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AGORA — Papeles de Filosofia — (2002), 21/2: 95-108 ISSN 0211-6642 LA RAZON INSENSATA: UNA LECTURA EPISTEMOLOGICA DE “LA VOLUNTAD DE CREER” DE WILLIAM JAMES Angel Manuel Faerna Universidad de Castilla-La Mancha afaerna@hum-to.uclm.es Resumen El ensayo de James “La voluntad de creer” pasa por ser una contribucién clisica a la comprensién de las actitudes religiosas. Algunos han querido ver un cierto paralelismo entre la argumentacién contenida en este escrito de James y la célebre “apuesta de Pascal”. Nuestro articulo defiende, en cambio, lo contrario: no s6lo adoptan ambos filésofos posturas diferentes -si no radicalmente contrapuestas- respecto de los supuestos derechos de una fe més all4 de la raz6n, sino que las intuiciones de James abren perspectivas nuevas a los derechos de la raz6n misma, y a cémo se entrelazan el espiritu critico y la confianza para producir creencias que puedan ser lamadas racionales en el mas pleno sentido. Palabras clave: Creencia, critica, duda, ética epistémica, evidencia, fe, James, pragma- tismo, razén, verdad. Abstract James's essay “The Will to Believe” is widely recognized as a classic contribution to the understanding of religious attitudes. Some have pointed at a certain parallelism between the argument afforded by James in this work and the so-called “Pascal’s Gamble”. This paper argues that the opposite is true: not only take both philosophers different, if not radically conflicting, stands regarding the alleged claims of faith beyond reason, but James’s insights open new perspectives on the claims of reason itself, and on the way criticism and confidence interweave in order to elicit beliefs which are rational in the fullest sense. Key words: Belief, critic, doubt, epistemic ethics, evidence, faith, James, pragmatism, reason, truth. “The madman is not the man who has lost his reason. The madman is the man who has lost everything except his reason. [...] The really sane man knows that he has a touch of the madman, [...] The madman is quite sure he is sane.” G.K. Chesterton 95 Aceptacién: Diciembre 2002 Angel M. Faerna La raz6n insensata: Una lectura epistemolégica... “La voluntad de creer” fue una conferencia pronunciada por William James en 1896 ante un auditorio integrado en su mayoria por estudiantes de ciencias de Harvard. El texto aparecio impreso al afio siguiente en una recopilaci6n, en cuyo prefacio James hacia una advertencia que conviene tener muy presente en todo lo que sigue: Convengo plenamente en que a la humanidad debe recetarsele més bien critica y cautela que fe. [...] ¥ admito que si hubiese de dirigirme al Ejército de Salvaci6n, 0 a una variopinta muchedumbre popular, seria mal camino el que yo escogiera predican- do la libertad de creer como lo hago en estas paginas; porque auditorios como los aludidos més bien necesitan anilisis y ventilaci6n de sus creencias, y que el viento norte de la ciencia barra de ellas lo que tienen de enfermizo y de barbaro. Pero los auditorios académicos ya nutridos de ciencia necesitan otras cosas. El punto débil de su mentalidad estriba en la pardlisis de su original capacidad para la fe [.., a causa de la noci6n muy sigilosamente adquirida de que existe algo llamado evidencia cientifi- ca, ante la cual cabré eximirse de todo peligro de naufragio al investigar la verdad. Mas, en realidad, no existe método alguno, cientifico o como quiera que sea, que permita al hombre navegar seguro entre los opuestos escollos de creer poco 0 creer demasiado'. Asi pues, anotemos en primer lugar que las ideas de que vamos a ocu- parnos aspiran a ser slo una verdad a medias: representarian esa mitad de la verdad que han olvidado quienes con més insistencia se declaran sus servidores. Y si la vocacién de servicio se mide por la capacidad de sacri ficio, entonces en nuestra tradicién de pensamiento nadie ha demostrado mayor lealtad a la verdad que el escéptico, pues nadie le ha sacrificado intelectualmente tantas cosas, ni se ha impuesto tantas privaciones mentales en su nombre. El escéptico siente tal reverencia por ella, que prefiere no opinar nada en absoluto