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Derrida y la deconstrucción del texto.

Una aproximación a “Estructura, el signo y el


juego en el discurso de las ciencias humanas”.
Por Ricardo Diviani
Profesor Epistemología de la comunicación, Facultad de Ciencia Política y RRII, UNR

Sumario: Summary:
El propósito de este trabajo es realizar una lectura de una The purpose of this work is to conduct a reading of Jacques
conferencia de Jacques Derrida pronunciada en el College Derrida’s conference “Structure, Sign, and Play in the Discour-
Internationale de la Universidad Johns Hopkins, en el año se of the Human Sciences”, delivered at the Johns Hopkins
1966, denominada “La Estructura, el signo y el juego en el dis- International College in 1966. In this text, the author deploys
curso de las ciencias humanas”. En esta conferencia, el autor in a lucid manner what we can call the deconstructive strate-
despliega de una manera lúcida lo que podríamos denominar gy from the critique to Lévi Strauss’ project. Still immersed in
la estrategia deconstructivista a partir de la crítica al proyec- the structuralist horizon, but at the same time drifting apart
to de Lévi Strauss. Todavía en el horizonte del estructuralis- from it, Derrida undermines some of its fundamental grounds.
mo, pero al mismo tiempo apartándose de él, Derrida socava The text invites us to rethink from a different perspective
algunos de sus fundamentos invitándonos a pensar desde some of the concepts of the French ethnologist. We won’t
otra perspectiva algunos de los conceptos del etnólogo fran- pretend to make a deconstructive reading of Derrida’s con-
cés. No es nuestra intención una lectura deconstructivista ference (published later in Writing and Difference), but rather
de este texto, aparecido luego en La escritura y la Diferen- make an “approximation” to it that allows us to get close to an
cia, sino más bien una “aproximación” al mismo que permita author that has had a strong influence in the literary critique,
acercarnos a uno de los autores que ha tenido una fuerte the cultural and communicational studies from the end of the
incidencia en la crítica literaria, los estudios culturales y de XX century to the beginnings of the XXI century.
comunicación a fines del siglo XX y principio de siglo XXI.

Descriptores: Describers:
Texto, Deconstrucción, Estructura, Signo, Lévi Strauss Text, Deconstruction, Structure, Sign, Lévi Strauss

Página 359 / Diviani, Ricardo, “Derrida y la deconstrucción del texto. Una aproximación a ¨Estructura,
el signo y el juego en el discurso de las ciencias humanas´" en La Trama
de la Comunicación, Volumen 13. UNR Editora, 2008
Introducción ro está, nos aleja de los principios de Derrida. Como
Intentar una “aproximación” a un texto considerado ha sostenido Marc Goldschmit, en “Jacques Derrida,
“emblemático” de Derrida, nos referimos a “Estructu- una introducción”, con relación a la palabra “intro-
ra, el signo y el juego en el discurso de las ciencias ducción”: “tal tarea se demuestra de entrada como
humanas”, podría ser interpretado desde el vamos un imposible”.1 Demás está decir, que no es nuestra
como una elección “epistémica” antiderridiana. Por un intención, claro está, un trabajo deconstructivo con la
lado, “aproximación” daría la impresión de pretender deconstrucción misma y con la “Estructura, el signo y
el acceso a una verdad esencial, fundamental, que se el juego….”, esto implicaría una toma de partido por
encontraría en algún centro de la teoría derridiana, y el deconstructivismo que está lejos de nuestra as-
de la cual nuestra lectura, realizada desde un afuera, piración –además de no sentirnos preparados para
procuraría “estar cerca” o próxima, obviamente con la tal empresa- menos aún, una “crítica”, en el sentido
intención de “aportar” a que otras lecturas lleguen al de poner en “crisis” desde “afuera” su pensamiento,
núcleo. Sabemos, sin embargo, que la “deconstruc- machacando sobre sus debilidades y aporías. En todo
ción” considera como tarea primordial el desenmas- caso nos parece más apropiado una lectura alegóri-
caramiento de todo centro, de un núcleo, de un funda- ca, para usar un concepto benjaminiano (aunque hay
mento único, es decir, de todo lo que ha sido cardinal quienes han visto en Frankfurt y particularmente en
en la historia del pensamiento occidental y, por lo tan- Adorno y Benjamín, una anticipación a la deconstruc-
to, desecha la búsqueda de ese foco central. ción2), entendiendo por esto, no la asignación de un
Por otro lado, se podría pensar que ese trabajo “em- significado definido para siempre, sino una construc-
blemático” fuera la representación simbólica de algún ción permanente de sentido, pero que no pierde el in-
tipo de acontecimiento fundamental, de algo que por tento de alguna manera inevitable de “aproximarnos”,
sí solo diera cuenta del resto, de una especie de meta- si entendemos por esto no tanto la búsqueda de un
física de la expresión (ese texto es “parte” de algo que centro, de una esencia, sino el de una lectura interpre-
esta más allá de él, pero por sí sólo ya nos da cuenta tativa “próxima” a la otra.
