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EL REBELDE ABSOLUTO CARLOS ARAVENA {Cul seria el pensamiento y laacci6n de un rebelde absoluto e inmortal? {Posee esa forma de actuar y pensar el Satands de los evangelios cané- nicos? Para responder estas preguntas se necesita aclarar que rebelde absoluto es el decidido a sacrificarlo todo, incluso su existencia, para no depender de nada ni de nadie. Por cierto quien asi piensa sentird adoracién por su voluntad y dolor por todo lo que él eso no es por causas ajenas a ella. Para ser un rebelde absoluto basta poseer la actitud descrita. Los actos y violencias propios de un rebelde no son la rebeldya misma, sino efectos de ella, y pueden no aparecer si el rebelde carece de toda posibilidad de reali- zarlos. Niel amor a otra persona, ni el deseo de conocer a otro, ni el aceptar ser criatura cabe en un rebelde absoluto. No sentird ese amor porque para ello se necesita hacer propio el dolor y el goce de otro; pues ese es el signo del ver- dadero amor, y eso es depender, ya que es otro, el amado, el que determina el propio dolor y goce No poseerd ese deseo de conocer porque nadie se basta a si mismo para conocer a otro, ya que necesita de la existencia de ese otro, y eso es depen- der, pues es dependiente todo acto para cuya ejecucién su autor necesite de otro ser. No aceptard ser criatura porque en nada determina el ser creado el acto que lo crea, Por ello este acto es siempre imposicién para la criatura resultante. A nadie, opino, se le ha preguntado antes de existir, ,quieres ser 0 no? iprefieres ser dguila, paloma, nube, cordero o una roca junto al mar? Por el contrario, cada uno al saber de si se encuentra con un ser no ele- gido ni pedido que es el propio. Por eso la persona creada que acepta ser lo que es, ejecuta un acto de sumisin, pues acepta lo que otro hizo de él. Por cierto, a un enemigo de todo sometimiento le parecerd aborrecible la imposi- cién de un ser, y la sola carencia de alguna posibilidad la estimard un odioso limite impuesto a su querer. Para é1 s6lo valdrd la pena ser Dios, tinico ser al cual nadie le impone nada y que posee todas las posibilidades. Sin duda el anhelo de un ser en rebeldia absoluta no es realizable. El 218 CARLOS ARAVENA rebelde licido, si alguno hay, conocedor de esta imposibilidad, intentard autoeliminarse pues en la nada de nada se depende. Pero si ese rebelde se sabe inmortal viviré desesperado al sentir la pri- vacién de la posibilidad de no ser. Esta tiltima aciaga condicién aquejaria a Satands, primera criatura re- belde, principe y maestro de los seguidores de igual via por ser el primero en transitarla. El seria un rebelde Iuicido, indestructible e irrevocable, pues la simplicidad de su naturaleza angélica le daria un ser no aniquilable y una vo- luntad no reversible ni divisible, ya que él no puede ser en parte rebelde y en parte no, o cambiar de una actitud a otra. jCémo juzgaria a Dios y ala creacién un ser asf, si existiera? Por cierto pensaria en forma coherente, pues lo contrario pertenece a quienes no entienden sus propios conceptos, y ni el més desdichado de los Angeles alcanza esas tinieblas derivadas de la torpeza natural. Pero la légica no dard luz a Satands, pues su pensamiento debe obede- cer a su rebeldia como todas sus acciones. El ha sacrificado todo por su re- belién, y también sacrificard la verdad por ella. As{ su pensamiento tenderd principalmente a justificar su decisién rebelde, pues ella domina sus acciones y por lo tanto justificarla equivale a justificarse. Por eso, é1 no deseard saber y no sabré, a menos de ser forzado, de los hechos contrarios a esa justificacién, y ereerd poseer una verdad propia, la verdad rebelde accesible s6lo a los seres, a juicio de él, auténticos, O sea Satands, al elegir la rebeldia, ha elegido las