You are on page 1of 9
Tema VI La variacién genolectal en espaiiol 1. Intropuccion Tas diferencias generacionales y su impacto en la va tica han sido puestas de relieve desde antiguo bla muy diferentes. Por lo que se refiere a la soci ior* recurrentes en la bi que puede condicionar [enho aparente (véase tema VIII) es, sin duda, la mas destacad ; m, fa, pero no la nica. Ciertamente, la estratificacion sociol ingistica genolecal pue. de revelar la existencia de procesos evolut 805 evolutivos, pero otras muchas veces dlichos procesos se estabilizan en la comunidad cle habla, cuando no obedecen simplemente a la maduracién de los individ racién de lividuos, los cuales Gas Coan sat seu existencia por diferentes etapa cociolingite Be Con todo, resolver la ambigitedad entre estos devenlaor: ost ]erogantes de primer orden: ‘manera, puede cambiar la lengua de una emona alo lago de su vida, de qué forma interacciona fede on on sus caracteres es inque la edad representa uno 190 de los factores sociales mas atendidos en los trabajos de campo socio lingtistcos, no existen estudios sisteméticos que partan de esa concep. cién global. Por lo general, las investigaciones sociolingiifsticas han girad en tomo a la edad adulta en detrimento de las dems (Coupland et al, 1991). De hecho, la atencién que se ha venido prestando a otros estratos generacionales no ha gozado hasta la fecha de verdadera auto soma, ya que las mas de las veces los estudios han girado en tomo las diferencias que se advierten entre el comportamiento lingtistico de las «otras» edades y el habla de las generaciones intermedias (adultas). Asi, los estudios basados en el habla de los niios se han centrado a me nnudo en los procesos de socializacién, de la misma manera que el an lisis sociolingiistico de los adofescentes ha incidido, preferentement en la adquisicidn de los roles adultos, o las investigaciones sobre el bla de los ancianos en la pérdida de las habilidades propias de la edad adulte En Jos tiltimos aiios, sin embargo, esta perspectiv 14 con otta que considera que la competencia sociolingiistica ests in timamente vinculada a los diferentes cortes generacionales en la vida de los hablantes. Dicho de otra manera, los recursos linglfsticos utili: zados en cualquier edad tienen su propia significacién social o, como sefiala Eckert (1997: 158) en relacién con el (4) small ving to be older children; this steiving is to their competence at being sme dren, and strategically exercised, En suma, una perspectiva que toma la vida completa del individuo como el principal centro de interés deberia comenzar analizando los La mayoria de estudiossocolings ede a edad como un factor que dena 108 in, autores como la propia Eckert (1997: 151) te otra, de caictreémicos, yen la ra: sage andl aging ae experienced both indlvidally and as part of cohort who ife stage and/or an experience of hi ta concepcion del factor genera ios sobre contacto de eng frak 1998) (véanse mds ds 2 Enire nosotos, por eemplo, Juncos tender y celatr historias decina eon la eda incluido que la capacidad para en 1dependienternente de la lengua Wllzada gallo). 191 cursos lingilistcos, las identidades sociales y las estrategias de los ni- fos, antes de pasar al estudio del habla de los adultos y de especular acerca del periodo vital en que aquéllos adquieren un control sobre los modelos de variacién propios de edades maduras. 2, ALGUNAS DIFERENCIAS CUALITATIVAS EN LA ESTRATIFICACION GENERACIONAL En algunas comunidades tribales se han advertido diferencias lecta- {es importantes entre el habla de niios y adolescentes, por un lado, y el habla del resto, por otro. Como recuerda Lépez Morales (1989: 112), en te tipo de sociedades no es infrecuente la existencia de un lenguaje mi- far, que es desconocido por los primeros, y al que no tienen acceso has- ta su paso, justamente, a la edad adulta Asimismo, en la bibliografia especializada no han filtado referen- cias acerca de variantes especificas para ciertos grupos de edad en diver 05 niveles del andlisislingtistico, asi como de estrategias interacciona: kes asociadas al momento de la vida del hablante (cfr. Trudgill 1983, Lépez Morales 1989, Silva-Corvalin 1989). Aunque las altsiones 4 este tema en el mundo hispinico son mas escasas que en otros dome nios regionales, merece la pena recordar alguna, Tomas Buesa (1987), por ejemplo, ha rescatado los relatos autobiogrificos del cientifico y Viajero espaitol, Félix de Azara y Perera, quien a finales del siglo xvitt viajé por algunas regiones sudamericanas en las que tuvo ocasion de conocer y entablar contacto con diversas tribus y lenguas amerindias, Entre las anécdotas relatadas en estos escritos, ya las que anteriormem. te hacfamos ya referencia (véase tema V, § 2.1), destacan ahora para nuestro objeto de estudio sus apuntes acerea de la comunidad mbayd en el Chaco paraguayo, donde «ios jévenes de ambos sexos antes de su casamiento dan 2 las palabras otra terminacién que los hombres he chos, y a veces emplean términos diferentes, de manera que al oitlos se diria que son dos idiomas» 2 Tradgill 1974b: 79), por ciemplo, ecuer gua ukagir,hablada I nordest as las variants earacteitica piamente masculina, Curiosamen Garde (tado en Lipex Mi de 12 que Ios individuos guardan silencio cai todo el tiempo, tna ver alcan ada la edad de 40 aos, 192 3. LOS FENOMENOS DE IDENTIDAD GENERACIONAL, mo ha recordado Lépez, Morales (1989: 117), los perfiles de dis- tribucién sociolingiifstica relacionados con la edad se han interpretado como reflejo de tres posibilidades diferentes: 1) fendmenos de identidad entre ciertos grupos generacionales; 2) fenémenos de autocorreccién, especialmente entre los grupos de edad intermedios, y fe 3) fenémenos que revelan la existencia de un cambio lingiiistico en marcha. En las paginas que siguen abordaremos principalmente las dos pti: rmeras, aun conscientes de la dificultad que supone separar éstas del anilisis del cambio lingiistco. Pese a ello, y por razones expositivas, dejaremos para més adelante el tratamiento de la estratficacion gene il como un reflejo de este tiltimo desenlace (véase tema VIII). 