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no se trata de conceptos metafísicos, ni reflexión y que no debería pasar des-


de un sistema filosófico, ni de un pro- apercibido, y cuyo autor espera que sea
grama de valores éticos universales, ni controvertido.
de un contexto común marcado por Una última observación de carácter
un grupo de intereses compartidos, ni editorial: habría sido conveniente que
tampoco conforman un consenso ho- aquellos libros que cuentan con edi-
mogéneo que deba ser entendido por ción en español se hubieran presentado
todos. Sin embargo, yo creo que sus así en la bibliografía, y que las citas que
principios sí cumplen con algunas de se hacen en el texto hubieran referido
estas características, y que sólo así pue- a las páginas de dichas ediciones. Para
den cumplir con el propósito para el quien está interesado en conferir una
cual se espera que sirvan, es decir, para cita, corroborar una afirmación o am-
el diálogo. pliar una información, esas referencias
Mi opinión es que, aunque no se son de gran interés.
trate de principios metafísicos, sí tie-
nen el carácter de valores éticos que Jorge Aurelio Díaz
deben compartir quienes quieran ser Universidad Nacional de Colombia
escuchados en el diálogo, de modo jadiaz9@cable.net.co
que si no contaran con el consenso
homogéneo de los participantes, no se
entiende cuál podría ser su función. Si Díaz, Jorge Aurelio (ed.). Corres-
no, pensemos en un diálogo en el que pondencia. Kant, Fichte, Schelling,
unos participantes mantienen una pru- Hegel. Ochoa, H. & Gutiérrez, R., tra-
dencia epistemológica, un respeto por ducción, introducción y notas. Bogotá:
los demás y un ánimo de solidaridad, Universidad Nacional de Colombia,
mientras que otros participantes no Colección General Biblioteca Abierta,
comparten esos valores. 2011. 392 pp.
Y finalmente me pregunto: ¿no sería
mejor establecer con anterioridad unas Este libro, publicado recientemen-
condiciones de admisión al diálogo, te por la Colección General Biblioteca
así sean mínimas y formales, antes de Abierta de la Universidad Nacional de
pensar en las religiones que van a ser Colombia, bajo la coordinación edito-
invitadas? Creo que por ese camino ca- rial de Jorge Aurelio Díaz, presenta la
bría esperar mejores resultados. traducción al español de la correspon-
Ejercitando con generosidad la dencia completa entre Kant y Fichte,
prudencia epistemológica, Gómez nos Fichte y Schelling, y Schelling y Hegel.
advierte que sus principios “son sólo Las cartas comprenden desde el primer
ejemplos de principios comunicativos… mensaje de presentación escrito por
[que] no pretenden ser definitivos, Fichte a Kant en 1791, hasta el último
ni exhaustivos, y deben ser corregi- intercambio epistolar entre Schelling y
dos, profundizados, reinterpretados, Hegel en 1807. Esta tarea de traducción
completados y transformados” (104). emprendida por los profesores Hugo
Un texto, en suma, que llama a la Ochoa, de la Pontificia Universidad

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Católica de Valparaíso, y Raúl Gutiérrez, tacados de ese movimiento que suele