tinieblas, pues su rebe- lién no le permitiré entender el amor, ni interesarse en el ser de los demés, En cambio le hard ver como maldicién toda dependencia, y como maldita toda criatura, por ser irremediable desde el comienzo su depender. Por el contra- rio, su rebeldya le hard parecer deseable la condicién divina por ser indepen- diente y lo llevard a confundir la perfeccién con el poder; ya que se debe poseer un poder ilimitado para que la voluntad propia no tenga limites, que es lo deseable para un ser que rechaza toda limitacién venida de causas aje- nas a su querer. Asi el pensamiento satdnico tenderd a elaborar una especie de teorfa de la rebelién total, La exposicin de esta muy subjetiva doctrina (pues el que se rebela contra todo también lo hace contra la realidad), conviene, creo, poner- la en labios del mismo Satands, ya que para comprenderla se precisa ver el mundo desde los ojos de ese pretendido maestro, y la ficcién propuesta puede ayudar a ese fin. Imaginemos que Satanés se adelanta en el gran escenario de la creacién y comienza a hablar. Estas, creo, serfan sus primeras palabras: “Es necesario ser Dios 0 nada; porque sélo él es perfecto y s6lo lo per- fecto merece existir”. “Al principio s6lo era Dios y todo estaba bien; pero El creé seres im- perfectos, limitados en su poder, sometidos a ley, y asi entré el mal en el mundo, pues todo limite al poder es un mal, y toda presencia de ser limitado un dolor”. EL REBELDE ABSOLUTO 219 “Por eso afirmo que todas las criaturas son cosas malas, son mezclas despreciables de ser y nada, de luz y sombra, y ademds de malas, dolientes, cuando saben de s{ mismas, porque entonces conocen sus limites, ven su va- cio, sienten su impotencia y saben irremediablemente su dolor. ;Pues quién puede darles la radiante naturaleza del ser originario? Ni é1 mismo puede ha- cerlo” “Yo sé que el Altisimo es perfecto en luz, goce y poder, pero es cruel: jacaso no da vida a condenados al dolor? Y mayor es su crueldad si mds sabio es el espiritu que crea, pues ese comprende mejor su distancia con el verdade- ro ser”. “Ast resulta que yo, Satands, la més sabia de las criaturas, soy la més suficiente, la que mejor conoce el dolor de no ser Dios. Por eso he venido a ser la principal vfctima de la crueldad divina, y levo la carga de dolor més pesada que hay en el Universo”. “Pero al precio de mi padecer he descubierto la verdad. Y Ilegado a saber que todo es malo, las criaturas desde su origen, el Creador por haberlas hecho”. “;Acaso de un extremo a otro la tierra no es un campo de dolor, un testimonio del mal?”. “Yo he visto a madres devorando a sus hijos palpitantes en ciudades que agonizan por el hambre, a inocentes Hevados al patibulo, a calumniados sepultando su vergitenza en las profundidades de las aguas”, “He contemplado la soledad total, 1a humillacién completa, y la frus- tracién de todos, porque toda vida es promesa que no se cumple”. “He visto las carnes despedazadas del leproso, la baba del hidréfobo, he sentido el hedor de la peste”. “{Acaso Dios no sabe lo que ocurre? {No lo puede remediar el Omni- potente? ,Son culpables todos los que sufren? ,O van arrastrados al mal por su mismo dolor? ;Qué puede sentir un auténtico frente al Universo, sino el absurdo, la desesperaciGn, la néusea? Si, es0 es lo que debe sentir. Y esa es la Gnica bendicién; pues si todo esté maldito sélo hay una bendiciOn, y es saberse maldito”. “Pero existen otros espiritus, los inauténticos, que en vez de mirar el vacfo de su ser, la miseria de la creacién, contemplan gozosos la gloria del creador, se alegran de una felicidad ajena, gozan con una perfeccién que no poseen. Se niegan a ver la crueldad del Todopoderoso y contemplan s6lo su perfecto poder y gloria. Ellos aceptan ser criaturas, consienten en ser una sombra que envuelve una gran