~mbalses, ni sí ni no.lPor qué? Y, ~obre·todo, ldónde?
.. JOSE MIGUEL ANDRADE ARANGÜENA
ivimos días agitados con el tema del uso del'agua elevando po-
V
. co a poco los calores del verano y'de algunas personas, exterio-
. rizando un viejo problema semioculto, condenado a resolverse
tarde o temprano. Recientemente, eran los' amantes de los valles de
nuestras montañas en su lucha desesperada por ~vitar nuevos embal-
ses y mantener su ecosistema intacto, son sus huelgas de hambre, y
ahora mismo la gran manifestación de los regantes de muchas tie-
rras, ansiosos por construir esos mismos embalses para asegurar el
riego de sus parcelas y su propio sustento.
Pero existen, o existimos, otras muchas personas que amaIÍlos pro-
fundamente los valles de nuestras montañas y los regadíos que dan
de comer a buena parte de nuestra gente, y no nos entra la fiebre de
abanderar ninguna causa sin meditar y estudiar antes con detalle un
problema que está a punto de enfrentarnos, en. Aragón, en una nue-
va separación montaña-tierra baja, por si no teníamos poco, con lo
de Norte-Sur, blancos o de color, o ricos y pobres.
Parece evidente que para regular el uso racional y sensato del agua,
además de otras muchas' consideraciones, se debe disponer de luga-
res para su almacenamiento, llamados embalses o pantanos, grandes
o pequeños, y controlar,:al menos temporalmente, la fuerza irresistible
del agua por moverse, a menudo en contra de las leyes de la grave-
dad. VIStO así, un embalse es una instalación que se utiliza para regular
el agua. Altera y modifica la natUraleza, pero no la contamina. No es
ni maravilloso, ni maldito, es simplemente, un medio de utilizar el
agua, y la decisión de construir un nuevo embalse, y sobre todo la elec-
ción del lugar, debe venir al final de un largo proceso de estudio, y
no al principio, aunque sólo se por .el montón de millones que hay que
gastar, y demás, debe ser no sólo necesario, sino también imprescin-
dible. . embalse, por ejemplo de 150 hectómetros cúbicos de capacidad, nece-
Por ello, podemos y debemos hacemos algunas preguntas e inten-
tar buscar respuestas antes de posicionamos con dureza y comenzar
una lucha que no puede damos nada bueno. Y ahí quedan todas esas
preguntas en el aire, a modo de reflexión, para que cada uno busque
sus respuestas y vaya enriqueciendo 'su propia opinión.
¿Por qué hay que construir un nuevo em~e si no existe la más iní-
nima garantía de la gestión que se va a llevar a cabo con el agua que
allí se almacene? C)e conoce con detalle qué usos se está dando al agua
que tenemos embalsada, y que usos se van a dar al agua que se al-
macene en los ~uevos embalSes? C)e retiene alguna certeza de que va
a primar en los usos de las aguas de los nuevos· embalses? C)erán pa-
ra asegurar usos de regadíos en Aragón, como se promete con pasión,
o serán para regular la cuenca del Ebro, para regular otras zonas del que necesitan grandes saltos para conseguir mayores·beneficios?
mediterráneo, o para producir electricidad? No es ya un secreto que los intereses de esas grandes compañías
¿Por qué se turbinan grandes cantidades de agua para producir hidroeléctricas, están estupendamente organizados en uno de los ma-
energía eléctrica en periodos de sequía y escasez, en detrimento de yores gnípos de presión y de poder del país. Pueden conseguir sin
otros usos del agua más rentables y necesarios, como es el regadío? C)e ninguna dificultad, compensaciones de un billón (con Bl de pesetas
necesita un nuevo depósito o un depósito más grande, cuando tene- de dinero público, por el «sacrificio' inversor» de su monopolio, que
mos un sistema obsoleto, con dificultades para dominar los caudales, siempre ha dado grandes beneficios a sus accionistas: Valoran en for-
con demasiadas pérdida de agua, o es preferible mejorar las conduc- tunas los «rntocables» derechos de su concesiones de agua, que son más
ciones del sistema y conseguir menos necesidades de agua? C)e tiene . respetados que algunos derechos humanos. Pueden secar el.cauce de
esta misma inquietud en modernizar los regadíos que tenemos en un rio para turbinar, ante la impasibilidad habitual de los Organis-
Aragón, en otras zonas con instalaciones'más antiguas y con mayores mos de Cuenca, sin respetar un mínimo cauce ecológico. Están pre-
pérdida, y que demandan trasvases ignorando sus responsabilidades? sentes en todas'las reuniones de importancia donde se habla de la
¿,No es más rentable necesitar menos agua, liberando .los ahorros gestión del agua, sean de Confederacionés Hidrográficas, de Comuni-
para otros usos, y pagar además una factura de agua más pequeña? dades Generales de regantes, de gestión de los ríos, de colectivos eco-
Por ello, ¿,No se con~igue el mismo efecto invirtiendo en modernizar logistas: etcétera. Recogen la información, y trabajan en la sombra, al
regadíos y'otros sistemas, con la ventaja de estar más preparados pa- mejor estilo de un grupo de presión, sin ningún control democrático.
