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Ortega y Gasset: Contexto

El contexto histórico de José Ortega y Gasset es la primera mitad del siglo XX, en la que
suceden importantes acontecimientos sociales, políticos, culturales científicos… Será
un periodo de contradicción entre el Antiguo Régimen y el Régimen liberal, que
además tendrá como trasfondo la aparición de numerosos imperios coloniales.
Además serán años de importantes avances científicos y tecnológicos, que
favorecerán al surgimiento de la sociedad de masas. Cabe nombrar además hechos
como: la Revolución de Octubre, la Gran depresión, el surgimiento de los fascismos, las
Guerras Mundiales… En España se darán cronológicamente: el turnismo político, la
dictadura de Primo de Rivera, la Segunda República y la Guerra civil. Destacará
además un florecimiento cultural llamado La Edad de Plata.

José Ortega y Gasset (1883-1955) nace en una familia de la alta burguesía madrileña.
Luego de estudiar en la Universidad Central de Madrid, Ortega viajará a distintas
universidades alemanas, volviendo finalmente a Madrid. Su trabajo contribuirá al
renacer intelectual español y será en 1914 cuando escriba su primera obra
“Meditaciones del Quijote”. Tiempo después escribe “La rebelión de las masas” y, a
partir de los años 20, inicia su etapa raciovitalista, en la que fundará la revista de
Occidente. Con el surgimiento de la República, Ortega se integrará brevemente en
política, siendo diputado de las Cortes hasta su renuncia. Comenzada la Guerra Civil,
Ortega saldrá de España y viajará a distintos países como Francia o Argentina, en esta
etapa punlicará obras como “¿Qué es la filosofía?”

Las corrientes filosóficas de comienzos del siglo XX en Europa son muy variadas, pero
aquellas que influyan verdaderamente en Ortega serán las siguientes: el Neokantismo
(en su primera etapa de pensamiento), el Vitalismo (de autores como Nietzsche e
ideas como la defensa de los valores vitales), el Historicismo (decisivo para el concepto
de razón vital e histórica), la Fenomenología (Husserl) o el Existencialismo (de autores
como Sartre o Heidegger)
Filosofía Raciovitalista
Ortega se enfrenta en su filosofía a una reformulación de los conceptos de realidad y
ser que se han usado a lo largo de la historia, pretendiendo crear una nueva ontología.
El nacimiento de una nueva ontología, una nueva filosofía, ha de venir precedido de
una crítica radical a toda la filosofía, una crítica que Ortega centra en la concepción
tradicional de ser como substancia.

 Sentido tradicional: ser como substancia y realidad como existencia


independiente
 Sentido en ortega: ser como necesidad y realidad como relación sujeto-objeto

La interpretación tradicional ha permanecido en las dos grandes concepciones de la


historia de la filosofía:

 Realismo: su tesis defiende que las cosas existen con independencia del sujeto,
la verdadera realidad son las cosas. (Marx, Aristóteles, Nietzsche)
 Idealismo:
1. Lo que existe es el pensamiento y la existencia de las cosas depende de
que el sujeto las piense
2. Las cosas son solo pensamiento, contenidos de la conciencia.

Ortega, en su tesis raciovitalista, negará tanto la tesis realista como la primera parte de
la tesis idealista (que el propio pensamiento tenga una existencia independiente de las
cosas)

Para Ortega tanto las cosas como el pensamiento existen, pero existen siempre en
relación mutua. De este modo dirá que el único ser indubitable es la interdependencia
entre el yo y las cosas.

Con el objetivo de superar esta división entre yo y el mundo, la filosofía raciovitalista


postula una realidad más fundamental donde se encuentran el sujeto y el objeto: La
vida.

El “vivir”, estar un yo actuando en el mundo, es el dato radical, la auténtica realidad


primordial e indubitable. La vida no es una cosa, la vida es una actividad que se ejecuta
de forma orientada (conducta) por un yo en el mundo, una actividad cuyo fin es
continuar en la actividad misma del vivir. La vida es en resumen, la relación entre el yo
y el mundo.

Siendo la vida la realidad primordial, la razón tiene que ser una realidad derivada de
ella, derivada de la propia actividad que la vida ejecuta. El Raciovitalismo intentará
conjugar la vida con la razón, siendo esta última un elemento que utiliza la vida para
perpetuarse.
Ortega salva así la racionalidad de la actividad filosófica, al precio de someterla a la
propia vida. La filosofía es para el autor una actividad que acontece dentro de la vida
cuya pretensión es la búsqueda de la verdad.

No obstante, no se trata de una verdad inmutable, sino que es una verdad atravesada
por la estructura misma de la vida. La verdad es una perspectiva (perspectivismo:
afirma que cada ser humano conoce la realidad desde su punto de vista), la relación
del sujeto con el mundo. Es una verdad histórica, condicionada por convenciones,
creencias… radicadas en el presente pero orientadas hacia el futuro.

Todas las perspectivas son verdaderas, no hay una verdad absoluta, sino subjetiva, la
tarea de la filosofía es la reflexión de la vida para construir una verdad común
poniendo las distintas perspectivas en cada época, buscar la verdad de la época.

Ortega asume que los conceptos son metafóricos, ficciones generadas por la vida,
poniendo el acento en el valor para la vida de dichas ficciones, y la manera en que los
conceptos constituyen puentes entre diferentes circunstancias. La filosofía tiene que
esforzarse en elaborar estructuras conceptuales que recojan lo potencial, lo no
idéntico de la realidad que es la Vida.