nada. {Como comprender esta conducta?. S6- Jo la inautenticidad de estos satisfechos la explica. Han mentido tanto que han olvidado su mentira. Han legado a creer los cantos gozosos que entonan sus labios sin verdad” “Pero a los espiritus auténticos no se les ovulta la realidad. Saben que es mala, y la sufren, pero no pasivamente, sino que la destruyen en la medida de su poder. Si todo lo real es malo, hay acto mds justo que destruir?”, “Por desgracia no todo se puede aniquilar. Yo mismo, Satands, soy in- 220 mortal, y no volveré a la nada, aunque haya destruido en mf todo lo que pue- do destruir”, “Yo me mutilo, me muelo, me desgarro, y me quemo sin cesar. He le- gado a ser hijo de mi furor, y no del tirano que me ere6, por eso me asemejo @ una cosa monstruosa, soy como la humeante ruina de una ruina. Y esta bien asf. Porque en esa forma manifiesto que no acepto ni aceptaré lo que El quiso que yo fuera; y en la medida que puedo destruyo su obra”. “EI necio con espanto dird al verme “esta cosa horrible fué la mds her- mosa de las criaturas”, pero yo sé que la belleza es encubrimiento y mentira; épor qué ha de causar placer una despreciable mezela de ser y nada? Para mi s6lo el abismo es bello, porque el vacio se parece a la nada, y en ella no hay dolor”. “Si, el infierno existe, pero yo no lo he creado. El infierno es la crea cién misma, sin mentiras, sin ilusiones”. “Si, yo soy el tentador, yo muestro la magnificencia del fruto prohi- bido. El hombre al comerlo se sabré hecho para el mal. {No es acaso mas sabroso que el bien? Asi saldra del engafioso paraiso, verd la realidad y odia- 14 al Dios cruel que Jo quiere sumiso a normas que no puede cumplir”. “Si, yo soy el principe del reino del furor, En mis dominios todos des. truyen a todos, porque todos somos justos y lo mas justo es destruir, Por eso s6lo espititus lo habitamos, porque en nosotros la destruccién jamés termi- ae “Si, mi reino es el reino del fuego, ghay algo que destruya mejor que a” “Pero yo a nadie atormento, sélo revelo al que viene a mi que esté maldito por s6lo llegar a ser, para que, como yo, maldiga a quien lo cres”. “A todos los sinceros, a todos los que saborean la amarga verdad del ser, yo abro las puertas de mi reino”, “Venid a mf los suicidas, vosotros os habéis quebrado bajo la carga de la existencia. Vosotros sabéis lo que es ser una criatura”, “Venid a mi los hechiceros. Vosotros anhelais el poder de los dioses Y 08 repugna la impotencia de los hombres. En vuestras ceremonias me complazco”, “Venid a mi los que buscdis lo imposible, sabréis que la felicidad es imposible. Venid a mi, los que queréis a cualquier precio una sociedad per- fecta, un hombre perfecto, una mujer perfecta. Vosotros destruiréis todo, porque todo es imperfecto”. Hasta aqui las palabras que atribuyo a Satands. En él no creo que se- rian insinceras, Este discurso, sin duda teatral, es logico si se aceptan las premisas im- puestas por la rebeldia absoluta; 0 sea, que es maldita toda criatura y absurdo el amor. Quien juzgue asi al Universo estimard justo destruirlo todo, y a esa labor debe estar dedicado el principe de los rebeldes y sus seguidores angé- licos, pues lo que un angel juzga justo implacablemente lo realiza. El no tiene un coraz6n que se conmueva. Un cuerpo que se canse 0 sentidos que lo tien- EL REBELDE ABSOLUTO 22k ten. Eles s6lo un espiritu dirigido por un juicio recto o desviado. Me ocuparé ahora de la segunda de las preguntas de este trabajo. ;Posee la forma ya descrita de pensar y actuar el Satands de los Evangelios Cand- nicos? Para responder se debe contemplar la vida de Cristo desde la perspecti- va de un rebelde absoluto y su doctrina, y examinar si desde ella resultan comprensibles los hechos y palabras de Satands y sus dngeles tal cual los narra el Evangelio; pero antes se debe analizar