de la Pontificia Universidad Católica conocerse bajo el nombre de “idealis-
del Perú, es un aporte invaluable para mo alemán”. Disponer de un trabajo
el estudio en español de la filosofía como este enriquecerá la lectura direc-
del idealismo alemán, no sólo en Lati- ta de estos autores, especialmente para
noamérica, sino a nivel iberoamerica- quienes, además de sus escritos, estén
no, pues hasta la fecha no existía una interesados en estudiar con detalle las
traducción completa de esta corres- motivaciones no explícitas detrás de
pondencia. Se trata, además, de una sus obras, las dudas que rodearon sus
edición crítica: las cartas vienen acom- planteamientos, y las críticas y discu-
pañadas de notas al pie en las que se siones que sostuvieron entre ellos. La
aclara quiénes son los personajes men- compilación ofrece además una de las
cionados en ellas –los protagonistas de maneras más agradables de introducir-
la escena filosófica, literaria, cultural se en las discusiones características de
y política de la época– y cuáles son los uno de los momentos más complejos y
textos y eventos a los que en ellas se creativos de la historia de la filosofía
hace referencia. Los traductores se han moderna.
tomado incluso el trabajo de introdu- En efecto, los años que quedan com-
cir citas completas de los documentos prendidos por estas cartas, así como los
en los que los autores habrían hecho autores que las protagonizan, e incluso
referencia explícita al trabajo de los las ciudades alemanas en las que esta
otros –no sólo las publicaciones cono- correspondencia tiene lugar (los esce-
cidas, sino también reseñas y escritos narios de Jena y Weimar, por un lado,
en periódicos de la época, así como y de Berlín y Königsberg, por el otro),
conversaciones documentadas–: estas representan una época crucial en el
referencias cruzadas van desde los más desarrollo del pensamiento moderno y
vívidos elogios hasta los desacuerdos en la recepción definitiva que tuvo en
más radicales entre ellos, con frecuen- Alemania el encuentro del movimiento
cia mucho más “viscerales” de lo que de la Ilustración con el acontecimiento
normalmente puede entreverse a través político de la Revolución Francesa. El
de sus escritos filosóficos. Cada sección idealismo y el romanticismo alemanes
tiene, igualmente, una introducción son así sólo dos modos de acercarse y
correspondiente, en la que se exponen, describir una revolución cultural sin
de manera breve pero muy completa, precedentes, que tuvo su comienzo con
los elementos más importantes y carac- la publicación de la Crítica de la razón
terísticos de las propuestas filosóficas pura en 1781, y que recibió gran impul-
de los autores implicados, así como la so a partir del rumbo que en general la
trama de relaciones personales y acadé- filosofía crítica kantiana le imprimió
micas existente entre ellos. Se tiene así al pensamiento y a la crisis de la
acceso, mientras se lee, a toda la infor- Ilustración. Esta revolución intelec-
mación necesaria para comprender el tual estuvo atravesada por la recepción
contexto que rodea el pensamiento de escéptica que tuvo la obra kantiana a
algunos de los representantes más des- lo largo de la década de 1780, la cual

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marcaría el curso de las posteriores la época, y el hecho de que muchos


respuestas idealistas y románticas;1 se otros serían también protagonistas
vio animada, además, por la controver- de dicho movimiento, presenta una
sia teológico-panteísta que tuvo lugar mirada al desarrollo concreto que,
entre Jacobi y Mendelsohn en 1786, la tras el programa crítico del idealismo
cual a su vez volvería a poner a Spinoza trascendental kantiano, seguirían las
en el centro del debate filosófico. interpretaciones de la filosofía de Kant
Finalmente, se trata de una revolución en lo que puede considerarse como una
artística y literaria impulsada también segunda etapa en la recepción de su
por las figuras de Goethe y Schiller en pensamiento, después de las primeras
Weimar, quienes entusiasmaron a toda lecturas popularizadas por el grupo de
una nueva generación con sus ideales Reinhold, Jacobi, Schulze y Maimon;
estético-políticos, lo que dio lugar, en- esto es, el curso que habría de tomar
tre otros, al famoso Primer programa de el programa “idealista” en las propues-
un sistema del Idealismo Alemán (escri- tas del “idealismo ético” fichteano y
to por la mano de Hegel, acompañado del “idealismo absoluto” de Schelling
de Schelling y Hölderlin, sus compañe- y Hegel.4 Esta recopilación proporcio-
ros en el seminario de Tubinga)2 y a las na, en efecto, una oportunidad para
reacciones de los primeros románticos acercarse a la época en general, y a
alemanes, encabezados por los herma- los eventos políticos y culturales que
nos Schlegel y su revista Athenäum.3 tuvieron una injerencia definitiva, aun-
La intención, así, detrás de la es- que la mayoría de las veces oculta, en
cogencia de los autores que recoge la la elaboración del pensamiento filosó-
publicación de esta Correspondencia no fico de estos autores; pero ofrece, sobre
podría quedar más clara: si bien el libro todo, una puerta de entrada privile-
no recibió el título de “Correspondencia giada al llamado “idealismo alemán”
del Idealismo alemán”, teniendo en y a sus representantes más connota-
cuenta tal vez, precisamente, las com- dos. Las cartas permiten comprender
plejidades culturales y filosóficas de hasta qué punto llegaba la intención,
profesada por todos estos autores, de
1 El trabajo de Luis Eduardo Hoyos al implementar y “corregir” la “letra” de
respecto (2001) sigue siendo una refe- la filosofía kantiana con el objetivo de
rencia obligada para comprender este
llevar hasta sus últimas consecuencias
contexto. En 2008 fue publicado tam-
bién en alemán.
el “espíritu” del pensamiento de Kant.5
2 Es conocida la controversia que existe
alrededor del verdadero autor intelec- 4 Sigo aquí las distinciones que propone
tual de este escrito. Para una discusión Frederick Beiser en sus diversas lectu-
detallada pueden consultarse, entre ras de esta época y de estos autores (cf.
otros, Jamme y Schneider. Beiser 31-32). La propuesta acerca de
3 El trabajo clásico para estudiar los orí- dos grandes etapas en la recepción de
genes del movimiento romántico en la filosofía kantiana está expuesta con
torno al Atheneum es El absoluto lite- detenimiento en Di Giovanni.
rario de Lacoue-Labarthe y Nancy. No 5 La distinción entre el “espíritu” y la “le-
hay traducción al español del texto. tra” de la filosofía de Kant fue casi un