del “todo”) cuando Derrida, justamente, no traza una Decíamos con anterioridad que la elección del
frontera entre textos (es el autor de la diseminación y texto “Estructura, el signo y el juego…” no era arbi-
la intertextualidad), y se pone en las antípodas de la traria. Ahora agregaríamos que dicha elección se
unicidad de sentido del texto. Obviamente la elección justifica desde dos aspectos. Uno histórico, y el otro,
de este trabajo no es arbitraria -ya nos referiremos conceptual. Por un lado, se trata de una conferencia
a este punto- pero tampoco es porque consideremos pronunciada en el College International de la Universi-
que “Estructura, el signo y el juego..” esconde alguna dad Johns Hopkins (Baltimore) sobre «Los lenguajes
verdad fundamental que dé sentido a toda la obra del críticos y las ciencias del hombre», el 21 de octubre
escritor francés. de 1966 y publicada en La escritura y la diferencia, y
En este sentido, parecería que no podríamos esca- que se convirtió en el inicio de la fuerte recepción de
par, en todo intento de lectura de Derrida, a una dico- Derrida en EEUU y que le dio prestigio internacional.
tomía. Cuando queremos decir qué “es” la deconstruc- Fueron también los años en donde Derrida publicó sus
ción -o, en un principio, acercarnos a ella- y cuál es el obras más importante La voz y el fenómeno, (1967)
significado de su texto, ya estamos encorsetándolo, y De la gramatología (1967). Podríamos, por lo tanto,
asignándole un sentido único y estable; algo que, cla- tomar al texto como un momento de “quiebre”, bisagra

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o pliegue en el ámbito de la teoría y que da inicio a la tiempo, señala quién ha comenzado el mismo trabajo siempre lo invariante de una presencia (eidos, arché, la voz ha sido interpretada como central y “natural” y
llamada deconstrucción. en otro lugar de la misma habitación. Ningún ejercicio telos, energeia, ousia) -esencia, existencia, sustancia, la escritura secundaria y “artificial”. Platón, Aristóte-
En segundo lugar, se podría agregar, - y muchos lo está hoy más extendido, y tendrían que poderse for- sujeto- aletheia, trascendentalidad, consciencia, Dios, les, Hegel, Rousseau, Saussure, Lévi Strauss -todos
han dicho- que se trata de un escrito en donde se malizar sus reglas”.3 hombre, etc)”.5 autores de los que Derrida se ocupa en este libro-, son
marca el paso de lo que se ha llamado estructuralis- El problema de la idea de un centro, es, desde el expresión de ese logocentrismo. Para Saussure la es-
mo al posestructuralismo. Derrida en dicho ensayo, si La Estructura. punto de vista de Derrida, la cuestión de lo “Otro”, critura era una imagen y representación del sistema
bien se inscribe dentro de la doxa estructuralista, a la Derrida comienza su texto diciéndonos que la es- de aquello que el centro excluye, expulsa, deja a los de la lengua y el propio Lévi Strauss daba un carácter
vez socava desde el interior los fundamentos mismos tructura, esa palabra que tiene la edad de la episteme, márgenes y de alguna manera reprime. Esta ambición natural a los pueblos sin escritura, y a la escritura la
de uno de sus padres fundadores, Lévi Strauss, y lo es decir, la edad de la ciencia y la filosofía occidental, de centro genera opuestos binarios, en donde uno entendía como un acto de violencia artificial. El tema
deconstruye a partir de sus propias tramas metafísi- o más bien “la estructuralidad de la estructura… se ha exceptúa de manera jerárquica al otro: cultura/natura- de la preeminencia del habla sobre la escritura será
cas replanteando el estatuto de las ciencias sociales. encontrado siempre neutralizada, reducida: mediante leza, negro/blanco, habla/escritura, etc. Dicho sea de la preocupación fundamental de gran parte de la obra
Derrida encuentra en Lévi Strauss y el estructuralis- un gesto consistente en darle un centro, en referirla paso, podemos ver en esta concepción no solamente de Derrida ya que ésta implica una hegemonía que se
mo fundamentos similares al logocentrismo que ha a un punto de presencia, a un origen fij o”4. Hasta la un problema de retórica filosófica, sino de fuerte com- fundamenta justamente en la obsesión de occidente
caracterizado toda la historia de la filosofía occiden- irrupción de un “acontecimiento” –ya veremos de que ponente político. Una preocupación justamente por por la “presencia” como condición para la verdad ab-
tal, pero al mismo tiempo lo deconstruye abriendo acontecimientos habla Derrida- “una estructura priva- las problemáticas de lo que queda excluído, reprimi- soluta.
