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JUAN CARLOS PUIG DERECHO DE LA COMUNIDAD INTERNACIONAL Volumen I PARTE GENERAL Escaneado con CamScanner Carfruto I PRECISIONES BASICAS 1 Planteo.— Por mas que en principio parecerfa que el objeto de nuestra exposicién esta bien definido sa Derecho que rige en la comunidad internacional—, los términos empleados entets precisiones imprescindibles para aclararlo adecuada- Derecho y comunidad internacional son vocablos que tienen connotaciones diversas y aun contradictorias. {Qué expondre- Mos como “Derecho”: las normas vigentes, las conductas aunque no tengan descripcién normativa o los principios que en justicia deberian orientar tanto a las normas vigentes cuanto a las con- ductas? ;¥Y qué entendemos por c.i.: la agrupacién de Estados, Ja comunidad que conforma todo el género humano, el conjunto de entes cuya capacidad aparece reconocida por las normas internacionales vigentes o todas las agrupaciones que, siendo - sujetos de Derecho 0 no, operan eficazmente a nivel interna: cional? 5 Las alternativas mencionadas no son mas que algunas de Jas mds importantes que plantea la exposicién cientifica del Derecho de la comunidad internacional en la actualidad. Su solo enunciado justifica ampliamente la precisi6n terminolégica que surge asi como una necesidad ineludible. 2. El Derecho y su estructura: justicia, conducta’ y ‘nor- ma. — Expondremos el D.c.i. analizando los tres elementos que se conjugan en el fenémeno juridico: justicia, conducta y norma. Partimos as{ de una visién tridimensional que parece singular: mente apropiada, porque aparte de constituir una orientacién que goza cada vez mas del favor de los juristas, la comunidad internacional actual es por demas compleja y dinamica y no admite ya una explicacién exclusivamente normativa 0 socio- légica. Por una parte, y cada vez ms, la aspiracién por la jus- ticia parece campear en el orden internacional, tal como lo pone ‘de manifiesto el accionar del Tercer Mundo y aun, a veces, el comportamiento de los Estados mds desarrollados y de los orga- Escaneado con CamScanner 2 [Denscio DE LA COMUNIDAD INTERNACIONAL rnismos internacionales. La descolonizaci6n, la asistencia a log ittes en vias de desarrollo como obligacién moral de la huma~ paises ¢? Yefensa de los derechos humanos, son todos indiciog Ge que el individuo como tal y su personalizacién constituyen {ambien aspiraciones muy profundas y con principio de realiza- tam icrivel mundial. La justicla se ha convertido asf en el motor cign s Mportante de la vida internacional. En ella basan funda- més falmente sus reclamaciones los pueblos que aspiran al pro- [agonismo a pesar de que el régimen imperante los margina, re Gebates de 1a Asamblea General de la O.N.U. son en este 65 Go eategorialmente significativos, porque no se proponen ‘SStlarecer lo que corresponde con arreglo a las normas.vigentes, Geo lo que es equitativo y justo. Los ultimos documentos ponti- fides fundamentan y registran adecuadamente esta nueva y alentadora realidad. 7 . ‘Por otra parte, las conductas internacionales son cada ver més numerosas, provenientes no s6lo de los gobernantes de los Fstados sino también de las autoridades de otros entes que no siempre hallan adecuada descripeién normativa. Un estudio det Dei basado exclusivamente en el andlisis de la norma vigente seria, por consiguiente, incompleto y por momentos erréneo en cuanto no tomaria en cuenta el desplazamiento de-tratados y costumbres por comportamientos tal vez errdticos pero eficaces. ‘Corresponde, pues, una descripcién somera de cada uno de estos elementos que se integran en el fendmeno juridico, espe- cialmente con vistas a lo internacional y a una definici6n precisa del 4mbito de nuestra materia. En sus lineamientos fundamen- tales seguimos la concepci6n tridimensional de Werner Gold- schmidt. 