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De este modo se pronunciaba Fichte en cas que Kant habría pronunciado ese
su nota preliminar a la primera intro- mismo año en el Jenaische Allgemeine
ducción a la Doctrina de la ciencia, en Literatur-Zeitung en torno a la publica-
la cual dejaba en claro que él, más que ción de la Doctrina de la ciencia:6
nadie, creía conocer el auténtico pensa- Que sea él [Kant] quien, en adelante,
miento de Kant y que estaba dispuesto arrastre consigo las muertas impresio-
a dedicar su vida “a hacer de tamaño nes de yeso de su Crítica; desde ahora
descubrimiento una exposición inde- ya no merece ser interpretado trascen-
pendiente por completo de Kant” (10). dentalmente, como si hubiera dicho
Qué tan lejos llevaría a estos autores
dicha tarea y dicho convencimiento 6 La respuesta completa ha sido publi-
queda aún más claro por las reacciones cada en español, con comentarios de
Fernando Moledo, en Ideas y Valores,
de Schelling, en carta a Fichte del 12 de
en el número monográfico sobre la
septiembre de 1799, frente a las críti-
filosofía de Hegel (cf. Kant). Kant ca-
lifica allí a la Doctrina de la ciencia de
lugar común entre los múltiples intér- “insostenible” por pretender ignorar la
pretes de su obra en la década de 1790; diferencia entre las condiciones forma-
se encuentra quizás por primera vez en les de la objetividad y las condiciones
Fichte en la segunda introducción a la de la realidad misma, queriendo con
Doctrina de la Ciencia, publicada en ello transformar la filosofía trascen-
1797. Esta intención de rescatar a Kant, dental nuevamente en metafísica: “La
incluso de sí mismo, que muchas veces Doctrina de la Ciencia pura no es más
estuvo ligada, además, a un intento ni menos que una mera lógica, […] por
por ir más allá de los preceptos “tras- eso es un trabajo vano, y de ahí nunca
cendentales” y “completar” la obra intentado, entresacar de ella un objeto
iniciada por él, es expresada de manera real” (136). Kant se refiere allí mismo
particularmente clara por Schiller ya tácitamente y de manera ambigua a
en 1795 en sus Cartas sobre la educación Fichte como a un amigo ya bien sea
estética del hombre: “En una filosofía generoso pero necio, o engañoso y pér-
trascendental en la que lo esencial es fido: “Dice un proverbio italiano: ‘Dios
liberar a la forma del contenido y man- nos salve de nuestros amigos, que de
tener lo puro necesario, libre de toda nuestros enemigos bien nos cuidare-
arbitrariedad, es fácil acostumbrarse mos nosotros mismos’. Hay amigos
a considerar lo material únicamente bondadosos […] que sin embargo se
como impedimento y a representarse comportan a la inversa (torpemente).
la sensibilidad como opuesta necesa- […] Pero a veces los hay también en-
riamente a la razón. Esta concepción gañosos que, pérfidos, se conducen
no se halla de ninguna manera en el con el lenguaje de la benevolencia,
espíritu del sistema kantiano, pero sí pendientes sin embargo de nuestra
podría hallarse en su letra” (Carta XIII ruina” (ibid.). El texto, publicado muy
213, énfasis mío). No resulta sorpren- poco después del despido de Fichte de
dente que Kant estuviese rara vez de la Universidad de Jena por cargos de
acuerdo con los resultados de estas in- ateísmo, sería leído por algunos, entre
terpretaciones, como queda reflejado ellos el mismo Schelling, como una
muy claramente en la correspondencia oportunidad por parte de Kant para
y las notas recogidas por la traducción librarse de las mismas sospechas que
de Ochoa y Gutiérrez. se habían formulado sobre Fichte.

