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Santa Cecilia
Profesor: Jonathan O.
Asignatura: Lenguaje y Lit.
Así a partir de este libro, determinaremos su idea central, realizaremos un análisis in extenso
de los personajes, analizaremos la influencia de la visión del narrador, reconoceremos las
creencias, prejuicios, estereotipos presentes en este y determinaremos relaciones
intertextuales con otra obra del mismo autor.
Entre esta mezcla de momentos de niñez, juventud y adultez, se convierte en una tarea difícil
el “engancharse” con alguna de las líneas argumentales, sin embargo, la más estable es la que
narra el viaje del protagonista y su padre desde Santiago hasta Iquique y luego a Tacna, esto
en busca de conseguir un tratamiento dental para el primero. En Iquique viven su padre y la
nueva familia de éste, así como también su abuelo, recientemente viudo, además, en esta
ciudad fue donde el protagonista vivió su niñez y desde donde, en la actualidad, narra en
forma de recuerdo la mayoría de las anécdotas que conforman el texto.
Gracias a esta manera tan particular de narrar la historia (usualmente con las historias acerca
de la madre en las páginas de numero par y las del padre en las de paginación impar) se puede
notar un fuerte contraste entre la relación que mantiene con su padre y la que mantiene con
su madre, la diferencia entre ambos esta destacablemente marcada, por ejemplo:
“Ahora me dice que debemos ir a Tacna o si no podría perder mis dientes, que él
conoce a un dentista que me ayudará a salvarlos”.
Y en la página siguiente:
“Mi mamá perdió todos los dientes. Se tuvo que poner una placa. A veces va a la
cocina y abre un cajón, donde guarda la crema especial, da media vuelta y se arregla
la dentadura superior”.
Continuando con el padre del protagonista, está separado de la madre del personaje principal,
con quien mantiene una relación más bien lejana, mezquina, al padre parece no importarle
mucho su hijo más que en lo básico, lo mínimo necesario para aparentar ser un padre atento
y amigable. Parece ser una figura distante para su hijo. Se encuentra en una relación con
Nancy, quien ya tenía hijos por su cuenta y con la cual ya tiene un hijo compartido; Elías,
este último no tiene gran relevancia en el texto, solo nos queda claro que aparentemente el
padre le tiene más aprecio a él que al protagonista, además en la novela se nos presenta la
duda de si realmente es hijo del padre del personaje principalmente o de Nancy y alguien
más, puesto que se menciona que solo se parece a ella. Aparte de esto se nos dice que Elías
es un niño callado, que posee múltiple cantidad de aparatos, y que mantiene una relación
neutra con el protagonista.
Al contrario de este se encuentra la madre del protagonista, quien se muestra mucho más
atenta con su hijo, con quien vive, así demostrándolo tanto en la lista de compras que porta
el protagonista durante todo el viaje, como en su preocupación del futuro de este, al menos
al desear que su hijo estudie derecho para así tener un sueldo mayor y que se encuentre mejor
económicamente. Sin embargo, tras este comportamiento hay algo más, al llegar a Santiago
nunca más trabajó y se encerró en las paredes de su casa, su máxima salida va por salir de
compras el primer día del mes al supermercado, se mantiene suministrada en bajas cantidades
de dinero por el abuelo, razón por la que debió de dormir con su hijo en la misma cama y por
lo cual, tras ciertos sucesos se ve advertida una escena incestuosa entre madre-hijo.
“(…) Me dijo que nadie iba a querer a una mujer como ella y me volvió a pedir que
la abrazara fuerte. (…) Sentía su vientre abultado con el mío. Me pidió que le hiciera
cariño en el pelo, y yo, una vez más, le hice caso.
Fue un roce. Luego un movimiento y más roce. Me tomó la mano y la condujo entre
sus muslos gordos, blandos. No podía doblar los dedos. No me dejes de hacer cariño,
me dijo mientras yo comenzaba a sentir la humedad, los dedos levemente pegajosos.
Comenzó a mecerse y yo seguía sin poder doblar los dedos.”
Esta escena impulsada por un sentimiento de soledad que la madre demuestra en ese
momento. Se puede advertir depresión de parte de esta, a la hora de realizar las entrevistas
con su hijo parece ser que la mejor época de su vida fue la infancia, puesto que siempre la
saca a luz, sin embargo, en el tiempo actual del libro, esta solo hace ver lo mal y sola que se
encuentra.