nuevos sentidos de lecturas. Por lo tanto, podríamos da de todo centro representa lo impensable mismo”. do. Pero independientemente de esta disquisición, del Pero por otra parte, el acontecimiento al que hace
tomar a este texto como ejemplo del “método” (Derri- Aquí bien vale detenerse un instante en algunos con- significado político que puede tener esta perspectiva, referencia Derrida pareciera disrrumpir tal historia de
da diría que no se trata de un método precisamente, ceptos del pensamiento de Derrida. ¿Qué significa el lo cierto es que el gran tema del llamado posestructu- la metafísica de la presencia. Ese acontecimiento es
sino más bien una estrategia) deconstructivista. “centro”, la fijación de un “origen”, la idea de una “pre- ralismo es justamente los márgenes, bordes, orillas, casi la “totalidad de una época” –la nuestra, o la de De-
Así es. Derrida realizará una lectura de Levi Strauss sencia”, que según Derrida, ha sido parte constitutiva aquello que queda descartado buscando las fisuras rrida y, paradójicamente, la del propio estructuralis-
y el estructuralismo que se aparte de un significado de toda la historia de la filosofía occidental y de la cual y huecos en los textos. Aquello que el centro intenta mo-, aunque algunos teóricos ya lo hayan anticipado:
único y exclusivo para encontrar lo que está en los bor- él pretende apartarse? coartar o expulsar. Nietzsche y su crítica a los conceptos de ser y verdad,
des, proponiendo la búsqueda de otros significados. El centro, para Derrida, es lo que ha dado unidad Recordemos, y así lo entiende Derrida, que el es- Freud y su crítica a la conciencia del sujeto, y Heidde-
¿Qué otra cosa es la deconstrucción, sino el intento de al pensamiento occidental y aquello que permite una tructuralismo se ubicaría por una parte y en gran me- ger y su destrucción de la determinación del ser como
alejarse de toda lectura del centro para situarse en los fijación, una presencia, un significado trascendente. dida en la tradición logocentrista. Fundamentalmente presencia. Pero es el estructuralismo -y Lévi Strauss
márgenes y minar las jerarquías, obviamente desde la Esa búsqueda del centro, es la Idea en el mundo de porque el logocentrismo o fonocentrismo tiene su como parte de él-, quien se inscribe en el marco de las
propia lógica del texto leyéndolo de una cierta mane- Platón, un Dios cristiano en el Medioevo, el Espíritu cimiento en la primacía de la palabra hablada sobre la ciencias humanas en una perspectiva de desoculta-
ra?: “Los movimientos de deconstrucción no afectan Absoluto en Hegel o el Hombre en la modernidad. etc. escrita, en el rebajamiento de la segunda por la prime- miento de la metafísica occidental. “El acontecimiento
a las estructuras desde afuera. Sólo son posibles y Es aquello que permite todo significado y significa- ra y que comienza en la antigua Grecia, desde Platón de ruptura, la irrupción a la que aludía yo al principio,
eficaces y pueden adecuar sus golpes habitando es- ción. “El centro recibe, sucesivamente y de una ma- y su Fredo a Aristóteles, llegando a Lévi Strauss. Para se habría producido, quizás, en que la estructuralidad
tas estructuras. Habitándolas de una determinada ma- nera regulada, forma o nombre diferentes. La historia Aristóteles “los sonidos emitidos por la voz son los de la estructura ha tenido que empezar a ser pensada,
nera, puesto que se habita siempre y más aun cuando de la metafísica, como la historia de Occidente, sería símbolos de los estados del alma y las palabras escri- es decir, repetida, y por eso decía yo que esta irrupción
no se lo advierte. Obrando necesariamente desde el la historia de esa metáfora y metonímia. Su forma ma- tas los símbolos de las palabras emitidas por la voz”, era repetición, en todos los sentidos de la palabra… A
interior, extrayendo de la antigua estructura todos los triz sería – y se me perdonará aquí que sea tan poco esto porque la producción de los primeros símbolos partir de ahí, se ha tenido que comenzar a pensar que
recursos estratégicos y económicos de la subversión, demostrativo y tan elíptico, pero es para llegar más tiene una relación de proximidad con el alma – y de no había centro, que el centro no podía pensarse en
extrayéndoselos estructuralmente, vale decir sin po- rápidamente a mi tema principal- la determinación del la presencia, agreguemos-6 mientras que para Platón la forma de un ente-presente, que el centro no tenía
der aislar en ellos elementos y átomos, la empresa de ser como presencia en todos los sentidos de esa pa- la escritura es mnemotécnica y poder de olvido (es el lugar natural, que no era un lugar fij o sino una función,
deconstrucción siempre es en cierto modo arrastrada labra. Se podría mostrar que todos los nombres del “fármaco”, el suplemento de la voz). En De la Gramato- una especie de no-lugar en el que se representaban
por su propio trabajo. Es esto lo que, sin pérdida del fundamento, del principio o del centro han designado logía, Derrida relata cómo en la historia de occidente sustituciones de signos hasta el infinito. Éste es en-

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tonces el momento en que el lenguaje invade el campo es, recordemos que justamente Saussure entendía lo hace desde la idea de différance”. 9 ser presente sólo si el momento presente no es algo
problemático universal; éste es entonces el momento la lengua como un sistema de signos constituidos La teoría de la presencia y la representación se dado sino un producto de la relación entre el pasado y