ra las inevitables grandes sequías, a las que les sobran casi todos los Hay que ponerse a hacer algunos números y utilizar la cabeza, en
embalses? lugar de otras vísceras, menos preparadas para pensar. No es posible
Pero al margen de estas reflexiones iniciales y una vez que quede de- resumir en un iutículo los muchos detalles a estudiar en la gestión
mostrada la necesidad de disponer de más embalses, lo que puede de agua. Cada una de las personas involucradas directamente en el uso
ser el caso en la cuenca del Ebro, aparece otra cadena de preguntas, del agua, y todos lo estamos, debería hacer un esfuerzo y pensar por
¿Por qué inundar los mejores valles de nuestras escasas reservas ecoló- sí ~mo; independientemente de su nivel cultural, ~oger la máxima
gicas, sí podemos almacenar el agua en múltiples puntos de terrenos información y analizarla con la mente abierta y evitar responder irra-
improductivos, con el absoluto beneplácito de sus propietarios y veci- cionalmente a consignas que en el fondo no pueden entender, aun-
nos, y sin casi costes ecológicos, que por cierto nunca calculan los «SU- que nos prometan el paraíso, ya sean de los supuestos defensores de
pe~o~~tasn . los regadíos, o ya sean de los supuescos ecologistas. La polaridad de-
¿Por qué se acepta como un dogma que los embalses se deben conS- muestra la falta de madurez de un pueblo y su incapacidad para la
truir en las montañas? ¿Por qué se debe hacer necesariamente un gran resolución de sus problemas.
Hoy se 'hace ya imprescindible la creación de un foro serio de de-
sariamente en un idílico paraje natural de montaña, y no se pueden . bate y estudio que este dispuesto a corregir algunas lagunas del tan
hacer 150 pequeños embalses de 1 hectómetro cúbico, o 50 de 3, o sacralizado «Pacto del Agua», que.represente a todos los colectivos afec-
30 de S, en otros muchos lugares de la extensa geografia de la cuen-' tados por el uso del agua, y en el que queden fuera los egoísmos par-
ca de un rio? ticulares. Si no somos 'capaces de .conseguir una unión y un consenso
C)abe que este tipo de embalses más pequeños tienen costes simi- en materia de agua en Aragón, las decisiones vendrán de fuera, y nun-
lares en' su conjunto, a los costes de los grandes embalses, que aun- ca se han caracterizado por respetar a las minorias. Ojalá prevalezca
que inundan más extensión de terreno, lo hacen en lugares más apro- la capacidad de pensar ROl' encima de la irracionalidad y de la visión
piados para otros usos, como la regulación de los' regadíos y su trans- hermétíca. En ese caso, sean cual sean las decisiones a tomar, y en prin-
formación a sistemas de aspersión y goteo, facilitando nuevos ahorros cipio todas son válidas, serán las mejores.
de agua y mejores prácticas agrícolas? iD tal vez ocurre que en la cons-
trucción de los'grandes embalses se' ocultan los intereses de grandes José Miguel Andrade Arangüena es Secretario de Administración Local. con años
empresas constructoras, o de las grandes compañías hidroeléctricas, de trabajo en municipios de montaña y de regadío. : '