21. Elemento dikelégico: justicia. — Es bajo la forma de un valor natural y absoluto que la justicia integra el fenémere Juridica y por consiguiente ingresa al campo de especulacion jurista. ‘La justicia, como todo valor, es un ente ideal exigente. Por una parte, valora un sector de la realidad social, que es SU oa tial estimativo; por otra parte, la valoracién, al poner en contacto 1 material estimativo con el valor, produce en nosotros un Ser timiento de desaz6n al no verlo realizado, o de complacencia © el caso contrario, La justicia nos place; la injusticia, en cambio, id agua y conmueve. ipalmente material estimativo del valor justicia es princip® a conducta, o sea, el comnpoctannientofnmanc ‘esponténeo. 4 eae Conducta, sino aquella que tiene como resultad> atribufr potencia o impotencia especialmente entre las hombres PREcisiones nisicas entendiéndose por potencia todo existencia, y por impotencia, Por eso, y'para concretar, el lo que enaltece y favorece 1a {oo fo que indegrada u obstruye. ‘objeto de valoracién de la fu material estimativo, es la eondicta de reparto de poweneia impotencia. Cierto es.que algunos hechos no humanos son sus- ceptibles de valoracién por la justicia (por ejemplo, hechos fisicos: una inundacién, un terremoto) y que también potencia ¢ impotencia pueden causarse a otros entes, animados e inani- mados. Pero poca importancia tienen en el Derecho estas situa- tciones, y de aqui que, como decimos, principalmente nos inte- resa Ja conducta de reparto de potencia e impotencia, en cuanto Jos mismos seres humanos sean sus destinatarios. De aqui, pues, que la justicia no s6lo orienta todo el mundo juridico, aunque a veces no legue a realizarse plenamente; sino que ademés, desde el punto de vista gnoseol6gico, nos sefiaia sin dejar lugar a duda lo que contiene de juridico la realidad social, ‘0 sea la conducta de reparto. La justicia es un valor natural y absoluto. No se debe a la iniciativa humana, sino que existe y es independiente de ella y, por otra parte, nunca hay limites para la realizacién de la jus- ticia: cuanto mas justicia se realice en el mundo tanto mejor. El caréeter absoluto de la justicia leva a plantear signifi- nos interesa comprender la “ como los criterios que nos orientan en nuestras valoraciones. 2.1.1. Estructura formal. —Desde este punto de vista, la justicia se nos presenta como una categoria panténoma. Categd- Tfa, porque constituye un elemento esencial de nuestra concep- cién del universo, y panténoma, porque la realizacién plena de Ja justicia involucra siempre un mundo concluso en el que se juzga a todos los hombres por todas sus conductas. Afirmar esto equivale a sostener que su realizacién plena (Ia justicia abso- luta) no es alcanzable por iniciativa humana. Porque el hombre desconoce totalmente el futuro, y conoce muy poco del presente y del pasado. ‘La justicia humana de por si es, pues, imperfecta. Pero como de todas maneras es preciso hacer Justicia, justamente porque ella constituye una categorfa de nuestro mundo, con Iniras a su realizacién, aunque precaria, es preciso superar los “obsticulos que derivan de la pantonom{a: o sea, los que resultan Gel desconocimiento del pasado, del presente y del porvenir. EY método adecuado para ello es el del fraccionamiento. Lisa y lla~ jamente, el que administra justicia en el mundo se despreocupa Escaneado con CamScanner 4 DRECHO DE LA COMUNIDAD INTERNACIONAL de acontecimientos pasados, presentes y futuros, en la medida fen que no los considera relevantes. Hay, en este sentido, clerta Shalogia con la forma en que proceden los investigadores de otras ciencias, que también manejan categorias panténomas, como, por ejemplo, la causalidad. En este caso, el investigador no tiene en cuenta la serie indefinida de relaciones causales (porque de otra forma, si pudiera abarcarlas, serfa omniciente); se refiere s6lo a aquellas que, segiin aprecia, tienen relacién, Girecta con el tema que le preocupa. Por eso es que la ciencia, al igual que ia justicia humana, es siempre precaria. Porque lo ‘que hoy se considera verdad cientifica en base a ciertas relacio- nes causales, puede ser controvertido mafiana por otro inves. tigador que enfoca causaciones que en su momento fueron desestimadas. ‘Asi, por ejemplo, para hacer frente a los