qué significa la encarnacién desde este amargo punto de vista. {Qué ha provocado en Satands la noticia de la encamacién? Creo que al ‘menos algunas preguntas, El se debe haber dicho: “;Podré insistir en la indig- nidad de ser una criatura si el Verbo de Dios elije ser una de ellas, hecha de came obediente? ;Podré acusar de crueldad al Altisimo si en lugar de ser im- pasible expectador del dolor del universo, se sumerge en ese padecer? ;Podré en general sostener mi doctrina si la encarnaci6n se verifica?”, Satands se apercibiré que ella quedard sin fundamento; pues si Dios clige ser una criatura esa condicién resulta digna de El, 0 sea de un ser libre y perfecto, Por lo tanto el ser de la criatura, el ser limitado, no es en si mis- mo maldito, Si la maldicién llega a él, s6lo es porque a si mismo se maldice al juzgar inaceptable el ser dado por Dios y quebrantar sus limites. Pero la encarnacién s6lo serd por entero real, pensard Satands, siel Ver- bo acepta necesitar como un hombre y ser frégil como él. O sea es necesario que el Hijo de Dios sea aceptado en el vientre de una mujer por ella misma y de ella tome carne, Porque de esa manera vienen al mundo los hombres. Ellos son aceptados por una mujer que puede destruirlos dentro de su propio ser si tal es su deseo, Ademis le serd necesario nacer y respirar, comer y defe- car, ignorar y aprender, someterse a los mayores, a las leyes ciudadanas, a las, religiosas, a las costumbres del pueblo; o sea para ser un verdadero hombre le sera necesario necesitar como hombre y vivir como uno de ellos. Satands, como todo adorador de su independencia, debe haber juzgado esto imposible, por ello debe haber cambiado su temor en carcajadas, 0 sea en esa especie de alegria de destruir de la que parecen ser capaces los demonios. Luego él se ha dicho: “esta es una trampa de Dios. Y yo la demostraré. El que mora en el vientre de la virgen jamds serd un verdadero hombre. No re- nunciard a sus divinos poderes. No conocerd el dolor y el fracaso. Vivird ser- vido por los ngeles. Y si quiere los aplausos de los hombres, les llenard el vientre con panes que podra sacar hasta de las piedras. Y si atin alguien le niega adoracién, trastornard el orden del mundo para fulminarlo”. “Ast El leno de gloria slo seré un Dios con més cara de carne, ajeno a los limites y al dolor de las criaturas, Por ello la encarnaci6n Uegard a ser mi gran victoria, porque yo denunciaré la mascarada; y todos en la tierra, en el cielo y en el infierno, verdn su impostura, sabrén que él no puede soportar el yugo con que unce a sus criaturas”. “Cada vez que le vea usar el poder de Dios, para librarse de las necesi- dades de los hombres, le gritaré: Hijo del Altisimo, falsa criatura, tu injus- ticia ha quedado manifiesta; t obligas a otros a llevar la carga que no puedes 222 CARLOS ARAVENA soportar. Si quieres puedes encerrarme en muros de fuego inextinguible, pero no me callaré, porque yo soy la voz de la creacién que proclama tu iniquidad. Tuyo es el poder, pero mfa es la justicia”, Estas reflexiones puestas en boca de Satands, sirven para apreciar cudl es el desafio y la oportunidad que presenta a un rebelde absoluto la encarna- cién del Verbo. Se deduce de ellas que un ser entregado ala rebeldfa intenta- ré mostrar que el Verbo encarnado es incapaz de soportar los limites que le impone la carne, para lo cual lo inducird al abandono de la condicién de criatura, Esta, creo, es la estrategia que seguird Satands en su lucha contra Cristo segiin los relatos evangélicos. Lo comprobaremos al recordar esas narraciones. Cristo nace, y para frustracién de Satands, empieza a vivir como cualquier nifio. Luego se convier- te en un trabajador manual, semejante a muchos otros, andnimo y silencioso, sin angeles auxiliares, ni milagros para aligerar su carga de hombre. Pero