en que, en ausencia de centro o de origen, todo se por meras diferencias. El signo como un elemento fundamenta justamente en esta prerrogativa del ha- el futuro. Algo puede estar sucediendo en un momen-
convierte en discurso -a condición de entenderse de dos caras, significante y significado, enmarcado bla a la que Derrida dará combate en toda su obra. to dado sólo si el instante está dividido desde dentro,
acerca de esa palabra- es decir un sistema en el que el en un juego formal de oposiciones, sustituciones y Sintéticamente, podríamos decir entonces que tanto habitado por el «no presente».10
significado central, originario o trascendental no está diferencia. En Saussure no había una teoría de la re- en Saussure como en Lévi Strauss podemos leer una Este concepto de différance como espaciamiento y
nunca absolutamente presente fuera de un sistema de ferencialidad (el signo es una convención entre una afirmación explícita del logocentrismo-fonocentris- temporización es central en Derrida (aunque poco tra-
diferencias. La ausencia de significado trascendental imagen acústica y un concepto). Pero el autor daba mo y un compromiso con él, pero al mismo tiempo bajado en el texto al que hacemos referencia), ya que
extiende hasta el infinito el campo y el juego de la sig- primacía al significado, en cambio desde el punto de una crítica intensa a la metafísica de la presencia. es el juego de lo diferido, lo que no se hace presente,
nificación”.7 vista de Derrida lo determinante es el significante que ¿Qué significa esta problemática de la metafísica de lo que permite destronar el concepto de presencia y
posee una supremacía sobre el significado: el sentido la presencia de la que habla Derrida por otro lado? centralidad.
El signo siempre está “diferido”, ya que el sistema de la lengua La presencia es a los ojos de Derrida lo que garanti- Volviendo a Lévi Strauss: ¿qué disciplina en el marco
Sabemos que el estructuralismo de Levi Strauss es es un sistema encadenado de significantes en donde za la unidad de un referente, lo que desde una cierta de las ciencias sociales sino la etnología ha intentado
deudor explícito de la lingüística de Saussure. Es más, un elemento reenvía a otro. Para saber el significado perspectiva, permite entender al lenguaje como una abandonar la búsqueda de un centro y ha denuncia-
Lévi Strauss sostiene en su Antropología estructural, de un significante, hay que ir a otro significante, y así forma de representación, es decir, volver a presentar do el etnocentrismo con tanta radicalidad? “Puede
que nadie ha estado más cerca de afirmar de qué trata sucesivamente. Se trata de una diferencia en el orden de forma verdadera lo que está ausente. Hemos visto considerarse, efectivamente, que la etnología sólo
su antropología que Ferdinand de Saussure, cuando de lo horizontal, y no de una correspondencia entre que esta unidad de referente es la presencia inmedia- ha podido nacer como ciencia en el momento en que
presentando la lingüística como parte de una ciencia sonido y sentido. Esto tiene algunas consecuencias. ta de la cosa ante un sujeto (de conciencia). El ejemplo la cultura europea -y por consiguiente la historia de
todavía por nacer, reserva el nombre de semiología a La más importante es que no necesariamente hay una del lenguaje, como un sistema de “différance” –y este la metafísica y de sus conceptos- ha sido dislocada,
la ciencia que tiene como objeto el estudio de la vida prerrogativa del habla sobre lo escrito, como entendía concepto es clave en Derrida- permite un juego en expulsada de su lugar, teniendo entonces que dejar
de los signos en el seno de la vida social. ¿“No an- Saussure y la metafísica occidental. Aclaremos: si la donde la “presencia” siempre está diferida, nunca es de considerarse como cultura de referencia”. Sin em-
ticipa el mismo Saussure –dice Lévi Strauss- nuestro relación es entre dos términos y no con un referente, idéntica a sí misma. “Différance” implica, en Derrida, bargo, dice Derrida, como toda ciencia se produce en
punto de vista, cuando comparaba dicha ocasión al esto permitiría desocultar la teoría de la presencia. Se lo distinto, lo desigual, lo no idéntico, pero también el marco del discurso, no puede más que quedar atada
lenguaje con la escritura, el alfabeto de los sordos entiende que la preeminencia de la palabra hablada el sentido de estar diferido; implica que lo presente a los conceptos de la tradición. Nadie puede escapar
mudos, los ritos simbólicos, las formas de cortesía, sobre la escrita era tal en la perspectiva fonocéntri- no coincide consigo mismo, sino que siempre está a eso, ni siquiera la deconstrucción y el propio Lévi
las señales militares, etc? Nadie dudará, continúa ca, porque supuestamente se pronunciaba sobre la cargado de pasado y preñado de futuro. Tomemos el Strauss. Se trataría entonces, ante esto, de utilizar la
Lévi Strauss, que la antropología cuenta en su campo presencia de la cosa, en tanto la escritura llevaba a modelo que da Cullen: Consideremos, por ejemplo, estratagema que respeta las reglas del lenguaje, pero
propio, al menos con algunos de estos sistemas de equívocos porque los referentes están ausentes. Ade- el vuelo de una flecha. “Si la realidad es lo que está tendiéndoles trampas desde adentro (como dice De-
signos, a los cuales se agregan otros: lenguaje mítico, más, como señala Mónica Cragnolini, en Saussure “la presente en cualquier instante dado, la flecha da lu- rrida, “cuando se habla con un chino la única manera
signos orales y gestuales que componen el ritual, re- lengua está pensada no como el producto de un sujeto gar a una paradoja. En cualquier momento dado está de hacer como si se hablara chino es hablar en chino”).