obstéculos que derivan del porvenir, es preciso considerar a las situaciones como conclusas. Si quisiéramos juzgar en forma absoluta, jams podriamos adoptar este criterio, puesto que cualquier hecho futuro podria alterar la situacién que debemos enfocar y por tanto corresponderia dejarla pendiente en forma indefinida. Por eso es que una vez vigente el tratado debe cumplirse, cuales- quiera que sean las circunstancias posteriores que tal vez pudieran cuestionar la justicia de exigir su ejecucién. Asf lo dispone un principio general de Derecho llamado pacta sunt . A veces, con todo, acontecimientos sobrevinientes (que pueden ser ez nunc, porque tuvieron lugar después de verificarse la conducta que se enjuicia, o ex tunc, porque en realidad eran anteriores pero los protagonistas los desconocfan) Ponen de manifiesto con tanta evidencia la injusticia del enjul- ciamiento, que imponen su revisién, Esto significa desfraccio- nar, 0 sea, tener en cuenta algunos elementos que en su momento fueron descartados (27.1). Es asi como, si bien “todo tratado en vigor obliga a las Partes y debe ser cumplido por ellas de buena fe” (art. 26, Con- Venci6n de Viena sobre Derecho de los Tratados), en determi- nadas condiciones “un cambio fundamental en las circunstancias ocurrido con respecto a las existentes en el momento de la celebracién de un tratado y que no fue previsto por las partes’ Puede darse como causa para dar por terminado el tratado © Tetirarse de él (art. 62, misma Convenci6n) (27.1.3). 2.1.2. Contenido, — Desde este fi teresa ‘ ; punto de vista,'nos in Tayweer los eriterios que permiten determinar si el régimen perante en una agrupacién humana es justo, o sea, si consti tuye un régimen de justicia, Lo que podria decirse al respect ‘Phecisionzs nisicas 5 ¢s que un régimen es justo en la medida en’ facci6n al principio sipremo de justice que Sage Ie oeen zaciGn del hombre y que deriva, justamente, de la concepcién del hombre como persona. “En toda humana convivencia bien ‘organizada y fecunda hay que colocar como fundamento el prin sipio de que todo ser humano es persona, es decir, una nabura- Jeza dotada de inteligencia y de voluntad libre y que, por tanto, de esa naturaleza directamente nacen al mismo tiempo derechos y deberes que, al ser universales e inviolables, son también Absolutamente inalienables” (enciclica Pacem in Terris, del 11 de abril de 1963). Por eso, el régimen debe asegurar siempre a cada individuo una zona de libertad para que pueda desarrollar su personalidad. El principio supremo de justicia se funda en el humanismo y en la tolerancia. El humanismo postula ante todo la igualdad ‘de todos los hombres. Pero al mismo tiempo significa el respeto de la unicidad, o sea, de las caracteristicas peculiares de cada uno de ellos. De aquf que “el bien comiin sea un bien en el que deben participar todos los miembros de una comunidad politica, ‘aunque en grados diversos, segrin sus propias funciones, méritos ¥ condiciones. Sin embargo, razones de justicia y de equidad pueden tal vez exigir que los poderes piblicos tengan especiales ‘consideraciones hacia los miembros mas débiles del cuerpo social, encontrandose éstos en inferioridad para hacer valer sus, propios derechos y para conseguir sus legitimos intereses” (misma enciclica) Por fin, la tolerancia significa instaurar un clima que faci- lite la biisqueda de la verdad y en el que por consiguiente cada uno pueda hacer propaganda de sus propias ideas. 2.2, Blemento sociol6gico: conductas de reparto.