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Existen varias razones que apoyan el uso de fracking, entre las principales están el
afán de conseguir grandes sumas de dinero y en sí, el mantenimiento de la dinámica
de los países. En primera instancia, es bueno saber que los hidrocarburos como el
petróleo son recursos no renovables y que de éstos depende el funcionamiento de
muchos sectores productivos y por ende, la economía de un país. Según Humbbert
k, (1956) citado por, Robles, (2014) existe un pico del petróleo, que es el momento
en que se ha gastado la primera mitad del petróleo disponible; el alcanzar el pico no
significa el agotamiento. Más bien quiere decir que al llega a este punto se ha
gastado la parte más fácil de extraer, el petróleo de mejor calidad, y los yacimientos
más cercanos a la superficie. Por ende, cada vez se tiene menos petróleo y se
vuelve más costoso y difícil de extraer.
En el mundo más de 40 países han pasado su pico de producción y están en
descenso y solamente pocos países tienen una producción constante o con un
ligero incremento. Esto hace que el petróleo que era difícil extraer porque era
demasiado costoso, en este momento si se pueda sacar utilizando el fracking. Cabe
destacar, que esta nueva producción representa solo un 6 por ciento con respecto
a lo que se tenía en el año 2005 y la diferencia es que el petróleo no convencional
que se extrae con el proceso de fracking y el petróleo de aguas profundas tiene un
costo muy alto, tanto desde el punto de vista económico energético y ambiental
(Robles, 2014).
En primer lugar, está la contaminación de los acuíferos por los fluidos vertidos tanto
a aguas subterráneas como superficiales, debido a que la práctica requiere una gran
cantidad de agua mesclada con arena y aditivos para realizar la inyección en la
perforación previa y de esta manera generar la fractura. Según estudios se dice que
de un 15 a 80 % de la mezcla inyectada se extrae y se debe tratar y el resto se
distribuye o se infiltra en el suelo, lo cual contamina los mantos subterráneos que
abastecen de agua potable a la población. Existen varios casos de estudio en donde
se ha confirmado la problemática que acarrea la práctica de fracking en el agua. Por
ejemplo, La Agencia de Protección Ambiental de los EEUU. (EPA), estudió 39
depósitos de agua de los residentes y encontró que los 39 depósitos estaban
contaminados con benceno y metano así como el compuesto fosfato butoxyetanol,
el cual es altamente dañino para la salud. También, estudios revelan que el fracking
es una técnica causante de la contaminación con productos químicos y radioactivos.
Por ejemplo, en 2011 un reporte investigativo del New York Times, encontró que
cerca de tres cuartos de los 240 yacimientos que existen en Pennsylvania y Virginia
del este contenían residuos de agua con elementos radioactivos, en 116
yacimientos sobrepasaban el límite impuesto por la EPA en un 200 por ciento. Se
ha encontrado evidencia de que el 25% de los productos químicos utilizados pueden
causar cáncer, el 37% puede afectar al sistema endocrino, de un 40 a un 50 %
pueden afectar al sistema nervioso, al sistema inmunológico y al sistema
cardiovascular y más del 75% pueden comprometer la salud de los órganos
sensoriales y el sistema respiratorio.
Bibliografía