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inconscientemente lo que, por cier- XVII en las que, como a través de una
to, no ha dicho ni fue capaz de decir ventana, nos sentimos espiando una
conscientemente. (Carta de Schelling a escena a la que no hemos sido del todo
Fichte, 12 de septiembre de 1799; Ochoa invitados, y que sin embargo, o preci-
y Gutiérrez 120) samente por eso, ejerce una fascinación
particular sobre nosotros, lectores-es-
A esto habría que añadirle, además, pías. La correspondencia nos muestra,
la respuesta de Fichte: por ejemplo, más allá de los desacuer-
Sucede por regla general, mi querido dos de facto entre la filosofía kantiana
Schelling, que mientras los defensores y los fundamentos del programa filo-
de la metafísica prekantiana no han sófico de Fichte, a un Kant que, muy
cesado de decirle a Kant que él se ocu- a pesar de sí mismo, no puede evitar
pa de vanas sutilezas, Kant nos dice lo sentirse seducido por la admiración
mismo a nosotros; sucede por regla ge- que produce en un discípulo como
neral que mientras aquellos aseguran Fichte, a la vez que se muestra siempre
en contra de Kant que la metafísica de sospechoso de las maneras como este
ellos permanecerá intacta, inmejorable último pueda interpretarlo en el futu-
e inalterable para toda la eternidad, ro (cf. por ejemplo, la Carta de Kant a
Kant nos asegura lo mismo de la suya. Fichte del 2 de febrero de 1792; Ochoa
(Carta de Fichte a Schelling, 12 de sep- y Gutiérrez 61). Revela también a un
tiembre de 1799; Ochoa y Gutiérrez 132) Fichte que, inicialmente preocupado
por no decepcionar a quien considera
Puede verse ya, apenas con estos su maestro, cree alcanzar poco a poco
dos ejemplos, el interés que represen- lo que él lee como el aprecio e incluso
ta la perspectiva que ofrecen las cartas el elogio de Kant con respecto a sus
para el estudio del desarrollo del pen- propios escritos (“Kant mismo, en una
samiento de estos tres autores en sus carta dirigida a mí, llamó fundamental
primeras confrontaciones con la filoso- a mi escrito y a la recensión del mis-
fía de Kant, en las relaciones que, para mo” [Ochoa y Gutiérrez 69]), aunque
llevar a cabo esta tarea, establecieron gracias a la lectura que podemos hacer
entre ellos, e incluso en los primeros de correspondencias posteriores, que-
desacuerdos que llevarían en los años da claro que es realmente muy poca la
por venir a un distanciamiento definiti- atención que todos estos escritos mere-
vo entre sus planteamientos filosóficos. cían a los ojos de Kant, quien se excusa
Pero hay algo más, algo que hace a es- siempre ante Fichte, en casi todas sus
tas cartas profundamente atractivas cartas, por la falta de tiempo y de sa-
tanto para un lector versado ya en estos lud para leer los textos que este último
asuntos como para quien esté buscan- diligentemente le envía y se asegura de
do apenas introducirse por primera vez hacerle llegar cumplidamente (cf. por
en las discusiones filosóficas de estos ejemplo, Ochoa y Gutiérrez 74-75 y 85).
años. La sensación que se tiene al leer- Es por esto que finalmente podemos
las es similar a la que produce quedarse leer a un Fichte confundido cuando
mirando una de esas pinturas del siglo Schelling le informa de las reacciones