— Ya he- nos dicho que, debido a la valoracién que realiza la justicia, ha_ sido posible deslindar de la realidad social lo que ésta.contiene de juridico: la conducta de reparto de potencia.e impotencia. ‘Quienes ‘efectiian él reparto se denominan repartidores; quienes son gravados o beneficiados por é1, recipiendarios. Los epartidores son siempre hombres. En cambio, los recipiendarios pueden ser hombres u otros entes, si bien en el Derecho inte- resan fundamentalmente los hombres actuales como recipien- arios. Como ya sabenitos, potencia es todo lo que favorece la ‘existencia; impotencia todo lo que la perjudica, Debe tenerse presente que desde el punto de vista sociol6- gico el repartidor es el que en la realidad origina el reparto, no ‘el que formalmente adopta la respectiva decisién (aunque a ‘Yeces estas personas pueden coincidir). Escaneado con CamScanner 6 DERECHO DE LA COMUNIDAD INTERNACIONAL Asi, si el gobierno.del Estado A resuelve adoptar medidas coereitivas contra el Estado B, importa sociolégicamente averi. (guar si la decisi6n formal adoptada por el gobernante ha sido {mpulsada por su propia voluntad, o bien responde a la de otra persona 0 grupo de personas; por ejemplo, la de una empresa fon capitales pertenecientes a nacionales del Estado A, que habia sido perjudicada por alguna medida del Estado B, o'la de. otros grupos de presidn o factores de poder nacionales o inter- nacionales. Si el Consejo de Seguridad de la O.N.U. ordena al Estado A suspender las hostilidades que llevaba a cabo contra el Estado B y retirarse del territorio que habia invadido, formalmente quie- nes adoptan la decisiGn son los miembros del Consejo que consti- tuyeron la mayoria requerida, lo que no obsta a que sociol6gica- mente puedan descubrirse “repartidores”; tal vez, los gobiernos de grandes potencias interesadas en mantener el statu quo a los fines de su propia politica de poder. En Jos dos casos son recipiendarias las poblaciones de ambos Estados que se benefician o perjudican con las respectivas deci- siones. Lo propio ocurre cuando el gobierno del Estado A con- cierta con el gobierno del Estado B un acuerdo comercial en cuya virtud se establece un trueque de mereancfas. \2.2,1, Clases de reparto. — E] reparto s6lo puede levarse = cabo-de dos formas. O bien repartidores y recipiendarios se ponen de acuerdo para realizarlo o bien el repartidor ordena a Jos recipiendarios del reparto y éstos obedecen esa ordenanza. En el primer caso, el reparto es auténomo y realiza la coopera- cién entre los protagonistas; én el segundo es autoritario y pone de manifiesto el poder de que gozan los repartidores. Podér, en elfondo, no significa otra cosa que la certeza que tiene un indi- viduo, o un grupo de individuos, en un momento determinado, de que serdn obedecidos por otros] Desde este punto de vista es Poderoso, tanto interna como internacionalmente, aquel que emite una ordenanza y es obedecido por los destinatarios de ella. ordenanza puede ser de dos tipos: mandamiento u orden; la primera es general, y la segunda, individual. re istinta es la cuestién de determinar por qué los hombres Gipeelpiendarios de ordenanzas— obedecen. Al respecto, hay rrecteas gazones, que suelen denominarse en ciencia polftica a demas ‘bases de poder: la superioridad cient{fico-técni~ idm, Gaenmii el acuerdo consentimiento; el temor a 1a coac- 1, due Proviene a su vez del control que tienen los reparti- dores autoritarios tanto del aparato coactivo del Estado, cuanto- PRECISIONES BASICAS 1 de los elementos erediticios y financi ees Y financieres, de la estructura ocu- Lo que cabe destacar y retener en conexién con este tema es que la fuerza material es slo una de las posibles fuentes de poder y que, por lo general, est interrelacionada con las demés. Se puede abundar en consideraciones al respecto; pero baste decir —para captar totalmente la idea— que aun aquellos que pretenden asentar su dominio en la fuerza de las bayonetas, por Jo menos necesitan también el consentimiento de quienes las manejan. ~Por otra parte, y desde el punto de vista sociogratico inter- nacional, no interesa tanto Ia importancia real de los recursos de poder sino la apreciacién sicologica de esta importancia, ‘tanto por parte de repartidores como de recipiendarios, Es lo (que ocurre, por ejemplo, cuando un gobierno acata la orden femanada de otro, apreciando que éste tiene una eapacidad de coaccién incontrastable que en la realidad no tiene. Algunos especialistas de relaciones internacionales hablan entonces de poder potencial, el que puede exceder o quedar rezagado con Fespecto al poder actual que surge de la realidad