antes que arriesgarse a faltar a la verdad con sus opiniones. En su conferencia, James cita al matemdtico y filésofo William K. Clifford, en quien este ascetismo de la creencia se expresa en un lenguaje de enardecida castidad: La creencia queda profanada cuando se otorga a enunciados no demostrados ni cuestionados, para el solaz y privado recreo del que cree... En estos asuntos, quien quiera hacerse digno de sus semejantes preservard en celosa custodia la pureza de su creencia con el mayor fanatismo, por miedo a que en cualquier momento se pose en objeto indigno y adquiera una macula que ya nunca podré borrarse... Si una creencia se ha aceptado sin la evidencia suficiente [aun cuando la ereencia fuera verdadera, ' Prefacio a The Will to Believe, and Other Essays in Popular Philosophy, Nueva York, Longmans, Green & Co., 1897 / Cambridge (Ma.), Harvard University Press, 1979. En adelante, las citas de este ensayo se indicaran en el texto con las siglas WB seguidas del miimero de pagina en la edicin de Harvard. 96 AGORA (2002), Vol. 21, n® 2: 95-108 Angel M. Faerna La razén insensata: Una lectura epistemolégica... como Clifford explica en la misma pagina], el goce resultante es un robo... Es pecami noso porque se arranca desafiando nuestro deber para con la humanidad. Dicho de- ber consiste en guardarnos de tales creencias como de una peste que en corto plazo pudiera apoderarse de nuestro cuerpo, para extenderse después al resto de la ciudad... Creer cualquier cosa sobre la base de una evidencia insuficiente es malo siempre, en todo lugar y para todo el mundo® De una u otra forma, este puritanismo epistémico se ha convertido -con la inapreciable ayuda de Descartes a comienzos de la Edad Moderna— en paradigma de la actitud racional para la gestion de nuestras creencias: en ausencia de elementos de juicio favorables, la abstencién es la tinica alternativa racionalmente virtuosa. El ataque de James a ese paradigma tiene una base naturalista: la impureza del mundo real se compadece mal con el ideal que expresa Clifford. Una ética de la creencia que proscribe sin mAs “el deseo, la voluntad y la preferencia sentimental” [WB, pdg. 17] como elementos extrafios al conocimiento y sus fines, esta abocada a produ- cir las mismas frustraciones y deformaciones que una ética del comporta- miento que obligue al alma a desentenderse del cuerpo. Aunque el titulo del ensayo de James —del que, como luego veremos, su autor nunca se arrepentiria lo bastante- parece ponerle del lado de un nada halagiiefio voluntarismo epistémico, de momento ese reproche mas bien cabe hacérselo al intelectualismo de Clifford, pues supone capaces a los individuos de no abrazar las creencias a que su temperamento les inclina, por el mero hecho de carecer de evidencia suficiente: ¢puede realmente la persona de tempe- ramento religioso, por ejemplo, dejar de creer en la trascendencia por un acto de disciplinada voluntad, simplemente porque no dispone de evidencia intelectual al respecto? Tal exhortacidn, en su altanero desprecio por las pulsiones humanas, recuerda en algo a las doctrinas morales que demandan la mas estricta abstinencia para quienes no gozan del sacramento matri monial, como revelan incluso el vocabulario y el tono del pasaje de Clifford. Ahora bien, el repudio del intelectualismo no implica necesariamente abrazar alguna versién, mas o menos embozada, de irracionalismo. En todo caso, ésa es la lectura que aqui se va a proponer del trabajo de James, para lo cual sera preciso poner en tela de juicio su interpretacién mas extendida’. 2 “The Ethics of Belief, en William Kingdon Clifford, Lectures and Essays, Londres, Macmillan, 1877; cit. en WB, pag. 17 (los corchetes son de James). > Dicha interpretacion sigue las pautas marcadas por Alfred J. Ayer en su influyente The Origins of Pragmatism: Studies in the Philosophy of Charles Sanders Peirce and William James, Londres, Macmillan, 1968. Una de sus tiltimas versiones es la que ofrece Richard Rorty (“Pragmatismo y religin”, en El pragmatismo, una versi6n, Barcelona, Ariel, 2000, 97 AGORA (2002), Vol. 21, n° 2: 95-108

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