glas de matrimonios, sistemas de parentescos, etc”.8 hablante, sino que el sujeto es función de la lengua: se en un punto concreto; está siempre en un punto con- Pero si nadie puede ceder a ella, a esa manera de ha-
Ahora bien, si el estructuralismo tiene como deudor a conforma como sujeto hablante de la lengua misma, creto y nunca en movimiento. Queremos insistir con blar de la metafísica “no todas las maneras de ceder a
Saussure, y éste comparte parte de la tradición me- no de manera previa a ella. Esto supone una crítica de bastante justificación en que la flecha está en movi- ella tienen la misma pertinencia”.
tafísica occidental (Derrida da cuenta en su Gramato- la metafísica que concibe al sujeto como presente a miento en todos los instantes desde el principio hasta En este sentido, para seguir el derrotero de Lévi
logía, entre otras cosas, cómo Saussure se enmarca sí (autoconciencia) de manera previa a la lengua. La el final de su vuelo, y sin embargo su movimiento no Strauss -que no puede ceder a los conceptos de la
en la tradición del logocentrismo-fonocentrismo que conciencia implica la presencia a sí mismo: precisa- está presente en ningún momento de la presencia. La tradición de occidente- Derrida comienza con la
ha inspirado la historia de occidente), su teoría del mente el deconstruccionismo, como solicitación del presencia del movimiento es concebible, aparece sólo oposición binaria propia de la metafísica de la pre-
signo contiene elementos que permiten pensar una edificio de la metafísica, pone en cuestión esta noción en tanto que cada instante esté ya marcado por las sencia -claro está, del antropólogo- entre cultura y
deconstrucción de la metafísica de la presencia. Así misma de presencia presente a sí de manera previa, y huellas del pasado y del futuro. El movimiento puede naturaleza. Pero al mismo tiempo Lévi Strauss en su

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trabajo se encuentra con un “escándalo” que no to- discurso y lo construiría en todas sus piezas, sería el todos los discursos sobre el mito? ¿Habrá que aban- la exigencia empírica de la crítica de quienes le repro-
lera esa oposición binaria; la prohibición del incesto. creador del verbo, el verbo mismo”.13 Un Dios que todo donar toda exigencia epistemológica que permita dis- chan no tener un análisis exhaustivo total y pormeno-
Esta prohibición es a la vez universal (naturaleza) y lo sabe, diríamos nosotros. Esta forma de apartarse tinguir entre diversas calidades de discursos acerca rizado de los mitos antes de analizarlos, a los que el
una prohibición (cultural), por lo tanto “escapa” a esa de la figura del Ingeniero a favor del “bricolage” como del mito? Cuestión clásica pero inevitable. A eso no antropólogo responde la imposibilidad de la exigencia
dicotomía y ciertamente lo “precede” como “condición una especie de mito poético, es donde se expresa el se puede responder -y creo que Lévi Strauss no res- de un discurso mítico total: el mito pertenece al orden
de su posibilidad”. “Se podría decir quizás que toda la esfuerzo de Lévi Strauss por abandonar la referencia ponde a eso- hasta que no se haya planteado expre- del discurso, por lo tanto no es un conjunto cerrado.
conceptualidad filosófica que forma sistema con la a un centro, a un sujeto omnisciente, a una referencia samente el problema de relación entre el filosofema No es necesario, para Lévi Strauss, un conocimiento
oposición naturaleza/cultura se ha hecho para dejar privilegiada, a un origen absoluto. o el teorema por una parte, y el mitema o mitopoema de la totalidad de los mitos, para conocer la estructura
en lo impensado lo que la hace posible, a saber, el Es más, dice Derrida, pareciera que cuando Lévi por otra. Lo cual no es un asunto menor. Si no se plan- de los mismos. La totalización, además de ser inútil,
origen de la prohibición del incesto”11. De esta ma- Strauss utiliza un mito “de referencia” como el bororo tea expresamente ese problema, nos condenamos a es imposible.