material de los recursos de poder. [Los ejemplos que acabamos de dar en el pérrafo anterior itustran repartos auténomos y autoritarios. Adviértase que para que el reparto auténomo Tlegue a consumarse es menester que persista el acuerdo entre los interesados hasta que se verifique {a atribucién de potencia e impotencia prevista. Asi, en el ejem- plo que ya dimos, para que efectivamente tenga lugar el true- {que que acordaron los gobiernos de los Estados interesados, es preciso que perdure el acuerdo hasta que se consume el inter- Cambio de mereancfas. ; Por otra parte, para que el reparto autoritario tenga lugar | ¢ preciso que los recipiendarios gravados lo obedezcan. Puede jarse muy bien que éstos resistan, que desafien la ordenanza del Fepartidor autoritario y que lo hagan exitosamente. 4 FSP "Fan ambos casos los repartos fracasan y son suplantados por ‘oiros, por lo general de naturaleza y protagonistas distintos. Si ‘Supongamos, el Estado A no hace entrega de las mercanefas que ge habia comprometido a enviar, el gobierno del Estado B, una Yez cumplida su propia prestacién, puede ordenar que se le tntregue lo prometido o que, en su defecto, el Estado A le otor- gue una reparacién adecuada, Entramos, pues, en el campo ad FYfeteronemfa, El acuerdo se ha frustrado y ha sido suplan por‘tna orden que adjudica al Estado A ta impotencia de dar Baa reparaeign adecuada. Ahora bien, éste, que es recipiendario gravado del nuevo reparto, puede negarse a obedecer 1a orden, Escaneado con CamScanner 8 DERECHO DE LA COMUNIDAD INTERNACIONAL Jo cual traeré como consecuencia por parte del gobierno del Estado B la adopein de ciertas medidas de coaccién, cuyo objeto ‘es compeler a la obediencia: las represalias. Si a pesar de todo, Ja orden del Estado B no es cumplida, lo que habré ocurrido ent realidad, es que el primitivo reparto aut6nomo fue reemplazado por uno autoritario, pero dispuesto, no por el gobierno del Estado B, sino por el’ Estado A, pues éste al fin de cuentas gravo, con impotencia al Estado B, ya que recibié de éste las mercan- clas prometidas sin otorgarle la potencia prevista en el reparto auténomo original (sus propias mercancias). y Por otra parte, si tenemos ahora en cuenta los otros ejem- plos que dimos de reparto autoritario, podremos advertir que también se pueden frustrar. Es posible que el gobierno del Estado A desobedezca la orden del Consejo de Seguridad y pro- siga la agresién. Si las medidas que el Consejo de Seguridad podria tomar para hacerlo desistir de su actitud resultan infrue- tuosas, el Estado A proseguird la agresién y acabara por con- quistar al Estado B. He aqui como un reparto originalmente autoritario es reemplazado por un reparto también autoritario; [pero en que el recipiendario gravado del primer reparto pasa a ser repartidor. Esta trasformacién no s6lo ocurre en la comunidad interna- cional. En el Derecho de los Estados sucede esencialmente Io mismo. Repartos auténomos y autoritarios pueden frustrarse, asi que se rompa el acuerdo entre los interesados o desobedezcan Jos recipiendarios gravados del reparto autoritario. Su lugar lo ‘ocupan otros repartos, autoritarios por lo general, pero el papel de repartidor es desempefiado por una persona o un grupo de Personas ajenas a los primitivos repartidores y recipiendarios: tribunales y jueces. 2.2.2. Orden de repartos o régimen. — La infinidad de re~ ppartos que se verifican en el seno de una agrupacién humana no son independientes unos de otros. Se relacionan entre sf for- ‘mando un orden: el orden de repartos o régimen. Esta conca- tenacién o agrupamiento tiene lugar merced a dos causas 0 factores dindmicos. Por una parte, los supremos repartidores fueden establecer criterios rectores de repartos ast como reglas de juego para el acceso a la condicién de repartidor supremo. En el Derecho interno, estos criterios estén contenidos por Jo general en una constitucién, 1a cual no obsta a que también ueden deseritos en otros instrumentos (“‘planes quinquenales’’, eyes fundamentales") 0 que se impongan sin formalizarse. EN. general, se