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que Kant ha expresado públicamente y el ensayo sobre El yo como principio


contra su Doctrina de la ciencia; sin de la filosofía, se daría cuenta (como lo
embargo, pese a las acusaciones algo hizo Hegel y lo señaló en su conocido
mal intencionadas de Schelling (cf. nota Differenzschrift: Sobre la diferencia de
al pie 6 de la presente reseña), Fichte se los sistemas entre Schelling y Fichte)
muestra hasta al final respetuoso de que este retorno anunciado era impo-
las intenciones que habrían llevado a sible: frente al “criticismo” de Fichte,
Kant a escribir sus críticas contra él (cf. Schelling introducirá el complemento
Carta de Fichte a Schelling, 20 de sep- del “dogmatismo” de Spinoza, para
tiembre de 1799; Ochoa y Gutiérrez 135). llegar, más allá del Yo práctico que la
Se nos permite presenciar también filosofía fichteana había puesto como
cómo Schelling, quien inicialmente se fundamento de todo el sistema, a la
declararía “convertido” a la filosofía idea de un “absoluto” allende a toda
de Fichte –lo describe en una carta a distinción sujeto/sustancia, Yo/No-yo.
Hegel, con fecha del 6 de enero de 1795, Comienza aquí verdaderamente el ca-
como “el nuevo héroe en la tierra de mino del idealismo absoluto y de una
la verdad” (Ochoa y Gutiérrez 300)– , filosofía de la naturaleza, que en ma-
poco a poco, y precisamente vía Hegel nos de Schelling y Hegel se propondría
(quien siempre fue muy crítico de los continuar tanto con la tarea crítica
postulados fichteanos), comenzará a de la filosofía kantiana, sin caer en
distanciarse del pensamiento de Fichte, los riesgos de un escepticismo, como
sin dejar de insistirle a este último, con la tarea de una filosofía de la na-
sin embargo, que ambos proyectos se turaleza, sin caer en un materialismo
encontrarán nuevamente al final del dogmático. Es decir, un sistema aún
camino: fiel a las “intenciones” tanto de Kant
[C]réame que, aunque en apariencia como de Fichte, sin los dualismos en
me alejo de Ud., esto sólo sucede con los que estos últimos habrían queda-
el fin de acercarme totalmente a Ud., y do “atrapados”, impidiendo con ello
sólo déjeme continuar por una tangen- una verdadera filosofía de la libertad.
te que parta de la circunferencia en la Así es, al menos, el modo como tanto
cual Ud. tiene el deber de encerrarse Schelling como Hegel, cada uno a su
con la Wissentschaftslehre, pues tarde manera, concibió su tarea y responsa-
o temprano espero ciertamente volver bilidad para con la filosofía venidera,
a nuestro punto central, enriqueci- como queda también claro en la co-
do con muchos tesoros, de tal manera rrespondencia que intercambiarían en
que incluso ampliaré su sistema, según los primeros años del desarrollo de su
mi propio convencimiento. (Carta de pensamiento; años en los que además
Schelling a Fichte, 19 de noviembre de trabajaron conjuntamente en la edición
1800; Ochoa y Gutiérrez 208) del Kritisches Journal der Philosophie.
Al final, las cartas nos permiten ser
Cualquiera que leyera los prime- testigos también del último y definitivo
ros escritos de Schelling, desde sus desencuentro entre Schelling y Hegel,
Cartas sobre dogmatismo y criticismo que explica la interrupción irreversible

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de su correspondencia en 1807. Es evi- haya exagerado contra la banal vulga-


