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1 Franco Gil Tovar Invroducién al arte 19 {Qué impuls6 al hombre a hacer arte? Si se piensa que las primeras obras conocidas como artisticas las ejecut6 un tipo humano elemental, que desarrollaba luna vida cavernaria muy poco diferente de la de los ‘otros animales, no se puede menos que inquietarse. Hoy no somos dibujantes muy superioresa los caverni- colas del Paleolitico aunque estamos a distancias abisa- les de ellos en otros aspectos de la cultura: si ponemos un lpizen la mano de un universitarioo de un técnico del siglo XX, no trazara un toro o un caballo mejor que lo hicieron los semibestias de Ia Edad de Piedra; antes bien, es muy posible que lo haga mucho peor. Qué hi- 120 que aquelindividuo de hace unos veinte mil alos resultara tan distro con un carbén en la mano? La inguietud es legitima, porque el origen de las acciones humanas muchas veces encierta su definicién Su prop6sito. Siel primer impulso que nos mueve & “agujerear la tierra o a organizar unos pedruscos es el de albergarnos, lo mas probable es que definamos lo que nace de ello —que es laarquitectura—como una téeni- ‘cade construiralbergues. ¥ si alcanzamos 2 convenct hos de que los antepasados pintaron por pasar el tiem po llegaremos a pensar que la pintura es ante todo wn asatiempo. En Consecuencia, formaremos a los futu- Tos arqultectos como téenicos de vivienda y a los aspirantes a pintor como habilidosos del entreteni- miento. ‘Asi pues, conviene resumir aqui una serie de hipote- sis en relacion con el asunto, con la advertencia previa de que ninguna de ellas es demostrable pues, como ‘ocurre con toda investigacién sobre los fendmenos Drchistéricos, han de establecerse sobre indicios y con- 20 Francnco Gi Tovar jeturas y no sobre documentacién ni datos faciles de interpretar 4) Motivacién esttica. Sostienen algunos antropé- logos. historiadores, pero sobre todo numerososeste- 125, que el hombre del Paleolitico gozaba ya de cierto sentido estético y de una capacidad de satisfacerse con las formas, Karl J. Narr eseribe: "No se puede negaral artista de quella época un verdadero placer en la Satisfaceién de sus necesidades estéticas y de sus impul- s0s cteadores"; y Teilhard de Chardin, refiriendose al ‘mismo tipo humano afirma que “traia consigo ciertos ustos estétcos y un talento ya probado". +) Moutvacién laboral. Se ha sostenido también 1a idea de que el “homo faber", desde sus inicios, halld satisfacci6n cuando vencia las dificultades propias del bajo de esculpr, de preparar pigmentos ode grabar. ‘Antes que otra cosa las obras fueron obra taba Maximo Gorki, quien dice ademés: “Bebemos aprender a concebir el trabajo como creacién y la reacién como trabajo" ‘¢) Motivacin idica. Segin el historiador y sociélo- go holandés Huizinga, el “homo ludens” es el que Juega, entendiendo por juego todo aquello que se hace para pasar el tiempo y gastar energias sobrantes des- pués de haber hecho lo necesario, El juego seria una de las grandes fuerzas creadoras de cultura, y el arte pu- diera haber nacido de él como actividad espontanea, ‘esta yaive al objetivo docette de cates papnas, No debe eaten, Pt como ping oersinete mrt SRE Nite Bice pee Py 64 Serica 198(Gh-en treatin sotto ica clare Mors, lntroducién al ante 21 “Esta forma de juego que conduce naturalmenteala expresién artistica fue espontinea en nuestros antiqui- simos abuelos... tan esponténea como la tendencia inreflexiva e irreenable que lleva al nifo de todo el ‘mundo y de todas las Epocas a pintarrajeat las paredes fen cuanto tiene en sus manos un trozo decarbén... Esta espontaneidad es, mi juicio,el primero deloselemen- tos intelectuales 6 espitituales del nacimiento del arte prehistérico”, afirma el escritor colombiano Jorge Za- Tamea? ‘d) Motivacién ormamentalsta, Conectada con la te- sis esteticista aparece la que sostiene que el “homo sapiens" tuvo ya la clara inclinacién a afadir a los ‘objetos naturales oartficiales algunos elementos —co- ‘mo aparece en un bastén de mando hallado en Mas d° ‘Azil (Francia) con una cabeza de caballo grabada— ‘eon propésito de adorno. Es desde luego muy fuerte «sta inelinacién entre la mayoria de los pueblos primiti- vos ¥ naturales en todas las partes del mundo, aunque sus agregados ornamentales —tatuajes, collares, pul> Seras, pinturas facials, plumajs...—suelen poseer pa- ‘a ellos fuerte significado social y ser a menudo un distintivo jerdrquico. Enestos casos parece claro que la ‘motivacin primaria seria ese significado social y no el ‘adorno en si, que seria apenas un medio. Pero no hay ‘que olvidar que aiin quedan muchos ejemplos de gra- ‘bados y pinturas en vasos y utensilios prehistoricos, sin significacion jerarquica aparente, que vendrian a ayu- dar a la idea del arte como ornamento y decoracién. ‘¢) Motivacidn lingulstica. La hipStesis de que el arte nacié de la necesidad social de comunicacién entre los 4 loge Zales Itoi predstria Bop, 1967 22 Francisco Gil Tovar hombres ¢s una de las més vigorosas, ain cuando hay ue insistir que aparece tan indemostrable como las

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