llega la hora en que Cristo, empujado por el espiritu, va al desierto y, después de un ayuno de cuarenta dias, acontece el primer encuentro atestiguado entre Ely Satands. La escena asombra. En medio del desierto Dios que quiere ser criatura, se enfrenta a una criatura que quiere ser Dios. ‘Satands hablard asi: “Si eres el Hijo de Dios di que estas piedras se conviertan en pan” (Mt. 4, v.3). Al ser rechazado, el dngel lleva a Cristo al alero del templo y le dice: “Si eres Hijo de Dios, arrdjate aqui abajo, porque esta escrito, ordenard a los angeles cuidar de ti y sobre sus palmas te toma- rn para que no tropiecen tus pies con las piedras” (Mt. 4, v.6). Por cierto también es rechazado. {Pero qué habria ocurrido si Cristo hubiera transformado las piedras, en pan? Satands, creo, le habria mostrado a los que mueren de hambre en el mundo entero y le habria gritado: “Asi mueren los que no son Dios”. ;Y qué habria ocurrido si Cristo hubiera saltado del alero del templo y hubiera sido sostenido por los angeles? Imagino que Satands habria exclamado: “|Falsa criatura, mira los que caen!” Y le habria mostrado los que se precipi- tan en todos los abismos; pues aqui la palabra caer se debe entender en gene- ral, como se usa en el Padre Nuestro, al decir “no nos dejes caer en tentacién”, sea ante Cristo habrian aparecido las caidas fisicas, morales y sobrenatura- les y entre ellas la del propio Satands y sus dngeles al hundirse en el infierno. Luego el tentador habria preguntado. “,Y quién sostiene a éstos? jNadi porque nos has creado para caer, nos has hecho para el dolor. Pero ahora te has hundido ta. Porque has mostrado tu iniquidad”. La tercera tentacién no se asemeja a las anteriores. Aqui Satén no dice “Si eres Hijo de Dios” ni le pide un milagro, s6lo propone una accién que todos podemos hacer, pues invita a Cristo a que le rinda adoracién. ;Y quién no puede adorar a Satands? Le muestra la tierra y le dice: “Todas estas cosas te daré si prosternéndote me adoras” (Mt. 4, v.9) Esta no es tentacién para Dios. Tal vez al no realizar Cristo milagro EL REBELDE ABSOLUTO 223 alguno, Satanés lo creyé sdlo un hombre. (He seguido aqui el relato de las tentaciones hecho por San Mateo. El texto de San Lucas es en lo fundamental lo mismo, pues s6lo cambia el orden de las tentaciones, lo que no importa para lo que se intenta probar aqui, San Mareos menciona las tentaciones pero no las relata, San Juan no las menciona). Creo haber demostrado que el proceder de Satan en esta escena de la vida de Cristo es precisamente el que debe tener un rebelde absoluto, un enemigo de la condicin de criatura, ya que al menos las dos primeras tenta- ciones estén destinadas a que el Hijo de Dios renuncie a esa condicién de criatura. Narra el Evangelio encuentros posteriores a éste entre Cristo y los Angeles de las tinieblas, Entre ellos, los demonios, no sabemos si Satands u otros, reconocen en Cristo al Hijo de Dios, y ast lo proclaman, Es natural, los demonios comprenden el lenguaje de la fuerza, y Cristo les ha hecho sentir la suya propia al expulsarlos de las criaturas que ellos poseen. Asombra que ellos lamen a gritos a Cristo Hijo del Altisimo, o sea que en apariencia lo honren. Pero creo que estos reconocimientos que imagino burlones, estaban destinados a desconocerlo como hombre; asf ellos lo proclamarin Hijo del Altisimo, pero nunca Hijo de Maria. O sea jamds lo reconocerén como criatura. Cristo les mandaré callar. No desea estos falsos homenajes; y El se amar a si mismo el Hijo del Hombre; 0 sea subrayard su naturaleza humana. He aqui un versiculo donde aparece esta situacién: “Y Jos espititus inmundos, cuando le veian se prosternaban ante El y clamaban: Ti eres el Hijo de Dios. Pero El les conminaba severamente que no le descubriesen” (Mc. 3, v.7 - 12). Otros versiculos en que