3.1. Losfindmenos de identificaci6n generaional en el habla de los jévenes Los ferémenos de identificacién generacional entre ciertos grupos de edad, preferentemente adolescentes y jovenes en general, suelen re lacionarse con los procesos de aaeaating concepto que hasta hace ente poco, era utilizado por los lingiistas para dar cuenta de 8 Y expresiones propia del habla dels niios, ques re ten de generacién en generacién, sin que, por el contrario, pasen hunca al enguaje de los adultos (i Hockete 1950: 425; 8 Tedson 1981: 16}, Pesea ello, en la actualidad la nocién alude preferentemen- te. las diferencias en el lenguaje que son especificas de las diversas eda- des en la vida de los individuos y que contribuyen a singularizarlas des- de un punto de vista sociolingifstico (Romaine 1984b: 76). Estas caracteristicas pueden ser de dos tipos: a) bien exclusivas de ciettos estratos gencracionales, o b) sino exclusivas, al menos s{ prefe- « Fenbmenos come las ties: Qué me has pmo; regularizacion de paraligmas regulars en el stema Flan ac chocolatn «No cn aq alter Giones en el orden de ceos componente sintitcos (Es quem eae todo el tem pol) te rentemente difundidas entre éstos, en el sentido de re éstos, en el sentido de que ocurren o ands fecuenca en determinados peiodos de a vida hehe etn estas diferencias cuantitativas se encuen- las con sentimientos profundos de ident n hecho que afecta prineipalmente al habla lantes mis jévenes. Dicha relacién se manifiesta a menuda eee frecuente por parte de estos +hablantes de las formas ver- néculas de la comunidad, en oposicién a otros grupos de edad min mis inclinados hacia las normas estindares por than acuitado entre teas regions del mundo hip ladrid, el habla de las adolescentes Hole Fie inert 2 Calo © Ia Espaia de los primeros lel pasado siglo con a ‘roll, rockero, paso nominacione diversas para dar cuenta de [asian nae fos contraculturales*. Uno de los prit TT u principales rasgos de estas hablas —también conocidas, lo mismo que sts tarts [ome asotas— fue que, a diferencia de otras, no quedaron relegadas los sectores més marginales y barriobajeros de la sociedad, sin ches por el contrario, Ilegaron a formar parte de los habi ¢ juventad espaftola en los aitos 80, y venccnles dela comune, np Como contpar bxguaedelralla se ha propuesta la acendencia del ambientes marginale de ta ciudad, rete, de otros grupos de edad mas adultos. Con todo, su influencia uiria considerablemente en la década posterior. 3.2, Algunos gemplos en la sociolingiitca bispéinica La mayor identiticacién de los jévenes tanto con las variantes vernicu- las, no estindares, como, en general, con las formas ms innovadoras se ha observado recurrentemente en la sociofingitistica hispénica. Con frecuen- cia, ello da lugar patrones de esraifcacién lineal (véase tema LV, § 6), ue revelan un escalonamiento progresivo entre los diferentes segm: edad. Los ciemplos de ello aparecen en todos los niveles del ar En el nivel fonolégico estas diferencias se han observado recurrente mente en investigaciones sobre la distribucién socioli ‘némenos como el »e/omo. En Espafia, por cjemplo, algunos variacionistas han advertido que aquéllas apuntan, direccién resefiada. Ast, Itevados a cabo sobre esta probaba que en 1986) advertia poco més tarde que en de Tenerife, los segmentos mas jévenes de la socie- dad—nifios y adolescentes— son totalmente otros grupos —principalmente los intermedios—, que también uti zan {jj en situaciones informales, tienden a usar /l/en contextos for males, conscientes del mayor prestigio social de esta variante. Por el contrario, los hablantes de mas edad ven significativamente en este cambio fonético un signo de aculturacién al que se resisten, persistien- do en sus pronunciaciones lateralizadas. Y resultados del mism ha obtenido Calero (1993) wunidad de habla espafiola, la iudad de Toledo, donde realizacién preferida por las -generaciones jévenes’ Ia extensgn social de tas latitudes, la disi6n, la impulsan preferenteme (Cepeda 1990b). ¥ fo mismo su Geel en comunidades de habla peninsulaes, En su estadio sobre el obi de Toledo, Calero (1993) ha visto cémo las realizaciones de la abies aparecen relegadas a las generaciones de edad més avanzada, micntnas ue los grupos anteriores, pero, sobre todo, los més jo iia referencia por variantes no estindares, como la sspiracion, I mismo sentido, Guillén (1992) ha comprobado que en Sevils sejanGh dla silane se produce en mayor proporcién entre ls gene ‘Rciones aduitas, especialmente de las class alas, mientras que los jOscnea

You might also like