Razón Vital y Razón histórica


En esta nueva ontología formada por Ortega se ha de entender primeramente el
significado de Vida. La vida es “quehacer”, vivir es encontrarse en el mundo, la vida es
una interacción entre yo y el mundo.

Originariamente, el mundo se construye al relacionarse con el yo, al resistirse a la


voluntad de acción o facilitarla. Las cosas del mundo se configurar en primer lugar por
el efecto subjetivo que tienen en el yo. Posteriormente, el ser humano aprende a
percibir las cosas como objetos (como un mundo independiente). Así pues, todo vivir
es convivir con una circunstancia dada (Conjunto de realidades en las que se sitúa el
sujeto y que determinan sus posibilidades vitales, su destino). Mi vida no es solo mi yo,
sino la composición entre mi yo y la circunstancia que se me presenta.

La vida no la hemos elegido, sino que nos la hemos encontrado. Por ello la vida es
radicalmente imprevista, siempre se nos presenta como un problema, qué hacer con
la vida. La constante necesidad de elección nos hace seres proyectados hacia el futuro,
seres temporales y finitos.

En este proceso se hace necesario el pensamiento (la razón) como medio para
alcanzar el fin de vivir. El pensamiento es una herramienta para la resolución del
problema de vivir. La vida es la libertad en la necesidad (ser libre en un una
circunstancia que no elegimos libremente).
Vivir es la tarea inacabada de ir “salvando las circunstancias”, ir decidiéndose a actuar
dentro de un abanico de posibilidades proyectándonos en el futuro.

La vida genera múltiples y diversos sistemas orgánicos de facilidades de acción y


elección. La vida, a través del tiempo y la convivencia con el mundo, genera un
conjunto de usos y costumbres. Estos usos y costumbres son convenciones, creadas
para salvar la circunstancia, son formas de conductas que realizamos habitualmente.
Los usos y costumbres se hallan en relación a un conjunto de ideas y creencias.

La mayor parte del tiempo este sistema de facilidades funciona de manera irreflexiva,
como un hábito adquirido. Nuestra forma de actuar en el mundo se va fijando y
acostumbrando a vías ya diseñadas previamente, ya sea por parte de uno mismo o por
parte de la sociedad en que se vive.

En la mayor parte de los casos, la gran mayoría de creencias y costumbres son


construcciones de tipo social. El conjunto de usos y costumbres, de ideas y creencias,
con las que contamos para vivir más cómodamente, alivia el peso de la libertad
ontológica en la que vivimos.

Sin embargo, en el olvido de dicha libertad, la vida corre el riesgo de mecanizarse, de


convertirse en mera inercia del pasado, falsificando así su auténtico ser. Surge de esta
falsificación el hombre masa, concebido como mera vida inercial, una forma
despersonalizada de la vida que no vive en sí misma, sino que vive en la vida de los
demás, en la vida de la sociedad.

En el polo opuesto, la vida más humana, más personal que puede vivirse, es aquella en
la que se es verdaderamente artífice de las elecciones y acciones que se toman, en la
que se crean nuevas posibilidades que no estaban ya presentes.

La vida, al ir haciéndose a sí misma a lo largo del tiempo, no tiene naturaleza (una


forma de ser fija, ya dada y terminada) sino que tiene historia. El ser humano se hace a
si mismo históricamente. No se entiende de este modo la historia como una estructura
abstracta sujeta a las leyes predecibles, sino como la sucesión de diversas formas de
vida que se encadenan unas con otras a lo largo del tiempo. La historia es
impredecible, pues no es una dialéctica lógica, sino que se configura como la sucesión
de generaciones de seres vivos.

La generación es el conjunto de seres vivos que comparten en términos generales una


misma circunstancia histórica. Al compartir una misma circunstancia, una generación
humana comporta un mismo sistema de ideas y creencias, de usos y costumbres, de
vivencias compartidas. En el juego de relaciones entre generaciones los hábitos
sociales y las formas de vida se van modificando y transformando.

Razón Vital

Ejercicio de la razón que consigue integrar las exigencias de la vida con las
exigencias de la razón.

Razón histórica

Razón que tiene como objetivo comprender la realidad humana mediante


la comprensión de las creencias, categorías y esquemas mentales que
cada individuo, generación y cultura ha utilizado para dar un sentido a su
vida y enfrentarse al reto de la existencia.

Vida

O Realidad radical. Ámbito en el que se hace presente el yo y la


circunstancia o mundo. Ortega y Gasset la identifica con el ser primordial y
de ella dependen el resto de los seres.

Vivir

El vivir, estar un yo actuando en el mundo, es un “quehacer”, es la


actividad de interacción entre yo y el mundo. Todo vivir es convivir con
una circunstancia dada.

Circunstancia

Constitutivo básico de la vida. Conjunto de realidades en las que se sitúa el


sujeto y que determinan sus posibilidades vitales, su destino.

Perspectivismo

Doctrina filosófica que sostiene que todo conocimiento está anclado


siempre en un punto de vista (perspectiva) y que la propia realidad es en
sí misma perspectivística, sin una forma de ver el mundo que pueda ser
considerada definitivamente “verdadera”, siendo toda perspectiva
igualmente válida.

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