nera, Lévi Strauss da un paso que limita la “verdad” en Lo crudo y lo cocido, quedará atrapado en la refe- presentar la pretendida transgresión de la filosofía en Para Derrida, hay dos maneras de pensar el límite de
de los viejos conceptos, pero conservándolo como rencialidad. Sin embargo esa apelación es engañosa. una falta desapercibida en el interior del campo filosó- la totalización. Y esas dos maneras existen en la pers-
instrumentos. Se explota su eficacia para destruir la Lévi Strauss mismo dice: “De hecho, el mito bororo, fico. El empirismo sería el género del que estas faltas pectiva de Lévi Strauss: por un lado, la de estrecha
antigua máquina a la que pertenece. Lévi Strauss dice que de ahora en adelante será designado con el continuarían siendo la especie. Los conceptos trans- brecha entre el discurso finito de un sujeto y la infinitud
en Las Estructuras elementales del parentesco –citado nombre de mito de referencia, no es, como vamos a filosóficos se transformarían en ingenuidades filosófi- de un campo imposible de abarcar. Pero hay otra for-
por Derrida-: “Se empieza a comprender que la distin- intentar mostrar, nada más que una transformación, cas…. Lo que quiero subrayar es sólo que el paso más ma de pensar la imposibilidad de la totalidad: la natura-
ción entre estado de naturaleza y estado de sociedad impulsada con más o menos fuerza, de otros mitos allá de la filosofía no consiste en pasar la página de leza de un campo excluye la totalización. El campo es
(hoy preferimos decir: estado de naturaleza y estado que provienen o de la misma sociedad o de la socie- la filosofía (lo cual equivale en casi todos los casos a un juego de sustituciones infinitas en la clausura de
de cultura) a falta de una significación histórica acep- dad próxima o alejada. En consecuencia, hubiera sido filosofar mal), sino en continuar leyendo de una cierta un conjunto finito. Es decir, a diferencia de la hipóte-
table, presenta un valor que justifica su utilización por legítimo escoger como punto de partida cualquier otro manera a los filósofos. El riesgo del que hablo siempre sis clásica, en lugar de ser demasiado grande, le falta
parte de la sociología moderna, como un instrumen- representante del grupo. El interés del mito de refe- lo asume Lévi Strauss, y es ese el precio mismo del algo: “un centro que detenga y funde el juego de susti-
to de método” 12. Por lo tanto, conserva la distinción rencia no depende, desde este punto de vista, de su esfuerzo. He dicho que el empirismo era la forma ma- tuciones”. Es lo que en Derrida se llama “suplemento”,
naturaleza/cultura como método, pero lo critica como carácter típico, sino más bien de su posición irregular tricial de todas las faltas que amenazan un discurso y en Lévi Strauss significante flotante o exceso de
valor de verdad. en el seno de un grupo”.14 que sigue pretendiéndose científico, particularmente significación: “El movimiento de la significación añade
Lévi Strauss utiliza el nombre de “bricolage” –térmi- Por otro lado, como es sabido, en el mito no hay uni- el de Lévi Strauss. Ahora bien, si se quisiera plantear algo, es lo que hace que haya siempre más, pero esa
no que refiere a construir objetos a partir de la habi- dad ni fuente absoluta. “El discurso sobre esa estruc- a fondo el problema del empirismo y el bricolage, se adición es flotante porque viene a ejercer una función
lidad manual- al discurso de ese método. Un método tura a-céntrica que es el mito no puede tener a su vez abocaría sin duda muy rápidamente a proposiciones vicaria, a suplir una falta por el lado del significado”.
que no duda en utilizar instrumentos de una herencia el mismo ni sujeto ni centro absoluto”. El discurso de absolutamente contradictorias en cuanto al estatuto La sobreabundancia de significante, o suplementario,
propia de un texto, que no necesariamente están allí Lévi Strauss renuncia al discurso científico o filosófico del discurso en la etnología estructural. Por una parte, depende de una finitud (y no infinitud), es decir, de una
concebidos para una operación determinada, pero se sobre el mito, para utilizar el discurso del bricolage, el el estructuralismo se ofrece, justificadamente, como falta, que debe suplirse. Esa falta de centro, es lo que
intenta que se adapten por medio de la prueba y error, discurso mito-mórfomo: (lo que “debe tener la forma la crítica misma del empirismo. Pero al mismo tiempo viene a llenar el suplemento.
