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Ya hemos demostrado como las fantasias originales (escena originaria, seduccion por un adulto y de castracion), tienen una formulacién en imégenes tal, que impide ver los referentes a los cuales ¢] dilema remite: dilema de la identificacion, dilema de Ia libido y dilema del modelo —aparato de superyofideal del yo— dilemas que son congmuentes con Ia especie misma puesto que no hay ningin viviente que no disponga de una identificacion, de un cuantum libidinal y de un modelo para ejecutaria... Con ésto, se nos impone que estos dilemas bordean la cuestién del limite de la especie misma, Y estos limites pasan por: la necesariedad de todo humano ‘de ser la necesariedad de ser, sexual, y Ja necesariedad de est 0 en un grupo para cl ejercicio de esa sexualidad. Fantasma edipic Imaginario Simbético 1} Deseo incestuato orientado ha- 1 Dilemna de ta identiticecién (re- cia ta madre, ferido a lot padres). 2) Tensién agresiva orientada ha 2} Dilema de la libido: (referido cia el padre. | sexualidad), 3) Ditema del operato: Ideal del yo/Superyo {referido al grupo de pertenencia). ra mejor dejar estipulada esta referencia simbdlica, note- mos fue todo homre es siempre fruto de la confluencia’ (ease encuentro) dé un hombre con una mujer. No existe otra posibilidad de génesis en la especie humana desde que la genitalidad humana no ¢s escisipara a la manera de la ameba, sino copulativa, Esto en lo relativo al primer dilema. En lo concerniente al segundo dilema, es obvio que ¢s absolutamente indisoluble el hecho de estar vivo y de disponer de un cuantum libidinal, siendo este. el segundo limite de la especie pein lo relativo al tercer dilema, digamos que ese cuantum libidinal se realiza (esto es, se convierte en real) en el seno de un grupo, cuya metéfora en-el seno de la familia es el padre ~segtin se desprende de los escritos de Freud~ en tanto instaurador de rohibiciones y permisiones. protien coneordancia con este andlisis, el Edipo tal y como s¢ 10 108 | - xde fundamental ha tradicionalmente vulgarizado (y estarfamos tentados de jugar con las equivalencias fonicas entre tradicién y traicién), 0 sea: amor a mamd y odio a papi. no es sino una formacion, imaginaria, una puesta en imdgenes del drama del sujeto, puesta en imagenes que se apoya sobre las imagos de incesto y muerte del padre. ‘Acé nos tendriamos que detener un poquito, porque habria que preguntarse si efectivamente algtin chico tuvo alguna vez en * su vida la ocurrencia de materializar el incesto con su madre, al menos en el curso de sus cinco primeros ufos de vida, yen simultdénea con eso, matar a su +» munca se le pudo haber ocurrido, por cuanto me tiene condiciones materiales como para pensarlo. El chico carece de categorfas libidinales como para entender el sentida del acto sexual. Entonces, mds bien que cuando Freud dice ‘deseo incestuoso’ esti queriendo acercar gjemplarmente un modelo; més bien que cuando Freud dice ‘fantasma de la muerte del, padre’ esté intentando arrimar el bochin 4 un modelo teérica. Por supuesto, que es un modelo tedrico que nos remititia a cferto deseo vinculado a Ia madre y cierta tensién agresiva vineulada al padre, Insistimos pues, no habria que tomar al pic de la letra estos modelos tentativos sino mas bien ver a qué remiten, qué es lo que de cllos.Freud esta Pretendiendo subrayar. Este planteo es tan clave, que pricticamenté abarca todo el perfodo productive freudiano. Freud se topa con el Edipo en 1897; en carta del mes de setiembre de ese afo a Flies,” confesaria que ¢l también. descubre haber sentido una fuerte atraccion por su madre y un terrible odio por su padre. En 1899, en el caso Dora, vuelve ala cuestién aunque tratando de ver la articulacion de este complejo con los suefios. En 1905 y 1913, perfodo en que Freud elaboré y puso a’punto su teorfa, sobre los funtasmas, vuelve sobre ¢l tema haciendo ésta vez notar que no es una fantasia tan azarosa como ¢! habia presupuesto, sino sefalando que se trata de una fantasia basal, en el sentido Efectivamente, en los trabajos del 5 al 13, trabajo sobre el fantasma y en el curso de esta fami ién descubre que los fantasmas son reductibles a una mwtriz tedrica configurada por los Bama protofantasmas, Estos a su‘ vez. expresan las tres tareas ed ipicaé: identificaciOn, libidinizacion y modelo exutor 2S, FREUD - Los origenes del