abierto un cierto debate sobre el contenido actual y las posibilidades que puede ofrecer la Geografia Electoral (BORKLIN, 1980, GANSER, 1980; NEBEL, 1980; MOLLER y NISSEL, 1981). Finalmente, y al igual que en otros paises, existen algunos trabajos en part fluidos por el reciente estudio bisico de GOTTMAN (1980) y por la ciencia poli ca regional, sobre el binomio ceatro-periferia (HOTTES, 1979; SENGHAAS, 1977 y 1981). d) La Geografia Politica en Ey Por dhimo vamos a considerar la situacidn de la Geografia Politica en Espafia. Como recientemente hemos sefialado (BOSQUE MAUREL y otros, 1983), hasta 1940 alcanza muy escaso desarrollo pese a que en las universidades espafiolas las cate- dras se denominan de Geografia Politica y Descriptiva. Merece destacarse el curso que desarrolld en 1935-1936 en Ia Federacién de Asociaciones Espaitolas de Estudios Internacionales ¢| profesor ‘Terin, por ser el primero que se imparte en Espafa sobre Geografia Politica. Segin testimonio del profesor TRUYOL, asistente a dix cho curso y autor posterior mente de algunos trabajos sobre la materia (1957, 1965), en el mismo se manejd el manual de Hennig, como era frecuente en esa época, deslindindose claramente el concepto de la disciplina con referencia a sus orige- nes tanto franceses como alemanes. Pero en general, gedgrafos como Eloy Bullén y Amando Melén dedican sus in- vestigaciones a otras temdticas. En Cataluaia, donde ha sido constante la preocu- pacién por las cuestiones relativas a |a division territorial que de algiin modoenla- zan con cuestiones de Geografia Politica, se han realizado trabajos sobre las bases para su divisién territorial en la linea de los pioneros de Pau Vila. Tras 1940 sdlo se publican en la revista Estudios Geogrdficos cinco articulos que pretenden dar a conocer el contenido de la Geografia Politica, intentando dife- renciarla de la Geopolitica alemana que ya estaba sometida a fuertes criticas. En jos afios cincuenta y sesenta no aparece ninguno. La recuperacidn de esta subdisciplina es bastante tardia y estd vinculada en gran medida a la presentacién de la influencia anglosajona. Tematicamente destaca el cultivo de la Geografia Electoral, cuyos principales trabajos se recogen en un art culo de BOSQUE SENDRA (1981). En algunos mimeros de Geocritica (23 y 37) se introduce el tema de las relaciones entre espacio y poder, que ha sido tratado mas extensamente por J.E. SANCHEZ (1981) con un enfoque predominan- temente marxista. Finalmente el planteamiento general y algunos capitulos de la Geografia de la Sociedad Humana, dirigida por E. Lluch, apuntan en la misma li- nea de revalorizacion de los hechos politicos dentro de los estudios geogrificos. Revalorizacion de la que es también prucba 1a inclusién de un titulo sobre Geo- fia Politica (MENDEZ y MOLINERO, 1984), en una reciente coleccién de intro- Siccién a los estudios geograficos. 128, Finalmente sefalemos que en el IIT Cologuio Ibérico de Geografia (Barcelona, 1983), se incluyé por vez primera en Espaiia una ponencia sobre un tema de Geo- grafia Politica; uno de los més tradicionales de esta subdisciplina, la frontera, en la que se presentaron scis comunicaciones. En el mismo coloquio, de las tres me- sas redondas celebradas, una se dedicd a «nuevos ambitos geo-estratégicos: los es- pacios maritimos y aéreoss; en la discusién que siguid a esta mesa, incluso se plan- te6 la necesidad de introducir una asignatura de Geografia Politica en los estudios universitarios. 5. CONCLUSIONES Merece la pena resumir répidamente algunas ideas ya expuestas: per ip 8 1. El répido desarrollo actual de la Gcografia Politica la estd convirtiendo, cree- mos, en !a nueva disciplina «nucleo» del conjunto de la Geografia. Como dice JOHNSTON (1983 b, p. 132) los conflictos existentes entre distintas concepciones de la Geogratia: Positivista, Humanista y Estructural; pueden ser solucionados, en parte imporante, en una integracién dentro de un enfoque encrucijada basado en la Geografia Politica. Es esta posibilidad la que otorga una gran importancia al estudio, desarrollo y discusién de esta renovada Geografia Politica. 2. La Geografia Politica presenta una gran variedad de situaciones y de grados de desarrollo en los distintos paises. Muy fuerte y saludable en el mundo anglosa- jéa, mds minoritaria en Francia y en trance de iniciarse en el resto de los paises considerados. Las causas son varias: por un lado, la existencia de distintas radiciones de culti- vo de la Geografia Politica, siempre con fuerza en Gran Bretaila y en Estados Uni- dos, casi desaparecida en Francia, Alemania, Italia y Espafia. Incluso, en exos dlti- mos paises, con problemas terminolégicos en torno a la validez del nombre de Geopolitica. Por otro lado, habria que afiadir la muy distinta posicién institucio- nal de la Geografia Politica dentro de cada grupo nacional. Ya hemos menciona- do las diferencias existentes entre las revistas mds volcadas a su cultivo, Hérodote, minoritaria y critica: Political Geography Quarterly, mis convencional y mis acep- tada; cabria considerar, por ultimo, !a muy diferente importancia que ocupa en los cwrricula universitarios esta subdisciplina, muy difundida en las universidades de habla inglesa y, por el contrario, casi inexistente en los restantes paises. En cualquier caso, queremos terminar indicando el interés de esta renovada Geo- grafia Politica y su progresiva importancia dentro del conjunto de la Geografia, y su capacidad para hacer mis atractiva nuestra disciplina al acercarla a los proble- mas candentes de nuestro tiempo. 129 BIBLIOGRAFIA Acne, J.An, (1983), «ihn excess of “nacional exceptionalism’: Towards 1 new political geography of American foreign policy, Political Geography Quasterty, 1983, vol. 2, n® 2, pp. 151-146, ANceL, J., Geopolizique, Delagrave, Paris 1936, ARCHER, J.C. y TAYLOR, PJ. 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