dente que ya en sus escritos de Jena ridad que ha hecho tanto mal abusando
(1802 en adelante) Hegel comenzaba a particularmente de tus formas, y que
distanciarse de las posiciones expre- rebaja tu ciencia al nivel de un estéril
sadas y publicadas por Schelling, y formalismo” (Ochoa y Gutiérrez 388).
que la posición privilegiada que Hegel En otras palabras, “no es contra ti sino
le reconocía a Schelling como con- contra aquellos que te han malinter-
tendor de Fichte en el camino hacia pretado contra quienes he escrito en
una filosofía del absoluto convertía al el prefacio”. A lo cual Schelling sólo
primero, inevitablemente, en un mo- responde, en carta del 2 de noviembre
mento “unilateral” que tendría que ser del mismo año, mostrando con ello
superado en una búsqueda cada vez todo menos la ingenuidad que Hegel
más abarcadora de un verdadero sis- le atribuía a su filosofía: “puesto que
tema de la razón. Pero el modo como tú mismo te refieres [en tu carta] a la
esta distancia se haría más evidente no parte polémica de tu prefacio, tendría
habría podido ser anticipado ni por el que, por cierto, sobre la base de la jus-
mismo Schelling. Se trata de la famosa ta medida de la opinión que tengo de
“traición pública” de Hegel a su ami- mí mismo, tenerme en muy poco para
go en la Fenomenología del espíritu. darme por aludido en esta polémica”
La mención es conocida: en referencia (Ochoa y Gutiérrez 388-389). No hay
tácita a Schelling, pero evidente para cartas entre ambos después de esta
cualquiera que estuviera medianamen- última.
te informado de sus escritos, Hegel Para quienes conozcan de antema-
habla en su prefacio de “cierta” filosofía no las polémicas filosóficas entre todos
ingenua del absoluto, que en su intento estos autores, de las que he citado aquí
por atribuirle todo valor “a la idea uni- sólo una pequeña muestra, las cartas no
versal bajo la forma de la irrealidad” y dejarán de sorprenderlos, pues mues-
la abstracción no termina siendo sino tran no sólo el modo como cada uno de
un “monótono formalismo” que busca ellos leyó atentamente, admiró y com-
“hacer pasar su absoluto por la noche prendió las propuestas de los otros, sino
en la que, como suele decirse, todos los su manera de reaccionar ante las críti-
gatos son pardos” (14-15). Si ya produ- cas, de reformular sus propuestas y de
cía cierta sospecha la “justificación” buscar defender (asiduamente en algu-
que Schelling le daba a Fichte de su “li- nos casos) sus propios puntos de vista.
gero” desvío del camino inicialmente Para quienes no estén aún familiari-
compartido por ambos en la búsqueda zados con todo este contexto inmenso
de una compleción del sistema iniciado que es el idealismo alemán, las cartas
por Kant, aún más sospechosa resulta serán una buena manera de acercarse
la explicación que vemos a Hegel dar por primera vez a estas discusiones.
a Schelling en carta del 1º de mayo de Algunas pocas citas ayudan a mostrar
1807, una de las que escribiría después lo fascinante que puede ser adentrarse
de la publicación de la Fenomenología: en este mundo de la correspondencia
“No encontrarás que en el prefacio entre quienes, gracias precisamente a

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estas polémicas, sentarían las bases de acuerdos del sistema, era la posibilidad
uno de los proyectos más multiformes misma de la libertad. El llamado a un
e interesantes de la filosofía moderna. uso público de la razón, que Kant ha-
Sin embargo, no es sólo teniendo en bía formulado unos años antes en su
cuenta estas consideraciones que debe- escrito sobre la Ilustración, vino a ser
ría ser leído y recibido un trabajo como así el punto de partida de una filosofía
el que Hugo Ochoa y Raúl Gutiérrez convencida del poder liberador de la
han puesto a nuestra disposición. En el reflexión. Así lo manifiestan en varias
contexto de una comunidad académica ocasiones tanto Schelling como Fichte,
que tiende cada vez más a una especie y uno podría leer la filosofía hegeliana
de diálogo condescendiente, cuando como un intento de puesta en práctica
lo hay, leer estas cartas es también un de este principio.
buen ejemplo, una invitación a retomar Este poder liberador no resulta
seriamente lo que significa pensar con y únicamente del ejercicio crítico per-
contra otros –lo que significa, en última manente, de una confrontación con
instancia, crear academia. Las cartas las propias ideas y opiniones en virtud
no sólo son en este sentido una buena de una autonomía, y de un ejercicio
muestra de que, como lo mencionan comprometido de la responsabilidad
los traductores en el prefacio, “la filo- del pensar. Se trata además, en el caso
sofía ha sido y será siempre un pensar del idealismo alemán, de una metafí-
que se vuelve sobre sí mismo” (Ochoa sica y ontología de la libertad: de una
y Gutiérrez 33), sino que nos ayudan a reflexión que tiene como principio,
ver, muy explícitamente, cómo la filo- como objetivo central y tarea incon-
sofía es siempre además un ejercicio de dicional, buscar en el primado de la
pensamiento “en común”, en diálogo razón práctica un fundamento seguro
–y esto incluye, por supuesto, la dis- y firme, autocondicionado y por con-
tancia, la interrupción, la crítica– con siguiente incondicional, esto es, a la
otros: en todo caso, un tomarse en manera de un sistema práctico o siste-
serio unos a otros (y quizás menos en ma de la libertad. La acción, entonces,
serio a uno mismo). Para Fichte, para entendida a la vez como la actividad
Schelling, para Hegel, lo que estaba teórica y práctica por excelencia, apa-
en juego después de la filosofía kan- rece en estos pensadores, desde Fichte,
tiana no era únicamente un proyecto como aquello que proporciona el único
teórico, la compleción de un sistema, piso seguro e incondicionado a todo
la reconciliación de un dualismo que el sistema de la razón. “En el princi-
contradecía las aspiraciones más altas pio era la acción”. La frase del Fausto
de la posibilidad de una “unidad” de de Goethe suele citarse para recordar
la razón –todas estas son razones que el hilo conductor de esta multiplici-
a la vez los unieron en el proyecto del dad de sistemas y preguntas que, en
idealismo y los distanciaron en los mo- el contexto de la Revolución Francesa,
dos concretos de llevarlo a cabo. Lo que quedaron como legado y tarea para el
sobre todo estaba en juego a partir de pensamiento del siglo XIX. “Nuestro
Kant, más allá de los acuerdos y des- lema sigue siendo ‘razón y libertad’”,