psicoandlisis - Tomo IIL - Pig. 785 - Carta N° 71+ Loc, Cit, 109 ‘é Al mostrar por otra parte que de las “Teorias ‘sexuales infantiles” a “Pegan a un niflo”, a “Novela familiar del neurd- tico” y de ahf a los textos de “Aportaciones gencrales a la Psicologfa de la vida erética™ haba un continud solidaris estuvimos demostrando que la del fantasma es una estructura historizable, pero que a la par podiamos reducir todas estas formaciones a una grilla comiin: las fantasias originarias quienes de este modo se revelarfan como construcciones psicoanaliticas. eficaces para dar cuenta de las formaciones imaginarias. Y esta historicidad es Ia que pusimos de manifiesto cuando dijimos que un adulfo. a los 25 afios no va‘a sostener una teorfa cloacal (esto es que los nenes provienen del ano materno), salvo que medie una’ severa’ psicosis. No obstante es probable que un adulto mantenga un reso de esta determinante anal de su economia libidinal, bajo la forma de Ia escicién entre la mujer para amar y la mujer propiamente genital. En el curso de esta investigacién, no s6lo se familiariza con Ia fantasia, sino que aprende ademas que las imagenes en que esti una fantas{a dispuesta, nos quieren decir algo, y que ese algo que nos quieren decir puede ser universalmente reducido a una matriz comin: escena primaria, seduccién por un adulto y eastraccion. Al descubrir que este es el fundamento pertinente 4 todas las fantasias, est4 descubriendo el nudo iltimo del fantas- ma. Y aqui ¢s cuando se ve en el brete de explicar su génesis y para ello hace recurso a una teoria genética que criticamos en su momento. Cuando criticamos el recurso a la teoria genética de ja protofantasia, hicimos notar que en realidad, la misma es estudiable come si se tratara de un mito, lo que nos permite descubrir bajo su formulacién manificsta un latente consistente en una contradiccién procedente de los enigmas gencrados por las figuras de pap4, de mamd.y la combinatoria de ambos. Hoy vamos a volver hacia ese desarrollo para revisarlos porqué en rigor el fundamento de la universalidad de esta protofantasia radicarfa en la universalidad del complejo de Edipo. Heos dicho iniciando este capitulo que el Edipo es un registro imaginario y no simbélico, esto es que es una puesta en ‘ imagenes con las figuras de papé y mamd de un drama cuyos contenidos tienen otra determinacién. Esta hipotesis es justa- mente el punto de partida para Lacan; nos dice en los Ecrits, en un texto titulado “Propésitos sobre la causalidad psiquica’’ del afio 1950: “Regresando entonces a mi ponencia sobre el cono- cimiento paranoico intentaba concebir la estructura en 110 red, las relaciones de participacién, las perspectivas en reuniones, en hilos, los palacios de imagenes que reinan en los limbos de ese mundo que el Edipo hace sombrear en el olvido.”* ; Agregando admis en el parrafo siguiente: “Pienso que el Complejo de Edipo no ha aparecido con el origen del hombre sino en el origen de la historia, entendiendo por historia-historica los limites de las culturas etnogréficas.” Z “no puede evidentemente aparecer bajo la forma patriarcal de la institucién familiar, pero no tiene menos valor liminar incontestable. . . En primer término, Lacan reconoce la capacidad que tiene el Edipo de sombrear, esto es, oscurecer la estructura de red, de relaciones; con esto cabe pensar que el Edipo encubre una estructura latente de mayor peso. . . En segundo término, Lacan subordina el Edipo a la estruc- tura familiar, aungue no reduce ésta a la forma conocida de la familia occidental, . . Fn altima instancia, el Edipo en tanto que sombrea las redes de relaciones, varia segin la estructuracion social de esa red de relaciones; estructuracion social que puede asumir las formas de la organizaci6n clinica, familiar, tribal, colectiva u, otras. . . En nuestra cultura, el complejo de Edipo esta subordinado a la existencia de la institucion familiar y a la presencia de una figura de corte patriarcal, y esto es cierto. Pero, {qué pensar de una estructura familiar que exceda la estructura patriarcal, que no Ia contenga, que no la incluya? Cabe pensar que el sujeto se gestarfa, se organizaria en tanto sujeto inconsciente bajo otros determinantes que los edipicos a menos que podamos encontrar ese valor liminar e incontestable que Lacan reconoce al complejo de Edipo, de manera de entender cudl es el universal de