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Desde un situación posexílica Zac. 14.16-21 presenta la

fiesta de las enramadas centrada en Jerusalén y en honor a

Yavé de los ejércitos, adorado como rey. De todas las partes


de la tierra deben venir para adorar al rey Yavé y para que

haya lluvias en su eras. Se alude aquí a las libaciones que

pueden considerarse como un elemento ritual antiguo para ha-


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cer llover, sobre todo cuando la fiesta es en el ()torio. Se

insiste en la peregrinación al santuario de Jerusalén como

condición para ser bendecido con las lluvias.

2. El uso salmódico en la fiesta.


La reflexión teológica que el profetismo hizo con base

en la fiesta de Yavé no se redujo a la mera denuncia. El

hecho de haberse circunscrito la fiesta al ámbito del templo

llevó al pueblo a estar atento al uso de la salmodia y a de-

sarrollar temas tabernaculares en esa salmodia. Aun más, pa-

ra el judaísmo no fue posible celebrar esta fiesta tan alegre

sin el concurso de la música y el canto, con temas de adora-

ción a Yavé como rey supremo o temas propios de la gracia li-

beradora de Yavé en el éxodo. De ahí que al caer en lo prác-

tico la fiesta de las enramadas toma un nivel de significa-

ción explícitamente simbólico. Este simbolismo expresa un

profundo sentido en los momentos de opresión y de incapaci-

dad para que los hombres ejerzan abiertamente sus derechos

de libertad. Esta expresión simbólica se ve literariamente

en los Salmos y en el profetismo mesiánico, como en el se-

gundo Isaías y en Zacarias, y litúrgicamente en todos los

elementos cúlticos de la fiesta en el judaísmo tardío, como

ramos, agua, luz, etc. Veremos dos faces en el uso salm6dic0

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George F. Moore, op. cit., II, p. 45.

Universidad Pontificia de Salamanca

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