Nancy, la madrastra del protagonista, con quien mantiene una relación bastante ajena, es un
personaje que a pesar de estar la mayoría de las veces presente dentro del tiempo en el que el
protagonista y su padre están juntos, no capta la atención del narrador, a lo más este deseo de
preguntarle cómo es que conoció a su padre, pregunta que se ve olvidada al encontrarse cara
a cara, con su sonrisa perfecta.
El “tata”, abuelo paterno del protagonista, un personaje que ha enviudado recientemente y
un verdadero fanático religioso cuya actitud roza constantemente con un delirio,
probablemente causado por la pérdida de su esposa. Tiene una mala relación con la madre
del protagonista, quien ha prometido no volver a pisar la casa del abuelo en su vida, además
no parece tener una gran relación con el padre del personaje principal. Posee una especie de
cabaña de retiro de oración en su hogar.
La Sra. Mirna, trabajadora del “tata”, quien al igual que él es testigo de Jehová, cuenta una
historia similar a la de la prima del protagonista, puesto que su nieta fue una desaparecida de
Alto Hospicio. Cree firmemente que su nieta no está muerta y que algún día regresará,
asegurando que durante las noches escucha como la llama pidiendo ayuda, que cada día ora
por ella y vela por su regreso.
La prima, personaje que solo aparece en los relatos de infancia del protagonista, sin embargo,
muchas veces mencionada en la búsqueda del protagonista. Se dice esta desapareció de forma
similar a la nieta de Mirna.
El tío Neno, tío de lado paterno, es un personaje que aparece mencionado múltiples veces a
lo largo de la novela, está muerto, el texto sugiere que el padre del personaje principal y que
su muere tuvo fuertes efectos sobre la vida del protagonista y toda su familia.
En primer lugar, se debe recordar, que el relato en su totalidad está escrito a modo de
testimonio, es decir, en primera persona, en la medida en que todo el relato recoge las
vivencias personales del narrador. En este sentido el texto es un conjunto de emociones y
reminiscencias cargadas de afecto e hilvanadas a partir del recuerdo personal del
protagonista, como ejemplo el siguiente fragmento:
“(…) A veces me voy al departamento de mi papá. Llego y me encuentro con los otros
hijos de la mujer. El Elías pasa todo el día jugando en el computador. Yo llego y me
acuesto en la pieza de mi papá. Veo tele. Dejo que los días pasen. A veces me dan
ganas de poder conversar con él, pero siempre está la mujer. (…)”
Respecto al contexto social, la época, estaría situada probablemente alrededor de los 90’s o
los 2000’, aunque hay pocas referencias a la época a lo largo del texto. En respuesta a este
cuestionamiento el autor, Diego Zúñiga, dijo lo siguiente:
“Lo que pasa es que no me interesa centrar el foco ahí, la infancia de él está marcada
por otras cosas. Hubiese sido impostado, en realidad inverosímil, que ese
protagonista viera MTV. ¿Lo imaginas enamorado de Ruth Infarinato? La verdad es
que yo no. Siento que hay historias en las que estas marcas pop tienen sentido, pero
en general creo que es difícil manejar “lo pop” sin que suene impostado, la verdad.
Los objetos pop, como los llamas, son algo que está ahí, que pasa, como un ruido de
fondo, no como algo protagonista. Al menos yo lo veo así.”
(…) ella nunca habla como si su nieta estuviera muerta. No. Su nieta está
desaparecida. Su nieta, según ella, algún día va a regresar. De eso está segura, por
eso no cree en la historia del psicópata de Alto Hospicio. (…)”
No solo eso, puesto que ambas giran en torno a las mismas ciudades y ciertos conceptos,
tales como la mismísima camanchaca, las ciudades de Iquique y Tacna, mucho más
profundizadas en Racimo que se desarrolla completamente dentro de ambas.
Y como dato adicional, los personajes de Camanchaca aparecen dentro de Racimo como
segundarios.
Ambas obras de Diego Zúñiga demuestran claramente sus parecidos con la otra así
haciéndose ver sus diferencias, principalmente en el estilo fragmentario de Camanchaca y el
estilo mucho más suelto y amplio de Racimo.