estructura’ valid no s6lo para una situacion patriarcal o estruc- tura familiar, sino para una situacion que exceda los margenes de la familia tal como se la conoce en nuestras culturas y en las culturas etnograficas més o menos accesibles a la antropologia. En otros términos, Lacan anticipa una tesis de relativizacin del complejo de Edipo. Lo subordina a la estructura familiar es cierto, pero entonces Ia estructura familiar ja qué est4 a su ver 3 J. LACAN - Ecrits- Propos sur la causalité paychique - Pég. 84 - Loe. Cit, 41. LACAN - Ibid. subordinada? Ahi interrumpe Lacan su desarrollo. para pasar a pensar la relacién de Edipo con la estructura familiar de modo de extraer ciertas conclusiones con un mayor grado de universa- lidad. En ese contexto, lo que ¢l alcanza a probar es Io siguien- te... Cuando decimos Complejo de Edipo, se suele entender por el mismo: amor a mamé y odio a papd. Quien habla de amor y quien habla de odio est hablando de afectos. Los afectos son, para Freud y desde la Metapsicologia en mas, concientes, puesto que en ese texto demuestra que no hay afectos incon Freud lo mociona muy. claramente cuando en “La Repre: hace notar que, lo que en el inconsciente hay son movimientos libidinales impulsando resentaciones. Con esto, Lacan hace notar que esta formulacién del Edipo en términas de ‘amor a mam y odio.a papi’ es un contenido manifiesto (puesto"que alude a un orden de afectos cuya naturaleza es conciente), y cuyo.latente estard jugado en ‘otra escena’. Dicho en otros términos, el amor y el odio son los manifiestos de una determi- nada estructura (que tendsfamos que despejar), de la otganiza- cin de la libido, En segundo lugar, Lacan hace notar que hablar de Com- plejo de Edipo es hablar —en rigor- de fantasias edipicas; la manifestacién, la forma concreta en que el Edipo’se nos aparece y revela es bajo la forma de fantasmas. Pero al mismo tiempo planteamos en nuestro capitulo II que los fantasmas son respues- faS_a um enigma expresado en un conflicto de base que graficamos en este caso con la siguiente formula: el fantasma es la expresion del conflicto X # X': kex’ La pregunta que Lacan ‘se va a formular en todo esto es: {Qué relacion tiene el latente de los fantasmas, ese juego de oposiciones; con el latente de los afectos amor-odio, es: estructura libidinal? En tercer lugar, y antes de abordar la contestacién de las cuestiones ya planteadas, pretende agotar otro nivel de observa- ciones. Cuando uno estudia los fantasmas, observamos que los mismos, son organizables en una serie: “Teorias sexuailes infan- tiles”, “Pegan a un nino”, “Novela familiar del neurdtico” y finalmente “Aportaciones a la psicologia de ka vida erotica”. Pero si uno observa mds de cerca la cuesti6n, llegamos a descubrir 12 la absolutay extrema solidaridad existente entre ta estructura del mmo y la estructura de los fantasmas; esta solidaridad lo Hlevard finalmente a.sostener que estos fendmenos son reunibles bajo un campo comin:. el campo de lo ‘imaginario. En conclu- sién, se impone que el Edipo es un mito o fenémeno de orden imaginario del cual es neceserio despejar el registro simbdlico que lo organiza. Buscando despejar pues el latente de las formaciones edipi- cas, Lacan hace recurso a la teorfa Le i-Straussiana, precisa- mente cuando ésta aborda una indagatoria acerca de la natu leea y funcién del mito. En el capitulo XI, de “Antropologia estructural”, Levi-Strauss realiza un aniljsis del mito de Edipo precisamente:. Para ello hace notar que todas las versiones existentes sobre el mismo son reunibles en un relato comin, y que este relato dispone ciertos contenidos que podriamios separar en el curso del anilisis. Estos contenidos son en consecuencia clasificables —observa él— en un grupo de cuatro columnas de acuerdo a sus elementos comunes. En la primer columna reine Jos datos cuyo. factor comin cs la alusién a relaciones de parentesco positivas. La segunda columna incluye las narraciones que aluden a las relaciones de parentesco negativas.La tercer columna:reune datos relativos al orgen ctonico (no terrestre) del hombre. Finalmente la cuarta columna reune los datos relativos al origen autéctono (origen terrestre) del hombre. Edipo desposa a Yocasta Edipo parte con| Antigona a! de- sierto Edipo mata a Layo | Edipo veneé a ta Relaciones de | Relaciones de pa- Parentesco po- | rentesco negati- | del hombre sitivas