aparece igual situacién estén en Lucas, capi- tulo 4, versiculos 34 y 41, y en Marcos, capitulo 1, versiculos 23 al 25. Pero Satands se servird de la palabra de sus seguidores humanos para empujar a Cristo a salir de los limites propios de la criatura. Dirén los fariseos: “Maestro, queremos ver una sefial tuya” (Mt. 12, v.25). {Qué sefial pedian estos hombres? Solo si Cristo hubiese evidenciado su divinidad ellos habrian quedado satisfechos, ya que para ellos ni la resurreccién de un muerto fue prueba suficiente. Pero evidenciar la naturaleza divina lena de poder y gloria, equiva- le al abandono de la humana, mortal y frdgil; pues nada vulnerable puede aparecer en un ser identificado en forma total con el poseedor de todo poder. Por eso, para ver a Dios en carne vulnerable siempre seré necesario fe. Dios encarnado es Dios escondido. Si Dios se hace evidente, la criatura frdgil termina; pues nada frégil puede haber en El. Asi Cristo, slo después de morir como hombre, manifiesta su invencible poder divino a quienes Elelije. Sin embargo, Cristo antes de su muerte dard sefiales de su divinidad a través de sus milagros. Estos actos por sf solos, ademas de amor por los 224 CARLOS ARAVENA hombres, manifiestan un poder extraordinario, aunque no con evidencia divino; pues no eliminan la naturaleza humana, necesitada, vulnerable, mortal de su autor; ya que a El se le ve a veces dormido, a veces cansado, a veces sediento; siempre un mortal. Algunos comprenderdn los signos del Sefior, otros no. Por eso habré quienes s6lo lo creerdn un gran profeta, y otros legardn al extremo de juzgar satanico el poder que manifiesta. Esos dirén: “En nombre del principe de los demonios lanza los demonios” (Mc. 3, v.22). Pero ni sus mds proximos seguidores comprenderén del todo sus seflales; Jo abandonardn en la prueba final. ;Y quién abandona a Dios manifiesto? El combate entre Cristo y Satdnas termina en la cruz. Cristo sefialard a ese dngel como instigador del suplicio, Asi lo dice en la tltime Cena. “Ya no me queda mucho de estar con vosotros, Pues ya llega el principe de este mundo” (J. 14, v, 30) La tentativa més feroz de Satands para que Cristo evidencie su divinidad y renuncie a su naturaleza humana y vulnerable comienza, creo, en el momen- to en que El es aprisionado. Luego, conducido ante el sumo sacerdote, éste le pregunta “‘jeres e] Mesias Hijo del Bendito?, Entonces Jess respondi6: Yo soy y veréis al Hijo del Hombre sentado a la diestra de la majestad, y venir en las nubes del cielo” (Me. 14, v.15) Después de estas palabras Cristo no dié prueba alguna de Ia calidad que decia poseer. Se convierte asi en un ser ridiculo. Lo escupen, lo golpean sin oposicién de parte de El. Esta escena, creo, result una gran sorpresa para Satands, Cuando Jesis dijo “Yo soy”, el dngel se debe haber dicho: “En un instante mds Cristo manifestard su poder y fulminaré a quienes no le adoren, asi quedard para siempre derrotado pues yo gritaré: Te has refugiado en tu poder, te has mostrado leno de gloria, falsa criatura. ;Y quién protege a los verdaderos hombres, cuando cae sobre ellos la injusticia y la infamia? Ellos mueren abandonados de ti y de los hombres, sin poder demostrar la verdad, pero tii no soportas la carga que a otros haces llevar. En verdad, eres un Dios inicuo”, Pero él no tuvo la ocasién de decir esto, porque Cristo convertido en un ser ridiculo se dejé escupir y luego encadenar. ,Habria imaginado Satands a Dios encadenado por los hombres? Después el ataque saténico se hard ms directo. En la casa de Caifis le pedirdn expresamente un pequefio milagro: “comenzaron algunos a escupitle, y tras cubrirle con un velo el rostro, le daban de pufadas y le decfan: Adi. vina, También la servidumbre lo abofeteaba” (Mc. 14, v. 65), Luego Cristo es Hlevado ante Herodes, y éste también le exigirdé