denomina plan de gobierno al conjunto de todos 108 PRrctsiowes nisicas 9 criterios de reparto impuestos por los tuna comunidad y @ las eglas de juego pice heoeekGe eas Pero a la vez el orden de repartos se constituye en cierto sentido “desde abajo" (St Ja agrupacion considera aceptables as razones que justifican un reparto, éste se reputa ejemplar y sirve de modelo para nuevos repartos. Se forman asf familias de repartos, fundadas en la ejemplaridad, que se suelen denominar “Derecho esponténeo", y en realidad’ comprende dos especies: el consuetudinario y el revolucionario, Porque la efemplaridad de un reparto no siempre se impone mediante un proceso lento, intersticial, evolutivo, sino a veces de golpe, de manera instan- ténea, El orden de repartos 0 régimen est4 apuntalado —como vemos— por diversos valores: el poder (caracteristico del reparto autoritario), la cooperacién (propio del reparto auté- nomo) y la solidaridad (base del Derecho espontaneo, pues si algunos repartos son considerados ejemplares, es porque los nuevos repartidores y recipiendarios se solidarizan con los re~ partidores y recipiendatios del reparto reputado ejemplar) Segtin sean las relaciones que existan entre estos elementos, asf también seré la naturaleza del régimen. Si lo que predomina 3 el poder y, por consiguiente, el plan de gobierno de los repar- tidores supremos tendremos un régimen de subordinacién o estatal. Si por el contrario, lo que predomina es la solidaridad, con su secuencia que son repartos fundamentales considerados ejemplares, tendremos un régimen de coordinacién pre-estatal o inter-estatal. Ahora bien: del hecho de que prevalezca, ora el poder, ora la solidaridad, no se sigue que desaparezea definiti- vamente el otro elemento. Asi, en un régimen que es ante todo de coordinacién no se descarta la imposicién temporaria de criterios supremos de reparto. Como veremos luego, esto fue 10 {que sucedio en la comunidad internacional del siglo xnx, cuando los gobiernos que integraban Ja Santa Alianza se obligaron & respetar e imponer el principio del “legitimismo” (92.1). P otra parte, un régimen de subordinacién tampoco puede des- ‘artar por completo la solidaridad, como valor que se realize ef Ios repartos ejemplaves, ya que el plan de gobierno rampoco se cumplirfa si no contara con una aquiescencia generalizada, que facilitarfa la obediencia de los recipiendarios, aun sin de coaeccién, i _ tal TEs Importancia de visualizar el orden de repartos como ta) estriba en que aquellos reper oo -Potemgue, en eonsecuencia no se ajustan a sus prin iu, en cons Areca yaera de él resultan eztra ordinem y son reputados legates, Escaneado con CamScanner 0 ‘Denscuo DE LA COMUNIDAD INTERNACIONAL, normolégico: norma juridica i 23, Element gun ro Eee soclologin, Pero he eget. nal, — El reparto 6s 1 1 ¢ mismos repartidores han age desde mucho tiemPo*°T%¢ 1, generalmente mediante docuea™ brado delar rye su formatizacion (de aqut, como verems, {cs ufgnacn omo fuentes formales) AdeTSS,y sobre a ae Ge estas formalizaciones y del recurso recta los repartos, ‘Imente de los ejemplares, los juristas —que ‘than hecho sciatrag a técnica de describirlos y comentarlos cientifine profesion oe legado a su formulaciGn logica, que se denominy norma jurfdiea. 2.3.1. Estructura y funciones.—La norma tiene una es. tructura tfpica. Por una parte describe un sector social y por otra lo reglamenta. Estas dos partes de la norma se denominan, Tespectivamente, tipo legal y consecuencia juridica. He aqui ‘algunos ejemplos: El Estado que al cometer un entuerto oca- siona un dafio, debe repararlo, En esta norma se describe un ‘sector social, pues enfoca s6lo el Estado que procedié ilegal- ‘mente y al hacerlo causé ciertos perjuicios. Pero también existe esta otra norma: Hl Estado que, estando obligado legalmente a ello, no repara los perjuicios que ocasion6 ser4 objeto de repre- salias por parte del Estado agraviado. Aqui también notamos el tipo legal y la consecuencia juridica. Pero en este caso la conse- ‘cuencia jurfdica se denomina sancién. Ein el primer ejemplo, !2 ‘consecuencia de la norma est4 dada por Ja obligaci6n de reparar el dafo; en el segundo, se trata de una medida coaetiva que él agraviado puede infligir, actuando en nombre de la comunidad, al delincuente. De més est4 decir que este acto tiene por fi acarrear una impotencia efectiva, que puede ser de naturaleza diversa: incumplimiento de otras obligaciones, confiscacién de Propiedades pertenecientes al mismo Hstado 0 a sus sibditos, Adviértase, pues, que no es menester concebir siempre 18 ~ fonsecuencia jurfdiea como una sancién. Aun en el Derech — muchas son las normas que, en efecto, no la prevén ( Que penser, no la prevén en forma operativa). No hay més En pay °2 228 normas del Derecho constitucional para él €. &s particularmente cierto, por cuanto muchos porlen Por parte de los Estados més poderos = ‘due fueron acordadog en algan momento, cho. Puede ser un Estadi wrativamente ‘mis bi. Como ya hemos vist, la abuatencia, £0 322! Purcisionss hsicas a sociolégico, puede deberse a muchas otra aac Fame ces meta ram Hasta aqui nos hemos referido a la funciin “di ” de as noma: Por ane a en “dsc Ja de integrar el orden de repartos, La descripeion oer las normas no es servil. Para deseribir, han ido creme cee pia terminologia, sus propios objetos. Es éste, como dice Jerome Hall, “el aspecto organizativo de una ciencia: esa estructura ta cional que hace de la fisica, por ejemplo, un euespo de concet, miento organizado. También encontramos esto ch el Devesta, desde que tna de sus principales caracteristicas es su estructura, su aspecto sistematico”. : Para lograrlo, se sirve de los conceptos y de las materializa- ciones. Por una parte, la ciencia del Derecho utiliza eonceptos creados con el objeto de precisar la descripeién y evitar la acep- cién cotidiana. Estado, organismo internacional, intervencién, tratado, represalia, arbitraje, son términos que tienen una signi- ficacién precisa en el lenguaje juridico, y que han sido intro- -dueidos por la norma. Pero también objetos y personas (materializaciones perso- nales y no personales) slo adquieren la significaciOn que tienen ‘en el Derecho porque la norma se la insufl6. He aqui como el pasaporte no seria més que una libreta intrascendente si no fuera porque una norma le adjudica su carécter de documento de identidad apto para trasponer fronteras, o que la persona designada como 4rbitro en una controversia internacional, no ‘tendrfa la facultad de obligar a los Estados partes en ella ‘con su laudo si, nuevamente, las normas emergentes del respectivo tratado arbitral no le adjudicaran esa competencia. nes ademas de la 282 Infidelide einsactitudnarmatinas —En 5 fe ‘i6n descriptiva, la norma corre dos tips de riesgos: Infidelidad y eldé la inexactitud, En cuanto describe la voluritad de los repartidores, puede ser fiel o infiel. ‘La norma es fiel ‘cuando refleja en forma correcta lo querido; @s infiel en ef ¢a30 ontario, Como tambien “predice” Io que vaa suceder, siempre due se dé su supuesto (el tipo legal) la norma esté sometida al riesgo de la inexactitud, Decimos que la norma es inexact ‘cuando su consecuencia en la realidad no se cumple, ~ Para determinar si una norma es fiel, es preciso apreciar st Jo expresado en ella correspon a lo que ex. realidad quisieron los protagonistas del reparto que deseribe/ Ba otras palabras, fa manifestacin odectracon de vluntad debe corresponder lt voluntad interna de las partes 0 del autor de la nor may Baa ‘correspondencia es dificil a veces de establecer, por ct Escaneado con CamScanner enrcto B¢ LA COMUNIDAD INTERNACIONAL, 12 iva y s6lo se manifiesta indirees, voluntad interna es subiet" mnentos: Ia palabra, los estos tt mente a través de chrrrvacion de la norma es lo que facitits fl escritura. {La ‘ritrente querido por los protagonistas det yt hallazgo de Norma describe tentativamente (48) toy au 1a es exacta, lo que cabe h; aeeea ee roe gue oat os una inveftitriidad pot ella descrita/ Asi, por ejempig, norma con Ta rerjeano de Asistencia Recfproca establece ex

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