vas. Origen cténico |Origen autécto- Ino del hombre Cuando en la version del mito se nos dice: Edipo desposa a Yocasta, 0 bien Edipo se va con su hija Antigona al desierto, lo que se nos estd manifestando son dos relaciones de Parentesco: yaloradas positivamente en franca opasicion con una relacién de Parentesco valorada negativamente, * Cl. LEVESTRAUSS - Op. Cit, i13 Cuando el mito nos dice: Edipo vence u la Esfinge, es posible interpretar una derivacin de la clisica lucha del héroe de cualquier mito con un dragén, bicho © bestia que dominaba el planeta o un sector del mismo. Alude —obviamente— a la necesariedad del hombre de vencer a un dominador que previo a 41, se halla instalado en el control de Ia tierra. ‘ En ésto Levi-Strauss ve una manifestacién de una creencia de determinacién no terrestre del hombre, lo que ‘se engancha con una serie de mitos de corte teolégico segin el cual, no siendo el hombre originario de la tierta, debe luchar y vencer a Jas bestias, que habiéndolo precedido la ocupan. En el mito judeo-cristiano aparece figurado en la version biblica cuando tras armar con barro un cuerpo, Dios (lo cténico), insufla aire al sujeto (confiriéndole asi un alma extraterrestre instalada en la tierra). En sintesis esta franja o zona del mito articula la ereencia de que el hombre no proviene de este planeta sino que tiene su origen en otro lugar al que en algin momento deberd retorar o al que debe su fuerza (Topos Uranos, Paraiso Celestial, etc. . .) En la cuarta ydltimacolumna, al hacer notar que la denominacién Ec remite al sentido: ‘pie torcido’, Levi-Strauss reflexiona que la permanencia de una dificultad en el reflejo de marcha es indicativa de lo que podemos llamar la dependen: infantil, puesto que efectivamente el hombre no nace ca nando, sino que necesita en primer lugar depender de otros que Jo ayuden a caminar para finalmente —por aprendizaje— desen- volverse. Si ahora tomamos distancia, verfamos que las cuatro colum- nas articulan dos oposiciones: 1* relaciones de parentesco positi- vizadas versus relaciones de parentesco negativizadas. 2° Origen etonico (celestial © no terrestre) del hombre versus origen autéctono del hombre. Notemos por otra parte la congruencia que existe entre ambos grupos dé oposicién, puesto que seguramente habra alguna relacién entre las relaciones de parentesco positivizadas, , . con el supuesto de un origen no-terrestre y por ende celestial. En consecuencia el mito ¢s un intento de claborar dos contradicciones articuladas entre sf y sus respectivas resultantes. La pregunta que Lacan se formula ante todo ésto es si el Edipo, no es también un mito que articularfa un grupo de contradicciones de base. Puesto que se habla de relaciones de parentesco negativas en las que se podria incluir el odio a papa, y relaciones de parentesco positivas en las que se podria incluir 14 el amor a mamd —por tomar el caso de la version standard del Edipo— es obvio que lo que el sujeto se est preguntando ¢s a quién preferir 0 a quién adherir. Ps elegir como modelo de identificacién, a quien elegir como modelo de objeto libidinal. Sobre este cuerpo de hipétesis, Lacan consolida su duda de que el Edipo tal como ‘suele ser interpretado sea congruentemente el fendémeno explicativo de base y en consecuencia intenta —ajustindose a esta estructura— dar cuenta de'qué es lo fundamental en el mito de Edipo. Para realizar esto, deberfamos despejar las paradojas que a veces estén planteadas en los textos freudianos. La primer paradoja que nos interesa resolver es la que Freud plantea en “La ‘sexualidad femenina”, texto de 1931 cuando hace notar que la version de “amor a mamd y odio a papd’ es una aversin. Aversion en el sentido que no explica nada. Justamente elandlisis de casos femeninos ha demostrado la existencia de una etapa preedipica —cuya funcidm se hard generalizable y extensible al varoén— de mucha mayor importan- cia. Consiste en el hecho de que la nena ademas de amor a papa y odio a mamé (serfa ésta su forma tipica de Edipo), tiene una forma atipica, o inversa, que se expresa en amor a mam y odio a papa, con lo que para Freud el Edipo deja de ser un tridngulo y s¢ convierte en un poligono (si quisiéramos representar eb fenémeno mediante el recurso a las figuras geométricas), Obvia- mente, la cuestién aqui en juego es la de una madre amada versus un padre odiado en el primer tiempo, y el de