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le escribe Hegel a Schelling a finales de esta conciencia que se tiene de la res-


enero de 1795 (Ochoa y Gutiérrez 301). ponsabilidad de ejercer públicamente
“El alfa y omega de toda filosofía es la razón, el mismo que movió a Fichte,
la libertad”, responde Schelling en su a Schelling y a Hegel a continuar con la
carta siguiente del 4 de febrero del mis- tarea kantiana de una crítica y una fi-
mo año (id. 307). La filosofía, y de ello losofía de la razón. Leer a estos autores
estarían profundamente convencidos a través de esta magnífica traducción
todos ellos, se juega todo en el terre- de sus cartas, adentrarnos en toda una
no de la libertad, porque (en términos época que gracias a las extensas y muy
quizás ya más hegelianos) pensar la completas notas a pie queda recons-
realidad es transformarla, y porque la truida ante nuestros ojos, quizás sirva
tarea práctica por excelencia es com- entonces, a la vez, como recordatorio e
prender el presente –con todo lo que invitación para forjar “academia”, para
esto implica en un pensamiento que ejercer públicamente la crítica, para
confía en la unidad última de la teoría dejar de eludir esa responsabilidad que
con la práctica. Pensar y comprender implica el comprometerse no sólo con
nuestro presente es el primer paso para el propio pensamiento, sino con la ta-
descubrir aquí y ahora, una y otra vez, rea misma del pensar.
las posibilidades de una realidad que ***
reclama urgentemente libertad. No quisiera terminar esta reseña
Leídos de esta manera, y gracias sin hacer explícito un agradecimiento
a los distintos elementos que a través múltiple: un agradecimiento, en primer
de estas cartas se hacen visibles como lugar, a los profesores Hugo Ochoa y
preocupaciones explícitas detrás de la Raúl Gutiérrez por poner a nuestra dis-
filosofía de estos autores (“mientras posición este material, que consiste en
todavía estoy ocupado en convertir un aporte realmente único a los estu-
mis ideales de juventud, bajo la forma dios en español del idealismo alemán;
de la reflexión, al mismo tiempo en un un agradecimiento también al profesor
sistema –le escribe Hegel a Schelling Jorge Aurelio Díaz, quien no sólo im-
en carta del 2 de noviembre de 1800–, pulsó desde el principio el proyecto de
me pregunto ahora de qué modo vol- publicación de esta correspondencia,
ver para intervenir en la vida de los sino que dedicó muy generosamente su
hombres” [Ochoa y Gutiérrez 335]), tiempo y conocimientos sobre el tema a
estos pensadores no se nos presentan la edición de estas cartas; y finalmente,
como demasiado distantes en el tiem- un agradecimiento al proyecto edito-
po. Si bien es cierto que hay aquí ya rial de la Colección Biblioteca Abierta
una distancia histórica insalvable que de la Facultad de Ciencias Humanas de
nos compromete de otro modo con la Universidad Nacional, el cual, en ca-
la tarea del pensar (tarea que, entre beza de Camilo Baquero, a lo largo de
muchas otras cosas, nos obliga a dis- cuatro años, adquirió un gran impulso
tanciarnos de estas “metafísicas de la y una muy alta calidad en sus publica-
libertad”), también es cierto que esto ciones, y se atrevió a apostarle a este
es un ejemplo de este compromiso, de tipo de trabajos académicos.

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reseñas [2 63]

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ideas y valores · vol. lx · n. 147 • diciembre de 2011 • issn 0120-0062 • bogotá, colombia
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