cambiándolos si es necesario, buscando otros, o utili- de aquello de lo que habla”) Ahora bien, aquí, desde no hay libro o estudio de Lévi Strauss que no se pro-
zando instrumentos heterogéneos en todo caso. Una la perspectiva de Derrida, se presenta un problema ponga como un ensayo empírico que otras informa- El juego
operación casi artesanal del tipo del aficionado que de tipo epistemológico. Nos permitimos una larga ciones podrían en cualquier caso llegar a completar Es por eso que el concepto de “juego” es tan impor-
Lévi Strauss opone el método del ingeniero. “El inge- cita que entendemos nos parece importante transcri- o refutar. Los esquemas estructurales se proponen tante en Lévi Strauss y en Derrida. Pero para Derri-
niero que Lévi Strauss opone al bricolage, tendría, por bir: “Sin embargo aunque se admita la necesidad del siempre como hipótesis que proceden de una canti- da, el concepto utilizado por el antropólogo está en
su parte, que construir la totalidad de su lenguaje, sin- gesto de Lévi Strauss (es decir la exigencia de cen- dad finita de información y a las que se somete a la constante tensión. Tensión del juego con la historia,
taxis y léxico. En ese sentido el ingeniero es un mito: tro, origen, etc) su riesgos no pueden ignorarse. Si la prueba de la experiencia” .15 y tensión con la presencia. Con la historia ya sabe-
un sujeto que sería el origen absoluto de su propio mito-lógica es mito-mórfica ¿viene a resultar lo mismo De esta manera Lévi Strauss quedaría atrapado en mos. La concepción de “historia” en Lévi Strauss (o

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la falta de una concepción de historia en realidad), ta algo: precisamente un centro que detenga y funde 5. Ibidem Márgenes de la filosofía, traducción de Carmen González
es una crítica certera contra las concepciones te- el juego de las sustituciones. El movimiento de este 6. DERRIDA, Jacques, Op. Cit., p. 17 Marín (modificada; Horacio Potel), Cátedra, Madrid,
7. DERRIDA, Jacques, Op. Cit en http://www.jacquesderrida. 31998. Edición digital de Derrida en castellano. http://www.
leológicas y escatológicas propias del “humanismo” juego, permitido por la ausencia de centro, es el mo-
com.ar/textos/estructura_signo_juego.htm. Día de ingreso: jacquesderrida.com.ar/textos/la_differance.htm.
etnocentrista. Pero si ésta no se funde en una críti- vimiento de la suplementariedad. Un texto cuando es
17 de Diciembre de 2007, • DERRIDA, Jacques, La estructura, el signo y el juego en el
ca a la presencia, según Derrida, corre el riesgo de deconstruído por Derrida, y lo vemos cuando lo hace 8. LEVÍ STRAUSS, Claude; Antropología Estructural, Eudeba, discurso de las ciencias humanas [La structure, le signe et
ahistoricismo. Recordemos que la crítica a la pre- con el de Lévi Strauss, es una trama que no tiene nin- Bs. As, Argentina, 1973, pp. XXVI-XXVII. le jeu dans le discours des sciences humaines] Conferencia
sencia desde la “différance” implica una concepción guna configuración central, ni marginal; ni privilegiada 9. CRAGNOLINI, Mónica, Derrida, un pensador del resto, E. La pronunciada en el College international de la Universidad
del tiempo: hay historia porque desde siempre el ni reprimida; es un juego que pasa de lo “central” a cebra, Bs. As. Argentina, 2007, p. 20 Johns Hopkins (Baltimore) sobre «Los lenguajes críticos
presente está diferido consigo mismo. En cambio, lo “marginal”, pero no para constituir un nuevo centro, 10. CULLER, Jonathan, Sobre la deconstrucción Teoría y crítica y las ciencias del hombre», el 21 de octubre de 1966.
desde la perspectiva estructuralista, el paso de una sino que la subversión de la lectura sirva para mante- después del estructuralismo. Traducción de Luis Cremades Publicada en L’Écriture et la Différence. Traducción de
estructura a otra en el devenir, es interpretado por Lévi ner el libre juego de las “différances” manteniendo la en Cátedra, Salamanca, 1984. Edición digital de Derrida en Patricio Peñalver en La escritura y la diferencia, Anthropos,
Castellano. http://www.jacquesderrida.com.ar/comentarios/ Barcelona, 1989. Edición digital de Derrida en castellano.
Strauss como “catástrofe”, “trastorno de la naturaleza tensión de los opuestos binarios sin caer en la tenta-
culler.htm. Día y hora de ingreso: 17 de Diciembre de 2007, ht tp://w w w.jacquesder r ida.com.ar/tex tos/estr uctura_
en la naturaleza”, “separación de la naturaleza”,etc. ción de las jerarquizaciones absolutas. 14 hs. signo_juego.htm.