una madre odiada y un padre amado en el segundo tiempo. Y esto es igualmente vilido tanto para el varén como para la mujer en la tarea de constituirse en tanto sujetos del inconsciente, {Por qué? Porque para la mujer, la primer etapa asi como para el varon— es de exclusiva vinculacioén materna, Y aunque las nomenclaturas varfen (pues lo que para la mujer se Hama Edipo negativo, para el hombre recibe la denominacién de Edipo positivo), conviene recordar que las ‘operaciones’ son las mismas. Si expusiéramos- ahora en un grdfico esta sucesién de operaciones, podriamos obtener el siguiente esquema: 518 + Loc, MS 6 §, FREUD - La sexualidad femenina- Tomo Ill - Pt cit, 2 tiempo Madre Padre Modre Padre relacién positiva relacién negative ——ralac, nog. ralec. posit. sujeto sujeto de ta 1° op, de la 2° op. En rigor, los resultados de ambas operaciones son idénticos - Para ambos sexos, puesto que la la. operacion promuevé la instauracién del narcisismo, en tanto que la 2da, operacién Promoveria su relativizacion. Efectivamente, la 1* operacion (la operacién preed{pica en, el caso de Edipo femenino), deberd ser seguida por la operacion Propiamente edfpica; en rigor, son dos tareas que a su vez promueven dos operaciones las que tendrin una estrecha relacién entre sf. Digamos que lo que en la segunda tarea se inscribe es el ‘resultado de la primera. operacién, En el texto que vamos a tratar, “La femeneidad”, Freud relativiza un tanto la cuestion al hacer, notar que el odio del varén por la madre nunca va a aleanzar el grado de intensidad que alcanza en el caso de Ia Mujer, y a la inversa. .. Hechas estas relativizaciones que a fin de cuentas van a ser contempladas en “Algunas consecuencias Psfquicas de la diferencia sexual anatomica” y en “El final del complejo de Edipo”, Freud haré notar que cl objeto, en el final del Edipo, tiene la forma de la mujer para el varén, y la forma del varén para la mujer. _ Pero, dado que nos hemos preocupado en este curso de distinguir entre 1a forma imaginaria y su referencia simbélica, cabe preguntarse cudl es el contenido de dichas formas. La Pregunta que Freud se va a formular si uno coteja estos textos a Propésito del Edipo con otros textos a proposito del objet sexual (a saber: ‘Tres ensayos para una teoria sexual”, “Organ zacién genital infantil”, “Introduceién al narcisismo™,™Sobre una especial eleccién de objeto enel hombre"), la pregunta, que se nos va a plantear —decia~ es si efectivamente estas formas coinciden Loe, cp: FREUD - La Femineidad - Cont. xXXIU1- Tomo I - Pig, 931 - 116 con los contenidos de papi y mamd, o si mas bien los contenidos son en rigor los de una contradiccién: narcisismo- objetalidad. Es que en verdad, en el primer tiempo se trata de un amor narcisistico, en tanto que on el segundo tiempo se trata de un amor objetal en caso de haber un feliz acceso a la cuestiOn. Esto es congruente con “Tres ensayos para una teoria sexual”, donde Freud dice que el objeto nunca es un objeto puro, tesis sobre la que algo hemos ya esbozado. El objeto es siempre el resultado de la contradiccién: narcisismo -objetalidad En la mujer, la forma primera es la madre, la forma segunda es el padre, y la forma final es un objeto cuya forma es el padre pero cuyo contenido no. Esa alternancia. narcisismo-objetividad que en “Femeneidad” Freud puede observar mejor, se define en la figura del padre como desplazamiento de contenidos relativos a la madre. ie en esos mismos textos‘Freud hace notar que los nonios de las mujeres son mils inexitosos que los posteriores; aclaremos ous ‘euando Freud dice ‘primeros matrimo- nios’, esti diciendo: iniciacién sexual —a fuer de precisiones— y sto de la dificultad de la iniciacién sexual de lam ¢s algo que tiene que ver con un texto de “Vida Erdtica’ El Tabu de la Virginidad. Es por eso que habria que, distinguir cuando Freud dice que el hombre conserva el objeto en tanto que la mujer debe cambiarlo, si es tan efectivamente asf o si mas bien no estard tratando de proveer un modelo para dar cuenta de la ‘forma’ del objeto. \ Estas dos operaciones son complementarias, y es en estas dos operaciones que se constrite o circunscribe lo que en la lectura freudiana se llama Complejo de Edipo; pero si bien estas dos operaciones son arias, (puesto que en el primer tiempo cl objeto sobredeterminado es la madre y en el segundo el sobredeterminado es el padre), esta