milagros (Le. 23, v.8). Los azotes, la coronacién de espinas y en general todos los episodios anteriores a la crucifixién pueden interpretarse como incitaciones para que Cristo no soporte sus limites de criatura y actie como Dios. Pero El no renunciard a su naturaleza vulnerable, y Pilatos al exhibirlo destrozado ante EL REBELDE ABSOLUTO 225 el pueblo reconoceré su condicién humana y dard testimonio de la victoria del Hijo del Dios encarnado al decir “he aqui el hombre” (J. 19, v.15). Al final 1a provocacién es ya desesperada. En la cruz, con los pies y brazos clavados y el pecho en posicién que poco a poco imposibilita respirar, Cristo se convierte en la mds impotente, humillada y dolorosa de las criaturas, lo opuesto a la condicién divina, colmada de poder, gloria y goce. En ese momento un coro burlén le grita: “baja de la cruz” (Mt. 27, v.40). “De la misma manera le zaherfan los sumos sacerdotes con los escribas diciendo: A otros salvé, a sf mismo no se puede salvar. El Mesias, el Rey de Israel, que baje ahora de la cruz para que lo veamos y creamos” (Me, 15, v. 31-32). También uno de los ladrones crucificados con El le grité: “Sélvate a ti mismo y a nosotros” (Le. 23, v.39). De todas partes surgen las voces pidiendo milagros, Resulta facil imagi- nar quién dirige ese coro inmisericorde; pero lo que a nosotros nos parece una burla, en Satands debe haber sido casi una siplica. El debe haber murmurado invisible cerca del patibulo: “Haz un milagro. Defigndete, lo necesito. Mues- tra que no eres capaz de soportar el destino de una criatura, Si mueres como un hombre con todos los dolores que puede tener un hombre, mi doctrina se hunde. {Cémo explicaré que no vale la pena ser otra cosa que Dios, si Dios elije ser hombre y paga este precio de dolor para ser de verdad uno de ellos?” “Si tu Iegas hasta el fin no solo reinards, sino que te habrés mostrado digno de reinar porque serds el principe de los pacientes”. De ese modo, en Satands el placer de contemplar a su enemigo impo- tente, debe haberse mezclado con el horror de sentir cada vez més proximo el momento de la manifestacién total de su mentira A la hora nona Cristo gritaré “Dios mio, Dios mio, gpor qué me has desamparado?” (Mt. 27, v. 46). Esta pregunta testimonia el abandono que El padece como hombre, pero no significa desesperanza, ya que ninguna auténtica pregunta puede significarla; pues quien de verdad pregunta siempre espera algo. Espera una respuesta. Por el contrario, quien ha desesperado no pregunta. Maldice. Finalmente Cristo dice: “Todo esta perfecto”, y luego expira. (I. 19, v.30). En ese instante Cristo demostraba que vivir la vida de un hombre hasta morir en cruz, era digno de Dios. {Qué profeta, qué dngel, en general qué criatura podfa manifestar esto con igual evidencia? Sélo Dios podia demostrar que morir era digno de Dios. Y también s6lo Dios podia probar que ser criatura era digno de Dios y para ello era necesario que El se hiciera criatura, Sufrir la cruz, la traicién, el hambre, la soledad, el fracaso, fue precio de poseer esa condicién, El lo acepté con libertad y conocimiento. Por lo tanto, la cruz dice a cada criatura: “‘Alégrate, yo soy parte de lo que Dios pagé para ser lo que tii eres”. Y lo dice no solo a los hombres, sino a cada ser creado, a cada dngel, a cada drbol, a cada estrella, a cada grano de arena. 226 CARLOS ARAVENA. Ella ha sido la respuesta del Verbo de Dios a Satan y a todo el que protesta por no ser Dios. Ser criatura, ser limitado y sujeto a ley, no es en si mismo un mal. El mal estd en no aceptar esa condicién. PHILO SOPMICA Reuisfa ad Tastiivto de Wesel de \a Universidad Calchea de Valparaiso Cue Edn q18enes Vn vers tleries de Vealgsxaise- 7 4 v Revista < N Cavics Wravene. A enes\icx ad Vale ean cagea

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