En cuanto a la problemática de la presencia, el “jue- 11. DERRIDA, Jacques, Op Cit en http://www.jacquesderrida. • DERRIDA, Jacques, La voz y el fenómeno. Introducción al
go” permite pensar un Lévi Strauss que tiende a rom- com.ar/textos/estructura_signo_juego.htm. Día de ingreso: problema del signo en la fenomenología de Husserl. Versión
per con esa presencia; juego inscripto en un sistema 17 de Diciembre de 2007, castellana de Patricio Peñalver (ligeramente modificada,
de diferencia y en el movimiento de una cadena, en 12. Ibidem H. P.), Pre-Textos, Valencia, octubre de 1985.
donde siempre la presencia aparece diferida; pero 13. Ibidem • DESCOMBES, Vincent, Lo mismo y lo otro. Cuarenta y cinco
se nota también en Lévi Strauss una especie de éti- 14. Ibidem años de filosofía francesa, E. Cátedra, Madrid, España,
15. Ibidem 1988.
ca de la presencia, de “nostalgia por el origen”, hacia
16. Ibidem • Edición digital de Derrida en castellano. Capitulo VII El
las “ejemplares sociedades arcaicas”. Ya sabemos el suplemento del origen. http://www.jacquesderrida.com.
modo en que Lévi Strauss valorizaba los pueblos sin Bibliografía: ar/textos/suplemento_origen.htm.
escritura y “sin historia”, como una especie de socie- • BOLÍVAR BOTÍA, Antonio, El Estructuralismo: de Lévi- • GOLDSHMIT, Marc, Jacques Derrida, una introducción, .E.
dades ideales, o las diferencias que establecía entre Strauss a Derrida, Editorial Cincel, Bogotá, 1990, pp. 173- Nueva Visión, Bs. As., 2004
sociedades “frías” y “calientes”. Notas: 192. Edición digital de Derrida en Castellano. http://www. • JAY, Martín; Adorno, E. Siglo XXI, España, 1988
Entonces, Derrida señala que hay dos interpretacio- 1. GOLDSHMIT, Marc, Jacques Derrida, una introducción, .E. jacquesderrida.com.ar/comentarios/bolivar_botia.htm • LEVÍ STRAUSS, Claude; Antropología Estructural, Eudeba,
nes de la interpretación, de la estructura, del signo y Nueva Visión, Bs. As, 2004, p. 10 • CRAGNOLINI, Mónica, Derrida, un pensador del resto, E. La Bs. As., Argentina, 1973.
2. Ver JAY, Martín; Adorno, E. Siglo XXI, España, 1988 cebra, Bs. As. Argentina, 2007.
del juego: “una pretende descifrar, sueña con desci-
3. DERRIDA, Jacques, De la Gramatología, E. Siglo XXI, Bs. • CULLER, Jonathan, Sobre la deconstrucción Teoría y
frar una verdad o un origen que se sustraigan al juego crítica después del estructuralismo. Traducción de Luis
As., Argentina, 2003, pp. 32-33.
y al orden del signo, y que vive como un exilio la ne- 4. DERRIDA, Jacques, La estructura, el signo y el juego en Cremades en Cátedra, Salamanca, 1984. Edición digital
cesidad de la interpretación. La otra, que no está ya el discurso de las ciencias humanas [La structure, le signe et de Derrida en Castellano. http://www.jacquesderrida.com.
vuelta hacia el origen, afirma el juego e intenta pasar le jeu dans le discours des sciences humaines] Conferencia ar/comentarios/culler.htm. Día y hora de ingreso: 17 de Registro Bibliográfico
más allá del hombre y del humanismo”.16 pronunciada en el College international de la Universidad Diciembre de 2007, 14 hs. Diviani, Ricardo
Obviamente Derrida y la deconstrucción se sitúan Johns Hopkins (Baltimore) sobre «Los lenguajes críticos y • DERRIDA, Jacques, De la Gramatología, E. Siglo XXI, Bs. “Derrida y la deconstrucción del texto. Una aproximación a
en esta última. En la idea del texto como el campo de las ciencias del hombre», el 21 de octubre de 1966. Publicada As., Argentina, 2003. ´Estructura, el signo y el juego en el discurso de las ciencias
en L’Écriture et la Différence. Traducción de Patricio Peñalver • DERRIDA, Jacques, La Différance Conferencia pronunciada humanas´” en La Trama de la Comunicación, Volumen 13, Anua-
un juego, que puede ser definido como un juego de
en La escritura y la diferencia, Anthropos, Barcelona, en la Sociedad Francesa de Filosofía, el 27 de enero de rio del Departamento de Comunicación. Facultad de Ciencia
sustituciones infinitas en la clausura de un conjunto 1968, publicada simultáneamente en el Bulletin de la Societé
1989. Edición digital de Derrida en castellano. http://www. Política y Relaciones Internacionales, Universidad Nacional
finito. Derrida nos presenta el texto como un campo jacquesderrida.com.ar/textos/estructura_signo_juego.htm. française de philosophie (julio-septiembre, 1968) y en Theorie de Rosario. Rosario, Argentina. UNR Editora, 2008.
que no es ilimitado, sino por el contrario, que le fal- Día de ingreso: 17 de Diciembre de 2007,. d’ensenble (col. Quel, Ed. de Seuil, 1968); en DERRIDA, J.,

Página 368 / Derrida y la deconstrucción del texto - Ricardo Diviani Página 369 / La Trama de la Comunicación - Volumen 13 - 2008

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