solidaridad reconoce —no. obstante~ la primacia de la primera operacién. Para dar cuenta de la primacia de la primera oper: ésto es del complejo de la madre, tenemos que recur Femeneidad cuyo abordaje Freud realiza mediante la siguiente tesis:” “Siendo nuestro enigma y nuestra dificultad como de un ser sexualmente indeterminado (dado que la elec- cién sexual no estd determinada por Ia disposicién 7 S. FREUD La Femineidad «Conf, XXXII - Tomo It» Pig. 931 + Loc. Cit. M17 genital, y dado que la libido no es ni masculina ni femenina), puede originarse un ser sexuado: masculino © femenino. En resumen, se trata de saber como se realiza la adopci6n de un modelo masculino © de un modelo femenino para la ejecugi6n de Ia libido”, Siendo ese nuestro enigma, vamos a orientarnos hacia un sector de la teorfa psicoanalitica que nos permita explicarlo, con las siguientes dos esperanzas (habria que reemplazar en’ ese: Ee el término oceans Por el término hipdtesis). Vamos tonces a un sector de la teoria psi i gui breeverd a Psicoanalitica con las siguientes 8 oe me la ener n coincida con la funcién. los virajes decisivos se hi i pear ¢ hayan producido antes de la Estas dos hipotesis ~fundamentales para Freud—(discre- pencia de la constitucion con Ia funcién, y la del viraje in Pubertad), requieren un comentario exhaustivo, en primera instancia, porque en ellas s¢ define uno de los. puntos de partida de la formulacién lacaniana. En primer lugar, ;qué quiere decir “constitucién’? Cuando Freud dice constitucion, esté pensando en el soporte bioldzico, en el organismo. Su tesis ¢s pues que un ser vivo, en su determinacion bielégica no coincide con la funcién. Pero ;qué funcién ¢s ésta? Se trata de ta’ funcion sexual, éto es de la erogencidad. f*e Sabemos que la funcién sexual (la erogeneidad), es un efecto de una determinacién erdgena producida sobre el’ cuerpo (lo biologico) mediante una peculiar organizacién de la libido. La tesis de Freud podria pues ahora ser planteada en. los siguientes terminos: el cuerpo, el organismo biolégico en su materialidad, se opone a la erotizacion, y el viraje mediante el cual se produce el vencimiento de dicha oposicién o resistencia (en nuestro: grafico la resistencia esté marcada con la letra: n, debe ser. producide antes de la pubertad. eo (es fQué significa que el vencimiento de la resistencia del oe ismo a la erogenizacin tiene que ser producido antes de la 18 pubertad” Quiere simplemente decir que debe ser realizado en ¢l curso del Edipo y la latencia, antes de los once afios. En resumidas cuentas, una cierta operacion cuyo sentido. es el vencimiento a la erogeneidad, debe producirse en ese tiempo Oficialmente nominade como: tiempo de Edipo. 8 @—* f Ediipo: tiempo y operacion do vencimiento de Ia resistencia, Tendriamos ahora que demostrar —en la perspectiva laca- nlana— qué interpretar por ‘oposicién, constitucién y funcidn’, habida cuenta que los hemos ya traducido y dispuesto en la formula: oposicion de un organismo bioldgico a constituirse en efOgeno. La respuesta estaria en la dualidad pulsional: vida y muerte. Pero podriamos inclusive recurrir a otras ciencias para mostrar que efectivamente un organismo bioldgico, se opone, se resiste, se contrapone a la erotizacién. ;Por qué? Porque. Ia materia viva, por su. caracteristica, por su constitucién, tiende a apartar todo estimulo que interrumpa su nivel de equitibracion. Es en este contexto que podemos entender él recurso a la teoria del arco refleio que hace Freud al abordar el problema de las pulsiones en “Los instintos y sus destinos"’. Por el otro lado, la aludida funcién sexual, que prefe- riremos citar: lo erdgeno se caracteriza por la capacidad de acumular estimulos, puesto que Freud demuestra desde “Tres ensayos para una teoria sexual” que la funcién sexual no se agota en el orgasmo sino que precisamente el orgasmo depende de determinados disparadores 0 antecesores de In ereccién del ciclo de deseo; en otros términos, ¢s un determinado atributo quicn dispara la puesta en marcha erégena del sujeto como para conducirlo al coito y al orgasmo. En consecuencia, es obvio que la funcién sexual (el orden de lo erdgeno), se caracteriza por la capacidad de retener y acumular estimulos, Efectivamente, en “Tres ensayos...”, cuando Freud analiza que hay un sinndmero de pricticas que’ no siendo en si propiaménte genitales se organizan en torno al.coito, lo que nos esté demostrando es que ef coito es Ia resultante y punto final de una acumulacién cada vez mayor de estimulos que finalmente son todos descar- gados en forma unfvoca mediante un acto. Obviamente, si una materia viva se caracteriza por su 119 oposicién a Ja acumukicion de estimulos, mientras que un Organismo erdgeno se caracteriza por una tendencia a la acumin lacién de estimulos, habria que preguntarse qué operaciones In que Permite vencer la resistencia de una materia viva a aceptar estimulos. Esta operacién a la que le hemos asignado un nombre arbitrario: Edipo, es una operacién que reconoce como. primer tiempo el llamado preed {pico 0 filico y como primer operadar a la madre. E {Qué ¢s una madre? Para entender qué cosa es una madre, fendriamos que recurrir a la parafernalia de las pulsiones. En Primera instancia sabemos que el recién nacido se halla en estado de indefension y prematuracién; no ha agotado su ciclo de maduracion y por lo tanto no puede vehiculizarse hacia los objetos que satisfarfan sus necesidades. A diferencia del cachorro de’ perro —por ejemplo— que desde el- nacimiento mismo es capaz de orientarse y dirigirse hacia su alimento el cachorro de hombre no puede. 'Y na pyecisamente porque las madres de Muestra especie tengan sus pechos a cubierto y no se pasen ld vida en el piso de sus casas esperando que los cachorros gatven hasta el Seno. En realidad, la principal limitacion a la cuestion est jugada del lado del’ cachorro: es él quien no podria aesplazarse hasta el pecho, por mis a disposicion ‘que éste ¢stuviera. Hay pues una primera limitacion que da pic a una seria contradicci6n. Nuestro sujeto no puede motorizarse hacia su objeto, pero tampoco puede esquivat ni evitar sus estimules. (el hambre por ejemplo), Este estimulo interrumpe el natural equi- librio de homeostasis jugado en nuestro sujeto en el interior de a bolsa de parto, dado que durante el proceso de embarazo los estimulos. fueron todos reducidos homeostiticamente, cosa que ahora es imposible por cuahto el estimulo se hace presente por Persistente, incisivo y constante, Este estimulo genera en el sujeto una tendencia a regularlo y el primer recurso de regu lacién serfa el homeostitico que de hecho es ineficaz. Esta ineficacia parece realimentar el circuito por permancneia del estimulo generindose en ¢l infans un comportamiento de corte epiléptico: empieza a gritar, berrear, patalear. Y decimos un. comportamiento de corte epiléptico, porque en rigor pareciera luna catarsis no ‘significada’ relativa al estimulo, CO 120 = * En nuestro gfafico, simbolizamos Ia relacion-del infans con el estimulo, N: representa al bebé, e: representa el estimulo, Ambos polos entran en una relacién que podriamos definit como de reciprocidad, en circuito cerrado, .. ¢3 que la apertura del cireuito correrd por cuenta de la madre. Habria pues que tener muy claro que un bebé en sus primeros no esté lorando para lamar la atencién, de le madre, sino como mecanismo de reaccién contra el estimulo que, en el caso que estamos ejemplificando, estd constituido por el hambre. No existe intencionalidad alguna de pedir socorro, ya que lo suyo es un ‘téte.a téte’, un duelo a muerte que pretende reducir el eitimulo por la via catértica de la descarga del Hlanto. Sin embargo, esta relacion mortifera entre el bebe y el estimulo, tiene un testigo que no es mudo, y que en resumidas cuentas habri de jintervenir para terciar: se trata de la madre. Si bien entonces el llanto no estd dirigido a la madre como un pedido de ayuda o de auxilio, la madre core en socorro del chico, En rigor, notemos que ¢s la madre la que al percibir el llanto lo interpreta de acuerdo con ef clisico aforismo lacaniano que quiere que todo sijeto reciba su propio mensaje en forma invertida, En rigor, es pues la madre la que lena con su propia nalidad a este Manto, y es en funcién de este “lenado que éste se convierte en un pedido de auxilio, sin que ese sea su sentido i Es asf como la madre percibe como proviniendo del bebé uun ‘sentido’ que en realidad ha surgido:y sido promavido en ella, Es asi como la madre, el ‘escuchar’ el llanto de su bebe est en realidad escuchando ‘su propio sentido, su propio Manto’. Es en funcion de esta atribucién de sentido que la madre: se motoriza poniéndose en marcha para proveer una solucion a la necesidad de su cachorro. ZY con qué provee?Con otro estimulo que podria vencer al primero: el pecho. Pero tengamos muy en claro que —en principio— en, todo ésto el pecho es un estimulo. Dicho en otros términos, el pecho es un estimulo que le ofrece una ventaja,la de vencer a otro; pero no por ello deja de ser estimulo, ésto es de representarle y significarle un montante de trabajo. ‘Asi a niestro sujeto sc ie planteard la Slorantiva te clegir entre dos estimulos en su campo percept i © perceptivo: el estim © sea el hambre o bien el estimulo.e' 9 sea cl'eemon emule & En definitiva, nuestro sujeto deberd elegir entre ta alimens tacién © Ja anorexia. De todos modos, importa aclarar que esto de ‘clegir® se parece un poco a un eufemismo, Es que, nos cabe la sospecha de que en todo ésto quien clige es el estimulo. Es que dependerd del inconsciente de una madre el modo en que es ofrecido el pecho, ya que —y ese es el caso en determinadas Psicosis de puerperio— el estimulo pecho puede ser ofrecido de {al modo de aparecer tan 0 mis siniestro que el estimulo del Entonces nuestro bebe que nace indefenso y en tanto pura materia biologica (8), estd mediante este proceso metabolizando determinados est{mulos los cuales ~sabemos— iban a motorizar su funcion sexual o erégena (e), la que a su vez se independizaré del estimulo del hambre puesto que el recurso al chupeteo va posteriormente a autonomizarse ¢ integrarse en su relacion con madre. En rigor lo que acontece es que con el ilanto, nucs- tro bebé abtiene el objeto que satisface su necesidad; si ob- servdramos la cuestion en un segundo tiempo, veriamos que el bebé empieza a llorar (ahora sf intencionalmente). Aqut se nos Presenta una peculiaridad. En primer lugar, el bebé Hora apslando al pecho frente al hambre; sin embargo. no es ya un Manto continuo, ininterrumpide sino que al cabo de un cierto tiempo cesa durante un rato permaneciendo en silencio, para luego reanudar sus reclamos. Si nos dirigiéramos hacia este silencio para interpretarlo, verfamos que en su latencia lo que est puesto en juego es un chupeteo “in vacuo”. Este chupetco gn vacfo es pues un recurso a lo que en nuestro grafico hemos Mamado estimulo e’, 0 sea a lo que podemos lamar la “huella® del pecho. 122 JO) (cm) Lisnto-sitencio-tianto ‘chupeteo in vacuo" . Es por esta operacion, que un organismo biol6gico asume una cierta acumulacion de estimulos que son los que a Ia postre lo introducen en un orden erégeno, en una funcion sexual. En todo ésto hay algo que deberiamos empezar a tener en claro; porque una madre atienda al llanto de su bebé va a depender de la importancia que este bebé revista para ella, Supongamos que un pediatra recomendé a una reciente mamd que diera a su bebé 30 gramos de mamadera cada cuatro horas. Regida pues por este consejo (llamémoslo codigo y relacionemos ‘con lo que hemos desarrollade acerca del cédigo como matriz de Jas significaciones), esta madre suministraré con una periodicidad de cuatro horas 30 grs. de leche a su bebé. Habiendo alimentado a las 12, calcula que deberd volverlo a dlimentar a las 4. Supongamos que a las 2 el bebé se pone a lorar. Es seguro que la madre va a intentar acunarlo, hacerle juegos y morisquetas, va a bafarlo, cambiarlo, ponerle gotitas en el ofdo, temer por sus enicfas, llamar a los vecinos, a la propia madre, a su marido y al médico, antes de suponer que el bebé tal vez tenga hambre. Con ésto, es obvio que la relacién de una mujer con su hijo esté mediada por ésto que estamos denominando oédigo y que en el caso de nuestro sjemplo es el muy simple cédigo de una Periodicidad propuesta por un médica. Lo que podemos ya anticipar es que la relacién de observa- sion o testimonio que la madre fiace del llanto de su bebé y las conduetas operativas pertinentes (0 sea: ofertarle un objeto de satisfaccién) depende de algo que estamos denominando cOdigo. En el mismo texto que estamos comentando, “La femeneidad”, Freud demuestra que el c@digo que rige a una madre es la equivalencia nifio por pene, Se sabe que para toda mujer, su hijo es un equivalente del ‘pene; mds no un pene cualquiera sino ef mismo que otrora, en su primera infancia, ella hubicra. gustado tener, Conviene que insistamos al respecto: no es que la forma de un hijo se corresponda con la forma de un pene, sino que el valor libidinal con que esta investido el niflo es el mismo valor 123 iss

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